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Nervio Vago o neumogástrico

El nervio vago se origina en la médula, una parte del tronco


encefálico, que está localizado en la parte posterior inferior del
cerebro. Es uno de los nervios más largos del cuerpo, ya que va desde
el cerebro hasta el colon. Suministra fibras nerviosas a la zona de la
garganta, los pulmones, el corazón y los órganos digestivos. También
recibe las señales de los órganos internos y las envía de vuelta al
cerebro.
Origen real:
-Origen somato mayor: corresponde a la parte media del núcleo
ambiguo, por debajo del origen motor del glosofaríngeo.
-Origen somato sensitivo: se halla en dos ganglios situados en el
trayecto del nervio.
Ganglio yugular: está situado a nivel del agujero rasgado posterior.
Ganglio plexiforme: es más voluminoso que el anterior y está ubicado
por debajo de la base del cráneo.

Las neuronas que forman estos ganglios, poseen prolongaciones


detríticas que se disminuyen por el territorio de enervación sensitiva
de este nervio (mucosa respiratoria y digestiva) y una prolongación
central que penetra en el bulbo raquídeo y termina en el núcleo del
fascículo solitario, ubicado en el piso del cuarto ventrículo (núcleo de
terminación real de las fibras somato sensitivas).

-Origen vegetativo: las fibras vegetativas se originas en dos núcleos


situados bajo del piso del cuarto ventrículo en el ala gris.
Núcleo viscero motor: es el núcleo dorsal del vago llamado también
núcleo cardioneumogastroentérico.
Núcleo viscerosensitivo: está situado es la parte externa del núcleo
dorsal del vago.

Origen aparente: El neumogástrico emerge del surco colateral


posterior del bulbo, por debajo del glosofaríngeo y por encima del
nervio espinal.

Núcleos del nervio vago


El nervio vago tiene tres núcleos: (1) el núcleo motor principal, (2) el
núcleo parasimpático y (3) el núcleo sensitivo.

Núcleo motor principal


Este núcleo se encuentra en la profundidad de la formación reticular
del bulbo raquídeo y está formado por el núcleo ambiguo. Recibe
fibras cortico nucleares de ambos hemisferios cerebrales. Las fibras
eferentes inervan los músculos constrictores de la faringe y los
músculos intrínsecos de la laringe.

Núcleo parasimpático
Este núcleo forma el núcleo dorsal del vago y se halla por debajo del
piso de la parte inferior del cuarto ventrículo en posición
posterolateral al núcleo del nervio hipogloso (fig. 11-18). Recibe
fibras aferentes del hipotálamo a través de las vías autónomas
descendentes. También recibe otras fibras aferentes, incluidas las del
nervio glosofaríngeo (reflejo del seno carotídeo). Las fibras eferentes
están distribuidas en la musculatura involuntaria de los bronquios, el
corazón, el esófago, el estómago, el intestino delgado y el intestino
grueso hasta el tercio distal del colon transverso

Núcleo sensitivo
Este núcleo es la parte inferior del núcleo del tracto solitario. Las
sensaciones gustativas viajan a través de los axones periféricos de las
células nerviosas ubicadas en el ganglio inferior del nervio vago. Las
prolongaciones centrales de esas células establecen sinapsis en las
células nerviosas del núcleo (fig. 11-18). Las fibras eferentes
atraviesan el plano medio y ascienden hasta el grupo ventral de
núcleos del tálamo opuesto así como hasta algunos núcleos
hipotalámicos. Desde el tálamo los axones de las células talámicas
atraviesan la cápsula interna y la corona radiada para terminar en la
circunvolución poscentral.
La información aferente vinculada con la sensibilidad común entra en
el tronco del encéfalo a través del ganglio superior del nervio vago
pero termina en el núcleo espinal del nervio trigémino.

Recorrido del nervio vago

El nervio vago abandona la superficie antero lateral de la parte


superior del bulbo raquídeo como una serie de raicillas en un surco
situado entre la oliva y el pedúnculo cerebeloso inferior. Se dirige
hacia afuera a través de la fosa craneal posterior y abandona el cráneo
por el foramen yugular. El nervio vago posee dos ganglios sensitivos,
un ganglio superior redondeado, ubicado sobre él dentro del foramen
yugular y un ganglio inferior cilíndrico que también se encuentra
sobre él pero inmediatamente por debajo del foramen. Debajo del
ganglio inferior la raíz craneal del nervio accesorio se une al nervio
vago y se distribuye principalmente en sus ramos faríngeo y laríngeo
recurrente.

El nervio vago desciende verticalmente en el cuello dentro de la vaina


carotidea con la vena yugular interna y las arterias carótidas interna y
común.

El nervio vago derecho entra en el tórax, pasa por detrás de la raíz del
pulmón derecho, formando parte del plexo pulmonar. Luego se dirige
hacia la superficie posterior del esófago y forma parte del plexo
esofágico. Entra en el abdomen a través del orificio esofágico del
diafragma. El tronco vagal posterior (nombre que ahora recibe el vago
derecho) se distribuye en la superficie posterior del estómago y,
mediante un ramo celíaco grande, en el duodeno, el hígado, los
riñones y el intestino delgado y grueso hasta el tercio distal del colon
transverso. Esta distribución amplia se logra a través de los plexos
celíaco, mesentérico superior y renal. El nervio vago izquierdo entra
en el tórax, cruza el lado izquierdo del arco aórtico, desciende por
detrás de la raíz del pulmón izquierdo y forma parte del plexo
pulmonar. El vago izquierdo desciende luego sobre la superficie
anterior del esófago y forma parte del plexo esofágico. Ingresa en el
abdomen a través del orificio esofágico del diafragma. El tronco vagal
anterior (nombre dado ahora al vago izquierdo) se divide en varios
ramos, que están distribuidos en el estómago, el hígado, la parte
superior del duodeno y la cabeza del páncreas.
Ramas torácicas
Ramas colaterales -Nervios cardiaco inferiores
-Ramas cervicales -Ramos pulmonares
-Ramos faríngeos -Ramos esofágicos
-Nervio cardiacos cervicales-Nervio
o superiores
laríngeo inferior o
-Nervio laríngeo superior recurrente
-Ramos carotideos
Semiología

Examen del velo del paladar: la observación de esa estructura


permitirá ver su simetría y la úvula céntrica. Al solicitar al paciente
que pronuncie la letra “a”, se observará la elevación simétrica de
ambos velos. El velo del paladar se eleva durante la fonación y la
deglución para separar la orofaringe de la nasofaringe y evitar el
pasaje de aire o alimentos de la primera a la segunda.
Por lo tanto, se explorarán las características de la voz –que estará
alterada si el velo no se contrae adecuadamente (voz nasal)– al hacer
repetir al paciente las sílabas “gu” y “ca”, que requieren un cierre
adecuado de aquél. Se le hará beber líquido mientras se observa si es
deglutido adecuadamente o si se presenta reflujo nasal.
Se examinará el reflejo palatino tocando alternadamente cada velo
con un bajalenguas, que deberá producir la contracción y la elevación
del velo (aferencia: IX par; eferencia: X par).

Examen de la musculatura faríngea: se observará la contracción de


la pared posterior de la faringe al pronunciar la letra “a”. Este
movimiento debe producirse simétricamente.
Se hará deglutir al paciente varios sorbos de agua sucesivamente,
mientras se observa con cada deglución la elevación de la nuez de
Adán. Se completará el examen con la búsqueda del reflejo nauseoso
(véase IX par).

Examen de la musculatura laríngea: se determinarán las


características de la voz, que se verá afectada en las lesiones del X par
o de los nervios laríngeos, que ocasionan parálisis de las cuerdas
vocales (véase más adelante). El examen se puede completar mediante
la observación laringoscopia de las cuerdas vocales.

Examen de la sensibilidad somática: se la explorará en el conducto


auditivo externo y el pabellón auricular, según la técnica habitual.

Función vegetativa: si bien no se explora rutinariamente.

Lesiones:

A través del nervio vago, que parte del tronco encefálico, circulan
señales de ida y vuelta entre el cerebro y los órganos internos. Ciertas
enfermedades crónicas, como la diabetes, pueden dañarlo, pero la
lesión también puede estar provocada por algún traumatismo. Fumar y
beber pueden agravar la enfermedad. Un daño en el nervio vago
puede dar lugar a la aparición de complicaciones, como dificultad
para tragar o problemas digestivos.

Lesión del tronco del X par entre su salida del bulbo y el agujero
rasgado posterior: habrá parálisis unilateral del velo del paladar, que
estará péndulo y se desviará junto con la úvula hacia el lado sano
durante la fonación; voz nasal por deficiente elevación del velo y
pasaje de aire a la nariz; reflujo de líquidos hacia la nariz por la
misma causa; ausencia de disfagia por indemnidad de los pares X y
IX contralaterales y el IX homolateral; ausencia de reflejos palatino y
nauseoso del lado lesionado; voz ronca o bitonal debido a parálisis
unilateral completa de la cuerda vocal, que se encuentra en posición
cadavérica (intermedia entre la aducción y la abducción por
compromiso del laríngeo superior y el recurrente). Su función
vegetativa es suplida por el vago contralateral sano. La lesión bilateral
en este nivel determinará trastornos incompatibles con la vida. Se
presenta también una pérdida de sensibilidad en el conducto auditivo
externo y dorso del pabellón auricular. La lesión en el orificio de
salida determina el síndrome del agujero rasgado posterior. Causas:
aneurismas, tumores (glomus, metástasis) y meningitis de la base del
cráneo.

Trayecto extra craneano: al pasar por el agujero rasgado posterior


(foramen yugular) comenzará a emitir ramos que pueden
comprometerse aisladamente. Son las más importantes:

Lesión del nervio recurrente (laríngeo inferior): se afecta con más


frecuencia el izquierdo, que tiene un recorrido más largo desde su
emergencia en el tórax y su recorrido por el cuello. La lesión
recurrencial unilateral originará voz ronca o bitonal. La lesión
bilateral determinará afonía y disnea debido a una parálisis de la
abducción de las cuerdas vocales (los músculos abductores sólo son
inervados por este nervio). Causas: aneurismas de la aorta torácica,
tumores y adenopatías mediastínicas, adenomegalias y traumatismos
de cuello, etcétera.

Lesión del nervio laríngeo superior: producirá voz velada debido a


una parálisis del cricotiroideo (tensor de la cuerda vocal). Causas:
tumores del ganglio plexiforme

Lesiones nucleares: la lesión del núcleo ambiguo determinará


además el compromiso de músculos inervados por el IX par.

Lesión unilateral: compromiso unilateral de músculos laríngeos y


faríngeos. Las causas, que suelen ser tumorales, vasculares o
infecciosas, afectan otras estructuras vecinas (pedúnculo cerebeloso,
vía simpática, haz trigeminoespinal, etc.) determinando
manifestaciones acordes con la extensión de la lesión (véase
Síndrome de Wallenberg,

Lesión bilateral: se puede observar en afecciones virales como la


poliomielitis anterior aguda, o degenerativas, como la parálisis bulbar
progresiva. Esta última comprometerá además los núcleos del XII par
por lo que se desarrollará disfagia, disartria y disfonía con atrofia y
fasciculaciones de la lengua. Este tipo de lesión puede presentarse
además en la siringomielia (siringobulbia).

Lesiones supranucleares: sólo serán sintomáticas las bilaterales,


cuyo origen es generalmente vascular. Se comprometerá el haz
geniculado, lo cual producirá síntomas semejantes a los de la parálisis
bulbar sin atrofia ni fasciculaciones de la lengua (lesión de la primera
neurona de la vía motora). El velo del paladar puede encontrarse
patético, pero el reflejo faríngeo se halla presente. Causas: tumores,
vasculares, infecciosas, etc.

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