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Más cerca de la batería recargable

definitiva para el despliegue total de las


energías limpias
La energía eólica y la solar son limpias y renovables, pero su disponibilidad no es
constante. El viento no siempre sopla y no hay luz solar de noche. Obtener de ellas energía
extra cuando están disponibles, almacenarla en baterías recargables y utilizarla cuando no
lo están, es la estrategia lógica para lograr que haya suministro eléctrico de origen solar de
noche o de origen eólico cuando no sopla el viento. El principal obstáculo que afronta esta
estrategia es que los costos asociados a dichas baterías deben ser lo bastante bajos, y esto es
algo que numerosas clases de baterías no pueden ofrecer.

Desde 2010, Trung Van Nguyen, profesor de ingeniería química en la Universidad de


Kansas en Estados Unidos, ha encabezado investigaciones para desarrollar una batería de
flujo de hidrógeno-bromo, un diseño de batería avanzada a escala industrial (tendría más o
menos el tamaño de un camión). Desde la década de 1960, otros equipos de ingenieros han
intentado desarrollar modelos prácticos de baterías de esta clase.

Los electrodos de la batería necesitan tener mucha área de superficie para ser eficientes al
máximo. El equipo de Nguyen ha desarrollado un electrodo de carbono con una mayor área
de superficie, mediante la formación de nanotubos de carbono directamente sobre las fibras
de carbono de un electrodo poroso. Los electrodos que se usaban hasta ahora en las baterías
de este tipo eran menos eficientes y más caros.

Un problema clave pendiente de resolver antes de que la batería de hidrógeno-bromo pueda


ser comercializada con éxito es el desarrollo de un catalizador efectivo para acelerar las
reacciones en el lado del hidrógeno de la batería y proporcionar una mayor salida,
sobreviviendo al mismo tiempo a la extrema corrosividad en el sistema. Ahora, el equipo de
Nguyen está a punto de superar este último obstáculo.
Una avanzada batería de flujo de hidrógeno-bromo podría convertir a las energías
renovables como la eólica y la solar en más rentables y extendidas. (Foto: Trung Van
Nguyen)

El catalizador que se necesita para una batería de esta clase debe ser tan activo como el
mejor catalizador disponible, pero pudiendo soportar las condiciones típicas de la batería.
El equipo de Nguyen comenzó a trabajar con un material prometedor, aunque en su versión
inicial no tenía la suficiente área de superficie para proporcionar bastante salida de energía.
Sin embargo, Nguyen y sus colaboradores han continuado avanzando con el catalizador de
sulfuro de rodio, y han dado con una forma de incrementar el área de superficie. Todavía
tienen que resolver algunos problemas menores, pero parece claro que ya tienen un material
adecuado para la reacción del hidrógeno en este sistema.

La nueva batería de flujo de hidrógeno-bromo podría ser comercializada pronto.

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