Está en la página 1de 4

Atlas (C1)

La primera vertebra cervical, atlas, nombre que deriva del dios griego que cargo al
mundo sobre sus hombros, es la que menos se asemeja a una vertebra típica. En la parte
anterior, no tiene un cuerpo, sino meramente un arco óseo grueso, denominado arco
anterior, que posee un pequeño tubérculo anterior.

El diente o apófisis odontoides, forma parte de la segunda vertebra cervical, pero se


observa en una vista superior de C1 que también muestra como es mantenido en el sitio por
el ligamento atloideo transverso.

En lugar de dos laminas apófisis espinosa de las vertebras típicas, c1 posee un arco
posterior que, generalmente, tiene un tubérculo posterior pequeño con un extremo bífido en
la línea media.

Las apófisis articulares superiores derecha e izquierda tienen una depresión superficial
ancha, denominada carilla articular superior para articularse con los cóndilos occipitales
derecho e izquierdo respectivos del cráneo. Estas articulaciones entre C1 y los cóndilos
occipitales se denominan occipitoatloideas.
Las apófisis transversas de c1 son mas pequeñas, pero poseen los agujeros
transversos característicos de todas las vertebras cervicales.

Los pilares articulares, o segmentos óseos entre las apófisis articulares superiores e
inferiores de C1 se denominan masas laterales. Como las masas laterales de C1 sostienen el
peso de la cabeza y contribuyen a la rotación de estas, estas estructuras óseas son las
porciones más voluminosas y solidas de C1.

Axis (C2)

El rasgo mas característico de la segunda vertebra cervical o axis es el diente o


apófisis odontoides, una eminencia ósea cónica que protruye desde la cara superior del
cuerpo vertebral. Desde una perspectiva embriológica, la apófisis odontoides representa el
cuerpo de C1, pero durante el desarrollo, se fusiona con el cuerpo de C2. Por este motivo se
considera parte de C2 en el esqueleto maduro.

La rotación de la cabeza se produce principalmente entre C1 y C2, y la apófisis


odontoides actúa como pivote. Las carillas articulares superiores de las apófisis articulares
que se articulan con el cráneo también contribuyen a la rotación de la cabeza.

El impacto fuerte de un movimiento de flexion-hiperextencion forzado (lesión “en


latigazo”) puede provocar una fractura de la apófisis odontoides. Toda fractura de la
columna vertebral en este nivel puede causar una lesión grave de la medula espinal.

Relación Entre C1 y C2

Es importante clínicamente observar en las radiografías la relación entre C1 y C2, y


la relación entre C1 y la base del cráneo, porque una lesión en este nivel alto del conducto
raquídeo puede provocar parálisis grave y la muerte.
En condiciones normales, las articulaciones cigapofisarias, son perfectamente
simétricas. En consecuencia, la relación entre la apófisis odontoides y la C1 también debe
ser totalmente simétrica. Una lesión o un posicionamiento incorrecto pueden determinar
una relación asimétrica entre estas dos estructuras. Por ejemplo, la rotación del cráneo
puede alterar la simetría de estos espacios y articulaciones, y simular una lesión. Por lo
tanto el posicionamiento en esta región es un factor esencial.

Características de las Vertebras Torácicas

Una vista general de las doce vertebras torácicas revela diferencias cada vez mas
pronunciadas de tamaño y aspecto entre las vertebras superiores y las inferiores.

T5, T6, T7 y T8 se consideran vertebras torácicas típicas. Las cuatro vertebras


torácicas superiores son mas pequeñas y comparten características con las vertebras
cervicales. Las cuatro vertebras torácicas inferiores son mas grandes y sus características
son similares a las de las lumbares.

Articulaciones Costales

Una característica diferencial importante de todas las vertebras torácicas son sus
carillas articulares para su articulación con las costillas. Cada una de las 12 vertebras
torácicas se articulan con un par de costillas.

Articulaciones Costovertebrales: cada vertebra torácica posee una carilla articular


completa o dos carillas articulares parciales, denominadas semicarillas articulares, a cada
lado del cuerpo. Cada carilla articular o la combinación de dos semicarillas articulares
acepta la cabeza de una costilla para formar una articulación costovertebral.

Las vertebras con dos semicarillas articulares comparten articulaciones con las
cabezas costales. Por ejemplo, la cabeza de la cuarta costilla se articula con las semicarillas
articulares de los cuerpos de T3 y T4. La cara superior de la cabeza costal se articula con la
semicarilla articular del borde inferior de T3, y la cara inferior de la cabeza costal se
articula con la semicarilla articular del borde superior de T4.

Identificar las costillas y las vertebras torácicas es una aptitud importante en


radiología. T1 posee una carilla articular completa y una semicarilla articular en su borde
inferior. Las vertebras de T2 a T8 tienen semicarillas articulares en sus bordes superior e
inferior. T9 posee solo una carilla articular en el borde superior. Las vertebras de T10 a T12
tienen carillas articulares completas. Conocer la disposición de las carillas articulares
permite predecir la distribución de las costillas. La costilla 1 se articula con T1
exclusivamente. La costilla 2 se articula con T1 y T2, así sucesivamente. Las costillas 11 y
12 se articulan solo con T11 y T12.

Articulaciones Costotransversas: además de las articulaciones Costovertebrales,


las primeras diez vertebras torácicas también poseen carillas articulares (una en cada
apófisis transversa) que se articulan con los tubérculos costales de las costillas 1 a 10. Estas
articulaciones se denominan costotransversas. Las vertebras de T11 y T12 no presentan
carillas articulares para la articulación con las costillas en los extremos de las apófisis
transversas. Por lo tanto, como las primeras diez costillas describen tubérculo de cada
costilla se articula con una apófisis transversa para formar una articulación costotransversa.
Las costillas 11 y 12 dolo tienen una articulación en articulación costovertebral.

Perspectivas superior y lateral: observese las características anatómicas normales


de una vertebra típica (cuerpo vertebral, pediculos, agujero intervertebral, apófisis
articulares superior e inferior, laminas, apófisis transversas y apófisis espinosa). Un rasgo
distintivo de las vertebras torácicas es que la apófisis espinosa larga se proyecta hasta un
nivel mas inferior, como puede observarse mejor en la proyección lateral. Por ejemplo
cuando se observa una proyección AP de la columna torácica, la apófisis espinosa de T4
estara superpuesta al cuerpo de T5

Perspectiva oblicua lateral: se observa que las apófisis articulares superiores


(dirigidas principalmente hacia atrás) y las apófisis articulares inferiores (dirigidas mas
hacia adelante) unen las vertebras torácicas sucesivas para formar las articulaciones
cigapofisarias (apofisarias).

A ambos lados, entre cada vertebra torácica, hay agujeros intervertebrales, cuyos
limites superior e inferior están representados por los pedículos.

Modalidades o Procedimientos Alternativos

 Proyecciones Básicas: Las proyecciones estándar o básicas, también denominadas a veces


proyecciones de rutina o rutinas del servicio, son aquellas realizadas comúnmente en los
pacientes promedio que pueden cooperar para realizar el procedimiento

 Mielografia: la mielografia es un procedimiento radiográfico alternativo que consiste en el


examen fluoroscopico y radiográfico del conducto raquídeo para evaluar lesiones del
conducto, los discos intervertebrales o las raíces nerviosas. Se inyecta un medio de
contraste yodado hidrosoluble en el espacio subaracnoideo del conducto raquídeo en los
niveles de L2/L3/ o L3/L4. Si no hay obstrucción, el material de contraste fluirá libremente
con el liquido cefalorraquídeo en todo el conducto a su alrededor de las raíces nerviosas.
Las lesiones se manifestaran como defectos de llenado. La RM y la TC están remplazando
a la mielografia como modalidades de elección para evaluar síntomas relacionados con el
conducto raquídeo, pero en algunas instituciones, se realizan mielografias.

 Tomografía Computarizada: la tomografía computarizada (TC) es útil para evaluar


traumatismos de la columna como fracturas, subluxaciones, hernias de disco, tumores o
artropatías (artritis, reumatoidea y osteoartritis).

 Resonancia Magnética: la resonancia magnética (RM) de los segmentos cervical y


torácico es particularmente valiosa para observar estructuras de tejidos blandos (no
calcificadas) de la columna vertebral, como los discos intervertebrales y la medula espinal
apropiadamente dicha.

 Estudios de Medicina Nuclear: los estudios de medicina nuclear se basan en la inyección


de fármacos marcados con radioisótopos para evaluar los procesos fisiológicos específicos,
incluidos los relacionados con los huesos. Por ejemplo, se inyecta un compuesto fosfatado
marcado con tecnecio, que circula en el torrente sanguíneo y se encuentra en áreas de
actividad ósea, creando una “mancha caliente” en el centellogramas. Estos estudios pueden
mostrar diversas afecciones de la columna vertebral, como tumores óseos, fracturas en
consolidación, metástasis en la columna, osteomielitis (infección ósea) o enfermedad de
paget.

También podría gustarte