Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Alice Montalvo-Tribue - Shelter You PDF
Alice Montalvo-Tribue - Shelter You PDF
2
Staff
Andreani Adriana Tate Julieyrr Moni
Annabelle Ely Casdel MaryLuna
3
ElyCasdel itxi Meliizza Mire
Paltonika Michelle Verito Emmie
Esperanza Karool Shaw Dannygonzal Julieyrr
-Valeriia<3 Miry GPE SammyD Lizzy Avett'
Sofía Belikov Val_17 CrisCras
Pau!! Key Jasiel Odair
Laurita PI Eli Mirced Daniela Agrafojo
Juli
PaulaMayfair
Índice
Sinopsis
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
4
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Epílogo
Sobre la autora
Sinopsis
Ella es mía.
Ese fue el primer pensamiento que vino a mi mente cuando tomé a mi bebé
en brazos a los diecisiete. No me importaba que mis padres ya hubieran prometido
dársela a una familia adinerada. Que me estuvieran forzando a entregarla.
Ella era mía.
Me alejé del hospital, de esa familia, de la única vida que conocía. Planeé
comenzar de nuevo con el poco dinero que tenía, determinada a hacer algo de mí
misma a pesar de las probabilidades.
Entonces llegó Logan Tate.
Precioso y controlador, reclamó que intentaba ayudarme, y no le importaba
que yo fuera solo otra historia de adolescente embarazada.
Pero no confío en él. No confío en nadie. Y si Logan supiera los verdaderos
secretos y mentiras que yo mantenía dentro, no se atrevería a intentar refugiarme.
5
Prólogo
Traducido por Moni
Corregido por ElyCasdel
—Solo puedo darte treinta minutos para salir de aquí antes de que tenga
que reportarle a mis supervisores que te has ido. La ropa que te traje está en el
armario de allí —dice, señalando un gran armario en la pared.
Me recuerda a un casillero de la secundaria, largo y estrecho. A los diecisiete
años, me he familiarizado mucho con esos casilleros, habiéndolos usado durante
mis años en la escuela y eran años geniales y felices, justo hasta el final. Es difícil
creer que hace unos meses me graduaba de la secundaria, Señorita Popularidad, la
mejor de la clase, mi elección de universidad. Para todos los que miraban desde
afuera, parecía que tenía todo un futuro por delante. La vida perfecta, notas
6
excelentes, una familia asombrosa, el mundo era mi ostra. Lo que no sabían era que
mi futuro ya había sido decidido, trazado y planeado para mí. Nada en lo que
pudiera opinar, nada con lo que estuviera cómoda.
Regreso mi atención hacia la mujer alta y desgarbada delante de mí. Es
demasiado delgada, pero casi puedo ver su atractivo; debió haber sido hermosa
hace tiempo. Su cabello rubio es grueso, muy claro y frágil, y sus lentes son
demasiado grandes para su cara, pero no me interesa nada de eso. Para mí, ahora
es un ángel. Un verdadero ángel enviado para ayudarme a salir de una situación
imposible.
—Además de la ropa, pude conseguir todos los suministros que necesitarás.
No es mucho, pero te servirá hasta que puedas comprar más —dice mientras
asiento.
—Cuando salga de esta habitación, toma el teléfono y llama a la operadora.
Pide una voluntaria que traiga una silla de ruedas a tu habitación porque te han
dado la salida. Una vez que venga, dile que tu auto ya espera y que necesitas que
te lleve hasta la entrada este. Muéstrale tu brazalete del hospital. Coincide con el
de Lily así que estarás bien; ella no lo sabrá. Te preguntará si tienes una silla de
bebé, así que dile que está en el auto.
Mi corazón comienza a latir rápido mientras escucho sus instrucciones. ¿En
serio voy a hacer esto? ¿Soy lo suficientemente valiente para desafiar a mis padres,
e ir en contra de sus deseos?
—El conductor del taxi estará esperándote. Su nombre es Seth, es amigo de
mi esposo. Primero te llevará al banco. Toma hasta el último centavo de tu cuenta
de ahorros y luego haz que te lleve a la estación de autobuses. Toma el primer
autobús que salga de aquí, Mia. Deja tu celular y consigue uno prepago en la
primera oportunidad que tengas. Tendrás dieciocho en un mes, y en ese momento
puedes llamar y pedir una copia del certificado de nacimiento de Lily. De esta
manera, incluso si pueden rastrearte, no pueden obligarte a volver.
Me toma un minuto, pero al fin encuentro mi voz. —No sé cómo podré
pagarle esto.
—Nadie debería ser forzado a renunciar a un hijo; está mal. Solo prométeme
que serás una buena mamá y que me llamarás si necesitas cualquier cosa.
La miro con lágrimas en los ojos. Si no fuera por esta amable mujer, estaría
entregando a Lily a sus padres adoptivos en unas horas. Puede parecer cruel de mi
parte haber prometido darle mi bebé a una pareja que desesperadamente quieren
uno y luego tomarla y huir pero nada de esto fue mi decisión. Cuatro meses antes
de mi graduación descubrí que me encontraba embarazada. Como seguro pueden 7
imaginar, para una chica de diecisiete años es sorprendente y aterrador escuchar
que va a convertirse en madre. Así que hice lo que pensé sería lo correcto. Fui con
mis padres y les pedí su ayuda. ¿Su solución? Esconder mi embarazo hasta
después de la graduación y luego mantenerme una prisionera virtual en mi propia
casa hasta que diera a luz. Cuando les expresé mi deseo de quedarme con mi hijo,
me dieron un ultimátum: Entregar al bebé en adopción, o quedarme con el bebé
pero dejar su casa con absolutamente nada de ayuda financiera de su parte. ¿Qué
más podría haber hecho? No tenía más opción que aceptar sus demandas y pensé
que podía hacerlo. Pensé que podía pasar todo el proceso hasta que la cargué, mi
Lily, y supe que entregarla me mataría literalmente, sería difícil continuar sabiendo
se hallaba allí, en algún lugar del mundo, viviendo una vida lejos de mí. Y por
esto, le hice una promesa y moriré antes de romperla. Moriré antes de dejarla ir.
1
Traducido por Val_17
Corregido por Paltonika
***
***
11
mi hija y por instinto debería haber un vínculo ahí, pero me sentía tan dispuesta a
dejarla ir, a darla para hacer mi vida menos complicada. Al mirarla ahora, sé que
es el tipo de complicación que no cambiaría por nada en el mundo. Sin importar
que tan inesperadamente fuera concevida. Cierro los ojos y descanso. Sé que me
despertaré al menos dos veces esta noche para alimentarla y necesito levantarme
temprano, ya que planeo comenzar mi búsqueda de un apartamento a primera
hora. En poco tiempo, tanto Lily como yo estamos profundamente dormidas.
***
13
2
Traducido por Juli
Corregido por Esperanza
15
Rápidamente llamo a un taxi, empaco su bolsa de pañales y la abrigo. Cuando
llega el conductor, le instruyo para que nos lleve al hospital más cercano.
Nos registro en la sala de emergencia, diciéndole a la chica de la recepción
que estaba tan nerviosa que olvidé mi identificación. Sé lo suficiente sobre la ley
para saber que un hospital no puede negarse a dar tratamiento de emergencia así
que me siento confiada con mi excusa.
Estamos sentadas en la sala de espera por lo que parece una eternidad. Lily
sigue llorando y mis nervios están exaltados. Apenas mantengo la compostura.
Las puertas de la sala de emergencia se abren y un par de paramédicos
llevan a un joven en una camilla. Se ve como si hubiera sido golpeado gravemente.
Lo dirigen a la parte trasera de inmediato, lo que solo sirve para frustrarme más
por mi larga espera. Me acerco a la recepción de nuevo y le pregunto a la
recepcionista—: ¿Puedes decirme cuánto tiempo más hay que esperar hasta que
nos atiendan, por favor? Hemos estado aquí por más de una hora.
—Hay pacientes antes de ti. Solo tendrás que esperar —me contesta en
breve.
Voy a hablar, pero antes de que pueda hacerlo, plasma una sonrisa falsa en
su cara y pestañea. —Oh, hola Oficial Tate —dice—. ¿Cómo estás?
Vuelvo la cabeza hacia donde se dirige su comentario y estoy bastante
segura de que mi corazón se detiene momentáneamente y no sé si es causado por
el miedo o una emoción completamente diferente. Un oficial de policía camina en
nuestra dirección y, en estos días trato de evitarlos a toda costa, pero un vistazo a
este policía en particular y mis pies se atascan firmemente en su lugar. Puedo oír
vagamente a Lily llorando mientras lo miro. Sé que los hombres son lo último en lo
que debería estar pensando, pero sus penetrantes ojos azules me atraen. Parece
medir aproximadamente un metro ochenta, con un cutis bronceado y el pelo con
un corte al estilo militar. Sus labios carnosos son muy sexys y cuando me mira
fijamente, se necesita toda la fuerza que tengo para mirar hacia otro lado.
—Hola, Jennifer. ¿Hace unos minutos trajeron a una víctima de asalto?
No creía que fuera posible que su sonrisa se hiciera más falsa pero lo hizo.
—Por supuesto —dice ella, inclinándose hacia delante para darle una gran vista de
sus tetas y le toca el brazo en un intento descaradamente obvio para acercarse a
él—. Ya se lo llevaron. Está en la cama número diez.
—Gracias. —Se aleja de ella y de repente está en mi espacio—. ¿Está bien? —
cuestiona, señalando a Lily.
Su reconocimiento me pone tanto nerviosa como emocionada. Es hermoso,
sexy y parece amable pero sigue siendo un policía y técnicamente sigo siendo una 16
fugitiva. Por mucho que me encantaría tener una conversación con el oficial Tate,
si salgo de esta situación lo antes posible, es lo mejor para Lily y para mí. —No
para de llorar y me preocupa, pero hemos estado aquí mucho tiempo y todavía no
la han visto.
Me da un asentimiento lento y se vuelve hacia la falsa Jennifer. —¿No hay
nada que puedas hacer para que la vean? Pobrecita, se ve muy mal y estoy seguro
de que el resto de las personas en la sala de espera estarían agradecidas de tener un
descanso de un bebé llorando. —Me mira—. Sin ánimo de ofender —dice con una
leve sonrisa.
—No lo ha hecho —respondo.
Los dos nos volvemos a enfrentar a la falsa Jennifer. Luce como si se hubiese
tragado una píldora amarga, pero retoma rápidamente esa sonrisa que claramente
solo reserva para el Oficial Tate. —Bueno, ya que lo pides tan amablemente, estoy
segura de que puedo hacer una excepción con esta lindura. —Se acerca al
contenedor de los archivos de pacientes, mueve el mío al frente y luego le da un
guiño.
Él le da una sonrisa igualmente falsa y en ese momento me doy cuenta de
que ve más allá de su rutina empalagosamente dulce. —Te lo agradezco mucho. —
Acaricia la espalda de Lily y luego me mira—. Voy a pasar a verte un poco más
tarde ¿de acuerdo? —pregunta, y rápidamente se aleja. A pesar de que sonaba más
como una declaración que cualquier otra cosa. ¿Quiere vernos a Lily y a mí? Pero
¿por qué? ¿Por qué le importaría si la ve un médico o no? ¿Si ella está bien o no?
No nos conoce, no tiene lazos emocionales con nosotras y ni siquiera sabe nuestros
nombres así que, ¿por qué debería preocuparse por nuestro bienestar?
***
19
3
Traducido por Verito
Corregido por -Valeriia♥
***
28
4
Traducido por Andreani
Corregido por Sofía Belikov
32
5
Traducido por Julieyrr & Val_17
Corregido por Pau!!
Un trueno hace que mis ojos se abran de golpe. Asimilo los alrededores
desconocidos mientras me llena la confusión. Ruedo de lado, buscando a Lily, y la
veo en el moisés al lado de mi cama. Asomándome sigilosamente, la veo
durmiendo pacíficamente. Miro por la ventana y recuerdo los acontecimientos de
la noche anterior mientras observo caer la lluvia. Todo regresa. Logan, viniendo a
mi rescate, llevándome a su castillo como un caballero de brillante armadura que
viene a salvar a la damisela en apuros. No hubo promesas entre nosotros, ni de
amor o lujuria, pero aun así, había algo allí. Una pisca de atracción, un invisible
tirón acercándonos y por ahora era suficiente. No me encuentro lista para nada
más y probablemente él no se encuentra dispuesto a darlo, pero sigue siendo más
de lo que jamás hubiera esperado en mi situación. Entonces, ¿por qué mi estado de
33
ánimo no refleja los pensamientos optimistas de mi cabeza? Por qué siento como si
las gotas de lluvia que caen inestables frente a mi ventana, oscuras y sombrías,
fueran desagradables. Es porque vivo una mentira, porque para Logan soy “Kelly”
y Mia es solo una chica que dejé atrás en Florida. Alguien que dejé atrás al
momento en que un diminuto puño rodeó mis dedos; es ahí cuando dejé de existir.
El único problema es que extraño a quien solía ser, perdí mi identidad y quiero
compartirlo con Logan, quiero que conozca a la verdadera yo. Quiero ser capaz de
decirle tanto de mi historia como pueda, llenar los vacíos de mi pasado y esperar
que continúe dispuesto a quedarse. Aunque sea solo como un amigo… creo que
puedo vivir con eso.
La decisión está tomada. Ser honesta con Logan es mi única opción real. No
puedo sentirme bien al aceptar su generosidad y hospitalidad de otra manera. Si
Lily coopera con su horario normal, tengo alrededor de una hora antes de que se
despierte para comer. Salgo del dormitorio y bajo las escaleras en busca de Logan.
Las mariposas en mi estómago alzan vuelo, alertándome de cuán nerviosa me
encuentro por venir a aclarar mi pasado y nada menos con un policía. Me doy una
charla de apoyo mental, recordándome que tengo dieciocho años y nadie me
puede obligar a volver a casa. Me digo que no necesito su aprobación ni
aceptación; he llegado hasta aquí por mi cuenta, estoy segura de que puedo seguir
adelante.
Cuando llego a la cocina, veo a Logan sentado junto a una mesa pequeña de
estilo cafetería, bebiendo una taza de café. Me ve, nuestras miradas se cruzan y mi
nerviosismo empeora. Mis sentidos se agudizan. Noto que hay algo mal.
Parece frío, casi carente de emoción. Tal vez ahora que ha tenido la
oportunidad de consultarlo con la almohada, de pensar sobre lo que realmente
significa tenernos aquí, ha cambiado de opinión con respecto a ello. Haciendo de
tripas corazón, me decido a dar el primer paso. Entro más a la cocina y le doy una
sonrisa tímida.
—Buenos días —digo en voz baja.
Cierra los ojos y se frota el puente de su nariz con el pulgar y el dedo índice.
Suelta un suspiro y me vuelve a mirar. —Buenos días, Kelly… lo siento, quiero
decir, Mia.
Al instante en que dice mi verdadero nombre, se me revuelve el estómago.
Me siento mareada, como si pudiera desmayarme por el impacto de escuchar ese
nombre viniendo de sus labios. Mi corazón comienza a chocar en mi pecho,
imitando el sonido de las gotas de lluvia cayendo contra las tejas que cubren el
techo.
34
—Ese es tu nombre, ¿no? ¿Mia? —Mete la mano en su bolsillo trasero y saca
algo que parece… un pasaporte—. Mia Reynolds de Winter Park, Florida —dice,
arrojándolo sobre la mesa. Dispara dagas en mi dirección—. Encontré tu certificado
de nacimiento y tu licencia.
La conmoción y el miedo empiezan a disiparse y mi sangre comienza a
hervir. El enfado me domina; el hecho de que revisó mis pertenencias me hace
sentir violada. —¡Cómo te atreves a hurgar en mis cosas, Logan! ¡No tenías ningún
derecho!
Un músculo salta en su cuello y sé que su nivel de ira coincide con el mío,
pero me importa una mierda. Me encuentro lista para la batalla, mi temperamento
saca lo mejor de mí. —Eres una extraña quedándose en mi casa. Tengo todo el
derecho.
—¡Me encuentro aquí porque lo querías tú! —grito, mi voz elevándose con
cada palabra—. ¡Insististe, yo no pedí que vinieras a mi rescate! Tú lo quisiste.
Toma varias respiraciones profundas. Parece caminar por una línea muy
fina entre el control y la locura total, pero me niego a dar marcha atrás. —Quiero
que te sientes y me digas que carajo ocurre.
—¿O qué? —escupo, mi voz llena de desafío.
—Mia, que Dios me ayude. NO me pruebes —dice secamente, agotándosele
la paciencia.
—Anoche dijiste que no era una criminal, pero ahora me tratas como una.
—No. No te trato como a una criminal, te trato como una mentirosa. Hay
una diferencia.
—¡Hijo de puta! —grito y al mismo tiempo me lanzo por mi pasaporte en la
mesa. Lo coge antes y con la mano libre, me agarra la muñeca—. Suéltame y dame
mis cosas. Me voy.
—No vas a ninguna parte hasta que sepa lo que pasa aquí. ¿Esa niña de
arriba siquiera es tuya?
—¡Qué! ¿Estás loco? —chillo, tirando de mi brazo—. No puedo creer que me
estés preguntando eso. Por supuesto que es mía.
—Entonces por qué, ¿por qué mientes sobre quién eres y de dónde diablos
hiciste todo ese dinero? Entiendo que no me conoces tan bien pero nunca te he
dado una razón para no confiar en mí.
Sus ojos me queman, el hielo que crujía en ellos antes se ha ido y ahora 35
reflejan su preocupación.
Mi enojo de hace unos momentos empieza a desintegrarse y es reemplazado
con mis remordimientos por haberle mentido. —No quería mentirte. Al principio
no tenía opción, pero después de anoche… me sentí culpable. Sabía que no podía
quedarme aquí sin ser honesta contigo. Venía aquí para contarte, lo juro.
No dice nada, solo me mira, probablemente midiendo mis palabras. El
silencio es profundo, consumidor, no debería preocuparme, pero su perdón me
importa. —Dime ahora —dice finalmente.
—Quedé embarazada en mi último año de secundaria. Tenía diecisiete años.
—Lo miro en busca de algo, pero no sé qué exactamente. Consuelo, comprensión,
tal vez.
—Continúa. —Su voz es suave, tranquila pero suplicante, instándome a
seguir con mi historia.
—Cuando lo supe, me aterroricé —digo, tomando asiento frente a él—. No
sabía lo que iba a hacer, pero tenía que decirles a mis padres. Sabía que no podía
llevar a cabo un aborto y no había manera de que pudiera escondérselos.
Asiente, el simple gesto me dice que me entiende. Sus ojos nunca dejan los
míos, persuadiéndome a continuar.
—Se encontraban enojados cuando les dije, humillados. No podían creer
que les hubiera hecho esto, que fuera tan imprudente. Se encontraban preocupados
por lo que pensarían sus amigos, por lo que diría la comunidad.
—Debe haber sido difícil para ti.
—Lo fue. Me sentí devastada. Pensar que cómo se vería ante sus amigos era
más importante que su hija y lo que atravesaba era algo difícil de entender. Es
decir, sé que me metí en esta situación, pero, aun así soy su hija, ¿no? Me dijeron
que guardara silencio, me hicieron prometer que no le diría a nadie en la escuela,
ni siquiera a mi mejor amiga.
—¿Qué hay sobre el padre?
Esa es la pregunta que no quiero contestar, la que me manda en espiral a la
depresión cada vez que pienso en ello, cada vez que lo recuerdo. Respondo la
pregunta tan calmada como puedo. —Lo sabía, él… no quería tener nada que ver
con eso, Logan. Tenía toda la vida por delante y no quería ser atado con un bebé y
simplemente pensé que yo me metí en este lío. ¿Por qué arrastrarlo también? ¿Por
qué quitarle su brillante futuro debido a mi metida de pata? 36
Sus ojos se amplían. Parece enojado otra vez y supongo que la ira es mejor
que la indiferencia. —No funciona de esa manera, Mia.
—¿Por qué no? —lo desafío—. Estoy de acuerdo con eso. Mis padres
trataron de que les dijera quién era. Me humillaron, me amenazaron, hicieron todo
lo que pudieron pensar, pero nunca lo dije. Y tú tampoco puedes obligarme,
Logan. No voy a hacerlo. Es mi elección, mía, y elegí darle su libertad.
—Mia…
—¡No!
Se agarra la cara y la frota, obviamente frustrado con mi terquedad. —Bien.
¿Qué pasó luego? —pregunta después de mirarme finalmente.
—Me hicieron permanecer en silencio y ocultar mi embarazo hasta que me
gradué. Después de eso, me tuvieron prisionera en la casa. Rara vez me dejaban
salir a menos que fuera para ir a las citas con el médico y ellos me acompañaban
todo el tiempo.
—¿Qué hay de tus amigos? ¿No se preguntaron por qué desapareciste?
—Mi mejor amiga, Kelsey, se fue justo después de la graduación. Su familia
la envió a Europa para el verano como regalo de graduación. El resto de mis
amigos llamaron y me pidieron salir, seguro, pero era bastante fácil rechazarlos.
Después de un tiempo, dejaron de llamar. —Agarro la cuchara para el azúcar que
se encuentra sobre la mesa y empiezo a girarla entre mis dedos, usándola como
conducto para canalizar todo el nerviosismo de mi cuerpo—. Cuando tenía siete
meses de embarazo, mis padres me sentaron y dijeron que habían decidido que la
adopción era la mejor opción. Que era demasiado joven e irresponsable para
cuidar a un niño y no se encontraban dispuestos a asumir la responsabilidad de un
niño después de haberme criado o de explicarle a la gente cómo su única hija
terminó embarazada de un niño bastardo.
—Mia —dice en voz baja, inclinándose sobre la mesa para limpiar una
lágrima perdida que ni siquiera noté que corría por mi mejilla.
No pensé que contarle mi historia a Logan sería tan difícil y tan doloroso,
pero casi puedo sentir las mismas emociones que sentí cuando pasaba por todo.
Supongo que en realidad sigo pasándolo. Todos los días con Lily es una nueva
lucha, una dificultad para la que no me hallaba preparada.
—Está bien —digo, bajando la cabeza para mirar mis manos, todavía
jugueteando con la cuchara—. Les dije que quería quedarme con mi bebé, que
había pasado siete meses vinculándome con la vida que crecía dentro de mí y que
no estaba dispuesta a entregarla a extraños. 37
—¿Cómo lo tomaron?
—Se enfurecieron. Nunca los vi tan enojados y me asustó. Me dijeron que no
tenía elección. Esta era su decisión y era la definitiva, y si siquiera pensaba en
desafiarlos o avergonzarlos, ya no podría vivir allí. No pagarían para que fuera a la
universidad, me quitarían el teléfono y el auto, y me dejarían para valerme por mí
misma. No sabía qué más hacer, Logan. No conocía mis opciones ni mis derechos.
Era menor de edad y eran mis padres, así que acepté.
—Eso es comprensible.
Asiento y me limpio las lágrimas. —Pasé los próximos dos meses
preparándome mentalmente para regalar a mi bebé. No me permití pensar en ella,
hablarle. Apenas miraba mi estómago. Sabía que desconectarme emocional y
mentalmente de ella era la única manera de que fuera capaz de llegar hasta el final
sin enloquecer. Mis padres se encargaron de todo, encontraron a los padres
adoptivos y arreglaron que recogerían a Lily del hospital después de que naciera.
Ni siquiera me dejaron conocerlos.
—¿Qué hiciste?
—Cuando entré en labor de parto y fui llevada al hospital, no permití que
mis padres entraran conmigo a la habitación. Era el único lugar donde tenía algo
que decir. Lo hice todo sola, y ellos esperaron afuera con los padres adoptivos.
Después de que nació Lily, pedí sostenerla. Legalmente no me podían negar eso,
todavía tenía derechos, ¿sabes? Así que la enfermera me la entregó de mala gana.
La miré y lo supe, Logan, supe que moriría antes de dejar que alguien la alejara de
mí. Que moriría si alguien me la quitaba.
—¿Cómo lograste escapar, Mia?
—La enfermera —digo, mirándolo de nuevo—. La que me dejó sostener a
Lily. Después de que todos se habían ido por la noche, me la trajo. Fue muy
amable, y me encontré confiando en ella, contándole mi historia, diciéndole que no
quería entregarla. No dijo nada, simplemente se sentó y escuchó —digo a través de
las lágrimas. Pienso en la enfermera Kelly y sonrío—. La mañana de mi alta y en la
que Lily se iría con los padres adoptivos, entró en mi habitación. Lo arregló todo:
cómo escaparía, cómo sacaría el dinero que había ahorrado. Mi dinero. Era mi única
oportunidad de escapar, así que lo hice. Me sentí mal por los padres adoptivos…
de verdad, pero legalmente no hice nada malo. Soy su madre. Todavía no había
firmado los papeles e incluso si lo hubiera hecho, aún tenía tiempo para cambiar
de opinión. Mi mayor problema era que solo tenía diecisiete años y si mis padres
me encontraban, podían obligarme a volver a casa y si eso ocurría, no había forma
38
de saber qué pasaría con Lily. No podía confiar en que me dejarían quedármela.
Tienes que entender que hice lo único que podía pensar para quedarme con mi hija
—lloro—. Quería decírtelo esa noche, cuando te conocí en el hospital, pero no
podía correr el riesgo. No cuando me encontraba tan cerca de cumplir los
dieciocho, de ser legal. Sabía que era la única manera de que nadie pudiera
obligarme a nada.
—Y lo hiciste. De acuerdo con esto —dice, levantando mi pasaporte—, tu
décimo octavo cumpleaños fue ayer.
Dejo escapar una risita. —Sí, lo hice. Soy libre para ser yo. Soy libre para ser
la madre de Lily y nadie puede cambiar eso. Nadie puede quitármela, ni tú, ni
ellos, ni nadie.
—Nunca hubiera hecho algo para alejarla de ti. No soy tu enemigo —dice a
la defensiva.
—No, pero eres policía. Es tu deber hacer lo correcto.
—A veces, lo legal no es lo correcto. No soy un robot, Mia. Te habría
ayudado.
—Pero no tenía manera de saberlo, así que tuve que ser cuidadosa.
—¿Lo sabe Sarah?
Exhalo lentamente. Lo último que quiero, es delatar a Sarah, pero aprendo
muy rápido a no subestimar a Logan. Va a averiguar la verdad con el tiempo y he
terminado de vivir una mentira. —Ella quería decírtelo. Hice que lo prometiera.
Sacude la cabeza y rueda los ojos. —Joder…
—Tuve que decirle. No había manera de que pudiera estar en los registros
dándole un nombre falso. Me habría descubierto. Me arriesgué y le dije la verdad.
Era una apuesta al azar, pero decidió ayudarme. Le prometí que si alguna vez era
necesario, te lo diría yo misma después de cumplir los dieciocho.
—Dios, Mia, no sé qué hacer con todo esto.
—Simplemente ponte en mi lugar. Piensa en lo que tú habrías hecho. No soy
mentirosa por naturaleza, pero hice lo que tenía que hacer. Dar a Lily no era una
opción para mí.
El sonido del llanto de Lily pone un fin indefinido a nuestra conversación.
Me alegro por ello, aliviada de poder tomar siquiera un pequeño descanso de esta
confesión aplastante. Estoy cansada de tener que revivirlo.
—Ve a cuidarla. Voy a ir a la tienda de comestibles. Te traeré algo para
desayunar.
39
—¿No vas a echarme? —pregunto, sin ocultar la sorpresa en mi voz.
—No. No te voy a echar. ¿Te gustan los huevos?
Asiento. —Sí. Los huevos están bien.
Se levanta, agarra las llaves de la mesa de la cocina, y se dirige a la puerta
principal.
—Logan —lo llamo. Se gira, pero no dice nada, solo se queda ahí, inmóvil,
esperando que yo hable—. Gracias —digo rápidamente y subo las escaleras para
cuidar de Lily.
6
Traducido por Nora Maddox
Corregido por Laurita PI
Ha pasado más de una hora cuando vuelve Logan. No bajo en seguida, solo
me quedo en la espaciosa cama con Lily, relajándome y tratando de comprender
los eventos de la mañana. Parte de mí tiene miedo de enfrentarlo, ver la desilusión
en su cara porque sigo sintiéndome horrible por mentirle, pero a la hora de la
verdad no me retractaría y eso me hace sentir culpable.
—¿Mia? —exclama Logan desde el otro lado de mi puerta—. ¿Puedo pasar?
Me siento en la cama y dejo escapar un suspiro, no estoy segura de estar
lista para enfrentarlo en este momento, pero tampoco quiero ser grosera. —Eh, sí.
Abre la puerta y se apoya en el marco. No puedo evitar mirar a sus brazos.
Las curvas y líneas que forman sus músculos sobresalen de la manera correcta.
40
Aparto la mirada y lo miro a los ojos, que en este instante es peor que mirar su
cuerpo. Siento como si obtuviera un diminuto pedacito de él cada vez que los
observo. Me siento atraída por ellos como una polilla a la luz. Aparto la mirada y
la bajo a una Lily arrullada.
—Te compré un sándwich de huevo —dice—. Se está enfriando.
—Gracias —murmuro, metiendo un mechón de pelo detrás de mi oreja—.
Bajo en un momento.
—¿Cómo está? —pregunta, señalando a Lily.
—Muy bien —le digo con una sonrisa, porque sé que es la verdad. Es cada
vez más grande, hermosa y fuerte y todo eso tiene que ver conmigo. Cada duda,
cada palabra negativa que mis padres me decían acerca de no estar lista para
hacerme cargo de un niño, era falsa y me da una oleada de orgullo saber que he
demostrado que se equivocaban, aunque nunca lo sabrán.
—Bien. Eso es muy bueno.
Regresa la inseguridad que sentí cuando tuvimos nuestra conversación esta
mañana. No quiero que mi estancia aquí este llena de ira o rencor. Sé que le mentí,
pero mantengo la esperanza de que vea que la mentira era mi única opción en ese
momento. —¿Logan?
—Sí.
—¿Estamos bien?
Deja escapar un suspiro. —Sí, Mia, estamos bien. Lo entiendo, ¿de acuerdo?
—afirma, cruzando los brazos sobre el pecho. Se ve cauteloso, a la defensiva y no
puedo dejar de sentirme un poco triste por eso—. Entiendo por qué lo hiciste. Eres
mayor de edad, así que ni siquiera importa. Nada malo te pasó, has hecho un gran
trabajo con Lily, y estás haciendo que funcione. Se acabó.
—Pero no confías en mí, ¿no? —pregunto, mordiéndome el labio inferior, y
mostrando claramente mis nervios por su respuesta.
—¿Es necesario que confíe en ti? No soy tu novio ni tu padre.
—No, pero eres mi amigo.
—Amigos, ¿eh? —pregunta, levantando una ceja—. ¿Confías en mí?
Aparto la mirada, mirando al pasillo en lugar de a él. Lo sabe, me conoce lo
suficiente como para saber que no confío en él. No confío en nadie, y sé que soy
una hipócrita por querer que confíe en mí cuando no puedo hacer lo mismo. Que 41
soy incapaz de hacerlo porque la vida me ha enseñado que confiar en la gente no te
da nada, más que un corazón roto y herido. No me gusta estar así de hastiada a los
dieciocho años, haber sentido tanto dolor a través del curso de la vida, pero si
tengo que elegir confiar en alguien, elegiría a confiar en él.
—Está bien —dice, sacándome de mi pena—. Puedo vivir con la amistad. —
Se aleja del marco de la puerta y me lanza una sonrisa antes de marcharse.
***
Logan cuida de Lily mientras desayuno y tomo una ducha; es extraño que
haya alguien cerca para darme un descanso y no tener que apresurar estas tareas
aparentemente normales, aunque solo sea por un cuarto de hora. No quiero
aprovecharme de él, pero Dios, se siente bien tener un poco de tiempo para mí.
Después de la ducha, salgo de mi habitación en busca de Logan y Lily. Paso una
puerta abierta en mi camino al piso de abajo y los encuentro en el dormitorio junto
al mío. Lily está en su moisés, mientras que Logan está sentado en el suelo con una
caja de herramientas, montando una cuna. Me siento confundida por la escena que
tiene lugar frente a mí. Parece natural pero equivocado, una contradicción.
—Ah, ¿qué haces? —pregunto.
—Hola, estoy armando esta cuna para Lily. Pensé que sería bueno para ella
tener un lugar para dormir mientras esté aquí.
—¿Le compraste una cuna? —pregunto; la incredulidad evidente en mi voz.
Por qué habría de comprar algo tan permanente como un mueble para Lily cuando
solo vamos a estar aquí unos días. No estoy segura de qué hacer con el gesto, pero
Logan parece hacer de confundirme una forma de arte. Desde el día que lo conocí,
cada interacción con él me deja cada vez más confundida sobre sus intenciones.
—Umm.
—Logan, no puedo aceptar esto. Tienes que devolverlo. —Trato de sonar
firme, pero me mira molesto por el hecho de que protesto por su generosidad.
—Relájate, Mia. Lo compré en una tienda de segunda mano por
prácticamente nada. Puedes llevártela cuando te vayas. Está creciendo, no va a
caber para siempre en un moisés.
Tiene razón pero no me gusta la idea de aceptar la caridad, sobre todo de él.
Necesito desesperadamente que me vea tan capaz como alguien que puede cuidar
de sí misma. —Muy bien, pero te voy a pagar por ello.
Deja de hacer lo que está haciendo y me mira. —Es un obsequio.
42
—No necesito tu regalo —lo desafío.
—Ahh, pero no es un regalo para ti, sino para Lily —declara con una mirada
de suficiencia en su rostro.
—¿Siempre eres tan controlador?
—Sí —confirma y continúa trabajando en la cuna de nuevo—. ¿Siempre eres
tan irritante?
—Sí... ¿Al menos puedo ayudarte?
—Eso sería genial. ¿Por qué no sostienes esa pieza de allí por mí? Se conecta
a la barandilla.
Me muevo rápidamente, tomando la pieza que necesita y me arrodillo en el
suelo junto a él. —Así que ahora que sabes mi historia, ¿qué hay de la tuya?
—¿Qué hay de mí?
—¿Cuál es tu historia? —pruebo, tratando de conseguir que se abra un poco
para mí. Tal vez entonces el hecho de que he confesado mi pasado no va a parecer
gran cosa.
—No hay historia, solo soy un tipo promedio.
—No sé nada de eso. Creo que todos tenemos una historia, Logan.
Puedo jurar que lo escucho gemir. —Yo no.
—Está bien. ¿Tienes novia? —pregunto con indiferencia, sin querer dejar
que su respuesta me importe de una u otra manera. No debería importarme, nada
bueno puede resultar del hecho de que desarrolle sentimientos fuertes por Logan;
el enamoramiento que me he admitido a mí ya es bastante malo.
Me mira a los ojos y sonríe. —No, no tengo novia.
Puedo sentir el rubor alcanzando hasta mis mejillas. Por qué su reacción me
avergüenza, no tengo ni idea. Cambio el tema tan pronto como puedo. —¿Qué hay
de tu familia?
—¿Qué pasa con ellos?
—Esto es como hablarle a la pared. ¿Dónde están, viven cerca?
—Sí —dice con una sonrisa—. Están cerca. Mis padres viven en la misma
casa donde crecí, a un par de pueblos de distancia. Mi hermana vive a quince
minutos de distancia y mi hermano, en la ciudad de Nueva York.
—¿Son cercanos? 43
—Sí. Mucho.
—¿Qué piensan de que te convirtieras en policía?
—No era lo que querían para mí, pero... están orgullosos de todos modos.
—Debe ser aterrador para ellos, ¿eh?
—Imagino que a veces les da miedo, pero saben que tengo mucho cuidado y
no tomo riesgos innecesarios.
—Bien.
—¿Alguna otra pregunta, detective?
—Jaja. Eres un cómico habitual.
Por primera vez en el día, siento un poco de esa química, esa atracción que
perdura entre Logan y yo.
Él se pasa el resto del día haciendo diversas cosas en la casa y hago mi mejor
esfuerzo para no molestarlo. Todavía no estoy segura de cómo actuar con él o
cómo vagar libremente alrededor de su casa sin sentirme incómoda. La mayoría
del tiempo estoy en mi habitación; leyendo un libro con Lily a mi lado, hasta que
viene para decirme que la cena está lista.
Me encuentro con él en la planta baja, y está en la cocina sirviendo un plato
de pasta.
Miro hacia el comedor y veo que ya puso la mesa. —Espero que no te
importe la pasta —dice, entregándome un plato.
—Se ve muy bien. No puedo recordar la última vez que tuve una comida
casera. —En cuanto sale de mi boca, lamento decirlo. No me gusta ver esa mirada
en sus ojos; es lástima y lo último que quiero es que Logan se apiade de mí.
—¿No estuviste comiendo bien? —El tono de su voz me afecta. Resuena a
través de mí, cubriéndome con un sentimiento de tristeza. Es como si hubiera
transferido sus emociones a mí, pero no las comprendo. La tristeza me confunde,
¿por qué iba a estar triste por mí? Una chica a la que apenas conoce.
—No, sí lo he hecho. Es que no me gusta mucho cocinar solo para mí —le
digo, tomando asiento en la mesa. Se sienta frente a mí—. Somos Lily y yo, y ella
obviamente, no puede comer lo que preparo. No tiene sentido hacer mucha
comida, así que acabo haciendo una gran cantidad de sopa, sándwiches y comidas
recalentadas.
Asiente despacio y suspira. —Quiero que te sientas libre de tomar y hacer lo
que quieras mientras estás aquí. 44
Mientras estás aquí...
Por alguna razón, esas palabras son como un peso sobre mi pecho. Cuando
me escapé, quería mi libertad, ser independiente, criar a Lily por mi cuenta. Sin
embargo, la idea de dejar esta casa crea ese tipo de reacción involuntaria en mí. He
estado aquí un día y ya se siente más como el hogar que nunca he conocido, pero
sé que es temporal y cuanto más tiempo permanezca aquí, más difícil será seguir
adelante y eso no es bueno para ninguno de nosotros.
—Eso me recuerda —digo—, llamó Janet, mi casera. Dice que mi
apartamento debe estar listo para regresar el día quince.
—Bien.
—Te das cuenta de que faltan casi dos semanas ¿no? —consulto. Alojarse
aquí por unos días es una cosa pero dos semanas es mucho tiempo. No quiero que
piense que me estoy aprovechando de él.
Coge el teléfono y abre el calendario. —Ese viernes tengo un turno a última
hora —dice, tomando el tenedor y apuñalando un pedazo de pasta—. Te llevaré a
tu apartamento y podemos asegurarnos juntos de que esté aceptable.
Dejo escapar una risita y ruedo los ojos. —¿Aceptable? ¿En serio, Logan?
—Sí. En serio, Mia. Quiero asegurarme de que se hizo todo lo que hablé con
ella. No vas a volver allí hasta que yo sepa que estarás a salvo.
—No puedes evitar actuar como un policía todo el tiempo, ¿verdad? —
bromeo, después de masticar mi bocado de comida.
—Me tomo mi trabajo en serio, Mia, pero somos amigos ¿recuerdas? Y como
tu amigo, no voy a dejar que te mudes a un lugar que no está en regla. Tienes que
pensar en Lily y, cuando se trata de su seguridad, no deberías tomar las cosas tan a
la ligera.
Su declaración me espabila, y sé que tiene razón. Nuestra seguridad es lo
más importante, pero si no regreso a mi vida tan pronto como sea posible, puede
que nunca quiera salir de esta casa.
Pasamos el resto de la cena hablando como amigos de verdad. Le pregunto
sobre ser policía, y le hablo de mi trabajo en la guardería. Me habla de su amor por
los coches y de sus equipos deportivos favoritos y me encuentro absorbiendo todo.
Disfruto de la normalidad de esto, de sentarse y tener una comida con alguien que
no es completamente egocéntrico ni está absorto en su propio universo, alguien
que se preocupa de verdad por lo que un le dice. Me hago una promesa silenciosa
para darle este tipo de normalidad a Lily, para hacerle saber que ella importa, sus
gustos y disgustos, miedos y sueños, quiero que sepa que me puede decir todo y 45
siempre la voy a escuchar. Voy a darle lo que nunca tuve, las cosas que no pueden
comprar el dinero y el estatus.
—Estuvo genial, Logan —elogio, después de que me he terminado toda mi
comida—. Gracias.
—De nada.
—Voy a lavar los platos.
—No, no pasa nada. Voy a echarlos en la lavaplatos después. —Me mira con
un toque de brillo en sus ojos—. Quédate aquí, ¿de acuerdo? No te muevas.
—Está... bien.
Me sonríe. Lo hace ver infantil y me encanta, porque tiene una tendencia a
ser demasiado serio. Espero que pueda llegar a ver más de este lado de él. Se va y
regresa un minuto después con un pequeño pastel de chocolate; con una sola vela
encendida en el centro.
Mi ritmo cardíaco se acelera y mis ojos comienzan a sentir un hormigueo y
queman.
—Feliz cumpleaños, Mia. —Me sonríe—. Sé que fue ayer, pero creo que
todo el mundo merece celebrar su cumpleaños, aunque sea un poco tarde.
Agacho la cabeza y trato de proteger mi sonrisa y mis ojos llorosos de él. —
Gracias —le digo en un susurro mientras pone el pastel en la mesa—. Esto es muy
dulce de tu parte. —Alejo de un golpe una lágrima que cae, avergonzada por mi
reacción a su consideración.
—Oye —dice suavemente, levantando mi barbilla para que se encuentren
nuestras miradas—. ¿Qué pasa?
—Nada. —Me alejo de su agarre con un movimiento de cabeza—. Es solo
que... no puedo recordar la última vez que me dieron una tarta de cumpleaños. —
Me observa, descansando en cuclillas y me da esa mirada que se está volviendo
demasiado familiar, la que me dice que siente lástima por mí.
Lo odio, odio que me mire de esa manera y que me importe. No debería
importarme lo que piensa o siente por mí, pero por desgracia me importa. —No
tengas lástima de mí, Logan. Por favor.
—Yo no lo tengo.
—Veo cómo me miras.
—No es lástima, Mia. ¿Me siento mal por algunas de las cosas que has
46
pasado? Sí. Por supuesto, pero sobre todo estoy impresionado de tu capacidad de
recuperación. Eres una chica muy fuerte.
—Me gustaría pensar que sí.
—Lo eres. Reconozco la fuerza cuando la veo. Ahora pide un deseo y sopla
la vela así podemos comer esta cosa.
Pide un deseo... un deseo... ¿Qué desearía si pudiera tener algo que quisiera?
La respuesta a esa pregunta me asusta tanto como me gustaría negarlo, lo único
que quiero ahora es más de Logan Tate. Soplo la vela, dejando que el pensamiento
permanezca en mi mente.
—¿Qué deseaste?
—No puedo decirte.
—Claro... tengo algo más para ti —dice, caminando hacia un gabinete
cercano y sacando algo de un cajón—. Elegí esto hoy temprano. No te asustes, ¿de
acuerdo? No era tan caro. —Se sienta y me entrega una caja envuelta en papel azul
con una cinta blanca en la parte superior.
Lo miro con incredulidad. Quiero decir algo, pero no puedo, y después de
un momento, desato con cuidado la cinta y abro el papel de regalo, con cuidado de
no romperlo. Dentro de la caja hay una pequeña cámara digital negra. Levanto la
vista hacia él, aturdida por el simple hecho de que me dio algo por mi cumpleaños,
por no mencionar que es una cámara. Es sin duda el regalo más afectuoso que
alguien me ha dado y porque viene de él, sé que la atesoraré siempre.
—Lily crece cada vez más y pensé que te gustaría capturarlo en cámara.
Puedo escuchar la emoción en su voz, el placer que siente al darme algo que
sabe que necesito. Tiene razón, he pensado en ello varias veces en las últimas
semanas. Cuánto he querido documentar su crecimiento en fotos. Cómo he
querido capturar momentos con ella, pero no he sido capaz de hacerlo. —Mierda,
Logan... no sé qué decir.
—No tienes que decir nada. Solo tienes que usarla.
—Voy a... voy a utilizarla. Gracias. Esto fue muy amable de tu parte.
—Puedo ser un buen tipo. —Se encoge de hombros y ríe.
—Lo sé. Siento que estoy acumulando deudas contigo y me temo que nunca
vaya ser capaz de pagarlas.
—No quiero que me pagues. Solo quiero que Lily y tú sean felices, eso es
47
todo.
No estoy segura de cómo aceptar sus palabras de bondad, sus deseos para
nosotras, pero voy aprendiendo rápidamente que Logan Tate no se parece en nada
a lo que estoy acostumbrada. De hecho, es todo lo contrario.
7
Traducido por Vani
Corregido por Itxi
Logan trabajó la mayor parte del día de ayer, dejándonos solas en su casa.
Me colé en su computadora y pedí una copia del certificado de nacimiento de Lily,
luego pasé el resto del tiempo viendo la televisión por cable, configurando mi
cámara y lavando la mayor parte de nuestra ropa. En el momento en que él llegó a
casa, yo ya me encontraba dormida. Fiel a su palabra, instaló un monitor de video
en la habitación para que pudiera ver a Lily mientras dormía en su cuna. Una
cuna, que después de una cuidadosa inspección, parece ser de un material nuevo y
no de segunda mano. Un hecho que fue comprobado cuando me encontré con la
caja vacía para dicha cuna en el sótano, mientras buscaba el cuarto de lavado.
También encontré el recibo por el colchón de la cuna, la ropa de cama y el monitor
de bebé. Cada vez que creo que he visto el nivel de consideración de Logan, me
48
sorprende con algo más. Noto que mi guardia cae un poco más cada día y me
asusta terriblemente. Es difícil entender el miedo de otros, pero para mí,
“confianza” es el más grande de todos ellos. Confiar en alguien significa ser débil y
vulnerable, y me prometí que nunca volvería a ser ninguna de esas cosas.
Después de una larga ducha caliente, me seco y me cubro con una toalla
blanca de felpa. Decido echar un vistazo a Lily para ver si sigue dormida. Uso la
puerta que conecta con su dormitorio y la abro lentamente, para no despertarla si
continúa dormida. Entro silenciosamente en el cuarto, y me detengo en seco
cuando observo lo que está delante de mí. La luz temprana del sol ilumina desde la
ventana, haciendo destacar a Logan que se encuentra sentado en una mecedora
vieja y balanceando a Lily. Tiene una mirada somnolienta en su cara, su pelo corto
está un poco desaliñado, y la sostiene como si fuera una segunda naturaleza.
Algo dentro de mí se remueve al verlos juntos, haciendo que me derrita un
poco. La mira con amor y ella se aferra a su dedo inocentemente y, por un
segundo, me permito creer que encajan. Que no está totalmente fuera del ámbito
de posibilidades que un tipo como Logan acepte a una chica como yo y ame a una
niña como Lily. Nunca voy a entender la afición de Logan por cuidar de los demás,
tal vez porque nunca tuve a nadie que me cuidara, no de una manera real. Todavía
no se ha dado cuenta de mi presencia, así que vuelvo corriendo a mi habitación y
agarro la cámara que me dio. Preparo el objetivo y tomo unas cuantas fotos de
ellos juntos. El sonido del obturador le advierte de que estoy aquí.
La comisura de su boca se curva hacia arriba en una casi sonrisa.
—Hola —susurra. Su rostro enrojece un poco y creo que lo pude haber
avergonzado al tomar la foto, pero luego atrapo su mirada vagando por todo mi
cuerpo y me doy cuenta de que probablemente la causa es mi estado casi desnudo.
De repente soy muy consciente de que mi atuendo consiste en nada más que una
toalla.
—Mierda, lo siento. —Hago una mueca, retrocediendo lentamente—. No
sabía que estarías aquí y luego los vi y pensé en tomar una foto. Me olvidé de que
acababa de tomar una ducha.
Succiona su labio inferior, inclina la cabeza y me mira fijamente.
—Normalmente no me paseo en una toalla —divago, sacudiendo la cabeza.
Sueno como una idiota, pero estoy mortificada y no sé qué más decir.
—Eso es una lástima —responde con una sonrisa maliciosa.
Sus palabras provocan una reacción que no estoy del todo acostumbrada.
Mis pezones traidores se tensan y se ponen erectos bajo la toalla, mi piel empieza a
49
sentir un hormigueo y me siento ruborizada por todas partes. Estoy segura de que
me veo como un ciervo asustado por los faros, pero tengo muy poco control sobre
mi cuerpo en este momento. Lo oigo reírse cuando me apresuro a mi propia
habitación, cierro la puerta y me cambio rápidamente en un par de pantalones
negros de yoga elásticos y una camiseta gris oscura.
Después de golpearme mentalmente por ser tan estúpida, vuelvo a la
habitación de Lily al tiempo que Logan la pone boca arriba en su cuna. Continúo
sorprendida por lo natural de su comportamiento, es como si la hubiera estado
cuidando desde el principio. Se da vuelta y me mira desde el otro lado de la
habitación. —Veo que te has cambiado por algo más cómodo.
—Sí, lo siento por eso —contesto, encogiéndome de hombros—. No pensé
que estarías aquí.
Se pasa la mano por su pelo corto. —No podía dormir. Ella lloraba —dice,
señalando la cuna—, así que vine a ver cómo se encontraba. Oí la ducha, entonces,
pensé que podría cogerla para ayudarla a calmarse hasta que hubieras terminado.
—Gracias. —Miro la habitación y me fijo en la última pieza del mobiliario, la
mecedora muy blanca con cojines a juego. Mis labios se estiran en una sonrisa
brillante—. Entonces... —bromeo—. ¿De dónde viene la mecedora?
Devuelve mi sonrisa y niega con la cabeza. —De la cochera de mis padres.
—Sabes que estamos aquí solo por un corto tiempo, ¿verdad?
Ríe. —Lo sé. Lo sé. Puedes tomar todas estas cosas cuando te vayas. Me
haría feliz saber que Lily tiene lo que necesita.
No puedo mirarlo a los ojos. Su generosidad es difícil de aceptar y no me
gusta el hecho de que, en estos momentos, estoy a su merced. Me encuentro en
guerra conmigo misma, ansiando mi independencia, queriendo ser capaz de hacer
lo que debo como una adulta sin tener que depender de nadie. Al fin empezaba a
sentir que lo lograba cuando se produjo el asalto y descontroló todo. Ahora siento
que estoy de vuelta en el punto de partida. Por otro lado, parece que todavía me
encanta la sensación de estar aquí en la casa de Logan, bajo su cuidado. Recuerdo
que tengo que trabajar en la guardería mañana y que el transporte puede ser un
problema.
—Logan, tengo que trabajar mañana y...
—¿Qué? —insiste.
—Bueno, la guardería se encuentra a poca distancia de mi apartamento. Este
está mucho más lejos y no tengo un coche. —Me siento como una perdedora al
decirle esto. Tenía un coche en casa, uno bonito y nuevo que dejé cuando me fui. 50
No me arrepiento de la decisión, pero Dios, ese coche sin duda me vendría bien en
estos momentos.
—Ahh. Cierto —dice, dándose cuenta.
—Quiero decir, si hay un autobús cerca debería estar bien.
Pone su mano en su cadera y mira por la ventana un momento. —Alista a
Lily y nos vemos abajo.
Entorno los ojos, dándole mi mirada más confundida. —¿A dónde vamos?
—Te voy a llevar a conseguir una licencia de Pennsylvania.
—¿Cómo me ayuda eso sin un coche? —pregunto, confundida por el rápido
giro de los acontecimientos.
—Confía en mí —comenta mientras camina junto a mí, dejándome de pie en
la habitación de Lily.
Confianza... Esa palabra otra vez. ¿Soy capaz de confiar en alguien, de
confiar en Logan? Parece digno, pero si hay algo de lo que estoy segura es que las
personas no siempre son lo que parecen.
***
***
58
sentir el calor en mis mejillas y me siento completamente abochornada. Extiende
una mano para tomar la mía, pero lo esquivo.
—Lo lamento tanto. No debí haber hecho eso —digo.
Inclina una ceja, luciendo tan confundido como yo me siento. Niega con la
cabeza. —No, Mia.
—Lo sé —gruño cubriéndome los ojos con las manos. No quiero que vea mi
vergüenza—. Fue completamente inapropiado, tú has sido únicamente maravilloso
con Lily y conmigo y…
Estira de nuevo una mano hacia mí, pero doy un paso atrás. —Está bien,
yo…
—No, no está bien. —Suspiro, desviando la mirada—. Tengo que ir a
revisarla. —Salgo de la cocina y rápidamente subo a saltos las escaleras, entrando
en el cuarto de Lily y cerrando la puerta con seguro detrás de mí. La saco de su
cuna y me siento en la mecedora. La sostengo en mi pecho y coloco un beso en su
pequeña frente. Cierro los ojos, conteniendo las lágrimas, pateándome
mentalmente por lo que hice y esperando no haber abusado de la hospitalidad de
Logan.
Después de lograr que Lily se volviera a dormir, uso el baño que se conecta
a mi habitación para regresar. Simplemente no creo poder manejar toparme ahora
con Logan. Me cambio a un par de pantalones de pijama y una camiseta sin
mangas, luego subo a la cama. No puedo librarme de la vergüenza que siento. Es
decir, sí, Logan ha coqueteado conmigo una o dos veces, pero hay una gran
diferencia entre el coqueteo inocente y chuparle la cara a alguien. Tan estúpido
como fue de mi parte hacerlo, no puedo evitar deleitarme con lo bien que se sintió
estar en sus brazos y sentir sus brazos alrededor de mí. Mis labios todavía están
hormigueando.
Un leve golpe en la puerta me saca de mis pensamientos. Levanto la cabeza
justo a tiempo para ver a Logan abrir la puerta lentamente y asomar la cabeza.
—Hola.
—Hola —respondo, por dentro rogando que se apiade de mí y se marche.
Que me deje revolcarme en mi miseria y en mi desprecio en la soledad.
—¿Puedo entrar?
¿Qué se supone que diga? ¿No, Logan, no puedes entrar en un dormitorio
de tu propia casa? ¿Un dormitorio que me estás permitiendo usar gratis?
Dejo salir un suspiro y me apoyo sobre mis codos para verlo mejor. —Por
supuesto que puedes entrar. Es tu casa.
Cruza la habitación en un par de pasos rápidos y antes de que pueda
59
preguntar o protestar, está metiéndose en la cama y acostándose junto a mí encima
de las mantas.
Mis ojos se agrandan con sorpresa. —¿Qué estás haciendo?
Levanta los brazos y coloca las manos detrás de su cabeza, usándolas como
almohada. —Relajándome un minuto, ha sido un largo día.
—Tienes tu propio cuarto para relajarte, ¿no?
—Sí —responde, volviendo la cabeza a un lado para poder mirarme—, pero
quería hablar contigo. Esto es matar dos pájaros de un tiro.
Conozco a Logan lo suficiente para saber que no va a ningún lado hasta que
obtenga lo que quiere, así que hago lo único que puedo. Suelto un resoplido y
ruedo los ojos. —De acuerdo, habla.
—¿Quieres decirme qué sucedió abajo? —No hay ira en su voz, ni reproche
en su tono. Se encuentra imperturbable, en calma y sereno. Envidio su habilidad
para permanecer sensato.
—Yo… yo no sé, solo pensé que tal vez… yo…
—¿Qué?
Entierro la cabeza en la almohada y amortiguo el sonido de la respuesta. —
Pensé que tal vez querías que te besara.
—Te equivocas.
Oh Dios mío, si alguna vez hubo un momento en el que me gustaría que el
suelo se abriera y me tragara completa, es este. Este es por mucho el momento más
humillante de mi vida. —Sí, entendí eso —grazno.
Desliza una mano entre la almohada y mi cara y tira de mi mentón,
forzándome a levantar la mirada hacia él. —No quería que me besaras porque
quería ser yo el que te besara, y lo hubiera hecho, pero te me adelantaste, y me
gustó. Lo quería.
Inhalo bruscamente, esto no era lo que esperaba que dijera. —Pensé…
—Sé lo que pensaste y estoy diciéndote que estás equivocada. —Me acaricia
la mejilla como hizo antes en la cocina—. Te volviste loca y huiste antes de que
pudiera decir una palabra, Mia. Me importas, me gustas, y quizás siempre me has
gustado. Desde el primer día que te conocí, supe que había algo en ti.
—Logan, me alegra que te sientas de esa forma por mí, estoy bastante
segura que debes saber eso por lo que sucedió antes, y tan feliz como estoy de que
no estuve precipitándome sola, probablemente esta no sea la mejor idea. Vengo 60
con demasiado equipaje y ahora tengo muchísimos problemas para involucrarme
con alguien.
—Lily no es equipaje.
—Lo sé, no quise decirlo de esa manera, solo… no puedo.
Asiente lentamente. —De acuerdo, te respeto, Mia. Si así es como te sientes
con respecto a esto, entonces lo haremos a tu manera. Solo seremos amigos.
—¿Y en verdad estarás bien con eso? —Una parte de mí tiene la esperanza
de que diga que no, pero sé que es lo mejor. No me querría si supiera todo lo que
hay que saber sobre mí y se merece algo mejor. Alguien que pueda amarlo y darle
una familia propia, no una confeccionada.
—Claro —dice, cerrando los ojos.
—¿Qué estás haciendo ahora?
—¿Qué parece que estoy haciendo? Voy a dormir.
—Este no es tu cuarto.
—Duérmete, Mia. He tenido un largo día y estoy muy cansado para
moverme. —Debería luchar contra él, decirle que se salga y que no tengo intención
de compartirle mi cama o mi corazón, pero verá a través de la fachada. Sabe que
cada una de las palabras que acabo de decir fueron dichas con muy poca
convicción, y estoy comenzando a darme cuenta que nunca he querido que alguien
me ame más de lo que quiero que lo haga Logan Tate. En lugar de luchar una
batalla perdida, giro sobre mi costado y cierro los ojos, consolándome con el hecho
de que incluso si es por un poquito más de tiempo, Logan está aquí conmigo.
61
9
Traducido por Vanessa Farrow
Corregido por Karool Shaw
***
80
pantalones, manteniéndome efectivamente conectada a él. —Iré a cualquier lugar
contigo —dice, justo antes de bajar sus labios a los míos por lo que podría pasar a
la historia como el beso más dulce.
Le ordeno que se ponga ropa cómoda y abrigada mientras me ocupo de mis
asuntos corporales. Sé que amamantar es la mejor elección por el momento, pero
tener que bombear la leche a tiempo no es mi parte favorita de la maternidad.
Trato de terminar lo más rápido posible y con la mayor discreción, la idea de que
Logan sepa que tengo que hacer esto es vergonzosa. No quiero que me mire como
una fábrica de bombeo-de-leche. Me gusta que me vea como algo más que una
mamá. Treinta minutos más tarde, entramos en su camioneta, y yo en el asiento del
conductor.
—¿Seguro que te parece bien que conduzca tu camioneta? Podemos tomar
mi… quiero decir tu otro auto.
—Estoy seguro. Este es más cómodo que tu auto.
—Bueno —digo, teniendo esa familiar sensación cálida y difusa que consigo
cada vez que me dice algo dulce. Algo reflexivo que me desequilibra y provoca
que desaparezca mi resistencia contra su encanto.
—Así que… —Me codea, aplaudiendo y frotando sus manos—. ¿A dónde
vamos?
Revoloteo mis pestañas hacia él de una manera burlona justo antes de girar
hacia la carretera principal. —Ya lo verás.
—¿Por qué la repentina necesidad de mantener el secreto, ¿eh, jefa?
—Tu manipulación no funcionará conmigo, Logan —digo, dándole un
puñetazo juguetón en el brazo—. No es un secreto. Es una sorpresa. Hay una gran
diferencia, ya sabes.
—Cuidado con el golpe allí, golpeas como un hombre. Puedes lastimar a
alguien con esa cosa —bromea.
—Ohhhh sí, cierto. Mia grande y mala.
Se acerca y desliza su mano en mi cuello, dándole un suave apretón. —No
hay nada grande y malo en ti, Mia. Todo es suave y dulce.
Pasamos la siguiente hora escuchando música y hablando de cualquier cosa.
Sé, por las indicaciones que lanza su GPS, que nos acercamos.
—Así que, obviamente, vamos a algún lugar en Filadelfia. ¿Todavía no
puedes decirme dónde?
—¿Adivina?
—¿Al Museo de arte? 81
—No.
—¿Al Parque Franklin?
—No.
—Uy, ¿a la Campana de la Libertad?
—Algo que disfrutarías realmente —bromeo.
—Cariño, es domingo. Lo único que disfrutaría en un domingo de otoño es
el fútbol.
Le sonrío alegremente.
—Nooo. ¿Vamos a un partido de los Eagles?
—De acuerdo con esta cosa —digo, señalando el GPS—, sí.
—¿Qué? ¿Cómo? —pregunta, luciendo completamente adorable, con una
mezcla de sorpresa y excitación.
—Conozco gente —digo. Cuando Steven descubrió que quería hacer algo
agradable por Logan, fue capaz de conseguirme un par de asientos por parte de un
amigo suyo que tiene boletos para la temporada. Sabía que iba a ser la sorpresa
perfecta para él.
Momentos después, estacionamos y nos dirigimos hacia el estadio.
Nos acompañan a nuestros asientos y Logan me mira y sonríe.—¿Cómo
conseguiste asientos justo en la línea de la yarda cuarenta?
—¿Es bueno?
—¿Es bueno? Mia, estos asientos no podrían ser mejores. —Nos
acomodamos en nuestros asientos y por las próximas horas, Logan y yo somos una
pareja. Una verdadera pareja. Me explica lo que está pasando en el campo. Nos
agarramos de las manos y nos acurrucamos entre sí para mantener el calor. Es
hermoso, simple y normal, y alimenta una parte de mi alma que ha estado vacía
durante mucho tiempo, una oscuridad en mí que está hambrienta de luz solar. Me
siento como si hubiera estado luchando contra la corriente durante tanto tiempo y
con Logan por fin puedo dejarme llevar. Por fin tengo la libertad de ser yo, al fin
puedo permitirme confiar un poco.
Logan se da cuenta de que estoy exhausta cuando termina el partido y opta
por conducir a casa.
—¿Vamos a recoger a Lily? —pregunta mientras entramos a la carretera. 82
Dudo por un momento, de repente muy consciente de mi respuesta. —No.
Tu madre y tu padre van a cuidarla toda la noche.
Aparta la mirada y se aclara la garganta. —Oh, está bien. Eso fue amable de
su parte.
—Sí, pero siempre podemos llamarlos y recogerla si crees que es demasiado.
—No, no. Creo que es genial que te estén dando la noche libre, además de
que todavía no tienen nietos, así que te puedo garantizar que lo están disfrutando.
—A nosotros. Nos están dando la noche libre. Sé que su llanto también te
despierta.
—No es ninguna molestia. Amo a esa niña.
Inhalo profundamente; escucharlo decir que ama a Lily es como un sueño.
Causa una punzada en mi pecho y mis ojos empiezan a arder con las lágrimas no
derramadas. Pensar en que Lily tenga a Logan en su vida, un hombre bueno y
honesto que pueda enseñarle y mostrarle la diferencia entre el bien y el mal, es casi
demasiado para asimilar. Ya me había resignado a la idea de criarla por mi cuenta
como madre soltera. Nunca habría creído que alguien tan increíble como él querría
estar conmigo, una madre adolescente a la fuga.
—Ella, um… también te ama —digo en voz baja.
Tira mi mano en su regazo y entrelaza nuestros dedos; una conexión que, de
alguna manera, se siente diferente. Más fuerte, si eso es posible, y de repente, no
puedo esperar para llegar a casa. No puedo esperar para estar a solas con él, y ver
lo que nos depara la noche.
***
84
tomando respiraciones profundas y relajantes.
Hago una pausa en la puerta, poniendo mi frente en la madera fresca. Puedo
hacer esto. Me lo digo tratando de calmar mis nervios. Levanto la mano y toco
suavemente la puerta. Se abre un momento después y Logan se encuentra allí,
luciendo nada menos que hermoso, recién duchado y en un par de bóxers gris
oscuro.
Toma mi mano y suavemente me jala para que entre en la habitación. —
Nunca tienes que tocar, cariño —dice, cerrando la puerta tras de mí.
Simplemente asiento en respuesta y espero que no pueda percibir mis
nervios.
—Oye —dice, levantando mi barbilla hasta que se encuentran nuestros
ojos—. Nada tiene que pasar esta noche. Simplemente iremos tan lejos como
quieras, ¿está bien?
—Bien.
—Me gusta que uses mi ropa, te ves hermosa.
—Gracias.
—Vamos, ven a acostarte conmigo. —Hace las mantas a un lado y sube a la
mitad de la cama. Tomo su mano extendida y me uno a él. Me acerca hasta que nos
acurrucamos cara a cara. Acaricia mi mejilla de la forma que tanto me gusta y pasa
su mano por mi cabello. Su otra mano empieza a moverse, recorre de arriba abajo
mi brazo, nunca rompe el contacto visual mientras mueve su mano hacia mi
espalda, para frotar perezosos círculos alrededor de mi columna. Su mano viaja
lentamente hacia abajo hasta que llega al borde de mi camiseta y la desliza por
debajo, salto un poco al contacto directo con mi piel, pero rápidamente me
recupero y comienzo a disfrutar del masaje improvisado.
—Logan.
—¿Mmm?
—Bésame, por favor.
No hay necesidad de pedirlo dos veces. Nunca me haría rogar por lo que
quiero, esa es su manera de ser, dándome, necesitando complacerme y cuidando
de mí, y Dios me ayude, lo amo por eso. Lo amo y creo que lo he amado desde que
me rescató de mi apartamento, pero me encontraba demasiado asustada para
pensarlo y mucho menos creerlo.
Sus labios son suaves, complacientes. Sigue las pistas que le doy, tomando
más solo cuando está seguro de que me siento cómoda. Nos mueve para que yo
esté de espaldas y se coloca encima de mí, deslizando su mano bajo la parte
delantera de mi camiseta. Me sorprende lo mucho que me gustan sus manos sobre
85
mí, lo bien que me hace sentir. El calor entre mis piernas se profundiza cuando por
fin encuentra mi pecho y lo toma con firmeza, y luego se detiene suavemente en el
pezón. Las sensaciones que me provoca son intensas y me dejan con ganas de más,
necesitando más de lo que me puede dar porque es muy bueno en eso.
Antes de que pueda protestar, el beso se rompe y mi camiseta se ha ido. Mis
mejillas se enrojecen por la vergüenza ante la idea de que Logan me vea en nada
más que un par de bragas. Di a luz a un bebé hace apenas unos meses; mi cuerpo
se encuentra muy lejos de regresar a lo que era, y eso me cohíbe. Trato de cubrirme
con mis brazos, pero sacude la cabeza. —No. Eres jodidamente hermosa, nena.
—No lo soy.
Hace círculos en mis pechos con la yema de su dedo y mira cada centímetro
de mí, con nada más que lujuria en sus ojos. —Eres lo más hermoso que he visto en
mi vida. —Tira del lóbulo de mi oreja con sus dientes, haciéndome inhalar
bruscamente—. Quiero saborear cada centímetro de ti, Mia.
—¿Sí?
—Sí. ¿Quieres que lo haga? ¿Te gustaría?
—Yo… no lo sé —tartamudeo.
—¿No lo sabes? ¿Nunca nadie te lo ha hecho?
—No.
—¿No? Oh, cariño —dice con una sonrisa—, estoy a punto de mostrarte lo
que te has perdido. —Tira suavemente de mi ropa interior hasta que estoy
completamente desnuda ante él. Lo miro a los ojos y de repente no me siento
avergonzada. Me siento hermosa, Logan me hace sentir hermosa. Sus manos
comienzan a moverse de nuevo, masajeando gentilmente un camino hasta mis
piernas, donde sube y baja sus manos por mis pantorrillas, haciendo que mis
músculos se relajen con cada toque. Sus manos suben por la parte interior de mis
piernas y las separa suavemente, dándole una vista de acceso total a lo que soy—.
Oh, nena, eres hermosa.
Sus palabras me avergüenzan. No estoy acostumbrada a recibir ningún tipo
de cumplido. Cubro mis ojos con las manos.
—No, no —dice, jalando mis brazos hasta que liberan mi cara—. No te
escondas de mí, amo todo lo que veo y quiero que te sientas segura, ¿de acuerdo?
Abro la boca para responder justo cuando roza mi núcleo húmedo con sus
dedos. Mis caderas se levantan de la cama mientras dejo salir un grito. —Sí.
—¿Sí? —pregunta con una sonrisa—. ¿Sí te sientes confiada o sí te gusta que 86
te toque así?
Frota de nuevo y suelto un gemido.
—¿Cuál, nena? ¿Mmm? ¿Debería detenerme?
—No. No te detengas.
—Esa es mi chica —dice, separando más mis piernas y bajando la cabeza,
dándose un mejor acceso a mí. Estoy gratamente sorprendida cuando su lengua se
reúne con mis pliegues húmedos y lame un camino hasta mi clítoris, donde
comienza un suave asalto. Con cada segundo que pasa, pierdo más de mi control,
levantando mi cadera hasta que encuentro el ritmo circular que coincide con el
movimiento de su lengua. Una persistente presión se empieza a construir en mí.
Llega a la cima y entonces reside, una y otra vez, y cada vez que encuentra esa
cima donde se hace más fuerte, causa que mis piernas se debiliten. Las manos de
Logan agarran mi cadera, manteniéndome firmemente clavada en el colchón.
Agarro su cabeza y me aferro con fuerza mientras mueve su lengua en cada grieta
hasta que me corro, perdida en una explosión que corre por todo mi cuerpo, y me
enciende desde adentro. En una neblina, me escucho llamando a Logan mientras
me extrae cada gota de placer. Cierro los ojos y tiro la cabeza hacia un lado,
mientras bajo de lo más alto que he experimentado.
—Oh, Dios mío —digo sin aliento.
Se ríe y entierra la cara en mi cuello. —¿Fue bueno para ti, nena?
No puedo evitar reírme por su comentario. Nunca imaginé que luego de
todo lo que pasé, podría sentirme así de feliz. Que podría sentirme así de libre y
que podría experimentar esta intimidad con alguien. Logan se cierne sobre mí de
nuevo, sus ojos son líquidos de deseo y eso es todo lo que toma para que quiera
más, necesite más de él. Agarra mis manos y las tira sobre mi cabeza, envolviendo
sus manos alrededor de mis muñecas y fijándome en la cama mientras entierra su
cabeza en mi cuello y comienza a besarme ahí.
Una sensación de pánico comienza a afectarme y resurge un recuerdo,
estrellándose al frente de mi mente, transportándome en el tiempo, y de repente
estoy atrapada bajo fuertes manos, incapaz de moverme. Un gran cuerpo apoyado
sobre mí, susurrándome cosas horribles al oído. Haciendo que tenga miedo de
moverme, de luchar, convirtiéndome en una participante involuntaria en una serie
de actos crueles, forzándome a crecer antes de tiempo, arrebatándome toda la
inocencia y la ingenuidad de una chica joven. Lucho en contra del recuerdo, lucho
para mantener el buen juicio, para recordar que estoy con Logan y no… no con
alguien que me haría daño intencionalmente. Una solitaria lágrima se escapa de
mis ojos y sacudo la cabeza. Tratando de desplazar el recuerdo de mi mente, y 87
alertando a Logan de mi malestar. Me mira y sus ojos se amplían con la señal de
mis lágrimas. Puedo sentirme temblando y odio haber tenido esta reacción hacia él.
—¿Cariño?
—Suéltame —ruego a través de un flujo constante de lágrimas.
Me mira sorprendido, obviamente confundido. —¿Qué? ¿Mia?
—Suelta mis muñecas, Logan —lloro—. Ahora.
—Está bien, está bien… cariño, solo soy yo, lo siento —dice, soltándome.
Me pongo en una posición sentada y envuelvo los brazos alrededor de mi
cuerpo tembloroso. Trato de obligarlo a calmarse, pero no sigue mis órdenes. —No
me gusta ser sostenida —admito suavemente.
Se mueve de mi lado hasta que está frente a mí. Vacilante, levanta mi
barbilla para que pueda mirarlo a los ojos. Niega lentamente. —Nunca lo volveré a
hacer… Shhh, está bien, cariño. Por favor, no llores.
Agarro sus hombros y lo jalo en un abrazo, hundiendo mis uñas en su
espalda mientras trato de calmar mis sollozos. —Lo siento, lo siento mucho, solo
estoy siendo estúpida.
—Nunca podrías ser estúpida, Mia. Mírame —dice, alejándose un poco para
que pueda ver su rostro—. Nunca podrías ser estúpida para mí, ¿de acuerdo?
—Está bien. —Asiento lentamente.
Acaricia mi pelo lentamente, llevándome a un lugar más tranquilo. —
¿Quieres hablar de ello?
—No, yo… me molesta no ser capaz de usar mis manos.
Asiente y luego nos mueve hasta que nos encontramos acostados en su
cama enorme, conmigo escondida de forma segura en el hueco de su brazo. —
¿Con cuántos hombres has estado, Mia?
—¿Qué? —pregunto, deseando que lo deje pasar.
—Sexualmente, ¿cuántos ha habido?
—Uno, solo… solo uno. —Es la verdad, incluso si no le puedo decir todo, si
no puedo darle los sórdidos detalles del pasado, le puedo dar una verdad.
—El padre de Lily… ¿Acaso él…? Mia, ¿te hizo algo? Te…
Cierro los ojos sin querer mirarlo. Tratando de sacar sus palabras de mi
88
mente. —No, pero por favor… por favor, Logan, no vayas allí, simplemente
olvídalo, por favor.
—Puedo ayudarte… si algo te pasó.
—No pasó nada, ¿de acuerdo? —espeto. Trato de alejarme, pero me sostiene
más fuerte. No es amenazante, sino enérgico. Tomo una respiración profunda y
corrijo mi actitud—. Lo siento. Comencé a tener relaciones sexuales antes de estar
lista y no fue de lo mejor, solo olvídalo.
La preocupación en sus ojos y su cálida mirada me dice que entiende que el
sexo para mí nunca ha sido una opción, pero nunca se lo confirmaré. Nunca voy a
hablar de ello con él ni con nadie.
—Mia…
—¿Podrías abrazarme? Por favor —digo, tirando sus hombros en un intento
de acercarlo más a mí.
—Por supuesto —responde, envolviéndome en sus brazos.
—Lo haré mejor la próxima vez, te lo prometo —digo en voz baja.
—Cariño, lo hiciste bien. Lo hiciste genial —dice, acariciando mi mejilla.
Dios, me encanta tanto eso—. Te dije que solo con lo que te sintieras cómoda,
¿bien?
—Está bien. —Nos acostamos en silencio y mi mente corre a mil por hora al
igual que la de Logan, estoy segura, pero me acurruco profundamente en sus
brazos, dejando que me envuelva su calor, esperando que su fuerza me ayude a
mantenerme fuerte, que me ayude a dejarlo ir y borrar los oscuros recuerdos del
pasado.
89
12
Traducido por Mary
Corregido por Key
***
***
100
atuendo preferido para la hora de dormir. Subo a la cama y me cubro con las
sábanas justo cuando Logan apaga las luces, pero aun así, las luces de la ciudad
brillan a través de las ventanas e iluminan la habitación.
Me mira con una pizca de humor en su expresión. Me encanta cuando me
mira así. Ligero y libre, sin estrés, sin trabajo por el que preocuparse o vidas
pendiendo de un hilo. Solo permitiéndose ser descuidado. —¿Te divertiste hoy?
—Ha sido uno de los mejores días de mi vida —le respondo.
—¿Sí?
—Sí —digo, acomodándome entre sus brazos, con mi cabeza en la curva de
su cuello—. ¿Logan?
—¿Hmm?
Toco su oreja ligeramente con mi boca. —Dilo otra vez.
—Te amo, Mia.
—¿Logan?
—¿Hmm?
—Hazme el amor.
Levanta la cabeza abruptamente y me mira, negando lentamente. —Mia, no
te dije que te amaba para que me dejaras…
—Lo sé —digo, poniendo mis manos en su pecho desnudo y amando la
calidez que irradia de él—. Pero quiero, deseo saber lo que se siente cuando es
entre dos personas que se aman. Quiero que seas tú y quiero que sea esta noche.
Me mira durante un minuto, buscando algún tipo de duda o vacilación en
mi rostro, un toque de miedo quizá, pero no hay ninguno.
Tomar la decisión de estar con Logan es poderosa, porque es mi elección.
Emana de mi propio deseo y de mi amor por él, y tal vez incluso de la confianza
que logró ganarse lentamente.
Se inclina, pareciendo haber tomado una decisión y cubre mis labios con los
suyos, poniendo a mi cuerpo en alerta.
Al sentirlo dejo salir un bajo gemido, dándole la oportunidad perfecta para
deslizar su lengua en mi boca. Dejo que mis manos vaguen por su extensa espalda,
usándolas como una herramienta para acercarlo más a mí.
Rompe el beso y me quejo ante la pérdida.
—Quítate la camiseta —ordena. Sus ojos están líquidos por el deseo y, por la
forma en que me mira, me hace sentir hermosa, me hace querer hacer lo que sea,
101
todo para complacerlo.
Me incorporo un poco y me quito la camiseta por encima de mi cabeza,
tirándola al piso y luego me recuesto de nuevo.
Me mira, y me da una pequeña sonrisa.
—Tan malditamente hermosa —dice, agachando la cabeza para besarme en
la frente, en la nariz y al final en la boca. Sus manos comienzan a vagar, haciendo
círculos alrededor de mis senos sensibles, hacia mi estómago, trazando el contorno
de mi ombligo y luego finalmente…—. No estás usando bragas.
Me muerdo el labio y niego con la cabeza.
—Señorita Reynolds, estoy impresionado. Si no lo supiera bien, creería que
intentabas seducirme.
—Hubieras tenido razón —digo con un asentimiento de orgullo.
—¿Ah, sí? —pregunta, claramente divertido por mi respuesta—. Bueno,
entonces, prometo que voy a hacer que valga la pena. —Desliza su dedo entre mis
piernas.
Inhalo y cierro los ojos ante el contacto.
Continúa besándome y explorando con su mano, y cuando por fin alcanza
mi clítoris, es como si moviera un pequeño interruptor y me sumerjo en la luz. Al
principio masajea suavemente, provocándome gemidos desinhibidos.
Jadeo cuando desliza un dedo dentro de mí y comienza a bombear dentro y
fuera lentamente. A medida que se incrementa la sensación, su presión y ritmo
también lo hacen. Sus labios están en todos lados, haciendo suyo cada centímetro
de mí, tomando posesión de un modo que consigue que sanen las heridas en mi
corazón. El orgasmo me golpea rápido y duro, poniéndome al límite, mientras
grito por Logan.
—Eso es… Te tengo —susurra, sacando cada onza de placer que puede de
mí.
Cierro los ojos mientras floto de regreso a la tierra, intentando recuperarme
de la caída. Vagamente noto que Logan se aleja de mí. Luego escucho el sonido de
un envoltorio y minutos después vuelve, desnudo y cernido sobre mí, usando la
parte baja de su cuerpo para separar mis piernas. Puedo sentir su dureza cuando
se posiciona en mi entrada; sus manos ahora están a cada lado de mi cabeza. Es
cuidadoso en no tocarme ni mantenerme aprisionada.
—¿Estás bien? —pregunta, besando la comisura de mi boca.
—Sí —respondo, buscando sus ojos para reconfirmárselo.
102
—¿Estás segura de que quieres que continúe?
Sé que se detendría si se lo pidiera. Haría que estuviera bien retractarme y le
pondría fin a esto, pero hacerlo significa rendirse; renunciar y dejar que mi miedo
me guíe y realmente quiero dejar ir todo eso.
—Estoy segura. Estoy lista.
—¿Hay algo más que pueda asustarte?
—No, solo no me aprisiones… y ve lento —añado rápidamente, enterrando
mi cara en la curva de su cuello.
—Nena, mírame —dice. Me alejo lentamente y miro su hermoso rostro—.
No te lastimaré. Lo prometo.
Asiento.
—Voy a entrelazar mis manos con las tuyas, ¿de acuerdo? Pero no te
aprisionaré, simplemente sostendré tus manos. —Junta nuestras manos mientras
dice que lo hará y espera mi reacción—. ¿Está bien?
—Sí. Está bien.
—Mírame, concéntrate en mí. Solo somos nosotros. —Baja su frente a la mía
y lentamente se desliza dentro de mí—. Solo somos tú y yo…
Continúa susurrando, entendiendo mi necesidad de seguridad.
Entendiendo que los malos recuerdos tienen el sucio hábito de resurgir en los
momentos más inoportunos, pero esta noche no, porque esta noche se trata de
nosotros, y el amor de Logan me hace más fuerte. Somos solo nosotros y el pasado
no puede tocarme. El pasado no puede herirme cuando estoy con Logan, porque el
pasado es oscuridad, pero Logan es la luz, y siempre y cuando esté en la luz, estoy
a salvo y protegida.
Una vez que me adapto a la sensación de tenerlo dentro de mí, asiento con
la comprensión de sus palabras, apenas balanceando mis caderas para indicar mi
deseo de que se mueva.
Me besa de nuevo, enredando su lengua con la mía mientras comienza a
moverse dentro de mí, impulsándose lentamente dentro y fuera con movimientos
circulares. Nuestras manos unidas, labios mezclados, cuerpos conectados, mis
piernas envueltas instintivamente a su alrededor, mientras nos fundimos y cada
parte de mí está atada a él, entrelazados, y nada más importa. No hay fantasmas
aquí, ni miedo. Solo somos Logan y yo, enamorados, expresando ese sentimiento
de la manera más natural. Jadeo y gimo suavemente cuando incrementa su ritmo, 103
al tiempo que la presión comienza a construirse de nuevo.
—Oh, Dios, Mia —dice en mi oído mientras incrementa su ritmo aún más,
apretando más mis manos y llevándome al límite otra vez.
—¡Logan…! —grito, en tanto intento respirar entre las conmovedoras
sensaciones que luchan por tomar mi cuerpo.
—Estoy justo aquí, déjate llevar. —Suelta mis manos y levanta mi trasero
para darle mejor presión.
Sus ojos están fijos en mí, lujuriosos y frenéticos, y cuando su boca baja
hacia la mía, se libera la presa y estoy inundada con el clímax, sobrepasada por las
sensaciones, y todo ello me hace quererlo aún más. Lo quiero por amarme, por
hacerme el amor y por liberarme de las cadenas que he cargado conmigo durante
mucho tiempo. Llega a su liberación y su cara está enterrada en la curva de mi
cuello, al mismo tiempo que deseo poder embotellar el momento y mantenerlo
cerca, cargarlo conmigo eternamente para ser siempre capaz de recordar cómo se
siente la perfección.
14
Traducido por Adriana Tate
Corregido por Meliizza
106
—Totalmente. Ve.
—Está bien. —Camino hacia las escaleras de nuestra habitación, me cambio
a un suéter y, sin gracia, me tiro en la cama. Logan viene unos minutos después
con una aspirina y una botella de agua. Estoy temblando del frío, así que me mete
debajo del edredón para calentarme. No me toma mucho tiempo quedarme
dormida.
La habitación está completamente oscura cuando me despierto. Miro el reloj
en la mesita de noche y estoy sorprendida por lo tarde que es. Inmediatamente mis
pensamientos van hacia Lily, ya que no ha sido alimentada en horas. Me saco el
edredón de encima y me levanto. Mis músculos están adoloridos, duele caminar, y
me doy cuenta que la fiebre ha regresado.
Abro la puerta y entro en el pasillo. Estoy a punto de bajar las escaleras
cuando el sonido del agua corriendo se registra en mi cabeza. Me giro hacia la
dirección del baño que se conecta con la habitación de Lily. Oigo la voz de Logan,
pero es tan baja para mí que no puedo escuchar lo que está diciendo.
Camino de puntillas hacia la puerta, me inclino hacia delante, y cuando
echo un vistazo en el baño, veo a Lily montada en su bañera para bebés y
chapoteando con sus pies.
Cuando el agua salpica, Logan se limpia la cara y se ríe. —Está bien
pequeña traviesa, este es tu baño no el mío —le dice con una sonrisa. Cierra el grifo
y agarra la toalla, expandiéndola en su regazo hasta que está completamente
abierta. Saca a Lily de su pequeña bañera, la acuesta en su regazo, y suavemente la
envuelve en la toalla.
La lleva a su habitación y la acuesta sobre la mesa para cambiar pañales.
Luego le coloca el pañal sin vacilar, asegurándose de que está abrochado y en su
lugar. Echa un chorrito de crema para bebés en sus manos y suavemente la frota
sobre su piel. Por último, saca un pijama de su gaveta y la viste. Durante todo el
tiempo, teniendo juguetonas conversaciones unilaterales con ella.
—Sé que estás parada allí, Mia. Puedes dejar de fisgonear.
Suelto una risita. —No estoy fisgoneando, es que eres tan bueno con ella. Es
adorable.
—¿Te sientes un poco mejor? —Me mira, sus ojos se mueven por mi cuerpo
como si estuviera buscando señales de vida.
—Todavía tengo fiebre, creo.
Carga a Lily una última vez antes de plantar un beso en su cabeza y
colocarla en la cuna. —Regresa a la cama. Te llevaré más aspirina y un poco de té. 107
—Tengo que alimentarla.
—Ya lo hice.
Inclino la cabeza hacia un lado de modo interrogante. —¿Ya la alimentaste?
—Sí.
—¿Con qué? —Lo miro como si hubiera perdido la cabeza. Casi estoy
asustada de escuchar su respuesta.
Camina por la habitación y se detiene cuando está a unos centímetros de mí.
Su rosto muestra una pizca de humor cuando me sonríe. —Con uno de los muchos
biberones de leche materna que tienes almacenado en el fondo de mi refrigerador.
Jadeo y me cubro los ojos, bastante segura de haberme puesto de varios
tonos de rojo. —¿Sabías que eso se encontraba allí?
—Es un poco difícil de pasar por alto, nena.
—¿Crees que es asqueroso? —le pregunto, echando un vistazo a través de
mis dedos.
Quita mis manos de mi cara y niega con la cabeza. —No. Creo que así es la
vida. Creo que eres una madre increíble y no tienes que esconderlo en el fondo del
refrigerador. Ya sé que están ahí.
No digo nada, solo apoyo la cabeza en su pecho y envuelvo mis brazos
alrededor de su cintura.
Me abraza un momento, meciéndome de atrás hacia delante suavemente. —
Vamos a llevarte a la cama. —Me mete en su costado y me lleva de regreso por el
pasillo. Luego me ayuda a meterme a la cama y promete regresar con una aspirina.
Me quedo acostada allí, con mi mente corriendo a mil por hora. He visto
atisbos de Logan vinculándose emocionalmente con Lily en el pasado, pero verlo
con ella ahora simplemente me conmovió. Siento mis ojos llenarse de lágrimas no
derramadas. No es que esté disconforme, sino triste de que Lily naciera en esta
situación. Que no pudiera tener una madre y un padre que la amaran y la
quisieran desde el principio. En cambio obtuvo a alguien como yo, que no sabía
nada acerca de ser madre, excepto que no quería parecerse en nada a la mía. Me
tuvo a mí, que debí llevármela para escapar tan pronto como salimos del hospital,
yendo de ciudad en ciudad y escondiéndola en habitaciones de hotel hasta que
finalmente llegamos aquí.
¿Qué tipo de inicio es ese para su vida? Alejo esos pensamientos de mi 108
mente, recordándome que esta era la única opción, la única forma de que Lily y yo
permaneciéramos juntas. Hice lo mejor que pude por nuestra pequeña familia y
encontrar a Logan fue un bono increíble. Si se queda o no, estaremos totalmente en
deuda con él.
—¿Estás bien? —pregunta Logan, sentándose en el borde de la cama.
—Sí. Solo pensaba en lo lejos que hemos llegado Lily y yo. Me preocupa,
¿sabes? Me preocupa que le esté haciendo daño, que no le esté dando lo que
necesita.
—Eso es una locura. ¿Podría haber tenido una buena vida con padres
adoptivos? Sí, Mia, sí podría y podría haber sido feliz, pero tú eres su madre.
Quisiste la oportunidad de criarla, te merecías esa oportunidad y, cariño, estás
haciendo un trabajo increíble. Ella es feliz, es amada y está bien cuidada. ¿Qué más
podría pedir?
Dos padres que la amen…
Quiero decirlo, pero no lo hago. Porque no es su problema y de verdad no
quiero que piense que Sarah tenía razón. Que estoy con él para que pueda tomar el
lugar del papá de Lily, porque eso no es verdad.
—Tienes razón —le digo con una pequeña sonrisa—. Solo dudo de mí
misma a veces.
—Bueno no lo hagas. Nunca dudes de ti. —Besa mi frente y me da la
aspirina. Me quita la botella de agua cuando he terminado de beber y me da un
tazón de sopa—. Come. Necesitas tener algo en tu estómago.
Hago lo que me pide, sin darme cuenta de lo hambrienta que me
encontraba, hasta que tomo un poco de la sopa caliente. Se siente extraño tener a
alguien para que me cuide de esta manera.
Cuando era más joven y me encontraba enferma, tenía que valerme por mí
misma. Apenas podía hacer que mi mamá me llevara al médico, por no hablar de
que cuidara de mí. Veía la relación que mis amigos tenían con sus padres y
deseaba tener lo mismo, pero mis padres se encontraban más preocupados por el
dinero y su situación financiera. Honestamente, creo que me tuvieron para
demostrar que tenían la familia perfecta.
Todo se trataba de apariencias para ellos, lo cual es el por qué haré lo que
sea necesario para asegurarme que la crianza de Lily sea diferente. Quiero que su
niñez sea mejor que la mía, y me aseguraré que eso suceda con o sin Logan.
109
15
Traducido por Annabelle
Corregido por Verito
Esta noche, Logan tiene el turno nocturno de nuevo. Considero que estos
momentos de su trabajo son los que más me cuesta aceptar. Cuando a tempranas
horas de la mañana no ha llegado a casa, mi mente da vueltas, preguntándome qué
estará haciendo allí afuera. Intento dormir todo lo que puedo entre las comidas de
Lily, pero se me hace difícil y me imagino que nunca se volverá más sencillo.
Suspiro de alivio cuando escucho la puerta de enfrente abrirse y luego
cerrarse; ya llegó a casa y sé que está a salvo. Veo encenderse la luz del baño
principal y supongo que debió haber entrado por el pasillo. Normalmente viene a
saludarme antes de ducharse, pero esta noche no es así. Le doy vueltas a la idea de
entrar allí para cerciorarme de que se encuentra bien, pero decido no hacerlo. Alejo 110
la preocupación de mi mente y espero, espero a que venga hasta mí. Que me diga
si sucede algo, aunque por dentro ya siento que algo anda definitivamente mal.
Unos minutos después, Logan entra a nuestra habitación usando solo una
toalla. Se salta el vestidor donde están sus calzoncillos y se dirige directo a la cama,
directo hacia mí. Alza las cobijas, lanza la toalla al piso y sube a la cama. Su cabeza
aterriza en mi pecho y mis manos lo envuelven instintivamente.
Masajeo suavemente la cima de su cabeza. No sé por qué me asusta su
comportamiento, pero no es un miedo de que vaya a lastimarme, se trata más de
un temor a que esté lastimado.
—¿Logan? —susurro suavemente. No necesito decir nada más, ya que
puede escuchar claramente la incógnita en mi voz.
Ladea la cabeza lo suficiente para mirarme. Cuando nuestras miradas se
conectan, puedo ver tristeza en sus ojos.
—A Tim le dispararon hoy —dice.
—¿Tim?
—Mi compañero.
Jadeo. —¿Al Oficial Clark?
No dice nada más, solo asiente.
Envuelvo los brazos a su alrededor y lo abrazo con fuerza. Mi corazón se
rompe por él, porque es claro que todo esto le afectó muchísimo. —Oh, por Dios,
Logan. ¿Se encuentra bien?
Se encoje de hombros. —No lo sé… La herida fue bastante grave y ahora
está estable, pero solo podemos esperar. —Puedo escuchar la derrota en su voz, la
tristeza y el miedo. Me abruma, y deseo poder protegerlo, escudarlo de su dolor,
pero sé que no es posible.
—¿Qué sucedió?
—Un robo en una tienda. El dueño encendió la alarma detrás de la caja
registradora, y fuimos la primera unidad en llegar a la escena. Llegamos justo
cuando el ladrón intentaba escapar. Tim se le acercó primero y el tipo le disparó; ni
siquiera lo pensó dos veces antes de hacerlo. Le dio justo en el pecho. Sin embargo,
no logró escaparse. Disparé mi arma y le di en el brazo.
—Amor, lo siento muchísimo. No sé qué más decir.
—Lo que estás haciendo está genial. Es perfecto. Esto es exactamente lo que
necesito.
111
Se queda allí tendido por un rato, descansando en mis brazos hasta que su
respiración se establece y pienso que finalmente se ha quedado dormido, pero de
pronto, su voz rompe el silencio.
—No estoy seguro de si podré lidiar con la perdida de alguien más.
Me pongo alerta, sin estar muy segura de lo que en verdad está diciendo. —
¿Qué quieres decir? ¿A quién has perdido?
Se aleja de mí y se recuesta sobre su almohada, luego se cubre el rostro con
su brazo. —A nadie, es solo que…
Alejo el brazo de su rostro. —¿Confías en mí? —Me mira con ojos tristes y
acaricia mi mejilla—. Créeme, puedes contarme.
Se toma otro segundo, pero al final, contesta—: A Amy.
—¿Quién es Amy?
Respira profundo y sonríe con nostalgia. —Amy era mi hermana mayor.
Murió cuando yo tenía dieciocho.
Esta declaración me toma por sorpresa. Además de Mandy y Chris, no tenía
idea de que tuviese otros hermanos.
—Lo lamento, yo…
—Está bien. Sucedió hace mucho tiempo.
Asiento lentamente, sabiendo que ha experimentado algo traumatizante en
extremo esta noche y que debo proceder con mucha calma. No quiero que se cierre
ante mí, justo ahora. —¿Me contarías sobre ella?
—Tenía veintiuno cuando resultó embarazada de un perdedor que conoció
una noche, en una fiesta. Durante un tiempo salieron pero terminaban y volvían a
menudo, y la familia nunca lo aprobó, pero cuando se enteraron del embarazo,
decidieron mudarse juntos. A nadie le agradó la idea, pero la apoyamos por el bien
del bebé. Hasta este momento, no estoy del todo seguro sobre qué sucedía entre
ellos, pero sí recuerdo que siempre volvía a casa a llorar en el hombro de mi
madre. Se sentía muy estresada. Tan estresada que entró en labor de parto dos
meses antes.
Acaricio su mejilla casi de la misma forma en que él acaricia la mía. —¿Qué
sucedió?
—El bebé nació muerto.
—Oh, Dios mío.
—Amy estuvo devastada. Nunca se recuperó de esa pérdida… entró en
112
depresión, dejó de hablarle a todos, dejó de salir y contestar nuestras llamadas. Sin
embargo, ocasionalmente iba a su departamento y me dejaba pasar. Intenté hacer
que hablara conmigo, que me dijera cómo se sentía, qué sucedía en su vida. Intenté
hacer que fuera a hablar con alguien, un profesional, o cualquier persona, pero
siempre me decía que estaba bien. Una vez me dijo que sufría de insomnio, pero
que su novio le daba pastillas para dormir y que la ayudaban.
—Continúa —insto suavemente.
—No tomó mucho tiempo antes de que se volviera dependiente, Mia.
Sucedió muy rápido, justo bajo las narices de todos, y no mucho tiempo después,
se convirtió en adicta. Para el momento en que nos dimos cuenta, la cosa iba
mucho más allá de medicinas prescritas.
—Guau. —Debo sonar como una idiota, pero honestamente, no sé qué más
decir. Simplemente, me siento tan triste que debo luchar contra las lágrimas para
que no caigan.
—Estuvo así por algunos años. Lucía peor y peor cada vez que la veía, pero
lo seguí intentando: una vez a la semana la visitaba después de la escuela y pasaba
tiempo con ella. Intentaba convencerla de volver a casa. Le hablaba sobre
rehabilitarse, pero simplemente se molestaba y me echaba.
—Lo lamento mucho, cariño.
Asiente en agradecimiento y continúa con la historia—: No tengo ni que
decirte cuál fue su destino. Un viernes por la tarde, pocas semanas antes de mi
graduación de secundaria, fui a su apartamento como siempre. Solo que ésta vez
no me abrió la puerta.
—Logan. —Me contraigo del dolor, temiendo esta parte de la historia y no
estando muy segura de querer escuchar el resto.
—Luego de quedarme allí en la puerta durante Dios sabe cuánto,
llamándola y tocando, intenté girar la manilla. Por supuesto, estaba abierta. ¿Sabes,
Mia? Pienso en eso todo el tiempo. ¿Por qué no intenté abrir la puerta antes? ¿Por
qué esperé tanto para hacerlo? ¿Qué hubiese pasado si hubiera logrado entrar lo
antes posible? ¿Pude haberla salvado?
—No… amor, no. No podías salvarla. Hiciste lo mejor que pudiste por ella,
estuviste allí para ella y eso es todo lo que importa.
—Estaba desesperado por ayudarla, por salvarla. Por traerla de regreso a
nosotros… pero ya se encontraba demasiado lejos. No sabía qué hacer, nadie sabía.
Nada funcionaba.
—Nadie tuvo la culpa. Ella tenía una adicción, se encontraba enferma — 113
digo, esperando que mis palabras estén logrando su objetivo.
—Fue luego de eso que decidí convertirme en policía. Para sacar de las
calles a tipos como la basura de su novio y ayudar a personas como Amy. Supuse
que si podía salvar a una persona, solo a una, entonces quizá su muerte no sería en
vano.
¿Esa era la razón por la que se sentía tan atraído a mí, y se involucró tanto
en mi bienestar y seguridad? Me duele siquiera pensarlo, y sé que ha pasado por
suficiente esta noche, pero aun así necesito saber. Necesito escucharlo.
—¿Logan? ¿Es por eso que me ayudaste? ¿Estás intentando salvarme a mí,
ya que no pudiste salvarla a ella?
—No —dice, sacudiendo la cabeza.
—No soy ella… no soy Amy —digo un poco más fuerte de lo que tenía
pensado.
—Oye… lo sé. Eres mucho más valiente de lo que fue ella, eres todo lo que
no pudo ser. Eres mucho más fuerte. Sé que no eres ella. Lo sé. Sé que eres
diferente, pero quizá en mi subconsciente, ella sea la razón por la cual me haya
sentido tan obligado a ayudarte. Lo lamento, Mia. Esto suena tan jodido —dice,
sentándose sobre la cama.
—Está bien —digo, sentándome junto a él—. No estoy enojada, lo entiendo.
Comprendo por qué verías similitudes entre ambas.
—No pude alejar mi mente de ti después de esa primera vez que nos vimos.
Sin embargo, no era solo porque me preocuparas, yo… pensé que eras hermosa.
Me siento agradecida por el manto de oscuridad que en este momento me
provee la habitación. No quiero que vea mis mejillas sonrojadas.
—Pero hubo esa parte de mí que pensó en lo que hubiese ocurrido si…
—¿Qué?
—¿Qué pasaría si algo sale mal? ¿Qué pasaría si le sucede algo malo? ¿Será
eso lo que la enviaría al mismo camino que siguió mi hermana? Luego cuando me
llegó el reporte de allanamiento y me di cuenta que era tu apartamento… tan
pronto como abriste la puerta supe que no podía dejarte allí, Mia. No podía
hacerlo.
—Me alegra. Estoy feliz de que no me hayas dejado allí. Te amo tanto,
Logan.
114
Se inclina hacia mí y me besa. —Yo también te amo. —Me empuja hacia la
cama y se queda suspendido sobre mí, mirándome y buscando mi aprobación.
Envuelvo los brazos alrededor de su cuello y lo jalo más hacia mí. Es todo el
permiso que necesita.
Rápidamente me quita la ropa interior, lanzándola al suelo y rebuscando un
condón en la mesa de noche. Rompe el envoltorio con sus dientes y lo envuelve
sobre su miembro a la velocidad de la luz.
Esta noche no hay juegos previos. Simplemente se desliza dentro de mí
hasta entrar por completo. Logan es bueno en hacer que el sexo sea sobre mí, se
preocupa de que la experiencia sea grata y placentera para mí, pero esta noche se
trata solo de él. Lo necesita y yo quiero dárselo.
Deslizo mis manos por su espalda y me sostengo mientras entra y sale de mí
lentamente. Besa mi cuello y muerdo ligeramente el lóbulo de su oreja. Muevo las
caderas lentamente y sigo su ritmo, intensificando la deliciosa fricción que se
produce con cada movimiento que hace. No me toma mucho comenzar a sentir esa
sublevación tan familiar.
—¡Logan! —digo.
—Déjate ir para mí, amor —susurra.
Envuelvo las piernas alrededor de su cintura y mis manos aprietan sus
hombros mientras el clímax se apodera de mí. Logan me sigue poco después con
su propia liberación, diciendo mi nombre al correrse. Me sostengo a él con fuerza,
frotando su espalda mientras colapsa sobre mí, cuidadoso de no apoyar todo su
peso sobre mi cuerpo.
Me besa de nuevo, como una muestra final de afecto antes de alejarse. Se
recuesta de nuevo en su lado y me acurruca contra su cuerpo, antes de cerrar los
ojos y sucumbir ante el sueño.
115
16
Traducido por florbarbero
Corregido por Dannygonzal
131
Dejo escapar un resoplido frustrado y me doy la vuelta para que mi espalda
quede hacia él. Deja salir un suspiro de exasperación y apaga las luces. Lo siento
acomodándose a mi lado y odio la tensión entre nosotros. Sé que la he causado yo,
que soy la razón, pero no sé qué más hacer. Lo que sí sé es que estoy manejando
esto de una manera completamente equivocada.
Coloca la mano a sobre mi abdomen, me agarra firmemente y me jala hacia
atrás, hasta que nuestros cuerpos se fusionan; su parte frontal sobre mi espalda. Su
cara está enterrada en el rincón de mi cuello, y una sensación de alivio pasa sobre
mí. Odio que esté enojado conmigo, y aunque nuestro futuro juntos todavía es
incierto, me hace feliz saber que sigue queriendo esta conexión entre nosotros.
Cierro los ojos, tratando de excluir toda la preocupación que nada en mi cerebro.
Pero cuanto más permanezco aquí, más se amarga.
—¿Logan? —susurro, sin querer despertarlo si ya se ha dormido.
—¿Hmm?
—Todo lo que te dije anoche, sobre lo mucho que te amaba… fue real. —
Necesito que entienda que son puros mis sentimientos hacia él. Él y Lily son todo
para mí, y quiero que vea que la única razón por la que sacrificaría estar con él es
para mantenerla a salvo.
—Te creo.
—Solo quería mostrarte lo que significas para mí una última vez antes de
irme. Necesitaba demostrártelo, de modo que cuando me hubiera ido, supieras que
no fue todo una mentira. Que mi necesidad de mantener a Lily segura es la única
razón detrás de que intentara huir.
Aprieta su control sobre mí y besa la cima de mi cabeza. —Entiendo.
Me acerco y me refugio más cerca de él. Sin preocuparme más. No creo que
pueda dejarlo ahora, incluso si tuviera los medios para hacerlo. Sinceramente, creo
que este es mi lugar, pero eso no cambia el hecho de que hay amenazas muy reales
acechando más allá de las paredes de este pequeño capullo que hemos creado.
—¿Logan?
—¿Sí, Mia?
—Tengo miedo.
Me da un suave apretón. —Lo sé, nena, pero nadie puede hacerte daño ni
apartarte de Lily. Sé que estás asustada, pero no puedes seguir corriendo. Es hora
de que te pongas de pie y pelees.
Lo que Logan no comprende es que la verdadera amenaza es mucho más
real que solo la visita a la ciudad de mis padres con un abogado. La amenaza que
percibe no es nada comparada con la realidad, y por mucho que lo aborrezca, por
132
mucho que me dé miedo, no tengo más remedio que decirle la verdad. Necesito
decírselo todo para que pueda decidir, con los ojos bien abiertos, si Lily y yo
valemos la pena el riesgo. Me hago a la idea, tengo que decirle la verdad… pero
esta noche no. Necesito que me sostenga una noche más antes de tener que revivir
todos los demonios que he tratado de dejar atrás.
—Lamento haberte lastimado —digo—. Eres la última persona a la que
querría herir, simplemente no quería traer mis líos a tu puerta.
—Tus líos son mis líos, nena. Eso es lo que significa amarte. Todo aquello
que te lastima, me lastima a mí también. Es mi trabajo asegurarme que te sientas
segura y protegida, y no voy a dejar que nadie te haga sentir menos que eso.
Lucho para dormir, hago todo lo posible para luchar contra los recuerdos
del pasado y los temores del futuro. Me aferro al hecho de que, por esta noche al
menos, el amor de Logan es verdadero.
Es puro y real, y puedo refugiarme en eso.
***
Mis ojos se abren con agitación, asimilando los brillantes rayos de sol de la
mañana que brillan a través de la ventana.
Cierro los ojos y me estiro sobre la gran cama. Escucho ruidos, pero la casa
está, extrañamente, en silencio. Logan ya debe de haberse ido a trabajar y Lily debe
de seguir durmiendo, lo que es raro. Decido aprovechar el tiempo de silencio y
dormir un poco más. No es como si todavía tuviera un trabajo al que llegar ni nada
urgente. No tengo dinero, y la triste verdad es que no estoy segura al dejar la casa,
no mientras haya una posibilidad de que Nick esté por aquí. Esta noche, cuando
Logan vuelva a casa del trabajo, le diré la verdad. Le contaré todo sobre mi historia
con Nick, y espero que cuando acabe, todavía me quiera. Asumiendo que entienda
y pueda aceptarlo todo, él sabrá qué hacer a continuación, sabrá qué medidas
debemos tomar para garantizar nuestra seguridad. Tengo que creer que todo va a
salir bien, que Lily y yo vamos a tener la vida que nos merecemos.
Me sacudo y doy vueltas un poco, incapaz de ponerme cómoda, para al final
renunciar a la idea de dormir más de lo habitual. Me levanto y uso el baño rápido
para poder entrar y comprobar a Lily antes de prepararme algo para desayunar y
comenzar a lavar la ropa. Voy por el pasillo hacia su habitación y abro la puerta en
silencio, cuidando de no despertarla si sigue dormida. Busco sonidos de su arrullo 133
o crujido de las sábanas, pero no hay ninguno. Silenciosamente, de puntillas,
atravieso la habitación hacia su cuna, bajo la mirada, y jadeo al verla vacía delante
de mí.
Se acelera mi ritmo cardíaco y mi cuerpo entra en estado de alerta. Trato de
mantener la calma y mirar en torno a la habitación.
¿Podría haberla llevado Logan? ¿Sacarla a su columpio o al corralito, tal vez?
Mi cuerpo está en estado de shock, incapaz de moverse, pero me obligo a
seguir y correr hacia abajo. Me encuentro en la sala de estar, justo en el lugar en
donde por lo general se encuentra su corralito. Mis rodillas se debilitan y tengo que
sostenerme del borde del mismo.
No está aquí.
—Lily —grito mientras tengo un ataque de pánico.
Miro a mi alrededor, revisando mi entorno y lo sé. Sé que la tiene él. Nick,
tiene a Lily. Trato de mantener el control de mis emociones. No puedo perder el
control, tengo que llamar a Logan. Él sabrá qué hacer. La recuperará.
Corro a la cocina y agarro el teléfono, marcando el número de celular de
Logan lo más rápido que puedo. Va al buzón de voz y dejo escapar una maldición
antes de colgar y volver a intentarlo.
—Por favor, contesta. Por favor, por favor, por favor —digo para mí misma,
reprimiendo las lágrimas que amenazan con salir.
—Hola, cariño, ¿estás bien? —responde. La preocupación es evidente en su
voz; nunca lo llamo al trabajo.
—Logan, ¡ha desaparecido! —grito. Ya no puedo controlar las lágrimas, el
sonido de su voz me permite dejar ir las emociones.
—Mia, cálmate —dice con firmeza—. ¿Qué estás diciendo?
—Lily… Lily ha desaparecido, él se la llevó, Logan. La tiene. Tienes que
ayudarme.
—Cariño, Lily se encontraba en su cuna hace una hora. —Suena agitado,
asustado y confundido.
—No está ahí. Por favor, por favor, ayúdame. Le va a hacer algo, por favor
—ruego.
—Oh, Dios mío, Mia —jadea—. Voy a estar allí en diez minutos. Permanece 134
al lado del teléfono y lejos de las puertas y ventanas.
—Por favor, date prisa —digo antes de desconectar la llamada.
19
Traducido por Miry GPE
Corregido por Jasiel Odair
Después de colgar con Logan, subo las escaleras corriendo y apenas logro
llegar al baño antes de caer al suelo y expulsar violentamente el contenido de mi
estómago en la taza del baño. Me siento allí un momento y mi cuerpo tiembla
mientras trato de procesar lo que sucede. Echo agua fría en mi rostro, una y otra
vez. Me lanzo a buscar en mis cajones algo que ponerme, lo que en realidad no
importa. Solo necesito estar lista para ir a buscar a Lily. Me pongo un chándal y
mis tenis. Cojo mi móvil y compruebo si tengo alguna llamada o mensaje perdido.
Por supuesto que no. Además de Logan y su familia, nadie sabe este número.
Busco en todas las habitaciones de nuevo, sabiendo que es inútil, pero lo hago de
todos modos, diciendo una oración silenciosa para que Lily esté ahí cuando entro
en cada una. Para cuando bajo las escaleras, apenas puedo ver a través de la fuente
135
de lágrimas que cae de mis ojos.
Unos minutos más tarde, escucho una actividad agitada que proviene desde
afuera.
Logan irrumpe por la puerta principal, con un enjambre de personas detrás
de él. Corro a sus brazos y me rompo en incontrolables sollozos. Logan me levanta
y me lleva hasta el sofá, sentándome a su lado. Seco mis lágrimas mientras observo
la imagen frente a mí: Los oficiales de policía escaneando la casa, destrozándola, en
busca de cualquier evidencia de Lily.
—Sé que te estás volviendo loca, pero necesito que te sobrepongas —dice
Logan, haciéndome levantar la mirada y ver el dolor en sus ojos que reflejan el mío
propio—. Tienes que decirme lo que sabes, Mia. Necesito saber todo si quieres que
encuentre a Lily.
Asiento. —Está bien.
Se acerca y acaricia mi mejilla. —Mia, este es John. Escuchará mientras tomo
tu declaración.
—¿Por qué? ¿Por qué alguien tiene que escuchar?
—Porque eres mi novia, cariño, y el que yo tome tu declaración es un
conflicto de intereses. Ni siquiera debería hacerlo, pero lo haré de todas formas.
John se sentará y escuchará, algo así como un testigo.
Miro al oficial sentado ahí, odiando que escuche lo que tengo que decir a
continuación, pero en este momento no me importa quién lo escuche. No me
puede importar menos que sepan lo que pasó, siempre y cuando recupere a Lily.
—Está bien —digo en voz baja.
—¿Quién se llevó a Lily? —pregunta Logan, yendo directamente al grano.
—Su nombre es Nick Barnes.
—¿Cómo lo conoces?
Observo más allá de él y miro por la ventana, dejando que mis ojos se
centren en algo que no sea su cara. —Es el mejor amigo de mi padre. Mi padrino.
Acuna suavemente mi barbilla con su mano y gira mi rostro, forzando a que
mis ojos regresen a él. —¿Por qué se llevaría a Lily?
Cierro los ojos y me armo de valor para lo que vendrá, ya que sé que le
sorprenderá mi admisión. Respiro profundo y abro los ojos, permitiéndome
enfocarlos en el azul profundo de los suyos. —Porque es su padre. 136
—¿Qué? —Su rostro palidece y gira la cabeza, pasándose la mano por su
pelo corto.
—No es lo que piensas —digo, tratando de defenderme antes de que se aleje
demasiado—. No fue de esa manera.
Su frente descansa en su mano y levanta la cabeza para mirarme. Sus fosas
nasales se abren, y lucho contra el impulso de levantarme y retroceder, huir de
tener que explicarle esto, pero en este momento, es la única forma en que puedo
ayudar a Lily. —¿Cómo fue, Mia?
—Mientras yo crecía, éramos muy unidos. Siempre se encontraba ahí, para
todo: cumpleaños, vacaciones, recitales de danza. Siempre ahí, animándome. Pensé
que podía confiar en él porque era más como un padre para mí de lo que era el mío
propio. Pasaba mucho tiempo en casa, mi papá y él se divertían y bebían, se
emborrachaban completamente hasta desmayarse. Nick podría arrastrarse a una
de las habitaciones para invitados y desmayarse.
—Continúa —solicita.
—Comenzó un par de semanas antes de mi cumpleaños número diecisiete,
papá y Nick se encontraban en una de sus juergas. Era viernes por la noche y
probablemente yo había dormido durante horas para cuando terminaron de beber.
Nick entró en mi habitación y me despertó. Recuerdo despertar porque me asustó
demasiado, ¿sabes? Pero me reí porque supuse que se hallaba tan borracho que no
sabía lo que hacía, pensé que solo había entrado en la habitación equivocada. Pero
no se encontraba tan borracho como pensé. No. En realidad, no creo que estuviera
para nada borracho. Él sabía exactamente lo que hacía. Dijo que me había
convertido en una mujer hermosa y que lo provocaba desde hacía años, vistiendo
trajes diminutos y bikinis delante de él; abrazándolo y coqueteándole mientras
estaba prácticamente desnuda. Dijo que ya era hora de que obtuviera lo que yo le
estuve alardeando todo ese tiempo, dijo que se lo debía por actuar como una
zorrita delante de él.
—Mia... —dice Logan, extendiendo su mano hacia mí, pero me hago hacia
atrás, alejándome de su alcance.
—No. Está bien, estoy bien, déjame terminar.
Asiente, pero se acerca y toma mi mano. La aprieta con fuerza, dándome
ánimo en silencio.
—Se subió a mi cama y se puso encima de mí. Yo usaba un camisón y lo
subió tanto como pudo. Peleé con él y traté de quitármelo de encima, traté de
empujarlo, pero me agarró de las muñecas y me inmovilizó a la cama. Sacó un 137
cuchillo de su cinto y me dijo que si gritaba despertaría a mis padres y si entraban
en mi habitación y nos encontraban así, los mataría a ellos y luego a mí. Me dijo
que dejara de pelear, que no me haría daño si me calmaba. Me asustó mucho, no
sabía qué más hacer, así que lo dejé...
Dudo, usando mi mano libre para limpiar las lágrimas que han comenzado
a caer por mis mejillas.
—Está bien —dice Logan, usando las yemas de sus pulgares para quitar las
lágrimas frescas.
—Lo dejé hacerme eso. Me mantuvo presionada todo el tiempo, fijó mis
muñecas a la cama y tomó lo que quería mientras yo lloraba. Después de que
terminó, me besó en la mejilla y me dijo que descansara, que reuniera mis fuerzas
ya que volvería a menudo. Me dijo que cada vez que se encontrara en la casa,
quería que estuviera lista para él, con un camisón y sin ropa interior, esperándolo
en mi cama. Y me odio a mí misma, me odio porque lo hice. Hice lo que me dijo y
dejé que me tuviera una y otra vez; nunca luché porque era más fácil de esa
manera, porque cuanto menos luchaba más rápido se terminaba.
—Mírame, Mia. No has hecho nada malo.
—Fui una cobarde. Pero nunca lo quise, tienes que creerme. Odiaba eso y lo
odiaba a él, pero tenía miedo, nunca tuve los mejores padres pero no los quería
muertos. No quería que los matara, no quería que me matara y él lo haría. En el
fondo yo sabía que lo haría, así que hice lo que quería.
—Hiciste lo que tenías que hacer para sobrevivir, Mia. No fue tu culpa. Te
violó. Eras menor de edad y se aprovechó de ti. Utilizó su autoridad y fuerza para
dominarte.
Tiene razón, me he dicho lo mismo una y otra vez, asegurándome que hice
lo mejor que pude dadas las circunstancias. No es como si tuviera padres
confiables a los cuales acudir con la verdad de mi realidad. No hicieron nada más
que defraudarme la mayor parte de mi vida.
—Vino a mí una vez más cuando se enteró que estaba embarazada. Me dejó
quinientos dólares y dijo que me hiciera un aborto, que nunca dijera ni una palabra
de lo que pasó entre nosotros, que me haría pagar de la peor manera si alguna vez
lo nombraba como el padre de mi bebé.
Logan endereza su espalda y gira su cabeza hacia mí. —Pero no te hiciste el
aborto.
Me encojo de hombros en respuesta. —No pude. No podía hacerlo... no me
importaba nada ya, solo sabía que no podía deshacerme de mi bebé. Estoy segura
138
que enloqueció cuando se dio cuenta que continué con el embarazo, pero empecé a
evitarlo por completo y bloquear mi puerta por la noche. Sé que trató de venir a mí
un par de veces, pero ¿qué podía hacer? ¿Tirar la puerta? ¿Por qué no pensé en
bloquear la puerta desde el principio? No tengo ni idea —le digo, comprendiendo
lo estúpida que fui en lo que respectaba a manejar mi situación con Nick.
—Creo que fue él quien plantó la idea de la adopción en la cabeza de mi
padre. Él sabía que la necesidad de mis padres por aparentar perfección frente a su
mojigato pequeño mundo triunfaría sobre lo que quería yo.
—Fue cuando trataron de obligarte a dar en adopción a Lily —dice Logan.
—Sí, ya sabes el resto.
—¿Cómo sabes que fue Nick quien tomó a Lily, Mia? ¿Qué te hace estar tan
segura?
—Porque está aquí. Lo vi hace dos días mientras corría. Me agarró y me
llevó detrás de un edificio. Dijo que mis padres venían hacia acá con su abogado y
que lo mejor era que les entregara a Lily. Dijo que nos vio a ti y a mi juntos y que si
no hacía lo que quería, te mataría a ti en vez de a mis padres.
Sus manos forman puños y casi puedo ver la furia saliendo de él. —¿Es por
eso que ayer trataste de irte? ¿Intentabas protegerme?
—No sabía qué otra cosa hacer. No podía dejar que te hiciera daño y no
podía dejar que se llevaran a Lily, así que traté de huir. Debí decírtelo todo cuando
me atrapaste. Debí decirte lo que pasaba porque me dijo que Lily era una conexión
entre nosotros que no podía existir, y que si no me deshacía de ella, lo haría él.
—Mientes. —Levanto la vista para ver a mi padre de pie en el marco de la
puerta, como una estatua, luciendo enojado y pasmado. Mi madre se encuentra
parada detrás de él, con lágrimas en los ojos, pero él continúa hablando—: Nick
nunca haría las cosas de las que lo acusas. Nunca se aprovecharía de ti de esa
manera, y ni hablar de secuestrar a un niño.
—¡Michael! —le grita mi madre, tomando su brazo para indicarle que se
detenga.
Se gira hacia su costado para mirarla. —No me digas que crees esto,
Melinda. Ella miente.
—No lo hace. Mírala —exige. Me mira con una expresión sombría, culpable.
Nunca la vi mirarme con alguna otra emoción que no fuera ira—. Dije que la mires.
Mira a tu hija. 139
Él se vuelve hacia mí y me mira, realmente. Sus hombros caen y me mira
con una especie de dolor torturado en sus ojos. —Mia. Yo... no sé qué decir.
—No hay nada que puedas decir —le contesto. Me dirijo de nuevo a
Logan—. Lo siento, sé que esto es mucho para asimilar. Jodí todo, y debí decírtelo
desde un inicio. Entiendo si ya no quieres estar conmigo y puedo vivir con eso,
pero por favor, por favor ayúdame a recuperar a Lily.
—Mia, te amo, eso no cambia solo porque te sucedió algo malo. Eras menor
de edad, confiaste en un adulto y abusó de esa confianza. Aún te quiero y todavía
quiero a Lily. Vamos a recuperarla, tienes que creer eso.
—No sé, Logan. Tengo miedo.
—Lo sé —dice, sosteniéndome en un abrazo—. Vamos a recuperar a nuestra
niña. —Gira su rostro hacia John, el oficial que estuvo escuchando, el oficial que
olvidé que se encontraba aquí—. ¿Tienes suficiente?
—Tengo lo que necesito. Iré a trabajar en esto.
Logan intenta ponerse de pie, pero John niega con la cabeza.
—No puedes involucrarte, hombre. Necesito que permanezcas aquí, pero
tan pronto como consiga algo te lo diré.
—Es mi familia. Tengo que hacer algo.
—Cuida de ella —responde John, haciendo un gesto hacia mí—. Te necesita.
Te mantendré informado de cada paso en el camino, pero hay que tomarlo con
calma. Estás demasiado involucrado emocionalmente y no puedo tenerte así en las
calles. Simplemente harías que te maten.
Se aleja, dejándonos a ambos ahí sin saber qué hacer a continuación. El nivel
de impotencia que siento en este momento es abrumador.
—Mia, ¿qué podemos hacer? La policía llegó al hotel para interrogarnos.
Vinimos tan pronto como se fueron —dice mi madre, acercándose para colocarse
frente a nosotros.
—Ustedes lo enviaron aquí. Lo enviaron directo hacia mí cuando le dijeron
mi ubicación. ¿Cómo sabían dónde encontrarme? ¿Por qué no pudieron dejarme en
paz?
—Tu antigua jefa, Sarah, nos llamó. Nos dijo que acababa de despedirte.
Que te encontrabas en problemas y que tenía miedo de lo que podría sucederle a
Lily si no veníamos por ambas.
—Hija de puta. —Me vuelvo justo a tiempo para ver a Logan recoger un
vaso de vidrio y lanzarlo a través del cuarto. Su rostro echa humo por la ira cuando 140
el vaso se rompe en un millón de pedacitos. Se aleja y lleva a uno de los oficiales de
policía que quedan a un lado, supongo que para informarle sobre la participación
de Sarah.
Dejo caer los hombros, derrotada y voy por la escoba de la cocina. Vuelvo y
empiezo a barrer los cristales rotos. Un par de manos firmes me toman por los
hombros y me envuelve en un abrazo vacilante.
—Nunca he sido un buen padre para ti —dice mi papá, quitando la escoba
de mis manos—. Déjame hacer al menos esto por ti. —Me libera y comienza a
barrer el desorden. Miro los fragmentos de vidrio en el suelo imaginando que cada
pieza rota es un trozo de mí, una representación de cómo mi vida se vino abajo y,
sin Lily, ni siquiera vale la pena tratar de unirlas de nuevo.
Me acerco al corralito de ella y saco una de sus mantas. La sostengo con
firmeza y la llevo hasta mi nariz, inhalando su aroma, me la imagino en mis
brazos, chupando su pequeño chupón, mientras la mezo de un lado a otro en mis
brazos y se queda dormida. Quiero ser fuerte, y no desmoronarme porque tengo
que ser capaz de pensar con claridad, pero no puedo evitar lo frágil que me siento.
Estoy al borde de un colapso total y sostener esta manta vacía es lo que está a
punto de llevarme allí. Me pongo a llorar, incapaz de luchar contra las lágrimas
que me abruman.
—Está bien. Déjalo ir —dice Logan, envolviéndome en sus brazos. Tomo su
camiseta y la sostengo con fuerza, como si aferrarme a él fuera la única manera de
permanecer en posición vertical. Necesito su fuerza y su luz en este momento, lo
necesito para convencerme de que todo va a estar bien. Me alza en brazos y me
lleva por las escaleras, con cada paso que da me aferro a él con más fuerza,
necesitando que sea mi salvavidas en esta pesadilla.
Nos acuesta en la cama, nos posiciona de manera que estamos uno frente al
otro. Mi cuerpo se estremece en su propio acuerdo, entiendo que necesito
mantener mi fuerza, mantenerme entera, pero cada momento que estoy aquí y Lily
no, me empuja más y más a un punto de ruptura.
—¿No deberíamos estar en la planta baja? —pregunto en voz baja.
Acaricia mi mejilla y tomo un vistazo de él. Trata de ser valiente, de ser
fuerte por mí, pero puedo ver el miedo en sus ojos. —Es mejor si permanecemos
fuera del camino.
—¿Y si llama John?
—Tengo mi teléfono conmigo. 141
—Me encontraba en la casa, estaba aquí —digo; mi voz quebrada mientras
trato de no llorar—. ¿Cómo fue que sucedió?
—Por lo que pudimos deducir, entró por una ventana abierta en la planta
baja después de que me fui, subió las escaleras a hurtadillas, y tomó a Lily
mientras dormías.
—Todo esto es mi culpa.
—No, no lo es. —Intenta tranquilizarme, pero me encuentro más allá de ese
punto. Las palabras amables no pueden cambiar los hechos y, el hecho, es que yo
creé esta situación.
—Hay tantas cosas que debí hacer de otra manera, comenzando por decirte
toda la verdad desde el principio, pero me daba vergüenza y miedo, y cuando
empecé a sentir cosas por ti, cuando comencé a enamorarme de ti, supe que nunca
podría decírtelo porque tenía miedo de que al enterarte de cómo fueron las cosas,
ya no me quisieras. Cómo dejé de luchar y simplemente permití que tomara lo que
quería de mí.
—Hiciste lo mejor que pudiste, Mia. Luchaste en un montón de formas,
tratabas de proteger a tus padres y mantenerte con vida, no sabías cuál sería el
resultado.
Cierro los ojos y dejo escapar un suspiro tembloroso. —A veces me
pregunto si ella no estaría mejor con padres adoptivos, sí podrían darle más, una
vida mejor.
—Mírame —exige. Su voz es firme y el profundo timbre resuena a través de
mí. Abro los ojos y trabo nuestras miradas—. No digas eso. Tú eres su madre, y
has hecho un increíble trabajo con tu bebé. Ella es perfecta.
—También se ha ido. —Me estremezco ante mis propias palabras; mi pecho
se aprieta con un tipo de dolor que es indefinible. Es el tipo de dolor que solo viene
al tener tu corazón arrancado.
—Vamos a recuperarla.
—¿Cómo puedes estar tan seguro?
—Simplemente tengo fe. Lo sé.
Deseo que el sueño venga a reclamarme, que me lleve lejos de este momento
en el tiempo. Quiero despertar y que todo haya sido un terrible sueño, pero nunca
llega y pretender que esta no es la realidad no ayudará a Lily.
142
—Tengo que hacer algo, Logan. No puedo simplemente quedarme aquí y no
hacer nada, esto no ayuda.
—Sé cómo te sientes, pero no hay nada que puedas hacer. Todo lo que se
puede hacer, se está haciendo —afirma con tranquilidad, casi demasiado tranquilo
para mí.
No estoy segura de cuánto tiempo permanecemos allí, fingiendo que
conciliar el sueño es una posibilidad, con la esperanza de que en cualquier
momento sonará el teléfono y serán noticias de Lily. Me pregunto cómo la trata
Nick, si la está alimentando, si está llorando, y me consumen los pensamientos en
mi cabeza. Después de algún tiempo, me levanto y me siento en el borde de la
cama.
—Ya no puedo estar acostada aquí —digo.
—Bajemos. Llamaré a John para ver si nos tiene alguna novedad.
Caminamos juntos tomados de la mano; creo que permanecer juntos nos
está ayudando bastante en estos momentos. Él necesitando cuidar de mí y yo
obteniendo su fuerza, porque todo lo que siento ahora es debilidad y miedo, y
cuando no siento eso, solo estoy entumecida.
Logan le habla a John, pero la única actualización que tiene hasta ahora es
que Nick dejó la habitación del hotel temprano esta mañana, muy probablemente
antes de venir a por Lily. No ha habido rastros de él desde entonces.
Sabemos que no ha tomado un avión y la policía ahora tiene personas en las
centrales de autobuses y las estaciones de trenes cercanas. Mis padres se sientan en
el sofá frente a mí, mirándome, viéndome agarrar la manta de Lily como si
estuvieran aterrorizados de mí o de lo que podría hacer.
Tratan de ser solidarios, de decir todas las cosas correctas y sé que debo ser
una persona adulta, ser mejor y perdonarlos. Tal vez algún día lo haré, pero ahora
mismo no me importa lo que piensan o cómo se sienten ante mí. De hecho, son un
par de extraños que están sentados delante de mí y sus sentimientos no tienen
relevancia.
—¿Mia? —Mi cabeza se gira bruscamente hacia el sonido de mi nombre, y
veo a los padres de Logan, Carol y Steven, entrar a la sala de estar.
Salto de mi asiento y corro a los brazos abiertos de Carol y empiezo a
sollozar incontrolablemente de nuevo.
—Oh, cariño. Lo siento mucho —dice, sosteniéndome firmemente mientras
Steven aprieta mi hombro. 143
Me sostiene por unos momentos, luego acuna mi rostro entre sus manos y
me da una sonrisa triste. —Va a estar bien, ya lo verás. Estará de regreso con Logan
y contigo antes de que te des cuenta.
Asiento, deseando tan desesperadamente creer en sus palabras, deseando
que todos los deseos sean ciertos, que en cualquier momento alguien entre por esa
puerta con Lily en brazos. Echo un vistazo a mis padres que miran mi interacción
con los padres de Logan con una leve molestia y con lo que solo puedo describir
como envidia.
20
Traducido por Julieyrr
Corregido por Daniela Agrafojo
147
21
Traducido por CamShaaw
Corregido por Mire
156
Epílogo
Traducido por ElyCasdel
Corregido por Emmie
158
—Está bien —dice, descansando la cabeza en mi hombro.
Esta pequeña tiene el poder de transformar un día de mierda con solo un
destello de sonrisa. Ni siquiera puedo recordar cómo era mi vida sin ella. Salgo
rápidamente del edificio y salto al asiento trasero de un coche en espera.
Dejo a Lily en el asiento elevado y la acomodo. Detesto que me lleven,
pero vivir en la ciudad de Nueva York y manejar al trabajo es casi imposible. Los
días que Lily tiene maternal, opto por utilizar el auto de la compañía, de otra
forma, uso otros tipos de transporte. Andar en esta ciudad con un niño, requiere
una planificación cuidadosa, pero vale la pena por la vida que vivimos.
Mia, Lily y yo, nos mudamos a Nueva York después de que Lily fuera
secuestrada por ese hijo de puta, Nick. Cuando la recuperamos, me di cuenta que
mi razón para convertirme en oficial de policía había sido satisfactoria. Sí, quería
luchar contra el crimen y hacer más segura la ciudad, pero creo que en realidad
solo quería ayudar a personas en problemas de la manera en que no pude ayudar a
mi hermana, Amy, y cada vez que lo hacía, me sentía un poco menos fracasado.
Nunca entendí cuán profunda era la culpa que cargaba en lo que concernía a su
muerte, pero luego conocí a Mia. La asustada pero valiente Mia, con un bebé recién
nacido y nadie que la ayudara. Entró a mi vida y la puso sobre su eje; su presencia
me dejó desorientado y me lanzó en territorio desconocido.
Convertirme en el protector de Lily y Mia se volvió totalmente consumidor
para mí, era tan importante como tomar mi siguiente respiro. Fracasar no era una
opción, nunca cuando conllevaba asegurarme de que no terminarían afrontando el
mundo solas. Supe desde el momento en que la conocí, que era diferente para mí,
no se parecía a ninguna otra que hubiera conocido. Sentí desde nuestra primera
conversación, su determinación intensa y voluntad de sobrevivir. Sin embargo,
nunca imaginé que terminaría enamorándome de ella ni teniendo la abrumadora
necesidad de reclamar a Lily como mía. Tener una familia no se encontraba en mi
radar, ni siquiera cerca, pero ellas cambiaron eso para mí y lo agradezco cada día.
Quince minutos después, estoy desbloqueando la puerta delantera e
introduciendo a Lily en nuestro apartamento. Bueno… El apartamento de mis
padres que, cortésmente, nos dejaron ocupar cuando decidimos mudarnos a la
ciudad, lo que nos permitió mantener la casa en Pennsylvania que todavía usamos
seguido.
—¿Quieres ver un poco de televisión mientras preparo la cena, cacahuate?
—Me agacho para desabrochar su abrigo.
—Sí.
—De acuerdo. —Le sonrío y toco la punta de su nariz con mi dedo. La
acomodo en la sala y me dirijo a la cocina. Unos momentos después, mi teléfono 159
chilla, alertándome de un mensaje de texto. Reviso la pantalla y veo el nombre de
Mia.
¡De camino a casa!
Mia se encuentra en tercer año de Trabajo Social en la Universidad de
Nueva York. Después de todo lo que pasó, quiso ser capaz de hacer una diferencia
y ayudar a otros. Se dio cuenta de la importancia de tener profesionales calificados
para asistir a personas en necesidad.
Tuvo que ver a un terapista extensamente, para terminar por fin con los
eventos de su pasado, para entender los efectos de lo que le había pasado y poder
vivir una vida libre de miedo y culpa.
Quince minutos después, escucho la puerta delantera al abrirse y el usual
grito: “¡Mami!”. Eso me hace sonreír siempre; nunca me cansa.
—Hola, Lily Bee. —Escucho en respuesta.
—Mami, ¿puedo ver a Yoyo Bears esta noche? —Mi cuerpo tiembla con una
risa silenciosa. Si hay algo que puedo asegurar sobre Lily es que es implacable.
—¿Tomaste la siesta en la escuela?
—¿Papi y tú siempre dicen las mismas cosas? —responde.
Niego con la cabeza, los niños son increíbles.
—Sí —dice, y con eso se termina la conversación y casi puedo garantizar
que Lily se planta de nuevo frente a la televisión con un puchero en la cara.
Un par de brazos se deslizan alrededor de mi cintura desde atrás.
—Hola, bebé —dice y descansa su cabeza en mi espalda.
—Hola, jefa —respondo, girándome para estar cara a cara. Me inclino y la
beso hasta que su cuerpo se relaja en mis brazos—. ¿Cómo estuvo tu día? —
pregunto, cuando rompo el beso.
—Estuvo bien. Tuvimos un repaso para mi examen de sociología, nada
importante.
—¿Cuántos exámenes te faltan?
—Solo dos.
—¿Ya te registraste para el siguiente semestre? —pregunto, bajando el calor
en la estufa.
—Sobre eso… —Se aleja y mira al techo, e inmediatamente pienso que esto
no puede ser bueno.
160
—¿Qué?
—Lo he estado pensando recientemente y…
—¿Y qué? —digo, cruzando los brazos sobre mi pecho y recargándome en el
mostrador de la cocina.
—Lily está creciendo y por mucho que adore estar en la ciudad, extraño
nuestro hogar. Extraño estar con la familia y quiero que Lily vaya a una escuela
donde pueda estar segura en el patio y…
—Las escuelas aquí tienen patios seguros, Mia.
—Bueno, ya sé, pero la ciudad es tan ruidosa y… grande. No tenemos patio
trasero aquí para jugar, y durante el verano solo puede hacerlo cuando pasamos
los fines de semana en la casa, y a ella le encanta estar allá.
Alzo la cabeza y le sonrío. Por bastante tiempo, luego de que encontráramos
a Lily, siempre dudaba cuándo me iba a decir cómo se sentía. Creo que tal vez le
asustaba mi reacción, tal vez le asustaba que la rechazara o me enojara con ella
porque es lo que siempre conoció. Descubrí que sonreírle siempre ayudaba a
aliviar algo de su tensión, eso la hacía ver que era un lugar seguro, alguien que la
amaría en lugar de juzgarla.
—¿Qué estás diciendo?
—Puedes transferirte a la oficina de Pennsylvania, ¿no?
Asiento lentamente, aún sonriéndole. Es adorable cuando se pone así de
nerviosa. —Puedo hacer eso, sí, pero te queda un año de escuela. Si vamos a
mudarnos a casa en Pennsylvania, ¿no deberíamos hacerlo cuando ya estés
graduada?
—Nuestra boda es en un mes.
Dejo caer mi cabeza hacia atrás y me río. —¿Por qué cambias el tema?
—No lo hago —responde a la defensiva—. Solo extraño nuestra casa, Logan.
Es curioso cómo ella nunca lo consideró un hogar al apartamento. Mantiene
recuerdos especiales para ambos, hicimos aquí el amor por primera vez, pero su
“hogar” siempre es la casa de Pennsylvania donde todo comenzó entre nosotros.
—Solo he pensado que una vez que nos casemos, me gustaría pasar más
tiempo contigo en casa, y quiero pasar tanto tiempo como pueda con Lily antes de
que comience el jardín de niños, que me gustaría que hiciera en Pennsylvania. 161
—Así que, ¿quieres renunciar a la escuela?
—Bueno, cuando lo pones así... —dice rodando los ojos—. No quiero
renunciar. Quiero tomarme un descanso.
—¿Un descanso para que podamos mudarnos a casa? ¿Qué cuando termine
el descanso y quieras regresar para terminarla? Estaríamos en Pennsylvania con
una niña en la escuela, y no es como si pudiéramos transferirla en ese punto y
dudo que quieras viajar diariamente a la ciudad.
—Confía en mí, bebé —dice, corriendo sus manos hacia arriba por mis
brazos y envolviéndolos alrededor de mi cuello—. Hablé con mi asesor y cuando
esté lista, puedo terminar mi curso en línea, e incluso me ayudarán a encontrar un
lugar cercano cuando necesite hacer mi internado.
—¿Por qué me estás diciendo esto ahora?
—Quería conocer mis opciones antes de decir cualquier cosa, en caso de que
no fuera posible. Logan, aquí no es nuestro hogar. Me diste esto porque era mi
sueño. La Universidad de Nueva York era mi sueño y ha sido genial, pero algunas
veces los sueños cambian y ahora solo quiero que nuestra familia crezca en nuestra
bonita casa en Pennsylvania. Además, extraño conducir mi auto. Estoy cansada del
subterráneo y el tránsito.
—Ooooh, tránsito. ¡Qué horror! —me burlo de ella—. ¿Cómo pude haberte
sometido a eso todos estos años?
—No seas idiota —dice con una risita.
Me pongo serio un momento porque aunque sea maravilloso regresar a
casa, necesito saber qué es lo que de verdad quiere ella.
—Te daré lo que quieras, lo sabes. Mientras sea lo que quieres realmente.
Creo que ir a casa sería genial para todos.
Deja salir un chillido y se aprieta a mí, jalándome para un gran abrazo.
—Sin embargo, ¿crees que el descanso es necesario? Si vas a terminar tu
licenciatura desde casa, ¿por qué no terminar ya con ello? —pregunto.
Creo que una parte de mí solo se encuentra asustado de que si se establece
siendo ama de casa, no terminará su licenciatura. No es que me importara que se
quedara en casa para criar a Lily si es lo que quiere de verdad, pero sé que sus
sueños son más amplios que eso. Sé que tiene una profunda necesidad de ayudar a
las personas, especialmente mujeres jóvenes y niños.
162
—Sí. Con respecto a eso…
—Me estremezco cada vez que dices eso. —Suspiro.
—Bueno, hay algo más que creo que debes saber.
Ruedo los ojos. —Oh, por Dios, Mia, te amo, nena pero dilo ya.
—Estoy embarazada.
Abro la boca, luego la cierro de nuevo inseguro de qué decir. Miro en los
alrededores, buscando cámaras o cualquier otra indicación de que esto podría ser
algún tipo de engaño o broma pesada. La miro de nuevo y me sigue sonriendo.
—Estás mintiendo.
—No —dice con un brillo en sus ojos.
—¿Cómo? —pregunto escépticamente.
—Bueno, Logan, todo comienza cuando un hombre y una mujer…
Le cubro la boca con mi mano y le sonrío. —Sé cómo, listilla, pero ¿cómo?
Pensé que estabas con la píldora. —Destapo su boca y deja salir otra risita.
—Cuán rápido olvidas, ¿eh? ¿Recuerdas hace poco cuando te dije que se me
terminaron las píldoras y tenía que conseguir una nueva prescripción?
—Vagamente —respondo. Es una mentira, lo recuerdo totalmente.
—Y, ¿recuerdas lo que dijiste? “Oh, no te preocupes nena, usaré condones
hasta que se arregle”.
—Eso puede sonar familiar. —Prácticamente puedo recitar la conversación
de memoria. Sí, le dije que nos protegería hasta que retomara la píldora.
—Pero no fuiste exactamente consistente con eso.
No puedo evitar reírme, qué hombre en una relación monógama quiere usar
un condón alguna vez. Me encontraba más que caliente y no quería esperar, así
que dije lo que tenía que decir para obtener algo. —Bueno, ¿regresaste a la píldora?
—pregunto intentando reflejar algo de culpa.
—Sí. Pero evidentemente el daño ya estaba hecho.
—Bueno, ¿no eres un desastre? —Río.
Dios, la amo. No sé lo que hacía antes de que ella llegara a mi vida. Pensé
que era feliz tal como iban las cosas, disfrutaba de ser un policía, me gustaba estar
soltero y no tener ataduras reales con nadie, pero una vez que ella puso un pie en
mi casa, fue como si perteneciera absolutamente ahí. No fue hasta que puso un pie
en esa casa, que se convirtió en un hogar.
163
—¿Qué se supone que haga contigo, eh?
—¿Te vas a casar conmigo?
—¿Una boda forzosa?
Me golpea en el brazo. —Hemos estado planeado esta boda por un año,
difícilmente es una boda forzosa.
—Eres una verdadera alborotadora, ¿sabías eso?
—Sí, pero lo valgo.
Y es cierto… lo vale, vale todo lo que tengo. Pero me encuentro feliz de que
lo entienda por sí misma, que entienda cuánto significa para mí. Que mi mundo
entero comienza y termina con ella, Lily y ahora este bebé.
—Sabes que soy feliz, ¿cierto? Te amo y estoy emocionado por ser padre
otra vez. Me entusiasma experimentar este embarazo contigo y estoy seguro de
que no vas a tener que pasar sola por esto…
—Pero…
—Pero, quiero asegurarme que estás bien con esto. Solo tienes veintiuno y
ya renunciaste a mucho de tus locos años salvajes por mantener a Lily. Quiero
asegurarme de que esto es lo que quieres realmente.
Frunce el ceño y me golpea en la cabeza.
—Suficiente con el abuso ya —digo con una risa.
—Por supuesto que es lo que quiero. He llegado a hacer un montón de cosas
en los últimos años. Me has dado la libertad de hacer amigos, salir y experimentar
la vida de universitaria, y estoy muy segura de que recuerdo venir tambaleante un
par de veces por mi estado de borracha.
—Y tomé ventaja de esas veces.
Se ríe de nuevo y deja un beso en mis labios. —Mi argumento es que estaré
por siempre agradecida por lo que me has dado, pero a esta altura de mi vida, no
hay nada más importante que mi familia. Un nuevo bebé se añadirá a eso y tienes
razón, vamos a lograr experimentarlo juntos y será increíble.
—Bien —susurro en su oído.
—¿Bien?
—Sip, vamos a casa, bebé —digo, jalándola de regreso a mis brazos, donde 164
pertenece. La verdad es, que podemos quedarnos en este apartamento en la ciudad
por siempre. Podemos regresar a Pennsylvania o mudarnos a otro lugar, no me
importa. Hogar no se trata de un refugio, hogar es donde esté Mia; es donde estén
Lily y nuestro nuevo bebé.
Nada más importa, nada siquiera se acerca.
Sobre la autora
Alice Montalvo-Tribue vive con su marido y su hija
en Nueva Jersey. Ella tiene una licenciatura en
comunicaciones y en la actualidad está trabajando en
su maestría. Pasa la mayor parte de su tiempo libre
leyendo, escribiendo, y cuando puede permitírselo,
sentada en la playa bebiendo una margarita.
165