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Capital Intelectual

Se trata de un concepto relativamente reciente en 1997 surgen numerosas


definiciones de autores como Edvinsson, Malone, Steward o Brooking) y se ha
trasladado a diferentes ámbitos: al social, a la empresa, e incluso al académico.

Dentro de una organización o empresa, el capital intelectual es


el conocimiento intelectual de esa organización, la información intangible (que no es
visible, y por tanto, no está recogida en ninguna parte) que posee y que puede
producir valor
Existen otras definiciones mismas que cita Marusia Monagas-Docasal en su artículo
de Gestión del Conocimiento

Para Brooking (1997), “… la Gestión del Conocimiento envuelve la identificación y


análisis del conocimiento tanto disponible como el requerido, la planeación y control
de acciones para desarrollar activos de conocimiento, con el fin de alcanzar los
objetivos organizacionales, lo que implica básicamente el desarrollo de la gestión
estratégica. Asimismo, este autor implica a las áreas siguientes en la gestión del
conocimiento: Gestión de la información, Gestión de inteligencia, Gestión de
documentación, Gestión de recursos humanos, Gestión de innovación y cambio, y
Organización del trabajo.

Para Edvinson y Malone (1999), “La Gestión del Conocimiento se define como la
identificación de categorías de conocimiento necesario para apoyar la estrategia
empresarial global, representa un intento sistemático y organizado de utilizar el
conocimiento dentro de una organización para mejorar sus resultados” . Estos
autores identifican el concepto de gestión del conocimiento con el logro de los
objetivos organizacionales y el diseño de la estrategia de la empresa, y se considera
que los activos del conocimiento resultan importantes en el desarrollo de estos
procesos. Los mismos autores, al definir el capital intelectual, lo relacionan con el
conjunto de aportaciones no materiales, que en la era de la información se
entienden como el principal activo de las empresas del tercer milenio.
Según Steward (1998), “la gestión del conocimiento es el conjunto de procesos que
hacen que el Capital Intelectual de la empresa crezca” [ 4]. Para Bradley (2003), “la
gestión del conocimiento es la gestión y movilización de los activos intangibles de
la empresa sobre los que debe sustentarse la capacidad de aprendizaje y mejora
continua de la organización” . Se aprecia en los conceptos señalados, la definición
de la gestión del conocimiento como base para la generación del capital intelectual.

Según Edvinson y Malone (1999), “únicamente el balance general no da indicio


sobre la memoria de la empresa, sus tradiciones y su filosofía. No nos dice cuánto
valen estas cosas, ni da la alarma cuando se pierden por mala administración, las
empresas que solo se ocupan de su balance general, pierden su memoria
institucional”. Según Brooking (1997), “el capital intelectual no es nada nuevo, sino
que ha estado presente desde el momento en que el primer vendedor estableció
una buena relación con un cliente. Más tarde, se le llamó fondo de comercio. Lo que
ha sucedido en el transcurso de las dos últimas décadas es una explosión en
determinadas áreas técnicas claves, incluyendo los medios de comunicación y la
tecnología de la información y las comunicaciones, que han proporcionado nuevas
herramientas con las que se ha edificado una economía global”.

Edvinson y Malone (1999) presentan el concepto de Capital Intelectual mediante la


utilización de la siguiente metáfora: “Una corporación es como un árbol. Hay una
parte que es visible (las frutas) y una parte que está oculta (las raíces). Si solamente
te preocupas por las frutas, el árbol puede morir. Para que el árbol crezca y continúe
dando frutos, será necesario que las raíces estén sanas y nutridas. Esto es válido
para las empresas: si sólo nos concentramos en los frutos (los resultados
financieros) e ignoramos los valores escondidos, la compañía no subsistirá en el
largo plazo.
Entre sus variadas clasificaciones, una de las más aceptadas es la diferenciación
de tres grandes bloques:
ELEMENTOS DEL CAPITAL INTELECTUAL

Capital humano.
Se trata de las capacidades, actitudes, destrezas y conocimientos que cada
miembro de la empresa aporta a ésta, es decir, forman activos individuales, e
intransferibles. Este capital no puede ser de propiedad de la compañía (Edvinsson,
1998)

Capital Estructural.

Son los conocimientos desarrollados por las organizaciones. Lo integran los


siguientes elementos:

 Capital clientes: activos que guardan relación con los usuarios (listas de
clientes, fidelidad de los mismos, etc.)
 Procesos: es la forma en que una organización adquiere valor a través
de las distintas actividades que lleva a cabo.

Capital de la Economía de Mercado

Este incluye los canales de distribución y mercadotecnia de la empresa. Así como


su red de socios por alianzas y la capacidad de generar ideas a partir de sus
clientes y proveedores.

Capacidad de innovación.

Es la capacidad de mantener el éxito de una empresa, desarrollando nuevos


productos o servicios. El valor del conocimiento, hoy en día radica en su
capacidad de generar riqueza; y en el ámbito de la nueva economía, el capital
intelectual se convierte en un margen competitivo. Además, generar nuevas ideas
es la clave para sobresalir entre la competencia. Allí es donde entendemos la
importancia de la capacidad de innovar.

Capital organizacional.
Se incluyen todos aquellos elementos de tipo organizativo interno que pone en
práctica la empresa para desempeñar sus funciones de la manera más óptima
posible. Entre estos se pueden señalar las bases de datos, los cuadros de
organización, los manuales de procesos, la propiedad individual (patentes, marcas
o cualquier elemento intangible que pueda estar protegido por los derechos de
propiedad intelectual) y todas aquellas cosas cuyo valor para la empresa sea
superior al valor material.(Roman, 2005).

Capital relacional.
Hace referencia a los posibles clientes a los que va dirigido el producto de una
empresa, a los clientes fijos de ésta (cartera de clientes, listas establecidas, etc.), y
a la relación empresa-cliente (acuerdos, alianzas, etc.); y también a los procesos de
organización, producción y comercialización del producto (estrategias de cara al
logro).

Sin duda, la fórmula adecuada para gestionar el capital intelectual, teniendo en


cuenta estos activos intelectuales, es un factor determinante para el progreso de la
empresa. En este sentido, y como respuesta a esta necesidad o inquietud, se han
realizado numerosos estudios, y han surgido enfoques que siguen diferentes líneas
de investigación pero con un mismo objetivo. Por citar algunos: enfoque humano,
enfoque de desarrollo e innovación, enfoque de proceso, enfoque económico o
financiero, entre otros

IMPORTANCIA ESTRATEGICA DE LA MEDICION DEL CAPITAL INTELECTUAL


EN LAS ORGANIZACIONES
Los activos organizativos de tipo intangible constituyen la base de la ventaja
competitiva sostenible de la empresa. Bajo el concepto de capital intelectual
se recogen aquellos activos intangibles de la empresa, no reflejados en los
estados contables y financieros tradicionales, pero que contribuyen a la creación
de valor. En particular, un activo intangible de importancia estratégica para la
empresa es el conocimiento organizacional. El entorno competitivo actual en el que
navegan las empresas demanda una gestión ad hoc de este activo intangible,
diferente por tanto, de la gestión tradicional de los activos tangibles. Las empresas
deben conocer cual es su stock de conocimiento organizativo, y analizar los flujos
entre los diferentes tipos de conocimiento que fluyen en la empresa. Para ello,
cuentan con la ayuda de herramientas de medición del capital intelectual,
introducidas a mediados de la década de los noventa, y cuyo desarrollo aún está en
fase embrionaria.

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