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La relación que debe haber entre las universidades y la sociedad en la actualidad

es fundamental, ya que dicha sociedad necesita conocer los resultados del proceso
de formación profesional de estudiantes y egresados, como de todas las actividades
académicas que se realizan en la institución. Es imprescindible que las
universidades como institución social que son, informen a la colectividad de las
actividades que efectúan, ya que dicha sociedad es la base fundamental de acción
para las instituciones educativas superiores.

Según Arellano, las instituciones sociales, políticas y comerciales, en su necesidad


de permanecer interconectados en el espacio social con los agentes socio-
culturales envían, reciben e intercambian información con la finalidad de explicar o
justificar las acciones que realizan y que le dan sentido a su actividad.

También indica que en las organizaciones se generan una serie de eventos y


aconteceres, que marcan una dinámica, una personalidad y una esencia. Estos
aconteceres, dependiendo de las dimensiones de la organización, de la incidencia
o afectación hacia los miembros de la comunidad, se deberán de hacer públicos,
pues, tendrán que ser conocidos por todos para un mejor funcionamiento de la
misma. Pero esto depende, obviamente, de las políticas comunicativas de cada
institución o empresa. (Arellano, 1998)

Toda organización es una serie de articulaciones y movimientos, que sin el


intercambio de información no podría mantenerse, desarrollarse y trasladarse a
otros estadios de intención y relación.

Difundir información es propagar conocimientos, lo cual implica alteridad, referencia


a un público receptor. La razón de ser medio de comunicación radica precisamente
en esa función de puente o establecimiento de relaciones informativas. Sin difusión,
el medio carece de significación social. Difundir informaciones es manera de hacer
real la comunicación. (Tamargo, 1989)

Rodríguez y Ruiz, explican que la comunicación de y/o en las organizaciones es


considerada en nuestros días como “…uno de los valores intangibles de mayor
importancia para propiciar los imprescindibles procesos de interrelación interna y
externa de las entidades y, por consiguiente, su adecuado desempeño y
cumplimiento de las funciones y misiones que les dan razón de ser”. (Rodríguez &
Ruiz, 2014)

El servicio público de la educación superior requiere que el trabajo universitario


(formativo, investigador y de transferencia del conocimiento y la tecnología) sea
conocido y compartido por la sociedad, ya que ésta es, en última instancia, su
principal receptora. Pero para cumplir plenamente sus funciones, la Universidad
debe estar también atenta a las demandas e inquietudes de la comunidad en la que
se integra.

Responsabilidad social universitaria

Se entiende la responsabilidad social como la práctica de una organización respecto


a terceros. En otras palabras, alude al modo en que la empresa u organización se
relaciona e impacta en la sociedad a través de sus prácticas, y a la influencia que la
sociedad y las expectativas de los actores sociales tienen sobre esta. Cit. por
(Carrasquero, Mavárez, Rojas, & Carvallo, 2008)

Cada vez con mayor frecuencia, las universidades tratan de involucrarse en


actividades sociales, unas miran hacia las organizaciones de trabajadores o del
campo, tratando de influir en el desarrollo del país; otras se vinculan con la
producción industrial, buscando transferir tecnologías; otras más buscan vincularse
a través de la investigación para mejorar las condiciones de calidad de algún
producto; participan en el desarrollo de nuevos compuestos; o se vinculan a través
de la innovación tecnológica. De esta manera las universidades mantienen un
vínculo con el exterior, lo que influye en el mejor conocimiento de los problemas
nacionales e informa sobre la direccionalidad de las fuentes de trabajo, al tiempo
que recuperan un saber que debe introducir en sus planes de estudio para buscar
mayor capacidad de adaptación de sus egresados. (Bojalil, 2008)

Los acelerados avances tecnológicos que están modificando, como constatamos


cada día, la vida de los ciudadanos, también se han introducido en la educación. Es
la propia sociedad de la información la que demanda una renovación de las
instituciones educativas del futuro al fin de que preparen a sus alumnos para convivir
con sus nuevas exigencias.

La universidad es todavía la principal institución que genera y difunde conocimiento


y está en la base del desarrollo de las naciones. Otra cuestión significativa es el
valor social de la educación superior. La contribución de la educación superior al
desarrollo humano y social implica un cambio de paradigma que transite de un
sistema que pone el énfasis en lo individual y competitivo para pasar a otro donde
el énfasis sea puesto en lo colectivo y social.

Nos encontramos completamente en la sociedad de la información y avanzando


hacia una sociedad basada en el conocimiento, representada por una economía
digital, donde el conocimiento constituye el principal recurso y un poderoso motor
para el crecimiento, la competitividad y el empleo.

A lo largo de la historia se ha visto que las instituciones de educación superior


poseen capacidad de adaptación, a cambios sociales de gran alcance. La rápida
globalización plantea a las universidades el desafío de si serán capaces de
adaptarse, dando los grandes pasos que exigen las nuevas realidades. El
conocimiento ya no es lo que era. O, más exactamente, el conocimiento ahora se
crea, transmite y conserva mediante modalidades, instituciones y configuraciones
que anteriormente eran desconocidas, y a velocidades entonces inimaginables.

En un contexto en el que existen proveedores de conocimiento alternativos, las


universidades deben reconocer esta competencia y crear redes y asociaciones con
aquéllos de modo que ambas partes se vean reforzadas.

Las nuevas tecnologías han eliminado la distancia contribuyendo poderosamente a


forjar las sociedades del mañana. La información más precisa y más actual se
puede poner a disposición de cualquier persona en la superficie del mundo, a
menudo en tiempo real y llega a muchas regiones apartadas. La “interactividad”, tal
vez la característica más potente de las nuevas tecnologías respecto de su
capacidad “humanizadora”, permite ya no sólo emitir y recibir información sino
también dialogar, conversar y transmitir información y conocimientos sin límite de
distancia ni de tiempo de operación.

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