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François Bovon, Grégoire Rouiller Eds. Exégesis. Problemas de Método y Ejercicios de Lectura Génesis 22 y Lucas 15 PDF
François Bovon, Grégoire Rouiller Eds. Exégesis. Problemas de Método y Ejercicios de Lectura Génesis 22 y Lucas 15 PDF
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'Un texto no tiene una sola entrada ni una única clave."
EXEGESIS
Problemas de método y ejercicios de lectura
(Génesis 22 y Lucas 15)
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EXEGESIS
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LISTA DE ABREVIATURAS
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EXEGESIS
8
LISTA DE ABREVIA TU RAS
9
INTRODUCCION
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EXEGESIS
12
INTRODUCCION
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EXEGESIS
14
INTRODUCCION
15
EXEGESIS
FRAN¡;;ois BovoN
8 Mas familiar con la situación social del siglo XVII que con la del 1, Leen-
hardt ha aplicado su método a un sermón de Massillon en referenci,a a la para-
bola del hijo pródigo. En este sermón, Massillon predica precisamente sobre el
texto bíblico de Le. 15.
~ Carta del 18 de julio de 1972.
16
PRIMERA PARTE
Génesis 22:1-19
Lucas 15:11-32
GRÉGOIRE RomLLER
El sacrificio de Isaac
FRANCOis
, BovoN
Primera leotura
J. ELEMENTOS DE LECTURA
1 "No hay por tanto ningún motivo para modificar 'ajar (= detrás) ert 'ajad
(= uno, alguien) como sucede a menudo y aun está documentado en muchos
testigos textuales"( R. Kilia.n, op. cit., pág. 57, n. 14). Hemos podido consultar:
Compte renda préliminaire et provisoire sur le travail d' analy se textuelle de
l'Ancien Testament hébreu, tondres, 1973.
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EL SACRIFICIO DE ISAAC
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EL SACRIFICIO DE ISAAC
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EL SACRIFICIO DE ISAAC
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EL. SACRIFICIO DE ISAAC
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EXEGESIS
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EL SACRIFICIO DE ISAAC
12.2 Se podrán leer páginas interesantes de A. George, ob. cit,, págs. 104-
105, sobre este problema. Pero sobre todo los estudios de J. Henninger y H.
Cazelles, "Primogénitos (I'Premiers.-né/') (en etnología y en el Antiguo Tes-
tamento)", DBS VIII, col. 461.491. Estos artículos son de 1968-1969.;
23 Como lo ha,ce H. Reventlow, quien se apoya en el estudio de J. Fichter
y reconoce en 14 una forma· de etiología usada ordinariamente para nombres de
lugar, y Kilian, el cual discute --creemos que a justo título- las conclusiones de
Reventlow. Véase Reventlow, op. cit., págs. 26-31; R. Kilian, op. cit., págs.
37 SS.
~2-4 :¿Fue introducido por el redactor quien ha modificado el v. 2? R. Kilian
lo piensa. Es posible.
25 Véase R. Kilian, op. cit., pág. 48.
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EXEGESIS
28 Véase N. Lohfink, Die Landverheissung als Eid, Stuttgart 1967, pág. 53.
27 La comparación de todo el pasaje con Gn. 26:1-7 y 32:13 hecha por
R. Kilian es instructiva.
28 Estudios de R. Le Déaut, A. Jaubert, M. McNamara, R. Rendtorff; L.
Sabourin, G. Yermes.
29 Tenemos ya la excelente edición de A. Díez Macho, Neophyti 1: Targum
Palestinense, 1, Génesis, Madrid-Barcelona, 1968.
30 M (glosa marginal) : "La Palabra de Yavé".
;Sl M: " ... donde se construirá el Templo".
32 M: "y cortó".
33 M: "la Palabra (de Yavé)".
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EL SACRIFICIO DE ISAAC
4 Al tercer día, Ahraham levantó los ojos y vio el sitio desde lejos.
5 Y Ahr aham (dijo) 34 a sus servidores: 35 "Quedaos aquí con el
asno, en tanto yo y el muchacho 116 iremos hasta allá abajo, reza-
remos y volveremos a vosotros".
6 Ahraham tomó la leña del holocausto, la colocó sobre su hijo Isaac,
tomó en su mano el fuego y el cuchillo y se fueron los dos jun-
tos, con un corazón perfecto. 37
7 E Isaac habló a su padre Abraham y le dijo: "¡Padre mío!" Dijo:
"¡Heme aquí, hijo núo!" Dijo: "He aquí el fuego y la leña.
Pero ¿dónde está el cordero para el holocausto?"
8 Abraham dijo: "Delante de Yavé será preparado para él un cor-
dero 38 para el holocausto. Si no, eres tú el cordero del holocaus-
to". E iban los dos juntos, con un corazón perfecto.ll 9
9 llegaron al lugar que Y avé le había dicho y Ahraham construyó
allí el altar. Dispuso la leña, ató a su hijo Isaac y lo puso sobre
el altar encima de la leña.
10 Después Abraham extendió la mano y tomó el cuchillo para sa-
crificar a su hijo Isaac.
Isaac tomó la palabra y dijo a Abraham, su padre: "Padre mío,
átame bien para que no te dé 40 patadas 41 de tal manera que tu
ofrenda sea hecha inválida y yo sea 42 precipitado 43 en la fosa
de perdición en el mundo por venir".
Los ojos de Abraham estaban (fijos) sobre los ojos de Isaac
y los ojos de Isaac estaban vueltos hacia los ángeles de lo alto. ' 4
34 Falta en el texto.
35 M: "a sus dos servidores".
36 M.: "el niño".
37 M: "con un corazón apaciguado (= tranquilo)".
'.18 M: "la Palabra de Yavé se preparará el cordero ... "
39 M: "con un corazón apaciguado".
40 M: " ... (no sea que) a la hora de mi sufrimiento nos debatamos y
causemos confusión y nuestra ofrenda se halle inválida y estemos en deuda con-
tigo, entre las manos de los Cielos (=Dios)). Los ojos de Isaac ... ''
41 Lit.: "para que no demos ... "
o412 Lit.: " ... que seamos".
4.3 Lit.: empujados = arrojados.
44 M: "Isaac los veía".
31
EXEGESIS
45 =justos.
4'6Prob.: "en el universo".
47 M: "no tiene consideración'' (no ahorra jws).
48 M: "Abraham respondió en la lengua del santuario y dijo ... ".
49 M: "sobre ei niño".
•50 Falta en el texto. Dado por M.
51 M: "en vez de".
52 M: "Tú eres, Yavé, quien ve y no es visto. Todo ... ".
53 M: " ... tu mandamiento y observado tu orden".
54 M: "Te lo suplico por tu misericordia, Yavé Dios. Cuando los hijos de
<
Isaac entren en el tiempo de la angustia ( anágke = por fuerza, necesidad)
tú te acordarás en su favor de la aqu'edá de Isaac, su padre. Tú les remitirás
y perdonarás sus pecados y los librarás de toda angustia. Pues deben surgir
las generaciones que vendrán a decir: Sobre la montaña del santuario de Yavé,
Abraham ha ofrecido ... ".
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EL SACRIFICIO DE ISAAC
-55 M: "así".
56 M: "retornó".
57 M: "y anduvieron juntos hacia Berseba". Se interpreta siempre: "el
pozo de Seba".
'58 Sobre el Neófiti y el Targum palestino en general se pueden consultar
los estudios de R. Le Déaut, en especial lntroduction a la littératu-re targumique
(Roma 1966), y el excelente estado de la cueztión de Díez Macho, "Le Tar-
gum palestinien", Ret-5R, 47 (1973): 169-231.
Sobre la distinción entre Targum y Midrás ver: R. Le Déaut, " ... no se
sabe nada de preciso sobre las relaciones entre midrás J targum, en la época
antigua; ambos se han transmitido oralmente durante la¡rgo tiempo y parecen
fusionados desde la,s más antiguas manifestaciones escritas de uno y otro'\ Bib.
48 (1967): 143 (rec. de Fitzmayer). El mismo autor retoma el problema dos
años más tarde: "A propos d'une définitión clu midrásh", Bib, 50 (1969): 395-
413. En fin, sobre todo en su artículo: "Un phénomene spontané de l'herméneu-
tique jztive ancienne", Bib, 52 (1971): 505-525.
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EL SACRIFICIO DE ISAAC
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EXEGESIS
66 Véase A. Jaubert, op. cit., págs. 381 s. El mérito de Abraham será por
otra parte usado diversamente. Así Mekhiltá sobre el Exodo dirá: "R. Ba¡¡ma: es
por el mérito de la buena a ~ción que hizo Abraham, que yo hendiré para! ellos
el ma:r: Gn. 22:3" .(él partió la leña para el holocausto). Sobre Ex. 14:15. Lo
mismo: "R. Y osé de Galilea: cua.ndo los israelhas llegaron al mar, el monte
Mloria ya estaba erradicado de su lugar; el lazo de Isaac dispuesto como si es-
tuviese puesto sobre el altar y Abraham como cuando extendía la mano para in-
molarlo (Gn. 22:10)". Sobre Ex. 14:15.
•67 R. Le Déaut, La nuit pasca[e,, cap. III.
68 Ya el libro de los Jubileos 17:15 sitúa el sacrificio de Abraham en la
fecha de la Pascua. El mismo texto atribuye la tentación a la instigación del
príncipe Mastemá. El c. 18 hará una ley para Israel de celebrar esta fiesta.
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EL SACRIFICIO D:E ISAAC
69 A. Jaubert indica con qué matices hay que interpreta,r este valor ex-
piatorio, op. cit., pág. 382. El estudio de G. Yermes permanece e~encial sobre
este punto (con la reseña de P. Grelot, Bib, 42 [1961): 458).
70 A. J aubert ci:ta algunos estudios sobre estos problemas, op. cit., pág.
382, nota 35.
71 La Sifré sohr.e el Dt. 10 da de ello testimonio: "En tanto nuestro pa-
dre Abraham no había venido al mundo, por así decir, el Santo b.s. no era rey
sino en el cido (Gn. 24:7); pero desde que Abraha.ín nuestro padre vino al
mundo lo hizo reinar sobre el cielo y sobre la tier.ra (Gn. 24:3) ". "Si el Lugar
hubiese pedido a nuestro padre Abraham la niña de su >Ojo, se la habría dado,
lo mismo si le hubiese pedido su vida, a saber Isaac, su único, su vida''. Esta
identificación de Isaac y de la propia vida de Abraham es interesante.
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EXEGESIS
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EL SACRIFICIO D·E ISAAC
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EXEGESIS
BIBLIOGRAFIA ESCOGIDA
Algunos comentarios
Cuestiones introductorias
Véanse las introducciones de O. Eissfeldt; G. Fohrer-K Sellin; leer igual-
mente H. Cazelles art. "Pentateuque'', DBS; M. Noth, Oberlieferu;ngsge' chichte
des Pentateuch, Stuttgart 1948, 2 pág. 38; 121 y passim; R. de Vaux; Histovre
an~ienne d'lsraiil, París 1971, págs. 269-270.
lnterpretc~ciones de conjunto
E. Auerbach, Mimesis. La représentation de la réalité dans la líttéra;ture occi-
dentale, París 1968; ed. alemana, 1946 y 1949.
G. Fohrer, "Theologische Züge des Menschenbildes im Alt.en Testament", en
Studien zur alttestamentlichen Theologie und Geschichte, 1949-1966, Belrlín
1969, págs. 1í6-194.
A. George, "Le sacrifice d'Abraham. Essai sur les diverses intentions de ses
narrateurs", en M élanges León Vaganay, Études de critique et d'histdire
religieuses, Lyon 1948, págs. 97-110.
J. L. McKenzie, "The Sacrifice of Isaac (Gén. 22)'', Scripture, 9 1957: 79-84.
R. Kilian, Die vorpriesterlichen Abrahamsüberlie/e.rungen, literarkriticsh und
tradition>tg~schichtlich untersucnt, Bonn 1968, págs. 263-278.
R Kilian, lsaaks Opferung, Stuttgart 1970.
l. Maybaum, "Die Opferung lsaaks", EvTh; 17 1957: 249-264.
H. von Reventlow, Opfere deinen Sohn, Eine Auslegung von Gen. 22; Nuekirchen-
Vluyn, 1968.
J. L. Vesco, "Abraha.m Actualisation et relectures. Les traditions vétérotes-
tamentaires", RSPhTh, 55 1971: 33-80.
C. W·estermann, "Arten der Erzahlung in der Genesis", en Forschung am alten
Testament; Munich 1964; págs. 9-91.
Otros estudios de conjunto: ver J ..L. Vesco, op. cit., págs. 53f3s. (en especial:
R. Martin-Achard; Th. Klausner; G. Moore; M. Buber ... ).
Estudios particulares
Etiología
J. Fichter, "Die etymologische Actiologie in drn Namengebungen der geschicht-
lichen Bücher des alten Testaments", VT, 6 1956: 372-390.
F. Golka, "Zur Erforschung der Aetiologien im alten Testament, VT; 20 1970:
90-98.
B. O. Long, The Problem of Etiological Narrative in the Old Testament, Berlín
1968.
L. Sabourin, "L'étiologie biblique", BThB, 2; 1972: 201-206.
40
EL SACRIFICIO DE ISAAC
En el Nuevo Testamento
J. Daniélou, "La typologie d'lsaac dans le christianisme primitif", Bib; 28 1947:
363-393.
A. Gahoury, "Deux fils uniques: Isaac et Jésus. Connexions vétéro-testamen-
taires de Me. 1:11 (paralleles) '' en Studia Evang.elica 4, Berlín 196&, págs.
198-204.
D. Lerch, haaks Opferung christlich gedeutet, Tubinga 1950.
I. Lévy, "Le sacrifice d'Isaac et la mort d'e Jésus", RE!, 64, 1912: 161-184.
H. J. S:hoeps, "The Sacrifice of Isaac in Paul's Theology", JBL; 65 1946:
385-392.
J. E. Wood, "Isaac, Typology in the New Testament", NTS, 14, 1967/1968;
583-589.
41
LA PARABOLA DEL HIJO PRODIGO
Lucas 15:11-32
Primera lectura
1. INTRODUCCION
Contexto estrecho
43
EXEGESIS
Contexto amplio
Autor del tercer evangelio y del libro de los Hechos, Lucas pro·
pone una visión religiosa de la historia de Dios y de su pueblo. El
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LA PARABOLA DEL HIJO PRODIGO
2 H. Conzelmann, Die Mitte der Zeit. Studien zur Theologie des Lukas, Tu-
binga, 1960, 2 págs. 53-57.
13 Véase últimamente P. von der Osten-Sacken, "Zur Christologie des Luca.-
nischen Reisebei·ichts", EvTh 33 (1973): 493 y ss., quien señala algunos pre-
decesores e inserta esta función eclesiológica del viaje' en un cuadro cristológico.
4 ·Po'r ejemplo J. Cantinat, "Les paraboles de la miséricorde (Luc. 15:1-32)",
NRTh 77, 1955, 246 y ss.
;; Le. 1:50, 54, 58; 72; 78.
45
EXEGESIS
recen con una luz tanto más viva cuanto que Lucas, como lo ha no-
tado E. Fuchs, 6 hace seguir el .capítulo 15 con diversas parábolas
que ponen en evidencia lo inverso de la salvación, la perdición (Le.
16:1 ss.).
Le. 15:11-32 permite por lo demás analizar de cerca el proceso
de decisión humana. Confirma las particularidades lucanas de la m,e-
tánoia que se detecta en el libro de los Hechos: para llegar a la fe y
a la salvación, los hombres deciden ante todo hacer un alto, luego se
comprometen activamente. Así, en un primer tiempo, el hijo pródigo
entra en sí mismo para analizar su situación y preparar su decisión.
Luego ejecuta su plan en un segundo tiempo. Al alto -impuesto por la
meditación interior- (eis heauton de elthón efe, v. 17) sucede el mo·
vimiento en la nueva dirección, la del padre (ka'i anastas élthen, v. 20).
46
LA PARABOLA DEL HIJO PRODIGO
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EXEGESIS
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LA PARABOLA DEL HIJO PRODIGO
:20 V. Propp, Morphologie du conte .. . , (trad. del ruso; París, 1970 -de
la segunda edición, 1969; la primera data de 1928). (Hay versión en españoL,)
21 E. Gütmanns, "Die linguistisch-didaktische Methodik der Gleichnisse
Jesu", en Studia Linguistica NeO'testamentica. Gesammelte Aufsiitze zur linguis-
tischen Grundlage einer N eutestamentlichen Theologie, Munich, 1971; págs. 99-183.
22 A. Jülicher, ,op. cit., pág. 335. M. J. Lagrange; Évangile selon Saint
Luc.; París, 1927, 4 págs. 419 y ss. estima en primer lugar que el título tradicio-
nal es demasiado estrecho. Prosigue dLiendo que "la primera parte, tan conmo-
vedora, tiene su valor propio que es aun el principal" (pág. 420 )..
123 D. Buzy, "Enseignements paraboliques", RB, 14, 1917: pág. 191 (citado
por M. J. Lagrange, op. cit., p. 420),
124 E(rnst) Fuchs, "Das Zeitverstiindnis Jesu", en Zur Frage nach dem
historischen Jesus, Tubinga, 1965; i2 págs. 369-371; y a,rt. cit. en la n. 3; pág. 38.
Entre las muchas intukiones de Fuchs, anotamos éstas: la parábola no justi-
fica ni la actitud del hijo menor ni la del mayor, sino la del padre; la "caída''
del mayor aparece en el largo discurso que dirige a su padre.
125 J. Jeremias, op. cit., pág. 113; en particular la n. l.
49
EXEGESIS
11 . EXEGESIS
Crítica textual
Cuatro variantes merecen ser discutidas:
l. En el v. 16, preferimos gemisai ten koilian ("llenarse el vien-
tre"), a jortasthenai ("ser saciado"), pues esta expre,sión vulgar ha de-
bido chocar a escribas que la han sustituido por un verbo más conve·
niente inspirándose en Le. 16:21 ( epithumon jortasthenai).
2. Muchos manuscritos importantes tienen un texto largo en el
v. 21 que retoma textualmente el v. 19. Se trata sin duda de un de-
sarrollo secundario. Ciertos escribas han querido que el hijo menor
pronunciase exactamente el mismo discurso que se había prometido
expresar.
3. En el v. 22, proponemos mantener la lección taju ("de prisa")
cuya desaparición se explica: la rapidez con la que el padre perdona
ha desagradado probablemente a ciertos escribas de una Iglesia cuya
disciplina penitencial tomaba un cierto tiempo por razones de pedago·
gía .religiosa.
4. Relativamente mal atestiguado, aristéso (v. 29) es tan válido
como eufrantho (este último verbo ya ha sido usado dos veces, en
los vv. 23 y 24b). Si se retuviera esta lección, la modesta comida
imaginada por el mayor contrastaría bien con el festín organizado
para el menor.
i26 J. D. M. Derrett, "Law in the New Testament: The parable of the Prodi-
ga} Son", NTS, 14 (1967-1968): 58-59 (retomado ahora en Law in the New
Testament; Londres, 1970, págs. 100-125. Cito según la revista).
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·55 Véase Tito 1:13 y 2:2. Se leerá con interés el excursus de M. Dibelius,
Die Pastoralbriefe, dritte Auflage neu bett.rbeitet, von H. Conzelmann, Tubinga;
1955, págs. 20-21.
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LA PARABOLA DEL HIJO PRODIGO
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EXEGESIS
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LA PARABOLA DEL HIJO PRODIGO
BIBLIOGRAFIA ESCOGIDA
Algunos comentarios
F. Godet, 2 vols., 1871; A. Plummer, JCC, 1901,4 B. Weiss, Meyer's Kom-
menta'T, 1901, A. Loisy, 1924, M. J. Lagrange, Études Bibliques, 1927; E. K.
Klostermann, Handbuch zum Neuen Testament, 1929; 2 A. Schlatter; 1931; K.
H. Rengstorf, NTD, 1937, 1968; 13 A. R. C. Leaney; Black's NT Commentaires;
1958; E. E. Ellis, 1966; W. Grundmann, Theol. Handkommentar zum NT (1969). 1!
Algunos libros dedicados a las parábolas
A. Jülicher, Die Gleichnisreden Jesu, I; Friburgo-Leipzig-Tubinga; 1899, 2; Il,
1899.
C. D. Dodd, The Parables of the Kingdom, 1935; ed. revisada, Londres, 1961.
J. Jeremias, D~e Gleichnisse ]esu, 1947; Gotinga; 1961; 3 hay versión en español.
E. Linneman, Gleichnisse Jesu. Ein/ührung und Auslegung, 1961; Gotinga, 1966. 4
D. A. Via, The Parables. Their Literary and Existential Dimension, Filadelfia;
1967.
Problemas jurídicos
J, Da'uvillier, "Le partage d'ascendant et la parabole du fils prodigue'', en Actes
du Congres du Droit Canonique (Cinquanten.aire, 1947), París, 1950, págs. 223-
228.
D. Daube, "Inheritance in Two Lukan Pericopes", Zeitschrift der Savigny-Stiftung
für Rechtsgeschichte, Romische Abteilung, 72, 1955: 326-334.
J. D. M. Derrett, "Lafw in the New Testament: The Parable of he Prodiga! Son",
NTS, 14, 1967-1968: 56-74, retomado en Law in the New Testament,
Londres, 1970, págs. 100-125.
K. H. Rengstorf, Die Re-investitur des V erlorenen Sohnes in der Gleichniserziih-
lung ]esu Luk. 15, 11-32, Colonia, Opladen, 1967.
Tradición-redacción
E. Schweizer, "Zur Frage der Lukasquellen, Analyse von Luk. 15, 11-32", ThZ;
4, 1948: 469-471.
J. Jeremias, "Zum Gleichnis vom verlorenen Sohn, Luk. 15, 11-32", ThZ; 5;
1949: 228-231.
E. Schweizer, "Antwort an Joachim Jeremias, S. 228-231'', ThZ, 5; 1949: 231-
233.
E. Rasco, "Les paraboles de Luc. XV. Une invitation a la joie de Dieu dans le
Christ", en De !ésus au.x fvangiles. Tradition et Rédaction dans les fvangiles
synoptique.', ed. l. de la Pottérie, Gembloux, París, 1967, págs. 165-183.
J. T. Sanders, "Tradition and Redaction in Luke XV, 11-32"; NTS, 15, 1968-
1969: 433-438.
J. Jeremias, "Tradition und Redaktion in Lukas 15:", ZNW, 62; 1971: 172-189.
L(uise) Schottroff, "Das Gleichnis vom verlorenen Sohn", ZThK; 68, 1971:
27-52.
63
EXEGESIS
Textos paralelos
Ch. S"hottgen, Horae hebraicae 1733 et talmudicae .. . , 1, Drer.de, Leipzig, págs.
296-297 (ilustración, en Semot Rabbá 46, fol. 140, 2, de ls. 64:7 y Sal: 77:3;
por la historia del hijo de Arquiater quien, luego de haberse asociado a un
hombre malo como si fuera su pa!(ire, cae enfermo y llama en auxilio a su pa-
dre verdadero; éste, que se había ama!rgado por la infidelidad de su hijo,
se compadece a pesar de todo).
Th. Mangey, Phílonis !udaei opera quae reperiri pot.uerunt omnia, 11; Londres;
1742, pág. 676 (fragmento de catena sobre Gn. 27:6 y ss.: el padre de dos
hijos, uno bueno y el ot'ro culpa.ble, se ocupa preferentemente del culpable,
que tiene más necesidad de él) .
J. J. Wettstein, Novum Testamentum Graecum .. . , 1, Amsterdam, 1751-1752;
págs. 758-762 (válido sobre todo por el vocabulario) .
Ps. Quintiliano, Declamationes maiores, ed. G. Lehnert; Leipzig; 1905; págs.
88-110 (el caso del padre rescatado quien por falta de medios, debe optar
entre sus dos hijos captur11dos pdr los ladrones y rescata finalmente al en-
fermo que muere sobre el camino de regreso; citado por L. s~hottroff,
art. cit.
Aesopi Fabulae., ed. E. Chambry, 11, París, 1926, págs. 405 s. (la fábula del
joven pródigo y de la golondrina) .
A. Deissmann, Licht vom Osten, Tubinga, 1923, 4 págs. 154 s. (carta del "hijo
perdido" Antonis Longos a' su madre Neilus).
H. L. Strack-P. Billerbeck, Kommentar zum Neuen, Testament aus Talmu~ und
Mídrasch, 11; Munich, 1924, págs. 212-218 (LevR 132c: si observáis la Torá,
comeréis pan; si no la valra está pronta para golpearos. Cuando los israe-
litas son humillados al punto de comer algarrobas, hacen penitencia; DeutR
198d: a propósito de Dt. 3:30, pal!'ábola del hijo de un rey. Conduciéndose
mal, es invitado por un educador enviado por su padre a entrar en sí mismo).
G. Rosenkranz, "Das GJ,eichnis vom verlO'renen Sohn im Lotos-Sfrtra und im
Lukas-evangelium", ThLZ, 79, 1954: 281-282.
J. Alonso Díaz, "Paralelos entre la narra.ción del libro d'e Jonás y la parábola del
hijo pródigo", Bib, 40, 1959: 632-640.
W. G. Braudo, Midrash on Psalms, 1, Yale, 1959, pág. 131 (sobre el Sal. 9:1:
un rey tenía dos hijos; prefirió al pequeño cubierto de poh·o al mayor la-
vado prolijamente). (Nos fue inaccesible).
:El;. Braun, Qumran und das Neue Testament, 1, Tubinga, 1966, pág. 90.
K H. Rengstorf, op. cit.
Otros estudios
H. Baumgartner, "Christologie (Sot·eriologie) und Parabel vom verlorenen Sohn",
Theol. Zeitz. aus der Schweiz, 4, 1887: 178-199.
A. Hilgenfeld, ''Das Gleichnis von dem verlorenen Sohne, Le. 15; 11·32"; ZwTh,
45, N. F. 10, 1902: 449-464.
J. B. Russel, "The Word of the Cross and the Parable of the Í'rodigal'', The
Expository Times, 24, 1912-1913: 358-360.
A. D. Martin: "The Word of the Cross and the Parable of the Prodigal'', ibíd.:
526-527.
64
LA PARABOLA DEL HIJO PRODIGO
W. P. Robertson, "The Word of the Cross and the Palrabie of the Prodiga[",
ibíd. 25, 1913-1914: 181-182.
D. Buzy, "Enseignements paraboliques", RB; 14; 1917: 168-207 (sobre el hijo
pródigo, págs._ 188-192).
K;. Bornhiiuser, Studien zum Sondergut des Lukas, Gütersloh, 1934, pags. 103.
137.
J. Schniewind, Das Gleichnis vom verlorenen Sohn, Gotinga; 1940.
L. Cerfaux, "Trois réhabilitations dans l'Évangile", Bulletin des Facultés catholi-
ques de Lyon, 72, 1, 1950: 5-13; retomado en Recueil Lucien Cerfaux, 11,
Cembloux, 1954, págs. 51-59.
J. Cantinat, "Les paraboles de la Mi:éricorde, Luc .. , XV, 1-32", NRTh; 77
(1955): 246-264.
E. Fuchs, "Das Zeitverstiindnis Jesu", en Zur Frage nach dem histortischen ]esu;
1960, Tubinga, 1965,\2 págs. 369-371.
C. H. Giblin, "Structural and Theological Considerations on Luke 15", CBQ;
24, 1962: 15-3:1.
E. Jüngel, Paulus und ]esus. Eine Untersuchung zur Priizisierung der Frage nach
dem Ursprung der Christologie, 1962, Tubinga, 1967, 3 págs. 160-164.
E. Fuchs, "Das Fest des Verlorenen. Existentiale Interpretation des Gleichnisses
vom verlorenen Sohn", en Glaube und Erfahrung. Zum christologischen Prob-
lem im Neuen Testa¡nent, Tubinga, 1965; págs. 402-415-.
G. Crespy, 4 'Psychanalyse et foi.", EThR, 41, 1966: 241-251, retomado en
Essais sur la situation actualle de la foi, París, 1970: 41-56.
J. Dupont, "Le fils prodigue, Le 15; 1-v.ll-32"; Assemblées du Seigneur; 17,
1969: 64-72.
D. Vasse, Le temps du désir Essai sur le corps et la parole, París, 1969, págs.
31-34.
J. D. M. Derrett, "The Parable of the Prodiga} Son. Patristic Allegories and
Jewish Midrashim'~, en Studia Patrística X, Berlín, 1970, págs. 219-224.
P. Bonnard, "Approche historico-critique de Luc. 15", :en Foi et V~e. Cahiers
Bibliques, 12, 1973: 25-37.
l. Broer, "Das Gleichnis vom verlorenen Sohn und die Theologie des Lukas'',
NTS, 20, 1973-1974: 453-462.
Bibliografía suplementaria
B. M. Metzger (ed.), lndex to Periodica;l Literature on Christ a·nt!, the Gospels,
Leiden, 1966, págs. 316-318.
E. Rasco, art. cit., pág. 166, n. 3.
H. Schürmann, Das Lukasevangelium, Erster Teil; Kommentar zu Kap. 1; 1-9,50,
Friburgo, Basilea, Viena, 1969; págs. xi y sigs. (se observará en especial la
larga lista de comentarios).
65
SEGUNDA PARTE
CHRISTOPHE SENFT
GRÉGOIRE ROUILLER
FRANCOIS BovoN
)
FRAN<;:ms BovoN
GRÉGOIRE ROUILLER
l. INTRODUCCIÓN
Entre los sabios del siglo XIX que han reflexionado sobre los pre·
supuestos y el método de la exégesis del Nuevo Testamento, el más
importante es seguramente F. C. Baur. Nadie ha llevado la reflexión
tan lejos ni como él, ha abarcado la totalidad del problema. Es un
clásico de la investigación metodológica: las perspectivas han cam-
biado por cierto, otros aspectos han aparecido; pero aun en los erro-
res que ha cometido sigue siendo un estimulante compañero de dis-
cusión y un maestro de quien no se acaba de aprender.
Nacido en 1792 de un padre pastor, realiza sus estudios teológicos
en Tubinga, donde aún reina el espíritu de G. Chr. Storr (1746.1805),
supranaturalista de tendencia apologética. En los años que siguen a
sus estudios Baur se libera poco a poco, sobre todo bajo la influencia
de Schleiermacher y de Schelling. En 1826, a pesar de cierta descon-
fianza suscitada por su nueva orientación, es nombrado en la Facul-
tad de Teología de Tubinga, para enseñar las ramas históricas: Nue-
vo Testamento, historia de los dogmas e historia de la Iglesia. En
cada uno de estos dominios ha sido un innovador y ha publicado
obras de primer orden. Murió en 1860.
;Entre los precursores de Baur muchos fueron y siguen siendo re-
levantes: J. S. Semler, con su Tratado de la libre investigación del
Canon (1771-75), J. D. Michaelis, el autor de la primera Introducción
69
EXEGESIS
70
APORTE METODOLOGICO E INTERPRETACION DE LUCAS 15:11-32
71
--EXEGESIS
a los escritos del Nuevo Testamento: Estudios críticos sobre_ los Evan-
gelios canónicos, sus relacioTbes, su carácter y origen (1847). 8 Al
buscar definir, mediante un análisis preciso de su contenido, la ten-
dencia particular de cada. uno de los cuatro evangelios (Juan, Lucas,
Marcos, Mateo), Baur quiere comprender sus relaciones y contradic-
ciones, a fin de poder situarlos en el proceso dialéctico cuya culm[-
nación señala, según él, el evangelio de Juan. Mientras en el evangelio
de Mateo el "principio cristiano" se expresa todavía en el lenguaje del
medio legalista en cuyo seno ha surgido (sermón de la montaña) , se
d~sprende de él por la "negación", la fase paulina representada en
los evangelios por el Protolucas. Después los opuestos son mediatiza-
dos por el Lucas canónico, Protolucas corregido por adiciones matea.
nas o neutras; por Marcos, resultado de Lucas y Mateo;. y finalmente
por Juan, que señala la síntesis final, la "realización absoluta de la
salvación" por la "comunicación inmediata" de la esencia divina a la
humanidad.
Complemento de estos estudios, la obrita sobre H origen y el ca-
rácter del evangelio de Marcos (1851) es una polémica bastante mala
contra los defensores de la primacía de Marcos, tanto más agresiva
cuanto que esta tesis pone fundamentalmente en cuestión la imagen
que Baur se ha hecho de la historia de la Iglesia primitiva.
La Teología del Nuevo Testamento fue publicada después de la
muerte de Baur sobre la base de los manuscritos de sus clases (1864).
La obra recoge y sintetiza los resultados de las investigaciones ante-
riores. Se encuentra allí una. segunda elaboración de la teología pau-
lina, en la cual Baur trabajaba pensando en una segunda edición de
su Paulus.
72
APORTE METODOLOGICO E INTERPRETACION DE LUCAS 15:11-32
73
EXEGESIS
5 "Die nach ... der mühevollen Arbeit vieler Jahrhunderte errungene Selb-
stii.ndigkeit des Denkens wendet von selbst den Blick in die Vergangenheit zurück;
de.r in der Selbstgewissheit seines Bewusstsein:s in sich ruhende Geist steht nup
erst auf dern Standpunkt, au~ welchem er auch auf die Wege zurücksehen kann,
die er, durch die Macht der Verhii.ltnisse getrieben, gegangen ist, er geht ihruen
nach, um das bewusstlos Gewordene mit dern Bewusstsein der inneren Notwen-
digkeit seines Werdens zu durchlaufen" (Paulus .. . ~ Leip:;dig, 1845, pág. 1 S).
74
APORTE METODOLOGICO E INTERPRETACION DE LUCAS 15:11-32
16 "A uf der anderen Seite ist, waiS das Christentum seinem W esen nach ist,
eine rein historische Frage, deren Liisung nur in der Vergangenheit liegt, in wel-
cher das Christentum selhst ceinen Ursprung genommen hat, eine Frage, die
ehendarum auch nur durch die kritische Stellung gelost werden kann, dj.e sich
das Bewusstein der Gegenwart zu der Vergangenheit giht" ( Paulus, pág. 2).
75
EXEGESIS
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APORTE METODOLOGICO E INTERPRETACION DE LUCAS 15:11-32
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APORTE METODOLOGICO E INTERPRETACION DE LUCAS 15:11-32
79
EXEGESIS
80
APORTE METODOLOGICO E INTERPRETACION DE LUCAS 15:11-32
81
EXEGESIS
samaritano de Jesús, 9:51 y sgts. (Mt. 10:5, "No vayáis a los sama-
ritanos"); la misión de los setenta, 10:1 y ss.; la ausencia de la
bienaventuranza petrina, Mt. 16:17 y ss. Las añadiduras del glosador
son de diferente naturaleza. Al lado de pasajes sin tendencia discerni-
ble se encuentran por un lado noticias judaizantes (el papel durable
de la Ley, 16:17; el gobierno de los doce apóstoles sobre las tri,bus
de Israel, 22 :30), por otros textos donde aparece una tendencia a la
reconciliación entre judeocristianos y paganocristianos, sobre todo la
Vorgeschichte (prehistoria), cap. 1-4, con su genealogía retocada en
un· sentido universalista; la entrada de Jesús-Mesías en Jerusalén, 19:
28-40; la parábola del hijo pródigo, 15:11-32, que neutraliza de al-
guna manera la de los invitados, 14:15-24.
Conclusión: el evangelio canónico de Lucas lleva las marcas de
su historia. Testigo ante todo de la "antítesis" paulina, llegó a ser, por
una segunda redacción, el de la "síntesis", no tanto en el nivel ele-
vado del evangelio de Juan sino en un nivel inferior, de una reconci-
liación por yuxtaposición y equilibrio de los elementos antagónicos.
Esto es lo que el exégeta debe saber para dar de los textos de Lucas
una interpretación objetiva y específica.
La significación de la parábola del hijo pródigo aparece entonces
evidente: refleja la reconciliación, hecha posible después de los con-
flictos del período apostólico, entre paganocristianos y judeocristianos.
Las Iglesias judeocristiana y paganocristiana están representadas
por el hijo mayor y el menor. La envidia del hijo mayor: los judea-
cristianos ven con malos ojos la afluencia a la Iglesia de muchos pa-
ganos convertidos, porque marca el fin de la situación privilegiada
de Israel como pueblo de Dios. "¿Quién no reconocería aquí el com-
portamiento, tal como aparece en la Carta a los romanos, de los
judeocristianos respecto de los paganocristianos y del cristianismo pau-
lino?" Pero el hijo menor es invitado y acogido como el mayor:
paganos y judíos, hijos los unos como los otros, son recibidos con
igualdad de derechos en el reino mesiánico, puesto que Dios es tam-
bién el Dios de los paganos (Ro. 3 :29) . La diferencia consiste sola-
mente en que el mayor goza de sus derechos desde el comienzo,- mien-
tras que no se hacen efectivos para el menor sino después de su re-
torno. En la buena voluntad del hijo menor, humilde y arrepentido,
y en la alegría del padre que lo acoge, se expresa el sentimiento que
la Iglesia paganocristiana tiene de su importancia y de la fuerza de
82
APORTE METODOLOGICO E INTERPRETACION DE LUCAS 15:11-32
83
EXEGESIS
BIBLIOGRAFIA ESCOGIDA
B4
JULIUS WELLHAUSEN. SU METODO
HISTORICO Y CRITICO
por GRÉGOIRE RoUILLER
I. INTRODUCCION
85
EXEGESIS
'2 "Man macht der W ellhausenschen Auffassung von der Gesehichte des
Volkes Israel in der Hauptsache den Vorwurf, das, sie nicht der unbefangenen
Betrachtung der in der Schrift überlieferten Tatsachen entspreche, sondem auf
einer Geschichtsreconstruction, die in ganz bewusster Weise darauf ausgehe, den
gotlichen Faktor moglichst zu eliminieren und die Geschichte des Volkes Israel
als das Produkt einer natumotwendigen, rein menschlich-natürlichen Entwicklung
erscheinen zu lassen". B. Baentsch, Geschichtconstruction oÓ!er Wissenschaft?,
Halle, 1896, pág. l.
·3 "Er wollte, sagt man, ganz einfach die heilige Geschichte der modischen,
naturwissenschaftlichen Entwicklungstheorie, die in allen Kopfen spukt, unterwer-
fen. Er ist eben ein philosophischer Dilettant, so habe ich mehrmals sagen horen.
Durch Vermittlung seines Meisters Vatke hat er seine Zeit hegelsche Ideen in
sich aufgenommen, nach denen die Geschichte der Menschheit nach einem ganz
bestimmten a priori feststehenden Gesetze verlaufen muss. Das Gesetz nun, dem
er die Geschichte der israelitischen Religion unterstellte, hat er. . . dem Zuge
der Zit folgend und ganz a la fin du siecle der Darwinschen Entwicklungstheorie
entnommen. Die Vorsehung eines allmachtigen Gottes und die Freiheit der mens-
chlichen Individuen stolz ignorierend habe er dieses Gesetz in ganz roher, me-
chanischer Weise auf das Gebiet des geistigen und religiosen Lebens übergetra-
gen''. B. Baentsch, op. cit., pág. 21 (citado por L. Perlitt, ob. cit., pág. 155).
86
JULIUS WELLHAUSEN. SU METODO HISTORICO Y CRITICO
37
EXEGESIS
für ihr Amt eher untüchtig mache. Seitdem liegt mir meine theologische Professur
schwer auf dem Gewissenl'. Carta al ministro de cultos prusianos, del 5-4-1882,
a continuación de las violentas críticas de que fueron objeto sus primeras :Pu-
blicaciones (citado por L. Perlitt, op. cit., pág. 153).
'7 Al final de este artículo se encontrarán las obras principales de W ellhausen.
8 Sobre de Wiette afirmará: "Lo que yo hice en el Antiguo Testamento, ya
está todo en él" (citado por L. Perlitt, op. cit., pág. 167).
9 Especialmente sus publicaciones sobre el Deuteronomio.
88
JULIUS WELLHAUSEN. SU METODO HISTORICO Y CRITICO
IV. UN HISTORIADOR
89
EXEGESIS
12 "Was gefiillt, wird aufgenommen; was nicht gefiillt, wird gefiillig ge-
macht oder ignoriert'1, Recensión del libro de E. Renan, Histoire du peuple
d'Israel (citado por L. Perlitt, op. cit., pág. 170).
13 Se le puede aplicar lo· que dice de C. G. Wilke, en su Einleitung in
die drei ersten Evangelien, Berlín, 1911, C! pág. 34: "Der Pfarrer von Rothenburg
ist ( ... ) ein merkwiirdig selbstandiger Forscher, der immer mit eigenen Augen
sieht und Allen seiner eig¡enen zahen Arbeitskraft verdankt".
14 "Was von der Ursage gilt, gilt auch vDn der Patriarchensage: die In-
dividualitat der einzelnen Erzahlung ist das Wesentliche und das Ursprüngliche,
der Zusammenhang ist Nebensache und erst durch die Sammliung und schrift-
liche Aufzeichnung hineingebracht. Die Individualitat der einzelnen Erziihlung
ist nun aber im Priesterkodex durch die einseitige Hervorhebung des Zusammen-
hangs geradezu vemichtet". Prolegómena zur Geschichte Israels, Berlín, 1927, 6
en adelante Prolegómena, pág. 334.
90
JULIUS WELLHAUSEN. SU METODO HISTORICO Y CRITICO
15 "Den Geiste der Sage, in dem der J ehovist noch lebt, ist der Priester-
kodex entfremdet". Prolegómena, pág. 335.
,16 "In der alten Zeit ist der Kultus dem grünen Baume zu vergleichen, der
aus dem Boden wiichst, wie er will und kann, hinterher ist er zurecht gehaurenes
Holz, das mit Zirkel und Winkelmass immer künstlicher ausgestaltet wird". Hay
visiblemente una estrecha relación entre la oposición cualitativa, recién desarro-
llada, y la formal del uso y la ley, de la cual habíamos partido al ,comienzo.
Entre el spont.e ea quae legis sunt facere y el secundum legem agere ~xiste sin
embargo una diferencia más que exterior. Si al final de la primera sección he-
mos encontrado como inverosímil justamente en este terreno la correlación in-
dependiente de la antigua praxis con la ley de Moisés de la misma manera
aumenta la inverosimilitud por el hecho de que la última está Itena de un es-
píritu totalmente otro, que sólo puede ser concebido como espíritu del tiempo.
No es el aire del antiguo reino, sino el de la comunidad del 8egundo templo,
en el que respi;ra el Código sacerdotal. Concuerda con ello que su~ ordenamiento
sacrificial en su contenido positivo haya sido tan completamente ignorado por
la antigüedad como perfectamente seguido por el tiempo postexílico". Pll'olegó-
mena, pág. 79.
17 " .•• dase all{'os lndividelle und Concrete sich ins Allgemeine und Sche·
matische auflost". Reseña de E. Renan (citado por L. Perlitt, OP'· cit., pág. 213).
18 Prolegómena, pág. 365.
1 9 Prolegómena, pág. 365 (toda la página es clarificadora).
91
EXEGESIS
V. Su METooo DE TRABAJo
l. La búsqueda preparatoria
92
JULIUS WELLHAUSEN. SU METODO HISTORICO Y CRITICO
22 Die C{}mposition des Hexateuchs und der historischen bücher des alten
Testaments, Berlín, 1899, 3 págs. 18-19.
2 .3 Lo que prueba muy hábilmente: "véase v. 11 con 21:17 contra 16:7; 18:
1 y ss.; 19:1 y ss. del Y, más adelante v. 14 con el v. 8, donde el nombre es
preparado por 'lhym yr"h". Es difícil ser más conciso.
125 Empleado de manera ejemplar en Prolegomena, págs. 17-162.
93
EXEGESIS
2. La síntesis histórica.
94
JULIUS WELLHAUSEN. SU METODO HISTORICO Y CRITICO
95
EXEGESIS
VI . NOTAS y PREGUNTAS
96
JULIUS WELLHAUSEN. SU METODO HISTORICO Y CRITICO
134 "W<iihrend chedem das Alte Testament den übrigen alten Orient beleuch-
ten musste, empfiingt es nunmehr auch selber Licht van den neu entdieckten und
entzifferten iigyptischen und babylonisch-assyrischen Denkmiilern. Das israelitische
Altertum kann nicht mehr isoliert werden... Auch über die historische nach-
weisbare Berührung hinau; muss es unter die Analogie der allg¡emeinen Kultur-
entwicklung gestellt werde~. Das is~aelitische Volkstum muss den anderen Na-
tionen verglichen werden, und van dem Volkstum liisst sich die Religion nicht
trennen. Nur hat die weltgeschichtliche und die vergleichende Betrachtung nicht
die Aufgabe, alles zu nivellieren. Sie darf nicht darauf ausgehen, nachzuW'eisen,
dass an der israelitisch-jüdischen Religion nichts Besonderes uei. Sie darf über
der Ahnlichkeit der Anfiinge und der Analogie der Entwicklung die Differenz
des Endergebnisses nicht übersehen". Kultur der Gegenwart, Berlín-Leipzig,
1906, págs. 1 y s. (citado por L. Perlitt, op. cit., pág. 224),
~5 El poema de Job 3, por ejemplo, a'Parece menos valor-ado en compara-
ción con J er. 20.
97
EXEGESIS
88 A menudo sus juicios son categóricos. "J esus wal' kein Christ, sondern
Jude". Einleitung, pág. 102.
98
JULIUS WELLHAUSEN. SU METODO HISTORICO Y CRITICO
BIBLIOGRAFIA ESCOGIDA
99
LA EXEGESIS DE LUCAS 15: 11~32
POR JULIUS WELLHAUSEN
por FRAN~OIS BovoN
101
EXEGESIS
12 E. Schweizer, "Zur Frage der Lukasquellen, Analyse von Luk. 15, 11-32",
ThZ, 4, 1948: 469-47L
102
LA EXEGESIS DE LUCAS 15:11-32
103
EXEGESIS
104
LA EXEGESIS DE LUCAS 15:11-32
105
HERMANN GUNKEL, HISTORIADOR
DE LA RELIGION Y EXEGETA DE
LOS GENEROS LITERARIOS
por FRAN<;:OIS BovoN
107
EXEGESIS
108
HERl'v.I;ANN GUNKEL, HJ:STORIADOR DE LA RELIGION
109
EXEGESIS
no
HERMANN GUNKEL, HISTORIADOR DE LA RELIGION
111
EXEGESIS
112
HERM.ANN GUNKEL, HISTORIADOR DE LA RELIGION
113
EXEGESIS
20 Sus discípulos se contaban más entre los especialistas del Nuevo que
del Antiguo Testamento. Durante su vida Gunkel nunca llegó a imponerse v<e.r-
daderamente en su disciplina, el Antiguo Testamento.
21 H. Gunkel, "Die Grundprohleme der israelitischen Literaturgeschichte",
Deutsche Literaturzeitung 27, 1906, col. 1797-1800 y 1861-1866. Retomado en
Red;,en und Aufsatze, Gotinga, 1913, pág. 32.
114
HERMANN GUNKEL, HISTORIADOR DE LA RELIGION
V. CONCLUSION
115
EXEGESIS
126Véase n. l.
127El lector puede ser remitido al artículo sobre el método ''2iele und
M¡ethoden der al~testamentlichen Exegese", retomado con un título ligeramente
distinto, en Reden und Aufsatze (Gotinga, 1913), págs. 11-29.
128 E. Güttgema.nns, 0/fene Frage zur Formgeschichte des Evangeliums.
Ein;e methodische Skizze der G!rundlagenproblematik der Form- und Redaktions-
geschichte, Munich, 1970, págs. 158-159.
129 W. Klatt, op. cit., pág. 77.
116
HERMANN GUNKEL, HISTORIADOR DE LA RELIGION
'30 H. Gunkel, "Ziele und Methoden der Erkliirung des Alten Testaments",
retomado en Reden und Aufsiitze, pág. 13.
117
EXEGESIS
118
HERMANN GUNKEL, HISTORIADOR DE LA RELIGION
119
EXEGESIS
Para el período que se extiende hasta 1922 se podrá encontrar esta biblio-
grafía en los M,élanges ofrecidos a Gunkel en ocasión de su sexagesnno aniver-
sario (las dificultades económicas de la época reta!rdaron la aparición del vo-
lumen doble):
Eucharisterion. Studien zur Religion und Literatur des Alten up,d Neuen Tes-
taments, 11, Gotinga, 1923, págs. 214-225 (bibliografía reunida por J,
Hempel).
Para la bibliografía ulterior y para otros complementos, véase W. Klatt, op.
cit., págs. 272-274.
120
LA INTERPRETACION DE GENESIS
22: 1-19 POR HERMANN GUNKEL
por GRÉGOIRE RomLLER
121
EXEGESIS
237); en los vv. 7-8: "es una página magistral de pintura psicológica"
(pág. 237}; en los vv. 9-10 subraya cómo el diálogo padre-hijo ex-
presa adecuadamente la tensión de esta marcha hacia la montaña del
sacrificio.
Es consciente del alto grado de espiritualización alcanzado por el
redactor elohísta. Lo nota en particular al comentar el v. 12: "La
consumación del sacrificio no es necesaria, ya que no es el acto mismo
lo que Dios quiere sino la intención resuelta de poner un acto tal:
hay allí una idea altamente espiritual" (pág. 238).
Su lectura confirma, por una serie de notas de detalle, la repalr-
tición documental que prevalecía antes que él: el nombre de Elohim,
el retroceso de los antropomorfismos demasiado concretos, la orienta-
ción hacia una finura psicológica y teológica más grande, el cuño es-
tilístico de las introducciones, todo, según él, confirma la pertenencia
de los vv. 1-12 al estrato elohísta.
Pero ya en su primera parte Gunkel es muy atento a los veStigios
dejados en el relato elohísta por datos anteriores. Desde el enC'¡Ílentro
con el término Moria (v. 2) reconoce "una modificación tardía del
texto de origen jerosolimitano" (pág. 237). Pero es el v. 14 el que
retendrá su atención. Un examen atento le permite afirmar que la saga
primitiva que todavía aflora se apoyaba sobre un nombre de lugar;
que esta apelación ha sido modificada, lo que manifiesta un despla-
zamiento de tradición, cuya responsabilidad podría recaer en el Y.
El rito de la inmolación del carnero es considerado igualmente
como elemento antiguo, preelohísta. Una comparación con la llíada
es esclarecedora, le parece.
Su análisis de los vv. 15-18 es reveladora en cuanto a los obje-
tivos de su lectura. Se puede ver allí a la vez su perspicacia y su ten-
dencia a devaluar las redacciones finales. Todo, afirma, revela el ca··
rácter secundario de estos versículos: la afirmación de una nueva
recompensa otorgada a Abraham (¡como si la preservación de un hijo
querido no fuese suficiente! ) ; las redundancias estilísticas; el carác-
ter antropológico de los elementos enumerados.
2. La lectura de Gunkel es muy atenta a las sinuosidades del re-
lato. ¿Lo es suficientemente a la articulación de las partes? En todo
caso, una vez asegurada su lectura, Gunkel puede pasar a la fase ca·
pital de su investigación. Quiere entonces superar el plano de las ana-
logías para alcanzar el de una explicación genealógica plausible.
122
LA INTER:PRETACION DE GENESIS 22:1-19
123
EXEGESIS
Algunas reflexiones
124
LA INTERPRETACION DE GENESIS 22:1-19
incluye los vv. 15-18). Gunkel no podía casi tener en cuenta, sobre
un plano sincrónico, todos los elementos del texto, sin dejar residuo;
no captaba casi el carácter litúrgico del conjunto y no podía tener en
cuenta el eco considerable encontrado por tal episodio en la concien-
cia y la práctica del pueblo judío como entre los redactores del Nuevo
Testamento. Por eso no es sin cierto desprecio como termina su co-
mentario de Gn. 22 con esta frase: "Una teología anterior veía en el
sacrificio de Isaac una prefiguración de la muerte sacrificial de Jesús".
Es verdad que esta frase fue eliminada a partir de la tercera edición.
125
TERCERA PARTE
Crítica literaria
GÉRALD ANTOINE
Panorama de metodología crítica
El sacrificio de Isaac. Explicación de Génesis 22: 1-19
Las tres parábolas de la misericordia. Explicación de Lucas
15:1-32
Psicoanáfisis
Loms BEIRNAERT
La parábola del hijo pródigo (Lucas 15:11-32)
leída por un analista
Sociología de la literatura
jACQUES LEENHARDT
Aproximación sociológica a un sermón de
Massillon sobre L ucas 15: 11-3 2
Hermenéutica
PHILIBERT SECRETAN
Hermenéutica y verdad
p AUL RICOEUR
La tarea de la hermenéutica
La función hermenéutica de la distanciación
Hermenéutica filosófica y hermenéutica bíblica
Crítica literaria
PANORAMA DE METODOLOGIA
CRITICA
por GÉRALD ANTOINE
129
EXEGESIS
I. CooRDENADAs CRONOLOCICAS
130
PANORAMA DE METODOLOGIA CRITICA
131
EXEGESIS
132
PANORAMA DE METODOLOGIA CRITICA
133
EXEGESIS
134
PANORAMA DE METODOLOGIA CRITICA
135
EXEGESIS
136
PANORAMA DE METODOLOGIA CRITICA
137
EXEGESIS
138
PANORAMA DE METODOLOGIA CRITICA
139
EXEGESIS
140
PANORAMA DE LA METODOLOGIA CRITICA
141
EXEGESIS
142
PANORAMA DE LA MiETODOLOGIA CRITICA
143
EXEGESIS
144
PANORAMA DE LA MiETODOLOGIA CRITICA
145
EXEGESIS
146
PANORAMA DE LA METODOLOGIA CRITICA
147
EXEGESIS
148
EL SACRIFICIO DE ISAAC
Explicación de Génesis 2 2: 1-19
1
149
EXEGESIS
150
EL SACRIFICIO DE ISAAC
1 :Se sabe por lo demás que el episodio ofrece materia a numerosos Misterios
medievales, antes de inspirar a Teodoro de Beza ·su tragedia del Abraham sacrifi-
cador (1550). .
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EXEGESIS
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EL SACRIFI(:IO DE ISAAC
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LAS TRES PARABOLAS DE LA
MISERICORDIA
Explicación de L u eas 15: 1-3 2
Esta vez no partimos con las manos vacías. Del lado de la metodo·
logía, se nos ofrecen los artículos de Roland Barthes y de Louis Marin,
en las Recherches de Science religieuse, 58 (1970): 17-37 y 39-61 -con
un ejercicio práctico consagrado a Hechos 1 O: 1-11:18.
Para el comentario mismo de nuestro pasaje se propone igualmente
la ayuda de dos investigadores: E. Rasco (S. J.) cuyo artículo ha sido
recogido en l. de la Potterie, De ]és.us aux évangiles (Gemhloux, 1967),
págs. 165-180, y W. Trilling, quien dedica un capítulo de su libro
L'annonce du Christ dans les évangiles synoptiques (París, 1971), págs.
105-120 a las dos primeras de nuestras parábolas, pero introduciendo
elementos de comparación con Mateo 18:12-14.
No es éste el lugar de examinar en detalle las bases y el contenido
del método llamado "análisis estructural del relato". Mencionemos úni-
camente las "disposiciones operatorias" recomendadas por R. Barthes:
1 . Corte del texto en unidades de lectura;
2. Inventario de los códigos (que deben distinguirse bien de los
temas);
3 . Coordinación, esto es establecimiento de correlaciones, a la vez
intra e intertextuales.
Me queda por precisar entretanto que un buen método estilístico
exige esto como un conjunto de presupuestos, pero sin quedarse satis-
fecho con ello, ya que su finalidad -lo recuerdo una vez más- es la
de captar lo que constituye la especificidad de un texto, formas y con-
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EXEGESIS
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LAS TRES PARABOLAS DE LA MISERICORDIA
di do y reencontra do; por el otro, el del gozo, del festejo que deben
marcar el encuentro.
De esta manera, podemos precisar más: hay unidad temática, pero
dualidad formal -tanto más cuanto que (como lo ha visto bien el P.
Rasco) las dos primeras parábolas no solamente se responden vocablo
con vocablo sino que también se presentan globalmente como dos
interrogaciones- mientras que la tercera va por su cuenta.
151
EXEGESIS
"Cierto hombre tenía dos hijos. El más joven ( ... ) partió para
un país lejano y allí dilapidó sus bienes en UM vida pródiga".
Es verdad que de inmediato viene un pasaje tanto más sorpren-
dentemente pintoresco cuanto que se destaca sobre el fondo tan neutro
del relato. Con todo, observemos de cerca: este rasgo pintoresco en nada
personaliza a los protagonistas de la acción; no se adhiere a ellos, o
mejor, no se le adhieren a él. Tal es el caso del hijo menor que, al
guardar los cerdos bien alimentados por cuenta de un propietario, no
recibe nada de éste y ni siquiera toca las algarrobas que le hacen desear:
rasgos tan "increíbles" como el "todos" notado más arriba o como -no
dudemos ante este encuentro intertextual- la conducta de Isaac hacia
su padre, de la que tratamos hace un momento.
Podemos hacer el mismo despojo de los indicios circunstanciales
en el segundo momento -el del retorno:
"Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando ( ... ) estaba cerca
de la casa ... "
Es cómodo en efecto descifrar este grado cero de código: estamos
evidentemente en plena simbólica; la parábola impone su ley.
Si pasamos al código fático y metalingüístico encontramos en revan-
cha, al menos en cierta manera, una profusión. Cosa curiosa: el rasgo
no parece haber chocado ni a Rasco ni a Trilling. Sin embargo lo
creo fundamental.
Si el relato no es animado por la búsqueda de los detalles que
sirven para situar, vive en cambio continuamente por la toma de ~a
palabra por parte de estos personajes de los cuales, por lo demás, 'igno-
ramos todo. Notable es sobre todo la parte otorgada al discurso dírecto:
Introducción: "Este hombre, decían . ..
El les dijo entonces esta parábola:"
Primera parábola: "Quién de entre ustedes ... ": toda la parábola es ya
por tanto, en sí misma, un discurso directo de Jesús, en cuyo
,interior va a tener lugar una cadena de citas, por tanto de otros
tantos discursos directos:
"Cuando 'la encuentra ( ... ) , reúne a amigos y vecinos y les
dice ...
Es así, se lo digo ... "
Segunda parábola: contiene una obra maestra reforzada por el género.
Me refiero a la intervención, en segundo plano, del monólogo inte-
rior, anunciado explícitamente como tal:
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LAS TRES P ARABO LAS DE LA MISERICORDIA
159
EXEGESIS
1 Bovon me señala por su parte que la oposJcion del hijo mayor al menor
es un tema frecuente en el Antiguo Testamento: el hijo menor representa siem-
pre la figura de un indisciplinado, hábil para salir de los malos pasos, mientra!f
que el ma'yor recibe la parte más ingrata.
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LAS TRES PARABOLAS DE LA MISERICORDIA
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EXEGESIS
recibir todo del amor del padre; pero como otrora Adán en el paraíso,
quiere ser independiente".
Sin duda que por pudor y por escrúpulo de método, el P. Rasco no
explota su comentario; pero es bastante claro para cualquiera que su-
giere una actualidad del evangelio de lo más sensible y ardiente: es
todo el problema de la protesta entre la juventud, de la rebelión de los
hijos contra los padres, el que se suscita.
Otra cuestión planteada por el analista: ¿el hijo mayor ha acep-
tado por fin la invitación del padre? -N o se sabe: la última parábola
queda "misteriosamente abierta". Y hay que añadir: "sucede sin duda
que la pregunta queda abierta para nosotros mismos: ¿aceptamos el
alegrarnos con Dios de la entrada en el reino de nuestro hermano
pecador?"
El "sin duda" denota suficientemente el carácter de relativa gratui-
dad de esta interpretación que no es más que una interpretación posible
-entre otras. ¿Qué pensar, desde el punto de vista de la crítica litera-
ria, de esta clase de glosas?
El azar arregla bien las cosas. En efecto, resulta igualmente que
R. Barthes, teórico del análisis estructural del relato en el estudio
citado, ha compuesto por otra parte una obra bastante conocida intitu·
lada Sur Racine (Seuil, 1963). Nos servirá de testigo privilegiado.
Ahora bien, en este libro, no se trata de códigos ni de estructuras,
sino de comentarios tan personales como es posible, ricos en solicita-
ciones a la vez, osaría decirlo, especiosas y actualizantes. La posición
metodológica de Barthes no zanja pues eu nada la incertidumbre. O
más bien es ostensiblemente abierta en el sentido de que, aun cuando
hace estructuralismo, no se preocupa por disociar este método que toca
a los medios de expresión, las formas, de toda preocupación orientada
hacia los fines, esto es el sentido. En materia de sentido afirma al con-
trario el "principio de pluralidad".
"El análisis estructural del relato. . . apunta a lo que llamaría el
lugar geométrico, el lugar de los sentidos, el lugar de los posibles del
texto ( ... ) . Para mí el sentido ( ... ) no es un posible, es el ser mismo
de lo posible, es el ser de lo plural. En estas condiciones, el aná1isis
estructural del relato no. puede ser un método de interpretación ( ... ) ,
no busca el secreto del texto: para él, todas las raíces del texto están
en el aire ... ".
Es verdad que R. Barthes, no del todo malignamente, apenas mali-
ciosamente, introduce una reserva importante cuando se trata de textos
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LAS TRES PARABOLAS DE LA MISERICORDIA
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EXEGESIS
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LAS TRES PARABOLAS DE LA MISERICORDIA
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Psicoanálisis
Ante un texto tan comentado como éste el analista, como tal, empie-
za por desembarazarse de todo lo que la tradición le ha enseñado.
Para el teólogo, el relato de Lucas ilustra la revelación de la miseri-
cordia divina hacia el pecador. Para él la parábola es una historia que
debe interpretarse en función de su experiencia de analista. Como un
sueño, revela y no revela una cierta posición con respecto al deseo. Es
una vía hacia una verdad inconsciente.
¿Se sigue de allí que apunte a substituir una exégesis por otra, 'a
hacer lo que a veces se llama "una exégesis psicoanalítica" que culmi-
naría manifestando un sentido escondido, un texto disimulado llamado
"psicológico", debajo del texto aparente? Pero el psicoanalista no busca
descubrir la verdad última detrás de la mentira. No sospecha del texto.
Lo toma como un enigma que se trata de descifrar. Ahora bien. El enig-
ma no es una fachada. Dice la verdad, pero de tal manera que se nece-
sita un trabajo de desciframiento para captarla. La lectura psicoanalí-
tica no es entonces una especie de contralectura que se opondría a la
lectura teológica sino una lectura distinta que hace emerger otra cosa
sobre otra escena, a la que en adelante hay que acomodarse puesto que
no puede quedar sin efecto sobre toda lectura.
Al comienzo, se da la emergencia de ciertas frases, de ciertos voca-
blos, que se destacan sobre el tej'ido del texto. Así puedo yo testimoniar
la confusión en que me encontraba frente a la parábola, antes de haber
observado la repetición de la secuencia "perdido y encontrado" y la
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EXEGESIS
El hijo menor
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LA PARABOLA DEL HIJO PRODIGO
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EXEGESIS
El padre
Con la figura del padre interviene algo nuevo. El hijo que ocu-
paba el lugar del objeto perdido fue encontrado y la alegría renace.
De esta manera el vacío abierto en la familia por la partida es col-
mado por el retorno. Hay que notar que en esta parábola, como en
las que anteceden, está en primer plano la reconstrucción de una to-
talidad, de un conjunto de elementos enumerables. Una oveja faltaba
entre las cien. Y he aquí que el número está completo otra vez. La
dracma perdida vuelve y el conjunto de las diez dracmas es reconstitui-
do de nuevo. De los dos hijos no queda sino uno. Helos aquí de
nuevo a los dos. En pocas palabras, la totalidad rota se reforma. El
lugar vacío es ocupado de nuevo. "Alegraos".
El texto del relato indica que lo que estaba perdido y faltaba,
suscitando con ello el deseo, puede volver a su lugar. La ausencia
abierta en el dominio familiar del padre es sólo provisional. La ple-
nitud no es únicamente posible, sino que existe. Es por lo menos lo
que resulta de toda la primera parte de la parábola (Le. 15:11-25).
Además, el festín al que son invitados los servidores es la mani-
festación de una alegría que nace de la satisfacción del deseo de
reencontrar el objeto perdido. De este modo ya no hay carencia para
este padre. Al menos a esta altura del relato, ya que el texto conti-
núa y algo nuevo va a ser introducido.
El hijo mayor
El otro de los hijos vuelve del campo y ve la fiesta. Lejos de
alegrarse, monta en cólera contra su padre. Es la primera vez que el
texto habla de agresión. ¿A qué está ligada? Escuchemos: "Hace
tantos años que te sirvo, y jamás dejé de cumplir una orden tuya,
pero nunca me has dado un cabrito para tener una fiesta con mis ami-
gos; y ¡ahora que ha venido ese hijo tuyo que ha devorado tu ha-
cienda con mujeres, has matado para él el novillo cebado!" (Le. 15:
29-30). Vemos que al hijo mayor le interesa lo que ha sido dado a
otro, lo que él mismo no ha tenido. Se despierta al deseo de un ob-
jeto que nunca tendrá, ya que se trata de algo que es para otro.
·Conviene observar que el deseo del hijo mayor no se refiere al
don real de un cabrito o de un ternero, como si fuese suficiente para
satisfacerlo el hecho de que el padre restablezca un equilibrio otorgán-
dole los mismos bienes que dio al menor. El hecho mismo de que el
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LA PARABOLA DEL HIJO PRODIGO
El cuestionamiento al padre
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EXEGESIS
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LA PARABOLA DEL HIJO PRODIGO
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EXEGESIS
más cerca de su deseo que el hijo menor. Este había recibido in:me·
diatamente lo que había solicitado. Por lo tanto no había accedido al
momento en que parece que el deseo se dirige a aquello de lo cual
se es privado por otro, de una privación que no puede cesar. El
tiempo de agresión ha sido escamoteado. Por este motivo permanece
en la perspectiva del bien que puede ser dado. Mientras que el hijo
mayor ha superado este estadio.
En esta historia de tres, lo que se evoca es la historia del acceso
al deseo. Pero aquella no se termina. Se culmina en una especie de
suspenso, en la medida en que el padre puesto en su función\ de en·
señante no se sitúa en la perspectiva de la renuncia a la suficiencia
del tener todo y de todo don de bien, lo único que lo haría acceder a
la verdad última del deseo. Este, en efecto, tiene por causa un objeto
cuyo sujeto está radicalmente separado. Es lo que expresa el mito edí-
pico en la figura de la madre prohibida.
Al término de esta lectura, cuyo carácter de esbozo no escapará
a nadie, quisiera volver sobre el proceso que seguí yo, para aclarar·
lo más.
174
LA PARABOLA DEL HIJO PRODIGO
175
EXEGESIS
nes, que ocupan el lugar del decir del mismo analista en la experiencia
directa de un psicoanálisis, son articuladas sobre la experiencia y la
teoría analíticas. En cuanto al hecho de que en nuestro trabajo no
hayamos introducido nunca una referencia a la interpretación teoló·
gica del relato (salvo una vez en una nota), indica suficientemente
·que nuestra lectura no podría ser tachada de reductora, en el sentido
de que sustituiría un texto teológico por otro llamado psicoanalítico.
Tampoco hemos puesto en evidencia en el texto sus homologías con un
texto que dijese cuál es la conducta de Dios respecto de nosotros. 8 Se
nos dirá tal vez que hemos dejado de lado la confesión explícitamente
religiosa del hijo pródigo: "Padre, he pecado contra el cielo y contra
ti" (Le. 15:21). Si no hemos retomado este texto, es porque consti-
tuye una interpretación teológica, que deja totalmente abierta la cues-
tión de saber dónde está el hijo menor en cuanto a su deseo y al
objeto de éste.
De tal manera la lectura psicoanalítica de un texto no anula ni
a éste, ni a las otras interpretaciones posibles. Pero pone en eviden-
cia en el texto algo del discurso inconsciente que lo supone. Discurso
que es un discurso de este deseo de verdad que es siempre más o
menos desconocido, pero cuyos modos de ser desconocido pueden ser
el objeto de un señalamiento. En la parábola, el padre y sus dos
hijos están, diríamos, embarcados en la misma galera, pero no ocupan
en ella el mismo lugar.
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Sociología de la literatura
APROXIMACION SOCIOLOGICA
A UN SERMON DE MASSILLON
SOBRE LOCAS 15: 11- 32
por jACQUES LEENHARDT
J. PRELIMINARES METODOLOGICOS 1
177
EXEGESIS
tórica floreciente del siglo XVII. Esta advertencia no deja de ser im-
portante ya que, como se verá, nos permite señalar un doble desplaza-
miento. Habitualmente, los sermones de corte presentan un carácter
de excepción, reforzado por el hecho de que el sermonario se desplaza
a pedido expreso del rey; se adornan al máximo por consiguiente con
todos los recursos de la retórica, una invenbio que sorprende, una
dispositio que sostiene lo mejor posible el propósito, y por fin una
elocutio cuyos efectos nunca son demasiado violentos. Ahora bien. En
lugar de seguir las reglas del discurso oratorio, como se podría es-
perar, Massillon propone una simple homilía, explicación y paráfrasis
del evangelio en la cual lo esencial de sus efectos retóricos consistirá
en una dispositio notable.
Esta particularidad implicaría por tanto que se sitúa exactamente
la homilía de Massillon en su oposición al sermón propiamente dicho,
revelador de los misterios de la religión y de la moral, y de una ma-
nera general acerca de la evolución de la retórica a lo largo de los
siglos XVII y XVIII.
La retórica presenta seguramente una historia significativa; 2 por
sí sola no podría sin embargo ofrecernos un hilo conductor para un
análisis sociológico de un texto literario preciso. Con todo conviene
interrogar esta noción de "texto literario". La predicación se sitúa de
alguna manera en el cruce de la dogmática teológica, de los estilos
oratorios y de los sistemas filosóficos. Para abordar un texto como el
de Massillon convendría por tanto, hablando idealmente, hacer de él
un triple análisis. La amplitud de un proyecto tal nos obliga a elegir,
sin dispensarnos de explicar esta elección.
Cualquiera admitirá que la retórica por sí sola no podría ofrecer
una explicación satisfactoria, aun tratándose de un género tan codifi-
cado como el sermón; es difícil en cambio elegir sin parecer .arbitra-
rio entre una exposición fundada sobre una conceptualización teoló-
gica -dando así su sentido pleno al hecho de que nuestro texto es
de un ministro de culto- y una conceptualización filosófica que nios
abriera más cómodamente la vía hacia la descripción de una VlSIOn
del mundo. A decir verdad, sería difícil decir cuál de estas dos posibi-
178
APROXIMACION SOCIOLOGICA A UN SERMON DE MASSILLON
179
EXEGESIS
de ellas pone delante, con el riesgo de dejarnos sin lo que aquí es esen-
cial: la conformación de un sistema de representación del hombre
frente a Dios y al mundo.
Este es por tanto el trabajo del sociólogo: designar la manera
cómo un texto se inscribe en un conjunto ideológico, lo constituye en
sí mismo y opera en su transformación. Pero no podría comprender
correctamente el texto sobre el cual se inclina sin haber hecho surgir
el sentido objetivo del texto, sentido que por supuesto sobrepasa la
conciencia que puede tener el que lo produce, y que con propiedad
no es designable sino por la inserción del texto como estructura sig-
nificativa en el interior de una estructura más vasta, ella misma de
carácter ideológico y que a su vez debe recibir la explicación de su
sentido, de su inserción en las estructuras sociales. La comprensión
del texto se erige pues sobre la explicación de su posición en el campo
ideológico, esto es, concibiéndolo como parte de una totalidad más
vasta. Aunque trabaje la estructura ideológica, y por consiguiente la
modifique, o la refleje, el texto se funda siempre sobre categorías
mentales producidas en la praxis social por los grupos y las clases que
constituyen una sociedad dada. Como discurso de la clase en el po-
der, el texto reproduce su ideología, sin ruptura, sin falla. Si por el
contrario habla en nombre de quienes el poder oprime, sacude la capá
pesada de la ideología dominante, no desde el exterior, lugar utópico,
sino desde los márgenes de su interioridad. El texto entonces "tra-
baja", rechina, y de la disonancia hace surgir una novedad, proyecto
para un orden diferente, fundado sobre u'n poder nuevo.
180
Al'ROXIMACION SOCIOLOGICA A UN SERMON DE MASSILLON
médico celestial, que no había venido sino para los que tenían necesidad de ser
curados, honraba s'us. casas con sus visitas ... " (págs. 196-197). 3
181
EXEGESIS
182
APROXIMACION SOCIOLOGICA A UN SERMON DE MASSILLON
183
EXEGESIS
"El primer hombre -al dejar poco a poco que la capacidad de su espíritu
fuera compa'rtida o llenada por el sentimiento vivo de un gozo presun-tuoso o
tal vez por algún amor o algún placer sensible, la presencia de Dios y el
pensamiento de su deber se borraron de su espíritu". '1
" ( ... ) nuestros sentidos no e&tán por lo mismo tan corrompidos como unio
se imagina; pero es lo más interior de nuestra alma, es nuestra libertad la
que está corrompida. No son nuestros sentidos los que nos engañan sino nues-
tra voluntad la que nos engaña con sus juicios precipitados!'. B
184
APROXIMACION SOCIOLOGICA A UN SERMON DE MASSILLON
"En primer lugar, no hay vicio que aleje más al pecador de Dios; en se-
gundo lugar, no hay vicio que, luego de h:1berlo alejado de Dios, le deje me-
nos recursos para volver a él; en tercer lugar, no hay vicio que vuelva- al pe-
cador más insoportable a sí mismo" (pág. 200).
185
EXEGESIS
"No sólo los bienes de la gracia, sino también los de la naturaleza, son
dilapidados. Al nacer habéis recibido un alma tan púdica, un gusto tan tierno y
tan prudente sobre el pudor, una delicadeza tan noble sobre la gloria: es como
si el cielo hubiese gozado en formaros para la virtud y en poner en vosotros
mil recursos y mil ataduras para ligaros al deber; y estas barreras felices que
la misma: naturaleza había opuesto a vuestros desarreglos, una pasión injusta
las ha 'traspasado" (pág. 208).
"Los bienes de lo:¡ naturaleza. Habías nacido dulce, igual, accesible; habías
heredado un corazón simple y sincero; un candor de dlma, una serenidad de
humor que ofrece mil disposiciones favorables a la sinceridad cristiana, y a la
paz de una conciencia pura: y desde que esta funesta pasión ha corromp!ido
tu corazón, desde que este fuego impuro ha entrado en tu alma, no se te re-
conoce más: eres semejante, dice san Judas, a un mar siempre agitado por las
olas más violentas; se te encuentra sombrío, caprichoso, inquieto, disimulado; esa
serenidad que procedía de la inocencia se ha extinguido; .esa igualdad que ma-
naba de la calma de las pasiones no es ya más que un fondo inagotable de
humores y de caprichos; ese candor, que mostraba toda tu alma ya no deja
ver más qU¡e pensarrtientos negros r ocultos'' (págs. 208-209). 10
10 Subrayado mío.
186
APROXIMACION SOCIOLOGICA A UN SERMON DE MASSILLON
Ahora bien. La segunda parte, que será la última, nos ofrece una
demostración bastante singular, comparada con el arte habitual del
púlpito. Lo que ante todo impresiona, es la bi-partición del sermón.
Sobre el mismo sujeto, el de Bourdaloue titulado El retomo del hijo
pródigo, nos presenta un modelo de estructura tri-partita: l. Miseria;
2. Proyecto; 3. Confianza. El pecado conduce a la salvación, a través
de la conversión y la victoria sobre sí mismo.
La supresión de la fase intermedia -la mediación de la peniten-
cia- nos remite una vez más a la antropología de Malebranche. Cuan-
do Massillon escribe: "su arrepentimiento repara todas las secuelas de
estos desórdenes" (pág. 221), encontramos en efecto las dos nociones
centrales: el desorden como enfermedad temporal del orden, y la re·
paración del mecanismo ordinario por la interposición del arrepenti-
miento sostenido por Jesucristo, el reparador. De esta manera la vida
del mundo se entiende como equilibrio (o eventualmente desequilibrio) ,
noción cuantitativa por excelencia, muy de acuerdo con aquella cos-
mología fisiológica de Malebranche que se afirma en Massillon desde
la introducción de este sermón:
" ( ... ) los mismos desórdenes que habían irritado a Dios contra nosotros,
excitan su clemencia y su piedad ( ... )" (pág. 198).
o en otro lugar:
y en otra forma:
187
EXEGESIS
"Los pecadores más grandes son los más dignos de su piedad y de su mi-
sericordia ( ... ) ".
y más abajo:
"El encanto que lo fascinaba cae de golpe" (ibíd.).
188
APROXIMACION SOCIOLOGICA A UN SERMON DE MASSILLON
"Es entonces cuando todo esto cambia de nombre a sus ojos ( ... )" (ibíd.).
189
EXEGESIS
Dios no pide sino la vuelta del pecador, con tanta mayor certeza
cuanto que ha permitido el pecado en el mundo en parte para hacer
figurar allí a Cristo para su mayor gloria:
(" ... ) sin duda él [Dios] no ha permitido que cayeseis en este abismo
que ya no faltara nada a vuestras desgracias sino para hacer brillar más en
vosotros las riquezas y el poder de su gracia" (pág. 228).
"¿No es acaso más grande cuando saca a Jonás del fondo del abismo que
cuando apenas sostiene a Pedro que comenzaba solamente a hundirse en las
aguas?" (págs. 228-229).
190
APROXIMACION SOCIOLOGICA A UN SERMON DE MASSILLON
"Si vuestros pecados han subido al punto más alto, ¡ah! es el momento
tal vez [del desencadenamiento] de su gracia ( ... ) " (pág. 229) . il14
" ( ... ) a fin de que vueltos de sus sendas. desviadas, te hallen dispues.tx> a
recibirlos en el seno de tu gloria y de tu inmortalidad" (pág. 237).
191
EXEGESIS
192
APllOXIMACION SOCIOLOGICA A UN SERMON DE MASSILLON
"Se ve hasta qué punlto lo que más tarde se llamará el oc·asionalismo esta:ba
en la atmósfera v atraía a la mayoría de los cartesianos". 18
193
EXEGESIS
194
APROXIMACTON SOCIOLOGICA A UN SERMON DE MASSILLON
necta más Men con una ataraxia muy moderada, en que por tanto
el mundo no es el mal absoluto -¡Malebranche es muy claro al respec-
to!- sino un impedimento del bien que proviene del reposo, ya que
asegura la armonía del alma con el cuerpo.
Leo La princesa de Cleves. Esta se dirige a su marido:
"El tumulto de la corte es tan grande y hay &iempre tanta gente contigo,
que es imposible que el cuerpo y el espíritu no se cansen y que no se busque
reposo''.
"Sí, es al lado de los justos adonde los mundanos van todos los días a
consolarse de las perfidias del mundo y de los caprichos de la fortuna; allí 'van
a: descansar del aburrimiento de los placeres, de· la molestia de las sujeciones
y conveniencias, de la agitación de las esperanzas y de los proyectos; allí van a
respirar ese aire de candor, de buena fe, de verdad que no se encuentra An el
mundo: es en su seno donde van a volcar los movimientos más searetos de su
corazón, los intereses de su fortuna, las medidas ocultas .de sus proyectos, los
misterios de sus esperanzas; y que confiesan después de esto que los hombres
son muy insensatos con tanto agitarse, y que el mundo es muy poca cosa; es
allí donde no temen -como por otra parte se teme siempre-- el confiarse a
un enemigo, a un rival, a un traidor; es allí donde su corazón se expande, re-
posa, que ahorra la fatiga de las preocupaciones y desconfianzas, y donde tiene
el gusto de mostrarse y no temer... 121.
195
EXEGESIS
"Amad solamente a aquel que puede dar todo lo que se desea y cuyo
amor sólo constituye la felicidad verdadera de quienes lo aman". 2:2
"Es menester que el hombre aniquile sus potencias. Querer hacer una acción,
aun buena, es ofender a Dios que quiere ser el único agente".
l-96
APROXIMACION SOCIOLOGICA A UN SERMON DE MASSILLON
197
EXEGESIS
El colbertismo
198
APROXIMACION SOCIOLOGICA A UN SERMON DE MASSILLON
del colbertismo) , estado y soberano no hacen sino una cosa: "El estado
soy yo".
2. El absolutismo real, que construye la omnipotencia del estado,
se aprovecha por lo demás de la coyuntura ideológica. De esta manera,
el rey será rey por la gracia de Dios, prerrogativa que alimentará un
galicanismo siempre en lucha con el Papa y el ultramontanismo jesuita.
El culto que Luis XIV supo organizar alrededor de su persona es muy
conocido, y será suficiente con recordar que en la capilla de Versalles
la asamblea daba la espalda al altar, durante la misa, para mirar al
rey. Se puede recordar también que la Gran Dama, al dirigirse a Bussy-
Rabutin, escribía del rey: "Es como Dios; hay que escuchar su voluntad
con sumisión y esperar todo de su justicia y de su bondad ... ".
3. El soberano es superior a las leyes ya que él es las leyes; las
leyes soy yo, hubiera podido decir, justificándose en la práctica que él
difundió de la carta sellada. Así, por medio de la persona del rey, es
el estado mismo el que se convierte en fin en sí, tal como sucede con
Dios en el sistema de Malebranche:
"Dios no obra sino para su gloria, por el amor que tiene de sí mismo
( ••• ) ". 27
127 Mal<ebranche, Entretiens, op. cit., París, Lyon, 1792, IX, par. 7, pág. 64.
128 La complacencia como modo de comportamiento, realiza precisamente
la síntesis de la vida privada y de la' vida pública reclamada por la e~Jtructura
del poder, cuando la: ascendencia del soberano sobre el individuo es reconocida y
se descarta toda posibilidad de rebelión.
199
EXEGESIS
200
APROXIMACION SOCIOLOGICA A UN SERMON DE MASSILLON
201
EXEGESIS
" ( ... ) La actividad del espíritu no consistirá más en aproximtU entre sí las
cosas, en salir en busca de todo lo que en ellas puede revelar una 'especie de
parentesco, una atracción o una naturaleza secretamente compartida, sino por el
contrario .en discernir, es decir, en establecer las identidades [y las diferencias]".83
202
APROXIMACION SOCIOLOGICA A UN SERMON DE MASSILLON
203
EXEGESIS
"mas todo esto es un gusano secreto que os devora sin cesar y que enve-
nena toda esta vana. felicidad que engaña a los espectadores, mientras que no
puede haceros felices ( ... ) ". <19
Por un lado, las instancias religiosas, en la persona del censor Pirot, rechazan
su aprobación por un privilegio. El manuscrito es remitido entonces al abad de
Aligre, hijo del Guardián de los Sellos. Este lo transmite para información al
gran historiador Mezeray para asegurarse de que la o·bra no tiene nada contra-
rio a la doctrina del estado (véase H.-J. Mai1tin, op. cit., pág. 879). Luego
del parecer favorable de este último, el libro recibe el privilegio de los servicios
del Guardián de los Sellos.
De esta manera la oposición que se manifestaba en la opinión eclesiástica,
siempre muy altanera cuando se trata de Descartes y de sus seguidores, se fue
dejando de lado finalmente, vistos los méritos de la obra y la conformidad de
sus opiniones sobre el estado.
:ss Véase sobre esto el estudio de Lucien Goldmann, Le dieu caché, Étude sur
la vision tragique dans les "Pensées" de Pascal et dans le théatre de Racine,
París, 1955.
39 Massillon, Paraphrase du psaume IV. en op. cit., pág. 230.
204
APROXIMACION SOCIOLOGICA A UN SERMON DE MASSILLON
casualidad por cierto si los préstamos tomados del cantor del reino
de Augusto aparecen por centenares; como este aforismo: "Los pa-
lacios soberbios esconden preocupaciones crueles", que remite al verso
de Horacio: Curas laqueata circum terta volantes (las preocupaciones
que revolotean alrededor de dorados artesonados) .
Despolitizar a los príncip$)s, hacerles comprender que no hay
para ellos más que desgracia al empecinarse por recobrar un poder
perdido que la evolución del Estado impide que se les dé, en pocas
palabras, ofrecerles una ideología de reemplazo al representarles que,
como con el hijo pródigo, hay para ellos abundancia de bienes en la
casa del padre a condición de someterse a él, ya que aslí lo quiere
en adelante el Orden, esto es, el estado, tales parecen ser los grandes
ejes de una predicación que se apoya permanentemente sobre una meta-
física del orden, del acuerdo profundo con el universo y de la sumi-
sión a un soberano cuasi trascendentaL
OBSERVACIONES ADVENTICIAS
205
Hermenéutica
HERMENEUTICA Y VERDAD
por PHILIBERT SECRETAN
207
EXEGESIS
·208
HERM!ENEUTICA Y VERDAD
209
EXEGESIS
210
HERMENEUTICA Y VERDAD
211
EXEGESIS
212
HERMENEUTICA Y VERDAD
213
EXEGESIS
214
HERMENEUTICA Y VERDAD
215
EXEGESIS
216
HERMENEUTICA Y VERDAD
217
EXEGESIS
218
LA TAREA DE LA HERMENEUTICA
219
EXEGESIS
220
LA TAREA DE LA HERMENEUTICA
2. F. Schleiermacher
221
EXEGESIS
222
LA TAREA DE LA HERMENEUTICA
223
EXEGESIS
224
LA TAREA DE LA HERMENEUTICA
3. W. IA1they
225
EXE'GESIS
226
LA TAREA DE LA HERMENEUTICA
227
EXE'GESIS
228
LA TAREA DE LA HERMENEUTICA
229
EXEGESIS
230
LA TAREA DE LA HERMENEUTICA
231
EXEGESIS
l. M. Heidegger
232
LA TAREA DE LA HERMENEUTICA
233
EXEGESIS
234
LA TAREA DE LA HERMENEUTICA
235
EXEGESIS
236
LA TAREA DE LA HERMENEUTICA
237
EXEGESIS
238
LA TAREA DE LA HERMENEUTICA
2. H. G. Gadamer
239
EXEGESIS
240
LA TAREA DE LA HERMENEUTICA
241
EXEGESI:S
242
LA TAREA DE LA HERMENEUTICA
243
LA FUNCION HERMENEUTICA
DE LA DISTANCIACION
por PAUL RicOEUR
245
EXEGESIS
246
LA FUNCION HERMENEUTICA DE LA DISTANCIACION
247
EXEGESIS
248
LA FUNCION HERMENEUTICA DE LA DISTANCIACION
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EXEGESIS
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LA FUNCION HERMENEUTICA DE LA DISTANCIACION
251
EXEGESIS
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LA FUNCION HERMENEUTICA DE LA DISTANCIACION
253
EXEGESIS
254
LA FUNCION HERMENEUTICA DE LA DISTANCIACION
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EXEGESIS
256
LA FUNCION HERMENEUTICA DE LA DISTANCIACION
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EXEGESIS
258
LA FUNCIO~ HERMENEUTICA DE LA DISTANCIACION
259
EXEGESIS
260
LA FUNCION HERMENEUTICA DE LA DISTANCIACION
261
HERMENEUTICA FILOSOFICA Y
HERMENEUTICA BIBLICA
por pAUL RICOEUR
263
EXEGESIS
264
HERMENEUTICA FILOSOFICA Y HERMENEUTICA BIBLICA
1 Londres, 1964.
2 Filadelfia, 1970.
IS G. von Rad, Tkeologie des Alten Testaments I, Munich, Kaieer, 1957.
(Hay versión en español.)
265
EXEGESIS
266
HERMENEUTICA FILOSOFICA Y HERMENEUTICA BIBLICA
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EXEGESIS
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HERMENEUTICA FILOSOFICA Y HERMENEUTICA BIBLICA
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EXEGESIS
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HERMENEUTICA FILOSOFICA Y HERMENEUTICA BIBLICA
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EXEGESIS
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HERMENEUTICA FILOSOFICA Y HERMENEUTICA BIBLICA
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EXEGESIS
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HERMENEUTICA FILOSOFICA Y HERMENEUTICA BIBLICA
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EXEGESIS
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HERMENEUTICA FILOSOFICA Y HERMENEUTICA BIBLICA
277
CUARTA PARTE
GRÉGOIRE RouiLLER
YvEs T1ssoT
Lucas 15:11-32
AGUSTIN DE HIPONA LEE
GENESIS 22: 1-19
por GRÉGOIRE RoVILLER
281
EXEGESIS
282
AGUSTIN DE HIPONA LEE GENESIS 22:1-19
283
EXEGESIS
7 Si Deus cessat temptare, magister cessat docere", líneas 106-107. " ...
illo temptante, id est, interrogante, quod est in homine occultum prodatur", líneas
99-100.
8 Se apoya en la interpretación ya sugerida de Rm. 4 y de Gá. 4.
284
AGUSTIN DE HIPONA LEE GENESIS 22:1.19
Notas de lectura
No podemos pretender hacer un comentario literal de este sermón.
Destaquemos sin embargo algunos de sus aspectos mayores.
Líneas 1-9a. La introducción nos deja adivinar el sentido estético
de Agustín. Ha sentido que el relato de Gn. 22 era tan artístico que
su lectura tomaba el giro de un memorial. El lector reactualiza el
acontecimiento con su emoción primera, como si la distancia temporal
fuera abolida. 9
La actitud de Ahraham es caracterizada como pietas. El término
español piedad no ofrece la riqueza del vocablo latino. Se trata de una
actitud compleja y global que se acerca con bastante exactitud al res-
peto y a la benevolencia que evoca el jésed hebreo. No estamos lejo.s,
en todo caso, de lo que Gn. 22 llama "temor de Dios".
Líneas 9b-41a. Agustín es demasiado sensible a la enseñanza de
san Pablo como para insistir, como lo hace cierta teología judía, sobre
el mérito de Abraham y de Isaac. Ha sentido por instinto que un arco
ligaba los focos principales de la vida de Abraham (la promesa y el
sacrificio) , que en un caso como en el otro la Palabra de Dios (que
promete u ordena) había encontrado la misma fe en el patriarca.
Así, para Agustín, Gn. 15:6 -a quien cita explícitamente- domina
toda la gesta de Abraham tal como quiso transmitírnosla el último re-
dactor del Génesis.
Tal es el motivo por el que la fe de Ahraham nos es presentada
a la luz de Rm. 4 y de Gá. 4. Una fe que vence las apariencias con·
trarias, al otorgar un crédito ilimitado a la palabra de un Dios cuya
benevolencia ha experimentado. Para Agustín, la confianza de Ahra-
ham en la sabiduría 10 del Dios creador es tal que en ningún instante
podía aflorar el pensamiento de una contradicción entre el querer de
este Dios creador y la voluntad del Señor que le pide una tal inmola-
ción. Esta confianza ilimitada en la bondad de Dios purifica también
a Abraham de toda sospecha de crueldad. Fue, dice Agustín, "ub'ique
fidelis, nusquam crudelis".
285
EXEGESIS
11 Quizás tiene también oyentes maniqueos. Por eso hablará "propter h9s
ergo tale~ ne qui forte hic lateant, aut et si hic non sunt, ha:beant qui a.dsunl
quid talibus respondeant", líneas 62-64.
12 Se encontrarán numerosas referencias en la obra siguiente: M. Pontet¡
L'eségese de S. Augustin prédicateur, París, 1944, págs. -234 y sigs .
. 13 · Véase esta declaración del catecismo maniqueo: "La primera cosa que
ha de hacer. un hombre es distinguir los dos Principios. Quienquiera desee su-
marse a· nuestra religión debe saber que los dos Principios. de la Luz y de las
Tinieblas ti e~ en niaturalezas absolutamente distintas: si no discierne esto, ¿cómo
podrá pz:acticar la doctrina?'' Citado por P. Brown, op. cit., pág. 53.
14 Los maniqueos ponían en contradicción varios textos del Antiguo y del
Nuevo Testamen~o, por ejemplo, Gn. 1:1 y Jn. 1:1; o también Sal. 35:7 y l
Co. 9:9.
'Hi En otra parte, en Question. in Heptam. I, 57, PL 34, 562-563, discute
sobre el ·pasaje de la epístola de Santiago: "Quaeri solet quomodo hoc verum
sit, cum dicat in epistula sua J acobus, quod Deus neminem tentat; .nisi qui.a
locutione Scripturarum sokt dici: tentat, pro eo . quod · est probat".··:.
286
AGUSTIN DE HIPONA LEE GENESIS 22:1.19
287
EXEGESIS
'19 "Quid ergo nos docet Abraham? Ut breviter dicam: ut Deo non prae-
ponamus quod dat Deus~, líneas 121-122.
120 "Quod enim dulcius a Deo praemium, quam ipse Deus•\ líneas 128-129.
21 E. Gilson, lntroductiona fétude áe S. Augustin, París, 1943.2 Aquí se
estudia extensamente la noción de sentido interior. Nótese la plenitud de la
frase: "Patente aure cordis audite magnum s'acramentum"', línea 159.
288
AGUSTIN DE HIPONA LEE GENESIS 22:1.19
289
EXEGESIS
290
AGUSTIN DE HIPONA LEE GENESIS 22:1.19
291
EXEGESIS
292
AGUSTIN DE HIPONA LEE GENESIS 22:1.19
l3!1 Por ejemplo, De Trinitate, III, 11, donde se pregunta sobre una cues-
tión precisa, la de !'as relaciones entre Dios y el ángel que llama, en Gn. 22:
11, 12, 15, etcétera.
3 7 Sobre boda esta cuestión léase la gran obra de H. de Lubac, Exegese
médiévale, París, 1959, 4 vols.
293
EXEGESIS
294
AGUSTIN DE HIPONA LEE GENESIS 22:1-19
295
ALEGORIAS PATRISTICAS DE LA
PARABOLA LUCANA D·E LOS DOS
HIJOS
(Lucas 15: 11-32)
297
EXEGESIS
298
ALEGORIAS PATRISTICAS DE LA PARABOLA LUCANA
299
EXEGESIS
lO P. Siniscalco, Mito e storia delta salvezza. Ricerche sulle piu ap,tiche in-
terpretazioni di alcune parabole evangeliche, Turín, 1971; A. Orbe, Parábolas
evangélicas en San lreneo. 1, Madrid, 1972, págs. 154-204; véase también H.
Smith, Ante-Nicene Exegesis of the Cospel, IV, Londres, 1928, págs. 132-138.
11 A. Adam, "Gnostische Züge in der patristischen Exegese von Luk. 15"',
Stud'ia Evangelica III, Berlín, 1964, págs. 299-305. Estudio decepcionante: Adam
piensa que la exégesis pa:trística de las parábolas de la oveja perdida y de la
dracma extraviada sigue una línea "sapiencial" que hace intervenir a un salvador
en la redención, mientras que la exégesis de la parábola lucana de los dos
hijos expresaría un pensamiento gnóstico en el que la salvación deriva de una
aruimnesis del origen celeste. Adam tendría por cierto razón para escribir: "Ein
Erretter tritt nicht auf" (pág. 304) si se tratase de la exégesis de Le. 15:ll-32.
Poro esta afirmación exige ser matizada desde el momento en que se aborda
la historia de la exégesis: en efecto, si bien el tema de la anámnesis aflora da-
ramente en un Gregorio de Nyssa, De oratione dominica, II ( PG 44, ll44 y sig.),
quien aproxima la confesión del hijo pródigo (páter, hémarton eis ton ouranón
kai enópion sou) con el inicio de la oración dominical (pát~<r hemón ho en
tois ouranóis), los padres no descuidaron por otra parte el ver una alegoría
cristológica en el abrazo del padre en Le. 15:20. Así Agustín,, sermo Caillau
U, 6: "Incubuit in illum occurrens: id est, super collum eius posuit brachium
suum. Brachium patris, filiu~ est" (PLS 2, 430), véase Cesáreo de Arlés, sermo
163.2 (Morin, ib. 633, con la cita de Is. 53:1); Jerónimo, epist. 21,19: " ... ad
eius praecurrit adventum et per verbum suum quod camem sumpsit ex virgine
reditum filii iunioris anticipat" (Labourt, 1 96) ; Pedro Crisólogo, sermo 5:
"Cecidit super collum eius: cecidit cum per Christum di.~initas tota nol'!tra de-
cumbit et incumbit in carne" (PL 52, 200); Ambrosio, VII, 230: ••cadit in
collum tuum Christus ... "
1 2 Véanse los fragmentos parafraseados public.a.dos por A. Mal, Scriptorum
veterum nova collectio, IX, Roma, 1837, págs. 695-697.
300
ALEGORIAS PATRISTICAS DE LA PARABOLA LUCANA
301
EXEGESIS
1& Véase Praefatio beati Hieronymi presbyteri ·in omelias Origenis super
Lucam eva.ngélistam (Se 87., 94). Con respecto a la identificación con Ambrosio,
véase la introducción II de F. Fournier, ibíd., págs. 70 y sigs.
17 Véase la introducción de G. Tissot al comentario de Ambrosio, en se 45,
15-18.
_18 Véase F. Fournier, en se 87, 73. La exégesis origeniana no se conoce
sino· por alusiones que n·o tienen todas un valor exegético (véase sup:rm, n. 9,
pág. 299). A. Orbe,, op. cit .., 1 177, piensa que es posible reencontrar su
exégesis y para ello remite a P. Courcelle, Recherches sur les eonfessions de
S. Augustin, París, 1968, 2 págs. 424 y sigs. Pero el estudio de Courcelle se
refiere sólo a un detalle: el encuentro del tema neoplatónico de la regio dissí-
milituáinis con la jora makrá de Le. 15:13. P. Siniscalco está por cierttl en lo
verdadero cuando escribe que "ricostrnire 1' esegesi origeniana delle nostre para-
bole no e impressa facile" (op. cit.,- pág. 159). Tengo con todo la clara im-
presión de que ciertos temas de Ambrosio tienen su origen en Orígenes. Así la
designación del pecador como kosmopolítes (véase Ambrosio, VII 214: civis mundi),
el tema de la nada de los paganos (véase Ambrosio, VII 219, sobre Le. 15:16b:
"Nemo illi dabat: ·erat enim in regione illius qui neminem habet, quia eos
qti.i sunt non habet"; 234, sobre Le. 15:24. Comparar con In Ps. 37 expl., 10,
sobre Jr 31:15: " ... ergo ecclesia domini in Iudaeis consolari noluit, qtiia non
sunt; in Christianis au.t'em qui ex nationibus congregati sunt, epulaJrei,tur et
gaudet, quoniam coeperunt esse qui non erant", SeEL Amh. VI 144) ; sobre el
tema de la no-existencia de los pecadores en Origene:•, ver H. Crouzel, Origene
et la "connaissance TfiiYStique", París-Brujas, 1961, págs. 518; y Théologie de
fim:ace de Dieu chez Origene, París, 1956, pág. 162.
19 Véase F. Fournier, en Se 87¡, 82.
302
ALEGORIAS PATRISTICAS DE LA PARABOLA LUCANA
303
EXEGESIS
cribe con respecto a Le. 15:11 y sig.: "Hic autem Adam et Christus est intelli-
gendus'', PLS 3, 1317: ver Arnobio el Joven, Annotatione~S, 8: "Nam duo filii,
Adam et Christus intelliguntur"!) : tomada a la letra, est'a frase propone iden-
tificar al hijo menor con Adán y con Cristo, dicho de otro modo al pagano
perdido en Adán y s.a;lvado en Cristo, lo que no deja de recordar a lreneo,
Adversus haereses, III, 19, 3 (SC 34, 336); donde Cristo en su ascensión
es llamado "offerentem et commendantem patri eum hominem qui fuerat in·
ventus'' (véase Le. 15.24) a sahei', como que presenta a Dios al homo assumptus
asimilado aquí al hijo menor de la parábola. Por otra parte, la clasificación
propuesta descuida un hecho important'e: en un estadio primitivo, las interpre-
taciones ética y penitencial parecen no haber considerado sino la persona del
menor (Le. 15:11-24), dejando de lado el segundo acto de la parábola que re-
lata la irritación del mayor frente a la clemencia de su padre (Le. 15:25-32,
véase in/ra, págs. 306 y sig. y 310 y sig.
23 Pseudo-Jerónimo, ep. 35, 3 (PL 30, 249) y Cirilo, Expl. in Lucae
Evang., ad 15.11 ss. (PG 72, 804 y 805; véase J. A. Cramer, Catenae Graecorum
Patrum in Novum Testam'f!ntum, Il, Hildesheim, 1967, págs. 120 y sig.).
24 Véase P. Siniscalco, op, cit., págs. 47-52 y A. Orbe, op. cit., Il, págs,
130-133.
125 Véase P. Siniscalco, op. cit., págs. 160-168 y A. 01·be, op. cit., Il, págs.
153-160.
126 Véase por ejemplo, op. cit., págs. 98 y sigs. (a propósito de Ireneo),
Tertuliano escribe lo siguiente en De pud. 9.4 (CC 2, 1297): "Et duo utique
fili illuc spedtabunt, quo et drachma et ovis". No parece empero que los gnósticos
del siglo 11 hayan propuesto una interpretación de la parábola del hijo pródigo,
derivada o no de su exégesis de Le. 155:41-7, véase P. Siniscalco, ibíd., 67 n9, Lo
que afirma, Orígenes en Comment. in !oh., XIII 20, ll9ss (GCS Orig. IV 244)
ALEGORIAS PATRISTICAS DE LA PARABOLA LUCANA
305
EXEGESlS
estos términos: "Malo ergo filius esse quam ovis: ovis enim a pastore repperitur,
a patre filius honoratur".
29 Véase Ambrosio, VII, 241; Jerónimo, ep. 21, 28 (Labourt, 1, 99); Agustín,
sermo Caillau 11.10 (PLS 2.432).
30 El título más antiguamente atestiguado entre los padres y el usado con
más frecuencia menciona a los dos hijos; véase Ireneo·, Adv~rsus 1uze,reses,, IV, 36,7
(SC 100**, 910); Clemente de Alejandría, Stromates, IV, 30, 1: he ton dyoin ade[,.
fón parabolé (GCS Clem. 11 261); TeTtuliano, De pud., 8.2: filiorum duorum
parabola (CC 2, 1295), etc. Uno de los testimonios más antiguos del título
referido sólo ,al hijo menor podría encontrarse en un fragmelllto caténico atribuido
a un tal Macario: he perí tou néou hyioú parabolé (A. Mai, Scriptorum vetenun
TI!Wa collectio, IX, 696).
31 Sobre la exégesis de lreneo, véa~e P. Siniscalco, op. cit., págs. 81-97, y
A. Orbe, op' cit., 1, págs: 185-199:
182 Tito de Bosra, Lukasscholien (ed. J. Sickenberger, TU 21/1, 214-224),
ad 15.lls: heis patér dyo adelfón. tinon touton; dikaion kd,i adikon, hamartolón
kai enlaJbón (P. 214) ; sus "escolios" han sido retocados en la Catena Cramer
sobre Lucas (11, 117 y sigs.) y por la homilía pseudo-crisotómica Eis ten partll-
bolén. perí tou asótou (PG 59, 515 y sigs.). Véase además el Pseudo-Atanasio, Dicta
et intevpretationes parabolorum evcmgelii, 11 (PG 28, 713): hoi dyo hyiói; hoi
díkaioi kai hoi hamartolói.
306
ALEGORIAS PATRISTICAS DE LA PARABOLA LUCANA
33 Jerónimo, ep. 21 ad Damasum, 3: " •.. in publicanis (véase Le. 15:1) non
tam gentilium quam generaliter omnium peccatorum, id est qui erant et de
gentilibus et de ludaeis, accipi posse personas" (Labourt, 1, 88; la nota contempla
a Tertuliano, véase infra, págs. 329 y sig.); y 39: " •.. videamus autem quomodo
super sancto generaliter et peccatore parabola ista possit intellegi" (106; se dice
esto luego de una exégesis étnica de Le. 15:25-32, véase infra, pág. 308.
34 Ep. 35,6 ad Le. 15,12: "Dat ,autem hic pater divitias suas ex aesuo.
Non enim quisquam aut iustus aut peccat<l'r nascitur. Sed quae ex deo es!', in
prima nativitate hominis portio substantiae rationalis, aequaliter cunctis nascen-
tibus datur ..• " (PL 30, 251 A).
135 Cirilo, Expl. iro Lucae Evang., ad 15, 11 y sigs. (PG 72, 805 D y 808 A).
En Cirilo, el justo es asimilado al cristiano que se indigna del perdón concedido
al pecador convertido a última hora (véase col. 808 AB) . Tal habría Eido también
la exégesis de Teodoro de Mopsuestia, véase supra, n. 7, pág. 299.
36 Conviene destacar que la solicitud del hijo menor siempre es vista favora-
blemente por los padres. Con ellos, se está muy lejos de la pa<ráfnsis infantil de
un K. Munk, Histoires de !ésus racont'ées a,ux enfants (adapt. francesa de G.
Cavin), Ginebra, 1949, pág. 22: "'Un hombre tenía dos hijos. El más joven le
dijo cierto día: 'A decir verdad, ¿qué puedo heredar de ti? ¡Desearía que me
lo dieras ahora!'. Para este padre lleno de afecto fue un golpe muy duro escuchar
semejante cosa. Figuraos que no dijo nada. Así obraba con sus hijos"¡. Para los
padres, en efecto, el menor no envidia los bienes de su padre, sino que, alegóri-
camente, le pide poder servirlo libremente. Por este motivo Jerónimo se muestra
basta.nte insatisfecho con la traducción latina del v. 12b que, sin embargo, con-
servará en la Vulgata,: "Qui divisit eis substantiam", notando lo siguiente:
"Significantius in Graeco legitur dieilen autóis ton bion, id est dedit liberum
arbitrium, dedit mentís propriae voluntatem, ut viveret unusquisque non ex im-
perio dei, sed ex obsequio suo, id est non ex necessitate, sed ex voluntate ... "
(ep. 21,6, Labourt, I 89). Por su lado, Tito glosa hábilmente el térmi,no ousía
del v. 12a por exousía: prosélten oun ho neóteros aitón tes idías ousía.s to meros,
toutéstin tes idías exousías (Lukasscholien, ad 15,12, Sickenberger, 216). Es
necesario aguardar la exégesis "histórica", esto es, literal, de un Pedro Crisólogo
en el siglo V para ver criticado el procedimiento del hijo menor: "quantum pius
p.a. ter, tantum haeres impatiens qui patris fatigatur ad vitam ... " (sermo 1, PL
52, 183 y sig.). Pero Crisólogo seguirá, en su exégesis "mística", alegoría de tipo
étnico, la tradición que encuentra allí un acto loable (véase sermo 5, col. 197
y sig.).
307
EXEGESIS
187 Parece que los exégetas insisten intencionalmente sobre este aspecto en
sus alegorías del triple don de Le. 15 :22. Tito ve en el anillo un semeion fes
písteos to. katá tou dicl.bólou (Lukasscholien, col. 15, 22,3 Sickenberger, 223; véase
injra, pág. S22), y lo mismo que Jerónimo, ep. 21, 25 (Labourt, 1, 98) !l'eoonocie
en las sandalias un signo de protección contra las serpientes y los 'e~corpiones
(véase Le. 10:19). Véase también Ambrosio, De paen., 11, 18 (SC 179, 144).
38 Jerónimo, ep. 21, 28-38 (Labourt, 1 99-106): "Erat autem filius illlius
senior in agro (Le. 15:25). Hucusque de persona iunioris filii disputatum est,
quem secundum praesentem parabolam in publicanis et peccatoribus (véase Le. 15:
1) qui a domino ad paenitentiam provocabantur debemus accipere, secundum mys-
.ticos autem rintellectus de ~utura: quoque vocatione gentium prophetari. •• " (28,
pág. 99 y sig.). La exJIII"esión praese:ns parabola se refiere al sentido obvio de la
parábola, que de por sí es alegórico (véase supra, n. 5, pág. 298) para distinguido
de un sentido derivado, alegórico en segundo grado se podría decir. Se la ¡en-
cuen.tira bajo la pluma de Ambrosio cuando añade a su interpretación penitencial
un complemento sohre la exégesis étnica de Le. 15:25~32: "Haec de parabola
praesenti putavimus esse tractanda. Nec invidemus si qui duos fratres istos velit
referre ad populos duos ... " (Ambrosio, VII, 238 y sig.) .
139 Tito, Lukasscholien, ad 15,25 y sigs. (Sickenberger, 223 y sig.).
40 .Pseudo-Je!rónimo, ep. 35,13: "Quid enim est quod de agro veniens dicit,
nisi significans de legis operibus venientem et in his gloriantem et quasi diu-
turnos labores imputantem" (véase Mt. 20:12; sobre esta a.lusión, ver infra,
pág. 318) (PL 30, 253).
41. Dámaso, en Jerónimo, ep. 21,1 (Labourt, I 84). Jerónimo soslaya la
dificultad susCitada por la envidia que una interpretación ética se ve obligada
a ,a.tHbuir a los santos, explicando así: 'i'Omnem mundi istius iustitiam ad dei
comparationem non esse iustitiam" (ep. 21,39, pág. 106).
308
ALEGORIAS PATRISTICAS DE LA PARABOLA LUCANA
309
EXEGESIS
sería judío y el mayor cristiano, y todo esto por razón del "ordo utriusque po-
puli ah utero Rebeccae designatus" (De pud., 8, 8, CC 2, 1295 y sig.; véase
también Justino, Dial. 134,. 2). Dicho sea de paso que es para encontrar este
ordo como se ha retocado frecuentemente la otra parábola de los dos hijos
(Mt. 21:28-32) para darle la forma atestiguada por el ms. B, véase J. Jeremias, Die
Gleichniss·e Je.su, 'Gotinga, 1965, 7 pág. 1255, n. 2.
45 Véase Agustín, Quaest. Evang., 11, 33: "Horno habens duos filios, deus
ad duos populos intelligitur, tanquam stirpes duas generis humani: unam eorum
qui permanserunt in unius dei cultu, alteran eorum qui usque ad colenda idola
deseruerunt deum" (PL 35, 1344) ; Cesáreo de Arlés, sermo 163, 1; Pedro Cri-
sólogo, sermo 5 (PL 52, 197); Isidoro, Allegoriae, 216. Jerónimo, ep. 21, 13, y
Ambrosio, VII, 217 y sig., presentan una doble interpretación de las algarrobas
de Le. 15:16 equiparadas ante todo a los vicios, luego a la vana filosofía (sobre
esta última equivalencia, véase B. Blumenkranz, "Siliquae porcorum (cf. Lucas,
XV, 16). L'exége .e médiévale et les sciences profanes", Mélanges Louis Halphen,
París, 1951, págs. 11-17). Sería el lugar para preguntarse si esta última inter-
pretación no proviene de la exégesis étnica de la parábola.
46 Véase sobre todo Jerónimo, ep. 21, 28-38, y Ambrosio·, VII, 239-243.
47 Véase Agustín Quaest. Evang., II, 33 (PL 35, 1346 y sigs.), y en su
línea, Cesáreo, sennp 163, 3. Sobre el filo-semitismo de Agustín, véase K.
Thieme, "Augustinus und de'r 'ii.ltere Bruder'. Zur patristischen Aulegung von
Lk. 15, 25 32'', Universitas, Festschrift Albeir Stohr, Mainz, 1960, págs. 79-85.
310
ALEGORIAS PATRISTICAS DE LA PARABOLA LUCANA
48 Véase Const. Apost., 11, 41, 3 (Funk, 131), Juan Crisóstomo, hom. 1 ik
paer~.• 4 (PG 49, 282 y sig.); Asterio de Amasea, hom. 1 (véase supra, pág. [300]);
Pseudo-Clemente, fragm. Macar. Chrysoceph. (PG 9, 757-765); Paciano (véase
supra, pág. [301), n. 14); y Ambrosio, véase infra, págs. [312] y sigs. Véase tam-
bién Arnobio el Joven, Annotationes, 8: "duo filii quos dicit, fideliurn et pae-
nitentium inducit parabolam" (PLS 3, 218).
49 Véase Asterio, hom.: 1 hoi polloi ton anthropon ten tou baptísmatos
metousían kai ten ton mysh!rion apólausin hos epibállousan kleronomÍOJn. peora
toutheoú apaitoúsin (Bretz, 109) ; etc.
50 Tertuliano, De paen., 8, 6-8 (CC 1, 335 y sig.); Clemente de Alejandría,
Quis dives salvetu,r?, 39, 2 (GCS Clem. Ill, 185).
o51 Exceptuado el De paen. antinovaciano de Ambrosio, el nombre de No-
vaciano no es citado sino por el Pseudo-Clemente, frmgm., 7: all' hous heuriskei
]ristós apololo'tas metá ten hamartían ten eís báptisma, toutous ko theomajos
Nauatos opóllysi (PG 9, 765 A). Sobre la confusión de los nombres de Nova-
ciano y de Novato, véase P. Nautin, Lettres et écrivains chrétiens des li et /ll,
síecles, París, 1961, págs. 149 y sig.
52 11, 41, 3 (Funk, 131).
311
EXEGESIS
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ALEGORIAS PATRISTICAS DE LA PARABOLA LUCANA
313
EXEGESIS
néutica. Es así como en VII, 214 se palpa una tensión flagrante entre
la afirmación inicial según la cual el cristiano pecador, separado de
Cristo, ya no pertenece a la iglesia, y la observación final según la cual
los cristianos, de alejados como estaban, han sido acercados eUos también
por la sangre de Cristo (véase Ep. 2, 13), de modo que no deben poner
mala cara a quienes vuelven del país lejano de la sombra de la muerte
(véase Is. 9:1) . Es evidente que Ambrosio presupone en este lugar que
todos han vivido este retorno, lo que excluye un ataque antinovaciano,
tanto más cuanto que la penitencia pública era entonces un procedimiento
excepcional. 6!3 Ambrosio precisa por otra parte que el hijo menor ha
despilfarrado todos los ornamenta naturae y que ha deformado la imago
dei al entregarse a la idolatría. 614 Tema éste que se reencuentra en VII,
234, en una discusión confusa sobre la implicación exegética del verbo
perierat (v. 24): apenas ha justificado su interpretación penitencial ha-
ciendo valer que "ille perit qui fuit", &5 cuando Ambrosio reconoce la
validez de otra interpretación que haría del hijo menor una figura de
los hombres y, sobre todo, de los paganos. 00 Esta contradicción proviene
evidentemente del hecho de haber introducido en su comentario un tema
314
ALEGORIAS PATRISTICAS DE LA PARABOLA LUCANA
315
EXEGESIS
70 Ambrosio, VII, 242. Pero quizás haya qne entender de otra manera este
pasaje en el ,caso de que iustus sea paralelo a bapt'izatus en VII, 243: ..Sed et,
si desinas invidere, et omnia mea tua sunt (Le. 15:31), vel ludaeus sacramenta
veteris testamenti, vel baptizatus etian novi possidens'; (VII, 242 y sig.). El
judío . que está con el padre in lege, eotaría además con· él in cammunione en
cuanto cristiano.
71 "Hac ergo peregrinatione per magnam igno;rantiam peregrinatos fuisse
nos sciens beatissimus Paulus dicit: Vos qui aliquando longe fuistis, nunc autem
facti estis prope" (PL 30, 251 CD); véase Ambrosio, VII, 214: "Sed nos non
sumus advenae a,tque peregrini, sed sumus cives sanctorum et domestici dei
(véase Ef. 2:19), qui enim eramus longe facti sumus prope in sanguine Christi".
'72 "Famis autem me'tJá ektáseos validae haec est regio, de qua dicitur per
prophetam: Qui habitatis in regione umbrae mortis, hi.x fulgebit super vos~' (La-
bourt, 1, 91) ; véase Ambrosio, VII, 214: "Non invideamus de longinqua regione
remeantibus, quia et nos fuimus in .region!J longinqua, sicut Esaias docet. Sic
habes: Qui sedebant in regione umbrae mortis, lux orta est illis?'. Se notará
que en lo que sigue Ambrosio opone a la sombra d·e ls. 9:1 la de Cristo de
Lm. 4:20 y Ct. 2:3, y que este complejo de citas se reencuentra en OHgenes,
hom. in Cant., 2, 6 (SC 37, 90 y sig.).
73 Véase Lukasschalien, ad 15, 11 y sig.: plasma theoú ( Sickenberger,
215); ad 15, 13: 1 makrán tau plásantas (216); ad 15, 13: 2 ten áisthesin tes
plás·eos (217); a.d 15, 17: theoú plasma (219); etc.
74 lbíd., ad 15, 18 1 (220). Para el texto de Ambrosio, VTI, 225. Véase
supra, pág. 314.
316
ALEGORIAS PATRISTICAS DE LA PARABOLA LUCANA
75 ·Exceptuadas las alegorías sobre el anillo de Le. 15:22, véase infra, pág.
322. Por esta razón, me pregunto si se justifica plenamente el apresuramiento de
P. Siniscalco, op. cit., págs. 90 y sigs., en identificar en lreneo la restitución
de la lltvla prima con la recuperación de la homóiosis.
76 Ambrosio, VII, 214, con citación de Jr. 2:27.
'77 Véase supra. pág. 300.
317
EXEGESIS
318
ALEGORIAS PATRISTICAS DE LA PARABOLA LUCANA
82 lbíd., 220.
sa Ibíd., 223.
84 Véase Lukdsscholien, ad 15, 17: epí misthó gar he klesis ... (Sieckenher-
ger, 220; el tema de la klesis es puesto igualmente en relieve, a propósito dt>
Le. 15:11 y sigs.,, por Clemente de Alejandría, Exc. Theod., 9, 2). El texto de
P es interesante en la medida en que, como Ambrosio, evita hahl8!r de los obre-
ros de la hora undécima: kai ~ságei en parabolés typo hoti mistlwútai theós
exélthe gar,. fesi misthósasthai ergatas t·riten kai hekten horan kai ta exés, epí
misthó gar he klesis ton pollón, denárión estin he basileía to ouranón hoúto de
kaléitai diá km jaraktera tou basileos (ibíd.)
85 Véase Jerónimo, ep. 21, 40: "Solus deus est, in quo peccatum non cadit;
caetera; cum sint liberi arhitrii, iuxta quod et horno ad imaginero et simili-
tudinem dei factus est, in utramque partem possunt suam flectere voluntatem.
Quodsi hac sententia non adduceris, Ealtem illius auctoritate paraholae com-
movere, in qua per totam diem operarii mittuntur ad vineam ( ... ) " (Labour.t,
1, 108). Véase también el Pseudo-Jerónimo, ep. 35, 12 (PL 30, 253), quien ha-
bla de obreros contratados "a·d duode iman horam", Asterio, hom. 1 (Bretz,
114). Mt. 20:1-16 se encuentra igualmente asociado a Le. 15:11-32 por Ireneo,
Adversus haereses, IV, 36, 7 (SC 100, •• 910 y sig.), quien descubre allí una
misma enseñanza antidualista: Lucas pone en escena "unus et dem pater",
319
EXEGESIS
quitn declina la invitación del señor (Le. 14:18; véase Mt. 22:5). Sil' Con
un sentido parecido, Jerónimo cita Le. 14:18-20 para describir al hijo
mayor que sufre en el campo (Le. 15:25) como los judíos penan con
la ley, "longe a gratia spiritus santi". 87 El tema de la ausencia ,sería
por tanto común a las dos parábolas, de donde han resultado interfe-
rencias reforzadas por contactos terminológicos. El mosjos siteutós sa-
crificado por el padre (véase Le. 15 :23,30) recuerda en efecto los
sitistá dispuestos por el rey (véase Mt. 22 :4) ; sobre todo, la stolé prote
ofrecida al menor (véase Le. 15:22) equivale al éndyma gámau de
rigor para los invitados a la boda (véase Mt. 22: ll y sig.) . De tal
manera se explica la irrupción un tanto sorprendente del tema nupcial
en la exégesis del triple don del v. 22. Ambrosio, al igual que Jerónimo,
identifica en efecto la stola con la "vestis nuptialis quam si qui no
habuerit a convivio nuptiali excluditur". 88 Prosiguiendo esa línea, otros
320
ALEGORIAS PATRISTICAS DE LA PARABOLA LUCANA
89 Máximo de Turín, Expos., 18 (PL 57, 825 B); véase Cesáreo de Arlés,
sermo 163, 2 (M.orin lb 633 y sig.) ; Pedro Crisólogo, sermo 5 ( PL 52, 200 B).
Los tres citan con respecto a esto (2 Co. 11 :2), pero no relacionan las sanda-
lias con el aplastamiento de la serpiente (véase irofrw, n. 110, págs. 324) como hu·
hiera podido sugerirles el v. 3.
9o Ibíd. (825 B).
U Enfocado como retorno al paraíso, sobre todo a causa de la restitución
de la túnica (véase infra, pág. 322). Pero aunque sólo la túnica pueda: ser de-
vuelta, los padres a menudo han hablado de restitución del anillo, como si Lu-
cas hubiese hablado de daktylios protos, ver Gregorio de Nyssa, De orat. domin.,
11: ho te perí ten jéira daktylios, diá tes en te sfendone glyfés, ten tes eikonos
ep,análepsin hyposemáinei (PG 44, 1144 y sig.); e, implícitamente, el Pseudo-
Teófilo, Comment., 111, 10 (PLS 3, 1317); Epifanio latino, lnterpr., 37 (PLS 3.
897). Los exégetas penitenciales de la parábola por su parte hablan lógicamente
de una restitución tanto de la túnica como del anillo y de las sandalias, ya que
la reconciliación no añade nada al bautismo (para los texto~, véase supra, n. 159
pág. 313). Puesto que era también la interpretación de sus adversarios (véase
Tertuliano, De pud., 9, 11: "Recuperabit igitur et apostata vestem priorem, in-
dumentum spiritus sancti, et anulum den.uo, signaculum lavacri. .. ", ce 2, 1298)'
se comprende que Tertuliano haya; insistido más que otra cosa en la diferencia
entre la túnica devuelta: y el anillo dado: "Vestem pristinarn recipit, staturn sci-
licet eum quem Adam transgressus amiserat. Anulum quoque accipit tune primum,
quo fidei pactionem interrogatus ohsignat ... " (ibíd., 9, 16, pág. 1298).
92 Véase J. Daniélou, Bible et liturgie, París, 1958, C! págs. 69-96; P. Th.
Carnelot, Spilritualité du baptém'e, París, 1963, C! págs. 224-235.
321
EXEGESIS
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ALEGORIAS PATRISTICAS DE LA PARABOLA LUCANA
103 Ambrosio, VII, 232, con alusión a 2 Co. 1 :22. Se observará el paren-
tesco de este texto con De myst., 7, 42: "Signavit te deus pater, confirmavit te
Christus dominus et dedit pignus spi'ritum in cordibus tuis, sicut apostolica
lectione didicisti' (SC 25 bis, 178); véase también De sacram. 6, 2,6 (ibídJ.,
140). Luego de haber evocado la signación bautismal, Ambrosio aborda 1a eu-
caristía (véase De mySI!., 8, 43 y De sacram., 3, 2, 11), siguiendo un movi-
miento que se encuentra en su exégesis de Le. 15:22 y sig., donde el ternero se
convierte en un tipo eucarísllico: "Occidiur et vitulus saginatus, ut carnem
spiritali opimam virtute per gratiam sacramenti mysteriorum consortio restitutus
epuletur" (VII, 232; véase De p~en., II, 18).
1Q4 Véase J. Daniélou, Bible et litwgie, págs. 76-96; y sobre todo Les
symboles, págs. 143-152, donde el autor concluye: "Puede considerarse como
cierto que el signo de la cruz con el cual eran marcados los primeros cristianos
designaba para ellos el Nombre del Señor" (pág. 149); P. Th. Camelo!, op. cit.,
págs. 224-235.
106 Citado por Ambrosio, VII, 232; Jerónimo, ep. 21, 24.
106 Pseudo-Jerónimo, Expositío (PL 30, 574 D); véase Jerónimo, ep. 21, 24
donde cita a iEz. 9:4.
107 Jerónimo, ep. 21, 24 (Labourt, 1, 98).
108 Orígenes, fragm. 14 in ler. 22, 24 y sigs.: sfragís de étoi sfendone ew
te dexiá tou theou ginetai pas ho to kat eikona diá mel!anóias analcunbanon • ••
hen de sfragida to asoto hyió dédoken ho patér epistrépsanti ( GCS Orig. 111, 204
y sig.). Para un texto paralelo de Gregorio de Nyssa, véase supra, n. 91, pág. 32).
Sobre la teología origenista! del kat'eikona, véase H. Crouzel, Théologie de l'image
de Dieu, págs. 147 y sigs.
323
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324
ALEGORIAS PATRISTICAS DE LA PARABOLA LUCANA
tiam dividit? qui duo filii? qui maior quive minor? quomodo iunior acceptam
suhstantiam cum meretricibus dissipat, fame facta a príncipe regionis praepo-
nitur porcis, siliquas comedit, ad patrem redit, accipit annulum, stolam et im-
molatur ei vitulus saginatus? qui sit maior frater, et quomodo de agro veniens
susceptioni fratris invideat? et caetera, quae in evangelio plenius explicantur"
(Lahourt, 1, 84). Esta aproxi~.ción de las parábolas no nos satisface más, y se
concederá que "el error consiste en explicar alegóricamente los eleméntos de
una parábola que son refractarios a la explicación alegórica, ya que una pará-
bola no es una alegoría" (Ch. Masson, Les paraboles de Marc IV, Neuchitel,
París, 1945, pág. 37). ¿Pero se acucará a los padres, visto que eslle tipo de
interpretación les era sugerido por los evangelios los cuales, programáticamente,
alegorizan la primera parábola de Jesús, la del sembrador (véase M. 4:1-20)?
us De pud., 9, 2 (CC 2, 1296).
114 !bid.
115 Véase ibid., 7, 11. Tertuliano opone la gracia que ilumina al mundo
(= casa) al dei verbum que ilumina a la Iglesia en la interpretación peniten-
cial de los católicos.
116 Véase supra, n. 4, págs. 298.
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140 De pud., 7,3 (1292). Se podrá aproximar a este pasaje las afirmacio-
nes muy fuertes con las cuales Tertuliano·, ibíd., ll, 1-3, prohíbe a los fieles
sacar alguna conclusión, en cuanto a la disciplina cristiana, del hecho de que
Cristo ha perdonado a pecadoras, puesto que esta disciplina "a redemptione
carnis, id est domini passione, censetur" (ibid., ll,3, pág. 1302).
141 Como se inclina a creerlo R. P. C. Hanson, "Notes on Tertullian's
Interpretation of Scripture", JTS N. S. 12 (1961 y sig.), págs. 273-279:
142 Véase T. P. O'Malley, op. cit., págs. 1166-172:
143 Es lo que hay que entender en la regla exegética enunciada en De pud.,
9, 22: sed malumus in scripturis minus, si forte, sapere quam contra (1299).
Sobre la crítica de la alegoría herética, véase G. Zimmermann, Die hermeneu.-
tischen Prinzipien Tertu.llians, W'iirzburg, 1937, pág. 14 y sigs.; T. P. O'M'.alley,
op. cit., pág. 154 y :sigs.
144 Piénsese en la definición depreciativa de un E. de Faye, Clément d'
Alexandrie, París, 1926 2, pág. 124 y sig., quien ve en la alegoría "el procedi-
miento consistente en descubrir relaciones de semejanza entre un texto e ideas
que le son enteramente extrañas".
331
EXEGESIS
332
ALEGORIAS PATRISTICAS DE LA PARABOLA LUCANA
333
QUINTA PARTE
GREGOIRE RouiLLER
El sacrificio de Isaac
FRAN~Ois BovoN
Segunda lectura
1. ALGUNAS OPCIONES.
337
EXEGESIS
338
EL SACRIFICIO DE ISAAC
2 Del mismo modo que laB lentas preparaciones que han hecho posible el
surgimiento inesperado de una metáfora no podrían dar de ella un,a explicacwn
suficiente, así tampoco el catálogo de las fuentes y elem¡entos genealógicos de
un texto no pueden dar cuenta de él de manera adecuada.
3 Véase el importante artículo de E. Haulotte, "Lisibilité des Écritures", en:
Langages 6 (1971): 97-127.
4 Sobre todo cuando se trata de textos posteriores. R. Barthes, sig¡uiendo
a J. Kristeva, ha subrayado bien el interés de las correlaciones intertextuales,
en: Exégese et herméneutique, París, 1971, pág. 190.
339
EXEGESIS
340
EL SACRIFICIO DE ISAAC
ganizacwn (las normas del estado de alianza delante de Dios, las rea-
lizaciones de una vida litúrgica, el cumplimiento de las promesas en
Jesucristo, por ejemplo)_ 10 Esto significa también que admitimos .así
en el texto una tensión entre "oculto" y "revelado", tensión que exige,
para ser superada, una actividad de parte del intérprete o lector_ 11
4. Mencionemos una última decisión metodológica: la de estar
atento al protocolo de lectura sugerido, es verdad que de manera muy
implícita, por el texto mismo. 12 Una verdadera lectura, en efecto,
debe "producir de nuevo la estructura inaugural", por lo que es im-
portante situarse axialmente en la pendiente misma del mensaje. Cree-
mos, por ejemplo, que en Gn. 22 la anotación de la peregrinación, la
atmósfera de holocausto, la agregación de las promesas (aunque sea
tardía), constituyen indicios protocolares preciosos.
En efecto, para servirnos de una noción más elaborada, pensamos
que Gn. 22 puede ser considerado a la vez como texto "en situación"
y "fuera de situación". '1 3 Que esté "en situación", lo prueban las
numerosas cuestiones planteadas por la exégesis clásica (lugar, ritos, sa-
crificios de niños, etcétera) y que quedan sin respuesta definitiva;
pero también las interpretaciones del mülrás y de la liturgia judía.
A causa de este criterio no podríamos descuidar el aporte de la et-
nología, de la historia de las religiones ni el de la teología judía.
341
EXEGESIS
342
EL SACRIFICIO DE ISAAC
343
EXEGESIS
Las catálisis
344
EL SACRIFICIO DE ISAAC
345
EXEGESIS
2. Los actanteS! 23
346
EL SACRIFICIO DE ISAAC
114 "Hay una jerarquía de las acciones pero también una jerarquía de los
actamtes, y esto permite dejar en claro muchos problemas que hemos suscitado
hace un momento, en particular el lugar de Israel en todos estos relatos, porque
Israel es co;.no el actante de la gran secuencia, promesa-cumplimiento. Tenernos
actantes menos importantes pero de amplitud casi igual de grande, corno Moi-
sés ••• ". P. Ricoeur, Les incidences théologiques des recherches actuelles con-
cemant le langage, París, sin fecha, pág. 70.
347
EXEGESIS
348
EL SACRIFICIO DE ISAAC
a) El narrador 28
El narrador no es ni el autor cuya psicología podría escudriñarse,
ni una presencia omnisciente. Es el relato mismo el que debe emitir
los signos. T. Todorov lo describe exactamente:
"El narrador es el agente de todo el trabajo de construcción que
acabamos de observar, ( ... ) ; es el narrador el que encarna los prin-
349
EXEGESIS
350
EL SACRIFICIO DE ISAAC
b) El narratario 29
351
EXEGESIS
5. Hacia el sentido
352
EL SACRIFICIO DE ISAAC
eorrelaciones intertextuales
353
EXEGESIS
34 El verbo recibe por lo demás esta coloración del juicio del sacerdote
sobre un sacrificio ofrecido, por ejemplo en Lv. 7:16-18. Véase sobre estas aso-
ciaciones, P. Beauchamp, Études sur la Genese, Lyon, 1971, págs. 92 y sigs.
35 P. Beaucharnp ha establecido otras correlaciones intertextuales, por ejem-
plo con 1 S. 15:22 y sigs., o con un tipo de predicación pro'fética, Am. 5:21-25,
Os. 6:6.
86 P. Beauchamp, op. cit., pág. 91.
37 Parafraseo la frase célebre de Agustín: "Verum sacrificium est ornne
opus, quod agitur, ut .sancta societate inhaereamus Deo, relate scilicet ad illum
finem honi, quo veraciter heati esse possirnus", De Civitate De'i, X, 6. PL 41,
283.
354
EL SACRIFICIO DE ISAAC
355
EXEGtESIS
V. NOTA FINAL
356
LA PARABOLA DEL HIJO PRODIGO
por FRAN~OIS BovoN
Segunda lectura
357
EXEGESIS
358
LA P ARABO LA DEL HIJO PRODIGO
5 "Su finalidad [la de un buen método estilístico] -lo recuerdo una vez
más- es la de captar lo que constituye la especificidad de un texto, formas y
contenido reunidos en este misterio de encarnación que es toda verdadera obra
de arte" (G. Antoine, "Las tres parábolas de la misericordia. Explicación de
Lucas 15:1·32", supra.· pág. 155.
6 Citado por P. Ricoeur, "La métaphore et le probleme central de l'her-
méneutique", Revue Philosophique de Louvain 70 (1972), pág. 102.
7 A. Jillicher, Die Gleichnisreden !esu, I, Friburgo i.B., Leipzig, Tubinga,
1899,2 pág. 117, citado por J. M. Robinson, "Les paraboles comme avenement
de Dieu", en; Le Point théolosique, 3, París, 1972, pág. 42.
359
EXEGESIS
360
LA PARABOLA DEL HIJO PRODIGO
361
EXEG<ESIS
362
LA P ARABO LA DEL HIJO PRODIGO
extiende sobre el vicio del hijo pródigo, 15 Lucas describe en una sola
frase la pérdida de los bienes. No encuentra color ni pimienta sino
para pintar la falta, consecuencia de la dilapidación, y la reinvestidura
filial, consecuencia del perdón. Por eso a Lucas le interesa el hijo no
en cuanto despilfarrador sino en tanto ser perdido y encontrado. 16'
Hay que subrayar otro elemento. La dilapidación del tener y la
pérdida del ser son obra del hijo (que es entonces el sujeto gramatical
de los verbos), en tanto que la escena de la reconciliación muestra al
padre en obra. El hijo queda perfectamente pasivo, mientras que el
padre, promovido al rango de sujeto, habla, interviene, da órdenes. Se
dirige por lo demás no a su hijo, sino a sus criados. Este procedimiento
narrativo, característico de la B,iblia, expresa los proyectos creadores de
Dios e indica ya su realización. 17
Aquellos exégetas que sostienen la unidad de la parábola por razo-
nes filológicas o literarias, tienen razón. Las dos partes del texto se
corresponden y dependen mutuamente. ¿En qué consiste esta interde-
pendencia? No es la suma de los contrarios. Como bien lo ha señalado
Ernst Fuchs, los dos hijos se parecen más de lo que podría creerse. 18
Sólo que, para este autor, su parentesco se resume en su estado de
perdición. Ahora bien, creo que es posible precisar más este parentesco.
La composición del relato, esto es el encadenamiento secuencial, nos
muestra que lo que uno, el menor, pierde y vuelve a ganar, el otro, el
mayor, debe descubrirlo. Empieza a descubrirlo al aprender el destino
de su hermano menor quien suscita en él el deseo de los bienes que
hasta ahora disfrutaba sin conocerlos y por tanto sin apreciarlos. Las
palabras de su padre también se lo manifiestan, al recordarle quién
es y qué tiene. Al restablecimiento del segundo hijo corresponde por
tanto la toma de conciencia posible del mayor.
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su hermano menor: metá pornón (v. 30). Esto corresponde sin duda
a una civilización que ya ha declarado tabú el dominio sexual.
Más importante me parece el papel omnipresente de la ley. Los
conflictos entre el deseo y su represión moral consciente o inconsciente
son evidentes en el texto; esquematizando, se podría decir que en el
mayor la sumisión a la ley se destaca sobre el deseo, mientras está au·
sente el menor. En el hijo pródigo, asistimos a la transgresión voluntaria
de la ley y del orden familiar en nombre del deseo. En el padre, nota·
mos una superación original de la ley.
Desembocamos con esto en el mundo del texto que retendrá más
lejos nuestra atención: el amor de Dios que deniega el respeto de la
ley por el otorgamiento del perdón. Si la psicología manifiesta esta
superación del esquema acción-retribución, la estilística (podemos aña-
dir) lo muestra también, si uno se acuerda de que los rabinos insertaban
frecuentemente sus parábolas sobre el texto de la Torá. Retóricamente,
Jesús desconecta por tanto su enseñanza de la Ley mosaica, de la manera
como sobrepasa teológicamente el cuadro de la observancia legalista.
La sociología no dirá otra cosa cuando se haga sensible al grupo social
encarnado por el hijo mayor, que se opone al grupo social representado
por el menor.
5. Mi quinto punto concierne precisamente a la sociología. Para
tratar esto, partiré del mayor. Con él, y lo ha mostrado el P. Beir·
naert, 22 la agresión irrumpe en el relato: el mayor monta en cólera.
Para él, por lo demás, la cólera es un elemento positivo, ya que lo
encamina hacia una toma de conciencia (felix culpa ella también, la
dilapidación permite al menor acceder a la restitución y a la salvación).
Con el mayor, pasamos del problema personal del menor a las reper·
cusiones sociales del drama. El narrador se da cuenta de que la felicidad
contada en la primera parte provoca una desgracia provisional narrada
en la segunda. Un conflicto social se esconde detrás de la parábola. El
contexto (Le. 15:1-2) nos incita por sí mismo a descubrir el sufri-
miento que provoca en los justos -los fariseos- el perdón ofrecido a
los no justos, los cobradores y los pecadores. Lo inacabado del texto,
la herida dejada abierta por el final incompleto de la parábola, expresa
el conflicto atestiguado en la vida de Jesús y en la historia del cris·
tianismo primitivo. Si Lucas cuenta de esta manera el desenlace incon·
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En el mismo capítulo nos enseña Lucas que para ganar los bienes
de Cristo, hay que saber abandonar sus propias riquezas: "De la misma
manera, quienquiera de entre vosotros que no renunciare a todo lo que
le pertenece no puede ser mi discípulo" (Le. 14:33).
En la parábola del mayordomo hábil (Le. 16:1-13), Lucas distin·
gue los hijos de la luz, esto es los creyentes, de los hijos de las tinieblas.
Para orientar a los fieles, muestra por medio de un hijo de las tinieblas
ejemplar cómo uno puede restablecerse aun después de haber despilfa-
rrado todo.
El binomio perdido-encontrado aparece evidentemente en las dos
parábolas de Le. 15 que preceden a la nuestra. Pero al parentesco de
las situaciones corresponde una inversión de los sujetos y de los obje-
tos. En las parábolas de la oveja y de la dracma, el hombre perdido
es el objeto de la búsqueda emprendida por Dios y por el Salvador. En
nuestra parábola en cambio, la salvación perdida es el objeto de la
búsqueda de los hombres. Esta inversión de los sujetos y de los objetos
debe ser comprendida en una perspectiva aditiva y no exclusiva. Nues·
tra misma parábola incita a operar la adición: el hombre encuentra la
salvación cuando Dios se convierte en el sujeto de la búsqueda, es
decir, cuando el padre encuentra y restablece a su hijo.
Hay que recordar finalmente el relato de los discípulos de Emaús,
relato en cierta manera simétrico con nuestra parábola. Los dos discí-
pulos abandonan Jerusalén, centro de la historia de la salvación, como
el hijo pródigo abandona la morada familiar. A la perdición y al ex-
travío del hijo menor corresponden la confusión y el errar de Cleofás
y de su amigo. En uno y otro caso con todo se opera un trastroca-
miento, la vuelta a Jerusalén en un caso, a la casa paterna en el otro.
Esta es provocada por el reencuentro con el padre, aquélla por el reen-
cuentro con el Resucitado. En las dos historias, el retorno está acom-
pañado por una rehabilitación. Lucas desarrolla sin duda estos dos
relatos para expresar que la salvación se obtiene por la convers1on a
Dios (Le. 15) y por la fe en el Resucitado (Le. 24). ~ 7 Por tanto el
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IV. EL LECTOR
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LA P ARABO LA DEL HIJO PRODIGO
38 "Ad Damasum, Epistula XXI, 13", en Saint Jerome, Lettres, texto y tra-
ducción por J. Labourt, 1, París, 1949, págs. 92-95.
139 Saint Ambroise, Sur Saint Luc, VII, 224, texto y traducción por G.
Tissot, París, 1958, pág. 93.
40 "No debemos por tanto abusar de los dones del Padre, como si lleváse-
mos una vida disipada a imagen del hijo rico del evangelio, sino que debemos
usar de ellos, puesto que los dominamos, sin posUramos ante ellos,.'. Clemente
de Alejandría. Le Pédagogue, 11, 1, 9.2, texto y traducción de C. Mondésert,
m1tas de H. l. Marro u, París, 1965, pág. 27.
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INVESTIGACIONES
METODOLOGICAS ACTUALES
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CONTENIDO
Prólogo 5
Lista de abreviaturas 7
lNTRODUCCION
por Franfois Bovon 11
Primera parte:
Segunda parte:
Tercera parte:
DIALOGO CON LAS CIENCIAS HUMANAS 127
Crítica literaria
Panorama de metodología crítica,
por Gérald Antaine 129
El sacrificio de Isaac. Explicación de Génesis 22: 1-19,
por Gérald Antaine 149
Las tres parábolas de la misericordia. Explicación de Lucas
15:1-32,
por Gérald Antaine 155
Psicoanálisis
La parábola del hijo pródigo (Lucas 15: 11-32) leída por
.un analista,
por Louis Beirnaert 167
Sociología de la literatura
Aproximación sociológica a un sermón de Massillon sobre
Lucas 15:11-32,
por ]acques Leenhardt 177
Hermenéutica
Hermenéutica y verdad,
por Philibert Secretan 207
La tarea de la hermenéutica,
por Paul Ricoeur 219
La función hermenéutica de la distanciación,
por Paul Ricoeur 245
Hermenéutica filosófica y hermenéutica bíblica,
por Paul Ricoeur 263
Cuarta parte:
Quinta parte: