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BLOQUES ECONOMICOS INTERNACIONALES

Un bloque comercial es una organización internacional que agrupa a un conjunto de países con el propósito de obtener beneficios
mutuos en el comercio internacional y en general en materia económica, sin perjuicio de que en la mayor parte casos la
conformación de bloques de países tiene motivos políticos. Estas formas de unión entre países se realizan a partir de la firma de
tratados internacionales que pueden ser de distintos tipos. La mayoría de los bloques comerciales en la actualidad están definidos
por una tendencia regionalista, mientras que las relaciones comerciales de carácter no regional tienden a ser bilaterales, o a darse
entre bloques comerciales en formación. Los bloques comerciales pueden clasificarse de acuerdo a su nivel de integración
económica.
AL término de la segunda guerra en 1945, surgieron 2 grandes bloques políticos, militares y sociales:
*El occidental, liderado por los EE.UU Y Gran Bretaña cuyo sistema económico es el capitalismo y la forma política es la
DEMOCRACIA liberal. Su brazo militar es la O.T.A.N.
El oriental, liderado por la entonces UNION SOVIETICA, cuyo sistema económico era el COMUNISMO y la forma política era el
sistema de partido único. Su brazo militar era el PACTO DE VARSOVIA.
Al mismo tiempo que se dividía así el MUNDO en EUROPA OCCIDENTAL fue surgiendo un bloque económico llamado el
MERCADO COMUN EUROPEO, luego llamada UNION EUROPEA, a partir del tratado de ROMA (1953) firmado entre ALEMANIA
OCCIDENTAL, FRANCIA, ITALIA, BELGICA, PAISES BAJOS Y LUXEMBURGO. En la década del 70 se sumaron más países
hasta ser 27 actualmente. el hecho más destacado es la creación de una moneda única, el EURO, para toda la EUROZONA.
Es decir, que mientras EUROPA OCCIDENTAL estaba aliada con los EE.UU iba a su vez conformando un bloque económico
propio para lograr mayor peso.
El bloque SOVIETICO desapareció con la caída del muro de BERLIN y la disolución de la UNION SOVIETICA.
OTRO hecho destacable es el nacimiento del bloque de países no alineados o del TERCER MUNDO, es decir de los países no
alineados con LA UNION SOVIETICA no con los EE.UU.A su frente se hallan CHINA,INDIA,INDONESIA.Su origen se remonta a
la conferencia de BANDUNG ( 1955).ARGENTINA y BRASIL forman parte de este bloque

Antes de finalizar la Segunda Guerra Mundial, a las reuniones de Bretton Woods, donde se acordó un sistema monetario, y
surgieron el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. En aquel momento se propuso además, la creación de una tercera
institución que se ocuparía de la esfera del comercio en la cooperación económica internacional, la Organización Internacional del
Comercio (OIC), pero este proyecto no fue concretado y fue reemplazado por un acuerdo general sobre las tarifas y el comercio,
conocido por su sigla en inglés como GATT (“General Agreement on Tariffs and Trade”). El GATT tuvo vigencia desde 1948 hasta
1995 cuando por fin tuvo lugar el nacimiento de la Organización Mundial del Comercio. Actualmente la OMC administra los
acuerdos comerciales negociados por sus miembros (denominados Acuerdos Abarcados). Además de esta función principal, la
OMC es un foro de negociaciones comerciales multilaterales; administra los procedimientos de solución de diferencias
Comerciales (disputas entre países); supervisa las políticas comerciales y coopera con el Banco Mundial y el Fondo con el objetivo
de lograr una mayor coherencia entre la política económica y comercial a escala mundial. Su sede está ubicada en Ginebra, Suiza
Sus objetivos son los siguientes:
* Ayudar a que el comercio se desenvuelva sin obstáculos, conforme a un sistema reglamentado
* Resolver las controversias comerciales entre los gobiernos por métodos imparciales (la OMC ha intervenido en la solución de
más de 190 controversias comerciales)
* Organizar negociaciones comerciales
* Reducir el proteccionismo y las barreras arancelarias
El Banco Mundial Se fundó en el año 1945, tras el cese de la Segunda Guerra Mundial, siendo aprobada por 38 países
primeramente hasta alcanzar el número de 181 Estados miembros. Se buscaba fundamentalmente ayudar a la economía de los
países europeos que habían sido devastados por la guerra, ofreciéndoles préstamos que fueran destinados a la reconstrucción de
los mismos. El primero en recibir uno fue Francia (250 millones de dólares), posteriormente Chile, Japón y Alemania entre muchos
otros. Los comienzos del BM fueron así.
Sus objetivos son los siguientes:
* Erradicar la pobreza extrema y el hambre
* Reducir la mortalidad infantil
* Crear una asociación mundial para el desarrollo
* Asegurar la sostenibilidad ambiental
* Estimular reformas económicas que promuevan el desarrollo equitativo y sostenible y reduzcan la pobreza.
* Intervenir en programas de salud, nutrición y planificación familiar.
* Proteger el medio ambiente para que el crecimiento económico y la reducción de la pobreza sean sostenibles en el futuro.
* Desarrollar el sector privado y re orientar al gobierno hacia aquellas actividades en las que es más eficiente.

Tipos de bloques comerciales


Área de Preferencias comerciales: Los países establecen preferencias arancelarias para comerciar unos con otros, hay
librecambio de productos. Zona de libre comercio o Área de libre comercio, formada por uno o más tratados entre dos o más
países (Tratado de libre comercio). Los bloques comerciales pueden tener un enfoque meramente comercial (como el TLCAN) o
incluir aspectos sociales y políticos, como la UE. Los países involucrados establecen precios únicos para determinados productos
que intercambian entre sí. Esto ocurre en los bloques del NAFTA (o TLCAN) y ASEAN. Unión aduanera: En este caso se vinculan
dos mecanismos; a)los aranceles únicos para el intercambio de productos entre los países que conforman el bloque, y b)los
aranceles únicos para la comercialización de productos con otros países que no forman parte del bloque. Mercado Común: El
Bloque establece un único arancel para países externos. Hay libre circulación de bienes y personas. Ejemplo: Mercado Común del
Sur MERCOSUR Unión económica: Suma los acuerdos que plantea la zona de libre comercio y la unión aduanera pero incluye
además la creación de una moneda común. Esto se ha realizado en la Unión Europea a partir de la creación del euro como
moneda común de los países miembros. La mayoría de los bloques económicos son regionales, conformados por países próximos
geográficamente. En otros casos, los países conforman bloques a partir de intereses compartidos en torno a la producción de
determinado bien. Este es el caso de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo). Integración económica: Se
definen políticas económicas y leyes en conjunto sumado a todo lo expuesto en Unión económica.

El interés por el desarrollo económico y comercial también lleva a los países a formar otro tipo de uniones para desarrollar políticas
comunes, como ocurre con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), organismo que nuclea a los
30 países más desarrollados del mundo, o la ALADI (Asociación Latinoamericana de Integración), que fomenta la cooperación y el
desarrollo entre algunos países de América latina. Existe la intención de unir varios bloques para conformar asociaciones mayores,
que es lo que sucede con el ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas, aún no conformado), a partir del cual se tratará de
eliminar las barreras aduaneras entre los países del continente americano. La Unión
Europea, el NAFTA y la ASEAN intercambian la mayor participación en el comercio mundial. Sin embargo, debido a relevancia del
petróleo en el comercio mundial también son importantes los flujos comerciales que se establecen entre la OPEP y los bloque

Los procesos de integración regional


Origen de los procesos de integración regional
Desde mediados del siglo XIX, hasta la Primera Guerra Mundial, Gran Bretaña en su carácter de gran potencia mundial, había
sido el eje dominante del comercio internacional, que sin estar institucionalizado se hallaba basado en el librecambio, debido a su
economía fuertemente dependiente del comercio exterior, es decir, un sistema sin trabas comerciales y barreras arancelarias
importantes, que no tenía tampoco obstáculos serios para el movimiento de los factores de la producción - trabajadores y
capitales- y convertibilidad de las monedas al patrón oro, siendo la principal la libra esterlina.
Al terminar la Primera Gran Guerra, Gran Bretaña, a pesar de haber sido uno de los países triunfadores de la contienda bélica, a
raíz de la pérdida de poder ocasionado por los esfuerzos de la guerra, empezó a dejar de ser el centro de la política internacional.
Esto impactó en las relaciones económicas internacionales, diluyéndose gradualmente en líneas generales el sistema liberal del
comercio internacional.
La Gran Depresión de 1929 y la crisis económica mundial que se desató con tal motivo, acentuó la decadencia del
sistema comercial, por lo que los gobiernos ya sea por estrategias o para proteger sus economías internas de la recesión, se
volcaron a un nacionalismo económico proteccionista, utilizando como instrumentos la elevación de los arancelesaduaneros y la
fijación de limitaciones a la importación.
En 1930, Estados Unidos promulga la ley Smooth Hawley por la que se aumentan los aranceles de 900 artículos. Gran Bretaña a
su vez, abandona el patrón oro en 1931 y en 1932 aprueba la Ley de Derechos de Importación, con lo que acaba con un siglo
de libre comercio. El comercio internacional descendió de tal manera que a fines de 1932 el volumen del intercambio de
manufacturas había bajado un 40 %.
Ante estas circunstancias, a partir de 1934, al ratificar la Ley de Acuerdos Comerciales Recíprocos, Estados Unidos -potencia
ascendente- comienza a aplicar una política comercial basada en la negociación de acuerdos bilaterales de comercio con
determinados países, que básicamente consistía en la apertura de los mercados mediante la reducción de aranceles
por productos, a cambio de un trato equivalente o recíproco, es decir, utilizando el principio de la reciprocidad.
Otro principio que reinstauran los Estados Unidos en ese período, es el principio de la "Nación más favorecida", que provenía del
siglo XVII y que significa que cualquier preferencia que otorgara un Estado contratante a un tercer país, es automáticamente
extendido a las otras partes que firmaron el tratado con dicha cláusula.
El "bilateralismo" sustituye así al "libre cambio" como forma predominante de las relaciones económicas internacionales y se
caracteriza por el aumento significativo de los aranceles aduaneros y el establecimiento de restricciones cuantitativas a los
intercambios internacionales, fijándose topes a la importación de cada mercadería. Se instaura el monopolio estatal sobre el
comercio exterior, el control de cambios y la no convertibilidad de las monedas nacionales, de suerte que si un Estado tenía un
saldo acreedor al final del ejercicio respecto de otro, no podía emplearlo en la adquisición de productos o en saldar cuentas con
terceros países. En una palabra, el comercio se realizaba en compartimentos estancos entre los Estados.
El "bilateralismo" subsistió hasta el termino de la Segunda Guerra Mundial. Al concluir ésta, emergen en la escena internacional
como potencias excluyentes los Estados Unidos y la Unión Soviética, lo que trae aparejado que por primera vez en la historia, el
centro de decisión político mundial deja de ser Europa y se traslada a un país americano y a otro euroasiático. Se conforman dos
bloques ideológicos con sus respectivas "esferas de influencias".
Los Estados Unidos, siguiendo la visión liberal de sus gobernantes, pregonan la reconstrucción del mundo de posguerra, lo que
para ser posible, desde el punto de vista económico, debía estar estructurado en un trípode institucionalizado.
De esa manera, en 1944, en Bretton Woods (EE.UU.) se crean el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, y el Fondo
Monetario Internacional, que van a estar dentro de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como organismos
especializados.
La función del Fondo era la regulación de la balanza de pagos de los países que solicitaran auxilio financiero a dicha institución,
cuando se encontraran con déficit; los préstamos se concedían por plazos breves -un año a un año y medio-. A su vez, la tarea
encomendada al Banco consistía en sostener la tasa de inversión principalmente de los países destruidos por la guerra para
reconstruirlos, y posteriormente fue la de ayudar a los países en desarrollo; los créditos que otorgaba eran, lógicamente, a largo
plazo (diez años en adelante).
La tercera pata del trípode era la institucionalización y regulación del comercio internacional. Para estos efectos, entre 1946 y
1948, a instancias del Consejo Económico y Social de la ONU, se realizaron sucesivas Conferencias en Londres, Nueva York,
Ginebra y La Habana, con la intención de crear una Organización Mundial del Comercio (OMC) con la finalidad de quitar las
barreras que los estados habían puesto al comercio internacional, principalmente desde la crisis de los años 30.
La versión final de la OMC se elaboró en La Habana en 1948, pero dicho tratado no fue ratificado por los Estados -solo Australia y
Liberia lo ratificaron- y por ende no entró en vigor. En Estados Unidos, el principal escollo se dio por las diferencias que existían
entre los proteccionistas, que se agrupaban en torno al Departamento de Agricultura y el Congreso y los defensores del libre
comercio del Departamento de Estado, influenciados por Cordell Hull. Así, no viendo posibilidad de ratificación del tratado en el
Congreso, el presidente Truman ni siquiera lo presentó para su tratamiento.
Como era sumamente difícil conformar una organización internacional del comercio, el Poder Ejecutivo y el Departamento de
Estado de los Estados Unidos, con un conjunto de países occidentales deciden en 1947 en Ginebra -antes de la Conferencia de
La Habana- crear el Acuerdo General sobre Tarifas Aduaneras y Comercio (GATT), como un acuerdo de regulación de las
relaciones comerciales entre las partes firmantes, con el objetivo de liberalizar el comercio de bienes manufacturados, con la
reducción progresiva de los aranceles aduaneros, usando como herramientas los principios de la "Nación más favorecida" y la
"reciprocidad". Recién en la Ronda Uruguay del GATT en 1994, se establecieron los cimientos que dieran origen a la Organización
Mundial del Comercio, dependiente de las Naciones Unidas, que comenzó a regir a partir de enero de 1995.
A partir del GATT, la diferencia con relación al período de entre guerra, estuvo basada en el hecho de que el trato de la nación
más favorecida no se daba en forma bilateral, sino multilateral. Es decir, que todos los firmantes del GATT se comprometían a
otorgarse mutuamente dicha cláusula de manera automática y por medio de negociaciones comerciales entre los Estados -
generalmente los de mayor poder económico-, reduciendo recíproca y progresivamente los aranceles aduaneros, siendo el
método empleado, producto por producto. Así, cuando un país concedía una reducción arancelaria de un X % sobre determinado
producto a otro, automáticamente esta rebaja se extendía y beneficiaba a todos los demás Estados partes. A la vez, los Estados
ya no podían elevar dichos aranceles, en virtud de lo que se llamó la "consolidación de los compromisos"
Sin embargo, por el Art. XXIV del GATT, se admitió la excepción de la aplicación de la cláusula de la nación más favorecida,
cuando dos o más países decidieran profundizar su integración económica a través de una Zona de Libre Comercio o una Unión
Aduanera, sin que las reducciones arancelarias entre ellos se trasladasen a los otros Estados componentes del GATT.
Ahora bien, estas excepciones están autorizadas en la medida en que no se altere, en lo sustancial, el nivel de protección con
terceros Estados; en tal situación, si un tercer Estado considera que la zona de libre comercio o la unión aduanera afecta el nivel
de protección consolidado en el GATT, le es permitido solicitar "compensaciones".
En conclusión, en este marco regulatorio económico internacional, haciendo uso del Art. XXIV del GATT, se cobijan los procesos
de integración económica regional, siendo el primero de ellos el proceso iniciado en Europa en el año 1950, que ha dado origen
también al derecho de integración regional.
A medida que el proceso europeo se iba perfeccionando, los demás Estados empezaron a percibir los procesos de integración
como una nueva forma de encarar el desarrollo económico, buscar la paz y fortalecer el poder de negociación internacional, y
nacen así, en el continente americano, el Acuerdo de Libre Comercio para América Latina y el Caribe en 1960, el Mercado Común
Centroamericano en 1960, el Pacto Andino en 1969, y en Europa, la Asociación Europea de Libre Comercio en 1959, entre otros
(Tussie, 1991: 4).

Concepto de integración:
Existen básicamente dos formas de establecer relaciones internacionales en materia de intercambio comercial, a saber: la
cooperación que incluye acciones destinadas a disminuir la discriminación, como es el caso de acuerdos internacionales sobre
políticas comerciales y la integración que comprende medidas conducentes a la supresión de algunas formas de discriminación,
como lo es la eliminación de barreras al comercio; es este último concepto de integración el que nos interesa para efectos del
desarrollo de este capítulo.
Partiendo desde lo mas básico, la palabra integración viene del latín, integratio – onis, que según el diccionario de la RAE
significa acción y efecto de integrar o integrarse, constituir las partes un todo, unirse a un grupo para formar parte de él.
Entrando más profundamente y desde una perspectiva de relaciones internacionales, se utilizarán dos definiciones de integración,
las cuales son complementarias y ayudarán a una mejor comprensión del fenómeno al que nos referimos en el presente capítulo.
León Lindberg define la integración como " los procesos por los cuáles las naciones anteponen el deseo y la capacidad para
conducir políticas exteriores e internas clave de forma independiente entre sí, buscando por el contrario tomar decisiones
conjuntas o delegar su proceso de toma de decisiones a nuevos órganos centrales". Por su parte Jorge Mariño dice "se entiende
por proceso de integración regional el proceso convergente, deliberado (voluntario) –fundado en la solidaridad-, gradual y
progresivo, entre dos o más Estados, sobre un plan de acción común en aspectos económicos, sociales, culturales, políticos,
etcétera"(Mariño, 1999: 112).
Cabe preguntarse -antes de profundizar más en lo que contempla un proceso de integración-, el cómo se constituye el deseo o la
voluntad de los Estados de pasar a formar parte de una comunidad más amplia, llegando inclusive a ceder parte de su soberanía.
Frente a esta interrogante se puede responder básicamente de dos maneras: 1 "la causa de este proceso radica en el empleo de
la fuerza, o en la amenaza de usarla, por parte de una autoridad central... o, en ausencia de esta autoridad, como ocurre en la vida
internacional, por un Estado o coalición dotados de poder suficiente para utilizar la fuerza o dar credibilidad a la amenaza de
hacerlo... 2 "la formación de comunidades políticas se debe fundamentalmente a la acumulación de valores e intereses
compartidos, una situación a la cual se llega a través de la interacción entre sus distintas unidades, y
por procedimientos consensuales" (Wilhelmy, 1988: 56). En este estudio nos centraremos en los procesos que se llevan a cabo
según esta última perspectiva.
Características de los procesos de integración:
Jorge Mariño (1999: 113) ha establecido ciertas características esenciales a todo proceso de integración regional, las cuales
mencionaremos a continuación con la finalidad de establecer una generalización. Estas características son:
 Los sujetos son los Estados soberanos.
 Los Estados emprenden el proceso integrador en forma voluntaria y deliberada
 Como todo proceso –aún más, con la complejidad del caso al que se hace referencia- se debe avanzar por etapas, es decir, el
proceso debe ser gradual.
 Las etapas deben ser cada vez más profundas y dispersas; de allí la necesidad de la progresividad y la convergencia del proceso.
 Por último, el proceso de integración se inicia con acercamientos económicos, pero lentamente y dependiendo de cada proceso –
conforme a lo estipulado por los Estados miembros-, la agenda va abarcando e incluyendo nuevos temas de las áreas sociales,
culturales, jurídicas, y hasta políticas de los países miembros.

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Clasificación de la integración según sus grados:
Tomando en cuenta que la integración es un proceso, el cual pasa por diversas etapas en forma paulatina y progresiva, es posible
establecer una clasificación según el grado de integración, donde cada una de las etapas o grados tiene ciertos rasgos esenciales
que la distinguen tanto de la etapa inmediatamente anterior como posterior. Existe un consenso más o menos amplio en
la literatura que trata el tema respecto de cuáles son las etapas por las que pasan los procesos de integración. Para efectos de
este estudio, se hará referencia a la clasificación que hace Bela Balassa quien establece 5 etapas o grados de integración,
además se agrega una etapa preliminar llamada área de preferencias arancelarias a la cuál haremos referencia según la definición
de Ricardo Basaldúa.
A. Es un acuerdo entre varios Estados, mediante el cual se comprometen a brindar a sus respectivas producciones un trato
preferencial en comparación al que se otorga a terceros países, es decir, se conceden diversos grados de rebajas
arancelarias en el comercio recíproco. Esta área se puede dividir a su vez en tres: área de preferencias arancelarias
propiamente dichas, donde las concesiones son exclusivamente a los derechos aduaneros que gravan la exportación e
importación de mercaderías; área de preferencias aduaneras, donde no sólo se limitan a las restricciones arancelarias, sino
que puede contemplar también otros tributos aduaneros, que se aplican con ocasión de la exportación o la importación,
pudiendo contemplar tanto restricciones directas como indirectas; y áreas de preferencias económicas, que abarcan
aspectos que no son más de naturaleza aduanera, pero que hacen un tratamiento discriminatorio de la mercadería extranjera
una vez que ésta ha sido importada.
Este es un grado de integración sumamente superficial por lo que hay autores que no lo consideran como tal. A pesar de esto,
se ha estimado igualmente válido mencionarlo como un primer paso hacia lo que pudiera ser un proceso posterior de
integración mucho más amplio.
B. Zona de preferencias arancelarias

Consiste en que los Estados partes acuerdan suprimir las tarifas arancelarias y otras barreras o restricciones cuantitativas al
comercio recíproco de bienes, pero conservando cada uno de ellos autonomía e independencia respecto de su comercio con
terceros Estados. Para llegar a una Zona de Libre Comercio se fijan plazos, condiciones y mecanismos de desgravación
arancelarios. La mira está puesta en las "medidas de fronteras" entre las partes, con el propósito de incrementar los flujos de
los intercambios recíprocos. Como en el acuerdo de libre comercio surge el problema del control de las importaciones de extra
zona, los Estados partes deben implementar instrumentos que tiendan a establecer el origen de los productos, y de esa forma
diferenciar entre los bienes que se generan en la zona y los que provienen de otras latitudes, ya que los productos que se
deben beneficiar con el acuerdo son los originarios de los Estados partes, evitando la triangulación que significaría el ingreso
de productos del exterior a la Zona a través del país que cobra los aranceles más bajos; esto se obtiene por medio de lo que
se denomina "cláusulas de origen", las cuales deben ser muy precisas y severas.
C. Zona de libre comercio

Implica un proceso en el que los estados participantes, además de liberar las corrientes comerciales por medio de la
desgravación arancelaria entre ellos, adoptan frente a terceros países una política arancelaria común o tarifa externa común.
ARNAUD (1996: 25) señala que la unión aduanera perfecta debe reunir las siguientes condiciones: 1) la completa eliminación
de tarifas entre sus Estados miembros, 2) el establecimiento de una tarifa uniforme sobre las importaciones del exterior de la
Unión y 3) la distribución de los ingresos aduaneros entre sus miembros conforme a una fórmula acordada.

De acuerdo a lo anteriormente dicho, los Estados que integran una unión aduanera, además de reducir las tarifas aduaneras
entre sí hasta llegar a cero, adoptan un arancel externo común, en forma gradual con plazos y listas temporarias de
excepciones que normalmente son diferentes según el desarrollo económico de los Estados partes, en relación a los
productos que importan de países de fuera de la zona.
Los derechos de importación obtenidos por el arancel externo común, a su vez, deben ser distribuidos entre los Estados
miembros, para lo cual deben definir el mecanismo para ello. Por otra parte, al existir un arancel externo común, se eliminan
las normas de origen, por lo que una mercadería de procedencia extranjera, ingresada legalmente por cualquier repartición
aduanera, previo pago del impuesto común que se haya fijado, tiene libre circulación por el espacio geográfico de los países
socios de la unión aduanera. Otro dato importante de mencionar es respecto de la forma de negociación con el exterior, la
cuál debe hacerse necesariamente en bloque.
Unión aduanera
En la etapa del mercado común, los países miembros que componen la unión aduanera le agregan la posibilidad de la libre
circulación de personas, servicios y capitales sin discriminación, por tanto, se establece la libre circulación de los factores
productivos.
En el mercado común, no hay aduanas internas ni barreras tarifarias entre los Estados partes; se lleva a cabo una política
comercial común, se permite el libre desplazamiento de los factores de la producción (capital, trabajo, bienes y servicios), es
decir, las cuatro libertades fundamentales de la comunidad, y se adopta un arancel aduanero exterior unificado.
Por lo tanto, la legislación de los países miembros debe unificarse o armonizarse con el objeto de asegurar las condiciones de
libre concurrencia en el ámbito del mercado interior común. Las normas no sólo deben perseguir la supresión de las barreras
que impiden el libre ejercicio de las cuatro libertades que fueran mencionadas (barreras aduaneras, físicas,técnicas,
comerciales, restricciones monetarias, etc.), sino también de aquéllas que son consecuencias de prácticas restrictivas de
reparto o explotación de los mercados imputables a las empresas (reglas de competencia).
La armonización de las legislaciones sobre las áreas pertinentes, la coordinación de las políticas macroeconómicas y el
establecimiento de reglas comunes aplicables de manera uniforme no solamente a los Estados participantes, sino también a
las personas físicas y jurídicas que en ellos habitan, generan normas que son fuente de derechos y obligacionespara unos y
otros.
Mercado común
La unión económica se dá cuando los Estados que han conformado un mercado común, le incorporan la armonización de las
políticas económicas nacionales, entre ellas, las políticas monetaria, financiera, fiscal, industrial, agrícola, etc., con la finalidad
de eliminar las discriminaciones que puedan hallarse de las disparidades entre las políticas nacionales de cada uno de los
Estados que la componen.
Como son objeto de la integración todas las actividades económicas en el ámbito espacial de la unión económica –entre ellas
la política financiera-, la concertación de una política monetaria común lleva a la creación de un banco central común y
finalmente a la adopción de una moneda común, con lo que se perfecciona una unión monetaria.
Unión económica
Integración económica completa
Este es el mayor grado de profundidad al que puede aspirar un proceso de integración y se produce cuando la integración avanza
mas allá de los mercados, porque en el transcurso de este proceso, los Estados involucrados tienden no solo a armonizar, sino a
unificar las políticas en el campo monetario, fiscal, social, etc., y más allá incluso, en cuestiones relativas a las políticas exteriores
y de defensa.
En esta instancia de integración, se requiere del establecimiento de una autoridad supranacional cuyas decisiones obliguen a los
Estados miembros. Algunos autores afirman que este grado de unificación sugiere la desaparición de las unidades nacionales, por
la absorción de las partes en un todo, como es definida la palabra "integración" de acuerdo al diccionario de la RAE.
La supranacionalidad

Habitualmente, la idea de la supranacionalidad se identifica con la de los órganos supranacionales, en el convencimiento de que,
para que exista supranacionalidad, se requiere que organismos independientes y superiores a los Estados-naciones estén
habilitados para dictar normas obligatorias para estos últimos, incluyendo por tanto el concepto, dos aspectos: un órgano
comunitario y competencia para expedir decisiones, con aplicabilidad inmediata, sin necesidad de actos de recepción por los
Estados partes.
En cambio, los órganos de tipo intergubernamental son aquellos que solo pueden adoptar decisiones que cuenten con la voluntad
de los Estados que conforman el tratado de integración como es el caso por ejemplo del NAFTA.
Un órgano, para ser considerado supranacional, debería reunir al menos dos condiciones. La primera, estar integrado de manera
que sus miembros no representen a ningún Estado, que se encuentren desvinculados de sus nacionalidades y que respondan
nada más que a los intereses comunitarios, sin recibir instrucciones de ningún gobierno. La segunda, tener la potestad de dictar
normas obligatorias para los Estados miembros, cuya aplicación sea inmediata y prevalente en los ordenamientos internos de
cada uno de ellos.
Aplicación inmediata quiere decir que dicha norma adquiere plena vigencia en los Estados partes, sin necesidad de ningún trámite
nacional para su "internación". Aplicación prevalente, implica que se debe aplicar con preeminencia a cualquier norma nacional
que la contradiga, ya sea de fecha anterior o posterior.

LA TEORÍA DE LAS UNIONES ADUANERAS Y LOS EFECTOS CREACIÓN Y DESVIACIÓN


Los procesos de integración entre naciones tienen un sentido fundamentalmente regional, razón por la cual se han
desarrollado numerosos trabajos que buscan resaltar el hecho de que la tendencia hacia la globalización de la economía
mundial no puede ser entendida sin un enfoque regional, en que las escalas geográficas son el núcleo principal para explicar
la conformación de los nuevos bloques comerciales entre países (ver Bendesky, 1994, pp. 983-989).
Es muy reciente el enfoque regional tradicional para explicar los procesos de integración y se conoce como la “teoría de las
uniones aduaneras”. Dicha teoría se ha desarrollado a partir del trabajo pionero de Viner (1950) y se ha nutrido y ampliado
con los trabajos de Meade y Lipsey (1960) y de Andic y Teitel (1977), quienes indican que, por ejemplo, el hecho de que
Francia exporte coches Peugeot a Alemania y al mismo tiempo importe coches Volkswagen, no se puede explicar bajo el
esquema de las ventajas comparativas, sino que debe considerarse la pura ventaja de especialización, las cuales se
sostienen por retornos crecientes a escala, producto de la especialización. El punto central de esta teoría se encuentra en la
demostración de que los procesos de integración pueden tener resultados negativos (desviación) y positivos (creación) para
los países participantes y para la economía mundial en su conjunto, en contraste con los efectos puramente desviacionistas
identificados por los economistas clásicos.
En cuanto a la metodología es posible identificar dos periodos en el ascenso de los enfoques teóricos sobre la integración
económica; el primero se desarrolla en los años cincuenta a partir de una primera oleada de intentos por establecer acuerdos
preferenciales entre naciones europeas, amparados en la ambigüedad del artículo XXIV del GATT que daba pie a la
formación de uniones aduaneras y áreas de libre comercio. Esta primera oleada entró en decadencia en los años sesenta
debido a la indiferencia de Estados Unidos por participar en tales esfuerzos. La siguiente oleada tuvo lugar en los años
ochenta, cuando el regionalismo en teoría era presentado como alternativa al multilateralismo entre las naciones y es
consolidado con la participación de Estados Unidos en acuerdos preferenciales firmados con Canadá, Israel y finalmente con
México en el TLCAN en 1994.
La formulación clásica de la teoría de las uniones aduaneras es la de Viner, quien desarrolló un modelo de equilibrio parcial
estático que involucra sólo dos países y un bien homogéneo. La conclusión que obtiene este autor con su modelo es sin duda
una de las más perdurables hasta nuestros días en el debate de la integración económica. Viner estableció que cuando dos
países conforman una unión aduanera habrá creación de comercio si se da un movimiento de una forma de oferta más
costosa a una menos costosa; es decir, se puede comprar un bien determinado a un coste más bajo con su socio dentro de la
unión, y existirá desviación cuando hay un movimiento de una fuente de oferta a otra de coste más elevado.

Para Vinner, los efectos de desviación y creación pueden resultar ambiguos en el bienestar, debido a que un país puede tener
desviación en unos productos y creación en otros diferentes. Utilizado este argumento para el caso del TLCAN, México podría
tener efectos netos creadores si Estados Unidos y Canadá representaran su fuente de abasto menos costosa de bienes y
servicios, lo cual, a decir de Bhagwati y Panagariya (1997, p. 47), en principio resulta cuestionable debido a que fuera del
acuerdo regional están países europeos y asiáticos de un gran desarrollo industrial, además de que las frecuentes
acusaciones por proteccionismo y competencia desleal en contra de Estados Unidos cuestionan su capacidad competitiva.
De cualquier forma, el modelo de Viner debe ser utilizado con cuidado, puesto que representa un caso poco probable y
bastante extremo en el que una unión aduanera las importaciones que hace el país A vienen de B o de C pero no de ambos,
lo cual tiene poco sustento empírico. En consecuencia, el modelo de Viner debe ser reformulado para ser capaz de
representar un caso más real
PERSPECTIVAS ALTERNATIVAS: COMPETENCIA IMPERFECTA Y DIFERENCIACIÓN DEL PRODUCTO (EL NUEVO
ASCENSO DEL REGIONALISMO)
Las formulaciones teóricas que consideramos no tradicionales o de nuevo enfoque provienen de dos fuentes. En primer lugar
se refieren a los desarrollos contemporáneos de la teoría de las uniones aduaneras publicados en la década de los noventa; y
en segundo lugar, a un enfoque del comercio internacional que incorpora al análisis de los procesos de integración regional
los aportes de la teoría de la organización industrial, en donde juegan un papel relevante las economías de escala y la
diferenciación de productos, lo cual establece un marco de competencia imperfecta muy diferente al de la teoría ortodoxa de
las uniones aduaneras. A continuación se presentan los elementos básicos de estas teorías.
UNIÓN ADUANERA BAJO EL SUPUESTO DE ELASTICIDADES NO PERFECTAS
Bhagwati y Panagariya (1999) reformulan el modelo Viner-Lipsey y le llaman modelo realista, debido a que es más acorde a
las experiencias de integración económica llevadas a la práctica en Europa y América. Esta propuesta permite que la curva de
oferta de un país sea más elástica que la de otro para permitir que al realizarse un acuerdo comercial un país tenga la
posibilidad de seguir comprando bienes de países no participantes en el acuerdo.
1. El efecto desviador del comercio, representado en la gráfica por la disminución en los ingresos por la recolección de la
tarifa, resulta mayor si antes del acuerdo comercial hay una gran asimetría en las tarifas y si de manera adicional uno de
los socios es el principal abastecedor de importaciones del otro (socios naturales); tal parece ser el caso de México, que
debido a las políticas de sustitución de importaciones, previas a la apertura, mantenía un esquema de protección mayor
al de Estados Unidos y además este último ya era el principal proveedor de importaciones de México, por lo cual
resultaría interesante constatar cuál fue para México el balance final entre los ingresos que obtenía de las tarifas a las
importaciones provenientes de Estados Unidos y los beneficios obtenidos, si es que los hubo, del incremento del
comercio con dicho país.
2. El efecto creador del comercio opera a través de la reducción de precios que ocurre con el aumento de las exportaciones
desde el país al cual se le elimina la tarifa, mientras que la desviación opera con la pérdida de ingresos que ocurre al
desgravar todas las importaciones. Por consiguiente, la desviación comercial en unos cuantos sectores puede ser mayor
al efecto creador en una gran cantidad de sectores. En el caso mexicano no es posible hablar de efectos positivos del
TLCAN si sólo se consideran unos cuantos casos exitosos y se deja fuera de la evaluación a la mayoría de los sectores
económicos del país.
3. Contrariamente a lo que de forma usual se cree, el caso proteccionista no discriminatorio (tipo GATT) presenta beneficios
superiores (second best) que el acuerdo regional discriminatorio (third best).
Si bien el caso presentado en la gráfica es más realista que el de Viner, sigue teniendo limitaciones respecto a lo que ocurre
en el mundo real; para explorar los efectos de la introducción de un mayor realismo al modelo, se considerará lo que ocurre al
generalizar el modelo a un mundo de “n” bienes y “n” países y en donde los mercados son de competencia imperfecta.

UNIÓN ADUANERA BAJO SUPUESTOS DE EQUILIBRIO GENERAL


La formulación teórica actual de los procesos de integración entre naciones ha tomando como base el análisis de equilibrio
general entre países, lo cual supone la generalización del caso Viner de dos bienes al caso de “n” bienes. Estos trabajos se
deben sobre todo a Berglas (1979), Riezman (1979), McMillan y McCann (1981), Harris (1984) Hamilton y Whalley (1985). Si
bien no es posible agruparlos en un conjunto homogéneo de enfoques sobre las uniones aduaneras, se pueden considerar
como un conjunto integrado si se atiende a sus conclusiones principales, en las que todos están de acuerdo en considerar que
al romper los supuestos del análisis de equilibrio parcial de Viner ya no son tan claros los efectos de la creación de uniones
aduaneras sobre el bienestar, y los efectos creación y desviación de comercio pierden relevancia para explicar si un país tiene
pérdidas o ganancias al integrarse a algún acuerdo preferencial.
El trabajo de Berglas permite concluir que no se puede determinar a priori cuál será el resultado sobre el bienestar al pactarse
acuerdos preferenciales, y que una unión aduanera que elimina tarifas entre sus miembros -mientras mantiene tarifas
positivas para los demás- puede no alcanzar una situación óptima.
Las conclusiones de Berglas son complementadas por Riezman, al considerar que dicha forma de integración reduce los
precios de los bienes importados con relación a los precios de las exportaciones, lo que provoca una mejoría de sus términos
de intercambio con respecto al resto del mundo, pero los términos de intercambio interunión se deterioran en contra de uno de
los miembros de la unión. Este tipo de efecto se puede apreciar en la gráfica 3, en la cual el país B, al eliminarse la tarifa que
le imponía el país A, obtiene una mejora en sus términos de intercambio.
La conclusión que se deriva de este análisis es que dos países obtendrán beneficios mutuos de la unión si su comercio mutuo
es inicialmente pequeño, de modo que la pérdida sufrida por el comercio intraunión sea pequeña y pueda ser compensada por
las ganancias derivadas del comercio extraunión: desde luego éste no era el caso de México previo al TLCAN, puesto que con
anterioridad a dicho tratado el 70 % de sus exportaciones tenían como destino principal a Estados Unidos.
Otro trabajo que cuestiona la idea tradicional de la creación-desviación de comercio es el de Hamilton y Whalley (1985); ellos
construyen un modelo de equilibrio general para ocho regiones geográficas del mundo y comparan los efectos en cuanto a
beneficio y términos de intercambio de diferentes alternativas de acuerdos discriminatorios sobre bases geográficas. Sus
resultados reafirman la tesis de que las razones en las que se fundamenta la participación en una unión económica son
penetrar el mercado del socio comercial y el tamaño de la reducción de barreras comerciales obtenida. Estos autores (ver
1985, p. 445) descubrieron que las ganancias o pérdidas de una unión aduanera provienen de tres factores:
1. Asimetría en los niveles de protección iniciales: al país con menores niveles de protección será más beneficiado, y países
con iguales niveles de protección obtendrán ganancias similares.
2. Tamaño relativo de las regiones participantes: las regiones más pequeñas se benefician más al penetrar los mercados de
los países más grandes.
3. Patrón comercial entre países participantes y no participantes: asimetría en los volúmenes de comercio entre regiones
beneficiará al país cuyas importaciones dependan menos del socio comercial, pues de lo contrario éste incrementará su
penetración en el mercado de la unión.
De nueva cuenta, la referencia al TLCAN es inevitable; los diferenciales de protección arancelaria previos a la entrada en vigor
del TLCAN eran claramente asimétricos y favorables a Estados Unidos. En este sentido, Cardero (1996) menciona que en
1990 el 70 % de los bienes mexicanos exportados a Estados Unidos cubrieron un arancel de entre 0,1 y 5 % y cerca del 16 %
de las exportaciones por encima de ese arancel y hasta más del 25 %, mientras que el 70 % de las exportaciones de Estados
Unidos hacia México pagaron un arancel que fluctuó entre 10 y 20 %. En cuanto a las economías de escala que un país
puede obtener de su asociación a un mercado regional mayor, estudios recientes del Banco Mundial (WB) (2003) muestran
que estas ganancias no son automáticas sino potenciales, pues su aprovechamiento depende de un cuidadoso diseño de
políticas. Finalmente, el argumento de la dependencia comercial también resultaba favorable a Estados Unidos; en 1992, año
de la firma del TLCAN, las exportaciones mexicanas hacia Estados Unidos representaban el 76,4 % de sus exportaciones
totales, mientras que para Estados Unidos ese porcentaje apenas rebasaba el 5 %.
UNIÓN ADUANERA, ECONOMÍAS DE ESCALA Y DIVERSIFICACIÓN DEL PRODUCTO
Krugman (1988) daba cuenta del surgimiento de nuevas ideas respecto a la teoría del comercio internacional. Las líneas
fundamentales de cambio que él identificó fueron las siguientes:
1. Las explicaciones tradicionales de por qué ocurre el comercio internacional, si bien son válidas, también son parciales,
pues sus respuestas se sustentan sólo en la teoría de las ventajas comparativas. El nuevo enfoque considera que los
países se especializan en la producción de aquellos bienes en los que tienen retornos crecientes a escala. Por ejemplo,
el hecho de que Francia exporte coches Peugeot a Alemania y al mismo tiempo importe coches Volkswagen no se puede
explicar bajo el esquema de las ventajas comparativas, sino que debe considerarse la pura ventaja de especialización,
las cuales se sostienen por retornos crecientes a escala, producto de la especialización.
2. La teoría tradicional, aunque partidaria del libre comercio, consideraba que sus beneficios eran muy limitados cuando se
daba entre países con recursos muy similares. Esta afirmación impide explicar cómo es que la actividad comercial de la
Unión Europea (UE) representa un tercio del comercio mundial. La respuesta, dada por la nueva teoría, es que a los
países miembros les conviene comerciar porque consiguen obtener economías de escala.
3. La teoría tradicional argumentaba que la intervención del gobierno tendría por efecto la disminución del ingreso nacional.
La teoría moderna considera que en industrias sin competencia, las pocas empresas existentes obtendrán ventajas
permanentes, las cuales son más altas que si esos recursos se colocaran en otras industrias. El subsidio gubernamental
se convierte entonces en una fuente de ventaja estratégica.

La triada
En economía, el término Tríada designa el conjunto de las tres regiones que dominan la economía mundial así como los
grandes alineamientos de la política internacional: América del Norte (Estados Unidos + Canadá),Europa occidental (Unión
Europea + Noruega + Suiza), y el Asia-Pacífico (Japón + Corea del Sur), con 3 polos dominantes en varios sentidos (que se
destacan), y que son: EEUU, Unión Europea, y Japón.
Esos países realizan entre ellos el 80 % del comercio mundial (70% de la producción mundial, 90% de las operaciones
financieras, y 80 % de los nuevos conocimientos científicos). Ellos son por cierto los actores principales y esenciales de la
mundialización y de la internacionalización.
La globalización económica se viabilizo a finales de los años 80 y comienzos de los 90, se fundamenta en la creación de un
mercado mundial en el que se suprimen todas las barreras arancelarias para permitir la libre circulación de los capitales:
financiero, comercial y productivo. Significa que los factores de producción-recurso natural, capital, tecnología fuerza laboral-
así como los bienes y servicios se mueven alrededor del mundo. Significa la aceleración e intensificación de la interactividad
económica entre las personas, compañías, y gobiernos de distintas naciones.
El 85% del comercio mundial se realiza entre los mismos países desarrollados, básicamente en torno de los Estados Unidos,
el Japón y Unión Europea, estos países conforman la denominada TRIADA ECONOMICA es una triada de poder en donde
solo pueden competir ellos mismos quedando excluidos los países subdesarrollados. Los países de la triada se
interrelacionan comercial, política y militarmente y reflejan niveles económicos relativamente similares entre si. La alianza más
fuerte es la de estados unidos e Inglaterra, la unión europea que es una potencia económica, política y militar, sobre la base
de la alianza franco – alemana, con el apoyo de china y Rusia, busca socavar la influencia de los estados unidos en los países
europeos. Japón es una potencia política y económica con poco poderío militar, busca ganar aliados asiáticos para la disputa
imperialista. www.eumed.net
Los países que conforman la triada concentran el mayor poderío económico y tecnológico existente en el planeta: el 85% de la
comunidad científica internacional, el 80% de los flujos de capital, para la década del 90 al 2000 manejaban el 60% de las
inversiones realizadas en el planeta, el 66% de las inversiones comerciales y generaban el 65% de la producción mundial..

1.6 bloques económicos comercio adm y neoproteccionismp

La globalización y el neoproteccionismo
El mundo tiende a ser un solo mercado como consecuencia del proceso de «globalización» de la economía. En algunos casos, las
barreras arancelarias ya no existen o están en proceso de eliminación y las zonas de libre comercio se han extendido sobre el
planeta.
El flujo libre de todos los factores de la producción se ha impuesto, y asistimos a un proceso de universalización de la economía,
impulsado con fuerza, como resulta lógico, por los grandes países que tienen mucho que vender y, por tanto, muchos mercados
que conquistar.
No obstante, las medidas proteccionistas, particularmente las no arancelarias, subsisten contra los países del Sur. El comercio
internacional es profundamente discriminatorio. Tan pronto como un producto de estos países resulta competitivo en los mercados
del Norte, se levantan los obstáculos proteccionistas con cualquier pretexto.
Con frecuencia los países ricos y desarrollados invocan como pretexto para su «neoproteccionismo» el llamado eco-dumping, o
sea el no reflejo de los costes ambientales en los precios de las exportaciones de los países periféricos, y el dumping social,
relacionado con el bajo nivel de salarios de estos países que colocan a ciertos productos suyos en ventaja en el mercado
internacional.
A esto los países desarrollados la llaman eufemísticamente «competencia desleal» e imponen, para contrarrestarla, medidas
«neoproteccionistas» destinadas a defender a los productores locales mediante: prohibiciones, cuotas, barreras arancelarias y no
arancelarias u obstáculos administrativos opuestos a la importación de bienes. Como parte de una política económica,
especialmente comercial.
La acusación que han hecho los países ricos e industrializados consiste en que la utilización de mano de obra barata permite a los
países atrasados que sus mercancías puedan llegar a menores precios a los mercados extranjeros.
En realidad el pago de esos salarios no constituye un «truco» de política comercial, como pretenden los países del Norte
industrializado, sino que se inscribe dentro del régimen general de remuneración que corresponde a las condiciones estructurales
de sus economías.
Dentro de esta política de neoproteccionismo se ha llegado incluso a proponer sanciones comerciales e impuestos
compensatorios contra los países que ejercen el supuesto dumping-social, que en realidad no es, puesto que los bajos salarios y
las exiguas garantías laborales no son maniobras o trucos puestos en práctica ex-professo para bajar el precio de las
exportaciones, sino el resultado de las propias condiciones, una economía subdesarrollada.
Los Estados industriales desarrollados han formulado también la acusación de eco-dumping o dumping-ecológico contra los
países periféricos por abaratar sus exportaciones al no conferir un valor monetario a la depredación del medio ambiente, o sea, al
no incorporar el factor medio-ambiental a sus costos de producción.
Algunos países desarrollados han planteado, en consecuencia, la creación de impuestos compensatorios al ingreso de las
mercancías procedentes de tales países para precautelar sus propias economías industriales, proteger sus manufacturas no
competitivas, evitar, la salida de capitales y detener el desempleo de su fuerza laboral.
Sin embargo, los Estados Unidos de América, que es la nación más rica y desarrollada, y líder de la llamada globalización, no
quiso adherir al protocolo de Kioto, que es un tratado internacional multilateral para la protección del medio ambiente.
Lo cual pone en evidencia un comportamiento absolutamente desleal, de parte de los países ricos y desarrollados: que imponen la
globalización en lo que les es favorable y la rechazan en todo lo que afecta a sus intereses.
El libre mercado neoliberal siempre ha sido un mito: los Estados desarrollados nunca han abierto completamente sus mercados,
eliminado todos los subsidios o dejado de intervenir para apuntalar o proteger a sus sectores económicos estratégicos, sea por
razones políticas o sociales.
El neoliberalismo siempre ha significado la apertura selectiva a países seleccionados, durante períodos de tiempo especificados,
para áreas de productos seleccionados. Los mercados fueron abiertos por el gobierno de EEUU a productos de subsidiarias de
EEUU en países extranjeros. El «libre comercio» no está basado en criterios económicos, sino políticos
Historia U.E.
La II Guerra Mundial (1939-1945) devastó la economía del continente. Algunos europeos esperaban que la reconstrucción de
Europa Occidental llevaría a un acuerdo para crear un Estado europeo unificado. Pero la idea de una Europa unida se quebró
con el comienzo de la Guerra fría y la desconfianza que todavía inspiraba Alemania Occidental. Dos franceses —Jean
Monnet, estadista y financiero, y Robert Schuman, ministro de Asuntos Exteriores— creían que Francia y Alemania podrían
superar su secular antagonismo si existían incentivos económicos que estimularan la cooperación. En mayo de 1950,
Schuman propuso la creación de una autoridad común para regular la industria del carbón y del acero en Alemania Occidental
y Francia; la oferta se extendía también a otros países de Europa Occidental. La idea fue bien recibida por el gobierno de
Alemania Occidental y por los de Bélgica, Italia, Luxemburgo y Países Bajos. Junto con Francia, estos cinco países firmaron el
18 de abril de 1951 el Tratado de París por el que se creó la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA) en agosto
de 1952. El gobierno británico rechazó el carácter supranacional de la CECA y optó por no unirse a esta organización.
En junio de 1955, en Messina (Sicilia, Italia), los ministros de Asuntos Exteriores de los seis estados que conformaban la
CECA decidieron estudiar las posibilidades para lograr una mayor integración económica. Este nuevo esfuerzo desembocó en
la firma del Tratado de Roma (25 de marzo de 1957), por el que se creaban la Comunidad Económica Europea (CEE) y la
Comunidad Europea de la Energía Atómica (Euratom). Esta última resultó tener poca importancia ya que cada gobierno
nacional mantuvo el control sobre su programa de energía nuclear.
Comunidad Económica Europea
En términos económicos, el Tratado de la CEE estableció un plazo de doce años para la eliminación de las barreras
comerciales entre sus miembros, la implantación de un arancel común para las importaciones del resto del mundo y la
creación de una política agrícola conjunta. Políticamente, el Tratado otorgó a los gobiernos nacionales un papel mayor que el
del Tratado de la CECA, aunque también determinó que la CEE fuera más supranacional conforme progresaba la integración
económica.
Como respuesta a la CEE, el Reino Unido y otros seis países no comunitarios formaron la Asociación Europea de Libre
Comercio (EFTA) en 1960. En 1961, tras el evidente éxito económico de la CEE, el Reino Unido inició negociaciones para su
ingreso. Pero en enero de 1963, el presidente francés Charles de Gaulle vetó la candidatura británica, especialmente por sus
estrechos lazos con Estados Unidos. De Gaulle volvió a vetar la entrada británica en 1967.
Creación de la CE
Las características económicas básicas del Tratado de la CEE se fueron cumpliendo gradualmente y las tres comunidades
(CEE, CECA y Euratom) se unieron en julio de 1967 en la Comunidad Europea (CE). Sin embargo, no se hizo ningún
progreso sobre ampliación o cualquier otra propuesta hasta que De Gaulle hubo dimitido como presidente de Francia en mayo
de 1969. El siguiente presidente francés, Georges Pompidou estaba más abierto a nuevas iniciativas dentro de la CE.
En diciembre de 1969 y a su propuesta, se celebró una reunión de los líderes de los estados miembros en La Haya (Países
Bajos). Esta cumbre preparó el terreno para la creación de una forma de financiación permanente de la CE, el desarrollo de
un marco de cooperación en política exterior y la apertura de negociaciones para el ingreso de Reino Unido, Irlanda,
Dinamarca y Noruega.
Ampliación de la CE
En enero 1972, casi después de dos años de negociaciones, se firmaron los tratados para la adhesión de los cuatro países
aspirantes el 1 de enero 1973. Reino Unido, Irlanda y Dinamarca se adhirieron como estaba previsto; sin embargo, en un
referéndum los noruegos votaron en contra de su ingreso.
En el Reino Unido continuó la oposición a la pertenencia a la CE. Después de que el Partido Laborista volviera a ocupar el
poder en 1974, llevó a cabo su promesa electoral de renegociar las condiciones de la pertenencia británica (especialmente las
financieras); la renegociación acabó en cambios marginales, pero creó un periodo de incertidumbre en el interior de la CE. Un
gobierno laborista dividido confirmó la pertenencia a la CE y convocó un referéndum nacional sobre el tema en junio de 1975.
A pesar de la fuerte oposición de algunos grupos, el pueblo británico votó a favor de la permanencia.
En 1979 y 1980, el gobierno británico, que afirmaba que el valor de su contribución superaba con mucho el valor de los
beneficios recibidos, intentó una vez más cambiar los términos de su pertenencia. El conflicto se resolvió en la primavera de
1980, cuando varios países miembros aceptaron pagar una mayor contribución a los costes de la CE. En 1984 se acordó que
el Reino Unido recibiría una disminución parcial de su contribución anual neta a la CE, comenzando con una rebaja de 800
millones de dólares para ese año.
Grecia ingresó en la CE en 1981 y, tras ocho años de negociaciones, en 1986 se adhirieron España y Portugal. Otros
acontecimientos importantes en las décadas de 1970 y 1980 fueron la ampliación de la ayuda de la CE a países menos
desarrollados (especialmente a antiguas colonias de los países miembros); la institución del Sistema Monetario Europeo para
dar una cierta estabilidad a las relaciones entre las monedas de los estados miembros, y los avances para eliminar las
barreras comerciales interiores y el establecimiento de un mercado único.
Sistema Monetario Europeo
El 13 de marzo de 1979 se estableció el Sistema Monetario Europeo (SME) como primer paso hacia la consecución de una
unión económica y monetaria. Los planes iniciales para alcanzar la total unión monetaria en 1980 habían sido demasiado
optimistas; las monedas de los estados miembros fluctuaban unas contra otras, y la devaluación de algunas de ellas limitaba
el crecimiento económico y favorecía una subida de la inflación. El SME pretendía estabilizar los tipos de cambio y frenar la
inflación, al limitar el margen de fluctuación de cada moneda miembro en una pequeña desviación desde un tipo de cambio
central. Se introdujo una unidad de cuenta europea común (ECU) mediante la cual se podía establecer el tipo de cambio
central. El ECU se compone de todas las monedas de la CE con un peso acorde con la importancia económica de cada país.
Cuando una moneda alcanza el límite del margen de fluctuación, que está situado en un 2,25%, los bancos emisores de los
respectivos países deben intervenir vendiendo la moneda más fuerte y comprando la más débil. EL SME también exige a los
gobiernos que adopten políticas económicas apropiadas para prevenir la continua desviación del tipo de cambio central. El
SME ayudó a mantener tasas de inflación más bajas en la CE y aligeró el impacto económico de las fluctuaciones monetarias
durante la década de 1980.
Hacia el Mercado Único Europeo
El avance más significativo en la CE durante la década de 1980 fue la marcha hacia la puesta en práctica de un mercado
único europeo. La campaña hacia el mercado único fue promovida por Jacques Delors, antiguo ministro de Economía y
Finanzas francés, que se convirtió en presidente de la Comisión Europea en 1985. En la cumbre de Milán (Italia), la Comisión
propuso un plazo de siete años para eliminar prácticamente todas las barreras comerciales que aún existían entre los estados
miembros. El Consejo Europeo aprobó el plan, y el propósito de alcanzar el Mercado Único Europeo el 1 de enero de 1993
aceleró las reformas en la CE e incrementó la cooperación y la integración entre los estados miembros. Finalmente, todo ello
llevó a la formación de la Unión Europea.
Un obstáculo para la total integración económica era la Política Agraria Común (PAC). Durante la década de 1980 la PAC
recibía las dos terceras partes del desembolso anual de la CE (los ingresos se obtenían de impuestos sobre las importaciones
por encima del 2% del impuesto sobre el valor añadido recaudado por los países miembros). La PAC alentaba la producción
de grandes excedentes de algunos productos que la CE tenía el compromiso de comprar, lo que era un modo de conceder
subsidios para unos países a expensas de otros. En una cumbre de emergencia celebrada en 1988, los líderes de la CE
establecieron unos mecanismos para limitar esos pagos; en el presupuesto de 1989, y por primera vez desde la década de
1960, las ayudas a la agricultura representaron menos del 60% del gasto total de la CE.
Acta Única Europea
El calendario fijado para alcanzar el Mercado Único puso al descubierto la necesidad de un poder mayor de la CE para
resolver las cuestiones anejas a la eliminación de las barreras comerciales antes de la fecha tope. El Consejo de Ministros
tenía que alcanzar acuerdos unánimes sobre cada decisión, con lo que, de hecho, se daba a los estados miembros poder de
veto y se demoraba el proceso político. El Acta Única Europea, introducida en diciembre de 1985 y aprobada por los doce
miembros en julio de 1987, introdujo los mayores cambios en la estructura de la CE desde el Tratado de Roma de 1957. Entre
las modificaciones incluidas figuró la introducción del sistema de mayoría cualificada que ayudó a acelerar el proceso de
creación del Mercado Único.
El Acta Única Europea introdujo también otros cambios importantes; el Consejo Europeo, que había aportado el impulso
principal para la consecución del Mercado Único, consiguió personalidad jurídica; el Parlamento Europeo logró tener mayor
voz e influencia, y los estados miembros acordaron unificar normas fiscales, sanitarias y del medio ambiente. Además, se
estableció el Tribunal de Primera Instancia para atender las apelaciones a las decisiones de la CE que presentaran personas,
organizaciones o empresas; y cada Estado miembro decidió alinear su política económica y monetaria con la de sus vecinos,
utilizando el SME como modelo.
Cambios en Europa y en la CE
Los partidarios de una unión económica y monetaria argumentaban que no habría mercado único mientras que las
restricciones sobre las transferencias de dinero y las primas de cambio limitaran el flujo libre de capitales. Se sugirió un plan
en tres etapas para alcanzar la Unión Económica y Monetaria (UEM). Al mismo tiempo la Comisión Europea propuso una
carta social sobre derechos humanos. Reino Unido se opuso a ambas propuestas, manifestando su preocupación de que su
soberanía se vería amenazada si se incrementaba el poder de la CE. Sin embargo, se sumó al proyecto de la UEM cuando
los cambios operados por toda Europa provocaron la necesidad de una respuesta rápida unida de la CE.
Cuando el comunismo se desplomó en Europa del Este, muchos de los países de su órbita buscaron en la CE ayuda política y
económica. La CE aceptó concertar acuerdos de ayuda militar y de asociación con muchos de esos países pero descartó
adhesiones inmediatas. Una cumbre de emergencia, celebrada en abril de 1990, hizo una excepción con la Alemania Oriental
permitiendo que este país fuera automáticamente incorporado a la CE tras la reunificación alemana. En la misma cumbre, la
República Federal de Alemania y Francia propusieron una conferencia intergubernamental para conseguir alcanzar una mayor
unidad europea después de los grandes cambios políticos que habían tenido lugar. La primera ministra británica, Margaret
Thatcher, se opuso a una mayor unidad, pero en 1990 John Major se convirtió en primer ministro y adoptó una actitud más
conciliadora hacia la idea de la unidad europea. La Conferencia Intergubernamental, junto con una conferencia similar que
preparaba la UEM, comenzó a trabajar en una serie de acuerdos que desembocaron en el Tratado de la Unión Europea.
Tratado de la Unión Europea
Representantes de cada país de la CE negociaron el Tratado de la Unión Europea en 1991, y en diciembre el Consejo
Europeo se reunió en Maastricht (Países Bajos), para examinar un borrador. Tras intensas negociaciones entre los
miembros, el tratado final fue firmado por el Consejo Europeo el 7 de febrero 1992. Una disposición del Tratado establecía
que los electores de cada Estado miembro tenían que aprobar la Unión Europea por referéndum; el Tratado fue ratificado en
octubre de 1993. La Unión Europea se estableció el 1 de noviembre, fecha en que el Tratado entró en vigor. El 1 de enero de
1995 se produjo una cuarta ampliación de la UE con el ingreso de Austria, Finlandia y Suecia. Ese mismo mes, el hasta
entonces primer ministro luxemburgués, Jacques Santer, elegido el año anterior para ejercer la presidencia de la Comisión
Europea, sustituyó a Delors al frente de la misma. El futuro reto de la UE pasaba por afrontar el cumplimiento de lo acordado
en Maastricht. En este sentido, el 15 de diciembre de 1996 se aprobó el estatuto jurídico del euro (nombre adoptado un
año antes para la futura moneda única europea), el nuevo SME y el llamado Pacto de Estabilidad, por el que los
estados miembros deberían continuar sus respectivas políticas de convergencia una vez que, en 1999, comience a utilizarse
el euro.
Si bien el Tratado de la Unión Europea firmado en Maastricht marcó las directrices sobre las que habría de construirse el
futuro europeo, pronto se consideró la inevitable necesidad de revisarlo, especialmente para adoptar una reforma institucional
que permitiera, a corto plazo, el previsible ingreso de nuevos estados miembros. Tal percepción fue la que surgió en la
Conferencia Intergubernamental que tuvo lugar el 29 de marzo de 1996. Con la intención de elaborar un nuevo tratado de la
UE que reformara el de Maastricht, se celebró una cumbre del Consejo Europeo en Amsterdam (Países Bajos), en junio de
1997, con el objetivo de abordar la reforma de algunos de los más importantes y controvertidos puntos de la Unión: reforma de
sus instituciones, defensa, libre circulación, justicia, flexibilidad y empleo. Los dos primeros puntos, fundamentales para la
consolidación de la UE, no fueron revisados. Respecto a los cambios institucionales (reducción del número de comisarios por
Estado miembro en la Comisión, reparto del poder en el Consejo de Ministros y cuestión del voto, entre otros), las diferencias
entre los jefes de Estado y de gobierno asistentes obligaron a retrasar la adopción de reformas hasta una nueva Conferencia
Intergubernamental. Únicamente se llegó al acuerdo de que, cuando la UE se viera ampliada, sólo existiría un comisario por
país en la Comisión. La cuestión del sistema defensivo en que habrá de enmarcarse la UE fue, igualmente, pospuesta, debido
a la oposición británica a plantear la integración de la Unión Europea Occidental (UEO) en la UE. El Tratado de Amsterdam
quedó, por tanto, carente de resoluciones auténticamente reformadoras: la ratificación del Pacto de Estabilidad y el acuerdo
para fomentar políticas activas de empleo (financiadas por el Banco Europeo de Inversiones, BEI) fueron sus principales
logros. Por lo que respecta a España, en Amsterdam se reconoció el estatuto de Canarias como región ultraperiférica, que
permitiría a las Islas acogerse a un régimen económico y fiscal propio en virtud de su peculiaridad.
EL TRATADO DE NIZA
En 2003 entra en vigor el Tratado de Niza. Su objetivo se centra en solucionar los “asuntos pendientes” del Tratado de
Ámsterdam. En este Tratado se incluyen una serie de reformas institucionales dirigidas a implantar una gestión más eficiente
en una futura UE integrada por veintisiete Estados.
Entre las principales novedades se incluyen las cooperaciones reforzadas, cuestiones institucionales y la ampliación del uso
de mayorías calificadas. El sistema de cooperaciones reforzadas, introducido en el Tratado de Ámsterdam, fue fortalecido en
el Tratado de Niza con el fin de facilitar una integración más rápida. La reforma institucional cambió el número de votos
asignados en el Consejo Europeo, la asignación de asientos en el Parlamento Europeo y en la Comisión. En la Corte de
Justicia, varias de sus características se reforman con el voto unánime del Consejo en lugar de requerirse una Conferencia
Intergubernamental. Determinó, asimismo, cambios en la distribución de las competencias entre el Tribunal de
Primera Instancia y la Corte de Justicia. Ante las perspectivas generadas por el ingreso de nuevo socios y el previsible
incremento de los desequilibrios regionales se refuerza la Cohesión Económica y Social. Por ello, se insiste en la importancia
de promover el progreso económico y social y un alto nivel de empleo y conseguir un desarrollo equilibrado y sostenible.

TRATADO DE LISBOA
El Tratado de Lisboa entró en vigor entró en vigor el día uno de diciembre de 2009 después de un largo recorrido lleno de
vicisitudes. El nuevo texto modifica los anteriores Tratados de la Unión Europea y la CEE, pero no los sustituye y entre las
novedades que incorpora figuran la creación del Presidente estable del Consejo Europeo y un Alto Representante de la UE
para la Política Exterior y la Seguridad Común que será también vicepresidente de la Comisión Europea. Sánchez de Gómez,
L. Evolución histórica de la cohesión económica y social en la Unión Europea MONOGRÁFICO Este Tratado aporta a la UE
instituciones modernas y perfecciona sus métodos de trabajo para poder afrontar con eficacia los desafíos a los que se
enfrenta en el próximo periodo de programación 2014-2020. El Tratado refuerza la democracia en la UE y mejora su
facultad de proteger los intereses de los ciudadanLa Política de Cohesión se aprobará a partir de entonces por codecisión
entre el Parlamento Europeo y el Consejo, a lo que hay que sumar la obligada consulta al Comité de las Regiones.

CONCLUSIONES
Según la Comisión19se ha podido constatar que aunque se han alcanzado avances significativos en las regiones menos
desarrolladas de la UE en los todos los periodos de programación de la Política de Cohesión que van desde 1989-2013, aún
persisten importantes diferencias en términos de renta per cápita entre sus regiones. A pesar del extraordinario esfuerzo
financiero realizado por la UE, durante varias décadas, a través de la Política de Cohesión y sus Instrumentos financieros
(FEDER, FSE, Fondo de Cohesión, etc.) continúan existiendo importantes diferencias en el nivel de vida de los ciudadanos de
los países beneficiarios de las ayudas y dentro de cada uno de ellos. Las diferencias regionales en la UE se fueron
incrementando como consecuencia de las divergencias regionales ocasionadas por todas las ampliaciones. Por ello, se vio en
la necesidad de hacer esfuerzos extraordinarios para asumir los retos que le exigían cada una de las adhesiones. En cada
etapa y con el fin de cumplir con los objetivos previstos se dio la necesidad de emprender un amplio proceso de reformas
conducentes a facilitar su funcionamiento (modificar el marco legal, la estructura de funcionamiento y los objetivos
dirigidos hacia la Cohesión y adaptarlos a las nuevas circunstancias, etc.). Las autoridades de la UE, y especialmente la
Comisión, han realizado cambios de trascendental importancia en la gestión y en la asignación de los medios y recursos
destinados para fines estructurales, buscando siempre favorecer el dinamismo de las regiones menos
prósperas y facilitar, a partir de ello, avanzar en el proceso de integración iniciado con el Tratado de Roma, continuado con el
Mercado Único, los demás Tratados y la adopción de la Moneda Única.
La UE es una de las zonas económicas más prósperas del mundo y, sin embargo, existen enormes disparidades entre las 271
regiones que integran debilitando su dinamismo económico. Los desequilibrios de algunas regiones se han producido por la
lejanía geográfica y, en otras, por cambios socioeconómicos de diversa índole o por ambas causas, produciendo un serio
deterioro en el nivel de vida de la población de las regiones afectadas. Los resultados son positivos aunque escasos en
términos de renta per cápita, los cuales han sido más notables en las regiones beneficiarias del objetivo número uno y en los
países beneficiarios del Fondo de Cohesión, debido fundamentalmente a la expansión económica (2003 hasta 2007) que
redujo las diferencias en las tasas de paro. También fue favorable en términos de crecimiento económico (PIB) y de inversión
en los países beneficiarios del Fondo de Cohesión hasta 2007. Además, se han obtenido efectos redistributivos en los países
beneficiarios del Fondo de Cohesión, especialmente en las regiones beneficiarias del objetivo número uno.
La UE a través de la Política de Cohesión ha mejorado la coordinación de las Políticas Regionales adoptadas por los Estados
miembros, ha contribuido a atenuar los efectos negativos de la integración y ha aportado beneficios económicos sobre la
actividad económica de unas a otras regiones.
Las inversiones realizadas en torno al capital físico se adjudicaron con el fin de modernizar la estructura productiva de las
empresas de las regiones menos avanzadas y también para dotarlas de mejores infraestructuras viales (construcción de
autopistas, puentes, aeropuertos, redes ferroviarias, etc.), facilitar la reconversión de las zonas industriales en crisis, aumentar
la diversificación de las zonas rurales en declive agrícola, ha fomentado la investigación, la innovación, la protección del medio
ambiente, etc., buscando con ello reducir las diferencias en los niveles renta de renta per cápita, aumentar el crecimiento
económico, el empleo y también facilitar la redistribución justa de la renta.
El capital humano, es decir, todos los ciudadanos del ámbito de la UE se han beneficiado de los recursos destinados a través
del Fondo Social Europeo con el fin de mejorar su formación, educación y experiencia, facilitándoles así el acceso al mercado
de trabajo. Por último, en un contexto de crisis económica y que está golpeando con diferente intensidad a los Estados
miembros, la UE se enfrenta a la tarea de salir airosa de la misma. Para ello, debe emprender un nuevo proceso de reformas
con el fin de eliminar el riesgo de que las divergencias en su seno sean cada vez mayores. Todas sus intervenciones deben
dirigirse a dinamizar la actividad económica dirigida a aumentar el crecimiento económico y reducir el desempleo de los
países que están siendo seriamente afectados por la misma (Irlanda, Grecia, Portugal y España). Por ello, es importante que
en las perspectivas financieras de correspondientes al periodo 20014-2020 también se canalicen recursos hacia
las regiones de los países que se hayan visto seriamente afectados por los efectos de la crisis porque lo más probable es que
los desequilibrios regionales se estén incrementando en su seno
Organización
La toma de decisiones en la UE se divide entre las instituciones europeas supranacionales y los gobiernos de los estados
miembros. Los tres principales órganos de la UE son la Comisión Europea, el Parlamento Europeo y el Consejo de Ministros
(compuesto este último por ministros de cada uno de los gobiernos de los estados miembros). El Tribunal Europeo de Justicia
actúa como árbitro final en asuntos legales o disputas entre instituciones de la UE, o entre éstas y los estados miembros.
Comisión Europea
La Comisión Europea es el brazo ejecutivo de la UE. Elabora normas y las presenta al Consejo de Ministros. La Comisión
Europea también representa a la UE en las relaciones económicas con otros países u organizaciones internacionales. La
función administrativa de la Comisión afecta a los fondos y programas de la UE y al reparto de ayudas a otros países.
Consejo de Ministros
Principal cuerpo legislativo de la UE, está formado por los ministros de los gobiernos de los estados miembros y auxiliado por
el Comité de Representantes Permanentes (o embajadores) de cada Estado miembro.
Consejo Europeo
El país que asume la presidencia del Consejo de Ministros convoca reuniones de los máximos líderes de los estados
miembros, por lo menos, una vez cada seis meses. Esta cumbre de los jefes de Estado y de gobierno se llama Consejo
Europeo. Tales reuniones tienen un carácter regular desde 1975. El Consejo Europeo se convirtió en parte oficial de la
estructura de la CE en 1987.
Parlamento Europeo
El Parlamento Europeo es el único órgano de la UE cuyos miembros son elegidos directamente por los ciudadanos de los
estados miembros. Tan sólo un órgano consultivo en un principio, sus competencias aumentaron tras la entrada en vigor del
Tratado de la Unión Europea. Se reúne en Estrasburgo (Francia), aunque la mayor parte del trabajo de sus comisiones se
realiza en Bruselas (Bélgica) y su Secretaría está ubicada en Luxemburgo. Sus actuales 626 escaños se asignan en función
de la población de cada Estado miembro. En 1994 Alemania tuvo la mayor representación, con 99 escaños.
Los distintos comités del Parlamento Europeo revisan la legislación propuesta por la Comisión Europea. Estos comités
proponen enmiendas a las leyes antes de presentarlas al Consejo de Ministros. El Parlamento puede vetar una propuesta
después de haber llegado al Consejo de Ministros si está en desacuerdo con la posición de éste. También interviene en la
preparación del presupuesto de la UE y puede rechazarlo si no se llega a un acuerdo dentro del Consejo.
Comités
Una vez que el Tratado de la Unión Europea incrementó el poder político del Consejo Europeo, otros órganos asumieron un
papel consultivo similar al que antes tuvo el Parlamento. El Comité Económico y Social es uno de ellos. Sus miembros son
nombrados cada cuatro años por el Consejo de Ministros para representar a empresarios, trabajadores y otros grupos de
interés. El Comité tiene estrictamente una función asesora, pero el Consejo de Ministros y la Comisión Europea están
obligados a consultarlo en muchas decisiones legislativas. Otro grupo importante es el Comité de las Regiones, creado por el
Tratado de la Unión Europea para acercar la UE a los ciudadanos y permitir que se expresen las autoridades regionales y
locales. Carece de poder legislativo pero tiene que ser consultado sobre temas relacionados con cuestiones económicas y
sociales.
Tribunal Europeo de Justicia
El árbitro final de todas las materias legales de la UE es el Tribunal Europeo de Justicia. Los jueces que lo integran, al menos
uno por cada Estado miembro, son elegidos para un periodo de seis años. El Tribunal media en las disputas entre los
gobiernos de los estados miembros y las instituciones europeas, y entre las instituciones europeas entre sí, así como en las
apelaciones contra fallos y decisiones de la UE. Los tribunales de los estados miembros remiten a menudo al Tribunal
Europeo de Justicia casos relativos a puntos poco claros de la legislación de la UE. El Tribunal emite fallos de cumplimiento
obligatorio que ayudan a los tribunales nacionales a la hora de dictar sentencia. Los fallos del Tribunal Europeo de Justicia
sientan precedentes legales y se convierten en parte de la jurisprudencia de cada Estado miembro.

Estados Unidos y la U.E

La agria polémica entre Estados Unidos y algunos de sus aliados europeos en relación con la guerra de Iraq ha llevado la relación
transatlántica a los niveles más bajos jamás conocidos. Según una opinión ampliamente extendida, el final de la guerra fría y la
desaparición de la Unión Soviética pusieron al descubierto las diferencias de valores y de intereses entre ambos lados del
Atlántico, que previamente habían permanecido ocultas bajo la necesidad imperiosa de disuasión frente a un enemigo común. La
relación transatlántica se encaminaba hacia una divergencia gradual pero inevitable, si es que no se trataba ya de un divorcio en
toda regla. Creció el temor de que Europa se dedicase a la búsqueda de foros de conveniencia, descuidando su relación clave con
Estados Unidos a favor de una política ecléctica de relaciones bilaterales competitivas.
Sin embargo, hacia el año 2005 la cortesía y la humildad habían vuelto a prevalecer en las relaciones transatlánticas. Los líderes
en ambas orillas del Atlántico hicieron esfuerzos por superar este episodio de desacuerdo en la historia de la empresa
transatlántica. Detrás de este acercamiento hallamos en parte la atracción que ejercen las relaciones transatlánticas. A pesar de
algunas divergencias innegables, los aliados transatlánticos siguen compartiendo más valores e intereses importantes que ningún
otro conjunto de regiones en el mundo. Teniendo en cuenta las numerosas afinidades y lazos existentes, los Estados Unidos y
Europa continúan siendo aliados naturales.
Sin embargo, más importante que estas afinidades ha sido el reconocimiento por ambas partes de que Europa y Estados Unidos
se enfrentan con desafíos similares en un entorno global que cambia rápidamente y que tienen mucho que ganar si logran tener
éxito en estas lides. Contrariamente a la imagen popular de intereses divergentes, las agendas políticas más amplias de ambos
lados del Atlántico parecen estar convergiendo. Los responsables políticos, los expertos y el público de una y otra región del
mundo coinciden cada día más en los desafíos estratégicos con que sus países tienen que enfrentarse en el siglo XXI.
Por ejemplo, tanto los europeos como los americanos siguen disfrutando de los beneficios y apreciando las oportunidades que
ofrece el proceso de globalización. Se sienten igualmente inquietos ante determinados ‘lados oscuros' que presenta este proceso.
Los americanos y los europeos comparten idénticas preocupaciones acerca de las consecuencias económicas y sociales de los
cambios que se están produciendo en la economía global. Por ejemplo, los desafíos competitivos de China y de la India y los
temas relacionados del empleo, externalización y la necesidad de reforma de los sistemas de bienestar figuraron de forma
destacada tanto en las elecciones al Congreso de 2006 como en las elecciones presidenciales francesas celebradas este año.
Por lo tanto, los líderes de ambos lados son especialmente sensibles a la necesidad de gestionar mejor el proceso de
globalización y sus ramificaciones. Tanto los Estados Unidos como la Unión Europea tienen un interés inmediato en patrocinar a
potencias económicas emergentes como la India y China, con el fin de atraerlas al marco regulatorio de la economía mundial.
También están de acuerdo en que el reconocimiento y respeto por parte de los países emergentes de las reglas, normas y
estándares - ya sea en lo relativo al acceso al mercado, a los derechos de propiedad intelectual o a la seguridad de los productos -
es importante para ambos.
Un área de divergencia transatlántica citada frecuentemente es la de los desafíos a la seguridad global. Pero aunque existan
diferencias respecto a las prioridades y a los métodos, como es el caso de la legitimidad y la utilidad de la intervención armada,
ambos lados están de acuerdo sobre el contenido de la agenda de seguridad: la necesidad de detener la proliferación de armas de
destrucción masiva, librar de forma más eficaz la batalla contra el terrorismo internacional y prestar ayuda a una serie de países
débiles o desestructurados en todo el mundo.
La preocupación que comparten los públicos de ambos lados del Atlántico acerca de las consecuencias del cambio climático se
remonta a fechas anteriores al discutido informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). En
relación con esto existe una creciente sensibilización frente a la carrera por los recursos globales y la importancia estratégica que
tiene un abastecimiento estable y seguro de energía.
La lista de desafíos reconocidos por los países atlánticos es extensa, e incluye asimismo el interés común por afrontar la
volatilidad cada día mayor del Oriente Próximo y por hacer progresar el proceso de paz entre palestinos e israelíes, por lograr
avances en la agenda del desarrollo mundial, por superar el actual estancamiento de las negociaciones para la liberalización del
comercio y por promover los valores y la gobernanza democráticos.

 Al discutir el alcance que podría tener una cooperación transatlántica reforzada, hay un aspecto de las relaciones
transatlánticas que suele pasarse por alto. Los Estados Unidos y Europa han experimentado un período sin
precedentes de integración económica desde comienzos de la década de 1990, que de hecho ha servido para crear
una economía transatlántica. A pesar de toda la atención mediática centrada en la emergencia de China y de la India,
los Estados Unidos y la Unión Europea siguen siendo al día de hoy las principales fuentes y destinos recíprocos de la
inversión exterior directa. Las relaciones económicas EE.UU. - UE representan 3billones de dólares anuales y son
dos economías unidas por la inversión exterior y por las actividades de sus respectivas filiales exteriores (la
modalidad más profunda de integración económica), antes que por el comercio bilateral (modalidad superficial de
integración). De hecho, el comercio transfronterizo representa únicamente el 20% de las relaciones comerciales
transatlánticas.
 Los flujos de inversiones mutuas siguen siendo considerablemente más elevados que las inversiones de Estados
Unidos o de la UE en China, la India o en cualquier otro país. Lo mismo ocurre con las ventas y beneficios que las
empresas americanas y europeas obtienen de sus respectivas operaciones al otro lado del Atlántico. Y el comercio
transatlántico sostiene directamente catorce millones de puestos de trabajo a ambos lados del Atlántico.
 Como consecuencia de este elevado nivel de integración económica transatlántica, las decisiones políticas y
regulatorias tomadas a un lado del Atlántico repercuten cada vez más en las empresas y consumidores del otro lado.
Sin embargo, a pesar de que la economía transatlántica es una realidad para las empresas, los responsables políticos
parece que aún tienen que ponerse al día. El marco reforzado de la cooperación política y regulatoria EE.UU. - UE
está evolucionando lentamente.
 Como ha indicado Joseph Quinlan, los mercados transatlánticos lideran el proceso de globalización. Este elevado
nivel de integración económica transatlántica hace que los Estados Unidos y Europa, literalmente, no puedan
permitirse una ruptura transatlántica - su respectiva seguridad y prosperidad económica está cada vez más unida a la
del otro. Por lo tanto, ninguna de las partes puede dar por supuesta la economía transatlántica. En realidad, tanto los
Estados Unidos como Europa tienen interés en promover esta integración económica transatlántica, lo que solamente
puede servir para reforzar el crecimiento económico y la prosperidad de la zona. Protegerá asimismo a los Estados
Unidos y a Europa frente a los desequilibrios comerciales con las potencias económicas emergentes y frente a la
volatilidad de la economía global que acompaña su ascenso.
 Para poder mantener la primacía de la economía transatlántica y permitirla desarrollar todo su potencial hasta
completar el mercado transatlántico, se requiere una cooperación reforzada para la formulación de políticas en
materia económica y regulatoria, y para la eliminación de las barreras no arancelarias al comercio y a la inversión que
aún subsisten. El marco para el progreso de la integración económica transatlántica que fue aprobado en la Cumbre
EE.UU. - UE de 2007 representa un paso importante en esa dirección. Sin embargo, para que esta iniciativa a largo
plazo tenga éxito hará falta una dirección política y una vigilancia constantes al máximo nivel político.

A la vista de sus valores comunes e intereses compartidos, de sus fuertes lazos políticos y económicos, de su larga experiencia de
cooperación fructífera, los países de la Unión Europea y los Estados Unidos continúan siendo socios naturales, mutuamente
indispensables en el enfrentamiento con los desafíos globales que afectan por igual a unos y a otros. Ni los Estados Unidos ni la
Unión Europea podrán obtener la victoria si actúan solos. Y tampoco sus relaciones con terceros tienen la profundidad de la
asociación transatlántica ni, por lo tanto, las mismas probabilidades de éxito.
Los socios transatlánticos se encuentran en una buena posición para abordar conjuntamente los desafíos que les aguardan. En el
futuro previsible, los Estados Unidos seguirán siendo la única superpotencia mundial en términos de poder político, económico y
militar, y la única de alcance global, mientras que por su parte la Unión Europea ya es actualmente la mayor economía integrada
del mundo. Conjuntamente, los Estados Unidos y la UE representan el 40 % del PIB mundial y aún disfrutan de posiciones
preeminentes y de considerable influencia en organizaciones internacionales, como las Naciones Unidas, la Organización Mundial
del Comercio, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Cuando se ponen de acuerdo sobre normas y reglamentos,
frecuentemente crean un nuevo ‘patrón oro'. Y ambas regiones son los dos principales donantes de ayuda al desarrollo, gozando
de una gran influencia política en todo el mundo.
En este contexto, existe un vasto terreno de entendimiento para reforzar la cooperación transatlántica en interés de ambas partes.
La eficacia de las respuestas dadas a los desafíos definidos anteriormente dependerá de una mejor cooperación entre Estados
Unidos y la UE y desde luego del liderazgo ejercido por ambos. Sin embargo, existen obstáculos importantes en ambos lados que
complican dicha cooperación.
Algunos de los principales impedimentos para la mejora de la cooperación entre Estados Unidos y la Unión Europea guardan
relación con los temas discutidos en el capítulo anterior. La Unión Europea será más eficaz si aumenta sus esfuerzos para
convertirse en un protagonista global más fuerte y, con ello, en un socio global de Estados Unidos. Deberá consolidar sus
estructuras institucionales, sus procedimientos de toma de decisiones, sus capacidades y en particular sus competencias en
materia de política exterior. Los Estados Unidos, por su parte, tendrán que compartir más su autoridad, en una alianza entre
iguales. Es de la máxima importante que los responsables políticos de Estados Unidos dejen de contemplar las relaciones
transatlánticas a través del prisma demasiado estrecho de las relaciones bilaterales y/o de la alianza de la OTAN, centrada en la
seguridad colectiva.
Ambos aspectos apuntan a un déficit estructural de las relaciones EE.UU. - UE. Por un lado, son escasos los progresos
registrados en la resolución y reestructuración de las relaciones entre la OTAN y la Unión Europea. Por otro lado, la UE y los
Estados Unidos carecen todavía de una base sólida para un marco general de cooperación estructurada, lo que tiene aún mayor
importancia a la vista de los diversos desafíos con que se enfrentan los socios transatlánticos. La nueva Agenda Transatlántica de
1995 ha demostrado ser insuficiente para establecer una cooperación eficaz, principalmente a causa de la aplicación sólo parcial
de sus estipulaciones, y se encuentra hoy muy desfasada. Existe una gran abundancia de foros de diálogo ad hoc, sectoriales,
específicos o de otro tipo, entre los Estados Unidos y la Unión Europea. La cooperación eficaz estará en función de fórmulas más
estables y mejor estructuradas, que garanticen la supervisión política de ambas partes al máximo nivel.
Por último, algunos de los intereses y enfoques divergentes que indudablemente existen entre Estados Unidos y la Unión Europea
tendrán que ser gestionados de manera más eficaz. Algunos de ellos tienen su origen en culturas políticas y posiciones
geográficas distintas. Por ejemplo, mientras que la UE percibe sus relaciones con China sobre todo en términos económicos, los
Estados Unidos ven a China como un desafío político y de seguridad, derivado de su papel en la región y de sus compromisos con
Japón y Taiwán. Sin embargo, otras diferencias han sido exacerbadas a causa de controversias demasiado moralizantes, ya sea
en el tema de la pena de muerte o de los OMG.
OPCIONES POLÍTICAS
Aunque existen otras relaciones bilaterales importantes entre la Unión Europea y terceros países, no todas las relaciones
bilaterales son iguales y la Unión deberá lograr que su asociación con los Estados Unidos quede plenamente reflejada en todos
los niveles de actividad. Trabajando conjuntamente se podrán desarrollar relaciones estrechas con otros aliados clave, como
Japón y la India, para poder abordar mejor los problemas futuros.

Para poder en práctica este enfoque básico de los asuntos globales en el siglo XXI se necesitan medidas específicas. Tendremos
que:

 § reconocer la emergencia de un mundo multipolar: la importancia de la colaboración entre los socios transatlánticos
para promover los intereses y valores occidentales es mayor que nunca, especialmente a la hora de hallar un terreno
común en la respuesta a los desafíos globales;
 § proseguir la realización del mercado transatlántico hasta 2015, con el fin de profundizar los intercambios bilaterales
y estimular el crecimiento económico mundial;
 § fortalecer la cooperación en materia de energía y de medio ambiente, fomentando las acciones globales;
 § promover las actuaciones conjuntas UE - EE.UU. siempre que sea posible, principalmente en los foros globales y
regionales; establecer un tratado de asociación UE - EE.UU. para reforzar estas actuaciones;
 § formular un proyecto de estrategia conjunta basado en los documentos actuales (EE.UU. 2006/UE 2003),
enlazándolo con la revisión del concepto estratégico de la OTAN;
 § lograr que el vínculo OTAN/UE/EE.UU. se articule de manera eficaz y coordinada con los aliados a nivel mundial,
con el fin de responder a los desafíos globales; para ello sería de gran ayuda una reforma a fondo de la ONU.

Más allá del Atlántico

Teniendo en cuenta que más de un tercio del comercio global tiene lugar actualmente en Estados Unidos y la Unión Europea,
la TTIP crearía el mayor bloque mundial de libre comercio, cuyas implicaciones irían más allá del Atlántico, puesto que la TTIP
reestructuraría de facto las reglas comerciales internacionales (capítulo final).
De esta manera, la TTIP permitiría a la Unión Europea y a Estados Unidos superar el punto muerto político que afecta
actualmente a las negociaciones comerciales a nivel multilateral, ya que los países en desarrollo ofrecen resistencia a las
exigencias de Estados Unidos y la Unión Europea de liberalizar aún más sus economías (con la pretensión de que las
compañías estadounidenses y europeas tengan acceso libre a sus mercados y materias primas).
La TTIP podría convertirse así en el vehículo que fuerce al Sur Global a encaminarse por una senda de desarrollo definida por
los intereses de Estados Unidos y la Unión Europea. La TTIP podría convertirse, especialmente, en la estrategia de las elites
corporativas de Estados Unidos y la Unión Europea para aventajar a economías emergentes como la India, Rusia, China,
Brasil, Sudáfrica y la región ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático), con la intención de recuperar el liderazgo
internacional en un orden mundial cambiante que amenaza a la hegemonía estadounidense y europea.
Sin embargo, es cuestionable que éstos deban ser los objetivos de un acuerdo comercial del siglo XXI. Este informe –al
ofrecer un análisis crítico de las implicaciones medioambientales y socioeconómicas de la TTIP– busca contribuir a un debate
público muy necesario sobre la naturaleza y los objetivos del comercio internacional y sus reglas.
China es el mercado más grande para muchos países en Asia, que le venden bienes intermedios y de capital que son
transformados en productos finales y exportados otra vez a ellos o al mundo entero. La enorme masa de mano de obra barata de
China ha transformado el país en la fábrica del mundo.
Pero China se está convirtiendo en un gran mercado para los productos finales que ensambla. Conforme el ingreso sube en China
sus consumidores demandan todo tipo de bienes, no solo los que produce sino también del exterior. Esto podría hacer que el
mercado interno de China se pueda convertir en el motor del crecimiento no solo pare el país sino para el mundo entero. La
revaluación de su moneda, el yuan, al incrementar el poder adquisitivo de los consumidores chinos, también ayuda en ese sentido.
El mercado de Asia se está convirtiendo en algo muy importante para China también. El comercio en doble sentido entre China y
los países asiáticos cada vez es más grande. De hecho lo que hay entre China y sus vecinos en Asia es una cadena internacional
de producción, resultado del comercio de partes y componentes a los largo de una cadena. Los acuerdos de producción verticales
significa el comercio de partes usados en la producción de bienes finales.
Los tratados de libre comercio (TLC) entre los países asiáticos han acelerado el flujo de bienes e inversión en la región, como por
ejemplo el TLC entre China y los países miembros de la ASEAN (siglas en ingles de la Asociación de Naciones del Sudeste
Asiático, que agrupa a 10 países de la región).
China se está convirtiendo en el motor de la economía mundial. Para Latinoamérica y el Perú el gigante asiático ha permitido que
estos países, al venderle materias primas, especialmente minerales, experimenten altas tasas de crecimiento. También, al
proveerse de manufacturas baratas de China, esto ha mejorado el nivel de vida de sus habitantes.
Por eso es importante estudiar la economía China, como está evolucionando, sus relaciones con los países asiáticos, y su impacto
en la economía mundial. Esta investigación busca responder a las siguientes preguntas:
1. ¿Como son las relaciones comerciales entre China con Japón, Corea y Taiwán?
Es bien conocido que Japón, Corea y Taiwán suplen con bienes de capital, maquinaria, partes y componentes a sus firmas que se
establecen en China, o a firmas chinas, que lo ensamblan en bienes finales para exportación o para su propio mercado interno.
¿Cuan importante es esta relación, y como los acuerdos de libre comercio, como el alcanzado entre China y Taiwán ayudan
a incrementar esta relación? ¿En qué industrias esta relación es importante para China y para los países involucrados?
El ejemplo más conocido de esta relación es la fabricación del iPhone 4 vendido por Apple. Este aparato es hecho por la
compañía taiwanesa Foxconn en China. Apple lo vende a 560 dólares, pero lo compra a Foxconn a 192 dólares (el margen de
Apple es de 368 dólares). De este precio 7 dólares es el margen de Foxconn, y el resto es el costo de las partes y componentes
necesarios para ensamblarlo en China de 178 dólares, y 7 dólares es lo que cuesta el ensamblaje (mano de obra) en su planta en
Shenzhen. Las partes y componentes vienen de muchos lugares, como la memoria flash de Samsung que cuesta 26 dólares, así
como también la memoria DRAM, que cuesta 11.60 dólares, y el procesador de aplicaciones de 8.08 dólares; la banda que cuesta
10.25 dólares y que viene de la empresa Infineon de Taiwán; el Bluetooth y el Wi-fi vienen de la empresa japonesa Murata que lo
hace en Japón y Taiwán, y así partes y componentes de varios países que son finalmente ensamblados en China[i].
2. ¿Como y cuando China cambiara el motor de crecimiento de su economía de las exportaciones e inversión al consumo interno?
La población China de 1,350 millones de habitantes con un ingreso percapita promedio anual de 4,400 dólares, está haciendo del
mercado interno de China uno importante. Las compañías chinas y del extranjero establecidas ahí no solo producen bienes para
su venta al extranjero sino cada vez más para venderlo al mercado interno chino.
3. ¿Como la apreciación del yuan acelerara que China se convierta en el motor de la economía mundial?
Por años, hasta julio del 2005, el yuan estaba fijado a una tasa de 8.2 por dólar, pero desde ese momento empezó a apreciare
hasta julio del 2008 en que alcanzo un precio de 6.8 yuanes por dólar. Otra vez su valor estuvo fijo hasta julio del 2010 cuando
empezó a apreciarse y en estos momentos, a enero del 2012, su valor esta en 6.30 Yuanes por dólar. Se continuara apreciando,
aunque a una tasa menor. Este incrementara el poder adquisitivo de los consumidores chinos para comprar bienes del extranjer
4. ¿Se convertirá China en el motor de la economía mundial?
En un escenario donde las economías desarrolladas que eran los tradicionales motores del crecimiento económico mundial están
en problemas, como Europa, Japón y EE.UU., el mundo necesita un nuevo motor de crecimiento. Se espera que China se
convierta en este.

Historia sogo shosha


Tras la derrota japonesa en la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos quiso deshacerse de los grupos económicos japoneses
que monopolizaban la economía y que habían formado parte de la maquinaria militar. Esos grupos eran denominados zaibatsu.
Fueron grupos exitosos que nacieron con el impulso modernizador de Japón en el marco de las teorías desarrollistas, las cuales
pasaron a formar parte, posteriormente, del ideario militarista del Estado.
Tenían una estructura de propieda piramidal. La cabeza normalmente era una familia. Tras la derrota, fueron disueltos. Pero al
cabo de unos años, como si las gotas de mercurio desparramadas por fin se unieran en un solo cuerpo, los componentes de los
zaibatsu volvieron a agruparse, esta vez sin cabeza visible, con el fin de evitar ser castigados por las leyes antimonopolio. El
resultado fueron los denominados keiretsu.
2. Núcleo
Los keiretsu son uno de los tres modelos de propiedad más utilizados en Japón. Cada grupo, por lo general, tiene en su núcleo:
Un banco general y otras corporaciones financieras (bancos fiduciarios, bancos de inversiones, compañías de seguros, etc.), que
actúan como inversores de las compañías del grupo.
Una compañía comercial (sogo shosha), encargada de la mercadotecnia y el comercio nacional e internacional de las compañías
del grupo.
Una compañía industrial importante, que agrupa a otras tantas industrias.
Así que ésta es la tríada básica de keiretsu tales como Sumitomo o Mitsui:
Banco
Compañía General de Comercio (sogo shosha)
Compañía Industrial
3. Participación o propiedad cruzada
Las empresas agrupadas bajo el paraguas de los keiretsu participan del capital social de unas y otras sin llegar nunca a hacerse
con el control de alguna en particular. La participación suele no superar el 5% del patrimonio social.
El lector se preguntará cómo el grupo coordina sus actividades. Es muy simple: todo se hace mediante canales informales, tales
como reuniones de directores en clubes privados, juegos de golf, etcétera.
4. El eslabón inferior
Aparte de la tríada descrita hay una decena de corporaciones afiliadas al grupo y un centenar de ellas, mucho más pequeñas, que
son filiales o subcontratistas. Estas trabajan para las compañías mayores del grupo y le otorgan la siempre necesaria flexibilidad,
ya que son empresas medianas que se rigen por reglas muy distintas a las del resto de compañías mayores del keiretsu.
En caso de que se presente algún problema (la subida del yen, mayor competitividad en los mercados externos, etcétera), estas
empresas servirán de colchón. Trabajan, normalmente, basándose en el proceso productivo just-in-time, el cual consiste en
mantener inventarios muy reducidos y fabricar productos a pedido, en la medida justa que sean requeridos por las compañías del
keiretsu. Dicho con otras palabras, son especies de maquiladoras bajo el control del grupo.
La cultura corporativa es distinta del modelo estereotipado que se conoce de la compañía japonesa.
Los trabajadores le deben fidelidad a su empresa en cuotas menores que en las grandes compañías.
Es más raro encontrar obreros y empleados con contrato vitalicio.
Hay mayor movilidad y rotación de empleados y obreros.
Los empleados y obreros gozan de menores beneficios.
Se estima que solo un tercio de la fuerza laboral japonesa está afiliada a las grandes compañías. Los dos tercios restantes no
goza de los beneficios del típico asalariado japonés. (Ver Temporeros y asalariados.)
Como las Sogo-Shosha tienen oficinas en casi todos los países del mundo, su capacidad de recopilación de información es muy
amplia, manteniendo estrechos contactos con los ministerios japoneses y otras dependencias gubernamentales.
La existencia de esta particular estructura de organización japonesa reduce la confrontación entre empresas. Por ejemplo, Toyota
y Honda en el Perú no ingresarían para competir por el mismo mercado, debido a que las coordinaciones entre diferentes Keiretsu
con las cuales están relacionadas esas empresas se habrían realizado para estudiar a que tipo de mercados debe dirigir su
producción cada empresa. Las relaciones entre empresas privadas japonesas y el gobierno es muy estrecha, y toda inversión en
el exterior cuenta con apoyo de los proyectos del gobierno japonés y con las empresas japonesas que están establecidas en el
país receptor. El modelo de los gansos de los años noventa incorporó estos elementos y discutió un argumento adicional: la
supuesta superioridad del modelo de desarrollo japonés

el sistema japonés es único, llamándolo “economía de mercado no capitalista”, porque es un modelo que no depende del principio
de laissez-faire, sino que resulta del equilibrio social entre el estado y las empresas [Sakakibara 1993]. Sakakibara no indica con
claridad si el modelo japonés puede ser exportado, pero enfatiza que Japón debe jugar un papel más decisivo en el desarrollo de
otros países y participar activamente en el proceso de globalización. Luego de eso, el tema pendiente era aplicar el modelo de
Ganko-Keitai y la experiencia lograda en el Asia para los países de Latinoamérica. Al respecto, el trabajo de mayor alcance
ha sido escrito por Mitsuhiro Kagami, “La voz del sudeste asiático: implicancias para el desarrollo de América Latina” [1995].
Kagami explica las estrategias de crecimiento económico del sudeste de Asia y propone medidas para el desarrollo de
Latinoamérica: (1) Adoptar métodos de producción japoneses, tales como sistemas de Control de Calidad, producción ‘Just-in-
Time’36, y rotación continua de puestos de trabajo, (2) Crear relaciones entre firmas con proveedores, similares a los Keiretsu
japoneses, y (3) Establecer políticas industriales de largo plazo con metas alcanzables y cuantificables. En la evidencia empírica,
Kagami demuestra que la formación de redes de producción compuesta de compañías medianas y pequeñas en Brasil y México,
eleva las utilidades y contribuye a la atracción de capital extranjero. Por supuesto, una premisa de este enfoque es
que el capital extranjero [japonés] debe ingresar masivamente, y no sólo en un país, sino en un conjunto de países aledaños.
Para los especialistas japoneses, el modelo de gansos voladores y la exportación de técnicas de producción y estructura tipo
Keiretsu, fue hasta antes de la crisis monetaria de Asia, la receta para regiones en desarrollo como Latinoamérica. Es de esperar
que esa visión se modifique ligeramente con los cambios que están ocurriendo en Japón y en el sudeste asiático

CHAEBOL
Se refiere a uno de Corea del Sur forma de negocio conglomerado. Ellos son apoyados por el gobierno de gran alcance mundial de las
multinacionales, a menudo más grande que todo las economías de los países, que poseen numerosas empresas internacionales. La
palabra coreana que significa "empresa familiar" o "monopolio" y se usa a menudo el camino "conglomerado" se utiliza en Inglés.
Hay varias docenas de grandes coreano familia controlados, el gobierno con ayuda de los grupos de sociedades que entran en esta
definición y han representado casi el 100% de la economía de Corea del Sur desde el decenio de 1960. Apoyo gubernamental a través
de agresivas y las finanzas, algunos se han convertido en internacionales muy conocidas marcas, como Samsung, Hyundai y LG.
El chaebol eran poderosos entidades independientes que actúan en la economía y la política, pero a veces cooperan con el gobierno en
las esferas de la planificación y la innovación. El gobierno trabajó arduamente para fomentar la competencia entre los chaebol en
determinadas zonas para evitar el total de los monopolios.
El papel de las grandes empresas extenderse a la arena política. En 1988 un miembro de una familia chaebol, Chong Mong-jun,
presidente de Hyundai Heavy Industries, con éxito se postuló para la Asamblea Nacional. Otros líderes empresariales también han sido
elegidos para ser miembros de la Asamblea Nacional a través del sistema de representación proporcional. Hyundai incluso desempeñó un
papel en el ligero deshielo de las relaciones entre Norte y Corea del Sur desde 2000.
Estructura de gestión
Algunos chaebol son una gran empresa, mientras que otros han dividido en grupos vagamente conectadas por separado de las empresas
compartir un nombre común. Incluso en este último caso, cada uno es casi siempre de propiedad, el control, y / o gestionados por el
mismo grupo familiar.
Corea del Sur chaebol a menudo se compara con Japón 's keiretsu agrupaciones empresariales, los sucesores de la anterior a la guerra
Zaibatsu. Mientras que el "chaebol" son similares a los "Zaibatsu" (las palabras son cognates, desde el mismo kanji), existen grandes
diferencias entre chaebol y keiretsu:
•Chaebol siguen siendo en gran medida controlada por sus familias fundadoras, mientras que keiretsu son controladas por grupos
de directivos profesionales.
•Chaebol se centralizan en la titularidad, mientras que keiretsu están más descentralizados.
•Chaebol menudo formado filiales para producir componentes para las exportaciones, mientras que las grandes empresas japonesas
con frecuencia fuera de los contratistas.
•Chaebol se prohíbe a los bancos privados que poseen, en parte, a fin de aumentar la influencia del gobierno sobre los bancos en
áreas tales como la asignación de crédito. En 1990, las regulaciones gubernamentales, es difícil que un chaebol exclusivo para
desarrollar una relación bancaria. Keiretsu históricamente han trabajado con un banco de afiliados, empresas afiliadas a la casi
ilimitada el acceso al crédito, aunque esto ya no es una característica universal de los keiretsu.
El modelo de chaebol dependen mucho de un complejo sistema de enclavamiento propiedad. El propietario de los chaebol, con la ayuda
de miembros de la familia, de propiedad familiar sin fines de lucro y los altos directivos de las filiales, sólo tiene que controlar tres de las
cuatro empresas públicas, que a su vez el control de otras empresas que controlan filiales. El buen ejemplo de esta práctica sería el
propietario de Doosan, que controlaba más de 20 filiales, con sólo una pequeña participación en alrededor de 5 empresas.
. EL MODELO DE GANSOS VOLADORES DE AKAMATSU

Japón tiene un modelo propio de desarrollo e IPD en el exterior que ha servido de base para el crecimiento de Japón
desde la década del treinta. El modelo se denomina Ganko-Keitai, literalmente “modelo de gansos voladores”, en
referencia a las aves que vuelan en formación “V” siguiendo a un guía. El significado de Ganko-Keitai ha sufrido
variaciones a lo largo de la historia de Japón, pero en la actualidad se lo entiende como un sistema industrial
en el que un país desarrollado invierte y alienta el comercio, impulsando el desarrollo de otros países que a su vez
alientan el desarrollo de otros menos desarrollados.
El modelo de Ganko-Keitai fue desarrollado por el economista Kaname Akamatsu28 entre 1930 y 1950, en una serie
de libros publicados en japonés que tuvieron mucha influencia en el mundo académico y en el gobierno. Akamatsu fue
encargado varias veces por el gobierno japonés para estudiar políticas comparadas en Asia y fue profesor de la
Universidad Hitotsubashi29. Cuando Akamatsu comenzó a escribir sus trabajos, Japón era un país subdesarrollado,
involucrado en tentativas coloniales en Asia, que estaba definiendo su posición en el contexto mundial y estudiando
formas de desarrollar su industria y lograr el desarrolloerogeneización y homogeneización de la economía de un país
avanzado y la economía de un país en vías de desarrollo, puede ser formulado en una teoría histórica llamada ‘el
modelo de gansos voladores’ que simboliza el desarrollo industrial de los países en vías de desarrollo Los gansos
salvajes vuelan en forma de “V-invertida”, como los aviones en formación, y este patrón de vuelo es metafóricamente
aplicado a una curva de serie de tres tiempos que denotan la importación, producción interna, y exportación de
productos manufacturados en países en vías de desarrollo” (ver Akamatsu 1962, página 11). se muestran las formas
“V-invertida” del desarrollo de productos tal como Akamatsu los describió en su trabajo. Los gráficos de la Figura 1 son
aproximaciones basadas en estadísticas reales de la importación, producción y exportación de los bienes
indicados: hilados de algodón, máquinas hiladoras, ropa de algodón, y máquinas y herramientas, desde que Japón
inició la apertura de su economía, en 1870, hasta la segunda guerra mundial. El eje vertical representa valores, y el eje
horizontal son los años. Las etapas del modelo son las siguientes: (Fase 1) Los bienes manufacturados son importados
de países desarrollados, y a cambio de ellos se exportan bienes de menor elaboración. (Fase 2) El bien importado
comienza a producirse internamente y va mejorando progresivamente su calidad, reduciéndose las importaciones. La
premisa en esta etapa es que debe fortalecerse el mercado interno, creando demanda y que el bien debe llegar a ser
tan 24bueno como el importado, para ganar la competencia al productor externo (Fase 3) La demanda interna elevada
por políticas macroeconómicas adicionales ha creado un mercado interno fuerte para el producto y comienza a
desarrollarse una industria de exportación. Al mismo tiempo, un proceso similar se ha dado para la maquinaria de
producción del bien cuya importación es sustituida y comienza a caer en la medida que las
máquinas comienzan a fabricarse internamente. (Fase 4) En la fase 3 el producto logra tener los mismos estándares
de calidad que el de países avanzados, por lo tanto el país comienza a desarrollarse. Así, el mismo producto, por
ejemplo, hilados de algodón, empieza a ser producido en otros países menos avanzados, y el país desarrollado deja
de producirlos evolucionando hacia productos de mayor valor agregado, continuando el modelo de “gansos voladores”.

El modelo ampliado de gansos voladores

A fines de los años setenta, Kiyoshi Kojima sistematizó el modelo30, abriendo además un debate con Raymond
Vernon, profesor de la Facultad de Administración de Harvard que había elaborado un trabajo sobre el ciclo del
producto. Kojima indicó que el modelo de Vernon era válido pero que le faltaba la contraparte, es decir la visión desde
el país que recibe la tecnología y la desarrolla, tal como Japón lo hizo en su proceso de desarrollo31. En la Figura 2 se
resume la forma como Kojima unió los modelos de Vernon y Akamatsu. El modelo de Vernon, que representa el ciclo
del producto de un país desarrollado, aparece en la parte superior de la Figura 2, y el de Akamatsu, que es el de un
país desarrollado en la parte inferiorSe asume que se produce un sólo bien, y que sólo existen dos países: uno
desarrollado y uno en vías de desarrollo. (Fase 1), el país desarrollado fabrica un producto, llegado a un momento del
tiempo (t1) el excedente de la producción se exporta. En ese mismo momento (t1), el país en desarrollo, en la parte
inferior, demanda el producto y lo importa. (Fase 2), el país en desarrollo comienza a producir el producto y a vender
en su mercado interno (t2), en el mismo momento (t2) en el país avanzado comienzan a reducirse las exportaciones,
porque el país en desarrollo está fabricando el producto internamente. (Fase 3) El país en desarrollo tiene un excedente
(t3) y comienza a exportar el producto, mientras que el país avanzando comienza a importarlo. El modelo de gansos
voladores ha seguido evolucionando, y recientemente Ozawa ha añadido elementos como creación de redes de
producción y curvas de mejoramiento del producto32 (ver Ozawa 96).
La novedad del modelo de gansos voladores reside en la descripción del proceso de desarrollo de Japón y su relación
con otros países en desarrollo, principalmente de Asia. Pero, la diferencia entre el estilo de inversión de los japoneses
en el exterior no radica solamente en el modelo de Ganko-Keitai, sino en otros dos elementos que son parte de la
estructura industrial de Japón: Los conglomerados económicos, Keiretsu, y las empresas de
comercialización global, Sogo-Shosha.
El “regionalismo abierto” y la agenda de desarrollo América latina
A la aparición del “nuevo regionalismo” latinoamericano también coadyuvaron factores endógenos. En el
plano político, se basa en las dinámicas de concertación de la década anterior —Contadora, Esquipulas,
Grupo de Río…—, lo que contribuyó a que los nuevos acuerdos se caracterizaran por una notable ampliación
de la agenda respecto a las anteriores experiencias de integración, limitadas al ámbito económico. Aunque
con desigual énfasis y resultados, el nuevo regionalismo latinoamericano de los noventa ha promovido la
concertación de las políticas exteriores, la cooperación ambiental, cuestiones de seguridad regional, y
aspectos sociales, como la circulación de personas. Con todo ello, el “nuevo regionalismo” es un concepto
más amplio y difuso que el de integración económica. Alude a las “cuatro libertades” clásicas de la
integración económica, pero también a dinámicas políticas de concertación y cooperación, y a la
construcción de instituciones y políticas de alcance regional en ámbitos muy variados.

En el plano económico, la aplicación de las políticas del “Consenso de Washington”, y en particular la


liberalización comercial unilateral, suponían una notable reducción de los costes de la apertura entre socios,
haciendo que la integración regional fuera más factible. De hecho, se optó por un modelo de “regionalismo
abierto” caracterizado por bajos niveles de protección externa, que contribuirían a maximizar las ganancias
de eficiencia y atenuar los posibles efectos discriminatorios de la integración para los no socios. El
“Consenso de Washington” había rechazado el “viejo” regionalismo latinoamericano, al considerarlo como
mera ampliación regional del proteccionismo, mostrando una clara preferencia por la liberalización comercial
unilateral o en el marco multilateral. Sin embargo, en 1996 el “regionalismo abierto” se presentaba como
parte de las reformas “de segunda generación” previstas por John Williamson (1998) en su “Consenso
revisado” de 1996, y había sido asumido por instituciones como el Banco Mundial (Burki et al. 1998)

Por otra parte, el nuevo modelo de crecimiento impulsado por las exportaciones (export-led growth) del
“Consenso de Washington” también suponía mayor vulnerabilidad externa ante la volatilidad de la economía
internacional, en particular la posible evolución adversa de las negociaciones comerciales externas. La
viabilidad de ese nuevo modelo radicaba, en parte, en obtener acceso estable y seguro a los mercados de los
países industrializados, haciendo frente a su proteccionismo. En ese contexto, la integración regional se
configuraba como opción atractiva para promover la competitividad internacional de los países miembros,
aumentar su peso negociador frente a los países industrializados, y, si esas negociaciones fallaban, por lo
menos se contaría con un mercado regional ampliado. En otras palabras, en el “nuevo regionalismo”
latinoamericano han tenido mucha importancia los condicionantes externos, y por ello, se trata de una
estrategia de marcado carácter defensivo ante los riesgos de la globalización (Sanahuja 1998: 13- 20; Ibáñez
2000). Según la Comisión Económica para América latina (CEPAL, 1994: 8), el “regionalismo abierto” podría
definirse como “… el proceso de creciente interdependencia económica a nivel regional, impulsado tanto por
acuerdos preferenciales de integración, como por otras políticas en un contexto de creciente apertura y
desreglamentación, con el objeto de aumentar la competitividad de los países de la región y de constituir, en
la medida de los posible, un cimiento para una economía internacional más abierta y transparente. Con todo,
de no producirse ese escenario óptimo, el regionalismo abierto de todas maneras cumpliría una función
importante, en este caso un mecanismo de defensa de los efectos de eventuales presiones proteccionistas
en mercados extra regionales”.

Una formulación detallada de una estrategia de “regionalismo abierto” orientada a la mejora de la inserción
internacional y desarrollo de la región fue planteada por CEPAL en 1994, en el marco de la propuesta más amplia de
“transformación productiva con equidad”. Se trataría de conformar mercados regionales relativamente abiertos —
aunque manteniendo un margen preferencial para los socios—, basados en una liberalización amplia en términos de
sectores y de países, en la estabilidad macroeconómica, y con políticas activas y marcos reguladores que
promovieran una “competitividad auténtica”, basada en la transformación productiva y la incorporación del progreso
técnico, y no en una “falsa competitividad” derivada de los bajos costes laborales, la externalización de costes
ambientales, o las bajas cargas fiscales. Como ha señaló Robson (1998: 278), en el “regionalismo abierto” siguen
vigentes los objetivos clásicos de la integración económica, definidos en términos de efectos estáticos —ganancias
de bienestar derivadas de la creación de comercio, la mayor eficiencia derivada de la reestructuración productiva—,
pero ya no son el objetivo principal. Se trataría, por el contrario, de alentar los efectos dinámicos derivados de la
eliminación de costes de transacción y de otros costes administrativos. Ello exige modalidades de integración más
profundas, que cubran la liberalización de los servicios y los capitales, la supresión de las barreras no arancelarias, y
la eliminación, aunque fuera parcial, de barreras físicas, fiscales, y de otra índole, que obstaculizan la competencia y
la libre circulación efectiva, ya que tienen importantes efectos en términos de costes y, por ende, en la competitividad
(Burki et al., 1998: 3-11; Banco Interamericano de Desarrollo 2002: 3). Estos efectos podrían lograrse incluso si la
integración no conduce a un incremento importante del comercio intrarregional e intrafirma, por lo que éste, aun
siendo un indicador importante, no tiene la misma relevancia que el pasado a la hora de evaluar el impacto de la
integración.
Para alcanzar estos objetivos, la estrategia de CEPAL planteó diversas exigencias. Sin ánimo de exhaustividad, las
más relevantes serían las siguientes: primero, los acuerdos deben contemplar una liberalización amplia, lo que
implica eliminar las barreras arancelarias y, sobre todo, las no arancelarias y de otra índole en los ámbitos antes
señalados. Ello no impide que existan excepciones limitadas y periodos transitorios para sectores “sensibles”,
especialmente allí donde existen asimetrías pronunciadas. Garantizar la libre circulación supone la adopción de
reglas comunes en materia de origen, servicios, inversiones, salvaguardas, propiedad intelectual, o contratación
pública. Segundo, aunque el regionalismo abierto se basa en bajos niveles de protección, es esencial que la apertura
a terceros no impida la existencia de un componente preferencial regional, especialmente allí donde se desee
promover economías de escala y otros efectos dinámicos de la integración. Para evitar la necesidad de contar con
normas de origen muy estrictas, y que estas puedan obstaculizar la liberalización comercial, puede ser más eficiente
la adopción de aranceles externos comunes, avanzando hacia uniones aduaneras. Tercero, debería existir una
política de competencia que asegure mercados eficientes y transparentes; Cuarto, ha de establecerse una política
comercial común —o, al menos, coordinada— ante terceros, para evitar que los múltiples compromisos adquiridos
por los estados miembros generen un entramado de compromisos excesivamente complejos, e incluso
contradictorios. Quinto, en aras de la estabilidad macroeconómica, debe darse una convergencia paulatina en este
ámbito, en particular en lo referido a los equilibrios internos y externos, y la política fiscal y monetaria. Sexto, un
proceso de integración que pretenda favorecer la incorporación de progreso técnico, la transformación productiva, o
la reducción de determinados costes u obstáculos no comerciales a la integración, requerirá políticas sectoriales en
diversos ámbitos, como los transportes, la energía, o la innovación tecnológica, protagonizadas por actores públicos y
privados. Sexto, puede ser necesario establecer instrumentos de distinta índole, incluyendo políticas activas, para
reducir las asimetrías entre los socios y mejorar —o, por lo menos, no empeorar— la cohesión social y territorial.
Finalmente, todo ello demandará un marco institucional y normativo que permita gobernar el proceso de manera
eficaz, y democrática. Cada estadio de la integración plantea distintos requerimientos al respecto. Como sugiere la
experiencia europea, y señaló CEPAL (1994: 19), una zona de libre comercio puede subsistir con modestas
instituciones intergubernamentales, pero éstas no permiten sostener un esquema de integración más avanzado, que
puede verse paralizado por acuerdos políticos no vinculantes o por la “regla de la unanimidad” propias del ínter
gubernamentalismo, a la hora de armonizar normas, enfrentarse a distintas barreras no arancelarias, definir políticas
comunes, y resolver las controversias. En estos casos se requiere que los Estados miembros atribuyan competencias
a los órganos comunes, que éstos tengan la capacidad de generar un ordenamiento jurídico común, y que exista un
órgano jurisdiccional eficaz. En otras palabras, de contar con un marco supranacional adecuado.
La necesidad de reforzar la dimensión política e institucional de la integración no responde únicamente a
consideraciones de eficacia. También alude a la legitimidad democrática del proceso. Como se ha indicado, el nuevo
regionalismo latinoamericano desborda el ámbito económico. Constituye una respuesta a las dinámicas de la
globalización, y en particular, a la necesidad de asegurar la viabilidad de las políticas estatales mediante marcos de
cooperación regional más estables y permanentes, por lo que se trata de un proceso de naturaleza esencialmente
política. En cierta forma, puede ser concebido como un proceso de “reapropiación” y redefinición de la soberanía a
escala regional, a través de la creación de entidades supranacionales basadas en una soberanía compartida o
mancomunada. Esas instituciones también deberán tener carácter representativo y legitimidad democrática, lo que
alude, entre otras cuestiones, a los parlamentos regionales, y a mecanismos institucionalizados de participación y
consulta con la sociedad civil. El regionalismo constituiría, desde esta perspectiva, una estrategia para promover la
gobernanza democrática de la globalización, tanto al interior de unos Estados que ven cómo ese proceso debilita sus
capacidades de gobierno, como en el marco de las relaciones internacionales, a través de una cooperación
interregional más intensa

Obviamente, se trata de una agenda muy ambiciosa, pero no lo es tanto si se consideran los beneficios potenciales
de la integración, y las elevadas expectativas que el “nuevo regionalismo” ha suscitado en América Latina en los
últimos quince años. Sin embargo, muchos de esos beneficios no han podido materializarse debido a las
dificultades que comporta una integración económica efectiva, unidas a la resistencia ofrecida por distintos
intereses económicos, así como grupos políticos y sociales que se consideran perjudicados por el proceso.
Finalmente, no hay que olvidar la cultura política de muchos países latinoamericanos, marcadamente nacionalista,
que se resiste a aceptar marcos supranacionales y rechaza el concepto de soberanía compartida, y las ideas
“postwestfalianas” de democracia y de participación social más allá del marco del Estado.
COMUNIDAD ANDINA (CAN)
Es una organización subregional con personalidad jurídica internacional. Está formada por Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y
Venezuela y por los órganos e instituciones del Sistema Andino de Integración (SAI). Sus antecedentes se remontan a 1969
cuando se firmó el Acuerdo de Cartagena (Inicialmente denominada GRAN (Grupo Andino), también conocido como Pacto
Andino. A partir del 1997 por el protocolo de Trujillo
PAÍSES MIEMBROS:
Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú.
PAÍSES ASOCIADOS
Argentina, Brasil, Chile, Paraguay, Uruguay, Venezuela
MERCOSUR
Es una unión aduanera integrada por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela.
Fue creado el 26 de marzo de 1991 con la firma del Tratado de Asunción.
OBJETIVOS:
• La libre circulación de bienes, servicios y factores productivos entre los países.
• El establecimiento de un arancel externo común
• La armonización de las legislaciones para lograr el fortalecimiento del proceso de integración.
LA COMUNIDAD DEL CARIBE -CARICOM- (CARIBBEAN COMMUNITY)
Nació en julio de 1973, Tratado de Chaguaramas por cuatro naciones (Barbados, Guyana, Jamaica Trinidad y Tobago)

FINALIDAD
Integrar un mercado común en la región del Caribe. Actualmente cuenta con 15 miembros plenos, 5 miembros asociados y 7
miembros observadores.
Los máximos órganos de gobierno son la Conferencia de Jefes de Estado y el Consejo de Ministros.
MIEMBROS:
Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Dominica, Granada, Guyana, Haití ,Jamaica,
Montserrat, Santa Lucía, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Surinam,
Trinidad y Tobago.

ALBA (ALTERNATIVA BOLIVARIANA PARA LOS PUEBLOS DE NUESTRA AMÉRICA)


Es una propuesta de integración enfocada para los países de América Latina y el Caribe que pone énfasis en la lucha contra la
pobreza y la exclusión social.
Se concreta en un proyecto de colaboración y complementación política, social y económica entre países deAmérica Latina y
el Caribe, promovida inicialmente por Cuba y Venezuela como contrapartida del Área de Libre Comercio de las
Américas (ALCA), impulsada por Estados Unidos.
Los países miembros de este mecanismo de integración son:
• Venezuela, Cuba, Nicaragua, Bolivia, Dominica, Honduras, Ecuador.
UNASUR
Es un proyecto de integración y cooperación
LOS PAISES INTEGRANTES: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador Guyana, Paraguay Perú, Surinam, Uruguay
y Venezuela. Integrado por: CAN, MERCOSUR, CARICOM
El tratado constitutivo se firmó el 23 de mayo de 2008 en la ciudad de Brasilia donde se estructuró y oficializó la
OBJETIVO
• Construir, de manera participativa y consensuada, un espacio de integración y unión en lo cultural, social, económico y
político.
• Eliminar la desigualdad socioeconómica, lograr la inclusión social, la participación ciudadana y fortalecer la democracia.

Las posturas acerca de este tipo de integración están muy divididas. La visión crítica sostiene que se trata de una estrategia de los
Estados Unidos para tener bajo su control un mercado continental; además, se señala que la integración está impulsada por los
grupos económicos y las empresas transnacionales antes que por los intereses nacionales de los treinta y cuatro países
participantes.
La visión a favor está representada por los grandes grupos empresarios y los gobernantes de los países participantes, que ven
una opción viable para ampliar el comercio continental sin ningún tipo de traba. Los mandatarios de América latina, el Canadá y
los Estados Unidos ven el ALCA como una vía adecuada para garantizar el funcionamiento de la democracia de la mano de la
integración económica. Cuba está excluida del proyecto.
 VENTAJAS Y DESVENTAJAS
 VENTAJASComo principal ventaja podemos mencionar que suprimen las fronteras, es decir, a traves de acuerdos,
tratados, se trata de eliminar las fronteras políticas y así suprimir los impuestos o aranceles como mejor ejemplo podemos
citar a la Unión Europea la cual ha trabajado por 4 libertades básicas:-libertad de tránsito-libre circulación de personas-libre
circulación de bienes y mercancía, y;-libre circulación de capitales.Lo anterior contribuye a formar un conjunto de economías
que vayan encausadas a un mismo fin y formar una economía conjunta, y que se vea reflejada hacia el exterior, ya que
como n la actualidad podemos observar la UE representa una de las economías mas fuertes basta ver su divisa que se
ubica en aproximadamente $16.00 por euro.
 . DESVENTAJASLas diferencias del nivel de consumo generaran especulaciones y categorías de productos.Al haber un
gran mercado comprador, se abrirá el camino probablemente a un aprovechamiento irracional de los recursos.El libre
ingreso de capitales incrementará y/o fortalecerá los grupos dominantes de productores.Si no hay una política de desarrollo
equilibrado, solo un sector o región económica se verá beneficiado.La voracidad del capitalismo, llevara a la exploración y
explotación de nuestros recursos

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