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RESUMEN CASOS PRACTICOS

CASO PENTA

El siguiente caso comienza en las oficinas del SII donde un fiscalizador llamado
Iván Álvarez, descubrió un error en el sistema electrónico del Servicio, Álvarez noto
que con este error él podía modificar las declaraciones de renta que realizan los
contribuyentes a través del sitio web del SII. Su escasa ética y su ambición se
complementarían en una nefasta reflexión: Iván se dio cuenta que podría ganar
mucho dinero con esta “maña” del sistema. Gracias al error informático, Iván tenía la
posibilidad de disminuir las rentas declaradas por los contribuyentes. De esta manera,
Iván podía lograr que el Servicio creyera que debía devolver excesos de dinero a los
contribuyentes. Consciente de sus facultades, Álvarez armó un negocio en torno a
este servicio, cuyo precio era un porcentaje de la devolución de impuestos lograda.
Álvarez se basaba en el desfalco al SII. Dado esto, necesitaba captar clientes de
manera discreta. Álvarez no ofrecía sus servicios de manera directa, sino que a través
de intermediarios. Estos eran contadores, pues estos suelen de conocer muchas
empresas, lo que para Iván era su mercado objetivo. Iván conoció a diversos
empresarios y ofrecía su peculiar servicio. Por la labor de conectar necesidad con
satisfactor, los contadores percibían comisiones.

Tras un asado en que Valdivia conoció a Iván, este decidió entrar al negocio.
Maravillado por los resultados, comenzó a buscar interesados para además hacerlas
de agente de ventas y ostentar comisiones. Valdivia, logró reclutar a un cliente de
renombre: Hugo Bravo, su empleado

Valdivia desde bajo de la tierra confeso lo que sería el inicio de un escándalo.


Aporto información crucial sobre el funcionamiento de Iván Álvarez, los contadores e
identificó como participe de la red a un personaje el cual era Hugo Bravo.
Cuando a Hugo Bravo lo estaban investigando por lo que era el fraude al FUT,
lo descubrieron también que este realizaba otros tipos de fraude:

Boletas Ideológicamente Falsas: Empresas Penta utilizaba boletas de


honorarios “ideológicamente falsas” para pagar menos impuestos. Hugo Bravo no
titubeó al calificar esta conducta como reiterada. El escándalo se desató cuando
mencionó que muchas de estas boletas eran emitidas por instrucción de políticos de
renombre. Empresas Penta realizaba aportes irregulares a destacados políticos de
Chile. Entre las campañas financiadas, directa e indirectamente, candidaturas que
impulsaba a nivel nacional el partido Unión Demócrata Independiente (UDI).

Los Forwards: Un contrato forward es un instrumento financiero que, como su


nombre lo sugiere, es un contrato (acuerdo de compromiso entre 2 o más partes).
¿Qué se acuerda en un forward? 2 partes (un comprador y un vendedor) se obligan a
la transacción de algo. Esta operación se llevará a cabo en una fecha futura, pero a
un precio establecido en el presente.

Hugo Bravo aseguró que Penta firmaba contratos forwards simulando que
habían sido suscritos en el pasado. Por ejemplo es como que se firmara hoy un
contrato que señale como fecha el 05 de febrero de 2014. De acuerdo a Bravo,
Empresas Penta suscribió contratos donde simulaba haber perdido. ¿Por qué razón
haría todo esto? Para generar pérdidas en la contabilidad. ¿El resultado? Reducir las
utilidades y pagar menos impuestos (o, en extremo, recibir devoluciones de
impuestos).
CASO SQM

En primer lugar la empresa SQM es una minera privada dedicada a la


explotación, procesamientos y comercialización de minerales, principalmente yodo,
potasio y litio. En este caso el fraude consiste que la empresa SQM emitió boletas
ideológicamente falsas para financiar campañas políticas no sólo a personeros de
derecha, sino también a reconocidos miembros de la Nueva Mayoría. Sin embargo,
cuando iban a comenzar las investigaciones, el Tribunal Constitucional (TC) dictaminó
suspender las pesquisas de la Fiscalía Nacional. Al igual que en el Caso Penta, SQM
enviaba boletas por trabajos que no se hicieron, haciéndolos pasar como gastos para
así rebajar impuestos y hacerle fraude al fisco. En esto el SII, organismo encargado
de visar cuando una empresa paga menos de lo que corresponde, tiene gran
responsabilidad: se negó a iniciar una querella contra SQM, pese a tener toda la
documentación. Esto porque según Michel Jorrat, director del organismo, “no existían
antecedentes suficientes para hacerlo”.
CASO LOZAPENCO

Un caso que fue resuelto por la Corte Suprema, del fisco contra Feliciano
Palma, donde se decretó la extradición por delitos tributarios, entendiendo que se
comprendía dentro del tratado de Chile y Estados Unidos. Se logró establecer, que
Feliciano Palma, dueño de Cerámicas Lozapenco, había defraudado al fisco con más
de US$ 46 millones. El empresario, tras verse acorralado, escapó del país
radicándose en Estados Unidos, donde se casó con una ciudadana 18 años menor.
Su detención y extradición tras ser requerido por la justicia chilena, en el año 1991 fue
detenido por el FBI. Pasó ocho meses recluido en Estados Unidos y en el 1992, fue
extraditado a Chile. Dos años después, fue condenado a 4 años de presidio por el
delito de fraude al fisco, y a siete años por evasión de impuestos.

De acuerdo a la indagatoria, en 1987 Agrícola y Forestal Penco comenzó a


exportar a Estados Unidos palos de escoba a precios exorbitantes, y mientras la
competencia cobraba como máximo veinte centavos por cada producto, Palma
lograba hacerlo por cincuenta centavos de dólar cada uno, según lo declarado por el
empresario. Sin embargo, ello no resultó ser así, ya que las autoridades
estadounidenses informaron a Aduana que los palos enviados por Palma ingresaban
al mismo valor que su competencia. Esta manera de operar había sido utilizada por el
ejecutivo en casi todas sus exportaciones, pero las declaraciones de impuestos que
entregaba al Banco Central, eran escandalosamente diferentes, lo que le permitió
obtener del fisco el beneficio del reintegro del IVA de las exportaciones no
tradicionales. De esta manera, mensualmente recuperaba cerca de dos millones de
dólares, acumulando el equivalente de la época a US$ 46 millones. Para que
Lozapenco no pagara impuestos por esta utilidad, la exportadora anulaba la venta,
emitiendo notas de crédito que sólo eran registradas en Lozapenco. Luego era
necesario hacer una doble facturación. Una real que acompañaba los productos de
exportación para arribar al mercado norteamericano. Y una ficticia, con el precio
abultado, que se timbraba para recuperar el IVA a la exportación. El escándalo hizo
que Lozapenco finalmente quebrara y 1.600 personas quedaran cesantes. En
diciembre de 2001, Feliciano Palma salió libre, beneficiado con la ley del Jubileo.
CASO LA POLAR

El caso La Polar estremeció a la sociedad chilena en el año 2011, los


directores y ejecutivos de la compañía manipularon cifras, maquillando la contabilidad
de la empresa pasando morosidad incobrable a activos con el fin de mostrar cifras
azules en los balances financieros, de esta forma el precio de la acción subía y los
bonos de los ejecutivos también. Este engaño al mercado ha tenido notable impacto
nacional por su efecto directo en la economía como por la desconfianza generada
hacia las instituciones y empresas a nivel nacional. No solo al estallar el escándalo se
vieron afectados las partes Empresa-clientes repactados, que esto en pocas palabras
consistía en una renegocacion unilateral y que cobraban créditos impagables, lo que
realizaban los ejecutivos era aumentar la deuda y la tasa de interés, como por ejemplo
si la deuda era de $500mil podía llegar a $1.500.000. También la gran cadena
proveniente de la lógica de que los bancos le prestaban dinero a La Polar, los bancos
obtuvieron este dinero de las AFP y las AFP son financiadas por todos los chilenos, es
decir de forma indirecta se vieron afectados personas que quizás ni siquiera estaban
endeudadas con la multitienda y que quizás nunca compraron algo en ella.
CASO OSSANDON

En el año 2004, el matrimonio compuesto por Manuel Ossandón Larraín y Sara


Bustamante Donoso, deciden viajar a los Estados Unidos. Dicha situación obligó a
Manuel a dejar su patrimonio de unos US$200 millones a cargo de su hermano
Bernardo Ossandón, primogénito de la familia y quien está a cargo de la
administración de los negocios del clan.

A través de una serie de operaciones comerciales, Bernardo logra traspasar el


patrimonio de Manuel, sin su consentimiento, a una Fundación Educacional ubicada
en Panamá, la cual habría sido constituida mediante la falsificación de la firma del
abuelo de los hermanos Ossandón Larraín, Bernardo Larraín Vial.

La causa que quedó en manos de la fiscalía Centro Norte, contiene los


descargos realizados por Bernardo Ossandón Larraín, quien declaró en su momento
que “todas las operaciones fueron hechas con el consentimiento de Manuel” y tenían
por objeto “la protección familiar de los derechos patrimoniales de cada uno de los
participantes de esta estructura societaria”.

Bernardo agregó que “Manuel ha recibido, a lo largo de los años, cuantioso


dinero con cargo a los derechos que le han sido reconocidos en las sociedades
familiares y el patrimonio de todos ha sido utilizado para financiar también en parte
proyectos de inversión liderados por él, los cuales han resultado en completos
fracasos”.

Estas palabras fueron refutadas por Manuel Ossandón, quien sostuvo que
nunca estuvo al tanto de estas operaciones y que tampoco existe certeza de dónde
está el patrimonio legado a su hermano Bernardo y que, supuestamente, fue
trasladado a esta Fundación Educacional.

Durante el proceso Manuel denuncia que a través de una serie de operaciones


la sociedad Real State (constituida en las Islas Vírgenes y sindicada como el puente
para transferir los dineros a Panamá) aumentó su capital sideralmente y que debió
pagar impuestos por ello.
Explica que al comprar créditos con tanto descuento y, al mismo tiempo, no
pagar nada por esos créditos, su patrimonio creció. Como esta operación la hizo con
todos los hermanos, la acusación afirma que Real State tuvo un incremento de capital
de UF 18.970.240, el cual estaría afecto a la tasa del 35 por ciento de Impuesto
adicional.

Fueron estos movimientos los que llegaron a manos del Servicio de Impuestos
Internos y encendieron las alarmas de la entidad debido a lo cuantioso del monto
defraudado.

Fue en el año 2012 cuando los antecedentes llegan al Servicio de Impuestos


Internos, como Pereira tenía una relación de parentesco lejana con la familia
Ossandón Larraín, decide inhabilitarse dejando todo en manos del subdirector jurídico
de aquél entonces, Mario Vila.

Después de mucho esfuerzo y muchas reuniones, se logró que el SII ordenara


la liquidación de algunas empresas pertenecientes a Bernardo Ossandón para que el
Fisco recuperara parte de lo defraudado, pero pese a eso el Servicio nunca se
querelló.

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