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DESARROLLO SENSORIAL

Según Eleonor Gibson, citado por José Bayo durante el desarrollo los niños cambian sus

formas de organizar y atender al mundo. Esto es porque hay una selección de los estímulos,

el niño entiende selectivamente en función de sus intereses. (Bayo Margalef, 1987).

La sensación se refiere a experiencias inmediatas básicas, generadas por estímulos aislados

simples (Matlin y Foley 1996). La sensación también se define como la respuesta de los

órganos de los sentidos frente a un estímulo (Feldman, 1999). Las sensaciones constituyen

la fuente principal de información sobre los fenómenos del mundo exterior y de nuestro

propio cuerpo, dándole posibilidades de orientación en el mundo. La información que el niño

tiene de su entorno procede de las aportaciones provenientes de los canales sensoriales. Si

dichos canales estuvieran cerrados y los órganos de los sentidos no llevasen información

necesaria, no sería posible la vida consiente.

En la Psicologia clásica se creía que la sensación era un proceso pasivo: los órganos de los

sentidos respondían pasivamente a la excitación y la reacción pasiva suponía la

correspondiente sensación (teoría receptora).

Los sentidos despiertan con el nacimiento, pero su despertar no es súbdito sino procesual, y

para que llegue a conseguirse por entero es imprescindible la ejercitación desde la edad más

temprana a base de una acción didáctica adecuada y compleja. (Rubio-Navarro et al., 2012).

Partiendo de la propuesta que lleva A.R. Luria, las sensaciones se pueden clasificar con

arreglo a:

La modalidad, o como se reciben las sensaciones (si la información proviene de los objetos

del entorno o del propio sujeto).


El nivel de estructuración o complejidad de la sensación, dependiendo de la zona del cerebro

en la registra o localiza la información.

El principio de la modalidad.

Sensaciones interoceptivas: son las señales que llegan del medio interno del organismo. Las

sensaciones interoceptivas tienen gran importancia, ya que son fundamentales en la

regulación de los procesos metabólicos internos (homeostasis).

Sensaciones propioceptivas: son las que aportan información sobre la situación del cuerpo

en el espacio. Forman la base del movimiento. Están muy relacionadas con las informaciones

provenientes del sentido de la vista.

Sensaciones extereoceptivas: son las que nos aportan informaciones del mundo exterior.

Pueden ser por contacto (se requiere la aplicación directa del órgano receptor sobre la

superficie del estímulo: tacto y gusto) o a distancia (los estímulos actúan sobre los órgano de

los sentidos a través de un espacio: olfato, oído y vista). (R. Luria, 1994).

DESARROLLO COGNITIVO

Para Piaget, la primera infancia es el segundo de cuatro estadios de la cognición, Piaget

denomino al desarrollo cognitivo experimento entre los 2 y los 6 años de edad pensamiento

preoperacional. Mucho más avanzado que el pensamiento sensoriomotor. Este pensamiento

no requiere objetos visibles e inmediatos, sino que puede utilizar palabras, la simulación y

otros símbolos para ayudar a la cognición. Sin lugar para las operaciones (o los procesos de

razonamiento) de lógica (Inhelder y Piaget, 1994). Por eso se lo denomina preoperacional.

Una operación cognitiva implica ordenar las ideas y utilizarlas para llagar a alguna

conclusión. Es fácil comprenderlo si se piensa en otros usos de la palabra operación. El


hecho de que la comprensión de los sueños y la mente cambia mucho alrededor de los 4 años

es uno de los cientos de descubrimientos acerca del desarrollo cognitivo entre los 2 y 6 años.

Una extensa investigación pone en evidencia que se aprende mucho durante la primera

infancia. (Gerber, 2003).

Según Ley Vygotsky, las etapas de operaciones formales. La segunda parte de la inteligencia

operacional es las operaciones formales, que es la cuarta y la última etapa del desarrollo

cognitivo. La etapa de operaciones formales comienza a los doce años y dura hasta las quince.

Los niños son capaces de tratar con problemas cada vez más complejos e hipotéticos y

dependientes menos de objetos concretos para resolver problemas. El pensamiento tiene una

gama muy amplia que incluye el pasado, presente y futuro. Los niños desarrollan la habilidad

de razonar científicamente y lógicamente, y puede pensar con todos los procesos y facultades

de los adultos. La forma en que un niño piensa queda bastantes establecida a la edad de quince

años, aunque los adolescentes no dejan de desarrollar nuevos esquemas. (S. Morrison, 2005).

DESARROLLO EMOCIONAL

En la etapa de desarrollo 0 a 6 años, los aspectos emocionales juegan un papel esencial para

la vida y constituye la base o condición necesaria para el progreso del niños en las diferentes

dimensiones de su desarrollo.

La familia, principalmente la figura de la madre (o progenitores), es la encargada de cuidar,

proteger, y satisfacer las necesidades básicas del pequeño: alimentación, higiene, descanso,

educación y, por supuesto, cariño y afecto. Este papel será compartido por otras personas que

formaran parte de su mundo, en especial los educadores, cuya finalidad principal es la de

favorecer su crecimiento y bienestar. (López Cassa, 2005).


Partiendo desde una mirada vincular que considera al niño y al adulto en su interacción, y

que piensa al ambiente como facilitador del desarrollo emocional de los niños pequeños, se

abren interrogantes para pensar la tarea cotidiana en la salas: el vínculo con el adulto referente

es el eslabón mas importante para que el niño construya su subjetividad de manera saludable.

La construcción de experiencias humanizantes solo podrá lograrse si el adulto se encuentra

disponible de forma regular para el niño. Construir experiencias con los niños es una tarea

cuidadosa que esta cargada de afectividad. Sin afecto es muy difícil sostener una tarea tan

comprometida como es la de ser docentes de niños pequeños.

La confianza y seguridad interna se adquieren si la persona de la que se reciben los cuidados

y el afecto garantiza el amor, aun en los momentos inestabilidad emocional del bebe. El niño

pequeño no puede medir sus impulsos y sus emociones pueden desbordarlo. En el caso de

sentimientos como ira, bronca, enojo, furia, aún hay algo más que debe poder ser aprendido

por el niño y es que: lo sancionable no es lo que se siente, sino el modo de resolución de esta

situación. (Maquieria, 2007).

DESARROLLO SOCIAL

Se puede afirmar que, en la medida en que lo que manejamos es el desarrollo social, nuestro

principal interés radica en él, cambio a través del tiempo. Dicho cambio, es, de luego, lo que

hacer a los niños tan fascinantes, el hecho de que gradualmente se vuelvan menos

dependientes de sus padres, de que el domino por parte de los demás da lugar a su debido

tiempo a un dominio de sí mismo, de que desarrollan la capacidad de la amistad, de que la

comprensión de las reglas de la vida en sociedad controla gradualmente su conducta, etc. Los

niños cambian en todas las esferas de la actividad, y la documentación y explicación de

dichos cambios es el objetivo de primer orden de la Psicologia del desarrollo.


Cuando un niño empieza a dar los primeros pasos, las relaciones con los objetos y las

personas que le rodean cambian significativamente. El poder moverse por sí mismo supone

una nueva posibilidad: explorar el mundo sin depender de los brazos de los adultos. Esta

novedad implica un cambio en las relaciones con los padres. Además, para la mayor parte de

los niños de esta edad existen otros entornos como la guardería o los juegos con los otros

niños que tambien supone un cambio en las relaciones sociales y familiares. La familia,

además de tener un papel fundamental en la supervivencia de los recién nacidos, ofrece el

primer contexto de relación social en el que resulta especialmente relevantes la formación de

vínculos emocionales, estos de especial trascendencia para el adecuado desarrollo psicosocial

del individuo. La cualidad de las relaciones y los vínculos que se genera en la familia, supone

uno de los factores que más marcan el progreso psicológico, social y emocional de los

individuos. (Herranz Ybarra and Sierra García, 2013).

DESARROLLO MOTOR FINO Y GRUESO

El desarrollo motor “es el proceso de cambio en el comportamiento motor ocasionado por la

interacción entre la herencia y el entorno” (Gallahue, 1996). Se trata de un cambio continuo

que dura toda la vida basada en la interacción de la maduración, experiencias previas, las

nuevas actividades motoras. Al igual que el crecimiento físico, el desarrollo motor es una

secuencia de etapas que es universal pero que da cabida a diferencias individuales. Cada

etapa es diferente al nivel anterior aunque se desarrollan a partir de este.

Desarrollo motor grueso. La actividad motora gruesa implica movimientos de todo el cuerpo

o de las partes del cuerpo grandes. Utilizando varias agrupaciones des músculos grandes, los

niños tratan de arrastrarse, gatear, rodar, botar, lanzar, o saltar con un solo pie. Las
actividades incluyen equilibrio, agilidad coordinación, flexibilidad, fuerza, rapidez y

resistencia favorecen al desarrollo motor grueso.

Desarrollo motor fino: las actividades motoras finas utilizan los músculos del cuerpo de

pequeños tamaños y sus extremidades (las manos y los pies). Dichos movimientos requieren

destreza, precisión y habilidades manipulativas. Agarrar, alcanzar, sostener, golpear,

empujar, dar vueltas y voltearse son todas las actividades que favorecen estas habilidades.

(Miles Gordon and Williams Browne, 2001).

Los diferentes componentes del sistema nerviosos se continúan desarrollando durante varios

años y este desarrollo se puede observar en esta etapa, en la adquisición de habilidades

motoras cada vez más finas y más coordinadas. La mielinizacion que se inició desde el

periodo prenatal, avanza al alcanzar los centros superiores del cerebro, y alrededor de los

seis años, el niño cuenta ya con el 90% del peso adulto del cerebro. Así, conforme crece, el

niño es capaz de llevar a cabo movimientos cada vez más finos y controlados, aunque es

importantes señalar que el destacarse en las habilidades motoras gruesas no necesariamente

quiere decir que el niño tambien se destacara en las habilidades motoras finas.

El desarrollo de las habilidades motoras finas sigue al desarrollo de las principales

habilidades motoras, de acuerdo con un principio teórico sobre el desarrollo humano según

el cual es del cuerpo hacia la periferia, el, niño mueve primero sus brazos y sus piernas

coordinadamente, luego va incrementando su control de las manos y dedos hasta que puede

dibujar y eventualmente escribir. En relación con el desarrollo de las habilidades motoras

finas se puede observar tambien que el paulatinamente va siendo capaz de hacer más tareas

complejas, como por ejemplo quitarse o ponerse la ropa. El niño de dos o tres años necesita

ser ayudado en todo momento, mientras que el de cinco o seis años puede ya quitarse y
ponerse ciertas prendas. Para que el niño aprenda es necesario brindarle las oportunidades

para que practique y tener mucha paciencia, pues el continuara como es natural, el juego

con el aprendizaje. (León Sa'enz, 2018).

El niño es un ser activo, dinámico. Para el, jugar es esencialmente un medio de aprender,

aunque por mucho tiempo el juego se ha visto como un pasatiempo sin importancia. El juego

activo del infante se centra alrededor de su cuerpo y facilita el aumento de las habilidades

físicas y motrices, aspectos en los que se divide el desarrollo psicomotor, el cual se refiere a

la enseñanza del movimiento con control y eficiencia en el espacio. Las habilidades motrices

se refieren a un nivel en que el niño es capaz de operar con una considerable facilidad y

eficiencia en su ambiente. Al madurar, estas habilidades pueden ser ampliadas en una

variedad de juegos y deportes. (Arce Villalobos and Codero Álvarez, 2013).


Bibliografía:

MATLIN, Margaret W., y FOLEY, Hugh J.. Sensación y Percepción. México D. F.:

Prentice Hall, 1996. 554 p.

Rubio-Navarro, L., Torrero, C., Regalado, M. and Salas, M. (2012). Desarrollo de la

discriminación a los sabores. Electrónica, [online] p.3. Available at: :

http://www.uv.mx/eneurobiologia/vols/2013/7/7.html [Accessed 11 May 2018].

R. Luria, A. (1994). Sensación y Percepción. 1st ed. México: Roca, p.43.

Gerber (2003). Psicología del Desarrollo infancia y adolescencia. 7th ed. Madrid España:

Medica Panamericana S.A, .pág. 253-245.

S. Morrison, G. (2005). Educación Infantil. 9th ed. Madrid: Pearson Educación, S.A., p.99.

López Cassa, E. (2005). Educación Emocional. 3rd ed. España: Las Rozas, .pág. 9.

Maquieira, L. (2007). El desarrollo emocional del niño pequeño. 1st ed. Buenos Aires:

Novedades Educativas. Pág. 1-4.

Herranz Ybarra, P. and Sierra García, P. (2013). Psicología Evolutiva I. Desarrollo Social.

2nd ed. Madrid: Uned.es/Publicaciones, pág. 124-126.

Miles Gordon, A. and Williams Browne, K. (2001). La infancia y su desarrollo. 5th ed.

Estados Unidos de América: Thomson Learning, p.445.

Bayo Margalef, J. (1987). Percepción, desarrollo Cognitivo y Artes Visuales.. 1st ed.

Barcelona: Anthropos, p.21.


León Sa'enz, A. (2018). Desarrollo y Atención del Niño de o a 6 años. 3rd ed. Euned.Pág.

17-22.

Arce Villalobos, M. and Codero Álvarez, M. (2013). Desarrollo Motor Grueso del niño en

edad preescolar. De la Universidad de Costa rica, p.15.

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