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Kendall Blanchard y Alyce Taylor Cheska - Antropología Del Deporte PDF
Kendall Blanchard y Alyce Taylor Cheska - Antropología Del Deporte PDF
DEL
DEPORTE
Kendall Blanchard
('
Impreso en España
Printed in Spain
l. Deporte y Antropología 5
Antropología 6
El dt'porte y el j uego en la historia de la antropología 10
Los objetivos de la antropología del deporte 17
Resumen 18 Ejercicios 18
Epílogo 191
Bibliografia 195
I ndice 209
Prefacio
Dice George Sage en Sport and Society ( 1 974)
I gnorar una actividad hu mana tan amplia y profundamente arraigada
como es el deporte, eq uivaldría a descuidar uno de los aspectos más signi
ficativos de la sociedad americana contemporánea. El deporte es un fenó
meno social que abarca la enseñanza, la política, el arte, los inedios de
com unicación e, incl uso, las, relaciones diplomáticas. La participación di
recta de cada cual en calidad de protagonista o de espectador equivale
prácticamente a un deber público y puede decirse que si existe una religión
en la América actual, esta es la del deporte.
Edward Norbeck
1
Deporte y Antropología
En Australia existe una costum bre muy curiosa: el j u ego de pelota.
El juego de pelota era la distracción favorita de las tribus wotjobal uk,
wurunj erri y kurnai. La pelota utilizada por los primeros estaba hecha de
tiras de piel de zarigüeya cosidas con tendones, que envolvían un núcleo
central formado por otro pedazo de piel. Los kurnai, en cambio, usaban
una pelota hecha con el escroto de un canguro viejo, que se rellenaba con
hierba fuertemente compactada. Esta pelota se llamaba turtaj i raua.
Los w urunj erri usaban una pelota similar a la de los wotjobalu k -la
manguri. El j uego se disputaba entre dos bandos, dos totems o dos locali
dades . Así, recuerdo el caso de los garchula ( cacatúas blancas) y los bat
yangal ( pelicanes) de la tribu de los mukjarawaini, que j ugaban u nos
contra otros, y un partido dispu tado entre los krokitch y los gamutch, de la
misma tribu. En cambio, los kurnai disputaban sus encuen tros localidad
contra localidad , clan contra clan, ya que sus totems apenas subsistian.
Cada bando tenía un capitán, y la finalidad del partido era guardar la
pelota el máximo de tiempo posible, pansándosela de unos a otros, e impe
dir que el adversario se hiciese con ella. El partido podía d u rar horas y
horas.
Según Howitt el juego de pelota constituye un buen índice ciánico de un
grupo totémico concreto. En los "j uegos de pelota'' , dice Howit t , "dos
segmentos de un clan se j u n tan para j ugar contra dos segmentos de otro; o
cuando toda la tribu se halla reunida por razón de alguna ceremonia, los
dos pares de adversarios acampan a ambos lados del río. Durante las
reuniones ceremoniales o expiatorias el par de subdá nes afines se enfrenta
indefectiblemente con el otro par." Esta costumbre ayuda a entender el
carácter cultural de esta organización dual en detrimento de la creencia de
que esta se extendió independientemente en diversas zonas de la región .
La cita procede del libro de Perry ( 1 92 3 ) , The Children of the Sun, una
descripción general de los pueblos aborígenes de Australia. Perry extraj o
la mayor parte de su inforQlación sobre el j u ego de pelota de un trabaj o
anterior, The Native Tribes of South East A ustralia de A . W . Howitt ( 1 904) .
La forma en que Perry presenta este acontecimiento de claro significado
atlético es característico del tipo de tratamiento que los primeros antro
pólogos reservaban al hecho deportivo. La descripción es breve y más o
menos concomitante con otros temas. La información es de segunda ma
no, procedente de otro estudio en el que el deporte es presentado como un
medio de comprender otra faceta de la cul tura y no como algo que mere
ce estudiarse en y de por sí.
Afortunadamente, la timidez característica de los primeros i ntentos de
descripción del deporte ha cedido el paso a un nuevo enfoque. Los antro-
6 ANTROPOLOGIA DEL DEPORTE
ANTROPOLOGIA
Antropología, del griego anthropo lagos es el "estudio del hombre" , en el
sentido genérico del término. Es la más amplia de las ciencias sociales: la
que trata de cualquier faceta posible é imaginable del comportamiento
h umano, pasado, presente y futuro. Entre las varias técnicas empleadas
para determinar las distin tas fases o subsistemas de la antropología, el
método más comúnmente u tilizado por los antropólogos americanos es la
d ivisión de la antropología en cuatre partes o áreas principales : antropo
logía física, arq ueología , li ngüística y ant ropología cultural.
Antropología fisica
hinchas choctaw con tra sus adversarios proceden en su mayoría del in
glés (p. ej . "kili him " , "throw him out", "bust his ass " ) . Pero analizando
las pautas seguiqas normalmente por los choctaw y comparándolas con
las de los hinchas blancos angloparlantes, puede observarse que la mis
ma expresión tiene un significado distinto cuando utilizada por los choc
taw, y que el uso que hacen de palabras o expresiones inglesas relaciona
das con una situación conflictiva no implica, necesariamente, el mismo
grado de hostilidad o de agresión . Esta conclusión viene reforzada por
otros análisis del comportamiento deportivo de .los choctaw .
En general, el análisis lingüístico es de sumo interés para los estudios
del deporte.
Antropología cultural
La antropología cultural es el estudio del comportamiento social o cultu
ral humano. Aunque por tradición sea una disciplina centrada en la
sociedad primitiva o de dimensiones red ucidas, la antropología cultural
se ha interesado igualmente por grupos sociales más complejos, desde la
tribu y la jefatura hasta el estado urbano.
La antropología cultural se diferencia de la sociología y de las demás
ciencias sociales en muchos aspectos importantes. Normalmente es la
cul tura, más que la " sociedad " , la que constituye su unidad básica de
investigación y destaca la observación activa o participante; el inves tiga
dor de campo participa de las actividades de los pueblos en estudio y
comparte su vida cotidiana pero man teniendo una estricta objetividad en
el proceso de recolección de datos. La antropología cultural tiende, igual
mente, a centrarse preferen temente en los elementos más excepcionales y
exóticos del com portamiento humano. Lo "extraño" o "inhabitual" ofre
ce más información sobre la especie Horno sapiens que lo "corriente" o
"habitual" .. Por úl timo, la antropología cultural difiere por su historia
excepcional y por su marco teórico de desarrollo -constituido por las
cuatro subdisciplinas de la antropología . La an tropología cultural surge
del " relativismo cultural " , una doctrina que sugiere que un sistema cul
tural o cualq uiera de sus aspectos puede valorarse solamente por sus
propios méri tos . Dicho de otra manera, cualquier comportamiento puede
j uzgarse j usto o erróneo sólo en base a su propio contexto cultural. Por
ej emplo, la poliginia, esa pauta matrimonial que admite que un hombre
tenga más de una esposa en un momento dado, es j uzgada "mala" en
ciertos sistemas y " buena" en otros . (¿Quién osaría criticar la sabid uría
del rey Salomón?) La doctrina del relativismo cultural postula que los
miem bros de un sistema no tienen derecho de j uzgar a los miembros de
otro. Los valores culturales son relativos y en este sentido, la verdad
aparece como un subprod ucto de la cultura. ,
El etnocentrismo, o noción de que el propio grupo y el propio sentido
de los valores son su periores a lds de todos los demás, es por lo general
característico de todos los pueblos en algún grado, y se enfrenta a los
principios del relativismo cultural. El etnocentrismo surge, a menudo, de
la hostilidad del hombre por el hombre. El conocimiento de los peligros
de toda actitud etnocéntrica puede ayudar en los estudios deportivos a
conseguir una mejor apreciación dt' los j uegos y actividades recreativas
de los demás, al tiempo que propicia la inves tigación crítica de las
propias.
La antropología cultural a menudo se confunde con la antropología
social. Las diferencias entre una y otra son menores, siendo la principal
de ellas de carácter his tórico. La Escuela de Antropología Social Británi
c a se ha distinguido por su dedicación tradicional a la "sociología de las
10 ANTROPOLOGIA D E L DEPORTE
EL DEPORTE Y EL JUEGO
EN LA HISTORIA DE LA ANTROPOLOGIA
Al analizar la historia del polo y dt>l croq uet, Tylor resalta la importan
cia que adq uiere el lenguage deportivo y el impacto que prod ujo en
distintos vocabularios , y cómo las " metáforas entresacadas de los depor
tes . . . llegan a trascender su significado primi tivo" ( 1 8 79) . Así, por ej em
plo, la palabra chicane�y procedente del francés chicane ( truco) , deforma
ción del j uego persa chugan , que consis tía en golpear una bola de boj con
un mazo alargado, a la manera de un j uego de polo desmontado. O la
palabra bandy ( i ntercambiar, como p. ej . in tercambiar palabrotas, in
sultos ) que era el nombre del "stick" usado en una forma pri mi tiva de
hockey.
En otro artículo, Tylor ( 1 896) destaca las similitudes entre el antiguo
juego hindustani, pachisi, conocido ahora bajo el nombre de parchesi, y el
juego mej icano patoll i , prueba evidente, según el mencionado au tor, de
contactos precolombi nos en tre el Este asiático y el N uevo M undo, a
través del Pacífico.
Tylor, típico antropólogo de su tiempo, tendía a tratar d fenómeno del
deporte como vehículo del análisis de procesos culturales más amplios, y
pese a que su estudio del deporte eq uivalía a una contribución a la
comprensión del deporte de su tiempo, no llegaría a generar un marco
teórico y constructivo para futuros estudio$ del deporte y del j uego.
Otros antropólogos del siglo X I X mencionan, de pasada, actividades
deportivas en etnografía o en el contexto de introducciones generales a la
cul tura (p. ej . A . C. H addon, 1 898) . Salvo raras excepciones , el in terés de
esos estudios es muy red ucido.
U na de tales excepciones la consti tuye el artículo de Mooney ( 1 890)
sobre el j uego de raq ueta o pelota de los cherokee, en el que Mooney
profundiza en el "j uego de pelota de los indios " , y afirma q ue este es
com ún a todas las trib4s desde Maine a California y de la Bahía de
H udson al golfo de México.
El j uego de raq ueta, a menudo denominado el "antepasado del j uego
de lacrosse" es practicado por los cherokee y por otras tribus del Sureste
(Tabla 3 ) . Cada participante u tiliza dos "caza pelotas" que consisten en
u n mango de nogal y una bolsa hecha con nervios de oso trenzados . La
bola tiene menos de 5 cm de diámetro y es de pelo de venado comprimido
y envuelto con cuero del mismo animal . Dispu tan el partido dos eq uipos
de j ugadores que tratan de l levar o arroj ar la bola de un lado a otro del
campo para dar con ella en los postes meta en los extremos opuestos del
terreno. Gana el que primero logra el n úmero de puntos pactado. La
única regla impuesta es la de tocar la pelota sólo con la raq ueta.
El partido formal es u n importante acontecimiento comunitario que
implica amplios preparativos, ayuno ritual, ceremonia religiosa e in
terminables especulaciones sobre el resu ltado del encuentro ( véase C apí
tulo 5 y sección sobre el j uego de raq ueta choctaw) .
E n s u artículo d e 1 890, Mooney hace particular hincapié en u n partido
disputado por los cherokee que presenció en setiembre 1 889; después de
evocar el mito q ue dió origen al j uego, describir los preparativos rituales
y transmitirnos el ambiente musical, Mooney hace un vívido relato del
desarrollo completo del j uego; prueba irrefutable, a s u entender, del
aspecto integrador del j uego de pelota en la cultura cherokee. Por detalla
da que sea s u propia descripción, Mooney reconoce que "el estudio
exhaustivo del j uego de pelota indio aportaría materiales para una obra
de considerable extensión " . De ahí los trabajos de investigación realiza
dos ulteriormente sobre el ju ego de los cherokee, entre los cuales conviene
destacar los de Fogelson ( 1 962 ) .
Otra figura importantt> dt> la historia d e l a antropología del deporte y
DEPORTE Y ANTROPOLOGIA 13
RES UMEN
Ejercicios
Temas a debate:
1 . ¿Qué rasgos especiales de la antropología permiten realizar un análisis
excepcionalmente útil de deporte?
2. I m agínese en entrenador del eq uipo .de baloncesto de un instituto de
enseñanza media del condado de Los Angeles , California. Su plantilla
consta de 7 blancos , 4 negros, 2 chicanos y 2 amerindios. ¿Cómo aprove
charía lo que lleva aprendido sobre antropología del deporte para obte
ner el rend imiento máximo de s u eq uipo?
3 . Partiendo del tema de la violencia en los graderíos de los campos de
fú tbol, ¿qué tipos de preguntas supone que se plan tearían para poder
analizar el problema: a) un sociólogo, b) un economista, c) un geógrafo,
d ) un psicólogo, e) u n historiador y f) u n an tropólogo?
4. ¿ Por qué razones cree que un antropólogo podría llegar a desinteresarse del
análisis del comportamiento deportivo? o, al con trario, ¿ por qué razones
puede el mismo antropólogo emprender el estudio de d icho problema?
2
ganarse la simpatía y el apoyo del audi torio, y el que con sus rimas y
pantominas arranca las carcaj adas más largas y estruendosas del públi
co, es declarado vencedor.
Observado por un espectador neutral, el d uelo de cancionl"'s se presta a
diversas interpretaciones y puede dejar distintas impresiones en su sensi
bilidad . En efecto, el d uelo es a la vez "ritual religioso" , acto festivo
compartido por la comunidad, festival de ritmo y canciones , mercado
improvisado propiciador de gentilezas, in tercambios y regalos . Un estu
dio del comportamiento humano tratará de remontarse a las causas y de
anticipar las consecuencias del evento presenciado. Las repercusiones de
la confron tación sobre el perdedor pueden ser fatales y en algún caso le
han llevado al suicidio. Bajo este aspecto el d uelo se compara a un " tribu
nal primitivo" en el que el público actúa de j urado. Si se da el caso de que
el observador se cree un aficionado al squash, si se calza con zapatillas de
jogging, y por añadidura es hincha del eq uipo de fútbol de su universidad
es probable que su reacción se manifies te con un "eso sí que es deporte" ;
y con razón, puesto q u e e l d uelo d e canciones e s divertido y competitivo,
tiene una dimensión fisica, y termina con la declaración de un ganador y
un perdedor ( Hoebel, 1 954) . También en un j uicio moderno, el d uelo
verbal entre el abogado defensor y el fiscal a veces hace perder de vista el
objeto del li tigio o la causa j uzgada, y cuesta saber cual de los observado
res está en lo j usto y cual no; se trata de un problema de definición de
términos y de clasificación de comportamiento, un dilema que afecta
profundamente a los antropólogos y que req uiere ante todo una defini
ción del concepto de "deporte" .
En primer lugar, debe asignarse a las palabras clave "j uego " , "j uegos" ,
"ocio" , "distracciones" y "deporte" un significado q u e sea aceptable para
los antropólogos y, mejor aún, para todo científico social . Allan Tindall
( 1 9 76) ha planteado el problema del deporte y de las actividades recreati
vas bajo una perspectiva in ternacional y , refiriéndose a la mediatización
impuesta a esos términos por el prej u icio europeo, señala que es más que
improbable que términos como "deporte" o " ed ucación fisica" tengan
equivalen tes di rectos de origen no europeo.
En la literatura que acostum bro manejar, no aparece un significado defini
tivo del término "deporte" , dado que con ese término se denominan muy
diferentes tipos de actividades. Por más que busque, no logro dar con
ninguna pauta regular en el uso del término en relación con las pautas y
los objetivos de las acciones humanas (Tindall, 1 9 76) .
EL SIGNIFICADO DE LA CULTURA
1. Cultura y sociedad
Ante todo, "cultura" y "sociedad " son dos conceptos relacionados, aun
que no intercambiables. Usamos el término "sociedad" para referirnos
directamente a u n grupo de individ uos y a las relaciones que se establecen
en tre ellos sobre una base significativa de regularidad . "Cultura " , en
cambio, se refiere al modo en que esas relaciones se producen . La sociedad
es el hecho de esas relaciones , la cultura es el carácter, la calidad y la
naturaleza abstracta de esas pautas de relación .
2. Universalidad de la cultura
Otra característica de la cultura mayori tariamente aceptada es su univer
salidad. A pesar de la variabilidad del comportamiento cultural persisten
te en determinadas sociedades, existe todavía una tendencia general, por
parte de los miembros de determinados grupos, a compartir ampl ios
conj u n tos de pautas de comportamiento ( p . ej . economía, reglas matri
moniales , estructura política ) . Sin embargo, a niveles más especializados
( p . ej . religión, arte, valores morales ) , la expresión de la cultura adq uiere
mayor variabilidad . Vista desde una perspectiva antropológica, la cultu·
ra es un fenómeno que afecta a todos los miembros de la sociedad . I n
dependientemente de cómo se defina el concepto, la cultura forma parte
de la existencia de cada individuo; tanto del rico aristócrata que lee a los
clásicos , habla cinco idiomas, es aficionado a la ópera y pasa sus vacacio
nes en Europa o el Caribe, como del camionero bebedor de cerveza,
ama n te de los seriales de acción de la tele, cuyas lecturas se limitan a las
páginas deportivas del periódico, asiduo visitante de la bolera, pescador
de caña y tranq uilo veraneante en un rincón de Tennessee . . . La cultura
es fundamental para la existencia h umana y es para todos el prerreq uisi
to indispensable para la vida en sociedad .
3. La cultura como comportamiento adquirido
Otra característica i mportante de la cultura es que se trata de un com
portamiento adquirido. Los individuos no nacen portadores de una cultura
particular, sino que son criados en un ambiente cultural específico y por
medio del proceso de encul turación asimilan gradualmente una tradición
particular compatible con la de los demás miembros de su grupo. La
adq uisición de la cultura no excluye la existencia de importantes compo
nentes genéticos subyacentes a la enculturación -la biocultura de los
an tropólogos, formada de factores biológicos, bioquímicos y fisiológicos,
necesarios para que el ser humano adq uiera la capacidad de aprender la
cultura.
4. La cultura como mecanismo adaptativo
p tra caracterís tica de la cultura corresponde al mecanismo adaptativo,
1q ue permite que los seres humanos se adapten y sobrevivan en determi
�dos nichos ambien tales ( econichos) . Los humanos carecen de las capa
cidades innatas de ciertos animales para procurarse alimen tos y au tode
fenderse. No disponen de garras , ni de mandíbulas poderosas; no destilan
venenos ni emiten olores pes tilentes . Tampoco pueden competir en velo
cidad con la mayoría de los cuadrúpedos, para no hablar de las aves . A
pesar de ello, esos prod uctos indefensos de la evol ución pri mate disponen
de un conj u n to de pautas aprendidas, como, por ej emplo, la tecnología,
parte importan te de la cult ura, que abarca aptitudes técnicas y herra
mien tas desarrolladas y perfeccionadas para la caza, la pesca, la recolec
ción y el cultivo de alimentos, que compensan sus limi taciones flsicas y
UN ENFOQUE CULTURAL %3
les permiten sobrevivir. Para el hombre primi tivo los útiles líticos -pun
tas, proyectiles, raederas, buriles, cuchillos y hachas- fueron el principal
medio de adaptación y supervivencia en el medio que les era propio. En
un sentido general puede decirse que todas las fases de la cultura son
importan tes para la adaptación . I ncluso algo tan especializado como el
comportamiento deportivo cumple esa fúnción en un disposi tivo ambien
tal determinado. De hecho, el proceso global de la evolución cultural
puede entenderse como una adaptación cada vez más eficaz de los seres
humanos a su medio ecológico.
5. La cultura como integración global
La cultura posee igualmente la cualidad de presentarse como una in
tegración global con todas sus partes entrelazadas en un proceso de con
junto, de tal forma que un cambio en una de ellas afecta a todas las
demás. Así, por ejemplo, en el proceso de cambio cultural, si otras áreas
de la cult ura experimentan alguna al teración importan te, se modifica la
tecnología básica .
6. Naturaleza integral de la cultura
La cult ura se compone de diversas partes o componentes distintos, resul
tado de la in tegración cultural.
La separación e iden tificación de los componentes pueden enfocarse de
distintas maneras . Algu nos antropólogos descomponen el espectro cultu
ral en tres partes . Para j ulian Steward , las tres instituciones centrales son
la organización tecnoeconóm ica, la organización social y la ideología
( Kaplan y Man ners, 1 9 7 2 ) . M u rdock ( 1 96 1 ) , en cambio, divide la cultu
ra en 79 divisiones princi pales y 63 1 divisiones secundarias, para incluir
la gran variedad de subsis temas o componen tes culturales y áreas tan
especializadas tales como, por ej emplo, las " readaptaciones sociales a la
muerte" (área n 768 del sistema) o los "deportes atléticos " ( área n 526) .
En res umen, no existe un modelo cultural comprehensivo que de razón
de todos los parámetros posibles e imaginables del fenómeno. Como má
ximo puede decirse que la cultura es de carácter integral y q u e en este
con texto el deporte puede considerarse como uno de sus componentes .
7 . Carácter simbólico de la cultura
La cult ura depende de la capacidad de sus detentores de utilizar símbo
los para acordar arbi trariamente un significado a las cosas. En palabras
de Leslie White ( 1 949)
Toda cultura (o ci\'i lización ) depende dd símbolo. De la práctica del
simbolismo surgen las culturas y es gracias a los sím bolos que la cultura
puede perpetuarse; sin el los no habría cultura y el hom bre no sería más
que un animal .
Trabajo y ocio
(El concepto de ocio se comprende mejor si se define en contraposición
con la idea de " trabajo" . Para DeGrazia ( 1 962) el ocio es "una situación
en la que la actividad se desarrolla desinteresadamente y sin más finali
dad que la de su propio desarrollo" . El trabajo es j ustamente lo que no es
el ocio; es decir, se cumple con objeto de prod ucir o realizar algo nuevo.
Trabajo y ocio son antónimos.
Sin em bargo, la distinción entre esos dos tipos de actividad puede que
en otros ambien tes cul turales q uizás no sea tan clara como en el Oeste
industrializado. Sabemos , de hecho, que en muchas sociedades arcaicas
la vida transcu rría de acuerdo con un ritmo continuo de actividad en el
que trabajo y ocio se confundían en una misma cotidianidad , tal como
han podido observar los antropólogos en los pocos pueblos primi tivos
que aún subsisten en el mundo. Observaciones q ue con tradicen las ideas
anteriores , según las cuales las sociedades cazadoras-recolectoras están
abrumadas por la dureza de la existencia y la amenaza de la próxima
hambruna.
En un estudio célebre sobre las actividades subsistenciales de los bos
quimanos !kung del desierto de Kalahari, el antropólogo Richard Lee
( 1 968) afirma que la vida de un grupo cazador-recolector no es necesa
riamen te "una lucha dura y precaria por la supervivencia" , sino que la
can tidad de recursos alimentarios a disposición de los bosquimanos se
establece sobre una base diaria y anual, incluso durante los años de
mayor seq uía y en las zonas más pobres del desierto. La abundancia en
todo momento de esos recursos, sobre todo de las semillas de mongongo,
acorta el tiempo de las tareas de recolección . Según Lee, los hombres
"dedicaban un máximo de 32 horas semanales" a la caza y a la recolec
ción . Los hombres, a quienes compete la caza en exclusividad, s uelen
"trabajar" más y con mayor frecuencia que las m ujeres, y sus horarios,
calculados sobre una base semanal, pueden variar del simple al doble. La
jornada laboral de la mujer es prácticamente uniforme.
En una jornada una mujer recolecta suficiente comida para la alimen
tación de toda l a familia durante tres días; el tiempo res tante descansa,
borda, teje, visita y recibe amistades de otros campamentos . De cada día
pasado en el campamento dedica de 1 -3 horas en trabajos domésticos :
cocina, limpieza, partir semillas, recoger leña, buscar agua. Esta alter
nancia de trabajo y ocio se mantiene a lo largo de todo el año.
Si se admite que un con tinuum de actividades a la vez prod uctivas e
improd uctivas relacionadas con la subsistencia básica es una característi
ca de los pueblos cazadores-recolectores , la idea de que el trabajo y el
ocio son dos fenómenos distintos puede ser resul tado de la agricultura.
La domesticación de plantas y animales hace del hombre un esclavo de
las tareas agrícolas. Labrar, cavar, plantar, desherbar y cosechar no
pueden posponerse y habrá ratos de ocio sólo cuando las tierras y las
cosechas ya no req uieran los cuidados del agricultor.
Parece, sin embargo, que la antinomía trabajo-ocio es de aparición
26 ANTROPOLOGIA DEL DEPORTE
Para Norbeck ( 1 9 74) el j uego adq uiere una forma cultural explícita en
la que concurren una amplia gama de componen tes . Así definido, el
j uego incluye los j u egos y los deportes , las funciones teatrales y otras
formas de pantomima; la pintura, la música, la danza, y todo el espectro
de las artes y la estética, la sátira y el humor, la fan tasía y los estados
psicoex táticos . El éxtasis siendo de orígen sugestivo o au tosugestivo, o
prod ucido por la inges tión de drogas u otras sustancias, por el ayuno o
por carencias tróficas y muchos otros medios fisicos .
La definición del j uego de Norbeck ( 1 9 74) se adapta mejor que la de
H uizinga al discurso antropológico . Norbeck reconoce la importancia de
la propincu·idad heredada (genética) por el juego y sostiene la tesis según
la cual las formas lúd icas adquieren importantes dimensiones cult urales
(aunque ad mite que el j uego puede darse tanto en contextos individuales
como sociales ) , y su modelo es lo suficien temente general como para ser
uti lizado en los análisis in terculturales. Es in teresante señalar que inclu
so Norbeck ad mite que el j uego con tinúa conservando este elemento
in tangible q ue contribuye a la identificación inmediata de aquél pero que
todavía no ha sido correctamente descri to. Lo máximo que puede decirse
es que el j uego es reconoci ble de inmediato por su especificidad lúd ica
-con perdón por la red undancia y la admisión de la pobreza conceptual
de la definición .
En parte, el confusionismo inherente al intento de definición puede
explicarse por su carácter paradój ico. Para el antropólogo Gregory Bate
son ( 1 97 2 ) la paradoja es el rasgo primordial de j uego -la complej idad
responsable a la vez que su especificidad y su indefinición . Evocando el
UN ENFOQUE CULTURAL 29
J uego
A B
(Trabaj o d i ve rt i do) (¡j (J uego p l acentero)
u
Cll
a:
No j uego
32 ANTROPOLOGIA DEL DEPORTE
�
trabajo, ocio, j ut:,�o y no j uego que en él concurren . En el cuadrante A se
concen tran las actividades finalistas y l�borales pero que se cumplen con
agrado. En el cuadrante B se hallan las versas formas de j uego, activi
dades que se cumplen por mero placer. , el cuadrante e tenemos las
formas de trabajo cuyo cumplimiento no pr ura ningún placer y que se
realizan por sentido del deber con miras a la consecución de objetivos al
margen de la actividad en cues tión . El cuadran te D define las actividades
q ue obviamente pertenecen al ocio y que se realizan por mero placer,
pero que no res u l tan agradables a aquellos participantes que las abordan
con . una sensación de aburrimiento o de imposición.
Como se podrá comprobar en la sección siguiente, este modelo de
actividad es un dispositivo muy práctico para resolver el dilema de la
definición del deporte.
El deporte: ¿ Trabajo o juego?
Una cuestión q u e se plantean con frecuencia los estudiosos del deporte es
la determi nación del carácter más o menos laboral o lúdico del deporte.
Es evidente que en algunos casos las actividades deportivas se desarro
llan tranq uila y relaj adamente, mientras que en otros se abordan con una
seriedad y un profesionalismo que trascienden el aspecto de distracción
potencial . Esta variabilidad trabaj o-j uego que caracteriza al deporte se
reflej a en las definiciones del término propuestas por los sociólogos .
Para algunos estudiosos el deporte no es más q u e un tipo de j uego .
H uizinga ( 1 950) considera el deporte como una forma lúdica, aunque
admite que desde el ú ltimo cuarto del siglo XIX los j uegos en forma de
deporte se han tomado cada vez más en serio. Caillois ( 1 969) tiende a
eq uiparar deporte, j u ego y ju egos . I ncluso la definición .hecha por Loy
( 1 969) del deporte como "competición divertida" sugiere que las activi
dades deportivas entran en la rúbrica general de "j uego " .
En el polo opuesto, algunos au tores h a n preferido hacer hincapié en las
dimensiones importantes del deport.e . Harry Edwards ( 1 9 7 3 ) afirma que
los deportes no ofrecen nada en común con el j u ego, e insiste en las
características laborales del comportamiento deportivo: siempre implica
esfuerzo fisico, una estructura y una organización formal, una fidelidad a
la tradición, un elevado grado de seriedad , una cuidadosa preparación, y
la designación, definición y delegación explícita de todas sus funciones y
posiciones. Lejos de ser j u ego, creación , diversión o simple distración, los
deportes revisten un carácter ocupacional por parte de los participan tes,
y de negocio para los entrenadores, administradores y propietarios de
eq uipos y j ugadores .
El problema de la definición del peporte de Edwards desde una óptica
antropológica radica en el hecho de _q ue su enfoque está totalmente diri
gido al m u ndo occidental industrializado y a las instituciones atléticas
universitarias y profesionales. Esta visión del concepto limita su aplica
ción a situaciones no occiden tales o primi tivas . I gnora igualmente el
hecho de que ciertos deportes son claramente formas de j uego.
En un esfuerzo de in tegración de los aspectos laborales y lúdicos para
lograr una definición aceptable, el sociólogo Allen Sack ( 1 9 7 7 ) ideó un
modelo que presenta al deporte como "j uego institucionalizado reposan
do en la proeza fisica " , en el que intervienen proporciones variables de
trabajo y j uego, según la naturaleza de la actividad específica. En este
contexto, j u ego y trabajo representan tipos ideales o montajes men tales
compuestos por los elemen tos más característicos o esenciales de cada
UN ENFOQUE CULTURAL
J uego
Go l f (con a m i g o s ¡ A l pi n i smo
Bolos F ú t bo l u n i ve r s i t a r i o . a m a t e u r
(con a m i go s . pero
c o n a p u e s t a s e l ev a d a s )
F ú t bo l u n i ve r s i t a r i o p r o f e s i o n a l i z a d o
B i l l a r profesional F ú t bo l p r o f e s i o n a l
Trabajo
Por regla general, el deporte refleja los valores básicos del marco cultu
ral en que se desarrol la y por tan to actúa como ri tual cultural o como
" transmisor de cultura " . 1 ncluso los deportes introducidos de una fuente
extranjera son rápidamente modificados y adaptados para que enc�j en
con las normas y valores tradicionales .
Por ej emplo, cuando el baloncesto entró en la com unidad navaj o Ra
mah de Nuevo México en la década de los treinta, muy rápidamente se
transformaría en el muy sui generis " baloncesto navajo" -algo muy d i lc
rente del j uego introducido por los instructores anglomormones.
El baloncesto navajo refleja un comportamien to menos agresivo, me
nos estructurado, menos extrovertido y exaltado, y moralmente menos
ed ucativo, pero al mismo tiempo más individualista, más íntimo y más
festivo que el balonces to practicado por la población urbana anglomor
mona ( Blanchard , 1 9 74) .
Este fenómeno también se observa entre los ute de la Gran C uenca
norteamericana a raíz de la introd ucción del baloncesto (Tindall, I 975a ) ,
y e n las islas Trobriand de la Melanesia, tras la introd ucción d e l cricket
por los bri tánicos a principios del siglo XX. El j uego reestructurado in
situ se transformaría bajo la infl uencia de la cult ura local en un " cricket
de Trobriand" ( Leach , 1 9 76) .
En última instancia, lo que se q uiere ind icar cuando se afirma que el
deporte es una forma de comportamiento ritual es simplemente que el
carácter actual del deporte en una sit uación dada es el resul tado de
normas culturales concretas . El deporte transmite un " mensaj e trascen
dente" relativo a la tradición y a los valores compartidos en una sociedad
específica, a través del j uego competitivo. Al mismo tiempo es lícito supo
ner que si se quiere en tender el comportamiento deportivo en una socie
dad determinada convendrá adquirir un mínimo de conocimientos sobre
la pauta cultural general res ponsable de la definición final de este com ·
portamiento.
En el mismo sentido, el deporte puede considerarse como el marco
dentro del cual los procesos rituales que no forman parte directamente
del j u ego pueden manifestarse. Como ejemplo de este fenómeno mencio
naremos de nuevo los part idos formales de estic pw dispu tados entre co-
38 ANTROPOLOGIA DEL DEPORTE
recreª1Üta .se . valora desde una perspectiva sµbj etiva o culturatl Para
Kan do ( 1 9 7 5 ) , el recreo suele ser indicativo de deporte y actividad al aire
libre, y casi nunca se refiere a actividades intelectuales agotadoras .
El recreo reviste varias formas : desde las artes y la artesanía hasta las
actividades sexuales. Sin embargo, en m uchas sociedades el principal
tipo de recreo se plasma en el deporte.
Por limitadas que sean las satisfacciones intelectuales ofrecidas por el
recreo, este no deja de ser una forma constructiva de ocupación del
tiempo libre. Comoq uiera, además, que el recreo es una categoría vincu
lada a la cult ura, importa que el deporte específico o los deportes escogi
dos con objeto recreativo sean considerados por los participan tes como
una actividad apreciada. De lo con t rario se considera im puesta, como el
trabajo, y deja de ser recrea tiva. De ahí la importancia que reviste la
valoración de las ramificaciones culturales del deporte y del j uego en el
desarrollo y ej ecución de programas recreativos eficientes.
La educación fisica, a diferencia del recreo, puede ser normativa, pres
criptiva u obligatoria. Es una preparación que, por definición, req uiere
un esfuerzo por parte de los participantes, y con excepción de una mi no
ría q ue la considera actividad recreativa, para los más es t rabajo q u e
soportan simplemente p o r deferencia a presiones externas .
La ed ucación fisica es tam bién más incl usiva que el recreo y en ella
concurren a la vez actividades mentales y fisicas , cuya finalidad es la
conservación y la mejora de la salud del i ndividuo al tiempo que enseña
al alumno a u t ilizar eficazmente su tiempo de ocio. El recreo se transfor
ma en un medio importante para la consecución de estos objetivos y por
lo tanto es una parte esencial del programa de ed ucación fisica.
Todas las sociedades someten a su j uventud a algún t ipo de entrena
miento asimilable a la educación fisica en algún aspecto u otro. Sin
embargo, la naturaleza específica de esta formación varía según los me
d ios culturales . Los niños choctaw aprendían a j ugar al toli (estique)
desde la más tierna edad . Los padres se encargaban de confeccionarles
raq uetas del tamaño apropiado. Simultáneamente n iños y niñas recibían
una instrucción destinada a hacerles entender la importancia de la des
treza fisica y la conservación de una buena salu d. Esta costumbre es
frecuente en la mayoría de las sociedades y casi siempre conlleva el
desarrollo de las cualidades indispensables para la práctica de determi
nadas actividades deportivas .
Por definición , la ed ucación fisica es normativa; los participan tes se
someten a un régimen prescri to o a una enculturación que alguien más .
ha j uzgado importante para su bienestar general y para el del conj u n to
de la sociedad. Por tal razón el profesor de educación fisica, a diferencia
del animador de recreo, no necesita someterse a los gustos o preferencias
de sus clientes. Dicho de otra manera, puede dejar de lado, si así lo desea,
las ramificaciones culturales de las actividades por. él prescritas, sin que
por ello el proceso deje de ser educación fisica. No obstante, si se toman
en cuenta .los anteceden tes culturales de los alumnos y se desarrollan las
actividades que mejor se adaptan a ellos, el programa resultará más
eficaz en la consecución de los obj etivos de una buena educación fisica.
La antropología del deporte con t ri buye con su enfoque y su metodología
a la consecución de esos objetivos .
RES UMEN
Ejercicios
Temas a debate:
1 . Mencione los deportes que en su práctica le parecen más un trabajo
que una distracción. ¿Qué tipo de actitud o actitudes convendría adoptar
en los programas deportivos, recreativos y de ocio? De los diversos enfo
ques de la práctica del deporte ( l údico, laboral, ocio) ¿cuál le parece más
positivo? ¿ Porq ué?
2 . Cite algunos ej emplos de actividades deportivas susceptibles de com
pararse con formas directas de conflicto ( p . ej . la lucha) ¿Cuáles son las
características del deporte comparables con otras formas de conflicto?
¿Qué función reviste la d imensión conflictiva en el comportamiento de
portivo?
3. Piense en un día laborable corriente y diga cuánto tiempo dedica al
j uego y al deporte, respectivamente ¿ Establece alguna distinción entre el
j u ego y su trabajo? ¿ Le parece que juega mientras trabaj a en algunos
momen tos de su jornada laboral? ¿Qué le s ugiere esta situación con res
pecto a la importancia del deporte y del j u ego en su vida?
4. Si se considera el deporte como u n ritual y si el ritual se define como
transmisor de valores y como guía de comportamiento ¿en qué medida
los deportes y la práctica de los mismos ( como espectador o participante)
i nfluyen en su comportamiento? ¿Cómo se revela su cultura en el trance
deportivo? ¿Qué impli caciones morales ve en sus respuestas?
A tietas universitarias en plena acción
3
" necesita espacio" . Ninguna de las causas es por sí sola suficien te. Todas
j untas pod rían constituir los factores C<\Usales, sin contar otros que no se
han mencionados . Por tan to, es il usorio acudir a cualq uiera de esas rela
ciones de causa a efecto para explicar la sit uación .
Este ej emplo ilustra el dilema de la sociología : los modelos llamados
explicativos sugieren cómo aprehender los fenómenos sociales y cultura
les en fünción de los posibles factores causales y abordar los problemas
concretos con la explicación en mente o como objectivo. Sin em bargo,
dada la com plej idad del comportamiento humano, esas explicaciones
con tinúan siendo objectivos teóricos o ideales más que logros reales . En
realidad , los modelos explicativos utilizados en sociología no explican
nada; lo que hacen es demostrar las relaciones i m portantes, sugerir facto
res causales y sus efectos posibles; aclaran lo evidente y hacen inteligibles
las di mensiones menos evidentes de los acontecimien tos sociales y cultu
rales . De ahí su interés y su importancia .
Los modelos hermenéuticos no son tan ambiciosos en el marco del
análisis de los datos sociales y se limitan a ofrecer formas alternativas
para entenderlos; no explican , pero aumentan y extienden el conoci mien
to y generan nuevas cuestiones. Por ej emplo, la antropología simbólica
aplicada al fú t bol brasileiio, si bien no logre explicar este deporte, sí
sugeri rá cómo el fú t bol relle:j a las regularidades de la estructura social
brasileiia y demostra rá la relación integral del fú t bol con el res to de la
cultura brasileiia.
Los modelos teóri cos más populares de la his toria de la ant ropología
han alcanzado fama por mu l tiples razones, a \·eces externas a la propia
disciplina. El medio intelectual de la época , los a\·ances realizados en
otras disciplinas, las circu nstancias his tóricas cambiantes y las necesida
des sociales generales son, a menudo, los principales factores responsa
bles de la aparición y popularidad de determinados modelos . Los mode
los explica tivos y hermenéut icos tratados en este capít ulo deben su noto
riedad a n t ropológica a su utilidad en el análisis del comportamiento
deportivo.
Modelos explicativos
El Evolucionismo
De los modelos a n t ropológicos qu e trataremos en esta sección, el evolu
cionismo es el que goza de una más larga t radición puesto que se remon ta
al clima in telectual del mundo occidental del siglo X I X . Según el evolu
cionismo, la explicación equivale a situar una cultura o un acon teci mien
to cult ural dentro de un marco evol utivo. Para en tender el golf, por
ej emplo, basta con hacerlo encaj a r con el esquema evolut ivo general.
Para los antropólogos d e l siglo X I X , la evol ución cultural era un pro
ceso universal y unil ineal que explicaba el desarrollo de la cultura a
partir de su nivel más simple, el "salvaj ismo" , hasta los niveles más
elevados : " barbarie" y "civilización " . Los fenómenos culturales indivi
duales se explicaban de acuerdo con la naturaleza de los con textos más
am plios en que se prod ucían. En todos los casos se suponía que los
valores culturales y las instit uciones de la civilización eran su periores a
los de la sociedad bárbara o salvaje . Por consigu iente, cualquier aspecto
de la cult ura -tecnología , religión , arte- era cali ficado de su perior o
inferior según su posición en la división triparti ta de la evo l ución
cultural.
La antropología evolucion ista del siglo X X con tinúa explicando la
cult ura según el proceso evolutivo. Les lie White, el más destacado evolu
cionista nat ural de la historia reciente de la antropología , afirma que la
•
TEORIA Y METODO 47
El Estructural-funcionalismo
El estructural-funcionalismo es un modelo teórico comparable al fu ncio
nalismo y que, como éste, se basa en la premisa de que las instituciones
sociales deben entenderse en términos de sus funciones esenciales . Pero a
diferencia del funcionalismo, el estructural-funcionalismo describe las
instituciones en función de su aportación a otras partes o aspectos del
sistema más que en relación con las necesidades h umanas individuales .
El modelo de sistema social del antropólogo británico A . R . Radcliffe
' Brown es análogo a un organismo viviente y como éste está constituido
por partes q ue se aj ustan en tre sí i nterdependiente e integradamente.
Cada parte desempeña un papel importante en la conservación de la
totalidad d{'.l sistema. Teóricamente, la vida de un sistema social es com
parable a la de un organismo sano y cada una de las partes del sistema
-las instituciones- se explica de acuerdo con su con tribución -a la conser
. vación del sistema. Así pues, desde un punto de vista estructural-funcio-
nalista, la religión como institución social es tratada como un comple
mento de las demás dimensiones del sistema (es decir, como una raciona
lización teórica o definitiva de la ley ) más que como un in tegrador de las
necesidades individ uales, como ocurre en el caso del fu ncionalismo.
C uando el modelo estructural-funcionalista se aplica en el análisis
antropológico del deporte, el supuesto básico es que el deporte como
institución social debe entenderse en función de sus relaciones con otros
componentes o instituciones del sistema. El deporte puede presentarse
como reforzando o sosteniendo otras dimensiones del sistema, tales como
las leyes, la política y la religión. Puede imaginarse como un anexo de las
tendencias agresivas y como disposi tivo atenuante de los conflictos en
otras áreas del sistema, o puede, incluso, interpretarse como ri tual. Pero
en cualquier caso su raison d 'etre es su in terdependencia con las otras
instituciones del sistema.
Un buen ej emplo de la utilización del modelo estructural-funcionalista
en el marco del deporte es el trabajo de Robin Fox ( 1 96 1 ) Pueblo Baseball:
A New Use for Old Witchcrafl. Fox j ustifica la forma y la popularidad del
béisbol en la comunidad pueblo de Cochiti por su funcionamiento como
medio de "eliminar las tendencias competitivas y agresivas" en un sis te
ma t radicionalmente no comp eti tivo . ,
El estructural-funcionalismo es un método popular entre los estudio
sos del deporte. El deporte en América, al igual que en n u merosas otras
culturas, va unido a una tan amplia variedad de instituciones y compor
tamientos, que muchas cuestiones estructural-funcionalistas surgen casi
automáticamente de la mera observación de las actividades deportivas .
Quizá la principal utilidad del estructural-fu ncionalismo en este contex
to resida en su in terés por la fu nción del deporte en la sociedad .
El Materialismo cultural
La popularidad del materialismo cultural en la antropología se debe a
Marvin Harris ( 1 9 79) . Se trata de un modelo teórico que aborda la
cult ura hu mana como si la adaptación fuese su principal razón de ser. En
primer lugar los seres humanos deben resolver los problemas básicos de
la supervivencia: comer, beber, defenderse contra el frío, y satisfacer las
demás necesidades biológicas . En un sistema social dado, la cultura está
diseñada para hacer fren te a esos problemas y sólo puede entenderse en
relación con la función adaptativa resultante.
De acuerdo con el modelo del materialismo cultural, la cultura es u n
50 ANTROPOLOGIA DEL DEPORTE
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3. Definició
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TEORIA Y METODO 55
METODOLOGIA
RESUMEN
Teoría y método son componentes esenciales de la investigación antropo
lógica y deben considerarse como interdependientes . Los modelos teóri
cos subrayan y definen los lími tes de la investigación y conducen a teorías
con trastables. La historia de la antropología puede considerarse como la
historia del desarrollo y de la u ti lización del modelo teórico. Los modelos
son de dos tipos: explicativos y lwrmenéuticos . Los primeros incluyen el
evolucionismo, el funcionalismo, el estructural-funcionalismo y el mate
rialismo cultural . Los dos principales modelos hermenéuticos son la etno
ciencia y la antropología simbólica.
Según el evolucionismo, la explicación consiste en la ordenación de
acon tecimien tos y com portamien tos en una secuencia cronológica. El
funcionalismo atribuye a las instituciones la necesidad de realización
individ ual, mientras que el estructural-funcionalismo ve la causalidad en
TEORIA Y METODO 61
Ejercicios
Temas a debate
1 . A partir de la experiencia de su propia vida cotidiana, ¿qué modelos
teóricos implícitos guían su cond ucta? ( P. ej . ¿qué modelo general utiliza
para decidir dónde almorzará según el día de la semana?)
2 . Volviendo a la rutina cotidiana anterior ¿qué teorías ha con trastado
últimamente?; es decir, ¿qué hipótesis ha form ulado y ulteriormente con
trastado? ( P . ej . cuando se matriculó en una asignatura le informaron
respecto a cuando y donde se impartirían las clases , pero usted com pro
baría que esta información podía ser errónea. Así que, tomando como
hipótesis esta posibilidad, la estuvo contrastando cada vez que asistía a
una clase durante las dos primeras semanas del semestre. U l teriormente
com probó la j usteza de su presen ti miento sobre horarios y aulas . )
3 . Describir una de las actividades deportivas más populares d e su comu
nidad o de su comarca. ¿Qué preguntas cabría hacer si se q uisiera anali-
62 ANTROPOLOGIA DEL DEPORTE
Prehistoria
y p as ado histórico del deporte
EL DEPORTE EN LA SOCIEDAD
DE LA EDAD DE LA PIEDRA
La tradición paleolítica -la Antigua Edad de la Piedra- se extiende sobre
el 99% de los dos millones de años de cult ura de la humanidad . La caza,
la recolección de plantas, el uso de u tensilios líticos y la vida en peq ueñas
bandas con niveles de población directamente impuestos por las disponi
bilidades de recu rsos naturales ( Service, 1 963) son las condiciones pro
pias de esta Edad . Durante todo el Paleolítico, la población hu mana
permaneció numéricamente cons tante. El cambio tecnológico fue lento y
las culturas individua les eran sumamente simples.
64 ANTROPOLOGIA DEL DEPORTE
EL REGISTRO ARQUEOLOGICO
Según Fox ( 1 97 7 ) , son m uy pocas las menciones relativas al deporte y a
las competiciones recreativas en la li teratura arq ueológica. La mayor
parte del material con connotaciones deportivas descubierto por los ar
q u eólogos está constituido por accesorios relacionados con el j u ego: ta
bleros de puntuación , palos, dados . U n tipo de artefacto frecuente en el
Sureste de los Estados U nidos es la gran bola de piedra que u tilizan los
choctaw y los creek en el j uego del "chunkey " . La función prehis tórica de
estas piedras no se podría interpretar si no se conociese el contexto actual
del chunkey. Sobre el trayecto antici pado de la bola lanzada por uno de
PREHISTORIA Y PASADO HISTORICO 65
F IG U RA 4.
66 ANTROPOLOGIA DEL DEPORTE
Fecha
;
��
Mesopota m l a Egipto India China Mesoamérlca América del N. Creta Etrurla
Ch u n key
1 .000 d.C.
A ro
Juego de
500 d.C. raqueta
!!;
68 ANTROPOLOGIA DEL DEPORTE
tuvieran sus homólogos en las clases bajas. En Egipto se dan las primeras
manifestaciones del ju ego de pelota ( U riel Sirnri, 1 9 73 ) . Las pinturas
murales de las tumbas de Beni Hassan de principios del 1 1 milenio a. C .
reprod ucen una serie d e actividades realizadas por mujeres con peq ueños
objetos esféricos .
Datos arq ueológicos del 600 a. C . en Etruria revelan la presencia de la
acrobacia, de j uegos de pelota, de pruebas de atletismo: disco, j abalina,
carreras, sal tos, boxeo, lucha, carreras de carros y combates de gladiado
res ( H owell y Sawula, 1 9 7 3 ) .
El deporte fue una institución sobresaliente y compl�j a d u rante el pe
ríodo minoico de la antigua C reta. En el diario de las excavaciones de
Arthur Evans del palacio de M i nos en Knossos, abundan las descripcio
nes de deportes y j uegos y del eq ui po utilizado para s u práctica. Los
minoicos practicaban el salto acrobático, el boxeo, la lucha, las carreras
pedestres, los j uegos de pelota, la tauromaq uia, la caza y la pesca . Evans
describe un m u ral represen tando "un púgil de cuerpo muy atlético, q u e
acaba de poner fuera de combate a su oponente" .
Poco es lo que los arqueólogos han reseñado sobre los deportes de la
China prehistórica. Se sabe, sin embargo, que baj o el reinado de la dinas
tía Chou ( 1 1 00 - 800 a. C . ) los j u egos ( tiro con arco) eran elementos
importan tes de la vida cotidiana china ( Sasajima, 1 9 7 3 ) . Según Giles
( 1 906) , los chinos practicaban el fútbol en tiempo de la d inastía Han ( 206
a. C. 25 d. C . ) .
-
enorme can tidad de canchas, la represen tación pictórica de los inciden tes
del j uego, los yugos de piedra y otros accesorios, así como las referencias
etnohistóricas, hacen que el j uego de pelota de goma de Mesoamérica sea
merecedor de la máxima atención por parte de los estudiosos del deporte.
A pesar del ingente volu men de datos arqueológicos, son muchas las
cuestiones relacionadas con este j u ego de pelota que aún permanecen sin
respuesta. La realidad del j u ego de pelota mesoamericano d u rante más
de 2000 años de prehistoria suele darse por descontada; sin embargo, son
muchas las incógni tas que aún q uedan por resolver; el momento y el
lugar de aparición ; el desarrollo y el significado del j u ego; las pautas de
difusión; las dimensiones sociales, políticas y religiosas de la competición
y las bases de su popularidad y trascendencia.
El j uego de pelota mesoamericano adopta múltiples formas que se
reflej an en la dimensión y la forma de la cancha de j uego, en el eq uipo y
en las represen taciones artísticas del j uego y los j ugadores . Además, se ha
practicado en m uchas localidades de América central, del Suroeste de los
actuales Estados U n idos y, q uizás, del norte de América del sur. Se han
localizado restos de canchas de j uego desde Arizona y N uevo México
hasta Hond u ras y Puerto Rico y la costa del Pacífico de México. El j uego
se practicaba ya en una época tan antigua como el 1 500 a. C . y algunas
variantes modernas todavía siguen disputándose en la actualidad en al
gunas comarcas del norte de México.
En toda esa amplia zona el j uego de pelota revestía unos rasgos c_o mu
nes: la pelota de goma, la cancha de dimensiones variables y las metas.
La pelota empuj ada o proyectada con las caderas y los pies (en ciertos
casos con las manos) debía alcanzar o rebasar las metas .
U no de los problemas arq ueológicos relativos al j uego de pelota más
fascinan tes es el de sus orígenes. Las primeras canchas de j uego se re
montan al período clásico temprano de la prehistoria maya ( 200 - 300 d .
C ) , siendo la de Copán en el suroeste de Hond uras q u izás la m á s antigua
de todas. Esta cancha consistía en una superficie rectangular pavimen ta
da y delimitada por cuatro m u ros inclinados rematados por sendas plata
formas. Tres bloq ues de piedra dispuestos en l a superficie del terreno de
juego servían de marcadores . Esta es la estructura en 1 típica de las
canchas mayas ( Figura 5 ) , que ha sido reproducida en m uchas otras
localidades, razón por l a cual Blom ( 1 93 2 ) atribuye a los maya la pater
nidad del j u ego.
· O tros arqueólogos, en cambio, pretenden que el j uego es m ucho más
antiguo y que se remon taría al período olmeca, hacia 1 000 a. C. ( Coe,
1 962) -su poniendo que los montículos de arcilla descubiertos en las rui
nas olmecas de San Lorenzo en el Golfo de México fuesen realmente los
restos de canchas de j uego, y que los cascos_ que tocan las cabezas de las
estatuas colosales fuesen parte del eq uipo protector de los j ugadores.
También se descubrieron estatuillas de j ugadores en varios asentamien
tos olmecas . A partir de datos de órden lingüístico, Olsen ( 1 974) confir
ma este origen olmeca del j u ego. La palabra "olmeca" derivada del maya
olli se interpreta generalmente como significando "gente de goma" . A su
vez, las palabras m ayas nol o nolol significan "una cosa redonda" o
" pelota" .
Humphrey ( 1 98 1 ) admite las fechas de C oe y ad uce otras pruebas
arqueólogicas -piedras labradas y frescos representando jugadores com
pletamente eq uipados y escenas del j u ego propiamente dichas -proce
dentes de otras localidades de Mesoamérica, como Teotihuacán y Oaxa
ca, en favor del j u ego premaya.
Responsables o no dr la institucionalización del j u ego de pelota lo q ue
70
ANTROPOLOGIA DEL DEPORTE
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sí es cierto es qu«" los maya tomaron mucho má� en serio que las demás
poblaciones prehistóricas mesoamericanas la construcción de canchas de
j u ego. La mayoría de cen t ros maya -Copán, Palenq ue, Tikal, Uxmal y
Kami nalj uyén- incl uyen varias canchas de j uego entre sus ruinas. La
mayor dt' todas es sin d uda la del cen t ro maya de Chichen l tza: la pista
mide" 1 65 metros de longi tud y ofrece claras muestras de infl uencia
tolteca.
Aunque los res tos arq ueológicos sean menos abundantes que los del
período maya , el j uego dt' pelota fue un factor importante en la vida de
los toltecas y de los aztecas de Tenoch t i t lán y del suroeste de los actuales
Estados U nidos.
Las dimensiones de las canchas de j uego varían considerablemen te.
H abía canchas de JO metros para la disputa mano a mano entre dos
j ugadores y pistas inmensas como la de C hichen l tza. No obstante, el
d iser1o t'ra pr;Í c t i c a m c n t c el m i s m o para todas. La construcción básica
PREHISTORIA Y PASADO HISTORICO 71
de los j ugadores. Los encon tronazos eran violen tos , la sangre manaba de
las heridas. La descripción de Duran ( 1 97 1 ) del j uego de pelota azteca
evoca con gran realismo este combate de titanes:
La indumentaria de los jugadores se reducía a unos calzones recubiertos
con piel de gamo para proteger los muslos y unos guan tes para proteger las
manos constantemente apoyadas en el suelo aguan tando el peso del cuer
po reclinado o agachado . . .
Algunos d e esos hombres n o salían vivos d e l a cancha. Agotados de
correr sin parar de un extremo al otro del campo, se precipitaban al en
cuentro de la pelota deseosos de llegar antes que nadie. El impacto de la
bola de goma contra el estómago o la boca del j ugador podía resultarle
fatal . El desafortunado se desplomaba como una masa sobre el suelo. En
este trance algunos encontraban su fin, otros se recuperaban y .volvían al
j u ego. Había una suerte de remate o despeje harto cu rioso. Antes de que la
pelota diera con tra el suelo, el j ugador la in terceptaba con las rodillas o las
nalgas y la bola recibía un impulso formidable. La repetición de esas
j ugadas prod ucía fuertes contusiones en las articulaciones con prod ucción
de profu ndos hematomas que tendían a infectarse y requerían frecuentes
vaciados para expulsar los coágulos .
cha alargada marcada por tres líneas divisorias pintadas con cal. La
pelota de goma maciza de unos 1 5 cm de diámetro y unas 6 a 8 libras de
peso era propulsada de un extremo a otro del campo con los puños
protegidos con guan tes de cuero claveteados .
En el transcurso de los últimos tres mil años, en todos los niveles del
sistema social, en diversas modalidades y en varias regiones, el j uego de
pelota ha sido una importante institución mesoamericana. No sólo las
grandes civilizaciones -olmeca, maya, tolteca, azteca- sino varios de los
estados más pequeños y oscuros del suroeste de los actuales Estados
Unidos, del Caribe y del valle de México adoptaron el j uego concedién
dole un significado especial . ¿ Por qué esta importancia? ¿ Por qué esta
popularidad ? ¿Cómo explicar su longevidad? Desde luego, éstas no pue
den explicarse por las meras virtudes recreativas del j u ego . Otras razones
habrá.
El j u ego de pelota era una forma de combate fisico, una parodia de la
guerra. De ahí que con toda su brutalidad , su intensidad y su dolor, el
juego se presentase como un sucedáneo de la guerra. Esta idea parece
im plícita en las mitologías y en las confrontaciones atléticas entre dioses
así como en los relatos de los partidos disputados entre los gobernantes .
Puede añadirse, también, que el j uego de pelota era una preparación
importante para la guerra, tanto del punto de vista de la preparación
fisica como del condicionamiento mental o intelectual -condiciones nece
sarias para imponerse en el campo de batalla. Los sistemas económicos
de los estados mesoamericanos y más particularmente de los toltecas y
los aztecas dependían del poder militar para mantenerse, razón por la
cual el sentido guerrero de esos pueblos se acordaba perfectamente con el
modelo del atleta-guerrero. Esta idea concuerda con la tésis de Sipes
( 1 97 3 ) según la cual las sociedades guerreras tienden a institucionalizar
los deportes .
Otro posible factor de la longevidad del j uego de pelota mesoamerica
no fue su significado ritual. El j uego simbolizaba el hombre fren te a la
naturaleza, fren te a los dioses, fren te al destino y fren te a él mismo, y
ofrecía la oportunidad a los pueblos agrícolas de librar un combate sim
bólico contra unas fuerzas que escapaban totalmente a su control directo.
Absortos en la parodia de esos combates cósmicos, se olvidaban de los
duros trabajos del campo y de las incertidumbres de las cosechas.
H u mphrey ( 1 98 1 ) considera que Coe ( 1 968) minimiza la importancia
ritual del j uego cuando propone la existencia de una relación significativa
entre el sapo marino (Bufo marinus) y la versión olmeca del deporte. El
sapo, aunque no comesti ble, era la materia prima de la bufotenina, un
alucígeno utilizado por los olmecas en determinados actos rituales . El
símbolo del sapo ha sido descubierto asociado con artefactos deportivos;
de ahí la deducción de Coe: el j uego olmeca sería un componente integral
de un ri tual más amplio, responsable de la difusión del simbolismo reli
gioso de los ol mecas .
Para otros , el éxito del j u ego de pefota radica en el significado ecológi
co del deporte. Si los sacrificios humanos eran un complemento normal
de los j u egos, en tonces la institución depo'r tiva actuaba como un disposi
tivo de con trol de la población . Según Sherburne Cook ( 1 946) la guerra y
los sacrificios humanos sirvieron inconscientemente a los aztecas en este
propósito.
Michael Harner ( 1 9 7 7 ) va más lejos todavía en la in terpretación ecoló
gica de los sacrificios humanos de los aztecas : los teócratas mesoamerica
nos no sólo eliminaban a numerosos individuos sino que además consu
mían la carne de las víctimas. La razón de este comportamiento se j ustifi-
PREHISTORIA Y PASADO HISTORICO 75
decorada con motivos rojos sobre fondo crema. A partir del 800 d . C . , los
hohokan acometieron la construcción de un complejo sistema de irriga
ción que llevaría el agua de los ríos Gila y Salt a sus campos y huertas .
Otra característica predominante de la cultura hohokan era la fuerte
influencia mej icana que se manifestaba en la producción artística -ani
llos, brazaletes , espejos de pirita y pizarra, campanas de cobre, cuentas
de turquesa- y en la escultura y la arq uitectura -formas zoomórficas,
pirámides y canchas de j u ego de pelota.
Las canchas de j uego de pelota han sido identificadas en varios asenta
mientos hohokan, siendo la de Snaketown la mejor conocida. En una
evocación del pasado de esta gran arena ovalada, Haury ( 1 968) recurre a
la descripción hecha por los primeros colonizadores españoles del j uego
mej icano.
El j uego de pelota de los hohokan cayó en desuso a partir del siglo
X I V , j u n to con otros elemen tos de esta cultura, aunque son varios los
arq ueólogos que consideran que los hohokan son los antepasados de los
pima y papago actuales del desierto del Suroeste. Una vez más, puede
suponerse que al no poder contar con una sólida base ecónomica y políti
ca, el j uego formal no pudo mantenerse y los campos de j u ego desapare
cieron . Esto es probablemente lo que aconteció en todo el Suroeste. Lle
gado el período histórico ( hacia 1 500 d. C . ) , las grandes canchas de j uego
desaparecieron, pero no así el j uego propiamente dicho.
Diversas variantes del j uego formal del Suroeste han mantenido viva la
tradición atlética en las com unidades indígenas norteamericanas. Varios
de los deportes en que in terviene el uso de la pelota pueden ser resultado
de las transformaciones del j uego de pelota clásico difundidas a otras
regiones del Suroeste y a otras más dis tantes todavía del con tinente nor
teamericano. Aunque no abunden los datos arq ueológicos, el enfoq ue
histórico directo puede con tribuir poderosamente al análisis de esta posi
bilidad de tradición inin terrumpida del j uego de pelota.
El enfoq ue histórico directo es un método de reconstrucción de las
sociedades prehistóricas por extensión progresiva de la aplicación de las
analogías a los tiempos pasados ( Sharer y Ashmore, 1 9 79) . Esta técnica,
similar a la analogía etnográfica, sugiere q ue, de disponer de suficien tes
datos sobre los j uegos de pelota de los índígenas americanos, se vería
como los fragmentos de información encajan unos con otros y forman una
cadena que los une históricamente al j u ego de pelota clásico. De esta
forma se puede con tras tar la teoría de la relación directa entre la mayo
ría, sino de todos los j uegos de pelota practicados por los indígenas nor
teamericanos, y el j uego mesoamericano a través de los j uegos prehistóri
cos del Suroes te.
Stewart Culin ( 1 90 7 ) propuso el siguiente sis tema de clasificación de
los j uegos de pelota indígenas norteamericanos :
1 . El j uego de raq ueta -la pelota es lanzada por medio de una raq ueta
2. El shinny ( precursor del hockey moderno) -la pelota es golpeada
con un estique o bate
3. Doble bola -j uego esencialmente femenino, j ugado con dos bolas
atadas lanzadas por medio de un palo
4. Carrera de pelota -la pelota (o un bastón) es dirigida con el pie
5 . Fútbol, balonmano, malabarismos y lanzamientos, hotball, fútbol
sala, etc.- en exclusiva o como complemento a los precedentes son practi
cados por un número res tringido de tribus
A partir del análisis realizado por Culin de los j uegos y deportes practi
cados por un total de 22 1 tribus, resulta q ue 38 de ellas ( 1 7 % ) j ugaban a
PREHISTORIA Y PASADO HISTORICO 77
similitud, posi blemente acen tuada por difusión, contribuyó al avance del
concepto de j u ego de pelota de un ambiente cultural a otro; es decir, el
ri tual compartido actuó de medio de dispersión de esos importantes com
plemen tos del ri tual que fueron los j uegos de pelota.
Los diferentes j uegos de pelota practicados en las tribus indígenas de
América del Norte dieron lugar a especializaciones regionales . A medida
que un j u ego penetraba en un área de cultura de América del Norte,
adq uiría una gama de atributos distin tivos que lo identificaban con el
área de adopción . Así, por ej emplo, entre las diversas formas de j uego de
raq ueta descri tos por Culin ( 1 907 ) , se distinguen por lo menos cuatro
especializaciones regionales -Noroeste, Sureste, Llanos y Lejano Oeste
(Tabla 3 ) . Las variables que tienden a aglomerarse según las áreas inclu
yen el número de raq uetas, la posición de la bolsa de la raq ueta, la forma
del mango y el tipo de meta.
Si se dispone de suficiente detalle etnográfico, esas comparaciones faci
litan la comprensión de la evolución de las formas de un j uego determina
do así como la reconstrucción de los j uegos de pelota y la identificación
de las fuerzas ecológicas que conforman la historia de esos j uegos.
Otro método a disposición del arq ueólogo es la etnohistoria. La etno
historia es el estudio de la historia de los pueblos carentes de escritura
para con los cuales el antropólogo tiene que recurrir a las tradiciones
orales, a las genealogías , a los relatos escritos y demás documentos apro
piados . Constituye un complemento precioso para el enfoque directo y
proporciona datos susceptibles de llenar el vacío existente entre la prehis
toria y la historia.
Este vacío se observa en la historia de la mayoría de las actividades
deportivas desarrolladas inicialmente en poblaciones carentes de siste
mas escri tos an tes de ser adoptadas por sociedades disponiendo de ellos.
A veces esas actividades aparecen bruscamente en las páginas de la histo
ria como si surgieran ex nihilo -" I n principio t>rat . . . " Para corregir esas
dis torsiones , la etnohistoria viene al socorro de la his toria despej ando
algunas de las ambigüedades que asedian el desarrollo del deporte y
restableciendo las raíces de los fenómenos a primera vista intemporales .
La datación de los orígenes del j uego de lacrosse constituye un ej emplo
demostrativo de con tribución de la etnografía a los estudios del deporte.
El "j uego de pelota indio" o "antepasado de los deportes americanos"
sería, según los his toriadores del deporte, el descendiente directo del
juego de raq ueta indígena americano. En s u enciclopedia del deporte,
Menke ( 1 94 7) indica que las reglas del baggataway de los indios diferían
de las del lacrosse actual pero que los principios de ambos j u egos eran los
mismos y que los canadienses se limi taron a in trod ucir unos pocos perfec
cionamientos.
El nombre lacrosse procede, según Menke, de la similitud entre la
punta de la raq ueta y el báculo de los obispos ( "crosse" en francés ) .
Para Culin ( 1 90 7 ) , lacrosse sería una simple variante d e l a soule intro
d ucida en América por los primeros colonizadores franceses . Henderson
( 1 94 7) señala el uso de la expresión chouler a la crosse en el siglo X I V para
describir el j uego de la soule. En suma, los orígenes de lacrosse no han sido
todavía lo suficientemente demostrados para refu tar una u otra de esas
dos hipótesis.
Es posible que el j uego de raq ueta sea un j u ego de desarrollo relativa
mente reciente en la comunidad indígena americana, especialmente en el
Sureste. La referencia más antigua a este j u ego se remon ta a 1 636 (de
Brebeuf) y la primera referencia sobre el j uego en el Sureste es una nota
del padrt> Pierre Frarn;:ois C harlevoix en relación con el j uego de raq ueta
Tabla 3. Especi a l izaciones regionales del j uego de raqueta (Cu l i n , 1 907) ;gt'l
:e
G rupo tribal
N . 0 de Tipo
de bol s a
Forma del Tipo �
:ii::i
Area cult ural Estiques m a ngo de meta
>
-<
C h i p pewa 1 Te n d ó n / l at e r a l Red o n d o Po s t e 'a
>
"'
Menomi nee 1 Te n d ó n / l at e r a l Red o n d o Poste >
N o ro e s t e Pas s a m a q u o d d y 1 Mal la Red o n d o O r i f i c i o d e l .s u e l o 8
(n = 6) Mohawk 1 Mal la R ed o n d o Po s t e :e
Seneca
W i n nebago
1
1
M al l a
Te n d ó n / l at e r a l
Red o n d o
Angular
Po s t e
s/d
�
:ii::i
ñ
o
C h e ro kee 2 Te n d ó n /e x t r e m o Red o n d o E n t re p o s t e s
S u re s t e Choctaw 2 Te n d ó n /e x t re m o Angular Po s t e
(n = 6) M u s kogee 2 Te n d ó n /e x t r e m o Ang ular Poste
Sem i no l e 2 Te n d ó n /e x t remo Angular Poste
Pomo 1 Te n d ó n / e x t r e m o Red o n d o L í n e a de m e t a
y l at e r a l
Yo k u t s 1 Te n d ó n /e x t re m o Red o n d o s/d
C a l i fo r n i a M i wo k 1 Cesta s/d s/d
(n = 6) Top i n a g u g i n 1 Ces t a s/d Línea de meta
N i sh i n an 1 s/d R ed o n d o E n t re p o s t e s
Thompson lndian 1 s/d Red o n d o E n t re p o s t e s
...
""
80 ANTROPOLOGIA DEL DEPORTE
revolución. Su enfoq ue ha dej ado de ser " nuevo" y a los arq ueólogos
teóricos de los años 60 les q ueda todavía por convencer a la comunidad
académica. Pero la arq ueología prehistórica ha cambiado. El enfoque
científico de la arq ueología ha supuesto una mej or comprensión de la
prehistoria al tiempo q ue ha aumentado la fiabilidad de la recogida y la
interpretación de datos y ha ampliado los campos de investigación .
Una de esas ampliaciones corresponde a la recogida sistemática de
materiales deportivos y lúdicos prehistóricos . Con la formulación de teo
rías abiertas al deporte, el arq ueólogo tiende menos a pasar por alto las
indicaciones prehistóricas sobre la faceta deportiva de la gente. En la
medida en que los antropólogos en general aceptan la importancia del
deporte como elemento de la cultura humana, cada vez resultará más
dificil para los arq ueólogos ignorar el fenómeno deportivo.
Esas variables se expresan en los diferentes niveles del proceso evol uti-
82 ANTROPOLOGIA DEL DEPORTE
La au toridad personal es q uizá el rasgo más detestado entre los zuñi. " U n
hombre con sed de poder y de conocimien tos, deseoso de ser un l íder entre
los suyos, será seriamente cri ticado y acabará probablemente siendo acu
sado de brujería" ( Benedict, 1 934) .
RESUMEN .
El tema de los orígenes y desarrollo del deporte incumbe a la arq ueología
prehistórica y es una cuestión sumamente enigmática, con escasas prue
bas que permitan explicarla. Poco es lo que se sabe del deporte y los
j uegos de las poblaciones paleolíticas. Determinados artefactos han sido
reconocidos como objetos deportivos o lúdicos; muchos más han sido
destruidos o se han perdido por ignorancia de los excavadores. La "n ue
va arq ueología" , con su enfoq ue más explícitamente científico, se ha
mostrado más receptiva a las actividades del j uego y del deporte y nos
permite augurar nuevos descubrimientos sobre las dimensiones lúdicas
del pasado.
¿Qué sabemos, exactamente, del deporte en la prehistoria? Es muy
escasa la información correspondiente al período anterior al surgimiento
de la civilización urbana. Pero con la aparición de las ciudade·s , el regis
tro arq ueológico ofrece pruebas incontrovertibles de complej as insti tucio
nes deportivas. En Mesopotamia, Egipto, I ndia y China, los datos in
dicativos de la práctica qel boxeo, la lucha, la natación, las carreras y
diversos j uegos de pelota se remontan a miles de año en el pasado. Más
tarde, las civilizaciones secundarias, como C reta, Grecia y Roma, perfec
cionan los temas deportivos anteriores y sientan las bases para el desarro
llo del deporte moderno.
El ej emplo mejor documen tado de deporte prehistórico es el j uego de
pelota mesoamericano, complej a institución que arranca de la experien
cia olmeca de hace casi tres mil años , cuya existencia solapó varias civili
zaciones y que acabaría influyendo en el desarrollo de otros j uegos de
pelota en la América del Norte indígena. El uso de un método arq ueoló
gico tan importante como el enfoque histórico directo contribuye a una
amplia definición de la naturaleza de esta influencia.
El deporte puede considerarse como una institución evolu tiva y como
un importante componente del desarrollo de la cultura humana. Las
fuerzas impulsoras básicas de la evolución deportiva incluyen variables
subsistenciales , sociopolíticas y geográficas .
Ejercicios
El deporte en la cultur a:
un a perspectiv a evolucionista
�
J uegos de Blanco Jabali na/lanza
pelota Cuerpo (pok-ta-pok) :::::::--- Tiro
� Raqueta (tenis) Bolos
-......_
Palo (golf)
Polo
Fondo _____-: Buzkashi
Carreras ----- Velocidad Equitación
Carreras
-- Relevos --=.:::.Torneo
_....-- salto
Pista :::::::- caza
Lanzamiento
--::::: Pért iga
� Tram polín
Natación Arrancada
Halterof i l i a
- Fuerza
� Esqui
Agua
�Sur!
Regatas ---- Vuelo a vela
� Pesca Aire ---- Aviación acrobát ica
�
Hielo/nieve �
--- Trineo
Rueda Motocicleta
··snowmobi le'' -..:::: Carricoche
Esqui
� Boxeo
Lucha
::=:::::::..-
Kung u 1
�
Combate
Karate
� Tracción de cuerda
Esgrima
UNA PERSPECTI VA EVOLUCIONISTA 89
Los deportes pueden ser y, de hecho, han sido clasificados por áreas
geográficas ( Rooney , 1 9 74) . Otras clasificaciones parten de las nacionali
dades que los practican ( Riordan, 1 9 7 7 ; Johnson, 1 980) .
Pero todas las clasificaciones y esbozos de clasificación existentes tie
nen poco interés antropológico; las categorías establecidas tienen un limi
tado significado social y las fronteras geográficas o po líticas utilizadas
dificultan el tratamiento del deporte en las sociedades de dimensiones
modestas .
El antropólogo debe adoptar un enfoq ue que le permita aislar los de
portes más in teresantes e inusuales de cada país del mundo. Esta selec
ción constituiría el núcleo esencial de los conocimientos sobre el tema. De
la misma manera que se supone que todo estudiante de antropología
cultural conoce el sistema kula de las Trobriand o el potlatch de los indíge
nas de la Costa Noroes te de América del Norte, los antropólogos del
deporte retendrían cierto número de actividades "a típicas " .
En e l juego de buskashki de Afganistán dos t>q uipos dt> jinetes (chapan
daz) se dispu tan la posesión de una cabra o una tt>rnt>ra muertas colocada
al iniciarse" el j uego en un círculo en el cen tro del campo. A la señal del
director de j u ego los dos eq uipos se lanzan al galope en dirt>cción al
círculo central; la melée es colosal , la presa es agarrada por todos lados ;
los j inetes empujan, tiran, arrastran, gritan, espolean, fus tigan; los caba
llos relinchan, y resuenan los cascos ; vuelan las moscas y el polvo . . . hasta
que un chapandaz más obstinado o más listo que los demás logra escapar
del tumulto a todo galope con la cabra o ternera a rastras y salir vencedor
de la manga . S u premio será algún dinero, o quizás un pañuelo, y su
eq uipo marca un punto. La cabra o la ternera vuelve al punto central, el
juego se reanuda y la acción se repite con pocas variantes hasta que otro
chapandaz se apodere de la presa -algo más mal trecha a medida que
suben los tan tos en el marcador. Alcanzados los puntos convenidos, o si
uno de los eq uipos abandona, termina el encuentro. A veces uno de los
eq uipos no está de acuerdo con las decisiones arbitrales o con el estilo de
juego de los oponentes, y abandona el terreno an tes que finalice el en
cuentro. En este caso, el eq uipo que abandona sale derrotado. Pero el
otro eq uipo, sobre todo si es el eq uipo local, salt> moralmente afectado
por la decisión del adversario, de ahí los esfuerzos del director dt> j uego
( tooi-bashi) para evitar que se produzca este tipo de inciden tes .
El número dt> participantes depende del grado de formalidad del en
cuentro, del tamaño del campo y de los premios concedidos a los ganado
res, y puede variar de los cinco j inetes que in tervienen en un partido de
in terés puramente" local hasta el millar en los partidos de in terés nacional
( Dupree, 1 966) .
Sociedad tradicionalmente nómada y pastora, los afganos conceden
singular importancia al caballo y a la eq ui tación, razón por la cual salir
vencedor dt> un buskashki es motivo de orgullo y fuente de prestigio para el
j ugador y el eq uipo, así como el khan u otra personalidad política patroci
nadora del eq uipo, y en úl timo análisis, ej erce gran influencia en el siste
ma a(�ano.
El j uego funciona igualmente como mecanismo P. erfeccionador de las
cualidades guerreras -destreza y movi lidad- de la caballería ligera meso
asiática -la caballería que el mismo Alejandro Magno no lograría derro
tar. Es de suponer incl uso, que la práctica del buskashki haya sido uno de
los factores determinan tes de la resistencia �puesta por la población a(�a
na a las fuerzas soviéticas estacionadas en el país a partir de 1 980 .
Otro deporte su mamen te popular es el rarajipari que practican los in
dios tara h u m a ra o raramuri ( corredores a pie) -q ue es como St' au todeno-
UNA PERSPECTIVA EVOLUCIONISTA 91
Den1ld1d
2·5/ 1 00 k m • + + + 200/100 k m ' 1}il'11
de pobl1clón
Sub1i1t1nce
Caza
y merodeo
Caza/recolección
pastoralismo
Hort i c u l t u ra , caza.
p e s c a , recolección
Hort i c u l t u r a ,
pastoralismo
C u l t ivos
i r rigados
8
<
>
1 2 3 4 5
�
Productlvld1d
Tecnologie 1 2 3 4 5 o
R1p1rtlclón Rec iprocidad Rec i p rocidad Redes i n fo r m a les Redes formales Redes i n s t i t u c i o n a l iza· �
de recursos i n t rabanda i n t rabanda de rttd i s t r i buciOn de red i s t r i bución d a s de red i s t r i bución
o
2!
Dellnlclón Estado i n c i p i e n t e
�
Estado urbano desa·
Banda Banda Jefatura
politlc. o p r i m i t ivo r ro l l ado o c i v i l
Culture A r Q u i t ec t u r a . r i Q uezas
Simple Simple A l g o c u m u l a t iva Extensiva
m1t1rl1I v i s i bles
POE DE
Banda · · Tribu · · Jefatura E s t a d o p r i m i t ivo Ci v i l ización arcaica
Servlcez
' F n e d . 1 96 7 ::
2serv 1 c e . 1 963
94 ANTROPOLOGIA DEL DEPORTE
Roth descubriría más tarde que lo que creía un acon tecimiento insólito
era en realidad un pasatiempo común de los indígenas de otras regiones
de Aus tralia, a menudo celebrado con motivo de ceremonias de inicia
ción.
Aunque la guerra a gran escala entre bandas no es común en Austra
lia, existen luchas in tergrupales . Como resultado de ello, algunas de las
UNA PERSPECTIVA EVOLUCIONISTA 97
actividades deportivas del país trad ucen un modelo básico de com bate o
de parodia bélica, simulacros de combates armados, batallas de bolas de
barro, d uelos con espadas y lanzas d e madera, tiro al blanco con armas
arroj adizas ( Sal ter, 1 9 74) .
Otra actividad d eportiva interesante de las poblaciones indígenas del
in terior del con tinente son las com peticiones de prun que celebran los
mallan para en varias épocas del año en los Pl!Vª o campos de prun . Estas
com pet iciones ofrecen un buen pretexto para zanjar las disputas entre
grupos locales y para hacer gala de valor y destreza o, simplemente, para
pasar un buen ra to.
Los representan tes de los grupos partici pantes acuden al prun el día
convenido equi pados con escudos , espadas, lanzas y bumerangs . La com
petición se inicia tan pron to como el grupo local desafía a una de las
bandas Yisitan tes arroj ando un bumerang en dirección de sus hom bres o
pro\"CJCándola por medio de gritos y pala bras insultantes. Desafiados y
desafiadores pasan in mediatamente a l cen t ro del pu_va. se ponen en guar
dia y el com bate comienza . Lanzas y bumerangs vuelan por los aires, se
entrechocan los escudos, se intercambian isul tos e im properios ; la confu
sión es indescriptible. pero por suerte, las heridas raramente son graves o
fa tales. También las m ujeres participan en la melée incitando con voces y
ges tos a maridos y parientes y a ndando a la gre11 a con las mujeres de la
facción opuesta. El ruido es ensordecedor mientras dura el torneo ( Roth,
1 902 ) .
Cada diez o q u i nce m i n u tos los com batientes se toman u n corto des
canso d u rante el cual cada uno recoge sus lanzas y bumerangs y recupera
füerzas pa ra el asalto siguiente. La ba talla se prosigue mientras dura la
luz solar; la oscuridad de la noche pone un término al enfrentamiento . . .
hasta l a mailana siguiente. E n conj unto, e l even to t ranscurre e n un
a m bientf' de gran deport ividad y respeto de las reglas del j uego -sólo se
lucha dentro del círculo del p1�va y la victoria es aleatoria y limitada,
exclusivamente, a las confron taciones individ uales. Terminado el torneo
y dirimidos los viejos d i ferendos, los participan tes se separan en buenos
términos y satisfechos del buen rato pasado en com ú n .
Según Salter ( 1 9 74) , el deporte y l a s formas de j uego de los aborígenes
australianos cumplen varias funciones generales: enseilan a los jóvenes a
comportarse como hom bres, y mantienen en forma a los ad ul tos . J uegos
como el prun ofrecen a los miem bros de las bandas la oportunidad de
in tervenir d irectamente en el sistema j udicial . El deporte b un medio de
planificación y preparación bél ica , aunque u n j uego como el prun permite
soslayar formas más serias de conflicto. El deporte sirve, en fi n , para
conservar y d i fundir el acervo tri bal de las poblaciones indígenas austra
lianas. Deporte y j uegos son inseparables de la vida t radicional de los
a borígenes .
Los esquimales: El Artico
Los esquimales: Antecedentes
Los esq uimales son uno de los pueblos cazadores primit ivos más caracte
rísticos del mundo. Su hábitat se extiende entre el est recho de Behring y
Groenlandia sobre una distancia de 4. 500 km. La población esq uimal -a
mediados del siglo X V I I I eran unos 1 00.00G- está muy dispersada y
presenta un grado sorprendente de uniformidad cultural, li ngüística y
física, debido probablemente a su rel a tivamente reciente aparición en el
Artico americano . Llegados a Alaska hace unos 6.000 años, los esq uima
les empezaron su movimiento migratorio hacia el este, alcanzando Gro
enlandia hace sólo 1 . 500 años.
La caza y la pesca -con variantes técnicas más o menos ingen iosas-
98 ANTROPOLOGIA DEL DEPORTE
los patos -es decir, del verano- es premoni toria de buen tiempo para el
invierno (nussueraqlun.t: ) .
Ceip, que era algo más peq ueño que su adversario, le propinó, de
abajo a arriba, un tremendo puñetazo en la nariz que provocó una fuerte
e inextinguible hemorragia. La mancha de sangre ya no se borraría ja
más del pecho del estornino (Gusinde, 1 975) .
Los yahgan se divertían igualmente con varios tipos de j u egos de pelo
ta. Una pelota de unos 8 cm de diámetro hecha con la membrana de la
palma del pie del albatros rellena con plumas de ganso se lanzaba al aire
con la palma de la mano; cada j ugador tomaba su turno tratando de
obtener un lanzamiento vertical y la caída de la pelota en el in terior de u n
círculo trazado en el suelo. Pero an tes de que la pelota tocara el suelo, e l
j ugador siguiente la remataba parlo a l t o y, así, sucesivamente. El objeto
del j u ego era man tener la pelota en la vertical del círculo pero impidien
do q ue tocase el suelo. El j uego estaba abierto a hom bres y muj eres ,
indistin tamente.
U na variante del j uego an terior se j ugaba con un estómago de foca
hinchado en guisa de pelota. A causa del tamaño y la forma de la " pelo
ta", el lanzamiento vertical y la caída en el in terior del círculo resul taban
más dificiles de obtener.
Bridges ( 1 94 7 ) cita un j uego en el que uno de los participan tes arrastra
ba un cesto de unos 30 cm de diámetro atado a un cordel . Los demás
jugadores lanzaban sus jabalinas con tra este blanco móvil . El pasatiem
po servía al mismo tiempo de entrenamiento para el arponeo del pescado,
que era, como ya se ha dicho, la principal fuente de subsistencia de los
yahgan .
Aparte de esas actividades competi tivas , los yahgan ocupaban el tiem
po de ocio en juegos no atléticos. Las parodias eran muy populares. y los
participan tes hacían gala de gran talento como comedian tes . I mi taban
perfectamente los movim ien tos y las llamadas de determinados animales,
como la foca, la ballena azul, el milano, el halcón , el albatros gigante, el
ostrero, el cormorán grande, etc.
En general, los deportes y j uegos de los yahgan, amén de distracción,
tenían como finalidad el perfeccionamiento de sus habilidades cinegéti
cas, la comprensión del comportamiento de las especies que más contri
buían a su subsistencia, el aumento de la in teracción en et seno de la
banda, ofrecer a los jóvenes ad ul tos oportunidades matrimoniales y la
convivencia con sus compañeros . Simultáneamente esas actividades po
nían de manifiesto los valores básicos de la cultura yahgan, los mecanis
mos de su organización social (p. ej . las relaciones varón-mujer) y el
orden ri tual .
Los chukchi practican también las carreras a pie, que suelen celebrar
j u n to con las de renos. La resistencia cuenta más que la velocidad y las
carreras son siempre carreras de fondo. Bogoras menciona haber visto a
un hombre correr tras un trineo a lo largo de más de 60 km. A la llegada
los perros habían logrado un avance de escasamente media hora . Las
m uj eres y los jóvenes tienen sus propias competiciones .
Los chukchi, conscientes de su forma física, se li bran a actividades
deportivas y ej ercicios susceptibles de fortalecer su cuerpo y elevar su
resistencia y coordinación. Levantan rocas y troncos de árbol de hasta
1 00 kg que desplazan a grandes distancias. Combaten con lanzas y prac
tican una variante del sal to de longitud consistente en avanzar saltando
sobre ambos talones j u n tos hasta cubrir la distancia fij ada . Los hombres,
y a veces las mujeres, compiten en carreras arras trándose sobre pies y
manos . Todas esas actividades de naturaleza competi tiva tienen como
finalidad el perfeccionamiento de las capacidades físicas de los partici
pantes.
En consonancia con esta imagen de virilidad , algunos relatos indígenas
describen un tipo de lucha que se desarrolla sobre una piel de morsa
tendida en el suelo untada con grasa y rodeada de afilados pinchos. Uno
de los luchadores es el "a tacan te", el otro el "defensor" , que el primero
trata de derrum bar. De no lograrlo, se in tercambian los papeles y la
acción se reanuda. Terminada esta primera fase del com bate, se pasa a
una forma de lucha libre en la que cada oponente trata de poner al otro
de espaldas contra el s uelo. Los asaltos van sucediéndose hasta q ue todos
los luchadores menos uno hayan sido eliminados .
Para evitar que los deportes degeneren en formas más explosivas de
conflicto los chukchi hacen todo lo posible para no provocar la violencia.
Por ej emplo, los miem bros de campamentos alej ados o de otras tribus
que participan en las com peticiones formales cuidan m ucho de no vencer
y llevarse los premios más valiosos por temor a que la com unidad anfi
triona, disgustada por la pérdida del premio, tome represalias. Por la
l lO ANTROPOLOGIA DEL DEPORTE
RESUMEN
En todas las partes del m undo la gente ha imaginado numerosas formas
de j uegos competitivos . E�omportamiento deportivo es un verdag�i:Q...
caleidoscopio de movi mien to, riesgos, destreza fisica; i magi nación tecno.
lógica y perfeccionamiento ri tual. Del trampolín terrestre de las I s las de
Pentecostés al buzkashi de los afganes y al fútbol de los indios tarahu mara,
las posibilidades parecen infinitas. ¿Cómo clasificar, indagar y estructu
rar, entonces, este "collage" deportivo? Por más que se recurra a otros
medios de clasificación , el disposi tivo antropológico más apropiado es un
modelo evolucionista.
{,a evolución como medio para comprender la cultura h umana of�{:Ce
un modelo susceptible de explicar los cambios y desarro!Iós prehistóricos.
Pero también sirve como sistema de clasificación , un sistema que pro¡)Ü
ne categorías para la estructuración de las numerosísimas experiem:ias
culturales y sociales tratadas en la literatura etnográfica. Se supone que
el deporte en tanto que componente de la cultura y transmisor de otros
valores culturales evol uciona dentro de un marco cultural más amplio del
que es parte in tegrante. De ahí que sociedades en distintos niveles del
sistema evol utivo reflejen los rasgos caracterís ticos de sus respectivos
grados de desarrollo evol u tivo. El resul tado es un sistema que permite
distinguir entre un deporte de nivel 1 y un deporte de nivel 1 1 , más que
en tre j uegos o actividades específicas ( p . ej . boxeo y béisbol ) . En este
esq uema el béisbol puede ser un deporte diferente en dos contextos cultu
rales distintos, puesto que el estilo de j u ego varía, específicamente, en
tanto que reflejo directo de las diferencias culturales. El béisbol del nivel
1 es diferente del del nivel 1 1 porq ue la cultura del nivel 1 es diferente de
la cultura del nivel 1 1 .
De acuerdo con el modelo evol ucionista utilizado en este análisis -una
versión modificada del sistema original de Elman Service ( 1 963)- las
UNA PERSPECTIVA EVOLUCIONISTA 1 13
Ejercicios
1 . ¿De qué forma los deportes ejercen un importante control social y fines
políticos en la sociedad esq uimal?
2. Salter señala que las actividades deportivas de los aborígenes austra
lianos tienen un importante significado adaptativo. A partir de un mode
lo basado en las relaciones en tre j uego y economía en los australianos,
identificar las características adaptativas de algunos deportes típicamen
te americanos .
3 . ¿Cuál es el deporte más " inusual" practicado por cualq uiera de las
sociedades de bandas tratadas en este capítulo? ¿Cuáles son los aspectos
que lo hacen "inusual " ? ¿Cómo piensa que reaccionaría un miembro de
una sociedad de bandas de nivel 1 o de nivel II delante u n partido de
tenis profesional actual?
4. Detectar y discu tir algunas de las formas en que puede usarse la
etnografia del deporte para una mejor comprensión y configuración del
componente deportivo en la sociedad americana con temporánea .
Joven aborigen australiano parodiando un lanzamiento de jabalina (obsérvese el
dispositivo de propulsión -atlal- en el extremo posterior del misil)
6
El deporte en l a cultur a:
un a perspectiv a evolucionista
herramientas, animales, joyas . Además los j ugadores podían apos tar sus
propios servicios o los de sus muj eres y, en algunos casos se llegaba a
ofrecer niños como contravalor de una apuesta. Terminado el partido, al
marcarse el úl timo tanto, los miembros del equipo vencedor y los es
pectadores de su comunidad se precipitaban hacia los andamios, se alza
ban con el botín de la apuestas y h uían precipitadamente hacia sus casas .
En las úl timas décadas del siglo X I X el j uego de raq ueta de los indios
choctaw del Mississippi fue un tema de seria preocu pación para los mi
sioneros cristianos. Los blancos asis tían a los " partidos de pelota indios"
y con ellos se introducía un nuevo tipo de apuesta -el whiskey- y con él
un n uevo tipo de violencia en los graderíos, las armas de fuego y la
inseguridad , sobre todo para las m uj eres indias, hasta que en 1 898 y a
propuesta de un misionero de nombre Halbert, el parlamento del estado
de Mississippi prohibió las apuestas en todas las formas de j uego de
pelota indígena. En pocos años , los encuentros formales intercom unita
rios desaparecieron y sólo los j u egos a escala local sobrevivirían hasta los
años veinte ( Blanchard , 1 98 1 ) . Más que la proscripción de las apuestas,
el principal factor responsable de la desaparición de los encuentros for
males fue el decreto de Expulsión de los choctaw de 1 903. Bajo la presión
de los choctaw de Oklahoma, y en los términos fij ados por la comisión
Dawes, muchos de los miembros del grupo del M ississippi emigraron al
Oeste entre 1 904 y 19 J O. Diezmadas las poblaciones locales , desaparecía
la base demográfica del j uego intercomunitario tradicional .
Durante unas pocas décadas , después de 1 900, el j uego de raq ueta
choctaw con tinuó siendo una actividad recreativa informal. Los partidos
se dispu taban con pocos j ugadores, para los cuales el placer contaba más
que el resul tado final del encuentro. Así se llegaría a 1 949, año de la
instauración de la Feria C hoctaw. Con ella se reanudaría la tradición de
los j uegos de raq ueta in tercom unitarios, y en la actualidad , varias com u
nidades del Mississippi cuentan con clubs que compiten todo el año pero
que reservan los grandes partidos de campeonato para la Feria de Vera
no. El j u ego moderno, aunque reglamen tado en la d u ración de los en
cuentros y en la dimensión del campo de j u ego, vuelve a ser parte impor
tante de la institución deportiva choctaw y sím bolo de iden tidad nacional
para esas poblaciones indígenas .
Al lado del toli el complejo deportivo tradicional de los choctaw incluía
j u egos como el chunkey y un tipo de balonmano que se dispu taba entre dos
eq uipos con una pelota de trapo de lana en un campo de unos 50 m de
longitud. Este j u ego estaba más abierto a la participación femenina que
el j uego formal de raq ueta.
El siglo XX ha visto la adopción por los choctaw de diversos "deportes
modernos" . Primero el béisbol , luego el baloncesto, y por úl timo, el soft
bal l . Tal como hicieron los navajo, los choctaw han redefinido esas activi
dades para adaptarlas a las normas y valores de su propia tradición; de
ahí la influencia ej ercida sobre las mismas por las costumbres familiares
y comuni tarias, hasta el extremo de que eq uipos enteros están formados
por hermanos, hermanas, padres, hijos, hijas, mad res , tíos , tías, pri
mos . . . , etc. De forma implíci ta, las relaciones sociales son un factor
importante en el desarrol lo del j u ego . I ncluso la naturaleza de la compe
tición deportiva se ve afectada por la!! relaciones de parentesco; en mu
chos encuentros el deseo de vencer es menos evidente que en otros . Por
ej emplo, en los partidos in tercomuni tarios, vencer tiene menos importan
cia que divertirse . También en los partidos dispu tados entre los choctaw
y los no choctaw, los j ugadores se preocupan más por el placer y la
satisfacción experimen tados por el atleta después de haber dispu tado un
U N A PERSPECTI V A EVOl.UC I O N I STA 1 19
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Ot r a s c o m u n i d a d e s
D
1 20 ANTROPOLOGIA DEL DEPORTE
buen partido ( es decir, por el sentimiento de "quedar bien " ) , que por el
resultado final del partido. No obstante, en los encuentros intercomuni ta
rios la voluntad de vencer pasa por delante de cualquier otra motivación .
El sentido de la competición del atleta choctaw es en gran parte el pro
ducto del marco social del grupo ! ( Figura 8) .
La ideología y la práctica religiosa de los choctaw afecta igualmente a
la naturaleza de la actividad deportiva contemporánea. El preparador
fisico (alikchi) convierte a los atletas en lanzadores o bateadores impara
bles, pero también les protege de la magia negra al tiempo que adivina la
naturaleza de una dolencia de tipo deportivo. El bruj o constituye una
amenaza potencial, especialmente para el atleta sobresaliente. Sus rivales
recurrirán a los servicios del bruj o de turno para obtener el accidente que
le pondrá fuera de combate. Todo resultado insólito en una competición
será interpretado como el fruto de un acto de brujería. Nadie lo discute.
Otro aspecto interesante del deporte choctaw es el papel decisivo que
j uegan las muj eres . En una sociedad que no destaca precisamente por la
noción de la igualdad de los sexos, es curioso constatar la importancia
acordada a las actividades deportivas femeni nas . Las alumnas de institu
to que sobresalen en l a práctica del baloncesto o del softball adq uieren
una popularidad y una consideración social comparables a las de sus
compañeros varones. Más tarde, si conservan su forma atlética, pod rán
alcanzar posiciones de mando en la com unidad . Los encuentros de liga
disputados por los eq uipos femeninos a traen tanto público como los del
campeonato masculino.
Los maorí: Nueva Zelanda
Los maorí: Antecedentes
Otra sociedad del nivel 1 1 1. es la de los maorí, los habitantes autóctonos
de N ueva Zelanda. El primer con tacto con los europeos tuvo lugar en
1 642, cuando Tasman, un capitán de la Compañía Holandesa de las
I ndias Orientales, hizo escala en la isla. El segundo fue en 1 769 a través
del explorador inglés Cook . Pero sería solamente a principios de siglo
X I X cuando los maorí empezarían a experimen tar los verdaderos efectos
de la influencia inglesa: el comercio, la tecnología, los misioneros y las
enfermedades. La introducción de las armas de fuego y las enfermedades
europeas diezmaron en el espacio de 4-S décadas la población autóctona.
En 1 840 la población maorí había q u edado reducida a unos cien mil
individ uos -en contraste con el medio millón existente a la llegada de los
europeos (Oliver, 1 960) .
No es fácil generalizar sobre los maorí, debido a la d iversidad de estra
tegias adaptativas y a la organización política de la población i ndígena.
Los maorí eran u n pueblo de agricultores especializados en el cul tivo del
boniato y otros tubérculos. A la producción agrícola se añadía la pesca y
la caza de peq ueños animales . Los poblados indígenas se componían de
n umerosas chozas rectangulares de 3 x 4 m cubiertas con techos de paj a
seca. L a sociedad s e constituía en e l seno d e l poblado a partir de la
unidad familiar extendida, y la descendencia era bilateral -cada cual
decidiendo con que lado de la familia se identificaba: el paterno o el
materno. Los maorí desconocían el sistema ciánico, pero el hapu -un
grupo bilateral endógamo- funcionaba como u n clan o amplia unidad de
parentesco ( Firth, 1 929) .
La sociedad maorí estaba j erarquizada en tres rangos -jefes, plebe y
esclavos- y no todos sus miembros tenían igual acceso al prestigio.
Los miembros de las clases bajas observaban la monogamia; en
cambio, los jefes podían disponer de varias esposas. En la mayoría de los
UNA PERSPECTIVA EVOLUCIONISTA 121
casos la residencia era patrilocal; es decir, que las esposas iban a vivir con
la familia del marido después del matrimonio.
La au toridad política se hallaba en manos de los jefes de rango, y por
encima de todos en las del jefe de mayor rango, q ue era la figura domi
nante del sistema. Por su rango le correspondían numerosas mujeres y
esclavos , y su status, aunque de origen dinástico, se debía también en
parte a su personalidad y a sus capacidades ejecutivas, así como a su
carácter liberal y generoso -factores esenciales para conservar su autori
dad . Las guerras entre comunidades eran frecuentes y los maorí eran
ºe xcelentes combatientes .
En la base de la cosmología maorí se hallaba el concepto de tapu ( com
parable al tabu de otras poblaciones polinesias ) . El tapu era la esencia
sagrada de la realidad , el núcleo de la vida mágica y religiosa de los
maorí. Toda persona o cosa j uzgadas tapu sólo podían abordarse, tocarse
o tratarse con sumo cuidado y bajo determinadas condiciones estricta
mente establecidas ( Firth, 1 929) . El tapu se manifestaba en forma de
poder y en la mana -una cualidad propia de las personas respetables . La
mana era el símbolo del poder del j efe y la razón de l a diferencia acordada
a la posición.
Los maorí han sobrevivido a la colonización inglesa de Nueva Zelanda
y s u población, pese a los grandes cambios experimentados, ha vuelto a
crecer, llegando a alcanzar la cifra de 200 000.
Los maorí: Deporte
Las principales actividades deportivas de los maorí tenían como finali
dad la preparación guerrera . Físicamente los maorí eran fuertes y resis
tentes, altos y bien plantados . La guerra, los j uegos y los ej ercicios viriles
les ayudaban a mantenerse en plena forma física y a conservar fuerza,
rapidez, agilidad y resistencia. Pero a pesar del énfasis puesto en el ejerci
cio físico, el nombre que los maorí daban al j u ego era nga mahi a te rehia
( las "artes del placer"; Best, 1 952) . Una de las categorías de esos j uegos
eran los kaipara ( "j uegos atléticos" ) , a los cuales pertenecía el entrena
miento en el uso de las armas militares . Los chicos, por ej emplo, j ugaban '
con cañas a guisa de espadas en sus parodias de combates .
El lanzamiento de la j abalina era otro deporte maorí con evidentes
connotaciones mili tares . Los oponentes, a u nos metros de distancia u nos
frente a otros, inten taban acertarse al ternativamente con una jabalina de
seis pies de largo hecha con el tallo de una especie floral , cuyo extremo
había sido previamen te achatado. El oponente blanco del lanzamiento
esquivaba la lanza mediante un rápido movimiento del cuerpo o desvián
dola con un bas tón o deteniéndola con la mano ( Buck, 1 949) .
Otro j uego d e mismo tipo, e l ti rakau o touretua s e practicaba con palos
de 60-90 cm de longitud . Los j ugadores arrodillados en círculo disponían
de dos palos cada uno. Dada la señal de empezar, los concursan tes entre
chocaban ambos palos y los lanzaban uno tras otro verticalmente al
vecino de su derecha. Los palos se lanzaban con la mano derecha y se
recibían con la izquierda. Al pasar el palo de la mano izq uierda a la
derecha, se interrumpía por un breve instante el movimien to, j u s to el
tiempo de entrechocar los dos palos . Las órdenes del director de j uego se
hacían más rápidas a medida que avanzaba el tiempo y la cadencia se iba
acelerando. Los j ugadores menos diestros que no lograban seguir el ritmo
y fallaban en la recepción o en la entrega de los palos eran eliminados . El
círculo iba reduciéndose hasta que sólo q u edaba un concursante -el
vencedor.
La lucha ( mamau) era un deporte popular entre los maorí. La lucha
normalmente enfrentaba a dos rivales. An tes de empezar el com bate los
122 ANTROPOLOGIA D E L DEPORTE
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UNA PERSPECTIVA EVOLUCIONISTA 1 33
Véase sino lo que ocurre en la práctica del baloncesto, donde las persona
les y las técnicas casi siempre determinan el resultado final del partido.
No hay duda de que en este caso el árbi t ro se transforma en el au tor
principal del drama del deporte.
3. Identidad social. A medida que se com plica el sistema social también
se complican las organizaciones deportivas . C uanto más desarrollado el
sistema social , más im personales y ext rafamiliares las relaciones in tere
quipo . Dicho de p tra forma, en el con texto preestatual, los eq uipos y
demás unidades de j uego suelen estar constituidos por personas em pa
rentadas entre sí. Esta situación no deja de afectar el estilo del j uego ( p .
ej . e n los deportes choctaw o navajo) , mien t ras q u e e n las sociedades
modernas, más pluralistas, por regla general, los miem bros de los eq ui
pos raramente están unidos por algún lazo familiar y apenas si puede
decirse que se conozcan .
4. Alejamiento social. El alejamiento social es una medición del vínculo
entre dos grupos o individ uos . En los sistemas sociales más simples este
alejamiento se limita a un n ú mero red ucido de categorías o esferas. La
más cercana corresponde a los parientes más próxi mos del individuo; hay
otra esfera mayor, la del grupo de paren tesco, y hay los demás miem bros
de la misma sociedad pero con los que no media paren tesco alguno. Y en
úl timo lugar, hay todas aq uellas personas que no pertenecen al mundo
social inmediato del individuo -la categoría de " todos los demás " . En las
sociedades más complej as hay un gran número de esferas de alejamiento
social, algunas de las cuales se solapan . U n residente de toda la vida en
una ciudad como Valencia puede poseer centenares de dichas esferas :
familia, amigos , clubs, t rabajo, vecindario, etc . , y desplazarse de una a
otra cada día. Tanto en el caso de un sistema social simple como en el de
las sociedades más complejas, la competición deportiva puede verse afec
tada por las relaciones in teresféricas . E n t re los choctaw del Mississippi el
carácter de la competición deportiva depende directamente del factor de
alejamiento social ( Figura 9 ) . C uando los choctaw disputan partidos
intracomuni tarios de raqueta, béisbol , softball o baloncesto, el mero pla
cer de j ugar excede las consideraciones competi tivas , y a todos importa
más competir que ganar. Pero cuando los partidos se dispu tan entre
comunidades diferen tes, la victoria es el principal objetivo de todos los
partici pan tes -j ugadores y espectadores- sin dis tinción . De igual mane
ra, cuando un equipo choctaw ju ega con t ra un eq uipo no choctaw, el
sentido de la competición se atenúa y el énfasis recae en el protagonismo
personal (es decir, en el deseo de " q uedar bien " ) .
Deportis tas e hinchas saben perfectamente q u e e l marco social atenúa
la voluntad de vencer. Así, por ej emplo, de la misma manera que el
eq uipo de baloncesto de un insti t u to tendrá en el de otro colegio o de o'tro
barrio de la misma ciudad a su " rival por antonomasia" y que los parti
dos que dispu tarán entre ellos serán indefectiblemente de "la máxima
rivalidad " , habrá otros eq uipos q ue, sea por que son de otra categoría o
por que van muy rezagados en la tabla de clasificación, carecen de este
aura de rivalidad que hace que un encuentro sea digno de ser visto.
Ningún estratagema llega a levantar el ánimo de los hinchas cuando llega
el t u rno de enfrentarse a esos adversarios . ¿ Por qué semejante diferencia?
T
Sencillamente por � or del factor del alejamiento social y de los significa
dos diferenciales inherentes a los distintos tipos de relaciones .
En resumen, lo que ocurre es que a mayor diversidad de esferas de
alejamiento social , mayor gama de posibilidades de competición deporti
va existen en una sociedad .
UNA PERSPECTIVA EVOLUCIONISTA 1 35
RESUMEN
El deporte ha evolucionado más allá del nivel de la sociedad de bandas.
Las jefaturas, los estados primitivos y las civilizaciones arcaicas configu
raron sus instituciones d � portivas de acuerdo con los propósi tos básicos
de unas culturas más complejas.
El nivel l l I ( la j efatura) se caracteriza por la aparición del sistema de
rangos y del liderazgo hereditario. De acuerdo con la mayor complejidad
de su marco cultural, el deporte del nivel l l I es más elaborado que el de
las bandas . Como ej emplo demostra tivo se han descrito las actividades
de los choctaw, los maorí, samoanos y tikopianos . El lanzamiento de
venablo, uno de los deportes más practicados en el Sur del Pacífico ha
sido examinado en detalle, apuntándose el carácter general de sus funcio
nes sociales en las jefaturas del nivel 1 1 1 .
El nivel I V (el estado primitivo) es una fase de transición con pocos
ejemplos en la literatura etnográfica. Los estados zulú y ashanti de Africa
son dos de los estados descritos por Service ( 1 963 ) . Los sistemas del nivel
IV se distinguen por sus leyes de ámbito territorial, por sus clases socia
les y por la monopolización de la fuerza por el propio estado. Tanto en el
caso zulú como en el ashanti, el estado s u rge como resu ltado de la conso
lidación de la oposición al i mperialismo británico del siglo X I X . Como
ejemplo de estado prehistórico primitivo, se cita al estado maya.
No abundan las descripciones del comportamiento deportivo a nivel
del estado primitivo, pero aún así, son suficientes para apoyar la tesis de
una continuidad entre el contexto cultural y el deporte. Por ejemplo, las
actividades deportivas del es tado primitivo manifiestan las pau tas de
gestión y de autoridad características de este nivel, como ocurre, por
ej emplo, con el fútbol zulú. Las realidades de la estratificación social y
de la religión de los mayas son patentes en su j uego de pelota.
La civilización arcaica del nivel V está marcada por la aparición de la
ciudad y de todas las i nnovaciones que la acompañan: especialización
laboral , gobierno eficiente, arq uitectura monumental, tecnología militar
avanzada, y quizás lo más importante, la escritura. El deporte en los
grupos del nivel V se ha tratado en el capítulo 4. Las principales caracte
rísticas distintivas de la institución deportiva en la civilización urbana
primaria son: el equipo, que alcanza un alto grado de sofisticación; una
mayor tendencia hacia el deporte de clases; el carácter más netamente
espectacular del deporte, y la especialización de las funciones deportivas .
Los sumerios, los antiguos egipcios y los aztecas, entre otros, son algunos
de los grupos que practican el deporte característico de esta etapa de la
vida cultural .
l"R esumiendo .los supuestos teóricos sobre los que se basa este capítulo,
d iremos que el deporte se presenta como el tránsito de la simplicidad a la
complej idad siguiendo el desarrollo general de la cultura humana a lo
largo de una serie de continua o ej es evidentes, como la secularidad , la
burocracia, la iden tidad social, la especialización , el eq uipo, el significa
�º ecológico y la cuantificación .
UNA PERSPECTIVA EfOLUCIONISTA 1 37
Ejercicios
l . ¿Qué impacto tiene en el deporte el liderazgo heredi tario? ¿En qué
medida tiende el deporte a facilitar y a simplificar relaciones respetuosas
normales? Citar algunos ej emplos correspondientes a su propia sociedad .
2. ¿En qué medida los deportes del nivel 1 1 1 (superbanda) pueden consi
derarse como actividades paramili tares? ¿Qué deporte de su propio país
cumple dicha misión? ¿Considera que esas funciones son obvias ( es decir,
explícitas) para el participante?
3 . Suponiendo que el lanzamiento de venablo tikopiano-maorí-samoano
fuese introducido en la sociedad de su país ¿Qué adaptaciones considera
que habrían intervenido en el proceso de adaptación correspondiente?
4. Comparar el entusiasmo deportivo de los ghaneanos con temporáneos
con el que se manifiesta en su país ¿Qué diferencias se observan? Supo
niendo que esas diferencias existan ¿Qué razones las informan?
5. Las clases sociales en tanto que factor del deporte se han manifes tado
en la sociedad norteamericana de varias formas, siendo probablemente la
diferencia más evidente la que se manifiesta en los diferentes niveles
socioeconómicos de la sociedad . Por ejemplo, el tenis y el golf han tendi
do a "subir" en la escala social, mientras q ue los bolos y la lucha profesio
nal se asocian con el otro extremo del espectro social. Sin embargo, la
clase social puede manifestarse dentro de (al igual q ue entre) los depor
tes. Dicho de otra manera, dos grupos pueden j ugar al mismo j uego,
aunque haciéndolo de diferentes maneras -maneras que reflejan los valo
res de la clase social. ¿En qué situaciones del deporte de su propio país se
reflej an las diferencias sociales en el estilo de j uego? ¿Qué le sugiere lo
antedicho respecto a la conciencia social de su país y cómo lo compara
con las instituciones deportivas de las sociedades de los niveles 1 1 1 , IV y
V?
Jinetes buzkashi en plena acción
7
decir, los deportes tienen de ser aceptados y aprobados por una o más
estructuras políticas, sociales , educativas o religiosas de primera línea ) ,
2 ) gracias a este respaldo, l a actividad aparece destinada a ocupar e l ocio ·
( p . ej . la condena del antiguo j uego de pelota de los colonos por los líderes
de la colonia puritana de Massachusetts impediría el respaldo del j uego
de pelota como actividad aceptable, mientras que en la coloni a de Virgi
nia ocurría lo contrario) , 3) la difusión de la actividad " por debajo" del
nivel del ocio de los privilegiados y de las clases altas de la sociedad ( p .
ej . la democratización d e l tenis e n los Estados U nidos a partir de los años
treinta; antes, el tenis era considerado como una actividad social de los
clubs más exclusivos, practicado por una élite ( Nickerson, 1 982 ) , y 4) la
instalación de un orden deportivo, que requiere la cristalización de las
funciones y las posiciones ( p . ej . las organizaciones q ue tutelan los depor
tes actuales establecen las reglas "oficiales" de cada deporte ( l brahim,
1 97 5 ) ) . C uando concurren las cuatro condiciones mencionadas, la socie
dad reconoce la importancia de l a actividad deportista, a través de su
propio subsistema au tónomo, de una parte, y a través del apoyo de otras
estructuras de la sociedad , de otra.
Enculturación
La enculturación es la forma como una sociedad integra a sus miembros
y el proceso mediante el cual los individuos se adaptan a los valores de su
sociedad y los asimilan. El s e r humano aprende a cump li r sus funciones
desde su posición -status, situación, responsabilidad y privilegio; median
te su producción ( creación ) y consumo de prod uctos, de gentes, de conoci
mien tos e ideas ; mediante la estructura -organización económica, social,
política, religiosa y familia!; mediante los sistemas de creencia -filosofía,
valores , adaptación al medio y armonía cosmológica; y la estética -arte,
d rama, danza, j uegos y deporte, li teratura y m úsica.
El individuo y la sociedad se hallan casi siempre en estado de tensión
bipplar. El proceso de enculturación, según Goodman ( 1 96 7 ) , no es ni
cuestión de tribalismo ni de individualismo. U n niño que aprende la
cultura de su sociedad se adapta en respuesta a presiones más o menos
insistentes y poderosas , sin dejar por ello de resistir, esquivar, seleccionar
y experi mentar. Entra a formar parte de la sociedad , pero el proceso es
una gracia creativa ( Goodman, 1 9 76) .
El j u ego influye en el comportamiento h umano 1 ) en tanto que prepara
ción, 2 ) como reparación, y 3 ) como innovación (potenciación) . Entre ( y en) las
sociedades , la im portancia relativa de esos procesos dinámicos varía con
el tiempo y, por consiguiente, ninguno de ellos en particular puede cata
logarse como "mejor medio" para enculturar o educar a los nuevos
miem bros de una socieda� L.Cada sociedad y sus subsistemas disponen de
acervos de comportamiento normativo distribuible, acotados por los usos
y costum bres, los mandatos, las sanciones y las leyes, que establecen y
definen los lími tes tolerados del comportamiento experimental e i nnova
dor de los aspirantes . El comportamiento reparador consiste en la correc
ción de los errores por parte de los individuos o los grupos como resulta
do del feed back cultural negativo.
Preparación
El principio d el aprendizaj e por imi tación formal e informal es inherente
a la enculturación. Desde el naci miento -e , incluso, durante la fase fetal
el ser humano no cesa de reci bir información sobre el comportamiento de
los demás miem bros de su sociedad . La transmisión cultural de los ad ul
tos a los jóvenes es un fenómeno ininterrum pido.
Los j uguetes, sobre todo las reproducciones en miniatura de los obj e
tos, animales y personajes familiares, ocupan un lugar preponderante en
el mundo infantil . Esos j uguetes son obra de los adultos y representan las
ideas, gustos y valores de los ad u l tos. Consciente o inconscien temente,
los objetos que los padres regalan al niño ofrecen una indicación sobre la
percepción del mundo por los adultos, y son esenciales para el desarrollo
de la percepción de la sociedad por el niño (Zibro, 1 970) .
El regalo de un micrordenador o de un j u ego de wari trad uce los méri
tos que los padres americanos o ashanti reconocen al cálculo. La percep
ción por la sociedad de los modelos preferidos por los ad ultos se transmi
te a sus niños. Esparta necesitaba guerreros, Atenas héroes , los hebreos
an tiguos el conocimiento de las Escrituras, los americanos del siglo X I X
técnicos y empresarios ( Kagan, 1 97 3 ) .
APLICACIONES 145
aj edrez) . Esas son las actividades l údicas del ser socializado. En los j ue
gos reglamentados existe un sutil equilibrio entre asimilación al ego ( es
decir, la conformación de la realidad del m u ndo al esq uema mental de
uno mismo) y la adaptación de las demandas de la reciprocidad social (es
decir, la conformación de su propio esq uema mentral a la realidad del
mundo) .
Existe todavía una satisfacción sensi tivomotora o i ntelectual, y una
posibilidad de victoria individ ual sobre los demás, pero esas satisfaccio
nes aparecen como " legitimizadas" por las reglas del j uego, gracias a las
cuales la competición es con trolada por una disciplina colectiva, u n códi
go de honor y el "fair play " .
Piaget ha sido cri ticado por haber utilizado la población infantil sureu
ropea exclusivamente. Sin embargo, su principal contribución a la com
prensión .de la enculturación es la admisión de que el despliegue del
desarrollo intelectual es una secuencia de vigencia universal . Por ej em
plo, algunas sociedades apoyan más qu e otras los j u egos de experimenta
ción y se esfuerzan por llevarlos a niveles más elevados de éxito. El
lanzamiento perfecto de u n proyectil importará más en una sociedad de
cazadores que en una sociedad industrializada. El entrenamiento empie
za probablemente a una edad muy tierna y se prosigue durante los años
ad ul tos en esta modalidad . El peso relativo de los componentes cognosci
tivos de Piaget variará con el " timing", la i ntensidad y la calidad entre
una y otra sociedad , pero todos ellos estarán presentes .
Para el sociólogo George Mead ( 1 934) , la personalidad humana sólo se
desarrolla en u n contexto social . Partiendo de la analogía con un equipo
de béisbol , Mead observa cómo el niño, a través de la repetición del papel
social, ensaya varias posiciones. I mitando, copiando, adaptando y
actuando, el individuo se ve a sí mismo tal como cree que los demás se
ven a sí mismos, reflej ando así la conciencia del yo como parte del grupo
social al que se pertenece. Esta parte del yo que se presenta como una
personalidad pública es el yo personal de cada uno, cuyas acti tudes,
intenciones, presiones y valores se revelan y presentan para el uso de los
demás. La otra parte es el "yo privado" o "yo" con s u contenido de
impulso, libertad , creatividad y subjetividad ( Pfuetze, 1 954) . Por tanto,
yo y la sociedad se condicionan pues m u tuamente y sólo existen en (y
por) cada uno de ambos .
Reparación
La reparación es el regreso o el cambio de una condición no natural a
otra natural . Corrección, restauración, rehabilitación y restablecimiento
son sinónimos de reparación , cada uno de ellos implicando que algo se ha
extraviado y que convi�ne volver a la condición anterior. Si alguien con
sidera que su condición actual es peligrosa, en tonces deberá recurrir a la�
técnicas de recuperación que permiten cambiar el comportamientoJLla
situación presen tes . La reparación req uiere un cambio en laacción y las
acti tudes; el j uego o los j u egos son uno de los vehículos de dicho cambio.
Freud ( 1 922) considera que el j uego es una forma de catarsis que permi
te alejar el miedo por medio de un mayor dominio sobre las experiencias
temibles y, even tualmente, de la satisfacción del im pulso básico del pla
l:er. La supremacia del pri ncipio del placer en la vida psíquica del hom
bre se logra red uciendo al mínimo la cantidad d e excitación perturbado
ra, o al menos , manteniéndola a nivel constante\ Todo i ntento de repre
sión de la fuente del dolor o la práctica simulada de la situación dolorosa
permite al individuo con tener la ansiedad a un nivel aceptable. En este
proceso el j uego y los juegos procuran un contexto relativamente seguro
para las prácticas mani pula ti\·as de los distin tos elemen tos de la situa-
APLICACIONES 147
CULTURA Y CONFUCTO
Para los antropólogos y los sociólogos que han estudiado a fondo el
conflicto inheren te a las relaciones sociales, el conflicto surge de una
necesidad básica de resolución y es una transición entre ambigüedad y
jerarq uía. Coser ( 1 956) define el conflicto como la aspiración a ciertos
bienes y valores, poder y recursos poco abundantes y de dificil apropia-
APLICACIONES 153
RESUMEN
Se ha definido el deporte como un contexto auspiciador del cambio cultu
ral . !El deporte puede emplearse para reforzar los valores amenazados de
un grupo mediante la adaptación o la modificación de los rasgos cultura
les introducidos del exterior, de forma que el nuevo elemento encaj e
mejor con la autopercepción d e l grupo receptor.�El deporte puede in tro
d ucir s u ti lmente nuevas formas de actuar y ofrecer una reserva de com-
APLICACIONES 1 6!
Ejercicios
1 . El cambio cultural es una fuerza dominante en nues tras vidas . Aislar y
describir los tipos de cambios acaecidos en nuestra sociedad en el curso
de los últimos vei nte años ¿Qué cambios se han dado paralelamente en el
deporte de su país?
2 . Al transformarnos en fanáticos del deporte, como participantes o como
espectadores, nos "enculturamos" en el deporte ¿Qué fuerzas de encultu
ración subyacen a esta transformación?
3 . U n tipo de cambio social es el cambio que acompaña el paso de una
clase social a otra dentro de una sociedad ¿Qué tipos de deporte están
asociados con las principales clases socioeconómicas de su país? ¿Qué
cambios en el com portamiento deportivo suelen acompañar la movilidad
social ascendente y descendente en el sistema de su país?
4. El sincretismo es un proceso que afecta a la naturaleza de los deportes
asimilados en todas las sociedades ¿En qué medida se ha visto afectada la
forma de practicar determinados deportes ( p . ej . el rugby, el tenis, el golf,
etc . ) en su país?
5 . El deporte y la guerra son fenómenos sociales próximos . I l ustrar el uso
del lenguaje " bélico" por parte de determinados deportes ¿Qué deportes
recurren con mayor frecuencia a dicho lenguaje?
1 64 ANTROPOLOGIA DEL DEPORTE
Problemas contemporáneos
y Antropología del deporte
hombres y m ujeres por igual) req u iere ciertas puntualizaciones con res
pecto a :
1 ) L a imagen de la feminidad y su i mpacto histórico sobre la participa
ción deportiva
2 ) La naturaleza y la base del acceso d i ferencial al deporte y a la partici
pación por parte de hombres y m uj eres
3) La participación de la m ujer en el deporte en otras culturas
4) Las al ternativas para el futuro de la participación femenina en el
deporte.
Se supone que la visión histórica de cada sociedad sobre el l ugar y la
función de sus m ujeres evol ucionó en torno al núcleo cultural del hogar y
del cuidado de los niños. La contribución femenina era de tipo privado
mientras que la del hombre era pública. Casi siempre, la m uj er j ugaba o
practicaba una actividad deportiva en privado, lejos de la vista de los
hombres . Entre los múltiples relatos evocadores de esta circunstancia,
Rand ( 1 894) cita uno muy popular entre los indios micmac de Terrano
va: el del joven guerrero que se esconde para deleitarse con la observa
ción de los j u egos acuáticos de las j ovencitas de la comunidad en u n lago
cercano, pero q u e es descubierto cuando la pelota se pierde entre unas
matas cerca del lago. Las represalias verbales y materiales tomadas por
las chicas contra el joven "voyeur" forman la parte más suculenta del
desenlace del cuento. Connotaciones sexuales aparte, el cuento transmite
el mensaj e del aislamien to femenino en las actividades l údicas.
La falta de i nterés de los antropólogos por la i ntervención femenina en
el deporte, así como la escasez de documentos etnográficos sobre esta
cuestión, estriban en algunas razones suplementarias: 1 ) las actividades
deportivas consideradas femeninas se reservaban para las m uj eres; 2 ) los
primeros antropólogos eran, generalmente, hombres y q uedaban, en cier
to modo, marginados de las actividades femeninas; 3) la creencia com
partida por los antropólogos de que el deporte ocupaba u n lugar irrele
vante en las vidas de las poblaciones estudiadas; 4) las pau tas y las
finalidades del deporte en las sociedades "exóticas" eran aj enas al antro
pólogo y escapaban a sus análisis, y 5) los aconteci mientos deportivos
asociados con las ceremonias sacras afectaban exclusivamente al hom
bre, y en ellas las m ujeres tenían una intervención sólo accesoria (p. ej . en
la abstinencia sexual antes del acontecimiento deportivo, en las coreogra
fias, en la preparación de los ágapes y ofrendas y como espectador) .
La imagen de la feminidad y el deporte femenino
La i magen específica de la leminidad en la sociedad a partir del nivel 1 1
ha reducido la in tervención d e las m uj eres en los j uegos y el deporte. El
cambio hacia una participación activa ha sido progresivo, aunque i mpre
visible, desde las civilizaciones clásicas hasta la era moderna.
La sociedad . faraónica egipcia nos ha transmitido, conmemoradas en
las pinturas m u rales de sus templos, tumbas y palacios , las proezas de las
"gimnas tas danzantes" ( W ilkinson, 1 8 78; Petrie, 1 92 7 ; Gardiner, 1 930) .
Las esposas y las hijas de los egipcios ricos participaban en las recreacio
nes físicas familiares y acompañaban a sus maridos y padres en las cace
rías . Chicos y chicas aprendían a nadar en las al bercas privadas o en las
aguas del Nilo (Abdou, 1 96 1 ; M u timer, 1 9 70) .
Las ciudades-estado griegas proyectaron un ideal dual " fertilidad/fe
minidad" particularmente esotérico. Las jóvenes y las m ujeres de Es
parta debían prepararse físicamente para traer al m u ndo una descenden
cia fuerte y sana, y la forma física era una necesidad sagrada para todos
PROBLEMAS CONTEMPORANEOS 1 67
actividades que los hombres debería prod ucir lógicamente los mismos
rasgos socialmente determinados en am bos sexos . La cuestión que se
plantea es saber si el escaso poder jerárq uico disponible podrá ser logísti
camente compartido a medida que va aumen tando la participación feme
nina. La técnica utilizada en los Estados U n idos consiste en ampliar el
nú mero de situaciones en que los individ uos pueden proclamarse "n úme
ro unos " .
4 . La participación femenina e n e l deporte e s una "anomalía social"
Son múltiples y variados los argumen tos utilizados para "demostrar" que
la participación femenina en la competición deportiva es inadmisible. La
primera estrategia em pleada por sus detractores consiste en colocar el
comportamiento j uzgado anómalo y cuestionable en una categoría aparte
y negarle los demás atribu tos ( Douglas, 1 966) . Los adversarios de la
participación femenina pretenden que, dado que a una categoría de mu
jeres -la de amas de casa- no les i nteresa el deporte, en tonces ninguna
mujer se sentirá atraída por este. Los demás grupos de muj eres no cuen
tan . La segunda estrategia consiste en eliminar la anomalía mediante su
con trol fisico; por ejemplo, man teniendo a las m uj eres alej adas de las
sedes de los clubs, de los campos de golf y de otras instalaciones deporti
vas . La tercera razón de la exclusión afirma que la anomalía es reprocha
ble y, como tal, merece ser proscri ta. En efecto, se ha pretendido que los
deportes de contacto no son dignos de ninguna mujer que se respete a sí
misma y que las deportistas in ternacionales son necesariamente lesbia
nas. La actitud oficial de la Federación inglesa de fútbol frente a la
participación de las chicas en este deporte puede resumirse con las pala
bras de su secretario Ted C rocker ( 1 978) "no es natural que las chicas
j ueguen al fútbol " . Esta actitud es indestructible. La cuarta observación
se refiere a la peligrosidad de la anomalía y a la necesidad de elimi narla.
Se afirma, en efecto, que las actividades deportivas extenuan tes compro
meten las funciones reprod uctoras de la mujer. La realidad es que los
órganos sexuales femeni nos están mejor protegidos que los masculinos.
El q uinto argumento en defensa de la anomalía recurre al uso de sím bo
los poéticos, mi tológicos y ri tuales ambiguos y funestos . En la li teratura
deportiva abundan las citas relativas a amazonas desprovistas de femini
dad y a las atletas sometidas a tratamientos con esteroides. A esos argu
men tos tenden tes a demostrar la anormalidad social .que representa la
participación femenina en el deporte pueden oponerse unas cuantas
observaciones suplemen tarias que con tribuirán, creemos, a disipar una
,·ez para todas esos mi tos sobre la m ujer y el deporte.
del deporte y de los j uegos, hasta ahora coto reservado al m undo masculi
no. Esta evolución supond rá la adopción por las mujeres del modelo
cinético masculino.
LA VIOLENCIA EN EL DEPORTE
La violencia en las canchas y las gradas de los estadios ha alcanzado
proporciones alarmantes. Los ej emplos abundan y los casos van en au
mento: bastonazos y puñetazos entre jugadores de hockey sobre hielo,
gamberrismo por parte de los hinchas de los equipos de fútbol , agresiones
físicas y verbales a los árbitros de fú t bol, de béisbol y baloncesto. Todo
ello es moneda corriente en Europa y América.
La agresión es inherente a la violencia y reviste dos formas: la reactiva
y la instrumental ( Alderman, 1 9 74 ) . La agresión reactiva u hostil en
traña castigo físico o psicológico más como fin que como medio. La
agresión instrumental conlleva la intención de causar daño o lesiones
como medio para alcanzar determinadas ventajas -dinero, tri unfo u ho
nores ( Silva, 1 979) .
La violencia en el deporte es agresión reactiva y/o instrumental come
tida contra personas, sea espectador, j ugador, o árbi tro, o contra la pro
piedad . Las peleas de gallos y la tauromaq uia constituyen una subcate
goría de violencia deportiva aparte.
La violencia deportiva no es exclusiva de los tiempos modernos . La
ciudad de Pompeya fue sancionada con 10 años de prohibición de organi
zar y celebrar manifes taciones deportivas en su estadio a causa del com
portamiento agresivo de los espectadores (Guttmann, 1 98 1 ) . La deten-
1 78 ANTROPOLOGIA DEL DEPORTE
isleños adoptaron el j uego con este espíritu, no fue ninguna sorpresa para
nadie. El lanzamiento de la bola de cricket se hace en el mismo estilo que
el lanzamiento del venablo guerrero. Las decoraciones corporales de los
j ugadores incluyen los colores y diseños guerreros . Las entradas y las
salidas de los equipos al campo de j uego se efectúan en formación mili tar,
y también los himnos entonados por j ugadores y espectadores, sin distin
ción, tienen connotaciones de marcha militar.
Ya hemos señalado el contraste existente entre la falta de agresividad
de los balineses y la ferocidad de las peleas de gallos seguidas tradicional
mente por la mayoría de los varones de la isla. Las peleas de gallos se han
proscrito, pero su popularidad no ha disminuido ni un ápice, aunque
tengan que celebrarse clandestinamente. En los Es tados Unidos, las pe
leas son corrien tes aunque ilegales en la mayoría de estados . Se calcula
que unos 500 000 norteamericanos participan de alguna forma en esas
actividades clandestinas, que a fin de cuentas, no son más que una
importante alternativa a otras modalidades de violencia americana.
Visto desde la óptica de la teoría de la agresividad instintiva, el au
mento de la violencia en el deporte moderno puede ser el resultado de la
represión por parte de la sociedad de los comportamientos agresivos al
alcance de la gente desde los albores de la historia de la h umanidad . Por
ej emplo, el hombre primitivo disponía de la guerra social y otras formas
de complacencia y de agotamiento fisicos (la caza, la tala de árboles, las
faenas del campo, el arrastre y el acarreo de pesadas cargas , etc. ) . La
vida cotidiana moderna normal no ofrece todas las emociones que necesi
ta el hom bre para liberarse de las presiones agresivas congénitas. De ahí
la búsq ueda de alternativas .
El entusiasmo de las multitudes que llenan los graderíos de los estadios
es la respuesta colectiva del hombre moderno a un sucedáneo espectacu
lar del conflicto ( La Piere, 1 938) . Los espectadores son meros comparsas
de la violencia en la cancha, pero cuando asumen el conflicto li teralmente
y no simbólicamente, la violencia se propaga a las gradas.
El aprendizaje social
La teoría del aprendizaje social es probablemente la más ampliamente
aceptada de las teorías de la agresión . La agresión es un comportamiento
social aprendido ( Band ura, 1 9 7 3 ) . La violencia engendra violencia. Los
niños expuestos a la violencia adq uieren y ejercen el hábito de la violen
cia en su comportamiento ul terior. La influencia de los " media" -televi
sión, cine, radio, comics- sobre el comportamiento agresivo de los niños
es considerable.
Puede ad mitirse, pues, que la violencia en el deporte es un comporta
miento social aprendido (Smith, 1 9 7 2 ) . La aceptación de la violencia en
el deporte no sólo asegura su permanencia sino que constituye un factor
que refuerza y legitimiza la violencia en general .
La masificación
.La masificación del público es un fenómeno susceptible de explicar la
violencia en el deporte. Existe una correlación entre las concentraciones
multitudinarias y los actos violen tos . Esta relación se manifiesta igual
mente en numerosas especies animales . Quizás el sistema humano es
biológicamente incapaz de permanecer en un espacio confinado .
En relación con la idea de la masificación del público se ha avanzado la
hipótesis de la provocación d e la violencia por las feromonas . Las feromo
nas son sustancias químicas liberadas por los animales, hombre incluído,
que influyen sobre el comportamiento ( sobre todo sexual) de otros indivi
d uos de la misma especie. En situaciones de hacinamiento, la li beración
1 80 ANTROPOLOGIA DEL DEPORTE
canadiense Toronto Globe and Mail entre 1 963 y 1 9 7 3 , más de :25 fueron
desencadenados por la conducta agresiva de los j ugadores.
El marco cultural
Los análisis interculturales de las relaciones entre deporte y guerra in
dican que la cultura define niveles aceptables de violencia y agresión, y
que esos incidentes son en gran medida manifestaciones de las normas
culturales vigentes ( Sipes , 1 97 3 ) .
La clave de los niveles de violencia en el deporte de cualquier sociedad
reside en la incidencia que sobre la percepción de la violencia ej erce la
cultura. Blanchard ( 1 98 1 ) comparó las reacciones de los choctaw y de los
angloamericanos frente a una serie hipotética de situaciones conflictivas
del fú tbol captadas en un conj u n to de fotografías . De acuerdo con su
repugnancia por las ecenas de violencia y su flexible interpretación del
reglamento, los choctaw se resistían a ad mitir la posibilidad de violencia
entre j ugadores del mismo equipo. Las imágenes manifiestamente violen
tas suscitaban su repulsa. Los angloamericanos , en cambio, aprobaban
la conducta violenta de los equipos en las circunstancias evocadas por las
fotografías . C uando las escenas representadas no trad ucían clara y mani
fiestamente una excesiva violencia, los choctaw las in terpretaban como
manifestaciones de situaciones estrictamente competitivas. Los angloa
mericanos, en cambio, las j uzgaban como escenas de indiscutible vio
lencia.
La percepción diferencial de la violencia se sitúa probablemente en las
franj as del contacto entre las diversas teorías expuestas. Ninguna expli
cación es por sí sola satisfactoria. Las manifestaciones del comportamien
to agresivo son el resultado de una combinación del contexto propio al
evento deportivo con las condiciones sociales generales y los actos desen
cadenantes específicos protagonizados por los espectadores individ uales
(Coakley, 1 98 1 ) .
La reducción de la violencia en el deporte
Ningún reglamento ni la práctica de ningún j u ego pod rán legalizar lo que
es ilegal según las leyes vigentes ; y las leyes vigentes dicen que no debe
ponerse en peligro la vida de las personas ( H echter, 1 9 7 7 ) . La brutalidad
no puede tolerarse d urante el desarrollo de un j uego, por más que los
interesados estén dispuestos a actuar en contra de lo que dispone la ley.
Sin embargo, se exige la inmunidad de los agresores en aras de la premisa
según la cual la agresión "es parte integrante del j uego " . Por ej emplo, el
contacto personal en el fútbol ( americano) , el boxeo y la lucha, se consi
dera obligado dada la estructura misma del j uego. U na de las caracterís
ticas más sobresalien tes del fútbol es la violencia inherente a su propia
esencia, si bien es cierto que su expresión está formalmente reglamenta
da. No obstante, para ganar, los participantes deben actuar con violencia
d u rante la mayor parte del partido. En el hockey sobre hielo, el fútbol
(europeo) y el baloncesto, el con tacto físico forma parte de la es trategia
del j uego, y como tal, es aceptada.
Pero cuando el contacto corporal adq uiere una i mportancia desorbita
da, más allá de lo req uerido para el desarrollo normal de j u ego, cuando la
ferocidad y el desenfreno son exaltados como virtudes, y la agresión al
oponente es sis tematizada como estrategia de j uego, la brutalidad se
adueña del deporte aunque no se violen las reglas formales del j u ego
(Smith, 1 98 1 ) .
A pesar de las enormes presiones para man tener los casos de violencia
deportiva lejos de los tribunales de j usticia, algunos de ellos han sido
j u zgados
1 82 ANTROPOLOGIA DEL DEPORTE
2. Instrumento ideológico
El deporte puede servir de instru mento ideológico y propagandístico. La
Unión Soviética es un ejemplo clásico de nación que utiliza las conquis
tas atléticas de su j uventud como prueba de la superioridad ideológica
del sistema comunista, y los dirigentes soviéticos destinan i ngentes recur
sos sociales y económicos a dicho fin ( Riordan, 1 9 7 7 ) .
3. Instrumento de prestigio
Tanto los grandes países industrializados como los países en vía de desa
rrollo han promocionado la competición atlética. La victoria de los corre
dores keniatas en los Juegos Olímpicos de México ( 1 968) centró la aten
ción del m undo sobre su país . Los cuatro representantes de Manchuria
en los Juegos de Montreal produj eron un impacto extraordinario sobre
los espectadores por la elegante i ndumen taria exhibida en el desfile inau
gural . La inclusión de la República de Manchuria en los Juegos Olímpi
cos fue una ocasión excepcional para el reconocimiento i nternacional que
compensaba en gran parte el ostracismo político impuesto a esa nación
por la mayoría de los gobiernos occidentales. La cultura j aponesa recibió
u n tratamiento magnífico con ocasión de los J u egos de 1 964, celebrados
en Tokio. La factura se elevó a l . 500 millones de dólares , pero los benefi
cios para el país anfitrión -la ratificación de su incorporación al concierto
de naciones, la promoción turística y el impulso del comercio i nternacio
nal- compensaron , con creces, el coste de la operación .
4.Instrumento d e política exterior
El deporte contribuye al reforzamiento de los lazos de amistad en tre
nac10nes
Nada como las grandes rivalidades deportivas, con sus fuertes emociones y
su apasionado entusiasmo, podía contribuir mejor a la consolidación de
las estructuras de la paz mundial . . . Los patriotas continuarán siendo in
dispensahles, no ya en los campos de batalla al despuntar el alba, sino bajo
los focos del estadio . . . Esta es la mu tación histórica de nuestro tiempo. El
deporte de élite sustituyendo a la política de la fuerza . . . ( Melvin Lasky , en
Shenk, 1 9 7 7 )
el Congreso considera que las actividades atléticas amateurs son una parte
importante de la sociedad americana y que sus beneficios red undan en
favor del pú blico en general y de los atletas amateurs en particu lar. El
Congreso considera igualmente que el máximo de los beneficios debe obte
nerse con el mínimo posible de conflictos orgJ nizativos
5. Instrumento de contestación política
A veces los eventos deportivos ofrecen un foro in ternacional para airear
algún problema nacional. La manifestación del "poder negro" por parte
188 ANTROPOLOGIA DEL DEPORTE
RESUMEN
En este capítulo, dedicado a la problemática del deporte, hemos exami
nado el descenso de la resistencia a la participación de las m uj eres en el
deporte; el recurso a la actividad fisica y al deporte como medio de
retrasar el envejecimiento; las teorías encontradas sobre el deporte en
tanto que sustitu tivo o impulsor de la violencia, y el uso del deporte como
ins trumento de in tercambio in ternacional .
Como q uiera que la perspectiva bajo la cual se ha enfocado este l ibro
tiende, inherentemente, a poner de relieve el cambio, los au tores conside
ran que la problemática del mundo con temporáneo cambiará como con
secuencia de las adaptaciones a los cambios ambientales humanos y na
turales . La adaptación y la acomodación no van siempre dirigidas hacia
el mantenimiento del status quo, sino más bien a su potenciación. Quizá
los desplazamien tos del hombre en el ambiente hostil y ¡jesfavorable del
espacio extraterres tre obliguen a crear nuevos modelos de j uego y otras
formas de deporte q ue, trascendiendo el deporte de competición, redun
den en aras de la colectividad y de la distribución equ i tativa de los
recursos . Puede incluso que la eq uivalencia de las formas cooperativas en
las actividades fisicas de las sociedades de bandas pudiese ser nuevamen
te útil en la interacción social . Por consiguiente, no debería desecharse el
modelo tradicional de banda ni despreciarse las preciosas estrategias
sociales de nuestro pasado.
En el futuro el término genérico "deporte" puede transformarse en
térm ino andrógino en la medida en que m ujeres y hom bres sometan sus
preferencias a motivos personales más que a razones de género . Los
ancianos pueden conservarse mejor y permanecer activos más tiempo
gracias a la práctica de actividades fisicamente más exigentes . La agre
sión y la violencia en el deporte pueden red ucirse en las personas norma
les mediante programas ed ucativos . El deporte en las relaciones in terna
cionales puede presen tarse menos piramidal que en la actualidad si la
competición se reserva exclusivamente a los mej ores . Bases informales
más amplias para la participación personal entre i ndivid uos y entre pe
q ueños grupos de terri torios políticos pueden superar el actual alcance de
los acontecimien tos deportivos in ternacionales . Es por ello que los pro
blemas con temporáneos del deporte son problemas del fu turo. La antro
pología del deporte ofrece un marco operativo para la comprensión de
esos temas de permanente vigencia.
1 90 ANTROPOLOGIA DEL DEPORTE
Ejercicios
l . Partiendo de la idea de que las inigualdades que caracterizan la parti
cipación de la mujer en el deporte han ido de par con las inigualdades
caracterísiticas de la sociedad en general, analizar el modelo antropológi
co simbólico del papel de la m ujer atleta en la sociedad en tanto que
reflejo del status de la mujer en su país .
2. ¿Qué acti tud piensa adoptar frente su propia vejez? ¿ Piensa descolgar
se del resto de la sociedad o piensa que podría l uchar contra el envej eci
miento mediante la práctica de actividades físicas y deportivas? J ustifi
que su punto de vista ¿En qué circuns tancias cree que podría verse obli
gado a realizar su plan?
3 . ¿Cómo cree que explicaría un estructural-funcionalista la agresión
física característica del deporte en su país? ¿Cuál sería la explicación
materialista-cultural?
Epílogo
El deporte es una institución de trascendencia universal . Toda modali
dad deportiva, sea cual sea el país donde se practique, es un elemento
importante de la experiencia humana. La antropología del deporte trata
esta experiencia desde una perspectiva cultural valorando su significado
u niversal y su papel en la evolución de la cultura. No obstante, el enfoque
antropológico del deporte va más lejos; abordando los temas contempo
ráneos más candentes propone los medios para resolver problemas con
cretos, tomar decisiones y ejecutar programas, al tiempo que proporciona
toda una gama de técnicas , observaciones y conocimientos entre los cua
les conviene destacar:
1. La comprensión del deporte y su significado en tanto que institución
Es importante saber qué es el deporte y comprender el papel que desem
peña en la sociedad . El deporte trasciende el mero pasatiempo que puede
representar un rato de práctica de un deporte, i ncluso de un deporte
relativamente violento. El deporte crea indus trias y genera riqueza;
transforma las relaciones de la comunidad , afecta al desarrollo de la
personalidad y a la eleccióIUie 11na carrera o profosión . El deporte trans
forma al plácido empleado de comercio del l unes er. el desaforado hincha
del sábado tarde. I mporta, pues, que cada uno de nosotros comprenda y
controle la incidencia de esas fuerzas que emanan del deporte e influyen
sobre la vida, la familia y nuestra com unidad .
2. Una perspectiva crítica de la institución deportiva
I mporta adoptar una actitud realista respecto a la función del deporte en
el mundo con temporáneo. Desgraciadamente, los programas de atletis
mo se nos "escapan a veceLde la_ m_a_n_Q"_y los participan tes pierden de
vista los objetivos iniciales. En el mundo profesional, la práctica retribui
da susti tuye a la práctica por el mero placer de practicar, y los encuentros
adquieren un trasfondo mercantil del que el deporte es cada vez más
aj eno. En los círculos in teruniversitarios , el deporte es más importante
que la educación, más trabajo que j u ego y más agresión que educación
fisica. En algunos aspectos esto es normal: las in tenciones iniciales de una
instit ución envuelta por una aureola de entusiasmo y de fervor sentimen
tal pueden verse desbordadas por toda clase de excesos . ( La historia de
los cul tos religiosos nos ofrece varios ejemplos de esta tendenci a . ) El
ciudadano responsable necesita es tar informado de los peligros que en
cierra el en tusiasmo incontrolado en cualquier institución, deporte in
cluido. Este sistema afecta muy especialmente a los círculos ed ucativos .
En los institutos y universidades de los Estados U nidos, las metas acadé
micas se ven seriamente afectadas por la prioridad acordada a las activi
dades deportivas, a las q ue se dedica un mayor presupuesto que a las
bibliotecas, y las becas se conceden preferentemente a atletas que fraca
sarán irremisiblemente en sus estudios universi tarios. Un campeón de
baloncesto con un promedio de 20 puntos por partido quizá no pueda ni
siquiera leer el periódico.
192 ANTROPOLOGIA DEL DEPORTE
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Indice
AAH PERD, 1 7 Australia, poblaciones aborígenes, 5,
Acceso diferencial al deporte, 1 6 7-72 94-7
Aculturación , 1 39, 1 50-2 Autoesfera, 1 47
Adidas, 1 89 Aztecas, 7 1 -5, 1 78
Afghanistan, 90
Agresión ritualizada, 1 53 Bacon, M . K . , 1 45
Akraurak, 1 00 Bali, 1 78--9
Alderman, R. B . , 1 7 7 Baloncesto, 1 49, 1 59
Alejandro Magno, 90 invención del, 1 40
A likchi, 1 1 6- 1 7 Bandura, A . , 1 79
Analogía etnográfica, 65 Barry , H . , 1 45
descripción,54 Barth , Fredrik, 1 62
A nauligatuk (mukpaun) , 1 0 1 Bateson, Gregory, 2, 29, 1 53
An--che, Li, 83 Béisbol, 48, 1 0 1 , 1 1 8, 1 24, 1 5 1 , 1 80
Ancianos, papel de los , 1 75 Bekoff, Marc, 26
Andamán, isleños, 1 53-54 Bem, Sandra, 1 74
Anderson , Wanni W . , 20 Benedict, Ruth, 1 1 8
Andrógeno, 1 7 1 Beni-Hassan, 67
Androginia, en el deporte, 1 7 3 Bennett, Louis ( " Deerfoot " ) , 267
Anglomormones, 1 59 Berkowitz, Leonard, 255
Antropología, 6- 1 0 Berlyne, D. E., 1 48--9
aplicada a l deporte, 1 39 Bermuda, 74
cultural, 9 Best Elsdon, 1 4, 1 22
física, 6 Blanchard , Kendall , 30, 47, 50, 54,
simbólica, 5 1 58--9 , 1 8 1
social, 9 Blanda, George, 1 9
Apache, occidentales, 1 04 Blom, Franz, 99
Arcaica, civilización, 1 3 1 -35 Boas, Franz, 99
A rele, 1 84 Bocee, 1 60
Arens, William , 3 7 , 39 Bogoras , Waldemar, 1 09- 1 0
Argentina, 1 83 " Boston Bruins" , 1 82
Armonía in tercultural a través del Boxeo, 1 22
deporte, 228--9 Bridges, Esteban Lucas, 1 03
Arpón, lanzamiento, 99 Brown Foster L . , 1 7 2
Arqueología, 7, 63 Brozek, Josef, 6
Arth, Malcolm , 1 5, 90 B ryenat, Alfred T . , 1 2 7
Arunta, 94-5 Bryant , Paul " Bear" , 43
Ascholia, 2fi Buck, Peter, 1 22
Asociación Antropológica America Burocracia, 1 33
na, 1 6 Bush, Robert, 1 5, 90
Asociación para e l Estudio Antropo Bu;:.kashi, 86, 90, 1 06
lógico del Deporte, 1 , 1 7
Asociación General de Federaciones Caillois, Roger, 20, 32, 35, 1 54, 1 55
Deportivas (GA I F } , 1 85 Cardinall, A. W . , 1 30
Argollas de piedra, 73 Carlos, John, 1 87
Asociación I nternacional Deporti Carreras de carros , 1 78
va ( I WSA } , 268 Carreras a pie, 1 09- 1 0, 1 2 1
Atleta femenina, estereotipos negati Carreras de renos, 1 08
vos, 244-5 "Catch hal l", 96
Atleta, como representante de co Categorías de reglamen tos, 1 47-8
mercio, 1 85 Caza, 1 2 7-8
2 10 ANTROPOLOGIA D E L DEPORTE
El Salvador, 1 88 "Galopada", 1 48
Emica, 53, 58 Gallo, j uego del, 1 06
Enculturación , 1 39, 1 43 , 1 50, 1 63 Games of the North American lndian, 1 3 ,
Enfoque histórico directo, 1 1 0 76, 78
Entrevistas, 56 Geertz, Clifford , 1 6-- 7 , 5 1 -2, 1 7 7
Epikoinos, 1 0 Gendel, Evalyn S . , 1 72
Equipo deportivo, 1 35 Gerbert, Ellen W . , 1 70, 1 7 1
Erdely, Glyula, 1 72 Ghana, 1 29, 1 30
Erikson, Erik, 1 47 , 1 50 . Gillen, F. J . , 94
Esalem , I nstituto, 1 74 Gilmore, William, 1 52
Esquimales, 1 9-20, 25, 97-1 00, 1 65, Gini, Corrado, 1 5
1 75 Gimnasta femenina, 1 66
copper, 98-99 G ladiadores, 1 6 7
Escuela Británica de Antropología Glassford, Gerald, 99, 1 00
Social, 9 Gmelch, George, 48
Espartakiada, 1 6 1 Goma, 7 1 , 1 40
Especialización , 1 35 Goodhart, Phillips, 1 88
Estado primi tivo, 1 26-- 7 Goodman, M ary Ellen, 1 44
Estratificación , 1 26 G reen, Ted , 1 82
Estrógeno, 1 72 Griegos, 1 53 , 1 56, 1 6 7
Estructural funcionalismo, 49-50 j u egos, 1 5
Etica protestante, 1 Gruneau, Richard S . , 1 69
Etica, 53 Guayule, 75, 76
Etnicidad, 1 58 Guidenpfennig, Sven, 1 88
Etnobotánica, 8 Guttmann, Allen, 1 3 1 , 1 33 , 1 34, 1 35,
E tnocentrismo, 9, 1 6 1 1 7 7-8
e n e l deporte, 1 62 Guerra y deporte, 1 55
Etnociencia, 52-3
E tnogralia, 1 0, 1 39 Haas, Mary R . , 1 57
E truscos, 66, 6 7 , 68 Halbert, Henry S . , 1 1 8
E tnohistoria, 78 Halucinógenos, 1 1 8
Etnolingüística, 8 Hapu, 1 20
E tnología, 1 0, 1 39 Hardy, Stephen H . , 1 67
Eva Site, 65 H arlaw, H arry F . , 2 7
Evans, 67 H arner, Michael, 7 5
Evolución, etapas, 92-3 H arney , W . E . , 96
Evolucionismo, 46 H arootyan, Robert A . , 1 76
Exploración Harpaston, 1 1
diversificadora, 1 48-9 H arris, J anet, 1 8
específica, 1 48-9 Harris, Marvin, 49, 50
Haury , Emil, 75
Federación I nternacional del Depor- Hechter, William, 1 8 1
te U niversitario ( F I S U ) , 1 85 Heraeanos, Juegos, 1 6 7
Feria de los choctaw, 1 1 7 Herskovits, Melville J . , 1 50
Ferias inglesas, 1 6 7 Hildebrand, J . R . , 88
Firth, Raymond, 1 3-4, 1 20, 1 22, 1 24 Heider, Karl, 1 1 1 , 1 1 2
Fleishhacker, Zoológico de, 29 Heinila, Kalevi, 1 84
" Flechar el disco", 95 Heizer, Robert, 7
Fogelson, Raymond , 1 2 Hidalgo-Guadalupe, tratado de, 1 04
Fox, J . Robín, 1 5, 49 Hockev , 1 82
Fox, Stephen J . , 64 Hoebe Í , E. Adamson, 20, 1 00
Frederickson , F. S . , 2 1 Hoffman, Walter J . , 79-80
Freeman, Derek, 1 24 Hohokam , 74-5
Freud, Sigmund, 1 , 1 46, 1 50 Hole, Frank, 1 0
Fried , Morton, 92 Holmes, W . H . , 1 3
Fried l , Ernestine, 234 Homo erectus, 83
Funcionalismo, 47-8 Homo ludens, 2 7
Fútbol, 39, 5 1 , 58-9 , 65, 96, 1 00, 1 28, Hond uras, 1 88
1 30, 1 35, 1 62, 1 63 , 1 78, 1 80-- 1 , 1 9 1 Horrow, Rick, 1 82
clubs de, 1 59-60 "Houston Rockets", 1 82
Copa del M u ndo, 1 6 1 , 1 88 Howard , William G . , 1 82
Guerra del ( 1 969) , 1 88 Howel l , Maxwel l, 66
21% ANTROPOLOGIA DEL DEPORTE
Físicos, 1 85 Mamau, 1 2 1
I NDICE
Mana, 1 2 1 Naven, 1 69
Manchuria, 1 87 Ndashdilka "l, 1 06
Mann, G. V . , 1 80 Neolítico, 6 7
M aorí, 1 4, 1 20-3 No-juego, 3 1
Manning, Frank, 52 Norbeck, Edward , 1 7 , 28
Mantenimiento cultural, 1 63 Norman, J ames, 9 1
materialismo y, 49, 1 42 North American Society of Sport
relativismo y, 9, 1 6 1 History ( NASSH ) , 1 7
transmisión del, 1 44 Na "a::.ho::.h, 1 05
Mantenimiento social, 1 39, 1 4 1 -3 Nataoni, 1 05
" Matar la baya'', 1 1 1 Natan, Alex, 1 86
Mathias, Elizabeth, 1 60 N ational Collegiate Athletic Associa
Maya, 1 30, 1 36, 1 78 tion ( NCAA) , 43, 1 33 , 1 70, 1 9 1
Mead , George A . , 1 46, 1 50 National Senior Sports Association
Mead, Margarct, 1 23-4 ( NSSA ) , 1 76
McPherson , Barry, 1 8 Nausikaa, 1 1
M accoby, Michael , 1 5 1 Navajo, indios, 24, 3 7 , 1 04-7, 1 60
Mecanismo adaptativo, 1 50 N avajo Ramah, 24, 3 7
Meehan, J . , 1 80 Nezahuapilli, 72, 73
Menle, Frank G . , 78 Nisbet, Robert A., 1 53
Menstruación y práctica del deporte, N ueva Arq ueología, 80
1 72 N ueva Guinea, 1 1 0
Mergen, Bernard , 26, 30
Metacomu nicación , 29 Ocio, 25
Metalenguaje, 82 ética del, 26
Metaj uego, 82 Oakley, Fredericka B . , 2 7
Metarregla, 1 48 Oaxaca, 69
Metheny, Eleanor, 1 72 Ogawa, Keiko, 1 5 1 -2
Mexicanos, niños y j uegos, 1 5 1 , 1 52 , O "kkal, 1 1 0
1 59 Olimpíada de los Seniors, 1 76
Michener, James, 1 73 Olmeca, 69, 74
Micmac, indios, 30 Olsen, Fred , 69, 73
Micronesia, 30 Opler, M arvin, 1 5
Microesfera, 1 4 7 Otterbein, Keith F . , 1 5 7
Millar, Susanna, 1 50 Organización Deportiva I nternacio-
M i ller, Stephen , 1 49, 1 50 nal para los Minusválidos
Modiana, Nancy, 1 5 1 ( I SOD ) , 1 85
Minos, palacio de, 6 7
Montezuma 1 1 , 72 Pachisi, 1 2 , 1 50
Modelo cinético y atletas femeninas, Paiute, indios, 1 5
1 70, 1 74 Pakistán, 53
Modelo evolutivo del deporte, 1 89 Palenque, 70
Modelos explicativos , 45--6 Paleolítico, 63
Modelos interpretativos, 5 1 -4 Palmer, Denise, 66
Modelos teóricos, 43-4 Paraolímpicos, j uegos, 1 85
Mohenj o-daro, 67 Parks , Roberta, 1 8
MoncrielT, John, 96 Patolli, 1 2
Monoandroginismo, 1 74 Patrilocal, 1 02
Mooney, james, 1 2, 55 Pawnee, indios, 1 5
Morgan , Lewis Henry , 46 Peleas de gallos, 1 7 7 , 1 78
M ujer espectadora, 1 6 7 Perry , W . J . , 5
M ujer y deporte, 1 20 Piaget, J ean, 1 45, 1 46
alej amiento de la, 1 7 1 Piltz, Wendv L . , 1 82
falta de información, 1 66 Población � undial, edad, 1 75
participación anómala, 1 70-3 Pok-ta-pok, 68, 70, 1 78
temas, 1 66 Poliginia, 9
Mungan-mungan, 96 Pooley, John, 1 960
M u rdock, George, 23 Potenciación; 1 48-50
M u rray, T . , 30 Preparación , 1 48-9
MyerholT, Barbara, 1 7 7 Programas de las Asociaciones de
M uñecas de terra--cotta, 66 portivas americanas, 1 8 7
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