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0.0.HIGIENE VITAL y ESCUELA DE SALUD 11p PDF
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LA ESTRATEGIA HIGIENISTA: LA HIGIENE VITAL, EN RESUMEN
1.- El cuerpo humano, es SABIO, PODEROSO y muy COMPLEJO (unos cien billones -
100.000.000.000.000 - de células diversas trabajando conjuntamente en armonía). La misma
inteligencia que nos construyó a partir de una célula microscópica (el óvulo fecundado), persiste
en nosotros y busca lo mejor. Nuestro cuerpo contiene un "instinto de conservación", un médico o
mecánico interno, con una sabiduría ancestral. Nuestras células fueron inventadas hace unos
1.700 millones de años. Las superabundantes bacterias que poblaban el planeta, debido a la falta
de espacio, agua y alimento, decidieron solidarizarse e inventar la célula con núcleo, que forma
nuestros tejidos.
2.- Siendo el cuerpo tan sabio, y tan complejo, cuanto menos intervengamos en su orden
natural (medicamentos, plantas medicinales, intervenciones quirúrgicas, otras terapias),
correremos menos riesgos de equivocarnos. Cuidado con todo aquello que se diga "medicinal",
que por lo general son sustancias venenosas que interfieren en el orden natural, y fuerzan al
cuerpo a hacer reacciones que no desea. Pueden aliviar malestares momentáneamente, para
luego tener recaídas, o desplazarse el malestar a otra parte del cuerpo.
3.- La actividad celular genera restos tóxicos que van a parar a la sangre y de allí a cuatro
filtros: (a) Pulmón (los tóxicos se evacuan por el aliento).- (b) Hígado (los tóxicos se evacuan por
la bilis que va a parar al intestino y da color a las heces).- (c) Riñón (los tóxicos se evacuan por la
orina).- (d) Piel (los tóxicos se evacuan por el sudor). Los tóxicos también se pueden eliminar por
cualquier secreción corporal: mocos, saliva, lágrimas, leche, semen, jugo gástrico,
menstruación… Además de los tóxicos que se producen en la actividad celular, el cuerpo tiene
que eliminar las sustancias tóxicas que le entran del exterior a través de las vías respiratorias,
digestivas o la piel. El cuerpo intensifica la labor de limpieza cuando no tiene otra cosa que hacer:
durante el descanso y el sueño. La actividad ensucia y la inactividad permite la limpieza.
La sensación de cansancio o sueño, nos indica cuando debemos de descansar. Los
estimulantes son sustancias tóxicas que irritan al sistema nervioso, ocultan la sensación de
cansancio y nos cansan aún más. Estas sustancias toxicas están presentes en el café, té, mate,
cacao, cocaína, aspirina, ginseng, guaraná, refrescos industriales…
5.- Cuando una persona quiere resolver un problema de salud, mejor que "injerencias
extranjeras", es aprender a satisfacer lo mejor posible las necesidades corporales, para que el
mismo organismo haga su trabajo de recuperación de la salud.
El bienestar de tu cuerpo dependen de muchos factores: la alimentación, el ejercicio
vigoroso regular, el descanso (el sueño nocturno y la siesta), el aire puro, los rayos solares, el
contacto con la naturaleza, el bienestar mental, la calidad del medioambiente, el orden social
local e internacional,... En caso de una crisis aguda, cuanto más se descanse mejor. El descanso
total de todas las funciones corporales consiste en: no consumir nada, excepto algo de agua si
hay sed (descanso digestivo); posición horizontal, o con los pies un poco elevados (descanso
muscular y de la circulación sanguínea); oscuridad y silencio - si no lo hay en el ambiente,
taparse los ojos y los oídos (descanso sensorial); temperatura cálida - si las extremidades están
frías, abrigarlas; pies caliente, cabeza fresca (descanso térmico); evitar contaminación
electromagnética: ropa sintética, radiodespertador y otros electrodomésticos. Hay formas
intermedias de dar descanso al cuerpo para favorecer su curación: acostarse más temprano,
echarse siestas, evitar las actividades que se puedan, saltarse alguna comida, comer solo fruta,...
Cuando se padece algún malestar, el cuerpo necesita más de dormir que de comer. En
situaciones de malestares viejos y crónicos, más que de remedios milagrosos, estamos
necesitados de APRENDER A VIVIR MEJOR, APRENDER A TRATARNOS MEJOR. Si somos
humildes y sincer@s reconoceremos que aún nos queda mucho por mejorar el "arte de vivir".
Hazte un eterno aprendiz autodidacta.
6.- Ayunar es lo más natural del mundo. Muchos seres vivos lo hacen en la naturaleza de
forma regular. El ser humano lo practicó en sus orígenes, cuando éramos nómadas recolectores
y cazadores (la mayor parte de la historia humana). Estamos diseñados para alimentarnos de las
reservas para cuando no hay alimentos en la naturaleza. El cuerpo humano puede adquirir sus
sustancias nutritivas, del exterior a través de la comida, pero también del interior, de sus
reservas. Cuando hay malestares y sobre todo no hay apetito, el cuerpo te está indicando que
prefiere alimentarse de las reservas, ya que así ahorra la energía que se gasta en la digestión y
la puede dedicar a la curación.
Por las noches, cuando dormimos, pasamos muchas horas sin comer. Si cenamos dos
horas antes de acostarnos y retrasamos el des-ayuno a dos horas después de levantarnos, es
una forma de ayunar doce horas diarias y potenciar la autocuración. Mejor aún si la cena y el
desayuno es a base de fruta fresca, que apenas dan trabajo digestivo.
7.-. Las molestias que aparecen con el estómago vacío ("el gusanillo"), no es hambre, sino
un proceso de restablecimiento y limpieza. Prueba de ello es que no persiste y desaparece en
unos minutos. A una persona sana, el estómago vacío no le da molestias. El comer interrumpe
este malestar, pero corta un proceso curativo. Espera a que pase la molestia estomacal, antes de
comer. Si haces un exceso con la comida (o con tabaco o alcohol) es normal y deseable que
moleste el estómago vacío, al día siguiente. La afirmación de que "cuanto más como, más
hambre tengo", más bien se refiere, a que cuando haces excesos más molesta el estómago
cuando está vacío.
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8.- Los humanos somos animales de costumbres. De generación en generación se han
transmitido unas costumbres alimenticias, que no se adecuan a nuestras necesidades. Por ello la
forma actual de alimentarnos puede ser un factor causante de nuestros malestares y un freno
para la autocuración. Cada máquina ha sido diseñada para consumir un tipo de combustible.
Nuestro cuerpo fue diseñado hace muchos millones de años, cuando no existía el fuego, ni los
molinos, ni los aditivos químicos modernos. La Naturaleza fue preparando durante siglos
nuestros alimentos adecuados: frutas, verduras tiernas, ciertas semillas (girasol, zapallo, nueces,
almendras,...), huevos de aves, miel de abejas, carne, pescado… Nuestro combustible sería
estos productos sin modificar, sin manipular, sin cocinar y sin mezclar. Así se alimentan el resto
de los animales en estado salvaje, guiados por el instinto de conservación.
9.- Productos “medicinales” (fármacos, plantas, alimentos) que se les adjudica poderes
curativos, son aquellos que entre sus componentes va algún tóxico. No tienen capacidad de
acción. Los efectos que se les adjudican no es más que la reacción de defensa del organismo
vivo contra dichos venenos. Si se le inyectara a algún muerto, desde luego que no aparecería
ningún efecto. Alteran e interfieren los procesos autocurativos.
MÁS RESUMIDO:
La Higiene Vital es un montoncito de esas ideas sencillas que tiene consecuencias
inmensas para la vida en el planeta. Te voy a recordar algunas:
- El origen de las enfermedades está en los malos tratos que recibimos. Y por tanto, más
que de medicamentos y vacunas, estamos necesitados de mejorar nuestras condiciones de vida.
- Los malestares tales como la fiebre, el vómito, la diarrea, las inflamaciones (con sus
alteraciones y dolores consecuentes) la hipotensión, las malas digestiones, el estreñimiento, etc.
son reacciones sabias del organismo, con el fin de defenderse y adaptarse a las condiciones de
vida adversas. Con sus molestias, el cuerpo nos está mostrando que algo estamos haciendo mal
y nos está pidiendo un mejor trato.
- Muchos de los remedios (naturales o artificiales) que se usan para aliviar estos
malestares, complican y agravan la enfermedad, al no suprimir las causas y añadir nuevos
maltratos. No son ayudas, sino estorbos.
- En muchas ocasiones, nuestro cuerpo quiere, sabe y puede curarse el mismo. Basta con
suprimir aquello que le daña, tratarle mejor y aumentar el descanso.
- Las costumbres alimenticias de la mayoría de los humanos y la forma actual de producir
alimentos para humanos, no se adecuan a sus necesidades y son causa de enfermedad.
- Los humanos como cualquier ser vivo, tiene la posibilidad de no ingerir alimentos por
unos días y alimentarse de las reservas. En esta situación el organismo potencia su limpieza,
rejuvenece y favorece los procesos de autocuración.
- Los malestares que se sienten cuando el estómago está vacío, no es hambre auténtica,
no es que tu cuerpo tenga necesidad de sustancias nutritivas. Son procesos de desintoxicación y
reparación que se interrumpen al ingerir alimento. Es mejor esperar unos minutos hasta que se
pase, antes de comer algo.
-Durante la actividad, el cuerpo genera sustancias tóxicas. Durante el descanso se
intensifica la evacuación de las sustancias tóxicas.
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Para saber más sobre la Higiene Vital y autocuración, en:
¡CUÍDATE COMPA! MANUAL PARA LA AUTOGESTIÓN DE LA SALUD.
del Dr. Eneko LANDABURU PITARQUE C/e: enekolan@gmail.com
https://drive.google.com/open?id=0Bzqp3LFzsvSAam5wbUNVaGs1M0k
OTRO RESUMEN:
Extractos del
CUÍDATE COMPA! MANUAL PARA LA AUTOGESTIÓN DE LA SALUD.
Eneko Landaburu. 2.000 www.txalaparta.com
INTRODUCCIÓN
Vivimos en un mundo dominado (por ahora), por Don Dinero. La Sanidad (la investigación,
la formación de los médicos, la asistencia) está secuestrada por la multimillonaria industria
médico-farmacológica.
Nuestras luchas y las de nuestros antepasados han logrado que se reconozcan en el
papel los derechos a la información y a la educación sanitaria. Ahora hay que seguir batallando
para que se lleve a la vida cotidiana.
Este libro pretende informarte sobre cómo utilizar el enorme poder de autocuración que
llevas dentro. No es un fruto perfecto. Tómalo como un borrador incompleto. Encontrarás
contradicciones y preguntas sin respuestas. Quiero que dejes de estar pasivo en materia de
salud, y te pongas en marcha. Que te conviertas en un buscador activo, que te pongas a
explorar, a investigar, a hacer preguntas, a estudiar, a hacer tus comprobaciones,... y luego nos
lo cuentes.
Para ordenar el montón de información que tenía a mano se me ocurrió seguir el esquema
de la definición de salud de la OMS: "bienestar físico, mental y social". Luego hago un repaso de
las distintas etapas de la vida y termino con algunas problemáticas concretas.
Mucho a quedado en el tintero. Es imposible meter todo en un libro. Espero abrirte el
apetito y nos ayudes a conseguir Centros de Información sobre Autogestión de la Salud, donde
seguir saciando tu sed sobre conocimientos vitales. Saber es poder. En la ignorancia, somos más
fáciles de engañar, asustar y manejar.
Yo aún sigo buscando e intentado llevar a la práctica (a veces cuesta), muchas de las
ideas que leerás en este libro. ¿Me acompañas?
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¡Cuídate konpa! El futuro de la Humanidad te necesita en plenas facultades físicas y
mentales. ¡Únete konpa! Para que la sociedad y su sanidad mejore se necesita de esfuerzos
grupales organizados.
Eneko Landaburu Pitarque, en Iruña (Nafarroa), Abril de 1999
C/e: enekolan@gmail.com ; www.opaybo.org
LA INSTITUCIÓN HIGIENISTA
Herbert M. SHELTON N.D. (1895 - 1985), Texas, 1951
Al principio, se acostumbraba llamar a las instituciones higienistas “Casas de Higiene”.
Actualmente existe la tendencia a llamarlas “Escuelas de Salud”. Hay dos motivos para ello.
Primero, que en estos establecimientos se presta más interés a la salud que a la
enfermedad.
Segundo, que son realmente escuelas donde los pacientes aprenden los medios sencillos
y naturales que proporcionan y conservan la salud. En dichas escuelas, se enseña al enfermo a
pensar y actuar en función de la salud.
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El verdadero asesor higienista no se da por satisfecho al guiar a sus pacientes en su
camino hacia la salud, si no que está convencido que se tarea y deber no terminan hasta que no
haya enseñado al paciente a mantenerse sano. Por tanto, el higienista es un “doctor” en el
auténtico sentido de la palabra (docente = que enseña).
Un asesor higienista competente debe tener como primer objetivo facilitar al enfermo el
beneficio de todos los medios que ofrece el higienismo, Puesto que esto es la base indispensable
para el éxito del “tratamiento”. Por lo tanto, el emplazamiento de una escuela de salud debe
garantizar la máxima salubridad general, aire puro, agua de calidad, mucho sol y elevada
fertilidad del suelo (porque de la calidad del suelo depende la de los alimentos que se servirán a
los huéspedes).
El clima también es muy importante. Para el enfermo grave, ya sea crónico o
convaleciente de una enfermedad aguda, siempre es aconsejable un clima templado, como por
ejemplo el del sur de los Estados Unidos, que le permita tomar baños de sol durante el invierno.
En el sur es donde el enfermo puede regenerarse mejor y aumentar su vitalidad.
Pero la ubicación no lo es todo. Una institución higienista, dedicada completa y
exclusivamente a la salud, debe ofrecer instalaciones internas y un funcionamiento cuidadosa y
agradablemente dirigidos hacia dicho fin. Esto requiere método y rigor en la ejecución de un
programa bien determinado, y se debe exigir que el paciente observe las pocas reglas sencillas
de salud y las normas de la institución.
Estar en una institución de este tipo presenta la ventaja de que el “medico higienista”
puede observar a sus pacientes casi sin interrupción, y así apreciar si se está prestando la debida
atención a las medidas higienistas, tanto por parte del enfermo como del personal asistente.
Además, está en situación de advertir con precisión el efecto que cada una de estas medidas
produce en el paciente y de hacer las modificaciones requeridas según lo exige la evolución del
estado de cada enfermo. Para este, es sumamente beneficioso, y para el higienista, que así
puede estudiar de manera científica al paciente y a la vez los cuidados que este recibe, es
también muy interesante. Al ir aumentando su experiencia, los servicios que presta son cada vez
más valiosos.
La institución posee además otro tipo de ventajas para los huéspedes. Primero, que se
apartan todas las tentaciones de su camino. Al no estar sus parientes y amigos alrededor, no les
pueden incitar a que continúen con sus viejas costumbres. Y además, que todas las personas
que están junto a ellos en la institución les alientan a abandonar su pernicioso y antiguo modo de
vida y a adquirir hábitos sanos y nuevos. Se encuentran inmersos en influencias positivas bajo la
constante supervisión del médico. De esta manera, les resulta más fácil desprenderse de un
hábito con el que hubieran luchado largo tiempo, quizá en vano, en su casa, sin más ayuda que
la propia voluntad a menudo débil y versátil.
El que toma café o té, el fumador, el adicto al alcohol, la persona que está
permanentemente preocupada, etc., se encuentra en una situación tanto física como social, que
les hace más fácil abandonar los malos hábitos, cosa que le sería muy difícil en condiciones
normales y por medio de su simple fuerza de voluntad. Bajo el efecto simultaneo de influencias
físicas y mentales, con la fuerza del ejemplo de su entorno para apuntalar su voluntad vacilante, y
estando rodeado por otros que luchan como él para recuperar la salud, el paciente se siente
alentado y ayudado en sus esfuerzos. El éxito el seguro. Ninguna persona que tenga un mínimo
de conocimiento de la naturaleza humana desatenderá la importancia de dichas influencias.
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Para liberarse de los viejos hábitos, a menudo es indispensable distanciarse de los
ambientes sociales que han colaborado en su desarrollo y que continúan fomentándolos.
Generalmente, para romper con los ambientes que han favorecido el desarrollo de los malos
hábitos mentales y físicos, lo mejor es cambiar de sitio y de amistades. Para aquellas personas
con vigor y determinación, la mayoría de los elementos desfavorables de su entorno solo son
obstáculos por superar. Desgraciadamente, los individuos de este tipo no abundan demasiado.
Observar la disciplina higienista nos lleva a obtener otro gran provecho: el autodominio, en líneas
generales. Abandonar caprichos, apetitos y hábitos inútiles de todo tipo, vencer nuestra apatía y
no hacer caso de la oposición de los familiares y amigos, nos obliga a hacer cosas que, por muy
beneficiosas que sean, exigen un esfuerzo decidido y sostenido.
En este sentido, puede afirmarse que un periodo de tratamiento higienista es un programa
de gimnasia tanto física como mental, que difícilmente se podrá llevar cabo por completo si no es
en un establecimiento exclusivamente dedicado a estos propósitos y organizado en todos los
aspectos de acuerdo con sus requisitos.
Nos parece conveniente subrayar aquí el carácter positivo que tiene el ambiente amable
que se respira en las instituciones higienistas. Cada uno sabe por propia experiencia el valor que
tiene el estar en compañía de personas alegres y sencillas. Para el enfermo, esto adquiere
especial significación: le inyecta optimismo y facilita su recuperación, al mismo tiempo que evita
que se obsesione con sus dolencias. El ejemplo de otros pacientes (muchos de ellos con
enfermedades más graves) que se van recuperando o que ya se han recuperado, es de
incalculable valor para él, pues le ofrece esperanza y aliento. Esta es una cualidad que posee las
casas de reposo y es una característica casi exclusiva del “sistema higienista”.
Si la institución está situada en el campo, como debería estar, quietud el contacto con la
naturaleza, los paseos al aire libre entre árboles y flores, el canto de los pájaros y los otros
aspectos amables que le ofrece, constituyen impagables elementos curativos que la ciudad no
puede dar.
Ya desde el punto de vista del tratamiento material que se administra a los pacientes, un
hospital nunca es un buen sitio, y es mucho peor todavía en el aspecto psicológico, pues todo
ayuda a aumentar las dolencias del paciente. ¿Puede haber algo más desolador, para un
enfermo, que estar encerrado en una sala de hospital junto a moribundos, respirando una
atmósfera nociva, oyendo solo gemidos y lamentos, atendido por severos mercenarios y tratado
como un esclavo?
El hospital es para el enfermo lo que el hospicio es para el que ha nacido pobre: un tipo de
asistencia que le entierra en vivo.
He indicado las múltiples y variadas ventajas que una institución higienista cuenta para el
paciente, y espero haberlo hecho de manera clara y comprensible. Solo me resta añadir una
palabra sobre la eficacia y general aplicabilidad de las medidas y procedimientos higienistas. El
“tratamiento” o cuidado higienista no está basado en el concepto de especificidad sino que se
apoya en una concepción totalmente diferente de la naturaleza de la enfermedad y de los
requisitos para la recuperación. Se fundamenta en el principio general de que el organismo posee
dentro de sí mismo, en su estado original, la capacidad y los medios necesarios y suficientes
para recuperarse, que casi siempre sus esfuerzos se ven coronados por el éxito sin mediar ayuda
externa alguna, y que cuando su capacidad de autocuración no es suficiente para recuperar la
salud, la ayuda del asesor higienista debe basarse en las leyes primarias de la vida, tal como se
manifiestan en la biología y en la fisiología.
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Esto quiere decir que las medidas empleadas en el cuidado del enfermo deben ser
idénticas a las que se requieren para el mantenimiento de la salud, excepto ciertas
modificaciones obligadas por las distintas condiciones específicas en que se encuentra el
enfermo. En otras palabras, confiamos en los agentes naturales de salud. Nuestros remedios
cardinales son: aire, agua, alimentos naturales adecuadamente combinados, reposo (físico,
mental, sensorial y fisiológico), temperatura templada, sol y saludables influencias mentales y
morales. Junto con estos agentes naturales de salud, debemos esforzarnos en hacer
desaparecer las causas de la enfermedad en la vida del paciente. Así que estas son las
herramientas con las que trabaja el higienista, y yo personalmente, puedo dar fe de su eficacia.