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Dios nos llama a vivir como creyentes

11 junio 2008
Sección: Pastoral Juvenil

Nuestra vocación como Cristianos nos la da Dios desde el momento del bautismo.

DIOS NOS LLAMA A VIVIR COMO CREYENTES

Objetivos

- Descubrir cómo Dios nos ha llamado a la vida de fe por medio del bautismo.

- Tomar conciencia de que el bautismo nos compromete a construir el Reino de


Dios en nuestra sociedad.

DESARROLLO DE LA REUNIÓN

Partimos de la experiencia

Símbolo: "La Pila Bautismal"

- Esta reunión se puede realizar en el templo, junto a la pila bautismal. Si la


reunión es en otro lugar, recomendamos que se tenga una mesa redonda con
mantel, un recipiente con agua y una vela.

- Se acomodan los jóvenes alrededor de la pila bautismal o de la mesa que contiene


el recipiente con agua.

ANIMADOR: Esta tarde (noche) vamos a reflexionar sobre la vida de fe que Dios
sembró en nuestros corazones el día de nuestro bautismo.

LECTOR 1: Y Juan dio este testimonio: "He visto al Espíritu bajar del cielo como
paloma y quedarse sobre él. Yo no lo conocía, pero Dios que me envió a bautizar
con agua, me dijo también: Verás al Espíritu bajar sobre aquel que ha de bautizar
con el Espíritu Santo" (Jn 1, 32-33).

LECTOR 2: Jesús le contestó a Nicodemo: "En verdad te digo: El que no renace del
agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios" (Jn 3, 5).

LECTOR 3: Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en el Espíritu
Santo. Los que creyeron fueron bautizados (Hech 1.5; 2, 41).
- Se entona el canto "BAUTÍZAME, SEÑOR, CON TU ESPÍRITU" u otro parecido.

LECTOR 4: Te bendecimos, Señor, por esta agua que has creado para regar
nuestros jardines y fecundar nuestros campos. Te bendecimos por el agua que
calma nuestra sed.

Hiciste del agua instrumento de salvación para tu pueblo. Por el agua lo libraste de
la esclavitud y lo sostuviste en el desierto.

Tu Hijo Jesús descendió al Jordán y se bañó en sus aguas; desde entonces sabemos
que él vino a bautizar por el agua y el Espíritu.

Te bendecimos por el agua que ha bañado la frente de hombres y mujeres, jóvenes


y niños. Te bendecimos, Señor, por el agua y el Espíritu de nuestro bautismo.

- El animador suscita un diálogo con los jóvenes:

¿Por qué nos bautizaron nuestros padres?

El bautismo ¿ha significado algo en nuestras vidas?

¿Qué pensamos acerca del bautismo?

Si tuviéramos la oportunidad de volver a bautizamos, ¿lo haríamos?

¿Por qué?…

CHARLA: "LA VIDA NUEVA DEL BAUTIZADO (VOCACIÓN CRISTIANA )”

Por el bautismo Dios nos llama a la vida cristiana, es decir, a convertirnos en hijos
de Dios, miembros de la Iglesia y seguidores de Cristo en la construcción del Reino
de Dios en nuestra sociedad.

A. Muertos y Resucitados con Cristo

El apóstol Pablo nos dice que “ por el bautismo fuimos enterrados junto con Cristo
y para compartir su muerte, para que, igual que Cristo, que fue resucitado de entre
los muertos por la gloria del Padre, asimismo nosotros vivamos una vida nueva"
(Rom 6,4).
En el bautismo, la muerte y resurrección de Cristo se hacen nuestra muerte y
resurrección. El agua bautismal nos hace morir juntamente con Cristo al pecado y
resucitar con Cristo a una vida nueva.

El agua tiene un doble significado en la Biblia: es DILUVIO que destruye y es


FUENTE que da vida y fertilidad. Este simbolismo de muerte vida se realiza en el
bautismo.

Con el sacramento del bautismo nuestra vida está orientada a Jesucristo porque
llevamos en nuestra alma una marca o sello imborrable "CARÁCTER
BAUTISMAL"- que nos convierte en "cristianos" para siempre.

B. La Vida Nueva de los Hijos de Dios

Quien recibe las aguas del bautismo se transforma en una "nueva creatura", en
"hombre nuevo", porque participa de la naturaleza divina y se convierte en hijo de
Dios.

El bautizado, como "hombre nuevo", está llamado a vivir una "vida nueva": la vida
en Cristo. La vestidura blanca y la vela encendida que llevaron nuestros papás
cuando nos bautizaron son las señales de que hemos empezado a vivir una vida
nueva:

- vida nueva de FE, porque creemos en Cristo;

- vida nueva de ESPERANZA, porque esperamos la vida eterna;

- vida nueva de AMOR, porque amamos a Dios y al prójimo.

Viviendo esta vida nueva los cristianos estamos llamados a ser luz en el mundo, es
decir, a construir un mundo de hermanos en donde haya justicia, igualdad,
solidaridad, paz y amor…

"Ser bautizado es buscar el Reino de Dios en este mundo combatiendo todo sistema
que esté basado en la acumulación de riquezas, en la explotación del trabajador y
en la dominación ideológica. Es luchar por una sociedad en la cual las personas
puedan ser más libres, más humanas, más responsables, más amigas y más felices.

Ser bautizado es abrazar la causa de justicia de los pobres, con los cuales Jesús se
identificó y renunciar a la opresión de otras personas.
Ser bautizado es vivir en el Espíritu de Dios preservando la paz en medio del
conflicto social, sin dejar que la ira y el odio nos domine, con un compromiso
efectivo de amor en la construcción de una sociedad fraterna.

Ser bautizado es pasar de la muerte a la vida, es nacer de nuevo y comprometerse


con el proyecto de Dios que es hacer nuevas todas las cosas.

Ser bautizado es mirar la realidad con los ojos de Dios y asumirla con los mismos
sentimientos de Jesús, denunciando los signos de muerte y anticipando el Reino de
Dios en la solidaridad, la justicia, el derecho a la vida y a la paz."

(E. MARTINEZ, El bautismo en nuestra comunidad cristiana)

El bautismo nos compromete a trabajar, como Jesucristo, por la construcción del


Reino de Dios en este mundo. El cristiano, por consiguiente, tiene que poner al
servicio de las personas y de la sociedad la vida nueva que ha recibido del bautismo.

C. Incorporados a la comunidad cristiana

El libro de los Hechos de los Apóstoles nos indica que el bautismo es una
"incorporación" a la comunidad de creyentes (cf 2,41; 5,16; 11,24). Por el bautismo,
efectivamente, entramos a formar parte de la familia de los fieles, que es la Iglesia.
Nuestros hermanos son ahora, muy especialmente, todos los bautizados.

Los cristianos vivimos nuestros compromisos bautismales en la Iglesia y en la


sociedad. En la comunidad cristiana y como comunidad:

* crecemos en la fe por la predicación del Evangelio y en la catequesis;

* crecemos en la esperanza por la oración;

* crecemos en el amor por la celebración de la Eucaristía y la práctica del mandato


del amor al prójimo.

El bautismo, además de exigirnos vivir como hijos de Dios, nos exige comportamos
como miembros activos de la Iglesia de Jesucristo.

D. Bautismo y vocaciones específicas

El bautismo es la vocación primera y fundamental del cristiano. De esta vocación


nacen las diversas vocaciones específicas (matrimonial, sacerdotal, religiosa,
misionera), que no son algo añadido a la vocación bautismal, sino formas concretas
de vivir nuestro bautismo.

NOS COMPROMETEMOS

RENOVACIÓN DE LAS PROMESAS BAUTISMALES

M = monitor

P = presidente (animador)

T = todos

M: Hemos reflexionado sobre lo que es el bautismo y la importancia que tiene en


nuestras vidas. Por ser tan importante, nuestros padres no quisieron privarnos de
este sacramento y a los pocos días de nuestro nacimiento nos trajeron a la Iglesia
para recibir el bautismo. Como estábamos pequeños, nuestros padres y padrinos se
comprometieron ante Dios y ante la Iglesia a irnos educando progresivamente en la
fe cristiana. Ahora que estamos grandes y somos conscientes, renovemos nuestras
promesas bautismales y confesemos la fe que nuestros papás y padrinos
proclamaron aquel día por nosotros.

P: ¿Creen que por el bautismo hemos nacido a una vida nueva, la vida de la fe y de
la gracia? ¿Creen que somos de verdad hijos de Dios y por lo tanto, Dios es nuestro
Padre?

T: Sí, creemos.

P: Creen que por el bautismo nos hemos revestido de Cristo, hemos sido
incorporados a su vida, sepultados en su muerte y vivificados en su resurrección?
¿Creen que Jesucristo es nuestro amigo y nuestro salvador?

T: Sí, creemos.

P: ¿Creen que por el bautismo hemos entrado a formar parte de la Iglesia y


tenemos la misión de construir el Reino de Dios en nuestra sociedad?

T: Sí, creemos.

M: Esta fe que acabamos de confesar exige en nosotros la decisión de una renuncia


total a todas aquellas actitudes que se opongan a los valores del Evangelio.
P: ¿Renuncian al dinero, al poder y al placer como supremas aspiraciones del
hombre en la vida?

T: Sí, renunciamos.

P: ¿Renuncian a toda forma de violencia y egoísmo como enemigos de la paz y del


amor.

T: Sí, renunciamos.

P: Renuncian a toda forma de opresión, injusticia o abuso sobre los demás?

T: Sí, renunciamos.

M: No podemos quedarnos en una postura negativa de renuncia. El bautismo es


sobre todo un compromiso positivo mirando hacia el futuro.

P: ¿Se comprometen a dar testimonio de su fe y razón de su esperanza ante sus


padres, sus compañeros y vecinos?

T: Sí, nos comprometemos.

P: ¿Se comprometen a comportarse en todo tiempo y lugar con la verdadera


libertad de los hijos de Dios?

T: Sí, nos comprometemos.

P: ¿Se comprometen a ayudarse como amigos, a amarse como hermanos y a


trabajar por la paz y la justicia?

T: Sí, nos comprometemos.

P: Ésta es la fe en que fuimos bautizados. Ojalá que este compromiso que hemos
renovado lo llevemos a la práctica todos los días y en todas las situaciones que nos
encontremos.

MATERIALES COMPLEMENTARIOS

DINÁMICA: "LUZ y TINIEBLAS"

OBJETIVO: Reflexionar sobre los compromisos que implica el bautismo y vivenciar


las promesas.
PASOS:

Realizar un "vivencial": Se oscurece el salón y se coloca una velita encendida en


medio. Se motiva primero para guardar un breve silencio y luego para expresar qué
sentimos sobre la luz y las tinieblas.

N. B. El animador de la reunión procura captar las palabras o frases claves a


medida que la gente habla.

Enciende la luz eléctrica del salón y pregunta: Por qué dijimos que debemos ser luz,
que nos dan miedo las tinieblas, que Cristo es así, etc.

Se busca la relación de lo comentado en este vivencial con el bautismo y


concretamente con la entrega de la luz. ¿Qué tinieblas existen en nuestra sociedad?
¿En qué debemos ser luz?

El BAUTIZADO ES UN ILUMINADO

Los primeros cristianos llamaban iluminación al bautismo, porque el bautizado


recibe la luz de Cristo; o, mejor dicho, Cristo viene a ser la única luz para él. Así
como las plantas y los animales necesitan la luz del sol para sobrevivir, el cristiano
necesita la luz de Cristo para ser verdadero cristiano.

A nuestro siglo se le ha llamado "el siglo de las luces" a causa de las maravillas de
los descubrimiento científicos y de los progresos de la técnica. Hoy día, el hombre
no sólo es capaz de transformar en día las noches, sino, que utiliza incluso la luz del
sol para trasformarla en energía. Sin embargo, vivimos aún rodeados de miserias,
de todo tipo de -injusticias y de pecados. Todo esto son tinieblas. Es oscuridad que
necesita la luz del cristiano y la luz de Cristo. Y hasta pareciera que el mal se vuelve
cada vez más fuerte. ¿Cuál debe ser la reacción del bautizado frente a todo esto?
¿No será que estas injusticias se cometen a causa del olvido y del rechazo de aquella
luz bautismal? Es preciso, por tanto, caminar como hijos de la luz, pues el que ha
nacido de la luz, es luz.

(J. BORTOLlNI, Los sacramentos en tu vida)

SEÑOR, BAUTIZANOS OTRA VEZ

Señor, somos muchos los que hemos recibido un bautismo de agua; muy pocos los
bautizados con tu Espíritu.
Necesitamos un bautismo de conversión a un hombre nuevo, con corazón de carne,
profundamente humano; un hombre amigo de los hombres, del compañero de
trabajo, del solo, del triste, del olvidado y humillado.

Si no nacemos de tu Espíritu, no podemos ser los hombres para construir un


mundo nuevo y más justo, una humanidad más humana y una fraternidad más
fraterna.

Todo parto es doloroso; nos cuesta nacer al nuevo hombre que es Jesús de
Nazareth, talla y medida de todo hombre.

Estamos empeñados en que vuelva a nacer cada mañana y pise otra vez nuestras
calles, acaricie nuestros niños, multiplique el pan en los hogares con hambre,
ilumine los ojos de los hombres derrotados y sin esperanza.

Señor, envía tu Espíritu sobre Pepe y Teresa, sobre Paco, Yolanda y Alberto, y que
salgan a las calles y griten: Amigos, El Espíritu del Señor está sobre nosotros para
decir la buena noticia a los pobres, para abrir los ojos a los que no ven las
injusticias, para liberar a presos, cautivos y oprimidos. Amigos, esta palabra se
cumple hoy en nuestro barrio, en nuestros hospitales, reformatorios y cárceles.

Señor, bautízanos otra vez con el fuego de tu Espíritu.

(A. DANOZ)

EL BAUTISMO: SÍNTESIS DOCTRINAL

El bautismo constituye el nacimiento a la vida nueva en Cristo. Según la voluntad


del Señor, es necesario para la salvación, como lo es la Iglesia misma, a la que
introduce el bautismo.

El rito esencial del bautismo consiste en sumergir en el agua al candidato o


derramar agua sobre su cabeza, pronunciando la invocación de la Santísima
Trinidad, es decir, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

El fruto del bautismo, o gracia bautismal, es una realidad rica que comprende: el
perdón del pecado original y de todos los pecados personales; el nacimiento a la
vida nueva, por la cual el hombre es hecho hijo adoptivo del Padre, miembro de
Cristo, templo del Espíritu Santo. Por la acción misma del bautismo, el bautizado
es incorporado a la Iglesia, Cuerpo de Cristo, y hecho partícipe del sacerdocio de
Cristo.
El bautismo imprime en el alma un signo espiritual indeleble, el carácter, que
consagra el bautizado al culto de la religión cristiana. Por razón del carácter, el
bautismo no puede ser reiterado.

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