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Las 8 mejores cosas de ser boliviano

© Vojko Cruz
6 Agosto 2017Por Marlen Lorberg
Mes de Bolivia y Vojko Cruz
nos cuenta porque este país es
tan especial.
Vojko Cruz y el Illimani
© VOJKO CRUZ
El travel blogger Vojko Cruz
Valenzuela, de Pasaporte Alien, nos
muestra porque le enorgullece y le
encanta ser boliviano, celebrando el
aniversario 192 de Bolivia. Sigue esta
lista de ocho lugares y cosas que
deberías conocer o volver a vivir.
1. Sucre, capital de Bolivia
Pongo esto en primer lugar porque no
sería la misma persona si no hubiese
nacido en una ciudad tan rica en
historia, arquitectura colonial y
neoclásica. Sucre es como un museo a
cielo abierto y fue el lugar ideal para
que yo pase los primeros años de mi
vida, en un ambiente tranquilo y con
excelente educación. Creo que todo
buen turista que llega a Bolivia, debe
darse una vueltita por Sucre.
Sucre
© VOJKO CRUZ
2. Carnaval de Oruro
Las danzas, la música, el sonido de las
bandas y la buena vibra del público
hacen que esta entrada folclórica sea
un tremendo fiestón. Es verdad que
hace frío y que la altura puede afectar
a algunos visitantes, pero todo tiene
solución. Hay que ir al Carnaval de
Oruro por lo menos una vez en la
vida.
Carnaval de Oruro
© VOJKO CRUZ
3. Aquí está el salar más grande del
mundo
El salar de Uyuni es el desierto de sal
más grande del mundo y lo tenemos
aquí cerquita…
Este lugar que atrae a tantos turistas
es hermoso para visitarlo en cualquier
época del año. Yo lo he disfrutado
bastante y muero por volver.
Sal de la tierra
© GETTY IMAGES/FLICKR RF
4. Somos dueños de la espectacular
Laguna Verde
“Prepárense para lo que van a ver en
3…2…1…”, fueron las palabras del
guía turístico cuando visité la Laguna
Verde hace seis años. Ante mis ojos
tuve el paisaje más espectacular que
he visto en mi vida y aunque el
tiempo pase, nada lo supera.
La Laguna Verde está en el lugar más
inhóspito de Bolivia, lejos de la
civilización y muy cerca de las
fronteras con Chile y Argentina.
Nunca me había sentido tan orgulloso
de ser boliviano, que estando en ese
rincón del país.
Laguna Verde
© VOJKO CRUZ
5. Nuestra fruta es ‘manjar de los
Dioses’
Así como en la foto, sin una
presentación sofisticada, en mercados
sencillos y a veces hasta en camiones,
directo del productor al consumidor y
sin conservantes de ninguna clase, las
frutas bolivianas son una bendición
que muchos no aprecian. No he
probado mejor fruta que la nuestra,
que además está a la vanguardia de la
alimentación orgánica… Ya quisieran
en Japón desayunar tres plátanos cada
mañana.

Puesto de frutas
© VOJKO CRUZ
6. El lago navegable más alto del
mundo es nuestro
A pocas horas de La Paz está otro
lugar que me encanta, el lago
Titicaca. Ok, lagos bonitos hay
muchos en el mundo, pero este tiene
mucha mística y muy buena energía,
además de ser hermoso para admirarlo
y fotografiarlo. ¡¡No visitarlo es un
pecado!!

Vojko en el Lago Titicaca


© VOJKO CRUZ
7. Los aguayos
Los puestitos de artesanías, aguayos y
todos los tejidos andinos son mi
debilidad cuando voy a una ciudad o
pueblito occidental. Mi billetera es de
aguayo y tengo varias chompas tejidas
por los artesanos de Sucre. Además,
usar aguayos como accesorios es una
tendencia que se viene repitiendo
desde hace años por varios
diseñadores de moda nacional y me
encanta!

Aguayos
© VOJKO CRUZ
8. Vivir en Santa Cruz
Así como al principio dije que no
sería la misma persona si no hubiese
nacido en Sucre, tampoco sería la
personas que me convertí si no
hubiese crecido y desarrollado mi
personalidad en Santa Cruz. Pese a
que no quiero quedarme quieto nunca
y me encantaría experimentar la vida
en otros países, creo que no hay mejor
lugar para vivir en Bolivia que Santa
Cruz de la Sierra. Llevo 12 años en
esta ciudad calurosa (eso me encanta),
y soy un claro ejemplo de que esta es
una tierra de oportunidades, pues aquí
las puertas siempre se me abrieron
para todo lo que quise hacer.
Hoy en día, Santa Cruz es la ciudad
de todos los bolivianos, aquí conviven
y hacen patria personas de todos los
rincones del país.

El Orgullo De Ser Boliviano!!


AKI LES TRAIGO MI ORGULLO..!!

Hemos empezado el "mes de la Patria" y con tal motivo un reportero me preguntó si estaba
orgulloso de ser boliviano. "Por supuesto que sí, muy orgulloso", fue mi respuesta inmediata. "Y por
qué", siguió preguntando. "Pues por muchos motivos", que empecé a enumerar. Finalmente, el
reportero preguntó: "Es difícil ser boliviano?". Hoy, como un homenaje a la Patria, deseo compartir
con ustedes las respuestas que le di al reportero.

El sentimiento de bolivianidad es como el aire que respiramos; está siempre ahí. Se trata de algo
con lo que convivimos casi sin darnos cuenta y que cuando se enrarece empezamos a tomar
conciencia de su importancia. En la mayor parte de los casos la bolivianidad sale a flor de piel en los
momentos de euforia, ya sea de carácter positivo (cuando la selección nacional sale a comerse el
mundo) o negativo (cuando los chilenos se roban la diablada o los europeos nos cierran las puertas
en nuestras narices).

El sentimiento de bolivianidad es mucho más que eso. Yo soy orgulloso de ser boliviano porque soy
boliviano porque me da la gana; porque no vivo del ser boliviano, sino que contribuyo a la
bolivianidad; en definitiva porque no me sirvo de Bolivia sino que trato de servir a Bolivia. Soy
orgulloso de ser boliviano porque me he dedicado al estudio de su historia y me he rebelado contra
esa visión pesimista de la historia de la Boliviaderrotada, la pobrecita a la que todos engañan;
nuestra historia es la historia de un pueblo que ha construido una identidad propia dentro de una
maravillosa diversidad; es la historia de un país que ha vivido encerrado entre las montañas, pero
que de un tiempo a esta parte quiere salir de esa asfixia y que respira a través de la llanura.

Soy orgulloso de ser boliviano porque he profundizado en la riqueza de los pueblos indígenas que
han sido capaces de construir sitios como Tiahuanaco, Samaipata, Incallacta; haber inventado la
metalurgia (cultura wankarani), haber creado el ayllu y una enorme cantidad de importantes
elementos culturales (como la magnífica cerámica recientemente encontrada en la isla de Pariti del
lago Titicaca). Soy orgulloso de ser boliviano porque a lo largo de casi quinientos años hemos sido
capaces de crear una cultura mestiza que ha dado al mundo joyas como los ángeles de Calamarca,
la música barroca misionera de Moxos y Chiquitos, la pintura mural de muchas iglesias del altiplano,
la portada de San Lorenzo de Potosí, la Casa de Moneda y un largo etcétera. Soy orgulloso de ser
boliviano porque hemos sido capaces de dar al mundo la poesía de Franz Tamayo y Otero Reiche,
el arte de Marina Núñez del Prado, la voz de Gladys Moreno, el fútbol de la Escuela Tahuichi.

Soy orgulloso de ser boliviano porque creo que la naturaleza ha sido de una generosidad sin límites
a la hora de dibujar nuestro país con lugares tan espectaculares como Caparuch y la laguna
Colorada, la cordillera de los Andes con sus majestuosos nevados o sitios únicos en el mundo como
el Salar de Uyuni. Soy orgulloso de ser boliviano cuando visito Tarija y palpo la amabilidad y calidez
de su gente; cuando visito Trinidad y compruebo que todavía existe lo auténtico; cuando visito
Cobija y me pone en contacto con la Amazonia; cuando visito La Paz y me saluda el majestuoso
Illimani; cuando visito Sucre y saludo a la cuna de la libertad; cuando visito Potosí y sus calles me
recuerdan que Bolivia vale un Potosí; cuando visito Oruro y me emociona ante los socavones de
angustia; cuando visito Cochabamba y siento la fuerza de la llajta. Soy orgulloso de ser boliviano
porque cada día compruebo la heroicidad de mis compatriotas que son bolivianos porque les da la
gana e insisten hacer Patria desde dentro a pesar de los pesares.

Soy orgulloso de ser boliviano, pero qué difícil es ser boliviano. Es difícil porque de un tiempo a esta
parte un pequeño grupo que está en función de gobierno está empeñado en borrar lo que hemos
construido en casi 500 años para reemplazarlo con una invención que ni siquiera es creación de
ellos, sino que ha sido impuesta desde afuera. Es difícil ser boliviano porque desde que fuimos
heridos por el narcotráfico a fines de los 70 nos hemos convertido en ciudadanos altamente
sospechosos en cuanto cruzamos nuestras fronteras. Es difícil ser boliviano porque los bolivianos no
estamos asumiendo nuestra mesticidad, sino que nos seguimos disfrazando para agradar a las
ONGs que están financiando el despelote que se ha creado en el país.

Soy orgulloso de ser boliviano a pesar de todo y porque casi quinientos años de historia no se
pueden borrar por decreto.
El orgullo de ser boliviano
POR: SERGIO MONTES TEÓLOGO Y SACERDOTE JESUITA. CUARTO INTERMEDIO. EPRI.CCI@GMAIL.COM. |
13/09/2012 | ED. IMP.
¿De qué nos sentimos orgullosos los bolivianos y bolivianas? ¿Hay algún tópico de nuestra
vida nacional que nos hace crecer en un sano orgullo? ¿Reconocemos con orgullo nuestra
identidad plural y diversa?

Para unos, tal vez, las respuestas se centrarían en mostrar más bien lo negativo de nuestro
modo de ser y hacer como bolivianos/as y probablemente mentarían la cantidad de
ejemplos cotidianos, por todos conocidos, de nuestros grandes "pecados" como ciudadanos
bolivianos: saltarse la fila, no respetar las normas de tránsito, favorecer a los amigos o
partidarios, pasar el curso "raspando" o hacer "chanchullo" abiertamente, obtener la licencia
de conducir sin pasar el examen, bloquear y marchar por todo y por nada, fomentar la
ilegalidad y el contrabando y una larga cadena de acciones y situaciones. Muchas de esas
personas sentirán vergüenza por nuestras características "idiosincráticas" y se sentirán
frustradas por no ser como son en otros países o echarle la culpa a la "materia prima" de la
que estamos hechos.

Otros, probablemente, tenderán más bien a mostrar y resaltar lo positivo de cómo somos y
qué cosas hacemos los bolivianos y bolivianas y también podremos afirmar que "así no más
somos": solidarios, acogedores, amantes de nuestro folklore, nuestra música y cultura, la
diversidad geográfica y cultural, la sencillez de las personas, la resistencia ante tantas
situaciones de explotación y colonialismo en nuestra historia, trabajadores, generosos, y
nuevamente una larga cadena de adjetivaciones que definan nuestro modo de ser
bolivianos y bolivianas.

La respuesta, a mi modo de ver, no es tan sencilla que se pueda responder con un


afirmación simple, pues siempre es posible su contrario, dependiendo de la perspectiva
desde la que nos ubicamos previamente. Por otra parte, ninguna polarización es buena,
pues ni somos tan buenos como nos imaginamos ni tan malos como podemos creer. Lo
que somos y hacemos depende fundamentalmente de los proyectos históricos que se van
gestando y realizando. No existe un modo único de ser boliviano y nuestra identidad no se
obtiene con una cédula, un certificado o una acción cívica definitiva. Lo que somos depende
de lo que queremos ser y lo que vamos haciendo día a día para que sea realidad.

Por consiguiente, nos sentiremos orgullosos de ser bolivianos y bolivianas y no viviremos


lamentándonos de que otros países sean mejores o evadiendo la responsabilidad de
reconocer nuestros grandes errores y fracasos desde el momento en que nos planteemos
seria y profundamente qué queremos ser y en consecuencia qué vamos a hacer para
hacerlo realidad.

Nuestro país necesita exportar más sus grandes riquezas culturales; incursionar, innovar y
potenciar el mundo científico, inscribir a alguien en los Premios Nobel, preparar
responsable y exigentemente a nuestros deportistas para competir y ganar partidos del
Mundial y mucho más. Eso se logrará únicamente cuando comencemos a hacer algo real y
efectivo para que suceda y dejemos de esperar que sean otros los que lo hagan.
Orgullosos de ser bolivianos
Este 6 de Agosto celebramos 189 años de la independencia de nuestra amada Bolivia,
una fecha que nos acerca vertiginosamente a la conmemoración del bicentenario de tan
significativo acontecimiento que marcó la vida y subsistencia de una República que
doblegó el yugo español y mantiene su lucha abierta contra toda forma de dominación.

Estamos propiamente a once años para celebrar doscientos de la fundación de Bolivia.


Se marca el 2025 como el año especial para que se cumplan algunos objetivos
especiales, en pos de afirmar la liberación económica del país en base a un conjunto de
medidas que hagan posible el fortalecimiento de su sistema productivo, asentado en la
nueva estructura de la industrialización de los recursos naturales, los no renovables
como hidrocarburos y la minería, pero también los agrícolas y ganaderos que son
requeridos en los mercados del exterior donde llegarán con calidad y garantía
inobjetable.

Bolivia vive actualmente un proceso de acción política electoralista y la ciudadanía


queda absorta al escuchar y ver las ofertas electorales, donde mayormente se piensa
en el exitismo del presente, sin olvidar los sucesos del pasado, malos y buenos pero sin
delinear clara y concretamente programas de largo aliento por lo menos con la meta del
2025.

Es cierto que en más de dos ofertas políticas se marca el año del bicentenario de la
fundación de Bolivia como límite del cumplimiento de ciertas metas de orden productivo.
Se habla de macro proyectos y se descubre un claro e indisimulado propósito de
prolongar hasta entonces la figura de gobernabilidad política, como si ese fuese
requisito imprescindible para proyectar el desarrollo sostenible del país y la continuidad
de aquellos proyectos que surjan en este presente con lineamiento a un futuro abierto,
pero de relieve cuando sean 200 los años del festejo de nuestra independencia.

Macro economía y mega proyectos se anotan en algunos programas políticos, creación


de fuentes de empleo para disminuir la desocupación pero en condiciones de dignidad y
seguridad es otra de las opciones consignadas en la folletería política, lo que
redundaría en mejorar las condiciones de vida de un alto porcentaje de bolivianos hoy
dedicado al comercio informal para sobrevivir.

Bolivia avanza con pasos seguros hacia objetivos muy claros que tienen que ver con su
independencia económica, resultado que será posible si se aplican políticas adecuadas
para fortalecer los sectores de alta productividad a través del avance tecnológico a la
industrialización de nuestras materias primas y la exportación de nuestra riqueza
general, con valor agregado para competir en los mercados internacionales más
exigentes.

Ya no es tiempo de manejar la política con sentido crítico de un pasado de gloria, pero


también de grandes frustraciones. Hay que pensar en el presente con una verdadera
convicción de trabajo que se proyecte al futuro, para asegurar el bienestar deseado
para ésta generación y las futuras.

Han transcurrido 189 años de aquel 6 de Agosto en que se fundó Bolivia y quedan once
para que celebremos 200 años de triunfos y avatares, de grandes ansiedades y de
muchas esperanzas. Más de diez millones de bolivianos estamos en manos de los
políticos, de esa clase social dependerá nuestro futuro, por eso es necesario
aprovechar ésta celebración para arrancar de ellos un compromiso de servicio
inclaudicable para cumplir los objetivos de fortalecer todo el sistema productivo
asegurando nuestra independencia económica, con una industria poderosa y
progresista que nos haga sentir más orgullosos de ser bolivianos.

El orgullo de ser BOLIVIANO en un país diverso


By Boliviasol

Melina Valencia Achá | Cambio (14 ago)


– Aprender a conocer el país y sentirse orgulloso de ser boliviano es el próximo reto que tienen
las instituciones del nuevo Estado Plurinacional.
Durante la época de la colonización, el coraje y la autoestima de los bolivianos fueron
desvalorizados por la exclusión y discriminación que sufrieron los indígenas, mujeres y sectores
marginales.

En este entorno de menosprecio a las costumbres, el idioma y el color de piel, los bolivianos aún
tienen limitaciones para identificarse con su país.

“Necesitamos crear una conciencia nacional que nos permita enorgullecernos sobre lo que
tenemos, sobre lo que somos y lo que podemos ser”, señala Marko Machicao, viceministro de
Turismo.

La autoridad anuncia que desde el Viceministerio de Turismo se prepara un proyecto que propicie
la cultura de conocer el país, y que el boliviano se enorgullezca de todos los recursos que forman
parte de su expresión e identidad.

En Bolivia, a pesar de que la Constitución Política del Estado reconoce y protege el patrimonio de
las naciones y pueblos indígenas, sus cosmovisiones, danzas, prácticas culturales, recursos
naturales y tradiciones, entre otros, todavía existen debilidades en el momento de demostrar
sentirse orgulloso de ser boliviano.

“En muchos casos, escondemos nuestros orígenes, no somos los mejores vendedores de nuestra
patria. La idea es crear conciencia nacional en un país diverso, que además lo reconoce nuestra
Constitución”, explica el Viceministro.

El primer paso para demostrar ser embajadores de la riqueza cultural y natural del país es
conocerlo, asegura Machicao. … Ver:

También: Activistas dicen que el racismo se replic

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