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Articulo Bajo La Manga
Articulo Bajo La Manga
Hoy pienso en Juan Manuel Santos y no veo alguien muy distinto al entonces Arzobispo
Caballero y Góngora, un político hábil, acomodado y siempre representando a los
intereses de clase, sin importar el partido al cual pertenezca su dogma es la exclusión del
verdadero poder a las clases populares de Colombia, su actuar es parecido al del
Arzobispo, está llegando a unos acuerdos con las Fuerzas Revolucionarias De Colombia
(FARC. EP), pero desde antes de firmar los acuerdos ya los está incumpliendo, sus
políticas retardatarias no pueden ser más que declaraciones de guerra con consecuencias
violentas, desde el punto de vista estructural, para el pueblo Colombiano, sus políticas
agrarias, tributarias, económicas, ambientales e internacionales son claramente
favorables al capital extranjero.
Colombia se está haciendo la pregunta equivocada, se preguntan si es bueno un proceso
de paz con las FARC y claro que es bueno que unos personajes perdidos en el monte,
delirantes en una guerra heredada, dejen de matar soldados proletarios, y a su vez
soldados alienados dejen de matar guerrilleros, campesinos y opositores; pero la pregunta
verdadera que nos debemos hacer es ¿Por qué la elite colombiana toma la decisión de
hacer un proceso de paz con las FARC? ¿Por qué están dispuestos a darles cabida en la
institucionalidad política?
En mi concepto, aunque me falta mucho por reflexionar y estudiar el tema, creo que para
continuar con el modelo extractivista y proveedor de materias primas es necesario tener
control real de densos territorios Colombianos, incluyendo lugares donde la guerrilla
tienen control real político y donde el estado o la elite no extienden su poder institucional,
ahora, sería mucho más eficaz incluir a los desmovilizados en la política irreal institucional
donde no se toman las decisiones y abstraerlos del control armado, además los
desmovilizados no tendrán votaciones significativas por el repudio del común de Colombia
y en caso de estar cercanos a tomar el poder se iniciaran los ya conocidos medios de
control ilegal, como los paramilitares, decía Hannah Arendt que la violencia estatal solo se
manifiesta cuando siente perder su poder.
Ahora bien, el proceso de paz busca pasar de la barbarie de lo real a la paz de lo irreal,
para lo cual se debe buscar un tercer escenario, indudablemente se debe firmar la paz
con las FARC, cada muerto de este conflicto deja de ser particular y se convierte en un
problema universal, pero tampoco se debe considerar la legitimidad institucional, el tercer
escenario es vital para los movimientos de izquierda de Colombia, se debe recordar que
la barbarie nunca se debe repetir, pero la institucionalidad es irreal, las verdaderas
decisiones no se toman en el congreso, ahí se materializan, pero se toman en el exterior y
se refrendan en clubes de Bogotá, la tercera vía es la movilización y la desobediencia civil
(una violencia emancipadora) tal vez sea útil la fórmula de Slavoj Zizek “A veces no hacer
nada es lo más violento que puede hacerse”.