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INTRODUCCIÓNCAPITULO I: NOCIONES GENERALES DE DERECHO

COMERCIAL
1.1Noción de Comercio
1.2Concepto de Derecho Comercial
1.3Evolución Histórica del Derecho Comercial
1.3.1 Edad Antigua.
1.3.2 Derecho Romano.
1.3.3 Edad Media.
1.3.4 Época Moderna.
1.3.5 Nuevas Tendencias del Derecho Mercantil.
1.4Los actos de comercio y la empresa
1.4.1 Actos de Comercio.
1.4.2 La Empresa.
1.4.3 Los comerciantes.

CAPITULO II: LA TEORÍA GENERAL DEL CONTRATO


2.1 Recuento histórico de la noción del contrato.
2.1.1 Perspectiva del contrato en el derecho griego de la antigüedad.
2.1.2 Perspectiva del contrato en el derecho romano.
2.1.3 El contrato en la época post clásica, la edad media y el derecho francés.
2.1.4 El contrato en los tiempos modernos.
2.2 Los contratos en el Código Civil.
2.3 Los contratos en el Código de Comercio

CAPITULO III: CONTRATOS ASOCIATIVOS


3.1 El surgimiento de los contratos asociativos
3.2 Definición de contrato asociativo
3.3 Naturaleza y caracteres del contrato asociativo
3.4Clases de contratos asociativos
3.5 Los contratos asociativos en la nueva Ley general de sociedades
3.6 Contrato de Asociación en participación
3.7 Contrato de consorcio
3.8 Join Venture
CAPITULO IV: MODELOS DE CONTRATOS ASOCIATIVOS
4.1 Contrato de Asociación en participación.
4.2 Contrato de consorcio
4.3 Contrato de
Join Venture
.
CONCLUSIONES

BIBLIOGRAFÍA
INTRODUCCIÓN
Lo mismo que las personas naturales, las sociedades tienen necesidad de vincularse, de
interrelacionarse con otras personas; dicha interrelación se realiza mediante contratos,
contratos de diverso género y especie; un grupo de estos contratos son los llamados
contratos asociativos. La nueva Ley General de Sociedades se aparta de modo
importante de nuestra anterior norma societaria e introduce novedades dignas de
atención. La primera de ellas es que, por primera vez, se regulan de modo general los
contratos asociativos, creando normativamente un género de contratos que no se
agotan con los disciplinados en la Ley General de Sociedades: asociación en participación
y consorcio. Por primera vez también, se regula de modo amplio el contrato de consorcio
que, todo parece indicar, alude al joint venture. Por cierto, conviene señalar que este
contrato era ya bastante conocido en nuestro medio y en absoluto podía decirse que
resultaba ajeno para nuestra legislación. En efecto, en la legislación pesquera y
especialmente en la minera se alude a él. Lo propio sucede con la legislación tributaria,
tanto en el IGV como en el Impuesto a la Renta. No obstante, hasta antes de la nueva
ley societaria seguía siendo un contrato atípico, pues carecía de una legislación
sistemática e integral. El presente trabajo pretende dar una noción amplia de los
llamados contratos asociativos, interviniendo en las instituciones del derecho comercial,
partiendo por los orígenes del derecho comercial, la teoría general del contrato y en
especial del contrato comercial para finalmente abordar los contratos asociativos en
nuestra legislación
CAPITULO I: NOCIONES GENERALES DE DERECHO COMERCIAL
1.1Noción de Comercio
El comercio es el conjunto de actividades que efectúan la circulación de los bienes entre
productores y consumidores. Es decir, es una negociación que se lleva acabo al vender,
compra o permutar servicios o mercancías.1
Tradicionalmente se ha situado al comercio en el capítulo de la Economía Política
referente a la circulación de la riqueza, pues mediante la actividad comercial se produce
la movilización de los bienes, que pasan de unas manos a otras. Se ha advertido en el
comercio un doble aspecto: uno de índole objetiva, consistente en la realización de los
actos de mediación, y otro de índole subjetiva, consistente en el propósito o ánimo de
lucro que persigue quien realiza la función de mediador.2
1.2Concepto de Derecho Comercial

Esta disciplina tiene una doble denominación: Derecho comercial y Derecho Mercantil.
Los autores señalan diversas definiciones o conceptos para esta disciplina: Para algunos,
es la rama del Derecho Privado que determina la naturaleza y efectos de las
convenciones realizadas, sea por los comerciantes, sea con ocasión de los actos de
comercio”. Otros definen el Derecho Comercial como el conjunto de normas jurídicas
que tienen por objeto reglamentar una rama de la actividad económica: El Comercio.
Sin embargo, en la actualidad y considerando la evolución que esta disciplina atenido,
en cuanto a su contenido, en que ya no solo se destina a regular laactividad comercial,
sino que en general la actividad de una entidad u organizaciónmucho más amplia y
permanente, cual es la empresa, se señala que el DerechoComercial es “ el conjunto de
normas jurídicas que regulan y ordenan la actividadeconómica constitutiva de la
“Empresa”.En todo caso, cualquiera sea el concepto, el Derecho comercial tiene por
objetoreglamentar: a) los sujetos activos del Derecho Comercial (los comerciantes
oempresarios), b) La actividad que realizan, c) La organización jurídica que
estosadoptan, d) Los instrumentos de que se valen para el desarrollo de su
actividad,etc.Cabe referir que el concepto de Derecho Comercial ha variado en el
transcurso deltiempo. En una primera etapa se le consideró como un derecho de
excepciónaplicable sólo a los comerciantes. Después, como el derecho de los actos
decomercio, independientemente de la condición de las personas que los realizaran,con
lo que se amplió su radio de acción. Más tarde se le reputó como el derechode los actos
de comercio, pero no aisladamente considerados sino realizados enmasa.

1
PALOMAR DE MIGUEL, Diccionario Para Juristas. Ediciones Mayo, México, 1981.,
p.273.
2
MONTOYA MANFREDI, Derecho Comercial. Editorial Desarrollo S.A. Lima, 1983, p. 17.
Posteriormente, como el derecho de las empresas, y, por último, como ladisciplina
reguladora de la economía organizada.3
. A continuación, con el fin dedesarrollar una noción más certera acerca del Derecho
Mercantil, analizaremos losconceptos y definiciones que algunos autores nos
proporcionan sobre la materia.“El Derecho Mercantil es una rama del Derecho Privado
que tiene por objetoregular las relaciones entre los comerciantes y entre aquellas
personas que sin ser comerciantes ejecutan actos de comercio”4
“El Derecho Mercantil es aquel que regula los actos de comercio pertenecientes
ala explotación de las industrias mercantiles organizadas (actos de comerciopropios) y l
os realizados ocasionalmente por comerciantes y no comerciantes(actos de comercio
impropios), que el legislador considera mercantiles, así como elestatuto del comerciante
o empresario mercantil individual y social y los estados deanormalidad en el
cumplimiento de sus obligaciones”“El Derecho Mercantil, puede definirse como el
conjunto de normas jurídicas quese aplican a los actos de comercio legalmente
calificados como tales y a loscomerciantes en el ejercicio de su profesión”5
“Se llama Derecho Público Mercantil el conjunto de leyes que reglamentan lalibertad
de comercio y sus instituciones, no en relación con los derechos privadosde los
individuos , resultantes de las operaciones mercantiles que practiquen, puesesto
pertenece al dominio del Derecho Mercantil, civil o privado, sino en susrelaciones con
el Estado y con los intereses o derechos de la sociedad en sugeneralidad o conjunto” 6
1.3Evolución Histórica del Derecho Comercial
Resulta imposible delimitar la materia mercantil en los sistemas jurídicos de
laAntigüedad, toda vez que estos carecieron de normas que regularan en formaespecial
al comercio y los comerciantes. Los sistemas vigentes en ese estadiohistórico, regularon
cuando menos en embrión muchas de las instituciones o actosque hoy consideramos
como de comercio; pero también lo es que las condicionespolíticas, económicas y
culturales de la época no hicieron sentir la necesidad de laexistencia de una rama
especial para regularlos, de tal manera que tales actosconstituían una especie
indiferenciada en la totalidad de los actos jurídicos. Lasnormas reguladoras de los actos
considerados ahora como de comercio

3
MONTOYA MANFREDI. Ob cit . p. 2
4
RAMIREZ VALENZUELA, Introducción al Derecho Mercantil y Fiscal , p.25

DE PINA VARA, Rafael. Elementos Del Derecho Mercantil Mexicano Editorial Porrúa,
5

México, 1996 p.5


6
PALLARES, Jacinto. Derecho Mercantil Mexicano Dirección General de Publicaciones
UNAM, México, 1987, p.261
carecíande autonomía y se encontraban dentro del ámbito de las normas jurídicasgene
rales o, cuando más dentro del Derecho Privado.
1.3.1 Edad Antigua.
El comercio, como fenómeno económico y social, se presenta en todas las épocasy
lugares. Por ello aún en los pueblos más antiguos pueden encontrarse normasaplicables
al comercio, o más bien, a algunas de las relaciones e instituciones aque aquella
actividad da origen. Así sucede en los sistemas jurídicos de Babilonia,Egipto, Grecia,
Fenicia, Cartago,
etc.Sin embargo, en esos sistemas jurídicos no existió un Derecho especial oautónomo,
propio de la materia mercantil. Es decir, no existió un Derecho Mercantilcomo hoy lo
entendemos, sino tan sólo normas aisladas relativas a determinadosactos o relaciones
comerciales.Entre esas normas los autores hacen especial mención de las llamadas
“Leyesrodias” (de la isla de Rodas), que en realidad constituyeron una recopilación de
unconjunto de usos sobre el comercio marítimo. Esas “leyes” han alcanzado fama
através de su incorporación al derecho romano.
1.3.2 Derecho Romano

Tampoco puede hablarse de la existencia de un derecho mercantil especial oautónomo


en el sistema jurídico de Roma. Roma no conoció un Derecho Mercantilcomo una rama
distinta y separada en el tronco único del Derecho Privado (
iuscivile
), entre otras razones, porque a través de la actividad del pretor fue posibleadaptar ese
Derecho a las necesidades del tráfico comercial.
1.3.3 Edad Media.
El Derecho Mercantil como Derecho especial y distinto del común, nace en la
EdadMedia, y es de origen consuetudinario.El auge del comercio en esa época, el gran
desarrollo del cambio y del crédito,fueron entre otras las causas que originaron la
multiplicación de las relacionesmercantiles, que el Derecho común era incapaz de
regular en las condicionesexigidas por las nuevas situaciones y necesidades del
comercio.El nacimiento del Derecho Mercantil como tal, está ligado íntimamente a
laactividad de los gremios o corporaciones de mercaderes que se organizan en
lasciudades comerciales medievales para la mejor defensa de los intereses comunesde
la clase. Las corporaciones perfectamente organizadas, no solo estaban regidaspor sus
estatutos escritos, que en su mayor parte recogían practicas mercantiles,sino que
además instituyeron tribunales de mercaderes (jurisdicción consular), queresolvían las
cuestiones surgidas entre los asociados, administrando justicia segúnusos o costumbres
del comercio.Es así que, en el seno de los gremios y corporaciones, principalmente en
lasflorecientes ciudades medievales italianas, va creándose un conjunto de
normassobre el comercio y los comerciantes, tendientes a dirimir las
controversiasmercantiles, normas de origen consuetudinario, que son aplicadas por
loscónsules, órganos de decisión de aquellos gremios o corporaciones.Estas normas
consuetudinarias, y las decisiones mismas de los tribunalesconsulares, fueron
recopiladas en forma más o menos sistemática, llegando aconstituir verdaderos
ordenamientos mercantiles de la época.
1.3.4 Época Moderna.
Fue en Francia donde propiamente se comenzó no solo a comprender y sentir
lanecesidad reclamada por la actividad del comercio, sino también se
satisfizocumplidamente, asentando la piedra angular sobre que se ha levantado el
edificiodel moderno Derecho Mercantil, el que desde entonces,
emancipándosecompletamente del Derecho Romano, del Derecho común y de los
Derechosforales (ordenamiento jurídico proveniente de los fueros), no solamente
haadquirido una verdadera autonomía jurídica, sino que tiende a obtener un carácter
de universalidad internacional, llegando su influencia, como es natural, hastamodificar
los preceptos del Derecho Civil de cada pueblo, pues el cotejo de losdiversos códigos
mercantiles, su estudio comparativo por los jurisconsultos y superfeccionamiento
constante, conducen inflexiblemente a correcciones del DerechoCivil, que de todas
maneras tiene que estar en armonía con el Derecho Mercantilde cada Estado.7
Fue así que partiendo de obras como el
Code Merchant
francés de 1673 un grannúmero de Estados redactaron legislaciones similares para
regular la materia quenos compete. Este gran movimiento legislativo de todas las
naciones trajo consigoun gran movimiento científico en la esfera de la literatura jurídica
del derecho mercantil, cuyas obras de estudio forman hoy una riquísima biblioteca.
Sobre todola materia de la legislación comparada adquirió, como era de esperarse, un
grandesarrollo, pues siendo el comercio cosmopolita por su naturaleza y por el
grandeimpulso que en los tiempos modernos le comunican las pacíficas
relacionesinternacionales, los tratados, las vías de comunicación marítimas y terrestres,
esnatural que el Derecho Mercantil, reflejo de las necesidades del comercio, tienda
abuscar esa unidad de preceptos y doctrinas, esa universalidad de principios queexige
el cosmopolitismo del tráfico en sus diversas manifestaciones. Entre losvarios ramos de
la legislación mercantil hay algunos en que más se ha acentuadola necesidad de
uniformar el Derecho de las distintas naciones, como sucede en lorelativo a las letras de
cambio entre muchos otros aspectos.Con motivo de la necesidad de uniformar por lo
menos ciertos aspectos delDerecho Mercantil entre las diversas naciones se
comenzaron a celebrar congresos y conferencias entre estas para llegar a acuerdos y
tratados. Siendo laprimera de ellas la reunión en Berna en 1878, a la cual le han
seguidoinnumerables intentos a través del tiempo con el fin de lograr la tan

7
PALLARES,ob. Cit.p.250
deseadaobtención de acuerdos que produzcan la uniformidad tan necesaria en
materiasmercantiles.8
1.3.5 Nuevas Tendencias del Derecho Mercantil.
Las actuales características de la economía parecen imponer una revisión de
laestructura del Derecho Mercantil.En efecto, las exigencias de abundante producción y
tráfico racionalizado, para larápida satisfacción de necesidades siempre crecientes y
abastecimiento degrandes mercados, que caracterizan a nuestra economía actual, han
vuelto puntomenos que intrascendente para la practica mercantil la regulación de los
actos decomercio aislados, para centrar su interés en los celebrados en forma reiterada
omasiva, que exigen una articulación legal especial y diversa de la de los actosaislados,
en la cual las peculiaridades de éstos quedan relegadas a segundotérmino, para dar
énfasis a la forma repetida o encadenamiento con que los actosse realizan.Ahora bien,
esta regulación masiva de actos requiere indefectiblemente, de unaorganización
especializada y profesional, de una adecuada combinación de losfactores de la
producción o empresa que permitas su realización. Con esta nuevaconcepción, el núcleo
central del sistema de Derecho Mercantiles desplaza delacto aislado hacia la
organización, hacia la empresa, en cuyo seno se realizan losactos reiterados o masivos,
y en los que destaca más la ordenación que el acto,más la forma o apariencia que la
esencia.A finales del siglo XX se desarrollaron profusamente las teorías sobre la
empresa,con miras a convertirla en el eje central del Derecho Mercantil, lo cual implica
queesta nueva concepción del Derecho mercantil comienza a llevarse a la legislación.
1.4Los actos de comercio y la empresa
1.4.1 Actos de Comercio.
La materia mercantil, de acuerdo con el sistema de nuestro Código de Comercio,está
delimitada en razón de los actos de comercio, aunque estos no constituyan suúnico
contenido. Y por esto es fundamental el estudio de la noción del acto de comercio.
Esto no quiere significar que el acto de comercio absorba por completo al
DerechoMercantil. Significa sencillamente que el acotamiento del Derecho Mercantil
serealiza por medio de los actos de comercio, porque son ellos los que reclaman
untratamiento distinto al de los actos sometidos al Derecho Civil
.
PALOMAR DE MIGUEL define a los actos de comercio como “Los que se rigen por el
Código de Comercio y sus leyes complementarias, aunque no seancomerciantes quienes
los realicen”.9
Sin embargo al ser el tema de los actos de comercio un tema central en nuestroestudio,
nos es imposible limitarnos a una definición tan (francamente) escueta.La doctrina ha
sido fecunda en definiciones del acto de comercio; también lo hasido en su crítica a las

8
PALLARES.ob,cit,p.255
9
PALOMAR DE MIGUEL, ob. cit., p.39
formuladas.Ninguna definición del acto de comercio esaceptada unánimemente.Se
podría definir al acto de comercio como el regido por las leyes mercantiles y juzgado por
los tribunales con arreglo a ellas, o los que ejecutan los comerciantes.Otros consideran
que los actos de comercio son actos jurídicos que producenefectos en el campo del
Derecho Mercantil. Sin embargo, nosotros losanalizaremos según criterios objetivos y
subjetivos.a) Criterio Objetivo.A partir del Código de Comercio Francés de 1807 se inicio
un cambio para tratar defundar el Derecho Mercantil en los actos de comercio, bajo un
criterio objetivo.El prototipo del sistema objetivo constituido por este Código, toma
como punto departida el acto especulativo de carácter objetivo, poniendo en relieve, en
particular,la compraventa con fines de especulación y la letra de cambio. Este modelo
losiguieron numerosos Códigos europeos y algunos Códigos latinoamericanos.Desde el
punto de vista objetivo los actos de comercio se califican como talesatendiendo a las
características inherentes de los mismos, sin importar la calidadde los sujetos que los
realizan. Otra definición indica que los actos de comercio sonlos actos calificados de
mercantiles en virtud de sus caracteres intrínsecos,cualquiera que sea el sujeto que los
realice. Tienen fin de lucro”
b) Criterio Subjetivo.Como legislación que caracteriza al sistema subjetivo, tenemos el
Handelgestzbuch
Alemán del 10 de mayo de 1897 (Código de Comercio alemán de1897) que aplica un
sistema subjetivo, es decir, parte de la figura del comerciantepara delimitar el Derecho
Comercial y contiene un Derecho especial de los mismos.El acto subjetivo de comercio,
en palabras del distinguido profesor argentino Sergiole Pera, supone dos condiciones:
a) La calidad de comerciantes de los sujetos que intervienen.
b) Que el acto pertenezca a una cierta clase.También se dio por llamar subjetivos a
aquellos actos que serían de comercio por simple hecho de ser practicados por un
comerciante, es decir, por la sola calidaddel sujeto que los ejecuta, cualesquiera que
fuera el acto.10

1.4.2 La Empresa.
La empresa, como figura jurídica, es un concepto problemático. No existe, dehecho, una
definición legal que la englobe en su complejidad. Nuestra legislaciónmercantil no
reglamenta a la empresa en forma orgánica, sistemática, consideradacomo una unidad
económica. Se limita a regular en forma particular algunos de suselementos (por
ejemplo: las obligaciones fiscales, las obligaciones laborales, lasmarcas, las patentes,
etc.)Se ha planteado incluso la imposibilidad de definir a la empresa, como
unidadeconómica, jurídicamente.La empresa o negociación mercantil es una figurade
índole económica, cuya naturaleza intrínseca escapa al Derecho. Su carácter complejo y

10
CERVANTES AHUMADA, Raúl. Derecho Mercantil Primer curso. Editorial Porrúa, México, 2000p.9.,
p.23
proteico, la presencia en ella de elementos dispares, distintos entre si,personales unos,
objetivos o patrimoniales otros hace de la empresa una instituciónimposible de definir
desde el punto de vista jurídico.La cantidad de elementos y circunstancias que pueden
concurrir o no en laempresa si pueden, en su particularidad expresarse a través de
figuras y conceptos jurídicos.En ese sentido podemos definir como elementos de la
empresa a: El empresario,(comerciante individual o social), el patrimonio y el
trabajo.Estos elementos deben de ser considerados en su conjunto, en íntima
comuniónque deriva de la finalidad misma de la empresa y de su organización.La
empresa puede ser manejada por una persona física (comerciante individual) opor una
sociedad mercantil (comerciante social); se habla, según el caso, deempresario
individual o empresario social. El empresario es el dueño de laempresa, el que la
organiza y maneja con fines de lucroSe denomina patrimonio al conjunto de elementos
que pertenecen a la empresa;esto es, el conjunto de bienes materiales e inmateriales
organizados por estaconstituida por los bienes y medios con los cuales se desenvuelve
una actividadeconómica y se consigue el fin de la empresa.Otro elemento de la empresa
esta constituido por el personal al servicio de lamisma. Se ha dicho con frecuencia que
es fundamental en la empresa laorganización del trabajo ajeno. La condición y relaciones
de este personal se rigenen el Perú por la diversa normativa laboral.
1.4.3 Los comerciantes.
Son comerciantes las personas que teniendo capacidad legal para ejercer elcomercio
hacen de el su ocupación ordinaria; esta definición genérica cubre a laspersonas físicas
y morales o sociedades y a mexicanos y extranjeros.Es así que la figura del comerciante,
tan básica y elemental para nuestro estudio sedivide en dos: Persona física y Persona
Colectiva. Ésta última, según doctrina sepuede encontrar en estas formas:
a) Sociedades de Personas.El elemento personal que las compone (la persona del socio)
es pieza esencial,porque significa una participación en la firma social, con la consiguiente
aportación
del crédito social, por la responsabilidad del patrimonio personal y por lacolaboración
en la gestión.11
b) Sociedades de Capitales.En las sociedades de capitales, el elemento personal se
disuelve en cuanto a sunecesidad concreta de aportación.El socio –elemento personal-
importa a lasociedad por su aportación, sin que cuenten sus cualidades personales.
Lapersona del socio queda relegada a un segundo término, escondida, por asídecirlo,
detrás de su aportación.c) Sociedades Irregulares.La irregularidad de las sociedades
mercantiles puede derivar en el incumplimientode mandato legal que exige que la
constitución legal de las mismas se hagaconstar en escritura pública o del hecho de que,
aun constando en esa forma, laescritura no haya sido debidamente inscrita en el
Registro. Las sociedadesmercantiles con esos defectos se conocen con el nombre de
SociedadesIrregulares.

11
PALOMAR DE MIGUEL ob. cit., p.1263
CAPITULO II: LA TEORÍA GENERAL DEL CONTRATO
2.1 Recuento histórico de la noción del contrato.
El concepto actual de contrato, basado en la voluntad, desde un punto de vistahistórico
es relativamente reciente, por muchos siglos fue otras cosas, distintas ala voluntad, que
es lo que los historiadores del derecho tratan de explicar. Así, por ejemplo, se ha dicho
que en el contrato primitivo participaba la magia.
2.1.1 Perspectiva del contrato en el derecho griego de la antigüedad.
La convención y el contrato griego, tenían como idea esencial el intercambio otrueque.
Del desplazamiento de un bien de un patrimonio a otro y viceversa. Eldesplazamiento
genera un deber de restitución o contrapartida. Si bien el acuerdode voluntades puede
tener efectos en el desplazamiento, es secundario, loesencial del contrato para los
griegos era el sinalagma, la reciprocidad de lasprestaciones, independiente de si se
generaba por voluntad de los sujetos u otrafuente.
2.1.2 Perspectiva del contrato en el derecho romano.
Una idea fundamental de los contratos en el derecho romano clásico era
Nudum pactum oblitaionem non parit
, esto quiere decir que el contrato sin solemnidad nonacía, el contrato romano clásico
era esencialmente formalista.La romanística contemporánea (A. D´ors) ha esclarecido el
concepto romanoclásico de contrato, basándose en u texto de Labeón, recogido por
Ulpiano yrecopilado en el digesto, en base al cual puede afirmarse que la esencia
delcontrato romano reside en la bilateralidad de los efectos (
Ultro citroque obligari
).Lo que da el ser al contrato es la existencia de obligaciones reciprocas. Por lodemás
etimológicamente
contractus
significa lo contraído, una relación jurídicabilateral ya formada, con independencia del
acto de formación o nacimiento de lamisma, es decir, en Roma las obligaciones
correlativas no tenían su fundamentoen el consentimiento, sino que en la estructura
objetiva de la relación, para quenacieran bastaba que se cumplieran las solemnidades,
el consentimiento no era lorelevante.
2.1.3 El contrato en la época post clásica, la edad media y el derecho francés.
La noción clásica de contrato, se cambia por
consensus, voluntas, ya queaparecen con más claridad en los contratos importantes, se
cambia la bilateralidadfuncional por la bilateralidad genética. El consentimiento pasa a
ser el elementofundamental del contrato.Es equivocado sostener que la
espiritualización del contrato se debe alcristianismo, no mentir y cumplir la palabra es
un moral común, no exclusiva delcristianismo.Por otro lado, en los derechos
consuetudinarios germánicos los contratos eranrigurosamente formales.Además, el
renacimiento del derecho romano en la edad media aumenta laimportancia del
principio nudum pactum obligationem non parit . Los únicos contratos no solemnes con
fuerza obligatoria eran los contratos querepresentan cambio (causa data), pero en ellos
la prestación bastaba paraobligarse, la voluntad es irrelevante.El primero en admitir en
el mundo que el sólo consentimiento o el simple acuerdode voluntades de las partes
contratantes tenga fuerza obligatoria, al menos como regla general. Fue consagrado
oficialmente en el ordenamiento del Alcalá del año1348.Por otro lado, para la escuela
del derecho natural el principio de la autonomía de lavoluntad es una regla de derecho
natural. Domat formula el principio en el sigloXVII, principio que es recogido por el
Código Civil francés. La Revolución y elCódigo Civil suprimen barreras políticas y
económicas que se oponen al principiode la autonomía de la voluntad: el contrato es
considerado como fuente de lasobligaciones y los individuos son libres de celebrar
contratos. El Estado y la leyaseguran la libertad contractual. De esta manera crece el
papel del contrato y seconvierte en el modo normal de creación de obligaciones12.
2.1.4 El contrato en los tiempos modernos.
La nueva concepción del contrato como pacto desnudo o simple acuerdo devoluntades
desprovisto de formas, salvo la excepción de España, tiene susprimeros antecedentes
en los siglos XVI y XVII. Filosóficamente es obra de laescolástica tardía, según Villey Dun
Scott y Guillermo d´ Occam proclaman lapreeminencia de la voluntad, si el individuo es
libre sólo lo obliga suconsentimiento.Luego, los juristas de las escuela de la escuela del
derecho natural por ejemploGrocio y Pufendorf, son responsables directos del principio
del consensualismocontractual
solus consensus obligat
.Pothier y Domat, son los principales inspiradores del Código de Napoleón, a ellosse les
atribuye haber servido de puente entre los juristas representativos de laescuela del
derecho natural y los Códigos del siglo XIX.El Código de Napoleón usa la palabra voluntad
una vez en la formación delcontrato, por ello López Santa Maria sostiene que son los
comentaristas quienesintroducen el consensualismo en el leguaje jurídico corriente.
2.2 Los contratos en el Código Civil.
La teoría de los contratos se divide en dos partes en el Código Civil: la partegeneral, que
es la teoría general de los contratos, aplicable a todos los contratos, yla parte especial

12
WEILL, Alex; TERRE, Francois. Citado por FERREYROS, GONZÁLES Y CARRASCOSA. Los contratos en la
sociedad de la información. Fondo Editorial del Pedagógico San Marcos. Lima, 2004. Pag
aplicable a ciertos contratos. Es de opinión de varios autores que“ésta se basa en el
consensualismo y en el comportamiento de las partes”13
.En cuanto a abordar el tema de las clasificaciones de los contratos encontramosque son
bastante variadas y responden a las características particulares de loscontratos. El
Código Civil español no hace la distinción entre contratos onerosos ylos contratos a
título gratuito. Esta clasificación viene del derecho romano. ElCódigo Civil reconoce
también los contratos consensuales, los contratos solemnesy los contratos reales.La
clasificación más importante es aquella de los contratos nominados y de
losinnominados. El primero, es un contrato que es el objeto de una regulación
legalespecífica. Es el caso de los contratos de compraventa, intercambio,
alquiler,depósito y mandato. Se le llaman contratos especiales.A pesar de la distinción
hecha por la ley entre el contrato nominado y el contratoinnominado “podemos admitir
que hay contrato nominado no solamente cuando ellegislador intervino explícitamente
sino también, cuando en el caso de silencio, la jurisprudencia firme regla los problemas
principales que éste plantea y seencuentra sistematizado por un estudio doctrinal
significativo”14
.Sin embargo, hay autores que no comparten este punto de vista, puesto que
estaextensión no aporta soluciones concretas al problema de la calificación delcontrato
y no provee criterios jurídicos sólidos a las partes y al Juez para lacalificación del
contrato15
.Los contratos innominados no tienen un nombre en la legislación y no disponen deuna
regulación determinada. Tal es el caso de los contratos de hotelería, médicos,de
outsourcing
, de espectáculo, de contratos informáticos o bien el
join venture
,contrato que nos ocupa el presente trabajo.En ese sentido, los contratos innominados
se sujetan a las estipulacionesprevistas por las partes y además, al conjunto de normas
de la teoría general delos contratos. En el caso de los contratos nominados el régimen
aplicable es aquelprevisto por las normas jurídicas que apuntan a este tipo específico de
contrato.Sin embargo, es necesario especificar varias hipótesis:a) Pueden existir reglas
imperativas no susceptibles de ser ignoradas o dejadas delado por las partes.b) En
ausencia de normas imperativas, podemos preguntarnos si ciertas reglassupletivas son
convenientes o no. Las normas supletorias serán válidas en casode ausencia de cláusulas
previstas en el contrato por la voluntad de las partes.
2.3 Los contratos en el Código de Comercio

13
FERREYROS, GONZÁLES Y CARRASCOSA. Ob. cit. Pag. 50
14
MERLÍN M. Citado por FERREYROS, GONZÁLES Y CARRASCOSA. Ob cit . Pag. 51
15
FERREYROS, GONZÁLES Y CARRASCOSA. Ob cit . Pag. 51
Los contratos mercantiles podemos definirlo como aquellos que nacen de lasrelaciones
que desarrolla una empresa. Para que un contrato sea calificado comomercantil es
necesaria la participación de al menos un empresario o comerciante,siendo éste el
elemento subjetivo necesario. Asimismo, a los contratos mercantilesse les aplica la
legislación mercantil y supletoriamente el derecho común.El Código de Comercio de
1902 contiene disposiciones generales sobre loscontratos de comercio (Arts. 50º al 63º).
De ese modo dicta la norma:
“Loscontratos mercantiles, en todo lo relativo a sus requisitos,
modificaciones,excepciones, interpretación y extinción, y capacidad de los contratantes,
seregirán en todo lo que no se halle expresamente establecido en este Código o enleyes
especiales, por las reglas generales del derecho común”16.
Al igual que la legislación general de derecho común, tenemos que en cuanto a
lacelebración de los contratos mercantiles, éstos se celebran con el soloconsentimiento
de las partes contratantes siendo aquel la declaración conjunta dela voluntad común de
ambos contratantes. El contrato mercantil se celebra, deigual modo que el contrato de
derecho común, cuando la aceptación es conocidapor el oferente. Un caso especial es
aquel contrato mercantil celebrado por correspondencia, el cual quedará perfeccionado
desde que se conteste aceptandola propuesta17. El consentimiento debe ser pleno y no
debe contener ningún viciode la voluntad (error, dolo, violencia, intimidación).Por otro
lado, los requisitos de validez son los siguientes:
a) Contratantes capaces jurídicamente.
b) Consentimiento
c) Objeto física y jurídicamente posible, y determinable.
d) Finalidad lícita.
e) Observancia de la formalidad prescrita por ley, bajo sanción de nulidad.En los
contratos mercantiles existe el principio de libertad de formalidad. Laspartes
contratantes tienen libertad para elegir la formalidad que mejor convenga asus
intereses. La contratación mercantil se caracteriza por la celeridad del tráfico
patrimonial.

CAPITULO III: CONTRATOS ASOCIATIVOS


3.1 El surgimiento de los contratos asociativos
Si bien es verdad que desde el punto de vista jurídico, tanto la libertad de
contratar como la libertad de empresa, hacen posible el surgimiento de los

16
Artículo 50º del Código de Comercio de 1902.
17
Artículo 54º del Código de Comercio.
contratosasociativos, está claro que no son su causa; en realidad estos contratos
sonproducto de dos hechos que están íntimamente relacionados. El primero de
ellos,algo que todos vivimos a diario: la revolución tecnológica, que ha hecho de
lanuestra una sociedad de conocimiento, una sociedad en la que el valor diferenciales
el saber. Esta revolución ha permitido la globalización, la cual late al ritmo de
larevolución tecnológica: computadoras, fibra óptica y sistemas multimedias
quedisuelven el tiempo y el espacio, y modifican las redes de producción, servicios
yconsumo. Por primera vez en la historia de la humanidad disponemos de unaeconomía
global en la que se puede producir y vender todo, en todas partes, entodo momento.El
segundo de ellos es la expansión del liberalismo, el capitalismo sin límites.
Elneoliberalismo es el pensamiento único que se expande sobre toda la superficiede la
Tierra: economía libre, desregulación, privatización, son las característicasdentro de las
cuales se mueve la economía de nuestra hora.Ha surgido así un capitalismo que tiene
como principal objetivo la eficiencia. Elcrecimiento de la empresa fue la respuesta a
estos hechos y ha sido de taldimensión que ha superado las fronteras de sus países
nacionales; hoy, lasempresas exitosas no necesitan grandes recursos naturales, toman
capital debancos y bolsas en todo el mundo y pueden trasladar sus operaciones a
cualquier parte del planeta. Es el capitalismo sin límites al que nos referíamos líneas
arriba.En efecto, las multinacionales son los grandes actores de este proceso.
3.2 Definición de contrato asociativo
El estudio de la figura del contrato asociativo exige detenerse en diversas
cuestiones concretas, con la intención de esquematizar la cuestión. Debemos meditar
acerca de las características observables en este tipo de contratos, con objeto de
encuadrarlos perfectamente dentro del seno de los contratos (algo que no ha sido
unánimemente admitido doctrinalmente).Los contratos asociativos crean y regulan la
participación e integración en negocios o empresas determinadas, en interés común de
los participantes. Este tipo de contrato no genera una persona jurídica, deberá constar
por escrito y no está sujeto a inscripción en el Registro. El contrato asociativo, una de
cuyas modalidades es el contrato de consorcio, es aquel que crea y regula relaciones de
participación e integración en negocios o empresas determinadas, en interés común de
los intervinientes, según el artículo48º de la Ley Nº 26887, Ley General de Sociedades.
De la definición establecida por la citada norma, se aprecia que los contratos asociativos
son aquellos en los que el interés de los asociados en participar en determinados
negocios está orientado al logro de una finalidad común que es primordial para todos
los contratantes. Al respecto, el tratadista peruano MANUEL DE LA PUENTE Y LAVALLE
considera que,
“En los contratos asociativos el interés de los contratantes de alcanzar la
finalidad común es principal para todos ellos” 18

18
DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel. El Contrato en General. Tomo I. Palestra Editores. Lima, 2001. Pag.
189.
Complementando lo anterior, se tiene que en doctrina, además del fin común,
se consideran otros caracteres esenciales de los contratos asociativos como, por
ejemplo, el hecho de que no dan lugar a la formación de una persona jurídica distinta a
los asociados, que su objeto es la participación o integración en negocios o empresas
determinadas, entre otros19.

3.3 Naturaleza y caracteres del contrato asociativo


Como en todo contrato, nos encontraremos con la necesidad, para que
seperfeccione, de la existencia de consentimientos válidamente emitidos por laspartes
contratantes, la determinación de objeto válido, y la existencia de causaverdadera y
lícita. Además, en todo contrato, a la hora de la ejecución, las partesdeben colaborar
para que dicho contrato pueda satisfacer sus pretensiones eintereses, aunque sea un
contrato en el que las partes tengan interesesdivergentes, por lo que no debe
identificarse dicha colaboración con la comunidadde fin propia de los contratos
asociativos. Por ejemplo, en un contrato decompraventa, el acordar reunirse en un
momento determinado y en un sitioconcreto para entregar la cosa a cambio del precio,
y el esfuerzo que realiza cadaparte por cumplir dicha labor es colaborar entre dichas
partes para lograr eladecuado desarrollo del contrato, pero también es realmente,
ejecutar el contratoconforme a los dictados no sólo de la autonomía de la voluntad, sino
de loselementos necesarios del contrato, mientras que la actividad desarrollada por
unasociedad mercantil, caso claro de persona jurídica surgida de un contratoplurilateral
asociativo, conlleva que todas las partes desarrollen la labor que hayanpactado
adecuadamente, con el objeto de, llegado el momento, repartir lasganancias obtenidas
conforme se haya pactado.De entrada, por lo tanto, se deberá definir adecuadamente
la

diferencia existenteentre la llamada "comunidad de fin" y la habitual


colaboración entre las partesnecesaria en todo contrato, con el objetivo de que se
desarrolle adecuadamentepara las partes. En este sentido, el concepto de "comunidad
de fin", es lanecesidad de que las partes no deban únicamente colaborar entre ellas para
eladecuado desarrollo del contrato, algo que realmente ocurre en todo contrato,
sinoque, realmente, existe una finalidad distinta del lucro individual de las partes
endicho contrato, finalidad posible, lícita y determinada que implica llevar a cabo
unaauténtica actividad común de modo instrumental, con el objetivo de que, de
modoinmediato, se obtenga el mayor rendimiento común posible o se realice
laactividad que se debía realizar, y así, mediatamente, los intereses particulares delas
partes se vean satisfechos.Realmente,

19
ELIAS LAROZA, Enrique.Derecho Societario Peruano. Tomo III. Editora Normas Legales S.A. Trujillo,
1999.
comunidad de fin no significa coincidencia de intereses: implica quelos intereses
personales de cada parte, usualmente divergentes, se satisfaránmediante el
cumplimiento de un fin común a todos ellos, previo, que conlleva quelas partes
pretendan todas obtener ese objetivo, con lo que, por decirlo de algunamanera,
"aplazarán" sus posibles divergencias y llevarán a cabo la actividad adesarrollar con total
y absoluta colaboración, dado que éste es el primer ynecesario paso para satisfacer en
su momento sus intereses privados, y ladivergencia entre ellos se plasmará a la hora de
satisfacerlos. Por ello, estimamosincorrecto el razonamiento de alguna que otra
Sentencia de nuestros tribunales,que alude a que la oposición de intereses propia de los
contratos conmutativos essustituida por convergencia de intereses aquí
x
: no se sustituye, sino que secomplementa.Esta estructura citada aquí

no debe conducirnos a negar la naturaleza contractualdel contrato asociativo


(como se realizó por aquellos que no entendían el contratocon la falta del conflicto de
intereses omnipresente), sino a percibir su peculiaridadcon respecto a los contratos de
cambio: en éstos el interés personal de cada partese satisface de modo directo mediante
la contraprestación de la otra parte oconforme al modo descrito en el contrato, sin que
sea necesaria actividad comúnprevia de ningún tipo, mientras que en los contratos
asociativos los intereses de
cada parte se cumplen, precisamente, mediante la realización plena de esaactividad
común previa citada.Lo más frecuente que al perfeccionarse un contrato existan, de
entrada, dos partesúnicamente, y entre dichas partes, intereses si no necesariamente
contrapuestos,sí al menos divergentes. Por ejemplo, en un contrato de compraventa, el
vendedor entrega una cosa y su interés está en entregar la cosa a cambio del precio
máselevado posible, mientras que el interés del comprador está en obtener la cosa
alprecio más reducido posible. En este ejemplo, así como en otros, caracterizadospor
una estructura bilateral (se observan únicamente dos partes), parece fácilcomprobar
esa existencia de intereses totalmente divergentes (caso dearrendamientos,
transacciones, fianzas, etc.), sin perjuicio de que en todo caso elbuen fin del contrato
exija una actividad colaboradora de las partes.Cuestión a determinar también será la del

número de partes intervinientes, debidoa que puede ser bastante variable. El número
de intervinientes puede ser únicamente dos, o bien ser más de dos, dependiendo de la
situación. Pero no seráel dato fundamental a tener en cuenta a la hora de calificar un
contrato comoasociativo, sin perjuicio de que sea un tema relevante a la hora de realizar
clasificaciones. El contrato asociativo, caracterizado porque el objetivo de laspartes se
consigue por medio de la realización de una finalidad común previa,puede estar
compuesto por dos o por más de dos partes, sin que ello influya en sunaturaleza como
contrato asociativo.Por consiguiente, la
estructura del contrato asociativo es la siguiente: nosencontramos ante un contrato en
el que interviene un número concreto de partes(dos o más de dos, según cada caso), y
en el que, como en todo contrato, cadauna de dichas partes pretende satisfacer un
interés particular muy concreto ydeterminado (que es el que le induce a celebrar el
contrato), a cambiogeneralmente de algún tipo de contraprestación por su parte, como
ocurre en todocontrato. Sin embargo, la peculiaridad del contrato asociativo reside en
el modo desatisfacer dicho interés personal: la satisfacción del mismo se va a obtener
mediante la realización de una actividad común a las partes, y que conlleva que,externa
e internamente, todas las partes colaboren en la realización de dichaactividad, de modo
no sólo más pronunciado a la habitual colaboración que debeexistir en todo contrato
para que se satisfagan plenamente los intereses de cadaparte, sino de modo realmente
diferente, como hemos visto.En vista de dicha estructura, se puede incluso aludir a una
pretendida funcióninstrumental de estos contratos, pues su función no suele terminar
cuando seejecutan las obligaciones por las partes (como ocurre en los contratos con
dospartes), sino que la ejecución de las obligaciones que corresponden a las
partesconstituye la premisa para el adecuado desarrollo de la actividad posterior,
cuyarealización constituye, según la opinión de ASCARELLI, la finalidad del contrato(pues
señala que al constituir una sociedad, las partes pretenden organizarse parala
realización de una actividad posterior que constituye el fin de la sociedad).Por otro lado,
debemos dejar bastante claras las

diferencias entre contratoplurilateral y contrato asociativo, sobre todo teniendo en


cuenta que, de modoclaro, conciso y sin ningún género de dudas, nadie ha ofrecido
dichediferenciación.En ese sentido, es básico saber que un contrato será plurilateral o
no dependiendoúnicamente del número de partes que sea susceptible de admitir en su
seno (doso más, en el caso del contrato plurilateral, o exclusivamente dos, en el caso
delcontrato con dos partes), mientras que el contrato será asociativo o de cambiosegún
que exista finalidad común a las partes como paso previo para satisfacer losintereses
privados de las partes o no.
3.4
Clases de contratos asociativos
Dato de especial relevancia es el de las clases de contratos asociativos. En estepunto,
nos parece interesante aludir a

los contratos asociativos con dos partes y alos contratos asociativos que pueden admitir
más de dos partes, esto es, contratosasociativos plurilaterales. Por ejemplo, en Italia es
muy estudiado el llamado"contrato agrario", contrato asociativo en el que únicamente
participan dos partes.Sin embargo, el acto constitutivo de una sociedad será un contrato
asociativoplurilateral, y ello con independencia del número de concurrentes.Por otra
parte, debemos mencionar la situación de aquellos contratos asociativosque, además,
sean

contratos abiertos, algo que no ocurrirá en todo caso, habráque estar al caso concreto
para determinar si el contrato es abierto o no lo es.Como ya repasamos en el caso de
los contratos plurilaterales, un contrato seráabierto en el caso de que en él exista una
oferta de adhesión a nuevas partesconforme a lo que se determine expresamente, el
acto constitutivo determinarágeneralmente el procedimiento a seguir, y habrá que
atender al caso por caso, singeneralizar, para valorar el grado de "apertura" de cada
contrato. Pero esaapertura conllevará la posibilidad de que las partes contratantes
cambien en algúnmomento, dejando unas de ser partes y pasando otras a serlo. Por
ejemplo, elacto constitutivo de una sociedad, como tal, es un contrato cerrado, mientras
queel estatuto de la sociedad es un contrato abierto, pues las nuevas partes
debenadherirse al mismo.También nos parece relevante distinguir, como ocurría en el
caso del contratoplurilateral, entre

contratos asociativos de los que surge una persona jurídica, ycontratos asociativos de
los que no nace persona jurídica alguna. Como en el otrocaso, si nace una persona
jurídica pueden existir situaciones poco acordes con unrégimen contractual, "principio
de la puerta abierta", aplicación de estatutos apersonas que no pactaron su aprobación,
o modificaciones de estatutosaprobadas por personas que no fueron parte inicialmente,
pero es consecuenciade la peculiar situación existente.El derecho peruano regula sólo
dos contratos asociativos como son:a) La Asociación en participación.b) La Asociación
de consorcio.Sin embargo, también existe el
joint venture
y es necesario precisar que paraalgunos autores en el estado peruano se regula este con
el nombre de consorcio,es decir, precisan que no se ha tenido el debido cuidado al
momento de legislar.
3.5 Los contratos asociativos en la nueva Ley general de sociedades
Consideramos que el solo hecho de haber incluido en nuestra ley societaria estetipo de
contratos es ya un avance, pues, reconoce jurídicamente contratos deenorme
importancia en el Derecho Mercantil, que otras legislaciones modernas yahan
disciplinado. Sin embargo, creemos que nuestros legisladores han sidoausteros, pues
sólo le han dedicado dos artículos a la parte general de estoscontratos.En efecto, el Libro
Quinto que se ocupa de los contratos asociativos se divide entres partes: la primera
compuesta por los artículos 438º y 439º; trata de losaspectos generales de los contratos
asociativos; la segunda del artículo 440º al444º norma el contrato de asociación en
participación y por último se legisla sobreel contrato de consorcio del artículo 445º al
448º.
Quedan de esta manera tipificados en nuestra legislación los contratos deasociación en
participación y de consorcio; no obstante, al amparo de los dosprimeros artículos de
esta parte de la ley, estos no son los únicos contratosasociativos, quedando abierta la
posibilidad de que se celebren otros, con lascaracterísticas allí anotadas.Vamos a
ocuparnos, aunque de modo sumario, tanto del artículo 438º como del439º de la Ley. El
primero de ellos es en realidad una definición legal, pues indicaque se considera
contrato asociativo a aquel que crea y regula relaciones departicipación e integración
en negocios o empresas, en intereses comunes de losintervinientes. Se trata de una
definición bastante genérica, comprensiva dediversas figuras contractuales que podrían
involucrar a numerosos contratoscomo: la concesión, la franquicia, la agencia e incluso
el
outsourcing
, entre otros.Pero el texto de este artículo no se agota aquí, sino que se ocupa de
mencionar algunas características y requisitos que han de tener estos contratos; así
loscontratos asociativos no generan una persona jurídica, es decir, no se crea un ente
jurídico distinto de los asociados; además el contrato deberá constar por
escrito,estableciéndose de este modo una formalidad.Cabe preguntarse con relación a
este punto si se aplica el art. 144º del CódigoCivil, que establece que cuando la ley
impone una forma y no sanciona connulidad su inobservancia, constituye sólo un medio
de prueba de la existencia delacto. Como se advierte, el legislador no ha sancionado con
nulidad elincumplimiento de esta formalidad por lo que habrá de interpretarse que sólo
setrata de un mecanismo de prueba, no siendo por lo tanto un requisito
fundamentalpara su existencia.Por último, indica el mencionado artículo que estos
contratos no están sujetos ainscripción en el registro; igual precepto sancionaba la ley
anterior refiriéndose alcontrato de asociación en participación que ahora es un tipo de
este génerocontractual.Cabe señalar; que los recursos destinados a los contratos
mencionadosanteriormente serán considerados como inversión extranjera directa
cuando seotorgue al inversionista extranjero una forma de participación en la capacidad
deproducción, sin que ello suponga aporte de capital y que corresponda aoperaciones
comerciales de carácter contractual a través de las cuales elinversionista extranjero
provee bienes o servicios a la empresa receptora a cambiode una participación en
volumen de producción física, en el monto global de lasventas o en las utilidades netas
de la referida empresa receptora.

3.6 Contrato de Asociación en participación


Vamos abordar ahora uno de los contratos asociativos regulado por la Ley Generalde
Sociedades, el de asociación en participación, conocido también comoasociación de
cuentas en participación, sociedad tácita, sociedad accidental,sociedad secreta o
contrato de participación; es ésta una antigua figura que seencuentra mayoritariamente
normada en las distintas legislaciones mercantiles delmundo y que ya tiene una larga
tradición mercantil.El art. 440º ha sancionado una definición legal de este contrato. Así
se dice “Es elcontrato por el cual una persona, denominada asociante concede a otra u
otraspersonas denominadas asociados, una participación en el resultado o en
lasutilidades de uno o de varios negocios o empresas del asociante, a cambio
dedeterminadas contribuciones”.Cabe detenerse en esta definición, sobre todo en dos
aspectos de ella; el primero,la expresión participación en los resultados o en las
utilidades. Cuando ellegislador se refiere a los resultados o utilidades, se está refiriendo
en realidad

indirectamente también a las pérdidas, es decir a los resultados adversos de laempresa


o negocio del cual participa. De ahí que se diga que este es un contratoaleatorio. En
efecto, ordinariamente el asociado participa en el riesgo. Sinembargo, el legislador
nacional habría introducido una excepción a esta reglacomo veremos más adelante.El
otro aspecto tiene que ver con otra excepción; la referida a que el asociantepodría
otorgar una participación al asociado sin mediar aporte alguno, alternativaque a nuestro
juicio resulta muy discutible de sostener sin distorsionar la esenciade este tipo
contractual.En efecto, el fundamento económico de este contrato se halla en que de un
ladoconstituye una fuente de financiamiento para el asociante, sin la obligación
jurídicade reintegrarse en caso de pérdida; y del otro, en el caso del asociado,
unamodalidad de inversión con frecuencia más rentable que otras modalidades,
perocon un riesgo, pues la rentabilidad está a resultas de las utilidades.El art. 441º se
ocupa de dichas características de este contrato.a) La asociación en participación no
tiene razón social ni denominación.b) El asociante actúa en nombre propio, la gestión
del negocio de la empresacorresponde única y exclusivamente al asociante, no
existiendo relación jurídicaentre los terceros y los asociados.c) Pueden establecerse
formas de fiscalización o control para ser ejercidos por losasociados sólo en los negocios
o empresas del asociante que son objeto delcontrato.d) Los asociados tienen derecho a
la rendición de cuentas al término del negocio yal término del ejercicio.e) Sin embargo,
hay otras características sancionadas por la doctrina y la jurisprudencia que la ley no ha
recogido pero habrá de entenderse que formanparte de la entidad de este contrato:f)
La asociación en participación no genera un patrimonio autónomo;g) La aportación del
asociado necesariamente habrá de ser destinada al negocio onegocios de cuyos
resultados participará aquél;h) Ordinariamente las aportaciones entregadas por el
asociado pasan a integrar elpatrimonio del asociante; no obstante puede estipularse lo
contrario en el contratode asociación. Es el caso cuando el asociado aporta un bien en
uso y no enpropiedad.Asimismo, de ordinario, el asociante asume una obligación
negativa consistente enno atribuir participación en el mismo negocio o empresa a otras
personas. Sinembargo, las partes pueden pactar lo contrario.De otro lado, hay que
puntualizar que a menudo este contrato es
intuito personae
,de ahí que el asociante deba de encargarse directamente del negocio o empresaque dio
origen a él. Esta es la razón por la que en la mayor parte de las veces elcontrato se
extingue por la muerte, incapacidad o quiebra del asociante.Por otra parte, en relación
con el objeto del contrato, como todo contrato, el deasociación en participación crea
una relación jurídica obligacional. El asociadocontrae dos obligaciones fundamentales:
una positiva (verificar su aportación) yotra negativa (no inmiscuirse directamente en la
gestión del negocio). En cuanto asu aportación, debe realizarla fielmente a lo pactado,
bien consista en la entrega
de capital o en cualquier otro elemento patrimonial. Debemos añadir que puedeser
también obligación del asociado el no celebrar este mismo tipo de contrato conla
competencia del asociante por obvias razones.Más compleja es la situación jurídica del
asociante, pieza clave del contrato,precisamente por ser el encargado de realizar el acto
o la actividad en atención ala cual nació este contrato. La primera obligación del
asociante es destinar, laparticipación recibida al objeto pactado, sin que le sea lícito
desviarla de él niapropiársela para otros fines. Por cierto no es la única, también debe
gestionar elnegocio personalmente, con diligencia y buena fe, rendir cuentas y entregar
suparticipación a los partícipes o asociados.El Art. 442º de la Ley General de Sociedades
establece una limitación al asocianteconsistente en que éste “no puede atribuir
participación en el mismo negocio oempresa a otras personas sin el conocimiento
expreso de los asociados”. Sinembargo, creemos que no es la única, debió también
considerarse que el gestor no puede transformar por su sola voluntad el objeto de la
empresa. La razón esclara, el asociado ha invertido en un tipo de negocio y no en otro,
cambiarlosupondría involucrarlo en una empresa o negocio que no quiso.Del mismo
modo debe establecerse como causal de resolución que el gestor enajene su empresa
sin consentimiento del partícipe, porque esta enajenaciónhace imposible la subsistencia
del contrato al faltarle su base económica.También le está prohibido al asociante,
detraer elementos de la explotación de suempresa para llevarlos a otra, aunque estos
elementos no sean los aportados por el partícipe (en caso de que la aportación de éste
no sea dineraria), haciendopeligrar el negocio.De igual modo, el asociante no puede
establecer otra empresa de objeto similar,siempre que el establecimiento de la nueva
empresa tenga como consecuencia ladesaparición o disminución de la productividad de
la empresa objeto del contratode asociación en participación.Adicionalmente el gestor
o asociante no puede, de ser el caso, fusionar suempresa con otra, siempre que al
tiempo de celebrar el contrato de asociación enparticipación el asociado haya
desconocido esta eventualidad, pues de hacerse nopodría subsistir el contrato por las
mismas razones de los casos anteriores.En lo relativo a que el asociado participe en las
utilidades sin participar en laspérdidas, consideramos que el asunto aunque menos
controversial no deja de ser discutible; pues en este caso el asociante no sería un
inversionista, sino unaespecie de mutuatario, pues la figura diseñada así se acercaría
más al contrato demutuo, ya que al no participar el asociado en las pérdidas el asociante
tendría laobligación de devolver el aporte hecho por aquél.Las causas por las cuales
podría concluir este contrato son:a) Acuerdo de las partes que desean ponerle finb) Por
solicitud de conclusión por cualquiera de las partes cuando fuere por
tiempoindeterminado.c) Por imposibilidad o conclusión del negocio o empresa por cuyo
objeto secelebró el contrato.d) Por muerte, quiebra, interdicción, ausencia o
inhabilitación del asociante.e) Por incumplimiento de las prestaciones por cualquiera de
las partes.

En relación con este punto cuando el contrato se resuelve antes de cumplir eltiempo
previsto, ha de practicarse una cuenta final para determinar la participaciónen los
resultados y el reembolso de aportes que corresponda; sin perjuicio de laindemnización
que, cuando sea el caso, puede reclamar la parte no culpable.
3.7 Contrato de consorcio
En nuestra normativa, los contratos asociativos se encuentran clasificados
comocontratos de consorcio y de asociación en participación, los mismos que
sonregulados de manera amplia en la Ley General de Sociedades.20
Interesa paraefecto de nuestro análisis, indicar que el artículo 445º de la Ley General
deSociedades define al consorcio como el contrato asociativo en virtud del cual dos
omás personas se asocian para participar en forma activa y directa en undeterminado
negocio o empresa, con el propósito de obtener un beneficioeconómico, pero
manteniendo cada una su propia autonomía, correspondiéndolea cada miembro
realizar las actividades propias del consorcio que se le encargue yaquellas a las que se
ha comprometido21
; vinculándose individualmente conterceros en el desempeño de la actividad asignada
dentro del consorcio,adquiriendo derechos y asumiendo obligaciones y
responsabilidades de manerasolidaria cuando el consorcio contrate con terceros
siempre que así se pacte en elcontrato o la ley lo establezca.22
Adicionalmente, cabe indicar, que en este tipo de contrato, los bienes que losmiembros
del consorcio afecten al cumplimiento de la actividad a la que se hancomprometido
siguen siendo de propiedad exclusiva de éstos, es decir que, adiferencia de lo
establecido en el contrato de asociación en participación, no sepresume que la
propiedad de los bienes aportados corresponda al asociante.Considerando las
definiciones contenidas en la norma societaria, se determinaque los caracteres
esenciales del contrato de consorcio son los siguientes:a) Es un contrato asociativo,
nominado y típicob) Regula relacione de participación o integración en uno o más
negocios oempresas que emprenden, en conjunto, los consorciados, en interés común
detodos ellos.c) No está sujeto a otra formalidad que la de constar por escrito.d) No
origina la creación de otra persona jurídica.e) Todos los consorciados participan de
manera activa y directa en las actividadesmateria del consorcio, manteniendo su
autonomía.Por otro lado, el Texto Único Ordenado de la Ley de Contrataciones

20
Libro Quinto de la Ley Nº 26887 – Ley General de Sociedades, Contratos Asociativos, artículos 440º al
448º
21
Segundo párrafo del artículo 445º de la Ley General de Sociedades.
22
Artículo 447º de la Ley General de Sociedades.
yAdquisiciones del Estado, aprobado mediante Decreto Supremo Nº 012-2001-PCM,
define al consorcio como,
“el contrato asociativo por el cual dos (2) o más personas se asocian, con el criterio de
complementariedad de recursos,capacidades y aptitudes, para participar en un proceso
de selección y contratar con el Estado.”23
,
Las mismas que deben responder de manera solidaria por todaslas consecuencias
derivadas de su participación individual o en conjunto dentro del

consorcio en los procesos de selección y en la participación del contrato derivadode


éste.
3.8Join Venture
Pese a que nuestra Legislación no lo regula haremos un alance sobre estecontrato. Es
pertinente señalar que este tipo de contratos son los llamadoscontratos atípicos, como
señala MIRANDA CANALES24, que son los que carecen deubicación en el ordenamiento
jurídico sustantivo, debido a que las relaciones económicas del hombre, intensas y
variadas, crean situaciones jurídicas no previstas por el legislador. En primer término
podemos decir, en palabras de BARBIERI, que el
Join Venture
“es una combinación de esfuerzos entre dos o más agentes económicos con el objeto
de desarrollar un proyecto respectivo de naturaleza comercial; se configura un acuerdo
de voluntades en el que se estipulan las funciones que cumplirá cada uno de los sujetos
componentes, los riesgos que se asumen y la forma en que se soportan, el modo en que
se distribuyen los beneficios y las cuestiones sobre la responsabilidad por los daños que
causen a terceros.”25
También es definido como la sociedad en participación, sociedad temporal, asociación
de empresas, asociación temporal de empresas, unión temporal de empresas26
.Se le conoce además a este contrato como de “Riesgo compartido”, y tiene como
característica que dos o más personas naturales o jurídicas, celebran este contrato con
el objeto de realizar una actividad económica específica, es decir realizar un negocio en
conjunto, asumir el riesgo respectivo en común y disfrutar de sus beneficios, por un
tiempo determinado, sin la necesidad de constituir una sociedad o persona jurídica. La

23
Artículo 2, del Reglamento de la Ley de Contrataciones y Adquisiciones del Estado, aprobado por el
DecretoSupremo Nº 013-2001-PCM
24
MIRANDA CANALES Manual de Contratos Lima Ediciones Legales. 1999. P. 53
25
BARBIERI Pablo C. Contratos de Empresa. Editorial Universidad. Buenos Aires, 1998.
26
ARRUBLA Paucar, Juan A. Contratos Mercantiles, Bogotá. Biblioteca Jurídica Dike.1992. P. .82
esencia de este contrato es el objetivo común de las partes, donde la acción es
determinada por dos o más emprendedores sin el ánimo de formar una sociedad. El
contrato de riesgo compartido es un instrumento contractual que responde a la
necesidad de movilizar capitales en busca de alta rentabilidad y correlativa reducción de
riesgo, en el que las partes se juntan con un criterio de coparticipación que asume las
más diferentes formas y matices. Las partes aportan para lograr el objeto del contrato
activos tangibles o intangibles que deberán ser explotados únicamente en miras al fin
específico propuesto. Estos contratos se perfeccionan con el consentimiento de las
partes en basa a la buena fe contractual, y podrán elevarse a escritura pública e
inscribirse en los Registros Públicos, cuando las partes hayan acordado constituir una
sociedad especial para este fin. La ventaja que se reconoce a estos contratos es de ser
utilizado para una cantidad ilimitada de proyectos e inversiones, en las distintas áreas
de la minería, hidrocarburos, pesquería, navegación, industrias y empresas comerciales
en general.

CONCLUSIONES
A)
En nuestro tiempo, los fenómenos como la revolución tecnológica, la globalización,
ysistemas de computadoras, fibra óptica y multimedia, modifican las redes de
producción,servicios y consumo. Disponemos, en la actualidad, de una economía global
en la que sepuede producir y vender todo, en todas partes, en todo momento. Por otro
lado, la expansióndel liberalismo, el capitalismo sin límites: economía libre,
desregulación, privatización. Se tienecomo principal objetivo la eficiencia. El crecimiento
de la empresa fue la respuesta a estoshechos y ha sido de tal dimensión que ha superado
las fronteras de sus países nacionales; hoy,las empresas exitosas no necesitan grandes
recursos naturales, toman capital de bancos ybolsas en todo el mundo y pueden
trasladar sus operaciones a cualquier parte del planetasiendo las multinacionales los
grandes actores de este proceso. Es por ello, ante esta tipo denecesidad y cambios
económico sociales, que surge la respuesta jurídica para las distintasrelaciones que se
crearán entre estas empresas: los contratos asociativos.
B)
En el medio peruano, queda establecido que la Ley General de Sociedades apartándose
denuestra anterior norma societaria, introduce novedades dignas de atención. La
primera de ellases que, por primera vez, se regulan de modo general los contratos
asociativos, creandonormativamente un género de contratos que no se agotan con los
disciplinados en la LeyGeneral de Sociedades: asociación en participación y consorcio.
C)
El primero de ellos queda definido como el contrato por el cual una persona,
denominadaasociante concede a otra u otras personas denominadas asociados, una
participación en elresultado o en las utilidades de uno o de varios negocios o empresas
del asociante, a cambiode determinadas contribuciones.
D)
Mientras que, también se regula de modo amplio el contrato de consorcio que, todo
pareceindicar, alude al
joint venture
. Se define como un contrato asociativo en virtud del cual dos omás personas se asocian
para participar en forma activa y directa en un determinado negocio oempresa, con el
propósito de obtener un beneficio económico, pero manteniendo cada una supropia
autonomía, correspondiéndole a cada miembro realizar las actividades propias
delconsorcio que se le encargue y aquellas a las que se ha comprometido. Sin embargo,
paraalgunos autores sostienen que no se ha tenido el debido cuidado al momento de
legislar, con elargumento de que se trata de dos instituciones distintas.
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BARBIERI Pablo C. Contratos de Empresa. Editorial Universidad. Buenos Aires, 1998.
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  https://es.scribd.com/doc/19115570/Trabajo-de-Contratos-Asociativos2  

El contrato de asociación en participación: utilidad


práctica
Juan Carlos Díaz Sánchez (*)
Generalmente cuando en las Facultades de Derecho de las Universidades se estudia
Derecho Comercial II o Derecho Societario, casi nunca se llega a tratar sobre los Contratos
Asociativos, los mismo que se encuentran regulados en el Libro Quinto de la Ley General de
Sociedades – Ley N° 26887, es decir, constituye el último libro de la ley indicada, por lo que,
por razones de tiempo o programación resulta casi imposible llegar a esta parte de la ley en un
curso de cuatro meses, tiempo que podría transcurrir con sólo tratar lo que es la Sociedad
Anónima.

Pero, debe tenerse en cuenta la enorme utilidad práctica que constituye el uso de los
Contratos Asociativos: Contrato de Asociación en Participación y Contrato de Consorcio,
como una salida frente a las diversas situaciones y problemas que perjudican directa o
indirectamente a las empresas de nuestro país, producto de la gran gama de relaciones
económicas que nacen como una necesidad de predominar en el mercado.

Hace aproximadamente cuatro meses me hizo llamar el Gerente General de una


empresa de Transportes de carga pesada, a la cual brindaba asesoría jurídica (que en adelante
la llamaré “mi asesorada”), para explicarme el problema que la empresa estaba atravesando
producto de las retenciones del IGV que la empresa RANSA S.A. le efectuaba. Para entender
este problema, previamente explicaré cuál era la relación jurídico contractual que existía entre
RANSA S.A., mi asesorada y terceras empresas. RANSA contrataba los servicios de mi
asesorada para el transporte de carga, por lo cual, mi asesorada facturaba a RANSA por cada
trabajo realizado; a la vez mi asesorada subcontrataba los servicios permanentes de cuarenta
empresas, quienes eran las que efectivamente realizaban el trabajo solicitado por RANSA,
y facturaban a mi asesorada por cada trabajo. La SUNAT, conforme a su política de trabajo,
había nombrado a empresas prestigiosas a nivel de todo el Perú como agentes retenedoras del
IGV([1]), por lo que, cada una de estas empresas retenedoras estaban en la obligación de
retener los montos de los impuestos que correspondían a cada empresa con la que contrataban;
dentro de estas empresas nombradas como agentes de retención se encontraba RANSA S.A..
En este sentido, teniendo en cuenta, que mi representada era una contratista de RANSA, ésta
le descontaba el 6% de cada factura emitida como parte del IGV, pero hasta allí todo estaba
en orden, sin embargo, el problema se presentaba en el hecho de que mi asesorada
subcontrataba a 40 empresas para brindar el servicio que RANSA requería, a quienes les
descontaba el 6% de cada factura por gastos administrativos, operativos y de gestión de
negocios([2]). Así, a cada empresa subcontratista que realizaba directamente el trabajo se le
descontaba el 12% del valor real que deberían percibir por cada trabajo, a esto se tenía que
agregar el pago del impuesto al IGV que cada empresa subcontratista tenía que efectuar a la
SUNAT, por cada factura que emitía.

Esta situación traía dos graves consecuencia: primero, que mi asesorada se estaba
quedando sin liquidez (producto de las conservaciones que eran mayores al monto real que
debía pagar después de cada ejercicio económico), y segundo, que las empresas subcontratistas
estaban pagando más de lo debido (pues del monto real pagado por cada servicio, se tenía que
restar la retención del 6% por IGV que efectuaba RANSA a mi asesorada, el 6% que mi
asesorada retenía por los gastos administrativos, operativos y de gestión de negocios, y el pago
del 6% por IGV que realizaban cada subcontratistas directamente a SUNAT).

Propuesto este problema se planteó como solución, que cada empresa subcontratista
gire sus facturas directamente a RANSA S.A. para que la retención del IGV se haga en forma
directa a cada una de ellas, ganándose con esto, que mi asesorada no gire facturas y por lo
tanto no se le retenga el 6% de IGV, y que cada empresa subcontratista gane más por el trabajo
que realizaba. Pero, frente a esta solución se corría el riesgo de que cada empresa subcontratista
piense que ya era autónoma y que podía trabajar independientemente, prestando sus servicios
directos a RANSA S.A., sin necesidad de estar vinculadas a mi asesorada, por lo que, era
necesario crear un mecanismo que permita mantener la unidad y el control de las 40 empresas
subcontratistas.

Planteado este problema y la solución, me preguntaron: ¿qué figura jurídica emplear


para encuadrar la solución en el marco legal y evitar problemas con la SUNAT, RANSA S.A.
y con las empresas subcontratistas?.

Así, encontré en el Contrato de Asociación en Participación la mejor opción, pues reúne


las características necesarias para lograr agrupar personas naturales o jurídicas y establecer
determinadas condiciones y obligaciones para cada empresa contratante, de acuerdo a las
necesidades que las actividades económicas demanden.

Para comprender lo que es el Contrato de Asociación en Participación, comenzaremos


a profundizar dicho tema en el orden siguiente:

1.- Antecedentes y Fundamentos:

Al Contrato de Asociación en Participación, lo encontramos en nuestra legislación


como una forma de tránsito entre la sociedad, que constituye una persona jurídica, y la relación
puramente contractual. Joaquín Garrigues, hablando de los antecedentes históricos de este
contrato, manifiesta que deriva de la más antigua forma de cooperación mercantil a través de
la participatio o compagina secreta, así llamada porque en ella la persona que aporta capital a
los negocios de otro permanece oculta para los terceros ([3]).

El mismo autor antes indicado establece que los fundamentos o las razones para celebrar
un Contrato de Asociación en Participación son dos:

a) Uno de los contratantes será estimulado por el deseo de obtener un aumento


patrimonial sin los inconvenientes que tiene el préstamo para quien necesita dinero: obligación
de pagar un interés fijo y de restituir íntegramente el capital recibido.
b) El otro contratante será estimulado por el deseo de participar en las ganancias de
una sociedad o empresa sin verse obligado a intervenir en su gestión ni arriesgar mayor capital
que el aportado.
A mi prudente criterio, además de estos fundamentos, el Contrato de Asociación en
Participación también responde a la necesidad de encontrar mayores beneficios tributarios y,
sobre todo, a buscar la competitividad en el mercado, pues mediante este contrato se logra unir
a dos o más personas naturales o jurídicas para trabajar con un solo objetivo, poniendo cada
una de ellas lo mejor de sí en la búsqueda de su desarrollo económico.

2.- Definición:

Previamente, debemos anotar que el Contrato de Asociación en Participación también


es conocido en la doctrina como Cuentas en Participación, Sociedad Tácita, Sociedad
Accidental, Sociedad Secreta y Contrato de Participación. Así, Broseta Pont, citado por
Beaumont Callirgos, manifiesta que las cuentas en participación fueron y son un contrato de
colaboración económica por el que uno o varios sujetos aportan capital o bienes a otro, para
participar en los resultados prósperos o adversos de un acto o actividad que éste desarrolla
enteramente en su nombre, y aparentemente por su cuenta.([4])

Según Joaquín Garrigues, al formular un concepto de la “Cuenta en


Participación”, manifiesta que se trata de una contribución al negocio de otro, con
participación en sus resultados, aclarando que dentro de este contrato se incluyen la
participación en un solo negocio u operación mercantil (asociación ocasional) y la explotación
de una industria mercantil determinada (asociación permanente).([5])

Nuestra Ley General de Sociedades, en concordancia con el derecho italiano y francés,


en su artículo 440°, establece como definición, que por el Contrato de Asociación en
Participación, una persona (natural o jurídica) denominada asocianteconcede a otra u otras
personas denominados asociados, una participación en el resultado o en las utilidades de uno
o de varios negocios o empresas del asociante, a cambio de determinada contribución.

3.- Características:

Rodrigo Uría, identifica las características del Contrato de Asociación en Participación


con los efectos internos y la relación con terceros.([6])

En este sentido, dentro de los efectos internos, tenemos las siguientes características:

a) El Asociante asume la gestión de negocios, esta gestión no es la gestión normal


que por definición corresponde al empresario en su propia empresa, pues asume la
administración no sólo de los intereses propios, sino los intereses ajenos (personas asociadas).
Por ello, el asociante tendrá que gestionar el negocio con la diligencia de un buen comerciante
y deberá responder por el dolo y la culpa que exista en su gestión. Asimismo, el gestor de
negocios estará obligado a: emplear la aportación del partícipe de manera adecuada a la
naturaleza y finalidad del negocio, no podrá transformar por su sola voluntad el objeto de la
empresa, no puede atribuir participación en el mismo negocio o empresa a otras personas sin
el consentimiento expreso de los asociados, no enajenar su empresa sin consentimiento del
partícipe, no detraer elementos de la explotación de su empresa para llevarlos a otra, y,
finalmente el gestor no puede establecer otra empresa de objeto similar.
b) Distribución de ganancias y pérdidas, el Asociante estará obligado a rendir
cuentas de su gestión y a liquidar al partícipe, según los resultados prósperos o adversos, en la
proporción que se haya convenido. Aquí podemos encontrar dos situaciones: Primero, si el
Contrato de Asociación en Participación se firma para realizar una obra determinada o por un
tiempo determinado, normalmente la liquidación se realizará al finalizar el contrato, y
segundo, cuando el contrato tiene una duración indeterminada, las liquidaciones se realizarán
periódicamente.
c) El Asociado tiene derecho a solicitar informaciones, entendiendo al derecho de
información como cosa distinta de la rendición de cuentas porque mientras esta es
consecuencia de la extinción del contrato y liquidación de las relaciones establecidas, el
derecho de información, al contrario, presupone la vigencia del contrato. En ejercicio de este
derecho el Asociado puede solicitar la comunicación por escrito del balance anual y examinar
la contabilidad del negocio.
Dentro de las características que resaltan de las Relaciones Jurídicas Externas, tenemos
las siguientes.
a) La Asociación en Participación no tiene razón social ni denominación,esto por
cuanto no se crea un ente jurídico con personalidad, no trasciende tampoco a las relaciones
con terceros y no es un acto jurídico inscribible en los Registros Públicos.
b) No existe relación jurídica entre los terceros y los asociados, pues el gestor
(Asociante) se muestra frente a terceros como el único dueño del negocio. Actúa en nombre
propio y consiguientemente, adquiere los derechos y las obligaciones nacidos en el ejercicio
del comercio. No hay, por tanto, deudas propias de la cuenta en participación, sino deudas
propias del gestor. Tal es así, que conforme a lo establecido por el artículo 443° de nuestra
Ley General de Sociedades, respecto de terceros, los bienes contribuidos por los asociados se
presumen de propiedad del asociante, salvo aquellos que se encuentren inscritos en el Registro
a nombre del asociado.

4.- Diferencias entre la Sociedad y el Contrato de Asociación en Participación:


Como habíamos manifestado en el punto número uno, al hablar de los antecedentes del
Contrato de Asociación en Participación, éste es una forma de tránsito entre la sociedad, que
constituye una persona jurídica, y la relación puramente contractual. Por ello, una de las
características del contrato en estudio, es que no constituye el nacimiento de una nueva persona
jurídica. Pero, ¿en qué se diferencia de una sociedad constituida como persona jurídica?.
a) En el Contrato de Asociación en Participación falta el ius fraternitatis, peculiar en
la sociedad. Pues entre los empresarios partícipes no existe verdadera colaboración personal
en una actividad económica común. Se participa en un resultado económico de un negocio o
empresa, pero no se colabora personalmente en un quehacer común. Es el Asociante quien
hace y dirige las operaciones “en su nombre y bajo su responsabilidad”.
b) La colaboración económica o contribución del Asociado, no da lugar a la formación
de un fondo patrimonial común ni a la atribución de la personalidad jurídica. Lo contribuido
por el asociado pasa al dominio del gestor o asociante, sin perjuicio de que aquél pueda
conservar contra éste un derecho de crédito.

5.- Extinción del Contrato de Asociación en Participación:


Aún cuando en la Ley General de Sociedades no se haya establecido expresamente las
causas de la extinción, a decir de Rodrigo Uría ([7]), podemos considerar las siguientes:

a) El mutuo acuerdo de las partes.


b) Por Rescisión o Resolución, según sea por causal existente al momento de
celebrarlo o sobreviniente a su celebración, respectivamente. Conforme lo establecen los
artículos 1370 y 1371 del Código Civil.
c) El transcurso del tiempo de duración fijado en el contrato.
d) El término de la operación o empresa para cuyo fin se firmó el contrato.
e) La muerte o incapacidad del socio gestor, de no existir pacto de continuar el
contrato con sus herederos. Esto incluye la declaratoria de insolvencia y extinción de la
empresa asociante, en el caso de personas jurídicas.
Conociendo ahora lo que es el Contrato de Asociación en Participación, comprendemos
su utilidad práctica en la solución de problemas. Es así que, frente al problema planteado,
propuse la firma de un Contrato de Asociación en Participación entre mi asesorada y cada
empresa subcontratista. En este contrato se estableció en forma clara, entre otras, las siguientes
condiciones:
a) Cada empresa subcontratista (asociadas) se obligó a girar sus facturas directamente
a RANSA S.A., quien a su vez haría la retención del 6% por IGV.
b) Cada empresa asociada autorizaba expresamente que RANSA S.A. deposite el
pago de cada factura girada, en la cuenta corriente de mi asesorada (la Asociante), lográndose
así tener el control y unión de las cuarenta empresas subcontratistas, esto nos permitía
mantener unidos a los empresarios cajamarquinos y buscar ser competitivos en el mercado
nacional. Asimismo, se logró que, al momento de girar los cheques por el servicio prestado,
se descuente el 6 % a favor de mi asesorada para cubrir los gastos administrativos, operativos
y de gestión de negocios.
c) Se encargó en mi asesorada (empresa Asociante) la gestión de negocios,
facultándole para buscar nuevos contratos y hacer el seguimiento de los ya obtenidos,
buscando prestar un servicio eficiente. Asumiendo mi asesorada toda la responsabilidad frente
a los terceros contratantes.
d) Finalmente, mi asesorada se comprometió a poner todo el personal necesario que
permita que el los servicios prestados a las empresas sea eficiente, así como asesorar a las
empresas asociadas en aspectos técnicos, comerciales, contables y jurídicos. Para ello, la
Asociante se comprometía a tener un grupo de profesionales calificados que permita brindar
tales asesorías.

NOTAS:

[1] Conforme a lo establecido por el artículo 10 del Código Tributario, “...mediante Decreto Supremo,
pueden ser designados agentes de retención o percepción los sujetos que, por razón de su actividad,
función o posición contractual estén en posibilidad de retener o percibir tributos y entregarlos al
acreedor tributario”.
[2] Cuando hablamos de “gestión de negocios”, nos referimos al trabajo que realiza una empresa, a
través de su Gerente General, en la búsqueda de contratos de trabajo, y una vez obtenidos, en el
seguimiento que se les hace para su eficaz cumplimiento, para lo cual requerirá contar con todo un
equipo operativo como supervisor, secretaria, contador, asesor legal, etc.
[3] GARRIGUES, Joaquín: “Derecho Mercantil”. Volumen IV-V, 7° edición. Editorial TEMIS.
Bogotá. Colombia. 1987. Pág. 56.
[4] BEAUMONT CALLIRGOS, Ricardo: “Comentarios a la Nueva Ley General de Sociedades”.
Gaceta Jurídica Editores”. 1° Edición. 1998. Pág. 737.
[5] GARRIGUES, Joaquín: Ob. Cit. Pág. 58.
[6] URÍA, Rodrigo: “Derecho Mercantil”. Marcial Pons, Ediciones Jurídicas S.A.. 22° Edición.
Madrid. 1995. Pág. 615.
[7] IDEM. Pág. 616.

  http://www.derechoycambiosocial.com/RJC/Revista15/contratos.htm  
Ojo ;)
http://www.apomipe.org.pe/codigo_php/imagenes/download/MANUAL%20CONSORC
IOS%20-%20Parte%201.pdf  

Características contrato asociativo enparticipación


a. El asociante actúa en nombre propio.
b. La asociación en participación no tiene razón social ni denominación.
e. La gestión del negocio o empresa corresponde única y exclusivamente al asociante.
d. No existe relación jurídica entre los terceros y los asociados.
e. Los terceros no adquieren derechos ni asumen obligaciones frente a los asociados,
ni éstos ante aquéllos.
f. El contrato puede determinar la forma de fiscalización o control a ejercerse por los
asociados sobre los negocios o empresas del asociante que son objeto del contrato.
g. Los asociados tienen derecho a la rendición de cuentas al término del negocio
realizado y al término de cada ejercicio.

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