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El lobo y la grulla

Tanta hambre tenía


un lobo, que no se dio
cuenta que el hueso que
se estaba comiendo se
había astillado antes de
tragárselo. Nada más
introducido en su
garganta, este se atascó,
asustando al lobo de tal
manera, que corría
desesperado por todo el
bosque buscando a alguien que pudiera ayudarle a salir de
tan complicada situación.

Afortunadamente para él, se encontraba por el lugar una


preciosa grulla de largo pico, a la que pidió ayuda,
prometiéndole una gran recompensa si le ayudaba a
solucionar su problema. Accedió la grulla ayudarle,
sacando en hueso de la garganta del lobo rápidamente. Tal
y como habían acordado le pidió su recompensa, pero a
cambio solo obtuvo la siguiente respuesta:

- Me encantaría poder pagarte lo acordado – dijo el lobo-


pero no tengo nada con que satisfacer nuestra deuda. Date
por pagada con que al sentir tu cabeza en mi garganta, mi
instinto no haya querido ordenar a mi boca que la cerrara
dejándote si esa cabeza de la que estás tan orgullosa.

MORALEJA
Jamás le hagas un favor a gente malvada, ya que nunca
verás recompensada tu generosidad

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