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EJE METODOLÓGICO INVESTIGATIVO:

LA LITERACIDAD CRÍTICA PROPIA DEL ENFOQUE SOCIOCULTURAL DE LA


METACOGNICIÓN.

La metacognición en su enfoque sociocultural o el enfoque


sociocultural de la metacognición es la síntesis de dos
instancias, a saber, el sociocultural y el metacognitivo. El
primero se nutre de los aportes de la sociología
contemporánea, mientras que el segundo de los importantes
avances en las neurociencias. La literacidad es la
descripción del entorno o contexto actual de sus miembros.
Mientras que la crítica es la natural interrelación social a
través del lenguaje que, por lo general, exige la
fundamentación de juicios, creencias y cosmovisiones.

Desde Vygotsky las teorías del aprendizaje empiezan a


otorgarle una importancia inusitada al entorno o contexto del
aprendiz. Claro está que en el anticomunista occidente la
influencia de Vigotsky es muy posterior, al descubrimiento de
la sociología, en especial de la etnometodología, al sostener
el rol fundamental que juega la comunidad, entendida como un
entramado de prácticas sociales, a fin de dotar de sentido a
sus acciones constituyendo una sólida visión de mundo. La
etnometodología con Garfinkel ya no entiende al sujeto social
como un ser irracional solamente capaz de adscribir un
conjunto impuesto de reglas, sino poseedor de una
racionalidad que se deposita en el sentido común. El saber
cotidiano, los aprendizajes, las reglas son cristalizadas por
medio de la palabra en una racionalidad especial: el sentido
común. Ese sentido común es lo que le permite al miembro de
una comunidad dotar de sentido sus propias acciones y
hallar el sentido en el discurso del otro; cosas tales como
comprar, saludar al vendedor, llamar por teléfono o tomar el
metro, todo eso se hace por sentido común.
De modo que, el alumno no ingresa a la escolarización sin
saber nada, sino sabiendo mucho; el profesor competente
utiliza ese saber a su favor, permitiendo que el alumno
establezca una relación dinámica con su entorno cargado de
sentido. De ahí proviene la importancia pedagógica dada a
los conocimientos previos. Antiguamente, los colegios eran
concebidos como reductos dentro de la comunidad en la que se
hallaban insertos, como los conventos, eran cerrados a su
población; hoy es lo contrario. Decir que la educación
comienza con la familia es reconocer la importancia del
entorno en el desarrollo de los seres humanos, también en el
de sus facultades cognitivas superiores y, por supuesto, en
su aprendizaje.

Esta relevancia dada al contexto no minimiza el papel


que le compete a la biología en el funcionamiento individual
y social de las personas, en tanto que la interacción social,
utiliza como medio privilegiado de acción, el lenguaje, es
decir, el pensamiento, es decir, la mente, es decir,
cerebro, es decir, sistema nervioso, es decir, neurología, es
decir, biología. En verdad el enfoque sociocultural es una
perspectiva bio-psico-histórico-socio-cultural. Un lector
eficiente se explica no por una sino por muchas causas. Al
parecer no influye una entidad discreta en el comportamiento
individual y social, sino una multiplicidad de variables,
cada una de ellas, condición necesaria para el fenómeno, por
ejemplo, de la comprensión lectora.

Históricamente porque la concepción de mundo ha variado


notablemente con el creciente desarrollo y complejidad de las
herramientas tecnológicas mediante las cuales las creencias
habituales son puestas cada vez en cuestionamiento; es la era
de la información en vivo y en directo, lo que exige una
rapidez cuántica, produciendo un estado de vértigo: nada se
establece si al mismo tiempo no está ya cambiando. Solo la
información viaja tan rápido. Es, entonces, la era del
conocimiento, de las nuevas tecnologías de la información,
del mundo globalmente culturizado, la transformación del
paisaje físico en un símbolo, el mundo concebido como último
horizonte de comprensión siempre en fuga. El mundo actual, el
planeta, es un entorno “no naturalmente mudo” sino cargado de
sentido. Es un mundo tremendamente estimulante porque se
encuentra rodeado de cosas y prácticas altamente letradas. El
mundo de hoy, es básicamente, un mundo informante. Cada era
lo reclama: Esto que vivimos, hoy en día, no tiene
precedentes.

El enfoque sociocultural asume el desafío del mundo en


la edad de la globlalización, pero críticamente. Esto no
significa para nada una cuestión política. Crítica, aquí,
quiere decir asumir la visión de la OCDE, de que ya no se
puede apostar a nada duradero, es decir, no hay cosas tales
como verdades absolutas, todo es relativo, por ende, ningún
juicio puede ser considerado como absolutamente verdadero, ni
siquiera este. Es nuestra condición el no ser lo
suficientemente estables como para no dar nada por seguro, lo
que implica revisar las creencias sostenidas acerca de la
realidad. La información alcanza tal envergadura que el
lector debe seleccionar la correcta, aunque sepa que puede
estar equivocado. Esto exige del lector la presencia de un
sistema que permita el monitoreo o control sobre los procesos
reguladores del acceso a la información y autoorganización de
la misma.

Los estudios en neurociencia concluyen que la memoria mejora


con la práctica de lo cual se infiere el “funcionamiento” de
una “técnica” para supervisar y controlar su ejercicio
conforme avanza con su uso. A la “conciencia” de monitorear
para regular el funcionamiento de los procesos cognitivos se
le llama metacognición.

Como se puede entender, la necesidad de la competencia


crítica en el lector exige una capacidad reflexiva que le
permita al sujeto ser consciente de los procesos mentales y,
al mismo tiempo, hallar la manera de controlarlos. Todo para
afirmar si la información entrante, si el conocimiento
adquirido, contraviene, apoya o es indiferente ante la visión
de mundo que se deja entrever a través de mis prácticas
letradas que incluye escrituralidad y oralidad. Esto aclara
la posición de Cassany al afirmar que leer en la actualidad
es un quehacer tripartito: leer las líneas, leer entre líneas
y leer tras las líneas. Esto es lo que se denomina un lector
competente. Desde la literacidad crítica, esto es, desde la
práctica letrada algún aspecto de la propia visión de mundo
es cuestionado, esto es la oportunidad que gatilla la
metacognición porque provoca la reflexión, que es el estado
propicio para que se de la presencia del metanivel cognitivo.
Este cuestionamiento puede ser explícito, pero las más de las
veces es tácito, en el ámbito de bajo y tras las líneas

Desafortunadamente, la metacognición es un fenómeno de


carácter no material, sino formal, conceptual y subjetivo, es
decir, privado. La pregunta fundamental es de carácter
práctico: ¿es posible, en verdad, acceder a los procesos
mentales y al mismo tiempo controlarlos? De ser esto posible
¿es educable?

Las respuestas a estas interrogantes son de carácter más


bien cultural.

Nuestra escolarización en sus inicios fue una inspiración de


la concepción educativa europea, pero desde la revolución
industrial la mirada hacia la educación de corte
norteamericano ha ido en aumento hasta constituirse en su
referente. Desde este punto de vista, en nuestra cultura no
se suele educar para la reflexión sistemática, cuestión
ridícula si la metacognición tiene que ver con la capacidad
de ser consciente de los propios procesos internos.
Efectivamente, es un hecho que el homo sapiens sapiens es
capaz de diferenciar entre la conciencia en sí y sus
contenidos. Esto es el núcleo de la metacognición. Pero qué
ser quiere decir con esto. Dé un ejemplo. Yo me doy cuenta de
que estoy leyendo. Yo me doy cuenta de que el texto es una
historia entre un niño y un zorro. Yo me doy cuenta de que
primero miro las ilustraciones, las notas bajo las
ilustraciones, después el título, etc. Y así como yo habrá un
montón de otros yoes con su propia manera de controlar el
flujo de información. Ninguna de estas cuestiones, relativas
a la metacognición supone el contexto social del fenómeno,
más bien suena a un cubículo aséptico con aspecto de
laboratorio, por eso se insiste en la metacognición en su
enfoque o utilización al servicio de la perspectiva
sociocultural.
Si la meta es lograr una comprensión efectiva de lo que se
expresa culturalmente, esto es, formar a un lector
permanente, cambiando a la misma velocidad que los textos y
discursos, adaptándose continuamente a una forma que apenas
se visibiliza se transforma; si el propósito es formar a un
ser humano que sobreviva en una sociedad de continuo
desafiante, se torna necesario un centro regulador que dé
cuenta de que hacer algo productivo no es hacerla de
cualquier modo, sino aplicando cierta lógica que signifique
la optimización de recursos. Sin el enfoque sociocultural, la
metacognición es una cuestión meramente biologicista, con él,
es la técnica para lograr la mejora en la comprensión lectora
que es una cuestión estrictamente social desde la mirada de
la literacidad. Nuestro entorno no es natural o físico, sino
simbólico, letrado, es decir, cultural por lo tanto
colectivo, social, comunitario. Mirar el cielo y nombrarlo
como tal, es el resultado de un proceso complejísimo cerebral
“crítico” hasta ahora inexplicable sin el entorno letrado o
simbólico; esta interacción producida por la adquisición del
lenguaje, entre lo biopsicosociocultural es lo conocido como
literacidad. Una vez que el ser humano dice: “mío, aquí, yo”
ha sellado el compromiso de su ser con el ámbito comunitario.
Globalizado, diríamos hoy en día. El lenguaje es el nexo
entre el hombre y el mundo, a través de él hombre ha hecho un
mundo dominado por los productos tecnológicos que, si bien es
cierto son del todo concreto, se llega a ellos después de un
riguroso trabajo netamente intelectual. Evidentemente sin el
trabajo intelectual no hay producto tecnológico, mientras
mayor es la producción técnica, más aumenta la complejidad
intelectual o informativa; mientras más crece la
nanotecnología, más necesario se ha vuelto el hombre letrado,
porque se ha descubierto que el analfabeto será incapaz de
manejar y, por ende, de comprar equipos que admirará pero que
no será capaz de hacer funcionar. Estar a la moda en la edad
globalizada es estar al día, porque una semana de desconexión
produce una seria pérdida de información. Y hoy la
información es el poder.

Claro está que la OCDE cuando habla de lenguaje y


comunicación lo hace con su qué. Está pensando no en la
novela, el arte, la música o la filosofía; lo piensa por el
imperio del lenguaje científico-tecnológico. Lo que informa
la Ciencia es lo valorado como verdadero, comprobado,
aprobado, etc. Pero ocurre algo con la ciencia. Un
problemilla. En un mundo globalizado, ella se especializa
cada día más desconectando las partes con el todo; por ende,
el mundo del mañana, todo lo indica así, requiere de lectores
hiperespecializados en el lenguaje científico-tecnológicos,
lo demás poco importa.

Piénsese en Homero Simpson. El tipo es jefe de seguridad de


una planta nuclear; ni siquiera conoce la función de los
instrumentos que tiene en frente, y aunque tiene un manual no
lo lee porque no lo comprende. Ese Homero Simpson es el
némesis del Hombre técnico y globalizado. A la OCDE no le
interesa el aprendizaje, le interesa la escolarización
funcional a los desafíos del mundo moderno, por eso cuando
insiste en que el futuro trabajador deberá ser bilingüe, no
se menciona la segunda lengua, pero es de suponer la
insinuación al inglés o al chino mandarín.

Todo esto es el resultado del trabajo metacognitivo en su


enfoque social, Yo cuando estoy escribiendo esto, me doy
cuenta de que escribo, y que debo hacerlo respetando las
normas del castellano a fin de ser comprendido, lo que me
obliga a releer constantemente el texto, y a rehacerlo si es
necesario, manteniendo en mente el propósito de cada párrafo.
Pero todo esto depende de la percepción que al final de
cuentas es teñida por nuestro sentido común que es el que
funciona la mayor parte de nuestro tiempo y que se gesta
desde la literacidad. Es no solo el hombre comunicándose con
el mundo, sino el mundo comunicándose con el hombre.

OPTAMOS POR LA LITERACIDAD CRÍTICA DEL ENFOQUE SOCIOCULTURAL


DE LA METACOGNICIÓN

LITERACIDAD= ES EL USO EFICAZ DE LOS GÉNEROS ESCRITOS. ESTE


USO SE DA EN UN CONTEXTO SOCIALMENTE EDIFICADO, POR LO QUE,
LA LITERACIDAD SE DA EN UNA “COMUNIDAD”. PARA CUMPLIR SU
OBJETIVO, DEBE ABARCAR TODOS LOS CONOCIMIENTOS Y ACTITUDES
NECESARIOS PARA FUNCIONAR DE MANERA ÓPTIMA.

Literacidad: es el uso eficaz de los discursos y de los


géneros escritos. (La comprensión de los discursos y escritos
guardará relación con el uso del lenguaje, el que dependerá
de la interacción social. En tanto uso, la literacidad se da
en una comunidad es decir en una interrelación social, entre
seres humanos. Ella no es un conocimiento, sino un conjunto
de conocimientos y actitudes

ABARCA A) EL MANEJO DEL CÓDIGO

b) de los discursos, en cuanto elaboración reflexiva de los


contenidos de las comunicaciones sociales.

B) EL MANEJO DE LOS GÉNEROS ESCRITOS

C) EL CONOC. DE LA FUNCIÓN DEL DISCURSO Y DE LOS ROLES QUE


ASUMEN EL LECTOR Y EL AUTOR.

D) LOS VALORES ASOCIADOS CON LAS PRÁCTICA DE LAS DISCURSIVAS

E) LAS FORMAS DE PENSAMIENTO DESARROLLADAS CON ELLAS

EN DEFINITIVA, ESTOS ESTUDIOS Y LA PERSPECTIVA SOCIOCULTURAL


EN SU CONJUNTO ENTIENDEN QUE LA LITERACIDAD ES LA SUMA DE UN
PROCESO PSICOLÓGICO QUE UTILIZA UNIDADES LINGÜÍSTICAS, EN
FORMA DE PRODUCTO SOCIAL Y CULTURAL. CADA TEXTO ES LA
INVENCIÓN SOCIAL E HISTÓRICA DE UN GRUPO HUMANO Y ADOPTA
FORMAS DIFERENTES EN CADA MOMENTO Y LUGAR, LAS CUALES TAMBIÉN
EVOLUCIONAN AL MISMO TIEMPO QUE LA COMUNIDAD. APRENDEMOS A
USAR UN TEXTO PARTICIPANDO EN LOS CONTEXTOS EN QUE SE USA.
ESTOS ESTUDIOS TAMBIÉN MUESTRAN QUE LA INTERRELACION ESTRECHA
SE HABIA ESTABLECIDO ENTRE ADQUISICIÓN DE LA LITERACIDAD Y
DESARROLLO COGNITIVO Y CIVILIZACIÓN SON CUESTIONABLES.

ANÁLISIS CRÍTICO DEL DISCURSO: SUGIERE QUE TODO TEXTO TIENE


IDEOLOGÍA, ADEMÁS DE CONTENIDO, Y QUE LEER Y COMPRENDER
REQUIERE DETECTAR LA IDEOLOGÍA Y EL POSICIONAMIENTO QUE
ADOPTA EL AUTOR DEL TEXTO.
Gray 1960 (citado por Alderson 2000) distingue tres formas de
lectura:

Leer las líneas. Comprensión literal

Leer entre líneas. Comprensión inferencial

Leer tras las líneas. Comprensión de la ideología,


posicionamiento, punto de vista, visión de mundo.

**la investigación sobre la literacidad debe incorporar una


perspectiva sociocultural, a la lingüística y a la cognitiva.
Esta perspectiva debe adoptar un punto de vista más global,
interesándose por los interlocutores, sus culturas, sus
organizaciones sociales, las instituciones con las que se
vinculan, etc.

La investigación sobre metacognición debe incorporar una


perspectiva s sociocultural, a la neurológica y a la
cognitiva

Se opta por la literacidad crítica propia del enfoque


sociocultural de la metacognición

Se opta por la literacidad crítica de la metacognición en su


enfoque sociocultural.

Ante las posibilidades de mejoramiento de la comprensión


lectora se opta por la literacidad crítica desde el enfoque
sociocultural de la metacognición.

Básicamente, esta apuesta implica la síntesis de dos planos


fundamentales: el metacognitivo y el sociocultural. Esto
significa que puede haber una perspectiva “no sociocultural”
del fenómeno metacognitivo; en este caso se trata de un
enfoque biologicista de la metacognición o neurológico si se
prefiere. La visión neurocientífica de la metacognición es
preferencialmente “invidual” (en jerga científica se dice
“ontogénica”) mientras el horizonte de comprensión
sociocultural es colectivo, comunitario.
Desde el punto de vista de rigor pedagógico es más útil un
enfoque sociocultural, ya que a partir de Vigotsky se ha
consensuado el hecho de que no hay “aprendizaje” individual,
en soledad, sino que siempre se requiere de Otro que sepa lo
que yo no. Pese a esto, la mirada sociocultural en la
educación no se establece con Vigotsky, sino con el avance la
sociología. (Vigotsky se desechaba por su postura política),

Hasta entrado los años 50, la sociología pensaba a las


personas, más o menos, como los concebía la pedagogía: una
especie de pizarra en blanco, llena de creencias prelógicas
que hay que borrar. El sociólogo de los ´50 no pensaba que
las prácticas sociales cotidianas, implicaran algún grado de
reflexión o sentido. No obstante, Garfinkel en los ’60 diseñó
la “etnometodología” dando a conocer observaciones
interesantes. Dado que el mundo cotidiano se rige por
interacciones sociales, las que a su vez son mediadas por un
uso determinado del lenguaje, resulta plausible suponer,
contrariamente a lo establecido, uno o varios sentidos, por
ende, una lógica que si bien es cierto no es la de la
racionalidad científico-tecnológica, pero sí la del “sentido
común”. O sea, desde que el mundo se nos aparece como objeto
nuestras acciones, por más triviales que sean, trasuntan una
actividad reflexiva. De aquí surge la importancia dada a los
conocimientos previos. Como dirían “los señores Ortega y
Gasset”, el primer día de escuela el docente recibe no a un
niñ@, sino a un “Tú y sus circunstancias”.

Todo lo anterior se denomina “enfoque sociocultural”.

La metacognición es un fenómeno neurobiológico, al parecer,


privativo de la especie humano, descrito en sus inicios por
Flawell al investigar sobre la memoria. Describió la memoria
como un proceso perfectible conforme el individuo se
desarrolla. La explicación de esto implica la suposición de
la existencia de un mecanismo funcionando como estación de
monitoreo y control de lo que se puede memorizar. Esto
significa la presencia de un metanivel, que “no” memoriza,
sino que supervisa lo memorizable. A esto le llamó
metamemoria.
Dado que la memoria es una de las funciones cognitivas
complejas, resulta convincente proponer un metanivel para
cada una de ellas. ¿Cuáles son los procesos cognitivos? Todos
aquellos que funcionan en la adquisición y procesamiento de
la información que se recibe del mundo. Sensación,
percepción, memoria, atención, pensamiento, lenguaje,
inteligencia.

Ahora, si la hipótesis del metanivel es factible, debe haber


una metasensación, una metapercepción y así sucesivamente.
Efectivamente, el ser humano es “homo sapiens sapiens”, es
decir, se da cuenta de que está percibiendo, memorizando,
pensando o hablando, etc. A este “darse cuenta” del
funcionamiento de los procesos cognitivos se le llama
“metacognición”. Como su nombre lo indica, no es un
conocimiento, sino un más allá del conocimiento. ¿Cómo se
llama el más allá del conocimiento? Conciencia. Concienciar
los procesos cognitivos es metacognición. Una cosa es conocer
algo y otra muy distinta es darse cuenta de que yo estoy
conociendo algo. Una cosa es ver televisión y otra muy
distinta ‘darse cuenta’ de que ‘yo’ estoy ‘viendo’ ‘la
televisión’. Haga usted mismo la prueba. Percátese de que
usted está leyendo, ahora mismo, estas palabras. Usted se da
cuenta no solo de que está haciendo “algo” vagamente, sino
específicamente. Yo estoy leyendo una novela o escuchando una
canción. Desde el metanivel en el que opera la metacognición
es posible de darse cuenta del funcionamiento de la
omprensión lectora y, por lo mismo, “gestionar” el proceso.

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