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La construcción de un modelo socialista viene acompañada de una transformación, de manera

estructural, de todo el cuerpo que sustenta una nueva sociedad, y debe existir un equilibrio entre
la praxis y la teoría revolucionaria para que los antiguos vicios que provengan del antiguo modelo
social no invadan y afecten el nacimiento de la nueva sociedad, Una Revolución sólo es auténtica
cuando es capaz de crear un "Hombre Nuevo" y este, para Guevara vendrá a ser el hombre en el
siglo XXI, ya que está implementando todo su tiempo en una lucha por el bienestar social, la cual
debe estar respaldada por un factor fundamental que tiene que estar presente en la actitud de
dicho individuo.

El nuevo hombre se construye al calor del proceso de transformaciones sociales, a medida que la
conciencia se va desarrollando y va dejando de lado las formaciones mezquinas y egoístas que
imperan en el capitalismo. El ser humano va tomando como motor fundamental de su accionar los
incentivos morales, y el individuo se asume como motor de la historia. Cada persona no marcha
sola.

El hombre debe transformarse y al mismo tiempo el trabajo es la vía hacia la realización humana,
por lo que debían crearse las condiciones posibles para que el individuo se vea realizado en su
obra. En tal sentido, la concepción de Ernesto Che Guevara acerca de la cuestión ética y el papel
del hombre en la construcción de la nueva sociedad tiene como escenario principal el proceso
revolucionario cubano, contexto en el que alcanza su plenitud revolucionaria y en el que tiene la
posibilidad de poner en práctica los conocimientos teóricos adquiridos a través de su vida.

Ante la necesidad de encontrar soluciones a los problemas devenidos de las condiciones


existentes en nuestro país y desde una óptica nueva y revolucionaria, es planteado por el Che el
problema de la construcción del socialismo y el comunismo, ubicando al hombre en el centro de su
atención, siendo fundamental consolidar un sistema de relaciones sociales en el cual el hombre
nuevo que germinaba fuera su creador y beneficiario.

El Che expresa la necesaria unidad dialéctica que debe existir entre la creación de la base técnico
material del socialismo y el desarrollo de la educación que coadyuve a la formación de una nueva
conciencia y por consiguiente a un hombre nuevo. Destaca el papel dominante que asume la
conciencia en la etapa de tránsito y la necesidad de profundizarla pues la actividad consciente de
los hombres en la construcción de la nueva sociedad pasa a ocupar un primer plano

En consecuencia, el ser social determina la conciencia social y la transformación de ambas es


simultánea y ocurre mediante la actividad práctica .La concepción del Hombre Nuevo en el Che
constituye el fundamento al interés humano, al desarrollo de la conciencia, al proceso de
autoeducación para el alcance de su desarrollo creador y multifacético. Para construir el
comunismo, simultáneamente con la base material hay que hacer el hombre nuevo.

Señala que el hombre del siglo XXI es el que debemos crear, implica evidenciar dos convicciones: la
posibilidad de formar un hombre diferente y de crearlo nosotros mismos, con nuestros propios
medios aún cuando ello signifique un gran reto, pues resulta extremadamente difícil formar al
hombre con cualidades socialistas cuando aún no existe tal sociedad, ni los formadores de ese
hombre nuevo poseen todas las cualidades necesarias de la personalidad socialista.

El hombre debe transformarse conjuntamente con la producción que avance lo que quiere decir,
que la sociedad se edifica en dos direcciones fundamentales: el desarrollo material y la formación
de la personalidad de nuevo tipo. Formar las nuevas generaciones encargadas de continuar el
proceso revolucionario, el hombre del siglo XXI

Formar al hombre nuevo implica desarrollar esos nuevos hábitos a los que se refería el Che, que
quiere decir lograr el afianzamiento de valores, proceso condicionado por la posición social del
sujeto y los cambios sociales que generan a su vez mejores condiciones materiales y espirituales de
existencia Su concepción ética acerca del hombre nuevo no solo expone los valores que
caracterizan al individuo sino además contempla la forma, las vías y los métodos para su formación
y la relación dialética entre éstos y la vida económica del país.

En tal sentido deja claro que la edificación del socialismo presupone que la producción y la
educación deben realizarse de forma simultánea, pues los cambios en la mentalidad de los
hombres son necesarios para acelerar la transformación de la sociedad. Entendía que no sólo con
el incremento de la producción y la productividad del trabajo se garantizaría la generalización de
una nueva mentalidad, de una nueva conciencia. Sino que jugaba un papel importante la
educación a través de la cual se deben ir formando las cualidades que tipifican al hombre nuevo.

El Che concibe un sistema de dirección de la economía encaminado a lograr la eficiencia


económica que permita fortalecer la conciencia señalando el papel de la educación como ayudante
del Estado para formar al nuevo tipo humano. Donde se involucra al individuo como sujeto y
objeto de la educación o como sujeto - objeto en el proceso en que al transformarse a sí mismo
actúa sobre los demás

.Argumentaba: el proceso es doble, por un lado actúa la sociedad con su educación directa e
indirecta, por el otro el individuo se somete a un proceso consciente de autoeducación. La directa
está vinculada con las instituciones sociales Se ejerce a través del aparato educativo del Estado en
función de la cultura general, técnica e ideológica por medio de organismos educativos donde se
desarrolla el proceso de autoeducación concebido como un mecanismo de perfeccionamiento de
la personalidad de nuevo tipo, como mecanismo para modelar la nueva conducta que utiliza la
autocrítica como disciplina de mejoramiento.

En este sentido el Che entendía que ante las nuevas condiciones, la universidad debía proyectarse
con óptica nueva, donde los jóvenes tuvieran como tarea esencial estudiar, prepararse para la
construcción de esa nueva sociedad, desarrollando la conciencia, organizando sus actos hacia fines
bien determinados, desarrollando nuevas tecnologías para lograr aumentar la productividad y la
producción. Todo ello implicaría progresivamente para el hombre, igualdad, participación,
responsabilidad, libertad y desalienación unido al conjunto de factores exógenos vinculados a la
globalización neoliberal, entorpecen la plena realización de la formación del hombre, sin embargo,
puede plantearse que dada la objetividad de dicha concepción, al plantear la formación del
hombre nuevo como un proceso y señalar la dialéctica existente entre este y las formas
económicas, le imprimen la posibilidad de su realización en los momentos actuales, porque
además su idea entronca como objetivo de mejoramiento humano, necesario, junto al esfuerzo de
construir una sociedad más justa y un hombre más pleno.

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