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Agricultura
Agricultura
Ganadería
Una cabra en Coahuila, México.
Comercio
El caduceo es el símbolo del comercio.
La espina dorsal de esta civilización era el Nilo, que permitía la comunicación entre el Bajo
Egipto, cuyo corazón era el delta, y el Alto Egipto, que, alejado de las rutas comerciales
del Mediterráneo, era más pobre y menos desarrollado. Mantener la unidad del imperio fue,
precisamente, el conflicto que atravesó toda su historia. El Nilo fue surcado en un comienzo
por embarcaciones de papiro, pero pronto los astilleros situados en sus orillas comenzaron
a producir barcos de madera. Como se desprende de los frescos que adornan los templos,
algunas embarcaciones, de gran porte y calado, transportaban enormes columnas y
obeliscos de granito desde las canteras de Asuán a lugares que distaban centenares de
kilómetros.
Barcos mercantes más pequeños eran utilizados para el transporte de grano y también, en
momentos de contienda, para trasladar contingentes militares, aunque los antiguos egipcios
no desarrollaron la idea de una flota de guerra. Existían barcos oficiales destinados a
funcionarios e, incluso, a miembros de la familia real. Como ocurre en la actualidad, la
botadura de estas embarcaciones era rodeada de celebraciones especiales, con la
presencia de altos representantes de la administración. Por supuesto, la existencia de distin-
tos estamentos sociales implicaba diferentes formas de vida, aunque había cierta
uniformidad en muchos aspectos.
La vivienda
Las casas en el Antiguo Egipto se construían con ladrillos cocidos al sol, hechos con barro
del Nilo. Este material era recogido en baldes o cubos de cuero, llevados luego al pie de la
obra. Allí, los obreros le añadían paja y guijarros para reforzarlo y lo volcaban en moldes de
madera para darles forma. Una vez amalgamados, los desmoldaban y dejaban secar al sol.
Cuando se terminaba de construir la casa, los muros eran revestidos de yeso. El interior de
la vivienda egipcia resultaba fresco, ya que las ventanas eran de tamaño reducido para
que el sol no entrase de lleno. Las viviendas tenían forma rectangular y solían cubrir una
superficie de entre 100 y 125 metros cuadrados. Las entradas se construían generalmente
de piedra. Las puertas sencillas y las de doble hoja eran de madera y podían ser atrancadas
desde el interior. Se han encontrado llaves de alrededor de 1500 a.C. que, por su aspecto
simple, debían de corresponder a una cerradura de mecanismo muy elemental.
En una inscripción de una tumba egipcia datada hacia el 1400 a.C. se lee: "Que camine
cada día a orillas del agua, que mi alma descanse en las ramas de los árboles que planté,
que me refresque bajo la sombra del sicomoro". En efecto, el cultivo de plantas y árboles
era muy común en el Antiguo Egipto, ya sea en jardines privados o en espacios públicos.
En numerosas tumbas abundan representaciones de estos jardines, con estanques rec-
tangulares, a menudo llenos de peces, y viñas plantadas en línea recta. Los árboles y los
arbustos eran muy codiciados por su sombra, sobre todo en épocas de calor, y por sus
frutos, en especial palmeras datileras, granados y nogales y, en menor medida, sauces,
acacias y otras especies ornamentales. En algunos frescos se observan distintos tipos de
flores, como margaritas, mandrágoras y rosales.
La vestimenta
Por razones climáticas, a lo largo de la historia del Antiguo Egipto se mantuvo el mismo
tipo de vestimentas, confeccionadas con lino por ser especialmente ligeras y frescas. Los
egipcios libres vestían una falda que les llegaba hasta las rodillas. Los esclavos, en cambio,
usaban un taparrabos o iban desnudos. En el Imperio Medio se generalizó el uso de una
falda más larga que cubría a la otra, más corta, a menudo con grandes pliegues a partir de
la cadera. El torso era cubierto con una especie de túnica con aperturas en los costados,
para sacar los brazos -aunque existían algunas túnicas con mangas-, y en la parte superior,
para pasar la cabeza. Las mujeres portaban un vestido ajustado que las cubría desde el
pecho hasta los tobillos.
Parte fundamental de la vestimenta, tanto femenina como masculina, era la peluca, ya que
hombres y mujeres se rapaban la cabeza. La peluca era fabricada con cabello natural y fibra
vegetal. Probablemente por razones higiénicas -la proliferación de insectos solía revestir el
carácter de plaga-, el rapado y la depilación en todo el cuerpo, que se realizaban con navajas
y pinzas, eran practicados sistemáticamente.
Ocio y Placer
En numerosas pinturas de templos y tumbas se advierte que los antiguos egipcios eran
aficionados a una serie de pasatiempos. Los señores de los nomos y los cortesanos en
general eran muy aficionados a la caza y, rodeados de un numeroso séquito de criados y
esclavos, hacían expediciones a regiones pantanosas o desérticas para practicarla a su
gusto. También eran aficionados a la pesca, desde la orilla o en embarcaciones. La pesca
y la caza eran una actividad muy común, pero como todo era propiedad del faraón, toda
presa obtenida pertenecía a él. Cada tanto el faraón renovaba la cesión de estos productos
a quienes los habían obtenido. Esta “generosidad” no incluía a los campesinos y esclavos.
En un mural de 1400 a.C., Netanum, miembro de la familia real, a bordo de una barca dedicándose a la caza.
Los habitantes del país del Nilo, aunque trabajaban duramente, también aprovechaban su
tiempo libre para divertirse. Los niños tenían diferentes tipos de juguetes y los mayores,
numerosos juegos y entretenimientos. En ambos casos, no eran muy distintos de los de la
actualidad.
LA MÚSICA: Entre los instrumentos de cuerda más habituales figuraba el arpa con caja
armónica baja, que solía ser acompañada por una guitarra de tres cuerdas, con un mástil
cuya extensión era el doble de largo que el cuerpo. También era muy popular el sistro, un
instrumento de percusión con un marco de madera en forma de U, con un mango como
asidero. Era usado como elemento rítmico en los desfiles militares.
LOS BANQUETES: Eran muy habituales entre los miembros de la realeza, y en todos,
intervenían músicos y bailarinas.
EL JUEGO DEL SENET: Era el juego de mesa más difundido en el Antiguo Egipto, tanto
entre los nobles como entre los sectores populares. Contaba con un tablero dividido en 30
casillas -tres filas de diez-, sobre el que se situaban doce fichas: cinco con forma de cilindro
y siete con forma de cono. Las fichas avanzaban una cantidad de casillas según el resultado
de una tirada de palillos redondeados por un extremo y planos por el otro.
EL DEPORTE: Numerosas pinturas murales muestran que la lucha era uno de los
espectáculos preferidos. Ciertas estelas funerarias hablan de esta actividad, que se unía a
ciertas festividades religiosas y estaba perfectamente reglamentada.
La familia
El enano Seneb, su esposa y sus dos hijos, en una particular estatuilla datada del año 2.475 a.C.
El papel de la mujer
Pese a que la sociedad del Antiguo Egipto era rígidamente patriarcal, tanto en su
estructura social como en su proyección religiosa, la impronta de la mujer es innegable. En
las tumbas, las escenas religiosas y los ritos funerarios están animados por numerosas
figuras femeninas. Y así como hubo otras que ocuparon diversos cargos, sin excluir el de
faraón, muchísimas damas aparecen en escenas de trabajo, en especial agrícola. También
hubo quienes formaron parte de la casta sacerdotal, asociadas a la celebración de cultos
vinculados con la fecundidad.
Mural egipcio
La religión del Antiguo Egipto establecía la monogamia, pero la poligamia era un derecho
natural en la realeza, aunque la primera esposa fuese distinguida con el título de "Gran
Esposa Real". El faraón podía desposarse con cuantas mujeres quisiese, incluso casarse
con sus hijas y hermanas, y además tener concubinas. Pero este privilegio quedaba excluido
terminantemente para los súbditos.
La medicina
La medicina egipcia fue una de las más avanzadas de su tiempo. Lo que se conoce de ella
es a través de los papiros y algunos murales funerarios. Se sabe que el Estado financiaba
a los médicos y que éstos, considerados funcionarios, no cobraban por la atención a los
pacientes. Eran llamados "Sum-Un", que significa "hombres de los que sufren",
definición que incluía a los animales. Se formaban en diversas escuelas, llamadas "casas
de la vida", entre las que sobresalían las de Sais y Heliópolis.
IMHOTEP, DIOS DE LA MEDICINA: Era el dios que regía todo lo concerniente a la medicina.
Su nombre se asocia con un médico que vivió hacia el 2700 a.C. En su homenaje, los
médicos debían bañarse varias veces al día y estar atentos a su higiene personal.
Las "casas de la vida" en las que estudiaban estaban adscriptas a templos y el
conocimiento se transmitía en forma secreta.
Los médicos egipcios solían clasificar las enfermedades en tres categorías diferentes: las
atribuidas a la acción de espíritus malignos; las que responden a causas manifiestas, como
los traumatismos y las heridas de guerra o accidentes; y las de causas desconocidas, que
eran atribuidas a la voluntad de los dioses. A su vez, los médicos se subdividían en
conjuradores mágicos de enfermedades; los que practicaban la curación a través de
remedios y los cirujanos considerados sacerdotes.
La producción agraria
Las cosechas principales eran de cereales para hacer pan, y de cebada para
producir cerveza. El trigo solo fue introducido en Egipto durante el período grecorromano.
Se daban también legumbres, como lentejas y garbanzos; hortalizas, como distintas
variedades de lechuga, ajos y cebollas; frutas, en especial dátiles, y forrajes para los
animales. Éstos eran cuidados tanto por sus pieles como por sus carnes. También cultivaban
plantas de sésamo, de las cuales se obtenía aceite. El principal edulcolorante que utilizaban
los antiguos egipcios era la miel. La carne más preciada era la de vacuno, aunque también
se consumían las de oveja, cerdo, cabra y antílope. Las aves eran un manjar para los ricos,
siendo muy apreciadas las palomas, seguidas por patos y gansos. La crianza de gallinas se
difundió en la etapa grecorromana.
Durante las hambrunas, que eran bastante frecuentes, el egipcio no se moría de hambre si
tenía algunos "ahorros" como, por ejemplo excedentes de grano. Pero poder conservar
grano almacenado significaba contar con una infraestructura de almacenamiento que por lo
general, escapaba a las posibilidades de la mayoría de los egipcios.
Egipto mantenía lazos comerciales con otros reinos, pero importaba más de lo que expor-
taba. Este comercio era controlado por los miembros de la familia del faraón, de la nobleza
o de la casta sacerdotal. El poco desarrollo naval del país del Nilo hizo que finalmente, los
comerciantes extranjeros terminasen por asentarse en Egipto y controlasen el tráfico. Su
superioridad consistía en tener barcos con una mayor capacidad de transporte, que llegaba
a las 100 toneladas por viaje.
La Libra Egipcia, moneda actual de Egipto, lleva impronta su histórico legado cultural.