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El cimiento de la sociedad actual:

La búsqueda del conocimiento


durante Siglo XVIII

Nombre: Felipe Domínguez C.

Sección: A

Módulo: Historia de la teoría política

Profesor: Ezequiel Parma

Fecha: 23/05/ 2012


El cimiento de la sociedad actual:

La búsqueda del conocimiento durante Siglo XVIII

El texto presentado con posterioridad, dará a conocer los contextos, contenidos e


influencia histórica no menor que tiene el pensamiento político y filosófico en la
Europa del Siglo XVII y XVIII, a través de sus dos corrientes principales como son
el Racionalismo y el Empirismo que suelen ponerse en contraposición por su
concepción de ideal, pero que como veremos, tienen como fin común, la busca
del conocimiento. Estas corrientes intentan quebrantar o cambiar los ideales de la
sociedad de la época, que de forma exponencial también, adhiere a estas nuevas
concepciones o ideas reformistas en el área del conocimiento ya sea científico,
social o político.

Como lo demostraremos en las siguientes páginas, serán estas las corrientes que
sirven de base para una serie de sucesos en años posteriores, los que serán de
importante relevancia para ir conformando la vida contemporánea, además servirá
para comprender los acontecimientos modernos y sus principios.

Para hacer una referencia verosímil sobre el pensamiento Racionalista y


Empirista, tenemos situarnos en la Europa del Siglo XVIII y su contexto
sociocultural e intelectual. Europa se encontraba divida entre las llamadas
monarquías absolutas, la cual era la forma de gobierno hegemónica donde cada
Rey era el único que ostentaba el poder dentro de su Estado. La sociedad se
dividía en estamentos los cuales no tenían movilidad, comandada por un Rey
quien tomaba las decisiones del Estado, pudiendo estar en ciertas ocasiones
influenciado por la Nobleza, los cuales eran minoría dentro de la población, no
obstante la gran masa de población se ubicaba en el estamento más bajo, el cual
además tenía la carga de ser el motor de la economía a través de la explotación
de las tierras, además, dentro de este último estamento sin Derechos ni a voz ni a
voto, comenzó a surgir desde fines de la edad media la burguesía, que buscó la
manera de obtener el poder de decisión que no ostentaba en lo político, como sí
en lo económico.

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Dentro de este contexto logró surgir el mundo de las ideas, el cual logrará emerger
de manera gradual dentro del pensamiento abstracto de la edad media que aún no
lograba desaparecer, integrando matices que no solían establecerse como
importantes en la vida social medieval. De ahí que surgen las nuevas escuelas del
pensamiento, como lo son el Racionalismo y Empirismo, que si bien ostentan
metodologías de trabajo y concepciones filosóficas de mundo que pueden sonar
dispares, su búsqueda y fin es el conocimiento humano, por ende se suponen
innovadoras y complementarias unas de otras, siendo tomadas como base para
corrientes filosóficas y políticas posteriores.

Como bien podemos deducir, la sociedad en la que se establecen estas dos


corrientes, no era una sociedad que permitiera de manera concreta el libre
pensamiento, ya que si bien se produjo tanto la reforma protestante como la
anglicana, que destruyeron en parte los cánones de preeminencia impartidos por
la Iglesia Católica, esta siguió predominando en vastos territorios siguiendo con el
dominio político de Europa. Acorde con esto, cualquier teoría que cuestionara o
que refutara la predominancia de Dios, la Iglesia Católica o el Papado, podía ser
condenada por herejía ante la Inquisición, por lo tanto la publicación de algún
postulado diferente no era común dentro del periodo. Esta cautela en la escritura
se puede apreciar en los mismos dichos de Descartes, citado por Kennigton
(1993) “He compuesto mi filosofía de tal modo que no se escandalice a nadie y
que así pueda ser recibida por doquier aún entre los turcos” (Straus, L. Cropsey, J.
1993, p.400), confirmando lo anteriormente expuesto sobre las dificultades que
existían para la postulación o publicación de textos ya fueran filosóficos, científicos
o políticos, ya que Descartes necesitó elaborar sus teorías de forma sigilosa para
lograr primero publicar sus escritos, y después no ser criticado y cuestionado por
las autoridades de la época.

Considerando este escenario europeo, se puede hacer referencia al pensamiento


filosófico de René Descartes, que es uno de los más destacados expositores del
racionalismo (corriente que se desarrolla principalmente en Francia).

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En la Francia de Descartes vemos un afianzamiento gradual de lo que sería el
absolutismo, que llegaría a su consolidación en años posteriores con Luis XIV
llamado también el “Rey sol” y conocido por su frase L'État, c'est moi (el Estado
soy yo). Podemos señalar a Descartes como un amante de las matemáticas,
denotando así, ya su preferencia por las ciencias como fuente de conocimiento, y
no un Dios que revela todo, a pesar que habla de Dios en ciertos pasajes de sus
postulados.

Ya incursionando en lo que vendría siendo el racionalismo y lo que este busca,


debemos mencionar como principal planteamiento el uso de la razón y el método
analítico, así, podemos fundamentarnos en Descartes como principal
representante del racionalismo, el cual señala “y además seguía ejercitándome en
el método que me había prescrito; pues sin contar lo que cuidaba muy bien de
conducir generalmente mis pensamientos, según citadas reglas, dedicaba de
cuando en cuando algunas horas a practicarlas particularmente en dificultades de
matemática”(Descartes, 1637 p.15). Se desprende de lo anteriormente dicho, lo
comprometido que estaba el Racionalismo con la búsqueda de la verdad, y la
demostrada tendencia hacia las ciencias del mismo, a pesar de ser principalmente
escritos filosóficos, existiendo entre ellos una relativa complementariedad, sin
exhibir una negación rotunda a un conocimiento o al otro, a pesar del predominio
de la ciencia, la cual se mantiene como base de las corrientes de pensamiento
que van emerger.

El Empirismo es la otra destacada corriente que surge dentro del mismo siglo,
pero emana principalmente de Inglaterra, por ende, sus mayores expositores son
del mismo territorio. El Empirismo al provenir de otro sector del continente como lo
es Inglaterra, no tiene el mismo contexto socio-cultural que Francia aunque tal vez
se asemejen en ciertos aspectos. En Inglaterra, se encontraba en plena crisis, por
una serie de conflictos que abarcaban tanto la política donde se encontraban
enfrentados el Poder Absolutista con el Poder del Parlamento, este último que
buscaba aminorar el Poder del Monarca, militar ya que existía también un conflicto
externo con Escocia y religioso que seguía siendo controversial, al haberse

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separado la Iglesia Anglicana de la Iglesia Católica Romana, ya que hasta ese
momento aún existía parentela Real apoyando el Catolicismo.

Dentro de lo que podemos mencionar como características esenciales de ésta


teoría filosófica, es la formación del conocimiento a través de la misma
experiencia, la cual tiene como sus máximos exponentes a John Locke y David
Hume. Locke fue, sin embargo, el máximo teórico empírico, teniendo como una de
las principales temáticas dentro de sus obras la libertad humana y siendo su obra
más famosa el segundo tratado sobre el gobierno civil, en el cual despliega su
teorización de la política y la forma de gobernar que él aconseja y avala, no
obstante da pie para la teoría de separación de los Poderes del Estado,
dividiéndolos en dos, teoría que sería tomada y ampliada por Montesquieu en su
libro “El espíritu de las Leyes” y puesta en práctica en gran parte de los Estados
Modernos, ésta acepción la hago solo para demostrar la influencia que tuvo Locke
para lo que hoy vemos como política. Acorde con todo el aporte mencionado
anteriormente hecho por el Empirismo, John Locke se esmera en hacer un crítica
al tan alicaído gobierno Inglés señalando “Aquél que piense que el poder absoluto
purifica la sangre de los hombres y corrige la bajeza de la naturaleza humana, sólo
necesita leer la historia de nuestro tiempo, o de cualquier otra época, para
convencerse de lo contrario” (Locke, J. 1689, p.22), con ésta crítica explicita hacia
los gobiernos absolutistas, Locke se pone en contraposición con la Monarquía
Absoluta, adhiriendo al grupo del Parlamento que buscaba mitigar las facultades
del Rey y entregando en su postulado más importante, la elección del pueblo
sobre el Poder Legislativo.

El otro gran teórico, del movimiento empírico es Hume, quien nos habla de que “no
podemos tener conocimiento en el sentido más pleno ni certeza absoluta”(Straus,
L. Cropsey, J. 1993, p.508), Hume denota las bases del movimiento empírico
arraigados en la búsqueda del conocimiento y el planteamiento de que no se
puede conseguir el conocimiento pleno, siquiera concebir algo como cierto, puesto
que se relativiza conforme se van experimentando las diferentes evoluciones que
la misma sociedad o el conocimiento pueda tener.

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Acorde con todo lo señalado con anterioridad, podemos entender que si bien las
metodologías de trabajo de ambas corrientes son diferentes, y la base de su
pensamiento no es la misma, puesto que una tiende tendencia a la Razón y la otra
a la experiencia, pueden ser consideradas revolucionarias o bastante innovadoras
para la época en la cual se plantearon, puesto que el conocimiento y la búsqueda
de éste durante ese periodo, estaba recién volviendo a ser tomado en cuenta, y la
influencia que tienen los grandes pensadores del Siglo XVII en la conformación de
lo que podemos llamar el Estado moderno es sustancial, independiente de las
divergencias que por esencia estas puedan tener, ya que la teoría como vimos
siempre evoluciona. Por ende, ambas corrientes se pueden considerar
complementarias, puesto que su principal fin, es obtener el conocimiento, además
de teorizar sobre la búsqueda y la manera de encontrar el mismo.

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Referencias bibliográficas

Straus, L. Cropsey, J. (1993). Historia de la filosofía política. (Primera edición en


español). México: Fondo de cultura económica.

Descartes, R. (1637). El Discurso del método, [en línea]. Holanda. Extraído el 15


de mayo de 2012, disponible en

http://www.weblioteca.com.ar/occidental/delmetodo.pdf

Locke, J. (1689). Segundo tratado sobre el gobierno civil, [en línea]. Extraído el 15
de mayo del 2012 en www.mediafire.com/?zxpswqrsacmn2o2

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