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La docente Teresa de los Ángeles Turrión, Teresita, afirma que las danzas folclóricas

deben ser parte de la enseñanza en las escuelas como expresión del patrimonio
nacional.
La palabra “folclore” apareció por primera vez en una publicación en el año 1846, designando con ella el saber tradicional (Lore) del

pueblo (Folk).

En la actualidad se le llama folclore a las danzas, canciones, música, etc. cuando en realidad se trata de proyecciones folclóricas,

porque son producidas por artistas determinados y no por el pueblo.

Toda proyección folclórica es legítima cuando es originada en una investigación seria y verdadera.

Las proyecciones folclóricas se manifiestan de diversas maneras: cerámica, platería, tejeduría, arte culinario, etc. Pero las artísticas

son las más divulgadas.

En el ámbito escolar debe estar presente la enseñanza de las danzas nativas, no para formar bailarines sino como forma de expresión

que constituyen el patrimonio nacional.

Por supuesto que durante el aprendizaje se pondrá en evidencia alumnos que traen una predisposición especial para la danza,

bienvenido sea. De ahí surgirán, seguro, los futuros bailarines.

La danza consiste en una coordinación estética de movimientos corporales. De esta manera el alumno va recibiendo valores estéticos,

ya que la danza es una creación de belleza.

La enseñanza no debe basarse solamente en conocer la coreografía sino en la comprensión de nuestro pasado histórico, haciendo

observar a los educandos costumbres, vestimentas, músicas, etc.

La enseñanza de las ciencias sociales será más fructífera centralizando todo en la enseñanza de una danza de la época a tratar. Así

se pueden trazar paralelos interesantes con los modos de vida del hombre en épocas pasadas y los acontecimientos históricos que le

tocaron vivir.

Para los más pequeños estos datos históricos serán breves pero útiles.

Uno de los objetivos de la enseñanza primaria es preparar al niño para ser miembro activo interesado en la sociedad y para ellos es

necesario enseñarle a amar y respetar nuestras tradiciones.

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