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Selección de inversiones - La primera decisión a adoptar consiste en la elección de la técnica

utilizada para medir el valor de una determinada oportunidad de inversión. Tal técnica debe
suministrar una respuesta consistente con independencia de la naturaleza de las variables que se
introduzcan. Debe indicar el grado de rentabilidad del proyecto, y debe suministrar una medida viable
de comparación con oportunidades alternativas. Describiremos diferentes técnicas, las primeras dos si
bien son intuitivas y populares entre los empresarios, no son consideradas serias entre los
profesionales.
1. Rentabilidad de la inversión original - Existe una relación obvia entre la inversión y los
ingresos que produce, y quizás el método más popular para expresarla sea la rentabilidad de la
inversión original. Éste es el beneficio medio anual expresado como porcentaje del empleo de capital
original; por ejemplo, si una inversión de 100.000 dólares da lugar a unas entradas en caja de 40.000
dólares por año a lo largo de los próximos 5 años, la rentabilidad de la inversión original es del 20 %
calculado como sigue:
= Entradas de caja menos salidas de caja
Beneficio
= 200.000 dólares menos 100.000 dólares
= 100.000 dólares
= 100.000 dólares ∕ 5
Beneficio medio anual
= 20.000 dólares
=20% del empleo del capital original
Sin embargo, con esta técnica no se tiene en cuenta la recuperación del capital desembolsado a lo
largo de la vida del proyecto. Para solucionar este problema, se adopta una variación por la cual el
beneficio medio de 20.000 dólares se compara con la mitad del capital original desembolsado de
100.000 dólares, de acuerdo con el supuesto de que el capital original desembolsado se recupera de
manera constante a lo largo de la vida del proyecto. De acuerdo con estas circunstancias, la rentabilidad
pasa a ser ahora del 40 %. De esta manera únicamente se supera el problema de la recuperación del
capital, siempre que sea correcto el supuesto de una recuperación constante, aunque en la mayoría de
las situaciones es probable que no sea cierto. Además, como en el caso de la rentabilidad de la inversión
original, se halla sujeta a las siguientes críticas. Ignora la vida útil de la inversión, y tiende a discriminar
en contra de proyectos de corta vida. Tampoco concede ningún peso a la distribución temporal a las
entradas de caja. Se da el mismo valor a un dólar hoy que dentro de n años; por ejemplo, en el caso
citado, suponiendo que el total de los flujos de caja a lo largo de los 5 años suma 200.000 dólares, da
una rentabilidad del 20 %. Esto discriminará en contra de proyectos que den lugar a elevados flujos de
caja en los primeros años y a flujos reducidos en los años siguientes. Finalmente, la rentabilidad
obtenida con este método no es comparable con el tipo de interés del mercado. Una rentabilidad del 20
% no significa que si la empresa debe tomar prestado dinero a un tipo de interés superior al 20 % para
financiar el proyecto, éste no sea rentable. Si pudiera obtener dinero a un tipo de interés inferior al 28,5
% sobre el capital al comienzo de cada año, entonces se trataría de una proposición rentable. Por lo
tanto, la rentabilidad de la inversión original o media no constituye una norma válida para medir el
costo de oportunidad de una inversión.
2. Período de recuperación - Una técnica popular para juzgar los proyectos de inversión es la del
período de recuperación, esto es, un período temporal definido durante el cual el desembolso de capital
original debe ser cubierto por las entradas de caja, y, a menos que un proyecto pueda satisfacer esta
exigencia, no es considerado; por ejemplo, en la anterior ilustración, el período de recuperación es de
dos años y medio. La aparente sencillez de esta técnica ha llevado a su amplio uso. Sin embargo, no
satisface los criterios estipulados. No existe ningún método para determinar cuál es el período de
recuperación exacto que deba utilizarse. Esta técnica ignora la rentabilidad: por ejemplo, dos proyectos
pueden presentar idéntico período de recuperación, pero pueden exigir distintos desembolsos de
capital, exhibir distintas entradas de caja a lo largo de un número de años distinto, y, en tanto que como
resultado de todo esto pueden presentar una gran diferencia en cuanto a su rentabilidad, por lo que se
refiere al período de recuperación son idénticos. Tampoco tiene en cuenta las variaciones en la
distribución temporal de las entradas de caja, esto es, dentro del período de recuperación se da el
mismo peso a un dólar hoy que a un dólar que se tendrá dentro de dos años. A pesar de que estas
críticas han hecho que esta técnica haya sido abandonada por los teóricos, ciertos estudios llevados a
cabo han puesto de manifiesto que en indeterminadas circunstancias suministra una solución
consistente con la que pueda obtenerse mediante métodos más sofisticados.
Para vencer los inconvenientes de estos métodos se necesita una técnica que tenga en cuenta las
variaciones en la vida útil del proyecto, la fluctuación de los flujos de caja, la recuperación del capital a
lo largo de la vida del proyecto, y que presente una tasa que pueda compararse con las oportunidades
externas a la empresa. Las técnicas que en mayor medida cumplen con estas exigencias son las que
entran en el título de la actualización de los flujos de caja.

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3. Técnicas de actualización de los flujos de caja - Aunque estas técnicas presentan muchas
variedades, las dos más conocidas son la técnica de la rentabilidad interna (TIR) y la del valor neto
actualizado (VAN), y aunque la primera posee muchos adeptos, presenta ciertas limitaciones que hacen
que constituya un método de menor valor para la selección de inversiones.
El método de la tasa interna de retorno se refiere al tipo de interés que, aplicado al capital de
que se dispone al comienzo de cada período, hará posible que las entradas de caja sirvan para cubrir
exactamente la totalidad de las cargas del interés y para reponer el capital desembolsado. Se trata de
hallar la solución de r en la siguiente ecuación:
𝑛
𝐶𝑡
𝐶0 + ∑ =0
(1 + 𝑟)𝑡
𝑡=1
Donde:
Co = movimiento de caja al comienzo del período de la inversión (normalmente negativo)
Ct = subsiguientes movimientos de caja en el período t (positivos o negativos)
r = rentabilidad interna (en forma decimal)

Ejemplo. Si invirtiendo 300 dólares pueden alcanzarse unas entradas de caja de 114 dólares anuales en
un período de 3 años, entonces la rentabilidad interna alcanzada es del 7 %,
114 114 114
-300+ + + =0
(1,07)1 (1,07)2 (1,07)3

y suponiendo que el costo del capital para la empresa sea inferior al 7 %, entonces ésta es una
proposición ventajosa. La anterior puede presentarse alternativamente como
l 2 3 4 5
Capital al Interés Capital al
comienzo del Movimiento final del
del período 7% Total de caja periodo
dólares dólares dólares dólares dólares
Año 1 300 21 321 114 207
Año 2 207 14 221 114 107
Año 3 107 7 114 114 0
Con la técnica del Valor Actual Neto se introduce directamente en el cálculo el concepto de un tipo
de interés que hay que pagar por el capital, denominado de ahora en adelante el «costo de capital».
Se actualizan a este costo del capital todos los movimientos de caja con el fin de hallar un valor actual
que, si es positivo, indicará que el proyecto presenta un rendimiento más elevado que el costo del
capital necesario para realizarlo. Utilizando la anotación anterior, esto significa que si i = el costo del
capital y:
𝑛 entonces la rentabilidad alcanzada con el proyecto es igual al costo
𝐶𝑡
𝐶0 + ∑ =0 del capital necesario para financiarlo.
(1 + 𝑟)𝑡
𝑡=1
𝑛 entonces la rentabilidad alcanzada con el proyecto es superior al
𝐶𝑡
𝐶0 + ∑ >0 costo del capital necesario para financiarlo.
(1 + 𝑟)𝑡
𝑡=1
𝑛 entonces la rentabilidad alcanzada con el proyecto es menor al costo
𝐶𝑡
𝐶0 + ∑ <0 del capital necesario para financiarlo.
(1 + 𝑟)𝑡
𝑡=1

Por ejemplo, si en el ejemplo anterior el costo del capital fuera del 5 %, existiría un valor neto
actualizado positivo, esto es:
114 114 114
-300+ 1+ 2 + 3 = 10,5 > 0
(1,05) (1,05) (1,05)
Estos dos métodos suministran una norma que toma en consideración el factor temporal y la reposición
del capital a lo largo de la vida del proyecto, pero aquí termina su similitud. Únicamente en aquellos
casos en que la tarea de la empresa consista en aceptar o rechazar una decisión sobre la base de su
rentabilidad, ambas técnicas conducirán a la misma decisión y podrán utilizarse indiscriminadamente.
Sin embargo, es probable que esta situación se presente en muy pocos casos, puesto que las técnicas de
selección de inversiones, además de indicar si un proyecto particular satisface o no los requisitos
financieros mínimos impuestos por la organización, deben también indicar cuál de los diversos
proyectos es más probable que sirva para alcanzar el objetivo impuesto por la empresa, que aquí se
supone es la maximización del valor actual.
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