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CENTRO EDUCATIVO

RUNAWAL B´ALAM YA´

NOMBRE:
GLADIS ZAMIRA ARRIOLA RODAS

GRADO:
6to. MAGISTERIO DE EDUCACIÓN INFANTIL BILINGÜE INTERCULTURAL

CLAVE: 6

CONFLICTO ENTRE GUATEMALA Y BELICE

MAESTRO:
DOUGLAS WALDEMAR RANCHO

SECCIÓN:
UNICA

TECPÁN GUATEMALA, 2018


INDICE
INTRODUCCIÓN 1

TEMA 2

CONCLUSIONES 7

RECOMENDACIONES 8

E-GRAFIA 9

ANEXOS 10
INTRODUCCIÓN
A lo largo de la historia, nuestro país ha mostrado siempre una actitud propositiva
a resolver el diferendo territorial, insular y marítimo entre Guatemala y Belice.
Contando con la oposición muchas veces de Gran Bretaña e incluso de Belice,
debido a que siempre es más fácil dejar las cosas como están, aún y cuando con
ello sigamos heredando un problema latente de falta de cooperación entre ambos
países, de un conflicto que data desde finales del siglo diecinueve.

Cuando escuchamos a muchos jóvenes hablar sobre el tema, pareciera que no


comprenden la importancia de resolver las diferencias entre los dos países. Si
Guatemala y Belice pudieran colaborar entre sí como Estados soberanos,
aumentaría la productividad de ambos, por la capacidad que tendría de establecer
acuerdos de cooperación y negociación política, así como múltiples
emprendimientos de manera conjunta.

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Conflicto entre Belice y Guatemala

El conflicto territorial entre Guatemala y Belice lleva más de 150 años. Desde
finales del año pasado, la cancillería del país busca implementar una consulta
popular con el apoyo del Tribunal Supremo Electoral. Sin embargo, ha sido hasta
el día 2 de Agosto del presente año que el Congreso de la República por fin
aprobó el acuerdo 22-2017 que autoriza la consulta.

En 1992 Guatemala reconoce la independencia Belice. Sin embargo, este


reconocimiento iba condicionado en el sentido de que, si bien nuestro gobierno
reconoce al pueblo (como autodeterminación propia de ser llamados beliceños),
no se reconoció su territorio, dejando pendiente la resolución del Diferendo
Territorial. Ahora bien, el problema viene desde mucho más atras que la
declaración de independencia de Belice. Se puede decir que todo se originó
durante el periodo colonial, y antes de la Independencia de Guatemala y los
países centroamericanos, cuando, en el tratado de Versalles de 1783, España le
hace una concesión territorial a Gran Bretaña de aproximadamente 6,600km
cuadrados (suma de las dos concesiones otorgadas por la corona española). Con
el tiempo, los ingleses fueron usurpando territorio de la provincia de la Verapaz,
hasta abarcar unos 11,000 kilómetros apróximadamente. En 1859 Guatemala
firma el Tratado Aycinena-Wyke con el objetivo de frenar el avance británico sobre
su territorio. El contenido de este acuerdo establecía que, de forma condicionada,
el área entre los ríos Sibún y Sarstún a cambio de una carretera entre el Estado de
Belice y Guatemala. La carretera nunca se construyó por lo que la condición del
acuerdo nunca fue cumplida y, en ámbitos legales de derecho internacional
público (el cual tiene ciertas problemáticas sociales y políticas como veremos más
adelante en el punto 5), el territorio le pertenece nuevamente a Guatemala.

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En general, esto fue lo que llevó a Guatemala a reclamar de vuelta el territorio
previamente ocupado por lo ingleses. A través de distintos marcos legales
internacionales y de diferentes organizaciones internacionales no económicas,
nuestro gobierno ha luchado, desgastando recursos, para que se reconozca
internacionalmente que el territorio disputado le pertenece a Guatemala. Sin
embargo, el problema de esta disputa territorial va más allá de un veredicto
internacional. Por lo que surge la duda si realmente vale la pena seguir gastando
recursos en la disputa de tierra o si solo deberíamos de enfocarnos en garantizar
nuestra salida al mar.

El Estado de Guatemala ha luchado por recuperar los 11,000 km cuadrados que


actualmente posee Belice. Este tema siempre ha sido de gran importancia para
todos los ministros del MINEX desde los años 50. A través de distintas acciones
internacionales, nuestra cancillería ha reiterado durante años el dominio que
Guatemala tiene sobre el territorio y ahora, bajo el liderazgo de Carlos Raúl
Morales, busca realizar la consulta popular para proceder el reclamo ante los
beliceños lo antes posible.

Belice, por su parte, heredó el territorio previamente usurpado por Gran Bretaña.
No solo eso, sino que también algunos de sus sistemas de administración, una
fuerte identificación del pueblo beliceño (que reside en todo el territorio que
actualmente es de Belice) como ingleses y el ser parte del Commonwealth Ingles,
el cual es precedido por la reina de Inglaterra. En papel, y ante los ojos
internacionales, siempre han estado dispuestos a negociar y solucionar el
problema. Sin embargo, no existe realmente el deseo de devolver el territorio.

Gran Bretaña recibió una concesión española durante su época imperialista.


Desde ese entonces, y con el nombre de Honduras Británica, los ingleses han
tenido una fuerte presencia en el territorio que hoy es Belice. Tras haber

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continuado su expansión más allá del territorio otorgado por la corona española y
al independizarse Belice, le hereda la tierra usurpada. Sin embargo, incluso
cuando Belice ya no era una colonia Británica, los ingleses continuaron (y
continúan) beneficiándose de muchos productos del país nombrándolo miembro
de su global Commonwealth (conjunto de ex-colonias británicas que comercian
libremente entre ellas y siguen bajo el mando de la reina de Inglaterra). Por lo
tanto, está dentro de los intereses de Gran Bretaña evitar que Guatemala tome de
regreso la mitad de lo que hoy es Belice.

La Comunidad Internacional, a través de distintos entes como las Naciones


Unidas, la Organización de Estados Americanos y la Corte Internacional de
Justicia, ha estado involucrada dentro de la disputa territorial. La ONU ha recibido
documentos y peticiones por parte de nuestro gobierno en donde se establece el
reclamo por parte de Guatemala sobre el territorio beliceño. La OEA sirvió de
intermediario por un tiempo hasta que declaró que el conflicto debía presentarse
ante la Corte Internacional de Justicia que establece la necesidad de realizarse
una consulta popular en ambos países.

En la temática internacional, Guatemala siempre ha estado fuertemente activa


frente al territorio. En 1994, a través de una nota diplomática, el Gobierno
guatemalteco presentó una reserva ante las Naciones Unidas en donde establecía
su disconformidad respecto al conflicto y restablecía su deseo de resolverlo con
urgencia. A este comunicado, Belice responde que estaban dispuestos a negociar.

En el año 1999, tras haber finalizado todas las reuniones técnicas con el país
vecino, se inician las reuniones bilaterales con la Organización de los Estados
Americanos como intermediario. Este organismo recomendó que el conflicto
territorial fuese presentado ante la Corte Internacional de Justicia o a una corte de
arbitraje internacional. Eligiendo la segunda opción, Guatemala presenta su caso y

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en el 2003 rechaza las recomendaciones dadas por esta corte de arbitraje pues
recomendaban que nuestro gobierno renunciara al reclamo.

Debido a que no se acepto la recomendación de la corte de arbitraje, la OEA


recomienda llevar el caso a la Corte Internacional de Justicia, en donde se
encuentra el caso actualmente y cuyo siguiente paso es la consulta popular.

La Corte Internacional de Justicia ordenó a ambos países realizar un referendúm


para poder continuar el proceso legal de reclamo. Para esto, ambos países
necesitan autorización de sus gobiernos internos. Las consultas populares no
están obligadas a realizarse al mismo tiempo, por lo que Guatemala puede
realizarlas este año y Belice cuando quiera. El Congreso guatemalteco ya aprobó
el decreto para la realización de esta consulta, mientras que el senado beliceño ya
aprobó la enmienda que retira todas las restricciones que el país tenía para
realizar la consulta.

El ex-canciller, Carlos Raúl Morales, trabajó arduamente para que la consulta


popular se efectúe este año; pero, después de su renuncia el mes pasado, queda
a ver qué acciones tomará la nueva canciller.

Durante su gestión, Carlos Raúl Morales estableció su temor de que, estando a


menos de dos años de contienda electoral, este tema se politice y sea manchado
por los candidatos utilizándolo como empuje de campaña. El TSE sería la entidad
que estaría apoyando en la logística de esta consulta y se espera que antes de
que los guatemaltecos sean llamados a ejercer su voto respecto al tema, el
MINEX ya haya realizado (junto a empresas privadas a través de una APP) una
campaña informativa sobre el caso Guatemala-Belice.

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En su discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas, Jimmy Morales
volvió a hacer mención del conflicto Guatemala-Belice y de la posibilidad de la
consulta popular. Por el momento no hay fecha específica para la realización del
referéndum, pero las posibilidades de que ocurra nunca habían sido tan probables
como en la actualidad; ¿qué pasaría después de que este se realice?

Primero, habría que esperar a que Belice realice su propia consulta popular.
Siendo realistas, el resultado de la de ellos será negativa, pues ninguno de sus
ciudadanos, que viven en los distritos de Toledo, Stan Creek y Cayo, votaría a
favor de ser parte de Guatemala. Ellos ya se identifican como beliceños y de
ninguna forma votarían por pertenecer a otra administración de gobierno, pues,
como dice el dicho: Gobernar es poblar, y Guatemala nunca se preocupo por
poblar los territorios que hoy en día reclama.

Por otro lado, si la Corte Internacional de Justicia da su veredicto a nuestro favor y


si la Comunidad Internacional llegase a reconocer el área reclamada como
guatemalteca, será imposible que pase a ser una realidad. Todo Estado es
soberano y nadie –ni siquiera otros países u Organizaciones Internacionales– lo
puede obligar a ceder a demandas de otro gobierno o instancia. Además, es muy
difícil que los beliceños que viven ahí lleguen a aceptar convertirse en chapines.

Considero que el reclamo de este territorio es una pérdida de tiempo y dinero para
el Estado de Guatemala. La Cancillería guatemalteca debería enfocar sus
esfuerzos, y los recursos del Estado, en asegurar la salida al mar de nuestro
Estado y otros asuntos internacionales de mayor importancia de Guatemala. Por el
momento, solo queda esperar la campaña informativa que realizará el Gobierno de
Guatemala y la consulta del TSE.

6
CONCLUSIONES

Guatemala hasta ahora, reconoce que Belice es un pueblo con derecho a la libre
determinación y que tiene un Gobierno que lo representa, pero no ha reconocido
que tiene un territorio propio, siendo este un elemento indispensable para la
conformación de un Estado.

La disputa territorial continúa hasta el día de hoy. Guatemala firmó un Acuerdo


Compromisorio con Belice, con el fin de encontrarle una solución jurídica y pacífica
al conflicto territorial. Se buscó una solución basada en Derecho Internacional, a
través de mecanismos de la ONU y la OEA.

7
RECOMENDACIONES

Sin duda esta disputa ha sido desgastante para ambos países. Sin embargo,
someternos a la corte internacional es la única salida viable, ni siquiera elegante
sino viable, para resolver este diferendo según las constituciones de ambos
países.

Debemos partir por reconocer que la resolución del diferendo está en nuestro
mejor interés como país. Independientemente del resultado, la resolución de un
conflicto con nuestros hermanos beliceños es importante por muchísimas razones.

8
BIBLIOGRAFIA

http://www.lalupa.gt/entendiendo-el-diferendo-guatemala-belice.html

9
ANEXOS

10

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