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Esa formación es todo un proceso. Considera que cada integrante de ese equipo
tiene objetivos personales distintos. El proceso te lleva a facilitar la aceptación de
un objetivo general del equipo que no tiene que estar divorciado de los objetivos
de los individuos, Ese equipo lo conforman adultos. Los adultos necesitamos
saber: por qué, para qué, entonces sí, modifico mi conducta. Ese equipo necesita
determinar sus objetivos y de acuerdo a sus habilidades y posibilidades podrá
alcanzarlos, pero primero debe adoptarlos y estar dispuesto a trabajar por ello.
Tener propósitos claros: Ya que esto significa tener una misión con objetivos y
planes de acción determinados y aceptados, la visión del propósito del equipo
debe ser común o congruente con todos y cada uno de los miembros del equipo.
El no tener objetivos factibles y aceptados implica dejar al equipo sin orientación ni
visión de futuro, por tanto, éste es un requisito sumamente importante para la
motivación expresa y común.
Cierto grado de informalidad: Con esta característica se puede referir a la
comodidad o nivel de relajación. En el equipo efectivo los integrantes se sienten
cómodos y tranquilos, sin la tensión desagradable de sentirse evaluados o
amenazados. La formalidad y/o la tensión interna es síntoma de que los miembros
no se expresan de manera simple y directa.
Liderazgo compartido: Si bien existe un líder formal, todos, y cada uno, asumen
conductas de liderazgo efectivas. Hay que tener en cuenta ello, porque algunas
veces se confunde el liderazgo compartido y suelen suceder que hay lideres, o
mejor dicho se forman 2 lideres, de los cuales chocan ideas.
La credibilidad externa.
Por naturaleza el ser humano es un ser social, al que le gusta interactuar con otros
individuos para crecer y desarrollarse. Pero no siempre comparte las mismas
metas u objetivos. En el libro “El emprendedor de éxito” de Rafael Alcaraz,
propone Buchholz 7 atributos para que un equipo sea considerado efectivo:
2.- Responsabilidad compartida que permita que todos los individuos se sientan
involucrados en el mismo grado y, de esa manera se comprometan de manera
voluntaria. Si los miembros del grupo se sienten aislados cada uno verá por su
bien y no por el del proyecto.
3.- Comunidad de propósito, que los integrantes conozcan cuales son sus razones
y funciones dentro del equipo. Si no se tienen delegadas las actividades, cada
integrante realizará tareas que no le corresponden, ocasionando desorden.
5.- La mira en el futuro, tanto en la meta final como en el proceso, para alcanzar
los propósitos y no perder de vista su capacidad para mejorar con el tiempo. En el
caso de no ver a futuro el proyecto no llegará a su realización.
Para que exista un equipo efectivo no hay que olvidarnos de un elemento clave: la
“motivación”. Si se dan cuenta todos los puntos están ligados, ya que si llega a
faltar uno, el rumbo del proyecto puede perderse y no se logrará tener un equipo
de trabajo efectivo.
Pueden generarse conflictos duraderos entre los miembros ya que habrá muchas
diferencias en las formas de pensar y puede llevar a discusiones que dividan al
grupo.
Sin embargo no hay que olvidar algunas de las ventajas del trabajo en equipo, que
son:
Se mejora el clima laboral, hay mejor coordinación entre los miembros del grupo.