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Más allá de la crítica de la vida cotidiana / Santiago López-Petit

La relación que existe entre la vida y


la política no es nada simple. En este
texto vamos a abordar únicamente la
relación de la vida con el discurso po-
Más allá de la crítica lítico. ¿Cómo el concepto de vida entra
de la vida cotidiana en dicho discurso? ¿Cuál es su función?
O más exactamente ¿Cuál puede ser su
función a la hora de construir un pensa-
Santiago López-Petit
Universidad de Barcelona1 miento crítico y radical? Porque lo pri-
mero que hay que decir es que en el dis-
curso crítico el concepto de vida no ha
sido siempre bienvenido. Por lo general,
se afirmaba que el concepto de vida con-
llevaba un irracionalismo que debía ser
totalmente expulsado. Posiblemente el
que formuló de un modo más acabado
dicha crítica en la tradición marxista fue
Lukacs. En El asalto a la razón, Lukacs
llevó a cabo un ataque demoledor (y no
muy bien fundamentado) contra lo que
se conoce como filosofías de la vida: De
Nietzsche a Heidegger pasando por Si-
mmel, Spengler y otros. La tesis es co-
nocida: el irracionalismo de las filosofías 71
de la vida acaba desembocando en el
fascismo. Desde entonces será siempre
sospechoso vincular crítica y vida.
El fenómeno primigenio polar de la filo-
sofía de la vida, la contraposición entre
lo vivo y lo anquilosado, podía aplicarse
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sin esfuerzo a este complejo de problemas de partida de este razonamiento es la


comprometiendo filosóficamente a la de- afirmación de un hecho histórico: una
mocracia como algo mecánico y anquilo- economía no controlada rige por enci-
sado. ma de las relaciones humanas. Pero esta
Ciertamente, en Marx tampoco se halla tesis materialista es crítica, lo que impli-
una referencia explícita a la vida, aun- ca que la relación entre la conciencia y la
que alguna interpretación como la de existencia es falsa, y que dicha relación
M. Henry sostenga que para Marx la
2
debe ser superada. Se puede afirmar que
realidad es la vida real de los hombres y Marx halla en la praxis revoluciona-
su práctica. Siendo su filosofía una in- ria del proletariado el ejemplo de esta
cesante reducción de las categorías del verdadera actividad humana entendida
pensamiento (económicas, sociales...) a como unidad de teoría y práctica. Po-
las leyes de la vida. De hecho, se pue- dríamos decir que es así —en tanto que
de defender que Marx introduce lo que filosofía de la praxis— como se introdu-
podríamos llamar el factor subjetivo ce el factor subjetivo en el pensamiento
pero no propiamente un concepto de crítico (frente a las otras concepciones
vida. Como es conocido, la filosofía de que defienden leyes históricas objeti-
su época había terminado en un cami- vas). Pero hablar de factor subjetivo no
no sin salida. Por un lado, la filosofía se implica una referencia directa a la vida.
desdoblaba en un materialismo positi- El discurso crítico y la vida cotidiana:
vista (que es un fetichismo del hecho); los surrealistas
por otro lado, en un voluntarismo (que El concepto de vida no entra en el dis-
es un activismo sin conocimiento de la curso crítico asociado a la filosofía de
72 realidad). La propuesta de Marx consis- la historia, sino en relación a la vida
tirá en sortear el dilema. Su respuesta cotidiana y a su crítica. De esta mane-
será la defensa de la praxis. La praxis ra cuando la vida entra en el discurso
como esta actividad que plantea que el crítico no lo hace propiamente como
mundo puede cambiar —porque cam- vida, sino como vida cotidiana. Desde
bia— y cuyo cambio es, además, auto- siempre se había realizado una crítica a
transformación del hombre. El punto la cotidianidad. Pero dicha crítica iba
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ligada sobre todo a actitudes personales 1) Heidegger (representante de lo que


o a grupos socialmente ociosos, que ex- se conoce como la revolución con-
presaban así su desprecio por el trabajo servadora).
productivo. Desde filósofos a poetas, en 2) Los surrealistas.
la Antigua Grecia o al comienzo de la 3) El grupo de los jóvenes filósofos
modernidad, se dan estas actitudes de que publican la revista Philosophies.
huida de la sociedad. La cuestión de la Entre ellos Henri Lefebvre que será
cotidianidad aparece sin embargo sólo amigo de Guy Debord y es, por tan-
hacia 1925. Cuando después de la des- to, el puente con los situacionistas.
organización social, cultural... que ha- No trataremos aquí el caso de Heideg-
bía supuesto la I Guerra Mundial, el ger porque se aparta de nuestro interés
capitalismo se organiza y organiza toda principal. Digamos únicamente que en
la vida social. Esta reorganización va a Ser y Tiempo se tematiza la vida cotidia-
comportar una burocratización gene- na como caída en una esfera imperso-
ralizada, la introducción del trabajo en nal, y que primero la angustia, después
cadena, el taylorismo en la producción. una determinada relación con la muer-
Así es como la esfera de la producción te, constituyen modos de salir hacia
pasa a ritmar el tiempo diario, a distri- una existencia más auténtica. Para los
buir el espacio, en resumen: a organizar surrealistas la respuesta a la pregunta de
la vida cotidiana. ¿cómo salir de la vida cotidiana? se con-
Por esta razón se puede afirmar que el densa en una palabra: poesía. La poe-
análisis de la vida cotidiana (y la apari- sía aparece como forma de vida, como
ción de dicho concepto) va de la mano creación colectiva, y la acción poética
de su misma crítica. El concepto de vida (desde el amor hasta la literatura) es 73
entra así en el pensamiento crítico. Y la el hilo perdido y nuevamente encon-
pregunta asociada a su entrada será diá- trado que debe permitir al hombre salir
fana desde el principio: ¿Cómo salir de del laberinto y cambiar la vida tal como
la vida cotidiana? Existen tres concep- querían Rimbaud o Lautréamont. Pero
ciones enfrentadas de la vida cotidiana no sólo eso: la poesía, entendida de esta
(y de su crítica): manera, constituye el medio para ex-
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perimentar ya la verdadera vida (=vraie 2) Límites de orden moral (tabúes


vie). En el I Manifiesto del Surrealismo sexuales y sociales).
de A. Breton se afirma: “Es quizás la in- 3) Límites del orden del gusto (las con-
fancia la que más se acerca a la verda- venciones de buen tono ligadas al
dera vida... La infancia en la que todo sentido común).
concurría, sin embargo, a la posesión Se trata de alargar el campo de las po-
eficaz, y sin azar, de sí mismo. Gracias al sibilidades humanas que no debe tener
surrealismo, parece que estas posibilida- límites. Esta crítica de la vida cotidiana
des vuelven”. 3
se hará desde ese extraño lugar que es
La poesía es el preámbulo y el camino la surrealidad. Ese punto del espíritu en
que nos acerca la verdadera vida, esta el cual la vida y la muerte, lo real y lo
vida que está ausente de la cotidianidad. imaginario, lo alto y lo bajo dejan de ser
No en vano el final del I Manifiesto ter- percibidos contradictoriamente.
mina así: L’existence est ailleurs. La exis-
Es inútil buscar en la actividad surrealista
tencia está en otro lugar. El objetivo de otro móvil que la esperanza en determinar
los surrealistas consistirá, pues, en ex- ese punto (2º Manifiesto del Surrealismo).
plorar todos estos ailleurs (lugares leja-
nos y desconocidos). Estas regiones por Desde la surrealidad (que se expresa
descubrir son bien conocidas: el incons- como lo maravilloso inmanente y tras-
ciente, lo maravilloso, la locura, el sue- cendente a lo real), la vida cotidiana
ño, los estados de alucinación... Dicho aparece como vulgar e insoportable.
de otro modo, frente a la vida cotidiana Para alcanzar ese no-lugar los surrea-
que es sinónimo de mediocridad, una listas desarrollarán técnicas de acceso
74 mediocridad asentada sobre tres tipos que intentan sustraerse al control de la
de límites: razón y que pretenden liberar las fuer-
1) Límites de orden lógico: las cate- zas que aprisionan el pensamiento (es-
gorías lógicas —especialmente el critura automática...). Ahora bien, la
principio de identidad— fundan la surrealidad será siempre difícil de pre-
realidad al reducir la multiplicidad cisar. La surrealidad será primero vista
al Uno. como un Absoluto (etapa en la que se
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privilegia la interioridad del hombre). definición. Quizás la mejor definición


Posteriormente, como una noción co- sea una definición reductiva: excluyamos
rrelativa con la realidad (breve etapa en de la praxis por medio del pensamiento y
la se acercan al PCF y defienden tesis de la imaginación las actividades especia-
materialistas). lizadas, ¿qué queda? Para los positivistas:
nada. Para los metafísicos: todo, ya que
El discurso crítico y la vida cotidiana: esta operación de abstracción no alcanza
los situacionistas lo óntico, y, mucho menos, lo ontoló-
gico. La respuesta de Lefebvre será que
H. Lefebvre crítica al surrealismo porque siempre queda: algo. Un algo que no se
con su apelación a la poesía (y a sus múl- define fácilmente puesto que no es una
tiples expresiones) no libera realmente al cosa ni una actividad precisa. Se trataría
hombre. Se trata de un simulacro de libe- de una mezcla de naturaleza y cultura, de
ración que el acercamiento al marxismo historia y de vivencia, de individualidad
no cambia en lo esencial. Para Lefebvre y de socialidad. La vida cotidiana es, se-
y sus compañeros —a diferencia de los gún Lefebvre, lo que hay de más simple
surrealistas— la vida es única, o, lo que es y evidente y, sin embargo, más difícil de
igual, la verdadera vida no está afuera. La delimitar y aprehender. Es lo informal
intuición que está detrás de esta tesis es la que desborda a las formas. Mediante un
siguiente: la vida cotidiana de la sociedad juego de oposiciones se puede intentar
burguesa no tiene que ser confundida con una aproximación. La vida cotidiana: es
la vida cotidiana en general. Hay, pues, lo más trivial y repetitivo y, a la vez, lo
hacia el año 1946 una rehabilitación de más profundo; lo más pobre y humilde y,
la cotidianidad por parte de Lefebvre. Si a la vez, lo más pleno. No tiene sentido, 75
bien la afirmación crucial será siempre por tanto, calificar a la vida cotidiana de
que cambiar la vida cotidiana es hacer la auténtica o de inauténtica. Ella es justa-
revolución. Pero, ¿qué es la vida cotidia- mente el ámbito donde la autenticidad
na? En principio, la vida cotidiana no es y la inautenticidad se confrontan. Estas
susceptible de una definición rigurosa ya dificultades por definir la vida cotidiana
que sólo de lo muerto puede darse una residen en el hecho de que la vida coti-
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diana nos rodea. No se está jamás fuera las montañas... en ella empieza el gran jue-
de ella. Ella es el centro de todo y la me- go de la libertad.5

dida de todo (de la realización o no de


las relaciones humanas, de toda política La conclusión de esta mirada sobre los
revolucionaria...). A finales de los 50 Le- surrealistas y los situacionistas, es que
febvre —ante la extensión creciente del efectivamente la vida entra en el discur-
fenómeno de la alienación— debilita la so crítico por la vía de la crítica a la vida
crítica a los surrealistas, y parece oponer cotidiana. De esta manera —y yendo
también a la vida cotidiana una vida ver- más lejos que un simple vitalismo— la
dadera. En continuidad directa con estos vida adquiere una dimensión existencial
planteamientos generales se entienden pero permanece encerrada en una apo-
las posiciones de los situacionistas. No ría: la vida está y, a la vez, no está en la
en vano hay que recordar que Lefebvre y vida cotidiana. Como si la aporía fuera
Debord precisaron juntos el concepto de el precio que tuviera que pagarse para
vida cotidiana, aunque luego se separa- que la vida mantuviese la dimensión
rán por disputas personales. Debord de- existencial en el interior del discurso
fiende que la miseria de la vida cotidiana político. Los avatares en que se verán
oculta una riqueza inexplorada. envueltos tanto los surrealistas como los
situacionistas prueban lo que decimos.
Sólo la existencia perceptible de esta ri- Los surrealistas harán un paso atrás y
queza inexplorada conduce a definir por preferirán refugiarse en lo mágico, en lo
contraste la vida cotidiana como miseria
maravilloso. Los situacionistas, en cam-
y como prisión.4
bio, salen de la aporía mediante una
76 Vaneigem parece radicalizar el enfo-
afirmación vitalista que desparadojiza la
aporía misma. Vaneigem es quien mejor
que. La vida cotidiana es una reserva de
lo expresa cuando sostiene que hay que
energía vital que puede hacer saltar esta
reforzar la intensidad de lo vivido. Hay
sociedad.
que aumentar el espacio-tiempo de lo
Entonces veremos con claridad que la vida auténtico. En definitiva: para cambiar
cotidiana encierra una energía que mueve la vida cotidiana hay que impulsar un
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proyecto de enriquecimiento del espa- dad ha cambiado, y el único modo de


cio-tiempo de lo vivido. poder describir la nueva forma de do-
minio y de producción es mediante una
El espacio-tiempo unitariamente vivido es
referencia a la vida. Pero ocurre que esta
el primer foco de guerrilla, la chispa de lo
cualitativo en la noche que sigue ocultan- inflación actual del concepto de vida se
do la revolución de la vida cotidiana.6 ha producido en total ruptura respec-
to de las tradiciones críticas que hemos
El retorno del concepto de vida comentado. Dicho más directamente:
la vida que en la actualidad circula en
Con la derrota del mayo del 68, y con el discurso crítico no tiene nada que
la reacción conservadora que se produ- ver con la vida cotidiana y su crítica.
ce, la crítica de la vida cotidiana des- Toda relación con la vida cotidiana ha
aparece como era de esperar. Ya nadie desaparecido. Vaneigem afirmaba en su
se acuerda del cambiar la vida cuando Tratado:
lo que está en juego es cada vez más la
Los que hablan de revolución y de lucha
simple supervivencia. Y, sin embargo, el
de clases sin referirse explícitamente a la
discurso crítico postoperaísta, especial- vida cotidiana... tienen un cadáver en la
mente, retoma el concepto de vida. Es boca.7
más, es como si por fin la política y la
vida se hubiesen encontrado. Como si Si es así, ¿no será que cuando el cambio
el miedo al irracionalismo hubiese des- revolucionario no está ya a la orden del
aparecido. De pronto todo el mundo día, la crítica de la vida cotidiana se hace
sabe que es la sociedad entera la que se demasiado insoportable? Volvamos al
ha convertido en productiva; que no principio. Afirmamos que hoy la vida 77
tiene sentido distinguir entre trabajo es el objeto principal del pensamien-
productivo y trabajo improductivo que, to crítico. Pero es una vida neutra que
en definitiva, las vidas son puestas a tra- ha perdido tanto su carácter aporético
bajar. ¿Qué ha pasado? Evidentemente, como su dimensión existencial. Qui-
el concepto de vida se impone al discur- zás es ese el concepto de vida que nos
so crítico porque ciertamente la socie- merecemos. Por nuestra incapacidad
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en transformar el mundo. Me gustaría dóciles y productivos a los cuerpos.


decir modestamente que yo me rebelo Siendo el panóptico, la estructura que
ante ello, y todo lo que he escrito y hago con mayor eficacia efectúa este some-
es un intento para ir más allá. Voy a es- timiento. Así Foucault muestra la otra
coger dos ejemplos de este retorno de cara, la cara oculta y dominadora de la
un concepto de vida vacío de vida. Dos Ilustración. Pero este análisis del poder
ejemplos que, como espero mostrar, punitivo —bajo fondo de una historia
son totalmente contrapuestos: Negri y de los cuerpos— será completado con
Agamben. Creo que ambos nos impi- la introducción de un nuevo modo de
den avanzar hacia una radical coperte- ejercerse el poder: el biopoder. Según
nencia entre vida y política, hacia una el autor francés uno de los fenómenos
auténtica politización de la existencia. fundamentales del siglo XIX consiste
en que el poder, por así decirlo, se hace
Agamben y Negri cargo de la vida. Esta estatalización de
lo biológico apunta a gestionar la po-
Se puede decir que tanto Agamben blación en tanto que cuerpo múltiple
como Negri parten de las reflexiones de formado por innumerables cabezas.
Foucault en las que éste trata el concep- En lugar de adiestramiento-disciplina
to de biopoder. Sin embargo, el resulta- lo que persigue esta nueva tecnología
do al que llegarán será distinto e incluso de poder es seguridad-regulación. Para
opuesto. Agamben, analizando lo que ello emplea previsiones, estimaciones
son los campos de concentración, pro- estadísticas, etc., que deben permitir
pondrá el concepto de nuda vida (vida reducir los estados morbosos, prolongar
78 desnuda). Negri, oponiendo la biopolí- la vida, estimular o no la natalidad...
tica al biopoder, propondrá el concep- en definitiva: optimizar la vida. Entre
to de multitud. Veamos antes qué es el el poder disciplinario y el biopoder no
biopoder de Foucault. existe oposición sino complementarie-
Como es conocido, Foucault hace un dad. Agamben generaliza el concepto
estudio genealógico del poder disci- de biopoder. El campo de concentra-
plinar. De cómo el poder convierte en ción es un espacio biopolítico puro
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y absoluto. En este sentido es insupe- novedad de la biopolítica moderna, nos


rable. El campo de concentración está dice Agamben, es que todo lo biológico
fundado únicamente en el estado de es político y a la inversa.
excepción, lo que supone la suspensión El planteamiento de Negri es cierta-
del Derecho. Pero el campo de concen- mente diferente. Negri, como decía-
tración no pertenece al pasado: se abre mos, retoma también la cuestión del
cada vez que el estado de excepción se biopoder, pero en estrecha continuidad
convierte en regla, y eso es lo que hoy con su lectura de Marx. Su afirmación
sucede permanentemente. El campo es que ahora la vida forma parte del
de concentración es el paradigma del campo de poder. Pero para él este campo
biopoder, de esta gestión sobre la vida. de poder es originariamente fruto de la
¿Pero sobre qué vida? Según Agamben, subsunción del capital en la sociedad.
la vida que está frente al poder (aquí No hace falta recordar la importancia
habría que entender que el poder, en que tiene el fragmento de las máqui-
última instancia, es poder de matar) es nas de los Grundrisse de Marx para
la nuda vita (esta vida desnuda) despo- esta interpretación. Leído desde Marx,
jada de todo Derecho. Una vida que ha biopoder significa, pues, que la tríada
sido separada de su forma y que pue- sociedad-fábrica-Estado queda perfec-
de ser asesinada pero no sacrificada tamente articulada. Que es toda la vida
ya que ha dejado de ser sagrada. Con la que es puesta a trabajar, con lo que
la introducción del concepto de nuda se vienen abajo las distinciones entre
vita Agamben rescribe el nacimiento y trabajo/no-trabajo, trabajo productivo/
el desarrollo de la política occidental. trabajo improductivo... No entramos a
La política en Occidente se funda en la discutir si es suficiente esta tendencia 79
exclusión de la nuda vita. Así el poder histórica (la subsunción real) para dar
soberano queda desvelado como aquella cuenta de nuestra actualidad (o si, por
ficción que oculta el vínculo entre vio- el contrario, lo característico de la post-
lencia y Derecho. Vida y muerte dejan, modernidad es la ausencia de un proce-
por tanto, de ser conceptos científicos so central). Lo que nos interesa resaltar
para pasar a ser conceptos políticos. La es que Negri contra Foucault va a dis-
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tinguir entre biopoder y biopolítica. La cambio revolucionario. A pesar de que


pregunta que plantea es: los efectos producidos por la nuda vida
y por la multitud son radicalmente di-
¿Podemos identificar en la vida el lugar de
ferentes, creo que se puede sostener que
emergencia de una suerte de contrapoder,
de una potencia, de una producción de en ambos casos, la vida que entra en el
subjetividad que se da como momento de discurso político es una vida neutra y
des-sujección?8 sin dimensión existencial. Que tanto en
Agamben como en Negri la vida ha per-
Su respuesta, evidentemente, es afirma- dido todo carácter problemático para
tiva. Cuando el biopoder se extiende a convertirse en pura y simple solución a
la sociedad, se produce una inversión. un problema. Me refiero, evidentemen-
Biopolítica indica, entonces, estos pro- te, a la transformación social en tanto
cesos nuevos de subjetivación, las re- que problema. En la práctica eso signifi-
sistencias. En definitiva: la vida como ca que con dicho concepto de vida, nos
resistencia. Hay, pues, un sujeto de la vemos abocados a un dilema:
tendencia. No hace falta recordarlo, este 1) O no se puede hacer ninguna polí-
sujeto político es la multitud. tica crítica y radical. (Agamben nos
Resumiendo. Vemos cómo con Agam- conduce a la pura impotencia)
ben y Negri el concepto de vida entra en 2) O sólo se puede hacer variantes de la
el discurso político. Lo hace de dos mo- política tradicional. (Negri sustituye
dos y con efectos distintos. Agamben in- el término clase trabajadora por el de
troduce la nuda vita para desconstruir el la multitud, pero la matriz de pensa-
Derecho, y difícilmente dicho concepto miento es la misma)
80 sirve para una práctica real. Negri, por Si queremos salir de este dilema, nues-
su parte, con el concepto de multitud tro objetivo tiene que ser devolver la
que sería la vida de una multiplicidad problematicidad a la vida. Retornarle su
de singularidades, el conjunto de unas radical ambivalencia. O, lo que es igual,
diferencias que permanecen como tales, restituirle su carácter aporético y su di-
persigue construir una teleología mate- mensión existencial, recuperar, en cierto
rialista que fundamente su propuesta de modo, pero yendo más allá, la crítica de
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la vida cotidiana. Creo que este camino mi querer vivir que no encuentra lími-
nos acerca al querer vivir. Y pienso que te ante sí, ni fondo en su descenso. De
sólo una política del querer vivir puede un modo paradójico se puede concluir:
evitarnos ese dilema entre una pasividad no existe la vida, sólo existe el/nuestro
total y un activismo que se autoengaña. querer vivir. Pero nosotros —que so-
Poner la vida como problema quiere de- mos hombres y mujeres que vivimos en
cir que la vida no es algo dado, no es un el interior de un desierto circular— no
simple dato del que partir. Esta consta- podemos hacer de esta recuperación
tación implica la necesidad de realizar del querer vivir un puro grito vitalista.
una genealogía del concepto de vida. 9
Sabemos demasiado bien que el querer
Dicha genealogía que radicaliza la crí- vivir no es siempre este gesto radical,
tica de la vida —que el propio hombre este desafío que deseamos. Al contrario,
anónimo lleva a cabo cuando pone el yo muchas veces nuestro querer vivir está
vivo en el centro de su existencia— debe delimitado por el miedo y la esperanza,
abrirnos el camino hacia esa otra políti- que son las dos formas de sometimien-
ca. El momento clave consiste en pasar to. Porque el querer vivir no existe en
de la vida al querer vivir, y eso es lo que el aire. El querer vivir funciona (bien
efectuamos mediante una experiencia podríamos decir: está capturado) en el
radical de la vida. La experiencia radical interior de una movilización total de la
de la vida consiste en un pensar a fondo vida que se confunde con la sociedad.
en mi vida cortando toda posible hipos- Pues bien, el ser del querer vivir captu-
tatización hacia la Vida (con mayúscu- rado, es el ser precario.
la). Provocar la vida con la vida me saca
fuera de ella, y me deja ante el querer De la crítica de la vida cotidiana a la 81
vivir que es, a la vez, mi querer vivir. crítica de la precariedad
Pensar a fondo en mi vida —y pensarla
a fondo implica haber bloqueado toda Seguramente, la categoría que mejor
renuncia— me produce zozobra. Zozo- permite dar cuenta de la mayoría de los
bra ante mi querer vivir, zozobra —más fenómenos que se producen en la post-
exactamente— ante la ambivalencia de modernidad es la de movilización. To-
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dos y cada uno de nosotros estamos mo- traliza lo político empleando la cultu-
vilizados. Ciertamente, la explotación ra (y la idea de choque de culturas). Ya
capitalista forma parte de dicha movi- no hay sujetos políticos sino víctimas.
lización, pero la movilización en tanto Víctimas de catástrofes naturales y de
que es una política de la relación significa origen social. Lo que ciertamente es fal-
mucho más. Nuestra propia existencia so pero no deja de tener una parte de
es esa movilización total de la vida. Nos verdad si contemplamos la movilización
movilizamos para (re)producir esta rea- global como una guerra que se nos hace.
lidad obvia que se nos cae encima, cuan- El querer vivir es, pues, sujeto, lo que
do trabajamos, cuando no trabajamos, significa que literalmente está sujeto y
cuando nos buscamos a nosotros mis- es, por tanto, un engranaje del sistema.
mos, cuando construimos proyectos... Creo que esta es la novedad más impor-
La movilización global de la(s) vida(s) tante: la movilización global de la vida
crea una realidad en la que se confun- (lo que se entiende comúnmente por
den guerra y paz, orden y desorden... la globalización neoliberal) realiza un
Esta nueva territorialidad tiene la forma nuevo tipo de individuación que es el
simultáneamente de espacio fronterizo ser precario. La novedad que comporta
y de supermercado. En el espacio fron- la movilización global de la vida reside
terizo el límite se ha hecho virtual. Hay en su funcionamiento: te sujeta, cuando
infinitas fronteras y también ninguna. te abandona, y a la inversa, te abando-
Espacio de control absoluto en el que na cuando te sujeta. Esta fragilización
lo que eres viene determinado por las paradójica del querer vivir constituye
fronteras que te es permitido superar. el ser precario. Es importante destacar
82 Espacio fronterizo que también es su- que esta individuación no es normativa,
permercado donde escoger libremente. aunque, evidentemente, la normaliza-
Eres la marca que puedes comprar. La ción sigue funcionando como una espe-
movilización global produce un territo- cie de infrapenalidad. La normalización
rio aparentemente pacificado en el que producía individuos normalizados pero
la catástrofe le es inmanente/inminente. no aislados, ya que consistía en la auto-
La movilización global de la vida neu- reflexión de un grupo en relación a una
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norma. En cambio, la individuación, tica forma de dominio y sujeción. Hoy


efecto de la movilización globalizado- la crítica de la vida cotidiana es la crítica
ra, produce individuos singulares en su a la guerra cotidiana que se nos hace. Es
radical aislamiento. Precariedad signifi- la guerra a la guerra.
ca estar solo frente a la realidad. En la Una política del querer vivir es aquella
movilización global, el querer vivir es que ataca y subvierte el ser precario.
expropiado de su querer vivir. Entonces Atacar el ser precario es ciertamente una
queda el ser precario que es un querer focalización que, sin embargo, apunta
vivir aplastado: un querer vivir que sólo a la sociedad capitalista en tanto que
puede ser instinto de supervivencia. Por todo. Esto significa que dicha política
esa razón, la precariedad no es algo que —porque encara al ser precario como
nos pasa, y que puede dejar de pasarnos. esta paradoja que hemos descrito— de-
La precariedad no es algo accidental sino berá aunar dos componentes: el odio y
un carácter verdaderamente esencial del la transversalidad.
ser que en esta sociedad podemos ser. a) El odio a la vida como prueba. Te-
La precariedad fragiliza nuestro mismo nemos que reapropiarnos del odio.
querer vivir, y en la medida en que lo El precario tiene que odiar su vida,
hace, nos encierra en el ser. Entender tiene que ser capaz de levantar una
cómo funciona el ser precario es tener demarcación entre lo que quiere vi-
en cuenta que, si bien la precariedad es vir y lo que no está dispuesto a vivir.
social, la precariedad como tal se vive Este odio libre es la potencia de va-
individualmente. Se impone una pri- ciamiento de su ser precario.
mera conclusión: desde el ser precario b) La transversalidad como estrategia.
—que es ese querer vivir reducido y fra- Esta nueva política tiene que ser 83
gilizado— la vida se ve como un campo completamente transversal. Trans-
de batalla. La segunda conclusión es de- versalidad significa que no hay un
cisiva: hoy la crítica de la vida cotidiana frente de lucha privilegiado (por
—que como veíamos era esencial a todo ejemplo: el trabajo), sino que el com-
política radical— debe ampliarse a la bate se dirige contra la propia reali-
vida misma. Porque la vida es la autén- dad entendida como un continuum
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de frentes de lucha. Evidentemente, curso crítico adquiere verdaderamente,


esta transversalidad supone también tanto un carácter aporético como una
el rechazo a ocupar una determinada dimensión existencial. Que la vida es un
identidad. campo de batalla es algo que también
Luchar contra la precariedad es atrave- tiene que ver con nuestra vida.
sar todos los frentes de lucha sin cobi-
jarse en identidad alguna que, por lo
demás, siempre sería impuesta. Como Notas
los woblies americanos se organizaron 1
Doctor en Filosofía. Académico del Departa-
atravesando las distintas divisiones ét- mento de Historia de la Filosofía, Estética y
Filosofía de la Cultura de la Universidad de
nicas, técnicas, de género... El precario
Barcelona. Miembro de la fundación Espai
que lucha de esta manera es capaz de en Blanc. Ha publicado entre otros libros: El
infinito y la nada (2003). El querer vivir como
desokupar el orden y abrir una tierra desafío, Amar y pensar: El odio del querer vivir
de nadie. Gracias a la transversalidad la (2006) La movilización global. Breve tratado
para atacar la realidad (2008). Entre el ser y el
potencia de vaciamiento se hace colec- poder. Una apuesta por el querer vivir (2009).
Colabora con distintas revistas de pensamien-
tiva. Entonces se abren la(s) tierra(s) de to como: El Viejo Topo, Archipiélago, Riff Raff,
nadie. Las tierras de nadie clavadas en el Futur Antérieur, Posse.
2
Henry, M.: Marx. Paris, 1976, Tomo I y II.
espacio fronterizo donde reponerse para 3
Breton, A.: Manifestes du surréalisme. Paris,
volver a atacar el código del poder que 1985, p. 52.
4
Debord, G.: “Perspectivas de modificaciones
actúa mediante el par tener dinero/no- conscientes de la vida cotidiana” publicado
en La creación abierta y sus enemigos. Madrid,
tener dinero. Una política contra la pre-
1977, p. 211.
cariedad que hace de la vida un campo 5
Vaneigem, R.: Tratado del saber vivir para uso
de las jóvenes generaciones. Barcelona, 1977. p.
de batalla, una política del querer vivir, 63.
84 tendrá siempre que mantener estas dos
6
Ibidem, p. 239.
7
Ibidem, p. 19.
dimensiones (personal y colectiva) per- 8
Negri, A.: Guías. Barcelona, 2004, p. 86.
9
Es lo que he intentado en mi libro: El infinito y
manentemente unidas. De esta manera,
la nada. El querer vivir como desafío. Barcelona,
el concepto de vida que entra en el dis- 2003.

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