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AULA ABIERTA'

Javier San Martín

Los trabajos reunidos en este volumen pretenden


mostrar que el sentido de la fenomenología no es otro"
que superar el psicologismo mediante la exposición de
una teoría de racionalidad fuerte en la que el sujeto
racional aparece definido por la identificación con un
apriori en el que están diseñadas las estructuras del
mundo y de la subjetividad y más allá de las cuales no
puede ir, aunque tampoco pueda quedarse más acá. En FENOMENOLOGIA
las lecciones de Husserl Einíeitung in die Philosophie de
1922/23, desgraciadamente aún inéditas, se pueden COMO TEORÍA DE UNA
encontrar importantes claves sobre ese sentido de la
fenomenología en el que se ventila su alcance filosófico, RACIONALIDAD FUERTE
tema que, por otros caminos, siguió E. Fink.
El descubrimiento y prueba de ese sentido se hace
en la fenomenología desde una perspectiva ética e
histórico-filosófíca, por lo que conviene presentar la
conexión de la ética husserliana con una visión del Ser
humano, por tanto, con la antropología y con su filosofía
de la historia. Subrayando esas conexiones, resalta la
continuidad entre la problemática de La crisis de: las
ciencias europeas y estos escritos que surgen de la
preocupación por el fracaso cultural de Europa en los
años inmediatos a la Gran Guerra. Por otro lado, cabe
subrayar la claridad que se da en las lecciones de ética
sobre el sentido del apriori como el núcleo de esa teoría
de una racionalidad fuerte. Cabalmente en ese punto se
van a centrar los duros reproches que Husserl hace a
Kant de haber ignorado el sentido del apriori.

ISBN 84-362-3086-8
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UNIVERSIDAD NACIONAL ^
DE EDUCACIÓN A DISTANCIA
. $

LA FENOMENOLOGÍA COMO TEORÍA

DE UNA

RACIONALIDAD FUERTE
Estructura y función de la fenomenología de Hussert
y otros ensayos

por Javier San Martín

UNED
Madrid, 1994
ÍNDICE

Presen tació n .......................................................................... 9

C apítulo i
El sentido de la fenomenología de Husserl 17
1. Introducción. El sentido global de la fenomeno­
logía: primera visión.................................................. 18
2. Las etapas de la fenomenología de Husserl.. . . 20
3. El nacimiento de la fenomenología: la fenome­
nología en las Investigaciones l ó g i c a s ............. 23
4. La maduración de la fenomenología: la fenome­
nología como filosofía trascendental............. 29
5. La aplicación de la fenomenología: la última
etapa de Husserl y la crisis de las ciencias euro­
peas ............................................................................. 40

© UNIVERSIDAD NACIONAL C apítulo n


DE EDUCACIÓN A DISTANCIA - M adrid L A FENOMENOLOGÍA: EL ESTADO DE LA CUESTIÓN 55
1. Introducción ............................................................. 55
J a v ie r San M artín 2. Estudios de fenomenología e impulso editor . . 61
R eserva d o s tod os los d e r ech o s y
3. Fenomenología, filosofía analítica y psicología
p roh ib ida su rep ro d u cció n total o p a rcia l c o g n itiv a ................................................................ 74
4. Fenomenología, historia y p o lític a ................ 88
D epósito le g a l: M. 29.052-1994
ISBN: 84-362-3086-8 C apítulo ni
P rim era ed ició n , o ctu b re 1994
F enomenología y m arxism o ..............................101
1. Introducción ............................................. 101
Im prim e: Lerko Print, S. A. 2. Las dos etapas fundamentales de la fenomenolo­
P a seo d e la C astellana, 121. 28046 M adrid gía de Husserl .............................................................. 111
ÍNDICE 7
6 JAVIER SAN MARTIN

C apítulo vn
F enomenología y filosofía de ia cu ltura 233
3. La primera etapa de Husserl y la “estética tras­
1. La problemática general de la Entmenschung
cendental” ..................................................................
(deshumanización) en la filosofía trascendental
4. Husserl y el sentido de la “historia” .................. 124
y en la fenomenología .......................................... 234
2. Presupuestos de la deshumanización................. 236
C apítulo iv _ 3. Problemas de la deshumanización ....................239
Estructura y función de la fenomenología
4. Ambigüedad de la relación entre la fenome­
de H u s s e r l .......................................................... • - • - 139 nología y la antropología ..................................... 245
1. Objetivo, límites y método de interpretación . 140 5. Fink y la filosofía de la cultura ........................... 247
2. La estructura de la fenom enología.........................144
3. La función de la fenomenología..............................152 C apítulo vm
4. El principio de la fenom enología...........................158 El m undo co m o a p r i o r i ........................................251
1. Introducción ........................................................... 251
C apítulo v 2. Mundo de la vida, mundo y el problema de la
A ntropología y fenomenología filo so fía .....................................................................258
Para una interpretación histórica de la trascen- 3. Mundo y donación del mundo ........................... 262
dentalidad ............................................................165 4. Mundo y predonación del m u n d o ...................... 270
1. Introducción. Presentación general de la proble­ 5. ¿Saliendo de la fenomenología? ............................276
mática .............................................................................165
C apítulo ix
2. La postura explícita de Husserl ........................... 169
Ét ic a , an tropolo gía y filosofía de la
3. Problemas de la ‘deshumanización’: presupues­
h isto r ia .
tos y dificultades ........................................................178
Las Lecciones de Husserl de Introducción a la ética
4. Puntos de inflexión: hacia la postura implícita 183
del Semestre de Verano de 1920 .................... 279
1. Introducción ........................................................... 279
C apítulo vi 2. El contexto antropológico en la interpretación
La Sexta meditación cartesiana de E. F ink . . 197 husserliana de Hobbes .......................................... 284
1. Introducción ................................................................197 3. La refutación del escepticismo y naturalismo
2. Los dos “Prólogos” de F in k ..................................... 201 ético ..........................................................................290
3. El sentido global de la teoría trascendental del 4. El Excurso “Natur und Geist”: Notas para una
m éto d o ..........................................................................704 epistemología de las ciencias humanas ............... 308
4. Problemas fundamentales de la teoría trascen­ 5. El tratamiento de Hume y Kant ......................... 324
dental del método .....................................................209
5. La problemática del lenguaje fenomenológico . 219 Procedencia de los textos ...........................................333
6. El canon de la razón fenomenológica ................ 223
PRESENTACIÓN

Los nueve trabajos que reúno en este volumen fueron es­


critos todos entre los años 1988-1991, pero lo que los unifica
es que todos, excepto el titulado «Fenomenología y marxis­
mo», están en relación con mi estancia en el Archivo de
Husserl de Friburgo de Bnsgovia con un permiso de año
sabático durante el curso 1988-89. Y aunque hayan sido redac­
tados con diferentes motivos que determinan su objetivo y
función, en ellos se puede percibir fácilmente una unidad, la de
profundizar en la intención de la fenomenología, aunque no
sólo husserhana, sino también en el modo en que el pensa-
samiento de Husserl se fue modificando, desde la reflexión
sobre sus problemas, en la obra de Eugen Fink. Sin embargo,
si alguien ha leído mis anteriores trabajos sobre la fenomenolo­
gía, verá que siempre me he esforzado por encontrar esa in­
tención. Por eso debo exponer, para que no haya lugar a du­
das, qué es lo que determina mi estancia en Friburgo, por
tanto, el nuevo horizonte desde el que están escritos.
He dudado en la decisión sobre qué trabajo debía abrir la
serie y por fin me he decidido por el capítulo que figura en
primer lugar, que aunque es casi el último, constituye una
introducción global a la fenomenología de Husserl. Pero en
realidad el trabajo que debería abrir la serie es el que figura en
el cuarto lugar, el estudio «Estructura y función de la fenome­
nología de Husserl», que reproduce en castellano el texto de la
conferencia que pronuncié en el Archivo de Husserl de Fri-
burgo en junio de 1989, porque en él expongo en resumen mis
convencimientos sobre la fenomenología después de varios
meses de investigación en el Archivo de Husserl de Friburgo.
10 JAVIER SAN MARTIN PRESEN TA CIÓ N 11

No es que haya una ruptura con mi interpretación anterior, manéela en un nivel filosóficamente ingenuo. Pues bien,
excepto en la cuestión de la reducción apodíctica, pero creo cuando Husserl se plantea publicar las M editaciones para el
que ahí se puede ver con mayor claridad la teoría de una ra­ publico aleman como una introducción a la fenomenología
cion alida d fu er te que la fenomenología de Husserl representa. encarga a Fink redactar esa segunda etapa de la fenomenología
Ya desde el título mismo de la conferencia se puede ver la que debía superar la ingenuidad filosófica. La Sexta m ed ita ción
continuidad con mi investigación anterior, pues de hecho res­ cartesiana de Fink es el resultado de ese encargo.
ponde al plan global que tenía desde hacía años, de la necesi­ Pero Husserl ya había intentado realizar esa segunda etapa,
dad de investigar en las dos dimensiones básicas de toda pro­ esa fenomenología crítica. Efectivamente, a ello alude Husserl
ducción cultural, en este caso la fenomenología, la dimensión en i3 Lógica fo rm a l y trascendental, donde menciona las
de su estructura y la dimensión funcional. Mis dos libros L ecciones 1922/23 precisamente como su ensayo de desarrollar
anteriores respondían a esta misma intención. Pero la lectura esa segunda etapa de la fenomenología. Por tanto, ahí era
de la Vorlesung del semestre de invierno de 1922/23 Introduc­ donde debíamos buscar el sentido de la segunda etapa de la
ció n a la filo so fía , desgraciadamente aún inédita, me dio claves fenomenología, el significado au ténticam ente filo só fico d e la
muy importantes para aclarar puntos que antes no veía tan fen o m en o lo gía desde la perspectiva misma de Husserl. Por eso
nítidamente. En efecto, nada más empezar mi investigación en cuando me pidieron del Archivo Husserl pronunciar una
Friburgo me di cuenta de la importancia de esas L ecciones. Su conferencia sobre la fenomenología, me pareció que debía
importancia y distinción en la obra de Husserl venía en ese tratar de poner al día mis investigaciones anteriores sobre
momento señalada por la publicación, precisamente entonces, Husserl con lo que había descubierto en Friburgo y que estaba
de la Sexta m editación cartesiana de Fink. La cuestión es muy en íntima conexión con esas L ecciones. El tema elegido
importante en la fenomenología, y puesto que no la señalo responde, como ya he dicho, a las dos direcciones de investiga­
expresamente en ninguno de los trabajos que presento, es con­ ción que había seguido en mis dos libros anteriores, sólo que
veniente mencionarlo ahora. En las M editaciones cartesianas ahora encontraba en la In trodu cción a la filosofía de 1922/23
anuncia Husserl expresamente dos etapas básicas en la fenome­ una valiosa pieza para precisar la intención filosófica de la
nología trascendental, es decir, en la fenomenología ya filo­ fenomenología y, por tanto, también para comprender el
sófica, una etapa descriptiva ingenua, y una segunda etapa sentido de la estructura que ya había descubierto en mi
crítica filosófica, en la que había que plantearse los problemas primera obra sobre Husserl, aunque, como lo repito en varios
fundamentalmente filosóficos del alcance de la fenomenología. de los trabajos aquí publicados, tengo que revisar totalmente,
También en Erste Philosophie II se puede encontrar estas dos a la luz de las L ecciones 1922/23, la noción de red u cción
etapas de la fenomenología, la descriptiva y la crítica. En mi apodíctica que defendía en La estructura d el m étodo fen o m en o lo ­
trabajo La fen o m en o lo gía d e Husserl com o utopía de la razón g í a , ya que las L ecciones 1922/23 tratan todas ellas de llevar a
remito esta importante división incluso a las L ecciones de cabo esa reducción apodíctica y lo hacen de un modo radical­
1910/11, a la así llamada G rundproblem evorlesung. Es sabido mente distinto de lo que yo había expuesto en mi texto,
que en las M editaciones cartesianas Husserl no desarrolla esa aunque en mi descargo debo decir que en ningún otro lugar
segunda etapa, por lo que el texto de las M editaciones per- había encontrado yo que Husserl hablara de esa reducción
12 JAVIER SAN MARTIN PRESENTACION 13

apodíctica exigida por su método; por supuesto, ese concepto tratar de aclarar la ambigüedad husserliana con la antropología,
así aplicado por Husserl, está también totalmente ausente de ya que, si bien rechaza que su filosofía sea una antropología,
toda bibliografía sobre la fenomenología husserliana, por lo que él entiende fundamentalmente como antropología biológi­
que mis referencias a ella son una auténtica novedad en la ca, está reivindicando a la vez desde la propia fenomenología
extensísima literatura sobre Husserl. una nueva imagen del hombre, de acuerdo con lo que autén­
¿Pero qué es lo que comprendí en Friburgo a partir de las ticamente somos y debemos ser. De ahí que esa oportunidad
L ecciones 1922/23? Algo de lo que ya estaba más o menos fuera un buen momento para reflexionar sobre algo que había
convencido pero de lo que no tenía pruebas textuales: que el visto ya antes, la posibilidad de introducir la historicidad en la
sentido de la fenomenología no es otro que superar el psicolo- noción de trascendental y simultáneamente tratar de pensar la
gismo mediante la exposición de una teoría d e racionalidad relación entre la fenomenología trascendental y una antropo­
fu erte, en la que el sujeto racional aparece definido por la logía filosófica no mediatizada por el sentido de la antropolo­
identificación con un apnori en el que están diseñadas las gía en Alemania, más atenida, por tanto, a lo que debe ser un
estructuras del mundo y de la subjetividad y más allá de las saber del ser humano que haga justicia o se deje llevar por lo
cuales no puede ir, aunque tampoco puede quedarse más acá. que es su campo temático, la realidad misma del ser humano.
A la luz de este convencimiento sobre el sentido de la fenome­ El trabajo «Fenomenología y antropología», aunque su redac­
nología se ubicaban perfectamente las dos orientaciones o nive­ ción última procede de los días inmediatamente después de
les que había descubierto en la reducción y en la epojé, podía, volver de Friburgo, está concebido y desarrollado todavía en
por tanto, decir que por entonces Husserl descubre la ver­ Alemania, teniendo en cuenta algunos de los manuscritos que
dadera estructura de la fenomenología, que no queda clara del trabajé también entonces.
todo en la etapa anterior a Friburgo, a saber, en las Ideas de Aunque redactado el último, también se debe a mi estancia
1913. en Friburgo el trabajo sobre las L ecciones d e ética de 1920 (cap.
Pero este descubrimiento se acompañó además de mi IX), en el que me he esforzado por presentar la conexión en
lectura de las L ecciones d e ética de 1920, así como de otra serie que Husserl concibe la ética con una visión del ser humano,
de manuscritos de esos años en torno a la ética y a la antropo­ por tanto, aunque Husserl no la llame así, con la antropología,
logía. Además la por entonces aún reciente publicación de los y con su filosofía de la historia. Mi intención al subrayar esas
Aufsatze u n d Vortrage (Hua. XXV), en la que pude leer las tres conexiones era también la de hacer ver la continuidad entre la
conferencias sobre «El ideal de hombre de Fichte», donde problemática husserliana de La crisis d e las cien cias europeas y
empieza la profundización husserliana en la ética determinante estos escritos que surgen de la preocupación por el fracaso
de todos esos años, dio a todas mis lecturas de ese año un cariz cultural de Europa en los años inmediatamente posteriores a
antropológico coherente con el modo en que siempre había la Gran Guerra. Por otro lado, cabe subrayar la claridad que
comprendido la fenomenología, desde una perspectiva ética e se da en estas L ecciones sobre el sentido del apriori, como el
histórico-filosófica. La invitación a participar en el volumen núcleo de lo que he llamado la teoría de una racionalidad
que el Archivo de Husserl de Lovaina la Nueva iba a dedicar fuerte. Cabalmente en ese punto se van a centrar los duros
al fundador de la fenomenología era una excelente ocasión para
14 JAVIER SAN MARTÍN PRESENTACIÓN 15

reproches que Husserl hace a Kant de haber ignorado el L ecciones de 1922/23, pues el sujeto racional no puede aparecer
sentido del apriori. al otro lado del sujeto humano. La racionalidad es el sentido
Especial mención merecen los trabajos dedicados a la Sexta mismo del ser humano; el compromiso con la racionalidad es
m edita ción cartesiana de Eugen Fink y a los escritos, publica­ de cada uno de nosotros, por más que nunca deje de ser un
dos simultáneamente, para la reelaboración de las M editaciones misterio, un comienzo absoluto, aquella identificación entre ser
cartesianas, y que efectivamente pertenecen al mismo complejo y razón de la que nos habla Husserl al comienzo de La crisis,
de problemas. Aunque en ellos se puede leer con bastante y sin la que el ser humano y su historia serían incompren­
amplitud la problemática global de esos escritos, no quiero sibles.
dejar pasar esta oportunidad para señalar lo que a mí me Quiero agradecer, por fin, a cuantos han hecho posibles
parece la continuidad entre el Husserl que se anuncia en los todos estos trabajos. En primer lugar a mi Universidad y su
anteriores escritos y el lugar al que Fink lleva a Husserl, y que equipo rectoral así como a cuantos contribuyeron a la implan­
por supuesto Husserl no se lo había representado de ese modo. tación del año sabático en la UNED, especialmente a mi que­
Es obvio que Husserl nunca suscribiría la frase de Mer- rida amiga Elisa Pérez Vera, rectora cuando se aprobó el año
leau-Ponty de que la mejor enseñanza de la reducción es la ■sabático, pues sólo ello me permitió investigar en el Archivo
imposibilidad de realizarla completamente. Pero la dialéctica de Husserl en Friburgo en unas óptimas condiciones. Igual­
que Husserl establece entre la actitud natural y la trascendental mente quiero expresar mi profundo agradecimiento tanto al
no puede menos de llevarnos a la confesión de que el progra­ Prof. Werner Marx, entonces Director del Archivo de Husserl,
ma de Husserl es un programa limitado pero que se cumple así como a los colaboradores del mismo, Dra. Sabine Móders-
precisamente en la reconstrucción de un sujeto racional, que heim, Dr. Hans Rainer Sepp y Herr A^shraf Noor. Sin su
sólo siendo objeto en el mundo puede ser sujeto del mundo. apoyo y amistad no hubieran sido posibles la mayor parte de
Si la reducción parece querer decirnos que somos sujetos, la estos trabajos. Igualmente quiero mostrar mi reconocimiento,
persistencia de la actitud natural nos dice que también somos admiración y agradecimiento a Frau Suzanne Fink, que desde
objetos y que, por tanto, siempre podemos olvidar nuestro el primer momento nos distinguió a mi familia y a mí con su
carácter de sujetos, siempre podemos perder nuestro verdadero agradable amistad. Quiero mencionar también expresamente al
ser de sujetos. Por tanto, que nuestra recuperación desde la Dr. Franz Antón Schwarz y a Marie, en quienes encontré una
objetividad no es negación de la exterioridad sino descubri­ maravillosa amistad y un ejemplar entusiasmo por la vida y su
miento en ella de un sentido del que siempre nos podemos valor humano. También merece mi reconocimiento el Director
olvidar. De ahí la insuperable contingencia e historicidad de la el Archivo de Fink, el Prof. Graf., quien tuvo la gentileza de
fenomenología. El último de los trabajos que escribí sobre los invitarme a los Coloquios sobre Fink, donde tuve la opor­
textos de Fink, el estudio sobre el mundo como apriori, tunidad de exponer mis ideas sobre la fenomenología de
muestra hasta qué punto la fenomenología de Husserl lleva a Husserl y Fink en fecundo intercambio con investigadores de
su superación como programa total; no me parece, sin embar­ otros muchos países, especialmente Ronald Bruzina, Guy van
go, que ahí se anuncie su negación; más bien prefiero ver en Kerkhoven, Marc Richir y Renato Cristin, a quienes agradezco
esa superación el verdadero cumplimiento del programa de las también la atención que me dispensaron.
CAPÍTULO I

EL SENTIDO DE LA FENOMENOLOGÍA
DE HUSSERL

La fenomenología es uno de los movimientos filosóficos


con influencia del siglo X X al que se adscriben algunos de los
filósofos más representativos de este siglo y que además ha
generado algunas de las corrientes de pensamiento más recien­
tes. Del fundador de la fenomenología, Edmund Husserl, dice
Ortega y Gasset que es el «filósofo que, sin comparación posi­
ble con nadie, ha ejercido mayor influencia en las investi­
gaciones filosóficas de todo el mundo durante lo que va de
siglo»1. En una obra recientemente publicada del desaparecido
Luis Martín Santos se califica la fenomenología como «La filo­
sofía secreta de nuestro tiempo» o como «un pensamiento que
es el núcleo de la filosofía de nuestro tiempo»12. En estas
páginas nos vamos a centrar en la filosofía del fundador de la
fenomenología, EDMUND HUSSERL (1859-1938), de quien de­
pende todo el sentido de este típico movimiento del siglo X X
y cuya filosofía, por otro lado, es tan complicada que su

1 Esto lo dice ORTEGA en su libro Sobre la razón histórica, Alianza


Editorial, Madrid, 31983, p. 180.
2 Cfr. Luis Martín SANTOS, El zigzag husserlia.no, edición preparada por
Ana LUCAS, editorial Endymión. Habría que tener en cuenta en este
contexto que Husserl está en el núcleo del que proceden la m ayor parte de
lo que ha de ser típico de la filosofía del siglo XX; no se puede olvidar por
ejemplo la cercanía en la que está de Frege por los años 85/90; ni la
influencia que ejerció sobre Jakobson, tal como lo muestra HOLENSTEIN en
su libro R om án Jakobson's Approach to Language: P henom enological Structura-
lism , Indiana Umversity Press, 1976.
18 JAVIER SAN MARTÍN EL SENTIDO DE LA FENOMENOLOGIA DE HUSSERL 19

estudio suele representar un obstáculo insalvable para la su autor le lleve a probar la tesis básica de esa forma de pensar
mayoría de los estudiantes, por no decir también para la mostrando que lo contrario es imposible; me refiero a Madam-
mayoría de los profesores. Para mejor comprender esta m e B ovary de Flaubert, donde el autor muestra la imposibi­
filosofía, voy a dividir este estudio en cinco apartados. En el lidad del romanticismo de una mujer que quiso convertir en
primero, que debe actuar a modo de introducción, expondré realidad sus sueños sin atenerse a lo que es la realidad. La
lo que yo considero el sentido global de la fenomenología tozudez y contundencia de la realidad económica la aniquiló
husserliana. En el segundo expondré en una rápida visión las primero a ella y después a su marido. De un modo menos
tres etapas que constituyen la vida y obra de Husserl y que se artístico, quizás por ser la prueba más directa, nos ocurre con
corresponden con lo que podemos llamar las etapas de la vida las novelas de Zola, por ejemplo, Nana, donde lo que sucede
pero aplicadas en este caso a la fenomenología misma, de la es una suma de hechos y acontecimientos que se encadenan
que expondré, en cada uno de los apartados siguientes, el causalmente unos detrás de los otros, dando su suma como
nacimiento (n. 3), la maduración (n. 4) y la aplicación o resultado la realidad, en este caso, la realidad social y humana.
desarrollo (n. 5). Pero se me preguntará ¿no quería hablar de la fenomeno­
logía? Entonces, ¿a qué viene este preámbulo aparentemente
tan alejado? Pues bien, es que la fenomenología, que surge
justo en el cambio de siglo, es decir, cuando fenece el siglo XIX
1. Introducción. El sentido global de la fenomenología: y se alumbra el X X , es una filosofía que trata de mostrar la
primera visión inconsistencia o incluso hipocresía de esa forma de pensar.
Pues lo que la fenomenología va a tratar de mostrar ante todo
A lo largo de la segunda mitad del siglo X IX se fue es que los hechos no son realidades independientes d e nosotros,
adueñando de las capas intelectuales de la sociedad una forma porque en el caso de los hechos sociales, las realidades huma­
de pensar, para la cual sólo los hechos reales y concretos o nas, por ejemplo, las económicas, como en el caso de Madam-
locahzables en el espacio y en el tiempo tenían vigencia, m e B ovary, no son realidades independientes de los hombres,
validez, en general, realidad. Estos hechos eran los que podían sino PRODUCTOS DE LOS HOMBRES, por lo que, por supuesto,
estudiar las ciencias, que tenían como misión explicarlos desde pueden ser de otro modo. La ejecución de . los pagarés que
las causas que los producían, para así poder prever lo que iba irremediablemente lleva a la ruina la vida de Emma Bovary no
a pasar, si se era capaz de poner una causa. Esa forma de es un hecho que exista por absoluta necesidad, es por el
pensar se adueñó también de la literatura, hasta el punto de contrario algo que ocurre porque unos seres humanos así lo
que inspiró el movimiento llamado realismo y, llevado un han decidido; no es un hecho, por tanto, independiente. La
poco a sus extremos, naturalismo. En él se trata de reflejar lo fenomenología va a pensar así respecto a todos los hechos,
que la realidad es en sí misma, como resultado de una serie de porque no hay hechos independientes de algún sujeto o
acontecimientos que se desarrollan con una necesidad propia, persona para el cual tengan su realidad de hechos. Esta afir­
que nada ni nadie podría cambiar. Hay una novela sumamente mación, posiblemente enigmática al principio, veremos que
interesante y además ejemplo vivo de esto, aunque el arte de constituye el principio mismo de la fenomenología, que sólo
20 JAVIER SAN MARTÍN EL SENTIDO DE LA FENOMENOLOGÍA DE HUSSERL 21

será una filosofía que tratará de sacar todas las consecuencias es que en cada etapa se desarrolla más o menos un aspecto de
de esa constatación. ese sentido global que antes se ha expuesto, sacando una u otra
consecuencia. Porque, como iremos viendo, las consecuencias
de algo aparentemente tan sencillo son extraordinarias.
La vida de Husserl está ligada a tres universidades alema­
2. Las etapas de la fenomenología de Husserl nas, en cada una de las cuales pasó una etapa decisiva de su
vida filosófica, hasta el punto, además, de que cada una de esas
Bien es cierto que el fundador de la fenomenología no etapas se cierra con una obra decisiva y de un profundo
llegó inmediatamente a perfilar su filosofía desde el principio; impacto. La primera universidad es la de Halle, ciudad del
ninguna filosofía lo logra de entrada. Pero en la fenomenología estado alemán de Sajonia-Anhalt, cerca de Leipzig. En esta
de Husserl la diferencia entre sus m anifestaciones (a saber, sus Universidad, diríamos, se hizo Husserl Profesor universitario,
publicaciones, y los conceptos aparentes, es decir, aquellos pues en ella dio sus primeras clases desde 1887 hasta el Se­
conceptos que más la definen y que suelen ser utilizados para mestre de verano de 1901, en calidad de Docente (P rivat-
presentarla en los manuales de filosofía), y lo que com o filosofía dozent), algo así como Profesor No Numerario en España. Esta
globa l significa es tan grande que generalmente es difícil de etapa primera de Husserl se cierra con la importante obra
captar incluso para reputados pensadores, por no decir para los Investigaciones lógicas. En ella aparece la fenomenología ya
profesores de filosofía; por eso es de entrada una de las operando, aunque aún no ha logrado Husserl claridad respecto
filosofías peor entendidas. De todas maneras aquí deberemos al alcance de su nuevo método.
ver el significado que tiene el punto de partida que hemos Ese año se fue Husserl a Gotinga como Profesor extraor­
enunciado. Pero antes habrá que preguntarse quién es Edmund dinario, (que podría equivaler a los antiguos agregados de
Husserl y desde una mínima noción de su biografía intentar Universidad o a los actualmente titulares). En 1906 fue ya
descubrir el sentido de su filosofía. nombrado Profesor ordinario, que equivale a lo que aquí deno­
En efecto, es posible y quizás muy conveniente y didác­ minamos catedrático. La etapa de Gotinga fue de máxima fe­
tico seguir con cierto detenimiento las diversas etapas de la cundidad; en ella Husserl saca a la luz lo que el nuevo método
vida de Husserl, porque su filosofía va alumbrándose en parte exigía, fundando ya la Escuela Fenomenológica y creando a su
de acuerdo con esas etapas, que están perfectamente delimitadas alrededor un importantísimo grupo de investigación fenomeno­
unas de otras, porque además en cada una de ellas Husserl, lógica. También irá desarrollando los diversos aspectos más
nacido en 18593, fue profesor en una Universidad alemana decisivos del método fenomenológico. Esos aspectos los ex­
distinta. Y no es que admitamos que en cada etapa la fenome­ pondrá por fin en 1913 en la otra obra decisiva cuyo título hay
nología tenga un sentido, o que existan vanas fenomenologías, que retener, porque representa hasta cierto punto la presenta­
como se suele decir en los manuales al uso, sino lo que ocurre5 ción del método fenomenológico. También para nosotros es
muy importante, porque esa obra produjo un fuerte impacto
positivo primero, negativo después, en Ortega y Gasset. Se
5 En Prossnitz (Protejov), Moravia, actual República checa, el 8 de abril. trata de las Ideas relativas a una fen o m en o lo gía pura y a una
22 JAVIER SAN MARTIN EL SENTIDO DE LA FENOMENOLOGÍA DE HUSSERL 23

filo so fía fen o m en o ló gica , generalmente conocida como las Ideas, Tenemos, por tanto:
de 1913. La publicación de esa obra, que es fundamental para
la fenomenología, supuso una especie de decepción para los TRES UNIVERSIDADES, TRES ETAPAS, TRES OBRAS
alumnos de Husserl4 y el grupo de Gotinga empezó a desinte­
grarse. Al año siguiente vino la Primera Guerra Mundial, que I. - HALLE, nacimiento de la fe n o m e n o lo g ía
aún dispersó más a los discípulos de Husserl. Poco después fue Investigaciones lógicas (1900/1901)
llamado5 a Fnburgo, adonde se trasladó para el Semestre de
Verano de 1916, exactamente cuando su hijo Wolfgang acababa II. - GOTINGA, maduración de la fe n o m e n o lo g ía
de morir en la batalla de Verdón. Ideas (1913)
Así comienza la última etapa de la vida profesional de
Husserl, ya en Fnburgo de Brisgovia, a la falda de la Selva III. - FRIBURGO, aplicación de la fe n o m e n o lo g ía
Negra. Ahí permanecerá Husserl hasta su muerte y ahí pro­ La crisis de las ciencias europeas (1936)
fundizará en su obra, aplicándola a los diversos contextos, pero
también podríamos decir aplicándola a la vida humana e his­
tórica, es decir, descendiendo de la epistemología pura o teoría
de la ciencia, que caracterizaba a la etapa de Halle, y del nivel
de la fenomenología pura trascendental ¿ahistórica? que aparen­
temente sería lo típico de la segunda etapa. Esos dos giros, de 3. El nacimiento de la fenomenología: la fenomenología
la epistemología a la vida real (al m un do d e la vida) y de la en las In vestigaciones lógicas
fen o m en o lo gía pura a la fen om en ología aplicada (preocupación
por la ética y por la reorientación de la cultura europea) es lo Una vez que hemos expuesto las tres etapas fundamentales
que aparece en la última obra, que caracteriza al periodo de de la fenomenología, es preciso recorrerlas una a una, resaltan­
Friburgo, La crisis d e las ciencias europeas, obra escrita en 1936, do en cada una de ellas los elementos decisivos. Comprender
cuando la vida de Husserl estaba ya cerca a extinguirse, lo que el sentido de esos elementos será fundamental para entender la
ocurrió en 1938. fenomenología. No insistiremos en muchos, sino sólo en los
que en mi opinión son imprescindibles. En todo caso procura­
remos llamar la atención sobre esos elementos, para indicar
que es necesario detenerse en su comprensión.
Las Investigaciones lógicas están compuestas por dos tomos,
uno relativamente pequeño, que apareció en 1900, y el otro
4 La decepción provendría de que entendieron que ahí Husserl asumía una
postura idealista. Desde entonces la polémica de si la fenomenología es enorme, que apareció al año siguiente. Este hecho, aparen­
idealista siempre la ha acompañado. temente anecdótico, tiene un profundo significado, que nos va
5 Esto significa que se le ofreció una cátedra y que él aceptó. Husserl se a llevar a la comprensión del punto de partida de la fenomeno­
trasladó a Friburgo de Brisgovia el 1 de abril de 1916. Su hijo Wolfgang ha­
bía caido en Verdún el 8 de marzo de ese mismo año. logía, es decir, a la comprensión del sentido de la fenomenolo­
24 JAVIER SAN MARTÍN EL SENTIDO DE LA FENOMENOLOGÍA DE HUSSERL 25

gía en su nacimiento. El primer tomo, en efecto, se titula pensar los principios matemáticos y lógicos como reducibles a
P rolegóm enos para una lógica pura y en él Husserl refuta, según hechos psicológicos, probando, por tanto, la autonomía de la
la opinión generalizada en el mundo filosófico de una manera esfera matemática y lógica; ya que el sentido mismo de las
definitiva, el psicologism o. Aquí tenemos un punto decisivo del verdades matemáticas o lógicas es el ser independientes de la
nacimiento de la fenomenología; la fenomenología es una construcción de nuestro cerebro o del funcionamiento de
filosofía que NACE COMO REFUTACIÓN DEL PSICOLOGISMO, nuestra mente. La argumentación fundamental de Husserl
por tanto, como el ensayo de resolver una crisis epistemológi­ consistirá en mostrar que cualquier intento de explicación
ca. psicologista es una forma solapada de relativismo que lleva al
El psicologismo es una teoría muy extendida tanto en la escepticismo, en sus formas más extremas, en aquellas que se
segunda mitad del siglo pasado como en nuestro propio basarían en una afirmación que es en sí misma contradictoria,
tiempo, según la cual la fundamentación de las ciencias, que por ejemplo, cuando se dice que no hay ninguna verdad,
estaban buscando por entonces los científicos, sobre todo los pensando que esa proposición misma es verdad6.
matemáticos, era una cuestión de la psicología; se esperaba que Pero es posible que se pregunte por qué el psicologismo
un mejor conocimiento del funcionamiento de la m ente y su refutación son tan importantes. Pues bien, para Husserl
hum ana, en última instancia, d el cerebro hum ano, nos iba a dar en la cuestión del psicologismo se ventila el concepto mismo
la clave de los conceptos matemáticos y de los conceptos de razón y, p o r tanto, el sentido d el ser hum ano com o ser
lógicos y, por tanto, por extensión, de la ciencia, y en defini­ racional-, si entendemos la razón, el fundamento de las verdades
tiva de lo más peculiar del ser humano. Dicho de otro modo, lógicas y matemáticas, en el sentido del psicologismo, tendre­
se pensaba que la matemática y la lógica eran consecuencia del mos que decir que toda la razón que podemos tener para
modo en que estaría construido el cerebro humano, hasta el afirmar la verdad de la lógica o de la matemática es exclusiva­
punto de que otro cerebro tendría otra lógica u otra matemá­ mente una cuestión de HECHO: es así porque estamos consti­
tica sometida a principios distintos. Si lo ponemos en términos tuidos de esta forma, pero igualmente podríamos estar hechos
del apartado primero, podemos decir que según esta opinión de otra forma. La razón, por tanto, es un puro azar, una
los fundamentos de la matemática y de la lógica son otro tipo casualidad, algo fáctico sin necesidad. Ahora bien, llevado esto
de HECHOS, que funcionan como resultado de otros hechos, y, a sus consecuencias prácticas políticas, la consecuencia que
por tanto, que podrían ser de cualquier otro tipo. Así el resultaría de ello es que el ser humano, como un ser pura­
psicologismo es la vertiente epistemológica, es decir, de teoría mente fáctico, tampoco tendría más derechos que los que
de la ciencia, consecuente con la opinión generalizada del siglo resultan de puros acontecimientos, entre los cuales está el
XIX. ponernos de acuerdo en respetarnos mutuamente, pero a uno
Husserl refuta radicalmente esta opinión en el primer
tomo de las Investigaciones lógicas-, y ahí nace la fenomenología,
que no será sino el esfuerzo ingente de sacar todas las con­ 6 Cfr. Investigaciones lógicas, tomo I, P rolegóm enos para una lógica pura, caps
ni-VU; especialmente interesante es el VTI. De esta obra hay ya en castellano
secuencias de ese comienzo. La refutación del psicologismo la
tres ediciones: la de 1929, en R evista d e Occidente-, la de 1967, en Selecta de
hace Husserl ante todo reivindicando la imposibilidad de la misma Editorial, y la de Alianza Editorial.
26 JAVIER SAN MARTÍN EL SENTIDO DE LA FENOMENOLOGÍA DE HUSSERL 27

se le puede ocurrir romper ese acuerdo y si tiene fuerza para presentes en la vida o conciencia humana. Y aquí se vislumbra
llevar adelante su criterio, no hay razón ninguna que oponerle. ya una primera definición más precisa de la fenomenología,
Es decir, la sustancia del mundo, de la realidad, sea ésta que aparece como el estudio de la vida o conciencia humana en
humana o no humana, no es otra que la fuerza, la fuerza que cuanto en ella se dan, aparecen o se constituyen los objetos en
tienen los hechos tal como ocurren, no la razón, las normas cuanto objetivos, precisamente en cuanto no se reducen al
que nos parece que rigen la realidad y que nos gustaría que momento mismo en que se nos dan, pues tienen una trascen­
también rigieran la convivencia humana. Pues bien, no es otra dencia en relación a ese momento y por eso se puede volver a
cosa lo que subyace al psicologismo y la importancia de su ellos cuantas veces se quiera.
refutación. Ahí tenemos el sentido profundo de la fenomeno­ Es en este contexto en el que Husserl va a formular uno
logía, que no es sino el intento de recuperar y reconstruir un de los principios fundamentales de esos actos de la conciencia
sujeto racional que sea capaz de hacer ciencia, pensando que la o de la vida humana y que pasará como uno de los descubri­
epistemología que pone un sujeto de carácter puramente mientos fundamentales de la fenomenología, la intencionalidad
psicológico (el psicologismo) no sólo arruina el sentido que la de la conciencia, porque en efecto, la característica primera de
ciencia tiene, imposibilita pensar la ciencia en cuanto ciencia, esos actos de la conciencia, de esas vivencias, es que siempre se
sino que arruinaría también la posibilidad de pensar en la refieren a algo, que siempre son una conciencia-de; si tomamos
organización política de la vida humana de un modo que se cualquier palabra que designe actos de nuestra vida, en que esté
base en el derecho, que queda reducido a una mera cuestión de implicada una actividad consciente, lo que Husserl llama una
fuerza. vivencia, por ejemplo, ‘ver’, ‘oír’, ‘decir’, ‘pensar’, ‘amar’,
Una vez asegurado por parte de Husserl que la esfera de ‘querer’, siempre implican un sentido, un objeto, algo a lo que
lo lógico y matemático, los objetos ideales, no se reducen al se refieren, que tienen o encierran una intención; esto es lo
hecho de la constitución del cerebro, que su verdad no depen­ que se quiere decir cuando se habla de que toda conciencia es
de de que el cerebro esté constituido de este modo preciso, intencional. .
Husserl tiene que resolver un problema fundamental, y es que Vamos a detenernos un momento en este concepto que es
en realidad esos objetos matemáticos aparecen o se dan de muy importante. El concepto arranca de la vida ordinaria,
hecho en un sujeto humano, en unos actos de conocimiento, donde se habla de la intención de un acto como determinante
en unas viven cia s, que parecen crearlos, pues antes de que la del tipo de ese acto. Un homicidio es asesinato si en él se daba
lógica o la matemática fueran formuladas no parecen tener la intención de matar. La Edad Media amplió este uso restrin­
absolutamente ninguna existencia. ¿Cómo se hacen presentes gido de intencionalidad a todo acto de conocimiento, porque
unos objetos independientes cuando en realidad todo parece parece que conocer algo es tener la intención de apropiarse
indicar que son dependientes? Este sería el tema del segundo mentalmente de ese algo de modo que mientras no se cumple
tomo de las Investigaciones lógicas: el estudio de los actos del esa intención no se da el conocimiento. Brentano fue aún más
sujeto, el estudio de las vivencias del sujeto que hace la ciencia, allá y dijo que todo acto de conciencia, no sólo los de conoci­
para ver cómo los objetos de la ciencia, por ejemplo, una fór­ miento, es un acto intencional, en él se da una intención-de un
mula, una conclusión lógica, una verdad matemática, se hacen objeto, de modo que todo acto de conciencia remite o se refie­
28 JAVIER SAN MARTIN EL SENTIDO DE LA FENOMENOLOGIA DE HUSSERL 29

re a su objeto. Una de las tareas básicas de la psicología sería ticas o lógicas son actos distintos de aquellos en los que se nos
describir la multiplicidad de actos de conciencia o de la vida da por ejemplo una mesa. Yo entiendo que *2 - b 7 = (a + b)
humana como actos intencionales, porque éstos pueden ser de (a — b) de modo distinto a como veo una silla; ‘entender’ una
muy diversos tipos. fórmula matemática no es ‘ver’ una cosa. Esta distinción, basa­
Husserl, que siguió las clases de Brentano en Viena7, da en la noción de intencionalidad, entre actos de intuición
convirtió ese principio en fundamental de su filosofía, pero lo sensible (por los cuales percibimos cosas) y actos categoriales (en
amplió con otro complementario, tan importante como ése los que se nos dan por ejemplo objetos matemáticos o lógicos)
porque es el que le da sentido, porque si toda conciencia es es una distinción de máxima importancia en la fenomenología
conciencia-de algo, TODO ALGO —y es el principio comple­ y está formulada ya en el nacimiento de la misma, es decir, en
mentario— ES ALGO DE UNA CONCIENCIA8. Nosotros no las Investigacion es lógicas.
podemos tener un algo si no es a través de una conciencia, de
una vivencia, de una experiencia. Y, por tanto, si los actos
intencionales son de muy diversos tipos, también los objetos
correspondientes serán de muy diversos tipos y cada uno de 4. La maduración de la fenomenología: la fenomenología
esos objetos tendrá una forma distinta, y peculiar de él, de como filosofía trascendental
darse. Y ahí vemos ya un principio fundamental de la epis­
temología fenomenológica. Cada objeto, cada esfera tiene su Una vez que hemos expuesto tanto el sentido fundamental
peculiaridad, su modo de darse y su evidencia y es un error de la fenomenología como los primeros pasos que da, es
básico el tratar unos objetos con el modo de darse de otros. necesario seguir los caminos en que Husserl desarrolló esa aún
Por ejemplo, querer fundar en actos, supongamos, de percep­ naciente criatura. Lo que tenemos que entender aquí es cómo
ción, basados en los sentidos, la verdad de la matemática y de y por qué se pasa de las In vestigaciones lógicas a una filosofía
la lógica. Los actos en los que se nos dan las verdades matemá­ trascendental, que no dejaría de ser motivo de escándalo,
como ya lo hemos dicho y hasta cierto punto de desinte­
gración del grupo de Gotinga. Incluso podríamos decir que la
inmensa mayoría de los filósofos posteriores han visto en
? En 1876 y estando en Leipzig contactó el entonces joven estudiante
Husserl un filósofo trascendental, en el peor sentido de la
Husserl con Thomas Massaryk, ya por entonces Doctor. Fue el paisano de
Husserl el que le orientó hacia los cursos de Brentano, aunque sólo en 1881 palabra, por tanto, un filósofo que m siquiera habría que tener
fue Husserl a Viena pero aún a seguir con sus estudios de matemáticas. En en cuenta. Quiero contar una anécdota reciente, porque ilustra
1884 empezó «por mera curiosidad», como Husserl nos dice en «Erinnerung hasta qué punto este pensamiento de rechazo está integrado en
an Franz Brentano», (en Hua. X X V , p. 305) a visitar las clases de Brentano.
Cfr. Karl SCHUHMANN, Husserl-Chromk, Denk- un d L ebensweg E dmund las mentes de muchos profesionales. Estaba yo un día en mi
Husserls, La Haya, Martinus Nijhoff, 1977, p. 13. despacho de la UNED cuando vino a verme un conocido pro­
8 Esto es lo que se llama el a p n ori d e correlación intencional, que Husserl fesor de mi misma Universidad y con mucha camaradería me
dice haberlo descubierto mientras redactaba las Investigaciones lógicas, en preguntó quién era yo y a qué me dedicaba. Sorprendido y un
torno a 1898. Ver Die Krisis d er europdiscben W issenschaften un d d ie trans-
zen den tale P hdnom enologie, Hua. VI, p. 169, nota 1.
poco desconcertado por la situación, le contesté sencillamente
30 JAVIER SAN MARTIN EL SENTIDO DE LA FENOMENOLOGÍA DE HUSSERL 31

que me dedicaba a Husserl; entonces el sorprendido fue él, que actos de un hombre concreto? Si el sujeto que hace ciencia no
parece que no comprendía que alguien pudiera aún dedicarse es el sujeto histórico, mudable, relativista, porque según las
a semejantes cosas y me insistió: «Pero ¿a Husserl, Husserl?, ¿el culturas los principios son unos u otros, ¿quién es el sujeto de
de las Ideas}, ¿el idealista?, ¿el del yo trascendental?», y cada la ciencia? ¿a quién se estaba refiriendo Husserl en las Investiga­
pregunta terminaba con una ligera entonación que detectaba la cion es lógicas} Esta pregunta va a ser determinante, si bien
profunda sorpresa que le causaba que en su misma Universidad Husserl dará un rodeo para poderla contestar, con la única
pudiera haber aún gente que se dedicara a una filosofía tan respuesta que nos va a dar: el sujeto d e la ciencia, d e la razón,
“obsoleta” como la de Husserl. Pues ese Husserl es el de esta de la verd a d no es el ser hum ano som etido a los azares históricos,
etapa de maduración de la fenomenología. Hay muchos que sino el yo trascendental, la con cien cia trascendental.
dicen que ellos soportan al Husserl de las Investigaciones Vamos a tratar de describir brevemente los caminos que
Lógicas, pero no al de las Ideas y las M editaciones cartesianas, le llevan a esa respuesta y qué significa esa respuesta. El primer
que es la otra gran obra de presentación de la fenomenología, camino viene de un cambio que Husserl va a introducir en el
en tono más o menos en la línea abierta por las Ideas. concepto de intencionalidad de Brentano que antes hemos
Nuestro objetivo es, pues, ver el camino que llevó a visto. Pues mientras en Brentano la intencionalidad se refiere
Husserl a la postura de las Ideas-, quizás incluso viendo ese a los actos de la conciencia, por ejemplo, un acto de ver, de
camino podamos entender la problemática y profundidad de desear, de decir, Husserl va a ver la intencionalidad más en el
esa postura. Hay dos conceptos básicos que separan 1900 de sentido tradicional como una cualidad que lleva a los actos de
1913, a saber, la epojé y la reducción trascendental, que son las conciencia desde un principio o una forma imperfecta a una
operaciones por las cuales la fenomenología de las In ves­ forma más perfecta. Por ejemplo en el caso del deseo, desear
tigaciones lógicas se convierte en una filosofía trascendental-, no es quedarse en la cosa deseada sino intentar llegar a la cosa
entender cómo madura la fenomenología es entender, en la deseada, a poseerla. Mirar una hoja no es sin más verla, sino
medida de lo posible, por qué introduce Husserl esas operacio­ que es un movimiento que va desde la fijación de los ojos a la
nes, qué significan y cuál es su alcance. detección de los detalles de la hoja; oír una música es percibir
En todo caso hay una pregunta inmediata que nos tene­ los diversos matices musicales que componen la pieza musical,
mos que hacer en relación a los planteamientos anteriores. Si lo mismo que emitir un juicio no es pronunciar una frase sino
la refutación del psicologismo implicaba rechazar que el decir la frase con la toma de postura sobre lo que se dice, lo
fundamento donde debamos buscar sea el ser humano en que supone también un convencimiento basado en el saber de
cuanto una realidad sometida a los aconteceres históricos, que las pruebas que se tienen sobre tal convencimiento. El concep­
son, o al menos lo parecen, fortuitos, es decir, sin necesidad, to de intencionalidad de Husserl insiste más en este carácter de
por lo que esa realidad es FÁCTICA; y por otro lado Husserl se movimiento que tiene la intencionalidad. Eso significa que un
ve en la obligación de describir los actos del sujeto en los que acto no es algo dado o completo desde el principio, sino que
se dan esos objetos matemáticos, ¿quién es ese sujeto? ¿no es un momento de un movimiento mucho más amplio que en
describe Husserl sus propios actos?, ¿sus propias percepciones,
sus propias intuiciones sensibles o categoriales, por tanto, los
32 JAVÍER SAN MARTÍN EL SENTIDO DE LA FENOMENOLOGIA DE HUSSERL 33

última instancia es la vida misma del ser humano9lo . Porque si, de espera y los minutos de gozo? ¿no vuela una hora de en­
en efecto, en este momento me detengo en ver la hoja, es tretenimiento y no hay minutos que resultan eternos?
porque previamente he decidido entrar en una actividad con­ En este contexto introducirá Husserl una de las ideas más
creta que implica este acto. Mas si he decidido iniciar esa importantes y decisivas de la fenomenología, la idea de actitud,
actividad, por ejemplo, corregir unas pruebas, es porque quiero que no es smo esa unidad global de la vida o de un momento
publicar un artículo, y eso se debe a que estoy desarrollando de la vida en la que tomamos por referencia un mundo
un proyecto de investigación, lo que a su vez se debe a que es concreto o determinado. A esta idea se llega desde la necesidad
parte de mi profesión, la que yo he decidido por una serie de de clasificar los objetos de acuerdo con el tipo de intencionali­
motivos... Así Husserl es llevado de los actos de la conciencia dad, pero partiendo de que todos ellos se dan en un mundo,
intencional a la vida humana como un conjunto. En esta todos pertenecen a la unidad del mundo. Esta referencia o
consideración desarrollará dos ideas básicas, 1) la diferencia pertenencia de todos los objetos al mundo en el que nos
entre la descripción de la vida humana como algo objetivo, encontramos y en el que encontramos todo objeto es lo más
dado en el mundo, y la descripción de la vida humana o sus característico de la que Husserl llamará en las Ideas «la actitud
dimensiones como algo subjetivo, es decir, como algo vivido, natural», en la cual podemos desarrollar otras muchas actitu­
a la vez que se daba cuenta de los problemas que había para des, por ejemplo, la actitud del comerciante, que ve las cosas
ceñirse a esta segunda descripción. Para ello propone 2) la como posibles objetos de venta, o la actitud artística, que las
necesidad de eliminar todo compromiso con la perspectiva ve como objetos de inspiración estética.
objetiva y limitarse a la subjetiva; esta exigencia planteada en El cambio fundamental de las Investigaciones lógicas a las
estos términos es el primer sentido de epojé. Se puede entender Ideas consistirá en aplicar la epojé y reducción que hemos
esto observando lo que ocurre con el tiempo, que es precisa­ explicado a la actitud natural, es decir, a esa actitud básica de
mente el tema en el que Husserl inicia esta operación. Una todos los seres humanos por la cual de siempre estamos en un
cosa es el tiempo objetivo y, por tanto, la descripción que de mundo al que se refieren todos los objetos de la experiencia
él podemos hacer, por ejemplo su uniformidad, que no es sino real y posible. Esa aplicación o esa operación es la epojé y la
la del reloj o la del sol, y otra muy distinta el tiempo subjetivo reducción trascendental. Para ello hay que tener en cuenta que
que es altamente diferenciado; ¿no son diferentes los minutos Husserl concibe su filosofía en el sentido de Kant, como una
crítica de la razón; no en vano el motivo que pone en marcha
a la fenomenología era descubrir los fundamentos de la ciencia
y fundamentalmente el carácter del sujeto que hace la ciencia,
9 Este carácter de movimiento implícito en la intencionalidad husserliana el estudio de la razón que está detrás de la ciencia. Desde ese
aparece en la distinción, propia de las Investigaciones lógicas, entre mención
y cumplimiento. La intencionalidad aparece primero como una mención de
objetivo la fenomenología es una ciencia de la reflexión, pues
algo tendiendo hacia el cumplimiento de esa mención, hacia la posesión de en ella se reflexiona sobre la vida del sujeto que hace ciencia.
lo inicialmente sólo mentado. En segundo lugar, aparece en la inserción de En las In vestigaciones lógicas esa reflexión parecía ceñirse a los
la intencionalidad en el tiempo de la conciencia: cada acto es un momento objetos en relación con la ciencia. En los años posteriores el
del tiempo, por tanto, un momento de la vida, lo que aparece en los análisis
del tiempo de 1904/05. interés se ampliará y como hemos visto entrará toda la vida.
34 JAVIER SAN MARTIN EL SENTIDO DE LA FENOMENOLOGÍA DE HUSSERL 35

Para poder entender la epojé y la reducción es necesario que al lógico le interese, pues en cuanto proposición entre
profundizar en este carácter de la reflexión. comillas es neutral respecto a la realidad.
Cuando reflexiono sobre algo, por ejemplo, sobre un De ese modo introduce Husserl la epojé y la reducción
amor que tuve en mi juventud, pienso en los comportamientos respecto a la actitud natural, más en concreto respecto a la
a los que me refiero, tratando de revivir esos momentos, pero formulación que yo puedo hacer del núcleo de la actitud
ya desde cierto distanciamiento de los mismos; tomo entonces natural, lo que Husserl llamará “la tesis de la actitud natural”,
esos comportamientos como un objeto de descripción, por el convencimiento propio de mi vida de que todo pertenece al
ejemplo, literaria, en los que puedo querer no implicarme10, mundo real, el convencimiento, por tanto, de que mundo es
es decir, respecto a los cuales no quiero tomar partido, pero el sustrato de la existencia y realidad última de todo. La epojé
respecto a ellos me formulo preguntas, por ejemplo, por los es poner esta tesis entre comillas, entre paréntesis, como
motivos de ese amor, o incluso me puedo preguntar si enton­ hacemos muchas veces en la reflexión con el objeto de la
ces yo sabía algo de qué era el amor. En la reflexión tomamos experiencia sobre la que reflexionamos o como hace el lógico
como objeto no las cosas de la experiencia sino la experiencia con el referente de la frase que toma como ejemplo.
misma y en ese momento las cosas de la experiencia pueden El paso siguiente y decisivo es entender qué pasa a partir
quedar afectadas con una especie de índice de neutralidad res­ de aquí, en concreto la reducción y las consecuencias que esto
pecto a que exista o no lo que esa experiencia pretende. En el va a tener. Pues, en efecto, si con la epojé interrumpo la
caso de la mencionada reflexión sobre el amor, la persona tendencia natural a poner todas las cosas en un mundo; con
amada queda en cuanto amada en una situación de neutralidad, eso interrumpo, por tanto, la intencionalidad misma de la
no sé si era realmente amada o no, o si yo sólo creía que la experiencia, ¿qué es lo que me queda? Entender o saber con­
amaba. Es algo parecido a lo que hace el lógico cuando toma testar. a esta pregunta es lo decisivo. En primer lugar, me queda
una frase de la vida ordinaria para estudiar en ella la estructura toda mi experiencia con la multiplicidad de sus actos y formas
de una proposición. Si dice ‘los periquitos son unos mamíferos —ciertamente neutralizada—, y el mismo mundo de la expe­
cantores’, a nadie se le ocurrirá decirle que eso no es verdad, riencia también entre comillas. De ese modo hemos separado
cuando lo que él quiere es poner un ejemplo de una proposi­ el mundo real independiente de la vida humana y aquel mundo
ción. El objeto real al que se refiere la proposición no es algo10 dependiente de la vida humana, porque es su referente, en una
operación que encuentra similitud en el modo de actuar del
lógico. Este es el nivel de las Ideas, donde Husserl propone la
fenomenología como una ciencia para describir esa vida de la
conciencia o de la vida de experiencia de la subjetividad. La
10 El sentido de esta expresión radica en que la reflexión por sí misma no
implica desactivación de la implicación o toma de partido que la experiencia fenomenología debe describir la experiencia humana en todas
directa supone o conlleva. La reflexión por sí misma no desactiva la fuerza sus modalidades y en sus dos vertientes, por un lado la
de la vida directa. Este fue un error de comprensión por parte de Ortega y experiencia en cuanto vida de experiencia y por otro lo dado
Gasset al presentar la noción husserliana de epojé sólo desde la noción de
reflexión. Cfr. mi trabajo «El prim er texto de fenomenología en español»,
en la experiencia sólo en cuanto dado en la experiencia, es
en Ensayos sobre O rtega , UNED, 1994. decir, solo en el sentido que tiene en esa experiencia en cuanto
36 JAVIER SAN MARTIN EL SENTIDO DE LA FENOMENOLOGÍA DE HUSSERL 37

tal, separando cuidadosamente aquellos aspectos de una expe­ reduzco a mi experiencia y a lo dado en la experiencia que
riencia que en realidad no son dados en esa experiencia sino tomo en el sentido neutro en que el lógico puede tomar una
que son opiniones o creencias no fundadas en experiencia al­ frase como ejemplo de proposición, ¿qué puedo iniciar con esa
guna, sino, por ejemplo, en tradiciones que no se corresponden operación de cara a una crítica de la razón? Para captar la
con experiencia alguna. Esta dualidad de la descripción fenome- fenomenología en toda su profundidad es decisivo responder
nológica a la que nos acabamos de referir es lo que se quiere a esta cuestión; no hacerlo supone desactivarla filosóficamente,
decir con las fórmulas de que la fenomenología tiene que des­ ■es decir, quedarse con ella como un método para describir
cribir por una parte las nóesis, los actos de conciencia o de la nuestra vida subjetiva, sin más pretensiones, cuando lo cierto
subjetividad, o como también lo dice Husserl, el cogito, y por es que Husserl quería resolver con ella los problemas más
otra los nóemas, o el sentido preciso que corresponde a las profundos de la filosofía, y entre ellos el problema básico de
diversas nóesis, es decir, el cogitatum ; de ahí que una fórmula la razón. Hay que decir, sin embargo, que pasar de la expre­
muy repetida por Husserl, a partir de las Ideas, es que después sión del nivel de las Ideas al exigido por el planteamiento
de la reducción la fenomenología se queda con el cogito o las global de la fenomenología le costó mucho a Husserl, porque
nóesis o actos de la vida subjetiva, y el cogitatum , o el nóema para ello tuvo que reformular el concepto de epojé y de
o sentido dado en esos actos. reducción. Vamos a intentar exponer este cambio que es el que
Ahora bien, es muy posible que el lector se pregunte qué nos dará definitivamente el nivel y el sentido de la filosofía
se ha conseguido con estos pasos dados por Husserl en las trascendental11.
Ideas, primero, sobre aquella pregunta que teníamos que res­ Para ello vamos a volver a lo que antes hemos dicho sobre
ponder sobre el sujeto de la ciencia; y en segundo lugar sobre la reflexión y a introducir otro par de palabras, con cuyo
la crítica de la razón, que son los dos núcleos en los que se sentido hemos estado operando hasta ahora sin decirlo.
engarza la problemática de la fenomenología, sobre todo por­ Cuando reflexiono sobre una experiencia, hemos dicho que
que hay un problema que es necesario mencionar y que no le tomo como objeto la experiencia y que lo dado en esa ex­
pasó desapercibido a Husserl, aunque sea muy frecuente que periencia puede quedar afectado de alguna manera de un índice
pase desapercibido a los intérpretes, y que, por otro lado, es de neutralidad; se introduce, por eso, una diferencia entre lo
fundamental para entender bien la etapa de maduración de la dado en la experiencia en cuanto dado en la experiencia y la
fenomenología; aunque es cierto que sólo en Friburgo pudo realidad tal como ella es independientemente de la experiencia,
Husserl formular con cierta precisión la problemática que se una diferencia entre la representación y la realidad. La epojé y
va a exponer a continuación. En efecto, pensemos que hemos
tomado como modelo de la epojé, de la reducción y de la
situación resultante la operación que el lógico hace con una
11 En mi opinión, si se lee detenidamente las Ideas, no se deja de percibir
frase cuando la quiere utilizar como ejemplo. Más ¿cómo con cierta incongruencia entre el modo de expresarse Husserl en la sección II y
eso podemos contestar a preguntas por la razón y establecer las EH, donde la epojé es presentada como neutralización de la fuerza tética y el
premisas para una crítica de la razón que se refiere siempre a nóema como un sentido, y la sección IV sobre fenomenología de la razón,
donde se ve que la razón es ante todo donación de algo en su propia carne,
la realidad o no de las cosas? si en la fenomenología me es decir, en sí mismo.
38 JAVIER SAN MARTÍN EL SENTIDO DE LA FENOMENOLOGÍA DE HUSSERL 39

la reducción han consistido en poner entre paréntesis la subjetiva, viendo esta estructura, vida subjetwa-realidad m u n ­
realidad y quedarme con la representación de la realidad. dana co m o la estructura absoluta, es decir, como el principio
Ahora bien, aquí está el problema, porque preguntarse por la sólo a partir del cual se puede iniciar cualquier análisis y
razón es exactamente preguntar si cuando yo me represento planteamiento filosófico, porque más allá ya no se puede ir;
algo tengo motivos suficientes para pensar que mi represen­ eso significa que esa estructura es inderivable, porque todo se
tación no es mera representación sino algo dado. Tener razón deriva de ella.
no es estar en una mera opinión, sino estar en la realidad, en Con esto la fenomenología de Husserl rompe o supera la
que algo es en ese sentido, en el sentido que yo creo; que no diferencia en la que se debatía la Filosofía Moderna entre
estoy encerrado en mí. Pero entonces, ¿cómo me puede servir realidad y representación, y que invalidaba todo intento filo­
la fenomenología si por su metodología parece encerrarse en sófico al encerrarnos irremediablemente en la representación,
la representación, porque incluso pone la realidad entre iniciando así una nueva era filosófica, en la que el punto de
paréntesis? partida ya no es ni la representación ni la realidad sino una
Pues bien, la profundización en el sentido de la reducción estructura previa que no es sino la experiencia inmediata sólo
llevará a Husserl a descubrir el sentido filosófico de la misma, en la cual la realidad se da y tiene sentido. Con esto queda
al constatar que esa diferencia entre representación y realidad contestada la pregunta por el sujeto cuestionado en las Inves­
era una distinción que no podía ser entendida en el sentido tigaciones lógicas, porque no es el ser humano en cuanto some­
clásico de la Edad Moderna, que aparentemente subyacía al tido a una realidad azarosa, sin necesidad alguna, es decir,
principio a la epojé y a la reducción; porque si profundizo en como parte del mundo, sino el ser humano en cuanto polo
esa diferencia, me encuentro con que no es posible separar la necesario en esa estructura descubierta por la reducción tras­
representación y la realidad, porque no puedo pensar en una cendental. Ese ser humano entendido en ese sentido es la sub­
representación de la realidad si previamente no tengo concien­ jetividad o la conciencia trascendental, que para Husserl es el
cia de esa realidad. Entonces es preciso matizar qué es lo que AUTÉNTICO SENTIDO DEL SER HUM ANO. Y por llevar toda
se pone entre paréntesis y qué significa la reducción. Pues bien, pregunta filosófica sobre la realidad a esa estructura previa se
lo que se pone entre paréntesis es una realidad absoluta que llama esta filosofía trascendental, porque la realidad que
exista d e un m odo in dependiente de la vida subjetiva en la que descubre, describe y analiza trasciende el mundo en cuanto
ten em os con cien cia de esa realidad, reduciéndome a la realidad realidad independiente de la experiencia52.
tal como se da y se puede dar en la experiencia; y como ésta
es la única de la que yo o nosotros podemos hablar, la
consecuencia de la epojé es que toda realidad es re(con)ducida,
o llevad a a la vida subjetiva sólo en la cual la realidad tiene
sentido. Esto y no otra cosa es la reducción trascendental, " En este sentido la obra de Husserl representa, una vez que se lia
realizar esa operación por la cual invertimos la perspectiva y descubierto el verdadero sentido filosófico de la reducción, como dice E.
en lugar de vernos a nosotros en la realidad mundana, vemos Levmas en un expresivo título de un trabajo suyo, «La ruina de la represen­
tación», por tanto, la superación de toda aquella época que vivía de la
la realidad mundana como la realidad dada en nuestra vida representación, superación, por tanto, de la modernidad.
40 JAVIER SAN MARTÍN EL SENTIDO DE LA FENOMENOLOGIA DE HUSSERL 41

5. La aplicación de la fenomenología: la última etapa de trascendental, lo que parece estar en plena contradicción con la
Husserl y la crisis de las ciencias europeas intención primera de la fenomenología, que partía aparente­
mente de lo contrario, del intento de eliminar del sujeto de la
En la explicación anterior hemos diferenciado claramente ciencia las vacilaciones, inseguridades y relativismos que la
dos etapas de la fenomenología ya después de las Investigaciones historia, es decir, la realidad humana, introduce. La Gran Gue­
lógicas, es decir, ya en la etapa de la fenomenología trascenden­ rra descubre a Husserl que la Historia es el gran problem a,
tal, una la que se dedicará a la descripción y análisis de la vida incluso el gran m isterio de la subjetividad trascendental. Pues
de experiencia y una segunda que tratará de emplear esa ¿cómo conciliar el carácter aparentemente suprahistórico de los
descripción para una fundamentación filosófica y para la logros de la lógica o de la matemática, e incluso, aunque sea
resolución de los grandes problemas planteados en la filosofía como aspiración, el carácter suprahistórico. que pretende el
tradicional. Esta dualidad de la fenomenología trascendental es derecho y la moral, que se presentan exactamente como inde­
básica y está expresamente expuesta en las M editaciones pendientes de las contingencias históricas, pues los crímenes,
cartesianas, libro de la última etapa de Friburgo. En términos por ejemplo el holocausto nazi, son crímenes independiente­
generales esto es a lo que Husserl se refiere al distinguir una mente de la historia, con el hecho de que la subjetividad sea
filo so fía prim era, que abarcaría lo que hemos expuesto en el radicalmente histórica, lo que significa que tenga un nacimien­
capítulo anterior y una filosofía segunda, que se dedicaría al to, que madure (que aprenda a conocer, a valorar y a actuar)
estudio de esos grandes problemas, a lo que Husserl llamará la en un contexto familiar sometido a profundas variaciones
metafísica. Sin embargo, la Primera Guerra Mundial impuso, históricas, y que vaya a morir? Resolver esta aparente contra­
más que un cambio en las consideraciones de Husserl, una dicción es la tarea de la última etapa de la fenomenología, que
atención mayor a los problemas inmediatos de la vida humana, por otro lado Husserl la lleva a cabo fundamentalmente en el
ampliando el marco epistemológico en el que la fenomenología contexto de una reflexión moral y política, es decir, aplicando
se había puesto en marcha13*. Ahora bien, esta ampliación no la fenomenología para intentar pensar y orientarnos sobre la
dejará indiferente a la noción de filosofía primera que hemos crisis cultural que la Gran Guerra había puesto al descubierto.
visto sino que introducirá importantes modificaciones que han En este sentido la aplicación de la fenomenología no es una
de terminar por hacer de la fenomenología el movimiento de mera aplicación de una fenomenología ya madura, sino una
inspiración de un gran número de pensadores de la más plena aplicación que va obligando a profundizar en el carácter
actualidad. La mayor modificación vendrá de la necesidad de mismo de la fenomenología.
introducir la consideración del carácter histórico d el sujeto Este camino lo recorre Husserl en dos etapas relativa­
mente diferenciadas, o si se quiere en dos movimientos de la
reflexión que se encadenan en cuanto al sentido, aunque no en
13 U n escrito clave que nos indica esta nueva orientación de Husserl podría cuanto al tiempo, pues el primero procede de los años in­
ser el texto de las conferencias que Husserl dio para combatientes, ya en mediatos a la Gran Guerra, más en concreto, de los terribles
Friburgo en 1917 en plena guerra, en ese tiempo en el que «la necesidad y
la muerte son los educadores» y en el que es necesaria una renovación ético-
años de la posguerra alemana, cuando Husserl vive el fracaso
cultural. Este texto está ahora publicado en Hua. XX V , pp. 267-293. de la cultura europea; mientras que el segundo está ya en
42 JAVIER SAN MARTIN EL SENTIDO DE LA FENOMENOLOGÍA DE HUSSERL 43

relación con el peligro de la derrota del pensamiento a manos a lo que cree saber (el ámbito teórico) como lo que se refiere
del nacionalismo, lo que supone la abdicación del pensamiento a lo que debe hacer (el ámbito práctico: moral y político), por
respecto a su cualidad fundamental, la AUTONOMÍA que tiene lo que puede responder de ello desde sí misma, es decir, dar
frente a los poderes constituidos, es decir, frente a la historia. razón. La subjetividad trascendental que Husserl pone en juego
El máximo ejemplo que entonces tenia Husserl de esa derrota en esta etapa es ésta, es decir, una subjetividad trascendental
y sometimiento del pensamiento al servicio de los poderes traspasada por la teleología de la autorresponsabilidad teórica
fácticos —léase, al servicio de Hitler—, era justamente el pensa­ y práctica.
miento y la persona misma de Heidegger14. Ahora bien, a estas conclusiones llega Husserl en una
En la primera etapa Husserl se esforzará por descubrir las reflexión referida al fracaso de Europa y a la necesidad de la
raíces éticas de la crisis europea, para lo que le será necesario renovación europea y en general humana. En efecto, lo que
iniciar una reflexión sobre el SENTIDO ÉTICO DE LA NOCIÓN caracteriza a Europa es el haber asumido como principio bá­
DE EUROPA, por tanto, el sentido ético del carácter humano sico de su cultura esa idea, cuyo desarrollo más patente no es
europeo o de la humanidad europea, y en este contexto otro que la filosofía griega y posteriormente la cultura renacen­
descubrirá, primero, la necesidad de postular la renovación, es tista en la que se revive el espíritu clásico, convirtiendo la
decir, la recreación del ser europeo desde exigencias éticas. Por autonomía teórica y práctica, que es básica de la teleología
eso en estos años de la posguerra la reflexión fenomenológica anterior, en ejes de la vida europea. El estudio del desarrollo
pondrá un marcado énfasis en la constitución de la persona de esa filosofía hasta llegar a la fenomenología es un motivo
humana, para ver el lugar de la ética. Ahí va a surgir una muy fundamental de esta época, en la que también expondrá Hus­
importante ampliación del concepto de subjetividad trascen­ serl una idea clave de la filosofía fenomenológica de esta época,
dental, que no sólo será el polo subjetivo de la estructura la conexión entre la teoría y la práctica. En efecto, en uno de
absoluta, de la que hemos hablado antes y que, según veíamos, los primeros escritos de esta época de Friburgo dice que la
era el resultado de la reducción trascendental. Ahora Husserl, dirección de la respuesta a las preguntas teóricas puede y debe
a la luz de sus análisis éticos, verá que la subjetividad trascen­ ser decisiva para el establecimiento de objetivos para la vida
dental que es el ser humano tiene una teleología racional, es personal, es decir, que lo que pensemos del ser humano en
decir, que está animada por un movimiento en el que tiende cuanto ser teórico tiene consecuencias prácticas15*. Esto nos da
a tomar o asumir como dado y fundado tanto lo que se refiere una pista para entender la raíz antropológica tanto del psicolo-
gismo como de su refutación. Por eso es tan importante tener
claridad en torno a estos problemas y por eso insistirá Husserl
14 Heidegger, en quien confiaba Husserl como su continuador en la feno­
menología y a quien por esa razón apoyó para que ocupara su cátedra de
Friburgo cuando él se jubiló en 1928, dio un giro radical a su pensamiento
aparentemente a partir de 1929, apoyando decididamente al movimiento 15 Dice Husserl en el escrito sobre el ideal de ser humano en Fichte: «Es ist
nazi, que sería el Nuevo Orden que tenía que venir a sustituir a la decrépita die Eigenart rem theoretischer Fragen aus dem Gebiet der Philosophie, dafi
cultura de Europa. En 1934, cuando Husserl empezó con la problemática de die Richtung ihrer Beantwortung lebensbestimmend und für die oberste
La crisis d e las ciencia s europeas , Heidegger era incluso rector de la U niver­ Zielgebung des persónlichen Lebens entscheidend werden kann und werden
sidad de Friburgo con plena pertenencia al partido nazi. mui!,., Hua. XXV, p. 271.
44 JAVIER SAN MARTIN EL SENTIDO DE LA FENOMENOLOGÍA DE HUSSERL 45

en la importancia práctica de la fenomenología, hasta el punto primer lugar hay que tener en cuenta que, siendo tal vez el
de que en un foro tan importante como el University College último en aparecer, no es un concepto ausente en la filosofía
de Londres afirmará la pertenencia de la reflexión filosófica al de Husserl, incluso se puede decir que es fundamental en la
ámbito de lo ético, del que es una rama, si bien también el fenomenología. Por tanto, es necesario, para terminar de en­
hacer filosófico es medio necesario para el hacer ético en tender la filosofía de Husserl, averiguar el lugar que el Lebens­
general16. w elt ocupa en ella, para lo cual es preciso saber ante todo qué
Sin embargo, a pesar de que esta reflexión se hace en el es el m undo d e la vida y qué papel desempeña en la arquitec­
contexto del pensamiento del fracaso de Europa, porque tura de la fenomenología. No son pocos, en efecto, los equí­
Europa está enferma, no existe aún un estudio profundo de las vocos al respecto, pues es frecuente comprender ese concepto
raíces de ese fracaso. Tendremos que esperar a la última etapa desgajado de todo el intento de la fenomenología de pensar
mencionada para encontrar un estudio del carácter de la crisis una ciencia en sentido estricto, es decir, una ciencia en
europea y de la génesis de esa crisis, lo que expone Husserl en autorresponsabilidad absoluta, que además tiene que servir de
su última obra, escrita en la incertidumbre del mundo nazi y modelo, en lo que concierne a la autonomía teórica que debe
ya cuando había rebasado los setenta y cinco años de edad, La caracterizarla, también para la autonomía práctica. Sólo desde
crisis d e las ciencias europeas. Y con esta obra nos pasa como esta consideración se ha de profundizar en los diversos cami­
con la reflexión ética anterior, que siendo aparentemente una nos que ha seguido este importante concepto, en torno al cual
aplicación de la fenomenología, en ella se configura un cambio se va a aglutinar parte de la diversidad del pensamiento
fundamental en el concepto de subjetividad trascendental. El contemporáneo.
último libro de Husserl, posiblemente el más actual y de más En el concepto de m un do d e la vida se aúnan varias pare­
éxito de toda su obra, es aparentemente una nueva introduc­ jas de problemáticas que es conveniente desenmarañar y que
ción a la fenomenología, como si sólo fuera un nuevo acceso están en el centro de las preocupaciones filosóficas de la ac­
a los diversos conceptos de una fenomenología que Husserl ya tualidad. En primer lugar, y por seguir el orden mismo de la
tuviera madura. En él, sin embargo, aparece en su plenitud una exposición de Husserl, en La crisis d e las ciencias europeas17,
nueva problemática, en concreto la del mundo de la vida o tendríamos la oposición m un do de la vida/ m undo cien tífico ,
L ebenswelt, que será el último concepto que Husserl ofrezca a donde nos encontramos con la oposición o el problema del
la filosofía contemporánea. mundo ordinario y su tecmflcación o domesticación (hacién­
El tema del L ebenswelt es, a pesar de todo, un tema dole perder toda enigmaticidad) por PRODUCTOS TEÓRICOS, al
relativamente escurridizo, quizás por el éxito mismo que la pensar el mundo ya como explicado por las teorías de la cien­
filosofía contemporánea ha concedido a este concepto. En cia, y por PRODUCTOS PRÁCTICOS, al estar nuestro entorno

16 Esto lo dijo en las conferencias de Londres que luego volvió a leer como
introducción y conclusión de la importante L ección de 1922/23, In troducción
a la filosofía . Sobre la importancia de esta lección ver la presentación y las 17 Hua. VI. Hay una traducción al castellano, sin los anexos, llevada a cabo
referencias que a ella se hacen en los capítulos II y IV. por J. MUÑOZ y S. M as en la Editorial Crítica.
46 JAVIER SAN MARTÍN EL SENTIDO DE LA FENOMENOLOGIA DE HUSSERL 47

totalmente habitado y controlado por la técnica, procedentes grosa, una imagen del ser humano como ser de meros he­
todos ellos de la ciencia. chos18, sin valores, sin ideales a los que someterse y que
En efecto, nuestro mundo actual es un mundo que sólo lo intentar realizar, con lo que la idea del ser humano promovido
entendemos desde lo que nos dice la ciencia; para nosotros está por esa situación no puede menos de ser políticamente
ya interpretado y explicado por la ciencia, ha dejado de ser un peligrosa, porque transmite un desprecio total de los seres
enigma, un misterio. En segundo lugar, está también domes­ humanos como nunca se había dado antes. Con esto la crisis
ticado, controlado por la técnica, que es el resultado de la epistemológica se ha convertido en una crisis antropológica.
ciencia. También desde esa perspectiva ha dejado de ser una No es necesario advertir que esta situación que Husserl
fuente de peligrosidad. El mundo científico ha descendido descubría y describía en los últimos años de su vida no sólo ha
hasta el mundo de la vida prácticamente hasta convertirlo en seguido en los años posteriores, sino que se ha afianzado. Por
algo irreconocible sin ciencia. Nuestro mundo de la vida, el eso ahora estamos viendo esas consecuencias. La primera no se
mundo en el que vivimos, es el creado por los científicos, téc­ ha hecho esperar muchos años. La creencia y confianza abso­
nicos e ingenieros, hasta el punto de que han logrado que olvi­ lutas en que la ciencia resolvería todos nuestros problemas, la
demos que en realidad el mundo científico no es originario, no confianza ciega, por tanto, en la tecnología, ha llevado a
es el mundo del que tomamos el sentido de lo real. La tierra extender esa colonización del mundo de la vida hasta extremos
en la que vivimos no es el planeta que gira alrededor del sol, tales que ha terminado por poner ya en peligro la propia
sino el suelo que nos sustenta y vemos a nuestro derredor. Mas subsistencia de la especie. El olvido de que en definitiva el
cabe preguntarse si esta situación, propia de nuestro siglo, no mundo de la vida debe ser d e la vida puede destruir el mundo
tiene ninguna consecuencia, si no presenta ningún lado proble­ como un mundo adecuado para la vida. La problemática del
mático. La ciencia moderna trata sólo de los hechos y sus L ebenswelt lleva a plantear directamente la situación de nuestra
relaciones. Eso significa que para ella la cuestión del sentido cultura y civilización desde la perspectiva abierta por Husserl
del mundo o de los valores de la vida no entran en considera­ con este concepto.
ción. Mas entonces, la pérdida de sentido o ausencia de sentido Pero ese tema nos lleva a otro inmediatamente, también
del mundo y de la vida con que la ciencia se habituó a con­ enraizado en la forma en que Husserl concibió este término
vivir se ha traspasado al mundo mismo ordinario, a medida básico de su filosofía, la relación entre Europa y los otros
que éste se tecnificaba o se convertía aparentemente en un pueblos, o entre la cultura europea y las otras culturas. Este
mundo producto él mismo de la ciencia y tecnología. El olvido tema ya había salido en la primera etapa de Friburgo, como
del mundo de la vida provocado por el objetivismo, es decir, antes lo hemos dicho, cuando Husserl tematiza directamente
por la exigencia metodológica de la ciencia de tener en cuenta la cultura europea como una cultura filosófica19; pero ahora*15
sólo los hechos, con la desorientación y empobrecimiento
humanos que esta situación implica, no puede quedar sin con­
secuencias. Porque detrás de esa colonización del mundo de la 18 «Blosse Tatsachenmenscben», como dice en La crisis, Hua. VI, p. 4.
vida por el mundo científico, por un mundo dominado por los
15 Lo hace en el artículo que escribió para la R evista japonesa-alem ana d e
hechos, se introduce una imagen del hombre sumamente peli­ cien cia y técnica, cuyo texto incluyó Husserl parcialmente en el cuerpo de
48 JAVIER SAN MARTIN EL SENTIDO DE LA FENOMENOLOGÍA DE HUSSERL 49

se plantea desde el concepto de mundo de la vida y de su todos los pueblos de la tierra. Desde esta perspectiva es urgente
olvido en la cultura europea. Por eso ahora se lo plantea desde el estudio de los peligros inherentes al modo cómo la ciencia
tres perspectivas, que hacen que la fenomenología de Husserl se ha adueñado de nuestro mundo de la vida, porque ya no se
sea uno de los ensayos más amplios y fructíferos a la hora de trata sólo de una crisis de nuestra cultura y civilización, sino
comprender el sentido de Europa. En primer lugar es necesario de todo el mundo. La crisis de la humanidad europea, por el
preguntarse por el valor de la cultura europea en cuanto una olvido de su mundo de la vida, es sin más una crisis de la
cultura que ha decidido poner como principio básico de su humanidad. Por eso, en la medida en que la ciencia y la
vida la racionalidad descubierta en Grecia y que hace que la tecnología que en ella se basa son un fruto de la época
cultura europea, como ideal, sea globalmente considerada una moderna europea, un tema que surge del planteamiento
cultura filosófica. La pregunta que surge inmediatamente es si husserliano es estudiar la relación de lo que en la historia ha
la cultura europea, por esa decisión, tiene algún privilegio sido simultaneo, la ciencia y la cultura europeas, para ver hasta
sobre otras culturas que no han iniciado ese camino sino que qué punto Europa es ciencia y tecnología. Mas en esta discu­
han permanecido más vinculadas a las tradiciones, por ejemplo, sión lo que en definitiva está en cuestión es el valor universal
de carácter mítico. La tesis de Husserl, sumamente discutida y o no de la Ilustración o si se quiere el valor universal de la
criticada, es que- de un modo u otro esa decisión europea racionalidad occidental propia de la Edad Moderna.
constituye una meta para toda la humanidad. Europa, en ese Con ello es necesario preguntarse otra vez por el lugar de
y sólo en ese sentido, dice Husserl, es el telos de la humanidad. Europa, ¿qué Europa, qué racionalidad sería meta de toda la
Pero hay otro punto básico en la consideración de Europa humanidad? ¿No hay culturas que tal vez han sabido mantener
en relación a otras culturas. La racionalidad filosófica inicial un contacto más inmediato con el sentido de la vida y con el
que en Grecia se convierte en directriz básica, lleva después, ya valor de la humanidad? La cuestión de Europa obliga a abrirse
en la Edad Moderna, a un olvido del mundo de la vida hasta al estudio de otros modelos de racionalidad y al estudio de la
hacer peligrar el mismo mundo como un mundo apto para relación de la ciencia y de su racionalidad con el mundo de la
vivir y en segundo lugar, la elevación de la racionalidad propia vida. Pero esto nos lleva al tercer punto del enfoque fenome-
de la ciencia a ideal de toda racionalidad implica la promoción nológico de la relación entre Europa y otros pueblos, pues
de una idea de ser humano en la que éste ya no cuenta como para ese estudio es necesario poder comprender otros mundos
un valor, sino sólo como un mero hecho del mundo. Ahora de la vida; ¿es eso posible? ¿puedo salir de mi mundo y acceder
bien, la racionalidad de la ciencia que ha terminado por a otros mundos? De todas maneras la respuesta a esta última
configurar nuestro mundo de la vida europeo, lo ha hecho en pregunta no se puede hacer sin un detenido estudio de qué es
un proceso que por una u otra razón parece ir abarcando a nuestro mundo, nuestro mundo de la vida.
Con esto entramos en otro tema fundamental y básico de
la actualidad contemporánea, el de la postmodernidad, que
las lecciones sobre Filosofía prim era. Actualmente está publicado en el texto también está en íntima conexión con este concepto de Lebens-
principal, Hua. VII, pp. 8-17 y 203-207. El trabajo se titula «Die Idee einer w elt. Se entiende por postmodernidad la época actual en la que
philosophisclien Kultur», pero Husserl tituló el sobre en el que lo guardó:
«Idee einer europaischen Kultur». Cfr. Hua. VII, p. 438. se ha superado el entramado conceptual propio de la Edad
50 JAVIER SAN MARTIN EL SENTIDO DE LA FENOMENOLOGÍA DE HUSSERL 51

Moderna, fundamentalmente el concepto de racionalidad y de culturas que el mundo actual nos muestra, y en el que de todas
sujeto propio de la modernidad. Ahora bien, la puesta en maneras han fenecido ya las ideas más representativas de la
primer término del mundo ordinario de la vida, donde priman modernidad.
múltiples conceptos de verdad, pues ésta depende de los Todo esto orienta sobre la amplitud del concepto y de la
compromisos políticos, religiosos, vitales etc. de cada uno; problemática del L ebenswelt en la medida en que en él se
donde, por tanto, la racionalidad no puede ser única, pues anudan las oposiciones que he mencionado en los últimos
depende también de las metas e intereses de cada uno —la párrafos, la oposición entre mundo científico/técnico y mundo
verdad y la racionalidad del empresario son profundamente de la vida. La oposición, en segundo lugar, entre mundo
distintas de la verdad y racionalidad del trabajador—, es decir, moderno y mundo no moderno, o entre la cultura europea y
de la imagen del mundo que se tenga, afecta directamente a las las otras culturas. Y en tercer lugar y como desarrollo de esta
pretensiones de racionalidad y verificación propias de la ciencia última oposición, nos vemos obligados a preguntar si ese
moderna, convirtiéndolas en una más de las muchas existentes. mundo no moderno es o tiene que ser pre- o post-moderno.
La ciencia y sus productos no son sino unos objetos culturales Ahora bien, para abordar el estudio de estas oposiciones
logrados por unos seres humanos en una actitud propia cuya Husserl propone un doble sentido en el L ebenswelt o mundo
principal característica es el tomar del mundo sólo aquellos de la vida, a saber, como MUNDO PARTICULAR DE UN PUEBLO
aspectos que no tienen en cuenta nada de lo humano especí­ determinado —o incluso como mundo particular dependiente
fico. Esa actitud sirve para producir teorías con las que somos de unos intereses o metas precisos de un grupo20—, es decir,
capaces de manipular las relaciones entre los fenómenos del como mundo culturalmente determinado, resultado de las
mundo de la vida, en la técnica, pero jamás estaría permitido metas e intereses que nos aporta la cultura y que depende de
erigir ese modo de proceder en modelo para todo proceder las múltiples circunstancias históricas, geográficas, demográfi­
humano. La misma relativización que hay que aplicar a la cas etc., que inciden en la configuración de la cultura de un
ciencia se aplicaría a las pretensiones de la filosofía occidental, pueblo, mundo de la vida que es en sí mismo particular y
lo que será una tesis propia de la postmodernidad, en lo que la múltiple, como se ve por la enorme diversidad de culturas
postmodernidad va, por supuesto en mi opinión, más allá de existentes en la Tierra. A ese mundo pertenecen todos los
Husserl. productos de los seres humanos, incluida la ciencia y la
En todo caso la propuesta husserliana del mundo de la filosofía. Obviamente el hecho de que aparezcan en este
vida lleva á preguntar globalmente por las características del mundo como un producto más, por ejemplo, como libros,
mundo moderno y correlativamente por las de un mundo que relativiza tanto la ciencia como la filosofía. Pero, por otro
eventualmente pudiera sustituirlo, es decir, por las carac­ lado, tenemos que todos esos mundos particulares han de tener
terísticas deseables de un mundo postmoderno, o incluso, a algo en común, de modo que todos ellos han de ser mundos
preguntarnos si ese mundo postmoderno no ha surgido ya en humanos. Esos rasgos comunes constituirían el M UNDO DE LA
parte, precisamente como una reivindicación de la importancia
insustituible del m undo d e la vida con sus múltiples perspec­
tivas, valoraciones, y con la enorme variedad de mundos y 20 Ver Beilage XVII, Hua. VI, pp. 459 ss.
52 JAVIER SAN MARTÍN EL SENTIDO DE LA FENOMENOLOGIA DE HUSSERL 53

VEDA CO M O APRIORI HISTÓRICO, es decir, como una estructura sexual, de clase, etc.), también participamos de la estructura
que ha de estar presente, por tanto, en todo pueblo, en toda universal común del mundo de la vida, por la cual conectamos
cultura y en toda variación histórica. Un problema arduo y y comunicamos con todos los demás.
decisivo es el de si tanto la ciencia como la filosofía, que Esto tiene una consecuencia fundamental de cara a una
pertenecen a un mundo particular, no serán realmente produc­ orientación en la política, pues desde esta postura de la
tos más bien referidos a esa estructura común que subyace a fenomenología sólo son moral y políticamente asumibles los
todos los mundos particulares. Sólo así podríamos romper el mundos de la vida particulares que respeten los mundos de la
relativismo que se anuncia desde el primer concepto de mundo vida de los otros. Dicho en otros términos, sólo son moral y
de la vida. En mi opinión es fundamental tener en cuenta esta políticamente asumibles las diferencias que permitan otras
duplicidad inherente al concepto de L ebenswelt para hacerse diferencias, no aquellas diferencias que por ser diferentes
cargo de la problemática filosófica de la actualidad y para anulan las otras diferencias. La base fundamental de esta moral
poder abordar los problemas que hemos enunciado en los y política está en el hecho fundamental de que todo ser
párrafos anteriores. De todas maneras, Husserl no terminó su humano es una subjetividad trascendental teleológicamente
última obra, la que trata del mundo de la vida, y eso hace que traspasada por la exigencia racional. La racionalidad no es un
todos estos temas permanezcan en la fenomenología más como privilegio de unos, sino que es la raíz misma del ser humano.
preguntas que hacerse que como respuestas dadas, aunque sean En la medida en que el filósofo, y ya en particular, el fenome-
preguntas en todo caso que han dirigido decisivamente la nólogo tiene como profesión p o r voca ción (en alemán dice
filosofía de los últimos años. Sin embargo, Husserl ofrece una Husserl en un hermoso juego de palabras B eru f aus Beru-
respuesta desde su fenomenología. f u n ¿ {) esta responsabilidad por el ser humano de la comuni­
En efecto, aún tenemos que preguntarnos, ya para dad humana, es, dice Husserl, un FUNCIONARIO de la huma­
terminar, si esta última etapa de la filosofía de Husserl termina nidad, trabaja para la humanidad en cuanto tal, debiendo ser,
con esta exposición, compleja y difícil, del tema del L ebenswelt, por tanto, el portavoz de los intereses supremos de los seres
de modo que los temas fundamentales anteriores pasaran a humanos en cuanto seres humanos.21
segundo plano. Ha sido habitual pensar eso. Sin embargo, la
problemática del L ebenswelt no es sino preparatoria para el
gran salto, el gran salto al estudio de la subjetividad trascen­
dental teleológicamente autorresponsable y que, por tanto,
tiene como principio fundamental de su ser la racionalidad. La
apuesta por esta racionalidad, teórica en la ciencia, y práctica
en la moral y en la política, que sólo así será universal, es la
apuesta de la fenomenología frente a cualquier particularidad.
Por eso es muy importante la consideración de esos dos niveles 21 De esta forma de profesión habla Husserl en la lección 29 sobre Filosofía
del concepto de mundo de la vida, porque si estamos some­ p rim era , Hua. VIH, p. 13. También en el § 7 de La crisis juega con las dos
palabras, la filosofía como Berufsarbeit y la tarea a la que somos «llamados»
tidos a la particularidad (nacionalidad, lenguaje, diferencia —beru fen —, Hua. VI, p. 15.
CAPÍTULO II

LA FENOMENOLOGÍA:
EL ESTADO DE LA CUESTIÓN

El presente trabajo aspira a centrar la discusión sobre la


fenomenología en el estudio de su estructura y su función.
Para ello en primer lugar y a caballo de los avances en la
publicación de la obra de Husserl, se insiste en la dualidad
presente en la fenomenología entre la estructura de sus con­
ceptos y la función práctico-moral. En segundo lugar avanza
la nueva perspectiva que ha asumido la clásica relación de la
fenomenología y la psicología, que en la actualidad, profundi­
zando la vieja relación con la filosofía analítica, abarca la
relación de 'la fenomenología husseriiana con la psicología
cogmtiva, a través de la interpretación fregeana de Husserl. Por
ultimo se trata de explorar, con el mismo objetivo de resaltar
la función de la fenomenología, su relación con la historia, que
es donde se ventila su intención y donde se diseña una filosofía
de la historia que ha de operar como la filosofía fenomenológi-
ca de las ciencias humanas.1

1. Introducción

El año 1933 el joven ayudante de Husserl, Eugen Fink,


publicaba un artículo en la conocida revista K antstudien titu­
lado «La Fenomenología de Husserl en la crítica actual»; en
dicho artículo, que, aceptado expresamente por Husserl como

\
i
56 JAVIER SAN MARTIN LA FENOMENOLOGÍA: EL ESTADO DE LA CUESTIÓN 57

propio en todos sus términos, se ha convertido con el tiempo nuestra, si hemos de entender u ofrecer algunas pistas de
en literatura básica de la fenomenología, se cuestiona Fink por comprensión de nuestro siglo, esforzarnos por investigar esa
los conceptos fundamentales de la filosofía que pusiera en relación, que no necesariamente tiene que ser de armonía;
marcha Husserl. Apenas una década después otro joven puede por el contrario aparecer como de oposición, contradic­
filósofo, esta vez francés, escribía un bello prólogo a la que ción, reacción o impulso de una utopía contra el «aplana­
posiblemente iba a ser la obra fundamental de su vida: La miento» del tiempo. Puede ser la última década de nuestro
fen om en ología d e la p ercep ción ; en el prólogo también se siglo buena y oportuna sazón para cuestionar la fenomenología
pregunta por los conceptos fundamentales de la fenomeno­ no sólo desde la estructura de pensamiento que ella es, sino
logía, si bien en un lenguaje menos técnico y esotérico que el también desde la fu n ció n que le corresponde.
de Fink. Floy en día sabemos lo que a ciencia cierta hasta hoy Sin embargo, sólo a duras penas se está alumbrando la
ignorábamos, la conexión entre ambos textos; pues bien, estructura de la fenomenología; puede ser que a principios de
cuando se ha desvelado esa relación, medio siglo después, al siglo estuviera relativamente clara; pero la densificación del
cumplirse también el cincuentenario de la muerte del fundador movimiento no dejó de definir esa estructura, hasta hacerla
de la fenomenología, Edmund Husserl, protagonista además difícilmente reconocible. Los problemas que acompañaban a
indiscutible de ambos textos, no sobra volverse a cuestionar los conceptos que definen la fenomenología no podían menos
por la fenomenología en la filosofía actual. Es cierto que en de llevar a su dispersión; en el intento de iluminar la sombra
esta media centuria han pasado muchas cosas; los tiempos han de la que emergen esos conceptos se producen paisajes de
visto imperturbables nacer, desarrollarse y morir muchas filo­ estructura aparentemente distinta que la estructura de las for­
sofías, ideologías, utopías, sistemas políticos; el mismo tiempo mas primeras. Pero esto no es de lamentar; al revés, la fecundi­
parece en sus últimos episodios no poder dar acogida a todo lo dad y presencia de la fenomenología depende tanto de las for­
que alumbra. En ese sentido seguimos en la órbita de crisis que mas conscientes que asumió, es decir, de la aplicación directa
se agudizaba en la década de los treinta; con una importante y de sus conceptos temáticos, como de lo no pensado pero que
significativa diferencia: ios últimos tiempos han ahondado la acompaña al pensamiento, a saber, de la sombra de los con­
crisis de legitimación, de valores, en definitiva, de sentido. ceptos, del fondo del que los conceptos temáticos no son sino
La fenomenología es una filosofía que antes o después ha una punta. Quizá debamos decir, en última instancia, que la
acompañado con más o menos intensidad o apasionamiento, función de la fenomenología está más ligada al fondo que a la
con más o menos influencia y fecundidad, a casi todas, por no forma, del mismo modo que la «intención» puede estar más en
decir todas, las manifestaciones filosóficas de nuestro siglo. Si el estilo que en los temas; o el sentido de una vida esta en su
la filosofía puede y debe ser tenida como aquel campo del biografía completa más que en ninguno de sus episodios.
pensamiento que es resultado de la marcha de la historia a la De ahí la dificultad inherente a un intento de exponer un
vez que impulsor, inductor o configurador de la misma, la estado de la cuestión; pero, a la vez, la honesta ambición de ese
fenomenología no deja de pertenecer al corazón del siglo XX. proyecto. Porque no se trata de un repaso erudito del estado
Es posible que esta cercanía o compenetración pueda a primera de los problemas; ni de un recuento de procesos puntuales en
vista pasar desapercibida. En esa misma medida es obligación los que se detecte algún acontecimiento relacionado con la
58 JAVIER SAN MARTIN LA FENOMENOLOGÍA: EL ESTADO DE LA CUESTIÓN 59

fenomenología; porque si bien es cierto que la historia se campo; pero tal como se verá en la tercera parte, está en
escribe con el recuento de episodios y acontecimientos, la mera íntima relación con lo que podemos llamar la función de la
suma de éstos se aleja tanto de la vida como de una novela un fenomenología.
diccionario; o como los ladrillos se diferencian de la casa con Y antes de pasar al recorrido de cada uno de esos aparta­
ellos construida. Es cierto que planteado este trabajo en estos dos quiero insistir en que, siendo en última instancia posibles
términos desborda ampliamente la capacidad de su autor; ni múltiples perspectivas para exponer «el estado de la cuestión»
siquiera vale la excusa desde el manido tópico de que en el en la fenomenología, creo que la propuesta aquí esbozada no
futuro se podrá llenar o cumplir ese objetivo. carece de argumentos. En efecto, antes de nada conviene ha­
A pesar de ello si lo he diseñado desde esa perspectiva es cerse una idea de la situación de los estudios directos de feno­
para estimular a lectores más capaces para emprender esa tarea; menología, así como de lo que cabe esperar en los próximos
por mi parte, creo necesario confesar los límites de este tiempos. La historia de la fenomenología está cuajada de irre­
ensayo, que no afectan sólo a la imposibilidad de satisfacer el gularidades, que llaman poderosamente la atención y que no
objetivo consciente; pero es que tampoco podrá aportar un dejan de provocar considerables sobresaltos al enfrentarse a
exhaustivo balance de la situación de la fenomenología en la malentendidos que no por obvios son menos pertinaces. De
actualidad. Por suerte más que por desgracia, la fenomenología ahí que esa tarea sea ineludible.
desborda ya cualquier intento de mirada única. Por eso en este Más problemas cabría pensar respecto a los otros dos apar­
trabajo me limitaré a dar algunas pautas que orienten en la tados, pues si en ellos salimos de la fenomenología para asistir
problemática actual de la fenomenología; sin excesivo cuidado a su presencia mundana, es decir, a su convivencia con otras
—dicho más como racionahzadora excusa que como argumento ciencias o filosofías o momentos históricos, las posibilidades
de peso— por exponer todos los cauces y ramificaciones ac­ son sin número. Por eso es aquí donde debemos exponer las
tuales de la filosofía fenomenológica. Para ello creo conve­ razones de nuestra selección. Empecemos confesando, una vez
niente, en primer lugar, exponer mis posiblemente calidoscópi­ más, los límites, pues la presencia de la fenomenología es ya
cas intuiciones sobre la situación actual de los estudios difícilmente abarcable. Pero desde esos límites, se puede pensar
fenomenológicos husserlianos. En segundo lugar, creo necesa­ que los dos apartados aquí seleccionados quizá constituyan las
rio, si hemos de pensar la actualidad de la fenomenología, dos direcciones más importantes para hacerse una idea cabal
exponer la relación que mantiene con la filosofía analítica, del momento de la fenomenología, que sería nuestro objetivo.
sobre todo porque en la última década esa relación ha derivado Si salimos del estricto ámbito interno del pensamiento arti­
hacia un terreno que está suponiendo una extraordinaria fuente culado en clave fenomenológica, de lo que a mí me parece que
de inspiración y auge de los estudios fenomenológicos, la re­ debemos llamar la estructura de la fenomenología, o del pensa­
lación de la fenomenología con la psicología cognitiva. En miento fenomenológico, tenemos dos ámbitos que considerar,
tercer lugar, debemos abordar un campo fundamental de la la relación de la fenomenología con la ciencia y con la vida
fenomenología, que, si a primera vista puede parecer carente sociocultural y política; y aquí es donde la selección se impone,
de unidad, una inspección más detenida alumbra su sentido; es si bien tampoco puede ser arbitraria, pues no se relaciona la
difícil, sin embargo, encontrar una denominación para ese fenomenología de igual modo con todas las ciencias o con
60 JAVIER SAN MARTÍN
LA FENOMENOLOGIA: EL ESTADO DE LA CUESTIÓN 61

todas las manifestaciones culturales; al contrario, la importan­ decisivo para hacerse cargo de su estado actual. Por otro lado
cia de la psicología, que es donde ha desembocado el apartado no se debe olvidar que esa función la cumplirá desde lo más
mas amplio de su relación con la filosofía analítica, es patente íntimo de su configuración como modo de pensar, desde lo
desde el principio mismo de la fenomenología a principios de más íntimo de su estructura; en mi opinión esa función la
siglo. Curiosamente lo que fue motor para la definición de los cumple desde un fondo utópico o como el diseño de una uto­
conceptos^ mismos de la fenomenología sigue siendo en los pía que late como exigencia en la realidad histórica humana
últimos años fuente indudable de inspiración y profundización misma. La filosofía de Marx siempre se decantó hacia esa
de los estudios fenomenológicos.
utopía, si bien su hegelianismo no la dejaba expresar con
Pero la presencia de la fenomenología en el mundo no se claridad, de ahí que la relación de la fenomenología con el
agota en su convivencia e interrelación con la psicología; hay marxismo debería ser explorada en este contexto. Pero a él
toda una vertiente decisiva en la fenomenología que constituye pertenece también el amplísimo campo de la diversidad cultu­
no tanto su relación con una ciencia determinada sino con la ral, que es la forma de aparecer la historia humana. También
historia misma. Por eso de lo que ahora se trataría sería de su aquí es necesario explorar la función que la fenomenología
presencia en cuanto filosofía en el mundo mismo, y aquí pretende cumplir en este contexto. De todas maneras la
vienen las ramificaciones; pues la diversidad de la historia hace consideración de la diversidad cultural es quizá junto con la
que esa presencia tenga modulaciones diferentes. Mas nuestro relación con la psicología el gran motivo de la fecundidad de
objetivo es captar lo nuclear de esas relaciones, para de ese la fenomenología en la actualidad. Mas aún, las últimas tenden­
modo tratar de llegar a aspectos fundamentales de la fenome­ cias filosóficas de las que son protagonistas en el seno de la
nología. Por eso es importante esforzarse por mostrar la filosofía hermenéutica y de la filosofía deconstruccionista
unidad de este tercer apartado. En él se trata, en primer lugar, retoños surgidos de la fenomenología, proceden de una acen­
y dicho en términos más amplios, de la relación de la fe­ tuación de la historicidad y diversidad, que el propio fundador
n om en ología . con la historia, no como ciencia histórica sino de la fenomenología estaba poniendo en primer término a
como realidad humana que sólo acaece en el transcurso del partir de la I Guerra Mundial.
tiempo sabido —por lo que aquí entra también la historia
como ciencia. De lo que aquí nos queramos hacer cargo es de
o que la realidad histórica, cultural y política representa para
la fenomenología, donde hay que pensar que el camino suele 2. Estudios de fenomenología e impulso editor
ser de ida y vuelta; la realidad histórica produce y, por tanto
moldea la fenomenología, pero también ésta incide en la Hemos dicho anteriormente que la fenomenología es una
realidad socio-histórica. La palabra función alude a las dos de las corrientes filosóficas que ha pasado por situaciones más
vertientes; porque si es patente que la fenomenología, como altamente sorprendentes, la primera de ellas se refiere al hecho
cualquier otro rasgo o carácter cultural, es función de la de que su fundador Edmund Husserl apenas publicó media
realidad histórica, también es cierto que cumple una función. docena de libros; si consideramos la fenomenología en sentido
Diseñar estas dos facetas o vertientes de la fenomenología es estricto desde 1900 hasta la muerte de Husserl, sólo cuatro
62 JAVIER SAN MARTÍN LA FENOMENOLOGIA: EL ESTADO DE LA CUESTIÓN 63

libros de Husserl aparecieron durante su vida; la imagen de de la obra clave sobre la Síntesis pasiva', hasta qué punto las
Husserl y la fenomenología constituida a partir de esos libros tesis de Experiencia y ju icio tienen su asiento en la época de
tenía que ser necesariamente fragmentaria, teniendo en cuenta Gotinga123, época en la que la investigación sobre la percepción,
que lo escrito, legado en forma de manuscritos taquigráficos y el cuerpo y el tiempo son predominantes, como se puede ver
que constituye el fondo de los archivos de Husserl, alcanzaba en la D ing u n d R au m vorlesu n g. Por todo ello el esfuerzo
medio centenar de miles de hojas, por lo que ese carácter frag­ exigido para el estudio de la fenomenología no deja nunca de
mentario debía adquirir proporciones dramáticas. La ausencia ser titánico y hasta cierto punto como el esfuerzo mismo de
de publicaciones llevaba a que sólo quienes estaban en contacto Sísifo, pues cada publicación del Archivo puede dar al traste
directo con Husserl asistiendo a sus clases, seminarios o paseos con opiniones sobre conceptos básicos de la fenomenología
filosóficos pudieran hacerse cargo de lo que en los fragmentos que ha costado mucho trabajo configurar4. Si algo caracteriza
sólo aparecía insinuado, y del sentido y trasfondo de lo ex­ a los especialistas de Husserl es la pavorosa provisionalidad de
puesto en esas obras. Pero esos pensadores del entorno husser- sus conocimientos, debido a las limitaciones de la base textual.
liano podían atenerse a los conceptos de la fenomenología Sin embargo, la publicación en 1973 de los tres tomos
explícitamente formulados o pensar a partir del trasfondo sobre la Intersubjetividad, llevada a cabo por Iso Kern, supuso,
operativo, de la sombra de esos conceptos, o incluso de los en mi opinión, un considerable avance en la disponibilidad de
problemas que esos conceptos más que resolver alumbraban. textos para el conocimiento de la obra global de Husserl y del
Según hicieran lo uno o lo otro, desarrollaban una dirección sentido de la fenomenología. En efecto, en primer lugar en los
del movimiento u otra, tomándose todos por fenomenólogos prólogos que Iso Kern escribió para esas obras se aportan datos
o siendo considerados por los demás como tales. biográficos fundamentales, entonces aún desconocidos para el
La inestimable labor editorial que el Archivo Husserl de
Lovaina lleva a cabo a partir de los años 50, publicando
progresivamente textos de Husserl, ha situado a los investiga­
dores de la fenomenología en una posición de incomodidad, 1 Cfr. HUSSERL, Analysis xur passiven Synthesis, Aus Vorlesungs- u nd For-
schungsm anuskripten 1918-1926, Hua. XI, texto editado por Margot FLEI-
que es difícil de hallar en otras corrientes o en el estudio de SCHER, 1966.
otros pensadores. A partir de la edición del tomo II y III de 1 Es interesante notar la información que da el Prof. M ontero sobre la
Ideas en 1952 era necesario ajustar continuamente la estructura época de algunos de los textos de Experiencia y Juicio, Cfr. su R etom o a la
conceptual con la que se pensaba la fenomenología. La nueva fen om en o lo gía , Anthropos, 1988, p. 223.
estructura que afloraba desde las obras de la época de Friburgo 3 Cfr. Hua. XVI. El texto es de 1907. La introducción a esta Vorlesung es
el texto editado bajo el título Die Idee d er P hdnom enologie, en Hua. II. Existe
y sobre todo desde la obra última, La crisis, era difícilmente
una traducción española de este texto en FCE., realizada por Miguel
compatible con lo que se podía colegir de los textos publica­ G a r c ía -B a r ó .
dos. Ha sido una opinión generalizada, por ejemplo, que la 4 Personalmente me ha pasado esto con relación a mi concepción primera
obra postuma Experiencia y ju icio preparada por Landgrebe, era de la reducción apodíctica, a la que dedico el último capitulo de mi libro La
fruto de última hora. Hoy en día sabemos, sobre todo a través estructura d el m étodo fen om en ológico, y que creo que debo cambiar después
de haber podido leer en el Archivo Husserl de Friburgo la Vorlesung
E inleitung in d ie Philosophie, de 1922. Cfr. más adelante nota 22.
64 JAVIER SAN MARTIN LA FENOMENOLOGÍA: EL ESTADO DE LA CUESTIÓN 65

público, en torno a la evolución y el desarrollo de la fenome­ contactos, etc. de Husserl. Un dato, para mí especialmente
nología. Pero más aún, los textos publicados, aunque muchos importante y que ha sido recientemente resaltado por el
desgajados de su contexto5, abren una luminosa ventana a la propio Schuhmann8, es la aparición, gracias a esa C rónica, de
reflexión husserliana desde los años de Gotinga hasta los años la presencia de Schopenhauer en la filosofía de Husserl.
cercanos a La crisis. Especialmente importante es el texto de la Cuando se piensa en la diferencia entre el mundo real y la
G rundproblem evorlesung, pues en él expone Husserl la primera representación del mundo lograda por la primera epojé y re­
revisión del modo de concebir el planteamiento crítico inicial ducción, no podemos menos de acordarnos del mundo como
de la fenomenología6. voluntad y como representación. La influencia de Schopen­
Pero el esfuerzo editor no se ha detenido en esa publica­ hauer no sólo se refiere a la política y a la concepción del
ción, sino que ha continuado en un meritorio trabajo capaz de Estado sino que es radicalmente filosófica. Una pregunta muy
introducir cambios fundamentales o muy relevantes en nuestro importante es hasta qué punto esa dualidad es superada por la
conocimiento de la obra de Husserl, no sólo desde una reducción trascendental o si toda historia de la fenomenología
perspectiva erudita sino desde una perspectiva filosófica, por no es sino la historia del esfuerzo, siempre renovado, de la su­
tanto, con consecuencias a la hora de evaluar la incidencia o peración, siempre reintentada, de una dualidad que nos ofende
fecundidad de la fenomenología; por eso, quiero resaltar y escandaliza, pero de la que tampoco nos podemos evadir,
algunas publicaciones o sucesos inmediatos que han supuesto porque siempre aparece de nuevo, quizá porque detrás de ella
o pueden suponer aportaciones de alcance teórico significativo. se esconda uno de los misterios de la propia vida humana, uno
Empezaría señalando, en primer lugar, la importancia de de esos fenómenos originarios a los que Fernando Montero se
los datos aportados por Kan Schuhmann en su Husserl-Cbro- refiere9. Es sabido que la dualidad realidad-representación será
nik7 de 1977, donde podemos seguir las clases, seminarios, comprendida en la fenomenología como la oposición entre lo
fáctico y lo trascendental, y que todas las operaciones metodo­
lógicas de la fenomenología están orientadas a descubrir lo
5 A pesar de ello creo que es necesario agradecer a I. Kern la edición e trascendental, para desde ese nivel captar o dar sentido a lo
incluso defenderla de las acusaciones, correctas, de distorsionar el sentido de fáctico, que de ese modo aparecerá envuelto y fundado en lo
algunos manuscritos, por estar publicados desgajados de su contexto. Según
se dice, hubiera sido mejor publicar los textos enteros, lo que es obvio; sin trascendental. Ahora bien, en ese esfuerzo por dar un sentido
embargo, ese objetivo hubiera aplazado una visión plena bastante completa a lo real desde lo trascendental, éste se hace impotente si no se
de la fenomenología una cantidad de años difícil de evaluar.
6 Una buena introducción a la problemática de estos tomos junto con una
buena selección de textos puede encontrarse en el libro de Julia Valentina
IRIBARNE, en La in tersu b jetividad d e Husserl, Ediciones Carlos Lohelé, 8 Cfr. K. SCHUHMANN, Husserls Theorie des Staats, Albert Verlag, Friburgo
Buenos Aires, Argentina, 1987. La G rundproblem evorlesung está editada en i. B.
Zur P b á n om en ologie d el Intersubjektivitát, Hua. XIII, n.° 6. Existe una
9 Cfr. op. cit. introducción, p. 19. Sobre la posible problematicidad de esos
edición en castellano a cargo de César MORENO y Javier SAN MARTÍN en
fenómenos originarios, Eugen Fink se pregunta en la Sexta m editación si es
Alianza Editorial.
necesario que aquellas características fundamentales de la vida humana tienen
7 Cfr. K. SCHUHMANN, Husserl C hromk , en Husserl Dokumente, Kluwer que ser dadas con una claridad apodíctica: ¿no pueden ser justamente por su
editors, Dordrecht. carácter fundante cabalmente oscuras?
66 JAVIER SAN MARTIN LA FENOMENOLOGÍA: EL ESTADO DE LA CUESTIÓN 67

realiza o aparece en el mundo, con lo que el camino de ida de cultura de la humanidad, es la I Gran Guerra, que a sus ojos
lo fáctico a lo trascendental se convierte en vuelta, sin que nos aparecerá como el gran desastre de Europa, como «el más
podamos quedar ni aquí ni allí. universal y profundo pecado original de la humanidad en toda
Esta dualidad se ve potenciada desde otra perspectiva, la historia que podemos abarcar»101. La publicación, en el
alumbrada también por el reciente impulso editor. Uno de los primer tomo de los Aufsátze un d VorLráge'\ de las conferen­
problemas más candentes de la fenomenología de Husserl, cias que Husserl dio ya en Friburgo en plena guerra a los
aunque también de la fenomenología en general, es el de la combatientes sobre el ideal d e h om bre en Fichte dan una pista
relación con la historia; aun a despecho de que abordemos el sobre el interés por la renovación cultural de la humanidad, a
tema con más detenimiento en el tercer apartado, aquí es cuyo servicio ha de estar la fenomenología. Naturalmente, el
necesario aludirlo, porque en su entorno se sitúa en gran planteamiento de la función de la fenomenología exigirá revisar
medida la importancia de algunas publicaciones recientes de a fondo su com ienzo en relación a los problemas dados antes
textos de Husserl, así como la de Sexta m editación cartesiana de de la fenomenología. Esto llevará a pensar la tan traída y
Fmk y la publicación prevista de algunos otros textos. En llevada, a mi entender generalmente tan mal interpretada,
efecto, uno de los tópicos más manidos, cuyo origen está sin teoría de los caminos de la reducción; porque el trasfondo de
lugar a dudas en la falta de textos publicados de Husserl la pregunta por el comienzo de la fenomenología, lo que ca­
durante su vida, es la opinión de que la fenomenología es un racterizaría a la época de Friburgo, no es otro sino el de la
pensamiento a-histónco, que pretende salirse de la historia. El pregunta por la historicidad, es decir, por el engarce histórico,
deseo de Husserl de llegar a constituir una ciencia estricta de determinación e influjo de la fenomenología como una fuerza
las esencias puras no contaminadas por la historia y la contin­ filosófica necesaria para la renovación de la humanidad. De
gencia sería la prueba irrefutable de que ése es el objetivo de la nuevo aquí la publicación del segundo tomo de los Aufsdtze
fenomenología a la vez que una de sus definiciones más carac­ un d Vortrdge, donde aparece por primera vez la serie de
terísticas. Desde esa perspectiva los acontecimientos históricos artículos sobre E rneuerung, escritos para la revista japonesa
especialmente brutales en la vida de Husserl, la I Gran Guerra, Kaizo, es muy importante y ha de aportar nuevas perspectivas.
la pobreza e inflación en el período de Weimar o la época Especial mención adquiere en este contexto otro trabajo
nacionalsocialista, sólo a última hora terminarán por arruinar de la misma época a punto también de ver la luz pública,
el primer proyecto, dando como resultado La crisis de las preparado para la edición por los investigadores del Archivo
ciencias europeas, donde se impondría la historicidad. de Husserl de Friburgo, las L ondoner Vorlesungen de junio de
Pues bien, las últimas publicaciones aportan una nueva luz 1922 y las lecciones Einleitung in d ie Phüosophie del Semestre
sobre la secuencia real del pensamiento de Husserl, que a mí
me parece importante no olvidar. En primer lugar, se ve que
el papel de la historia y la función de la fenomenología en ella
no es un tema del llamado último Husserl, del de La crisis, 10 En carta a Winthrop BELL, citado por Th. NENNON y H. R. SEPP,
Prólogo a Aufsátze und Vortrdge (1922-1937), Hua. XXVH.
motivado por el nazismo. En realidad lo que mueve a Husserl
11 Cfr. Hua. XXV, Aufsdtze und Vortrdge (1911-1921), editado por T.
a pararse en la consideración de su cultura y en general de la
N enon y H. R. SEPP, 1986.
68 JAVIER SAN MARTIN LA FENOMENOLOGÍA: EL ESTADO DE LA CUESTIÓN 69

de Invierno de 1922/23, que HusserI empezaría con las dos que en esta época adquiere la investigación de lo ético y, a
primeras lecciones de Londres y terminaría con las dos últi­ caballo de ella, la investigación de la cultura y la personalidad.
mas, por lo que el sentido de esa Introducción a la filosofía hay Sobre la importancia de la ética baste citar que la hermosa
que sacarlo justamente de esas conferencias de Londres que son Vorlesung de 1920 de ética fue repetida en 1924; y sobre la
su prólogo y epílogo12. Pues si es cierto que las conferencias investigación de la cultura es una excelente muestra el amplio
de Londres son importantes, como dice Spiegelberg, porque en excurso que en la Vorlesung de ética hizo sobre Natur und
ellas se puede encontrar «a first attempt of a systematic G eist16*, donde el tema fundamental es la cultura. Por último
presentation of transcendental phenomenology»13, en mi y en relación con esta preocupación husserliana de la primera
opinión el verdadero interés de las conferencias de Londres mitad de la década de los 20 y de la que justo estos últimos
radicaría en que en ellas se alude a la unidad entre la estructura años podemos tener cumplida noticia, es importante mencio­
de la fen o m en o lo gía y su fu n ció n , pues como decía ya en las nar la evolución de la teoría del yo desde un carácter gnoseoló-
conferencias sobre el ideal del hombre en Fichte, a la esencia g ico a un carácter ético, tal como lo muestra Marbach en su
de las preguntas teóricas pertenece «que la dirección de su excelente trabajo Das Problem des Ich bei HusserIv , que en
respuesta puede y debe ser determinante para la vida y decisiva realidad se queda justamente a las puertas de esa investigación
para el supremo establecimiento de objetivos de la vida sobre el sentido m oral d e la persona en esta decisiva etapa de la
personal»14. Las conferencias de Londres se orientan en esa filosofía de HusserI.
perspectiva; por eso empiezan con la consideración del sentido La consideración del sentido moral de la persona y de la
práctico de la filosofía en Platón, que ha de ser concebido actividad teórica abre un capítulo en la fenomenología que ha
como un modelo para toda filosofía; pues HusserI parte de la de ser especialmente fecundo en los próximos años, en ios que
idea básica para su filosofía de que la filosofía es un «funda­ necesariamente nos deberemos preguntar por el lugar de la
mento racional para las condiciones básicas de la posibilidad de
una sociedad auténticamente racional»15; de ahí la importancia
epistem e der Wissenschaft eo ipso Moment in der praktischen epistem e ist, die
minéis des Philosophen Kreises in der Menschheit sich realisiert und weiter
zu verbreiten berufen ist. Theoretische Vernunft ist Theorie von praktischer
12 Debo esta información a la amabilidad de los encargados de la edición Vernunft und ist selbst Komponente der aktuellen praktischen Vernunft»,
de esta obra, Drs. Sabine MÓDERSHE1M y H an s Rainer SEPP.
p. 15. citado de Angela ALES BELLO, «“w ir Europáer” nei manoscnti inediti
13 H. SPIEGELBERG, The P henom enological M ouvem ent, a historical Intro- contemporanei alia “Knsis”», en E. HusserI. La «cn si d elle scienze europee » e
d u ction , third revised and enlarged Edition, second Iinpression with the la responsahilitd storica dell'Europa, editado por M. SlGNORE, Pranco Angelí,
Collaboration of K. SCHUHMANN, 1984, M. N ijhoff Pubhsher, p. 148. Milán, 1985, p. 60, noti 21. En general HusserI tiene muy claro el carácter
moral de la epojé. También en la Erste Philolophie // habla de este sentido
14 Hua. X X V , p. 271.
moral de la epojé, pues su puesta en marcha está en función de una
15 La cita proviene de la primera L ondoner Vorlesung. Esta misma idea intención «auf eine universale, aus Quellen der W ahrheit und Echheit zu
aparecerá más tarde en un manuscrito citado por A. ALES BELLO, el E IH 7, leistende Selbstgestaltung bzw. Gestaltung eines neuen und wahren Lebens»,
refiriéndose a la génesis del modo de ser griego, que es el propio también de Hua. VTII, p. 155.
la idea de Europa. Dice HusserI: «Es ergibt sich dabei von selbst, das Ethos
des editen Theoretikers zugleich ein Moment des Ethos desselben, des 16 Cfr. más adelante el capítulo IX.
Philosophen, ais praktischen Menschen sein muss, bzw. dass die theoretische 17 Publicado en la colección Phánomenologica (59) el año 1974.
70 JAVIER SAN MARTIN LA FENOMENOLOGÍA: EL ESTADO DE LA CUESTIÓN 71

fenomenología trascendental, así como por su relación con la la reducción tiene sus límites, lo que le lleva a Merleau-Ponty
antropología. En esta cuestión ha de asumir especial relevancia a decir que la mejor enseñanza de la reducción es la imposibili­
la Sexta m editación cartesiana de Fink, cuya publicación a dad de llevarla a cabo totalmente. Pero no se trata sólo de eso.
finales de 1988 va a condicionar muchas discusiones sobre la Si apuramos el pensamiento de la Sexta M editación en el que se
fenomenología18. En efecto, la Sexta m editación tiene un signi­ alumbra un sentido de absoluto que estaría más allá de la
ficado especial; en primer lugar representa, podríamos decir, la «individuación», de acuerdo con esas frases husserlianas en las
culminación de la reflexión de un período que se abre en torno que el Ur-ich, el yo originario, sólo por equivocación es yo, es
a 1925, justo cuando la profundización en la esencia misma de decir, que está más allá de la individuación, y que, por otro
la fenomenología le lleva aparentemente a olvidar la preocupa­ lado, nos llevan a esa capa originaria de la síntesis pasiva, a la
ción por el estudio de la fu n ció n d e la fen o m en o lo gía , o ver­ que fdusserl se refiere en los años 20 como icblos, sin yo,
tiente práctica de la teoría, para centrarse en el carácter de esta previa al yo, nos encontramos de lleno en las tesis del último
misma teoría. La turbulenta relación con Heidegger catalizará Merleau-Ponty, el de Lo visible y lo invisible. Marc Richir
esa necesidad, que ha de encontrar su máximo fruto en la Sexta señalaba recientemente, en el III Fink C olloquium , el profundo
m editación, escrita por Fink, y que bajo el rótulo de una teoría influjo que el texto de Fink ejerció sobre este Merleau-Ponty
trascendental d el m étodo se esfuerza por presentar críticamente último.
los conceptos y la estructura fundamental de la fenomenología. Ahora bien, vista la estructura de la fenomenología desde
Pero no es ése su único sentido. En la medida en que en esos resultados, su función, desde la pregunta por el sentido
ella se piensan o se plantean preguntas sobre las condiciones o práctico moral de la teoría, desaparece o pasa a muy segundo
el sentido de los conceptos de la fenomenología, en ella se esta plano. De ahí que no podamos menos de adivinar una dualidad
pensando la sombra de los conceptos. Sabemos que Merleau-- en el seno de la fenomenología, que tiene incluso sus períodos
Ponty leyó la Sexta m ed ita ción , en copia cedida por Gastón de manifestación, sobre todo en la etapa de Friburgo; pues
Berger; pues bien, no es difícil constatar, en primer lugar, la mientras desde la Gran Guerra hasta aproximadamente el año
influencia del texto de Fink en La fen o m en o lo gía de la p ercep ­ 1925 la función ética o de renovación cultural de la fenomeno­
ción de Merleau-Ponty. La necesaria mundanización de lo logía parece predominar, a partir de entonces y hasta el verano
trascendental reflejo, para siquiera poder ser algo19, indica que de 1934, con motivo de la invitación para el VIII Congreso de
Praga, la definición del lugar de la fenomenología trascendental
será decisiva. Si pensamos este último interés como el interés
18 Ha sido publicada en la colección Dokumente de Husserliana, en dos por la estructura de la fenomenología, diríamos que en estos
tomos; en el primero está la Sexta m editación con las numerosas anotaciones años predomina la consideración de la estructura a diferencia
de Husserl, y en el segundo tomo se publican los diversos proyectos de
reelaboración de las otras cinco meditaciones escritos por Fink por encargo
de los otros, en los que predomina la pregunta por la función,
de Husserl. Para un resumen de la problemática de estos importantes textos pregunta estimulada al principio de la etapa de Friburgo por
pueden leerse más adelante los capítulos VI y VUI.
19 Sobre esta “Mundanización” véase el artículo de R. BRUZINA, «The
enworlding (Verweltlichung) o f transcendental phenomenological reflection:
A study o f Eugen Fink’s 6th Cartesian Meditation», en Husserl Studies , 1986, pp. 3-29. Ver también, aquí, capítulos VI y VII.
72 JAVIER SAN MARTÍN
LA FENOMENOLOGIA: EL ESTADO DE LA CUESTIÓN 73
la I Guerra Mundial y al final por la situación de auge de los
la función y el lugar político de la fenomenología husserliana
Estados totalitarios, lo que motivó también que el VIII Con­
es fundamental para los próximos años, y sin lugar a dudas
greso de Praga tuviera como tema explícito la crisis d e la d em o ­
estará estimulada y orientada por las últimas publicaciones de
cracia. Invitado Husserl, la carta que envía al mismo es el
textos de Husserl, así como por los que hay que esperar en un
comienzo de su última reflexión sobre el papel de la fenome­
futuro inmediato. En este sentido creo que el llamado Anwen-
nología; reflexión cuyo sentido se puede resumir magistralmen­
dungsproblem o problema de la aplicación de la fenomenología
te con el comienzo de esa carta al Congreso: «La filosofía es el
ha de ocupar un rango preferente22.
organo de una existencia histórica nueva de la humanidad, de
Qué duda cabe además que la necesaria confrontación con
la existencia a partir del espíritu de la autonomía. La forma
el Heidegger posterior a 1929 ocupará en ese problema una
originaria de la autonomía es la forma de la autorresponsabili-
dad científica»20. mención importante, pues esa confrontación termina en la
discusión del distinto papel que ambos pensadores asignaban
En mi opinión esta dualidad de la fenomenología es la que
a la racionalidad en sus respectivas filosofías; una filosofía que
podemos encontrar en Husserl ya desde la G rundproblem evor-
diga que la racionalidad es un producto de una etapa del ser
lesung, donde distingue Husserl entre la fenomenología
que se caracteriza por sus impulsos destructores violentos, al
descriptiva y la fenomenología critica; más adelante se repetirá
estar dirigida por la idea de control y poder, tendrá problemas
explícitamente en la ya citada E inleitungsvorlesung de 1922/23,
a la hora de pensar al ser humano como un ser que en la
donde también plantea una división (Scheidung) de la fenome-
racionalidad ve ante todo el ejercicio de su propia autonomía,
nologia como teoría de las estructuras generales de la concien­
único fundamento de los sistemas políticos democráticos. El
cia «antes de toda pregunta por la racionalidad, por el verdade­
reconocimiento de la igualdad de todos ios seres humanos y de
ro ser de las objetividades correspondientes»21 y la teoría de
todas las culturas es el reconocimiento del ejercicio potencial
la razón misma. Para Husserl, por otro lado, está claro que sus
de la racionalidad autónoma; el mismo reconocimiento es el
reflexiones de cara a la búsqueda de una filosofía o ciencia
principio básico de la democracia. Su negación parece eliminar
auténtica eran reflexiones sobre la razón. Y ya hemos visto que
Husserl se plantea explícitamente la pregunta por el significado
vital práctico de la pregunta teórica. Por eso creo que para
21 En mis trabajos sobre Husserl he perseguido esta dualidad, primero en
Husserl la pregunta por la racionalidad, que corresponde a una La estructura d el m étodo fen om en o ló gico , sobre todo en su último capítulo,
etapa posterior de la fenomenología, en la llamada «teoría donde de un modo erróneo planteo el sentido de la reducción apodíctica,
trascendental del método», tiene un profundo sentido socio- que sería el instrumento fundamental de esta etapa. Ahí entiendo la reduc­
ción apodíctica desde la noción de reducción a lo estrictamente dado pro­
político. Por ello, en mi opimon, la polémica o pregunta por
puesta en Die Idee d er P hanom enologie. La lectura de la E inleitungsvorlesung
de 1922/23 me ha hecho ver que esa concepción de la reducción apodíctica
es radicalmente errónea. También mi otro libro La fen om en o lo gía d e Husserl
com o utopía d e la razón alude a esta dualidad, conceptuada ahí como la
20 Hua. XXVn, p. 240. dualidad de una fen om en o lo gía descriptiva y una fen om en o lo gía crítica. Sobre
21 Cfr. E inleitungsvorlesung, Mn. F 1 29/M I 2, § 38, pp. 364 s. (de la copia esta dualidad me parece muy interesante el capítulo V de la I parte del libro
de Landgrebe). de Patricio PEÑALVER GÓMEZ, C rítica d e la fen om en o lo gía d el sentido,
Universidad de Granada, 1979.
LA FENOMENOLOGÍA: EL ESTADO DE LA CUESTIÓN 75
74 JAVIER SAN MARTÍN

las posibilidades frente al discurso político. Es de prever que ¿Qué ha pasado para que en los años 80 la relación de la
los años próximos este debate, enraizado en el sentido mismo fenomenología con la filosofía analítica se haya convertido en
de la fenomenología, ha de pasar a primer plano. un item fundamental? ¿Es, por otro lado, algo puramente
casual, pura contingencia histórica, en la que no habría más
necesidad que la de los hechos? Se trata de dos preguntas que
conviene responder, porque nos van a orientar sobre la natu­
3. Fenomenología, filosofía analítica y psicología cogni- raleza misma de esta relación.
tiva La relación entre la filosofía analítica y la fenomenología
ha estado siempre cuajada de plena desconfianza a pesar de
Una vez que hemos visto la problemática global de la algo elemental y sabido por todos: tanto la fenomenología
fenomenología desde el punto de vista interno en relación al como la filosofía analítica arrancan de los mismos problemas
impulso editor de sus textos básicos, vamos a abrir el horizon­ y del mismo núcleo de pensamiento en la última década del
te relacionándola, en primer lugar, con la propia filosofía que siglo pasado. La relación e influjo de Frege en Husserl siempre
se hace a su alrededor. Dentro de ésta la filosofía analítica es ha sido tema más o menos sabido. Ambas orientaciones tratan
sin duda la más amplia corriente del siglo XX. Pero eso no además de los mismos problemas, puesto que la actividad
constituiría por sí mismo ninguna justificación. De hecho si científica, la epistemología, era su preocupación común. La
este artículo lo hubiéramos tenido que escribir hace veinte teoría del conocimiento, el análisis del lenguaje y de las
años, es muy probable que este apartado no hubiera figurado. significaciones era el ámbito principal de su quehacer filosófi­
Hasta tal punto la filosofía analítica y la fenomenología, co. Desde esa perspectiva que el primer libro de la fenomeno­
hablando globalmente, han vivido de espaldas, más aún, en logía en sentido estricto sea las Investigaciones lógicas y que en
mundos teóricamente distintos e incluso opuestos emotivamen­ ellas la primera esté dedicada al análisis de la expresión, siendo
te. En la oposición tradicional, posiblemente ya superada, entre una auténtica filosofía del lenguaje, convierte en históricamente
analíticos y dialécticos, especialmente virulenta en España, la difícil de comprender el mutuo desconocimiento, a no ser que
fenomenología, ajena en parte a ambos, ha solido ser un en el punto de partida mismo de ambas orientaciones existiera
convidado de piedra. En nuestro país era más bien un fantasma algún elemento que situara a posibles viejos compañeros en
inexistente. Ciertamente no era ése el caso en otras latitudes, direcciones opuestas, de modo que el desarrollo del camino no
por ejemplo, en Francia; sin embargo, incluso en el país galo pudiera menos que alejarlos más cada vez. Pero si eso es así,
tampoco era muy bien vista, dado que hace veinte años eran bastaría volver, por cualquier motivo, a los temas comunes y
los años del triunfo absoluto del estructuralismo, fundamental­ a las inspiraciones básicas de la lectura de los fenómenos
mente del althusseriano. La muerte prematura de Merleau- originarios, para tal vez rehacer el camino y ver en la marcha
Ponty había dejado a Francia sin presencia de la fenomenolo­ en direcciones opuestas muchas veces caminos paralelos. Por
gía, pues ni Ricoeur ni el “heterodoxo” Derrida tenían aún la lo menos tal es la opinión hoy en día, si nos atenemos a la
presencia que el derrumbamiento de la certeza estructuralista nueva literatura, que, según creo, responde a una familiaridad
les iba a deparar.
76 JAVIER SAN MARTÍN
LA FENOMENOLOGÍA: EL ESTADO DE LA CUESTIÓN 77

de base que no se puede ignorar, por más que las respectivas ‘cognitive Science’, y eso da significado al libro desde el con­
tradiciones hayan moldeado desconfianzas históricas, que texto del presente, pues la ciencia cognitiva es una de las más
suelen llevar a cierta repugnancia a entrar los unos en los recientes creaciones del saber, que está además en íntima de­
temas de los otros. ¿Qué ha pasado, pues, para que esa si­ pendencia con la ciencia de la computación, y que, por otro
tuación se haya invertido radicalmente (lo que, por supuesto, lado, ha determinado el giro cognitivista de la psicología
no ha ocurrido en nuestro país, como siempre un montón de moderna; con lo que el libro de Dreyfus nos obliga a volver a
años por detrás de los demás)? ¿Se puede o incluso conviene un tema siempre presente en la fenomenología, pero que en los
citar algún hecho que sea especialmente relevante? Pues bien, últimos años ha tomado un giro decisivo, que el libro de
yo creo que ha ocurrido algo significativo; pero el significado Dreyfus nos obliga a encarar. En ese sentido la publicación de
le viene de un contexto más amplio del presente y del pasado. Dreyfus es sintetizadora de un contexto presente, que ha en­
Explicar ese doble contexto es lo que nos va a servir hasta contrado en mi opinión en mantillas tanto a los psicólogos
cierto punto de hilo conductor a estas páginas. como a los fenomenólogos. Es obvio que la amplia problemáti­
El hecho clave que ha determinado la conciencia de la ca que se anuncia en estas líneas no pueda aquí sino ser
existencia de un cambio decisivo en la relación de la fenome­ aludida, pues en última instancia de eso se trata en este trabajo.
nología con la filosofía analítica ha sido la publicación en 1982 Empecemos por ese contexto del pasado del que el libro
por Hubert L. Dreyfus del libro Husserl, In ten tion a hty an d de Dreyfus no sería sino un episodio más, aunque nos haya
C ogm tive Science'", en el que el editor reúne una serie de servido a los fenomenólogos en general (luego citaré alguna
ilustre excepción) para darnos cuenta de la labor que se estaba
trabajos sobre diversos tópicos muy conocidos en la filosofía
realizando en la fenomenología por pensadores procedentes de
fenomenológica pero basados en interpretaciones provenientes,
la filosofía analítica. Empecemos diciendo que la figura que
cercanas o inspiradas por la corriente analítica. Ello ha servido,’
emerge de un modo eminente en ese libro es Dagfin Follesdal,
en primer lugar, para llamar la atención sobre la comunidad
profesor de Filosofía en Oslo, Harvard y Stanford. Su caso es
temática de la fenomenología y la filosofía analítica, comuni­ un claro ejemplo de hasta qué punto el libro de Dreyfus no es
dad real pero no reconocida en los términos en que debería sino un acontecimiento cuyo sentido sólo desde el pasado
haber sido, si no nos hubiéramos dejado llevar por actitudes puede o debe ser comprendido. En efecto, el núcleo del libro
emotivas, que en estas cuestiones parece que deberían contar radica en la propuesta de una lectura d e Husserl desde la dis­
' poco.
tin ción fregean a en tre experiencia (acto d e conocim iento), sentido
Esto por lo que se refiere al contexto del pasado que da (Sinn) y significado (Bedeutung) o referente. Según Follesdal ese
sentido a esa publicación. Pero en el título aparece la palabra23 esquema propio del lenguaje es el que está en la base de toda
la fenomenología de Husserl, que no es sino una universaliza­
ción de ese esquema. Pues bien, la interpretación de Follesdal
23 Hubert L. D r e y f u s , (ed.) en colaboración con Harnson HALL, Husserl
arranca de un trabajo de 1958, en el que defiende la influencia
In ten tion a h ty a n d C ognitive S cience , The M U Press, Cambridge, Massachu- de Frege en Husserl, para hacerle a éste abandonar el psicolo-
setts. First paperback printing 1984. ” gismo con el que Husserl había abordado el estudio de las
78 JAVIER SAN MARTÍN LA FENOMENOLOGÍA: EL ESTADO DE LA CUESTIÓN 79

entidades matemáticas24, y del artículo «Husserl’s notion of auténtica contribución a la fenomenología27 que su discípulo
the noema» de 196925, que, por supuesto, sólo ha sido real­ John Searle hiciera efectivo el análisis de la vida mental que da
mente conocido a través de su reimpresión en el libro de cuerpo a sus análisis del lenguaje. En este sentido la aplicación
Dreyfus de 1982. que Searle hace de los análisis lingüísticos a los estados inten­
Pero es que la especie de injusticia que se podría pensar cionales, lo que aparece ya en el artículo con el que contribuyó
que representa el hecho de que sólo la publicación del libro de al volumen de Dreyfus y que ampliará en su libro Intentiona-
Dreyfus haya puesto de manifiesto la relación de la fenomeno­ h ty de 1983, es una prueba más de la semejanza de los temas
logía y la filosofía analítica es mayor si cabe, por cuanto en el planteados desde la filosofía analítica en general y desde la
mundo anglosajón el tema de la intencionalidad era uno de los fenomenología.
ítems privilegiados de la investigación; las aportaciones, por Mas entonces, ¿de dónde procedía la profunda desconfian­
ejemplo, de Chisholm, enmarcado en la tradición wittgesteinia- za? Yo creo que de dos motivos básicos. En primer lugar, de
na, arrancan de los años en torno a 1955. El artículo de la distinta tendencia de la orientación que se impone ya con
Chisholm sobre la intencionalidad de The E ncyclopedia o f Frege y que consiste en ver la realidad fundamentalmente
Philosophy data de 1967; su tratamiento, por otra parte, hubiera desde el concepto28, mientras que la fenomenología se sitúa de
podido servir para mostrar que tanto la fenomenología como entrada en lo vivido. Esta diferencia o talante hacía ver a los
la filosofía analítica están interesadas en los mismos temas y analíticos en los fenomenólogos a representantes de las viejas
que sus investigaciones respectivas no les podían dejar indi­ tradiciones. La mayor dependencia que, por otro lado, los
ferentes.
Pero aun hay más. ¿Es que J. L. Austin no había propues­
to ya en 1957 para su análisis del lenguaje el nombre de feno­
27 En nuestro país la fenomenología de Fernando MONTERO siempre
menología lingüística? Pero es que además la postura de Austin estuvo abierta a las aportaciones de la filosofía dicha en sentido amplio
es clara desde una perspectiva fenomenológica; pues como dice analítica. Puede verse en la obra anteriormente citada, sobre todo en II, 21.
Spiegelberg, la preferencia que hace Austin del nombre de En la actualidad también Vicent MARTÍNEZ está desarrollando esta pers­
pectiva desde la filosofía de Austin; cfr. su «Reflexions sobre l ’homme desde
fenomenología lingüística, frente al anterior de «filosofía
la fenomenología lingüistica de Austin», en Millars, XI, 1-2, 1986, 19-30,
lingüística» o análisis es porque está «empleando una aguda Univ. de Castellón.
conciencia de las palabras para afinar nuestra percepción de los 28 Sobre la diferencia básica entre el análisis en general y la fenomenología
. fenómenos, aunque no como su árbitro final»26. Ha sido ne­ cfr. Richard COBB-STEVENS, «Logical Analysis and Cognitive Intuition»,
cesario para que la filosofía de Austin sea reconocida como una Etudes phénom énologiques, 7, 1988, 4-32, y Etienne FERON, quien se plantea
si no habría que preguntarse «si la philosophie analytique n’opere pas une
réduction de tout sens au concept, masquant par la toute la signifiance de la
vie antéprédicative et du Lebenswelt» «Autour de la notion d’intentionalite»,
en Études phénom énologiques, 7, 1988, p. 41. También me parece pertinente
24 Cfr. D. F0LLESDAL, Husseri un d Frege, Oslo, Aschehoug, 1958.
aludir en este contexto a la preeminencia que en el par típico de las In ves­
25 Publicado en The Jou rn al o f Philosophie, 66, (1969), 680-687. tigaciones lógicas, intención significativa y cumplimiento, da, por ejemplo,
26 Cfr. Sp ie g e l b e r g , op. út., p. 691; cfr. tam bién F. M o n t e r o M o l i n e r , Tugendhat a la intención significativa, lo que estaría en la línea seguida por
R etorn o a la fen om en ología , p. 27 este autor. Cfr. al respecto, Patricio PEÑALVER, La crítica d e la fen om en o lo gía
d el sentido, Universidad de Granada, 1979, pp. 104 ss.
80 JAVIER SAN MARTÍN LA FENOMENOLOGÍA: EL ESTADO DE LA CUESTIÓN 81

analíticos mantenían respecto a la ciencia, frente a la libertad tes puntos de encuentro entre la fenomenología y el análisis.
de los fenomenólogos, promocionaba respecto a éstos también Tan es así que, si, como cuenta Spiegelberg, Ryle, que estuvo
la idea de que, como dice Merleau-Ponty, la fenomenología en Friburgo muy interesado en la fenomenología, termina
aparecía como una desautorización de la ciencia. No es ajena sobre todo refiriéndose a Heidegger en un escepticismo
a esta separación la terminología misma de Husserl, quien completo respecto a ella, nunca abandonará en sus escritos un
hablaría del yo trascendental, de la subjetividad, del idealismo, aire fenomenológicamente familiar. Es conocida la anécdota del
etc., términos todos ellos profundamente ajenos a la tradición IV Coloquio de Royaumont, donde Ryle se empeñaba en
analítica, que trataría por todos los medios de ver en esas mostrar las diferencias respecto a la fenomenología, mientras
cuestiones trampas del lenguaje. Sin embargo, ha bastado que que según Merleau-Ponty todo lo que decía Ryle le sonaba
la técnica nos haya enfrentado a una realidad como la de los m uy familiar30*. De hecho en mi opinión El concepto d e lo
computadores para que muchos de esos prejuicios se hayan m en tal es un excelente libro de psicología fen om en ológica
derrumbado. pos trascendental.
Pero aún quiero tocar otro punto de esta historia, que ¿Qué quiero decir con esto? Y así pasamos a delinear
tiene su interés para la segunda parte de este parágrafo. En brevemente algunas de las ideas que son las que han dado
efecto, si en la actualidad la relación entre fenomenología y realmente peso y máxima actualidad a la relación entre la
filosofía analítica ha pasado a ser un punto fundamental en los filosofía analítica y la fenomenología. Hemos dicho que ambas
estudios de fenomenología, es que los temas tratados por corrientes habían vivido de espaldas, a pesar de partir ambas de
Wittgenstein no estaban en absoluto alejados de la fenomenolo­ un núcleo de problemas comunes y de que sus máximos
gía. Es cierto que las interpretaciones de Russel o del Círculo inspiradores estuvieron en un fuerte contacto; en segundo
de Viena se situaban en las antípodas de la fenomenología. En lugar, que ya desde los años cincuenta hay una corriente de
lo que concierne a nuestro tema cabe señalar, sin embargo, por aproximación, en la que la filosofía analítica del lenguaje
una parte la progresiva valoración que de Wittgenstein se viene ordinario terminará haciendo auténtica fenomenología. Pero
haciendo en la fenomenología29. Pero no se trata sólo de una no se debe olvidar que la llamada “filosofía analítica” encierra
evolución en la evaluación del lugar de la filosofía de Wittgens­ en su seno una diversidad de orientaciones que en realidad
tein; pues la crítica wittgensteimana del dualismo cartesiano, convierten en difícil saber si decimos algo coherente al hablar
del mismo modo que la que realiza Ryle, constituyen excelen­ de “filosofía analítica”, pues ¿cómo dudar de la profunda
oposición existente entre la corriente constructivista conceptua­
lista, que según hemos dicho, se daría en Frege y que continua­
29 Baste como ejemplos, por un lado, el artículo de SPIEGELBERG «The rá en diversos niveles hasta la actualidad, y la tendencia
Puzzle o í Ludwig Wittgenstem’s “Phánomenologie”», en The Context o f
p h en om en ologica l M ouvem ent , M. Nijhoff, La Haya 1981, y en segundo lugar
«neopositivista» de las proposiciones atómicas que reflejarían
el juicio que Wittgenstein merece a G. Brand, un gran conocedor de Husserl,
quien opina que Wittgenstein sería el fenomenólogo «por antonomasia»;
tomado de J. V. ARREGUI, A cción y sentido en W ittgenstein , Eunsa, Pam­
plona, 194, p. 166, nota 42. En esa nota se puede ver más bibliograffía sobre
este punto. Cfr. también Fernando MONTERO MOLINER, op. cit., p. 30. 50 Cfr. F e rn a n d o MONTERO MOLINER, ibidem .
LA FENOMENOLOGÍA: EL ESTADO DE LA CUESTIÓN 83
82 JAVIER SAN MARTIN

una realidad ya hecha, cuya investigación tiene encomendada con cantidad de aportaciones. También Holenstein está detrás
la ciencia? del tema. Hay que decir, por otro lado, que la problemática
Pues bien, si algo caracteriza al nuevo giro experimentado empieza a tener una buena representación en Alemania, donde
por la relación entre la filosofía y el análisis, que se asienta en ya había sido traducido en 1978 el libro crítico de Weizen-
la nueva interpretación de la fenomenología, es su radical anti­ baum34 From Judgem en t to C alculation de 1976, y donde en
positivismo y el desarrollar el contructivismo que pudiera 1985 han traducido el libro de Dreyfus What C om puter ca n ’t
darse en Frege. En efecto, ahora ya no se trata de una aproxi­ do. The Limits o f A rtificial In telligen z’5.
mación entre corrientes sino de una lectura de Husserl desde
categorías fregeanas, para hacer de Husserl un desarrollo de esa Pero ¿hasta qué punto tiene esto relevancia para nuestro
filosofía que se muestra radicalmente antipositivista. Al hacerlo tema? Pues bien, en mi opinión en este punto se juega uno de
así se descubre que esa filosofía es la misma filosofía de lo los motivos de evaluación de la importancia de la fenomenolo­
mental que aplican los psicólogos en su último giro, en el gía para los próximos años. Veamos un poco el contexto del
llamado giro cognitivista, con lo que la filosofía husserliana tema en relación a la fenomenología. En general la importancia
asume un nuevo papel. Veamos brevemente algunas de las de la psicología para la fenomenología jamás debe ser disminui­
líneas de este nuevo papel y a algunos de sus protagonistas'1. da. Aparentemente sólo esa relación merecería un apartado. Si
Empecemos mencionando la plena actualidad del tema, no se lo hemos dedicado es porque en la actualidad, en base a
que no ha dejado indiferente a casi ningún fenomenólogo. El lo que estamos intentando exponer, esa relación está casi
hecho de la traducción al francés del libro de Searle Intentiona- totalmente mediatizada o absorbida en la problemática de este
lity, ya en 1984, indica el interés de los franceses. La revista apartado. Pero históricamente no fue así. La fenomenología
Etudes phénom énologiques de la Universidad francófona de empieza, es sabido, por el psicologismo, es decir, por aquella
Lovaina le ha dedicado al tema el número del año 1988. Tam­ filosofía que proponía la psicología como la ciencia básica y el
bién Waldenfels ha escrito un muy interesante artículo*32*34, en sujeto tal como era concebido por la psicología como el sujeto
el que se repasa muy críticamente la literatura más reciente de la verdad y la ciencia; de ahí que el problema de la fenome­
sobre el tema. El último libro Perspectives on M ind de H. R. nología siempre fuera el conseguir un sujeto que estuviera
Otto y J. A. Tuedio33 discute ampliamente la problemática

34 Machí d er C om puter u n d d ie O hnm aht d er Vernunft , Suhrkainp,


Frankfurt.
11 No creo que sea necesario aludir una vez más a los inevitables límites de
i; Publicado en Harper y Row Publisher, Nueva Y ork, 1972, 21979. Esta
este trabajo. De todos modos permítaseme remitir al lector al libro que
segunda edición tiene un balance de actualización al año 1979. La traducción
sobre el tema estoy preparando y que espero que sea editado en un tiempo
alemana se titula Die G renzen k ünsthcher Intelligenz: was C om puter n ich t
relativamente corto.
kónnen, Athenaum, 1985, Konmgstein/1S. También esta edición tiene un
32 «Mens sive cerebrum. Intentionalitat m mentalistischer Sicht», en interesante prólogo en el que aporta algunos datos sobre la presente
P hilosophtscher Rundschau, 31 (1984), pp. 22-52. confirmación de su hipótesis sobre los limites del programa cognitivista, en
53 H erbert R. OTTO y james A. TUEDIO, Perspectives on M ind , Reidel concreto el abandono que de dicho programa de investigación han hecho
Publishing Company, Dordrecht, 1988. investigadores representativos como Winograd.
84 JAVIER SAN MARTÍN LA FENOMENOLOGÍA: EL ESTADO DE LA CUESTIÓN 85

definido por características opuestas a las que le atribuye el úc representación, que ya no sera un contenido de conciencia,
psicólogo; por eso era necesario para el fenomenólogo deter­ al estilo moderno, sino el modo de presentación del mundo,
minar con precisión la diferencia entre la psicología y la feno­ por su propia naturaleza limitado, pero implicando un hori­
menología trascendental36. Es cierto que Elusserl no desarrolla zonte de otras posibilidades de experiencia cuya totalidad es el
el tema con toda claridad hasta los años de Friburgo; pero propio mundo. Esta tercera etapa supone, por tanto, la ruma
cuando ya ha logrado plena posesión de su método, aparece de la representación. Por fin tenemos una cuarta etapa no
perfectamente dibujada la estructura de la fenomenología en la desarrollada sistemáticamente por Husserl en escritos publica­
que se dan cuatro niveles, actitudes o fases; la primera que es dos37, pero que curiosamente creo que en ella se centra el
la de la ciencia, que utiliza la definición de naturaleza de la sentido, la intención y función de la fenomenología.
Edad Moderna y de ser humano en el mismo sentido, como Pues bien, está claro que tanto el estudio y evaluación de
un ser más de la naturaleza o del mundo, inserto, por tanto, la relación de la fenomenología con la psicología, como de la
en la causalidad mundana. La psicología tradicional explicativa lectura fregeana y del lugar de la psicología cogmtiva sólo
se sitúa en este nivel. Por encima de él, aún en la llamada desde la consideración de esta estructura de la fenomenología
actitud natural, el fenomenólogo instaura la actitud fenomeno- son plenamente viables. Mas ¿en qué consiste esa lectura
lógica, en la que nos centramos en los modos de tener expe­ fregeana? Algo ya hemos dicho al respecto38: en pensar el
riencia o relación al mundo, en nuestra representación del nóema de Husserl obtenido por la epojé y la reducción como
mundo. La fenomenología llevada a cabo en esta actitud es una una entidad que media en el conocimiento y que, por tanto, se
fenomenología psicológica, en íntima relación o en relación de sitúa entre el referente y la cogitado. El objetivo de la fenome­
continuidad con la psicología descriptiva o «desde dentro» nología consiste en describir ese noema. La posibilidad de esa
diseñadas por Rrentano y/o Dilthey. El abandono de la actitud descripción radica en que por su propio carácter el nóema es
natural, es decir, de la creencia en que somos parte del mundo, «proposicional», pues es, como dice Husserl, un Satz y, por
supone el paso a la fenomenología trascendental en un tercer tanto, expresable. Pues bien, la psicología cogmtiva y sobre
nivel, en el que el objetivo de análisis no es la representación todo ya la ciencia cogmtiva tienen ese mismo objetivo: traducir
del mundo sino el mundo en los diversos niveles de su cons­ la vida mental a formas preposicionales para poder .computar
titución, partiendo de una nueva interpretación de la noción con ellas, no tanto por su carácter semántico como por su

36 Hasta qué punto este problema aparecía en. la raíz misma de la fenome­
37 La Vorlesung E inleitung in d ie Philosophie , del semestre de invierno de
nología ya en los primeros años, de modo que no podía pasar desapercibido,
1922/23, a la que ya nos hemos referido anteriormente, esta dedicada a esta
puede leerse en el excelente trabajo de ORTEGA Y G á SSET «Sobre el
concepto de sensación», publicado en Madrid entre los meses de junio y cuarta etapa.
septiembre de 1913, recién publicadas las Ideas de Husserl en Alemania. Al 38 A una primera presentación de la problemática así como de los límites
comentario de ese excelente texto se han dedicado las dos primeras sesiones de esa lectura está dedicada mi ponencia en el I C ongreso M undial d e
del Seminario Permanente de la Sociedad Española de Fenomenología, que F enom enología, «La estructura del método fenomenologico: para una
en su día esperamos puedan ver la luz. Ver también del autor, Ensayos sobre evaluación de la lecura fregeana de Husserl». Esta prevista la pubhcacion J
O rtega, UNED, 1994, capítulo V. este escrito en el N ° 5 del Boletín d e la Sociedad Española d e F enom enología.
86 JAVIER SAN MARTIN LA FENOMENOLOGIA: EL ESTADO DE LA CUESTION 87

forma sintáctica. Tenemos, pues, una identidad entre la La polémica está pues planteada en términos que afectan
interpretación fregeana, la psicología cognitiva y la psicología directamente al sentido mismo de la fenomenología; pero
fenomenológica. La pregunta y la discusión que ha empezado independientemente de la fenomenología, afecta también al
el libro de Dreyfus están en si con esa interpretación damos núcleo de la filosofía del hombre; pues de lo que en definitiva
cuenta de la totalidad de la fenomenología. Está claro que en se trata es de si nos podemos pensar de acuerdo a los progra­
Husserl hay una veta orientada en esa dirección y no es mas que se instancian en una máquina, en nuestro caso, a
ningún sinsentido considerar las Ideas en esa línea. La pregunta programas instanciados en un cerebro, que está dotado,
está en si con ella entendemos realmente qué significa “trascen­ además, de un autómata, el cuerpo, que actúa a su servicio.
dental” y sobre todo si tenemos alguna posibilidad de acceder Justamente en este sentido la obra de Ryle adquiere una nueva
en algún sentido viable a la cuarta etapa o nivel de la fenome­ dimensión. No es casual que Fodor, autor de El lenguaje del
nología, el nivel de la fenomenología crítica. La postura de pen sam ien to, el libro más relevante para la filosofía de la
Dreyfus es que la fenomenología de Husserl es plenamente psicología y ciencia cognitiva, tenga a Ryle como el más
cognitivista, porque el nóema es una entidad computacional directo rival. Ahora bien, en la medida en que Ryle, que
mediadora de carácter intencional, de modo que en su opinión escribió su libro, El concepto d e lo m ental, ya en 1949, ataca el
toda la vida mental, según la entiende Husserl, tiene ese fondo de la Filosofía Moderna, con la que se solidariza
carácter, por lo que Husserl admitiría la posibilidad teórica de plenamente la nueva psicología cognitiva y, en la interpreta­
recuperar proposicionalmente toda la vida mental, lo que cons­ ción fregeana, la fenomenología de Flusserl, la pregunta
tituye también el programa u objetivo de la ciencia cognitiva, decisiva que nos deberá ocupar los próximos años es hasta qué
la ciencia básica para la Inteligencia Artificial. Ahora bien.. punto ha superado la fenomenología de Husserl la Filosofía
Dreyfus había trabajado sobre Heidegger y sobre Merleau- Moderna o si no es más que su última elaboración; aún más,
Ponty y de acuerdo con su postura tanto el uno como el otro hasta qué punto la explicación del conocimiento desde la teoría
superarían el cognitivismo de Husserl, Heidegger negando que de los hábitos que aparece intensivamente en los años de
toda relación al mundo sea de carácter preposicional noemáti- Friburgo no nos obliga a volver otra vez a Wittgenstein como
co y Merleau-Ponty haciendo prevalecer lo vivido frente a lo fuente de inspiración, si bien también para desde Husserl ver
pensado” ; poniendo en primer plano, por tanto, la experien­ en él los límites. De todos modos el hecho de que la crítica de
cia espesa del cuerpo en sintonía prerreflexiva con un mundo Ryle valga para la psicología cognitiva, la lectura fregeana de
. que no es directamente recuperable.39 Husserl y la psicología cognitiva, quiere decir que en esa obra
se piensa una psicología que no encaja en esos moldes. La pre­
gunta que cabe hacer es si no habra que pensar en una psico­
39 La discusión en cuanto a la interpretación de Husserl está en si el nóema logía fenomenológica proyectada desde el marco conceptual
de la percepción es realmente un percepto, es decir, algo vivido perceptiva­ diseñado por la fenomenología trascendental, desde la tercera
mente, o una entidad mtensionalmente opaca. El representante típico de la
etapa de la fenomenología y no en la segunda. Eso es lo que se
primera postura es A. Gurvitsch en la contribución publicada en el libro de
Dreyfus, mientras que el propio Dreyfus, Follesdal, Smith y Hall estarían insinúa al hablar de que la psicología prevista por Ryle sena
en la segunda. una psicología postrascendental. Son problemas planteados

i
JAVIER SAN MARTIN LA FENOMENOLOGÍA: EL ESTADO DE LA CUESTIÓN 89

para los próximos años que afectan por igual a los psicólogos nología que he querido mostrar en la primera parte iba en esa
y a los fenomenólogos, y que definen el estado de la cuestión dirección: la relación con la historia y con la política pertenece
en este terreno. al corazón mismo del proyecto husserliano.
Ahora bien, este tema no es sólo un tema interno a la dis­
cusión fenomenológica, sino que afecta, por el contrario, a la
presencia de la fenomenología en relación a otras corrientes
4. Fenomenología, historia y política filosóficas y a las ciencias sociales y humanas. Pero del mismo
modo que en el apartado anterior veíamos que la relación con
Hemos llegado por fin al último apartado de nuestro pe­ la psicología obligaba a discutir conceptos fundamentales de la
queño recorrido. En él deberemos exponer en un esfuerzo fenomenología, también en este caso esa confrontación nos
sintético el estado de la cuestión de la fenomenología en obliga a afrontar algunos de sus aspectos fundamentales, pues
relación a la historia y en función de esa relación, su lugar en en esta discusión es puesta radicalmente en tela de juicio. Y
la política. ¿Se trata de la aplicación de la fenomenología? A también aquí, como en el apartado anterior, tenemos que decir
primera vista ése sería el caso. Ha sido muy usual, siguiendo que el tiempo ha acelerado y agudizado los planteamientos. En
a Husserl, hablar de una filosofía primera, la filosofía estricta este sentido la crítica a la Ilustración, al Occidente y a la
de las esencias, y una filosofía segunda, que sería su aplicación, metafísica occidental, propia sobre todo de los años en que se
y mientras aquélla se desenvolvería en una actitud trascenden­ está hablando intensamente de postmodernidad, no está dejan­
tal pura, la segunda debería bajar al mundo para aplicar la do indiferente a la fenomenología, que hasta cierto punto se
fenomenología, porque al parecer trataría no de la subjetividad siente heredera de esa tradición. La polémica nc carece incluso
trascendental sino de los seres humanos. Por eso la relación de de su vertiente morbosa, por cuanto está en gran medida pro­
la fenomenología con la historia y con la política sería de tagonizada por filósofos procedentes de la propia fenomenolo­
segundo rango. Pues bien, en mi opinión esto es profundamen­ gía. A ello se ha de añadir que los últimos acontecimientos
te erróneo. Aun a despecho de que haya pasajes de Husserl de editoriales sobre la filosofía de Heidegger, que en esta polémica
los que se podría deducir esa interpretación. En mi opinión, actúa directa o indirectamente de inspirador fundamental, con­
sin embargo, no se corresponde ni con la tendencia de la
fenomenología ni mucho menos con su desarrollo. Más bien
al tratar esos problemas tocamos su núcleo más radical. En
seca, porque la política, que se refiere a uno de los elementos constituyentes
efecto, con la pregunta por la relación con la historia y la de la realidad social, está siempre ya cuando hacemos ciencia o cuando filo­
política, si bien estamos preguntando por la «aplicación» de la sofamos; por eso no hay una filosofía o ciencia apolítica que luego se pueden
fenomenología, no lo hacemos después de que esté constituida aplicar. Todo saber, científico o no, se asienta en la política; es obvio, por
otro lado, que según el carácter de ese saber la determinación política será
sino en su proceso de constitución40. El sentido de la fenome­ m ayor o menor. La importancia y variada problemática de estas implicacio­
nes y del modo de concebirla en relación con la antropología cultural lo he
mostrado en mi trabajo «Antropología y política: Contribución a una polé­
mica» en Actas do 11 Coloquio d e A ntropoloxia , Santiago de Compostela, año
40 En general la relación de la ciencia y el saber con la política no es extrín- 1984, Servicio Central de Publicaciones, Xunta de Galicia, 1989, pp. 281-293.
90 JAVIER SAN MARTIN LA FENOMENOLOGÍA: EL ESTADO DE LA CUESTIÓN 91

tribuyen debidamente a llevar la discusión a un plano concre­ tórico y para tener acceso a la historia. La búsqueda, por otro
to, pues ya no sólo estamos hablando de la metafísica sino de lado, de la racionalidad como evidencia de lo dado en el pre­
regímenes políticos con consecuencias brutales. Obviamente no sente, cuyo modelo es la percepción, ratifica el predominio de
pretendemos en las escasas páginas que vamos a dedicar al tema esa metafísica de la presencia, que estaría en la base de todas las
más que indicar algunas líneas del estado de la discusión, impotencias de la fenomenología. Así el rechazo de la historia
centrándonos en los puntos a mi entender decisivos. está en función de una nocion de subjetividad y razón no
Empecemos por afirmar que el núcleo del tema, que históricas. Si esa subjetividad es la identidad consigo misma, la
podríamos enunciar o rotular como fenomenología práctica, diferencia sólo aparece reducida a lo Mismo, es decir, anulada.
arranca de un asunto profundamente teórico, cual es la Lo Otro sólo en cuanto queda neutralizado en su alteridad,
discusión de la relación de la fenomenología con la historia, para pasar a ser otro yo, puede ser tema de consideración; mas
tema que a su vez se sustancia en la concepción de la relación entonces ya no es sino una reduplicación de mí mismo, por lo
de la subjetividad trascendental con la historia. Sólo partiendo que ya no es otro. La fenomenología no sería sino una filosofía
de ese estudio se puede abordar el resto de los problemas que más de la relación de Occidente para con los otros, a quienes
dependen de él. En efecto, la relación (negativa) con la historia ha tendido a asimilar negándolos en cuanto otros. De este
ha sido uno de los elementos determinantes para definir la modo, aquí estaría plasmado una vez más lo que he anunciado
fenomenología. Siempre ha sido tópica la visión de un Husserl antes, que la política no está detrás de un saber que en ella
que parece querer situarse más allá de la historia. Su polémica sería aplicado, sino que es algo previo, no 'siendo éste sino un
contra el historicismo, ya en su trabajo La filosofía com o reflejo ideológico de las estructuras políticas previas.
cien cia estricta, indicaba que la fenomenología trascendental no La pregunta está, sin embargo, y a la luz de lo que de
estaría sometida, por lo menos en su intención, a los avatares desafío representan estas tesis, en saber si esa determinación
de la historia. De este tema hemos hablado ya en la primera política de la fenomenología se da en ese sentido. Cabe pre­
parte. Ahora bien, si la fenomenología parecía querer subs­ guntar si la historia es algo ajeno a la fenomenología porque la
traerse a la historia, sería porque el sujeto que tematizaba, la propia subjetividad trascendental, así como el proyecto de
subjetividad trascendental, no era un sujeto histórico; en reconstruir un sujeto racional estarían pensados en términos
efecto, la subjetividad trascendental, identificada con el ego tales que se oponen radicalmente a la consideración histórica.
trascendental del ego cogito cogitatum , crea como resultado de La mejor prueba de ello sería la imposibilidad de pensar al otro
. la reducción una pura identidad presente, que pretendía reducir en cuanto otro. Las dificultades de Husserl con el tema de la
todo a esa presencia. En efecto, se ha visto en esta Metafísica intersubjetividad parecen obvias. Pues bien, la disputa no esta
de la presencia la fórmula que expresa y sintetiza la imposibili­ cerrada y está siendo continuamente abierta desde muchos
dad de la fenomenología de ser verdaderamente histórica. frentes.
La identidad absoluta consigo misma supondría la imposi­ El primero es la reconsideración del tópico de que la
bilidad de llegar al otro sin reducirlo a mi presencia, y, por fenomenología se enclaustra en una metafísica de la presencia.
tanto, incapacitaría de raíz a la fenomenología para tener una Arion Kelkel abordaba recientemente el tema con precisión
comprensión del otro tiempo, lo que es básico para ser his­ para llegar a la conclusión de que en Husserl no hay un
92 JAVTER SAN MARTIN LA FENOMENOLOGÍA: EL ESTADO DE LA CUESTIÓN 93

primado del presente, por lo menos en el sentido en que lo deja de ser un problema insoluble, porque el yo de entrada es
entiende Heidegger41. La conclusión me parece importante, él pero sabiéndose que no sólo es él, dado que es presentifi-
porque enuncia y fundamenta algo que los textos publicados cación y despresentificación, porque está radicalmente entfrem -
en los tres tomos sobre la mtersubjetividad ponen de relieve: det, es decir, alienado o alterado, siendo, pues, en su propia en­
el hecho de que el presente ahora esté traspasado desde sí traña otro; la comprensión del otro está en su seno como tam­
mismo por la despresentificación, es decir, por lo no presente, bién lo está su propio pasado45. La diferencia con el pasado
que constituye lo que Husserl llama la retención y la protec­ es que ese otro es «radicalmente trascendente». Se olvida
ción «rompen la presencia desde dentro», como dice G. fácilmente esta anotación de Husserl tan importante; la
Rómpp42, pues están asentadas en el presente en cuanto otros primera y radical trascendencia es la del otro; eso significa que
instantes. Esta tesis tan husserliana y que es consecuencia de el otro nunca es reducible a mi yo, porque también él es
esta «brillante innovación», como la llama David Carr43, constituyente. Esto ha llevado a Husserl en el desarrollo de su
impide radicalmente considerar la subjetividad desde el modelo teoría a rechazar el llamado camino cartesiano y buscar otras
de la identidad consigo misma y, por tanto, desde la metafísica vías de acceso a la fenomenología46*.
de la presencia44. Teniendo esto en cuenta la cuestión del otro Se confunde esta situación con un hecho fundamental
relatado por Merleau-Ponty y que es difícilmente refutable,
más aún, que me parece básico, la primacía del yo en la
41 Cfr. A. KELKEL, «Temps et finitude», en A-T. TYMIENIECKA (ed.)
A nalecta H usserliana , XXI, 1986, 221-234.
42 G. RÓMPP, «Der Andere ais Zukunít und Gegenwart: Z u r In terp re ta tio n dad de la fenomenología, que sólo sería un deseo ¿necesario? Pues bien, ¿no
der Erfahrung fremder Personalitat in temporalen Begriffen bei Levinas und se podría haber pensado que la segunda etapa, la trascendental, exigía una
Husserl», en Husserl Studies, 6 (1989), pp. 129-154, p. 137. El artículo es una revisión de la primera, porque siendo la subjetividad trascendental radi­
excelente aportación al estudio del tema que comentamos desde una reevalua­ calmente histórica y genética, lo vivido, lo irreflejo, y lo otro, está siempre
ción de la comprensión temporal de la percepción del otro, tomando como más allá de lo recuperable. Esta objeción no obsta a que la obra de
punto dé partida la interpretación de Levinas, para desde ahí volver a PEÑALVER constituya um excelente monografía sobre Husserl.
Husserl y justificar sus tesis, reformulándolas desde una perspectiva 45 El pasado que se constituye en la retención es una pura pasividad ajena
temporal-, al yo; no es el yo el que retiene, pues es un proceso puramente pasivo, hasta
43 D. CA RR, InterpretingH usserl, Critical Studies, Martinus Nijhoff Publis- tal punto que la palabra «retención» sería, según Husserl, inadecuada, porque
hers, Dordrecht, 1987, p. 200. indicaría que es el yo el que retiene su pasado; por eso sugiere Husserl en la
E inleitungsvorlesung que se hable de una «rem ansión», pues no soy yo el que
44 Aprovecho la oportunidad para poner algún reparo al enfoque de
retengo, pues esa pasividad es previa al yo, que implica una actividad.
Patricio PEÑALVER, quien aplica a Husserl el corsé derridiano, aunque la
propia realidad de la fenomenología le lleva a relativizar continuamente ese 46 A. ALES B e l l o h a insistido varias veces, a p oyándose e n Iso K ern , en
mismo corsé. En mi opinión le hubiera bastado con reunir las veces que que m ie n tras la vía cartesiana nos llevaría a u n y o sólo solipsista, el seguir
habla de autocrítica de la propia fenomenología para invalidar el corsé el llam ado cam ino del m u n d o , en el q u e de e n tra d a estam os c o n los otro s,
derridiano de interpretación. El argumento sería el siguiente: la metafísica de representa u n a tray e cto ria distinta, en la que se elude ese grave escollo; clr.
la presencia se testimonia en el predominio absoluto del presente (en la etapa su «II re cu p e ro dell’intersoggettivitá p e r u n m o n d o h u m an o » e n F enom enolo­
trascendental); en la teoría del lenguaje se da la misma tendencia; luego tal gía e societd, Posibilita e lim iti della partezipazione política , M asim o-C om unita
teoría (de la etapa pretrascendental) ratifica la interpretación. Es cierto que de ricerca, 3-4, p. 291 y en «H usserl, filosofo borghese?», en Filosofía e
en la etapa trascendental hay una autocrítica, pero ésta muestra la imposibili- im pegn o p olítico, ed. M a ssim o-C om uniti de ricerca, so b re to d o pp. 238 ss.
94 JAVIER SAN MARTIN LA FENOMENOLOGÍA: EL ESTADO DE LA CUESTIÓN 95

fundamentación del conocimiento, pues «el presente (en el la historia y en sus manifestaciones concretas culturales, aun
sentido amplio con sus horizontes de pasado y futuro origina­ sabiendo que tanto en una parte como en otra existe la «tras­
les) tiene sin embargo un privilegio, porque es la zona donde cendencia del otro», al que más allá de disponer de estructuras
el ser y la conciencia coinciden»47. Esa coincidencia está en la generales que me permiten dialogar y entenderme con él, si­
base de la certeza para toda fundamentación radical y es el quiera como posibilidad, no puedo impostar mi historia con­
modelo ideal del saber, lo que no quiere decir que ese momen­ creta. La fenomenología no sustituye en esta perspectiva al
to privilegiado pueda reducir todo a la presencia. Más bien lo análisis textual ni a la hermenéutica ni les niega el ámbito de
contrario, el hecho de que esa «presencia» viva o se asiente trabajo. Sí reivindica para sí el esfuerzo o el intento de for­
sobre un pasado no recuperable, el mío, límite de mi posibili­ mular el apriori de la vida humana, apriori logrado en parte en
dad de recuerdo, y el de la tradición, que se me hace eficaz en la autorreflexión, y en parte también, qué duda puede caber en
todo producto cultural, así como el hecho de la vida del otro, ello, en la lectura de la historia, de las biografías de los otros
de la que sólo tengo conocimiento en la medida en que lo o en definitiva, en el estudio de las otras culturas, todas las
exprese en su comportamiento o en sus palabras, indica sus cuales podrán mostrar las variaciones de la vida humana, con
límites, si bien no se debe llevar esos límites hasta extremos de lo que revalidaríamos la tesis merleau-pontiana de que la
invalidar todo ensayo de lograr conocimientos válidos más allá inducción que practican las ciencias humanas es la otra cara de
de mi presencia. Justamente lo que la fenomenología intenta la Wesenscbau husserliana48*.
es lograr en el análisis autorreflexivo de ese momento privile­ Con esto podemos ya indicar algunos puntos básicos
giado conocimientos estructurales esenciales básicos que respecto a la filosofía de la historia de la fenomenología, que
constituirían el apriori de la vida subjetiva y en consecuencia es junto con lo anterior uno de los temas en que desemboca la
también de la vida social, cultural e histórica. crítica actual de la fenomenología, que consiste en atribuir a la
Partiendo de esa pretensión, la fenomenología aborda el fenomenología la idea de que sólo el hombre europeo sería un
estudio de la subjetividad no como algo sólo mío, sino de las auténtico ser humano. Es sabido que sobre esta base eurocén-
estructuras de la subjetividad en cuanto tal, en la duplicidad de trica Heidegger restringirá aún más el círculo y diría que sólo
sus estructuras noéticas y noemáticas. Ahora bien, en la medi­ los alemanes y los griegos (clásicos) son auténticos hombres.
da en que las estructuras noemáticas son productos culturales Pues bien, el tema tal como lo plantea Elusserl no responde a
e históricos, la fenomenología debe estudiar la subjetividad en ningún etnocentrismo, sino exactamente al revés, sólo desde su
modo de ver tiene el etnocentrismo inteligibilidad. En la
perspectiva de Husserl es importante distinguir la marcha
47 M. MERLEAU-PONTY, P hén om én ologie de la perception, Gallimard, 1944, fáctica de la historia del sentido de esa marcha. A la fenome­
p. 484 s.; cfr. al respecto el comentario de KELKEL en op. oí., pp. 230 ss. En
nología no le interesa tanto la facticidad como el sentido.
este sentido me parece acertada la conclusión de David Carr de que el
privilegio del presente en Husserl aparece cuando se interroga al tiempo
desde una perspectiva epistemológica; en una perspectiva descriptiva no hay
tal privilegio; cfr. D. CARR. op. cit., p. 208 s. No estoy, sin embargo, de
acuerdo en que la fenomenología sea sólo una ciencia que deba excluir todo 48 Cfr. M . MERLEAU-PONTY, La fen om en o lo gía y las ciencias d el hom bre,
interés epistemológico. Editorial Nova, Buenos Aires, sobre todo pp. 65 ss.
96 JAVIER SAN MARTIN LA FENOMENOLOGÍA: EL ESTADO DE LA CUESTIÓN 97

Aplicado a nuestro tema significa lo siguiente: la conciencia do desarrollar esa etapa51. No importa que sea ésta o aquélla.
tiene una teleología constitutiva que es su forma; esa forma Lo decisivo fenomenológicamente hablando es que ése es el
teleológica es la evidencia49. Pues bien, esta afirmación no la sentido de “Europa” y no el L ebenswelt de Europa, sus tradi­
hace Husserl respecto al hombre europeo o al de una época ciones concretas, la cultura particular europea, que está al nivel
determinada, sino que según el método de la E m leitungsvorle- de cualquier otra cultura; lo que de Europa importa es la
sung de 1922/2350, en esa formulación se trata de una ley manifestación de un telos de la propia vida humana, que por
esencial de la conciencia, pues sin ella no habría convivencia su propio carácter es imparable. Pues aunque haya empezado
humana. Lo que no significa que esa característica opere en por una parte mínima de la vida y por una parte mínima de
todas las personas y en todas las épocas por igual o del mismo los componentes de una sociedad52, para irse extendiendo
modo. Husserl distingue dos épocas de la humanidad muy poco a poco a todos los ámbitos: «Si la idea general de la
distintas. En ambas es el ser humano un ser histórico ge­ verdad en sí se convierte en la norma universal de todas las
nerativo racional, es decir, disponiendo o siendo una estructura verdades relativas que aparecen en la vida humana... ello
como la antes mencionada. A esta primera etapa se refiere, por alcanza también a todas las normas tradicionales, las del
ejemplo, en el Beilage XXVI de La crisis. Según Husserl esa derecho, de la belleza, de la finalidad, de los valores dominan­
humanidad tiene, como cualquier otra, su trascendentalidad, si tes de personas, valores de caracteres personales, etc.»53. Así
bien no sabe de ella. Incluso diríamos que el ejercicio de la se irá produciendo «una transformación del carácter humano,
razón es fundamentalmente operativo, no reflejo; no hay un del grupo entero, de la generación (de la unidad histórica)
cuestionamiento directo de la razón, no hay, por tanto, una creando progresivamente una cultura nueva que no es solo
lógica explícita. orgánica (es decir, natural) sino que ha recibido un nuevo
Pues bien, en ese mundo la filosofía, al cuestionarse las sentido total a partir de la acción de un individuo»54. En esta
razones de las cosas, introduce una dinámica nueva, que nueva etapa la humanidad, que vivía en horizontes finitos, pasa
consistirá en hacer del principio teleológico de la conciencia
justamente el principio dominante y básico de la vida teórica
y práctica. Para Husserl sería una falta de responsabilidad
51 Una pregunta muy interesante es precisamente qué supone la escritura
desconocer el sentido de ese momento. Lo que es importante como preparación del nacimiento de la filosofía. Cabalmente Husserl en el
es clarificarse en torno a que no es la contingencia “Europa” importante texto «El origen de la geometría», publicado como Beilage DI de
cuyo sentido le viene de asumir esa herencia griega, la que Die Krisis d er europdischen W issenschaften, habla de que por la escritura «wird
auch die Vergememeinschaftung der Menschheit auf eine neue Stufe
realmente cuenta; en principio cualquier cultura hubiera podi- erhoben». Hua. VI, p. 371.
52 Husserl, «La filosofía en la crisis de la humanidad europea», en La
filosofía com o cien cia estricta, Ed. Nova, Buenos Aires, 1981, pp. 144 ss. Este
artículo, que es la conferencia de Viena, es la mejor introducción que se
49 Ése es el título del párrafo ‘d’ del 5 107 de La lógica fo r m a l y trascenden­ puede leer a la filosofía de la historia de Husserl. Sobre el comienzo a partir
tal. de personas individuales, cfr. Die Krisis, Hua. VI, p. 503.
50 A esa Vorlesung, a la que ya nos hemos referido varias veces con ante­ 53 Op. cit., 156.
rioridad, alude Husserl al final de ‘c’, de ese mismo § 107.
54 Die Krisis, Hua. VI, 503.
98 JAVIER SAN MARTIN LA FENOMENOLOGÍA: EL ESTADO DE LA CUESTIÓN 99

a ser una humanidad de tareas infinitas55. Esto es lo que igualmente capaces de desarrollar desde su mundo de la vida la
representa la filosofía y esto es lo que representa Europa. Otras ciencia y la filosofía. Es muy posible que en ese desarrollo
culturas no parecen haber dado ese paso. Muchas de ellas tanto la ciencia como la filosofía sean complementadas incluso
incluso siguen cultivando la vida natural impidiendo cualquier moldeadas. El contacto con los otros debe ser siempre escuela
brote que llevara a su transformación filosófica; eso no las crítica de las prisas en las conclusiones y de los dogmatismos.
desvaloriza, pero podríamos decir que las paraliza. Pero para admitir esa posibilidad no debemos desnudarnos de
Un punto muy importante desde esta perspectiva se refiere toda nuestra historia. Más aún, nuestra historia en cuanto
a las relaciones fácticas y teóricas entre los pueblos. Es un con­ desarrollo de un telos del ser humano no es en absoluto
tinuo error ver en esas relaciones sólo y siempre una relación contingente. Desde estas bases me parece que la filosofia de la
fáctica y no darse cuenta de que por debajo de la facticidad historia de Husserl está en condiciones de formular las bases
también existe una relación que se refiere a ese principio para una correcta filosofía de las ciencias de la cultura, y en
filosófico del que hemos hablado antes y que es el que hace consecuencia para proponer una verdadera filosofía de la
que la tecnología, la ciencia e incluso, por ejemplo, la política cultura, pero sin disolverse en la recopilación de anécdotas o
de los derechos humanos vaya más allá o se transmita sin nin­ hechos históricos. Porque la pluralidad cultural, la dispersión
gún cuestionamiento de las culturas propias en cuanto tales. histórica, la imposibilidad de reducir al otro a mi yo, que es el
Por eso en la relación de Europa con los otros pueblos hay fa ctu m de la historicidad de la subjetividad trascendental del
que distinguir la relación de mundos culturales particulares, que habla Husserl57, no significa que no podamos ver en la
cada uno de los cuales tiene su racionalidad propia56, que es vida humana un sentido y que no descubramos detrás de las
la que impera en el mundo de la vida de cada pueblo, y que huellas a nuestros semejantes.
puede entrar en conflicto con otras, y una relación filosófico- Justamente estos postulados básicos de la filosofía de la
científica. Confundir ambas es caer en el peor de los etnocen- historia de Husserl tienen consecuencias políticas indudables;
trismos, al ser incapaz de pensar a los otros como nosotros, pues en base a ellos podemos evaluar las situaciones políticas.
Porque la razón, en el nivel en que estamos, no es una razón
teórica; el descubrimiento de estructuras generales esenciales de
la vida humana no se refiere solo a cada uno; se refiere
55 Cfr. HUSSERL «La filosofía en la crisis de la humanidad», p. 146 s. Sobre
también a las estructuras comunitarias, sociales y estatales: en
la importancia de esta distinción husserliana para comprender la diferencia
de la cultura europea, en el sentido en que lo hemos expuesto en el texto, definitiva, a los ideales prácticos. Para Husserl el principio de
y las otras culturas, cfr. A. ALES BELLO, «“W ir Europaer” nei manuscriti la razón autónoma no es un principio esencialmente teórico,
inediti contemporanei alie “Krisis”», en M. SlGNORE (ed.) E. Husserl. La en ese nivel la teoría es praxis, la teoría es etica y a la etica
«crisis d elle scienze eu ro p eo e la responsabilita storica d e ll’Europa , Franco
Angelli, Milán, 1985, 53-72.
36 A. ALES B ello distingue en el trabajo anteriormente citado tres con­
ceptos de razón en Husserl a) lo que es evidente, b) lo propio del hombre
civilizado, diríamos lo propio de la cultura europea, en el sentido en que la 57 Cfr Hua VIII 506 y texto n. 23 de lu x P hdnom enologie d er Intersubjek-
estamos explicando, es decir, que el conocimiento se catacteriza por la tivitdt, tercera parte, Hua. XV, pp. 386-303, y también el Beiiage XXIH, que
U nendhchkeit c) lo que es normal dentro de un grupo, op. cit., p. 68. sigue al anterior texto.
100 JAVIER SAN MARTÍN

están también sometidas las relaciones sociales, políticas y de


los pueblos. La filosofía no es una práctica política; ella no
hace política . Solo se propone un alto en el camino para
procurar establecer reglas con las que poder juzgar la vida. Por CAPÍTULO III '
eso y en la medida en que pretende situarse en los temas
.fundamentales de todos los seres humanos, no le parece FENOMENOLOGÍA Y MARXISMO
pretencioso presentar al fenomenologo como un funcionario
de la humanidad, en el doble sentido, de que es función de su
sociedad, de su momento y de su lugar, y de que por su «Das Bewusstsein kann nie etwas anders sein ais das
bewusste Sein»
metodología pretende cumplir una función, no para estos seres MARX, D eu tsch e I d eo lo gie, MEW, E l, 26.
concretos, sino para la humanidad en cuanto tal.
Es obvio que el discurso que hemos expuesto en esta parte «Blosse Tatsachenwissenschaften machen blosse Tatsachen-
es m uy pretencioso y que quiza suene a caduco. Pero algo creo menschen»
HUSSERI., D ie K risis , Hua. VI, 4.
firmemente: que todavía esta por establecer con precisión lo
que representa la vertiente practico-política de la fenomenolo ­
gía, que ha de ser establecida desde el núcleo fundamental de
1. Introducción
la fenomenología, no desde encorsetamientos que facilitan su
neutralización. En segundo lugar, creo que la eficacia teórica
de cara a la fundamentacion de las ciencias humanas y a una Antes de nada quiero agradecer a mi querido amigo
visión filosófica de la historia que no caiga en una hipostatiza- Antonio Rivera la generosa invitación a participar en este ciclo
ción metafísica es muy amplia y quizá menos enredada en que para mí tiene una significación especial; en primer lugar
aponas que otras filosofías. De cualquier modo la dilucidación por el sitio, ya que desde su fundación el Departamento de
será una de las tareas encomendadas al tiempo futuro. Filosofía de la Autónoma siempre tuvo cierto carácter de
liderazgo en el país. Los aires que se respiraban en la Autóno­
ma solían inspirar a otros muchos. Ciertamente no era la
fenomenología lugar frecuentado en la Autónoma. Más bien
diría que la fenomenología era aquí, al igual que en otros
lugares de España, simplemente ignorada.
Corrían por entonces los finales de la década de los
sesenta, los 68 en adelante. Justo ese año tan significativo
empezamos Antonio y yo a estudiar a Husserl. Aún recuerdo
58 Es mi trabaje «Fenomenología y marxismo», A nuario del D epartam ento
aeF ilosofía, Universidad Autónoma, Madrid, 1989, pp. 237-263, he explorado el ejemplar que el Profesor Rivera tenía del libro de un autor
la relación con el marxismo, exponiendo ahí la relación de la fenomenología que tiene especial relevancia para nuestro trabajo, El cam in o d e
con la teoría y la praxis. El texto de ese trabajo se corresponde con el la fen o m en o lo gía , del Profesor Ludwig Landgrebe. Han pasado
próximo capítulo EH.
desde entonces muchos años. La filosofía ha recorrido en estos
102 JAVIER SAN MARTIN FENOMENOLOGIA Y MARXISMO 103

lustros un largo camino, que va desde la confianza en que una frente a las cuales la filosofía, el individuo nada pueden. Por
filosofía analítica y de la ciencia, o una filosofía marxiana iban eso tal vez si queremos debilitar la realidad que nos oprime —o
a conseguir realizar todas las expectativas que cabe adherir a la por lo menos que oprime a la mayor parte del mundo o en
filosofía, hasta el convencimiento de que la filosofía se ha todo caso a los países del Tercer Mundo—, creo que no es
■agotado ya. conveniente que nos debilitemos nosotros en nuestro pen­
La abdicación del pensamiento, que según algunos samiento, sino todo lo contrario. Sólo un pensamiento fuerte
implicaría la llamada “filosofía débil”, es el último grito será capaz de horadar la dura y férrea coraza de la realidad
consecuente a los momentos de euforia vividos por los años petrificada de la estructura socioeconómica.
setenta. Los últimos 80 son ya años de incertidumbre filosó­ La filosofía de Husserl es un pensamiento fuerte. Con esa
fica. En realidad parecen ya agotadas todas las certezas sobre vocación nació. Los avatares de muchas historias quisieron
programas de acción. Sólo una acción negativa, una acción desactivar su fuerza; fuerza que nunca tuvo en nuestro país. Es
crítica permanece en el horizonte como exigencia; pero crítica ahora un buen momento de echar una ojeada a ese pensamien­
no sólo política, sino también, y casi diríamos fundamental­ to para ver si nos dice algo, en un momento no tanto indi­
mente, crítica de las líneas establecidas en la tradición del gente de realidad cuanto de pensamiento. Y cuando digo
pensamiento. “echar una mirada”, estoy hablando desde la “epojé”, una
Precisamente en este contexto de desorientación, de alto mirada desde un otero, lo que nos permite divisar las líneas del
en el camino para otear los alrededores, en esta actitud de paisaje, las estructuras que recorren una obra y que desde ella
“epojé” en que nos encontramos —que justamente eso significa misma no son asequibles. Quizás el desprestigio o ineficacia
etimológicamente la palabra ‘epojé’, pararse para mirar antes filosófica de la fenomenología en ios últimos treinta años se
de tomar una decisión sobre el camino a seguir—, no sobrará deba en gran medida a la bisoñez, a la incapacidad para divisar
detenerse unos momentos con Husserl, aunque sea por el o mirarla desde cierta distancia y descubrir la intención fun­
convencional motivo de que hace 50 años, exactamente el 27 damental, el juego estructural de sus conceptos. En lugar de
de abril de 1938, el día para el que estaba prevista esta con­ perderse en ciertos detalles insignificantes del paisaje.
ferencia, moría Husserl, un pensador que, aparentemente al Cincuenta años es una buena distancia que nos permite la
menos, está en la situación antípoda de la filosofía débil. cercanía y la lejanía. Las obras fundamentales de Husserl ya se
Quizás tal vez porque si nos encontramos en una situación de han publicado. Empezamos a romper los tópicos que se
• pensamiento débil, difícilmente nos van a servir otros pen­ fraguaron por los años 30 o incluso 20 debido a la falta de
samientos débiles. La insistencia en tales pensamientos puede publicaciones. Tenemos ya perfectamente dibujadas lo que
ser el verdadero síntoma de una situación interior. Si el podemos llamar las líneas en las que la fenomenología ha
pensamiento débil no es sino un alto en el camino y no una resultado fecunda, sus líneas de eficacia; los motivos que se
llegada, aquél no es otra cosa sino el momento escéptico reiteran y los temas que han quedado olvidados en el camino.
ineludible al pensar filosófico; detenerse en él me parece que Por todo ello es una buena ocasión para volver y revolver este
sería renunciar a la filosofía. Se me antoja si el pensamiento pensamiento que en nuestro país sigue siendo relativamente
débil no será quizás el síntoma de unas estructuras fuertes, desconocido. Y me parecía oportuno hacerlo desde una
1 04 JAVIER SAN MARTIN FENOMENOLOGÍA Y MARXISMO 105

perspectiva que a muchos, sobre todo en nuestro propio país, estudio de unas relaciones que como veremos tienen extraordi­
parecerá distorsionante, incluso imposible. naria importancia; ¿para qué?, y con esto cito ya un motivo
En efecto, ¿qué más alejado que el idealismo husserliano que constituye un objetivo preciso de esta charla aquí, en la
y el materialismo marxista?, ¿cómo va a ser siquiera sensato Autónoma y en este momento de indigencia de pensamiento:
mirar la fenomenología desde el marxismo, si no es para el resaltar algunos aspectos estructurales de la fenomenología de
pulverizarla y echarla al cesto de los papeles? Lo que por cierto Husserl especialmente relevantes para aproximarse a la fenome­
hemos hecho en España desde la perspectiva de las filosofías nología con cierta orientación. Cabalmente en el estudio de su
anteriores a la eclosión del pensamiento débil. Como decía relación con el marxismo resaltan esos aspectos estructurales
Pierre Naville en su trabajo ya de 1946 «Marx o Husserl», el que, de no ser tenidos en cuenta, impiden entender con cierta
marxismo no tiene necesidad de semejante ayuda externa, garantía la fenomenología de Husserl.
porque posee en sí mismo sus propias justificaciones1. Pero ¿es De ahí que propiamente hablando no pretenda disertar
que se trata de elegir entre el marxismo o la fenomenología?, sobre el marxismo sino sobre la fenomenología; yo no soy
¿entre Marx o Husserl?, ¿de fundamentar a Marx?, ¿o a especialista en Marx sino —y obviamente, con cierta mode­
Husserl?, ¿de qué se trata realmente? ración— en Husserl, por eso la charla se titula «Fenomenología
Con esto paso ya a exponer los objetivos de esta charla así y marxismo». Creo, sin embargo, que aun en una aproxima­
como sus límites. El objetivo es lo que uno pretende y lo ción elemental al marxismo —y luego matizaré el término—
pretendido sólo puede determinarse desde un contexto. Pues tendremos un buen acceso a algunos elementos estructurales de
bien, precisamente las alusiones de entrada estaban orientadas la fenomenología que nos pueden servir para orientarnos en
a determinar ese contexto, porque desde él toman cuerpo mis ella. ‘
objetivos. Me gustaría citar un doble o incluso triple objetivo. El elegir este tema en la Autónoma está en relación con
Cuando el Prof. Rivera me pidió el título para esta charla, el hecho de que la filosofía marxiana hasta cierto punto ha sido
dudé, porque tenía entre manos otras aproximaciones a la uno de los suelos fundamentales de la generación del 68 y de
fenomenología, por ejemplo, desde la psicología cognitiva nuestros alumnos, un suelo, por otro lado, que se ha resque­
actual, y la perspectiva de una confrontación con el marxismo brajado profundamente a la vez que todo ejemplar de pensa­
no entraba en mis intenciones inmediatas. Sin embargo, ésa era miento fuerte, y a la vez también que los partidos políticos
una necesidad personal, era hora ya de iniciar una puesta a que se reclamaban deudores o que se amparaban en ese pensa­
punto —por mi parte— de un tema que venía arrastrando miento han ido también disminuyendo su importancia política.
desde hace años, pero que sistemáticamente no he tenido En este contesto la presentación de la fenomenología, ya desde
tiempo de perfilar. Había, pues, un motivo personal que, sin una atalaya matizada por varias décadas de investigación, y de
lugar a dudas, marca una línea de trabajo que sólo con cierto la mano de una confrontación o comparación con la perspecti­
tiempo ha de fructificar. Con esta charla inicio, por tanto, el va marxiana, puede ser estimulante, por lo menos en la medida
en que tal vez de ese modo se pueda delinear un pensamiento,
que si bien no sabemos si es fuerte o débil, se presenta por lo
1 Cfr. G. NERI, 1970, p. 195. menos con la pretensión de ser fuerte, tanto más cuanto que
FENOMENOLOGÍA Y MARXISMO 107
106 JAVIER SAN MARTIN

estaría ratificado por algunos logros analíticos o teóricos del y Sartre, sencillamente porque no he trabajado con rigor ese
propio marxismo. Al presentar pues la fenomenología desde tema, aparte de que ya sólo esa faceta es merecedora de todo
una comparación con el marxismo pretendería mostrar los un detenido estudio2, por otro lado sumamente interesante.
rasgos de la fortaleza de la fenomenología. Yo me limitaré a un momento anterior; precisamente el que
Sé que alguno me dirá que mi intento es fallido de subyace como motivo oculto a los intentos sartrianos y mer-
antemano, puesto que el propio marxismo está en bancarrota. leau-pontyanos, pues si en ellos la comparación con el marxis­
Pretender, por tanto, traspasar su fortaleza a la fenomenología mo fue algo necesario en su situación, era porque en la obra de
no serviría sino para que un cojo ande su trecho del camino de Husserl que estudiaron y asimilaron esa confrontacion-compa-
la mano de un ciego. Posiblemente no lleguen a ninguna parte. ración estaba no sólo posibilitada sino prevista y exigida a
Sin embargo, aunque no avancen mucho, pienso que sí pueden pesar d e las apariencias.
dibujar una línea, en la medida en que el cojo preste sus ojos Justamente, LAS APARIENCIAS. Tenemos que superar las
y el ciego sus piernas. apariencias, lo inmediato, lo fácil. Cuando he dicho que la
Con esto paso a exponer algunos límites de mi intento, confrontación con Marx nos va a ayudar a captar algunos
dado que el tema ni es nuevo ni reducido, sino todo lo con­ momentos estructurales de la fenomenología, estoy indicando
trario: es un tema de largo alcance teórico e histórico, y, por precisamente que no debemos detenernos en las apariencias
increíble que nos pueda parecer en España, es un tema funda­ sino transcenderlas y llegar a la estructura solo en la cual las
mental tanto en el período de entre guerras como en los años apariencias se sostienen, Pero no se puede olvidar que precisa­
posteriores. H istoria y concien cia d e clase de Lukács habría que mente éstas son “apariencias”, es decir, elementos que aprehen­
leerla en el contexto de la importancia de la fenomenología didos en sí mismos dan una imagen falsa de la realidad.
husserliana en los años anteriores a la I Gran Guerra, así como Muchas veces la cercanía nos impide ver la estructura; por eso
en los inmediatos a la misma. Los intentos de la Escuela de he dicho antes que nos era necesaria cierta distancia.
Frankfurt de crítica de la ciencia y de la razón instrumental Son muchas las apariencias que obstaculizan el acercamien­
están también en íntima conexión con los estudios husserha- to entre Marx y Husserl; en primer lugar las palabras mismas,
nos. Y por fin, es inconcebible el desarrollo y evolución de la ya que ambos parecen hablar lenguajes radicalmente diferentes
fenomenología francesa, principalmente la de Merleau-Ponty y absolutamente dispares. Mientras unos hablan de idealismo,
y Sartre, sin atender y entender la comparación entre la subjetividad o conciencia, Marx insistirá en el materialismo, el
fenomenología y el marxismo. Trayectoria tan amplia es obvio trabajo y la realidad concreta. Mientras Husserl parece estar
que en absoluto puede ser ni siquiera mencionada en esta despreocupado de la política, Marx sólo pretende transformar
charla. Sólo quisiera llamar la atención de que, si a lo largo de el mundo, no interpretarlo. Asi mientras Husserl propugna la
tantos años tantas veces se ha vuelto a una comparación entre necesidad de un “espectador desinteresado”, Marx propone y
la fenomenología y el marxismo, es que el tema no carece de
importancia o utilidad.
En esta charla no puedo entrar a valorar la importancia de 2 Celia Am orós pronunció una densa conferencia en Pamplona justamente
tal confrontación, por ejemplo, en la filosofía de Merleau-Ponty sobre ese tema, con una importante aportación de textos al respecto.
108
JAVIER SAN MARTÍN
FENOMENOLOGÍA Y MARXISMO 109
fonda la tradición del intelectual comprometido, de (la toma
de) partido, la praxis. Mientras para Husserl la teoría parece praxis pura, el lugar donde el filósofo se convierte nada menos
que en funcionario de la humanidad. Así llegará un momento
ent do Desde estosPara
sentido. MarX kaparentes,6Scualquier
contrastes 10 ÚmC° ensayo
^ tiene
de en el que la noción de teoría deja de contraponerse a la praxis,
porque en ese momento no puede haber praxis sin teoría ni
aproximación no puede menos de mostrarse baldío, ecléctico
teoría sin praxis.
pa'tTble maS Un eC,eCtlC1Sm° maI° ’ P°r ^ z c la r lo incom- Lo mismo nos pasará con el idealismo. Esta es una palabra
dicha por la tradición filosófica. Nos ha hecho falta una consi
E1 problema de la fenomenología es o ha sido sin
embargo, que supone tal ruptura con la tradición que todos los derable distancia de Husserl, y entre tanto la publicación de
términos que utiliza adquieren un sentido nuevo, que sólo sus investigaciones inéditas, para ver que el “idealismo” de
desde ella misma puede lograrse, “desde ella misma”, es decir Husserl está fuera de la dicotomía idealismo/realismo, pero no
desde una visión de conjunto, que sólo desde una cierta’ porque lo descubierto por Husserl, como a veces pensó Mer­
distancia se puede captar. Pues bien, la necesidad de captar los leau-Ponty, pueda ser adscrito de un modo ambiguo al mate­
términos husserl,anos desde la fenomenología en un sentido rialismo o al idealismo, sino porque en relación a la realidad
puesta a la luz por la fenomenología sería improcedente

hablamos dend
de V:tmt°nos
idealismo ^ estamos
tradlC1°refiriendo
nal SlgmflCa d profunda­
a algo - cuando —absolutamente improcedente— hablar de materialismo o de
mente distinto de lo que significó tal término tanto para Kant idealismo. El sentido del idealismo trascendental fenomeno-
como para Hegel, si bien también tendrá algo de los dos lo lógico sólo puede ser entendido desde la filosofía de Husserl.
que le autoriza a Husserl a usar dicho término. Lo mismo pasa Personalmente he preferido llamarlo incluso “materialismo
con h n o c io n de teoría o de subjetividad. La subjetividad fenomenológico”; pero creo que lo mejor sería prescindir de
usserhana, a subjetividad absoluta, nada tiene que ver con lo ambas palabras.
que habitualmente entenderíamos por subjetividad en un Lo mismo ocurre con las palabras subjetivo y subjetividad.
e n c aje ya “preñado” por la tradición, por una tradmión que La subjetividad husserliana nada tiene que ver con la cartesiana
ata. en sus conexiones semánticas, haciéndolo un conjunto res cogitans enfrentada a una res extensa-, ni siquiera con una
de paro/es par ees, de palabras habladas. En Husserl, al contra- conciencia separada del ser, una conciencia residuo de una
epojé que le habría extirpado el sustrato real; la subjetividad
k P°k u ' r T ? ilerminolohfo de Merleau-Ponty, no hay husserliana es el ser subjetivo o el ser consciente en el sentido
palabras habladas habladas, a saber, por la tradición filosófica7
de la frase de Marx con la que he querido abrir esta exposi­
sino palabras hablantes, paroles parlantes, palabras que instau­
r a r a n sentido nuevo que hay que saber leer tras las apanen- ción. Subjetividad es vida subjetiva y vida subjetiva es experien­
cia del mundo; mas el mundo no es sino lo dado en esta
experiencia. Otro mundo, ¿cómo puede haber otro mundo
« CUT C1° I JÍUSSerI nos conmina a los filósofos a hacernos
fuera del mundo de la experiencia? Tendría que ser el mundo
espectadores desinteresados”, nos conmina a instaurarnos en
una actitud que lo único que busca es la teoría puta pero de la experiencia de Dios; pero aun en este caso es también mi
porque la teoría puta es el lugar donde la teoría puta es la mundo sólo que pensado a través de Dios.
110 JAVIER SAN MARTÍN FENOMENOLOGIA Y MARXISMO 111

Por eso dice Husserl que conocer mi vida es conocer el refiero exclusivamente a Marx y a sus escritos tanto juveniles
mundo. como de transición o maduros, pero no al materialismo dia­
Esto nos lleva a un tercer punto de esta introducción, pues léctico, ni, por tanto, a Engels ni mucho menos a la filosofía
lo que acabo de decir implica que la comparación entre Marx de la II Internacional. ■­
y Husserl no se puede hacer sin ciertos presupuestos que es Ahora bien, al exponer la limitación de mi objetivo,
preciso confesar, teniendo además en cuenta que por lo menos ¿estoy renunciando a una síntesis? Evidentemente estoy
en relación a Husserl ya hemos advertido de antemano que no renunciando a tal síntesis en esta charla, pero a la vez quisiera
lo tomamos en sus apariencias sino en sus estructuras. Pero anunciar la necesidad de la misma, porque sólo pensando en
tampoco tomamos de él esta o aquella teoría, este o aquel ella cabe pensar en una lectura marxiana de Husserl, o en una
aspecto mas o menos interesante; lo que no significa que ese lectura fenomenológica de Marx. Y me explico. Cuando
intento sea ilegítimo; resulta perfectamente válido, por ejem­ planteamos una lectura marxiana de Husserl, aparte de la
plo, tomar la nocion husserliana de L ebenswelt y aplicarla a necesidad de trascender las apariencias, lo que resulta siempre
Marx, o como un concepto fundamental en la sociología, etc.; obligado en toda lectura hermenéutica seria, estamos pidiendo
pero entonces ya no se puede hablar “de la fenomenología”, un esfuerzo por leer esas estructuras a la luz de los principios
sino del L ebenswelt. Por eso yo insisto en la confrontación de marxianos, bien para disolverlas, por ejemplo, como hace
la fenomenología como conjunto. Lukács en El asalto a la razón, o como hacen la mayor parte
La misma pregunta nos la debemos hacer, en segundo de los marxistas —quizás cabalmente porque no son marxia­
lugar, respecto al marxismo. ¿Que confrontamos de Marx con nos—, bien para mostrar en ellas una verdad marxiana, es
Husserl?, ¿la filosofía de Marx, la de Marx y Engels, la de la II decir, una identidad con las tesis de Marx, que reforzaría a
Internacional, el leninismo, el estalinismo, el materialismo ambas, clarificándolas o complementándolas. Esa clarificación
histórico o el materialismo dialéctico?, ¿o tal vez el estruc- o complementación daría lugar a una síntesis. Lo mismo
turalismo althuseriano? Como se puede ver, la amplitud del valdría para lo que están intentando en algunos países del Este
marxismo es tan extensa que difícilmente resulta un concepto europeo, al pretender hacer una lectura fenomenológica de
útil. Marx, utilizando los conceptos husserhanos para clarificar,
Por otro lado, ¿pretendemos realmente algo así como crear complementar y en algún caso incluso fundamentar, corregir,
una síntesis?, ¿sería mas bien una lectura marxista —o marxia- siquiera sea tendencias, si no doctrinas, de Marx, con los postu­
na— de Husserl? Nuestro objetivo, por el contrario, es muy lados o análisis de la fenomenología.
modesto, tal como he dicho anteriormente: no se trata sino de
resaltar algunos rasgos estructurales de la fenomenología desde
su aproximación a Marx. Y cuando digo Marx, sigo la tradi­ 2. Las dos etapas fundamentales de la fenomenología de
ción marcada por los fenomenologos italianos, sobre todo Husserl
Enzo Pací, y algunos filósofos del Este europeo, tales como
Karel Kosik, más recientemente el checoslovaco Pazanin o el Con esto podemos ya pasar a la segunda parte de este
húngaro Vajda, o incluso autores europeos occidentales, y me trabajo. Dos son, en efecto, los puntos fundamentales que me
112 JAVIER SAN MARTIN FENOMENOLOGÍA Y MARXISMO 113

interesa resaltar de cara a una elaboración de la comparación Verano de 1916. Todos estos temas son, pues, desarrollados
entre la fenomenología y el marxismo. Coinciden los dos, antes de la Primera Guerra Mundial.
además, con las dos etapas fundamentales en que cabría dividir El segundo gran tema, al que dedicaré la parte cuarta de
la historia de la creación y desarrollo de la fenomenología este trabajo, abarca precisamente los 20 años últimos de la vida
husserliana. En efecto, y sin detenerme en mayores matiza- de Husserl, situado ya en Friburgo, y como motivo básico se
dones, la obra de Husserl, del Husserl adulto, o maduro, del refieren al estudio de la función histórica de la fenomenología,
que hace ya fenomenología, comprende la producción de unos en concreto al análisis de las ciencias particulares y a la demos­
cuarenta años, de los que los veinte primeros —y utilizo cifras tración de que la crisis de las ciencias es una crisis de la hu­
redondeadas de cara a la transmisión pedagógica— están dedica­ manidad europea, crisis de la que la Guerra es el ejemplo mas
dos fundamentalmente a la puesta en marcha de los conceptos patético. El sentido de la historia y la fenomenología en la
filosóficos fundamentalmente de carácter epistemológico historia es el tema básico del Husserl de Friburgo, espoleado
propios de la fenomenología. En esta época de lo que se trata por la Gran Guerra.
es de fundar o dar sentido pleno a esa frase con la que hemos Así, frente a una primera época en la que Husserl se
encabezado este estudio, de que «la conciencia es el ser sabido». comprende como un filósofo que quiere hacer una epistemo­
Eso es el idealismo trascendental husserliano del que podemos logía, es decir, una correcta filosofía de la ciencia que supere la
hablar como del estudio concreto de la estructura concreta de epistemología psicologista, después de la Guerra la epistemo­
la subjetividad, como un ensayo de fundamentar la ciencia y logía, para cuya solución ha diseñado la serie de conceptos
el saber humano EN U N A FENOMENOLOGÍA DE LA N ATURA­ básicos de la fenomenología, asume un cariz muy distinto,
LEZA. Puesto que para Husserl «en la base de todas las demás preocupándose por analizar desde la raíz la crisis cíe la sociedad
realidades se encuentra la realidad material, por lo cual le europea. Lo que hace Husserl ahora es descender de la epis­
corresponde ciertamente a la fen om en ología d e la naturaleza temología a la historia real, pero CON LOS MISMOS CONCEPTOS
m aterial un lu ga r destacado»3. El estudio de la subjetividad es, que antes ha elaborado para la epistemología. Pues bien, visto
como veremos, fundamentalmente un estudio de la realidad Husserl de ese modo en estos dos grandes momentos, la
material dada en la experiencia y el estudio del mundo a partir comparación o confrontación con el marxismo nos ayuda a
de esa capa material que se identifica con la subjetividad. Este perfilar el sentido estructural de ambos aspectos. ^
primer período tendrá una prolongación inmediata, dada la Cabalmente uno de los autores mas brillantes y ademas
perspectiva adoptada en el punto de partida husserliano, en el pioneros en tratar el tema de la relación entre la fenomenolo­
estudio del carácter mtersubjetivo de la subjetividad. Si gía y el marxismo es Tran Duc Thao, en un libro cuyo resul­
observamos los escritos de Husserl, éstos son los temas que tado es precisamente la aparente obligación en que Tran Duc
desarrolla Husserl preferentemente antes de la Gran Guerra, Thao se ve de condenar a Husserl: «Las contradicciones inter­
antes, por tanto, de su ida a Friburgo en el Semestre de nas que comprobamos en la obra husserliana nos conducen a
su condenación» (1971, p. 17). Sin embargo, el libro de Tran
Duc Thao es posiblemente el primero que descubre en la feno­
3 Ideen I, Hua. HI, p. 375. Trad. cast., p. 366.
menología una diferencia entre la teoría filosófica husserliana
114 JAVIER SAN MARTÍN FENOMENOLOGIA Y MARXISMO 115

y la práctica fenomenológica. Es una pena que Tran Duc Thao práctica descriptiva en Husserl» (op. cit., 17). El primero de los
no haya profundizado en esta diferencia y justamente en virtud dos capítulos se titula «La dialéctica del movimiento animal
de ella crea que es preciso condenar la fenomenología. En otro como devemr de la certeza sensible».
lugar me he esforzado por mostrar en comentarios concretos Ese tema se refiere a la constitución del mundo que se
de textos45esta diferencia entre la teoría y la práctica fen o m en o ­ «revela asentada enteramente sobre los datos sensoriales,
lógica, diferencia, por otro lado, que el propio Husserl tema- kinestésicos y configuraciones sensibles tal como ellos se cons­
tizó en la diferencia, que he resaltado en mi segundo libro tituyen a un nivel propiamente animal». Ni qué decir tiene que
sobre Husserl3, entre la fen om en ología descriptiva, en la que se sobre esta primera capa que constituye el nivel estrictamente
ejerce la práctica fenomenológica, y la fen om en ología crítica, en humano que está mediatizado por la constitución del otro, y
cuyo primer diseño se fragua la filosofía o teoría fenomeno­ en el que se halla la cultura, el lenguaje y un sentido social que
lógica. Ahora bien, en la práctica fenomenológica o en la hace que esa realidad humana-animal, que es la base originaria
fenomenología descriptiva se pone a su vez en marcha una de nuestro mundo, sea una realidad social. Un poco más ade­
nueva teoría que posiblemente Husserl no llegó a sistematizar lante ampliaremos este punto.
con precisión, pero que, en mi opinión, es la que le va a per­ El segundo capítulo referido, en la terminología de Tran
mitir en la segunda etapa de su vida intelectual formular el Duc Thao, se titula «La dialéctica de las sociedades humanas
sentido histórico de la fenomenología. como devenir de la razón». Pues bien, en este título, en el que
Pues bien, estos dos aspectos, que en mi opinión es fácil bajo un ropaje hegeliano el propio Tran Duc Thao expone la
detectar en Husserl, ayudados además por la diferencia entre base de su materialismo histórico, se anuncia el tema funda­
la estancia en Gotinga, y antes en Halle, y en Friburgo, mental de la segunda parte de la vida husserliana, sólo que esta
separados además ambos períodos por la Guerra, responden dialéctica, sin ser hegeliana, es una teleología que se puede
también a los temas de dos capítulos fundamentales de la obra perder, es decir, frustrar; en este sentido la Gran Guerra ha
de Tran Duc Thao, ya en la parte que no estudia directamente demostrado el fracaso cultural de Europa en realizar esa teleo­
a Husserl, sino que pretende hacer una lectura hegeliana —a lo logía. Analizar las raíces de ese fracaso es una tarea ineludible
Kojéve— de Marx, si bien, como dice él mismo, en esa segunda del filósofo para indicar las vías de solución. También las pro­
parte se sitúa en el ámbito del materialismo dialéctico, aunque puestas husserlianas son en este punto similares o complemen­
retoma «allí algunos resultados técnicos de los análisis vividos, tarias de las de Marx, en la medida en que no piensa que la
pero solamente, en calidad de puros datos positivos y comple­ teleología —manifestación de la razón— sea algo pensable al
tamente liberados del horizonte filosófico que dominaba la margen de los individuos concretos, que por supuesto son
concretos y sociales, es decir, miembros de grupos, pero sin
que quepa tampoco disolver a los individuos en el grupo. Esta
4 Cfr. sobre todo mi obra La estructura d el m étodo fen om en ológica, UNED, propuesta de que el advenimiento de una sociedad racional se
Madrid, 1986, en el que trato de mostrar hasta qué punto la epojé depende hará realidad necesariamente a través de los individuos es la
de la teoría tradicional moderna de la representación.
aportación husserliana a Marx. Por su parte tampoco Marx se
5 Cfr. mi obra La fen om en ología com o utopía d e la razón, Editorial An-
thropos, Barcelona, 1987. diferenciará de Husserl, dado el carácter ilustrado de su pro­
116 JAVIER SAN MARTÍN FENOMENOLOGÍA Y MARXISMO 1 17

puesta. Con esto podemos pasar ya a especificar ambos mo­ realidad u objetividad tiene una legalidad propia, independiente
mentos de la fenomenología. de las contingencias u oportunismos funcionales o psicológicos;
mas la objetividad de cada uno de esos ámbitos está vinculada
a un modo propio de evidencia que lo caracteriza de modo
3. La prim era etapa de Husserl y la “estética trascenden­ absoluto, de manera que es impensable un modo de dación de
ta l” esas objetividades distinto. Un principio matemático sólo se
puede dar en el modo propio de captar una certeza matemá­
Vamos a centrarnos ahora en el punto primero de los tica. Esto es el aprion de correlación; la primera etapa de la
mencionados, y que se refiere a la primera parte de la vida de fenomenología no es sino el desarrollo de este apriori de
Husserl ya maduro, es decir, a esa parte en la que se formula, correlación.
a lo largo aproximadamente de unos 20 años más o menos, En Husserl este convencimiento antipsicologista se desa­
desde 1898 hasta 1916, el método fenomenológico como una rrolla inmediatamente en dos líneas muy importantes ambas:
epistem ología antipsicologista. Procuraré mostrar que el sentido por un lado tenemos un análisis del sujeto que es sujeto de esos
fundamental de la fenomenología de Husserl no es otro sino modos de dación de cada una de las objetividades y que no
el de dar pleno contenido a esa frase de Marx que hemos puede ser ya el sujeto fáctico-psicológico, que habría quedado
propuesto como encabezamiento: «La conciencia no es otra descartado, sino que tiene que ser un sujeto distinto, con unas
cosa que el ser sabido». relaciones con el mundo también distintas de las del sujeto
Lógicamente para mostrar esto con plena contundencia psicológico, empírico o fáctico; lo cual lleva a la reducción a la
necesitaría muchos rodeos que aquí no puedo emprender; por su b jetivida d trascendental, para la que ha de ser necesaria una
eso me contentaré con situar ciertos pivotes en el camino que actitud de epojé respecto a la actitud inmediata en que nos
nos orienten en la dirección en la que quiero ir, para poder vemos en el mundo; con lo que la reducción se convierte en
entender el significado de la estética trascendental husserliana, una operación en la que se pretende destruir lo que Karel
que constituye la propuesta de fundamento a su critica al Kosik llamará lo pseudoconcreto, sobre lo que está edificado el
psicologismo. Quiero advertir, por otro lado, que las cone­ psicologismo, situándome de ese modo en otra dimensión,
xiones a que voy a aludir no aparecen en Husserl directa­ aquella, a saber, que subyace a la realidad aparente de lo
mente, sino sólo desde cierta distancia. Precisamente la con­ pseudoconcreto.
frontación con Marx, con los temas propios del marxismo, La segunda línea antes mencionada y que cabalmente apa­
ilumina para horadar las apariencias y llegar a la estructura. rece en el momento en el que se fragua la anterior consiste en
Es sabido que la fenomenología empieza con dos puntos dar un contenido a esa dimensión, a esa subjetividad descubier­
básicos, la refutación del psicologismo como epistemología y ta por la reducción. Ese contenido va a ser un elemento deci­
el descubrimiento del aprion de correlación intencional; los sivo de la teoría husserliana, el más decisivo de esta época, su
dos tomos de las Investigaciones lógicas son el resultado de estética trascendental, que es el estudio de la base de toda la vi­
ambos puntos. De un modo sucinto diríamos que ambos da de la conciencia. El modo de llegar a ese nivel es mediante
aspectos se conectan de la siguiente manera: cada ámbito de una profundización de un punto ya descubierto en las Investí-
118 JAVIER SAN MARTIN FENOMENOLOGIA Y MARXISMO 119

gaciones lógicas, a saber, el carácter de dependencia que la esta estructura estética, por lo que subjetividad y conciencia no
“intuición categorial”, la evidencia de las verdades categoriales, son sino el mundo de la experiencia, y, por tanto, “consciencia”
matemáticas, etc. mantiene respecto a la vida perceptiva. Por no puede ser otra cosa sino “el ser sabido”. Si analizáramos
eso, a la vez que Husserl define el tipo de sujeto que se aquí las nociones de Marx sobre la naturaleza, veríamos que no
descubre con la correlación, investiga el contenido de ese es otra la versión marxiana de la relación del hombre y la
sujeto, así como la jerarquía de los diversos contenidos de ese naturaleza; hablar de otra naturaleza, de otro mundo que el
sujeto. Esto ocurre ya en la primera década del siglo. que se nos da en esta relación es imposible6.
Ahora bien, ese sujeto es ante todo un sujeto situado Una excelente introducción a esta estética trascendental
activam en te en un m undo sensible, un mundo, por tanto, que sería el trabajo de Landgrebe «La fenomenología de la cor­
se le da en unos campos sensitivos no pasivamente sino de un poreidad y el problema de la materia»7, así como el trabajo
modo activo, en concreto en la puesta en marcha de las anes­ «Das Problem der Teleologie und der Leiblichkeit in der
tesias, es decir, de los m ovim ientos corporales sentidos; así la Phánomenologie und im Marxismus»8, sobre todo el núme­
subjetividad es en primera instancia una con cien cia d e sen­ ro 2, en cuyos encabezamientos se resumen o citan los
saciones anestésicas, en las que actúo activamente y respecto a principios fundamentales de la estética trascendental y que
las cuales y en un orden pasivo, que sucede al margen de mi serían: 1) El moverse es la estructura más elemental de la
voluntad, suceden o aparecen las cosas del mundo, que están actividad humana. 2) La sensibilidad es «actividad sensible». 3)
sometidas, por tanto, al modo del “si ... entonces”, es decir, si Los conceptos del funcionamiento de la somaticidad son
yo hago entrar tales anestesias, por ejemplo, muevo la cabeza, conceptos trascendentales. 4) Las funciones de la somaticidad
entonces veré esto o aquello. se escapan a la alternativa espiritual-rnaterial, y yo añadiría,
El estudio o reflexión sobre esta estética trascendental que también se escapan a la alternativa de lo interior y
llevará a Husserl a redefimr la tan traída y llevada teoría del exterior.
conocimiento en términos nuevos, dado que en las reflexiones Es posible que alguno me pregunte en qué sentido es eso
anteriores se anuncia una nueva configuración de la relación una epistemología antipsicologista; pues bien, para Husserl en
entre lo inmanente y lo trascendente, con lo que se llena de esa estructura se diseña la noción de verdad y evidencia,
contenido aquella destrucción de lo pseudoconcreto a que antes nociones que ya no son de carácter psicológico contingente,
nos hemos referido, pues lo trascendente deja de ser un en sí sino absoluto y trascendental, de modo que esas nociones las
desconocido, para convertirse en ese ámbito correlativo de mis
cinestesias y que aparece unitariamente “porque” unitariamente
se dan también las cinestesias, tanto las de un sentido, como
6 Datos sobre la noción de naturaleza en Marx pueden verse en A.
todas las de los sentidos. Mas al decir esto estoy indicando que SCHMIDT, Der B egriff d er Natur in d er Lehre von K. Marx y en A. PAZANIN,
el mundo no es un mundo que esté más allá de mi alcance sino «Überwindung des Gegensatzes von Idealismus und Materialismus bel
que es el ámbito de mi experiencia perceptiva, ya que hablar Husserl und Marx», en WALDENFELS, BROEKMANN, PAZANIN, (eds.),
P hánom enologie und Marxismus, I, 1977, Suhrkamp.
de otro mundo es imposible. Por otra parte también se com­
7 En F enom enología e H istoria , 1975.
prenderá que ya no se puede hablar de conciencia al margen de 8 En P hánom enologie und Marxsismus, I.
120 JAVIER SAN MARTIN FENOMENOLOGÍA Y MARXISMO 121

llamo así para diferenciarlas de las categorías— diseñan el husserliana a tesis fundamentales de la reflexión marxiana. En
sentido de esa experiencia y, por tanto, del mundo y la efecto, un punto básico de la epistemología de Husserl es que
relación del ser humano al mundo. Esta relación no puede ser la vivencia de evidencia es básica para un conocimiento
pensada como la de una entidad en la que un influjo mecánico realmente fundado y que contra esa evidencia sólo otra
del mundo deposite unos signos o señales a partir de las cuales evidencia puede ser eficaz, sin que por ello la destruya, sino
se infiera la existencia del mundo, etc., dado que este tipo de que sólo la sitúa en su nivel. La evid en cia es fundam ento d e v er ­
interpretación siempre supondría previamente el marco de dad y eso es la racionalidad. Pues bien, esto no es atributo de
referencia. Precisamente esa estética trascendental constituye el un individuo sino de cualquier individuo humano. SER
marco de referencia, por lo que es a n terior o está supuesto en HUM ANO ES SER SUJETO RACIONAL EN ESE SENTIDO, es decir,
toda teoría d e carácter psicologista. tener la capacidad de evidencia y, por tanto, de argumentación.
También se podría preguntar cómo se compagina esta La razón es por su propia definición intersubjetiva.
teoría husserliana, que, como hemos visto, pone el énfasis en El haber empezado por la experiencia estrictamente
una concepción práctica de la experiencia, es decir, que concibe individual y por lo que con Tran Duc Thao hemos llamado
la sensibilidad como actividad, con la marxiana, que pone en filosofía o teoría fenomenológica —a diferencia de la practica
la base de la realidad humana la noción de trabajo; ¿es la praxis fenomenológica— le causó a Husserl numerosos problemas en
husserliana, la praxis perceptiva, equivalente en alguna medida relación a este punto, al querer mostrar que el sujeto trascen­
a la noción de trabajo, entendida ésta como el modo como el dental no era un sujeto aislado sino “necesariamente” un sujeto
ser humano se ‘produce’ y se ‘reproduce’? mtersubjetivo, que la subjetividad es intersubjetividad. La
En mi opinión la pregunta es muy ambigua, porque es mayor parte de los errores a la hora de entender a Husserl en
ambigua la noción misma de “ser humano”, puesto que sería este punto provienen de que no se acepta de antemano la
preciso distinguir si nos referimos al ser humano ontogenética­ estética trascendental husserliana, que implica que la sub­
mente, filogenéticamente o al ser humano en cuanto adulto. jetividad trascendental es un “cuerpo orgánico (Leib), que a la
En todo caso parece evidente que un niño no se relaciona él vez es un “cuerpo físico” (Kórper) y que, consecuentemente, es
mismo al mundo por “su” trabajo, sino por el trabajo de los un punto de cambio (Umschlagspunkt) de lo^ interior en
demás, lo que no obsta a que él constituya su subjetividad del exterior y lo exterior en interior, que ademas tiene una
modo descrito; en segundo lugar, es necesario tener en cuenta experiencia reduplicada de sí mismo en el recuerdo y en la
que el trabajo no es sino una prolongación precisamente de expectativa; que en el movimiento corporal/somático ha
esas cinestesias, que en el trabajo se enfrentan a la realidad constituido ya —como apriori material— un espacio en el que
concreta transformándola. se mueve y, por eso, está preparado para “percibir otros
Ahora bien, la pregunta supone que se ha respondido a cuerpos físicos que haya en el mundo, en su ámbito espacial,
otra cuestión, lo que hace Husserl también en esta primera como otras personas. Más aún, solo en la medida en que lo
etapa de fundamentación de una epistemología antipsicologista haga ESA SUBJETIVIDAD DE BASE ESTÉTICA SE ELEVARÁ AL
y que además es imprescindible en cuanto elemento esencial de CARÁCTER DE UN ‘YO’ , es decir, que genéticamente yo soy yo
tal epistemología. También en ese punto llega la reflexión sólo A TRAVÉS DEL OTRO. Todos estos temas los había resuelto
122 JAVIER SAN MARTÍN FENOMENOLOGÍA Y MARXISMO 123

Husserl fundamentalmente antes de ir a Friburgo. En concreto ir, porque todos los demás se remiten a él o toman de él su
los análisis más interesantes sobre estos temas proceden de los sentido9*. Absoluto quiere decir “lo desligado”, porque él
años 1914/15 y ahora están publicados.como números 8 y 9 mismo no es deducible, está siempre por debajo; en ese sentido
del tomo XIII de las obras de Husserl. es “trascendental absoluto”; la estética trascendental como
Husserl muestra en ellos que la condición para percibir contenido de la subjetividad, como la subjetividad trascenden­
otras personas es el ser un Leib, el tener yo un cuerpo orgánico tal es absoluta y es el último y, por ello, el verdadero funda­
que es también un cuerpo físico en el mundo. De no ser así no mento. Como dice Enzo Pací: «Absoluto no está aquí en vea,
podría percibir a los otros. Ahora bien, teniendo un cuerpo de metafísico: el yo de que habla Husserl es 'absoluto’ porque
somático/físico, el movimiento, que es, como sabemos, un de hecho no podemos comenzar más que de nosotros mismos»
trascendental, hace que tengamos de antemano una imagen de (1968, 35). Lógicamente, la primacía gnoseológico-epistemoló-
nosotros mismos como puro cuerpo, como un cuerpo como gica de la propia subjetividad —vista ella misma desde sí misma
el de los otros. De antemano somos, pues, seres sociales. Las
como intersubjetividad— no implica en absoluto una primacía
dificultades husserlianas no proceden sino de la teoría fenome-
óntica, aunque, por supuesto, sí la supone ontológica, y ahora
nológica. El contenido efectivo de la misma, su práctica, como
dice Tran Duc Thao, supera ese problema. en sentido heideggeriano.
Para terminar esta tercera parte, quiero señalar aún un Pero tanto lo uno como lo otro, es decir, la primacía
punto. Supongamos que tanto en la estética trascendental ontológica y gnoseológica, imponen al mundo humano —in­
como en esta consideración de que el ser humano es un ser dividual y social—un rango insustituible, por lo menos cuando
social se acerque Husserl a Mano Sin embargo, Husserl habla hablamos de cosas humanas, de modo que olvidar en cuestio­
de que la subjetividad trascendental es absoluta, con lo que nes de fundamento el punto de partida de la subjetividad
parece adherirse a un lenguaje de la tradición filosófica que en absoluta individual implicaría no ser radical. En este sentido la
ningún caso podría ser asumido por Marx. Empecemos advir­ perspectiva fenomenologica va a suponer un punto de partida
tiendo o recordando la cautela metodológica exigida al prin­ muy importante para la reconsideración política del marxismo,
cipio, según la cual todos los términos husserlianos toman su una vez situados en la segunda etapa que antes he anunciado
sentido de la propia fenomenología. Segundo, ahí se anuncia de la obra de Husserl y que a partir de ahora será el tema
un punto crítico, que autores como Vajda lo mencionan ex­ básico.
presamente y que obligarían a hacer una lectura fenomenoló-
gica de Marx.
En primer lugar, ‘absoluto’ no tiene ninguna connotación
ontológica, sino gnoseológica-epistemológica: en una teoría
sobre fundamentos de la ciencia antes o después hay que llegar 9 Cfr L. LANDGREBE, op. c i t 1977: «Es ist danach klar, dass diese Absolut-
a un punto de partida infundado, más allá del cual no podemos heit nicht im Sinne des “Absoluten” der neuzeitlichen Metaphysik verstan-
den werden darf... Demgegenüber ist festzuhalten, dass es die Bezeichnung der
G renze ist, an die tranzendentalphilosophische Reflexión stosst und die für
sie unübersteiglich ist», p. 87.
124 JAVIER SAN MARTÍN FENOMENOLOGÍA Y MARXISMO 125

4. Husserl y el sentido de la “historia” por superar, son de un alcance muy superior, en la medida en
que no son sino síntomas de una enferm edad de la cultura
Hemos visto en la parte anterior los elementos fundamen­ europea, y en la medida en que la cultura europea, o algunos
tales de una epistemología fenomenológica antipsicologista, elementos de la cultura europea, parece ser un modelo al que
cuya formulación seria el objetivo global de Husserl de antes todos los grupos tienden de un modo u otro; la crisis de la
de la Gran Guerra, durante aproximadamente los 20 años que cultura europea que la Gran Guerra puso al descubierto es una
dura la puesta a punto del método fenomenológico. En ese crisis de la humanidad entera. A raíz de esa constatación se
período Husserl ha utilizado la fenomenología tanto desde una inicia un nuevo camino de investigación, que, empezando por
perspectiva teórica como desde una perspectiva crítica. La lo primeros años 20, terminará en el texto fundamental de
crítica la ha llevado al terreno fundamentalmente epistemo­ Husserl, La crisis de las ciencias europeas.
lógico, criticando la psicología, primero como ciencia funda­ A este respecto es importante tener presente esta trayec­
mental, en las Investigaciones lógicas, y después en cuanto toria, por cuanto sólo desde ella se capta el sentido de la
ciencia psicológico-experimental, en La filosofía com o ciencia fenomenología, siendo preciso rechazar la falsa opinión de que
estricta, puesto que una psicología que no parta del reconoci­ Husserl sólo espoleado por Heidegger, primero, y por el acoso
miento de la peculiaridad de lo psicológico, de lo que Husserl nazi, después, iniciaría su reflexión histórica. En mi opinión
llama por esos años, 1912 (Mn. B II 19), la distintió phaenom e- ésta sería una completa malinterpretación de La crisis y que no
nológica, necesariamente tiene que operar con una con cien cia tiene otro fundamento sino la consideración del año en que fue
cosificada. Sin embargo, en esta primera época Husserl no saca escrita, sin tener más referencias que el hecho de que Husserl
ninguna consecuencia crítica respecto a la cultura, ni apenas se alguna vez aluda a algún término heideggeriano. A mi entender
preocupa por la historia, si bien en el mismo escrito en el que lo que define la tarea husserliana fundamental de los años 20
se habla de la cosificación de la conciencia, escrito por supues­ es el ensayo husserliano por captar el sentido de la modernidad
to conocido por Lukács10 y que plausiblemente influyó en la como una profundización de la idea fundacional de Europa a la
redacción de H istoria y conciencia de clase, en ese mismo escrito vez que como una peligrosa distorsión, que también se con­
se rechaza también el historicismo como un sistema incapaz de suma en la modernidad, de la idea de racionalidad y de vida
leer en esa historia, que el historicismo eleva al máximo lugar, desde la razón libre, que también definía el proyecto europeo.
un sentido o una teleología de acuerdo con la cual podamos En esos años se esfuerza Husserl por conectar la fenomenolo­
juzgar las etapas del desarrollo histórico. Sin embargo, aún no gía que ha definido antes de la Guerra con los análisis de la
aplica Husserl la problemática global de la fenomenología a la modernidad; y esto ocurre ya a principios de la década, en
Historia de la Humanidad. Habrá que esperar al impacto de la 1922, y por supuesto en el texto de las lecciones sobre Erste
Gran Guerra para que Husserl comprenda que los errores Philosophie de 1923/2411.
epistemológicos que ha denunciado, y que estaba esforzándose

11 No suele ser muy usual esta visión del segundo Husserl, si bien hace ya
10 Me refiero a La Filosofía com o cien cia estricta. años que Landgrebe la comenta, quizás por primera vez en 1974, (cfr. 1982,
126 JAVIER SAN MARTIN - FENOMENOLOGIA Y MARXISMO 127

Basten estas indicaciones para una orientación crítica sobre La frase aparece en La crisis y es fundamental; dice «Blosse
el sentido de la obra de Husserl. Pero ¿en qué va a consistir la Tatsachenwissenschaften machen blosse Tatsachenmenschen»,
aportación fundamental husserliana en estos años y ya sobre «ciencias de sólo hechos hacen hombres de sólo hechos»13.
todo en La crisis de la ciencias europeas y que sea relevante para Fundamentalmente a la interpretación de esta lapidaria frase,
nuestro tema, la comparación con el marxismo? en el sentido antes mencionado, estará dedicada esta cuarta
En la parte anterior, en la que he tratado de destacar el parte.
sentido de la estética trascendental como una epistemología En primer lugar quisiera dejar sentado que de lo que ahora
antipsicologista, he procurado exponer un tema o concepción se trata no es tanto de recopilar la noción de historia e histo­
d el conocim ien to que sería necesario para la filosofía marxiana-, ricidad en Husserl como de situarse ya en un nivel político o
por eso he propuesto como encabezamiento del sentido de esa soció cultural. ¿Por qué es preciso hacer esa matización?
parte una frase de Marx. Los análisis de Marx deben ser Cuando se dice que Husserl no ha temdo en cuenta la historia
completados por Husserl, pues Marx no podría «dar una no se acostumbra a distinguir la historicidad individual de la
respuesta definitiva —utilizando los conceptos operativos de historia de la especie. En la primera época la puesta a punto
que disponía en virtud de la tradición filosófica—a la pregunta del método implicaba la fundamentación de la historicidad de
de qué sean verdaderamente las relaciones de producción de la la conciencia. Cada individuo es un ser histórico, pues lleva en
sociedad humana»12; eso sólo sería posible desde un análisis sí una historia. Justamente esta característica la había expuesto
fenomenológico en el que mediante la reducción hemos llegado Husserl en las Ideen II, cuando dice en la página 137 que ésa es
a un nivel que no es ni naturaleza ni espíritu, porque la la diferencia entre las cosas y los seres anímicos; mientras
realidad originaria trasciende los conceptos de la metafísica. aquellas pueden repetirse, los seres humanos no lo p u e d e n ,
Ahora vamos a intentar algo opuesto: en la consideración porque la conciencia no puede sino alterarse en el trascurso
de la historia Husserl debe ser com pletado p o r Marx, precisa­ histórico. Frente a las cosas «a la esencia de la realidad aním ica
mente porque los análisis de Husserl son limitados; pero para pertenece el que de un modo principal no pueda volver el
indicar que en sí mismos son perfectamente válidos, iniciamos mismo estado total»; por tanto, al ser anímico pertenece la
esta parte con un texto husserliano plenamente legítimo para irreversibihdad.
toda la tradición marxiana y cuya comprensión es en primer Desde el momento en que además cada realidad anímica
lugar imprescindible para entender esta segunda etapa de la no es un ser aislado smo social desde su propia raíz, pues ya
obra de Husserl, pero que a la vez, y en segundo lugar, es sabemos que toda subjetividad es mtersubjetividad, aquella
necesario complementar con los análisis marxianos. historicidad que caracteriza al ser humano es una historicidad
que se extiende o constituye en la unidad y diversidad de las
generaciones, si bien siempre a partir de la historicidad de la

p. 56) y posteriormente en el trabajo para el Seminario que ya hemos citado


P k dnom enologie und Marxismus, cfr. LANDGREBE, 1977, 25.
12 LANDGREBE, F enom enología e historia, p. 141. 13 Hua. VI, p. 4.
128 JAVIER SAN MARTÍN FENOMENOLOGIA Y MARXISMO 129

realidad originaria de cada uno que está inmersa en un con­ ambas se aplica la crítica fundamental de Husserl a la ciencia,
texto generacional14. en la que se detecta o se resume su crítica a la modernidad.
Ahora bien, el problema no es este carácter histórico de El núcleo de esta crítica radica en que según ella en las
la conciencia, sino la posibilidad de fundar, legitimar o des­ ciencias se ha perdido el ideal de racionalidad que las animaba
cubrir una trayectoria, una línea, una orientación o sentido de y que define tanto a la cultura filosófica griega como a la
la historia como historia de la humanidad. Precisamente éste fundación de la modernidad, a cambio de un ideal de mero
es el tema de la segunda etapa de la fenomenología, algunos de control de las relaciones que existen entre los hechos para
cuyos puntos es preciso destacar, aunque sea en rápidas pince­ poder controlar a su vez a los hechos mismos, al poder prever
ladas. su curso. La racionalidad científica de la modernidad es, pues,
La aproximación husserliana a la historia de la humanidad una racionalidad de sólo cálculo y hechos, o si se quiere, de
empieza por la tematización de la cultura europea, del sentido medios. Así las ciencias que eran ramas de la filosofía, que
de la cultura europea tal como se diseña en Grecia. En segundo estudiaban sus ámbitos de saber fundadas en una intención
lugar, sigue con el estudio de la modernidad en la doble pers­ filosófica de conocimiento racional, es decir, con medios
pectiva de desarrollo de esa cultura filosófica alumbrada en propios de los hombres, de los diversos ámbitos de los seres,
Grecia y de la perversión de la misma. En tercer lugar, es un se han convertido en la Edad Moderna en meras técnicas de
ensayo de fundamentar la necesidad de la fenomenología a detección de correlaciones causales entre hechos, convirtiendo
partir de problemas concretos producidos por la misma his­ —y esto es lo grave— ese m odelo en el m odelo de todo saber, y,
toria moderna. Estos dos últimos puntos llevan a estudiar la consiguientemente, su racionalidad en prototipo de toda raciona­
relación entre las ciencias y el sujeto o subjetividad que las lidad. Las ciencias han adoptado el criterio de que sólo deben
produce. Esta tarea la realiza Husserl de modo preferente con ser ciencias de hechos, porque el mundo es el conjunto de los
tres ciencias o saberes: con la lógica, fundamentalmente en hechos.
torno a los años 19/20, años de los que proceden los manus­ Ahora bien, esta imagen de la ciencia, que es el rasgo
critos que están en la base de Experiencia y Juicio; la psicología, típico de la modernidad y que termina por apoderarse de
siguiendo la tradición crítica anunciada ya en la primera época, Europa en el siglo XIX, im plica a su vez una im agen del
actitud crítica que se agudiza y profundiza en la última obra, hom bre, que tiene profundas consecuencias. Pues como dice
en La crisis. Y en tercer lugar, las ciencias físico-matemáticas. Husserl, ciencias de sólo hechos o meras ciencias de hechos
Desde una perspectiva histórico-social interesa fundamen­ harán hombres de sólo hechos o meros hombres de hechos. La
talmente tanto el estudio de la psicología, continuación del razón, la verdad, la evidencia es un hecho más entre los
iniciado al principio de la fenomenología, que sigue en el diversos hechos, sin más necesidad que la de un hecho cual­
artículo de Logos y que ocupa muchas páginas y Vorlesungen quiera.
de la década de los 20, como el estudio de la física, pues a Este es el primer diagnóstico de Husserl de la crisis de la
modernidad; en realidad podríamos decir que tal diagnóstico
está implícito en las certeras páginas de La idea de la fen o m en o ­
14 Cfr. LANDGREBE, 1977, p. 94. logía de 1907; pero allí no se aplicaba a considerar ese diagnós­
1 30 JAVIER SAN MARTIN FENOMENOLOGÍA Y MARXISMO 131

tico como propio de la Edad Moderna, como lo hará ahora. ejemplo, las opiniones de lija Srubar; según éste en la utiliza­
Pero en realidad ése no es más que el resultado final del diag­ ción de conceptos husserhanos en el marxismo sería necesario
nóstico. Cuando Husserl se propone estudiar la etiología de esa prescindir de la consideración trascendental (c/r. 1978, 177), ya
situación utiliza el método genético, arqueológico, para des­ que en el mejor de los casos la fenomenología trascendental, es
cubrir las operaciones subjetivas que subyacen a la ciencia, del decir, una filosofía en la que se tome el L ebenswelt sólo «desde
mismo modo como lo había hecho con la lógica, descubriendo, las consideraciones trascendentales de la subjetividad operativa
así, que el mundo de la física no es sino el resultado de las (leistende), como es el caso de Husserl» sólo sería «una prueba
idealizaciones producidas por el sujeto, al sistematizar las intuitiva de la alienación total que surge de la conexión de la
figuras que se delinean en el mundo de la vida, y la ontologiza- fenomenología a la clase burguesa de la que es ideología» (op.
ción de la ampliación del sistema causal ordinario del mismo cit., 173), tal como pensaba ya el Lukács de El asalto a la
mundo, ampliación que se logra mediante la matematización razón. A mi entender el proyecto crítico de la fenomenología
indirecta de las cualidades sensibles. Este mundo ordinario, el tiene mucho mayor alcance que el que pueda corresponderle
mundo de la vida, queda siempre olvidado en la física, a pesar por haber descubierto o tematizado el concepto de L ebenswelt,
de ser el único mundo sólo en relación al cual la ciencia tiene que obviamente puede, es y debe ser utilizado en las ciencias
sentido. humanas. En este sentido creo que también tiene razón Wal-
Habitualmente se ha creído que como salida o solución a denfels al reprochar a Schütz —de quien por cierto depende
la crisis de la cultura europea Husserl propone la vuelta al lija Srubar—, el olvidar el proyecto crítico husserliano15.
m undo olvidado de la vida, sin que se explique qué puede eso Pero entonces, ¿cuál es el sentido de la vuelta al mundo de
significar en cuanto a una propuesta política. Ésta es ahora la vida? Hemos empezado enunciando que esa reducción o
nuestra tarea: explicar en qué sentido ese diagnóstico de vuelta al mundo de la vida la emprende Husserl en una
Husserl, realizado en o desde el campo de la fenomenología, intención crítica de la modernidad, que se caracteriza por la
es a la vez una propuesta política, y en qué medida esa pro­ insistencia en considerar que la razón se reduce al cálculo y
puesta debe ser completada por el análisis de Marx; o si se que el mundo está constituido por la más radical positividad.
quiere, cómo el análisis de Marx se inserta en el análisis Esta postura implica, como dice Husserl, una sim ultánea
husserhano. reducción de los sujetos de la ciencia a hechos en el m undo. La
En este sentido es preciso dar un paso más, manifestando contrapartida de la ciencia natural que se olvida de su génesis
que las opiniones de que lo fundamental de este Husserl está es una imagen del hombre correlativa, un ser humano consti­
en la propuesta anunciada de la necesidad de volver al mundo tuido él m ism o p o r un haz de relaciones, p o r un conju n to de
de la vida, como si la fenomenología no implicara nada más, hechos.
suponen, a mi juicio, un desconocimiento del significado pro­ Así la crítica husserliana de la modernidad implica una
fundo de la fenomenología; en este caso se halla la recupe­ crítica de la imagen moderna del hombre, crítica que, por otro
ración y utilización de la noción de L ebenswelt en. las ciencias
humanas, tal como se hace, por ejemplo, en la Escuela de
sociología comprensiva, inspirada por Alfred Schütz. O, por 15 Cfr. WALDENFELS, 1978, p . 23 s.
132 JAVIER SAN MARTIN FENOMENOLOGÍA Y MARXISMO 133

lado, es la misma que aparece en el artículo ya citado de la de sentido que se producen en la física galileana? De cualquier
Revista Logos, de 1910/11. El olvido de la génesis a partir del modo, lo que no se podría decir es que la imagen del hombre
mundo de la vida, con el olvido de la subjetividad, de las que implica esa situación epistemológica, se convierta sin más
operaciones subjetivas que subyacen a la ciencia, y que son, en mediación en una situación real.
cuanto portadoras del sentido de verdad y evidencia, las únicas Y es cierto que, como dice Vajda, es decisivo en la crítica
que dan sentido a la ciencia, para sustituir esa noción de social llegar a la crítica de la imagen del hombre que le subyace
subjetividad por la de un sujeto pasivo que está enfrentado a (1978, 115); pero a ser posible, es necesario también seguir
un mundo hecho en sí, al que también pertenece el ser hu­ todos los caminos en que esa imagen puede ser eficaz o incluso
mano mismo como una más de sus determinaciones, implica los caminos en que puede realizarse. Y aquí veríamos tanto la
la consideración de la conciencia o de la vida subjetiva como limitación de Husserl como lo que tiene de modélico. En
un hecho más del mundo, como una cosa más, en el mismo efecto, no parece que tengamos evidencia de que el tipo de
sentido en que la psicología psicofisiológica experimental noción de objetividad de la física haya producido una cosifica-
considera a la conciencia. ción real de la conciencia. Sin embargo, el modelo husserliano,
Este es precisamente el sentido de aquella frase: si no hay que en todo caso nos puede orientar en torno a una dirección
más que ciencias de hechos, sólo podremos pensar en hombres asumida por la modermdad, es un excelente modelo de los
de hechos. Mas en ese caso la Historia no tiene absolutamente análisis de Marx sobre la economía política, que, ella sí que
ningún sentido, lo que significa que en ella no podemos señalar trata expresamente con seres humanos reducidos a puros
ninguna orientación, ningún progreso de ningún tipo, ni hechos, en concreto a fuerza de trabajo, no haciendo en cuanto
ningún ideal que tenga el más mínimo sentido legitimabie. ciencia sino reflejar la realidad misma social en la que los seres
Ahora bien, Husserl considera en la primera etapa que la humanos son tratados como pura fuerza de trabajo. La cosi-
subjetividad es el lugar de la evidencia y de la razón; que el ser ficación, la verdadera cosificación, no se da en la teoría, en las
humano en cuanto subjetividad trascendental es un ser racional ciencias físicas, sino en la realidad económica, en el capitalis­
y que la ciencia no es sino una operación en la que actúa y mo, cuya ciencia era la economía política.
debe actuar la subjetividad en cuanto racional. La fundación de Y ahí es donde Marx entra aplicando a la economía polí­
una epistemología antipsicologista no tenía otro sentido. Pues tica un método semejante al que Husserl aplica a la física: se
bien, el sentido de la crítica de Husserl a la ciencia moderna es trata de descubrir por detrás de una realidad aparente, por
un ensayo de descubrir la genealogía del ocultamiento de la detrás de unos conceptos petrificados, la realidad que los nutre
subjetividad humana en la historia de la modernidad, mostran­ y sólo en la cual tienen sentido. El análisis de la mercancía que
do que la conversión del ser humano en un hecho es lo que en su aparecer de cosa, cuando es trabajo humano objetivado,
produce la crisis de la modernidad. oculta la realidad humana; o el análisis del capital, de las
Ahora bien, con esto ¿está dicho todo?; porque sí nos nociones de renta o interés, etc., desbloqueándolos de la apa­
quedamos ahí, ¿tendríamos que decir que la crisis de la riencia de objetividad, para descubrir tras ellas la vida real y
modernidad, con el olvido del Lebenswelt, se produce tal como que no es sino la de unos explotados, convertidos en pura
Husserl la piensa, sólo o en absoluto por los desplazamientos fuerza de trabajo, y unos explotadores, que ademas se han
134 JAVIER SAN MARTIN FENOMENOLOGÍA Y MARXISMO
135

apropiado del Estado, como la estructura política que garantiza historia a partir de la cual podemos hablar nosotros de histo­
su situación de privilegio. ria, es efectivamente, como dice Landgrebe (1977, 98): «nuestra
De ese modo el análisis de Marx resulta imprescindible historia», la de los pueblos europeos «que han producido un
para encontrar la clave de la realización de la imagen del estilo de ciencia y cientificidad en el que está fundada la
hombre moderna que opera en la ciencia. Ese análisis, como lo pretensión de dominio sobre todos los procesos de la tierra y
ha demostrado Enzo Pací, en su conocido trabajo Función de el pensamiento de una dirección planificada de los destinos de
las ciencias y significado del hombre, o, por ejemplo, Vajda, en la humanidad por la tecnificación y en ella por la ciencia. Con
su claro trabajo «La crítica de las ciencias de hechos en Lukács los pasos de la realización de esta pretensión, todas las otras
y Husserl», es de carácter muy parecido al de Elusserl, ya que culturas del mundo, las culturas desarrolladas, así como las que
su objetivo inmediato es mostrar el mundo real de la vida que viven en una constitución arcaica, han sido incluidas en un
subyace a las idealizaciones y abstracciones de la ciencia. La suceder en sí mismo interdependiente, con lo que se ha
diferencia importante creo que sería que en el caso de la física convertido en realidad la idea de una historia mundial de la
se mostraría que la concepción de la física es el correlato de humanidad».
una im agen distorsionada del ser humano, mientras en el caso Es decir, existe ya UNA historia y en ella está marcado UN
de la economía política se trata del reflejo —científico— de una sentido; en realidad ese sentido, esa orientación asumida por la
realidad distorsionada del ser humano, que por otro lado historia de la humanidad, es el que está en crisis y a él se
cumple aquella imagen promocionada por la física. Esto nos refiere Husserl. Según la fenomenología, el sentido no adviene
lleva precisamente a confesar la enorme semejanza y confluen­ a la historia desde fuera, por ninguna astucia de la razón, sino
cia de motivos que Vajda descubre entre el principal trabajo de que se ha configurado en la propia historia. Ahora bien, para
Lukács en Historia y conciencia de clase, «La cosificación y la Husserl ese proceso hacia la constitución de una historia del
conciencia del proletariado»16, y los análisis husserhanos. mundo no es sino el resultado final del alumbramiento de la
Con esto ya sólo me queda tocar un punto posiblemente filosofía en Grecia, momento en que efectivamente se inicia
decisivo, aunque sólo me quepa aquí mencionarlo. ¿Cuál es la una nueva etapa de la humanidad y cuyo sentido es el proyec­
solución propuesta a la crisis? ¿Difieren las propuestas husser- to de una vida racional, libre, es decir, una vida que encuentra
liana y marxiana, si no nos atenemos a las manifestaciones sus normas en sí misma, en la propia comunidad libre. La vida
inmediatas sino al significado profundo? ¿Qué interés puede humana consecuente con la filosofía es una vida aus fr eier
tener en este contexto el mantener la comparación entre Vernunft. La ciencia es un desarrollo de este telos que se fundó
Husserl y Marx? en Grecia.
Empecemos con la reflexión de que la historia que se cons­ La universalidad inherente a esa idea se ha realizado, pero
tituye como unidad en la vida de cada uno, en su generación, en el contexto de la perversión moderna de la misma, ya que
en el conjunto de las generaciones que conviven y que es la el objetivismo de la ciencia moderna ha arrastrado a la Historia
de la humanidad por un camino sin salida. La propuesta
husserliana se engarza ahí, en la reflexión necesaria para
16 C fr. V a jd a , 1979, 46 ss. recuperar la verdadera orientación del sentido en que surgió la
136 JAVIER SAN MARTÍN FENOMENOLOGIA Y MARXISMO 137

filosofía griega. La conversión filosófica es imprescindible para una herencia hegeliana1' que ha llevado a una filosofía en la
resolver la crisis en la medida en que de ese modo se supera la que el individuo concreto desaparece en favor de la colectivi­
objetivación o cosificación de los hombres implícita o corres­ dad.
pondiente a la noción de racionalidad propia de la ciencia Desde esta perspectiva la crítica radical de la propuesta
moderna. hegeliana y la noción de historia que la fenomenología supone,
Y de nuevo aquí y en el mismo sentido en que vimos la me parece un correctivo imprescindible en el marxismo, con
limitación del análisis husserliano sobre la realización de la indudables consecuencias políticas y con una considerable carga
cosificación, también ahora nos aparecen los límites de su crítica de los modos en que el marxismo ha tratado de reali­
propuesta, por lo menos en la medida en que la consideremos zarse en la historia.
autosuficiente. Mas en mi opinión eso sería una distorsión de
la actitud misma husserhana, que siempre vio en la fenomeno­ BIBLIOGRAFÍA CITADA
logía propuestas y métodos para pensar y que sólo en comu­
nidad con otros pensadores pensaba que se podía llegar a algún LANDGREBE, L.
término, si bien siempre de un modo provisional. En efecto, (1968): El cam ino de la fenom enología, Editorial Sudamericana.
(1975): Fenomenología e historia, Monte Avila Editores.
Husserl no propone como salida única de la crisis la reflexión; (1977): «Das Problem der Teleologie und der Leiblichkeit in der
más bien yo diría que la reflexión es imprescindible. Y aquí Phanom enologie und ¡m Marxismus», publicado en WALDENFELS,
sería necesario el análisis de Marx, que será necesariamente BROEKMANN, PAZANÍN, tom o 1, pp. 71-105.
complementario. Del mismo modo que la imagen del hombre (1982): Faktizitat und Individuation, Félix Meiner Velag, Hamburgo.
implicada en el objetivismo moderno se hace realidad por el N aville , P.
capitalismo, tenemos que decir que el ideal de la historia, que (1946): «Marx ou Husserl». en La R evue intemational.
estaríamos de acuerdo en conceder que es la realización de N e ri , G. D.
«una comunidad de hombres libres», sólo puede hacerse real si (1970) : Praxis y conocim iento, Editorial Tiempo Nuevo.

se eliminan las condiciones que realizan la cosificación de las P a c í , E.


(1968): Función de las ciencias y significado del hombre, F.C.E, México.
personas y que inversamente personifican a las cosas. En este
Original italiano, 1963.
sentido las propuestas válidas son las marxianas.
PAZANIN, A.
Pero no se debe olvidar una cosa que me parece impor­ (1977): «Uberwindung des Gegensatzes von Idealismus und Materialismus
tante; el sentido de la historia depende de la misma historia y bei Husserl und Marx», en WALDENFELS, BROEKMANN, PAZANIN, tomo
no está diseñado de antemano; mas ésta no puede tener otra 1, pp. 105-127.
realidad que la de los individuos en su intersubjetividad. La SCHMIDT, A.
reflexión es imprescindible, mas el anclaje ineludible de la (1971) : Der B regriff der Natur in der Lehre von Marx, Europaische
misma es la individualidad, cada individualidad. Todo olvido Verlagsanstalt, Frankfurt.
de este mensaje de la fenomenología implicaría una distorsión
y una imposibilidad de cumplir los objetivos. En este sentido
estaría de acuerdo con Landgrebe cuando descubre en Marx
17 Cfr. L a n d g rebe , 1975, 131 ss.
138 JAVIER SAN MARTIN

S a n M a r t ín , J.
(1986) : La estructura del m étodo fen om en ológico , UNED, Madrid.
(1987) : La fen om en ología de Husserl com o utopía de la razón, Editorial
Anthropos, Barcelona.
SRUBER, I.
CAPÍTULO IV
(1978): «Konstruktion sozialer Lebens-Welten bei Marx», en WAL-
DENFELS y otros, tomo 3, pp. 170-207. E ST R U C T U R A Y F U N C IÓ N
Tran Du c Th ao . DE L A FE N O M E N O L O G ÍA DE H U SSE R L1
(1971): Fenomenología y m aterialismo dialéctico, ed. Nueva Visit *
Buenos Aires, Original Francés, '1951, '1971.
VAjDA, M. En primer lugar quisiera agradecer al Prof. Werner Marx
(1978) : «Phanomenologie und biirgerliche Gesellschaft», en WAL- la amistosa acogida que me ha dispensado en el Archivo Hus­
DENFELS, y otros, tomo III, pp. 115-145. serl de Fnburgo, así como la autorización que me ha dado para
(1979) : «Die Kritik der Tatsachenwissenschaften bei Luckács und consultar manuscritos inéditos de Husserl. Igualmente quiero
Husserl», en WALDENFELS y otros, tomo IV, pp. 46-75.
agradecer a los colaboradores del Archivo, Sra. Sabine Móders-
WALDENFELS, B. heim y Sres. Sepp y Noor, que no sólo me ayudaron en todo
(1978): «Im Labyrinth des Alltags», en WALDENFELS y otros, tom o 3,
momento sino que me regalaron con su amistad. Por fin quie­
pp. 18-44.
ro agradecer a la Umversidad de Fnburgo que me ha concedi­
WALDENFELS, B., BROEKMANN, J. M ., PAZANÍN, A. (eds.)
(1977): Phanom enologie und Marxismus, tomo I: Konzepte und Methode,
do el honor de hablar en el mismo lugar donde Husserl llegó
Suhrkamp Verlag, Frankfurt. a la madurez filosófica, a aquella madurez filosófica en la que
(1977) : Phanom enologie un d Marxismus, tomo II: Praktische Philosophie, aflora la función político-antropológica de la fenomenología.
Suhrkamp Verlag, Frankfurt. En este momento se me agolpan muchos pensamientos
(1978) : Phanom enologie und Marxismus, tomo 3H: Sozialphilosophie,
sobre mi vida, sobre la historia de nuestros dos países, sobre
Suhrkamp Verlag, Frankfurt.
(1979) : Phanom enologie und Marxismus, tomo IV: Erkenntniss- und
aquel fenomenólogo cuyas conferencias en Alemania causaban
Wissenschafstheorie, Suhrkamp Verlag, Frankfurt. gran sensación y que fue él mismo recibido por Husserl como
un buen amigo12. Me refiero a José Ortega y Gasset, que

1 El texto de este capítulo es la traducción de la conferencia pronunciada


en el Archivo de Husserl de Fnburgo de Bnsgovia en jumo de 1989 y que
con otro encabezamiento fue leída en el Tercer Encentro Nacional de
Fenomenología, en la Academia de las Ciencias, de Buenos Aíres y que acaba
de ser publicado en Escritos d e Filosofía, N. 21-22, año XI, Buenos Aires, pp.
44-66. ’ *
2 La hija de Ortega y Gasset, Doña Soledad Ortega, le contó al autor como
prueba de la amistad de sus padres con Husserl, que su hermano Miguel se
alojó en casa de Husserl, cuando llegó a Fnburgo a estudiar medicina.
140 JAVIER SAN MARTÍN ESTRUCTURA Y FUNCIÓN DE LA FENOMENOLOGÍA 141

quizás ha sido el que mejor, y en todo caso el que primero etapa de Gotinga y por fin La crisis de las ciencias europeas
entendió la función política de la fenomenología; lo que por presenta la última producción de Husserl, con la que da cima
otro lado no le impidió mostrar muy temprano las dificultades a su tiempo de Friburgo.
que estaban adheridas a las expresiones de Husserl. Si queremos comprender la fenomenología de Husserl, de­
Con esto puedo ya entrar en mi tema. Voy a dividir la bemos tomar estas tres obras como un conjunto. Obviamente
conferencia en cuatro secciones. En la primera esbozaré los no podemos ni siquiera acercarnos a esto en una conferencia.
límites de mi objetivo, así como la metodología de interpre­ Pero con esta anotación quisiera llamar la atención sobre la
tación que quiero seguir; en la segunda expondré la estructura unidad de la fenomenología de Husserl, con lo que rechazo
de la fenomenología; la tercera sección la dedicaré al estudio de con decisión aquella interpretación de Husserl que no reconoce
la función; por fin, en la cuarta sección expondré lo que llamo la unidad de estas tres obras e insisten en que han de ser com­
el principio de la fenomenología. prendidas como tres etapas separadas de la vida de Husserl.
En mi opinión si no se plantea la pregunta por la FUN­
CIÓN de la fenomenología, no se consigue una visión de la
fenomenología como unidad; pues en ese caso se considera la
1. Objetivo, límites y método de interpretación estructura conceptual de las Investigaciones lógicas distinta de
la de las Ideas, puesto que en esta obra aparecen conceptos
Es difícil, si no imposible, proponer todavía temas que se nuevos que no se pueden encontrar en las Investigaciones ló g i­
refieran a la totalidad de la fenomenología. Frecuentemente se cas-, e igualmente en La crisis surgen los conceptos por ejemplo
sospecha que ya está dicho todo bien sobre la fenomenología del L ebenswelt y de la historia que no se hubiera podido adi­
de Husserl como conjunto o como totalidad, bien sobre cada vinar en las Ideas. En este trabajo pretendo exponer cuál es la
uno de sus aspectos más importantes. Sin embargo, aún función de la fenomenología y cómo la intenta llevar a cabo
tenemos problemas de comprensión en lo que concierne al Husserl. Con esto indico un punto de vista desde el que pode­
sentido último de la fenomenología, pues todavía es difícil mos leer las obras de Husserl como una unidad.
captar la fenomenología en su ESTRUCTURA. En cualquier Desde una perspectiva metodológica me acojo a un
caso, para captar una estructura necesitamos cierta distancia y enfoque propio de la antropología cultural, lo que significa que
naturalmente también una perspectiva de totalidad. En Husserl al principio planteo las cuestiones como antropólogo social;
■es necesario ver en conexión sus tres textos más importantes, pero tan pronto se exponga la función de la estructura, debo
cada uno de los cuales además representa el final de una etapa. pasar a un modo de consideración filosófico. Esta diferencia
Con las Investigaciones lógicas (1900/1901) termina la etapa de puede resultar extraña en Alemania, donde la idea de saber
Halle; con las Ideas de 1913 prácticamente llega a término la (Wissen) y sus resultados, la ciencia (Wissenschaft), abarca tanto
a la filosofía como a las ciencias; pero en los idiomas en los
que la filosofía es considerada en principio mas como sapientia
que como scientia, esa diferencia es muy importante. En todo
Efectivamente después he podido constatar en la Husserl-Chronik de K.
SCHUHMANN anotaciones en las que se alude a la visita del ¡oven Ortega. caso en ella aparece lo que el hermeneuta ya lo había anotado
142 JAVIER SAN MARTÍN ESTRUCTURA Y FUNCIÓN DE LA FENOMENOLOGÍA 143

desde hace mucho tiempo como algo evidente: que la apropia­ cumple mediante esa forma o estructura. Según la opinión del
ción de un sentido —lo que sería la función de una hermenéu­ antropólogo americano Ralph Linton3, a todo producto cultu­
tica científica o propia de una antropología cultural— no im­ ral es posible hacerle cuatro preguntas, a saber, por su form a
plica necesariamente una actitud crítica frente a ese sentido. Sin (o estructura), su uso, su fu n ció n y su significado. Posteriormen­
embargo, aquí asumo yo una actitud filosófica respecto a ese te Barnett, otro antropólogo americano que ha investigado la
sentido, lo que aquí significa que me instalo en una actitud dinámica de la invención, ha añadido un quinto elemento, a
críticamente positiva frente a la función de la fenomenología. saber el principio por el cual o según el cual actúa la estructu­
Para mí es esto muy importante en la época de la llamada ra4*.
‘postmodernidad’, en la que se trata de caracterizar la razón Es muy interesante preguntar a la filosofía de Husserl
como algo relativo a las respectivas culturas, en la esperanza también por este quinto elemento. En esta conferencia me voy
ingenua de que sólo así se puede conjurar el peligro de a limitar a la pregunta por la estructura, la función y el
absolutizar nuestra cultura europea explotadora. Importante principio de la fenomenología, partiendo del supuesto de que
también en este lugar en el que Husserl ha pensado su filosofía no es frecuente cuestionar la fenomenología de esa manera,
de la historia, según la cual, si Europa significa una nueva aunque es un enfoque fecundo y que incluso pudiera ser
etapa de la humanidad, Europa ya no representa un espacio imprescindible, si queremos mantener la unidad de la vida
geográfico sino el telos de la humanidad. Europa, lo que Eu­ teórica de Husserl.
ropa lleva en sí como sentido, no es una propiedad exclusiva Tal vez el sentimiento de que la fenomenología está
de determinados países y culturas. Toda cultura, todo pueblo, alejada de las preocupaciones humanas es la actitud más
todo ser humano esta llamado a renovar su vida y a dirigirla frecuente con la que nos solemos acercar a Husserl, pero
desde la razón, si queremos sobrevivir como especie. precisamente entonces permanecen mcomprendidos la mayor
Aquello que surgió por primera vez en Grecia, la voluntad parte de los conceptos que forman la estructura, porque en ese
de configurar la totalidad de la cultura filosóficamente, es de­ caso estarían totalmente cortados de la vida. ¿Qué pueden
cir, desde la razón, pertenece como telos a toda la humanidad. significar entonces la epojé, la reducción, el sujeto trascenden­
De aquí es fácil concluir un apoyo a la democracia como el tal, la constitución, la polémica de la intersubjetividad o la
único sistema que promueve este telos. Como consecuencia de relación con la psicología? ¿qué pueden significar todos esos
la filosofía de Husserl creo que debemos ratificar y fundamen­ conceptos que definen la estructura de la fenomenología?
tar filosóficamente la democracia de un modo necesario y sin Pero si nos quedamos sólo en la estructura, lo que por
ambigüedades. Esto es lo que yo llamo el testamento político otra parte suele ser frecuente, no se entiende realmente la
de Husserl.
He mencionado el modo de consideración antropológico-
cultural como la primera metodología con la que pretendo
3 Ver R. LINTON, Study on Man, Nueva York, 1936, trad. cast. Estudio del
acercarme a Husserl. Si tomamos esta fenomenología como un hom bre, FCE, 91972, México, pp. 389ss.
producto cultural, deberemos tratarla como cualquier otro
4 Cfr. H.G. BARNETT, Innovation, the Basis o f Cultural Change, Nueva
producto y preguntarle por su form a y por la fu n ció n que se York, 1953.
144 JAVIER SAN MARTÍN ESTRUCTURA Y FUNCIÓN DE LA FENOMENOLOGÍA 145

fenomenología. Pero tampoco es fácil captar cómo esa estruc­ es difícil mostrar una historia del nacimiento de los diversos
tura cumple una función. Por eso es mi intención en primer conceptos5, pero ya es más difícil seguir los desplazamientos
lugar perfilar la estructura, para después exponer la función de del sentido de las relaciones entre los diversos conceptos; es,
la fenomenología; en tercer lugar propondré qué parece ser sin embargo, importante mostrar cuando sea posible esos
necesario en la estructura para cumplir esa función, lo que se cambios de sentido, porque es posible que con ellos se haya
correspondería con el principio de Barnett, es decir, por qué generado una nueva estructura. Todo esto son problemas que
y cómo la estructura cumple esa función. aquí sólo podemos mencionar.
Lo que a nosotros nos interesa es constatar ciertos mo­
mentos significativos para el nacimiento de conceptos decisivos
de la fenomenología como estructura. En este sentido se podría
2. La estructura de la fenomenología decir que la fenomenología de Husserl como estructura, es
decir, como totalidad de aquellos conceptos que pertenecen
Empleo el concepto de estructura en un sentido metodoló­ esencialmente a la fenomenología, tienen su primer punto de
gico heurístico y pedagógico, de manera que bajo este concepto partida en el descubrimiento del a p n o n de correlación en
entiendo aquella totalidad de las características, o respectiva­ 18986. Después es decisiva la ejecución y aplicación del
mente, de las partes de un sistema cultural que están en cone­ método de la epojé y la reducción el año o a partir de 19047,
xión y dependencia mutua, de modo que, sin las relaciones de y que fue expuesta en las cinco primeras lecciones sobre la cosa
ese conjunto, el sistema no existiría como tal sistema. Si se y el espacio del año 19078. Por último es preciso referirse a la
quiere hablar sobre ese sistema, hay que hablar de esos con­ propuesta de la importante distinción entre una fenomenología
ceptos y de su relación o bien hay que suponerlos. Cabalmente crítica y una descriptiva, lo que sería condición imprescindible
una pregunta muy importante de la interpretación consiste en para poder considerar la subjetividad en un sentido correcto;
interpretar esas relaciones.
Otra pregunta muy importante está en la dependencia
entre la estructura y la historia de su nacimiento y desarrollo.
Pues sería imprescindible preguntar si la estructura surge de 5 Como una investigación ya clásica de esta historia del nacimiento valdría
el artículo de W. BlEMEL, «Las fases decisivas del desarrollo de la filosofía de
repente, o si es posible probar una aparición independiente de Husserl», en Zeitschrift fü r pbilosophische Forscbung 13, 1939, trad. cast en
las diversas partes del sistema, de manera que sólo entren Husserl, Tercer Coloquio Filosófico de Royaumont, Paidos, 1968, 35-60.
después en conexión y dependencia mutua, con los consiguien­ También pueden ser mencionados el articulo de LANDGREBE sobre el
desarrollo y cambio de la relación con Descartes, «Husserls Abschied vom
tes cambios y desplazamientos de sentido. De cualquier manera
Cartesianismus» o el que trata sobre el desarrollo de la idea de mundo.
en el caso de Husserl eso significaría que hay momentos en los Ambos están publicados como capítulos II y VIH del libro de LANDGREBE,
que aún no se puede hablar de estructura de la fenomenología. Der Weg d er Phdnom enologie, trad. El cam ino de la fen om en ología . ^
Una pregunta abierta sería entonces cuándo está ya la estruc­ 6 Hua. VI, p. 169, nota 1.
tura formada; está claro que aquí no puedo entrar en tales 7 Cfr. Hua. X, pp. 187ss.
preguntas. Sólo quisiera indicar que en la obra de Husserl no 8 Cfr. Hua. H.
146 JAVIER SAN MARTIN ESTRUCTURA Y FUNCIÓN DE LA FENOMENOLOGÍA 147

esto lo hizo Husserl en la G rundproblem evorlesung de pensar la relación entre la fenomenología trascendental y la
1910/119. ' “ fenomenología psicológica, lo que llevó a cabo en el contexto
Sobre la importancia de la reducción no necesitamos decir de la descripción de la epojé fenomenológica trascendental.
nada; y por lo que concierne a los otros dos momentos, puede Esto sucedió a lo largo de la lección sobre Filosofía prim era de
ser suficiente lo siguiente: en Husserl y en relación a su propia 1923/24, y es de gran importancia, en la medida en que
filosofía sólo he encontrado dos manifestaciones de carácter Husserl con este esfuerzo piensa que el conocimiento ya no
afectivo: la primera se refiere al descubrimiento del apriori de puede ser pensado como representación, lo que implica una
correlación, donde dice Husserl: «La primera irrupción de este nueva comprensión de la epojé. Pues bien, sólo entonces
apriori universal de correlación entre el objeto de la experien­ hemos alcanzado la estructura definitiva de la fenomenología.
cia y el modo de donación (durante la elaboración de mis Una vez que me he referido a los diversos momentos del
Investigaciones lógicas, aproximadamente el año 1898) me con­ nacimiento y desarrollo de la fenomenología, según los cuales
movió tan profundamente que desde entonces todo el trabajo se puede decir que en Husserl hay dos estructuras, una en la
de mi vida ha estado dominado por la tarea de la elaboración que el conocimiento se entiende como representación, y otra
sistemática de ese apriori de correlación»101. La segunda mani­ que significa la destrucción del concepto de representación, por
festación de Husserl habla sobre los pensamientos de la Grund­ emplear las palabras de E. Levinas12, podemos presentar
problem evorlesung, que está en íntima conexión con la distin­ brevemente los diversos elementos de esta estructura. Para eso
ción entre una fenomenología descriptiva y una crítica y dice: me parece muy apropiado utilizar un texto que procede de la
«Se trata de una curiosa sucesión de pensamientos que entonces última etapa de Gotmga o primera de Friburgo13 y que perfila
me produjo una fuerte impresión pero que entonces no pude con gran claridad la fenomenología como ciencia de los fenó­
aprovechar totalmente»11. menos a diferencia de las ciencias naturales y de la psicología
Con esto podemos decir que Husserl por la época de las en sentido habitual, y comparar inmediatamente este texto con
Ideas I (1913) ya tenía una determinada estructura de la feno­ las diversas ideas de inmanencia y trascendencia que expone
menología, lo que no significa que ya no fuera a introducir Husserl en la G rundproblem evorlesung.
cambio alguno. Al contrario, las anotaciones críticas que él fue Ante los llamados fenómenos es necesario según Husserl
añadiendo en sus ejemplares personales de las Ideas dan claro distinguir claramente tres actitudes. En la escuela hemos
testimonio de tales cambios. Un desplazamiento muy impor­
tante surgió por los años 20, cuando Husserl se esforzó por
12 Cfr. E. LEVINAS, «L a rarne de la representation», en Edmund Husserl
1859-1959, M. Nijhoff. *

9 Publicada actualmente en Hua. XUI, como números 5 y 6; Trad. cast., 13 Parte del texto fue publicado inicialmente por H. L. van BREDA en
Problem as fundam entales d e la fen om en ología , edición y traducción de C. Zijtschrift vo or W ijsbegeerte, 3, 1941, pp. 481-498; actualmente está publicado
M o r e n o y J. S a n M a r t ín , Alianza Editorial, 1994. en Aufsatze und Vortrdge 1911-1921, Hua. XXV, edición preparada por Th.
NENNON y H. R. SEPP, 1987, pp. 82-124. Sobre lo que representa ese texto,
10 Hua. VI, p. 169, nota 1. que surgió de la reelaboración de la A ntnttsvorlesung de Husserl en
11 Hua. XUI, p. 449. Friburgo, puede verse el prólogo de los editores en Hua. XXV, pp. XVUss.
148 JAVIER SAN MARTÍN ESTRUCTURA Y FUNCIÓN DE LA FENOMENOLOGÍA 149

aprendido que las ciencias naturales son las ciencias de los exigencia epistemológica de aceptar como firme o absolu­
fenómenos naturales; pero las ciencias naturales en realidad no tamente cierto sólo aquello que está autodonado, pues sólo lo
estudian tales fenómenos sino sólo la realidad en sí de la que autodonado sería inmanente al conocimiento. Lo que no es
tenemos indicios en tales fenómenos. La encargada del estudio autodonado sería trascendente, y lo que es trascendente al
de los fenómenos sería en sentido estricto la psicología. Pero conocimiento resulta que es problemático.
si nos referimos a la psicología en sentido estricto, sabemos
que tiene como meta explícita disolver tales fenómenos en su Pero Husserl no permaneció en este esquema; pues tres
base natural; éste es precisamente el sentido de explicar y años más tarde, en las lecciones sobre Problemas fundam entales
analizar. La explicación científica está dedicada habitualmente (G rundproblemevorlesung) se da cuenta de que con tal exigencia
a la reducción de los fenómenos a sus procesos fisiológicos, o se perdería la mayor parte del mundo de nuestra experiencia,
a sus infraestructuras naturales, lo que en el caso de la psico­ porque en cada momento la mayor parte de nuestro mundo no
logía significa las estructuras del cerebro. El modelo actual del está autodonada sino sólo mentada, de modo que en sentido
ordenador aplicado masivamente en la psicología tiene el mis­ estricto no aparece, por lo que no es fenómeno. Precisamente
mo objetivo. Esto significa que tampoco la psicología estudia entonces introduce en su teoría un complemento o una
los fenómenos en sí mismos, puesto que también ella toma corrección muy importante, pues argument a que hay dos tipos
esos fenómenos como índice de otra realidad, a saber, como de menciones, la mención de algo que puede autodonarse
índice por ejemplo de las estructuras cerebrales, que es lo que como fenómeno, por ejemplo, el exterior de esta sala de clase
siempre había buscado. Para Husserl es entonces necesario que ahora no está realmente autodonado pero que se dará a sí
construir una ciencia de los fenómenos que considere y mismo en cuanto salgamos. Y por otro lado aquella mención
describa los fenómenos en sí mismos. que da algo que nunca puede autodonarse, por ejemplo la
Comparemos ahora las precisas ideas de estos textos con realidad indicada que está más allá del fenómeno. Aquello que
los diversos conceptos de inmanencia y trascendencia que no está dado pero que puede convertirse en autodonación no
expone Husserl en la G rundproblem evorlesung14, que son es en sentido estricto trascendente al conocimiento sino que
importantes porque en relación a ellos se puede entender muy pertenece a la inmanencia.
fácilmente la epojé y la reducción. Se sabe que Husserl expone Y ahora ya se puede mostrar la posibilidad de entender
su método por primera vez en la introducción a las lecciones dos de los conceptos más importantes de la fenomenología, la
sobre la cosa y el espacio en 1907, en aquellas famosas cinco epojé y la reducción. Si queremos hacer fenomenología, debe­
primeras clases que han sido publicadas en la Husserliana como mos limitarnos en nuestras descripciones a los fenómenos en
tomo segundo. En ese texto empieza Husserl el método con la1 el sentido antes mencionado y abstenernos de todo uso teórico
de juicios sobre aquella realidad que no puede convertirse en
fenómeno. Esta abstención es la epojé y la limitación a ios
fenómenos es la reducción. La totalidad de los fenómenos en
11 Cfr. Hua XUI, n. 6. pp. 169ss. Cfr. también sobre estos conceptos mi este sentido constituye el m undo com o representación o el
libro La fen om en ología de Husserl com o utopía d e la razón , Editorial
Anthropos, Barcelona, 1988, pp. 60ss. m undo de la representación, que en ese caso hay que diferenciar
1 50 JAVIER SAN MARTIN ESTRUCTURA Y FUNCIÓN DE LA FENOMENOLOGÍA 151

del mundo como realidad, en la medida en que éste no aparece decir que tener una vista de conjunto de la subjetividad era
en el fenómeno. Vista la fenomenología desde su estructura tener una vista de conjunto del mundo16, lo que indica una
tendría como tarea el análisis de las diversas capas constitutivas diferencia abismal, que no se debe minusvalorar.
de esta representación del mundo, es decir, del mundo de la En ese caso ya no se puede considerar la epojé como una
representación, según las diversas direcciones, es decir, inten­ neutralización de la tendencia de la representación del mundo
ciones desde las que la subjetividad puede dirigirse al mundo a ponerse como representación de un mundo17 sino que asu­
de la representación. me un nuevo sentido con dos aspectos, en primer lugar es una
En esta primera estructura de la fenomenología, en la que práctica metódica para poder elevarse a la fenomenología
la influencia del pensamiento de Schopenliauer parece clara, la filosófica o a la filosofía fenomenológica, incluso una práctica
epojé aparece como una neutralización de la tendencia natural un tanto hipócrita, porque para entender la epojé debemos ya
del conocimiento15, o respectivamente, de las representacio­ haber entrado en la fenomenología. Pero la epojé es mucho
nes, a considerarse como representaciones de una realidad. más, porque significa el comienzo de una nueva actitud del ser
Pues bien, se puede afirmar que esta estructura está aún activa humano por la que ya no se ve como un ser dependiente del
en la exposición de las ¡deas, donde Husserl entiende de modo mundo, sino al revés, que ve el mundo dependiente del ser
expreso la epojé como neutralización, es decir, como neutrali­ humano. Si pensamos al ser humano como un ser en el mundo
zación de la tendencia natural de las representaciones. en el sentido de que es un producto del mundo, como, por
Pero aquí subyace un considerable problema que le es ejemplo, en la teoría de la evolución de un Darwin, debemos
inherente al concepto de representación. Pues ¿cómo se puede constatar que en cuanto fenomenologos ya no hablamos del
saber que la representación es representación de una realidad, hombre. Por eso la fenomenología trascendental no es antropo­
si de antemano no sabemos de esa realidad? ¿cómo podríamos logía y la práctica de la epojé y reducción puede ser llamada
tener otro mundo que el mundo dado en la mención de la una deshum anización.
representación? Esta pregunta rompe la estructura en la que Pero desgraciadamente eso sólo supone la mitad de la
fue pensada la epojé e igualmente el primer sentido de la fenomenología, aunque suele ser usual quedarse ahí; pero si se
reducción. Esto lo comprendió Husserl por los años 20, hace eso, no se capta su sentido filosófico, antropológico e
cuando terminó por considerar esa idea de reducción y epojé histórico. Mostrar ese significado sera la tarea de lo que sigue.
como meramente psicológicas y concibió la auténtica reduc­
ción trascendental como el descubrim iento de la subjetividad
trascendental, en la que no se edifica o construye un mundo de
representación, sino EL MUNDO, de modo que Husserl pudo

15 Sobre la epojé como neutralización ver Ideen I, Hua. DI, 1950, p. 266. 16 Erste Pbilosophie II, Hua. VHI, pp. 158s.
Para un comentario sobre este texto cfr. J. SAN MARTÍN, La estructura d el 17 La corrección está en el anejo critico de Hua. DI, p. 459, ad 266. En la
m étodo fen om en ológico, UNED, Madrid, 1986, pp. 156ss. trad. cast. está en la p. 481, a 259a.

i
152 JAVIER SAN MARTÍN ESTRUCTURA Y FUNCIÓN DE LA FENOMENOLOGÍA 153

3. La función de la fenomenología como algo puramente teórico sino que, ya en la tradición de


la filosofía griega, así como del idealismo alemán, debe ser con ­
Con esto empezamos un tema que es muy raro que sea cebida com o una pregunta ética y política, en una palabra, his­
tratado o expuesto de este modo, aunque lo podamos en­ tórica. En una carta escrita a George Misch en el contexto de
contrar bajo otras denominaciones. Si preguntamos por la la edición, preparada por éste último, de las obras de Dilthey
intención de la fenomenología, suponemos ya una estructura dice Husserl que «él siempre había tenido (la historia) a la
con la que se pretende algo fuera de ella. Esto está en íntima vista» y «que el “Husserl ahistórico” sólo provisionalmente
conexión con el tema de la teleología de la subjetividad, pues debía tomar una distancia respecto a la historia... exactamente
la intención de la fenomenología en último término debe para llegar en el método tan lejos como para hacer preguntas
encontrar su fundamento en la misma teleología de la concien­ científicas a la historia»18. También dice expresamente que la
cia como la forma que constituye su vida y según la cual la respuesta que se haya dado a la cuestión de la fundamentación
conciencia está orientada hacia la racionalidad. En todo caso de una ciencia última no carece de significado ético; lo que
este descubrimiento de la fenomenología debe ser completado también significa, en un giro correspondiente y de largo
mediante una consideración de la función que produce este alcance, que la crisis epistemológica que mueve esa exigencia,
estar orientado hacia la razón, o respectivamente dónde y cómo tenía de entrada también un sentido ético. Husserl era cons­
se muestra activa esta teleología. Por eso la pregunta por la ciente de eso y lo reiteró en varias ocasiones. Los múltiples
teleología desemboca en el problema de la aplicación. Pero para seminarios y lecciones sobre ética y las continuas referencias
ello debemos dominar ya la fenomenología como una estruc­ a los problemas del ánimo y de la voluntad son testimonios
tura para poderla aplicar después. fiables y prueba de esta actitud.
Generalmente en estos casos se suelen referir a los últimos Podemos estar de acuerdo en que la Primera Guerra
textos de Husserl, donde él presumiblemente volvería de la Mundial supuso una profundización en esta problemática, de
actitud trascendental a una actitud natural para promover en modo que se hizo el tema más importante durante los cinco o
la historia el ideal de la razón. Por otro lado en la fenomeno­ seis años después de la Guerra. Desde el año 1917, con las
logía eso sería algo de segundo rango, sobre todo porque nor­ conferencias «Sobre el ideal de humanidad en Fichte»19, apa­
malmente se comprende este giro hacia la historicidad como rece esta problemática en primer término. Como pruebas deci­
una respuesta de Husserl a la filosofía de Heidegger, o bien se sivas de eso podemos citar las Lecciones de ética de 1920,
lo concibe como un cambio motivado por las dificultades vueltas a leer en 192420, así como las lecciones E inleitung in
vividas por Husserl en los años del nazismo. Según esta die Philosophie de 1922/23. En estas lecciones, que comienzan
opinión el Husserl tardío estaría preocupado por la historia
porque él mismo había sido sacudido por la historia.
Quiero rechazar con toda contundencia esta opinión y
afirmarme con convencimiento en que la fundamentación de 18 En DlEMER, E dmund Husserl, 21965, p. 329.
una ciencia de responsabilidad última, lo que desde el principio 19 Publicado actualmente en Hua. XXV, pp. 267-293.
fue el motor de la filosofía de Husserl, no puede ser concebida 20 Sobre esas lecciones ver más adelante, capítulo EX.
154 JAVIER SAN MARTIN ESTRUCTURA Y FUNCIÓN DE LA FENOMENOLOGÍA 1 55

y terminan con los L ondoner Vortráge11, se menciona expresa­ mente entendió también Husserl que esta reconstrucción teórica
mente esta función ética de la ciencia absolutamente fundada. im plicaba tam bién una reconstrucción práctica. Esto significa la
Para este tema, por otro lado, son especialmente importantes exigencia de un sujeto racional para la fundamentación de la
los artículos sobre R enovación, para la revista japonesa Kaizo, ciencia e igualmente la exigencia de una vida racional. Y toda­
así como la importante conferencia «Idea de una cultura filo­ vía más, del mismo modo que el nacimiento de la ciencia es
sófica» para la Revista japonesa alemana de ciencia y técn ica11. una creación de Grecia y posteriormente de la Edad Moderna
Pues bien, si queremos resumir la intención o la función europea, de manera que hasta cierto punto es equivalente con
de la fenomenología, podemos acogernos a una frase de la idea de Europa (sabemos que se acostumbra a equiparar a
Husserl pronunciada en las lecciones citadas de Einleitung in Europa con la exigencia de un conocimiento científico), es de
die Philosophie, en la que Husserl concibe la filosofía «como todos modos totalmente claro que la Europa de la modernidad
fundamento racional para una condición pnncipial de la y en especial de los comienzos del último siglo ha permanecido
posibilidad de una sociedad auténticamente racional»21223. Es que profundamente alejada de este significado práctico de la razón.
la idea de filosofía de Husserl incluía el convencimiento de Todavía más, ya en 1922 habla Husserl de que había un
«que, como se dice en el prólogo de Th. Nennon y H. R. «nacionalismo totalmente degenerado», que «servía como
Sepp, a la esencia de las preguntas teóricas pertenece» y ahora mantel para los objetivos egoístas de la sinvergonzonería de la
ya con palabras de Husserl «que la orientación de la respuesta sofística política»25. Y si algo es propio al nacionalismo es el
puede y debe ser determinante de la vida y decisiva para la negar la universalidad de la razón y no querer reconocer la
propuesta más elevada de metas de una vida personal»24. interdependencia entre un saber racional y una vida racional,
Esta cita nos lleva de la mano hacia una comprensión para hablar enseguida sobre una renovación que no apela a la
profunda del significado de la fenomenología: si la fenomeno­ razón. Por eso en ese contexto era aún más perentorio insistir
logía comienza con la refutación del psicologismo en 1900 en la renovación ético-filosófica, por oposición a la renovación
com o una reconstrucción del sujeto epistem ológico, inmediata­ de la que ya entonces se hablaba26. Y del mismo modo que la
ciencia era una característica de Europa, aunque no la exclusi­
vidad de Europa como nombre de un ámbito geográfico y de
21 Esta información se la debo a la Dra. Sabine Módersheim, que con el Dr. un tipo antropológico, igualmente la exigencia de una renova­
H. R. Sepp está preparando la edición de esta importante lección.
ción tampoco es un asunto solo de Europa sino de la huma­
22 Este artículo está parcialmente incorporado en la lección E nte Philosophie
nidad en cuanto tal.
I. El artículo es muy importante, porque expone la concepción de la filosofía
de la historia de Husserl. Ver EPh /, Hua. VH, p. 438, donde se puede ver
los apuntes para una reconstrucción completa del artículo.
23 La cita proviene en sentido estricto de las L ondoner Vortráge que Husserl
pronunció en junio de 1922 y que están incorporados en las lecciones
E inleitung m d ie Philosophie. Para esa información ver más arriba en la nota 25 Hua. X X W , p. 5.
21 y también R. BOEHM, Hua. VII, «Einleitung», p. XXII. 26 V. Farías informa en su libro sobre Heidegger de que ya el año 1922 se
24 Cfr. Hua. X X V , p. 271 y en H. R. SEPP y Th. NENNON, Hua. XXVII, fundó una revista con el título E rneuerung, que promovía la cosmovisión
p. XII. ‘ nacionalista.
156 JAVIER SAN MARTÍN ESTRUCTURA Y FUNCIÓN DE LA FENOMENOLOGÍA 1 57

Por eso aparece el fenomenólogo y en general el filósofo aplicación o el efecto histórico de la fenomenología como un
como un FUNCIONARIO DE LA HUMANIDAD. Esta denomina­ problema que surge después del desarrollo de la misma, sino
ción de Husserl27 nos permite hablar de la fu n ció n de la feno­ que es un aspecto que estaba ya desde el principio. La fenome­
menología. La idea de función es ambigua, pues en primer nología pretende asegurar el sujeto de la ciencia contra el
lugar puede significar que un miembro es función de un todo, ensayo de disolverlo en estructuras fácticas casuales. Pero la
de modo que es una variable del contexto formado con otras disolución teórica era sim ultáneam ente una disolución práctica.
partes. Así tenemos el concepto matemático de función. Otro problema, pero cuya solución sólo puede ser men­
Husserl emplea este concepto frecuentemente para subrayar la cionada, es el del estatuto ontológico del sujeto. Ciertamente
relación del hombre a la sociedad; como tales somos funcio­ ya hemos indicado que el desarrollo de la reducción podía ser
narios de la sociedad, lo que somos lo somos en relación a ella, entendido como una Entmenschung, como una deshumani­
es decir, normalmente fu n cion am os en nuestros papeles sociales zación. Mas ahora hablamos de que el fenomenólogo es nada
de acuerdo con lo que la sociedad espera de nosotros. En este menos que un funcionario de la humanidad. ¿No se puede
sentido se podría encontrar en Husserl toda una fenomeno­ percibir aquí una gran contradicción? Este problema ha llevado
logía de la cultura. a establecer una fuerte separación entre una fenomenología
Pero en cuanto funcionarios en este sentido matemático trascendental, que sería puramente teórica, y una fenomenolo­
ejercemos también una función, es decir, contribuimos al gía aplicada. Debo confesar que este problema es uno de los
mantenimiento, configuración o educación de la sociedad. En más difíciles, porque en él se anuncia la relación entre el yo
ese momento hemos superado el mero sentido matemático. empírico y el trascendental, o también la relación entre la
Pues si es cierto que la fenomenología, como cualquier otra antropología y la fenomenología.
filosofía, es función de la sociedad, a saber, de la crisis epis­ Como ya lo he dicho, no puedo aquí entrar en la solución
temológica, también quiere y se siente llamada a ejercer una de este problema, que sólo puede ser abordado con difíciles
función, y eso significa contribuir a la renovación, a la distinciones. Además en él está implicada la cuestión de la
configuración, o respectivamente transformación de la sociedad intersubjetividad y todo eso supera con creces los límites de
y de su cultura desde una perspectiva racional y en consecuen­ este artículo28. Sólo quisiera llamar la atención de que habría
cia, a ejercer una critica continua a aquellas formas de sociedad que comprobar con precisión el significado de la deshum ani­
que promueven lo contrario. zación, pues no deberíamos tomar al ser humano como un
No quiero evitar plantear algunos problemas que surgen objeto determinado por el mundo, sino como un ser que,
en la relación de estas dos direcciones que hemos distinguido partiendo de una estructura absoluta bipolar, puede determinar
en la consideración de la fenomenología. El primer problema su vida y entonces quizás el sujeto trascendental es el mismo
esta en conexión con la relación de la fenomenología a su que el ser humano de la fenomenología aplicada. Desgraciada­
aplicación. Ya hemos visto que no se podía comprender la mente no puedo seguir más con este problema, aunque en mi

27 Cfr. Die K nsis, Hua. VI, p. 15. 28 Véase el capítulo siguiente, que entra directamente en esa cuestión.
158 JAVIER SAN MARTIN ESTRUCTURA Y FUNCION DE LA FENOMENOLOGÍA 1 59

opinión constituye el núcleo de las dificultades de la fenome­ pensamiento filosófico. Con esto quisiera dignificar de nuevo
nología. una parte de la fenomenología de Husserl, en la medida en que
su función depende de esta parte pero que habitualmente es
minusvalorada. Con esto debo también revisar lo que en mi
4. El principio de la fenomenología libro La estructura del m étodo fen om en ológico escribí sobre la
segunda etapa de la fenomenología trascendental, es decir,
Decía al comienzo que el antropólogo Barnett había aña­ sobre la reducción apodíctica29.
dido una quinta característica a las cuatro propuestas por Husserl concibe que la fenomenología trascendental se
Linton, a saber, el principio por el cual la estructura ejerce la desarrolla en dos etapas; en primer lugar hay que descubrir la
función descubierta. Un hacha corta por ejemplo la madera subjetividad y la intersubjetividad trascendental, para, en una
porque tiene una dureza y un corte determinados; sin cual­ actitud trascendental ingenua, describir la empiria trascenden­
quiera de ellos, sería ineficaz. El descubrimiento del principio tal. Sólo después de haber descrito la plétora de los fenómenos
es fundamental para la dinámica de la invención, pues con el concretos de esta «selva virgen», como la llama en las Lec­
mismo principio, por ejemplo, con la misma dureza y el ciones E inleitung in die Philosophie, podemos y debemos inten­
mismo corte, cabría emplear otro material; también con ese tar llevar a cabo una crítica trascendental de esta primera etapa
principio se puede intentar con otras formas o estructuras y para ello debemos emprender una reducción apodíctica para
cumplir la misma función. Si ahora aplicamos este modo de asegurar nuestro saber y convertirlo en una ciencia de última
interpretación a la fenomenología, debemos preguntarnos fundamentación y responsabilidad. En los escritos publicados
como puede ejercer su función la estructura mostrada. Tam­ de Husserl tenemos escasas indicaciones sobre esta reducción
bién nos debemos preguntar si existe una conexión necesaria apodíctica-, en todo caso, así lo creía, sería una práctica para
entre la estructura y la función. También es importante aprehender en la experiencia sólo lo realmente dado, según el
preguntarse si existe una relación entre el principio y por un modelo expuesto en 1907 y del que he hablado al principio.
lado la ejecución de la función, y por otro aquel desplazamien­ Según ese modelo sólo es legítimo mantener lo que se da a sí
to de la estructura que antes hemos mostrado; es decir, mismo, es decir lo realmente dado, por tanto la parte efectiva­
debemos preguntar si es importante que el sujeto no sea sujeto mente dada de una vivencia o fenómeno, con lo que práctica­
de la representación sino sujeto del mundo. En todo caso sería mente todas las vivencias desaparecerían, pues todas ellas
útil investigar con detenimiento en qué medida ambas estruc­ implican en sí menciones vacías.
turas contribuyen a la función, es decir, en qué medida ambas La posibilidad de leer las Lecciones E inleitung in die
estructuras incorporan el principio. Philosophie del Semestre de Invierno de 1922/2330, fue para mí
En esta última parte de mi conferencia quisiera subrayar
expresamente la importancia de las lecciones Einleitung in die
29 Se trata de la interpretación que de la reducción apodíctica hago en el
Philosophie de 1922/23; en ellas, en efecto, se hace temático qué último capítulo de mi libro La estructura d el m étodo fen om en o ló gico , donde
significa ser humano, y quisiera acentuar que eso es el prin­ entiendo la reducción apodíctica como Abbau.
cipio y el fin de la fenomenología e incluso yo diría, de todo 30 Debo la posibilidad de esa lectura a los colaboradores del Archivo de
160 JAVIER SAN MARTIN ESTRUCTURA Y FUNCIÓN DE LA FENOMENOLOGÍA 161

decisiva. En una primera lectura parece difícil captar su sentido ción con la nuestra sencillamente si dispusiéramos de otras
preciso, incluso se podría decir que esta difícil Lección de estructuras cerebrales. Esta parece ser una opinión frecuente e
Husserl podría ser considerada como un fracaso de Husserl. incluso razonable. Pero eso significa que la razón que opera en
Pero para captar su sentido se debe tener en cuenta lo siguien­ la ciencia sería totalmente contingente; o lo que es lo mismo,
te: en primer lugar, la conexión de la fenomenología con su que el ser humano es de este modo pero podría ser también de
aplicación; en segundo lugar, la conexión entre la estructura de otro modo. En el conocimiento humano no habría ninguna
la fenomenología y su función; y por fin, la conexión entre la necesidad, todo sería casual, meros hechos de la evolución
fenomenología y la antropología. También hay que considerar animal, de modo que todo dependería de circunstancias contin­
que estas Lecciones las pronunció Husserl precisamente en los gentes o casuales. Esta postura expuesta en un terreno teórico
años en que escribió los artículos sobre la renovación para no deja de tener graves consecuencias en el terreno práctico.
Kaizo y en que más ocupado estuvo con los problemas éticos Pues si el ser humano es entendido de ese modo, no habría
y de filosofía de la historia. Además las primeras lecciones se ninguna posibilidad de fundar un ética que obligara umversal­
refieren explícitamente a este contexto, el contexto, a saber, mente y en último término no tendríamos «ninguna medida
entre la fundamentadon de una ciencia de responsabilidad sobre la tierra», por utilizar palabras del Prof. W. Marx, para
última y la vocación ético-política de la fenomenología. Con evaluar los sistemas políticos, naturalmente aparte de la
eso obtenemos la mejor vista posible sobre el significado violencia que se impone por sí misma. Por tanto se trata de si
último de la fenomenología de Husserl que ya era eficaz en la ponemos como fundamento de nuestra vida humana y de
refutación del psicologismo, a principios de siglo, y en la nuestra vida política la violencia o la razón. Si pensamos que
valoración crítica de la historia y cultura moderna occidental. el ser humano es un mero producto de las fuerzas naturales
Mi tarea inmediata consistirá en esbozar brevemente ese que en su desarrollo no habrían producido ninguna necesidad
sentido. que fuera independiente de esas fuerzas, perderíamos todo
Quisiera empezar con el sentido antropológico de la amarre para declarar algo como absolutamente inhum ano, por
refutación del psicologismo, con lo que significa esa refutación, ejemplo la matanza en la plaza de Tiananmen o incluso el Shoa
que constituye efectivamente el verdadero comienzo de la u holocausto judío.
fenomenología. Es sabido que en el psicologismo se trata ¿Cuál es la respuesta husserliana a eso? Husserl muestra
—simplificando masivamente—de una teoría epistemológica en que el ser humano que él llama sujeto trascendental no es una
la que el valor de verdad de los constructos matemáticos y realidad casual que pudiera ser de otro modo, sino una esencia
lógicos estaría fundado en las estructuras cerebrales, que son trascendental ligada a un apriori que es el fundamento de la
casuales, fácticas como resultado de la evolución animal, de razón y frente a la cual ninguna arbitrariedad, tampoco algún
modo que podríamos tener otra lógica incluso en contradic­ Dios, como dice frecuentemente Husserl, podría nada. Precisa­
mente al descubrimiento de este apriori, a saber, las estructuras
necesarias de la subjetividad trascendental, que somos cada uno
Husserl en Friburgo encargados de la edición de esas Lecciones, Dra. Sabine de nosotros, está dedicada la Lección Einleitung in d ie Philo-
Módersheim y Dr. H. R. Sepp. sophie de 1922/23. Y éste es el sentido de la exigencia de una
162 JAVCER SAN MARTIN ESTRUCTURA Y FUNCION DE LA FENOMENOLOGÍA 163

ciencia de fundamentad ó n última. Lo que Husserl llama pertenecen también a las estructuras más radicales del mun­
reducción apodíctica constituye el núcleo de la refutación tanto do31. Según mi opinión, sería imposible captar el profundo
del psicologismo como la fundamentación de la filosofía de la sentido de la reducción apodíctica si la subjetividad sólo tuviera
historia de Husserl; pero lo que se esconde detrás no es otra que tratar con representaciones. Ahí radica la importancia del
cosa que el ensayo de mostrar el carácter no contingente del ser desplazamiento del sentido de la estructura que antes hemos
hum ano y su relación al m undo. mostrado.
Exactamente eso es lo que constituye el principio de la Después de esta toma de postura por este sentido cósmico
fenomenología, por el cual la estructura puede ejercer la del ser humano, podemos decir con Husserl que la única lucha
función. Pues la estructura tiene una función práctica crítica, digna del ser humano es la lucha por la razón, lo que es lo
puesto que muestra esa necesidad del ser humano. La estruc­ mismo que la lucha por el ser humano en cuanto ser humano,
tura de la fenomenología nos asegura el nivel en el que eso significa: por todos los seres humanos, hombres y mujeres.
podemos tratar estos problemas, el nivel en el que superaremos Y de aquí en adelante, habría que decir que la tarea práctica
aquella actitud en la que nos vemos como meros resultados del etica de la fenomenología se cumpliría más en lo negativo que
mundo; y por fin, sólo la estructura fenomenológica nos ofrece en lo positivo, mostrando qué actitudes, imágenes del hombre
los análisis necesarios para poder entender el principio de la o cosmovisiones son incompatibles con la esencia del ser
fenomenología, para, poder, por ejemplo, entender el auténtico humano fenomenológicamente clarificada.
y profundo sentido de la refutación del psicologismo e Y con esto termino; en la actualidad vive la humanidad en
igualmente el sentido de la filosofía de la historia de Husserl. una etapa de su historia en la que ya no basta el crecimiento
Y ahora podemos ya responder a la ultima pregunta, natural meramente orgánico. El descubrimiento de la razón
cómo la estructura, en la medida en que prepara, fundamenta reflexiva favoreció el desarrollo de la aplicación de la ciencia a
e incorpora el principio, cumple la función de la que hemos la técnica, que ha aumentado la posibilidad de destrucción total
hablado. Al plantearnos esto podríamos caer fácilmente en la millones de veces. Husserl, que no podía siquiera soñar hasta
tentación de pensar que la fenomenología, como pensamiento qué punto eso podía ser una posibilidad real y amenazadora,
puro, sería impotente para intervenir en el mundo humano. había visto, sin embargo, que en la edad planetaria la vida
Pero las palabras están sumamente cargadas y alcanzan donde social no puede prescindir de la razón, si esta sociedad o
otros hechos del mundo no pueden llegar. La fenomenología incluso la humanidad quiere todavía seguir siendo humana. Si
promueve una imagen del ser humano en la que el hombre estamos convencidos de eso e intentamos configurar nuestra
aparece como el verdadero lugar originario del sentido del vida, nuestra cultura y nuestra vida política desde una razón
mundo. Eso no cambia sólo el sentido del ser humano sino libre, creo yo que el pensamiento de Husserl sigue siendo entre
también el del mundo: el ser humano tiene un sentido cósm ico nosotros todavía una fuerza activa.
y el m undo tiene un sentido humano. El com prom iso esencial del
ser hum ano que significa la reducción apodíctica de Husserl,
llega hasta lo más profundo de la realidad del mundo, como las 31 Este ejemplo es utilizado por Husserl en las lecciones E inleitung in die
estructuras matemáticas que el matemático descubre apriori Philosophie y en el segundo artículo de la sene sobre E m euerung; cfr. Hua.
XXVII, p. 27.
CAPÍTULO V

A N T R O P O L O G ÍA Y FE N O M EN O LO G ÍA

Para una interpretación histórica


de la trascendentalidad

«El ser humano que se ha hecho fenom enólogo ha supera­


do su carácter hum ano ingenuo, pero tam bién en la acti­
tud trascendental se vuelve a encontrar como ser hum ano
en el mundo, pero ya como un ser hum ano nuevo»1.

1. Introducción. Presentación general de la problemática

El tema que se me ha propuesto es, en mi opinión, uno de


los más importantes en la crítica actual de la fenomenología,
por cuanto en él se discute el sentido filosófico de la misma;
desde mi perspectiva personal también lo considero un tema
decisivo, puesto que en él se centra mi propio proyecto filo­
sófico de elaborar una filosofía del hombre con verdadero
‘sentido filosófico’ desde una perspectiva fenomenológica.
Siendo, sin embargo, un tema tan importante no sólo para mí,
lo que no sería relevante, no parece que sea un tema excesi­
vamente tratado, por no decir prácticamente ignorado; si ex-1

1 HUSSERL en E. FlNK, VI. cartesianische M editation, Teil I, Husserl


Dokumente, Kluwer, 1988, p. 214.
1 66 JAVIER SAN MARTIN FENOMENOLOGÍA Y ANTROPOLOGÍA 167

ceptuamos la reciente incursión en el tema del Profesor Orth2, explícita de Husserl (2), para profundizar después en los
ni siquiera se pueden encontrar planteamientos que de algún elementos que relativizan esa postura explícita (3), para
modo lo tengan en cuenta explícitamente. La razón de esta inmediatamente centrarnos en la exposición de los aspectos de
situación sería, a mi entender, que los dos grandes de la la teoría husserliana que en mi opinión superan la postura
fenomenología parecen responder con toda claridad al proble­ explícita y que nos llevan a hacer la pregunta si la subjetividad
ma, de manera tal que, con sus interpretaciones, el tema estaría trascendental de Husserl es o no el ser humano.
ya clausurado. Tanto Husserl como Heidegger parecen tener Para terminar esta introducción quisiera mencionar dos
clara conciencia de que lo que ellos hacían no era nada por el hechos editoriales que son sumamente importantes para poder
estilo de una antropología filosófica o una filosofía del hom­ pensar la problemática de la relación entre la fenomenología y
bre. La filosofía trascendental de la subjetividad trascendental la antropología. Se trata de la reciente publicación de la Sexta
y la analítica existencial del Dasein no son filosofías del m editación cartesiana de Eugen Fink, donde este tema surge
hombre, porque ni la subjetividad trascendental ni el Dasein con toda su aporeticidad desde la máxima coherencia y con­
son el ser humano. Por tanto, tratar de interpretar bien la secuencia con la postura explícita de Husserl. En segundo lugar
fenomenología de Husserl bien la filosofía de Heidegger como hay que tener en cuenta también la publicación de los Aufsdtze
una antropología filosófica es o una falta de comprensión de und Vortrage (1922-1937) (Hua. XXVII), donde no sólo aparece
las mismas o bien una conversión interpretativa, una Um- la famosa conferencia de Berlín «Fenomenología y antropolo­
deutung. En mi opinión, sin embargo, no es fácil comprender gía», que resume la postura explícita de Husserl, sino también
el alcance filosófico de la fenomenología y su relación al saber la serie de artículos de Husserl para la revista japonesa Raízo,
científico del hombre, si permanecemos en la alternativa que con el título E m euerung, «Renovación», y que es fundamental
acabamos de mencionar. para comprender la tendencia de Husserl hacia una postura
Tenemos al respecto, pues, una especie de tradición implícita en torno a este problema.
vigente para los intérpretes que han aceptado como bueno lo Por otro lado puede ser conveniente ofrecer al lector el
que Husserl y Heidegger dicen de sus propias filosofías en objetivo del trabajo, o si se prefiere, la tesis que se va a de­
relación a este problema, sin preguntarse si las interpretaciones fender en él; quiero mostrar que la postura explícita de Husserl
de ambos eran fiel expresión de lo que sus filosofías impli­ se funda en una noción limitada del ser humano, limitación
caban. que Husserl habría descubierto en lo que llamo la postura
En este trabajo, en el que tengo la intención de exponer im plícita, de modo que de acuerdo con esta postura el ser
una especie de programa, me limitaré al estudio del problema humano es una tarea dada, de modo que la trascendentalidad
en Husserl, porque el problema parte fundamentalmente de él. humana no se puede separar de los compromisos éticos a partir
Para ello tendremos que exponer en primer lugar la postura de los cuales la fenomenología adquiere su sentido y que
mueven la filosofía de Husserl antes de la Gran Guerra de una
manera implícita, pero después de la Guerra, de una manera
2 Q9. E. W. ORTH, «Kultmphilosophie und Kulturanthropologie ais Transzendental-
explícita. Esta actitud ya explícita después de la Guerra, que
phanomenologie», en Husserl Studies, 4, 103-141, (1987). aparece en los artículos sobre la “renovación”, en la filosofía de
168 JAVIER SAN MARTÍN FENOMENOLOGÍA Y ANTROPOLOGÍA 1 69

la historia de Husserl y también evidentemente en La crisis de 2. La postura explícita de Husserl


las ciencias europeas, nos lleva a relativizar —o a invertir— la
tesis explícita sobre las relaciones entre la antropología y la Es ya casi un tópico pensar que la postura explícita de
fenomenología. Desde esta perspectiva la diferencia entre el yo Husserl sobre la relación entre la antropología y la fenomeno­
empírico y el yo trascendental no es tanto o solamente una logía es suficientemente clara para no necesitar de ninguna
diferencia estática como una diferencia dinám ica e histórica, en interpretación. Sin embargo, es muy posible que en torno a esa
la medida en que al ser humano le es dado ser él mismo, es aparente claridad ronden considerables nubes de oscuridad que
decir, un sujeto trascendental. conciernen también al sentido mismo de la fenomenología. La
Podría ilustrar esta tesis con una anécdota, que me parece fenomenología trascendental se pone en marcha los años si­
reveladora. En una conversación entre Husserl y Fmk, de la guientes a la publicación de las Investigaciones lógicas, cuando
que nos habla Dorion Cairas, se preguntan qué pasa una vez Husserl se pregunta por el sujeto del que él había estado
practicada la epojé y superada, por tanto, la actitud natural, hablando en su investigación. Porque, si el objetivo de los
ante la postura del joven Fink, fiel a la postura explícita de Prolegóm enos para una lógica pura era rechazar la relevancia
Husserl, según la cual sería posible volver a la actitud natural gnoseológica del sujeto empírico, es decir, de la persona con­
en la que volvemos a actuar según los papeles ordinarios de creta, la pregunta inmediata era decidir de quién se hablaba en
nuestra vida social y cultural con sus intereses prácticos nor­ las seis investigaciones lógicas y quién era el sujeto de esos
males, Husserl «respondió que eso no era verdad en lo que se objetos ideales, cuyo valor de verdad no era posible reducir a
refiere a las más altas metas de la vida, que son los fines del los oportunismos prácticos que parecen asociados a las perso­
ego trascendental»3. El objetivo de este trabajo sería descubrir nas concretas. La conocida respuesta de Husserl se presentara
los hilos significativos de esa respuesta de Husserl, que además en La idea de la fen om en ología de 1907, y más explícitamente
está en íntima conexión con la filosofía de la historia que ya en las Ideas de 1913, que en la II Sección acometen precisa­
aparece al mismo tiempo que los artículos sobre la renovación mente como tarea, mediante las operaciones de la epojé y la re­
y que será el núcleo de La crisis, así como con la función que ducción, desgajar de la persona concreta humana, del ser hu­
Husserl atribuye a la fenomenología y de la que la fórmula mano, la condición trascendental o la conciencia trascendental.
más expresiva de Husserl es que el fenomenólogo es funciona­ La introducción de las dos operaciones básicas del método
rio de la humanidad. Esto sólo se entiende pensando la husserliano toma su punto de partida en la actitud natural en
diferencia entre el yo empírico y el trascendental no de un la que el ser humano es un ser mundano, del que todo sentido
modo estático sino como una diferencia dinámica e histórica, proviene de este carácter m undano. La puesta entre paréntesis
o incluso como una tarea en la que se trata de ser lo que del mundo y la consideración de que el mundo es un fenóme­
somos, de ser, por tanto, la trascendentalidad que ya somos. no trascendental de la subjetividad trascendental implica
también la puesta entre paréntesis del ser humano y que
también él es un fenómeno constituido en la subjetividad
trascendental. Ahora bien, puesto que la antropología trata del
3 Dorion CAIRNS, Conversations w ith Husserl and Fink, M. Nijhoff, 1976,
ser humano, las operaciones propias del método fenómeno-
170 JAVIER SAN MARTÍN FENOMENOLOGÍA Y ANTROPOLOGÍA 171

lógico llevan consigo la exclusión de la antropología de cual­ acababa de morir en Verdún en marzo de 1916; su otro hijo,
quier tarea fundante. La antropología filosófica sólo sería el Gerhard, había sido también herido en la Guerra y su hija
estudio del apriori de este fenómeno que aparece en mi vida Elisabeth trabajaba en un hospital de Guerra. ¿Qué es en tales
trascendental y que llamamos el ser humano y que se carac­ circunstancias la conciencia pura o trascendental?
teriza por estar entre el resto de los seres form ando parte de la No es de extrañar que en ese contexto se abriera camino
cadena causal del m undo. El lugar, por tanto, de esa antropolo­ la antropología; que precisamente en la década de los veinte
gía no es sino el de una ontología regional. surgiera en Alemania una antropología filosófica, cabalmente
La fenomenología trascendental se entiende entonces como de la mano de fenomenólogos como Scheler o Plessner. En
un proceso de ‘des-humanización’, Ent-menschung, pues el segundo lugar, que esta antropología tuviera como meta princi­
carácter trascendental no mundano sólo aparecerá en la medida pal tratar del ser humano y sus problemas, de ese ser humano
en que eliminemos el carácter humano. La trascendentalidad aparentemente abandonado por la reflexión trascendental. De
supone alcanzar un nivel que está más allá del mundo, preci­ todos modos, de acuerdo con lo que publicó como resultado
samente el punto donde surge el m undo. Nos situamos, por de sus investigaciones de estos años, por ejemplo, las M editacio­
tanto, más allá del ser humano, justamente donde surge el ser nes cartesianas y la Lógica form a l y trascendental, muy bien se
hum ano. De ahí que la fenomenología trascendental no pueda podía pensar que Husserl era ajeno a toda esta problemática.
nunca ser confundida con una antropología filosófica. Lo que, por otro lado, se vería ratificado por la ruptura con
Esta tesis ha sido generalmente uno de los puntos de Heidegger, motivada porque éste habría abandonado el nivel
partida para la incomprensión del sentido de la fenomenología, trascendental, para situarse una vez más en el nivel de un
es decir, de su teleología y de su relación con la historia, Dasein fáctico, que tenía que ser el ser humano, por mas que
porque ésta se desarrolla obviamente en el mundo, ya que es Heidegger lo negara.
resultado de las acciones de seres humanos. También llevará También vendría a ratificar lo mismo la conferencia sobre
dificultades a la hora de clarificar la relación de la fenomeno­ «Fenomenología y antropología», pronunciada por Husserl en
logía con las ciencias humanas y sociales; por eso sólo aban­ Halle, Frankfurt y Berlín en 1931, y que tenía como objetivo
donando esa faceta ‘trascendental’ podía Husserl acercarse a los aclarar las relaciones de estos dos saberes, que no dejaban de
fenómenos históricos, culturales, en definitiva a los problemas ser problemáticos y complejos. La pregunta era si se podía
de la existencia4, que tal vez era lo único importante en la fundar la filosofía sobre una antropología y Husserl viene a
República de Weimar. Porque si el sentido estaba en el nivel decir que, después de oírle qué es la fenomenología trascenden­
trascendental, ¿es que el sentido de la historia, digámoslo: de tal, que se desarrolla mediante la epojé y la reducción, el
la Guerra, era ajeno a los seres hum anos? ¿qué podía decir a los público mismo dará la respuesta5. Si el sujeto constituyente no
seres humanos una fenomenología pura tal como Husserl la
había expuesto en Gotinga? Wolfgang, el hijo de Husserl,
5 Husserl quiere diseñar la fenomenología aunque sea como idea; en ese
caso: «wird die pimzipielle, also endgultige Entscheidung der Frage...
mwiefern eme Philosophie und dann eme phanomenologische Philosophie
4 Cfr. E.W . ORTH, op. cit., p. 104. ihre methodische Grundlegung durch eine ‘philosophische’ Anthropologie
1 72 JAVIER SAN MARTIN FENOMENOLOGÍA Y ANTROPOLOGÍA 173

es el ser humano, la fenomenología como análisis del sujeto claro, toda ciencia empírica o apriórica del ser humano supone
constituyente no puede ser una antropología. En todo caso en el mundo como existente o como posiblemente existente. La
la conferencia está claro que el ser humano superado por la filosofía desde la existencia humana (yom m enschlichen Dasein
fenomenología trascendental es el mismo ser fáctico del que her) vuelve a caer en aquella ingenuidad cuya superación, tal
habla la psicología y que el psicologismo ponía como funda­ como lo decimos, es el sentido de la Edad Moderna»8.
mento de la ciencia. Este ser, como parte del mundo, está La postura explícita de Husserl vuelve a aparecer de una
sometido al estilo de los seres del mundo, entre cuyas notas se manera aún más elaborada en la Sexta m editación cartesiana de
destaca la causalidad, la determinación y lo que Husserl lla­ Fink, en su M ethodenlehre, que trata de llevar a cabo una
mará muy frecuentemente, sobre todo en textos no publicados, reflexión sobre el método fenómeno lógico con una consecuen­
el A usereinandersein, el estar compuesto de partes cuyas cia y radicaíidad extraordinariamente lúcida. Pues bien, la Sexta
relaciones son exteriores. El ser humano de la actitud natural m editación cartesiana, escrita por Fink en la segunda mitad del
está definido por esas notas, y, por tanto, la fenomenología, verano de 1932, es una excelente contribución a la clarificación
que trata de alcanzar otra dimensión, no trata del ser humano del sentido explícito de la fenomenología pero también de los
y de ahí que la antropología sólo pueda ser una ciencia subor­ problemas que ese sentido lleva consigo. La ventaja, por otro
dinada, que tiene como tarea analizar, como una Wesenslehre, lado, de la Sexta M editación, es que, siendo una reflexión sacada
el apriori del fenómeno ‘ser humano’ que aparece en el de conversaciones con Husserl, nos orienta, como ningún otro
mundo. texto, sobre el sentido de la fenomenología. Por supuesto que
En la conferencia de 1931 aparece con toda claridad esta supone el conocimiento de la postura de la que venimos
equivalencia6, porque ahí Eíusserl no considera la posibilidad hablando. Ya al comienzo9 se dice que la vida trascendental
de una antropología que no cayera en el psicologismo, porque está oculta (yerdeck te) por la autoapercepción mundanizante del
el ser humano que analizara no sería el ser humano deter­ ser humano; es decir, el punto de partida es la convicción de
minado de la psicología; en ese caso la antropología filosófica que el ser humano, Mensch-sein, es un ser en el mundo como
ya no sería otra figura de la continua desvirtuación de la los demás, que por consiguiente participa de las características
corriente trascendental de la filosofía moderna. Al contrario, del mundo. En la medida en que éstas sean opuestas a las de la
para Husserl «tomarse como ser humano implica ya la vigencia vida trascendental, son incompatibles. Por eso la fenomenolo­
del mundo»7, justamente lo que la epojé ha puesto entre gía debe superar el ser humano, el Mensch-sein. Es cierto que la
paréntesis; e inmediatamente dirá: «Por tanto es totalmente reflexión fenomenológica la empieza el ser humano, pero para
inmediatamente superarse (sich übersteigen) a sí mismo, de
modo que: «transformándose por la autorreflexión más
profunda, el ser humano y su ser humano en el mundo de un
finden kónne», «Phanomenologie und Anthropologie», en A uftrdge and
Vortrdge 1922-1938, Hua. XXVII, ed. por Th. NENNON y H. R. SEPP, 1988,
p. 165. ‘
6 Op. cit., p. 164. 8 Op. c it , p. 179.
7 Op. cit., p. 173. 5 E. Fin k , op. cit., p. 4, lín. 30.
174 JAVIER SAN MARTIN FENOMENOLOGÍA Y ANTROPOLOGÍA 175

modo natural se supera a sí mismo por la producción del mas en relación a esta triple estructura. Según Husserl, el ser
espectador trascendental»10. humano que reflexiona o quiere hacer fenomenología soy yo
Con esto se nos da la dinámica de la reflexión fenomeno- mismo en cuanto ser humano; pero al practicar la reducción
logica. Es el ser humano el que empieza, pero justamente para yo descubro que este yo humano es siempre un yo trascenden­
dejar de serlo mediante la producción de otro tipo de sujeto. tal, es decir, un ser ‘constituyente’, también se podría decir, un
Pero entonces ¿se convierte el ser humano en espectador tras­ ‘ser’ que propiamente es un ‘pre-ser’, y por ello todavía
cendental? No es esa la postura de Fink, que en realidad repite no-ser13, en el que surge el sentido del mundo como ser real
la conocida teoría de los tres yos, que tanto suele irritar a y posible. El ser humano es humano exactamente porque o
muchos fenomenólogos11. Creo, sin embargo, que las Medita­ cuando olvida que él es precisamente este lugar o esta perspec­
ciones cartesianas y el Anejo XIX de Erste Philosophie12 son tiva del mundo. Para descubrir este carácter trascendental del
muy claros sobre la puesta en juego de tres yos. Sin esta espe­ yo, que era el sentido anónimo del ser humano mundano, es
cie de «escisión», (Abspaltung), la reducción no sería compren­ necesario que esa perspectiva que es el yo trascendental pro­
sible. duzca una reflexión sobre sí misma; en esta reflexión interrum­
Por tanto, según la postura explícita el método fenomeno- pe la tendencia de la perspectiva —el (no)ser— del sujeto del
lógico sólo puede ser comprendido mediante la puesta en juego mundo a situarse en el mundo. Esta perspectiva situada es el
de tres nociones de yo; también se podría decir: por la puesta ser humano. El ser (el no-ser) no situado es el yo trascendental.
en juego de tres actitudes del yo. El problema estará en La interrupción de la tendencia a situarse en el mundo es la
entender rigurosamente su diferencia y su identidad. Ese epojé trascendental, que la realiza el sujeto que reflexiona, al
problema es el que atraviesa la Sexta m editación cartesiana de que Husserl llama el yo fenomenologizante. La Sexta m edita­
Fink y el que más preocupa a Husserl, por lo que es de ción cartesiana de Fink es un intento de definir el estatuto de
suponer que el propio Husserl no dejaba de tener sus proble- este yo fenomenologizante y los problemas que se derivan del
hecho de que se presente como un ser humano. Por tanto, si
la fenomenología trascendental es un saber sobre el yo
trascendental, el yo antes de que sucumba, por decirlo así, a
10 Op. cit., p. 11, lrn. 2.
sus propias efectuaciones, la fenomenología jamás puede ser
“ Se puede ver esta desconfianza en M. FARBER, The Foundation o f
P henom enology, donde comenta el trabajo de Fink, «Die Phanomenologie E.
una antropología; más bien lo contrario, sólo en cuanto se
Husserls m der gegenwártigen Kritik» (en Studien zur P hanom enologie, auto constituye frente a la antropología puede ser identificada
Phánomenologica 21, La Haya, 1966, p. 122; antes en Kant-Studien, 1933), como fenomenología.
donde expone la teoría de los tres yos, como «the most striking» y dice que
está formulado con «disconcerting expressions», p. 543; un poco más
adelante dice sobre la teoría de los tres yos: «it is indeed fortúnate that this
phenomenological trinity has not been exploited for theological purposes», 13 Si la subjetividad trascendental es aquello de donde surge el ser del
p. 554. H. SPIEGELBERG opina que la teoría proviene de Fink; cfr. su The mundo, propiamente ella misma ‘es’ un no-ser. Esta problemática está muy
P henom enological M ouvement, Nijhoff, 31982, p. 121 y 501. presente en la Sexta m editación cartesiana, siendo decisiva para Fink, quien
12 Hua. VIO, sobre todo pp. 427 ss. y también 417 del Beilage XVIU; y habla de la Sexta m editación como «ein Vorblick auf eine meontische
«Pariser Vortrage», Hua. I, p. 16 y Cartesianische M editationen, op. cit., p. 65. Philosophie des absoluten Geistes», op. cit., p. 183.
176 JAVIER SAN MARTÍN FENOMENOLOGÍA Y ANTROPOLOGÍA 177

Todo esto puede parecer un tanto abstruso, pero ahí nos También es importante para comprender el alcance y los
jugamos mucho más de lo que pudiera aparecer al principio; límites de la relación —de distanciamiento o acercamiento o
lo que ahí está en juego es el núcleo filosófico de la Edad igualdad— entre la antropología y la fenomenología; pues
Moderna: la objetividad de la ciencia y del saber moral, lo que parece claro que si estamos de acuerdo en que la antropología
equivale a decir: el valor no oportunista ni puramente coyun- es el saber del ser humano y el ser humano está necesariamente
tural tanto del saber teórico como del saber práctico. Lo que imbricado en su cultura, su historia y su situación, la filosofía
ha sido el motor de la filosofía moderna inaugurada, bien que trascendental debe estar más allá de la antropología.
en términos vacilantes, por Descartes, es el esfuerzo por Ahora bien, la pregunta que tenemos que hacer es si el ser
asegurar un sujeto de la ciencia y del saber moral y religioso humano en cuanto objeto filosófico agota su sentido en el
que transcienda los condicionamientos sociales y culturales del objeto que estudia esa antropología. Pues bien pudiera ser que
ser humano, que por otro lado constituyen su sustancia y que ese ser humano previsto en esa antropología no sea el ser
ciertamente parecen ser en una gran medida coyunturales. humano en su totalidad ni siquiera en el sentido más impor­
Frente a la diversidad cultural con la multiplicidad de tradicio­ tante del ser humano. En ese caso tal antropología no sería una
nes históricas, sedimentos ellas mismas de sucesos azarosos e auténtica antropología, sino sólo una antropología quizás
imprevistos, de adaptaciones sumamente coyunturales, la filo­ inevitable al principio pero que es necesario superar, si la
sofía, ya como tradición —la tradición de la intradición, como antropología quiere dar razón del ser humano. Si, por tanto,
la llama Ortega y Gasset— siempre se ha esforzado por pensar no será insostemble proyectar una antropología suficiente del
el sujeto de la ciencia y la moral en un plano superior en el ser humano que lo considere sólo sujeto-objeto de sus circuns­
que no estaría sometido a la contingencia y oportunismo tancias y que al mismo tiempo olvide que esas circunstancias
histórico. Ese es el sentido de la diferencia entre lo empírico son también producto del ser humano. Por eso, la pregunta
y lo trascendental. Mientras que el ser humano que somos es que hay que hacer es si es posible proyectar una antropología
un ser cultural, en el que priman los intereses de la vida que considere al ser humano sólo como objeto sometido y
ordinaria, cuyo sentido depende aparentemente de las circuns­ formado por las determinaciones mundanas, y que en virtud
tancias histórico-sociales de cada uno, e incluso dentro de una de eso olvide y no tenga en cuenta que ese ser es a la vez una
comunidad, de la posición social, la filosofía, en un movimien­ perspectiva activa sobre el mundo y sus circunstancias, siendo,
to tal vez desesperado pero al que no puede renunciar, trata de entonces, capaz de cambiarlas. En definitiva, si es seguro que
trascender esa contingencia, descubriendo, fundando o incluso, el ser humano es un ser en el mundo, del mundo o dentro del
proyectando —y los matices son importantes— un sujeto, mundo, del que trata la antropología científica, también es un
llamado trascendental, que estaría más allá de los oportunis­ sujeto que se afirma en el mundo, lo que también debe
mos. estudiar la antropología si verdaderamente quiere ser un saber
Es importante, me parece, interiorizar esta intención de la auténtico sobre el ser humano. Este segundo aspecto es reivin­
filosofía trascendental moderna tanto para comprender la dicado por la filosofía trascendental; y como toda filosofía
filosofía en general como también para comprender la filosofía trascendental tiene de un modo u otro ese sentido, no podía
husserliana y el sentido de la refutación del psicologismo. menos que terminar mostrando su «vocación antropológi-
178 JAVIER SAN MARTÍN FENOMENOLOGÍA Y ANTROPOLOGÍA 179

ca»u. Éste es el caso patente de la filosofía de Husserl, como del comienzo de la filosofía husserliana. En todo caso es
lo mostraré después. Pero antes quiero hacer algunas reflexio­ interesante saber que las obras de Schopenhauer fueron la
nes sobre los problemas de la teoría con la que está en primera adquisición filosófica del joven Husserl. Al asumir este
conexión la postura explícita, y que poco a poco debían llevar esquema, que en mi opinión es fundamental para entender el
a un cambio en el desarrollo de la fenomenología, hasta primer sentido de la epoje y de la reducción, Husserl se
implicar una postura implícita o tácita a mi entender opuesta muestra como heredero de la tradición filosófica kantiana. Lo
a la primera*15*. que está en la base de la teoría de la epojé y de la reducción
que implican la teoría de la Entmenschung, y por tanto, la
postura explícita sobre la relación entre la fenomenología y la
3. Problemas de la ‘deshumanización’. Presupuestos y antropología, no es otro que el modelo moderno de filosofía.
dificultades . Un rasgo fundamental de este esquema moderno, en el
que el punto de partida es siempre el problema del conoci­
Voy a exponer la problemática de la postura explícita des­ miento, es la adopción de un modelo constructivista del cono­
de dos perspectivas. En primer lugar creo que es conveniente cimiento, del que tanto Descartes como Kant serían buenos
subrayar los problemas de la teoría husserhana que está en la ejemplos. También Husserl partirá de un modelo construcuvis-
base de la teoría explícita, la teoría de la epojé, que, aunque sea ta bajo la amplia problemática de la comprensión de la inten­
una práctica diseñada para superar todos los presupuestos, ella cionalidad en el esquema ‘contenidos reales’ y ‘sentido inter­
misma se basa en presupuestos. Husserl ha criticado varias pretativo’ (Inhalt/Auffassungssinn), o dicho de un modo más
veces el primer modo de hacer la epojé, pero esta crítica no frecuente, en el esquema de sensaciones e interpretación. De
alcanza a la teoría de la ‘deshumanización’, que sin embargo acuerdo con el esquema moderno la realidad en sí aparece a
está en íntima relación con aquel modo. En segundo lugar, través de sensaciones que el sujeto debe interpretar constru­
interesa subrayar las dificultades que esta puesta a punto tenía yendo el conocim iento , que tendrá entonces el carácter de una
en general para la fenomenología. representación. .,
La fenomenología de Husserl está en íntrna conexión con Sobre este esquema diseño Husserl su teoría de la epoje y
el esquema de Schopenhauer de comprensión de la realidad reducción en la época de Gotinga y en este esquema se basa
total como voluntad, es decir, realidad en sí, y representación, también la postura explícita sobre la relación entre la fenome­
.o realidad conocida. Esta duplicidad moderna es el trasfondo nología y la antropología. La epojé no será sino la técnica para
quedarnos sólo con la pura representación como una cogitatio
con su cogitatum, diferente, por tanto, de la realidad en sí. De
M La expresión es de A. Kelkel en su ponencia en el Congreso de Fenom eno­ la misma manera que el lógico pone una frase entre comillas
logía de Santiago de Compostela de 1988. para indicar que esa frase no tiene en ese momento una
15 Con esto considero que voy más allá que el Prof. Ortb, porque para mí función proposicional, es decir, que no es tética o que no es
no se trata solamente de un ensayo de mtegración {op. cit., p. 106), sino del ponente de su referente, que es, sin embargo, útil para mostrar
sentido antropológico de la filosofía trascendental, e inversamente, del sen­
tido trascendental del objeto-sujeto de la verdadera antropología.
las propiedades del lenguaje; se trata en ese caso de una frase
180 JAVIER SAN MARTÍN
FENOMENOLOGÍA Y ANTROPOLOGÍA 181
neutral en relación a la pregunta por la realidad, por tanto, de
o al oportunismo que parecen ser propios de la realidad. El ser
la razón; del mismo modo lo que, en este época de Gotinga,
humano como resultado de los oportunismos o contingencias
se obtiene mediante la epojé y la reducción es algo (una
de la historia no puede ser el sujeto epistemológico. Con­
significación, un sentido, un Satz) que es neutral. La epojé es,
siguientemente, la primera operación fundante de la fenomeno­
como nos dirá en las Ideas, escrito en los últimos años de la
logía debe consistir en desprendernos de la ‘envoltura’ humana
etapa de Gotinga y que pueden ser consideradas como colofón
en que aparece la representación y el sujeto; en definitiva,
de esa etapa, una modificación de ‘neutralidad’16, por lo que
garantizar que la fenomenología no sea un antropología.
no tiene sentido preguntarse por la realidad de lo que en ese
Pero Husserl no se quedó en este esquema. La fenomeno­
sentido se propone, como en el caso de las frases del lógicoG
logía es una filosofía atravesada por profundas tensiones,
Ahora bien, de este mismo esquema vive también la determinadas precisamente por esas dificultades de los presu­
noción de ser humano que Husserl toma como punto de
puestos que acabamos de exponer y que, a fin de cuentas, han
partida para determinar las relaciones con la antropología. En llevado a la fenomenología a superarlos y, a mi entender, en el
efecto, el ser humano es un ser perteneciente al mundo del
tema que nos ocupa, a esbozar una nueva postura, aunque sea
mismo modo que cualquier otra realidad del mundo y que, por
de un modo implícito. Algunas de las dificultades del modelo
eso, puede ser científica o filosóficamente investigado como
moderno no tardaron en aparecer; otras sólo fueron tematiza-
cualquier otra realidad del mundo. Este ser humano pertenece das en los últimos años de Friburgo. La primera dificultad en
naturalmente a la misma cadena causal que determinaría qué es aparecer fue quizás la del modelo constructivista, que atraviesa
esta realidad en su origen y en su desarrollo, un ser deter­ toda la etapa de Gotinga. Ya en el manuscrito sobre el tiempo
m inado.
confiesa Husserl que no toda intencionalidad se lleva a cabo
Estos presupuestos subyacen también en el diseño de la según el esquema Hyle-Auffassung, materia-interpretación18,
psicología científica; en general son fundamentales para la porque todo contenido es él mismo resultado de una intencio­
imagen del hombre dominante en la ciencia moderna y actual. nalidad anterior19*. La superación del modelo constructivista
También están en la base de la posición explícita de Husserl, está en conexión directa con la superación del modelo moder­
pues ¿cómo un ser causalmente determinado puede contribuir no de filosofía.
a cumplir los objetivos para los que Husserl ha diseñado la Ahora bien, este modelo también es el trasfondo de la
enomenología: describir un sujeto que garantice el conoci­ epojé. Sin embargo, la primera dificultad de la epojé vendrá de
miento^ de las objetividades necesarias de la lógica y de la lo que podemos llamar los efectos de la epojé, la caída de la
matemática, que según su sentido son ajenas a la contingencia ‘corporalidad’ y por consiguiente la dificultad de plantear una

16 Cfr. Hua. HI, 1950, p. 266, lin. 11.

Se puede enc°ntrar una exposición más detallada de estos temas en el 18 Cfr. Hua. X, p. 7, nota 1.
» •? e mi '1*3ro ñ a estructura d el m étodo fen om en ológico UNED 19 En relación a esta problemática el libro de G. A. de ALMEIDA, Sinn und
adnd, 1986 y en el capítulo II de La fen om en ología d e Husserl com o utopía
d e la, razón, Anthropos, Barcelona, 1987. Inhalt in d er genetischen P hdnom enologie E. Husserls, (Phánomenologica, 47),
M. Nijhoff, 1972, es una investigación fundamental.
FENOMENOLOGÍA Y ANTROPOLOGÍA 183
1 82 JAVIER SAN MARTIN

fenomenología de la intersubjetividad. Si por la epojé se neu­ tual del primer esbozo de la epojé y reducción. A mi entender
traliza o se pone el mundo entre paréntesis, porque, siendo el cambio de marco implicaba también un cambio de la rela­
presuntivo, no sirve de punto de partida en un ensayo de fun- ción con la antropología. En todo caso sería necesario exami­
nar detenidamente hasta qué punto el nuevo marco teórico de
damentación, también los otros, que para mí están necesa­
la epojé y la reducción implican aun una deshumanización .
riamente en el mundo, deben ser neutralizados, es decir, tam­
De todas maneras, si el yo trascendental no es el yo
bién ellos ‘caen a la epojé’. Es conocido el esfuerzo husserliano humano, hay que preguntarse quién es. ¿Cuál es su estatuto
para resolver estas dificultades. Los cambios de rumbo que se ontológico? Se trata de una pregunta que no^se puede ignorar
dan en la G rundproblem evorlesung 1910/11, en la que Husserl y que fue planteada por Heidegger con motivo de la elabora­
abandona su primera propuesta de una fenomenología crítica ción del artículo para la Enciclopedia Británican . A esta
en favor de una fenomenología descriptiva20, muestran ya una cuestión hubiera respondido Husserl aparentemente que el yo
tensión en el proyecto inicial. Esta tensión repercute también trascendental sería desde una perspectiva ontológica neutral, y
en los desarrollos de la Erste Philosophie II, donde Husserl que, consiguientemente, desde ese momento ya no se podía
abandona el camino cartesiano; y en las reflexiones posteriores hacer la pregunta por el estatuto ontológico de la subjetividad
en las que presenta la diferencia entre la fenomenología y sus efectuaciones. Pero esta respuesta oculta a la vez el
trascendental y la psicológica; esta tensión concierne también problema ya mencionado. Si se lee detenidamente la Sexta
a la epojé y reducción como neutralización y adquisición de m editación cartesiana de Fink y las notas de Husserl sobre el
una representación, es decir, a la epojé y reducción en el ser y el pre-ser (Sein un d Vor-sein), se debe concluir que este
marco de la filosofía moderna. tema es fundamental y, además, que siempre lo había sido, por
Ahora bien, lo que hemos llamado la postura explícita de una razón muy importante, porque Hussen siemp,~
Husserl pertenece al conjunto conceptual que ha provocado las entendido la fenomenología de una manera critica; ahora bien,
dificultades que acabamos de subrayar y que Husserl ha tratado la crítica está dirigida por un compromiso, lo formulemos
de resolver a lo largo de su vida. Puesto que no son resolubles explícitamente o lo mantengamos de modo implícito.
en ese marco teórico, Husserl se vio obligado a cambiar el
marco inicial, pero entonces hubiera debido cambiar también
4. Puntos de inflexión. Hacia la postura implícita
la postura explícita, de lo que no se dio cuenta. En este sentido
llama la atención que se procure volver a pensar la epojé y la La tensiones que atraviesan el primer marco conceptual de
reducción, y que se acepte de una manera acrítica su posición la fenomenología, lo que en otro lugar he llamado «la teoría
concerniente a la antropología y a la fenomenología; ahora fenomenológica», no quedaron sin resolverse, si bien nunca lo
bien, esta postura es pensable solamente en el marco concep­

21 Cfr. Hua. IX, p. 601; Heidegger pregunta ahí: «Welches ist die Semsart
20 Cfr. Hua. x m , pp. 162 y 168; cfr también Hua. VIH, p. 170, donde des Seienden, m dem sich W elt konstituiert»
Husserl dice que la teoría de la reducción puede separarse de la motivación
22 Cfr. La estructura del m étodo fen om en ológico , p. 268 s.
del filósofo que comienza.
1 84 JAVIER SAN MARTÍN FENOMENOLOGÍA Y ANTROPOLOGÍA 185

hara Husserl de un modo completo y definitivo. Si pensamos puesta entre paréntesis25. En segundo lugar, si la fenomenolo­
la fenomenología desde su estructura, su función y su principio gía es una filosofía crítica —crítica diseñada en el marco
fundamental, se puede decir que la intención de la fenomeno­ constructivista, es decir, en la teoría inicial de la epojé—, la
logía o la función que pretende cumplir de acuerdo con un crítica apodíctica esbozada en La idea de la fen om en ología no
principio —principio que de una manera u otra deberá estar es viable y no permitirá, entonces, cumplir la función de la
presente ya en las Investigaciones lógicas— toma cuerpo en fenomenología.
primer lugar en una estructura conceptual que plantea proble­ Por tanto, ya en la etapa de Gotinga iniciará Husserl una
mas, que llegarían incluso a impedir a la fenomenología critica de su primer marco conceptual, poniendo en cuestión
cumplir su función. La intención de la fenomenología, la en primer lugar el marco constructivista e inmediatamente la
reconstrucción o recuperación de un sujeto racional, no es primera epojé; esta puesta en cuestión se hace profundizando
realizable en el marco conceptual constructivista y en el marco en la noción de ‘trascendente’ que hay que poner entre parén­
de la primera concepción de la epojé y la reducción. El mismo tesis, volviendo, de ese modo, a formular las exigencias críticas
Husserl nos daría la clave: toda representación en cuanto tal es de la fenomenología. En efecto, ya en la G rundproblem evor­
neutral y lo que construye el sujeto es una representación; mas lesung no postulará Husserl la puesta entre paréntesis indis­
a lo afectado con el índice de neutralidad no cabe preguntarle criminada de todo trascendente, sino solamente de aquel
por su racionalidad23, del mismo modo que no tiene sentido trascendente que en ningún caso puede “darse fenomenológica-
preguntar al lógico por la verdad de la proposición que toma mente”. Con esa exigencia se modifica profundamente la
como ejemplo. Si, pues, el motor ue ia fenomenología es la primera noción de epojé y cambia también el sentido de reduc­
recuperación o reconstrucción del sujeto epistemológico * 1 ción. No se puede decir, sin embargo, que Llusserl hubiera
tanto que racional, la función de la fenomenología debe tomado conciencia del alcance de estos cambios; puede incluso
llevarla más allá de una etapa neutral. La trascendentalidad no que no fuera consciente hasta los años 20 cuando dice que lo
puede ser neutral. pensado en esas Lecciones de 1910/11 le causó una gran impre­
De aquí se derivan importantes líneas de desarrollo. En sión26. Y es que efectivamente ahí se anunciaba un nuevo
primer lugar la cuestión de la intersubjetividad se muestra de marco conceptual que, unido a la crítica del modelo construc­
primordial importancia, porque la razón es «una idea de tivista, cambiaba profundamente el sentido de la fenomenolo­
comunidad»24. Si en el modo de ejecutar la epojé pierdo la gía. La epojé dejará de ser la puesta entre paréntesis del mundo
intersubjetividad, toda la empresa se viene abajo, como en la en un sentido indiscriminado, sino solamente la puesta entre
G rundproblem evorlesung 1910/11 dice Husserl en relación a la paréntesis de aquella noción de mundo impregnanada de obje­
tivismo propia de la ciencia moderna que afecta e infecta toda
la vida trascendental, convirtiendo el mundo de la ciencia en
z) Cfr, Ideen I, Hua. IU, 1950, p. 266, donde Husserl dice que a las nóesis
afectadas de la modificación de neutralidad no se les puede preguntar por su
racionalidad. 25 Hua. XIH, p. 160.
21 Hua. VH, p. 16. 26 Cfr. Hua. Xm, p. 449.
186 JAVIER SAN MARTÍN FENOMENOLOGÍA Y ANTROPOLOGÍA 1 87

absoluto. La reducción del mundo, por su parte, es la recon­ Todo esto se va a acentuar desde dos perspectivas íntima­
ducción del mundo a su lugar de nacimiento, es decir, a la mente conectadas entre ellas y que se desarrollan después de la
subjetividad trascendental en la que el mundo, y en general la Gran Guerra; dicho con brevedad: la Gran Guerra supone para
realidad, toma el sentido mismo en el que aparece. Por eso Husserl la irrupción de la historia en su vida y en su filosofía;
podrá decir Husserl que una vez que se ha visto este sentido de con esta irrupción aparece una nueva ética y la idea de la
reducción «wird die Enthaltung von der Setzung der Welt filosofía fenomenológica como responsabilidad histórica. En
systematisch aufgehoben», «se supera sistemáticamente la este nuevo marco pero sobre todo bajo la idea de ética que
abstención de la posición del mundo»27. Por eso se puede Husserl desarrollará en el contexto de la idea de renovación
esbozar una fenomenología crítica, porque la reducción necesaria después de la catástrofe de la guerra, aparece, se desa­
apodíctica dejará de significar aquella primera reducción a lo rrolla y se profundiza la idea o teoría del yo. Según esta teoría
inmanente sin ninguna exigencia trascendente; de acuerdo con el yo será sujeto de la historia en la medida en que es un sujeto
la importante lección Einführung in die Philosophie de 1922/23, d e hábitos. Ahora bien, tanto la reflexión histórica como la re­
la reducción apodíctica es el método para lograr el apriori flexión ética con la nueva concepción del yo, suponen un nue­
esencial de la subjetividad, es decir, aquel ámbito de necesidad vo y decidido punto de inflexión de la postura explícita que en
inherente a la noción misma de subjetividad racional, siendo, mi opinión queda superada por el nuevo marco del problema.
por ello, un instrumento para lograr el verdadero sentido de Se podría pensar, sin embargo, que la cuestión de la
la trascendentalidad muy alejado de aquella neutralidad con historia sólo es una aplicación de un nivel anterior, de modo
que inicialmente pudo ser pensada la fenomenología trascen­ que en la consideración de la historia y de la ética sólo se
dental. tratara de un A nwendungsproblem, un problema de aplicación,
Desde este momento la posición explícita de la relación en el que abandonaríamos la actitud trascendental descriptiva
con la antropología queda muy minada, porque lo que queda de lo constituyente para situarnos en el nivel de la actitud
fuera del marco de la fenomenología es la noción trascendente natural, o sea de lo constituido; en todo caso abandonaríamos
mundana de ser humano, la noción propia de la ciencia y de el plano de la subjetividad trascendental para volver al nivel
la modernidad; la noción de ser humano como pura exte­ antropológico. La ética y la filosofía de la historia serían en
rioridad, como frecuentemente dice Husserl, para lograr, por este caso filosofías segundas frente a la filosofía primera. De
el contrario, un ser humano nuevo que tenga en sí el sentido todos modos hay que preguntarse si abandonamos realmente
de subjetividad trascendental obligada racionalmente, traspa­ la subjetividad trascendental para volver a aquella humanidad
sada o idéntica con un apriori que es lo que realmente consti­ que habíamos dejado por la epojé; hay que preguntarse si
tuiría al ser humano y sin el cual no sería pensable. volvemos a la actitud natural, de modo que la fenomenología
ética y la fenomenología de la historia se desarrollarían en el
mismo nivel de ingenuidad que el de las ciencias de la actitud
natural, o bien si se trata en esos casos de ontologías regio­
27 Mn. B I 5/IX, p. 24, citado por G. B r a n D, Welt, Ich und Zeit, M.
nales.
Nijhoff, 1955, p. 34.
188 JAVIER SAN MARTIN FENOMENOLOGÍA Y ANTROPOLOGÍA 1 89

Pues bien, la consideración tanto de la historia como de La pertenencia a la historia como el hecho absoluto de la
la ética no es secundaria, ni tiene el carácter de una ontología subjetividad trascendental es ciertamente también el misterio
regional ni se desenvuelve en el nivel de la actitud natural; al fundamental de la subjetividad trascendental. Esta concepción
contrario, estas consideraciones son imprescindibles para la de la vida trascendental como una vida histórica es la mayor
filosofía trascendental, por la simple razón de que, siendo ésta contribución de Husserl después de la Guerra. A partir de ese
una filosofía de una subjetividad trascendental constitutiva­ momento Husserl ya no sólo ensayará reconstruir el sujeto
mente histórica y responsable, la historia y la ética pertenecen necesario de la ciencia, un sujeto epistemológico que podría ser
necesariamente a la filosofía trascendental28. Ahora bien, tan­ considerado trascendental por su carácter abstracto y universal;
to la una como la otra se dan en una esfera mtersubjetiva y no sino que tratará de presentar la fenomenología como una filo­
solamente de la intersubjetividad como apriori de la subjetivi­ sofía para la recuperación de una racionalidad histórica y
dad; tanto la una como la otra tienen lugar en el nivel de la personal; desde ese momento la ética y lo histórico pasan al
intersubjetividad concreta, porque la constitución del yo es una primer plano.
constitución histórica y concreta en un contexto generativo La respuesta de Husserl a D. Cairas y Fink a la que antes
social determinado y en un ámbito mundano preciso, sólo en hemos aludido debe comprenderse en relación con esta proble­
relación al cual tiene la subjetividad un sentido. La subjetividad mática. Según Husserl, en lo que concierne a los fines últimos
no es sino experiencia de este mundo, de la misma manera que del yo trascendental, no es posible abandonar el nivel trascen­
este mundo no tiene sentido más que si hay una subjetividad. dental; puesto que los fines últimos pertenecen a la etica, la
Por eso puede Husserl exclamar en plena madurez, cuando ética pertenece o es consustancial al yo trascendental. Es lo
tiene ya 62 años, que la historia es el gran hecho del ser mismo que decir que después ue la reducción el ser humano es
absoluto, porque «cada ego tiene su historia y sólo existe en un hombre nuevo30. Esta confesión de Husserl es muy impor­
tanto que sujeto de una historia, de su historia. Cada comuni­ tante, porque él hace depender de estos fines últimos la
dad comunicativa de yos absolutos, de subjetividades absolutas renovación cultural e histórica; la recuperación del sentido
—en plena concreción, a la que pertenece la constitución del humano de la humanidad depende de esta renovación, lo que
mundo—, tiene su historia ‘pasiva’ y ‘activa’ y existe sólo en por otro lado es necesario para no caer en un «diluvio ae
esta historia»29. escepticismo» o en la barbarie31. El descubrimiento del nivel
trascendental histórico y ético —los fines últimos del yo
trascendental— implica también el descubrimiento del sentido
28 A . KELKEL comenta también esta tensión entre un Husserl que ignoraría teleológico del ser humano. Yo no considero un azar que en
la dimensión histórica y un Husserl para el que la historia no es ya «an
incidental encounter that is, as fortuitous and due to the painful (but
external to phenomenological thought) experience that Husserl had of the
irruption of real history into his private life... puré subjectivity discovers 50 Cfr. HUSSERL, en E. F in k , op. c it , p. 214; ver también la nota de
itself in a temporal dimensión», en «History as Teleology and Eschatology: Husserl n. 469, en p. 143.
Husserl and Heidegger», en A nalecta Husserliana, IX, 1979, pp. 383s. 31 El peligro de la «caída» en el «diluvio del escepticismo», Die Krisis, Hua.
29 H u a . VIH, p. 506. Cfr. tam b ién el m agnífico com entario de LANDGREBE VT, p. 12, o en la barbarie, op. cit., p. 347, indican claramente para Husserl
a este tex to , e n Faktizitat un d Individuation, Félix M einer, 1982, pp. 38 ss. el peligro que representa la falta de una dirección racional.
1 90 JAVIER SAN MARTIN FENOMENOLOGÍA Y ANTROPOLOGÍA 191

estos momentos Husserl hable casi siempre de Menschen, nología; hasta cierto punto en este contexto Husserl volverá a
Menschheit, o M enschentum. A mi entender es un error pensar la posición explícita, olvidando la problemática de los años
que habla de ese modo porque habría abandonado el nivei anteriores. Así en los años en torno a 1930, cuando Fink
trascendental. El carácter necesario que para la trascenden- trabaja con Husserl, la postura explícita tomará de nuevo
talidad representa la historia y la ética prueban más bien lo importancia. El tercer período será el de La crisis, a partir de
contrario. El verdadero sentido de la humanidad, su carácter la comunicación al Congreso de Praga en septiembre de 1934,
humano, su M enschentum, radica en la trascendentalidad, de la que, bajo el título «Crisis de la democracia», está en la base de
que de ordinario no tenemos conciencia alguna en nuestra vida los últimos desarrollos husserlianos. Husserl, estimulado por
diaria, perdida en los intereses concretos que nos prescriben la historia y por la política, volverá a las adquisiciones de los
nuestra cultura y nuestra sociedad. años de la posguerra y de nuevo se centrará su reflexión en la
Se puede decir, sin embargo, que en las M editaciones car­ ética y en la historia. Por eso se puede comprender la insisten­
tesianas y en la Sexta m editación cartesiana de Fink aparece cia de Fink sobre temas que parecen tener poca relación con
claramente el sentido de la epojé como puesta entre paréntesis la historia y con la ética; pero es que los problemas sobre los
de la tesis del mundo, de la tesis de la actitud natural; esta que Fink discutía con Husserl se referían antes a la arquitec­
puesta entre paréntesis se lleva a cabo por el yo que reflexiona, tónica de la fenomenología que a la historia. Pero en mi
que desde entonces ya no puede ser el ser humano que per­ opinión la consideración de la ética y de la historia, mucho
tenece a la actitud natural. Sin tratar de dar aquí una respuesta más presente en Husserl antes de que Fink fuera su ayudante,
a los problemas planteados por la Sexta m editación cartesiana, daban a los conceptos fundamentales de la fenomenología de
justamente el de la fuerte separación entre los tres yos, entrada un aspecto histórico y ético, pero que podía pasar
conviene distinguir en la etapa de Friburgo de Husserl tres desapercibido tanto en las M editaciones cartesianas como en la
períodos en función del predominio de los diversos temas. Sexta m editación cartesiana. Si se lee las notas de Husserl,
Desde 1916 hasta finales de 1924 cuando Husserl vuelve a la inmediatamente se ve lo contrario. La crisis de las ciencias
ética, la ética y la historia están en el primer plano32. En los europeas de nuevo mostrará el sentido etico e histórico de la
años que siguieron, a partir de la elaboración de la diferencia reflexión trascendental. Para Husserl la puesta entre paréntesis
entre la psicología fenomenológica y la trascendental, pero de la historia, consecuente a la teoría de la E ntmenschung, sólo
sobre todo a partir de la cuestión planteada por la filosofía podía ser provisional, como lo dice el mismo en una carta a
heideggeriana, la preocupación de Husserl será de nuevo ase­ George Misch; era para poder hacer mejor las preguntas de la
gurar el sentido de su filosofía; para hacer esto, se esfuerza por historia, y no porque la historia fuera secundaria33.
volver a definir los conceptos fundamentales de la fenome­ También desde la teoría del yo podemos llegar a compro­
bar el carácter primordial de la ética y de la historia. No se ha

12 Desde mediados de este período el ayudante de Husserl fue L. Landgre-


be; por eso se comprende muy bien la insistencia de éste sobre el tema de ” Cfr. la carta a G. Misch en DlEMER, Edmund Husserl, Meisenheim a. G.
la historia. 21965, p. 329.
192 JAVIER SAN MARTIN FENOMENOLOGÍA Y ANTROPOLOGÍA 193

prestado aún atención suficiente a lo que Husserl dice en las tienen también un carácter histórico. La vida humana en
M editaciones cartesianas, que el yo es un sujeto de hábitos34. general tiene una estructura doble; en primer lugar tenemos la
Ahora bien, la teoría de los hábitos es el resultado de toda una vida directa de experiencia que conoce, desea o quiere y actúa;
evolución de la reflexión husserhana sobre el yo35, en la que sobre esta vida directa, sobre este Dahinleben, se da una
aparece que la autoconstitución del yo como sujeto de hábitos segunda estructura, la de mi yo reflexivo que, en una suerte de
es en realidad constitución del mundo, por lo que la fenome­ división (Abspaltung) de la vida directa, produce una especie de
nología de esta autoconstitución coincide con la fenomenología crítica normativa sobre la vida anterior, según normas o reglas
en general3637. Estamos, entonces, en un nivel trascendental3/. culturales, sociales, históricas, etc. Los actos resultantes de estas
Mas Husserl introduce la teoría de los hábitos en una perspec­ puestas a punto terminan por pertenecer como adquisiciones
tiva ética, porque la identidad del yo no sólo es una condición a la vida directa. Pero aún es posible una tercera etapa, en la
de la constitución del mundo sino también un ideal, el telos de que se daría una profundización de la reflexión, sometiendo la
una vida que Husserl com prenderá de un m odo ético: «Husserl vida entera a una critica total. Husserl habla entonces de una
tratará, como dice Marbach, de concebir este yo como ideal vida por crítica de la vida personal de la segunda etapa; se trata
práctico de una auténtica autoconservación»38. El yo, dice entonces de «una crítica de acuerdo a reglas absolutas, de una
Husserl, busca (en tanto que yo) necesariamente la autoconser­ configuración del yo por la reflexión absoluta hasta llegar a un
vación en la que se incluye la intención —implícita— hacia el ser hum ano verdadero y absoluto»*0.
ideal de la subjetividad absoluta39. La cuestión que se debe plantear es la de saber si esta
Pero la teoría de los hábitos tiene también un sentido tercera etapa es viable fuera de la reflexión trascendental, es
histórico; más aún, la teoría de la historia de Husserl tome*, su decir, de una reflexión que asuma el carácter apriórico necesa­
sentido en la teoría de los hábitos. Husserl distingue en la rio y esencial de la vida humana, en sus estructuras fundaciona­
teoría del yo tres etapas, que, si en principio son individuales, les y en relación a un mundo que realmente no tiene sentido
sino a partir de esa vida; por consiguiente ¿no es esta reflexión
incompatible con una actitud natural en la que el ser humano
34 Cfr. Hua. I, § 32.
es puesto como una parte del mundo sometido a la cadena
causal propia de la realidad? A mi me parece claro que esta
35 El libro de E. MARBACH, Das Problem d es Ich in der P hdnom enologie
Husserls, es una excelente contribución al estudio de esta evolución. El libro concepción de la persona como autoconstituyente y autoconsti-
está publicado en Phánomenologica, n° 59, 1974. Ver también R. INGAR- tuyente en un sentido etico es incompatible con esa actitud
DEN, anotaciones a las M editaciones cartesianas, donde muestra su satisfacción
natural.
por la novedad de la teoría de los hábitos: «ein wichtiges —und mir
persónlich sehr sympatisches— Novum im Vergleich zu den Ideen-», Hua. I,
Estas tres etapas tienen para Husserl un trasfondo históri­
p. 215. co; en la tercera etapa se trata de la fundación de la filosofía,
36 Cfr, Hua. I, pp. 102$. cuya madurez se alcanza con la fenomenología. La segunda
37 Cfr. E. M a r b a c h , op. cit., pp. 322s.
38 O p. cit., p. 328. '
39 H u ss e r l , en M a r b a c h , op. cit., p. 329. 40 Mn. A V 5, p. 21.
194 JAVIER SAN MARTIN FENOMENOLOGÍA Y ANTROPOLOGÍA 195

etapa sería la etapa específicamente humana, mientras que la histórico, como le llama LandgrebeT sin el cual el ser hu­
primera, una vida que discurriría sin reflexión, por tanto, sin mano no es ser humano. Por fin tenemos la trascendentalidad
compromiso consciente, sin yo en sentido estricto, sería una reflexiva, que es la que permite al ser humano alcanzar su
vida animal. Tenemos, por tanto, tres etapas, la etapa como verdadero carácter al proponer precisamente la trascendenta­
especie, el ser humano como animal; luego el ser humano con lidad, es decir, la vida según la razón pura libre, como el
la doble estructura mencionada, la actitud natural ordinaria en principio o la norma de todas las normas.
la que el yo se autoconstituye como una instancia de compro­ Yo creo que siguiendo estas ideas se puede comprender la
miso, de control e iniciativa, como un yo de actos; solamente dimensión dinámica de las relaciones entre la fenomenología
la tercera etapa sería la etapa en la que se realiza el verdadero y la antropología. La antropología aparece al principio como
carácter humano, la verdadera M enschentum que constituye el el saber de una realidad opaca y deformada cuyo verdadero
sentido teleológico de la historia misma. Las tres etapas son sentido sería mostrado por la fenomenología, en la que se ve
etapas de la historia de la subjetividad trascendental; por eso que la trascendentalidad es el verdadero sentido del ser huma­
también habla Husserl de subjetividad trascendental en los no. La fenomenología es entonces necesaria para la creación
animales. Pero la teleología de la subjetividad trascendental que del hombre nuevo, que es la teleología del ser humano en
nosotros somos encuentra su verdadero cumplimiento en la cuanto tal. Por la fenomenología sabemos que la primera an­
tercera etapa, de la que depende el sentido humano del ser tropología era limitada, mientras que una verdadera antropolo­
humano. gía debe partir de un concepto de ser humano que lleve en si
Se ve así que la teoría del yo que unifica lo ético y lo el sentido trascendental. La primera antropología, que determi­
histórico supera la teoría inicial al mostrar un carácter his­ na la diferencia con la fenomenología trascendental, queda, por
tórico donde al comienzo sólo aparecía un carácter estático. Si tanto, superada. Entonces aparece la fenomenología trascenden­
el ser humano era una parte del mundo y el sujeto trascenden­ tal como el estudio reflexivo de las estructuras apriori esencia­
tal, un punto de referencia fuera del mundo, origen del sentido les de la subjetividad sólo a partir de las cuales puede ser
del mundo, de la objetividad y de toda legalidad apriori, ahora pensada la ciencia y el ser humano como ser humano. Si la
tenemos un yo histórico en el que la trascendentalidad es el primera antropología no puede comprender el verdadero senti­
sentido mismo del ser humano según las etapas de su desarro­ do del hombre, si, pues, desde ese momento es una antropolo­
llo; la trascendentalidad primera no es la misma que la de la gía parcial, la fenomenología trascendental aparece como la
segunda etapa, la propiamente humana; en ésta el yo actúa filosofía que reconstruye el verdadero sentido del ser humano.
efectivamente, es decir, se pone conforme a normas que cons­ Sólo ella merece entonces el título de auténtica antropología.
tituyen su propia historia y en la que surge un carácter apriori, Y puesto que la superación de la primera nocion de antropolo­
una necesidad que garantiza la objetividad y sin la cual la gía se lleva a cabo en una perspectiva histórica, querría termi­
historia humana no sería posible. La reflexión y la evaluación nar diciendo que la fenomenología trascendental vive de una
de la vida directa son una condición indispensable, el apriori

41 O p. á t ., p. 49.
196 JAVIER SAN MARTÍN

igualdad co®- la antropología de la que parte y a la que toma


como meta. El verdadero ser humano es el sujeto trascenden­
tal, pero la trascendentalidad al comienzo no es sino una teleo-
lQgíá;implicita operativa; por esta razón trascendental significa
hacerse trascendental; esa es la posibilidad auténtica que des­ CAPITULO VI
cubre la fenomenología. La fenomenología es una filosofía del
ser humano, con tal que liberemos al ser humano del horizon­ LA SEXTA MEDITACIÓN CARTESIANA '
te moderno para comprenderlo de una manera personal. DE E. FINK

1. Introducción

Hace pocos años se produjo en el campo de la fenomeno­


logía un acontecimiento editorial que venía a satisfacer una
larga espera, por lo que no podía pasar desapercibido. En
efecto, después de haber sido anunciada por M. Merleau-Ponty,
en un «Prólogo» tan importante como el que abre La fen o m e­
nología de la percepción ya en 1945, la existencia de una sexta
meditación, que seguiría a las cinco que escribió Husserl, redac­
tada por Eugen Fink; y después de haber dado su título y
deseado su publicación el editor de las Cartesianische M editatio-
nen u n d Panser Vortrdge de Husserl, Stephan Strasser1, en
1950, por fin los estudiosos de la fenomenología y el público
filosófico en general han podido tener acceso a este texto, que
efectivamente servirá para clarificar problemas decisivos de la
fenomenología12*.
Pero el texto publicado ahora, al que siguen en otro tomo
las reelaboraciones que Fink escribió de las cinco primeras

1 H ua. I, p. XXVD3.
2 Ha sido publicada en Husserliana, Dokumente, Band II/1 con el título
VI. cartesianische Meditation, T eill, Die Idee ein er transzendentalen Methoden-
lehre, editado por Hans EBELING, Jann HOLL y G uy van KERCKHOVEN.
Dordrecht. Kluwer Academic Puhlisher, 1988.
1 98 JAVIER SAN MARTIN LA SEXTA MEDITACIÓN DF. E. FINK 199

meditaciones (a las que dedicaremos otro comentario próxima­ en tercer lugar, en ella se puede ver el punto de partida de la
mente)3, trasciende con mucho la función de literatura secun­ posterior reflexión filosófica de Fink, que partirá justamente
daria, sobré'Husserl, que serviría sólo para resolver problemas de los lugares problemáticos de la fenomenología husserliana
planteados en los textos husserhanos. Su importancia e interés y de los que encontraremos en la Sexta m editación una drama-
va mucho más lejos: lo que hace que no sólo sea un aconteci­ tica muestra acentuada por las anotaciones de Husserl.
miento editorial, sino un acontecimiento filosófico. En ese La Sexta m editación fue entregada por Fink a Husserl a lo
texto, en efecto, no sólo encontraremos una extraordinaria largo del verano y otoño de 1932 en el contexto de los planes
reflexión sobre la estructura del método fenomenológico sino husserhanos de escribir una obra amplia y sistemática que pre­
también sobre su sentido filosófico y aún más allá, sobre sentara su fenomenología. Es muy conocido que Husserl no se
problemas fundamentales de una filosofía en general. Pero aún quedó muy satisfecho del resultado final de sus M editaciones
hay más, la Sexta m editación es una ventana abierta al intenso cartesianas, que, si podían satisfacer las demandas de los fran­
trabajo de colaboración que el joven asistente Eugen Fink, ceses, no serían adecuadas para un publico aleman; por ello
nacido en diciembre de 1905, realizó con Husserl después de pensó Husserl el año 1931 que, reelaboradas, podían servir
la jubilación de éste en 1928. Las numerosas notas y comen­ como una buena presentación de su fenomenología. Ahora
tarios con los que Husserl enriqueció y criticó el texto de Fink bien, las M editaciones cartesianas, que eran cinco, estaban a
y que han sido añadidas como notas en la edición que comen­ todas luces incompletas, pues en ellas se exigía en varios mo­
tamos, de las que hay hasta 534, son fehaciente testimonio de mentos una crítica de la experiencia trascendental, es decir, una
la alta estima en que Husserl tenía a su ayudante y a su escrito, investigación específica sobre los logros de la propia fenomeno­
si bien también lo son de los problemas que en ese texto se logía, como se dice ya en el § 9, un estuaio uei aicance de ia
reflejan y que, vistos a esta distancia de más de cincuenta años, evidencia apodíctica del «yo soy»4, investigación que al final
podemos decir que son los problemas mismos de la fenomeno­ de ese parágrafo se anuncia, por otro lado, que se va a dejar
logía de Husserl. Esos problemas fueron precozmente captados attsser Betracht, fuera de consideración. Un poco mas adelante,
y formulados por Fink, y por ellos se dinamizó su filosofía, en el § 13, vuelve a postular la necesidad de desconectar esos
hasta el punto de que la Sexta m editación es un reflejo o un problemas sobre el alcance del conocimiento trascendental,
lugar en el que reverbera una problemática de la que hasta pero ahora ya diseña las dos fases de la fenomenología, en la
ahora sólo teníamos algunos mínimos indicios. Desde esta pers­ primera se trata de recorrer el reino de la experiencia trascen­
pectiva la Sexta m editación es testimonio del tipo de reflexión dental en un sentido aun no plenamente filosófico, mientras
de Fmk en su colaboración con Husserl; en segundo lugar, de que la segunda etapa o nivel de la investigación filosófica
la problemática de tal fenomenología tomada como estructura; «concerniría precisamente a la critica de la experiencia trascen­
dental y luego a la del conocimiento trascendental en general».
En relación con este diseño de la fenomenología anota Román

5 Aunque no sea un comentario en sentido estricto, en el capítulo VH[


puede encontrarse una aproximación a uno de los puntos decisivos de los
ensayos de Fmk del tomo II. Cfr. Hua. I, pp. 61 y ss.
200 JAVIER SAN MARTÍN LA SEXTA MEDITACION DE E, FINK 201

Ingarden que en el se detecta que las cinco meditaciones no Para otro momento queda presentar la reelaboración de las
son completas y que exigen,, por tanto, un complemento5. otras cinco meditaciones, así como los comentarios de Husserl.
Esta segunda fase o nivel, en el que se debe superar la ingenui­
dad de la fase anterior, configurando, entonces, el sentido
filosófico pleno de la fenomenología, viene también aludida en 2. Los dos “Prólogos” de Fink
el § 65 al que ya solo sigue el 66 de la conclusión; por lo que
esa fase decisiva, de la que en definitiva parece depender todo, Fink escribió sobre la Sexta m editación dos pequeños
queda sin realizar. Pues bien, la Sexta m editación de Fink textos: el primero, publicado en la página 183 del texto que
tendría como función cumplir ese objetivo, estudiar «la última comentamos, no tiene fecha; sólo se puede decir que está escri­
y más amplia problemática de la fenomenología, la problemáti­ to después de la lectura del original por Husserl. El otro texto,
ca de su autocrítica...d’. Para de ese modo superar aquella publicado en la página siguiente, es la presentación que Fink
ingenuidad en la que aún estaría encerrada la primera fenome­ hizo para la Sexta m editación al proponerla como Habilitation-
nología. schrift en la Universidad de Friburgo en diciembre de 1945,
Antes de entrar ya en el comentario directo del texto de fecha que está consignada por Fink en el original de este
1932 creo que puede ser muy conveniente presentar los dos segundo texto. Ambos pueden ser considerados como Prólogos
«Prólogos» que Fink escribió para su texto, porque son tal vez, a la Sexta m editación.
en su brevedad, las dos mejores introducciones al mismo. Tie­ Según el primer “prólogo”, en la Sexta m editación se trata
nen la ventaja, además, de que están escritos después de haber de una serie de problemas que han permanecido latentes en la
leído Fink las anotaciones de Husserl y desde la consideración filosofía de Husserl, indicándose con ello que en aquella inge­
de la colaboración científica con él, de la cual la Sexta m edita­ nuidad en que se desenvuelve la primera etapa de la fenomeno­
ción es un importante jalón, en el que quizás se anuncia pero logía se esconden problemas que la Sexta m editación quiere
también se puede ocultar el sentido último de esa reflexión, reflejar, justamente al tener que ser una fen om en ología d e la
que si aparece con toda claridad en los prologos. Éstos asumen, fen om en ología . Si la primera fase es el desarrollo sustantivo
pues, la intención de ser marco necesario de interpretación. No directo de la fenomenología, la segunda fase es una reflexión
quiero ocultar, por otro lado, que la riqueza filosófica de la sobre esta primera fase, una reflexión obviamente fenomenoló­
Sexta m editación es tal que tardaremos tiempo en estudiarla a gica. Según Fink, y en esto sigue las indicaciones de Husserl,
fondo. En este trabajo sólo pretendo hacer una presentación de esa reflexión sobre el hacer fenomenológico —über das Pkáno-
sus temas y problemas, si bien me gustaría hacerlo con el m enologisieren—, es un momento esencial de la concepción
suficiente alcance como para suscitar el ínteres de los lectores sistemática. Se trata, por eso, de una teoría trascendental del
por esta decisiva aportación de la filosofía fenomenológica. método, que es el título preciso de la Sexta m editación: la idea
d e una teoría trascendental del m étodo.
Ahora bien, a continuación indica Fink algo que sólo co­
s Hua. I. p. 212. nociendo las diversas anotaciones de Fink en todo este período
6 Hua. I. p. 178. y el desarrollo posterior de su filosofía podemos calibrar en
202 JAVIER SAN MARTIN LA SEXTA MEDITACIÓN DE E. FINK 203

todo su alcance: «La exposición del problema de una teoría El segundo “prólogo” o «Prenotando» procede de 1945 y
trascendental del método está determinada por una visión según él la Sexta m editación era un ensayo que por deseo de
anticipada (Vorblick) de una filosofía meóntica del espíritu Husserl fue reescrito «porque él (Husserl) quería añadir este
absoluto»7. Sin que entremos ahora en el tema de esta aparen­ manuscrito como una “sexta meditación a la edición alemana
temente enigmática frase, quede constancia de ella, en el planificada de las Méditations cartesiennes» (p. 184). No
sentido de que es el resumen del marco filosófico desde el que sabemos, sin embargo, hasta qué punto conocía Husserl este
está escrita la Sexta m editación, pues todo el problema va a texto ya antes de ser entregado reescrito como Sexta m edita­
consistir en ver en qué sentido lo trascendental, que constituye ción', lo cierto es que en el verano de 1931 Fink empieza a
el horizonte que configura o en el que se da el ser, puede él reelaborar las M editaciones cartesianas, la primera en ese verano
mismo ser denominado un ser o un no-ser (m e-on). E inmedia­ y luego otro ensayo de las cinco en el verano de 1932; a esta
tamente sigue Fmk indicando que eso (das) se documenta en última reelaboración, publicada en el tomo II de estos Doku-
las reservas que pone Husserl a un texto al que globalmente m ente, siguió la entrega de Fink de las diversas partes de su
daba un «juicio aprobatorio». Fink asume, pues, que las Sexta m editación a un ritmo vertiginoso: 15 de agosto, las
reservas de Husserl están motivadas por el marco teórico. La páginas 3-60; 8 de septiembre, paginas 61-97; 5 de octubre,
anticipación de una filosofía meóntica del espíritu absoluto. páginas 97-111; y ya las que quedan hasta el final el 21 de
Estas reservas serían fundamentalmente tres. Husserl encontra­ octubre. Este ritmo de entrega indicaría, a todas luces, que
ría «demasiado acentuada» la oposición entre el yo constituyen­ Fink no escribe el texto de nuevas, sino que estaría adaptando
te (el yo trascendental directo) y el yo fenomenologizante, es efectivamente un texto anterior.
decir, el yo trascendental reflejo que hace fenomenología. En En cuanto al asunto de la Meditación, Fink vuelve a
segundo lugar, «encuentra exageradas las dificultades» del anunciar su núcleo fundamental en la linea del prologo
lenguaje trascendental, es decir, del lenguaje propio de la feno­ anterior, aunque ahora ya mas explícitamente en alusión a la
menología trascendental. Finalmente, y el tema es más polé­ aporía fundamental de la fenomenología. Según Fink, quien
mico, Husserl defiende la individualidad del fenomenólogo, asume la afirmación de Husserl del § 63 de las M editaciones
frente a Fink, quien postula siquiera «de modo tácito» la cartesianas sobre la ingenuidad de la primera fase de la fenome­
reducción del sujeto individual que hace filosofía «a la vida nología, se trataría de desentrañar todos los hilos de esa
profunda del espíritu absoluto que es anterior a toda individua­ ingenuidad, de modo que la doctrina del método no es una
ción», tesis de Fink que lleva su filosofía fenomenológica por aplicación de la fenomenología a la fenomenología,^ sino un
el camino hegeliano, como tendremos oportunidad de verlo ensayo de descubrir la aporta basica de la utilización de un
más adelante. lenguaje referido a las cosas y a los entes, para determinar el
ámbito en el que surgen las cosas y los entes, es decir, si
podemos llamar ente al horizonte en el que surgen los entes.
El resultado del trabajo dirigido por esa aporía no llega a un
desarrollo completo, sino a la exposición de la idea de una
7 FlNK, op. cit., p. 183. En adelante citaremos esta obra directamente en el
texto. teoría trascendental del método, pero solo incluso como
204 JAVIER SAN MARTÍN LA SEXTA MEDITACIÓN DE E. FINK 205

problema. En efecto, el desarrollo mismo de la teoría trascen­ la primera etapa de la fenomenología. Mas ¿bajo qué presu­
dental del método le llevara a Fink a salir de la fenomenología puestos se puede entender esta estructura de la fenomenología?
en sentido estricto por la vía de una antropología filosófica en Cuando hablamos de crítica de la experiencia trascendental, ¿de
la que es el ser humano el que presenta un sentido cósmico, que hablamos? Pues bien, creo que en este punto la Sexta
sin el cual no sería humano. En adelante la tarea de Fink será m editación es extraordinariamente clara en sus planteamientos,
la elaboración de una Filosofía d e la Cultura , en la que los que exponen un tema fundamental en Husserl, si bien el desco­
fenómenos fundamentales que constituyen la Cultura, y, por nocimiento o falta de lectura atenta de las propias M editaciones
tanto, la biografía humana y de los pueblos, muestren su cartesianas lo había ocultado.
verdadero sentido humano, es decir, su sentido cósmico. La teoría trascendental del método como una crítica de la
experiencia trascendental supone la tematización de tres yoes.
La conocida y debatida teoría de los tres yoes que nos aparece
3. El sentido global de la teoría trascendental del método ya en el § 2 de la Sexta m editación dedicado a delinear el tema
de la teoría trascendental del método. En efecto, si el método
Pero prescindiendo de este contexto un poco más amplio fundamental, sólo a partir del cual la fenomenología es com­
aludido en los prólogos, así como prescindiendo también de la prensible, es la reducción trascendental, la teoría del método
reelaboracion de las otras meditaciones y que posiblemente son debe ser ante todo una reflexión sobre la reducción fenomeno-
decisivas para entender a fondo los problemas de la Sexta lógica (op. cit., p. 10). ya que ésta es la reflexión fundamental
m editación, vamos a ver ya en directo sus temas, sin pretender que funda la filosofía y que contiene «a la vez in nuce toda la
pasar el umbral de una presentación de su desarrollo. Ya sistemática de la filosofía fenomenológica» (ib.). Mas ¿cómo
hemos dicho que el tema viene hasta cierto punto anunciado funciona la reducción? Para Fink resulta claro, si bien ahí van
en las M editaciones cartesianas, por lo que es una fenomenolo­ a radicar todos los problemas de la teoría trascendental. «La
gía o etapa reflexiva sobre la primera etapa. Husserl había reducción fenomenológica se constituye —como ya vimos— en
previsto esta etapa como una critica de la experiencia tras­ una epojé reflexiva de una estructura dinámica inaudita: cam­
cendental sobre el alcance de la apodicticidad del yo soy. Sin biándose por la reflexión más profunda, el hombre y su ser
embargo, la oferta de Fink es mucho más matizada, porque la humano en el mundo se supera a sí mismo por la producción
critica de la experiencia trascendental implica la corrección o del espectador trascendental, que en cuanto tal no participa en
evaluación de todos los conceptos de la primera etapa, porque la fe del mundo, en la tesis del ser del yo humano que tiene
la «ingenuidad» que la caracteriza es universal. Ésta es la experiencia del mundo, sino que mira la fe en el mundo, de
primera sorpresa que asalta al lector, pues la teoría trascenden­ modo que pregunta por detrás del carácter mundano, de la
tal del método como critica de la experiencia trascendental humanidad, de la vida que cree en el mundo, y la reduce
debe cuestionar toda la experiencia trascendental, es decir, toda8 inmediatamente a la experiencia trascendental constituyente del
mundo oculta por la apercepción humana» (p. 11). Con esto,
sigue Fink, se abre el tema propio de la filosofía: la constitu­
8 Ver más adelante, capítulo VII. ción trascendental del mundo. Esta operación pertenece, por
206 JAVIER SAN MARTIN LA SEXTA MEDITACION DE E. FINK 207

supuesto, a la primera fase de la fenomenología, pues la cómo se constituye en cuanto fenomenólogo y, en segundo
descripción hecha no es tanto una teoría trascendental del lugar, qué lenguaje emplea: por eso dice Fmk que si el tema de
método como la descripción del método mismo. La teoría tras­ la primera etapa es la vida trascendental del yo (el 2), general­
cendental del método deberá reflexionar sobre los problemas mente o necesariamente escondido u oculto y olvidado de sí en
de esa operación y para ello hay que empezar por analizar con la vida humana, el tema de la teoría trascendental del método
la máxima precisión todos los elementos que intervienen en es el espectador trascendental mismo, es decir, el yo fenomeno-
ella. En ella tenemos, en efecto, implicadas tres nociones de yo logizante, el yo que descubre al yo trascendental oculto en la
que no pueden pasar desapercibidas: El yo com o ser hum ano (1) vida humana y que después lo describe; cual es el estatus de ese
que vive en el mundo. Este, es decir, yo como hombre, refle­ yo y cuáles son sus operaciones, es decir, cómo descubre y
xiono y me supero a mí mismo, “me deshumanizo” y «produz­ cómo describe al yo trascendental.
co» el yo fen om en ológico, el espectador trascendental (3), cuya Una vez que se ha expuesto la problemática general, ya se
misión es justamente descubrir en el yo como ser humano el puede pasar al diseño de la estructura y de los problemas que
yo trascendental (2) oculto por la apercepción mundana. debe tratar una teoría trascendental del método. En primer
Llama poderosamente la atención la simpleza con la que lugar el diseño de los problemas viene dado desde la estructura
se ha juzgado esta clarificación de Fink, que también viene misma de la primera fase. La «teoría de los elementos», que
expuesta en su trabajo sobre la fenomenología en la crítica Fink concibe al modo kantiano distribuida en una estética
actual9. Es cierto que de esos tres yoes Husserl no habla en sus trascendental, cuyo objetivo es la exposición e interpretación
primeros escritos, pero sólo porque en ellos no se puede en­ del fenómeno del mundo: una analítica trascendental después,
contrar una fenomenología de la fenomenología, Sm embargo, en la que debemos pasar del análisis de las unidades de sentido
a partir de las Lecciones Erste Philosophie, esa estructura es de la vida trascendental al análisis genético de esas unidades,
consustancial a la fenomenología. Sólo desde ella es inteligible: descendiendo a los niveles más profundos de la constitución.
pero más aún, sólo desde ella es también comprensible la teoría Ambas constituyen la fenomenología regresiva, en la que
trascendental del método tal como vamos a ver. En efecto, la debemos analizar, es decir, c/e-construir, y seguidamente cons­
primera etapa de la fenomenología es el análisis de la experien­ truir, los elementos que configuran los fenómenos. Ahora
cia trascendental: ésta es experiencia del mundo; de acuerdo con bien, los fenómenos están en un horizonte de fenomenahdad;
la fenomenología esta experiencia es «constituyente»; entonces los fenómenos sólo constituyen una parte de lo que se puede
1a- primera etapa de la fenomenología es el análisis de la vida dar, aunque nunca se dé; constituyen una sección (Ausschmtt)
trascendental en cuanto constitución del mundo. Entonces del mundo, sólo desde la cual tienen sentido. Igualmente su
¿cuál es la tarea de la teoría trascendental del método? justa­ tiempo, del mismo modo que el mío, es sólo una parte del
mente analizar qué hace el fen om en ólogo en su análisis, primero, tiempo que se puede ir dando progresivamente, aunque en su
totalidad nunca se dé ni pueda darse. Pues bien, ahí se diseñan
una serie de problemas que constituyen un ámbito propio de
problematicidad, que si bien en la fenomenología de Husserl
9 Cfr. FlNK E., Studien zur Phanom enologie, M. Nijhoíf. La Haya. 1966.
fueron apareciendo progresivamente, solo una teoría trascen-
p. 122.
LA SEXTA MEDITACIÓN DE E. FINK 209
208 JAVIER SAN MARTÍN

dental del método puede abordar consciente y reflejamente en al principio del § 4 insiste Fmk en algo que aparecerá también
su problematicidad. En efecto, si lo que caracteriza a la mucho después: con el establecimiento del espectador trascen­
fenomenología regresiva es el que sus fenómenos sean dados, dental, que no participa en la fe en el mundo, no solo se des­
el ámbito desde el que son dados no puede él mismo ser dado cubre la vida trascendental anteriormente anónima, es decir, se
en el mismo sentido, por lo que su “fenomenología” no puede descubre el yo trascendental directo, sino que la vida trascen­
menos de ser problemática. A esta fenomenología, que parece, dental misma «se amplía»11 mediante la producción de una
por otro lado, fundamental para la otra —para Fmk terminará «escisión» (Spaltung) en la vida trascendental misma, pues
mientras el yo directo vive en la fe en el mundo, de modo que
incluso siendo la decisiva— la llama Fmk constru ctiva, y su
sus efectuaciones propias están orientadas a constituir realida­
modelo sería la dialéctica trascendental kantiana, en la que nos
des del mundo, el rasgo defimtorio del espectador desinteresa­
preguntamos por los horizontes de totalidad del ám bito trascen­
do es lo opuesto: en la medida en que no sigue la tendencia
dental. No quiero insistir en que desde la perspectiva de Fmk,
natural de la vida trascendental, «la tendencia al ser» (p. 23),
como se irá viendo progresivamente a partir de las próximas
no está dirigido al ser sino a la vida previa al ser. Por eso la
publicaciones de R. Bruzina y de G. van Kerkhoven10, el diferencia entre la teoría elemental y la teoría del método se
desarrollo de esta “fenomenología” trasciende e invierte la basa en este «dualismo de la vida trascendental» (p. 22). Mas
fenomenología husserliana más centrada en el análisis regresi­ entonces, ¿cómo podemos comprender la trascendentalidad de
vo, desde el que sería imposible abordar la fenomenología yo fenomenológico? porque si la trascendentalidad del yo tras­
constructiva. cendental directo consiste en constituir la unidad de sentido
Si ése es el tema de la fenomenología en su primera etapa, del mundo y de las cosas que se dan en el mundo, en estar
la teoría trascendental del método debe preguntar por las dirigido al ser, ¿en qué puede consistir la trascendentalidad del
operaciones y experiencias en que cada una de ellas se basa, es yo trascendental en cuanto espectador desinteresado que se
decir, debe preguntar por el carácter científico-filosófico del autoconstituye en una tendencia opuesta? En realidad podemos
sujeto fenomenólogo en la fenomenología regresiva y en la ya decirlo, toda la problemática de la Sexta m editación parte de
fenomenología constructiva. ¿En que relación está el yo en la pregunta por la relación de unidad y separación de estos dos
cuanto fenomenólogo con el yo trascendental directo? porque yoes, el trascendental directo y el trascendental reflejo.
mientras éste vive de siempre en la fe del mundo, en un anoni­
mato «tan viejo como el mundo» (p. 13), el yo fenomenológico
no quiere participar de la fe en el mundo. ¿Es esto posible? 4. Problemas fundamentales de la teoría trascendental del
¿Qué implica esa operación, que, por otro lado, es la produc­ método
ción misma del espectador trascendental «desinteresado»? Ya
Una vez que conocemos el sentido global de la teoría

10 Una primera muestra se puede ver en la publicación de las Actas del III
Fink-Coloquium organizado por e\ Fink-Archiv en Friburgo de B. en septiem­ 11 Más tarde se interpretará esto como un acontecimiento decisivo de la
bre de 1989. ‘ 1 historia trascendental.
210 JAVIER SAN MARTIN LA SEXTA MEDITACION DE E. FINK 211

trascendental del método, vamos a recorrer, aunque sea con no surjan en la actitud natural situaciones que pueden llevar a
cierta premura, los problemas fundamentales con los que se la fenomenología, aquellas situaciones, a las que Fink llama «si­
enfrenta la reflexión fenomenológica sobre la reflexión feno­ tuaciones extremas», que son tales que en ellas puede «relampa­
menológica, primero sobre la reflexión fenomenológica como guear (aufblitzen) la vida trascendental» (p. 38). Aquí se
reducción (§ 5), como análisis regresivo (§ 6) y como fen o m en o ­ enraízan los llamados «caminos de la reducción». Cita Fink el
logía constructiva (§ 7); y en segundo lugar, los problemas de la psicología, que me llevará a lo que Husserl llama la
específicos de esa reflexión, problemas en cuanto experiencia situación paradójica, pues en él veré que no puedo tener otro
teórica (§ 8), en cuanto ideación (§ 9) y como predicación mundo que el de mis menciones, pero que éstas pertenecen al
(§ 10). Todos estos párrafos son muy importantes para mundo; lo que dirá más tarde Husserl en La crisis11, que yo
entender el significado de los conceptos fundamentales' de la me trago al mundo en mí representación y que el mundo se
fenomenología de Husserl; pero si en total abarcan ochenta traga mi representación al ser ésta una parte del mundo: «con
páginas, de ellas una cuarta parte está dedicada al concepto de esta intuición, dirá Fmk, caigo en una situación extrema de la
reducción, es decir, al proceso de descubrimiento de la vida actitud natural» (p. 39); así se realiza la irrupción de la
trascendental directa que vivía de un modo anónimo en el ser problematicidad (Einbruch in die Fragwürdigkeit) «cuyo domi­
humano, mediante la «producción» —es la palabra empleada nio reflexivo presenta el desarrollo de la reducción» (p. 39). Si
por Fmk— del espectador desinteresado. pues la reducción es inmotivada, es que se supone a sí misma.
Fink aborda la reducción preguntando por su p o r qué y La clarificación de esta «autopresuposición» de la reducción
por su cóm o, dedicando luego la mayor parte de las páginas a significa «un amplio conjunto de problemas» e incluso «el
evitar las falsas interpretaciones de la epojé. La primera problema final» —o clave, corregirá Husserl en la nota 42 (p.
pregunta de la teoría trascendental del método se refiere al 111)— de la teoría trascendental del método, pues la fenome­
comienzo, a por qué empezar la fenomenología con una nología sólo encuentra su verdadera razón en la propia
reducción. La postura de Fink, consecuente con el sentido mis­ fenomenología.
mo de la teoría de los elementos, es que en la situación de La mecánica concreta de la reducción viene explicada
anonimato de la vida trascendental, es decir, en la situación mediante la teoría de ios tres yoes: el yo trascendental que
humana o en la actitud natural, no hay m otivación alguna: fenomenologiza practica la epojé y la reducción, en las que se
desde la perspectiva mundana o humana la reducción o el suprime como ser humano, por tanto, “deshumanizándose”
comienzo de la fenomenología es infundado «por razones de (pp. 43 y ss.), al volver el yo trascendental sobre sí mismo por
principio» (p. 35), porque no es el ser humano el que refle­ la producción del «espectador desinteresado», que, de ese mo­
xiona sino el sujeto trascendental que vivía anónimamente, si do, aparece como «exponente funcional» de la vida trascen­
bien en la medida «en que aparentemente empieza como ser dental constituyente, y que, sin ser él mismo constituyente, al12
humano, se suprime como ser humano y se dirige al fondo, se
dirige, a saber, al propio fundamento último más íntimo de la
vida» (p. 36). En la reducción se cuestiona lo que nunca puede
12 Cfr. HUSSERL, Die Krisis der europdischen W issenscbaften und d ie transzen-
ser cuestionado en la actitud natural; lo cual no significa que
dentale P hanom enologie , M. Nijhoff, La Haya, 1962, p. 183.
212 JAVIER SAN MARTIN LA SEXTA MEDITACIÓN DE E. FINK 213

ser de carácter distinto por la epojé, permite «la autoconciencia Ideas habían hecho de la epojé y reducción. Lo que la epojé y
(el ser para sí) de la vida constituyente» (p. 44). De este modo la reducción descubren es el proceso constitutivo que «parte de
la epojé y la reducción son los dos «momentos fundamentales la subjetividad trascendental y termina en el producto fin a l
de la reducción fenomenológica». m undo», de modo que la subjetividad es eso, el «desde dónde»
Pero es necesario evitar falsas interpretaciones. La primera de ese hacerse y el mundo el «adonde» de la relación constitu­
trata de preservarnos contra la opinión de que la epojé sería tiva: «No son aquí primero los miembros de la correlación,
una abstracción del ser humano o del yo trascendental directo, sino la correlación» nos dice Fmk en unas palabras que no
dado que es una abstención del yo fenomenologizante, es decir, pueden menos de resonar a quienes estén familiarizados con
del yo trascendental reflejo. Esto es muy importante para com­ Ortega y Gasset.
prender por qué por la epojé no perdemos un campo temático, Tampoco es la epojé un método de búsqueda de la certeza
sino al revés, al perder la prisión y el enredo en el mundo, nos en la actitud natural, porque con ella en realidad todo se pone
abrimos a la comprensión de lo que «es en sentido último» en tela de juicio, porque lo puesto en cuestión es el suelo
(p. 47). En segundo lugar, si en el sentido erróneo anterior mismo del mundo. La búsqueda de verdades apodícticas, con
perdiéramos el mundo, la conciencia estaría fuera del mundo, que tan habitualmente se identifica la fenomenología, ¿no será
manteniéndose entonces la contraposición Mundo-Subjetividad en definitiva sino una desviación? pues con ello ¿no se supone
trascendental, de modo que en última instancia sólo existiría que ese carácter apodíctico deberá ser propio de las verdades
realmente la subjetividad trascendental y no el mundo; cuando fundantes, cuando —se pregunta Fink— puede quizás que las
en realidad lo único que se quiere decir es lo siguiente: si la verdades que nos clarifican originalmente no tengan la dig­
epojé es una operación practicada por el yo reflejo, hemos nidad formal de la certeza apodíctica, smo que estén dadas en
comprendido «que por la epojé no hemos puesto de ningún una incertidumbre y ambigüedad como la de aquello que
modo el mundo fuera de valor, manteniendo después de la clarifican? ¿No será un prejuicio peligroso exigir al principio
aniquilación del mundo (por la inhibición de toda posición), un mínimo de presupuestos? (p. 50); preguntas sumamente
todavía como ‘residuo’ sólo la subjetividad trascendental, sino incisivas, que en todo caso parecen cuestionar el modo como,
que mantenemos el mundo, si bien no en la absolutización de aparentemente al menos, Husserl había entendido la fenome­
la actitud natural sino como la unidad de todos los valores nología.
finales (Endgeltungen) en la estructura constitutiva del valor» Por eso la epojé no significa cambiar la interioridad psico­
(pp. 47 y ss.). Con esto Fink está exponiendo la crítica que lógica que precedería a lo dado del mundo en una interpreta­
Husserl había hecho en los manuscritos de trabajo —ahora ción especulativa en la que de la precedencia cognoscitiva se
publicados en Erste Philosophie //"— a la presentación que las13 haría una precedencia óntica. La verdad es que nada puede ser
interpretado con conceptos mundanos: «La precedencia consti­
tutiva no puede ser comprendida desde el hilo conductor de
13 Cfr. HUSSERL, Erste Phüosophie 1923-24, zweiter Teil. M. Nijhoff, una relación de dependencia óntico-mundana» (p. 53). En reali­
1959, Beilage X X pp. 432 ss. El texto procede de 1924. En mi libro dad todas las falsas interpretaciones provienen de malinter-
La estructura d el m étodo fen om en ológica , UNED, 1986, pp. 152-156, realizo
un breve comentario de esta autocrítica de Husserl. pretar la operación de la reducción con «los medios de com­
214 JAVIER SAN MARTÍN LA SEXTA MEDITACION DE E. FINK 215

prensión de la actitud natural» (ib.). Aquí está anunciado todo o implicado por lo que se da, aunque de eso no podamos tener
el caballo de batalla de la teoría trascendental del método, tal experiencia de ningún m odo. Esta anotación última es impor­
como la concibe Fink. tante para distinguir la fenomenología constructiva de la
El siguiente paso será el análisis regresivo, donde el tema fenomenología de la intersubjetividad. Fmk clarifica el con­
básico de una teoría trascendental del método no será, como cepto de fenomenología constructiva desde la relación de los
la había planteado Husserl, hasta dónde alcanza la apodic- yoes trascendentales. Ya hemos dicho que el yo fenomenoló­
ticidad de la ampliación de la subjetividad, hasta qué punto la gico es el exponente funcional del trascendental directo para
experiencia trascendental es apodíctica; para Fink esa crítica volver a sí mismo, por lo que está determinado por éste, si
pertenecería a la primera fase, mientras que a la M ethodenlehre bien él (el yo trascendental reflejo) es la condición para la
pertenece la «crítica del hacer que opera en tal crítica» y el verdad de las verdades analíticas del análisis regresivo; pero en
problema fundamental aquí es la noción de «experiencia» con el primer momento de la determinación se diseña la anteceden­
que trabaja el análisis fenomenológico, pues el concepto natu­ cia o estancia del yo trascendental en el tiempo, la situación
ral de experiencia implica la precedencia de un ser. No es así trascendental del yo directo que desborda al yo fenomenológi­
para Fink en la fenomenología, porque «nunca llegamos a la co. En esa situación trascendental aparecen problemas «que ya
estructura interna constitutiva de la vida trascendental tal no pueden ser resueltos en el marco de la fenomenología re­
como transcurre en sí» (p. 56). Pero es que en realidad la gresiva» (p. 66), si bien surgen en ella. Los problemas que Fink
fenomenología supera el concepto natural de experiencia, pues cita en primer lugar son los del comienzo y final de la vida
la noción de constitución que le sustituye indica que en ella se trascendental, es decir, la historicidad del sujeto trascendental
constituye justamente la independencia o precedencia en el ser directo, una historicidad de cuya totalidad, nunca podemos
que es típica de la noción de experiencia natural. Pero entonces tener experiencia ni en cuanto a su comienzo m en cuanto a
cabe preguntar cuál es la relación del espectador trascendental su fin. El nacimiento y la muerte, como problemas del
respecto a los «datos» que encuentra en la vida trascendental; comienzo y del final del ser humano, pueden ser hilos conduc­
cómo está el sujeto que reflexiona ante esos datos. Estas son tores para preguntar por el comienzo y fin del yo trascenden­
preguntas propias de la teoría trascendental del método en tal. El nacimiento y la muerte son en todo caso los problemas
cuanto cuestiona el análisis reflexivo. fundamentales o básicos de la fenomenología constructiva, ya
El parágrafo siguiente se refiere a la fenomenología cons­ que de ellos sólo podemos saber constructivamente, nunca por
tructiva, cuya importancia ya ha sido mencionada; por otro propia experiencia. Mas entonces es preciso preguntarse por la
lado es en relación a esta fenomenología como Merleau-Ponty naturaleza fenomenológica de este saber.
dio a conocer la Sexta m editación diciendo que en sus últimos Otros problemas relevantes de esta fenomenología son los
trabajos Husserl hablaría incluso de una «fenomenología cons­ de la infancia o no menos los de la totalidad de' la historia
tructiva». En la Sexta m editación bajo este nombre se entiende social. El problema está en cómo opera el yo fenomenológico
aquella parte de la fenomenología cuyos objetos no están dados en esta fenomenología, cómo se acerca a su tema. Por defini­
ni pueden darse al modo de los fenómenos; lo que en principio ción, de modo radicalmente distinto que la fenomenología
no es asequible pero de alguna manera está supuesto, indicado regresiva, pues el tema en absoluto está ahí, sólo puede ser
216 JAVIER SAN MARTÍN LA SEXTA MEDITACION DE E. FINK 217

construido; mas entonces hay que preguntar por la razón de humana— ya dada; y con esto inicia Fink la consideración de
esa construcción, sus puntos de anclaje, etc. Cabalmente la uno de los temas más llamativos de la Sexta m editación, en el
necesidad de estos horizontes de no dación que rodean todo lo que más dificultades encontrará Husserl.
analítico obligará a preguntar a Fink si es posible analizarlos En efecto, si hemos practicado una reducción de la huma­
con los instrumentos puestos a punto en la fenomenología nidad del ser humano, porque ser humano es ser en el mundo
analítica. La superación de la fenomenología de Husserl por ¿no debemos reducir también sus atributos, por ejemplo, las
Fink vendrá precisamente de la mano de la fenomenología posibilidades de este ser humano o sus hábitos, su capacidad
constructiva. teórica, en definitiva ¡todo!? ¿hasta dónde alcanza la reducción?
Si somos coherentes, deberemos decir que la puesta entre
Con estos tres párrafos termina Fink lo que podemos lla­ paréntesis abarca también «a la disposición a teorizar que se
mar aspectos sustantivos de la teoría trascendental del método: logra en procesos mundanos de desarrollo, es decir, a la razón
reducir, analizar, construir. Los tres siguientes han de estar que surge mundanamente, a la lógica, a los conceptos y al len­
dedicados a aspectos ya d e carácter epistem ológico, a la actividad guaje» (p. 77). Si el yo fenomenologizante es otro que el yo
del sujeto fenomenológico en cuanto sujeto teórico, lo que será trascendental directo, ¿cómo afecta esto a los hábitos del yo
el punto de partida para la ideación y la predicación. En esta trascendental directo? ¿qué hábitos tiene entonces el yo tras­
parte aflorarán algunas exigencias metodológicas que darán cendental en cuanto espectador desinteresado? y si ha perdido
pleno contenido a la confesión de ingenuidad que Husserl los hábitos racionales, ¿cómo puede entonces hacer teoría? Un
hacía en relación a la primera fase de la fenomenología. Porque problema fundamental de la teoría trascendental del método es
la fenomenología pretende ser ciencia, ante todo hay que mostrar los cambios que esos hábitos deben sufrir al pasar de
verificar su sentido en cuanto teoría; dado que en la actitud un nivel al otro.
natural la palabra teoría tiene un sentido muy preciso ¿vale ese La dificultad del paso se comprende fácilmente si con­
sentido también para la fenomenología? En la noción ordinaria sideramos la relación de la teoría a su objeto. La teoría es un
de teoría se supone que el científico que comienza en cuanto modo de conocimiento y éste es un modo de ser: «el conocer
científico dispone de una serie de hábitos de la vida preteórica, está según su sentido más íntimo siempre referido al ente...».
por ejemplo, los hábitos racionales, los hábitos argumentativos, En la esfera trascendental conocer es constituir y constituir es
ciertas intuiciones categoriales, sin los cuales no podría hacer constituir el ente. Mas entonces, ¿cómo concebir la actividad
teoría. Este conjunto de hábitos, bien que depurados y teórica del espectador desinteresado cuyo tema teórico no es
afinados, constituyen la base de la teoría; en ella, por supuesto, un ente sino la constitución del ente, el proceso del ente? Por
nos dirigimos a seres del mundo. No ocurre eso con la teoría eso no podemos decir que en cuanto teoría se dirija a un ente,
en sentido trascendental, en la experiencia teórica-trascendental por lo menos su tema no «es» en el mismo sentido en que son
no hay una experiencia preteórica trascendental, «en la que se las cosas constituidas, por lo que es imprescindible practicar
hubieran podido constituir los hábitos que posibilitaran una
teoría trascendental» (pp. 76 y ss.). Al revés, el espectador
trascendental se encuentra con una capacidad teórica —la
218 JAVIER SAN MARTIN LA SEXTA MEDITACION DE E. FINK 219

una reducción de la idea de ser (pp. 80, 82, 84)14. El ser sario mantener, lo que será ya tónica de todo lo que queda de
trascendental no es un concepto opuesto al ser natural o mun­ la Sexta m editación, la «diferencia y la semejanza analógica»
dano; por eso, si ser en sentido estricto es ser en el mundo, entre las dos esferas16, entre las dos eidéticas, pues mientras el
para Fink el rasgo ontológico de lo trascendental es el me- eidos natural siempre es una toma de consideración de algo
-on"15 como nos dirá en el prólogo que hemos comentado. Y dado de un modo no temático, el eidos referido al ser trascen­
sin embargo, debemos poner la subjetividad trascendental dental no tiene ese carácter, pues no es apriori (p. 92). Por eso
como si fuera un ser, si bien debemos también interpretar esta la productividad de la ideación teórica trascendental es otra y
idea analógicam ente, con esto empieza una faceta de la Sexta esta fundamentalmente en relación con una ontificación de las
m editación que ya resultará decisiva hasta el final. posibilidades puras del pre-ente, es decir, con la «posición de
La peculiaridad de la teoría fenomenológica se extiende a algo que tiene la naturaleza de pre-ser como siendo (trascen­
sus diversos momentos, por ejemplo, al momento de su logifi- dentalmente siendo)» (pp. 92 y ss.).
cación, que constituye el método eidético en la fenomenología,
y en general a la predicación. Fink opone la Eidética como
teoría del apriori mundano a la eidética respecto al ser trascen­ 5. La problemática del lenguaje fenomenológico
dental. Una teoría trascendental del método se las tiene que
ver con esta segunda y debe preguntar cómo produce un sujeto Con esta ontificación camina Fink hacia el problema
fenomenologizante sus «ideas» a partir de la vida trascendental fundamental que va a plantear en la Sexta m editación y que
directa, pues esa producción es básica a la hora de constituir la está encerrado en los §§ 10 y 11, que ocupan casi la mitad de
fenomenología como ciencia; en realidad al espectador trascen­ toda la M editación. Personalmente veo en este problema la raíz
dental no le interesa la vida trascendental en su sentido fáctico, del giro antropológico de Fink y que a mí me atrae especial­
sino ante todo «en sus posibilidades esenciales» (p. 88). Mas mente en su filosofía17. El problema arranca de la predicación
mientras la eidética natural es tal respecto a seres del mundo, que el espectador trascendental debe llevar a cabo para que la
la trascendental debe serlo respecto a algo que es un Vorsein, fenomenología pueda ser ciencia. El problema es, pues, el del
un pre-ser. Sin embargo, aclara Fink, tampoco podemos llevar
la diferencia tan lejos que no podamos siquiera hablar. Es nece-
16 Hasta qué punto Husserl encontraba exagerada la acentuación de la
diferencia se ve en el «ja» con que ratifica en la nota 272 la frase de Fmk de
14 La nota 241 de HUSSF.RL m uestra hasta qué p u n to estaba en desacuerdo que debemos guardarnos de excedernos en la acentuación de la diferencia
con esta postura. radical hasta el punto de que el problema se nos fuera de la mano [cfr. FINK,
op. cit., p. 90).
13 En el reciente coloquio sobre Fink R. Bruzina fundamentó en este rasgo
meóntico el matiz pedagógico de la filosofía de Fink. En mi opinión esta 17 Esta tesis es la que expuse en el Fink-Coloquium, al que ya he aludido
interpretación meóntica es decisiva para una correcta interpretación del ser unas páginas antes. Cfr. Javier SAN MARTÍN, «Phánomenologie und Anthro-
humano. Yo lo he interpretado como el rasgo de la indeterminación que pologie: Betrachtungen in Anschluss an die VI. Cartesianische Meditation
anida en toda realidad humana que nunca está clausurada, siempre mantiene Eugen Finks», en G rundfragen der phdnom enologischen Methode an d Wissens-
una apertura, siempre tiene un me-on en sí. Cfr. mi libro El sentido d e la chaft, Herausggeben vom Eugen-Fink-Archiv Freiburg, 1990, pp. 121-133; el
filosofía d el hom bre, Editorial Anthropos, Barcelona, 1988. pp. 76-89. texto del próximo capítulo VII ofrece la traducción de esa ponencia.
220 JAVIER SAN MARTÍN LA SEXTA MEDITACIÓN DE E. FINK 221

lenguaje d el sujeto trascendental reflejo. Hasta cierto punto nos trascendental, no de un modo estático sino de un modo lleno
ha salido ya este problema en la idea de teoría y en la idea de de tensiones, pues, por un lado, se indica en el modo de la
ser. En el primer caso veíamos que la reducción exigía transfor­ analogía un sentido trascendental y a la vez éste «protesta»
mar los hábitos naturales que están en la base de la teoría;: en (p. 97) contra el modo en que es expresado, porque las palabras
el segundo, que era necesario reducir la idea de ser; ahora bien, del lenguaje natural, que tienen significados ónticos, no pueden
¿qué ocurre en realidad con el lenguaje, con la predicación? El analogizar en absoluto «significados no ónticos». Por eso más
problema de la predicación en la investigación fenomenológica bien se trata de una analogía de la analogía dentro del lenguaje
radica en que no existe un lenguaje trascendental y que, por natural, de una «analogía trascendental» (p. 100), que por otro
tanto, la predicación como el modo de exteriorización parece lado implica que todas esas frases sólo son comprendidas si se
implicar «la necesidad de un cierto salir del fenomenologizar reproduce «la situación de donación de sentido de la frase
fuera de la actitud transcendental» (p. 94). Para plantear el trascendental, es decir, si ese sentido es verificado en la intui­
problema empieza Fink desde el principio. El yo trascendental ción fenomenológica» (p. 101). Lo que implica una consecuen­
no pierde el lenguaje por la reducción, pero no por ello su cia importante: la fenomenología trascendental no puede ser
lenguaje es un lenguaje trascendental, ya que por el contrario entendida en una mera lectura de investigaciones fenomenolo-
es un lenguaje totalmente dirigido a lo que es; es un hábito del gicas, sino sólo «en la repetición de la ejecución de las inves­
yo trascendental pero para decir lo que es; a pesar de ello el tigaciones mismas» (p. 101). Todo esto significa que, asi como
espectador fenomenólogo sólo puede expresarse en ese lengua­ es necesaria una reducción de la idea de ser, porque el ser
je, a pesar de que tenga que cambiar su sentido, pues sus con­ trascendental es en relación al ser mundano un no-ser, en el
ceptos son S einsbegnffe, conceptos referidos al ser y no sentido de la existencia mundana porque es un pre-ser,
V orseinsbegnffe, conceptos referidos al pre-ser. Al no poder igualmente es imprescindible una reducción del lenguaje, al ser
expresar sus ideas en otro lenguaje, tiene que salir de la actitud asumido por el yo fenomenológico el mismo lenguaje del yo
trascendental (p. 96), con lo que la fenomenología se exteriori­ trascendental directo, apto para expresar los resultados de su
za, se co n vierte en un fen ó m en o en el m undo. Justamente esta actividad constitutiva, pero ahora para expresar la actividad
noción de fenómeno, de Erschemung, lograda por Fink desde constitutiva del yo trascendental. Parece obvio pensar, por
la necesidad de la predicación, es la noción más importante de otro lado, que no todo lenguaje natural ha de ser igualmente
la Sexta m editación. «Provisionalmente bajo fenómeno entende­ apto para expresar esa actividad. Entre ambas funciones ha de
mos la forma de exteriorización, en la que la forma interna haber ciertas relaciones de afinidad (p. 105); por ejemplo, los
trascendental del fenomenologizar encuentra su conservación conceptos sustancialistas serán inadecuados, mientras que la
y objetificación» (ib.). comprensión procesual del ser será mas apropiada, si bien
Las características de este fenómeno han de ser expuestas siempre hay una divergencia insuperable y que ni siquiera es
desde su función predicativa o significativa. Las formas de las deseable que lo sea (p. 107), porque es un contrasentido la idea
palabras no cambian, sólo pueden cambiar en el modo del de un lenguaje trascendental que no exigiera la mediación de
significar (ib.), pues ya no mantienen su sentido, sino que se un lenguaje natural, si bien reconoce Fink la dificultad de la
convierten en noticia o indicio (Anzeige) de un sentido prueba de esta importante y decisiva tesis, que es la que nos va
222 JAVIER SAN MARTIN LA SEXTA MEDITACIÓN DE E. FINK 223

a llevar a la teoría de la m undam zacíón indirecta, impropia o mzacion que llama Fmk secundaria o impropia, que si no es
,secundaria, que a su vez constituye el núcleo de sentido de la consustancial a la vida trascendental, como la que da lugar a la
noción da fenómeno que nos ha salido antes. Pero a ella llega primera, tampoco le es ajena, pues surge, dice Fink adoptando
Fink mediante la exposición de un tema sumamente sugestivo ya la tendencia hegeliana hacia un idealismo absoluto de ca­
y que está también en íntima conexión con lo que hemos rácter metafísico, «de la tendencia comunicativa de todo filoso­
dicho en la nota 11. far, cuya fuente profunda surge de la unidad metafísica de toda
En efecto, la problemática anterior supone que el yo feno- vida trascendental». Ahí radican «los impulsos pedagógicos
menoíogizante quiere o necesita expresar sus intuiciones, pero trascendentales» que llevan al yo reflejo a expresar la fenome­
¿para quién? En principio él empieza solo, pues es él el que nología haciéndole «aparecer» en el mundo. Lo que subyace
practica la reducción. Más aún, «en la experiencia fenomeno- pues a la conversión de la fenomenología en un «fenómeno en
iógisa teórica no se da en cuanto tal ningún fundamento ni el mundo» es «una tendencia a un devenir para-sí universal de
impulso coactivo (Zwang) para la exterionzación predicativa, la vida trascendental general» (p. 110).
y sm embargo, es ésta, en un sentido determinado, trascenden­
talmente necesaria, pues la vida trascendental implica la ten­
dencia universal a constituir el ente en el contexto del mundo; 6. El canon de la razón fenomenológica
toda constitución termina en el mundo como el conjunto de
todos los productos constituidos finales» (p. 108). Esto es la El 21 de octubre de 1932 entregaba Fink a Husserl los dos
m undam zacíón prim era auténtica o propia, a la que está some­ últimos parágrafos de su trabajo. De ellos el 11 ocupa exacta­
tido también el yo trascendental, que por ella aparece como mente un tercio de toda la M editación y está dedicado al
hombre. Ahora bien, el sujeto fenomenologizante consiste fenomenologizar como «hacer ciencia», como verwissenschaftli-
justamente en quebrar mediante la epojé esa tendencia, insta­ cben; en él se recogen los logros del parágrafo anterior,
lándose en un nivel previo a la mundamzacíón; mas en ese tratando de profundizar en la situación de la fenomenología
momento perdería la sociedad; en definitiva, es él sólo el que como «fenómeno». Propiamente hablando, con lo dicho en los
hace la epojé y la reducción, por la que se arranca a toda parágrafos anteriores, la idea de la teoría trascendental del
sociedad, situándose en «la tremenda soledad de la existencia método ha llegado a su término (p. 110). Ahora hace falta re­
trascendental del ego» (p. 109). Pero en esa soledad comprende pasar toda la problemática anterior desde el nuevo nivel logra­
el carácter social del yo trascendental. Mas sólo puede comuni­ do, para profundizar en algunos de los problemas decisivos;
carse con los otros yoes trascendentales, con quienes está en entre ellos destacan el de la relación del yo trascendental
comunidad el yo trascendental directo, en y por la mediación directo y el reflejo y la exposición de lo que Fink llama
de la actitud natural; es decir, el yo que fenomenologiza, o la siguiendo a Kant el canon de la razón, que es necesario para
vida trascendental consciente de sí misma, sólo puede hacer poder pensar el «fenómeno» de la fenomenología como tras­
llegar su «para sí» a los otros si vuelve a la actitud natural, es cendental, canon que sólo es concebible en una situación dia­
decir, si se exterioriza y «aparece» en el mundo por medio de léctica, lo que también se puede deducir de lo que acabamos de
la expresión, por lo tanto, si se mundaniza. Esta es la munda-
224 JAVIER SAN MARTÍN LA SEXTA MEDITACIÓN DE E. FINK 225

decir de las tendencias opuestas con que debe ser abordada la así fuera, la fenomenología sería «un autoengaño sin verdad
predicación fenomenológica. última» (p. 123). Mas la pregunta es si todo el sentido de la
La interpretación del carácter científico de la fenomenolo­ fenomenología se clausura con su «fenómeno en el mundo»,
gía se hace partiendo del sentido mismo de ciencia, a la que ¿está verdaderamente ahí su sentido? ¿es verdaderamente el ser
hay que preguntar por el sujeto, por su posibilidad y por su humano en el mundo el que hace la fenomenología? Puesto
carácter objetivo en el mundo, que se da en las estructuras de que ya hemos visto quién es el sujeto de la fenomenología, hay
comunicación de individuos finitos, en quienes se diseña un que ser tajante y decir que la fenomenología no es asequible
horizonte de infinitud. Los presupuestos entonces para deter­ desde una crítica existencial, pues por la práctica de la reduc­
minar el carácter científico de la fenomenología ya como ción se abandona el lugar mismo de esa crítica; quedarse en la
«fenómeno» se refieren, por consiguiente, a quién fenomenolo- aparición mundana de la fenomenología es no entenderla, pues
giza, de quién es posibilidad y cuáles son sus estructuras de ella es «un suceso trascendental de la vida constituyente»
comunicación. Todo esto, sin embargo, debe ser clarificado (p. 124). El ser humano es el sujeto del fenomenologizar, pero
desde los logros de los parágrafos anteriores, es decir, partiendo por eso es sólo su «sujeto aparente» (p. 126), ya que el real es
del sentido de la instauración del yo trascendental fenomenoló- el espectador trascendental, que por la mundanización secunda­
gico como una deshumanización y de su re-humanización en ria aparece en el mundo. Por eso el sujeto trascendental
la «mundamzacion secundaria». Pero aun teniendo en cuenta fenomenologizante es trascendental y mundano en una unidad
ese camino de ida y vuelta, en el que sabemos que «todas las dialéctica. Justamente lo que distingue la mundanización
acciones humanas en su fundamento son acciones y actividades primera de la segunda es que en ésta el yo no se olvida de su
trascendentales» (p. 121), de hecho son acciones del ser huma­ origen (p. 128). Ahí radica su carácter dialéctico, pues la verdad
no, con lo que iniciamos un dificilísimo vía crucis del conoci­ mundana de su apariencia debe ser anulada, superada y conser­
miento fenomenológico trascendental, que consiste en que la vada. Esto define el canon de la razón fen om en ológica , que
«interpretación del ser humano como una figura constituida de constituye a la fenomenología trascendental como ciencia. Si
objetivación de la subjetividad trascendental es una interpreta­ desde esta perspectiva la fenomenología no es una posibilidad
ción humana, una teoría humana» (p. 122). Incluso ¿no se humana antes d e la reducción, lo es, sin embargo, después de la
puede decir, e inicia Fink una crítica desde Heidegger en reducción, siempre que tengamos en cuenta el canon de la
términos parecidos a los que salen en una conversación de D. razón.
Cairns con Husserl y Fink18, que la pretensión de la fenome- Muy importantes son las páginas dedicadas a exponer la
menología es resultado de una soberbia y un desvarío huma­ problemática de la ciencia fenomenológica desde la situación
nos, en el sentido de que la fenomenología trascendental no comunicativa de su sujeto social: la problemática de la inter­
sería sino un desesperado intento de huir de nuestra finitud? Si subjetividad de la ciencia fenomenológica es especialmente
aguda, porque ahí el canon de la razón es más imperioso, pues
el carácter científico mismo está en el carácter intersubjetivo
de la objetividad, que trasciende la situación perecedera de cada
,s Cfr. Dorian CAIRNS. C onversations xvith H u ss e rl an d Fink, M. Nijhoff,
La Haya, 1976, conversación XTTT, p. 25. persona, permitiéndole constituirse en «una permanente habí-
226 JAVIER SAN MARTIN
LA SEXTA MEDITACION DE E. FINK 22 7
tualidad de conocimiento» (p. 133). Pues bien, la primera
sacado del mundo» (nota 443). Fink, lo sabemos por su pró­
distinción decisiva es entre la subjetividad pseudomundana
logo, va mucho más allá; la reducción exigida de la individuali­
procedente del proceso de mundanización y la intersubjeti­
dad la orienta no sólo en la superación del sentido mundano
vidad que sería el auténtico sujeto trascendental de la fenome­
de individuación, sino en general del sentido mismo de
nología. Para explicar los pasos de la constitución intersubjeti­
individuación, con lo que se adentra en una interpretación
va procede Fink a un breve recorrido muy ilustrativo de los
metafísica del sujeto fenomenológico, que en todo caso caería
logros de la quinta meditación. La reducción trascendental la
en el terreno de la fenomenología constructiva.
empieza uno, yo, estableciéndome por la reducción primordial
Por fin aborda Fink el tema de la historicidad de la feno­
en la soledad de mi yo trascendental; mas en el desarrollo de
menología. La mundanización impropia de la fenomenología
la reducción egológica como intersubjetiva, en la interpretación
significa «su inclusión en la historia del espíritu mundano»;
trascendental de la Einfühlung, consigue el reconocimiento tras­
pero por la reducción ya sabemos que ésta es resultado de una
cendental del otro como co-sujeto constituyente. Ahora bien,
«donación de sentido intermonádico trascendental» (p. 141),
la reducción de los otros a su existencia trascendental —esta
desde donde «los sucesos mundanos del tiempo... son interpre­
fórmula es semejante en contenido a la empleada por Husserl
tados trascendentalmente», sólo de ese modo se logra «un
en el Nacbwort— es una operación mía, con ella no salgo de la
sentido trascendentalmente mostrable del destino del espíritu»
soledad de mis conocimientos; con ello mis conocimientos
(p. 142) con lo que la reducción se convierte en correcta
serían d e jure intersubjetivos pero no de [acto: «Los otros son
fundamentación de una «filosofía de la historia» (ib.), al
trascendentalmente existentes como mónadas constitutivas, con
salimos de la historia constituida para entrar en la historia
lo que el yo está en una comunidad de constitución, pero no
concreta trascendental de la constitución de! mundo. Esta
en una comunidad de un autoconocimiento trascendental»
anotación de Fink es muy importante como modelo de funda-
(p. 135; también pp. 135 y 140), que sería la auténtica intersub­
mentación de las ciencias humanas, ya que en cuanto perma­
jetividad trascendental (p. 136). Esta está, pues, referida a la
nezcan en la actitud natural, que es su terreno, no pueden
práctica de la reducción.
llegar al fondo del tema del que deberían tratar y que no es
Ahora bien, ¿cómo comprender esta intersubjetividad tras­
otro sino el sentido trascendental que late en la historia huma­
cendental, sus relaciones, su carácter comunitario? No pode­
na. Ahora bien, después de esa salida de la actitud natural se
mos hacerlo ciertamente desde las estructuras de la sociedad
vuelve otra vez a la actitud natural, si bien también aquí hay
mundana; y ahora reconoce Fink como un problema abierto
que aplicar el canon de la razón; no se puede interpretar mun­
el decidir si la comunidad trascendental se constituye de «indi­
danamente la fenomenología como un hecho histórico mun­
viduos», si es un proceso plural de conocimiento o si es una
dano, pues con la fenomenología cambia la propia historia, con
tendencia trascendental sólo que articulada de un modo moná-
ella surge un nuevo estadio de la historia (p. 144): «el Eon del
dico plural; y Fink no deja lugar a dudas de su tesis, que el
ser-fuera de sí de la subjetividad trascendental se ha termina­
suceso de hacerse-para-sí de la subjetividad se juega en una
do».
profundidad que está antes de toda individuación monádica. A
La vuelta a la actitud natural pertenece a la fenomenolo­
la palabra «individuo» Husserl anota que se trata del «sentido
gía, en cuanto ciencia, como uno de sus momentos estructura­
228 JAVIER SAN MARTIN LA SEXTA MEDITACION DE E. FINK 229

les, como un momento «integral» suyo, aunque también es lógico, es la constitución del mundo y el fenomenologizar
necesario mantener la distinción canónica de lo que sería (p. 157). Absoluto y trascendental coinciden, si bien éste es un
verdad trascendental y verdad mundana de la fenomenología. concepto-contra (lo trascendente) y por eso determinado desde
La fenomenología como ciencia es la unidad de estas dos la actitud natural, mientras que el de absoluto sería un con­
determinaciones antitéticas; por eso la actitud natural, en el cepto en sí mismo, un Inbegriff.
modo del autoolvido, del «sueño trascendental», condiciona la Con esto señala Fink el verdadero sentido de la fenomeno­
actitud trascendental doblemente, pues es anterior a ésta, pero logía en toda su radicalidad, al insistir en la tremenda revolu­
a la vez es su punto de referencia en la situación de exterio- ción en el pensamiento que su ejercicio supone, lo que repre­
rización, pues en definitiva, nos dice un poco más adelante, «la sentaría el verdadero giro copernicano, al pensar que el mundo
autoconciencia de la subjetividad trascendental no es posible es sólo un polo de lo absoluto. ¿Es la intersubjetividad mona-
por principio como un estar cabe-sí de la vida constituyente en dica el otro polo? Esta pregunta no es otra que la pregunta por
las capas constitutivas profundas», sino que sucede en la capa el desarrollo y presentación de la idea de lo absoluto y quizas
trascendental de lo constituido, es decir, que tiene que estar en se vea entonces que la comunidad de las monadas «es ella
la actitud natural (p. 151). misma aún una capa constituida», con lo que esta en cuestión
Por fin, termina Fink el párrafo enunciando desde estos «si la individuación trascendental de las monadas plurales es
postulados que la noción fenomenológica de ciencia no puede una determinación última y reductivamente insuperable de la
ser comprendida desde las categorías mundanas, ya que en vida constituyente», que quizás no pueda ser pensada sino bajo
definitiva con la reducción se inaugura una nueva noción de la idea de lo uno, de modo que la pluralidad no sea sino
saber y de ciencia, pues al igual que la idea de ser o la de «articulaciones que se dan en él» (p. 160).
lenguaje, también la de saber ha de ser reducida, para conseguir Con esto pasa Fink a determinar la ciencia absoluta en
la idea de ciencia fenomenológica como saber absoluto, donde cuanto al objeto que es lo absoluto; mas con el saber de lo
la palabra absoluto también debe ser reducida y entendida absoluto se da en lo absoluto un cambio, pues pasa del ser en
desde la teoría misma del lenguaje expuesta, oponiendo a la sí al ser para sí, con lo que en lo absoluto se dan dos tenden­
idea mundana-ontológica de absoluto la trascendental, pues cias, una la que se daba ya antes de la reducción, otra la de
mientras aquélla pone al mundo como lo absoluto y a las después, la tendencia a su autocomprension, que se opone a la
sustancias del mundo como lo relativo, la idea de absoluto se primera, a la tendencia al ser, que domina antes de la reduc­
refiere ahora a la vida trascendental en la que el mundo es el ción. Ambas tendencias constituyen lo absoluto; es decir, la
conjunto de todos los resultados de los procesos constituyen­ teoría trascendental del método pertenece esencialmente a la
tes. Lo absoluto es la constitución del m undo, en la que la fenomenología. Mas en ella la pregunta es de nuevo si su yo
subjetividad es el polo de dónde y el mundo es el polo adonde; no es sino resultado de una nueva ingenuidad, porque tal vez
por eso es Absoluto; fuera de esa Weltkonstitution no hay nada hay que preguntarse, y lo deja Fink, una vez más, como pro­
posible. Mas este absoluto lo es antes de la reducción. Después blema, si la última dimensión del fenomenologizar no esta en
de la reducción, lo trascendental se ha ampliado con su propio la vuelta a una profundidad mas originaria de la vida absoluta
saberse y ahora lo absoluto, es decir, lo absoluto ya fenomeno- que transcienda la individuación. En segundo lugar, en cuanto
LA SEXTA MEDITACION DE E. FINK 231
230 JAVIER SAN MARTIN

lación ultramundana objeto-sujeto, pero ambos permanecen en


al sujeto, que es el absoluto mismo, que es el sujeto trascenden­
la ingenuidad de la actitud natural, a diferencia del idealismo
tal y el hombre. En tercer lugar, en cuanto al modo de conoci­
fenomenológico que supera radicalmente esa actitud por la
miento, también el conocimiento fenomenológico tiene que ser
reducción: por ello no se puede decir que consista en la absolu-
absoluto; pero con ello no se quiere decir un grado de conoci­
tización de la conciencia ni en la afirmación del primado onto-
miento, pues la idea de evidencia debe ser también reducida; de
lógico del sujeto. El pensamiento fundamental del idealismo
lo que se trata es de la temática, pues el objeto que se conoce
fenomenológico es que el ser es constituido en los procesos de
no es relativo sino absoluto; el objeto para el conocimiento
la subjetividad trascendental y, por tanto, en él el ser se
fenomenológico no se da de un modo exterior mundano; no
interpreta desde el pre-ser de la constitución, por eso es más
es relativo; para lo absoluto no hay mundo externo y por eso
no hay algo separado de él. El modo de conocimiento de lo bien un idealismo constitutivo.
absoluto no puede ser entendido con las ideas de un conoci­
miento finito. En definitiva, en la idea de saber absoluto coin­
ciden las diversas determinaciones del fenomenologizar que es­
tudia la teoría trascendental del método, cuya oposición, por
otro lado, a la teoría trascendental de los elementos desaparece
justo en la última síntesis del saber absoluto (cfr. p. 169).
Un párrafo último añade Fink sobre el sentido mismo del
idealismo trascendental. Pero esto para Fink no es casi sino un
rótulo de discusión con los representantes de otros filosofemas,
en el sentido de que el fenomenólogo en la situación mundana
quiere expresar que se siente heredero de la gran tradición
idealista, asumiendo los grandes motivos de esa tradición, si
bien es también aquí imprescindible mantener la idea tras­
cendental de idealismo frente a su idea mundana. Es curioso en
todo caso que de los cuatro idealismos que cita (Platón, Kant,
Fichte y Hegel) sólo se confronta con el kantiano, el gnoseo-
■lógico, cuyo sentido según Fink se determinaría en su oposi­
ción al realismo. Realismo e idealismo parten de la actitud vital
ordinaria del ser humano que no es ni lo uno ni lo otro. A
partir de ella el idealista dice que en la relación del hombre a
las cosas, éstas sólo tienen el sentido de correlatos de vivencias
subjetivas; el realista concederá que el ser se da en vivencias
subjetivas, pero, aparte de eso, ese ser no depende ónticamente
de nosotros. Ambos parten pues de la misma base, de la corre­
CAPÍTULO VII

FENOMENOLOGÍA
Y FILOSOFÍA DE LA CULTURA

El objetivo de mi ponencia es resaltar el hilo conductor


que va de la Sexta m editación cartesiana de Eugen Fink a la
filosofía de la cultura. Si la antropología filosófica es el análisis
de la vida humana, para su desarrollo tiene dos posibilidades
fundamentales, en primer lugar debe exponer la estructura fun­
damental o, como dice E. Fink, la «constitución fundamental»,
la G rundverfassung1, del ser humano; en segundo lugar debe
analizar o interpretar la vida concreta y efectiva del hombre;
mas puesto que el ser humano rige su vida de acuerdo a las
normas tradicionales, las costumbres, usos o hábitos culturales
que constituyen la totalidad de la cultura, la segunda posibili­
dad de la antropología filosófica tiene que ser una filosofía de
la cultura. Entre los filósofos que han emprendido la tarea de
desarrollar una antropología filosófica, Eugen Fink ocupa un
lugar de primera fila. En mi antropología filosófica he asumido
su análisis antropológico-culturales y los he expuesto expresa­
mente como una filosofía de la cultura. Me parece importante
subrayar esta aportación de E. Fink.
La publicación de la Sexta m editación cartesiana nos ha
ayudado a comprender el hilo conductor que va de la fenome­
nología de Husserl a la antropología filosófica como una filo­
sofía de la cultura. La relación negativa entre la fenomenología1

1 En G rundphanom ene des m enschlicken Daseins, Albert Verlag, Friburgo i.


B„ 1979, p. 320. ~
234 JAVIER SAN MARTIN FENOMENOLOGÍA Y FILOSOFÍA DE LA CULTURA 235

trascendental y la antropología que fue peculiar en Husserl, se figurar como el sujeto buscado por la filosofía, o respec­
invierte cuando recorremos el camino que Eugen Fink siguió, tivamente fenomenología, trascendental. Porque la objetividad
a saber el camino desde un concepto de hombre objetivado significa, entre otras cosas, independencia de las circunstancias
hasta un ser humano interpretado especulativam ente. La Sexta mudables. Las estructuras cambiantes que caracterizan al ser
m editación cartesiana nos ofrece, en mi opinión, la clave de humano fáctico o real, no pueden garantizar la objetividad. El
este camino. Naturalmente que de esa M editación podemos sujeto empírico fáctico que está en el mundo no puede ser ni
considerar e interpretar muchas cosas; podemos también ver en el sujeto epistemológico ni el sujeto ético; porque tampoco las
ella un tratado en el que aparecen expuestos con gran claridad normas éticas serían tales si según las circunstancias pudiera ser
e incluso de un modo crítico los conceptos más importantes de de otro modo.
la fenomenología de Husserl. Desde esta perspectiva, sin lugar La meditación trascendental, sin embargo, debe tener su
a dudas se convertirá en el futuro próximo en un libro de punto de partida de un modo ineludible en el ser humano, que
consulta imprescindible para acercarse a la fenomenología de es cada uno. Como dice Ernest Orth2, el recurso a la sub­
Husserl. La aportación de Fink a la interpretación y compren­ jetividad con el objeto de fundamentar las ciencias significa
sión de la reducción, la epojé, la constitución, la intersubjetivi­ «una tematización decisiva del ser humano». Como también
dad, el absoluto, el idealismo, etc., es tan amplia que aún tarda­ dice Fink en la Sexta m editación cartesiana3, «es totalmente
remos hasta que podamos interiorizar y aplicar todo ello. Pero innegable que el fenomenologizar es una práctica teórica de
aquí nos interesa más bien investigar la relación de la fenome­ conocimiento del ser humano que hace en ese momento filoso­
nología a la antropología, porque me parece que la Sexta m edi­ fía». Por tanto, la primera actividad de una filosofía trascen­
tación tiene desde esta perspectiva un significado muy especial dental llevada a cabo con rigurosidad es ejecutar una acción
y que es importante para entender la trayectoria filosófica de que puede ser llamada “deshumanización”, Entmenschung. Por
Eugen Fink. El escaso tiempo de que dispongo me obliga a eso, si en primer término la filosofía trascendental representa
expresarme casi en forma de tesis. una tematización del ser humano, inmediatamente exige «des­
conectar la consideración del ser humano concreta en aras de
la pureza de su concepción»4.
1. La problemática general de la Entmenschung (deshuma­ Eugen Fink describe esta situación con gran claridad en el
nización) en la filosofía trascendental y en la feno­ § 5 de su Sexta m editación. Según Fink, la teoría trascendental
menología del método debe responder a las preguntas del porqué y el
cómo de la filosofía trascendental. Mas si preguntamos por el
A la filosofía trascendental en general y a la fenomenolo­
gía trascendental en especial caracteriza la búsqueda continua
de un sujeto que garantice la objetividad de los juicios tanto de 2 E. W . ORTH, «Kulturphilosophie und kulturanthropologie ais transzen-
la ciencia como de la moral. Mientras el ser humano sea una dentalphanomenologie», en Husserl Studies, 4, 1987, p. 103.

parte del mundo, de modo que aparezca totalmente integrado 3 I, p. 121.


en el juego ciego de las circunstancias cambiantes, no puede 3 E. O rth , op. cit., p. 105.
236 JAVIER SAN MARTIN FENOMENOLOGÍA Y FILOSOFÍA DE LA CULTURA 237

porqué, no encontramos ninguna respuesta en la autorreflexión de la necesidad de una deshumanización, no es fácil de des­
humana, porque «la autorreflexión fenomenológica reductiva cubrir. En todo caso es distinto antes que después de la teoría;
no es una radicalidad alcanzable para el ser humano»5. Tampo­ es decir, es distinto antes de que hayamos ya configurado el
co es una posibilidad del ser humano, por lo que «en absoluto enfoque fenomenológico que una vez que hemos reconocido
se halla en el horizonte de las posibilidades humanas»6, pues la subjetividad trascendental como constituyente. En mi opi­
«no es el ser humano, sigue Fink, el que reflexiona sobre sí nión también es muy distinto según se hable desde la teoría o
mismo, sino que es la subjetividad trascendental, oculta en la desde la historia, es decir, desde la estructura del método
autoobjetivación del ser humano la que reflexiona, en la fenomenológico tal como la ha desarrollado Husserl, o desde
medida en que aparentemente comienza como hombre, se la función que la fenomenología tiene que cumplir en la his­
supera y va al fundamento, a saber, al propio y último toria. En Fink, quien habla desde la teoría, es decir, según el
fundamento de la vida»7. desarrollo de la teoría de los elementos, en la que por otro
La anotación marginal de Husserl a estas frases ratifica la lado no aparecen los problemas éticos y filosófico-históncos
opinión de Fink. La autorreflexión trascendental comienza en que Husserl había tratado en los primeros años 20, es claro
la actitud natural pero no permanece en ella, es decir, «en la que el ser humano es un ser en el mundo, un producto final
autoapercepción ser humano», sino que se gana la vida tras­ de la actividad constitutiva de la subjetividad trascendental, y,
cendental «sólo de un salto en el que supera su mismidad na­ por tanto, un ser de la actitud natural.
tural, su ser humano»8. También cuando Fink se pregunta por Yo quisiera exponer como mi propuesta que el presupues­
el cómo, aparece esta superación del ser humano: «La tenden­ to general del comienzo de la filosofía como una “deshumani­
cia trascendental que se despierta en el ser humano y que le zación” radica en que la filosofía comienza con una idea limi­
lleva a inhibir de una vez todas las vigencias, supera también
tada de ser humano, que por otra parte está impregnada de las
al ser humano, el ser humano se deshumaniza en la ejecución
determinaciones procedentes de la biología, o respectivamente,
de la reducción»9.
de las ciencias naturales y que pertenece ya a nuestra tradición
cultural occidental. De acuerdo con esta idea el ser humano es
una realidad objetiva determinada por las circunstancias
2. Presupuestos de la deshumanización
concretas del mundo y por las que, en consecuencia, estaría
totalmente explicado. De modo que “ser humano” significa
El presupuesto para hablar, como comienzo de la filosofía,
exactamente ese ser, a saber, un ser que pertenece al mundo
como el ámbito de las relaciones de exterioridad. Si el ser
humano se disuelve en las relaciones de exterioridad, ya no
5 E. F in k , op. cit., p. 36. puede pasar como un sujeto necesario o de vigencias necesarias.
6 Ibidem . En los manuscritos A V 5 y A V 7 dice Husserl muy frecuen­
1 Ibidem . temente que el ser humano es un título para una realidad en
8 V er HUSSERL, en F in k , op. cit., p. 36, n o ta 84.
9 E. F in k , op. cit., pp. 43s.
238 JAVIER SAN MARTIN
FENOMENOLOGÍA Y FILOSOFÍA DE LA CULTURA 239

el mundo de lo A ussem nander, de lo que es exterioridad1012; o La operación de la “deshumanización” tiene como objetivo
que el mundo es la totalidad de las realidades en la que no poner entre paréntesis este concepto de un ser humano di­
solamente está todo lo real sino que, de acuerdo con el sentido suelto en meras exterioridades, para alcanzar lo que en tal idea
propio del mundo de la experiencia, todo está causalmente no se puede pensar. En la filosofía de Husserl esta operación
mezclado. En tanto el ser humano sea una de esas realidades, se llama practicar la epojé y la reducción trascendental.
estará también él determinado de un modo causal inductivo,
como dice en otro manuscrito: En el mundo el ser humano
está «por una causalidad inductiva externa»11. 3. Problemas de la deshumanización
Naturalmente que sería una pregunta crítica saber hasta
qué punto la tematización husserhana de la actitud natural está Los problemas de tales prácticas no son pequeños. En
orientada por esta concepción. Pues enseguida anota Husserl primer lugar, y ya en una teoría de los elem entos, la situación
que en la actitud natural también es posible una actitud perso­ del propio cuerpo se desenvuelve en una ambigua oscuridad,
nalista. Pero de todas maneras, el sentido de la fenomenología en la medida en que de una parte en el cuerpo tenemos expe­
está determinado por la refutación del psicologismo, y esta riencia de su realidad mundana, que depende de circunstancias
teoría epistemológica opera con una idea moderna de ser hu­ exteriores, de modo que es una realidad que se puede compo­
mano. Por eso debemos entender el sentido de la “deshuma­ ner de diversos modos eficaces con otras realidades, por
nización” desde este punto de partida. En Iso Kern se ve tam­ ejemplo, ocupa un lugar entre otras cosas, ejerce resistencia a
bién con claridad que la superación de la actitud natural se otras cosas y de ese modo puede interactuar. Pero en segundo
entiende también como superación de la fenomenalidad como lugar, en él tenemos experiencia también de un carácter “soma-
exterioridad, o como superación del estar uno fuera del otro, tológico”, del que tenemos experiencia o vivimos desde dentro
el A ussereinanderr~. Si este estar fuera, o esta composición por y que ya no puede componerse con otras cosas del entorno. Al
las relaciones de exterioridad, donde no puede haber ninguna revés, este carácter somatológico se sitúa como punto de
autonomía, es el punto de partida para entender la “deshuma­ partida de la actividad en el mundo, así como campo de expre­
nización”, podemos entender la anotación de Husserl número sión de las intenciones del yo, de modo que mi cuerpo parece
81, según la cual la autorreflexión del ser humano es «su cami­ escaparse de la alternativa mencionada, a saber, ser dependiente
no hacia la autonomía»13. En esta anotación de Husserl se o independiente del mundo.
puede ver un guiño sobre el verdadero sentido de la pureza En tercer lugar, aún tenemos que considerar un problema
fenomenológica perseguida con la “deshumanización". muy fuerte: el sujeto trascendental que debe garantizar la
objetividad no puede ser el sujeto individual sino que debe
presentarse como una intersubjetividad trascendental; pues
10 Por ejemplo, Mn. A V 5, p. 88. precisamente al sentido de la objetividad pertenece esencial­
11 Mn. A V 7, pp 52s. mente la validez para todo el mundo. Ahora bien, para la
12 V er I. KERN, M eth od e u n d Id ee d e r P k ilosophíe, W. de G ru y te r, 1975. formación de este sujeto intersubjetivo se requiere de modo
13 H u ss e r l , en F in k , op. c u , pp. 35. necesario la MEDIACIÓN DEL CUERPO, porque tal constitución
240 JAVIER SAN MARTÍN
FENOMENOLOGÍA Y FILOSOFÍA DE LA CULTURA 241
sólo puede tener lugar desde esa mediación. La constitución de
trascendental16, pues sólo tenemos un lenguaje, ya que no exis­
la intersubjetividad implica incondicionalmente la posibilidad
te un lenguaje trascendental sino sólo el lenguaje ordinario
real o posible del otro, lo que sólo es posible en la percepción
natural; por eso es ese lenguaje el único que puede utilizar la
—quizas fuera también pensable la ficción—del comportamien­
fenomenología trascendental, con lo que la fenomenología
to externo del otro, para lo que los otros tienen que exterio­
rizarse en sus cuerpos. aparece en el m undo y aparentemente por lo menos abandona
la actitud trascendental: «En este sólo aparente abandono de la
Todo esto significa que el sujeto, “deshumamzado” al co­
actitud trascendental pasa la fenomenología a su manifesta­
mienzo, de nuevo debe aparecer en el mundo como ser huma­
ción»17. Esto es la exteriorización de la fenomenología. La
no, si ha de funcionar como un sujeto pleno. La primera “des­
anotación 302 de Husserl18 señala la profunda problemática
humanización” debe así convertirse en una “rehumamzación”.
de esta interpretación de Fink. Dice Husserl:; «Hasta ahora no
Tenemos, por tanto, una «rehumanización de la deshumaniza­
se había hablado de ‘exteriorización’» y distingue dos tipos de
ción reductiva», por emplear palabras de E. Fink14. Esto es
exteriorización, la de la intersubjetividad trascendental, la
por lo menos lo que Fink muestra en la Sexta m editación con
coexistencia en la totalidad del mundo, en la temporalidad
gran claridad, si bien desde el punto de vista de la teoría tras­
(espacialidad) monádica, y una segunda exteriorización, la
cendental del método, es decir, desde la pregunta por la pecu­
«in-existencia segunda» de la que enseguida va a hablar Fink.
liaridad de la fenomenología como actividad teórica científica.
Es fácil ver la problemática fundamental en la primera ex­
La problemática viene preparada ya en los §§ 8 y 9, en los qué
teriorización, la de la trascendentalidad, pues cabe preguntar si
exige la reducción de la idea de ser, de modo que la actividad
es posible en absoluto sin la naturaleza exterior, pues ¿no
teórica trascendental no tiene como objeto ser alguno sino algo
supone siempre la naturaleza exterior con ios cuerpos integra­
que es preser y donde la ideación trascendental tiene la
dos en ella? La solución que da Fink me parece muy signifitiva
misma productividad que la actividad teórica en general, a
ya que en ella se indica la dirección que seguirá el pensamiento
saber, «la posición como existente (existente trascendentalmen­
de Fink. La fenomenología se exterioriza en el lenguaje
te) de lo que tienen la naturaleza constitutiva del preser» y, por
natural, puesto que no existe otro lenguaje; pero el lenguaje
tanto, la ontificación de las «posibilidades puras del preser en
natural no cambia en nada «por su utilización por el especta­
las formaciones vigentes de una eidética trascendental»I5.
dor fenomenológico», sino que «se cambia en el modo de su
La última consideración sirve de preparación para la verda­
significar, porque ninguna de sus palabras mantiene el sentido
dera problemática que le va a llevar a Fink al giro que dará.
natural», sino que «el significado indicado con un vocablo
Pues tales formaciones sólo pueden convertirse en una forma
predicativa si la actividad fenomenológica sale de la actitud

16 Op. cit., p. 94.


17 Op. cit., p. 96.
14 F ink , op. cu., p. 120 . 18 HUSSERL, en F ink op. cit., ib. Hay que subrayar que a esta altura del
15 Op. cit., pp. 92s. texto Husserl ya ha aceptado el planteamiento de Fink; ver también las
anotaciones 412, p. 132 y 428, p. 134.
242 JAVIER SAN MARTÍN FENOMENOLOGÍA Y FILOSOFÍA DE LA CULTURA 243

determinado me sirve incluso como señal para un sentido conjunto constituido por él»22. Esta automundanización es
trascendental de la palabra»19, lo que se consigue ayudados necesaria y siempre está ya de antemano. Quizás por eso esta
por la afinidad analógica de las palabras, de modo que «me­ necesidad nó encaja perfectamente con la expresión de Fink
diante un significado que se refiere a los seres se expresa un quien habla de «efectuaciones propias de constitución ac­
significado trascendental (un significado que se refiere a un tiva»23. Jdusserl protesta contra la palabra ‘propia’ (eigene),
preser)»20. Esto implica naturalmente una «tensión interna», pues si esa constitución es necesaria, ya no se puede hablar de
que en adelante será típica de toda interpretación finkiana de que es algo mío propio, por lo menos en un sentido estricto,
los fenómenos humanos. Los fenómenos humanos son todos porque como dice Husserl, pertenece «al entramado inten­
ellos fenómenos biológico naturales, pero todos ellos indican cional»,. no es algo que yo haga24.
otra dimensión. Esta tensión interna de la predicación fenome- A diferencia de esta mundanización Fink habla de una
nológica no se puede superar, ni siquiera sería un deseo su segunda o mundanización impropia del fenomenologizar, que
superación. La mediación del lenguaje natural es necesaria. para poder expresarse predicativamente tiene que aparecer en
Para legitimar esta necesidad, Fink introduce la teoría de la el mundo, con lo que la fenomenología muestra un camino
m undanización impropia, que quizás representa la aportación para salir del mundo pero significa simultáneamente un camino
más significativa de esta meditación. de vuelta al mundo. En todo caso hay que anotar que, según
Puesto que en mi reflexión esta teoría es muy importante, Fink, el fenomenólogo sólo puede ser funcionario si ha vuelto
quisiera exponerla brevemente. Según Fink, la constitución es a la actitud natural25. La soledad que crea la reducción no
un proceso o un hacerse (un Werdert) que parte de la subjetivi­ significa solipsismo alguno, porque basta explicitar el sentido
dad y termina en el producto final mundo: «todo constituir es, de la experiencia del otro —lo que significa practicar la
dice Fink, un constituir de seres en el contexto universal del reducción intersubjetiva— para comprender el carácter
mundo»21. El mundo es el conjunto (Inbegnfj) de todos los intersubjetivo del yo trascendental. Pero la necesidad del
productos finales constituidos. A esto llama Fink «la auténtica volver de nuevo a la actitud natural, es decir, la tendencia a la
mundanización auténtica o primaria» (ib). Entre estos produc­ predicación o expresión, surge, según Fink, de esta situación
tos de la constitución está también el ser humano que es una intersubjetiva del yo, de aquellos «impulsos trascendentales
autoconstitución del sujeto trascendental como ser humano en pedagógicos... una tendencia de la vida trascendental general
el mundo: «El sujeto constituyente se mundaniza a sí mismo hacia un ser-para-símisma (Fürsichwerden) universal»26.
cómo ser humano intramundano, en la medida en que se
sedimenta y en cierto modo toma un lugar en medio del

22 Op. cit., p. 117.


23 Op. cu., p. 119.

” F in k , op. cit., pp. 96s. 24 Cfr. H u sser l , en F in k , op. cit., p. 119, n o ta 380.

® Op. cit., p. 97. 25 Cfr. op. cit., pp. 109 ss.

21 Op. c it , p. 108. 26 Op. c i t , p. 110.


244 JAVIER SAN MARTIN
FENOMENOLOGÍA Y FILOSOFÍA DE LA CULTURA 245

El § 11 sigue profundizando en la aclaración de esta mun- es meramente ser humano en el sentido en que nos vino la
danización secundaria. Es cierto que esta segunda mundani- imagen del hombre de la modernidad. Podemos decir lo mis­
zacion ocurre sobre la base de la primera, pues sólo porque ya mo de otro modo: para ser humano, el ser humano debe no
se ha dado la primera, puede el fenomenologizar aparecer en ser sólo ser humano. Así se entiende la afirmación de Fink: el
el mundo. Pero «toda interpretación mundana» de esta acti­ ser humano es superado y conservado. Ése es el sentido de la
vidad se queda muy corta, por eso una interpretación mera­ dialéctica fenomenológica y ahí está el canon de la razón
mente antropológica del sujeto efectivo que hace fenomeno­ fenomenológica: la firme división de las dos dimensiones en el
logía no puede bastar. Mas entonces ¿quién es el sujeto de la ser humano. A la misma conclusión llega Fink en la conside­
fenomenología?, pues no es ni el sujeto trascendental ni el ser ración de lo absoluto, donde «la oposición entre ser humano
humano que se ha olvidado de su trascendentalidad, sino el ser y espectador trascendental ya no debe ser eliminada»29, sino
hum ano ya ilum inado trascendentalm ente, es decir, «la subjetivi­ que debe ser concebida como una antitética necesaria en la
dad trascendental que aparece —por la mundanización indirec­ unidad sintética de lo absoluto.
ta— en el mundo»27. Por eso este sujeto es un sujeto dialécti­
co, un sujeto que muestra «una “unidad dialéctica” entre la
esfera de lo trascendental y la de lo mundano» {ib). 4. Ambigüedad de la relación entre la fenomenología y la
Por tanto, mientras en la primera mundanización se olvida antropología
el sentido trascendental, la segunda mundanización, la indirecta
o la impropia, es precisamente «la objetivación mundana del La problemática de la deshumanización que fue proyectada
saber sobre el origen trascendental»28. Esto es lo que le da el desde una perspectiva metodológica por Husserl y que Fink la
carácter de impropia, porque el sujeto trascendental no se aceptó en lo fundamental, la explicó con precisión y la desa­
disuelve en la pura exterioridad del mundo. La actividad cog­ rrolló, nos obligan a ciertas consideraciones sobre la relación
noscitiva del yo que hace fenomenología no representa ningún entre la antropología y le fenomenología. En la medida en que
conocimiento meramente humano. Pero esto significa que EL la fenomenología trata de un ser deshumanizado, no puede ser
SER HUMANO YA NO ES SÓLO SER HUMANO. Pero en la medida
considerada como antropología. Pero tan pronto como su
en que la fenomenología no fue invención sino descubrim iento sujeto se haya mundanizado de nuevo, también ella se convier­
de la trascendentalidad, el ser humano nunca fue sólo ser te en antropología. Sin embargo, es necesario plantear la
humano. pregunta sobre qué se ha conseguido en esta ida y vuelta en
Por lo que concierne a nuestra tesis, de ahí se puede relación a la antropología. En mi opinión de lo que se trataría
concluir que Fink ya por la época de la Sexta m editación ve es de la necesidad de una nueva interpretación del ser humano,
que la fenomenología es una prueba de que el ser humano no de modo que el filósofo no puede permanecer prisionero de la
primera idea de hombre, pues aquella que estaba en la base de

17 Op. cit., p. 127.


28 Op. cit., p. 128.
29 Op. cit., p. 166.
246 JAVIER SAN MARTÍN FENOMENOLOGÍA Y FILOSOFÍA DE LA CULTURA 247

la deshumanización es una idea insuficiente. En el mismo meno, muestran que Husserl era consciente de que seguía en
sentido era también insuficiente una antropología que conside­ el ámbito trascendental.
rara al hombre sólo como un ser biológico. En lo que concierne a Fink, el ayudante de Husserl siguió
En lo que sigue debemos acercarnos a los diversos caminos un camino muy distinto. No ve excesivo interés en la filosofía
que siguieron Husserl y Fink en el contexto de esta problemá­ práctica de Husserl, como se lo dijo expresamente a Dorian
tica, ya que la diferencia me parece sumamente interesante, Cairas31. Por eso permaneció en el nivel que dibujó en la
pues en ella se puede leer la diferencia de las respectivas tra­ Sexta m editación, es decir, en el nivel de la fenomenología
yectorias vitales. pura, y desde ahí asume el resultado de esta meditación, el
En Husserl la situación es bastante compleja30 y sin lugar viaje de ida y vuelta de la fenomenología en relación a la idea
a dudas está todavía abierta a muy diversas interpretaciones. de ser humano. Este resultado no es otra cosa que la intuición
Aquí propondré una. Mientras que Husserl en la fenomenolo­ de que el hombre sólo puede ser filosóficamente pensado si es
gía pura seguiría el camino que hemos reconstruido en las interpretado especulativamente, es decir, debemos descubrir en
lineas anteriores, en la filosofía práctica, o lo que es lo mismo, el ser humano un sentido que trasciende el sentido intramun-
en la filosofía de la historia y en la filosofía política, que dano del hombre, de manera que esa interpretación tiene como
constituyen la fuerza motora de la filosofía de Husserl, ha objeto la esencia propia del ser humano, siendo una tarea
resuelto la contradicción en la medida en que siempre habla de ineludible de la filosofía tomar al ser humano en ese sentido.
ser humano, humanidad o carácter humano, obviamente en un Fink toma este sentido en su significado cosmológico, de
sentido que ya no es el sentido objetivista del ser humano. Por modo que el sentido especulativo que constituye al ser humano
eso podríamos decir que él trabaja ya con una idea de ser es la relación necesaria al mundo que al ser humano. Como
humano que puede ser considerada como resultado de la tarea de su filosofía diseña Fink interpretar la conducta con­
reflexión trascendental, por otro lado sin que Husserl hubiera creta del ser humano desde este sentido especulativo, es decir,
logrado plena claridad al respecto, pues de lo contrario se lo que Fink emprende es exactamente una antropología filoso-
hubiera expresado de otro modo en la disputa sobre la relación sófica en la que se esclarezca el sentido cosm ológico de la cultura
entre la antropología y la fenomenología de los últimos años humana.
veinte o principios de los treinta. De todas maneras hay que
tener en cuenta que Husserl está de acuerdo con los resultados
a que llega Fink, aunque también parece que tenía problemas 5. Fink y la filosofía de la cultura
para lograr una unidad en su fenomenología. Las anotaciones
que añadió en los parágrafos de la Sexta m editación en que Lo que acabamos de afirmar me parece muy importante
Fink habla de la necesidad de la fenomenología como fenó­ para captar el sentido correcto de una filosofía de la cultura,

51 C fr. D . CAIRNS, C o n v ersa tio n s w ith H usserl a n d Fink, M. N ijh o íf, 1976,
30 V er el capítulo V de este libro.
p. 57. V er tam bién p. 50.
248 JAVIER SAN MARTÍN FENOMENOLOGÍA Y FILOSOFÍA DE LA CULTURA 249

pues solo partiendo de esa nueva interpretación del hombre como un ser racional; pues bien, cabe ahora preguntar ¿ratifica
puede darse una autentica filosofía de la cultura, lo que quizás la interpretación especulativa de la cultura por parte de Fink
en Husserl no aparece con toda claridad. Dado que la fenome­ esa imagen del hombre? La respuesta a esta pregunta nos habla,
nología pura no trata en sentido estricto del hombre, la feno­ en primer lugar, de la importancia que la pregunta misma
menología de la cultura o bien se emprende en el ámbito de la puede tener, así como de la importancia del desplazamiento del
aplicación de la fenomenología, de la fenomenología práctica, análisis de un ser deshumanizado al ser humanizado, es decir,
es decir, en relación a la etica, con lo que la cultura no es de la subjetividad trascendental a la cultura. En segundo lugar,
abordada directamente en sí misma, o se la aborda en un sen­ puede mostrar la importancia de la aportación de Fink a la
tido estrictamente antropológico, pero entonces ya no en un antropología.
sentido filosófico. En el caso de Fink ocurre de otro modo. Respecto a la primera pregunta, debo sólo indicar que en
Asume de entrada el sentido especulativo que constituye al ser los cinco famosos fenómenos de los que trata Fink se trata de
humano, esa unidad dialéctica que veíamos, y en la medida en los fenómenos fundamentales de la cultura, en los que el ser
que el ser humano se manifiesta en la cultura, el sentido es­ humano vive. Lo que en las ciencias de la cultura se llama el
peculativo debe aparecer en la cultura. Por eso emprender un modelo universal {universal pattern), encaja perfectamente con
análisis filosófico de la cultura significa descubrir y mostrar el los cinco fenómenos de Fink. El TRABAJO nombra la relación
sentido especulativo en la cultura. Para esto se debía haber con la naturaleza, lo que por parte de la cultura constituye la
resuelto con decisión el problema de la deshumanización de la ecología humana y la economía. El AMOR está en el contexto
filosofía trascendental. de la reproducción de la vida, lo que culturalmente visto está
Para terminar todavía quiero plantear dos preguntas; en sedimentado en la capa fundamental del parentesco. El PODER
primer lugar se puede preguntar si la filosofía de la cultura de y la violencia constituyen los elementos de la estructura
Fmk tiene un hilo conductor, de modo que Fink llegue gracias política de la sociedad. La comprensión de la MUERTE abre el
a el a una interpretación de la cultura en su núcleo fundamen­ horizonte del más allá, lo que está en íntima conexión con el
tal y que pueda tomarse como modelo o como una compren­ surgimiento de lo religioso. Por fin, el JUEGO por su parte, y
sión profunda del concepto de cultura manejado en las ciencias en la medida en que se refiere a todas las otras capas de la
de la cultura, es decir, si el concepto de cultura de Fink estaría cultura y la sociedad, mantiene siempre abierto el ámbito de
en consonancia con el concepto de cultura de las ciencias de la la posibilidad.
cultura, de modo que su interpretación especulativa sea una Respecto a la segunda cuestión, sólo quiero decir que el
interpretación del concepto de cultura de las ciencias sociales análisis cultural filosófico de Fmk ratifica la imagen del hom­
y culturales. En segundo lugar, quisiera plantear una pregunta bre de Husserl, en la medida en que el trabajo, el poder y la
que a mi entender es muy importante para fijar la aportación reproducción son fenómenos adaptativos, en los que el ser
de Fmk en este terreno. Decíamos que la fenomenología signi­ humano o la sociedad no tienen más remedio que adaptarse al
fica la búsqueda de un sujeto que garantice la objetividad o la mundo. En este sentido en ellos trasluce el lado fijo d el m u n d o,
¡ acionalidad. La imagen del hombre que en ese caso muestra lo que es. Este primer momento se correspondería con la ima­
y reivindica la fenomenología es la imagen del ser humano gen del hombre promovida por la fenomenología de Husserl.
250 JAVIER SAN MARTIN

Pero un análisis de la cultura muestra otras posibilidades del


ser humano en las que éste no sólo no se adapta sino que se
con vierte en creador, de modo que cambia o finge una nueva
CAPÍTULO VIII
realidad. Husserl ha hablado mucho de la imaginación, incluso
la ha declarado el instrumento fundamental del método feno-
menológico, pero no la ha declarado como uno de los elemen­ EL MUNDO COMO APRIORI
tos fundamentales que constituyen los fenómenos humanos.
El juego en el que no nos adaptamos sino que, por decirlo Notas sobre el concepto de mundo
de alguna manera, adaptamos el mundo a nosotros, incluso en los proyectos de Fink
creamos nuevos mundos, es el otro elemento de la cultura en para las Meditaciones cartesianas
el que el ser humano investiga y ensaya su libertad y posibili­
dades. Ahí se manifiesta la otra cara de la relación al mundo
y con ello otra posibilidad del sentido cosmológico del ser 1. Introducción
humano. Por eso según Fink, el ser humano no es sólo el ser
racional de la tradición, faceta en la que siempre insistió El objetivo de mi trabajo es destacar las ideas básicas y
Husserl, sino que es también un ser que juega, con lo que Fink fundamentales para el desarrollo de la fenomenología que
descubre e interpreta al verdadero ser humano, el de la fiesta, aparecen en los proyectos que Fmk escribió para la reelabora­
el del arte, el de la experimentación, en definitiva el ser ción de las M editaciones cartesianas de Husserl, a petición de
humano de la otra dimensión del mundo. éste, quien estaba profundamente insatisfecho del texto que se
iba a publicar en francés y que en absoluto le parecía adecuado
para el público alemán. Esos proyectos, publicados actualmente
como II Tomo de la Sexta m editación cartesiana de Fink1,
proceden de los años 1930 a 1932 y están distribuidos, podría­
mos decir, en tres entregas; una primera se compone de un
texto, en mi opinión decisivo, titulado E ntw urf zu einem An-
fangsstück ein er E inleitung in die Philosophie, ya de diciembre
de 1930 y enero de 1931, en el que aparecen las ideas funda­
mentales que al año siguiente incorporará en las reelabora-

1 Cfr. Eugen FINK, VI. ca r te sia n iscb e M ed ita tio n , T eil 2, E rgán z u n gsban d,
herausgegeben von Guy van KERCKHOVEN, Kluwer Academic Publishers,
Dordrecht, Holanda, 1988. El primer tomo incluye la Sexta m e d ita ció n
ca r te sia n a ; sobre la problemática de ese primer volumen puede leerse el
capítulo VI.
252 JAVIER SAN MARTÍN EL MUNDO COMO APRIORI 253

ciones sobre todo de la I Meditación. El texto abarca casi cien pues sin notas de Husserl sólo la reelaboracion primera de la
páginas. El segundo texto, que comprende lo que escribió en I Meditación.
el verano de 1931 ofrece una casi completa reelaboración de la Dos reflexiones anecdóticas2 despertaron mi atención so­
I Meditación, que abarca una nueva redacción del § 3 y la bre uno de los temas más llamativos de estos textos. La pri­
sustitución de los §§ 7-11 por cuatro nuevos parágrafos que mera está en relación con los intentos que estamos haciendo en
abordan con una gran claridad la reducción y epojé, que tal España de introducir una nueva lectura de la obra de Ortega
como están desarrolladas en el texto publicado de M editaciones y Gasset. De acuerdo no sólo con su autointerpretación sino
cartesianas es realmente ininteligible. El tercer grupo de textos, también con la opinión más generalizada de sus seguidores, la
del otoño de 1932 hasta mediados de 1933, comprende una filosofía de Ortega y Gasset sería una filosofía profundamente
redacción totalmente nueva de la I Meditación, para la que original que se desarrolla partiendo de una actitud de rechazo
Fink escribe 58 páginas. Para la II Meditación en ese grupo de critico tanto del neokantismo como de la fenomenología.
textos hay una sustitución del § 12 y una ampliación para el En los últimos años estamos intentando varias personas
principio del § 13, que abarcan entre los dos 28 páginas. Sigue introducir una nueva interpretación más ajustada a los hechos,
después unas pocas páginas para la III Meditación, aunque son según la cual la filosofía de Ortega y Gasset estaría en una
ciertamente muy sugestivas. También son interesantes las once íntima conexión y dependencia de la fenomenología, hasta el
páginas dedicadas a ampliar la IV Meditación, siendo intere­ punto de que no solamente puede ser considerada como una
sante resaltar la sustitución de los §§ 40 y 41 por uno nuevo reelaboración de la fenomenología de Husserl en la dirección
en el que se expone el paso a la problemática de la intersub­ de la fenomenología del mundo de la vida, sino que debe ser
jetividad. Fink comenta la sustitución de esos parágrafos, que comprendida en ese marco si ha de ser comprendida en
tratan del sentido de la fenomenología como un idealismo general.
trascendental, diciendo que del idealismo ya se ocupa la Sexta Sin embargo, siempre tuvo Ortega una clara conciencia de
m editación. Por fin cabe señalar la parcialmente nueva redac­ que su filosofía se situaba en la dirección de una filosofía
ción que propone para el § 42, en la que expone una muy antiidealista, expresamente en una dirección opuesta a la de la
interesante y clarificadora explicación del estado de la cuestión filosofía de Husserl, en la medida en que se compromete deci­
y sentido de la problemática de la intersubjetividad, que me didamente contra toda clase de racionalismo y de promoción
parece necesario que sea conocido por cuantos están intere­ de una razón separada. La promoción de la razón seria algo al
sados en el tema de la intersubjetividad desde una perspectiva servicio de la vida, cuyo valor no esta en ser la presentación de
fenomenológica. Por fin y después de unos pocos párrafos que la razón.
habría que ir introduciendo aquí o allá, termina la reelabo­ Para Ortega la filosofía de Husserl era la ultima manifes­
ración con un amplio texto de veinte páginas sobre los tación del racionalismo y del idealismo de la Edad Moderna,
problemas superiores de la teoría trascendental de la intersub­
jetividad, que debería ser incluido en el § 56 de las M edita­
2 En adelante el texto es una traducción libre de la ponencia que el autor
ciones. De los tres grupos de textos, Husserl revisó y anotó el presentó en el VI Coloquio sobre Fink, celebrado en Friburgo a finales de
primero, el E ntw urf zu einem Anfangsstück, y el último; queda septiembre del año 1990.
254 EL MUNDO COMO APRIORI 255
JAVIER SAN MARTIN

mientras que su propia filosofía habría superado de un modo La cuestión es entonces la siguiente. Según Ortega, la
decisivo todas las filosofías de la modernidad, bien que en todo última obra de Husserl presenta una filosofía como la suya,
caso desde la noción hegehana de “superación”. Estas líneas mas esta filosofía ya no proviene de Husserl sino de Fink. Es
eran aclaraciones previas para poder entender la primera con­ sabido que lo más importante y novedoso de La crisis, por lo
sideración anecdótica. Existe en efecto un texto de Ortega, en menos en relación a lo hasta entonces publicado de Husserl,
el que él confiesa que Husserl, al final de su vida, habría radica en la aparición del problema del mundo, tanto del
iniciado una nueva dirección en su filosofía, justamente en su mundo de la vida como en general del mundo sencillamente,
última obra, La crisis de las ciencias europeas, y que esta nueva de modo que el problema del mundo surge como el problema
dirección coincidiría con la propia filosofía de Ortega, a saber, auténticamente filosófico y la interpretación del mundo como
con el ensayo de descubrir el origen de la razón en la vida y el objetivo filosófico decisivo de la filosofía fenomenológica.
en la historia. Mas en la medida en que según Ortega el feno- Ahora bien, si se leen los diversos textos que Fink fue elabo­
menólogo por la epojé y la reducción se retiraría de la vida rando para la reelaboración de las M editaciones cartesianas, in­
para refugiarse en la conciencia, estaría, según Ortega, incapaci­ mediatamente salta a la vista que esa problemática aparece con
tado para investigar la vida. El texto comentado proviene de gran claridad en esos textos y que en ellos se convierte en
1941 y al final del texto dice Ortega: «Al tiempo de corregir directora de la filosofía fenomenológica. Una pregunta muy
estas pruebas me entero, por un azar, de que en 1935 Husserl interesante, incluso necesaria, será entonces hasta qué punto
dio unas conferencias en Praga con el título La crisis d e las depende la problemática de La crisis de estos textos de Fink, y
ciencias europeas y la fen om en ología trascendental, de que se ha en especial del texto E ntw urf zu ein er Anfangsstück in die
publicado el comienzo en la revista Philosophia, I, 1936, P hdnom enologie, cuyas ideas vuelven a aparecer repetidamente
Belgrado». Y sigue Ortega un poco más adelante «Yo no dudo en los diversos proyectos para las M editaciones cartesianas.
que lo publicado en la Revista Philosophia no haya sido Pero todavía hay una segunda consideración anecdótica en
acordado en conversaciones con Husserl y que no se hayan relación con nuestra problemática, que me parece interesante
aprovechado ideas de sus manuscritos pero es cosa de sobra exponer; de cualquier manera fue decisiva para la configuración
clara que esta obra —la última que Husserl habría en vida de mi interés por este texto. La cuestión es por otro lado abso­
publicado— no ha sido redactada por él, sino por el Dr. Finck lutamente actual. Se sabe ya que en la actualidad ha surgido
(sic), cuyo estilo —verbal y temático— es patente en todo el una nueva interpretación de Husserl, representada especial­
' texto. No sólo es ese estilo distinto formalmente del de mente por H. Dreyfus, según la cual Husserl sería un precur­
Husserl, sino que en él la fenomenología salta a lo que nunca sor de la psicología cognitiva y de la ciencia cognitiva. Los
pudo salir de ella»3. apoyos para esta interpretación, que proviene de la compren­
sión fregeana de Husserl propuesta por Dagfin Follesdal, son
ciertos textos de Husserl, según los cuales el concepto ‘sentido’
al que se reduce la realidad por la epojé y la reducción no es
sino una generalización del concepto de ‘significado’ lingüísti­
? Cfr. «Apuntes sobre el pensamiento, su teurgia y demiurgia» en Obras co; de modo que el nóem a, en todo caso según las Ideas de
Completas, Tomo V, p. 546 y s.
256 JAVIER SAN MARTIN EL MUNDO COMO APRIORI 257

1913, es una proposición, en el texto alemán, un Satz, que por eficazmente contra la interpretación fregeana, procede de
lo tanto es expresable en términos lingüísticos. Puesto que la Fink45. La fuerza del texto es obvia y esto ya se conocía. Pero
fenomenología representa el ensayo de expresar, es decir, expo­ lo que a mí me llama la atención en este texto es la importan­
ner lingüísticamente, la totalidad de la vida que tiene experien­ cia que en él asume la problemática de la “sección del mundo”,
cia del mundo, así como el mundo dado en esa experiencia, el la Weltausschnitt, que es curiosamente una de las más impor­
mundo de la vida, y ése es también el objetivo tanto de las tantes en el texto E ntwurf zu einem Anfangsstück y quizás la
ciencias cognitivas como de la psicología cognitiva, la fenome­ que ha provocado las anotaciones más intensamente críticas de
nología husserliana es realmente la auténtica precursora de la parte de Husserl al texto de Fink. El texto de La crisis, por su
nueva psicología. parte, mostraría que Husserl ya había superado por entonces
La discusión con esta interpretación radica en la compren­ las reticencias que tenía frente al uso de esa palabra, pero
sión del núcleo noemático del nóema perceptivo desde una también muestra que Fink había aceptado el sentido de las
perspectiva trascendental, pues según la interpretación fregeana anotaciones críticas de Husserl.
el nóema no sería algo percibido, pues en tanto que un Estas dos anécdotas nos muestran, desde horizontes exter­
contenido proposicional debe ser semánticamente opaco, de nos, la necesidad de perseguir la problemática del mundo en
acuerdo con el sentido de las frases intencionales. En mi sus quizás primeras apariciones, tal como se hacen presentes en
opinión las objeciones contra esta interpretación soy muy el texto E ntw urf zu einem Anfangsstück, para poder compren­
acertadas. Hay de todos modos un texto especialmente der la problemática del último Husserl. Es evidente que esta
interesante para nosotros y que puede ser citado contra la problemática es lo suficientemente amplia como para tener que
renunciar a hacer algo más que presentar indicaciones. En este
interpretación fregeana con especial acierto. Se trata del texto
momento me interesa subrayar, en primer lugar, la plena
de la página 165 de La crisis, en el que se habla de Welt-
aparición de la problemática del mundo de la vida en el texto
ausschm tt, de sección o segmento del mundo, de la que Husserl
de Fink. En segundo lugar, me interesa también resaltar la
habla como «el mundo en cada caso presente»; y sigue Elusserl:
clara decisión con la que se prueba que el problema de la feno­
«él [el mundo presente] se me presenta en cada caso mediante
menología es el problema del mundo. No es necesario comen­
un núcleo de presencia original (con lo que se designa el
tar cuán largo alcance ha de tener este punto de partida en la
carácter continuamente subjetivo de lo percibido en cuanto
obra filosófica de Eugen Fink. En la obra de Fink recientemen­
tal), así como por los horizontes en vigor internos y externo».
te publicada Welt u nd Endlichkeit’ se puede encontrar ínnume-
En este texto, por tanto, se comprende el núcleo de la vida
perceptiva como dada en presencia originaria y se la presenta
como el núcleo de la dación del mundo, que, por eso, es 4 Cjr. H usserl, Die Krisis d er europdischen Wissenscbaften und d ie transzen-
realmente percibido, incluso lo percibido en cuanto tal. den tale P hanom enologie , Hua. VI, p. 529, ad 165, 30-32.
Naturalmente que los seguidores de la interpretación fre­ 5 Eugen Fink, Welt und Endlichkeit, Herausgegeben vonFranz-A. Schwarz,
geana conocen este texto. Pero la frase entre paréntesis, donde Kónigshausen & Neumann, Würzburg, 1990. Se trata del texto de la Vorle-
se confirma el carácter subjetivo de lo actualmente percibido sung que con el mismo título leyó Fink en el Semestre de Verano de 1949
y que repitió después con algunas correcciones en el Semestre de Verano de
como la presencia originaria, por lo que puede ser propuesto 1966. '
258 JAVIER SAN MARTÍN EL MUNDO COMO APRIORI 259

rabies pruebas de ello. En tercer lugar, quisiera aportar algo a todo lo que es para nosotros»6. De todos modos es interesante
una idea fenomenológica del mundo desde la polémica sobre anotar que por esa época Husserl no parece todavía haber
la “sección del mundo” y de la “predonación”, que son los dos aceptado la palabra Lebenswelt de un modo claro y definitivo,
aspeaos que en este texto más interesantes me parecen. De pues la primera vez que sale la palabra en el texto de Fmk,
cualquier manera su interpretación me parece imprescindible, donde dice «El mundo como nuestro mundo de la vida» (die
si queremos emitir un juicio fundado sobre la razón por la cual Welt ais unsere Lebenswelt) la corrige por «U m welt de nuestra
Fink ha salido de la fenomenología de Husserl. Por otro lado propia vida»7; lo que parece indicar que en esa época todavía
ambos temas orientan nuestra comprensión sobre los proble­ no debía de ser una palabra totalmente asumida por Husserl o
mas que luego saldrán en la Sexta m editación. por lo menos no del todo asumida con ese significado89.
Ya en el § 3 aparece la idea de la experiencia precientífica
como el suelo originario (Urboden) en el que se fundan las
ciencias y «al que remiten genéticamente», lo que, es sabido,
2. Mundo de la vida, mundo y el problema de la filosofía constituye una de las más conocidas tesis de La crisis. También
la búsqueda de una ciencia universal, que es el objetivo de la
Uno de los más frecuentes errores de comprensión del fenomenología, «se ha convertido en primer lugar en la
libro de Husserl La crisis de las ciencias europeas consiste en determinada tarea previa de una interpretación de la vida
creer que Husserl postula allí como lo más importante una precientífica como el fundamento radical (W urzelgrundes) y el
reducción de todas las ciencias al mundo de la vida, con lo que lugar originario de cualquier ciencia». En el § 5 sigue Fink con
se olvida que esta primera reducción sólo es un paso previo la pregunta que Husserl se hará repetidamente en La crisis,
para «una tarea muy superior», como dice Husserl en el § 37, cómo se puede llevar a cabo una tal ciencia de la esfera
de modo que lo decisivo no es esa reducción sino la reducción precientífica.
misma del mundo de la vida a la subjetividad trascendental. Ciertamente no se debe confundir, según Fink, esta esfera
Esta segunda reducción no se lleva a cabo desde el mundo de precientífica con un mundo de la vida sin ciencia (w issen-
la vida en su relatividad histórica sino desde el mundo de la schaftslose W eltf, pues «a nuestro mundo de la vida cuotidiano»
vida como suelo universal de cualquier mundo particular
digamos histórico o, por ejemplo, profesional.
Esta importante diferencia, que Husserl presenta de un
6 E. FINK, en «Entwurf zu einer Anfangsstück einer Einleitung in die Phanomeno-
modo nítido en el Beilage XVII y XIX de La crisis, aparece ya logie», en VI. cartesianische Meditation, Teil 2, Erganzungsband, p. 36.
en el texto de Fink, donde se opone el “mundo de la vida” 7 Op. cit., Nota 117 de Husserl, p. 32.
(.Lebenswelt) como “mundo alrededor” (U m welt) en el sentido 8 Y esto a pesar de las interesantísimas notas de G uy van Kerckhoven sobre
de las ciencias humanas y sociales (im geisteswissenschaftlichen la génesis del concepto de Lebenswelt, Cfr. Guy van KERCKHOVEN, «Zur
Sinne) al mundo como «el conjunto universal que abarca a Genese des Begriffs “Lebenswelt” bei Edmund Husserl», en A rcbiv fü r
Begrijfsgechichte, Tomo XXEX, Bouvier Verlag Herbert Grundmann, Bonn,
1985.
9 Op. cit., p. 20.
260 JAVIER SAN MARTIN
EL MUNDO COMO APRIORI 261

como le llama un poco más adelante1'3, pertenecen tanto las incluso la distinción entre éste [el mundo] y la mera represen­
ciencias como la técnica en cuanto bienes culturales. La dife­ tación del mundo»11.
rencia entonces entre el mundo como suelo radical u originario Es cierto que entonces hay que hacerse la pregunta de
de las ciencias y el mundo de la yida (el Lebenswelt) como como llegamos en general al problema del mundo y qué es eso
imagen histórica del mundo será reelaborada más tarde como del mundo. No es fácil dar los diversos motivos de la pregunta
la diferencia entre el mundo y la representación del mundo en filosófica por el mundo. Según Fink, al motivo antropológico,
el sentido de las ciencias humanas. que sería dominante para Husserl antes de la etapa de Fribur-
Pero Fink todavía va más allá en el diseño de la problemá­ go, antes, pues, de 1916, globalmente, antes de la Gran Guerra,
tica de La crisis, pues insiste en que en la búsqueda de una y que consiste en la búsqueda de «una justificación autónoma
ciencia del mundo en un sentido filosófico «ni la etnología de todo saber, la cual ha de surgir de la responsabilidad radical
comparativa, [es decir, la antropología cultural] ni la investiga­ del espíritu»12, corresponde un motivo cosmológico, que ha
ción de los primitivos son capaces de aportar contribución de consistir en la «intención de una respuesta principial al
alguna a esta tarea»; pero tampoco basta lo que después llamará problema del mundo» (ib.). Mas ¿por qué el mundo se hace
Husserl en la página 145 de La crisis «la tarea de una ontología problema? En el texto E ntw urf zu einem Anfangsstück renuncia
del mundo de la vida», que nos daría «lo formal general, lo que Fink «a la interpretación de los impulsos ofrecidos tradicional­
permanece como invariante en todo cambio en las relativi­ mente para poner en cuestión la existencia del mundo», pero
dades» y que Fink considera como «una construcción esencial ya «en la vida ordinaria surgen de cuando en cuando motivos
o ideal típica de un ‘concepto natural del mundo’», que mues­ que nos arrancan de nuestra vida ordinaria habitual y natural
tra lo invariante de la sucesión de todos los cambios historíeos y que nos lanzan frente al problema del mundo con una
y concreciones fácticas. La ciencia del mundo de la vida debe violencia elemental y más allá de todas las preocupaciones y
ser otra cosa, si ha de poder ser tomada como la filosofía ocupaciones de nuestra vida ordinaria mundana»13, por12
universal, todo lo que constituye el auténtico planteamiento de
La crisis tan frecuentemente malcomprendido.
Y exactamente ésa es una de las ideas más importantes que
11 Op. cit., p. 36.
aparecen en los textos de Fink, quizás incluso la más impor­
tante, que, de todos modos, también será decisiva en la obra de 12 FINK, «Assistenzentwürfe zu Husserls Umarbeitung der cartesiamschen
Meditacionen, A. Entwurf zur Umarbeitung der I. Meditation aus dem
Husserl, que el problema universal de la filosofía es el proble­ Sommer 1931», en op. cit., p. 128.
ma del mundo, no ciertamente la imagen del mundo o las Op. cit., p. 30. Ahora que conocemos la importante Vorlesung de
posibles diversas representaciones del mundo, sino más bien Heidegger Die G rundbegnffe der Metaphysik, Welt -Endlichkeit -Einsamkeit,
aquella vida del mundo en la que «se constituye propiamente M. HEIDEGGER, Gesamtausgabe, Tomo 29/30, Vittorio Klostermann, 1983,
se podría pensar en que este tipo de análisis dependerían de esa Vorlesung de
Heidegger; pero la puesta en cuestión del mundo es un tema muy husserlia-
no, si bien Husserl no ha analizado cómo ocurre eso en la vida ordinaria,
como lo hace Heidegger en esa Vorlesung, con el análisis del aburrimiento.
Sin embargo, y por mucho que se pueda decir que esa Vorlesung influyó en
10 Op. cit., p. 53. el joven Fink, quien a decir de Heidegger, (cfr. op. cit., dedicatoria a E. Fink)
262 JAVIER SAN MARTIN EL MUNDO COMO APRIORI 263

ejemplo, la vivencia de un golpe del destino, el saber sobre las muy lejos. Sólo son mencionadas las diversas dimensiones de
cosas últimas, sobre la muerte y el paso del tiempo. Entonces la realidad, el mundo en nuestra más inmediata cercanía, el
pierde la vieja y habitual confianza del mundo su autoeviden- mundo familiar (die H eimatwelt), que «está rodeado de un
cia y cae la vida del mundo, y correlativamente el mundo mis­ círculo de conocimiento indeterminado»17. En el primer pro­
mo, en una situación enigmática y de perplejidad. Es cierto yecto para la I Meditación se hace Fink la pregunta, por el ser
que estos motivos diversos no bastan para llegar al auténtico del mundo, si bien en primera instancia «prescindiendo total­
nivel filosófico. Como Husserl advierte con gran precisión en mente de la dificultad de si el mundo mismo es un ‘ser’»18, es
la nota 111: «Esta ‘cuestionabilidad’ del mundo se refiere a su decir, sin hacer la pregunta sobre lo que después llamará Fink
ser como posible ámbito de la vida (...) y afecta a nuestra auto- la “diferencia cosmológica”; pues, «¿en qué sentido, pregunta
conservación», pero, pregunta Husserl, mientras tanto ¿no Fink, se habla aquí de mundo?»19; pues, como dice Fink
sigue estando el mundo predonado como ser?3*14. En todo caso después, «¿no empleamos el concepto de mundo en la actitud
ahí se da un profundo motivo para la filosofía, que de todas natural de muchos modos?»20.
maneras surge de esa ruptura de la confianza en el mundo, si Dos veces aclara Fink el concepto de mundo; ambas perte­
bien es necesario llevar esa ruptura hasta una «puesta en necen a los proyectos para la primera y segunda M editación.
cuestión universal del mundo en general»15. Para poder Vamos a empezar por estas dos explicaciones de la idea de
presentar el desarrollo de esa ampliación y ofrecer su plena mundo. A la pregunta que recién hemos mencionado responde
comprensión, lo que es indispensable para comprender la Fink: «Junto al más general y amplio significado: mundo =
fenomenología como una «teoría trascendental del mundo»16, universo del ente en general, llamarhos mundo en un sentido
emprende Fink un análisis mucho más penetrante tanto del más restringido la totalidad espaciotemporal de todas las
concepto del mundo como de la conciencia del mundo. realidades y lo oponemos al dominio de las ‘objetividades
ideales’ como en cierto sentido no mundanas»21. Tenemos por
tanto el mundo en dos sentidos, como universo del ente en
3. Mundo y donación del mundo general y un sentido más restringido, como universo sólo de
las realidades. En todo caso la mundanidad es el carácter del
La primera descripción del mundo la podemos encontrar ente, de modo que «la idea del ente» se corresponde y cubre
en la página 32 y siguientes. Pero esa descripción no alcanza con «la idea de ser mundano» (ib.).

la habría oído m it nachdenksamer Zurückhaltung, en opinión de R. Bruzina, 17 Op. cit., p. 32.


el tem a del m u n d o com o problem a fundam ental de la fenom enologia aparece
18 Op. c it , p. 114.
en F in k antes.
15 Op. cit., p. 115.
14 H u sser l , op. cit ., p. 30, nota l l l .
2C Op. c i t , p. 119.
15 F in k , op. cit., p. 136.
16 Op. cit., p. 128. 21 Op. c it , p. 199.
264 JAVIER SAN MARTIN EL MUNDO COMO APRIORI 265

La otra vez que Fink habla del concepto de mundo, no lo universalmente vivido en la experiencia del yo, como
parte del sentido de la palabra sino del modo cómo el mundo «contenido frente a la propia vida de experiencia y como mero
como universo del ser o como totalidad espaciotemporal se nos miembro de la correlación de la relación de experiencia», ya
da. La donación del mundo —y subrayo esta palabra para que debemos tomar el mundo «en un sentido más profundo»
distinguirla de la otra importantísima predonación del mun­ como el «conjunto de la correlación entre la vida, atravesada
do— determina el sentido según el cual hablamos del mundo. por autoapercepciones, del yo que en último término tiene
A la pregunta, en qué sentido hablamos del mundo, responde experiencia, y el mundo en él experienciado»24.
Fmk indicando el modo cómo el mundo se nos da; entonces
tenemos el mundo como «sección o segmento del mundo» Dos puntos merecen ser destacados; ambos nos llevan di­
( Weltausschnitt), el mundo como sección es el mundo que nos rectamente a la problemática más significativa de la filosofía de
rodea y está constituido por el «ámbito de las percepciones Fink durante estos años de la colaboración con Husserl y fi­
inmediatas»22. Mas al mundo también pertenecen «el enorme nalmente también a su salida de la fenomenología, a la proble­
pasado de la historia del mundo» y «el continuamente ac­ mática, a saber, de la predonación del mundo. En primer lugar
tualizado horizonte de futuro» (ib ). Y con esto llegamos a un debemos comentar el concepto ya mencionado de la “sección
tercer concepto de mundo, el concepto, a saber, de horizonte del mundo” y en segundo lugar intentaremos dar unas indica­
«del posible cambio de una experiencia determinada de un ser ciones sobre la diferencia cosmológica.
determinado en otra experiencia, este campo de juego del En el E ntw urf zu em em Anfangsstück parte Fmk de la con­
cambio es el mundo»23, que entonces significa el suelo univer­ sideración de la reflexión. La autoconciencia se da según Fmk
sal de la experiencia, en el que acaece toda percepción o de dos modos, o bien en el modo del olvido de sí mismo,
experiencia particular. Mas según Fink, todavía «nos hemos como sucede cuando estamos entregados a nuestras tareas; o en
olvidado del concepto efectivo del mundo», pues «en los tres el modo de la reflexión, como cuando convertimos nuestra
conceptos de mundo que han aparecido antes el mundo sólo propia vida en objeto de nuestra consideración. Esta reflexión
es entendido como mundo externo» (ib) y la experiencia del es un suceso habitual e incluso frecuente en nuestra vida. Mas
mundo se encuentra restringida sólo a la experiencia externa. lo que en la reflexión es objeto de la reflexión, entra en la
Lo que Fink tiene en la mente con la última anotación es consideración del sujeto que reflexiona con un carácter distinto
probar que el hombre es también una parte muy importante del que tiene para el sujeto cuando está entregado al objeto en
del mundo, que el mundo es, entonces, la unidad omniabar- la actitud directa. El objeto de la reflexión, dice Fmk, puede
cante de la realidad externa y de la realidad interna. Justamente ser tomado sólo como fenómeno de mi consideración y puede
uno de los resultados más significativos para Fink del E ntw urf ser cuestionado por la legitimidad o el derecho de la realidad
zu ein er Anfangsstiick era la prueba de que el mundo no es sólo que pretende tener. Sin decidir de entrada si es o no posible
tomar el mundo como objeto de una reflexión, Fmk comienza

22 Op. cit., p. 115.


23 Op. cit., p. 116.
24 Op. cit., p. 62.
266 JAVIER SAN MARTIN EL MUNDO COMO APRiORl 267

con la descripción del mundo desde la perspectiva indicada y mundo como “sección” o segmento. Este problema aparece
se pregunta cómo sabemos del mundo en general. Y la primera también en los reparos que Husserl manifiesta frente a esta
constatación es que «en el fenómeno del mundo debemos sepa­ palabra; pues según Husserl la palabra ‘sección del mundo’
rar una “sección del mundo” de la que el yo tiene experiencia estaría en lugar de “modo de aparición”30, mas tal sustitución
originaria en cada momento respectivo y el excedente que está es dudosa. Un poco más adelante, en la nota 1523132 asegura
más allá de ella, que constituye la totalidad del mundo»25. incluso que esta palabra «es una palabra inadecuada (schlechtes
Conviene tener en cuenta que se trata de una distinción Wort)» y que por eso todas esas líneas son totalmente insufi­
parecida a la que encontrábamos antes, cuando ensayábamos cientes. También en las notas críticas al segundo proyecto de
presentar los diversos conceptos de mundo. Pero ahora es la Fink para la primera M editación cartesiana propone Husserl
primera vez que surge la palabra ‘sección o segmento del sustituir la palabra ‘sección o segmento del mundo’ por la pala­
mundo’ {Weltausschmtt). Según Fink, desde esta sección del bra ‘campo de la experiencia del mundo’» {Welt-erfahrungs-
mundo, por muy pequeña que sea en relación a la totalidad del feld )n . De acuerdo con la anotación número 143 podemos sin
mundo, parte toda validez que se pueda dar en el mundo, y embargo concluir que Husserl ya ha aceptado el uso de esa
por eso constituye el «lugar originario», que «vale con una palabra, pues dice que «la sección del mundo es lo dado en el
validez originaria»26, o el «núcleo del modo originario», o la m odo de la percepción del mundo siempre dado en el modo de
«parte nuclear»27 del mundo, que «alcanza tanto cuanto alcan­ la percepción»33; pero ya se ha asegurado del sentido correcto
za nuestra experiencia originaria» (ib.), pero de modo que de la palabra, que lleva por otro lado a un problema muy im­
jamás podemos abandonar «esta parte integrante de la percep­ portante. Las notas de Husserl tienen como objetivo subrayar
ción original»28. Mas «bajo la idea de experiencia original que entre la experiencia del segmento del mundo que se nos da
entendemos en primer lugar sólo la percepción, que es la única en la percepción y la experiencia de la totalidad del mundo no
que puede dar el ser de la experiencia en su realidad presente se da ninguna relación externa como la relación que se da
o en su autopresencia como en persona» (ib.). De acuerdo con entre las partes externas de un todo. Esta relación es por el
el modo de hablar de Husserl y según lo que dice Fink un contrario la misma que ocurre entre el aspecto de un objeto y
poco más adelante, esta “sección del mundo” equivale a lo que ese objeto mismo; nunca podemos percibir el objeto en su
Husserl llama “esfera de pertenencia”29. totalidad, sin embargo el objeto se da en su fenómeno. Más
El problema de esta denominación de “sección del mun­ aún, el fenómeno del objeto sólo tiene sentido desde la totali­
do” radica en la relación entre la totalidad del mundo y el dad misma del objeto y no al revés. Por eso subraya Husserl
en La crisis, donde ha aceptado plenamente la palabra, la partí-

25 Op. cit., p. 37.


26 Op. cit., p. 162. ,0 Cfr. nota de HUSSERL número 138, op. cit., p. 37.

27 Op. c it , p. 115. 51 Op. cit., p. 39.

21 Op. cit., p. 38. 32 Cfr. n o ta de HUSSERL número 147, op. cit., p. 163.

29 Cfr. op. cit., p. 49, lin, 2. 33 Op. cit., p. 37


268 JAVIER SAN MARTÍN EL MUNDO COMO APRIORI 269

cula ‘de’; la sección es sección del mundo, pues el mundo Ahora bien, en el texto de Fmk E ntwurf zu einem An-
«siempre me está presentado por un núcleo de presencia ori­ fangstück aparece este tema con toda decisión. En el desarrollo
ginaria»34. de su exposición ha llevado Fink el mundo al terreno de la
Pero este resultado nos lleva al problema de la predonación validez del mundo (Weltgeltung) en la que creemos; por eso
del m undo, que en mi opinión constituye la tesis decisiva de puede hablar del mundo, desde la perspectiva del sujeto, como
los proyectos de reelaboración de las M editaciones cartesianas. de una creencia en el m undo (Weltglaube) o mejor, de un estar
Pero antes de centrarnos en ese concepto, es preciso considerar atravesado por la creencia en el mundo (Weltgláubigkeit). Pues
el segundo punto que hemos mencionado anteriormente, a sa­ bien, ahí se pregunta Fmk si es posible aplicar a esta caracterís­
ber, la diferencia cosmológica, por lo menos en la formulación tica tan fundamental del sujeto humano el mismo procedimien­
que Fink ofrece en estos textos y que aparece también en el § to «que, referido a un determinado convencimiento individual,
37 de La crisis, la diferencia, a saber, que aparece en el tercer hemos llamado epojé reflexiva»36. La epojé reflexiva sería
concepto de mundo entre cualquier experiencia particular y la aquella operación por la que un convencimiento propio que yo
conciencia de mundo, lo que posteriormente designará Fink quiero analizar en sus niveles de legitimidad queda afectado de
como diferencia cosm ológica y que ha de ser decisiva para su un índice de neutralidad mientras no tome un decisión sobre
filosofía. Si el mundo constituye el horizonte, a partir del cual su validez. Por ejemplo, si yo he estado convencido de la
se destaca toda experiencia, la experiencia del mundo nunca necesidad de superar el mercado como modo económico de
puede ser como la de un ser. Antes hemos comparado la expe­ regular la producción y la distribución de bienes, los recientes
riencia del mundo con la de una cosa, pues afirmábamos que acontecimientos históricos me obligan a reflexionar sobre los
la relación entre el aspecto dado en la experiencia y el objeto, anclajes de mi convencimiento; en ese momento ese convenci­
o eventuaímente el mundo era la misma; el sentido de ese as­ miento debe inexorablemente estar afectado de un índice de
pecto o lado depende de la conciencia del objeto total o del neutralidad37. Ahora, sin embargo, no es ése el caso, porque
mundo. Eso no significa, sin embargo, que en general ambas este rasgo humano, esta penetración de la creencia en el mun­
experiencias y sus correlatos sean lo mismo; exactamente al do «en cuanto acontecimiento fundamental (G rundgescheben)
revés, pues el uno, el mundo, nunca puede ser convertido en de nuestra vida, a pesar de que en todo momento sea conscien­
objeto de experiencia, pues está ya antes de toda experiencia de te, no lo conocemos, y no podemos ejecutarlo o abstenernos
objeto, porque toda experiencia de cualquier objeto siempre de ejecutarlo a capricho»38. Esto significa que el mundo como
acaece sobre el suelo del mundo. Dice Husserl: «El mundo no suelo fundamental de la experiencia está por debajo de cual­
es como un ente, como un objeto, sino que es en una unicidad quier otra experiencia de objeto, de modo que «la conciencia
para la que el plural carece de sentido. Todo plural y todo
singular destacado desde él supone el horizonte del mundo»35.
36 Fink , op. cit., p. 75.
37 Sobre los diversos grados o posibilidades de la reflexión puede verse el
Cap. IV. 2 de mi libro La estructura d el m étodo fenom enológico, UNED, 1985,
34 HUSSERL, Die Krisis, Ha. VI, 165. pp. 198-210.
35 H usserl, Die Krisis, Ha. VI, p. 146. 38 F ink , op. cit., p. 76.
270 JAVIER SAN MARTIN EL MUNDO COMO APRJORI 271

del mundo opera como componente en toda conciencia de universal autorresponsable en todos sus extremos, para lo que
objeto»39; por eso dice Fink que «a este modo fundamental de necesitaría partir de una estricta carencia de supuestos y prejui­
la conciencia de mundo le llamamos la experiencia del suelo cios. Ahora bien, si la experiencia del mundo es una experien­
que precede y soporta a la experiencia temática de objetos».
cia que precede a toda otra experiencia de cosas, debe entonces
También en el primer proyecto para la primera M editación
ser anterior a todo juicio; es decir, debe ser un pre-juicio, por
cartesiana trata esta problemática, si bien micialmente como
lo que parece imposible la estricta supresión de todo pre-juicio,
una cuestión en la que no entra, pues se refiere a la problemá­
la absoluta Vorurteillossigkeit que reclama Husserl.
tica «en primer lugar prescindiendo totalmente de la dificultad
de si el mundo mismo es un ser, o lo que es lo mismo, si pue­ Ahora bien, ¿qué tipo de pre-juicio es la experiencia del
de tener la estructura de la identidad o de la diferenciación de mundo? ¿Es un prejuicio como lo son las diversas opiniones de
otro, que sería típica de los seres que admiten en todo caso la acuerdo con las cuales juzgamos u opinamos sobre las situacio­
pluralidad40. Por tanto, el mundo no es como un ser ni se tie­ nes normales de la vida y que frecuentemente se manifiestan
ne experiencia de él como de un ser. Ahora bien, en ese caso como variables bien porque otros hombres muestren otras
lo que desde una perspectiva fenomenológica subyace al tema opiniones diferentes de las nuestras, o también porque yo
de la diferencia cosmológica que late en estos textos de Fink es mismo he pensado de modo distinto en otros momentos de mi
el tema de la predonación del mundo. vida? ¿son como estos «juicios alejados de las cosas (opiniones
sobre el ser)» de los que generalmente somos conscientes, pues
«en la conciencia judicativa está implícita también para el que
4. Mundo y predonación del mundo juzga el saber sobre el grado de cumplimiento del juicio»441?
No ocurre así en el caso del mundo. Pues un rasgo permanente
Este tema constituye en mi opinión el logro más impor­ de la experiencia es el discurrir en una estructura de preconoci­
tante de los textos de los proyectos de Fink para la reelabora­ miento: «Los objetos, dice Fink, no sólo nos están actualmente
ción de las M editaciones cartesianas de Flusserl, si bien también dados sino también predonados en su típica»42. Tenemos de
creo que es el que subyace a las innumerables anotaciones y antemano un preconocimiento «de la distribución del mundo
correcciones que Husserl hizo a su Vorlesung Erste Philosophie, en ámbitos generales de ser»; cada ser que entra en nuestra
en concreto en lo que se refiere a la posibilidad de una epojé experiencia «tiene una estructura universal de preconocimiento:
universal. Es suficientemente conocido que la fenomenología la predonación»43. Pero justamente esto significa para Fink
es un saber que se constituye en la búsqueda de una ciencia que la predonación no se refiere sólo a objetos, «sino que la
predonación es una estructura general del mundo»44.

35 Op. cit., p. 90.


41 Op. cit., p. 145.
40 Cfr. FINK, op. cit., p. 114. Por eso es interesante notar que esta estructura
42 Op. cit., p. 157.
ontológica «de la identidad y diferenciación de otros» es la condición para
formar un plural, lo que sería incompatible, según Husserl y tal como lo 43 Op. cit., p. 204.
hemos visto un poco antes, con el concepto de mundo. 44 ib. En este sentido quizás sea oportuno indicar que el sentido de la
272 JAVIER SAN MARTÍN EL MUNDO COMO APRIORI 273

Si es cierto que esta noción aparece ya en el E ntwurf zu objeto, porque justamente la predonación no es conciencia de
einem Anfangsstück, donde le dedica el § 8 y pregunta expresa­ objeto50. Por eso dirá Fink muy acertadamente que esta
mente qué significa esa predonación45, sin embargo profundi­ forma de la intencionalidad, es decir, la predonación del
za más en el segundo proyecto para la primera M editación mundo, «es una forma fundamental de la intencionalidad» (ib).
cartesiana, donde también se le dedica un parágrafo, en el que Husserl mismo utiliza este concepto para añadir una reflexión
habla Fink de la predonación «por principio según tres autocrítica respecto a su propia presentación de las Ideas,
direcciones: a) Predonación de los objetos para el sujeto donde «concibe el concepto de región como género supremo»,
humano, b) Predonación del sujeto humano para sí mismo, c) lo que ahora le parece «insuficiente»51. Pues no se trata sólo
Predonación de los horizontes del tiempo»46; nada permanece de un punto de vista lógico, como pudiera parecer de la
entonces fuera de la estructura de la predonación, pues la presentación de Ideas sino de la auténtica experiencia del
predonación es «el carácter fundamental universal del modo mundo, y a saber, de la predonación misma de la experiencia.
como nosotros tenemos mundo»*7. Este «conocimiento previo Pero ¿qué es esta predonación?: «La predonación no es
del estilo de ser»48 lo utiliza Fink para mostrar una postura otra cosa que el hecho de que el yo hombre que tiene expe­
crítica respecto a Heidegger, pues si la predonacion es un riencia ingenua natural del mundo dispone en su vida de
hecho de nuestra situación meditativa, de nuestra situación experiencia de un conocimiento del mundo y que en este
reflexiva, «es entonces totalmente erróneo y desacertado... conocimiento tiene el mundo predonado en totalidad (im
situar el saber horizontal, la conciencia de horizonte de la Ganzen)»52, lo que significa que el ser del mundo «nunca llega
predonación en una oposición insuperable a la conciencia a una primera posición en una presencia determinada»53. Por
objetiva dirigida, es decir, intencional»49, tratar de reducir, eso, SIEMPRE ES UNA PRESUPOSICIÓN EN TODA POSICIÓN,
por tanto, toda intencionalidad husserliana a una conciencia de respecto a la cual, en consecuencia, siempre está en el pasado.
Esto clarifica, por otro lado, el auténtico carácter de pre-juicio
de la predonación del mundo: el mundo siempre está antes de
predonación no es sólo resaltar ya en la actitud natural la diferencia entre lo todo ju icio. Es muy importante subrayar este rasgo, pues debe
eidético y lo empírico; esto se podría deducir fácilmente del texto que Marc
Richir presentó en el /// Fink-Colloquium. Cfr. Marc RlCHIR, «La question
estar claro que el mundo en cuanto pre-juicio no es ningún
d’une doctrine transcendentale de la méthode en phénomenologie», en juicio, no es, pues, resultado de una categorización, no es
G rundfragen d er phdnom enologischen Metbode und Wissenschaft, Eugen-Fink-
Coloquium 1989, editado por S. FINK, F. GRAF y F-A. SCHWARZ, Padagogi-
sche Hochschule, Friburgo de B., 1990. En mi opinión también se ha de
tomar en esta dirección la anotación de Husserl 322 que se cita un poco más
abajo. 50 En general es una obsesión de Heidegger y de los heideggerianos el
mostrar esta reducción en la obra de Husserl; es evidente que en ello se
45 Cfr. op. cit., p. 94.
esconde un ensayo de facilitar la crítica, que, por otro lado, sólo será eficaz
4t Op. cit., p. 203 partiendo de esa falsa reducción.
47 Op. cit., p. 204 s. 51 Cfr. H usserl, nota 322, op. cit., p. 205.
4! Op. cu., p. 98. ' 52 Op. cit., p. 94.
4, Op. cit., p. 205. 5! Op. cit., p. 81.
274 EL MUNDO COMO APRIORI 275
JAVIER SAN MARTÍN

«resultado de posición alguna ejecutada en una actualidad de puede ser que no tenga siquiera sentido señalarle tal comien­
experiencia»54. Al revés, la predonación del mundo es «con­ zo»59. Aquí nos interesa este segundo grupo, que en la opi­
ciencia de trasfondo»55 o el «subsuelo»56 (Untergrund), que nión de Fink ha jugado un muy importante papel en la
es ciertamente una conciencia atemática, pero que «da el Filosofía occidental bajo el nombre de Ideas o A prion. Mas
suelo»57 a la conciencia temática. ¿qué es este apriori desde una perspectiva fenomenológica?
También es necesario, para subrayar su peculiaridad, re­ Pues no es otra cosa sino el preconocimiento o predonación
saltar este carácter de pasado de la pre-donación del mundo. del mundo, por el cual siempre sabemos de antemano el estilo
Pues toda experiencia actual acaece como experiencia de un ser del mundo, sin que jamás podamos mostrar un comienzo a ese
determinado, pero de modo que el tal ser viene aprehendido saber porque el mundo siempre estaba ya en juego, más aún
según las diversas aprehensiones de las que disponemos de incluso terminado, es decir, perfecto, «completo y termina
antemano. Como dice Husserl, «todo lo conocido remite a un do»60, porque su «formación ya está lista y terminada, por
aprender a conocer original»58, que él también remite a una tanto está en un pasado que no podemos alcanzar directamen­
ju n d a ción originaria (Urstiftung). Las aprehensiones en las que te»61. En una de sus notas aclara Husserl que se trata en ese
comprendemos los diversos seres tienen un origen, una funda­ caso de la forma invariante de la historicidad62, es decir, de
ción primera; pero «esas aprehensiones son fundamentalmente aquellas estructuras que se dan como forma invariante del
de dos clases: unas que proceden de una “fundación originaria” mundo en cualquier mundo histórico; un poco más adelante
primera, de una primera adquisición; otras, en las cuales no se caracteriza a este horizonte de conocimiento como «la estruc­
puede mostrar una fundación originaria, más aún, incluso tura universal estético-ontológica del mundo que se nos da de
modo consciente como estructura de horizonte»63.
Uno de los elementos más llamativos de estos textos en
relación a la predonación es la decisión y claridad con que
Fink presenta al ser humano desde la autoapercepción como
54 Op. cit., p. 48. En el mismo Fink-Coloquium ya citado, Guy van
Kerckhoven insistió en este aspecto de la W eltvorgegebenheit. Cfr. G. van
un ser mundano. Es cierto que ahí se puede ver una de las tesis
KERCKHOV£N,«Konsens, Dissens, Konstmkt. Eugen Fmk, Edmund Husserl más conocidas de Husserl, pero en el caso de Fmk esta idea
und die Selbstbestiimnung der phanomenologischen Erfahrung», en está muy desarrollada. Ser humano significa vivir en la predo­
G rundfragen der phanomenologischen Methode und Wissenschaft, p. 63. Por nación del mundo, estar totalmente perdidos y comprometidos
otro lado, según Kerckhoven la exposición del modo de la predonación del
mundo es el lugar en el que Fmk amplía y profundiza el concepto de en el mundo, más aún, enredados en él, como gusta decir a
fenómeno de la fenomenología de Husserl. Cfr, op. cit., p. 66. Por otra parte,
en la dignificación de la comprensión preontológica del ser que es propia de
esta predonación radicaría «la profundización en la cuestionabilidad onto-
lógica de la subjetividad trascendental», op. cit., p. 68. 59 F in k , op. cit., p. 94.
55 FlNK, op. cit., p. 90. 60 Op. en., p. 97.

56 Op. cit., p. 130. 61 Op. cu ., p. 171.

57 Op. cit., p. 91. 62 HUSSERL, n o ta 357, op. cit., p. 97.


58 HUSSERL, Cartesianische M editationen, H a. I, p. 113. 63 H u ss e r l , n o ta, 118, op. cit., p. 156.
276 JAVIER SAN MARTIN EL MUNDO COMO APRIOR1 277

Fink (befangen und verfangen), de modo que es impensable fin­ vez dictó esas lecciones ya el año 1949. Las escasas páginas que
gir al hombre de otro modo. El suceso fundamental de nuestra le bastan para mostrar la insuficiencia del concepto de mundo
vida es el estar atravesado por la creencia en el mundo, dice como horizonte de la conciencia, aparecen como una primera
repetidas veces64. Pero eso no es un hecho psicológico, es manifestación de un alejamiento radical68. Sin embargo debe­
decir, no tenemos ninguna conciencia temática de ello65, mos ser prudentes en el enjuiciamiento de las relaciones entre
aunque en nuestro autoconocimiento nos veamos como una Fink y Husserl. A mí me parece indudable que el concepto de
parte del mundo6667. predonación del mundo prueba la imposibilidad de ejecutar la
También tenemos una predonación respecto a nosotros reducción de un modo completo. En este sentido es muy perti­
mismos, que sería correlato de la predonación del mundo. nente la manifestación de Merleau-Ponty, sin lugar a dudas
Como parte del mundo estoy incluido en el tiempo del mun­ escrita bajo la influencia inmediata de la lectura de la Sexta
do, sé de mi nacimiento y de mi muerte, me encuentro en un m editación de Fink, que «la mayor enseñanza de la reducción
contexto mundano de carácter generativo, es decir, pertenezco es la imposibilidad de una reducción completa»69. Pero el
a una generación y a una familia, y todo eso sucede en un
resultado de la reducción, es decir, lo que Husserl consigue con
lugar preciso. Sin todo ello el ser humano no sería tal, no sería
esa metodología, a saber, el descubrimiento de lo que Fink
ser humano. También alcanza la predonación a la estructura de
llama la perfectividad trascendental de la subjetividad trascenden­
mi experiencia. También encontramos aquí, como en el caso
tal70, como el correlato trascendental subjetivo de la predona­
del mundo, una perfectividadt', un estilo de ser hombre que
ción del mundo y lo que en mi opinión es el resultado de la
opera como apriori en toda experiencia y respecto al cual no
reducción apodíctica según el método de la E m leitungsvorlesung
podemos mostrar ningún comienzo.
1922/23, nos obliga a rechazar toda interpretación superficial
y precipitada. Los conceptos y las ideas están muchas veces
5. ¿Saliendo de la fenomenología? determinados por circunstancias diversas y es deber del intér­
prete traspasar este carácter circunstancial para llegar a las
Con esta pregunta, que sólo quisiera circunscribir en al­ cosas mismas. Lo que dice Fink respecto a Heidegger, que su
guno de sus contornos, quiero ya terminar. Por la reciente estudio debe estar dirigido «por el problema mismo, por su
publicación de la hermosa Vorlesung de Fink Welt und Endlich-
keit sabemos cuán alejado de Husserl se sentía Fink en la
consideración del problema del mundo, cuando por primera 68 Cfr. FINK, Welt im d Endlichkeit, pp. 146-149.
69 M. MERLEAU-PONTY, P hénom énologie d e la perception, París, Gallimard,
p. VIH. Como dice Marc Richir, en la medida en que la reducción trata de
señalar los límites del mundo, cae ella dentro de esos límites, en op. cit.,
64 Cfr. op. cit., pp. 25, 74, 76. p. 90. Más adelante acentúa Richir, también en el sentido del texto antes
citado de G. van Kerckhoven, hasta qué punto los desarrollos de Fink en
65 Op. cit., p. 187.
torno a la predonación ponen en cuestión la ortodoxia husserliana; cfr. op.
66 Cfr. op. cit., p. 119. cit., p. 93 y también pp. 91-94.
67 Op. cit., p. 98. 70 Cfr. FINK, VI. cartesianische M editation, Teil 2, p. 191.
278 JAVIER SAN MARTÍN

estricta necesidad»71, sirve también para el estudio de Fink. A


mí me parece que en la idea de perfectividad, o respectivamen­
te, de carácter necesario d e las estructuras trascendentales tanto
CAPÍTULO IX
de la subjetividad como del mundo se puede adivinar el cami­
no de un pensamiento que difícilmente se dejaría encuadrar en
una teoría que piensa la subjetividad como no mundana7273. ÉTICA, ANTROPOLOGÍA
Por eso antes de la reducción como después de la reducción Y FILOSOFÍA DE LA HISTORIA
husserliana, y con esto termino, me parece que está permitido
considerar como un importante resultado de la fenomenología Las Lecciones de HUSSERL de
la siguiente frase de Welt und Endhcbkeit: «El mundo nos es Introducción a la ética
familiar de un modo mucho más profundo y originario que del Semestre de Verano de 1920
cualquier apriori objetivo. Sabemos de él por decirlo así antes
de que sepamos apriori de la existencia, de la esencia y de la
verdad del ente; saber del mundo y del ser es la luz más íntima 1. Introducción
de nuestro comprender»7'.
La cuestión de la ética de Flusserl es posiblemente el tema
que menos atención ha merecido dentro de la fenomenología.
Es un tópico sumamente extendido que Husserl es un filósofo
teórico, centrado en los problemas del conocimiento y que
apenas se preocupó de la ética. En el II Centenario de la
publicación de la Crítica de la razón práctica fue usual estudiar
la influencia de Kant en los diversos pensadores contemporá­
neos de primera y segunda fila, pero fue raro que alguien se
71 FlNK, Welt und Endlichkeit, p. 149. fijara en Husserl1. Sin embargo, si eso no deja de ser cierto de
72 Quiero llamar la atención sobre el modo cómo Richir entiende esta acuerdo con los escritos publicados por Husserl, hay que tener
perfectividad de Fink, pues si tal perfectividad es una estructura del mundo en cuenta que esos escritos son sumamente escasos, práctica­
predonada, ¿cómo puede a la vez, como dirá Richir, ser el mundo «une
mente sólo cuatro libros y unos pocos artículos. Por otro lado,
indéterminité principielle»? Cfr. M. RICHIR, op. cit, p. 94. De todos modos
en el reciente coloquio, en el que Richir y otros, por ejemplo, Renato la edición de Husserliana se ha centrado en su primera fase en
Cristín, pusieron sobre el tapete el carácter abismal (abgründi¿) de la expe­ aquellas obras o publicadas en vida de Husserl o en las que él
riencia del mundo, dando paso desde Fink a una filosofía heideggeriana estaba trabajando para publicar, de modo que sólo muy recien­
postmoderna, surgió una viva discusión justo en torno al problema enrai­
zado en la frase de Fink de la perfectividad del mundo, de si en definitiva se
puede decir que el mundo tiene o no estructuras, por ejemplo, las de la
temporalidad, el espacio, etc. 1 En el ciclo de conferencias con que el Instituto de Filosofía conmemoró
73 Welt und Endlichkeit, p. 195. el centenario figuraron prácticamente todos los autores posteriores a Kant
excepto Husserl.
280 JAVIER SAN MARTÍN ÉTICA, ANTROPOLOGÍA Y FILOSOFÍA DE LA HISTORIA 281

temente se ha sacado a la luz un tomo sobre sus Lecciones de trabajos menores de después de la Guerra5, donde aparecen los
ética de antes de la Guerra2, estando prevista la publicación de importantes trabajos sobre la renovación de la cultura, que
otro tomo con las lecciones de después de la Guerra. Husserl plantea desde una necesidad ética, podemos hacernos
Basta, sin embargo, echar una ojeada a las actividades una idea mucho más clara de la ética en la filosofía del
lectivas de Husserl3 para darse cuenta de la importancia que fundador de la fenomenología.
para él tenía la ética, a la que dedicó actividades docentes con En la obra de Husserl siempre ha sido importante perse­
considerable asiduidad. Tampoco faltan manuscritos de ética, guir los posibles cambios, porque eran decisivos bien para fijar
al revés, son lo suficientemente importantes como para no des­ el sentido de lo anterior desde el contraste, bien para interpre­
preciarlos y en todo caso son suficientes para motivar la nece­ tarlo desde la teleología que lo impulsaba hacia lo que por fin
sidad de superar esa imagen distorsionada de la obra de Hus­ aparecía en una expresión nueva. No ha sido, sin embargo, fá­
serl. Pero aún hay más. Sin la referencia ética es muy posible cil perfilar el conjunto de cambios que se inician en torno al
que sobre todo la segunda parte de la vida de Husserl quede comienzo de la nueva década de los veinte, o incluso al prin­
totalmente sin sentido, pues a partir de la Gran Guerra las cipio del período de Fributgo, en plena Gran Guerra. Mas
preocupaciones prácticas van a tomar claramente el relevo, ahora con las publicaciones antes referidas, con los textos
hasta culminar en la última obra de Husserl cuyo sentido ético publicados en Erste Philosophie, así como con el conocimiento
es patente. No es fácil, sin embargo, exponer el sentido de la de la Sexta m editación cartesiana de Fink y otra serie de traba­
ética de Husserl, en parte, se ha dicho, porque hay poco publi­ jos sobre el yo en Husserl, podemos ir haciéndonos una clara
cado, y lo que se había publicado no parecía ofrecer excesivo idea del proceso de maduración de la fenomenología en torno
interés. En este sentido la obra, antes mencionada de Alois a esos años. La ética es uno de los aspectos decisivos a este
Roth no parece haber supuesto mucho para remediar este esta­ respecto. Tiene, efectivamente, en Husserl la ética tres fases,
do de cosas. Y, sin embargo, si se hubiera leído con deteni­ podríamos decir con H. R. Sepp6; mientras en la primera, que
miento ese libro, se habría podido extraer de él interesantes termina con las Lecciones del año 1914, Husserl intenta fundar
conclusiones. De todas maneras, en la actualidad, ya publicadas una teoría formal de los valores y una teoría formal de la prác­
las Lecciones de antes de la Guerra4, así como los textos de tica, una práctica pura. «La segunda fase se distingue, dice R.
Sepp, porque, ciertamente influido por las experiencias de la
Primera Guerra Mundial y por la lectura de los primeros escri-
2 Edmund HUSSERL, Vorlesungen über Ethik un d W ertlehre 1908-1914,
herausgegeben von Ullrich MELLE, Hua. XXVIII, Kluwer Academic Publis-
hers, Dordrecht, 1988. Seminario de 1897 y de las lecciones de 1902. Cfr. op. cit., textos N. 1-4, pp.
381-418.
5 Desde el año 1891 hasta el 1924 Husserl mantuvo durante dieciséis se­
mestres bien seminarios o bien clases magistrales sobre ética. Cfr. al respecto 5 Edmund HUSSERL, Aufsatze und Vortrdge (1922-1937), mit erganz.enden
Alois ROTH, Edmund Husserh etische U ntenuchungen , dargestellt anhand Texten, herausgegeben von Thomas NENON und Hans Rainer SEPP,
seiner Vorlesungsmanuskripte, Martinus Nijhoff, La Haya, 1960, p. X. Hua. XXVII, Kluwer Academic Publisher, Dordrecht, 1988.
4 El texto incluye no sólo las lecciones de 1908, 1909 y 1914 sino también 6 «Mundo de la vida y ética en Husserl», en Sobre el concepto d e m undo d e
una selección de los primeros apuntes de Husserl sobre ética, en concreto del la vida, en J. SAN MARTÍN, (ed.), UNED, 1993, pp. 75 ss.
282 JAVIER SAN MARTIN
ÉTICA, ANTROPOLOGÍA Y FILOSOFÍA DE LA HISTORIA 283

tos éticos de Fichte, aparecen en primer término las preguntas dato muy importante a tener en cuenta. Las Lecciones de 1920
por la práctica: preguntas por las condiciones de posibilidad de incluyen un texto decisivo, un largo excurso de unas 12
una renovación de la vida individual y de una cultura en ge­ Lecciones, por tanto de tres semanas, que Husserl leyó después
neral desde un nuevo arranque teleológico que agruparía a de exponer las teorías de Cudworth y Clarke, pero que no se
todos los temas». Por eso a partir de los años de la Guerra conserva en el manuscrito de la lección sino en otro. En
prácticamente todos los escritos de Husserl dejan entrever su efecto, después de la página 118, 191 de la trascripción, se dice
vertiente ética, pero a la vez nos indican el trasfondo ético de sjHier herausgenommen den grofien Exkurs über Natur und
los escritos anteriores. Geist»9, que actualmente es el manuscrito A IV 22 y que Alois
El objeto de este trabajo no es la ética de Husserl en Roth ni cita m menciona, pero que es, a mi entender, impor­
general sino las Lecciones de 1920; y no tanto porque su tante para captar el contexto de las Lecciones y en general el
contenido sea desconocido en absoluto, sino porque ese cono­ significado de la ética de Husserl. A través de ese manuscrito,
cimiento es insuficiente para hacerse cargo del significado en efecto, podemos entender el contexto antropológico y de
global que tienen en el contexto de los escritos de los años filosofía de la historia en el que se inserta la ética husserliana y
veinte. En efecto, si leemos el libro de Alois Roth antes men­ que, en gran medida si no totalmente, podría pasar desaperci­
cionado, veremos que un buen número de sus citas7 están saca­ bido en el texto de Alois Roth.
das del manuscrito F I 28, que es el de las Lecciones de 1920, Si observamos el libro de Roth, veremos que las citas de
hasta el punto de que la lectura de ese libro da cumplida las L ecciones de 1920 se reducen casi en exclusiva a los apuntes
cuenta del contenido material de las Lecciones en prácticamente históricos, mientras que el cuerpo de la ética procede de las
todas sus secciones. Y, sin embargo, la lectura de las Lecciones Lecciones de 1914, es decir, del manuscrito F I 24, actualmente
en sí8, no a través de A. Roth, y en el contexto de trabajos de ya publicado. Al tomar las Lecciones de 1920 fundamentalmen­
esos años, parece darles un significado que puede pasar desaper­ te desde la perspectiva histórica se pierde el papel teórico de
cibido en el texto de Alois Roth. Hay de todas maneras un fundamentación de todas esas páginas, a través de las cuales
Husserl va desgranando tesis fundamentales de su ética desde
una perspectiva mucho más sistemática que histórica, de una
7 De las cerca de 420 citas de manuscritos que hace Roth, un tercio sistemática en todo caso que abarca la concepción antropológi­
proceden de las lecciones de 1920, aunque casi la mitad proceden del ca y de filosofía de la historia de Husserl, y que es lo que le
manuscrito F I 24, que se corresponde con las lecciones de 1914, actualmente lleva al gran excurso sobre Natur und Geist.
publicadas en el tomo referido en la nota 2.
En efecto, no se puede minusvalorar la presencia de ese
8 El año 1989 tuve la oportunidad de esa lectura en el Archivo de Husserl
en Friburgo gracias en primer lugar a mi Universidad que me concedió
texto en las Lecciones, porque por él podemos ver el papel
licencia de año sabático y evidentemente al Director del Archivo Husserl, central de la ética en toda la obra de Husserl, así como com-
Prof. Dr. Werner Marx, así como a los colaboradores del Archivo durante
ese año, Dra. Sabine Módersheim y Herr Ashraf Noor, así como al anterior
colaborador Dr. H. R. Sepp, a todos los cuales agradezco su desinteresada
ayuda. Agradezco también al Prof. S. IJsseling, Director del Archivo de
9 Así lo tengo en mis notas. Supongo que habrá que entender: «Hier [habe
Husserl de Lovaina, por haberme autorizado a citar de manuscritos inéditos.
ich] herausgenommen...»
284 JAVIER SAN MARTÍN ÉTICA, ANTROPOLOGÍA Y FILOSOFÍA DE LA HISTORIA 2 85

prender la conexión del primer Husserl y el último, porque, que le lleva al gran excurso sobre Natur und Geist. Veremos
como recientemente lo ha mostrado Ashraf Noor10*, la refle­ que en el primer caso A. Roth no solamente no resalta el
xión husserliana sobre la «Naturaleza y el espíritu» nos lleva en contexto antropológico sino que lo escamotea con una decisión
una línea de continuidad desde los primeros apuntes «poco final no ajustada al importante texto husserliano.
después de su encuentro con Dilthey y Groethuysen en 1905» Hobbes es para Husserl muy importante por la teoría del
hasta La crisis de las ciencias europeas, que en gran medida no Estado y porque creo que en relación con él está un concepto
hace sino ordenar y sacar consecuencias de las ideas que venía fundamental en la ética husserliana, la idea de Selbsterhaltung,
tratando Husserl en torno a esa problemática. Por eso cuando de autoconservación, que aparece en las Lecciones por primera
oímos hablar, por ejemplo, a los que se dedican a los estudios vez ahora, en la página 68. El axioma básico de Hobbes es que
éticos, que a ellos de Husserl sólo o fundamentalmente les el hombre es egoísta, esto es el Grundtatsache, y ciertamente es
interesa la última obra, no saben que esa obra no representa la tendencia o impulso egoísta de la autoconservación, el Trieb
realmente y en el fondo ninguna ruptura con las preocupacio­ d er Selbsterhaltung, de la autopromoción (.Selbstfórderung), der
nes anteriores de Husserl, sino que está profundamente unida ein e u n d einzige ursprüngliche Trieb des Menschen. El hombre,
con toda esa obra, principalmente a través de sus investigacio­ en primer término y como consecuencia del axioma fundamen­
nes éticas y del tópico sobre Naturaleza y espíritu. Este tal, es lobo para el hombre, hom o hom ini lupus; esto es el prin­
contexto no está resaltado en Roth como para hacer ver su cipio fundamental para Hobbes. Pero de acuerdo a su idea del
relevancia. Estado el interés o la felicidad de cada uno está unida a la de
los demás, a la de los M itmenschen, pues cada uno sólo puede
lograr la máxima felicidad propia en la medida en que haga
2. El contexto antropológico en la interpretación husser- objetivo suyo la mayor felicidad de todos. Esto, que es el prin­
liana de Hobbes cipio del utilitarismo, lo recogerá después Bentham. La moral
se basa, por tanto, en el Selbstliebe, en el amor propio, aunque
Voy a poner dos ejemplos especialmente llamativos de lo luego aparezca disfrazado en el utilitarismo altruista, como lo
que digo, y con ellos ya me adentro en el contenido de las sistematizará Hartley. Las virtudes morales tienen la fuente de
Lecciones. Me voy a referir en primer lugar al contexto antropo­ su valor en la exigencia de bienestar, Wohlfahrt, que también
lógico que se pone de manifiesto en el tratamiento que hace incluye el bien del individuo. Este pensamiento, dice Husserl,
Husserl de Hobbes. En segundo lugar comentaré la refutación «procede claramente de la teoría del Estado de Hobbes»
husserliana del escepticismo y naturalismo ético, donde en (p. 72.). A este respecto es importante la obra de Hartley, On
seguida se alumbra el contexto filosófico-histórico, que es lo Man, en la que muestra —en el sentido de Hobbes—, que el
amor al prójimo es explicable, según leyes psicológicas, como
un producto necesario a partir de la naturaleza egoísta esencial

10 Cfr. su trabajo «Individuación, identificación e interpretación: la demar­


cación categonal de Husserl entre “Natur” y “G eisf » en Sobre el concepto de
m undo de la vida, en J. SAN MARTÍN (ed.), UNF.D, Madrid, pp. 33 ss.
286 JAVIER SAN MARTÍN ÉTICA, ANTROPOLOGÍA Y FILOSOFÍA DE LA HISTORIA 287

del ser humano11. De Hartley viene, pues, la línea utilitarista interna de las necesidades geométricas13.
altruista, que en último término depende de Hobbes; por eso Por eso, partiendo de este sentido hipotético, es decir,
es el pensador inglés tan importante según Husserí. después de su transformación en una propuesta hipotética,
Pero para Husserl no es importante por la influencia efec­ cambiando por tanto el sentido de su teoría, Hobbes puede ser
tiva que ha tenido. En efecto, en la crítica de Hobbes dice el dignificado (gewürdigt, p. 77), porque así consigue revelarnos,
propio Husserl que lo ha tratado «con un cierto amor»12 y por asi decirlo, «la estructura ideal del organismo social racio­
que de un modo implícito ha señalado ya su valor especial. El nal llamado Estado»14. Se trata de una especie de caricatura
valor de Hobbes para la fenomenología radica en que en él se científica, un primer ensayo de construir «la idea de una
encuentra un experimento teórico, a saber: en él podemos ver comunidad social como una idea de razón» (ib.). El desarrollo
la idea de Estado exigida por la razón, en caso de que el hombre de esta construcción unilateral de una sociedad fundada de un
fu era un ser m eram ente egoísta. En ese sentido cabe la pregunta: modo meramente egoísta puede ser sumamente interesante
¿no se puede prever la idea de Estado exigida p or la razón para juzgar la vida social empírica, con lo que el empirista
ap rion en caso de que pongam os a la base, no el principio egoísta, I Iobbes se muestra realmente como un idealista, pues no toma
sino «das volle Menschenwesen» en universalidad pura? Este en consideración al hom bre fá ctico sino la Idea de hom bre, el yo
texto de Husserl es sumamente interesante, pues ¿qué es este que actúa y que está movido por puros motivos egoístas. Pero
«das volle M enschenwesen», esta «esencia completa del ser si pensamos al ser humano dotado con todas las motivaciones
humano»?; porque es fácil constatar que el hombre es muchas que como posibilidades están previstas en la idea de un yo,
veces, «oft genug», egoísta, pero que también está determinado ¿cual sena entonces la idea de Estado?, ésta es la pregunta que
por motivos no egoístas. En ese caso la teoría de Hobbes es se desprende del planteamiento aprion de Hobbes. Por todo
falsa, porque toma un principio falso, no porque no exista sino esto la teoría de Hobbes es «de verdad una teoría apriórica»,
porque universaliza lo que no tiene carácter universal, pero aunque «en un disfraz empirista» (in em pinscher Verklei-
tiene un valor parecido al de las construcciones que construye dung)15.
el geómetra de un modo hipotético para aclarar la estructura Como se ve, Husserl está trabajando con una idea de hom­
bre. Y para que no haya dudas vuelve sobre la cuestión acla­
rando que en la teoría de Hobbes no nos las tenemos que ver
con hombres empíricos, con seres vivos de la especie zoológica
homo, cuyas propiedades sólo nos puede mostrar la experiencia
11 Ésta sería, creo yo, la idea de Engels al refutar la teoría de la lucha por
la supervivencia entendida maltusianamente y la idea que hoy en día maneja
la etología para defender tanto el amor como el odio como principios bási­
cos en el comportamiento humano visto desde una perspectiva biológico-
0 Cfr. A. Ro th , op. cit., p. 18, nota 2.
evolutiva. Cfr. por ejemplo, I. ElBL-ElBESFELD, Amor y odio, Siglo XXI,
México, 1974. 14 «Sie [die Theorie Hobbes] erhált dann die Bestunmung, uns sozusagen
die ideale Struktur des sozialen Vernunftorganismus, gennant Staat, von
12 «mit einer gewissen Liebe», F I 28, p. 76; aunque A. Roth no entrecomi­
einer Seite zu enthüllen», Mn. F I 28, p. 77.
lla las palabras, que cita en la p. 17, son textuales de Husserl. Esto mismo
ocurre en otras muchas ocasiones. 15 Mn. F I 28, p. 79.
288 JAVIER SAN MARTÍN ÉTICA, ANTROPOLOGÍA Y FILOSOFÍA DE LA HISTORIA 289

científica. A este concepto científico, la imagen científica del mática se referiría a las formas empírico-fácticas como la
hombre, se opone el que está en la base de la teoría de matemática a la realidad. Por supuesto que esto no se ha hecho
Hobbes: los hombres pensados en una teoría pura como aún. Hobbes sólo ha descubierto el problema, además sin
sujetos personales en general y más en concreto en una saberlo. Es interesante señalar que Alois Roth termina su
universalidad pura, pensados de modo que sólo están movidos presentación de Hobbes diciendo que «La última fundamenta-
por motivos egoístas, pensados idealmente como sujetos cion de la idea de una ética pura exige por tanto un análisis del
prácticamente racionales, que, por tanto, están decididos a
contenido esencial de una subjetividad pura, de un yo con
configurar su vida del modo prácticamente más razonable, por
todos sus contenidos esenciales»19. Pero no es eso lo que dice
tanto del modo más feliz posible, de una manera egoísta
Husserl, que no habla de una subjetividad ni de un yo, sino de
(p. 80). Hobbes construye, por tanto, aunque ciertamente
la idea de ser humano. La diferencia es en mi opinión funda­
vestido de un ropaje empirista, una «matemática de la sociali­
dad»1617, a saber, de una socialidad de egoístas puros, lo que en mental, pues mientras en la idea de ser humano está necesaria­
castellano castizo decimos, de ‘puros egoístas’. mente implícita la intracorporalidad, la Leiblichkeit por la cual
La pregunta ahora es si no se puede hacer lo mismo en tenemos una primera capa sensible, quizás en la idea de un yo
esta actitud apriórica, proyectar una matemática universal de puro (o de una subjetividad pura en el sentido de yo puro, el
la socialidad que del mismo modo tome en cuenta todas las de actos), no lo está. Sospecho que Roth fue llevado a esa
clases fundamentales de motivos prácticos predibujados (vorge- conclusión por el temor a tener que confesar que Husserl
zeichnet)11 en la idea pura de un sujeto social. Pero para esto estaba suponiendo que la ética se basaba en la antropología,
se exigiría el concepto de ser humano, der B egriff Mensch; la cuando, como en seguida veremos, la idea de antropología de
tesis de Husserl es, pues, que la ética derivada del plantea­ que Husserl disponía era sólo la de la antropología biológica.
miento de Hobbes exige «captar científicamente» de un modo Pero no se puede ocultar que en estos textos Husserl está
exacto la idea del ser humano, «como una idea pura y [captar] pensando en otro saber del ser humano distinto de esa
entonces cómo se articula ese contenido esencial en sus antropología. Precisamente, una de las cuestiones decisivas de
diversos componentes esenciales»18. Si fuera viable esa mate­ la ética husserliana, en esta época, es reivindicar la diferencia
entre ser humano y yo puro, porque como veremos, la
primera etapa de la subjetividad humana, o del ser humano, es
&Ib.\ c/r. A. ROTH, op. cit., p. 19. una etapa sin yo, una ichlose Spháre, de donde por otro lado
17 Ib.- ROTH, ib.
18 Estaría exigido d er B egriff Mensch «ais eine reine Idee exakter fassen, und
wie sich dann der Wesensgehalt dieser Idee in seine Wesenskomponenten
gliedern», Mn. cit. p. 83. En varios lugares aparece esta idea de un saber del dice que Kant anuncia su WS V orlesungde 1765/66 como una exposición del
hombre que estaría en la base de la ética, cfr. por ejemplo más adelante, método «nach welcher man den Menschen studieren muí!... nicht den
p. 197, donde habla de «wahre Menschheit, wobei Mensch eine überempiris- zufálligen Menschen in der züfallig wechselden Gestalt, sondern die Natur
che Idee, die Idee eines Vernunftsubjektes überhaupt bedeutet». Este sentido des Menschen, die immer bleibt», p. 266.
antropológico aparece también al principio de la exposición de Kant, donde 19 A. R oth , p. 19.
290 JAVIER SAN MARTIN ÉTICA, ANTROPOLOGÍA Y FILOSOFÍA DE LA HISTORIA 291

surgen elem entos estim ativos fundam entales y prim arios, que dan Éste es el principio fundamental; y adviértase que en las
el cuerpo a la ética husserliana. dos frases se esta aludiendo, primero, a la objetividad del bien,
del valor y de la conducta etica, en el sentido del primer tomo
de las Investigaciones lógicas; pero en la segunda frase Husserl
3. La refutación del escepticismo y naturalismo ético se sitúa en el tomo II del mismo texto, pero rechazando que
eso sea en absoluto caer en el subjetivismo. Hay que fundar la
El segando ejemplo que quería comentar era la refutación etica en una subjetividad o conciencia trascendental, porque no
husserliana del escepticismo y naturalismo ético, porque en ella es empírica, es decir, no procede mediante el análisis de las
se alumbra el contexto filosófico-histórico, que le lleva al gran facticidades o causalidades puramente casuales que han produci­
excurso sobre Natur und Geist, conectando textualmente los do este ser humano empírico, que haría que de un modo opor­
estudios éticos con el argumento filosófico-histórico, que de ese tunista sea bueno lo que la casualidad ha querido determinar
modo atraviesa toda la obra de Husserl. Husserl plantea la como bueno. Es cierto que la exigencia de una razón apriórica
ética ya desde el principio en paralelismo estricto con el para fundar una ética pura puede hacer pensar que con eso
esquema de las Investigaciones lógicas, y del mismo modo que Husserl se separa de la realidad concreta del ser humano, re­
allí se trataba de refutar el psicologismo epistemológico, en la calando de nuevo en el intelectualismo o racionalismo y por
ética es fundamental refutar el psicologismo ético20, de modo tanto otra vez alejados de la historia. Pero vamos a señalar un
que lleguemos a convencernos de «que un acto de la voluntad dato de la estructura misma de las Lecciones: independiente­
bien dirigido, y la intención buena en él (por así decirlo, la mente del Excurso, las Lecciones tienen en total 201 páginas
verdad de la voluntad), no es bueno porque yo, este ser huma­ estenográficas, en torno a21 338 páginas en la transcripción
no casual, ha llegado a ser lo que es de un modo causal en un mecano gráfica; de ellas, si sumamos las quince páginas dedica­
contexto natural psicofísico, sino que es bueno por lo que se das al racionalismo con las dedicadas a Kant, desde la 265 a la
da en él mismo como su contenido ideal»21. La fuerza del 324, nos da en total 84 páginas las dedicadas a la que Husserl
argumento psicologista se disuelve tanto en la lógica como en llama «ética del entendimiento», la Verstandesetbik, mientras
la ética del mismo modo: «mediante la separación (Scheidung) que prácticamente todo el resto está dedicado a la de modo es­
entre la conciencia empírica y la pura trascendental, y de tricto o lato calificada como Gefühlsethik, o ética del sentimien­
acuerdo con eso, no sólo porque se necesita una teoría esencial to. ¿Qué nos indicaría esta desproporción? Pues que Husserl
de las proposiciones teóricas y de las proposiciones de deber, está más interesado en la segunda que en la primera, porque es
sino también en una perspectiva subjetiva, porque se necesita
una teoría apriori de la razón» (p. 45)22.
texto citado en la nota inmediatamente anterior.
21 Que el manuscrito tiene 201 páginas lo dice MELLE, Hua. XXVIII,
20 Cfr. cita en A. ROTH, p. 5, nota 1. p. XLV, nota 6. La razón de este modo de referirme a unas Lecciones que he
leído está en que en el texto que manejé en Fnburgo faltaban las últimas
21 Mn. F I 28, p. 44. siete páginas, ya que llega hasta la 194, faltarían por tanto las últimas once
22 En adelante cuando citemos una página entre paréntesis, se referirá al o catorce hojas transcritas. Roth cita hasta la 338; op. cit., p. 154, nota 3.
292 JAVIER SAN MARTÍN ÉTICA, ANTROPOLOGÍA Y FILOSOFÍA DE LA HISTORIA 293

realmente en la segunda donde se da el cuerpo de la ética, no actitud natural, obliga a Husserl a tratar de recuperar todo el
en la primera. Es decir, que a pesar de que la ética fenomeno- espectro de elementos que le corresponden, entre los cuales la
lógica tiene que ser “pura”, teniendo que partir del estableci­ estimativa, como enlace entre lo estrictamente teórico y lo
miento de la actitud fenomenológica trascendental, con la practico, es fundamental. Con esto quiero salir al paso de otro
separación radical de todo compromiso empírico como punto error continuo que se comete en la comprensión de la concien­
de partida argumentativo, Husserl no sólo no se ha desentendi­ cia trascendental husserliana, el de considerar que es la con­
do del nivel afectivo o de los sentimientos, sino que ese nivel ciencia trascendental fenomenológica, por lo que sería pura­
es fundamental para cualquier planteamiento ético. Eso quiere mente teórica. A este respecto acabo de detectar un profundo
decir que Husserl jamás entendió puro como teórico. Lo puro error en la traducción de José Gaos que, aparte de haber me­
implica tanto lo teórico como lo estimativo, afectivo o diatizado la comprensión de Husserl de cuantos se han iniciado
perteneciente a los sentimientos. Por eso la discusión de en la fenomenología a través de su traducción de las Ideas, es
aquellas éticas del sentimiento, o que ponen en la base de la posible que alcance incluso a la concepción que Ortega tuvo de
ética algún sentimiento del tipo que sea, bien el placer, el la misma. En efecto, dice la traducción de Gaos:
gusto, la felicidad, son mucho más interesantes para Husserl
que las éticas del entendimiento o del deber puro, porque en En la actitud fenom enológica sofrenamos, con universalidad
éstas el sujeto ético es ya en el punto de partida un sujeto de principio, la ejecución de todas estas tesis cogitativas, es decir,
disminuido, pues se le ha extirpado todo aquello que da consis­ «colocam os entre paréntesis» las llevadas a cabo; «no hacem os
tencia al sujeto humano ya en actitud trascendental. estas tesis con lo demas» a los fines de las nuevas indagaciones;
Es posible que este tipo de enfoque llame la atención, que en lugar de v iv ir en ellas, de llevarlas (sie) a cabo, ejecutam os
incluso se esté en desacuerdo con él, pero ese desacuerdo creo actos de reflexión dirigidos a ellas {auf sie) y ['^aprehendemos
que sólo puede provenir de la constante equiparación que se (erfassen sie) estos actos com o el ser absoluto que son[*]. A h o ra
vivim os íntegramente en estos actos de segundo grado, en que
hace del concepto de trascendental de Husserl con el de Kant
se da el cam po infinito de las vivencias absolutas —el campo
y, por tanto, la equiparación de la palabra ‘puro’ de Kant con fundamental de la fenomenología24.
la de Husserl, en quien ‘puro’ o ‘trascendental’ no significa
sino que adoptamos una perspectiva en la que el m undo no es Pues bien, la frase entre [*] dice en alemán «und wir er­
lo determ inante, en la que por tanto no reina la causalidad fassen sie selbst ais das absolute Sein, das sie sind». La pregunta
mundana fáctica y por tanto mudable, sino, y sería la parte decisiva es a quién se refiere el sie, si a los actos reflexivos,
positiva de la definición, las relaciones esenciales inherentes a como lo ha traducido Gaos incluso rompiendo la posible
la intencionalidad en todas sus dimensiones, en la que por ambigüedad, o a las tesis cogitativas. El contexto dice con toda
tanto yo no soy el resultado de una cadena causal casual, sino claridad, a éstas y jamás a los actos reflexivos, pues en la frase
al revés, el punto de partida constituido o atravesado de entrada
p or necesidades esenciales que le hacen superar toda contingencia
y que le sitúan en el punto arquimédico de toda fundamenta-
4 HUSSERL, Ideas, traducción de GAOS, p. 116. El texto original, H ua. EH,
ción. Precisamente este punto de partida, invertido al de la p. 119.
294 JAVIER SAN MARTÍN ÉTICA, ANTROPOLOGÍA Y FILOSOFÍA DE LA HISTORIA 295

Husserl emplea tres veces el pronombre sie, ¿por qué las dos tiende al placer y huye del dolor; esto no es una proposición
primeras se van a referir a las tesis cogitativas y la tercera a los fáctica, sino que supone la idea de hombre en general. La idea
actos reflexivos? Solamente un desconocimiento de la estructu­ básica del hedonismo implica una idea apriori del ser humano
ra de la reflexión fenomenológica podía permitir semejante que dice: «ningún sujeto de tendencia, en general y en cuanto
confusión. La cuestión es sumamente importante y decisiva en tal, puede tender a otra cosa como meta final que al placer»
la fenomenología, porque la conciencia pura absoluta no es la (ib.), en el sentido de que lo contrario sería tan sinsentido
conciencia de los actos de reflexión, sino la descubierta gracias como pensar 2 + 2 = 5 (p. 88). Este es el nivel de la argumen­
a ellos, la conciencia humana directa que no es resultado de las tación. Estamos por tanto otra vez en el mismo nivel de una
causalidades mundanas, porque no puede ser de otro modo, antropología diríamos apriori, pura, en la que lo fundamental
mientras que lo explicado como resultado del azar, no puede es con qué imagen del hombre estamos operando.
ser sino azaroso. Ahora interesa a Husserl adelantar unas consideraciones
Por eso, cuando se habla de ética pura, se está pensando sobre la intencionalidad de la estimativa; para ello utiliza al
en la ética tal como la produciría el fenomenólogo intelectua- hedonismo ético en una argumentación sutil, en la que muestra
lista. La estructura de las Lecciones nos indica que lo puro no que proponer como principio motor del comportamiento
es lo producido por la reflexión, sino aquello que la reflexión humano, y por tanto, como principio de la ética, el placer, el
descubre como punto de partida atravesado de una necesidad Lust, implica un desconocimiento básico del carácter de la
que ninguna contingencia podría cambiar. Por eso el estudio intencionalidad. Pues al decir que lo que se busca es el placer
de lo estimativo y afectivo no nos hace salir del ámbito de lo y no el valor que da ese placer, se está diciendo que lo que
puro y apriori, con tal de que entendamos con precisión la mueve la conducta es el placer logrado en la realización o
palabra ‘puro’ . De ahí que sea para Husserl tan importante el cumplimiento de un deseo o tendencia. Mas ¿qué pasaría cuan­
estudio minucioso de las éticas del sentimiento (Gefühlsethik), do nos vemos sorprendidos por algo que nos gusta pero que
para mostrar desde ellas la necesidad que atraviesa las estructu­ no lo hemos buscado, que por tanto no se presenta como el
ras intencionales, así como la imperiosidad misma del análisis cumplimiento de un deseo? Según el hedonismo lo que nos
fenomenológico. mueve es el Lustgefühl, el sentimiento de placer, por tanto se
Antes de nada interesa a Husserl resaltar el contexto trata de una tendencia que se satisface con diversos objetos.
antropológico apriori de la argumentación hedonista, para Tendríamos en estos casos dos gustos, el de haber conseguido
hacer ver que también la refutación pertenece al mismo nivel. lo que se perseguía, y el producido por lo conseguido. Por
Para el hedonismo existe un hecho fundamental, el hombre ejemplo, si deseo oír música, al satisfacer ese deseo tengo dos
busca el placer, eso es una idea de principio, es decir, no gustos, el de haber conseguido lo que me proponía, que es un
podemos pensar al hombre sino como un ser que busca el placer independiente del contenido, y el gusto de oír música.
placer; no se trata de preguntas de hecho, no tiene importancia En caso de oír música sin proponérmelo, faltaría el primer
que haya ejemplos de lo contrario. Estamos en cuestiones de gusto. Y ahora dice Husserl: «Puesto que hay que ver de modo
principios, todas las Tatsachenfragen, preguntas de hecho, han apriori, que incluso cuando el placer sea la meta última de la
sido «puestas fuera de acción» (p. 84). Todo hombre solo tendencia, hay que distinguir este placer del placer logrado por
296 JAVIER SAN MARTÍN ÉTICA, ANTROPOLOGÍA Y FILOSOFÍA DE LA HISTORIA 297

la consecución del deseo, por eso la apelación a este último La intención práctica de la humanidad hacia una vida y una
como argumento para decir que sólo se puede tender al placer actuación en el espíritu de una validez objetiva desde una
como meta final es aprion contradictoria»25. Ha y valores que razón práctica está en lucha con el escepticismo ético. La
motivan una conducta y un placer independientemente del refutación es clara: el objetivo de la voluntad no es gozar sino
placer que puede acompañar por haberlo logrado, es decir, que aquello que nos hace gozar y eso es el valor concreto en su
por sí mismas provocan un placer, al margen del placer perse­ carácter de valor. Mas entonces cabe preguntar por la razón de
guido. Lo que según Husserl se esconde en el principio hedo- la conducta. Ahí enlaza Husserl para analizar precisamente la
nista es la confusión entre tener placer y aquello que provoca motivación. Casi todos los actos son motivados, por ejemplo,
el placer, entre el aspecto subjetivo y el valor objetivo que la expresión judicativa tiene su motivo en la percepción; si no
provoca el placer. Cuando en general se pone el placer como existe esa motivación, estamos en la esfera de la mera represen­
lo que motiva la tendencia, siempre se confunde el valorar con tación sin cumplimiento. En la esfera del deseo (Begehren) y de
el valor: el placer es del sujeto, mientras que das lustige Etwas la voluntad, también los actos están motivados en una valora­
(p. 92), el algo placentero, no es del sujeto; el valorar es algo ción previa26, en este sentido no es el acto el que motiva sino
puntual, de un momento determinado, mientras que el valor lo puesto en el acto, del mismo modo que en un silogismo lo
transciende a cualquier aprehensión que haga de él en una que motiva la conclusión no es el juzgar con el que se afirma
vivencia valorativa o en una vivencia placentera. Del mismo las premisas, sino lo juzgado en ellas.
modo que antes con el placer, el valor de conseguir algo no es Husserl trata de defender el paralelismo entre el ámbito
el valor conseguido. teórico y el estimativo: en este ámbito existirían también las
Se me ocurre argumentar contra Husserl el caso de la dos posibilidades que existen en el ámbito teórico, tener una
drogodependencia, donde parece que se busca el placer por el mera representación de algo y el cumplimiento de esa represen­
placer y no el objeto placentero, hasta el punto de que el tación, su Wahrnehmung, su percepción, es decir, su “verdadera
objeto placentero podría ser teóricamente sustituido, siempre (wahr) captación (nehm ung)”, en la que lo dado se da en su
que el sustituto produzca la misma situación placentera. Pero Leibhaftigkeit, en su propio cuerpo, en su propia persona, no
precisamente este caso nos sirve de ratificación, porque en esos mediante ningún sustituto. En la estimativa detrás del deseo
casos lo que detectamos es una ruptura de la intencionalidad, hay un Wert-halten, un tener por valor, que es el valor su­
que en lugar de ir al objeto, se queda en el sujeto, siendo la puesto; a ese “tener por valor” corresponde también un posible
situación del sujeto el motivo de la conducta, lo que descarga cumplimiento, una captación de valor, una Wert-nehmung, en
moralmente al sujeto y hace que la sociedad tenga que conside­ la que tenemos el valor leibhaftig-da, verdaderamente en
rar esos casos como patológicos. persona. En el hedonismo siempre se confunden los dos nive­
La importancia del hedonismo —y en la misma medida el les, con lo que irremediablemente cae en el subjetivismo. Un
eudaimonismo—es que es la forma del escepticismo en la ética. sentimiento, Gefühl, sólo puede ser valor si es objeto de otro

25 Op. cit., p. 13; cfr. A. ROTH, p. 13 s. «m einem vorausgehenden Werten», Mn. F I 28, p. 114.
298 JAVIER SAN MARTIN ÉTICA, ANTROPOLOGÍA Y FILOSOFÍA DE LA HISTORIA 299

sentimiento, si motiva otro sentimiento, es decir, si él mismo lencia de Gemüt y anim us indica esta raíz afectiva del ánimo.
se ha convertido en bien valorado. Esta es la razón, concluye El ánimo, el psiquismo humano en toda su amplitud, no el
Husserl, de que el hedonismo caiga en definitiva en un regreso alma como opuesta al cuerpo, está constituido por un fondo
in infim tum . Por eso, del mismo modo que para resolver el afectivo conectado o en íntima urdimbre con los datos de los
subjetivismo psicologista en el ámbito del conocimiento se sentidos, lo que más adelante llamará Husserl la hyle originaria,
necesita una «teoría trascendental del conocimiento», también a partir del cual se generará toda la actividad estricta de la
en el ámbito de la ética es necesaria «una teoría trascendental persona.
de la razón valorativa y de la razón práctica» (p. 121). La Esta descripción de Husserl, que se lleva a cabo no en un
subjetividad del sentimiento es la misma que la del juzgar, lo nivel propio de la actitud natural sino de la conciencia pura, es
que no significa que en el sentimiento no exista un dominio de muy importante, pues en ella podemos ver con claridad el mo­
la razón, es decir, un ámbito objetivo, de acuerdo con el cual delo o imagen del hombre con el que él está operando y que
podemos determinar también si un sentimiento es verdadero obviamente está muy alejado del tópico del espectador desinte­
o falso, del mismo modo que podemos decir si un juicio es resado, que tanto interés ha habido en promocionar como la
verdadero o falso. Precisamente la subjetivización llevada a conciencia husserliarta. La conciencia husserliana no es el es­
cabo por el hedonismo lleva a la «errónea opinión de que el pectador desinteresado, eso es el fenomenólogo que hace feno­
sentir (Fühlen) es algo en sí irracional» (p. 123). menología, sino la conciencia trascendental que el fenome­
Pero en realidad se da un paralelismo entre los sentimien­ nólogo describe. Esa conciencia es ante todo y en primer tér­
tos sensibles {smnhche Gefühle) y los datos de los sentidos mino este bestándiger H intergrund, este trasfondo afectivo que,
(Sinnesdaten); así como éstos son el material para la percepción, como dice mas adelante ya en el Excurso, nó' tiene aun nin­
aquellos lo son para la Wertnehmung, para la valoración guna Bestimmung, aunque ya sabemos que constituye una
(p. 125), de modo que forman como un «fondo continuo» Stimmung, que sería la pasividad previa a toda actividad
(ibestandige Hintergrund) que se despierta con cada sentimiento valorativa y que es «el sentimiento sensible que acompaña ya
suscitado (erregtes Gefühl), que encontraría su resonancia en ese a la más primitiva donación y predonación del conocimiento,
trasfondo e influiría todo el medio del sentimiento, de modo que colorea afectivamente (gefühlmaflig) el entorno de percep­
que «se integra en la unidad del humor (Stimmung)»17. Con ción más primitivo»28, pues, sigue Husserl, «todo mero color,
esto nos vamos acercando al modelo de ser humano que un tono, un olor tiene antes de toda actividad valorativa un
Husserl pone en la base de su ética. Como vemos, lo que está carácter afectivo, fundado en algo que es ya pero que no es
haciendo, como nos ha dicho un poco antes, es una fenomeno­ afectivo»29. Es posible deconstruir esa coloración afectiva del
logía del Gemütsleben, de la vida anímica o del psiquismo en
toda su amplitud, en la que, como muy bien vio también
Kant, la vida afectiva es fundamental. Precisamente la equiva- 28 «Das sinnliche Gefühl, das schon die primitivste Gegebenheit und
Vorgegebenheit der Erkenntnis begleitet, das schon den primitiven Wahrneh-
mungsumstand gefühlmaflig farbt», Mn. A IV 22, p. 97.
29 «Jede schlichte Farbe, ein Ton, ein Geruch hat vor aller wertenden
27 «Das zur Einheit der Stimmung zusammengeht», op. cit., p. 125. Aktivitat Gefiihlscharakter, fundiert in etwas, das schon ist aber nichts
300 JAVIER SAN MARTIN ÉTICA, ANTROPOLOGÍA Y FILOSOFÍA DE LA HISTORIA 301

mundo en torno, pero entonces «tenemos un mundo artificial­ sigue Husserl esa vía, sino que utiliza precisamente un modelo
mente privado de valores y de bienes» {eme künstliche entwerte- que podríamos llamar antropológico-epistemológico mucho
te und entgüterte Welt), que es impensable como un mundo más interesante que le lleva al tema del Excurso. Para ello
real, «pues es impensable que para un yo» haya objetos que no emplea Husserl no directamente el hedonismo antiguo, sino las
le significan nada, «que de ningún modo toquen su afectividad, eticas del sentimiento modernas que más que hedonistas son
que no pongan sus tendencias en movimiento, y que si es utilitaristas, basadas en Hobbes, bien sea en un utilitarismo
racional, no le motiven a las correspondientes actividades»*30. individualista, bien en uno altruista, porque es ahí donde
Creo que estas citas son suficientes para saber cómo pensaba Husserl mostrará el pstcologism o y naturalismo de estas éticas,
Husserl por lo menos en 1920. Yo creo que siempre había que es por donde conecta con la historia.
pensado así. Pero de todos modos estos textos ponen sobre el En este empeño persigue Husserl dos líneas, la de los
tapete de la discusión qué significa para Husserl realmente la materialistas franceses como Lamettrie y Helvetius, que
conciencia o la subjetividad pura. seguiría viva en el siglo XIX en el principio de la maximización
De todas maneras aún debo probar en qué medida la de Bentham: la conducta ética está regida por el principio de
refutación del escepticismo ético le lleva al contexto filosófico- la mayor felicidad posible para el mayor número posible de
histórico del Excurso Natur und Geist, por el que la ética gentes. Pero la línea que le interesa realmente es la del hedonis­
constituye la línea de unión de toda la obra de Husserl. Alois mo altruista, el de Hartley, porque en él puede explorar
Roth comenta que «desde una perspectiva formal el hedonismo Husserl con precisión el psicologismo como base de constitu­
no es un escepticismo, puesto que en definitiva no niega un ción del principio ético fundamental. Según Hartley, nos dice
bien. Su teoría incluso incluye una norma suprema de la Husserl, al principio se busca el placer, el Lusí, pero poco a
tendencia en el mayor placer posible»31. Por eso persigue poco se ve que el placer de uno depende del de los otros, con
Roth con bastante detenimiento la refutación del subjetivismo lo que al fin se busca el bien de los otros, desapareciendo el
ético por parte de Husserl, para lo que acude a las Lecciones de motivo egoísta, lo mismo que pasa con la avaricia o con la
antes de la guerra, en concreto la de 191432, donde Husserl fama, lo que micialmente es medio, el dinero o la fama: como
trabaja con un paralelismo estricto de la refutación del facilitación o consecución de lo que realmente interesa, ter­
psicologismo en las Investigaciones lógicas. Pero es interesante mina convirtiéndose en fin en sí mismo33. A esta teoría objeta
que en las L ecciones de 1920, que estamos comentando, no Husserl que, en el caso del dinero, lo que ocurre es que siendo
el equivalente universal, él mismo, en razón de esa equivalencia
se puede convertir en fin, pero ése no es el caso de la avaricia.
Por otro lado no se explica cómo o por qué se llega a olvidar
gefülilmafiig ist», Mn. A IV 22, p. 97 s.
el egoísmo, que de entrada era el motivo fundamental.
30 Mn. A IV 22, p. 98.
31 A. R o th , op. cit., p. 23.
32 C fr. A. ROTH, op. cit., p. 23 ss., §§ 8 y 9. Se puede ver que las citas
provienen del Mn. F I 24, actualmente publicadas en Hua. XXVIII, § 4, pp. 33 Cfr. A. ROTH, op. cit., pp. 21, texto de la nota 2 y p. 22, texto de las
19-36. ' ‘ notas 1-5.
302 JAVIER SAN MARTIN ÉTICA, ANTROPOLOGÍA Y FILOSOFÍA DE LA HISTORIA 303

Sin embargo, no son estos argumentos los de más alcance; la espiritualidad en un sentido estricto». Esta capa es la de la
Roth se da cuenta y termina citando el argumento básico, pero «pasividad pura», que tiene el carácter de «ichlos», sin yo, es
no lo persigue, posiblemente porque no ha seguido la línea que decir, «del trasfondo que transcurre sin una participación activa
ese argumento abre para la interpretación de la obra de del yo», trasfondo siempre presente para el yo en el modo en
Husserl. La crítica fundamental de Husserl en estas Lecciones el que lo psíquico puede estar presente, en el modo de la
se refiere a la ceguera de la psicología naturalista «para lo espe­ conciencia35. En esta esfera que está por debajo del carácter
cífico de todo lo espiritual [das Eigentwesenthche alies Geisti- egoico (unter-ichliche Bewujhseinspbdre) se dan génesis, se
ge«]»34, pues es totalmente distinto preguntar por una razón mezclan motivaciones, «de un modo totalmente pasivo» en el
en el dominio de la naturaleza que en el dominio del espíritu, modo de la asociación y de la formación de la percepción. Hay
donde no hay relaciones de causalidad sino de motivación y que distinguir, no obstante, la pasividad primaria y la secunda­
donde explicar significa mostrar los motivos por los que ha ria. Esta segunda procede de las formas constituidas en la acti­
nacido un sentido. La pregunta, por ejemplo, que cuestiona vidad, en el contexto de los actos del yo, de las tomas de
una obra de arte no es una pregunta causal sobre esa obra sino postura del yo, pero los resultados de esas tomas de postura se
una pregunta por su sentido, por el contenido espiritual que pueden hundir en el reino de la pasividad para permanecer en
esa obra tiene para cada uno que la entienda; por las intencio­ el trasfondo pasivo mezclados con otros, de un modo inactivo,
nes del autor; por las valoraciones que efectuó al realizarla; pero ejerciendo una «fuerza pasiva de motivación» (p. 148). A
hasta qué punto en esa actitud estimativa estuvo determinado esta esfera no se le pueden plantear preguntas de razón, porque
por la época; qué medios tuvo a su alcance, cómo los evaluó, ella no es en sí misma un acto del yo, pero todos los actos del
etc. Por eso «el reino del espíritu (y con esta palabra entiende yo toman de esta conciencia de trasfondo (hintergründigen
Husserl lo que hoy en día llamaríamos cultura en sus dos as­ Bewuftseirí) su «alimento». Del mismo modo los «sentimientos
pectos, el de acción cultural y el de resultado cultural, es decir, no egoicos» (ichlose Gefüble), que surgen en el fondo anímico
la cultura subjetiva y la cultura objetiva) es el reino de la en pasividad pura y originaria, no son ni razonables ni no
motivación y aquí reina la comprensión, la Verstandlichkeit, razonables, porque el remo de la razón es el de los actos del
frente al reino de la naturaleza, en el que reina la incompren­ yo, de las tomas de postura y posiciones que adoptamos, que
sión, la Unverstdndlichkeit (p. 143). tienen su motivación por la que ya nos podemos cuestionar.
Hay además dos tipos de motivación, la racional, de la Pues bien, Husserl insiste otra vez en que el utilitarismo
espiritualidad activa, y la irracional, la espiritualidad afectiva altruista desconoce todo esto y trata al espíritu como una cosa
affektive Geistigkeit, donde reina una motivación «del nivel más (p. 152), al recurrir a mecanismos que hacen que, por ejemplo,
bajo anímico». Pues bien, de todo esto ha prescindido Hartley. lo que es medio pierda ese carácter de medio para convertirse
Y ahora sigue Husserl explicando esa «niedere Stufe», que es la en fin. Un medio es para Husserl siempre un medio, porque
de lo «meramente anímico», sobre la que se construye «la de ése es su sentido de motivación, y aunque se olvide ese

34 M n. F I 28, p. 138, en ROTH, p. 22. 35 M n. F I 28, p. 147.


304 JAVIER SAN MARTÍN ÉTICA, ANTROPOLOGÍA Y FILOSOFÍA DE LA HISTORIA 305

carácter, en la reflexión siempre volverá a aparecer como un mente mentado y lo realmente dado, donde el yo toma
medio, pues la relación medio-fin es un carácter intencional posición, a la que se le puede preguntar por su legitimidad, la
«que se puede explicitar (aufwickeln)». De ese modo interpretan aportación de la prueba, de la legitimidad del acto. Esta es
la pasividad de la vida de conciencia como una pasividad del entonces una Vernunftfrage.
transcurso de la naturaleza física, las leyes de asociación como
El resultado y objetivo de la crítica era, pues, mostrar que
leyes al mismo nivel que la gravitación universal, sin percatarse
«el naturalismo psicologista naturalizó la vida espiritual» por­
de que lo que ahí cuenta es la motivación y no la causalidad,
que estaba «cegado por el ejemplo ( Vorbüd) de las ciencias
en todo caso una causalidad espiritual, radicalmente ajena a la
naturales exactas tan eficaces, y en la búsqueda de transferir su
causalidad natural. El naturalismo convierte el espíritu en «una
máquina sm espíritu» (geistlose Maschinerie), sin tener en cuenta método al ser espiritual, incluso aprehende lo anímico sólo co­
que lo esencial del mundo del espíritu es «el hacerse y cambiar­ mo una naturaleza que sólo es otra por el contenido, regulada
se de los caracteres de significación»36, y todo esto pretende por nuevas leyes pero de todas maneras por leyes naturales38.
la psicología naturalista explicar como si ahí se tratara del La razón no es vivida directamente en lo que es, sino que se
«hacerse ciego, pasivo, sin yo, de los procesos naturales de intenta aplicar a la vida «representaciones teóricas que han sido
acuerdo con leyes mecánicas incomprensibles»; en especial vale sacadas de la objetividad de la naturaleza» (p. 169s), por lo que
todo esto para el utilitarismo altruista, que trata las tendencias lo característico del naturalismo es «que él elimina todo
anímicas «como fuerzas de la mecánica» (ib.). Lo ético, por el aquello que da sentido auténtico a hablar de razón» (p. 171).
contrario, supone previamente «la decisión ética activa» y ya Con esto estamos ya de lleno en uno de los temas nucleares de
entonces cabe plantearle preguntas de razón. La razón no La crisis de las ciencias europeas.
significa nada meramente de hechos: «el título razón designa No es otra la gran batalla de la modernidad, este empiris­
hechos de esencia» frente a los que están las preguntas de mo, que es una fundamentación antropologista, ya que en
hecho. Toda Vernunftfrage tiene relación con los actos del yo último término para él la razón no es sino expresión de hechos
y en ellos con los motivos de los actos. En todos los ámbitos de la vida humana anímica, de modo que se intenta fundar
del psiquismo37 tenemos una doble estructura, la de lo pura­ todo buscando la génesis de toda norma ética en rasgos pecu-

36 «Das Werden und sich-wandeln der Bedeutungschaktere», Mn. cit p


I58: 38 Mn. cit., p. 154. Cfr. también p. 168, donde se vuelve a referir a esta
«theoretische Blindheit für das spezifische des Geistes sowohl überhaupt
37 Los tres ámbitos que siempre ha señalado Husserl como los componentes nach Seiten von Ich und Ichbewufitsein von Personalitaten niederer und
de la vida subjetiva y sus correspondientes saberes son: hóherer Ordnung in der Lebendigkeit ihrer Betatigungen ais speziell nach
Sein Wert Gut Seiten der Sinngebung der für sie bewufítseinmassig konstituierten Umwel-
ten und damit des Ursprungs aller Sinnesgehalte der Kultur». El mismo mo­
theoretische Wille . tivo vuelve a aparecer en la refutación de Hume en la p. 232, donde nos dice
Vernunft Gefühl Entscheidung que en el caso de Hume «es handelt sich in ihm um eme Auswirkung der
LÓGICA AXIOLOGÍA RAZÓN PRÁCTICA naturalistischen Motive, die nach dem Auftreten der neuen Naturwissen-
schaften das philosophische Bewuíksein bestimmen mufiten und bestandig
E T I C A bestimmten, in 17. Jahrhundert nicht nur sondern noch heute».
306 JAVIER SAN MARTIN ÉTICA, ANTROPOLOGÍA Y FILOSOFÍA DE LA PASTORIA 307

liares de la naturaleza humana, con lo que «la ética es fundada humanidad fáctica lo mantenga o no lo mantenga» (p. 179),
de un modo antropologista y psicologista». Es interesante porque «a través de todos los cambios empíricos del yo-hom-
señalar el espacio que Husserl dedica a lo que el naturalismo bre transcurre un puro yo veo que 2 < 3, que mantiene su
representa de cosiñcación, de pérdida de sensibilidad para lo esencia idéntica en todos ellos y de acuerdo con la necesidad
que es lo racional como lo propio del ser humano, porque en que se da a sí misma», y esto para cada yo, haya o no haya
el momento en que reducimos al ser humano a mecanismos mundo, pues cada yo, si es racional, es decir, todo yo pensable
naturales, en ese momento hemos caído en un tipo de funda- «ha de poder ver la verdad que ve un yo» (p. 180), es decir, yo
mentación meramente casual y fáctico, con lo que la ética me doy cuenta, y con estas frases Husserl expone el punto
pierde toda necesidad, terminando por ser un puro convencio­ nodular de su fenomenología, de que la intuición esencial y la
nalismo sea de la naturaleza o de la historia de los pueblos, que fundamentación no se dan en mí en cuanto sujeto empírico, o
por tanto podría cambiar. Vemos, pues, que la crítica de en un ser humano que vive en un mundo concreto, sino que
Husserl a todas las corrientes que ha estado tratando se reduce son independientes de la pregunta por la existencia de ese
al tema de La crisis, que si olvidamos lo que significa la razón, mundo, pues este tipo de verdades pertenece «a la esencia pura
convertim os al ser humano en un mero ser de hechos. Por en general de un yo pensante y de una proposición pensada»
supuesto, para un ser de meros hechos no hay ética posible.
(p. 180). , ^ 1 , ,
Aún trata Husserl el racionalismo ético antes de pasar al Esto, que es la expresión máxima de lo que yo llamaría el
famoso Excurso; pero es interesante que lo que le hace ir al com prom iso racional, o una teoría fu erte de la racionalidad, el
Excurso es que también en el racionalismo percibe por otro racionalismo en general termina fundamentándolo en Dios,
camino de nuevo una naturalización de la razón, lo que le por supuesto cometiendo la inconsecuencia de haber fundado
lleva a Husserl a decir que la teoría fenomenológica de la ética la existencia de Dios mediante aquellas proposiciones o modos
debe nadar entre la Scilla del teologismo, en el que irremedia­ de fundamentación que necesitaban ellas mismas de la funda-
blemente cae el racionalismo ético, y la Caribdis del antropolo- mentación de Dios. En el plano ético, la fundamentación del
gismo y biologismo, «el abismo en que cae todo empirismo» racionalismo se hace mediante la conversión de las normas éti­
(p. 178). El objetivo de toda fundamentación fenomenológica cas en proposiciones verdaderas o falsas, que entonces están
es siempre salvar la objetividad y la universalidad tanto de las sometidas ya al mismo procedimiento que cualquier otra pro­
proposiciones teóricas como de los valores y de las proposicio­ posición, como hace, por ejemplo, Clarke, quien «substruye
nes éticas. A esta altura de su vida Husserl no tiene dudas de bajo las normas éticas ‘leyes meramente teóricas’», al postular
lo que siempre ha pretendido, salvar el valor trascendente y que las normas éticas son leyes como las de la lógica, es decir,
por tanto no mudable de lo que se nos presenta como no expresiones meramente teóricas sobre las relaciones entre
dependiendo de nuestras condiciones fácticas, por lo que personas, sin darse cuenta de que una cosa es el juzgar sobre
transciende cualquier condicionamiento antropológico o bio­ un deber, que sería cuestión de la razón teórica, y otra es la
lógico. Como dice Husserl inmediatamente, la evidencia de razón misma que le es inherente al deber. El juicio ético pri­
‘2 < 3’ es lo que es independientemente de que yo, «esta mero para ser ético se ha de basar en el segundo. Si no teñe-
308 JAVIER SAN MARTÍN
ÉTICA, ANTROPOLOGÍA Y FILOSOFÍA DE LA HISTORIA 309

mos en cuenta esta relación, estamos pensando en las normas positiva de lo ético como para acotar el ámbito de lo humano
éticas al modo de las relaciones entre cosas o contextos natu­
donde podamos hablar de normas éticas. Y ha llegado, podría­
rales. Precisamente éste es el pensamiento de Clarke, para
mos decir, a ciertos elementos fundamentales. En primer lugar
quien dejarse llevar por las pasiones es ponerse «en contradic­ lo que va buscando Husserl es una imagen del hombre total,
ción con la naturaleza o razón de las cosas» (p. 188), por cierto es decir, un ser humano que no esté disminuido en su realidad.
en un modo de fundamentación muy semejante al que actual­ Es cierto que a ese saber no le llama antropología, porque para
mente practica la Iglesia católica misma.
él antropología es sólo la antropología biológica. Hoy en día
Pero, sigue Husserl, nadie puede contravenir (verstofíen)
podemos decir que lo que Husserl buscaba como base funda­
prácticamente contra las leyes de la naturaleza, es decir, no mental de su ética era una correcta antropología filosófica, es
podemos actuar contra las leyes naturales; si ando por el agua, decir una antropología que se hiciera cargo de la totalidad de
me hundo, y si salto en el vacío, caigo; tampoco se puede
la experiencia humana, de la lebendige Subjektivitdt, no sólo de
convertir un principio matemático en otro, mientras que sí se un aspecto o nivel. Precisamente de cara a esta antropología y
puede quebrantar una norma ética o de comportamiento. Por ya como refutación del naturalismo del hedonismo o del utili­
eso, al mezclar «leyes referidas a cosas» (Sachgesetzte) y «leyes tarismo ha empezado a descubrir ese ser humano del que nos
normativas» (Normgesetzé) pierde «su sentido hablar de ha mostrado una estructura doble, una estructura que consta
contravención»39. Con esto llegamos a la conclusión de que
de dos niveles, el de la esfera primera sin yo, donde actúa la
el racionalismo termina considerando las leyes éticas también sensibilidad afectiva constituyendo un mundo en el que los
como leyes de cosas, con lo que, por otro camino, termina objetos están afectivamente dados, y una capa egoica, en la que
también naturalizando el reino del espíritu.
el yo de actos toma decisiones de un modo activo en relación
a ese trasfondo en el que siempre vive el yo. En tercer lugar,
y siguiendo la misma argumentación de las teorías modernas,
4. El Excurso “Natur und Geist”: Notas para una epistemo­ reconoce Husserl el origen del naturalismo moderno en el
logía de las ciencias humanas
impacto de la eficacia de las ciencias modernas. Con el estudio
del racionalismo constata que la naturalización de lo espiritual
Y ahora se ve Husserl en la necesidad de centrarse en este es mucho más profunda de lo que podría aparecer a primera
punto: es necesario ya clarificar el ámbito de lo humano vista, puesto que incluso los racionalistas pretenden salvar la
espiritual, para saber por fin a qué se refiere la ética y es aquí objetividad de la razón convirtiendo el ámbito de las relaciones
donde inicia el famoso Excurso. Tengamos en cuenta que hasta espirituales en relaciones entre cosas. Por eso inicia ahora
ahora prácticamente no ha hablado nada de qué es la ética. Lo Husserl el largo Excurso sobre Natur u nd Geist para aclarar
que aún está haciendo es, a partir de la refutación de teorías, una vez más ese tópico, la diferencia entre lo natural y lo
desescombrar el terreno, pero no tanto para buscar una teoría humano, entre el reino de la naturaleza y el reino de lo
humano, cultural o espiritual, pues con todos estos nombres
nos podemos referir a lo que Husserl tiene in m ente.
39
«verliert die Rede von “verstofíen” ihren Sinn» Mn. cit., p. 191.
310 JAVIER SAN MARTÍN ÉTICA, ANTROPOLOGÍA Y FILOSOFÍA DE LA HISTORIA 311

Aunque obviamente no voy a hacer una exposición deta­ de todo sentido que provenga del reino de la razón»43.
llada del Excurso, que abarca unas doce lecciones40, voy a En la primera lección empieza anunciando claramente qué
procurar seguir en cierta medida sus temas más importantes. entiende por naturaleza, que es una mera estructura dentro del
Del manuscrito nos habla Iso Kern, quien publicó un texto no mundo completo que se nos da en la experiencia. La naturaleza
leído en las clases de 192041; en ese comentario nos da Kern científica no es el único mundo verdadero, es sólo la estructura
el título del manuscrito A IV 22, que es donde, junto con algu­ inferior (úntente) que se consigue mediante la separación
nos muy interesantes textos sobre la cultura, guardó Husserl (Ausscheidung) de las efectuaciones de la valoración y de la
el Excurso. El tema es Sacbwissenschaften un d n orm atw e Wis- voluntad. La descripción de esta naturaleza se hace mediante
senschaften, es decir, ciencias de cosas y ciencias normativas; conceptos de cosas (Sachbegnffé). Frente a éstos habla Husserl
según Husserl el texto contiene cosas buenas e incluye: «2) de los conceptos de razón, Vernunftbegriffe, que juzgan los
División entre las ciencias de la naturaleza y las ciencias del sentidos que pertenecen a cada acto y mediante los cuales
espíritu, psicología». En efecto, el tema fundamental es el quedan determinados los objetos de esos actos. Con esta
ensayo de mostrar la diferencia radical entre las ciencias de la descripción introduce Husserl una distinción muy importante,
naturaleza y las ciencias del espíritu normativas, entre las que ya nos salió antes: a cada objeto pertenecen sentidos
cuales como última instancia se sitúa la ética. Para ello Husserl (Smne)44 que lo determinan, pero en lo más bajo llegamos
va explicando los diversos niveles que constituyen el mundo y claramente a objetos «que ya no son sentidos», y para orientar­
correlativamente la subjetividad. De cara a esa explicación nos en esta frase que tantos problemas interpretativos pudiera
dedica varias páginas a exponer la deconstrucción, o como él causar, pone un ejemplo: «La frase ‘la tierra es redonda’ es un
dice, el Abbau o el Abtun del mundo completo para llegar a la sentido. Pero remite a un objeto, la tierra, que ya no es un
naturaleza pura de una experiencia en la que no haya ninguna sentido, ya no es aquí algo ideal sino algo real»45*.
valoración, deconstrucción que, en opinión de Husserl, sería
la que realizaron tanto Galileo como Descartes al principio de
la Edad Moderna42. Como resultado de esa deconstrucción, si 43 Mn. cit. p. 72. Todo el texto es una excelente explicación del Abbau que
aquí se aplica explícitamente al mundo afectivo, pues así como en el ámbito
eliminamos todo predicado procedente de valoraciones y deter­ del conocimiento toda actividad se remite a una pasividad ya no determinada
minaciones de medios o fines, nos queda una capa «desvestida predicativamente, también en la capa afectiva se dan sus propias fuentes de
pasividad de modo que «das was die aktiv wertende Stellungnahme und die
schlichte voraussetzt, ist das sinnliche Gefühl, das seinerseits sinnliche Triebe
funchert. Das sinnliche Gefühl, ein passiver Wertcharakter, hat aber unter
sich die unterste Sinnlichkeit, die wir durch Abbau der Gefühlsfundierungen
40 De mis apuntes de este texto no he podido determinar con precisión las gewmnen». Al Abbau están dedicadas muchas páginas más del Excurso, tales
lecciones, no sé si porque cuando lo leí no lo anoté o porque en algunas no como las de la que creo sería lección VIH, pp. 86-97 y gran parte de la
se índica el comienzo de una nueva lección, por eso la referencia a lec-ciones siguiente lección, pp. 97-108.
concretas es en algunos casos aproximada. 44 «Zu jedem Gegenstand gehóren Sume in Form von Satzen dieser oder
41 Cfr. Hua. Xffl, p. 542, comentario crítico al texto del Beilage LFV. jener Grunart, die sich auf ihn beziehen», Mn. A IV 22, p. 36.
42 Cfr. Mn. A FV 22, p. 103. Casi toda la lección IX, pp. 97-108, está 45 Un poco más adelante, en la lección IV, nos habla de unbestim m te
dedicada al Abbau. Gegestande, que serían resultado de meras posiciones, schlichte Setzungen, a
312 JAVIER SAN MARTÍN
ÉTICA, ANTROPOLOGÍA Y FILOSOFÍA DE LA HISTORIA 313

Estas complicadas frases de la primera lección del Excurso


«expresar» (aussagen); sobre ésta tenemos la tercera etapa, la de
son importantes, porque en ellas se está refiriendo Husserl a
la evaluación crítica, en la que se da un carácter normativo,
esa capa primera que se nos da en pura pasividad, por tanto sin
que en el plano del conocimiento encuentra su expresión en las
que tenga ninguna determinación que sea resultado de actos.
palabras verdad/falsedad. La ciencia de hechos se refiere a la
Después de mencionar esa situación, da cuenta Husserl de un
experiencia para lograr resultados que deben funcionar en la
nuevo nivel que él ve en el caso de que nos refiramos a los
etapa segunda, pero por ser la ciencia, aun la de hechos,
sentidos con predicados teóricos de verdad o falsedad y con
resultado de una actitud crítica, supone siempre una autocrítica
predicados axiologicos o éticos. Las expresiones que tienen
y una normatividad, por eso es resultado de auténticos actos
como sujeto un sentido y como predicado un predicado lógico,
de razón. Esto es muy claro en el caso de la actividad teórica.
axiologico o etico no son «expresiones de sentido de cosas»
Pero la vida subjetiva no es sólo teórica. Debemos pasar a la
(keme sachlichen Sinnesaussagen), que aparecieran por un
subjetividad viviente, a la lebendige Subjektivitát, o sujetos-yo,
análisis (Zergliederung) de la frase. La cuestión del derecho que
que no sólo conocen sino que necesariamente están afectados
se encierra en esos predicados ya no es un «suceso puro»
por los objetos «en el sentimiento, en el deseo y tendencia
dentro de la esfera del sentido, es decir, que con los predicados
practica» y que se determinan a una valoración activa determi­
lógicos , axiologicos o éticos estamos en un nuevo nivel, el que
nativa y así se deciden y actúan en la práctica. Pues bien, así
para Husserl representa el nivel especifico de los actos de
como en el nivel teórico se diseñan fácilmente las tres esferas,
razón, en el que ya estamos en un nivel normativo y cuyas
también hace falta pensarlas tanto en el nivel del sentimiento
condiciones formales pertenecen a una lógica formal, a una
como en el de la práctica, de modo que así como el interés
axiología formal y a una práctica formal: los otros actos, lo
critico lleva a las ciencias como sistemas de efectuaciones de
que luego llamara lebendige Vernunft o la razón viviente u
conocimiento dirigidos por normas, lo mismo debería ocurrir
operativa, los actos evaluados en los actos de razón en sentido
en los otros ámbitos, el del sentimiento o estimativa y en el de
estricto, son actos de razón solo en la medida en que son un
la práctica. Ciertamente esto parece faltar en el nivel del
camino para la razón.
Gemüt y de la voluntad, aunque añade que en realidad es decir
Tenemos, pues, tres niveles claramente mencionados por
demasiado, porque eso se ha hecho, por ejemplo, en la estética;
Husserl , uno el de la esfera ultima aun indeterminada, la de
en la ciencia, en la medida en que la ciencia incluye en sí no
la experiencia sin determinaciones resultados de actos; una
sólo decisiones teóricas sino valorativas47; y por supuesto
segunda en la que actúa el yo, que Husserl, en la esfera del
también en la técnica, que son todos ellos «dominios de la
conocimiento, llama la del «determinar» (bestim m en) y
razón práctica»48. Pero en realidad, aunque siempre ha habido

diferencia de los bestim mte Gegenstande, ya resultado de bestim m ende


47 Esta remisión de la ciencia en general a la ética es continua en toda las
Setzungen. Retrocediendo en la estructura de la subjetividad, siempre lle­
Lecciones, pues en la medida en que la ciencia es resultado de una acción está
gamos a «wirklich prunitive Gegenstandsetzungen, deren Gegenstand noch
unbestimmte Gegenstande sind» Mn. cit., p. 60. sometida a la filosofía normativa de la acción, es decir a la ética, como la
ciencia suprema de la normatividad.
46 En p. 197 dice que la subjetividad es «dreistüfig».
4* M n. A IV 22, p. 72.
314 JAVIER SAN MARTIN ÉTICA, ANTROPOLOGÍA Y FILOSOFÍA DE LA FGSTORIA 315

«en la corriente de la vida de la humanidad períodos de una Pero este punto sólo es un respiro sobre el tema funda­
normatividad consciente y mantenida», en la práctica (zurrí mental, las diversas ontologías de acuerdo con los niveles de la
erheblichste Teit), esta crítica normativa no juega un papel subjetividad y del mundo. La división fundamental será la de
decisivo. ciencias de la naturaleza y ciencias de la cultura o del espíritu;
Aquí se diseña el hueco de la ética histórica de la renova­ sólo en éstas cabe un carácter normativo, aunque como ya
ción de Husserl, el promover como hábito esa crítica de lo hemos dicho todas las ciencias en cuanto productos culturales
axiológico y de lo práctico, como una tendencia ética hacia la ellas mismas están sometidas a normas. También entre las
realización de los valores supremos. Pero como muy bien dice ciencias del espíritu o ciencias culturales tenemos ciencias no
Rainer Sepp, las preguntas por la definición y estudio de las normativas y ciencias normativas, no sólo por ciencias, como
condiciones de posibilidad de una renovación de la vida toda ciencia, sino por referirse a un ámbito él mismo dominio
individual y social, lo que constituía la ética husserhana, «las de valoración. Por eso Husserl se pregunta qué es lo que hace
trató Husserl menos en el último curso sobre ética del que «las llamadas ciencias de la cultura o del espíritu permitan
Semestre de Verano de 1920 (...) que en los artículos de una normativización no solamente de carácter epistemológico
Rbzzo»49; pero es que a Husserl le sigue interesando explicitar [por ser ciencias], sino según principios axiológicos y prácticos,
las condiciones de lo ético, enraizándolas en la estructura de modo que la axiología y sobre todo la ética representa para
misma de la subjetividad viviente, de la lebendige Subjektwitdt. ellas un significado tan importante como ciencia crítica por
Partiendo de estos preámbulos, el esfuerzo inmediato de principios»50.
Husserl va a estar en exponer las ontologías y ciencias que se Después de describir las características de la esfera pasiva,
diseñan de acuerdo con la estructura que muestra la subjetivi­ que está radicalmente conformada por la afectividad, porque
dad, lo que alternará con explicaciones más detenidas del antes de toda determinación ya tiene un contenido cognitivo
Abbau. El paralelismo general que se ve en los niveles de la y afectivo, indica que sobre esa capa actúa la determinación
subjetividad, con una etapa pasiva, una etapa determinativa-ac- predicativa y valorativa, que se puede constituir en habituali-
tiva y una crítica, haría pensar en una ciencia correspondiente dad y de ahí en tradición; con esto tenemos ya algunos de los
cada una a un nivel, en un plano formal, en el que tendrían rasgos fundamentales del mundo concreto en el que vivimos,
que estar sometidas a la lógica; en este sentido lo teórico en el que hay que destacar «la enorme plenitud de caracteres
mantendría un predominio. Pero pronto corrige Husserl esta de significación» (p. 96), que se depositan sobre los objetos
primera apreciación, porque las ciencias ellas mismas son culturales, constituyéndolos en tales objetos por la donación de
resultado de una práctica de unos sujetos que se han decidido sentido que se realiza desde las funciones de la voluntad, es
a buscar la verdad, valorando la ciencia como un resultado decir, desde el funcionamiento que la cultura asigna a esos
bueno logrado en una actividad concreta. Por eso están en objetos. Las funciones de la voluntad se fundamentan en
cuanto tales sometidas a la normatividad propia de la ética. funciones valorativas, pues esas cosas culturales, las casas, las

44 Cfr. R ainer SEPP, op. cit., p. 76. 50 M n. A IV 22, p. 81.


316 JAVIER SAN MARTÍN ÉTICA, ANTROPOLOGÍA Y FILOSOFÍA DE LA HISTORIA 317

calles, avenidas, jardines, campos, bosques o ciudades, etc. son sapiens precisamente para la zoología no es ningún homo sa­
objetos que tienen carácter de medios o cosas instrumentales pien s, ni en general ninguna persona humana, sino un objeto
en virtud de ciertas valoraciones. psicofísico que está considerado desde el punto de vista natura­
Y ahora llega a su tema fundamental, el de la diferencia lista de contextos causales psicofísicos». Husserl da mucha
entre ambos tipos de ciencias. Si la ciencia de la naturaleza importancia en este nivel a la psicofisiología, como ciencia de
tiene como tema esa esfera última resultado de la deconstruc­ las conexiones causales entre lo mental y lo corporal, que por
ción de todo predicado afectivo o práctico que pueda venir a otro lado constituye la parte fundamental de lo que habitual­
las cosas por su inserción instrumental en el mundo humano, mente se entiende por psicología. Incluso dice inmediatamente,
quiere decir que la ciencia de la naturaleza se las tiene que ver así tendríamos «una ciencia de la corporalidad (Leiblichkeit)
con un objeto absolutamente desprovisto de cualquier valora­ como corporalidad de un alma como una subjetividad que le
ción. Ella surge de una valoración y por tanto está sometida a pertenece de modo fijo» y así podemos hablar del órgano de
una normatividad, pero en su contenido no contiene nada la percepción, y en general es desde estas conexiones causales
normativo (p. 104). Por encima de la naturaleza pura, pero aún desde donde aparecerá en todo su significado el organismo
en el reino de la experiencia pura, habla Husserl de la expe­ como sistema de órganos para lo mental (p. 112). Esto es,
riencia animal, con lo que podemos pensar la ciencia de la según él, incluso el núcleo de toda biología animal. Pues bien,
animalidad y en ella la antropología, aunque tomada de un poco antes, y en relación con la explicación que está
acuerdo con los predicados que se puedan dar sólo en esa etapa haciendo de la causalidad y cientificidad propia de este nivel,
de la experiencia pura lograda con el Abbau. Es cierto que los nos ha dicho, ratificando lo que había expuesto también en el
hombres producen actos que pueden ser sometidos a una texto de las Lecciones, que el naturalismo psicologisía que
crítica, pero esa actividad no puede pertenecer a este nivel de empieza en la Edad Moderna con el materialismo de Hobbes
la antropología, pues se trata de una antropología estrictamente toma el alma como un campo de causalidad natural, es decir,
física (o biológica que incluye la fisiológica), que prescinde de que se queda en este nivel, siendo sus leyes del mismo tipo que
cualquier concesión al sentido no animal del hombre. Aquí las de la naturaleza, donde a su vez los actos del yo actúan
incluye Husserl la relación psicofísica del cuerpo humano, en como una fuerza más, ya que piensan la relación entre la esfera
cuanto cuerpo animal, a lo mental, en cuanto está regulado por del yo y la natural como «una conexión mutua causal de dos
leyes estrictas. En todos estos casos estamos aún en la «expe­ esferas de ser», y el alma como un tipo de naturaleza anímica,
riencia animal... que nos da la vida anímica animal y humana y esto porque se dejaron cegar por el ejemplo de las ciencias
causalmente unida con el cuerpo», en un tipo de causalidad que naturales52. En mi opinión uno de los objetivos fundamenta­
hay que obtener de modo inductivo, como en cualquier ciencia les del Excurso es mostrar el contexto preciso desde el que se
de la naturaleza. Esto hace decir a Husserl un poco más vea la inconsistencia de ese naturalismo, de modo que inversa­
adelante51 «que el hombre que la zoología denomina hom o mente se vea el campo sólo en el cual puede darse lo ético.

51 En la hoja que vuelve a escribir como variante de la 118. S2 Cfr. Mn. A IV 22, p. 107; cfr. también p. 113.
318 JAVIER SAN MARTIN
ÉTICA, ANTROPOLOGÍA Y FILOSOFÍA DE LA HISTORIA 319

Con esto ya puede Husserl hablar de las causalidades que Con esto llega Husserl ya en la penúltima lección al mun­
dominan en cada uno de los dominios, en el de la naturaleza do concreto de los hombres, al «aktuelle Umwelt der Mensch-
y en el humano; la causalidad natural investigada hasta ahora heit» (p. 118), para ofrecernos ya los resultados finales de su
se distingue profundamente de la que llamamos motivación; la investigación. Ese mundo, el mundo concreto, tiene multitud
natural es una causalidad trascendente y supuesta, es decir, que de significados culturales o espirituales. Una vez que se ha
hay que aprenderla por inducción, por tanto hay que suponer­ descrito las ciencias logradas desde los puntos inferiores
la. Se trata de una causalidad en sí incomprensible, sólo logrados en el Abbau, por la psicología fenomenológica entra­
admitida por la experiencia y porque el transcurso de la expe­ mos ya en las ciencias del espíritu, que se refieren a nuestro
riencia la verifica como una facticidad que perdura pero que mundo concreto y completo, «die volle Umwelt», que no es
podría ser de otro modo. Por ejemplo, la causalidad psicofísica un mundo irreal, por oposición al de la naturaleza, por el con­
es ciega, aunque es cierto que el alma tiene que participar, trario «este mundo natural de la vida (diese natürhche Lebens-
tiene que tener su Anteil en esta causalidad, si ha de estar en welt) tiene también su verdad, de lo contrario no tendría aquí
el mundo. legitimidad hablar de un mundo», pero es un mundo espiri­
Con esto Husserl toca ya un tema fundamental en el tual, es decir, cultural, pues todo predicado cultural remite a
tópico Natur und Geist, como lo ha señalado A. Noor55, el un acto del espíritu, a actos cognoscitivos, valorativos o
del modo de la individuación en el ámbito de la naturaleza y prácticos; en este mundo siempre somos remitidos a los actos
en el ámbito del espíritu; pues mientras en aquél la individua­ que subyacen a los predicados humanos, por tanto a los seres
ción es resultado de las propiedades causales, a la esencia de la humanos en cuanto seres espirituales. De ahí que estudiar este
subjetividad pertenece individualizarse desde sí misma, desde mundo enderredor concreto es estudiar el Umwelt como mun­
su propia interioridad, sin que necesite nada externo para do de una humanidad personal, viendo cómo actúan los hom­
individualizarse. Precisamente por eso nos podemos pensar bres en él y cómo le prestan significado, pues todo su sentido
incluso «sin conexión al cuerpo, y por tanto también sin ser sólo existe como resultado de los actos personales de los
sujeto y a la vez objeto en el mundo» (p. 114). Por tanto, es sujetos. Los objetos, aunque sean arqueológicos, etc., nada son
preciso distinguir una psicología lograda desde la causalidad sin la subjetividad que los produjo y ejecutó los actos que
exterior y una psicología, que sería la fenomenológica, lograda luego podemos comprender retrospectivamente (nacbver-
desde la interioridad que trata de lo anímico que se da en su steh en f4.
propia esencia, en los contextos que le son inmanentes y Por supuesto que los objetos culturales se remiten bien a
mostrados de modo intuitivo. En lugar de la incomprensión de un sujeto individual bien a un sujeto social, a soziale Geistes-
lo natural, aquí domina la Verstandhchkeit y en este sentido «la akten, por los cuales las personas se ponen en relación unas
racionalidad de motivación inmanente». con otras, motivándose mediante unos actos, surgiendo inte­
reses mutuos, etc. Precisamente una característica de estos pro-

53 Cfr. op. cit., p. 33 y 40. 54 M n A IV 22, p. 119


320 JAVIER SAN MARTÍN ÉTICA, ANTROPOLOGÍA Y FILOSOFÍA DE LA HISTORIA 321

ductos es la tradición, pues implican siempre la posibilidad de La actividad que se inserta en la historia, es decir, la
ser reproducidos por otros seres humanos posteriores, aunque actividad ordinaria de los hombres, siempre supone el conoci­
en esa reproducción siempre se introduce algún ligero cambio, miento de los objetos en cuanto realidades materiales, en su
pudiendo incluso introducir una nueva situación global; estos substrato de experiencia pura pero al margen de lo que la
objetos se suelen convertir por la tradición en contexto ya ciencia nos dice de ellas, pues de lo contrario, dice Husserl, el
establecido, determinando un estilo fijo de vida. Por fin, lo zapatero debería conocer la naturaleza física del cuero. Las
espiritual procedente de los actos de creación está sometido a ciencias del espíritu, en la medida en que recogen esa actividad
la ley de la convencionalización, de modo que por ella tiende espiritual, no se basan en las ciencias naturales, sino que el
a empobrecerse por la repetición y la costumbre. Lo que se científico de las ciencias humanas actúa como actuamos en la
realiza por costumbre tiende a convertirse en un hábito en el vida ordinaria, es decir, motivado por lo dado intuitivamente.
que se ha podido perder el acto originario que le dio sentido Las ciencias del espíritu y las de la naturaleza se mueven en
(P - l25)- ~ ‘ dominios distintos aunque relacionados. La naturaleza que
Con esto pasa Husserl a exponer una clasificación de las éstas tienen como su objeto es el mundo de la causalidad, el
ciencias del espíritu o culturales, precisamente para responder espíritu como el mundo de la personalidad y sus efectuaciones,
a una pregunta que había dejado sin contestar: ¿qué diferencia que es el tema de aquéllas, es el reino de libertad. Bastaría para
hay entre las ciencias del espíritu normativas y las no normati­ destacar la profunda diferencia entre ambas estudiar lo que un
vas? Las ciencias del espíritu pueden ser morfológicas, es decir, científico natural diría en cuanto científico, por ejemplo, del
aquellas que describen la forma o tipología de una sociedad o Partenón y lo que del mismo objeto tendría que decir el
formación cultural en un sentido estático; o son históricas, que científico de las ciencias humanas.
se refieren al devenir temporal de la formación espiritual o Y ahora vuelve Husserl, ya para terminar, a la cuestión de
cultural en cuestión, buscando los seres humanos personales la normatividad; está claro que las ciencias de la naturaleza sólo
con quienes la creación cultural está en «relación esencial». Mas tienen una normatividad en cuanto ciencias pero no por su
en cuanto espiritual o cultural sólo puede darse en la unidad contenido; pero entre las ciencias del espíritu hay que distin­
variable de la tradición, por lo que lo cultural se unifica en un guir aquéllas que se limitan a hacer constataciones meramente
contexto esencial espiritual, que es el «contexto de la historia»; psicológicas o de carácter cultural-histórico y las que son
por eso toda auténtica descripción de lo cultural o espiritual auténticametne normativas, pues se puede hacer una historia
está referido al tiempo histórico como la forma que abarca y no valorativa (p. 130), incluso predictiva, como ocurre por
ordena todo desarrollo objetivo-espiritual; este tiempo históri­ ejemplo en las ciencias del lenguaje, pero se puede hacer
co (histonsche Zeit) es la forma de toda génesis que se dé por también una historia normativa, pues el historiador puede
motivación espiritual; ese tiempo es un tiempo interior, a valorar los productos históricos, por ejemplo valora las
diferencia del tiempo de la naturaleza que es exterior y en el ciencias, tales como la alquimia o la astrología, donde ya no es
cual todo devenir es un «devenir muerto», porque en él no hay cuestión del sentimiento, del Gemüt, sino del entendimiento,
relación interna a vida alguna. Por eso la ciencia de la historia lo mismo que ocurre en la historia del arte, pues en ella se dan
se llama, según Husserl, Geschicbte. verdaderos juicios de valor, en no menor medida que en la
322 JAVIER SAN MARTIN ÉTICA, ANTROPOLOGÍA Y FILOSOFÍA DE LA HISTORIA 323

historia de las intuiciones éticas y pedagógicas. Desde esta la idea ética práctica suprema», en la que se juntan las tareas
perspectiva las ciencias del espíritu permiten valoraciones que científicas supremas de la humanidad, que debe procurar dar
están sometidas a las ciencias aprióricas de las normas, las a esta idea un contenido científico, que sirva para la dirección
ciencias de la verdad del conocimiento, de la verdad del ánimo práctica de toda la vida y de las aspiraciones de la humanidad
y de la verdad de la voluntad (p. 133). Con esto y por la y en ella de cada uno de los individuos. Es tarea de una ética
mediación de las ciencias del espíritu, que son las que estudian formal la construcción de esa idea para luego en una «ética
nuestro U m welt concreto, «este mundo que es nuestro único mundana» referir a esa idea «la humanidad dada y el U mwelt
Lebenswelt» (ib.), nuestro mundo está sometido también a humano» (p. 135). Todas las ciencias normativas exigen dotarse
crítica, lo que contribuye a su desarrollo. Quiero hacer notar de esta intención ética, de modo que gracias a la reformulación
estas últimas frases que tan cercanas están a los planteamientos a la que deben someterse colaboren «en la construcción siste­
de La crisis, incluso en la terminología. mática de la mencionada idea del mundo mejor posible y de
Mi U mwelt puede no gustarme, y en la medida en que una humanidad la mejor posible», idea que primero hay que
somos sujetos libres, puedo intentar cambiarlo, mejorarlo; pues diseñar en una generalidad formal, para luego descender a la
sabemos que ese mundo no es por naturaleza «sino que es materialidad concreta, porque frente a los ideales puros, te­
mundo espiritual. Como tal es “creado” por la humanidad», nemos delante «el fa ctu m de este mundo y como meta ideal de­
por eso también puede cambiarlo la humanidad. Así surge un terminada ya fácticamente los caminos posibles» de su realiza­
ideal práctico, que ha de estar sometido a la idea de verdad y ción (ib).
autenticidad, como correlato «de una humanidad que le corres­ Con esto termina Husserl el Excurso, en el que, como se
ponde». un ideal que ha de ser pensado bajo el ideal de elevar ha podido leer, se van desgranando ideas sumamente interesan­
al máximo los valores de las personalidades y de sus efectuacio­ tes para una epistemología de las ciencias humanas, que, por
nes; se trata, por tanto, de crear un mundo nuevo y una huma­ otro lado, dan una visión de Husserl radicalmente distinta de
nidad nueva auténtica y desde una perspectiva axiológica un la ordinaria promotora de un espectador desinteresado. Con­
mundo cada vez más auténtico y valioso y una verdadera viene, de todas maneras, señalar una vez más que estas ideas
humanidad. Por eso el mundo en el que vivimos y actuamos globalmente tampoco son una novedad completa, sino que per­
está sometido a la crítica de las tres ciencias normativas de tenecen a esa línea de pensamiento que Husserl nunca dejó y
principios, aunque en definitiva «entre ellas la ética es la reina» que se ha ido aglutinando en torno al pensamiento ético y al
(p. 134), porque «ella supone a todas las otras y las integra tópico sobre Natur und Geist, en el que se integran un pensa­
(aufnim m t), en la medida en que presta a todas las ciencias una miento sobre las características del mundo histórico humano
función ética» (p. 136). Entonces la humanidad auténtica sería y correlativamente sobre las características del ser humano en
una humanidad ética y el mundo verdadero sería un mundo cuanto tal, diríamos, un pensamiento antropológico, si la pala­
ético, para lo que tiene que ser también verdadero mundo en bra no fuera utilizada por Husserl en un sentido injustifica­
una perspectiva lógica y estética. Esta idea de una humanidad damente limitado; un pensamiento, en segundo lugar histórico-
auténtica y de un mundo auténtico, formadas en el mundo filosófico, donde está presente la crítica del mundo actual desde
práctico concreto, es «una idea concreta determinada e indica la presencia del análisis genético de esa cultura a través de la
324 JAVIER SAN MARTIN
ÉTICA, ANTROPOLOGÍA Y FILOSOFÍA DE LA HISTORIA 325
naturalización o pérdida del sentido humano por la acción
A. Roth cite estas páginas profusamente56 hace que sean ya
ejemplarizante que las ciencias han producido en nuestro mun­
conocidas. Por lo que me limitaré a resaltar aquellos aspectos
do en la Edad Moderna; y en tercer lugar un pensamiento
que más encajan con la línea que estamos manteniendo.
ético, que es el que da sentido y cima a los otros, pensamiento
Después del Excurso entra ya Husserl mucho más a fondo
ético que se concibe también de un modo histórico, desde el
en la cuestión que más le va a interesar, la discusión entre las
momento que se diseña la ética como proceso de desarrollo de
morales del sentimiento, de cuyos representantes comenta a
la humanidad histórica y cuyo desarrollo en las tres etapas que
Shaftesbury, Hutcheson y sobre todo Hume, y la moral del
hemos señalado, la anim al específica, la propia del hombre o la
entendimiento, dedicando a Kant más de sesenta páginas.
del yo de los actos, y la crítica, la de la humanidad auténtica que
Desde el principio se ve que Husserl muestra una predilección
es la que debe convertirse en ética, está en la base de todo el
por las morales del sentimiento, porque el tipo de análisis de
Excurso55.
estos moralistas está mucho más cerca de la fenomenología que
el de los otros, incluido Kant. Es cierto que los moralistas del
sentimiento naturalizan sus descubrimientos, inutilizándolos
5. El tratamiento de Hume y Kant
desde ese momento como aportaciones a una ética auténtica,
pero en la medida en que se centran en el análisis de la vida
No quiero extenderme excesivamente, pero aún es necesa­
moral en sí misma, aciertan mucho más que los moralistas del
rio detenerse durante unos momentos en la consideración que
entendimiento. Para mostrar esta predilección de Husserl
las Lecciones hacen de Hume y de Kant. Aunque ambos auto­
bastaría citar las veces en que se muestra elogioso respecto a
res merecerían un tratamiento más amplio, a tenor de la im­
Hume. De él dice que es el despertador (Wecker) de una ética
portancia que tienen en este texto, pues ocupan desde la página
que va verdaderamente «a las más profundas fuentes fenomeno-
231, en que empieza Husserl a hablar de Hume, hasta la 324
lógicas»57; que sus escritos son «verdadera mina de estímulos
en que termina con Kant, casi por tanto una cuarta parte,
fenomenológicos»58; que va a la «fuente originaria (Urquelle)
aproximadamente lo mismo que el Excurso, el hecho de que
de la conciencia pura» (p. 260); y ya en el contexto de la crítica
a Kant, que Hume aunque en un ropaje sensualista ha estado
muy cerca del verdadero sentido del auténtico concepto de
55 Sobre estas tres etapas habla Husserl también en otros textos, por apriori, a diferencia de Kant quien lo habría desconocido; que
ejemplo en algunos que se guardan en el mismo cartapacio F I 24, de la
Vorlesung de 1914, pero que son de esta época (cfr. Hua. XXVHÍ, p. 431),
donde habla de un desarrollo de la humanidad «von Spezies bis zum
Menschen hinauf... und dann notwendig den Menschen emporleitet zum 56 A la discusión husserliana de Hume están dedicados los §§ 18-22, es decir
ethischen Menschentum», Mn. F I 24, p. 107. Este texto procede del toda la El Sección sobre Gefühlsmoral und phdnom enologische Etbik, pp.
Semestre de Invierno de 1922; cfr. también el Mn. A V 5. A este respecto cfr. 52-60. A Kant se le dedica los §§ 15-17, la parte B de la Sección II, Die reine
mi trabajo «Phénoménologie et Anthropologie», en Eludes Phénomenolo- Etbik ais Wissenschaft von der w erten den und w ollenden Vernunft ("Gemüts-
giques, Universidad de Lovaina la Nueva, donde se trata de pensar a fondo m om ente in der Etbik”) parte B: Der Formalismus in der Etbik, pp. 36-52.
la ambigüedad de la relación de Husserl con la antropología. La traducción 57 Mn. F I 28, p. 210.
de este texto se puede leer en el capítulo V.
58 Mn. cit. p. 239; ver también p. 249.
326 JAVIER SAN MARTÍN ÉTICA, ANTROPOLOGÍA Y FILOSOFÍA DE LA HISTORIA 327

incluso Hume, con su reconducción de todo conocimiento a efecto «la deducción de Kant es una muestra del desarrollo
“impresiones”, ha indicado el camino de toda investigación trascendental de la prueba desde arriba» (p. 281), que está
sobre el origen (p. 297); incluso concede Husserl que Hume se «alejado de todo análisis fenomenológico» (zh); precisamente
llega a hacer una pregunta estrictamente fenomenológica sobre el rasgo fundamental de la moral kantiana es el esfuerzo por
el sentimiento, aunque la contesta mal, porque, también lo eliminar de las condiciones de la moral toda participación del
dice, se ha tapado los oídos a la intencionalidad. Sin embargo, sentimiento, pensando que ése era el único modo de superar el
en la medida en que se centra en la vida moral, a él debemos subjetivismo y el relativismo. Como dirá al final, ya en plan
análisis precisos de la variedad de los sentimientos, de la de conclusión, «el rechazo del psicologismo empinsta en Kant
diferencia cualitativa entre los mismos, así como verdaderos degenera en un rechazo de todo análisis científico interno»
logros en aspectos nucleares de la ética, por ejemplo, la (p. 323). No vamos a detenernos en la exposición de la ética
importancia de la simpatía, aunque la confunda con la suges­ kantiana, que, a pesar de ocupar catorce páginas, no es excesi­
tión. Todo ello da a su exposición inestimable valor, muy vamente amplia, si bien se va completando en las casi cuarenta
superior al de los análisis propios de las morales del entendi­ páginas que dedica a la crítica de Kant.
miento. En general, dice Husserl a final, los empiristas, aunque La crítica husserliana a Kant es muy dura y está destinada
naturalizan la conciencia, gastando mucho espíritu para negar fundamentalmente a mostrar la necesidad del sentimiento para
el espíritu, interpretándola, pues, psicologistamente, por lo que el establecimiento de una ética. Por eso es ahí donde se va a
destruyen la ética, sin embargo usan la fenomenología, centrar Husserl. Obviamente a lo largo de la argumentación
aportando intuiciones muy valiosas para la ética. Eso significa crítica deberá Husserl ir desgranando importantes análisis
que el modelo de ser humano con el que operan es mucho más sobre los sentimientos y su intencionalidad. Empieza Husserl
cercano al que tiene Husserl in m ente que el propuesto por los reprochando a Kant su método, puramente analítico concep­
racionalistas. El caso de Shaftesbury, por ejemplo, quien supo tual, en el que los conceptos no son «sino significados de
ver la necesidad de la reflexión para la ética. Por el contrario, palabras muertos», alejados de la vida que les da sentido60;
los racionalistas, aunque salvan la ética, al tratar por encima de como no desciende a análisis fenomenológicos, no sabemos qué
todo de salvar su objetividad, no usan la fenomenología sino significan realmente términos como ‘validez de la voluntad’,
que proceden constructivamente, por lo que aportan poco, y pues ¿es esa validez como la del juicio?, ¿hay una verdad de la
no es difícil que terminen también naturalizándola59. voluntad?, ¿qué puede significar eso?, ¿qué significa una volun­
Kant es el último autor que comenta Husserl y lo hace tad pura?, ¿es un querer sin querer nada?, ¿cómo se puede
por extenso, no tanto en la exposición de su ética como en la querer sin valorar?, ¿no es un apriori esencial que para querer
crítica, ya que la aprovecha Husserl para probar lo que ha algo hay que valorarlo? Si al acto de valorar por parte subjetiva
dicho antes sobre las morales del entendimiento, y para jus­ Husserl llama Gefühl, sentimiento, no puede haber voluntad sin
tificar su predilección por las morales del sentimiento; en sentim iento. La noción de voluntad pura es tan contradictoria

” C/r. Mn. F I 28, p. 263. 60 «tote... Wortbedeutungen» Mn. cit., p. 281.


328 JAVIER SAN MARTÍN ÉTICA, ANTROPOLOGÍA Y FILOSOFÍA DE LA HISTORIA 329

como la del intellectus archetypus, por lo que es una pura en consideración valores espirituales, los que Husserl llama
construcción alejada de cualquier constatación fenomenológica. objetos ideales, u objetividades espirituales, en que la materiali­
Igualmente una voluntad no afectada por ninguna valora­ dad o bien no agota el sentido, como en la obra de arte, o bien
ción, ni por ningún sentimiento, no puede estar afectada no es sino lo que individualiza el sentido pero se distingue
tampoco por ningún objeto; y de ahí concluye Kant que no radicalmente de él. Si en los sentimientos sensibles de la
puede estar afectada por ningún objeto, porque eso sería primera etapa no hay verdad o falsedad, como no la hay en los
hacerla dependiente de un objeto de la naturaleza. Para Husserl datos sensibles que no están en función aperceptiva, en esta
esto es «una limitación totalmente inadmisible» (p. 286), segunda sí, porque siempre cabe la distinción propia de toda
porque no hay objeto del mundo que no sea objeto de posible intencionalidad, de que el valor o el objeto valorado o dado en
praxis, por tanto objeto de una posible decisión de la voluntad. el sentimiento esté sólo mentado, con más o menos claridad,
Como casos de objetos que en absoluto son objetos de la o que esté realmente dado, o que la valoración y el sentimiento
naturaleza pone Husserl en este contexto las teorías científicas, no fueran correctos, por ejemplo si valoro una obra de arte
¿Por qué identifica Kant objeto con objeto de la naturaleza? que al verla realmente me decepciona. Un análisis fenomenoló-
Precisamente de esta identificación deduce Kant la libertad de gico del mundo afectivo valorativo y sentimental lleva a una
la razón pura práctica, pues al no estar determinada por ampliación de ese mundo correspondiente a la ampliación que
ningún objeto, no está sometida a la causalidad natural. Pero, se da también en el mundo del conocimiento, que no se reduce
¿es que la determinación de degustarla que una buena comida a la apercepción de datos sensibles. Pero Kant considera que
me puede producir es una causalidad natural? Kant desconoce todo sentimiento es sensible y empírico, por tanto debe ser
que en la subjetividad no hay causalidad sino m otivación , lo que radicalmente excluido del ámbito de la moral, si ésta ha de
se ve claramente porque la motivación es independiente de la poder ser fundada con validez absoluta.
existencia del objeto motivante, en este caso la comida, pues Pero es que en realidad Husserl critica en Kant uno de sus
muy bien me he podido equivocar, y lo que me excita el postulados básicos, el contraste y separación entre razón y
apetito puede no ser sino un simulacro. Por eso habla Husserl sensibilidad, así como la asignación a la sensibilidad de la pura
incluso de una conclusión falaz (Trugschlussf1. Desear una contingencia y facticidad y a la razón el carácter apriórico y
comida no es cuestión de causalidad natural. necesario. Lo que Husserl critica en Kant es que aún sigue
El afán de desterrar los sentimientos del terreno moral le aferrado al modelo de las potencias separadas62. Aquí Husserl
lleva a un error garrafal de perspicacia fenomenológica, a no hace ver que en la sensibilidad hay necesidades esenciales, tales
distinguir los sentimientos sensibles de los actos de sentimien­ como las relaciones entre, por ejemplo, color y extensión, en
to, no solo en lo que concierne a las dos etapas que veíamos el mismo sentido que hay necesidades esenciales en la naturale-
antes, sino en la ampliación de la vida afectiva y valorativa que
es obvia en la vida humana desde el momento en que tomamos

62 Para una teoría de la relación entre sensibilidad y razón, desde la


perspectiva de Husserl y globalmente consideradas puede verse Iso KERN,
61 Mn. F I 28, p. 312.
Idee u n d M ethode d er Philosophie, Walter de Gruyter, 1975, II sección.
330 JAVIER SAN MARTIN ÉTICA, ANTROPOLOGÍA Y FILOSOFÍA DE LA HISTORIA 331

za. Esto lleva a Husserl a decir que Kant no ha llegado a ejemplo el amor al prójimo, la compasión, el gozo estético
conocer qué significa realmente el concepto de apriori, en lo musical, y termina diciendo: «poner todo esto bajo el título de
que queda muy por detrás de Hume (p. 294). Apriori significa afección patológica, no deja de ser una impertinencia» (p. 302),
para Husserl «apriori en el sentido de universalidad esencial hasta el punto de que casi hay que leer con indignación las
pura, que se capta, en una intuición indudable, como vigencias manifestaciones de Kant sobre la compasión.
absolutas independientes de toda facticidad casual» (p. 300). Las Kant debería haber liberado los sentimientos del encadena­
leyes apriori de la sensibilidad son leyes esenciales, por lo que miento sensualista, y compararlo con la totalidad del conoci­
la sensibilidad también es un campo de racionalidad. Por eso miento, donde tenemos también actos inferiores y superiores.
el recurso a la sensibilidad no crea pura facticidad, ni siquiera Ya las morales del sentimiento, sobre todo Hume, habían
en especial en relación a los sentimientos, pues también en este captado estas diferencias, pero realmente hasta Brentano no se
dominio hay leyes apriori. Por eso fue un error de Kant decir descubrió la intencionalidad del sentimiento, aunque luego ha
contra el hedonismo, para salvar la objetividad de la moral, habido que avanzar mucho al respecto. En este sentido Kant
que «nunca se podía decir a priori cómo había que sentir» (ib.). está al nivel de los hedomstas, mega toda diferencia cualitativa
Es cierto que no podemos prever el curso concreto de un que pudiera servir algo para la moral. El sentimiento sólo
sentimiento, cómo uno reacciona afectivamente, eso es cosa de puede servir de «resorte» (Triebfeder) para la moral, en la
la experiencia. Eso mismo decían los moralistas del sentimien­ medida en que el imperativo categórico puede despertar respe­
to, quienes con la mención de los sentimientos estaban to y así favorecer su cumplimiento. Sólo un correcto análisis
aludiendo a dispositivos empíricamente generales del hombre fenomenológico nos puede dar las multiplicidad de matices que
normal. Por eso Kant en realidad participa del mismo error se dan en el mundo de los sentimientos, en lo que sigue al
que el de aquellos a quienes combate, pues el sentimiento es sentimiento, el mundo de la preferencia y por tanto en el
para él una mera facticidad, desconociendo que «el sentimiento mundo de la decisión y acción práctica. La falta de esos análisis
según su propia esencia pretende una legitimidad exactamente son los que hacen que Kant «haya desvalorizado el sentimiento
igual que el juicio» (p. 301), y que justamente por eso habla­ con demasiada ligereza y que haya cedido de un modo tan
mos de la racionalidad o rectitud de una valoración. Al refrán desinhibido al escepticismo hedonista en relación a la razón
que d e gustibus non est disputandum contesta Husserl que valorad va» (p. 308).
también en el dominio del juicio se dice que todo depende del No deja de comentar la tautología que el imperativo cate­
punto de vista y sin embargo no decimos que por eso ya no górico mismo podría incluir, pues quizás no sea otra cosa que
tiene sentido la noción de verdad. Por eso defiende Husserl un exhorto a actuar racionalmente: «El imperativo categórico,
una Gefühlslogik, una lógica del sentimiento, en el lenguaje del en la medida en que no sea cargado con un nuevo sentido, no
fundador de la fenomenología, la axiología formal63. A conti­ dice otra cosa que el imperativo: actúa racionalmente» (p. 310).
nuación cita Husserl una serie de sentimientos, como por Después de esta crítica demoledora, cambia Husserl y nos
dice que no nos dejemos confundir hasta no ver «la grandeza
de la intención kantiana», el pensamiento de la «autoposición
6J A esta axiología formal está dedicada la segunda sección de la Vorlesung
del yo» que pertenece a todo concepto moral. Con esto inicia
de 1914, cfr. Hua. XXVÜI, pp. 70-102. Cjr. A. ROTH, op. c it , §§ 27-33. Husserl la recta final de sus Lecciones, en donde desarrolla esta
332 JAVIER SAN MARTÍN

idea básica de la ética husserliana, y que él ve en Kant, de la


«autoregulación universal», de la «autoconformación en el sen­
tido de una meta que le es consciente como debida» (p. 318).
Para Husserl al ser humano le pertenece apriori el distinguir PROCEDENCIA DE LOS TEXTOS
dos formas de ser y vivir humanamente: «en su vida directa
natural actuando y desarrollándose el ser humano busca, sos­
pecha, intuye en sí la idea de un hombre nuevo» (p. 319) y se
ve frente a esa idea que no es pero que debería ser o vivir de
acuerdo con ella. Cada uno sólo puede entonces desarrollarse CAPÍTULO I.- El texto de este capítulo se corresponde
como verdadero ser humano, si como yo libre busca conscien­ parcialmente con la conferencia pronunciada por el autor en
temente su idea hasta que la haya captado y decidido desde el Colegio Universitario de Logroño en mayo de 1991,
entonces autoconfigurarse de acuerdo con ella. Esta autoconfi- posteriormente publicada en el libro Cuatro filosofías contem po­
guración de acuerdo con una idea es lo característico del deber ráneas, Consejería de Cultura, Logroño, 1991, pp. 41-62 y
ético. Naturalmente, en la medida en que el yo está en un posteriormente como parte del capitulo titulado «La fenome­
contexto social, su deber ético de autoconfiguración, de nología y la crisis de la cultura», en el libro editado por Moisés
acuerdo con una imagen verdaderamente humana del hombre, González, Filosofía y cultura, Siglo XXI, 1992. Casi la totalidad
implica también lo mismo para los demás y por tanto hacer lo de las notas han sido añadidas para esta edición.
posible para que también los otros lo logren. Kant había visto
lo que implicaba de perversión moral poner el ideal moral en CAPÍTULO II.- «La fenomenología: el estado de la cuestión»
el placer, lo que representaba configurarse como un ser que se ha publicado en la Revista D ialogo filo so feo , 17, mayo-
busca el placer. Por eso «su mayor logro» (p. 322) ha sido el /agosto, 1990, pp. 213-240.
haber dirigido la lucha contra el hedonismo en una época que
no se hacía cargo de la seriedad de la situación. Pero sus CAPÍTULO III.- «Fenomenología y marxismo» es el texto de
métodos y teorías no eran válidos. Por eso «la genialidad y la conferencia con que el autor participo en el ciclo que la
grandeza de Kant radica más en las intuiciones que están detrás Universidad Autónoma de Madrid dedico a recordar el
de sus teorías que en las teorías mismas, sin lugar a dudas cincuenta aniversario de la muerte de Husserl, publicado
equivocadas». Pero Kant ha puesto sobre el tapete la idea de después en el Anuario del D epartamento de F ilosofa, Cursos
autoregulación por la razón, que es el punto central de la ética
1986-87 y 1987-88, pp. 237-263.
husserliana64.
CAPÍTULO IV.- El texto de este capítulo es la traducción de
la conferencia «Struktur und Funktion der Phánomenologie
Husserls» pronunciada en el Archivo de Husserl de Friburgo
64 Sobre el final de las Lecciones, donde Husserl termina explicando esa idea, de Brisgovia en jumo de 1989 y que también la leyó el autor
puede leerse el § 51 de A. ROTH, op. cit., pp. 149-158, que está sacado como clausura del Tercer Encuentro Nacional de Fenómeno-
prácticamente en su totalidad de las últimas hojas de estas Lecciones.
334 JAVIER SAN MARTIN PROCEDENCIA DE LOS TEXTOS 335

logia que tuvo lugar en Buenos Aires el mes de octubre de ría» (Las lecciones de Husserl de Introducción a la ética del
1992. El texto, con un encabezamiento adecuado al momento, Semestre de Verano de 1920) se publicó en Isegoría, Revista de
ha sido publicado en Escritos d e Filosofía, 21-22, Fenomenología Filosofía moral y política, n° 5, mayo, 1992, pp. 43-77.
II, Año XI, enero-diciembre de 1992, pp. 47-66.

CAPÍTULO V.- «Antropología y fenomenología» (Para una


interpretación histórica de la trascendentalidad), traducción del
artículo «Phénoménologie et anthropologie", publicado en
E tudesphénom énologiques, Nos 13-14, 1991, pp. 85-114.

CAPÍTULO VI.- «La Sexta m editación cartesiana de Fink»,


apareció en la Revista de Filosofía, 3a época, vol. III (1990), 4,
pp. 247-263. Editorial Complutense, Madrid.

CAPÍTULO VIL- «Fenomenología y filosofía de la cultura» es


traducción de la ponencia «Phanomenologie und Anthropo-
logie, Betrachtungen im AnschluS an die Cartesianische
Meditation E. Finks», con que el autor participó en el III
Fink-Colloquium que tuvo lugar en Friburgo de Brisgovia en
septiembre de 1989, publicada también en G rundfragen der
phanom enologiscben Methode und Wissenschaft, editado por el
Eugen-Fink-Archiv Freiburg 1990, pp. 121-133.

CAPÍTULO VIII.- «El mundo como apriori (Notas sobre el


concepto de mundo en los proyectos de Fink para las Medita­
ciones cartesianas)» ha sido publicado en Anales del Seminario
de Metafísica, Universidad Complutense, número en homenaje
a S. Rábade Romeo y es traducción de la ponencia «Zum
Weltbegriff in Finks Umarbeitungsvorschlagen der cartesia-
mschen Meditationen Husserls», con que el autor participó en
el IV Fink-Colloquium que tuvo lugar en Friburgo de Brisgo­
via en septiembre de 1990.

CAPÍTULO IX.- «Ética, antropología y filosofía de la histo-

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