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CAPÍTULO VI

IMPLICACIONES

6.1 Políticas

El desarrollo del programa nuclear norcoreano ha representado una


preocupación para el equilibrio del sistema internacional. El potencial destructivo
que representa la capacidad militar de Corea del norte plantea retos para la
seguridad y la política internacional. Frente a esto, actores internacionales como
la Organización de las Naciones Unidas han hecho ver esta preocupación
condenando los ensayos nucleares de este país a través de seis resoluciones
adoptadas que tienen como objetivo detener el avance del programa nuclear.

Las sanciones han estado orientadas a cortar el suministro de dinero


destinado al programa de misiles y la investigación nuclear, sin embargo, la
realidad es que por los momentos estas sanciones no han demostrado la
capacidad de persuadir o negociar para que Corea del Norte abandone su
programa nuclear. Por una parte, Corea del Norte culpa a EE.UU. del desarrollo
del programa nuclear, ya que argumentan que deben tener capacidad defensiva
ante el recrudecimiento de las amenazas por parte de occidente. China, principal
socio comercial y aliado ideológico de Corea del norte, culpa a EE.UU. y corea
del sur por la postura amenazante a través de los ejercicios militares que en vez
de ser disuasivas lo que han generado son mayores tensiones.

Occidente por su parte sigue apostando por una estrategia de contención


para limitar la capacidad del adversario para expandir su influencia: las
sanciones buscan restringir la financiación del programa nuclear. Sin embargo,
con la llega de Donald Trump al poder, la política exterior de EEUU se ha
orientado al “Poder Duro”, donde se han vuelto asomar las opciones militares,
ataques preventivos y más sanciones económicas para presionar al régimen
norcoreano. Con el despliegue militar en la región, EEUU busca disuadir al
régimen norcoreano para que dé marcha atrás a su programa nuclear pero el
costo se traduce en mayores niveles de incertidumbre y tensión política sobre la
región sin una solución a corto plazo.
Sin embargo, el temor de la nuclearización de la región ha originado que
China de señales de alejamiento con Corea del Norte; propiciando una política
de dialogo con EEUU ya que coinciden en que la desnuclearización de Corea
del Norte es clave para la estabilidad política en Asia. Esto pudiera fomentar
contactos diplomáticos para abrir canales de comunicación con Corea del Norte.

Otra implicación política a considerar es que el programa nuclear


norcoreano conlleva riesgos y tensiones que podrían acabar con tratados
considerados hitos del desarme como el Tratado de No Proliferación Nuclear.
Como bien señala Elena Araya (2014) “la posibilidad de que Corea del Norte se
transforme en un Estado con armas nucleares que pueda brindar soporte
logístico y estratégico para grupos terroristas podría – y ya tiene – profundos
efectos en el sistema internacional.” (p.3). Esto se debe a que las acciones y
amenazas a futuro ponen en peligro la integridad del régimen internacional en
materia de no proliferación.

A su vez, se abre el debate sobre si Europa, Japón, Corea del Sur y otros
países deben dotarse de armas nucleares. De continuar el avance del programa
nuclear norcoreano, se generaría un entorno muy difícil al poner en peligro la paz
y la estabilidad en Asia oriental que pudiera derivar en una carrera de
armamentos y la incursión de nuevos actores con armas nucleares o el potencial
de poseerlas a futuro. Es por ello que un retroceso en materia de no proliferación
y desarme dependerá de la diplomacia y los acuerdos multilaterales y bilaterales
para fortalecer la seguridad mundial y frenar el avance del programa nuclear
norcoreano.

El problema norcoreano sigue demostrando divergencias en las


posiciones de los actores involucrados que se hacen visibles a través de las
distintas alternativas de solución del conflicto. La opción militar tiene
implicaciones elevadas a nivel económico y humano. Por otro lado, una
intervención unilateral de EEUU pudiera tener implicaciones políticas sobre las
Naciones Unidas y su rol como principal garante de paz y seguridad, socavando
su legalidad como organización internacional. Con respeto a la opción de seguir
aislando a Corea del Norte hasta derrocar al gobierno, se generarían dificultades
y costos serios tanto a Corea del Sur (que tendría que gestionar una
reunificación) como a China (que tendría que absorber un número muy alto de
refugiados, perdiendo un aliado que actúa como Estado satélite en una zona
estratégica para sus intereses). Esto ocasionaría una desestabilización regional
que ni China y Rusia aceptarán donde EEUU obtendría mayor influencia regional
sobre los asuntos políticos.

Por su parte, la opción de negociación pasa por reconocer las demandas


de Corea del Norte y disminuir la rigidez de las posiciones de los actores
involucrados. Acordar la suspensión y el desmantelamiento del programa
nuclear a cambio de reconocimiento diplomático, ayudas económicas y garantía
de no agresión pudieran equilibrar la amenaza que representa Corea del Norte
por la posesión de armas nucleares. En cambio, ante una negativa de Corea del
Norte en detener su programa nuclear, la comunidad internacional se enfrentaría
ante la decisión política de reconocer el programa nuclear norcoreano bajo una
supervisión internacional, una decisión que no parece viable.

El orden internacional posguerra fría está en riesgo: EEUU ha empezado


a sentir los costos de mantener su hegemonía debido a los costos incurridos en
mantener el sistema. “Estados Unidos carece de capacidad internacional e
interna de resolver los conflictos internos de otras sociedades y, al mismo tiempo,
de vigilar y dirigir los acontecimientos transnacionales que amenazan a los
estadounidenses en su propio país.” (Araya, 2014, p.25). El desgaste de sus
capacidades materiales, el ascenso de China, el terrorismo y los temas de
seguridad, como el nuclear plantean nuevos escenarios dentro del tablero
mundial que el poderío militar por si solo no puede conducir resolver. Para ello,
una coalición internacional y el uso de la diplomacia podrían enfrentar estos
desafíos comunes.

Es por ello que “el control de la proliferación nuclear y la lucha contra el


terrorismo internacional requieren de respuestas caracterizadas por un salto
cualitativo en la cooperación y coordinación –poder blando- entre los Estados,
donde la información y su adecuado procesamiento adquieren mucha
importancia” (Araya, 2010, p.25). Todo dependerá de las voluntades y la
capacidad de los actores involucrados en unificar criterios y encontrar una
solución a corto plazo. No obstante, el programa nuclear norcoreano genera una
serie de implicaciones sobre la estabilidad regional donde la diplomacia y los
acuerdos entre las naciones serán un factor decisivo para la solución pacífica del
problema.

6.2 Económicas

En un mundo globalizado como el de hoy, hay acontecimientos y


fenómenos que pueden impactar el comportamiento de la economía mundial. La
economía del continente asiático contribuye con una cuarta parte del Producto
Interno Bruto global, aproximadamente. Con la creciente hostilidad que ha
generado el desarrollo del programa nuclear norcoreano, la economía del
pacífico se ha convertido en el eje de atención de los principales mercados
mundiales. Abordaremos las principales implicaciones económicas del desarrollo
nuclear norcoreano en la región ante un eventual conflicto militar.

Una escalada del conflicto, tendría implicaciones negativas para el


comercio global, la confianza y las inversiones en la región. Es importante
destacar que la región asiática se fundamenta principalmente en la provisión de
materias primas, bienes manufacturados y una importante inversión de capital
extranjero. Ante el escenario de que el programa nuclear norcoreano
desencadene un conflicto militar, países como China Japón y Corea del Sur se
verían involucrados: países que lideran un nuevo equilibrio económico a través
del capital humano, la productividad y el desarrollo tecnológico.

China, por un lado, es uno de los países más importantes en el noreste


asiático con su acelerado crecimiento económico y una consolidada capacidad
exportadora, Japón contribuye al 4.1% del PIB mundial gracias a su sector
manufacturero y Corea del sur aporta 2% de su producción a la economía global
siendo esta última economía la mayor productora de cristal líquido, segundo en
semiconductores y con una dinámica industria automotriz. Mayores tensiones
sobre la región supondrían pérdidas incalculables para los distintos sectores
económicos que impactarían de forma considerable el flujo comercial con
occidente.

En el caso de que China decida apoyar a Corea del norte, los estragos
económicos serían considerables sobre los mercados internacionales y las
relaciones comerciales con Estados Unidos. Sin embargo, China ha optado por
una postura neutral llamando a la negociación y la moderación de las partes.
China entiende que los costos negativos sobre su economía son altos y por ello
apuesta por una salida pacífica en la que el programa nuclear no afecte su ritmo
de crecimiento y su incursión en nuevos mercados.

Por su parte, Corea del Norte ha estado inmersa en una serie de


sanciones económicas que han debilitado su capacidad productiva. Las
restricciones impuestas por las Naciones Unidas para detener el programa
nuclear han limitado la importación de carbón y otros minerales desde Corea del
Norte, una importante fuente de ingresos para el país. Aun cuando Corea del
Norte ha experimentado leves incrementos en su tasa de crecimiento debido a
las reformas económicas que han fomentado la creación de nuevos mercados y
fuentes de ingresos, más aislamiento y sanciones podrían agravar la ya
debilitada economía.

En el caso de EEUU, las implicaciones fiscales serían considerables.


Tomando en cuenta el nivel de deuda que ronda el 75% de su PIB, el gasto para
mantenerse en conflicto pudiera acelerar los niveles de deuda pública para la
producción de armamentos, despliegue de tropas y reconstrucción de la
infraestructura.

Es notorio que la escalada del conflicto y una eventual guerra en la


península coreana generaría pérdidas económicas por la afectación en los
procesos de producción y el suministro de insumos. Empresas transnacionales,
que se abastecen con productos provenientes de países de asía oriental, verían
una caída drástica en el valor de sus acciones por la baja en sus ventas.

Mercado petrolero mundial

Mayores tensiones sobre la península coreana podrían disparar los


precios del petróleo a nivel mundial. De acuerdo a la consultora Wood Mackenzie
“Corea del Sur, Japón y China representan en conjunto el 34% del comercio
petrolero a nivel mundial” (RT, 2017). Una interrupción del suministro petrolero
mundial en la región pudiera impactar el mercado de hidrocarburos y disminuir
la oferta global ocasionando un incremento en los precios del petróleo. Es
interesante observar como el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas
impuso una serie de sanciones que limitan las importaciones de petróleo y
derivados hacia Corea del Norte, principales fuentes de energía para el programa
nuclear.

Mercado financiero

De continuar las tensiones y el estallido del conflicto, los mercados


financieros pudieran entrar en pánico con lo cual los bancos centrales tendrían
que suministrarles liquidez para minimizar los daños en la economía real y crisis
de insolvencia. Los bonos y activos pudieran verse afectados por las
expectativas negativas con lo cual el valor de estos pudiera desplomarse
generando pérdidas.

Crecimiento económico mundial

De acuerdo al Banco Mundial, el crecimiento económico mundial para


este 2017 se prevé en torno al 2.7%. No obstante, el crecimiento económico
mundial se vería afectado si el programa nuclear norcoreano desencadenara un
conflicto militar en la región, entendiendo que un declive de la producción asiática
pudiera desacelerar las economías emergentes de Asia que aportan un
porcentaje considerable de su producción al PIB mundial. Los gobiernos
requerirán de políticas económicas que puedan estimular los distintos sectores
de la actividad económica para mitigar los efectos de eventuales recesiones que
afectarán tanto a productores como consumidores.

Mercado de divisas

Con respecto al mercado de divisas, debemos considerar que luego de la


crisis financiera mundial del 2008, muchos bancos centrales han optado por
políticas monetarias expansivas, Un incremento de las tensiones pudiera
favorecer la depreciación de algunas monedas asiáticas con la consecuencia
que se pudiera generar lo que algunos analistas llaman “devaluación
competitiva”. Es decir, esto pudiera tener un efecto en cadena en el cual muchos
países emergentes devalúen sus divisas para preservar su sector exportador y
competitividad. Esto puede tener implicaciones para occidente en tanto que se
den presiones recesivas o caídas en la producción por la disparidad competitiva
con Asia: productos más barato.
Las implicaciones económicas del programa nuclear norcoreano y un
eventual conflicto militar, son negativas para la estabilidad económica mundial.
Desde el punto de vista del comercio mundial, Asia es una de las principales
proveedoras de materias primas y bienes manufacturados. Una interrupcion en
la cadena de suministros de las mencionadas actividades productivas pudiera
tener efectos colaterales para la producción industrial de occidente,
considerando las inversiones y el intercambio comercial de esta región con Asia.
Esto pudiera afectar la demanda agregada global y el crecimiento económico de
los países emergentes. Es por ello que un cese de las hostilidades y una
negociación son los escenarios más idóneos para el mantenimiento de la
estabilidad económica mundial
Referencias

Araya, Elena. Crisis nuclear con corea del norte. Recuperado el 14 de abril de
2017
http://www.liceus.com/cgi-bin/ac/pu/Corea%20del%20Norte%20Final.pdf

Appleyard, D. Field, A. (1995). Economía Internacional. Editorial Mcgrawhill.

Damir Sagolj. ¿Qué puede pasar con el petróleo si hay una guerra en Corea del
Norte? RT en español. Recuperado el 13 de agosto de 2017.
https://actualidad.rt.com/actualidad/249077-petroleo-guerra-corea-norte

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