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ODONTOLOGÍA
Cátedra:
ENDODONCIA I
TEMA: ANATOMIA DE LA CAMARA PULPAR
Nombre:
FATIMA TERESA ASENCIO DE LA A
JULISSA ANDREA BAQUE CARVALLO
MAITE BELEN LEON LEYTON
DOMENICA LETICIA LAUZO GONZALEZ
ENRIQUE MANUEL ROJAS INTRIAGO
PARALELO: 5/2
CICLO II 2018-2019
MISION Y VISION DE LA UNIVERSIDAD DE
GUAYAQUIL
MISIÓN
VISIÓN
MISIÓN
VISIÓN
Desde el punto de vista clínico, son muchos los factores que influyen en el éxito del
tratamiento. El tercio apical, constituye una de las principales consideraciones
endodóncicas que ha requerido mayor atención por parte de investigadores y clínicos
debido a la complejidad anatómica que caracteriza esta región, lo que representa, en la
mayoría de los casos, un inconveniente para el operador.
OBJETIVOS
GENERAL
ESPECIFICO
CÁMARA PULPAR
La cámara pulpar ocupa la parte interna de la corona y presenta forma semejante a la de
la superficie externa. Sus paredes reciben la misma denominación de las caras coronarias
con las cuales se relacionan.
En dientes monorradiculares, existen cinco paredes denominadas: vestibular, lingual o
palatina, mesial, distal oclusal o techo. Son denominadas así por corresponderse con las
caras del mismo nombre de la corona dentaria. Las paredes incisal y oclusal o te se
corresponden con la pared de dentina que limita a la cámara pulpar en dirección incisal u
oclusal.
CARACTERÍSTICAS RADICULARES
En lo referente al conducto radicular, así como la cámara pulpar, la anatomía interna sigue
la anatomía externa. De esta forma, en una raíz achatada, el conducto también se presenta
achatado. Por lo tanto, es importante destacar que existe una tendencia a la circularidad
apical, es decir, que en una raíz achatada, el conducto tiende a presentarse circular en la
medida que seguimos en dirección apical.
Histológicamente, es posible dividir el conducto en dos conos truncados unidos en su
vértice. Uno de ellos es largo con diámetro mayor hacia la cámara pulpar, denominado
cono dentinario. El otro es corto y mide de 0,5 a 3 mm, abriéndose hacia la región apical,
denominado cono cementario. La unión de los dos conos yuxtapuestos recibe el nombre
de límite cemento-dentina-conducto (CDC) y se encuentra en un promedio de 0,5 a 0,75
mm del ápice anatómico dental.
El conducto dentinario representa la casi totalidad del
ducto radicular y abriga al tejido pulpar. Está dentro de
los límites en los que el endodoncista debe trabajar. Su
diámetro tiende a disminuir con la edad debido a la
constante deposición de dentina.
El conducto cementario aumenta de diámetro el
transcurrir de tiempo, debido a la continua deposición de
nuevas capas que respetan el trayecto del eje vascular
nervioso, es decir, que se depositan en abanico. Abriga en
su interior un tejido conjuntivo denominado erróneamente
muñón pulpar que posee características tanto del
ligamento periodontal como del tejido pulpar, razón por
la cual está exento de odontoblastos.
En la terapia endodóntica el profesional no debe intervenir en el conducto cementario, ya
que es a partir del tejido que lo recubre que tendremos el inicio de la tan ansiada
reparación fisiológica postratamiento endodóntico, que es constatada microscópicamente
por la deposición de cemento en torno del foramen apical.
Didácticamente, el conducto radicular se divide en tercio cervical, medio y apical.
El conducto radicular puede presentar ramificaciones que son vías de comunicación entre
la pulpa y el ligamento periodontal. Se forman cuando un área localizada en la vaina
radicular se fragmenta antes de la formación dentinaria y es entonces cuando los vasos
sanguíneos se quedan aprisionados en la vaina epitelial en proliferación. Las
ramificaciones pueden ser grandes o pequeñas, únicas o múltiples y pueden producirse en
cualquier punto de la raíz, pudiendo ser observadas en cortes histológicos o en dientes
que se vuelven diáfanos pero con mayor dificultad, a través de radiografías.
Dependiendo de la ubicación, estas ramificaciones reciben diferentes denominaciones:
Conducto principal: aloja a la pulpa radicular desde el tercio cervical hasta el tercio
apical (Figura 11-16)
Conducto lateral: ramificación que va desde el conducto principal hasta la superficie
externa del diente (Figura 11-17)
Conducto secundario: salen directamente del conducto principal en dirección del
periodonto apical y se ubican siempre en el tercio apical
Interconducto: pequeño conducto que comunica los conductos principales entre sí, o
uno principal y uno bifurcado; no alcanza el cemento radicular.
Cavo: ramificación a nivel del piso pulpar en dirección del periodonto de la furcación.
Recurrente: salen del conducto principal, sigue un trayecto independiente y llega a
desembocar en el conducto principal antes de alcanzar el tercio apical (Figura 11-18)
Accesorio: se deriva del conducto secundario y alcanza el cemento radicular.
La región apical y periapical, representada por tejidos que incluyen y rodean el ápice
radicular, como se encuentra íntimamente relacionada con el endodonto podrá sufrir las
consecuencias de sus alteraciones, sea por la acción de sus productos de descomposición,
sea por la propia intervención profesional, y aun por la acción directa de las bacterias o
de sus toxinas, lo que puede determinar las más variadas reacciones periapicales.
Esta región, constituida en el centro nervioso, vascular y linfático de todo el periodonto,
cuando es traumatizada por el propio profesional o irritada por los productos de la
descomposición pulpar, bacterias y sus toxinas, como por el empleo de sustancias
citotóxicas, podrá producir reflejos en toda la estructura periodontal.
Considerada una de las áreas del organismo de altísima actividad metabólica, la región
apical y periapical atribuye a la endodoncia actual un papel fundamental en cuanto al
aspecto biológico.
Dentro de las condiciones normales esta región está compuesta por las siguientes
estructuras:
1) Conducto cementario
2) Muñón pulpar
3) Limite cemento-dentina-conducto (CDC)
4) Cemento
5) Foramen apical
6) Membrana periodontal
7) Pared y hueso alveolares
1. Conducto cementario
Revestido por cemento en toda su extensión, comprende de 0,5 a 3 mm,
aproximadamente, del extremo final del conducto radicular, y se encuentra formado por
completo de tres a cinco años después de la erupción del diente. Se presenta por lo general
en forma de embudo, con el diámetro mayor hacia el foramen apical y el menor junto a
la unión cemento-dentina-conducto (límite CDC). Kuttler, al estudiar histológicamente la
porción apical de 436 conductos principales, llega a la conclusión de que la longitud
media del conducto cementario es de 524 micrómetros para los dientes de pacientes
jóvenes y de 659 micrómetros en los de edad avanzada, es decir pasados los 55 años.
2. Muñón pulpar
El conducto cementario está ocupado por un tejido conjuntivo maduro, comúnmente
denominado, en forma errónea, muñón pulpar. Al igual que el ligamento periodontal,
carece de dentinoblastos y posee escasas células, aunque es rico en fibras y otros
elementos estructurales propios de este tejido y por eso la preservación de su vitalidad
durante el tratamiento endodóntico tiene gran importancia para la reparación apical y
periapical
3. Límite cemento-dentina-conducto (CDC)
El "campo de acción del endodoncista" tiene como límite apical la unión CDC. Esta
estructura anatómica adquiere un interés especial en la práctica endodóntico actual por
ser considerada por la mayoría de los autores el punto crítico, el límite de seguridad para
la obtención del éxito. De acuerdo con estos autores, cuando la instrumentación y la
obturación no sobrepasan ese límite existe mayor probabilidad de que ocurra
mineralización apical, que es el resultado ideal de un tratamiento endodóntico. Esta
reparación se realiza a expensas del cemento que recubre el propio conducto cementario,
más allá del límite mencionado, así como de los elementos celulares y vasculares
pertenecientes a la membrana periodontal.
En la práctica, la propia naturaleza favorece la intervención endodóntica, pues el conducto
radicular presenta a ese nivel una mayor constricción, término medio de 223 micrómetros
en los jóvenes y 210 en personas añosas.
En un trabajo de investigación efectuado en seres humanos, por medio de apicectomías
realizadas después del tratamiento endodóntico, observamos que los cortes histológicos
demostraban que la instrumentación y la consiguiente obturación se limitaban al "campo
de acción del endodoncista" (conducto dentinario), cuando la intervención llegaba a 1 a
2 mm antes del ápice radiográfico, en los casos de biopulpectomía y necropulpectomía I.
En casos de necropulpectomía II la obturación se encontraba histológicamente dentro del
conducto dentinario cuando en la radiografía llegaba a 1 mm ápice,
4. -Cemento
El cemento, tejido conjuntivo mineralizado, se diferencia de la capa interna del saco
dental y, por lo tanto, es de origen mesodérmico. Tiene como función primordial proteger
la dentina y mantener al diente implantado en su alvéolo. Esta función se cumple aun
después de la muerte de la pulpa y hasta puede, en estos casos, formar una barrera
protectora por obliteración de los foramina apicales, lo que impide el paso de agentes
externos irritantes para el organismo. El cemento puede ser celular o acelular.
En su tercio apical el cemento es celular y denso, y puede sufrir alteraciones de acuerdo
con las exigencias fisiológicas y principalmente en razón de problemas patológicos. En
casos de reacción periapical de larga duración, como en los abscesos crónicos, puede
haber erosión del cemento que puede llegar hasta la dentina.
5. Foramen apical
El foramen es el orificio final del conducto radicular a nivel del tercio apical de la raíz
del diente. Esta abertura no siempre coincide con el vértice apical de la raíz puesto que,
de acuerdo con Kuttler, en el 68% de los dientes jóvenes y en el 80% de los adultos, la
porción cementaria (conducto cementario) no continúa en la misma dirección de la
porción dentinaria (conducto dentinario). De la misma forma, Burch y Hulen informan
que el foramen se abre antes del ápice anatómico (vértice apical) en el 92,4% de los casos.
Esta abertura, que tiene una dimensión término medio de 495 micrómetros en los dientes
jóvenes y 607 en los adultos y en ocasiones hasta 2 o 3 mm antes del ápice anatómico, no
permite establecer clínicamente ni radiológicamente el límite apical del "campo de acción
del endodoncista" por la simple deducción de la media de la longitud del conducto
cementario, 0,5 mm aproximada- mente de la longitud total del diente
6. Membrana periodontal
Se denomina también pericemento, periodonto apical, ligamento periodontal y membrana
alveolodental. De origen mesodérmico, es a través de la pared externa del saco dental que
se diferencia la estructura inicial de la membrana periodontal. Es un tejido conjuntivo
denso que tiene por función primordial unir el cemento a la pared alveolar,
biológicamente y mecánicamente. Desde el punto de vista biológico, dado que mantiene
los cambios metabólicos entre el cemento y el hueso alveolar, desempeña por lo tanto
funciones nutritivas, de defensa y propioceptivas sensoriales. En el aspecto mecánico,
como está constituida por tejidos blandos, sobre todo por fibras colágenas y estructuras
vasculares distribuidas en una sustancia intercelular gelatinosa, se comporta como un
verdadero "amortiguador hidrostático" en el cual el sistema fluido interviene en la
transmisión y neutralización de las fuerzas que actúan sobre los dientes.
Dado que se encuentra situada entre la pared alveolar y el cemento, la membrana
periodontal se manifiesta radiográficamente como una línea radiotransparente, más
pronunciada en per sonas jovenes.
7. Pared y hueso alveolares
También son de origen mesodérmico y de la capa externa del saco dental.
La pared alveolar (lámina dura) consiste en una capa de hueso que limita por fuera la
membrana periodontal. En condiciones normales es continua y, como es más densa,
puede ser distinguida radiográficamente del hueso alveolar porque es más radioopaca.
A través de los rayos x su normalidad se caracteriza por su integridad (es continua), su
radioopacidad y la nitidez de su límite interno. Del lado exterior se confunde con el
trabeculado del hueso esponjoso.
El hueso alveolar está compuesto por dos partes. Una, representada por el hueso
Compacto que limita la parte esponjosa y otra, el hueso esponjoso propiamente dicho, y
que constituyen los componentes de sostén alveolar de los dientes.
El hueso esponjoso, debido a que su naturaleza es más plástica, sufre con facilidad las
consecuencias de los procesos inflamatorios de la región periapical a través de
reabsorciones que, cuando se revelan radiográficamente, constituyen elementos
importantes para el diagnóstico
Debido a la presencia de dos conductos, uno está hacia vestibular y otro hacia palatino,
pudiendo terminar en un foro único o en forámenes distintos. (Figura 11 – 30)
Sus raíces están más próximas unas con otras, pudiendo haber fusión entre las mismas,
principalmente las raíces mesiovestibular y la palatina. Es preciso destacar que esta
función puede producirse entre las tres raíces dando origen a un conducto único.
ARCADA INFERIOR
INCISIVOS INFERIORES
Poseen cámara pulpar semejante a la de su homólogo superior, pero con dimensiones bien
menores por lo tanto, se presenta bastante achatada en sentido próximoproximal.
CANINOS INFERIORES
Son semejantes a Los caninos Superiores, pero con dimensiones menores y mayor
achatamiento mesiodistal.
Normalmente presentan una raíz con un conducto pudiendo presentar hasta dos conductos
o dos raíces, siendo una vestibular y otra lingual. La sección transversal es ovoide en el
tercio cervical y circular en la medida que se dirige al ápice.
PRIMER PREMOLAR INFERIOR
Generalmente posee una raíz con un conducto amplio en sentido vestibulolingual, pero
achatado en sentido mesiodistal. La sección transversal del conducto varía de ovoide a
circular.
Puede también presentar dos raíces en donde una es vestibular y otra lingual.
Posee una anatomía semejante a la del primer molar, pudiendo presentar una fusión
parcial o total de sus raíces. Su inclinación en el arco es de 15° en sentido mesiodistal y
12° en sentido vestibulolingual. Su longitud promedio es de 20 mm.
CONCLUSIÓN
Es de suma importancia conocer la anatomía interna de la cavidad debido a que vamos a
tratar con esta y podemos llegar a causar un mal tratamiento debido a la falta de
conocimiento de la cámara pulpar y conducto radicular.
El conducto dentinario representa la casi totalidad del ducto radicular y abriga al tejido
pulpar. Está dentro de los límites en los que el endodoncista debe trabajar.
En la zona de unión entre el conducto dentinario y el conducto cementario (limite C-D-
C: conducto-dentina-cemento) se encuentra la constricción apical, la cual es más estrecha
en adultos mayores que en jóvenes; este sitio es de mayor importancia conocerlo ya que
es el campo que el endodoncista no debe trabajar.
Bibliografía
Eduardo, M. (2016). Endodoncia: Ciencia y Tecnologia.
Leonardo, M., & Leal, J. M. (s.f.). Endodoncia Trataminto de conductos radiculares. Buenos
Aires: Panamericana.