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LA ACUICULTURA
La acuicultura o acuacultura es el conjunto de actividades, técnicas y conocimientos de crianza
de especies acuáticas vegetales y animales. Es una importante actividad económica de
producción de alimentos, materias primas de uso industrial y farmacéutico, y organismos vivos
para repoblación u ornamentación. Los cultivos más habituales corresponden a organismos
planctónicos (microalgas y Artemia), macroalgas, moluscos y crustáceos, los profesionales
encargados de esta labor son los Ingenieros Pesqueros, Zootecnistas, Ingenieros Acuícolas y los
Biólogos Marinos.
RESEÑA HISTORICA
A NIVEL MUNDIAL
La acuicultura se remonta a tiempos remotos. Existen referencias de prácticas de cultivo de
mújol y carpa en la antigua China, Egipto, Babilonia, Grecia, Roma y otras culturas euroasiáticas
y americanas.
Las referencias más antiguas datan en torno al 3800 a. C., en la antigua China. En el año 1400 a.
C., ya existían leyes de protección frente a los ladrones de pescado. El primer tratado sobre el
cultivo de carpa data del 475 a. C., atribuido al chino Fan-Li, también conocido como Fau Lai.
Entre griegos y romanos, existen numerosas referencias. Aristóteles y Plinio el Viejo escribieron
sobre el cultivo de ostras. Plinio, en concreto, atribuye al general romano Lucinius Murena el
invento del estanque de cultivo, y cita las grandes ganancias de su explotación comercial, en el
siglo I. Séneca también tuvo su opinión sobre la piscicultura, bastante crítica: “la invención de
nuestros estanques de peces, esos recintos diseñados para proteger la glotonería de la gente
del riesgo de enfrentarse a las tormentas”.
En 1842, dos pescadores franceses, Remy y Gehin, obtuvieron puestas viables, totalmente al
margen del hallazgo de Jacobi. Lograron alevines de trucha, que desarrollaron en estanque con
éxito. El descubrimiento llevó a la Academia de Ciencias de París a profundizar en el hallazgo, y
con ello la creación del Instituto de Huninge, el primer centro de investigación en acuicultura.
El Premio Nobel argentino Bernardo A. Houssay realizó los primeros estudios de reproducción
artificial inducida de peces mediante la utilización de hormonas exógenas para inducir la
ovulación de peces. En 1928 investigó el control hormonal para la reproducción de peces en
cautiverio, induciendo la ovulación de la "Madrecita de Río" (Cnesterodon decemaculatus -útiles
para el control de larvas de mosquitos e insectos en estanques-), mediante inoculación
intraperitoneal de glándulas pituitaria de Prochilodus platensis, y concluyó que las hembras
tratadas con pituitarias de otras especies ovulaban anticipadamente (Houssay BA “Acción sexual
de la hipófisis en los peces y reptiles”, en “Revista de la Sociedad Argentina de Biología”, Bs.As.,
1930, Nº 106, pág. 686—688). Estas técnicas fueron rápidamente puestas en práctica en Brasil
por Von Ihering y Azevedo, 1934: Von Ihering (1935, 1937) para inducir el desove de Prochilodus
argenteus. Los resultados de los brasileños fueron seguidos con éxito en la Unión Soviética por
Gerbilsku, 1938, para inducir el desove del esturión y con el desove inducido de especies de
peces norteamericanos (Hasler et al., 1939, 1940). Donaldson, E.M. y G.A. Hunter, 1983, hacen
referencia que todos aquellos estudios y los subsiguientes fueron detenidamente revisados por
G.E. Pickford y J.W. Atz, 1957 en su bien documentado tratado sobre la glándula pituitaria de
los peces. A partir de entonces, millares de publicaciones han aparecido para informar los
avances del proceso reproductivo de teleósteos. G.E. Pickford, 1964); E.M. Donaldson (1977) y
C.G. Swann y E.M. Donaldson (1980) y muchos otros autores más comunican sobre el control
del proceso reproductivo, entre los que cabe resaltar están: Pickford y ATz (1957), Atz y Pickford
(1959), Clement y Sneed (1962), Donaldson (1973, 1975), Shehadeh (1975), Fontaine (1976),
Harvey y Hoar (1979), Chondar (1980), Woynarovich y Horvath (1980), Pullin y Kuo (1981), Davy
y Chovinard (1981), Sundararaj (1981), Lam (1982), Billard (1983) y Fostier y Jalabert (1982).
EN EL PERU
Es sólo por los años de 1920, que se comienzan a tomar acciones en el campo de la acuicultura
continental, y es así que en 1925 se realiza la introducción de la “trucha arco iris” (Salmo
gairdneri) con la importación de 50 000 ovas embrionadas procedentes de los Estados Unidos,
que eclosionaron en un criadero particular a orillas del río Mantaro, en la Oroya, desde donde
se realizaron las primeras siembras de esta especie en los ríos andinos.
Entre 1939 y 1940 se estableció la estación de piscicultura del Lago Titicaca en Chucuito, Puno,
mediante un acuerdo entre los gobiernos de Bolivia y Perú, con el fin de incrementar la
producción piscícola de ese lago y su cuenca. Un resumen de las primeras estaciones pesqueras
establecidas para dedicarse a una política de reproblamiento de salmónidos, pertenecientes en
su mayoría a las especies “arco iris” (Salmo gairdneri), y en menor proporción a la “trucha
morena” (Salmo trutta fario) y a la “trucha de arroyo” (Salvelinus fontinalis), se presenta en el
Cuadro 1.
Por otra parte, se han obtenido favorables logros en experimentos de cultivo de truchas en el
Lago Titicaca, que han permitido la conformación de una empresa binacional (peruana-
boliviana) bajo los auspicios del Sistema Económico Latino Americano (SELA) y con aporte
financiero de la Corporación Andina de Fomento.
En años más recientes se han construido trece estaciones piscícolas adicionales para la crianza
de la trucha (Cuadro 2).
Cultivo de moluscos
En los últimos años se iniciaron los primeros ensayos de cultivo de moluscos. En la zona de Pisco
se obtuvieron y sembraron semillas de choro (Aulacomya ater). Por otro lado, recientemente en
el Instituto del Mar, se han comenzado las experiencias para el cultivo de la concha de abanico
(Argopecten purpuratus); y en 1971, en la zona de los manglares de Tumbes, se iniciaron las
investigaciones para el cultivo de dos especies de ostras: Crassostrea columbiensis y C.
corteziensis.
Si bien, en los dos primeros casos, los resultados iniciales han sido algo halagadores, quedan aún
por resolver problemas de tipo económico de los cultivos frente a la actividad de tipo netamente
extractivo, sobre todo en el primer caso, en el que la abundancia local de los choros hace
practicable el uso de métodos tradicionales de extracción para lograr un abastecimiento
continuo. En el último caso, se observaron limitaciones en la recolección de semilla, y
problemas de crecimiento y predación.
Cultivo de langostinos
A partir de 1981, en la zona de los manglares de Tumbes, investigadores del Instituto del Mar
hicieron los primeros ensayos para el cultivo de langostinos peneidos, con el objeto de hallar
un método rentable y ajustado a nuestras condiciones naturales. El Ministerio de Pesquería, por
su parte, realizó esfuerzos paralelos a fin de conseguir un desarrollo de las empresas en
explotación. El cultivo se basa en la recolección de postlarvas de Penaeus vannamei y de P.
stylirostris en ciertas épocas del año, y en determinados esteros, aprovechando su tendencia
natural de migrar hacia zonas más ricas en nutrientes y de menor salinidad. Las postlarvas
capturadas se siembran en estanques construidos preferentemente en terrenos arcillosos y
generalmente salinos, que son impropios para la agricultura.
Con un adecuado manejo que incluye prácticas de fertilización inorgánica con fosfatos y urea,
y con una alimentación suplementaria, se pueden obtener buenas producciones con cosechas
cada 4 o 6 meses. Los costos de producción relativamente bajos, y el elevado valor del producto
en el mercado internacional, hacen atractiva esta actividad, lo que se ha demostrado por el gran
interés de los inversionistas privados quienes se han reunido para constituir numerosas
empresas langostineras particulares, que a la fecha prácticamente han copado los terrenos
inmediatamente utilizables en la zona aledaña a los manglares.
Entendiéndose que esta forma de cultivo es arriesgada por depender en primer término de la
obtención de postlarvas en los esteros, quedan como problemas pendientes por resolver la
determinación del potencial migrante de aquellas, las causas de sus variaciones en las épocas
de migración, y principalmente, la reproducción y cría de las larvas del langostino en condiciones
controladas en el laboratorio, con el fin de obtener - en esta forma - cantidades suficientes de
postlarvas que abastezcan los requerimientos de las empresas, independientemente de las
variaciones aleatorias de tiempo y lugar que se dan en la actualidad. Este último punto
constituye uno de los programas de investigación recientes del IMARPE en Tumbes.
La importancia de C. caementarius como recurso pesquero motivó que desde la década de los
cincuenta se emprendieran una serie de estudios tendientes al conocimiento biológico-
pesquero del recurso. En cuanto a su crianza en cautividad, el Estado, algunas universidades, y
entidades particulares efectuaron experiencias con larvas y juveniles en acuarios o en baterías
de botellas tipo Ehrlinger, así como con juveniles y adultos en estanques de concreto y semi-
naturales. Las principales dificultades consistieron en aspectos de reproducción masiva,
supervivencia larval y velocidad de crecimiento.
De las experiencias realizadas hasta la fecha se puede concluir que aún no ha sido posible
establecer la factibilidad de la crianza de esta especie de camarón.
Los resultados obtenidos en la Planta Piloto de Casa Grande, cerca de Trujillo, demostraron que
esta microalga - bajo buenas condiciones de cultivo - puede dar producciones dobles de las
logradas en su país de origen. Estudios paralelos de aplicación dietética y de aceptabilidad han
comprobado su alto valor, sobre todo en la terapia de estados graves de desnutrición en niños,
y su buena aceptación.
El producto final - bajo la forma de polvo - puede usarse en el mercado interno, así como en la
exportación al exterior, donde puede comercializarse a precios bastante interesantes.
En el laboratorio de Huachipa del IMARPE se han realizado algunas pocas experiencias con C.
carpio en cultivos asociados a la cría de cerdos y de patos. Sin embargo, debido a la edad de los
especímenes, a la contaminación del agua, y al tipo de alimento usado, no se lograron buenos
resultados. En 1980, procedentes de la República de Panamá, se introdujeron ejemplares de
“carpa herbívora” Ctenopharyngodon idella y de “carpa plateada” Hypophtalmichthys molitrix,
que actualmente se mantienen en dicho laboratorio, no habiéndose podido realizar cultivos por
limitaciones presupuestales.
En cuanto a la tilapia, la especie Tilapia rendalli (T. melanopleura) fue introducida del Brasil en
1966, por el Servicio de Pesquería a la estación de Quistococha, cerca de Iquitos, en el
Departamento de Loreto. Posteriormente, en 1968, se transplantaron al embalse de Tinajones
(Dep. de Lambayeque) y a los lagos Sauce y Mashuyacu (Dep. de San Martín). En 1969 se sembró
en un criadero particular en el Departamento de Tumbes, y en 1970 en el embalse de San
Lorenzo en el Dep. de Piura. Posteriormente se distribuyó a otros lugares. Si bien su distribución
progresó, su rendimiento no tuvo igual suerte debido a un manejo no ordenado.
Los ensayos de cultivos se han llevado a cabo también con otras especies amazónicas tales
como: el “sábalo cola roja” Brycon erythropterum, “sábalo colá negra” B. melanopterum,
“gamitana” Colossoma macropomum, “paco” C. brachypomum, “acarahuazú” Astronotus
ocellatus, “tucunaré” Cichla ocellaris, entre otros. Estos estudios desarrollados por el Estado a
través del IMARPE, estaciones piscícolas del Ministerio de Pesquería y universidades, se hallan
en etapa de experimentación, buscándose fundamentalmente su reproducción en cautividad y
la obtención de fuentes de alimento provenientes preferencialmente de la misma selva, así
como de derivados de actividades pecuarias.
CONSIDERACIONES GENERALES
La acuicultura es una biotecnia cuyos métodos son interdisciplinarios, e incluyen áreas de todas
las ramas de la biología, como la morfología, la fisiología, la embriología, la genética, la ecología,
la botánica y la zoología; pero también incluye a la biología pesquera que fundamentalmente se
encarga de predecir la posible producción; así como a la ingeniería, en especial a la ingeniería
pesquera; a la tecnología de alimentos; a la sociología y a la economía.
Para lograr el éxito en el cultivo de organismos acuáticos, se consideran como principios básicos,
en primer lugar, la existencia de un adecuado abastecimiento de agua, con características de
temperatura, salinidad y fertilidad determinadas; así como las características de los organismos
a cultivar y los aspectos socioeconómicos que definen la rentabilidad de cada cultivo.
Debido a que la práctica de la acuicultura requiere del manejo de una o varias especies de
organismos, es fundamental el conocimiento de su biología, en especial de su ciclo de vida,
hábitos, tipos de alimentación, reproducción, genética, conversión del alimento y migraciones;
además es necesario aplicar los conocimientos aportados por la ecología, la limnología y la
oceanografía, basados en las cadenas de alimentación, pirámides de biomasa, fertilización,
mejoramientos del hábitat; así como los criterios adecuados para la introducción de nuevas
especies en los cuerpos de agua.
También se deben de considerar las características que presentan los organismos cultivados, en
cuanto a su tamaño, valor nutritivo y aceptación al gusto del consumidor, para asegurar el éxito
comercial del cultivo.
Las características biológicas de las especies que se cultivan son: su reproducción fácil y
controlable, sobre todo en condiciones de cautiverio; que presenten huevos y larvas resistentes
al manejo; que sean organismos de rápido crecimiento y fácil alimentación, lo que permite que
aprovechen la mayor parte del alimento para aumentar su talla; que tengan capacidad para
adaptarse a vivir en altas densidades, es decir, que acepten que un elevado número de
individuos ocupe áreas reducidas.
Asimismo, es importante que estas especies sean capaces de resistir y hasta de aprovechar la
contaminación de los cuerpos de agua; como los excrementos del hombre y de algunos
animales que son utilizados para fertilizar el cuerpo de agua donde se cultivan las especies o el
aprovechamiento de la contaminación térmica.
Selección de las especies que se van a cultivar con base en sus características biológicas
y su relación con el ambiente, así como el mercado que tendrían.
En los programas de acuicultura, pueden distinguirse dos formas para el manejo de las especies
de organismos, el semicultivo el cultivo, que se identifican por el grado de control que se
establece sobre el ciclo biológico de la especie que se quiere producir.
En términos generales, un semicultivo es aquél donde la especie es manejada sólo durante una
parte de su ciclo de vida, como en el cultivo de los moluscos de aguas dulces y salobres, en los
que las larvas se colectan utilizando sus tratos adecuados para su fijación y las semillas así
obtenidas se introducen en áreas apropiadas para su desarrollo hasta que alcanzan la talla
comercial.
Los métodos para desarrollar a las especies que se están cultivando pueden ser: de circuito
cerrado, que consiste en que el técnico o el cultivador tiene un control sobre los organismos
desde el huevo hasta el momento del mercadeo; y el de circuito abierto, en el cual las crías se
recolectan del medio natural para llevarlas a la granja comercial a su engorda y crecimiento.
Según el número de especies que se cultivan en un mismo cuerpo de agua, se puede denominar
al proceso monocultivo y policultivo. El monocultivo, en el que sólo se maneja una especie,
puede recibir el nombre del grupo biológico al que pertenezca éste, así por ejemplo, al cultivo
de peces se le llama piscicultura y cuando es una especie cuyo cultivo está muy extendido se
toma el nombre del pez, como en el caso de la trucha al que se le denomina truticultura, al de
carpas ciprinicultura: dentro del grupo de los moluscos al cultivo de ostras ostricultura y al de
mejillones mitilicultura; en los crustáceos al cultivo de camarón, langosta y cangrejos
carcinicultura; y entre los anfibios al de la rana, ranicultura.
En los policultivos se utilizan varias especies que habitan diferentes estratos del cuerpo de agua,
y que además tienen distintos hábitos alimentarios, con lo que se evita la competencia por el
alimento y se aprovechan los diferentes niveles tróficos del sistema acuático.
Considerando el grado de explotación al que están sujetos los organismos cultivados, así como
el cuerpo de agua en que viven, la acuicultura puede ser: extensiva e intensiva. La acuicultura
extensiva es la que se realiza en áreas de aguas naturales continentales y protegidas del país,
con poco o ningún cambio en el ambiente, alcanzando una producción cuyo límite está dado por
la capacidad del medio.
Para desarrollarla, es necesario contar con unidades de producción de crías, las cuales son
sembradas en los cuerpos de agua apropiados para cada especie, donde aprovechan el alimento
natural, creciendo y engordando. Como en estos cuerpos de agua naturales existen otras
especies que pueden ser competidoras o depredadoras de las sembradas, el rendimiento de la
acuicultura extensiva en ocasiones está limitado.
La acuicultura intensiva, considerada como una actividad integral, es aquella en la que, además
de alcanzar rendimientos mayores de lo que la capacidad del medio natural permite, se ejerce
un alto grado de control y manejo del agua y de los organismos, mediante técnicas y sistemas
especializados, con el objetivo de alcanzar el máximo rendimiento de acuerdo con los recursos
económicos del productor.
Según el tipo de aguas donde se realicen los programas de acuicultura, ésta puede dividirse en
dos grandes ramas: la continental y la marina. En la acuicultura continental, los recursos
naturales que intervienen se identifican dentro de un marco ecológico constituido
principalmente por el suelo, el agua y las especies. El suelo es utilizado como un sustrato para
establecer un cuerpo de agua. Aunque es posible que al agua se le agreguen directa o
indirectamente fertilizantes, como desechos y otras sustancias alimenticias, es el suelo el
principal determinante de la productividad del agua, ya que a partir de él se incorporan al agua
sales minerales que permiten que los vegetales verdes elaboren la materia orgánica y así se
inician las cadenas de alimentación.
Los niveles propicios para la acuicultura continental son los impermeables, de tipo
sedimentario lodoso o hasta pantanoso, los cuales generalmente no son útiles para la
agricultura, porque el cultivo de vegetales exige mayor cantidad de sustancias fertilizantes.
Con respecto al agua, la gran variedad de cuerpos de agua continentales que se presenta ha
dado como resultado que existan clasificaciones en las que se identifican cerca de 80 tipos
diferentes, de acuerdo con el origen de su formación y características limnológicas.
En la mayoría de los países se consideran generalmente dos tipos de agua con respecto a su
origen: naturales y artificiales; tres de acuerdo a su contenido de sales: dulces, salobres y
salinas; dos respecto a sus dimensiones: mayores o menores de 50 hectáreas.
El agua como recurso indispensable para la acuicultura debe estar disponible en cantidades
variables dependiendo del tipo de organismos que se quiera cultivar o del grado de intensidad
del cultivo; sin embargo, el razonamiento puede hacerse al contrario, es decir, el tipo de
acuicultura y su intensidad estarán de acuerdo con el volumen de agua disponible.
Cualquiera que sea el caso, es necesario destacar la conveniencia de que el agua llegue a las
instalaciones con la mayor facilidad, si es posible por gravedad, evitando el uso de bombas y
otros sistemas eléctricos, que condicionan el poder contar con los volúmenes de agua
necesarios.
En cuanto a las especies que se seleccionan para ser cultivadas, deben ser aquellas que sus
características biológicas se adapten mejor a las del área en donde se montará el cultivo, con
el fin de reducir al mínimo el índice de mortalidad, haciendo que el cultivo sea rentable.
Las ventajas sobresalientes de los cultivos continentales son: la facilidad de manejo del agua
para lograr su máxima calidad; la protección contra los depredadores, el control de parásitos; la
posibilidad de producir mejoras genéticas en las especies y proporcionar las dietas adecuadas a
cada especie, logrando el mejor desarrollo y la máxima sobrevivencia de los organismos
cultivados. Cuando todas estas características se realizan correctamente, los cultivos pueden
presentar incrementos representativos.
Los sistemas de cultivo para especies marinas cada vez son más evolucionados y aumentan en
número, siendo los más comunes, y los primeros que se desarrollaron, los que se montan en las
lagunas litorales; después se empezaron a utilizar los sistemas en tierra, que incluyen toda clase
de estanques: la construcción de estanques en la zona intermareal, que cambian agua durante
la marea alta o pleamar; cercar lugares de la costa en donde la marea tiene influencia y, por lo
tanto, se refrescan constantemente; la colocación de jaulas flotantes amarradas cerca de la
costa; jaulas a media agua y jaulas en el fondo del mar.
A partir de 1930, tanto en Japón como en Estados Unidos, y con base en las observaciones de
los buzos y de los pescadores, de que los peces y otros organismos se acumulaban alrededor de
los arrecifes y no en los fondos arenosos abiertos del océano, se inició la construcción de
arrecifes artificiales, utilizando estructuras especializadas de cemento, así como barcos viejos,
tranvías, carrocerías de automóviles y otro tipo de chatarra. En algunos de estos arrecifes
construidos por el hombre, se ha observado mayor producción que en los naturales.
El desarrollo de la acuicultura tiene una amplia perspectiva, pero para lograr avances
significativos es necesario establecer paralelamente a los trabajos técnicos, la capacitación de
los acuicultores sobre: cría y siembra, artes de captura, vigilancia y manejo de los sistemas,
control de calidad, etc., lo que les permitirá criar, sembrar, mantener y aprovechar
adecuadamente los recursos que ellos mismos produzcan en las aguas interiores y en las
costeras. Una vez que se logra crear la necesidad, se establece la manera de satisfacerla, la
tradición se impone por sí misma en pocos años y se puede mantener indefinidamente.
El creciente interés en la acuicultura hace pensar que en poco tiempo su producción estará
colaborando ampliamente con la actividad pesquera en la producción del alimento que la
humanidad requiere. Su valor consiste en la posibilidad que ofrece de desarrollarse en todos los
sistemas continentales y litorales, como una forma más racional de obtener proteínas, sin poner
en peligro los recursos naturales con que cuenta el planeta. Es indispensable acelerar el paso de
la pesca-recolección hacia la acuicultura.
REFERECIAS
https://es.wikipedia.org/wiki/Acuicultura
http://www.fao.org/docrep/005/ad020s/AD020s15.htm