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Comunicacion Interpersonales.
Comunicacion Interpersonales.
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COMUNICACIÓN Y LENGUAJE
Yulenis Rodríguez
El código: Es el sistema de signos y reglas que se combinan con la intención de dar a conocer algo.
El proceso comunicativo puede verse afectado por lo que se denomina como ruido, lo cual no es
más que una perturbación sonora que dificulta el normal desarrollo de la señal en el proceso.
En el caso de los seres humanos, la comunicación es un acto que se da solamente entre
personas y que nos permite conocer el mundo que nos rodea, expresar nuestros sentimientos e
ideas, organizar nuestros pensamientos, comprender los sentimientos e ideas de los demás, entre
otros. Es un acto que se deriva del pensamiento humano, del lenguaje y del desarrollo de las
capacidades psicosociales de relaciones entre los individuos. El intercambio de mensajes puede
ocurrir bajo dos vertientes, la verbal y la no verbal o gestual, estudios han comprobado que la
comunicación verbal en los humanos corresponde a un 35% aproximadamente, mientras que la no
verbal o gestual se da en un 65% aproximadamente. Lo que permite llegar a la conclusión de que
con un gesto adecuado a la ocasión, no es necesario complementarlo con palabras, además de
que el desarrollo de la comunicación entre humanos le permite al individuo influir en los demás y a
su vez ser influido.
La palabra lenguaje proviene del provenzal lenguatgea y se refiere a cualquier tipo de código
semiótico estructurado, para el que existe un contexto de uso y ciertos principios combinatorios
formales. El lenguaje puede definirse también como un sistema de comunicación que nos permite
abstraer y comunicar conceptos. En el caso de los seres humanos, se encuentra extremadamente
desarrollado y perfeccionado, se basa en la capacidad de los seres humanos para comunicarse
por medio de signos. El lenguaje humano es mucho más especializado que el de las otras
especies animales, sin embargo éste último se basa en el uso de las señales sonoras, visuales y
olfativas, las cuales componen su signo animal.
Alida Briceño
En el mundo del trabajo en el que nos desenvolvemos, mejorar las relaciones humanas
favorece la producción, mediante el buen entendimiento de las distintas personas que interactúan
en una institución, organización o empresa, empleadores y trabajadores. Lo propio de la relación
personal es recurrir al otro, considerándolo en su unicidad o integridad. En otras palabras, es estar
con él, tal como es en sí mismo. Esto significa conocer la realidad del hombre, más aún, estar en
contacto con el hombre para que se dé la perfecta relación. La palabra relación significa “referirse
a”, “contacto con”, “volverse a”. El concepto humano es relativo al hombre en lo que le es más
propio. Entonces, deducimos que relaciones humanas es referirse a los hombres, contacto con los
hombres, volverse a los hombres.
Las relaciones humanas son un arte, por eso pueden darse al “natural”, espontáneas,
aprenderlo implica dominar la teoría y la práctica, no basta saber (conocer, investigar o estudiar).
En ellas, el trato con nuestros semejantes es impulsivo, casi automático. Se traduce en actos y
palabras no sujetas a control, sino al estado de ánimo que tengamos en un momento.
Para lograr conseguir una buena comunicación efectiva debemos tener en cuenta una serie de
factores y características para que el mensaje que queremos transmitir sea eficaz:
Objetividad: la información transmitida por el emisor debe ser veraz, auténtica, lo más imparcial
posible, es decir, objetiva.
Oportuno: el mensaje debe transmitirse en el momento preciso, es decir, aquel en el cual surge el
efecto adecuado para el fin que se desea conseguir.
Interesante: el mensaje ha de ser atractivo para el Receptor consiguiendo de esta manera una
mayor motivación e implicación del mismo.
Empatía: es saber ponerse en el lugar de los demás, es tan esencial para relacionarnos, que el
carecer de ella nos aleja y nos incomunica con los demás, hay que ponerse en el lugar de los
demás, sino sabes, estás a tiempo de aprenderlo. Ponerse en el lugar de los demás no es lo que
harías tú en el caso de que pasases por las circunstancias de esa persona, tener empatía es
comprender que cada persona piensa y siente de una determinada manera y que las
circunstancias no hacen que la persona sienta así, sino su forma de afrontar la vida.
Receptividad: es el talento para recibir estímulos y una inclinación para captar mensajes,
respuestas. La receptividad es un componente importante en el proceso de la comunicación. La
receptividad es condición interna, personal, que les permite ser sensibles a ciertos rastros de la
comunicación que les llegan en el curso de sus actividades diarias.
Aprender a escuchar: escucharse a uno mismo. Resistir las distracciones tanto externas (tv,
móvil.) como internas (lo que pensamos, lo que nos preocupa.). Intente captar el contenido del
mensaje verbal y retenga internamente los puntos importantes.
Jesús Almao
Falta de información: Cuando se carece de información sobre una situación dada, las personas
tratando de llenar los espacios vacíos lo mejor de puede, recurriendo a la información que se halla
en los canales informales.
Interés personal o emocional en una situación: Cuando los individuos tienen un interés especial
en una situación y no se les presenta información acerca de ella, encontrarán lagunas para realizar
sus propias inferencias. La gente llena estos huecos de información con sus propias percepciones.
Ruido neurológico: se debe entender que cuando una persona presenta ruido neurológico, sus
impulsores cerebrales no están funcionando a plenitud y pueden estar sufriendo interferencias al
pasar de una célula a otra. Este desorden puede ser leve, en cuyo caso, a veces es imperceptible
al docente, pero en ocasiones es demarcado y es fácilmente observable porque se traduce en
conductas atípicas.
Filtraciones del receptor: ocurren cuando este intencionalmente modifica el mensaje elaborado
como respuesta para hacerlo más favorable al emisor, por ejemplo, cuando un estudiante
emitiendo una respuesta a un docente, trata de hacer la información lo más favorable posible, es
decir conforme a lo que piensa que le gustaría oír al docente, las filtraciones son frecuentes en los
grados inferiores, quienes en su empeño de estar bien con los docentes tienden a filtrar la
información.
Los valores: que practique el receptor también influyen en la captación del mensaje y pueden
llegar a producir ruido en la comunicación, por ejemplo, cuando el receptor ha tenido experiencias
previas con el emisor, sobre un tema en particular, puede anticipar el contenido o significado del
mensaje. Por lo cual como juzgue el receptor la información del emisor puede ser un ruido
determinante en la comunicación. Un factor íntimamente ligado a los valores es la credibilidad, si el
receptor tiene fe y confianza en el emisor y lo considera honesto en sus mensajes, su disposición
es a recibir la información tal como lo ha organizado el comunicador y al contrario, si las
experiencias previas han forjado desconfianza en el receptor, el grado de credibilidad en éste será
bajo, lo cual afecta directamente el cómo reciba y reaccione sobre el mensaje.
La relación y comunicación didáctica: en esta modalidad consiste en saber utilizar y aplicar los
medios tecnológicos oportunos para los objetivos didácticos, así como los diferentes tipos de
recursos, tanto humanos como tecnológicos. Así mismo el pedagogo debe crear el ambiente
propicio para que el alumno construya su aprendizaje a partir de su propia realidad y contexto. Esto
exige un elevado nivel con la investigación metodológica con el fin de sacar el mayor partido
posible a los diferentes contextos y características particulares de los alumnos. El educador tendrá
que hacer uso de las técnicas organizativas y a través de los medios tecnológicos para la facilidad
de la tarea.
CLIMA COMUNICACIONAL
Ludis Durán
El clima organizacional está relacionado estrechamente con el ambiente de trabajo que existe
en las empresas o instituciones educativas y de este clima en la organización dependerá el buen
desempeño de la misma y de cuan productiva sea esta organización. Es por este motivo que se
reconoce como clima organizacional al grupo de propiedades medibles de un ambiente de trabajo,
según son percibidas por quienes trabajan en él.
Cabe señalar que para las empresas o instituciones educativas es sumamente importante
medir y conocer el clima dentro de su organización, ya que este puede impactar significativamente
de forma positiva o negativa los resultados. Numerosos estudios han confirmado que el clima
organizacional puede hacer la diferencia entre una empresa o institución educativa de buen
desempeño y otra de bajo desempeño.
Es importante destacar los siguientes elementos del clima organizacional:
Estas características son percibidas por el trabajador que se desempeña en este medio
ambiente directa e indirectamente.
El clima, junto con las estructuras características organizacionales y los individuos que la
componen, forman un sistema independiente altamente dinámico.
El clima organizacional es un fenómeno interviniente que media entre los factores del sistema
organizacional y las tendencias motivacionales que se traducen en un comportamiento que tiene
consecuencias sobre la organización (productividad, satisfacción y rotación.).
Las consecuencias del comportamiento del trabajador (sistemas de incentivos, apoyo social,
interacción con los demás miembros, etc.).
Es importante destacar que el clima organizacional así como se puede medir en las
empresas, se pude medir en las instituciones educativas y que de igual manera afecta el buen
desempeño de los (as) docentes de la mismas ya que en el contexto educativo, muchas veces se
puede observar que la mayoría de los individuos que hacen vida activa en las escuelas no logran
descifrar cuales son los objetivos para alcanzar, es decir, no se ven como parte de la organización
con una misión y visión por cumplir, si no se ven a sí mismos y al ambiente como un espacio de
trabajo con intereses y objetivos poco comunes.
Es por este motivo que se debe gerenciar las instituciones educativas en base de la
importancia de generar climas de trabajo agradables y productivos donde se haga saber a cada
participante cual es la intención de la organización, y lograr establecer planes de acciones
concretos para cada individuo de la organización, con objetivos, metas y plazos, así se podrá crear
un impacto positivo total entre el clima actual y el clima deseado en la organización, en fin un
docente con objetivos claros acerca de su papel en la organización escolar y por tanto más
comprometido con su labor productiva orientado hacia el éxito de la organización y el de él propio.
“Un buen clima de trabajo hace las tareas más placenteras y un ambiente laboral más
productivo”.
Los buenos educadores son, entre otras cosas, buenos comunicadores. “Los buenos
comunicadores explotan los puntos fuertes y débiles del lenguaje: la habilidad de emplear el
lenguaje con precisión, es esencial para cualquier comunicador profesional. Ser capaz de emplear
las palabras precisas que tendrán significado en los mapas de los demás, y determinar de manera
precisa lo que uno persona quiere decir con las palabras que usa, son habilidades valiosísimas en
la comunicación”.
Sin embargo, a pesar de la gran importancia que tiene, con frecuencia se observa que el
proceso de comunicación en las organizaciones presentan dificultades, fallas y bloqueos, que
afectan negativamente la eficiencia en el trabajo y producen incomprensión y frustración ante
aquellos involucrados en ese proceso. De allí la importancia de que los miembros de la
organización, tomen conciencia de su propio estilo particular de comunicación, de la modalidad
relacional característica que tienen los demás, identifiquen así ciertos patrones típicos de relación
intra e interpersonal presente en las organizaciones, y desarrollen algunas destrezas de
comunicación aplicadas en su ámbito de trabajo, con miras hacer mas fluido y efectivo el
funcionamiento de ese complejo sistema de transacciones en que se encuentran cotidianamente
inmersos.
Conocerse profundamente y tener los pies sobre la tierra, viviendo en el aquí y ahora.
Observar cambios en la manera de ser y hacer, alcanzar la excelencia personal y tener mayor
creatividad, capacidad de acción y decisión.
Resolver conflictos.
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Las relaciones humanas en el trabajo se establecen al crear conexiones unos con otros,
cooperar para su buen funcionamiento, asociarse, crear equipos de trabajo…
En el día a día de cualquier persona, las relaciones interpersonales pueden ser muchas y de
distinta naturaleza: en pareja, con amigos… incluso el camarero que te sirve un café o el vecino a
quien saludas por las mañanas.
Por lo general, puedes elegir con quién establecer relaciones interpersonales en el trabajo y con
quién no. Solemos elegir acercarnos a personas más afines a nosotros y no fomentamos la
relación con aquellas personas con quienes menos nos identificamos.
De esta manera, surgen grupos sociales, grupos de amigos, parejas… Puedes elegir ir a la
cafetería donde aquél camarero que te inspira una sonrisa y puedes elegir subir por la escalera
para no coincidir en el ascensor con un vecino con el que no te apetece hablar.
Pero, ¿y en el trabajo? Los trabajadores pasamos una media de 8 horas diarias trabajando mano a
mano junto a otras personas con quienes no hemos elegido estar. Por estadística, encontrarás
personas más afines a ti, y con quienes te apetezca pasar más tiempo, y personas menos afines;
pero en el contexto laboral, habitualmente es difícil elegir.
¿Es posible fomentar las buenas relaciones interpersonales en el trabajo? ¿Cómo puedes
colaborar en equipo junto a individuos que no conocías previamente? ¿Cómo se mantiene una
buena relación con alguien a quien no has escogido para convivir?
1. Conócete a ti mismo
El paso básico que deberás llevar a cabo en primer lugar al proponerte mejorar las relaciones
interpersonales que mantienes en el trabajo, debe ser comenzar a conocerte a ti mismo antes de
analizar tus relaciones con los demás.
Las relaciones que estableces con quienes te rodean dependen en gran medida de cómo eres tú,
por lo que para detectar tus puntos fuertes y tus carencias a la hora de relacionarte, debes
comenzar por observarte a ti mismo.
Este proceso puede llevarte más tiempo del que esperas, es normal tener que realizar varias veces
el ejercicio de auto-observación hasta llegar a distinguir cuáles son las conductas que más repites
o más habituales en tus relaciones con otros.
Además de la observación, es muy importante que te tomes un tiempo de reflexión posterior sobre
lo examinado en cada una de tus intervenciones. Puedes anotar en un cuaderno tus conclusiones,
te ayudará a interiorizarlo mejor.
De esta manera, una vez seas consciente de los contextos o factores de la situación en los que te
encuentras mejor o peor, serás capaz de identificarlos ágilmente y reconducirlos hacia un buen fin.
2. Comunicación efectiva
La comunicación es uno de los procesos básicos de las personas, principal en la vida social. Para
lograr una comunicación efectiva, debes tener en cuenta cuáles son las barreras y dificultades, con
el fin de identificarlas cuando surjan en tu comunicación con otros y evitarlas, o al menos
minimizarlas.
En las empresas, organizaciones, o cualquier otro trabajo en equipo que suponga una relación
interpersonal laboral, la comunicación es lo que hace posible el trabajo conjunto. Es fundamental
que los miembros de una organización se comuniquen entre sí de manera eficaz, ya que de ellos
dependen los resultados positivos de la misma.
A medida que la comunicación entre ellos fluya sin dificultad y con el menor número de barreras
posibles, mejores decisiones conjuntas tomaréis y vuestro trabajo será de mayor calidad, factores
que se harán tangibles en el aumento del éxito de la organización.
– La comunicación ha de ser bilateral: tiene que fluir en dos direcciones. Si en lugar de ello,
fluyera en una sola dirección, no estaríamos hablando de comunicación, sino de
simplemente transmitir información.
– Debe llevar implícita una implicación personal: esto significa que se debe evitar la
comunicación que supone neutralidad para las partes implicadas. Si no se está implicado en la
comunicación, es menos probable que se obtengan frutos positivos de la misma.
– Escucha las ideas que se transmiten, no sólo los datos objetivos: en ocasiones, la fuente de
ideas por la que se está estableciendo la comunicación es más importante que los datos en sí.
3. Escucha activa
Junto con la comunicación, la escucha también es un factor fundamental para mantener relaciones
interpersonales. La escucha activa, es una herramienta de escucha que ayuda a que la
comunicación entre personas sea más productiva.
Este tipo de escucha implica hacer ver a la persona que está comunicando un mensaje, que tú,
como oyente, estás escuchando, entendiendo, e interpretando correctamente lo que te está
tratando de trasmitir. De esta manera, ambos sabréis que la comunicación está siendo correcta y
que la información se está transfiriendo sin errores ni malinterpretaciones.
Acciones que debes poner en práctica para realizar una escucha activa:
– Ampliar la información con preguntas: ayuda a la persona que te está exponiendo sus ideas a
mostrarlas con la mayor cantidad de detalles posible. Le apoyarás en su discurso y además
captarás mejor el mensaje y los elementos importantes del mismo.
– Juzgar: Emitir juicios mientras otra persona está exponiendo sus ideas, planes o propósitos,
interrumpe la comunicación y crea dudas e inseguridades en quien está
emitiendo el mensaje, haciendo que probablemente deje de exponerlo.
– Interrumpir: al interrumpir un discurso antes de su fin, se rompe el hilo conductor del mismo,
provocando errores u omisiones de información que podría haber resultado
relevante.
El feedback es un elemento muy relacionado con la escucha activa y tiene mucho que ver en ella.
No obstante, se le ha dedicado este apartado de forma independiente por la relevancia que
adquiere, por sí solo, a la hora de mantener relaciones interpersonales positivas.
– Específico: tras una conversación u otra situación que haya supuesto interrelación con otra
persona, el feedback ha de ser específico de esa situación. Las relaciones interpersonales se
verán reforzadas mediando el uso del feedback en cada una de las interacciones que se tengan
específicamente, no tiene la misma efectividad si se usa generalizando.
– En positivo y poco evaluativo: no es lo mismo decir: “no lo estamos haciendo bien” que
“podemos mejorarlo”. El feedback debe trasmitirse en positivo, utilizando la segunda opción y
nunca evaluando subjetivamente, sino calificando objetivamente.
– Sobre algo modificable: centra tu feedback en cuestiones en las que se pueda utilizar para la
mejora de algo en concreto. Sacar a relucir una conclusión en la que no se puede
trabajar para cambiarla o mejorarla, creará frustración, entorpeciendo las correctas relaciones
interpersonales.
Para la correcta gestión de un conflicto hay que evitar y no fomentar acciones como:
– Creer que tu opinión es la única valorable y una solución positiva para todos.
Por el contrario, hay que aprender a tratar los conflictos como una oportunidad de mejora y de
cambio positivo, fomentando actitudes como:
– Trabajo en equipo.
Además de con tus compañeros más cercanos o tu equipo de trabajo, debes mostrar esta actitud
con otros miembros de la compañía con los que también te relaciones, aunque sea menos a
menudo. Cuanto más amplíes el círculo, mayores posibilidades tendrás de encontrar más
relaciones interpersonales de las que disfrutar.
Por último, el buen humor es un factor clave para mantener relaciones interpersonales positivas,
por lo que debes recordar mantenerlo a lo largo de tu jornada laboral y trasmitirlo a las personas
que te rodeen.
–Saluda amablemente: el simple hecho de saludar a tus compañeros, en lugar de acudir directo a
tu puesto de trabajo, es un empuje de energía positiva para todos.
– Sonríe: mostrar una sonrisa por el pasillo, en un descanso, o en la sala del café, es una forma de
fomentar el buen humor entre tus compañeros y alejar los malos humos.
– Celebra los logros propios y ajenos: busca motivos de celebración. En el ambiente laboral,
como en cualquier otro, es positivo destacar las cosas buenas y alegres y dignas de celebración.
Un ascenso, una maternidad o paternidad, un cumpleaños o un logro de objetivos, son buenos
motivos para desconectar durante un momento del trabajo pendiente y disfrutar de las cosas
positivas.
Además, mostrar tu buen humor es algo contagioso; y, si lo practicas, lo más probable es que te lo
devuelvan. Cuando te encuentres a falta de energía positiva, tu trabajo se verá recompensado al
darte cuenta de que tus compañeros te devuelven esa actitud positiva que tú mismo les habías
transmitido y contagiado.