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Preparamos la base de la tarta. Para ello metemos las galletas en una trituradora. Las
batimos bien. Después añadimos la mantequilla a temperatura ambiente y volvemos a
batir. Quedará como una especie de arenilla fina
Ponemos esta mezcla en el fondo de un molde desmontable para tartas. Si antes lo
untas con aceite o con mantequilla mejor. Más fácil de desmontar
Aplastamos todo uniformemente en el fondo del molde. Procura no dejar huecos libres
porque encima irá la tarta, y no queremos que se cuele por ellos. Hecho esto meter el
molde en la nevera mientras realizamos los siguientes pasos
En una cazuela ponemos la nata, el queso para untar y el azúcar. Calentamos y
removemos constantemente, sin que llegue a hervir en ningún momento. Esto se
quema con mucha facilidad.
Cuando se hayan integrado bien todos los ingredientes, sin grumos, añadimos 6 hojas
de la gelatina, siguiendo las instrucciones del fabricante. Generalmente hay que
remojarla en agua antes de emplearla. La integramos con el resto de ingredientes
Ponemos toda esta mezcla sobre la base de galletas. Dejamos que repose 10 minutos y
después la metemos en la nevera una hora.
Pasado el tiempo, preparamos la cobertura superior. En otra olla ponemos la
mermelada y la calentamos. Cuando esté a punto de romper a hervir, añadimos el
resto de la gelatina. Mezclamos bien y ponemos encima de la tarta. La tarta aún no
estará cuajada por completo pero, sí lo suficiente para aguantar esta capa. Volvemos a
meter en la nevera y dejamos un mínimo de 6 horas.