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Análisis de Acuérdate de mí

¡Cuántas veces habremos sentido lo que expresa este poema! El éxito de “Acuérdate de mí”
se debe a que cualquier lector puede comprender la esencia del poema y hacer propio su
mensaje: dos enamorados separados; la melancolía, la soledad y una ardiente esperanza
se combinan en el corazón. Así es este poema, una oda al amor pasional, a la pérdida y al
orgullo del amante desdichado.

Carlos Augusto Salaverry (1830-1891) publicó en 1871 Cartas a un ángel, un poemario


inspirado en su relación con Ismena Torres en los años 50. Salaverry ya se había casado y
su relación con Torres no fue bien vista por la familia de ella que la llevó a Europa. Este
desencuentro amoroso fue el detonante de una serie de poemas que se agruparon en la
obra citada. “Acuérdate de mí”, es la pieza más famosa de Cartas a un ángel.

En este poema, como en buena parte de su producción, late un profundo sentimiento


romántico, con raíces en algunos poetas españoles de este movimiento, especialmente
Bécquer. Del sevillano toma tanto inspiración temática (pasión amorosa, rupturas
sentimentales, melancolía, dramatismo) como influencia lírica (métrica liberada, rima
asonante).

En la primera parte del poema, Salaverry expone sus sentimientos con amante desdichado.
Habla de su alma que ya no vive, a la que ya no le interesa el tiempo. Los minutos están
detenidos en su alma, porque su corazón ha quedado anclado en el pasado, enredado en el
recuerdo de su amante. El poeta llega a utilizar campos semánticos relacionados con la
muerte… Estamos en el Romanticismo, cualquier relación sentimental fracasada parece
conducir al cementerio…

Más adelante, el poeta se serena y pasa a recordar ese amor. Es interesante que, a mi
juicio, exista una cierta evolución en el poema, pasando de la tragedia a la esperanza y al
orgullo. Así en la segunda parte de la pieza, el yo lírico insiste en que su recuerdo siempre
estará presente en la mente de su amada. Viene a decir “acuérdate de mí, porque aunque lo
intentes, no te vas a poder olvidar”.

Esta connotación es muy habitual en los poemas románticos sobre el amor. El amante se
toma tan en serio a sí mismo que coquetea con la muerte pero también expone su orgullo
de caballero. Si él no puede relativizar su amor, tampoco lo hará la amada. Por eso, al final
del poema el yo lírico se convierte en ave solitaria que asaltará la memoria de la amada.
¿Para siempre?

Así es el amor romántico de Carlos Augusto Salaverry, un poema muy popular que nos
emociona por su exacerbada pasión juvenil.

... Fuente http://www.poemas.de/acuerdate/

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