Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
ODONTOPEDIATRÍA
INTRODUCCION
analizar las variables que influyen en la conducta del niño durante la atención
odontológica y formas de prevenir las diferentes patologías.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS:
¿QUE ES LA ODONTOPEDIATRIA?
La odontopediatría es aquella parte la odontología infantil que se encarga del
tratamiento, mantenimiento y prevención de la salud dental del niño desde su
infancia hasta su adolescencia, ya que cualquier alteración sin tratar en dientes
temporales (dientes de leche), puede influir posteriormente en las piezas
permanentes.
Las técnicas comunicativas son empleadas por los dentistas y odontopediatras para
mantener una relación que facilite la aplicación del tratamiento necesario en cada
paciente. El miedo o la ansiedad son factores que no hacen más que hacer crecer
la preocupación por un tratamiento que ha sido aplicado miles de veces en niños de
sus mismas circunstancias y edad sin ningún problema, por lo que, una buena
comunicación nos ayudará a evitar actitudes sobreprotectoras por parte de
pacientes y padres.
Ambiente odontológico
Odontólogo
Padres
Niños
Primera visita odontológica
Ambiente Odontológico:
Es el primer objetivo que debe alcanzar el especialista, será infundir confianza en el
niño, hacer agradable ese primer contacto.
Es necesario establecer un área adecuada, creativa, separada del consultorio, el
cual se pueda integrar los niños. Esto alentara al niño a separarse de sus padres
cuando él se incorpore a la sala clínica. Además, permitirá disminuir la ansiedad en
la espera de la consulta.
Odontólogo:
Sirve de fuerza orientadora principal en el consultorio dental. Debe sentar el ejemplo
para todo el personal, además es importante que se mantenga objetivo y que se
conserve su capacidad para evaluar a los niños con exactitud.
El objetivo para el manejo exitoso de la conducta del niño debe ser la comunicación
(es decir, hacer un intercambio de pensamientos, opiniones o informaciones) puede
ser realizado por muchos medios. En el consultorio es realizada principalmente por
el dialogo, tono de voz, expresión facial y por el lenguaje corporal, esto le permitirá
no solamente al odontólogo conozca mejor a sus pacientes si no que pueda lograr
que el niño se relaje y coopere con el tratamiento.
El lenguaje a usar por el odontólogo dependerá de la edad del niño, además usar
un tono de voz suave y clara será de mucha ayuda para lograr un acercamiento
exitoso y llevar al paciente a una buena adaptación.
Personal Auxiliar:
Debe estar directamente relacionado con el comportamiento del odontólogo. Todos
deben conocer sus deberes tener claro cómo se trabaja con niños y los objetivos
perseguidos, desde el momento en que el niño entra en la sala de operatoria. Esto
exige un personal capacitado y bien adiestrado, como también mantener una
apariencia amigable.
Padres:
La conducta de los padres moldea la conducta del niño. Estos ejercen una profunda
influencia sobre la personalidad del niño, afectando el comportamiento de este, en
nuevas situaciones.
Niños:
Para lograr el tratamiento dental del niño en la consulta odontológica, debe
comprender su conducta por eso es importante conocer las etapas de crecimiento
de estos y la actitud que los padres tiene con sus hijos.
Conducta descontrolada:
si la conducta descontrolada es en el área de recepción, se le pedirá al padre que
haga pasar al niño al consultorio. Es preferible que sea este quien cumpla esta
función de sentar al niño en el sillón dental y haga un intento inicial por estableces
la disciplina. Si tiene éxito, será grato para todos; pero si no lo tiene, no queda otra
alternativa que hacerse cargo el odontólogo y estableces los lineamientos del
comportamiento correcto.
Conducta desafiante:
Inicialmente se tratará de establecer una comunicación. Con frecuencia puede
resultar difícil llegar al niño, pero está muy consciente de lo dicho por el odontólogo.
Es importante ser firme, confiado y establecer parámetros claros para la conducta y
a la vez debe delinear claramente los objetivos del tiramiento. Una vez establecido
la comunicación estos pacientes pueden tornarse muy cooperativos.
Conducta tímida:
Estos pacientes hay que acercárseles con confianza, cariño, lo más receptivo
posible. Lo mejor será un abordaje suave, estimulando su confianza en sí mismo,
para que este acepte la atención odontológica.
Conducta llorosa:
Este tipo de reacción generalmente confunde al odontólogo y al personal auxiliar;
puede también, elevar los niveles de ansiedad de los presentes en el acto.
La disciplina, autoridad y decisión del profesional deben estar presentes para
dominar la situación, con el fin de seguir acercándose a estos niños de manera
efectiva.
Hay que supervisar al niño continuamente para establecer si hay una causa
justificable se sus gemidos. (Josefa P., 1998)
TECNICAS
desensibilización:
Se emplea para reducir los temores y tensión del paciente. Se logra enseñando una
respuesta competente como la relajación, y luego vamos introduciendo
progresivamente estímulos más amenazantes a medida que el paciente de
desensibiliza. Realizamos procedimientos fáciles y menos amenazantes dejando
los más difíciles para más adelante. Presentamos primero el espejo, pinza, conos
de goma y luego el explorador, la turbina, jeringa, etc.
decir, mostrar, hacer:
Sabemos que el ser humano se orienta hacia el principio de la aprobación, por ende,
gran parte de las conductas pueden mantenerse y repetirse mediante reforzadores
positivos o estímulos agradables. Los reforzadores pueden ser materiales o
tangibles (juguetes, regalos), sociales que pueden ser verbales (elogios) y no
verbales (expresiones faciales positivas, contacto físico) y de actividad (ir a un
parque). Para suministrar el refuerzo positivo de una manera efectiva, se hace
necesario: 1.- Especificar el comportamiento que se espera del niño. 2.- Aplicar
inmediatamente el refuerzo positivo una vez obtenida la conducta deseada. (Egas,
2015)
MANEJO DE LOS PADRES Y PACIENTES EN EL
CONSULTORIO
El bebé:
Durante el primer año de vida el niño es esencial el centro de la atención. Durante
esta etapa del desarrollo se inicia el establecimiento de una confianza básica. Las
experiencias del bebe son sustancialmente bucales y la experimentación de
produce con todo y cuanto se introduce en la cavidad bucal. No se puede esperar
una respuesta racional de un bebé al que se ha de ver el consultorio odontológico.
La cooperación de los padres es extremadamente valiosa a esta edad.
El niño de 2 años:
El niño se mueve de la etapa de total dependencia hacia el desarrollo de un grado
de responsabilidad personal y de control de sí. El niño puede ser extremadamente
posesivo es prudente no quitarle sus posesiones a un niño de esa edad durante el
curso de la sección odontológica. Se procura mantener los comentarios breves y
simples. El niño querrá tocar y manipular los objetos, para captar su significado. El
lapso de atención es muy limitado, todos los procedimientos deben cumplirse de
manera más eficiente posible. El niño reaccionara negativamente a los ruidos
súbitos y positivamente a los colores brillante. El papel del padre es útil a esta
edad, es aconsejable no separar al niño del padre durante el curso de la visita.
El niño de 3 años:
El vocabulario mejora mucho y la comunicación es más fácil, en la situación
odontológica. El lapso de atención es mayor siempre que el niño está ocupado con
algo de su interés. Hay un menor grado de temor y se puede logar más fácilmente
la separación de los padres.
El niño de 4 años:
Hay capacidad para responder a las indicaciones verbales, pero se ha de
establecer límites inteligentes que requiere de firmeza repetida para establecer los
lineamientos apropiados. Esta etapa el niño tiende a ser muy dramático, de modo
que el profesional debe ser muy cuidadoso. Comprenderá las emociones del niño.
Un manejo errado a esta edad puede tener efectos devastadores a largo plazo
sobre las actitudes odontológicas.
El niño de 5 años:
Los temores han disminuidos usualmente y poseen la capacidad para evaluar las
situaciones atemorizantes. Estos niños se comunican bien comprenden la mayoría
de las instrucciones se adaptan bien en cuanto a pautas d conducta. Esta es una
edad ideal.
El niño de 6 años:
Es una etapa de considerable ansiedad, con frecuente temor al daño corporal,
puede haber desahogo de violentas rabietas o golpes a los padres, médicos u
odontólogos, sin embargo, responde favorablemente al enfoque “diga, muestre
haga”
El niño de 7 a 12 años:
Estos niños prefieren la compañía de otros de su edad y sexo similares, existe la
necesidad de identificarse con otros adultos que no sean los padres. Se hará todo
lo posible por disminuir la inseguridad y la incertidumbre.
En adolescentes:
Suelen estar hambrientos en respuesta a las exigencias de sus rápidos ritmos de
crecimiento. Como resultado de las frecuentes ingestiones fuera de la hora puede
haber un periodo de caries dental acelerada. El odontólogo y su personal pueden
se mirados con irritación. Son esenciales la tolerancia la compresión durante la
evaluación. (Braham, 1984)
LA IMPORTANCIA DE LA SALUD BUCAL EN LOS NIÑOS
El cuidado dental es un hábito que se aprende desde la infancia y que perdura toda
la vida. Los dientes y encías bien cuidados ayudan a los niños a mantener una
buena salud a nivel general, no sólo dental. Cuando los niños presentan caries,
infecciones u otro tipo de enfermedad oral, los resultados pueden ser negativos,
generando deficiencias en la nutrición, desarrollo del lenguaje, dolor y en muchas
ocasiones problemas con su autoestima.
Por estas razones es tan importante cuidar y enseñarles a los niños los hábitos de
higiene bucal. Estos deben ser enseñados y reforzados por los padres durante su
crecimiento inclusive con los recién nacidos. Se recomienda limpiar las encías con
un paño suave y húmedo después de cada comida y antes de dormir, además de
regular las dietas de alimentación de biberón y lactancia materna.
Otro punto que hay que tener en consideración, son las citas al odontólogo: se
recomienda acudir a citas cada 6 meses para prevenir la aparición de caries y
realizar limpiezas u otros tratamientos preventivos. Es muy importante que los
padres incentiven el apoyo y le entreguen seguridad al niño hacia el profesional. No
hay que asustarlo ni permita que lo hagan. Los grandes traumas empiezan por
intimidación de otros hacia algún suceso.
Los padres son influyentes en la salud oral del niño de muchas formas. Los infantes
empiezan a tener una motricidad que permite manejar un cepillo dental después de
los 6 años, en este periodo es importante que los padres asuman la responsabilidad
de cepillar los dientes de sus hijos.
Los dientes deciduos (dientes de leche) deben ser cuidados con la misma
importancia que los definitivos, ya que gracias a éstos se mantiene el espacio en el
cual se alinearán los dientes permanentes. Cuando los dientes se pierden por caries
o traumas (golpes), o se realizan extracciones tempranas, este espacio se empieza
a perder, y esto sólo se logra recuperar con ortodoncia.
Los dientes temporales con procesos infecciosos pueden alterar la formación de los
definitivos, generando dientes débiles con pigmentaciones, cavidades y manchas
grandes, siendo más vulnerables a la formación de caries.
LACTANCIA MATERNA.
Con el biberón el niño no cierra los labios con tanta fuerza y éstos adoptan forma
de "O", no se produce el vacío bucal, se dificulta la acción de la lengua, la cual se
mueve hacia adelante contra la encía para regular el flujo excesivo de leche y se
mantiene plana. Hay una menor excitación a nivel de la musculatura bucal y
no favorecerá el crecimiento armonioso de los huesos y cartílagos.
El uso prolongado del chupete puede impedir el desarrollo natural de los dientes, de
la mandíbula y de la formación del paladar. En el caso de que el niño-a tenga ya
varios dientes de leche, el uso del chupete puede hacer que los dientes superiores
sobresalgan y que los inferiores se retraigan. Todas estas cuestiones pueden
interferir en el proceso del habla.
TRANSMISION BACTERIANA.
Alrededor del cuarto mes de vida, antes que erupcionen los primeros dientes, se
debe empezar con la estimulacion oral minimo una
vez al dia para acostumbrar al bebé a la manipulacion
de su boca e instaurar un hábito de higiene oral
precoz. El masaje de las encias es, a demas, un gran
estimulador de las funciones orofaciales. Para esta
etapa se pueden utilizar dedales de silicona, gasas humedecidas en agua, pañitos
especiales, etc.