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Sociales Trabajo Finall
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Desarrollo 1
Desarrollo 2
Desaroollo 3.
Desarrollo 4.
El historiador Bernardo Vega, en su interesante libro intitulado “La agresión contra Lescot”
(Santo Domingo: Fundación Cultural Dominicana, 2007), sostiene que “Trujillo no
permitió ataques raciales contra el pueblo haitiano sino con motivo de su enemistad con [el
presidente haitiano] Lescot, es decir que esos ataques se iniciaron a partir de marzo de 1942
y terminaron con la caída de su gobierno en enero de 1946?
Llama la atención, sin embargo, el hecho de que “cuando Trujillo ordenó atacar al pueblo
haitiano”, la intelectualidad al servicio del régimen trujillista tenía en su arsenal todas las
municiones teóricas para desplegar una campaña anti haitiana de tal magnitud que, todavía
hoy, en 2014, sirve de fuente de inspiración y de referencia teórica a quienes sostienen la
existencia de una “amenaza haitiana”. ¿Qué pasó entre 1844 y 1944 que cambió la actitud
de las élites dominicanas – principalmente de la intelectualidad – y enterró todo el legado
de hombres como Juan Pablo Duarte, Gregorio Luperón, Máximo Gómez y Eugenio María
de Hostos para quienes el color, la lengua y la etnicidad no importaban y era posible un
nacionalismo democrático, liberal y pan-caribeño? ¿Adónde fue a parar el mulatismo de
Pedro Francisco Bonó y su rechazo del “exclusivismo racial”?
Vega aporta datos que fundamentan su tesis de que, en gran medida, el anti-haitianismo de
Trujillo fue coyuntural. Pero no cabe duda de que el prejuicio anti-haitiano predominante
en nuestras élites es anterior a los conflictos entre Trujillo y Lescot. Este prejuicio contrasta
con el sentimiento del pueblo dominicano que tiende a rechazar la presentación de los
haitianos como enemigos raciales, culturales, sociales y políticos. En apoyo de Vega,
podría afirmarse que el dictador quizás compartía los sentimientos populares hacia Haití,
pues solo ello puede explicar que en una ocasión confesase que por sus venas corría
“sangre africana”.
Esta ideología europea, compartida por las élites coloniales, asumió la superioridad
evolutiva del “hombre blanco” y la visión del indígena como pariente moderno del
“eslabón perdido”. Fue ella la que, a partir de la justificación de la dominación de los
grupos más aptos sobre las razas “degradadas, primitivas y salvajes”, legitimó el ejercicio
sistemático del genocidio y del exterminio. Y es que el imperialismo necesita del racismo
“como única excusa posible de sus actos” (Sven Lindquist). Mucho antes que Trujillo
ordenase la matanza de los haitianos, Joseph Conrad, resumiendo el rol de Europa frente a
los pueblos de otros continentes, clamaba en “El corazón de las tinieblas”: “exterminad a
todos los salvajes”. Las “terribles masacres” y los “salvajes asesinatos” (Hanna Arendt) de
los imperialismos europeos son, pues, los precedentes inmediatos del “corte” de 1937 y del
genocidio nazi. Es por ello que el libro de Angel S. del Rosario, “La exterminación
añorada” (1957), no es una obra aislada sino la expresión de una ideología para la cual “el
exterminio (se debe) al inexorable cumplimiento de una ley tan natural como la
gravitación” (Kletzing, 1900) pues “en contacto con las grandes razas, las razas inferiores
perecen: (…) es un efecto de la selección natural” (Sergi, 1888).
El racismo dominicano es, por tanto, de origen europeo. Y es que, como señala Niall
Ferguson en su reciente obra “Occidente y el resto”, hace un siglo “el racismo no era una
ideología reaccionaria y retrógada: los científicamente profanos lo abrazaban con tanto
entusiasmo como la gente acepta hoy la teoría del calentamiento global artificial”. Ello
explica cómo un político latinoamericano de credenciales socialistas incuestionadas e
incuestionables como Salvador Allende, en su tesis de 1933 para optar por el título de
médico, que lleva por título “Higiene mental y delincuencia”, y como denuncia el
historiador Victor Farias en su obra “Salvador Allende: contra los judíos, los homosexuales
y otros degenerados”, sostiene tesis tan racistas que lo llevan al extremo de afirmar, por
ejemplo, que “los hebreos se caracterizan por determinadas formas de delito: estafa,
falsedad, calumnia y, sobre todo, la usura”. Es obvio entonces que el racismo está en el
código genético, en el sistema operativo, de la ideología de la modernidad occidental, que
es fundamentalmente etnocéntrica y cuyo influjo no pudo resistir la intelectualidad
trujillista, ya preparada por el arielismo para ver en el indio, el negro y el mestizo una
amenaza a la América hispana y un obstáculo para la cultura.
Desarrollo 5.
Colonialismo y neocolonialismo
por Pablo Moctezuma Barragán
El debate que genera el tema de la invasión y su historia oficial es muy sano, porque genera
la lucha de ideas y argumentos, y eso permite que se toque el tema y se profundice en la
reflexión y el conocimiento de la realidad, para así lograr sepultar las mentiras propagadas
por siglos. El debate moderno se centra en ideas y argumentos y no en malsanos ataques
personales al estilo del siglo pasado.
Sin superar la mentalidad colonial, el pueblo de México seguirá con esa apatía y
fatalismo. Con el “no se puede” y la idea de que “el gobierno siempre nos vence” y “no hay
nada que hacer”, con el convencimiento de que somos y seremos los sometidos y que así
será siempre. Siempre perdedores; y la idea de que los grandes dirigentes terminan
traicionando o arrepintiéndose, que no hay héroes y que cada uno tiene su precio. Esa
mentalidad desmoraliza al pueblo y es un freno a la lucha. De plano hay que romper con
esas ideas.
Entonces la historia no es para usarla como refugio, sino para aprovechar la experiencia
pasada en la lucha presente, como arma para identificar los problemas actuales de cara a la
construcción de un futuro mejor.
Para solucionar los problemas actuales hay que identificarlos de raíz y ubicar su origen.
Para ello es indispensable contar con una perspectiva histórica, situándonos en el momento
y la situación actual; por ello se hace necesario aterrizar en la coyuntura que vivimos en el
presente.
Pero volvamos atrás. Hernán Cortés compro la elección y a sus oponentes con oro,
según lo reconoce el mismo Bernal Díaz del Castillo, quien afirma que “el oro parte peñas”
y fue utilizado para comprar a los que se oponían a su elección. Fraude y compra de votos
fueron introducidos por Hernán Cortés a nuestras tierras; y su dominio fue ilegítimo y por
la fuerza (ver los capítulos XX-LX de la Historia verdadera de la conquista de la Nueva
España, de Bernal Díaz del Castillo). Esa misma tradición la continúan el Partido
Revolucionario Institucional y Enrique Peña, que así se impuso en 2012 con el fraude y
compra de votos. Eso es muy grave. Peña no tiene legitimidad alguna. Obedece a los
intereses extranjeros como lo ha demostrado impulsando las reformas diseñadas para
favorecer a las grandes corporaciones, principalmente extranjeras, y redoblar la explotación
y opresión del pueblo. Hoy ha abierto puertas y ventanas a las corporaciones petroleras y a
las generadoras de electricidad. Sabemos que la soberanía energética es vital para cualquier
país y que la reforma energética vulnera la soberanía nacional.
Para escribir las nuevas páginas de la historia hay que poner en su lugar todas las
mentiras y falsedades históricas que han escrito quienes durante siglos han dominado a
México. Eso nos inspira y alienta a resistir y a vencer, y a construir el México del siglo XXI
que garantice paz y bienestar para las futuras generaciones que requiere la soberanía
popular y nacional; y que las riquezas del país sean disfrutadas por sus habitantes, en
particular por el pueblo trabajador.
Desarrollo 6.
En castellano llano, claro y entendible qué significa la frase “La República Dominicana es
un Estado Social y Democrático de Derecho”.
Trataré de aclararlo.
Precisando diremos que ese estado social es la base de lo que conocemos hoy día como
Economía Social de Mercado.
¿En qué ha de beneficiarnos que el Estado Dominicano se constituya en lo que ya hemos
expresado? Bueno… en mucho si pasamos de la teoría a la acción. Conlleva múltiples
beneficios que se concentraran en borrar múltiples barreras sociales y económicas.
“.- Se reconoce como finalidad principal del Estado la protección efectiva de los derechos
de la persona humana y el mantenimiento de los medios que le permitan perfeccionarse
progresivamente dentro de un orden de libertad individual y de justicia social, compatible
con el orden público, el bienestar general y los derechos de todos”
Verdad que suena maravilloso es como si llegáramos a un estadio social, sin haber hecho
una revolución violenta. Es como si de repente El estado haya despertado y decidido
empezar a pagar la gran deuda social acumulada como ya escribí hace un tiempo.
Para esto tenga efecto no solo hay que readecuar leyes, sino y esto es mucho más
importante hay que readecuar pensamientos y conciencias.
Hasta la próxima
Desarrollo 7.
Desarrollo 8.
En la clase de hoy, además de revisar los comentarios del post del 1 de febrero, hemos
hablado de las organizaciones internacionales que están implicadas en el mantenimiento de
la paz en el mundo: la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Unión Europea
(UE), la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) y la
Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).Hemos visto que, generalmente,
estas organizaciones no disponen de fuerzas militares propias y que cuando actúan en un
conflicto lo hacen, previo consenso internacional, con el apoyo de sus países miembros, de
acuerdo con la legalidad internacional y buscando, en lo posible, la aceptación de su
actuación por las partes en confilcto. Hemos constatado que ante algunos conflictos, a
veces, la decisión que se adopta es la de actuar con fuerzas militares, efecto de disuasión.
En este caso, son los propios países que forman parte de la organización los que proponen
la participación de sus fuerzas, ofreciendo las unidades y las capacidades que creen
conveniente poner a disposición del mando militar de la operación, quien siempre estará
subordinado al mando político de la misma.
También hemos comentado que la ONU es la organización internacional que engloba a un
mayor número de países y la que lleva el mayor peso de actuación en todo tipo de
conflictos. En su “Carta de la Naciones Unidas” se recoge el objetivo de “unir fuerzas
entre las naciones para el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales” y
“cooperar en la solución de los problemas internacionales”.
Hablamos también del papel de las Fuerzas Armadas de España en misiones de paz que
comenzaba ya por 1989 en una de la ONU, en Angola. Desde esta fecha, se han sucedido
numerosas misiones internacionales de paz cubiertas por observadores militares, en las que
la principal función de estos es la vigilancia del cumplimiento de los acuerdos de alto el
fuego y separación de los contendientes, o con despliegue de unidades militares en las
zonas en conflicto con diferentes cometidos como son: la ayuda humanitaria, la evitación
de enfrentamientos y la protección de minorías, el apoyo y refuerzo de instituciones
democráticas y la colaboración en su reconstrucción.
En el primer caso, hemos citado a Namibia, Centroamérica, Sahara, Mozambique,
Yugoslavia, Guatemala, Irak, Chechenia, Haití, Etiopia – Eritrea, Georgia, Nagorno-
Karabaj o Sudán y en el segundo, al Kurdistán, los Balcanes, Afganistán, Haíti, el Congo o
el Líbano. Y hemos comprobado que algunas nos eran familiares.
La actividad que hoy os propongo es realizar una breve redacción donde se expliquen las
funciones y actividades principales que realizan estos organismos. Para ello puedes utilizar
los siguientes recursos que hemos visto en la clase: