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Guia Cuaderno de Trabajo 5 Anos PDF
Guia Cuaderno de Trabajo 5 Anos PDF
Cuaderno de trabajo
“Aprendemos
jugando”
para niños y niñas
de 5 años
Equipo de trabajo:
Mariela Ortiz Obando
Patricia Vergara Bao
Shane Becerra Farfán
María Isabel Díaz Maguiña
Rosa Peña Rosales
Elisa Gálvez Ramírez
Asesoría y revisión
Nohemí Estrada Pérez
Ministerio de Educación
Av. De la Arqueología, cuadra 2 - San Borja
Lima, Perú
Teléfono 615-5800
www.minedu.gob.pe
Corrector de estilo
Jesús Hilarión Reynalte Espinoza
Diseño y diagramación
Hungria Alipio Saccatoma
Ilustraciones
Patricia Nishimata Oishi
Edgar Rueda Bruno
Impreso en:
Punto & Grafía S.A.C.
Av. Del Río 113 - Pueblo Libre
RUC: 20304411687
La guía que hoy ponemos en sus manos pretende ampliar sus conocimientos, reforzarlos,
motivar su creatividad y hacer de sus días de educadora los más productivos, en los cuales se
retrate la vida cotidiana de los espacios de la educación inicial.
Trabajar por los niños y las niñas es una gran responsabilidad que implica compromiso con la
tarea educativa, donde resulta fundamental una acción pedagógica que privilegie el juego, la
comunicación y el descubrimiento, así como una interacción permanente con los padres de
familia y la comunidad.
En el marco del PELA, desde el año 2010, se ha iniciado la distribución de cuadernos de
trabajo para niños y niñas de 4 y 5 años de instituciones educativas públicas de Educación
Inicial. No se considera la distribución de cuadernos de trabajo para niños y niñas de 3 años,
porque en esa edad las actividades gráficas requieren ser mucho más libres.
Con el propósito de mejorar los materiales que se dotan desde el Ministerio de Educación,
el año 2011 se realizó un estudio exploratorio sobre el uso y funcionalidad del cuaderno de
trabajo. Esta investigación recoge las opiniones de especialistas, acompañantes, formadoras,
directoras, docentes, niños y niñas.
A partir de los resultados del referido estudio, se han realizado mejoras que se podrán
encontrar en este nuevo cuaderno y en su correspondiente guía, cuyas principales novedades
señalamos a continuación:
Se consideran los aportes de los trabajos de niños y niñas orientados a conocerlos más y
a motivar el trabajo de sus pares, reconociendo el valor que tienen sus opiniones y saberes
para ingresarlos como parte sustancial de documentos pedagógicos.
Se incluyen íconos para que los niños y las niñas puedan identificar las actividades que
desarrollarán en la ficha de trabajo.
Se adecúan las ilustraciones y el diseño al imaginario de los niños.
Se colocan las orientaciones para la educadora en la guía y no en el cuaderno de trabajo
que es para los niños y las niñas.
La planificación de las actividades responde a tres etapas clave para el desarrollo de los
procesos metodológicos y cognitivos. Se trabajan las actividades de música, gráfico-
plásticas y de psicomotricidad como expresiones integradoras de las unidades temáticas
y no como unidades segmentadas.
Se reconoce la labor de la educadora poniendo énfasis en la importancia de la preparación
de sus intervenciones pedagógicas, así como en sus experiencias de autoevaluación y
trabajo en equipo, por lo que la guía contiene algunas fichas que orientan en esta tarea
fundamental.
Se reconoce la labor educativa de las familias, con quienes se comparten varias acciones
en las fichas conformando un trío de trabajo “docente-niño-familia”. El cuaderno se inicia
con orientaciones para esta labor conjunta.
Se incluyen diversas imágenes que muestran la diversidad de nuestro país para que los
niños y las niñas, además de conocer su entorno cercano, puedan ir conociendo otros
contextos.
El presente cuaderno de trabajo sustituye a aquellos que se piden a las familias. Es inadmisible que en nuestras
aulas de Inicial tengamos cuadernos de Matemática para que los niños hagan números, de Comunicación
para que hagan letras, cuadernos de Ciencias enfocados en experimentos sin sentido o cuadernos de Personal
Social para aprender hábitos y desarrollar valores. Nuestro trabajo debe orientarse, por el contrario, a articular
las áreas curriculares y a proponer a los niños actividades que tengan sentido para ellos.
Las fichas del cuaderno de trabajo no reemplazan las hojas en blanco de diferentes tamaños, formas
y colores que deben tener los niños a su disposición para expresarse libremente mediante la actividad
gráfica. Estas están diseñadas para que los niños puedan percibir formas, personajes, colores y temas
definidos y se convierten en material lúdico que el niño puede transformar y utilizar como forma de
representación y comunicación.
Por otro lado, a lo largo del presente material, hemos tratado de referirnos a los niños y las niñas de
forma expresa; pero queremos dejar constancia de que en aquellos casos en los que solo aparecen los
términos niño o niños, por necesidades de redacción, se involucra también a la niña o niñas, puesto que
ambos son igualmente beneficiarios de nuestra tarea pedagógica.
En Educación Inicial el trabajo pedagógico se realiza de manera integrada, es decir, una actividad
puede desarrollar capacidades de diferentes áreas, por lo que encontraremos fichas en las que se
articulan dos o tres de ellas, dejando libertad a la educadora para incorporar otras capacidades y
actitudes que respondan a su contexto.
Cada unidad temática propone actividades significativas para los niños y las niñas. Sin embargo,
la secuencia para el desarrollo de las actividades responde a las necesidades de cada aula y no a
un orden preestablecido.
1.2 ¿Cuáles son las unidades temáticas del cuaderno de trabajo de 5 años?
El cuaderno de trabajo de 5 años está organizado en 8 unidades temáticas:
Yo soy así
Mi familia es así
Comparto con mis amigos
Mi comunidad
GUÍA PARA DOCENTES 7
Cada unidad temática inicia con una lámina motivadora y contiene fichas de actividades vinculadas
al tema de la unidad. A partir de alguna de ellas, se puede promover el desarrollo de proyectos.
1. Yo soy así
Esta unidad tiene por objetivo favorecer la construcción de la identidad del niño, es
decir, la identificación y construcción de la idea de sí mismo: ¿quién es y cómo es?,
reconociendo que estas características propias físicas, intelectuales, emocionales y
sociales lo diferencian de otros niños y niñas y, sobre todo, lo constituyen como ser
único, valioso e irrepetible.
En este proceso de construcción juegan un papel importante los adultos que lo
rodean, especialmente los más significativos: figuras parentales en el hogar y
maestros en la escuela. Estas personas, en sus interacciones cotidianas con el niño
o la niña, le transmiten mensajes verbales y no verbales que refuerzan o debilitan el
sentimiento de individualidad y valía de sí mismo, según que los mensajes hayan
sido apropiados o no para este propósito.
Es importante que los adultos significativos mencionen y alienten con amabilidad y
sinceridad los progresos de los niños y las niñas, aunque estos avances sean muy
pequeños: “Veo que cada vez utilizas más colores y te muestras feliz”, “¡Qué torre
tan enorme estás construyendo!”. Estas expresiones transmiten interés, entusiasmo,
aceptación y hacen crecer en el niño la imagen de sí mismo, el sentimiento de
sentirse competente.
Los niños y las niñas, como los adultos, permanentemente están sintiendo diferentes
emociones. Reconocerlas y nombrarlas es el primer paso para entenderlas,
procesarlas y, de esa manera, conocerse mejor. Una manera de ayudarles a reconocer
sus emociones es que la educadora describa lo que ve reflejado en el rostro o el
cuerpo del niño en diferentes situaciones: “Veo que estás feliz con la plastilina”,
“Parece que estás molesto porque Juan te ha empujado, ¿quieres contarme cómo
te sientes por ello?”. No se trata de interpretar, sino de describir con objetividad lo
que se observa. Otra manera es alentar la expresión verbal, ayudándoles a poner
nombre a sus emociones.
En esta unidad se han propuesto actividades para que los niños, a partir del juego,
mencionen lo que están haciendo, con qué y cómo lo están haciendo. Además,
pueden comentar sus preferencias, intereses y deseos, lo que les gusta y lo que no
les gusta, como una manera de practicar la comunicación asertiva.
Por eso, se ha considerado la necesidad de brindar oportunidades para que los
niños y las niñas, en el día a día, expresen sus sentimientos y emociones: alegría,
tristeza, cólera, miedo, sorpresa, etc., de manera espontánea.
Fichas de actividades:
Yo soy así
Mi DNI
Las partes de mi cuerpo
Soy especial y único
Mi nombre con ritmo
Mi nombre y el de mis compañeros
Los colores que me gustan
Mis gustos y preferencias
Yo cuido mi cuerpo
Nos cuidamos de los accidentes
Decir “no” o alejarse cuando sea necesario
4. Mi comunidad
Nuestra comunidad es el lugar donde vivimos con nuestra familia y donde viven
nuestros familiares y amigos; en ella están ubicadas nuestras viviendas y allí
descubrimos el mundo más allá del hogar, jugando con otros niños en sus calles,
parques o campos.
Cada comunidad tiene una organización propia y una manera especial de cuidar a
los niños, con determinadas formas de convivir y de relacionarse con los vecinos.
Como miembros de nuestra comunidad, niños y adultos debemos comprometernos
con su progreso, desde los diferentes roles que cumplimos en ella. Un primer
paso es conocerla, saber dónde viven nuestros amigos, reconocer los espacios
significativos para los niños e identificar a las autoridades o personas del entorno
familiar y social que brindan algún servicio. Otro paso es involucrarnos activamente
en tareas de bien común, proponiendo lo que podemos hacer para dar solución a
problemas que se presentan con regularidad. Por ejemplo: para que nuestras calles
estén limpias, para que se vendan alimentos nutritivos en el quiosco, para tener un
jardín bonito en la escuela.
Sentirnos parte de nuestra comunidad más cercana es una manera de sentir que
también formamos parte de una comunidad más grande: provincia, región, país.
Amar a nuestra comunidad es una manera de desarrollar el amor a la patria.
Fichas de actividades:
Mi comunidad
Las casas de mi comunidad
¿Cómo se organizan los vecinos?
La comida peruana… mixtura de sabores
Preparamos un rico plato peruano
El artesano ceramista de mi país
Señales importantes para el orden de mi comunidad
¿Basura que desaparece? Es bueno para el medioambiente
¿Cómo podemos ayudar a cuidar el medioambiente en nuestra comunidad?
¿Cómo puedo comunicarme con el alcalde?
5. Mi hermoso jardín
Las plantas son parte importante del entorno de los niños, las van conociendo desde
muy pequeños cuando se alimentan, los alivian de algunos malestares, ven adornos
con flores, las cuidan en un jardín o en macetas, etc.
Didácticamente, conocerlas nos brinda una oportunidad para abordar diversos
temas o características: formas, tamaños, colores, etc.
Fichas de actividades:
Mi hermoso jardín
¿Cómo se alimentan las plantas?
Las plantas y sus frutos
Los árboles nos protegen
Las diferentes flores que conocemos
Cuidadores de los parques y jardines
Las verduras
7. Somos vendedores
Los niños, desde muy pequeños, acompañan a sus padres en algunas actividades
productivas, como la siembra, la cosecha, la pesca, la comercialización de alimentos,
entre otras. Si bien en áreas urbanas los niños no participan directamente de este tipo
de actividades, sí poseen un conocimiento de ellas, pues acompañan a sus padres
para adquirir algunos productos en diversos establecimientos o están expuestos a
la publicidad en los medios de comunicación. Como vemos, el emprendimiento es
una forma de vida inspirada por los mayores, a la que acceden los niños de manera
natural, en la medida en que se les permite actuar, recrear, opinar.
Esta unidad temática agrupa actividades propias de la comunidad, que pueden ser
recreadas en el aula para propiciar aprendizajes a partir de situaciones relevantes
8. Celebraciones
Formamos parte de una familia, pero también de un grupo social más amplio al que
llamamos comunidad. Pertenecemos a ella y, en algún sentido, ella nos pertenece.
Somos, pues, también parte de la comunidad. Tenemos costumbres, tradiciones
y valores que compartimos con otros miembros de ella transmitiéndose por
generaciones.
Las fiestas o celebraciones son tal vez las actividades colectivas que más unen
a los integrantes de una comunidad. En ellas los pobladores celebran hechos de
su historia, recrean sus leyendas y tradiciones y expresan sus alegrías jugando,
cantando, danzando y compartiendo alguna comida especial, todo lo cual la
diferencia de las otras comunidades.
Las fichas del cuaderno tienen el propósito de festejar con los niños situaciones
de gran significación para los miembros de la comunidad: festividades cívicas,
religiosas, comunitarias y estacionales. Esta participación permitirá al niño sentirse
parte de su comunidad, acrecentándose el desarrollo de su identidad cultural que lo
llevará a construir su identidad regional y nacional.
Fichas de actividades:
Celebramos una fiesta
Bailes y trajes típicos de mi comunidad
Día Mundial del Libro Infantil: 2 de abril
Fiestas Patrias: 28 de julio
Día de la Canción Criolla: 31 de octubre
Semana Nacional de los Derechos del Niño
Nuestra Navidad
Unidad: Mi comunidad
Unidad: Mi comunidad
Capacidades priorizadas:
Opina sobre el contenido de las imágenes, textos con
imágenes o textos leídos por la educadora.
Compara y describe colecciones de objetos utilizando
Materiales cuantificadores aproximativos (muchos, pocos, uno,
ninguno).
Lápices de colores o crayones,
material reciclable. Fichas 1A (pág. Otras capacidades que propongo trabajar:
85), 1B (pág. 87) y 1C (pág. 89). ■
■
Antes de la actividad
En este momento se toman en cuenta los elementos necesarios para garantizar el
buen desarrollo de la actividad, seleccionando las canciones, los juegos, los cuentos,
las narraciones, entre otros, así como generando las condiciones necesarias para
su ejecución.
Desarrollo de la actividad
Aquí se da el punto de partida para motivar a los niños y mantener el interés durante
toda la sesión, así como para fomentar la recuperación de sus saberes previos
mediante preguntas abiertas o situaciones que les permitan relacionar lo que saben
con los nuevos conocimientos que nos proponemos alcanzar. También se invita a
los niños y niñas a realizar un juego, entonar una canción, efectuar movimientos,
escuchar un cuento o una narración, etc.
Asimismo, se presentan estrategias metodológicas respetando el contexto social,
cultural y las etapas del desarrollo motriz, cognitivo y emocional que corresponde a
los niños. Además, se plantean situaciones problemáticas para generar el conflicto
cognitivo, la organización de la información y la construcción del nuevo aprendizaje.
Posteriormente, se incorpora la ejecución del trabajo en la ficha del cuaderno.
a. Experiencias directas
En el cuaderno de trabajo se proponen actividades previas al uso de la ficha. Por
ejemplo, exploran su entorno natural y social, preparan una receta, investigan sobre
algunos aspectos para conocer más acerca de ellos o reciben visitas de personas
de su familia y de la comunidad.
b. Actividades psicomotoras
Teniendo en cuenta que las áreas del aprendizaje se desarrollan de manera integrada,
se han incorporado las actividades motoras y de psicomotricidad en algunas de las
fichas propuestas en el cuaderno de trabajo. Estas actividades impulsan en el niño
la exploración de todas sus posibilidades de movimiento, de expresividad motriz y
de representación de la realidad.
Las actividades motoras se plantean de manera libre propiciando que los niños
reflexionen sobre la acción que realizan y la representen mediante diversas formas
de simbolización, como el dibujo, el modelado, la pintura o la dramatización.
Lectura de íconos
En las fichas de los cuadernos de trabajo, en la parte superior derecha, se han
incorporado algunos íconos ideográficos que representan acciones que los niños
deberán interpretar y ejecutar sin necesidad de que la educadora facilite este
aprendizaje. De esta forma, ellos desarrollarán otras habilidades con autonomía.
Asimismo, cada ícono tendrá debajo la palabra escrita para que el niño vaya
diferenciando entre dibujo y escritura.
Estos son:
Recortar Marcar
Colorear Escribir
Unir Agrupar
Repasar Dibujar
Encerrar Observar
Antes de la actividad
Observamos la lámina de la ficha 1A (pág. 5) con anticipación para conocer sus detalles.
En el aula, hacemos un espacio para que los niños puedan colocarse formando un círculo.
Desarrollo de la actividad
Observamos la lámina
Indicamos que la observación de la lámina se orienta de arriba abajo y de izquierda a derecha.
Estas pautas de trabajo permiten que luego los niños tengan la misma organización espacial
para la lectura de textos escritos.
Creamos expectativa
Presentamos al grupo parte de la lámina “Yo soy así” (ficha 1A de la pág. 5), donde se observa a
niños y niñas. La otra parte la hemos cubierto con un papel. Poco a poco, iremos descubriendo la
lámina, a medida que los niños anticipen lo que hay en ella. Esto permite que se puedan realizar
predicciones sobre el contenido a partir de indicios (función simbólica).
Observamos y comentamos
Permitimos que los niños describan la lámina y los motivamos a compartir el conocimiento que
tienen, mediante preguntas que generen la observación y la reflexión. Por ejemplo:
1. ¿Cuántos niños hay en la lámina? ¿Y cuántas niñas? ¿De qué color es la ropa de los niños?
¿Qué están haciendo los niños?
2. ¿Quiénes crees que hicieron los dibujos? ¿Qué nombre le pondrías a cada uno de los dibujos?
¿Alguno de ellos se parece a tus dibujos?
3. ¿Te gustaría dibujar igual?, ¿por qué?
Las del primer grupo son preguntas textuales; las del segundo, inferenciales, y las del tercero,
críticas.
Escuchamos con atención sus respuestas y absolvemos sus consultas.
Cierre de la actividad
Cada niño o niña coloca su ficha desarrollada en el lugar “Mis trabajos”. Junto al suyo, observa
los productos de los demás niños. Comenta en el grupo sobre lo que hizo y nos dice cómo es
él o cómo es ella.
Antes de la actividad
Nos fijamos en los carteles de asistencia, responsabilidades, cumpleaños, etc., donde estén
escritos los nombres de los niños y las niñas. Comprobamos que estén bien escritos y completos.
Enviamos un día antes de la actividad una nota a cada familia, solicitando los DNI de los niños y
niñas, así como algunos DNI de los padres, explicándoles que este documento debe ser conocido
y reconocido por cada niño, por la importancia que tiene.
Invitamos a los padres que pudieran participar en la sesión de trabajo con niños y niñas al día
siguiente.
Desarrollo de la actividad
Encontramos nuestros nombres en el aula
Invitamos a los niños y niñas a buscar en toda el aula sus nombres en forma silenciosa. Una
vez que los encuentran, se sientan y conversan sobre sus nombres y apellidos. También pueden
jugar a buscar nombres y apellidos que se parecen.
Conocemos y reconocemos nuestro DNI
Los niños con sus padres y los otros niños cerca de ellos ponen sobre su mesa sus DNI.Cada
niño y niña va mirando el documento mientras la educadora, en voz alta, les va orientando la
observación (mirar su foto, ¿qué edad tendrían cuando les sacaron esa foto?, ¿muy bebito?, ¿ya
grandecito?, ¿dónde está su nombre?, ¿qué otros datos tendrá este documento?). La educadora
los motiva constantemente para conocer más sus DNI. Se deja a los niños y niñas un momento,
indicando que pueden conversar con sus padres sobre sus DNI. Los comparan y luego los
niños comparten con sus compañeros sus experiencias en el conocimiento de su DNI.
La educadora invita a los niños a comentar lo que observaron en sus DNI. Los niños
voluntariamente piden la palabra y expresan qué datos han encontrado en el DNI, cuánto tiempo
deben tenerlo, para qué les sirve ahora, para qué les servirá después, en qué se parece o
diferencia su DNI al de sus padres, etc. Dialogan niños, niñas, docentes y padres sobre algunos
saberes o anécdotas en cuanto al DNI.
Trabajo de la ficha
Cada niño y niña observa en la ficha 2A (pág. 9) el DNI de una niña, hace suposiciones y se
aproxima a los datos que tiene, y lo compara con su DNI. ¿Es el DNI de una niña o un niño?
Cierre de la actividad
Cada niño y niña comentará en sus casas lo que se ha desarrollado en su jardín y su aula, lo
comentará al día siguiente con sus amigos y compañeros.
Antes de la actividad
Escribimos en un papelote y ensayamos la canción Cabeza, hombros, rodillas, pies:
Cabeza, hombros, rodillas, pies,
rodillas, pies. (Bis)
Así este juego es.
Toco mi cintura, toco mis rodillas,
toco mis axilas y me hago cosquillas.
Cabeza, hombros, rodillas, pies,
rodillas, pies. (Bis)
Así este juego es.
Desarrollo de la actividad
Cantamos Cabeza, hombros, rodillas, pies
Mostramos el papelógrafo con la canción y, a medida que la vamos cantando, realizamos con
los niños movimientos de acuerdo con la letra (nos tocamos con las dos manos las partes del
cuerpo nombradas). Los niños pueden participar mencionando otras partes del cuerpo.
Trabajamos con la ficha
Mostramos a los niños la ficha 3 (pág. 13). Para que observen las partes del cuerpo, les
hacemos preguntas como: ¿están ordenados los recuadros con cada parte del cuerpo?,
¿dónde debería estar la cabeza?, ¿y el tronco?, etc. Escuchamos sus opiniones acerca de lo
que tendrían que hacer. Conversamos con ellos sobre las partes del cuerpo: “¿Cuáles son las
diferencias entre hombres y mujeres?”. Con base en sus respuestas, llegamos a la conclusión
de que las diferencias entre hombres y mujeres son físicas; pero que en los juegos y en la
vestimenta muchas veces coincidimos, pues jugamos lo mismo o con los mismos juguetes y
nos vestimos con la misma ropa o parecida. En caso de que los niños mencionen diferencias en
sus órganos sexuales, es importante que los llamen por su nombre: pene y vulva. Comentamos
que hombres y mujeres son personas que tienen las mismas oportunidades de jugar, estudiar,
trabajar, demostrar afecto, hacer las actividades del hogar, etc.
Recortamos la ficha y los niños pegan en una hoja de colores las partes de los cuerpos de la
niña y el niño en el orden correcto.
Cierre de la actividad
Conversamos en círculo sobre lo trabajado: “¿Qué les gusto más de la actividad?, ¿por qué?”.
Exhibimos los trabajos en el aula, a la altura de los niños, para que puedan mirarlos con
comodidad.
Antes de la actividad
Leemos con anticipación el cuento Moti, un perro especial para conocerlo y darle la entonación
adecuada, de tal forma que llame la atención de todos los niños. Ubicamos las mesas y las
sillas en círculo para que tengan un espacio cómodo al centro, donde puedan movilizarse con
seguridad. Para el momento de la narración, debemos tener a la mano el petate o los cojines
para los niños.
Desarrollo de la actividad
Jugamos a las escondidas
Les preguntamos a los niños si desean jugar a las escondidas. Elegimos el lugar adecuado
(dentro o fuera del aula). Es importante buscar a todos y sorprendernos y alegrarnos al encontrar
a cada uno. Eso los hace sentirse muy queridos e importantes.
Leemos juntos en forma dialogada
Invitamos a los niños a sentarse en un espacio cómodo (petate, cojines, etc.) para escuchar
el cuento Moti, un perro especial (ficha 4A, pág. 15). Para motivar sus predicciones, les
preguntamos: “¿Por qué creen que será un perro especial?”. Luego de escuchar sus opiniones,
les leemos la narración. Antes, durante y después de la lectura, vamos haciendo pausas y
planteando interrogantes de tipo literal, inferencial y crítico que permitan a los niños anticipar o
elaborar sus hipótesis. Les entregamos la ficha 4B (pág. 17) y realizamos preguntas. Algunas
literales pueden ser: “¿Qué animal es Moti? ¿Qué diferencias observas entre los perros? ¿Son
iguales o diferentes: un perro peruano, un pastor alemán, un sabueso y un labrador?”. Entre las
inferenciales, podemos sugerir: “¿Cómo crees que se sintió Moti cuando…? ¿Qué crees que
pasará? ¿Qué hubieras hecho en el lugar de Moti?”. Y la pregunta de tipo crítico podría ser:
“¿Crees que los otros perros debieron recibir a Moti de esa manera?”.
Conversamos acerca de que todos somos especiales y que hay cosas que hacemos bien, por
ejemplo: dibujar, jugar fútbol, jugar vóley, crear muñecos, etc. Escuchamos con atención a los
niños y resaltamos la idea de que cada uno de nosotros tenemos habilidades diferentes y por
eso somos importantes.
Trabajamos con la ficha
Invitamos a los niños a realizar un dibujo en la ficha 5 (pág. 19), donde den a conocer lo que
saben hacer mejor. Luego nos acercamos a cada uno y le ayudamos a escribir su nombre y su
edad. Finalmente, escribimos lo que el niño nos dicta acerca de qué cosa hace mejor.
Cierre de la actividad
Conversamos en círculo sobre lo trabajado: “¿Qué les gustó más de la actividad?, ¿por
qué?”. Exhibimos los dibujos en el aula, a la altura de los niños, para que puedan mirarlos con
comodidad.
22 GUÍA PARA DOCENTES
−¡Qué lindo día! ¡Hoy nos mudamos con mis tíos a una casa más grande! ¡Tendré nuevos
amigos y amigas!−. Moti no paraba de ladrar y saltar de emoción.
Apenas llegaron a la nueva casa, Moti bajó del carro rápidamente. Moviendo la cola y con
su bolsita de juguetes en el hocico, quería buscar a sus nuevos amigos.
Había una jauría de cachorros jugando en el parque. Moti le preguntó a su tío si podía ir a
jugar con ellos. “Claro, anda mientras nosotros vemos en qué lugar colocamos las cosas”,
le respondió su tío.
Moti se acercó sin dejar de mover la cola. Los cachorros, al verlo, dijeron: “¡No te acerques!
¡Qué te ha pasado! ¡No tienes pelo! No eres como nosotros que tenemos un pelo sedoso
y suave. Tú eres todo rugoso”.
Inmediatamente, la colita de Moti comenzó a caer. Se puso triste. Se dio media vuelta y se
estaba yendo, cuando se dijo a sí mismo: “¿Por qué me voy a dejar vencer tan fácilmente?”.
Y regresó nuevamente moviendo la cola.
Entonces, Moti se acercó a los cachorros y les preguntó directamente: “¿Por qué ustedes
tienen pelo?”.
El pastor alemán respondió muy orgulloso: “Yo lo tengo porque puedo guiar a los ciegos.
Por mi largo pelaje, se pueden coger de mí…”. Luego, cambiando de actitud, agregó:
“Aunque, pensándolo mejor, muchos de ellos usan una correa, así que no necesitarían mi
pelaje”.
La sabuesa continuó: “Bueno, en realidad, el pelo me cuida del frío cuando ayudo a
encontrar, con mi excelente olfato, a personas o animales perdidos”.
Y el labrador manifestó: “Yo soy un buen nadador, por ello he podido salvar a personas que
se estaban ahogando en mares y ríos, ya que mi pelo es resistente al agua”.
Moti, finalmente, dijo: “Yo soy un perro peruano sin pelo. También me llaman viringo, chono,
q’ara o calato. Así como ustedes ayudan a los demás, yo puedo jugar con los niños que
tienen alergia, ya que no tengo pelo. Mi piel es caliente, por eso no tengo frío y puedo
dar mi calor a las personas que lo necesitan. Además, como todos ustedes, soy un buen
amigo y muy fiel… ¿qué les parece si jugamos?”.
Los nuevos amigos, admirados del valor de Moti, dijeron: “¡Sí, juguemos todos juntos!”.
¡Y colorín colorado muchos amigos he encontrado!
Antes de la actividad
Solicitamos a los familiares que envíen la historia del nombre de sus hijos, escrita en un pequeño
papel.
Preparamos tarjetas de cartulina con los nombres de los niños, que escondemos en diferentes
lugares del aula.
Desarrollo de la actividad
Encontramos nuestros nombres
Los niños y las niñas buscan en el aula las tarjetas con sus nombres. Una vez que las encuentran,
les preguntamos: “¿Cómo se dieron cuenta de que era su nombre?”. Luego conversamos en
función de lo siguiente: “¿Todos tenemos un nombre? ¿Por qué? ¿Quién nos pone nuestros
nombres?”. Escuchamos con atención sus respuestas y absolvemos las preguntas que surjan
de los niños.
Llamar a cada niño por su nombre es la mejor forma de mostrarle respeto y cariño.
Jugamos a reconocer nuestros nombres
Ubicamos a los niños en círculo. Los motivamos para que cada uno enseñe la tarjeta que tiene
su nombre, lo diga y lo acompañe con palmadas, tal y como suena; por ejemplo:
Nombre: Ro-sa Ji-me-na A-drián
Palmadas: x x x x x x x
A continuación, les pedimos que se ubiquen en dos filas y que, por turnos, avancen dando
pasos para formar sus nombres; luego, que cuenten los pasos y comparen cuál es el nombre
más largo y cuál, el más corto.
También podemos realizar comparaciones al escribir los nombres en la pizarra o presentarlos
en la tarjeta. Para ello, hacemos referencia a la letra con la que empieza o con la que termina:
“¿Cuáles empiezan con la misma letra? ¿Cuáles terminan con la misma letra?”. Asimismo,
podemos ordenar las tarjetas de los nombres de los niños de acuerdo con su longitud: “¿Cuántas
letras tiene tu nombre?”. Esto lo podemos realizar por mesas y, luego, en un grupo grande.
Trabajamos con la ficha
Les entregamos la ficha 6 (anexo troquel, pág. 251) para que en ella copien su nombre de la
tarjeta que cada uno encontró al principio de la actividad. Para ello, utilizan las letras móviles
Cierre de la actividad
Colocamos en una caja las historias de los nombres de cada niño y, por sorteo, las vamos
sacando. Se llama al niño que le corresponde y la educadora lee, con mucho interés, lo enviado
por sus familiares. Como son varias historias, se podrán utilizar varios días para leerlas todas.
Al final de cada lectura, todos los niños del salón agradecerán al niño llamándolo por su nombre.
Por ejemplo: “Muchas gracias, Mario”.
La identidad positiva en los niños se construye principalmente a partir de las expresiones no
verbales: mirada, gesto del rostro, actitud corporal de los adultos significativos: papá, mamá,
profesores, abuelos.
Antes de la actividad
Preparamos tarjetas de cartulina con los nombres de los niños.
Desarrollo de la actividad
Jugamos con los nombres de nuestros amigos
Repartimos las tarjetas de cartulina con los nombres de cada niño que se utilizaron en la actividad
anterior. En cada mesa, el niño o la niña dirá su nombre y mostrará su tarjeta a sus compañeros.
Después de que todos hayan visto los nombres de sus amigos, les entregamos el anexo troquel
(págs. 241-246) para que jueguen a escribir los nombres de todos usando las letras móviles.
Por ejemplo:
MARIO M A R I O
Observamos atentamente
Al usar las letras móviles pueden darse cuenta del orden de las letras y de que cada una de ellas
tiene un nombre. Así, los niños dicen “Mario comienza con M”. Más adelante, pueden reconocer
las letras y los sonidos de los nombres de sus compañeros de grupo, llegando a establecer
relaciones. Por ejemplo: “María” comienza igual que “Mariana” y “pelota” comienza con la “p”
de “Pedro”. Podemos preguntarles en qué se parecen los nombres en su grupo y en qué son
diferentes. Los niños y las niñas aprenden no solo la escritura convencional de los nombres de
cada uno y de los demás, sino también el nombre de las letras.
Trabajamos con la ficha
Entregamos la ficha 7 (pliego, pág. 289) para que cada uno pegue las letras móviles formando
su nombre y el de tres compañeros. Reforzamos la idea de que cada letra se coloca de izquierda
a derecha y de que el siguiente nombre se pega debajo. Es importante brindar a cada niño el
mayor acompañamiento posible para que sienta la seguridad necesaria que le ayude a persistir
con satisfacción en la actividad.
Cierre de la actividad
Colocamos en el sector “Mis trabajos” las fichas de cada niño para que las puedan ver y hacer
comparaciones si ellos lo desean.
Antes de la actividad
Elaboramos dos papelógrafos con los cuadros de doble entrada que se utilizarán en la actividad
para registrar el color que le gusta y no le gusta a cada niño. (Ver anexos: Para ingresar la
información / Encuesta “Color que me gusta o no me gusta”).
Desarrollo de la actividad
Jugamos “Ha llegado una carta”
Disponemos el espacio para que los niños estén sentados en círculo, sin que sobre ninguna
silla. El juego consiste en que la educadora dice: “Ha llegado una carta”, luego los niños
preguntan: “¿Para quién?” y la educadora responde: “Para todos…” (agregando, por ejemplo:
“… los que tienen polo rojo”, “… los que tienen zapatillas blancas”, “… los que tienen ganchos
de pelo negros”, “… a los que les gusta el color rosado”, “… a los que les gusta el color verde”,
“… a los que les gusta el color azul”, etc.). Dicho esto, los niños y las niñas que cumplen
con la característica señalada por la educadora deben levantarse y sentarse en otra silla. Este
momento es aprovechado por ella para sentarse en una de las sillas. Quien queda de pie sigue
conduciendo el juego y así, sucesivamente, hasta completar la participación de la totalidad de
los niños.
Decimos qué colores nos gustan
A partir del juego, conversamos sobre los colores que nos gustan y no nos gustan. Les
comentamos que existen diversos colores en los elementos de la naturaleza (árboles, flores,
animales, etc.), en las cosas (ropa, adornos, etc.) y que a cada uno nos agradan o no algunos
de ellos, pues podemos tener gustos diferentes. Les mostramos a los niños el papelógrafo con
un cuadro de doble entrada (ANEXO: Para ingresar la información), en el que se anotarán con
palotes, en el espacio de cada color, cuáles son los colores que les gustan y los que no les
gustan.
Trabajamos con la ficha
Decimos a los niños que realizarán una encuesta a cuatro amigos. Les indicamos que deben
preguntar qué color les gusta y qué color no les gusta. Les demostramos lo que harán con
un ejemplo en el papelógrafo elaborado (ANEXO: Encuesta “Color que me gusta o no me
gusta”). Entregamos la ficha 8 (pág. 21), donde hay un cuadro de doble entrada, para que
cada niño pregunte a cuatro amigos cuál es el color que les gusta y cuál es el que no les gusta.
La educadora escribirá los nombres de los compañeros encuestados y los niños pintarán el
espacio con el color mencionado por cada amigo.
Cierre de la actividad
Colocamos las fichas producidas por los niños en el área “Mis trabajos” para que todos puedan
verlas. También, el papelógrafo de la educadora (ANEXO: Para ingresar la información).
Me gusta o no
COLORES QUE ME GUSTAN COLORES QUE NO ME GUSTAN
Colores
Me gusta o no
COLORES QUE ME GUSTAN COLORES QUE NO ME GUSTAN
Nombre de
cada niño*
Antes de la actividad
Recolectamos diversos objetos en una caja.
Desarrollo de la actividad
Jugamos a adivinar: ¿qué objetos son?
Llamamos a cada niño para que saque un objeto de la caja. Antes, el niño deberá adivinar de
qué objeto se trata.
Decimos qué cosas nos gustan
Luego les preguntamos, por ejemplo: ¿a quién le gusta la manzana?, ¿a quién le gusta leer un
cuento?, ¿a quién le gusta saltar soga?, ¿a quién le gusta jugar con la pelota?, ¿a quién le gusta
jugar con muñecas?, etc. Conversamos acerca de que puede haber semejanzas y diferencias
en los gustos.
Trabajamos con la ficha
Les decimos a los niños que dibujen en la ficha 9 (pág. 23) las cosas que más les gustan. Nos
acercamos a cada uno para anotar lo que el niño nos dicta.
Cierre de la actividad
Colocamos los dibujos en el área “Mis trabajos” para que todos los niños puedan verlos.
Antes de la actividad
Elaboramos, en un papelote, un bingo con cuadrados en blanco y tarjetas de útiles y acciones
de aseo.
Desarrollo de la actividad
Jugamos a bañar al bebé
Cada grupo “organiza” el baño del bebé y realiza este juego; no es necesario contar con todos los
insumos, ya que los niños pueden inventar sus propios útiles de aseo e incluso sus muñecos con
diversos materiales.
Conversamos sobre lo que hacemos
Nos acercamos a cada grupo y, mientras observamos el juego, dialogamos sobre lo que están
realizando. Cuando el juego termina y han ordenado los materiales, conversamos con los niños:
“¿Qué hicimos? ¿Les gustó el juego? ¿Qué útiles de aseo hemos utilizado? ¿Es importante cuidar
nuestro cuerpo? ¿Será importante lavarnos o bañarnos? ¿Qué ocurre si no nos lavamos o bañamos?”.
Trabajamos con la ficha
En la ficha 10A (pág. 25) observamos tarjetas de útiles de aseo y acciones de aseo. Las describimos
y conversamos sobre ellas, con base en las siguientes preguntas: “¿Qué están haciendo los niños?
¿Para qué sirven esos objetos? ¿Cuándo los usamos? ¿Por qué los utilizamos?”.
Los niños recortan las tarjetas de la ficha 10A (pág. 25) para pegar solo 12 en su cartón de bingo
(ficha 10B, pág. 27). Las que se peguen, una sobre cada cuadrado del bingo, serán las que
contienen los útiles de aseo que los niños más emplean en su hogar o las acciones que más
realizan. Así cada uno diseñará su cartón de bingo y habrá distintos cartones en el salón.
También les entregamos el anexo troquel (pág. 259), donde están las tarjetas troqueladas para
que las desprendan y dialoguen sobre aquellas que seleccionaron en su cartón de bingo. Cada
niño las guardará en una bolsa para llevarlas a su casa y comentarlas con la familia.
La educadora muestra el bingo que ella ha elaborado y comienza a sacar al azar cada tarjeta. Una
por una las va mostrando a los niños para que vean si las tienen en su cartón de bingo. Cada vez
que muestra una tarjeta, los niños colocan una pequeña piedra, semilla o bola de papel sobre la
figura si es que la tienen. Cuando completan su cartón, avisan a la educadora diciendo: “¡Bingo!”.
Cierre de la actividad
Observamos en el salón si hay un sector de aseo. Preguntamos a los niños: “¿Qué nos faltaría en
nuestro sector de aseo para que podamos cuidar mejor nuestra higiene? ¿Por qué es importante cuidar
la higiene de nuestro cuerpo?”. Acordamos juntos mejorar la implementación de dicho sector del aula.
Señalamos y fomentamos la importancia de los hábitos de higiene, como el lavado de manos y
dientes.
30 GUÍA PARA DOCENTES
Antes de la actividad
Acomodamos, en un espacio al aire libre, materiales de psicomotricidad, latas firmes, riel de
equilibrio, listón de madera, etc., para hacer circuitos.
Desarrollo de la actividad
Jugamos “Cruzando el río”
En el patio acomodamos un palo, un riel o un tronco que simulará un puente. Luego colocamos
algunas latas firmes como si fueran las piedras del río que los niños cruzarán, cuidando de no
caerse y manteniendo el equilibrio.
Cuando todos los niños han completado el circuito, conversamos en torno a las siguientes
preguntas: “¿Cómo hicieron para no caerse? ¿Cómo se cuidaron? ¿Qué partes de su cuerpo
tuvieron que balancear? ¿Qué hubiera pasado si se caían?”. Comentamos que al cruzar
“imaginariamente el río” hemos tomado precauciones para no caernos.
Conversamos acerca de los objetos peligrosos
Dialogamos sobre la importancia de cuidarnos siempre de los peligros. Así, en el jardín o
programa, ¿qué objetos peligrosos podemos encontrar? Por ejemplo: los enchufes, las tijeras,
si hay juegos oxidados, etc. También en nuestra casa, ¿existirán objetos peligrosos? Les
comentamos que sí, como una vela encendida que nos puede quemar, un cuchillo o machete
con el que nos podemos cortar, una fruta que comemos sin lavar o con las manos sucias y
que nos puede causar dolor de estómago, enchufes o cables de electricidad que nos pueden
electrocutar, líquidos o polvos que no sabemos para qué son, etc. Permitimos que los niños
comenten y los escuchamos atentamente.
Trabajamos con la ficha
Les entregamos a los niños la ficha 11 (pág. 29) y el anexo de autoadhesivos (pág. 273). En la
columna con el símbolo “pare” (rojo) de la ficha, pegan los elementos de los cuales se deben
cuidar; en la columna con el símbolo “siga” (verde), los elementos que no son peligrosos.
Estemos atentas por si hay alguna duda por parte de los niños para responderla.
Cierre de la actividad
Conversamos sobre las cosas que han colocado en la columna de peligro y lo que deben hacer
para evitarlas. Colocamos las fichas producidas en el sector “Mis trabajos”.
Desarrollo de la actividad
Mostramos una historia
Les mostramos una secuencia de la ficha 12A (pág. 31), en la cual unos niños están jugando
en el parque y se acerca una persona extraña a ofrecerles caramelos para que se vayan con
ella. Les pedimos a los niños que describan la historia. Los escuchamos con mucha atención y
luego les preguntamos: “¿Qué harían ustedes? ¿Cómo reaccionarían? ¿Aceptarían los carame-
los? ¿Qué podría pasar si nos vamos con esa señora desconocida?”. Conversamos sobre las
situaciones que nos ponen en peligro. Tomando en cuenta sus respuestas, reforzamos la idea
de que debemos cuidarnos de las personas que hacen daño a los niños.
No califiquemos sus opiniones. Es importante crear un clima cálido en el aula, de confianza y
apertura, en el cual cada niño se pueda expresar sin miedo, con espontaneidad, y donde los
niños no se sientan censurados.
Trabajamos con la ficha
Repartimos la ficha 12B (pág. 33), en la que hay dos posibles finales de la secuencia presentada
en la ficha 12A. Analizamos con ellos ambos dibujos: en uno, sí aceptan los niños y se van con la
persona desconocida; en otro, dicen “no” y se van con sus familiares. Comentamos, luego, las
dos posibles consecuencias. Los niños recortan y pegan la escena correcta; además, colocan
un aspa o cruz encima de la que no deben elegir.
Se refuerza la idea de que es importante saber decir “no” cuando hay alguna situación que no
nos gusta; en cuyo caso, debemos acudir, inmediatamente, a las personas en quienes confiamos.
Recordemos decir a los niños que siempre es importante contarle a una persona que los quiere
mucho: las cosas buenas o malas que les pasan. No deben quedarse callados.
Algunas veces, ante un extraño, los niños posiblemente no dirán la palabra “no”; por tal razón,
siempre se les debe enseñar que la acción adecuada es apartarse e ir hacia las personas en quie-
nes confían. Es decir, la verbalización (“no”) podrá ir o no acompañada de la acción (“alejarse”).
Cierre de la actividad
Los niños se llevan la ficha 12A para conversar en casa acerca de estas situaciones y sobre lo
importante que es saber decir “no” o alejarse de las personas peligrosas.
32 GUÍA PARA DOCENTES
Antes de la actividad
Conversamos con los familiares para informarles que los niños trabajarán el tema “familia” y
para coordinar con ellos de qué manera se enfocará este asunto.
Elaboramos un papelógrafo con la canción El niñito, donde colocamos imágenes para que los
niños puedan reconocer los objetos y luego “leer” la canción.
Desarrollo de la actividad
Cantamos con los niños la canción El niñito. Utilizando el papelógrafo, “leemos” mientras vamos
cantando. Los niños pueden crear sus propios movimientos para acompañar la canción.
Cierre de la actividad
Armamos un mural con los dibujos de todas nuestras familias. Entre todos, buscamos un título,
lo escribimos en una tira de cartulina y lo colocamos en la parte superior del mural. Podemos
contar cuántos miembros de la familia hay en cada dibujo, comparamos quiénes tienen las
familias más numerosas y quiénes, las menos numerosas. Comentamos que las familias son
diferentes. Lo importante es sentirnos felices de ser parte de ella y de compartir momentos
juntos.
Antes de la actividad
Usamos los títeres de dedo con su teatrín de madera o la familia Ayllumi que tenemos en el
aula, distribuidos por el Ministerio de Educación, o elaboramos unos títeres de paleta con los
personajes de una familia que puedan ser usados en el teatrín. Adecuamos un espacio cómodo
para que todos los niños puedan ver la representación.
Desarrollo de la actividad
Conocemos la historia de una familia
Les damos a los niños los títeres o los muñecos de la familia Ayllumi y les pedimos que, por
grupos, se organicen y jueguen a crear una historia familiar. Los dejamos en libertad para que
cada grupo cree su propia historia.
El tema de la familia es sensible para los niños, sobre todo cuando no viven con alguno o
ambos padres. Mostremos una actitud abierta y de respeto para cada historia familiar. Así
como cada uno es diferente, las familias también son diferentes.
Escuchamos con atención las opiniones de los niños y respondemos a sus dudas.
Elaboramos nuestros títeres
Les comentamos que ellos también pueden elaborar sus títeres y dibujar a los familiares que
deseen, así como un pequeño teatrín para que puedan jugar.
Trabajamos con la ficha
Entregamos a los niños los anexos troquelados (ficha 2, págs. 267 y 269), donde hay cuatro
siluetas de personas. Los niños pueden dibujar en ellas a los miembros de su familia que
deseen. Luego los colorean y los adornan con lana, hilos, papeles de colores, etc. Después
los pegan en cartulinas y los recortan. Una vez recortados, los aseguran con goma en palitos
de chupetes. En los mismos anexos hay un teatrín, que pegan en una cartulina y recortan por
donde corresponde.
Cierre de la actividad
Los niños juegan libremente con sus títeres. Demos plena libertad para que jueguen solos o se
unan a otros niños. Es importante que escuchemos con atención y apertura los diálogos, ya que
cada uno puede reflejar su propia historia. Lo importante es propiciar un clima de respeto. Si
observamos situaciones de violencia o maltrato, podemos conversarlo con los niños o en forma
privada si fuese necesario.
Antes de la actividad
Enviamos una nota a los familiares para que conversen con los niños sobre el trabajo de un
miembro elegido de la familia y un objeto característico de su labor. Les enviamos la ficha 3A
(pág. 39) para que el niño la complete con apoyo de su familia. (Dibujo del trabajo que realiza.
¿Cómo se llama el trabajo que realiza? ¿Qué actividades realiza? ¿Lo que más le gusta de su
trabajo?).
Desarrollo de la actividad
Conversamos con los niños
Les recordamos a los niños que ya habíamos conversado acerca de la realización de esta
actividad. Ahora, gracias a la información proporcionada por sus familiares, cada uno nos va
a contar en el aula lo que ha podido averiguar sobre el trabajo que realiza un miembro de su
familia y algún objeto que se utiliza en dicho trabajo. Exponen tres niños por día.
Recordamos las normas de convivencia
Les recordamos las normas acordadas con ellos para respetar al niño que presenta su trabajo
(por ejemplo: escuchar con atención, levantar la mano cuando se quiere preguntar, etc.).
Conocemos el trabajo de un familiar
Nos ubicamos cerca del niño que expone. Si es necesario, agarramos su ficha 3A (pág. 39) o la
pegamos en un lugar cercano a él, de manera que el niño la pueda ver mientras cuenta a sus
compañeros lo que ha podido averiguar del trabajo del miembro de su familia elegido.
Luego de su exposición, podrá responder preguntas de sus compañeros. Seguidamente, coloca
su ficha en un mural denominado: “Los trabajos de nuestras familias”.
Trabajamos con la ficha
Les entregamos la ficha 3B (pág. 41), en la que pueden dibujar los trabajos que más les llamaron
la atención de la exposición de sus compañeros. También reciben autoadhesivos (anexo, pág.
277), con figuras de diversos trabajos para que ilustren su ficha.
Disponemos el ambiente del aula, de manera que quede libre de mesas y sillas. Buscamos
material que les permita a los niños disfrazarse para una dramatización.
Desarrollo de la actividad
Conversamos acerca de cómo ayudamos en casa
Preguntamos qué podemos hacer nosotros para ayudar en nuestra familia. Escribimos en un
papelote todas las respuestas que nos pueden dar; por ejemplo: desyerbar, ayudar a limpiar,
recoger los platos, poner la mesa, recoger la ropa, regar las plantas, ordenar mi cuarto, darle de
comer a la mascota, etc.
Cierre de la actividad
Los niños comentan a sus familiares el compromiso que han asumido para ayudar en casa.
Antes de la actividad
Enviamos una nota a los familiares para invitarlos a jugar con los niños. Les adelantamos que
deben recordar algunos juegos de su niñez.
Desarrollo de la actividad
Contamos cómo jugábamos
De manera voluntaria, uno o dos de los familiares invitados cuentan cómo jugaban cuando eran
niños (rayuela o mundo, matatirutirulá, que pase el rey, la pesca, la chapada, etc.). Los invitados
proponen a los niños que elijan dos de los juegos que ellos comentaron para jugar en el aula o
en el patio.
Jugamos a los juegos de nuestra familia
Los niños eligen algunos juegos. Según el que hayan elegido, los invitamos a formar grupos
para jugar.
Luego les preguntamos cómo se sienten, si les gustó, ¿cuál les agradó más?, ¿juegan así en
casa con su familia? Es importante que el niño sienta que sus comentarios e ideas son valorados
por sus compañeros y educadora.
Trabajamos con la ficha
Comentamos a los niños y a los invitados que vamos a elaborar un juego de mesa para jugar con
nuestros familiares y amigos (si en caso no asisten algunos familiares, igualmente integramos
a todos los niños). Se sientan en grupos y entregamos las fichas 5A (pág. 45) y 5B (pág. 47),
así como unas semillas. Les preguntamos si se imaginan de qué se trata. Les leemos las reglas
del juego (anexo: “Divirtiéndonos en familia”). Los niños recortan las tarjetas con ayuda de sus
familiares. Luego empiezan a jugar, avanzando los casilleros que indica cada tarjeta y ubicando
el lugar que ocupan, primero, segundo, tercero y así, sucesivamente, hasta la quinta posición.
Ponemos énfasis en señalar quién está primero y quién está último, así como en la importancia
de cumplir con lo que nos pide hacer cada tarjeta. Terminado el juego, comentan si se divirtieron
al jugar. Recalcamos que vale equivocarse o perder y que lo importante no es ganar, sino
compartir, divertirse y disfrutar.
Con ayuda de los adultos, los niños escriben sus nombres en la parte posterior de cada tarjeta.
ANEXO
Divirtiéndonos en familia
Reglas del juego
Antes de la actividad
Conversamos con los familiares para conocer la realidad de los niños con quienes trabajamos.
Les preguntamos si tienen algún familiar lejos.
Adecuamos un espacio acogedor con cojines, petates o alfombra para conversar con los niños.
Elaboramos dos papelógrafos. Uno con las siguientes preguntas:
Querido(a): _______________________
Quiero decirte:
Firma: ____________________
Conforme van adivinando, vamos mostrándoles los juguetes, sobre los cuales conversamos
al concluir: ¿para qué sirven?, ¿con cuál les gusta jugar?, ¿cómo se juega con ellos?, ¿de qué
material son?, etc. Les proponemos elaborar algunos juguetes para divertirnos.
Mostramos una lámina
Entregamos a los niños la lámina (ficha 6A, pág. 49) y les pedimos que nos digan qué es lo
que observan. Luego de escuchar sus predicciones, les preguntamos: “¿A quiénes ven en los
dibujos? ¿Quiénes están en el primer dibujo? ¿Y en el segundo dibujo? ¿Qué creen que dice
debajo de los dibujos?”. Les comentamos que el niño de las imágenes se llama Joaquín. Él vivía
con su mamá, papá, abuelo y hermana. Debido a su trabajo, su papá tuvo que viajar muy lejos.
Por eso, su abuelo ahora lo lleva al jardín. Joaquín siempre conversa con su papá, pero esta vez
desea escribirle una carta para decirle qué cosas le gustan, qué cosas no le gustan y cuánto lo
quiere. “¿Qué opinan ustedes?”. Escuchamos la opinión de los niños.
Conversamos sobre las experiencias de los niños
Les preguntamos si tienen algún familiar que esté lejos. Los escuchamos con mucha atención y
absolvemos sus dudas. Si responden que sí, les preguntamos si quieren escribirle una carta. Si
el niño así lo desea, lo podrá hacer; pero puede que prefiera escribir a otra persona. Este tema
es muy delicado y debe ser manejado con mucha prudencia y respeto por la educadora. Los
niños deben sentirse acogidos y escuchados en todo momento.
Planificamos
Luego de escuchar sus opiniones y sentimientos, hacemos las siguientes preguntas y anotamos
las repuestas de todos los niños en el papelógrafo: ¿A quién le vamos a escribir? (A papá,
mamá, abuelo, tía, amigo, etc.). ¿Por qué vamos a escribir? (Porque lo extrañamos, porque
queremos que sepa de nosotros, etc.). ¿Para qué vamos a escribir? (Para que sepa cuándo
nos sentimos alegres o tristes y cuánto lo queremos).
Hacemos el texto
Mostramos a los niños el papelógrafo con el esquema de la carta. Les vamos leyendo su
contenido. Mientras decimos una frase, vamos llenando el modelo con lo que ellos dicen. Por
ejemplo: “Estoy muy alegre cuando... me dices cosas bonitas, me llevas a pasear, tú estás
GUÍA PARA DOCENTES 41
Cierre de la actividad
Les leemos a cada niño su carta, que luego la guarda en un sobre para que pueda ser enviada
a su familiar, amigo, etc.
Antes de la actividad
Recortamos los papeles de colores para cada niño.
Desarrollo de la actividad
Establecemos algunas pautas de trabajo
Mantenemos un ambiente de silencio para iniciar la observación de las imágenes (ficha 7A,
pág. 55). Les indicamos que esta observación se orienta de arriba abajo y de izquierda a
derecha. Esto permite que los niños tengan la misma organización espacial para la lectura de
textos escritos.
Observamos imágenes
Entregamos la ficha 7A (pág. 55). Les pedimos que observen las imágenes que hay en ella y
conversamos con los niños en función de las siguientes preguntas: “¿Qué observamos en las
escenas? ¿Qué creen que habrá sucedido? ¿Por qué los niños están molestos? ¿Por qué creen
que los niños están alegres?”. Les comentamos que los niños de las imágenes son hermanos y
a veces se pelean; pero, también, muchas veces están contentos.
Escuchamos sus experiencias con sus hermanos
Escuchamos sus experiencias: “¿Ustedes tienen hermanos? ¿Qué hacen juntos? ¿Qué pasa
cuando se pelean?”. Les explicamos que seguramente muchas veces se pelean; pero que
los problemas lo deben resolver hablando. Es mejor estar alegres compartiendo sus juegos y
juguetes.
Trabajamos con la ficha
Les comentamos que los hermanos que están en cada escena (ficha 7A, pág. 55) tienen a
tres gatos hermanos como mascotas. Cada vez que los ven jugar alegres, los gatos se ponen
contentos; pero cuando los ven pelear, se ponen tristes y molestos.
Los niños elaboran tres gatos, en los que cada uno tiene la cara con una expresión diferente
(triste, molesto, alegre). Les entregamos tres papeles (cada uno de 10 x 10 cm) de diversos
colores y les mostramos, paso a paso, cómo se hace la cabeza de un gato (instrucciones,
ficha 7B, pág. 57). Debemos esperar el ritmo y el tiempo de los niños para avanzar. Nos
acercamos a sus mesas para corroborar que están trabajando adecuadamente y respondemos
las preguntas que surjan. Luego, debajo de las escenas, pegan cada cara de gato con
la expresión dibujada por el niño (triste, molesto y alegre), uniéndolas con una línea donde
corresponde: triste y molesto para la escena de pelea y alegre para la escena de juego.
Antes de la actividad
Copiamos en un papelote la letra de la canción que vamos a utilizar con los niños y colocamos
a su alcance los instrumentos musicales del módulo de materiales del Ministerio de Educación.
Desarrollo de la actividad
Cantamos una canción
Cantamos con los niños la canción Hagamos amigos u otra que ellos conozcan y que se relacione
con el tema de la amistad; de preferencia, en su lengua materna. Podemos jugar con la letra de la
canción, cambiar la letra y bailar en parejas, en ronda, levantando los brazos hacia arriba, hacia
un lado y hacia otro lado, cantarla rápido o lento, sin decir la palabra “amigos”, acompañarla con
instrumentos musicales, etc.
Cierre de la actividad
Pedimos a los niños que nos comenten, observando su hoja, en qué lugar del patio han pegado
cada uno de los objetos. Les recordamos utilizar: arriba, abajo, dentro de, fuera de, delante de,
detrás de, lejos de, cerca de, al lado de, en medio de.
Podemos utilizar este material en otras ocasiones, intercambiando los trabajos de los niños, para
que se ubiquen reconociendo las posiciones.
Antes de la actividad
Preparamos los animales de plástico, ya sean salvajes o de granja, del Ministerio de Educación
para que en parejas puedan agruparlos. Además, un papelote o una pizarra para anotar las
ideas de los niños.
Desarrollo de la actividad
Conversamos sobre nuestros amigos
La educadora les comenta a los niños que ella tiene una amiga a quien quiere mucho. Cuando
eran pequeñas, jugaban juntas. Como a una le gustaba jugar a las carreras y a la otra le gustaba
jugar a las escondidas, se turnaban en el juego. A la hora de elegir comer algo, también a una
le gustaba el chocolate, mientras que a la otra le gustaba el caramelo. Pero igual se querían
mucho y estaban la mayoría del tiempo juntas. La educadora pregunta: “¿Ustedes tienen
también amigos a quienes les gustan cosas iguales o diferentes? ¿En qué se parecen? ¿En qué
se diferencian?”. Escuchamos con atención sus comentarios.
Observamos las imágenes
Les repartimos a los niños la ficha 1A (pág. 61). Luego les pedimos que la observen y nos digan:
“¿Cómo es el texto? ¿Lo podremos leer? ¿De qué trata? ¿Por qué piensan eso? ¿De quién se
habla? ¿Qué hacen ellos?”. Anotamos algunas ideas principales en el papelote o en una pizarra.
Leemos las imágenes del cuento
Leemos las imágenes del pictograma con los niños (ficha 1A, pág. 61) y luego les preguntamos:
“¿Qué nos dice el texto? ¿Cuáles son los personajes? ¿Qué pasaba con Pepe? ¿Qué le gustaba
a Pepe? ¿Qué le gustaba a Marta? ¿En qué era bueno Pepe? ¿Por qué Marta no quiso comer la
manzana que le invitó Pepe? ¿Por qué crees que Pepe y Marta se hicieron amigos?”. Reforzamos
la idea de que hay cosas que nos gustan y otras que no, y que es válido decir “no” si así lo
creemos conveniente.
Comparamos las hipótesis planteadas por los niños al inicio de la lectura con las respuestas
que dan después de ella. Les preguntamos quién quiere “leer” el texto a los compañeros, los
demás escuchan con atención. Elegimos con los niños un título para el cuento, lo anotamos en
la pizarra y ellos lo escriben en su ficha.
Cierre de la actividad
Cuando todos terminan su trabajo, los que desean pueden compartir sus dibujos y comentarlos.
FICHA
Antes de la actividad
Para realizar esta actividad, es importante que observemos las conductas espontáneas de ayuda,
interés por los demás, cooperación y simpatía que realizan cotidianamente los niños, tanto en
el aula como fuera de ella, en diferentes momentos (en el recreo, al ingerir sus alimentos, en el
juego libre, en los sectores, etc.).
Consideramos y resaltamos las conductas en beneficio del otro que se dan de manera natural y
espontánea en los niños y las niñas, pues son valiosas oportunidades de aprendizaje para todo
el grupo.
Las conductas prosociales permiten el desarrollo de la empatía y favorecen la convivencia
armónica entre todos. Son comportamientos en pro del otro y pueden ser de ayuda, consuelo,
colaboración, etc.
Desarrollo de la actividad
Observamos situaciones espontáneas
Cuando hemos observado que un niño ha consolado a otro que está llorando porque se cayó,
podemos esperar que termine la situación para ayudarle a consolar a su compañero y felicitar
al niño que consolaba por el bonito gesto que acaba de realizar. Además, le comentamos que
hablaremos de eso en el aula, ya que es importante que en situaciones difíciles nuestros amigos
nos ayuden. De esta forma aprendemos a ser solidarios.
Las conductas prosociales son aquellas que se realizan en favor de los otros; pueden ser:
ayudar, consolar, invitar, acompañar, etc. La empatía es una capacidad que se aprende
cotidianamente. Aprovechemos las situaciones espontáneas de ayuda, colaboración,
consuelo, etc., que se presenten en el aula como situaciones pedagógicas.
Conversamos sobre lo observado
Ese mismo día hacemos notar al grupo la situación que se ha vivido y, sentados en círculo,
conversamos sobre lo ocurrido. Podemos comenzar felicitando al niño por la actitud solidaria
con su compañero y le pedimos que comente al grupo lo que pasó. “¿Qué sucedió? ¿Qué
ocurrió con tu compañero? ¿Cómo te sentiste al consolarlo?”.
Es importante que el niño que fue consolado cuente también lo sucedido. A él podemos
preguntarle: “¿Qué sucedió? ¿Por qué estabas llorando? ¿Qué hizo tu amigo para que no sigas
llorando? ¿Cómo te sentiste con lo que hizo tu amigo?”.
Cierre de la actividad
Buscamos un lugar especial del salón para colocar sus dibujos. Podemos elegir con los niños
un nombre para este espacio, escribirlo en un letrero y colocarlo en el aula.
Durante las actividades diarias, estaremos atentas a la aparición de estas conductas prosociales
(ayudar, consolar, invitar) para reforzarlas. Si nuevamente otro niño consuela a un compañero,
hacemos notar la acción positiva a los demás niños; cuidando de no exponerlos excesivamente.
Recordemos que lo importante de este tipo de conductas es que se den espontáneamente. Sin
embargo, podría ocurrir que algunos niños encuentren en esta situación una manera de atraer
la atención de la educadora y digan: “Mira, estoy consolándolo, se ha caído”, “Fíjate, yo también
lo consuelo”… De darse el caso, les hacemos saber que siempre estamos atentas a lo que ellos
hacen, que está muy bien consolar, pero no para que lo miren a uno, sino porque se demuestra
preocupación por el otro.
Ante otras situaciones de ayuda, cooperación, consuelo y simpatía protagonizada por algún
niño o niña, podemos realizar actividades similares para que los niños fortalezcan el desarrollo
de las habilidades prosociales.
Una vez que los trabajos hayan estado expuestos por un tiempo en el salón, hacemos con ellos
la carátula de “Mi álbum especial”, donde guardamos los dibujos de las situaciones prosociales
observadas, que fueron trabajadas de manera similar a la de consolar. Podemos incrementar
el álbum a medida que observemos otras conductas del mismo tipo; por ejemplo: invitar al
compañero, ayudar, prestar, etc.
Antes de la actividad
Prevemos los materiales y la disposición de sillas y mesas para tener espacio libre al centro del
aula. Elaboramos un papelógrafo con la canción escrita.
Desarrollo de la actividad
Entonamos una canción
Cantamos con los niños la canción Pinky Pinky araña. Los niños realizan movimientos con el
cuerpo y las manos de acuerdo con la canción:
Si son pocos niños, la madeja puede regresar, indicando que cada uno recuerde quién le tiró la
madeja y que se la devuelva; si son muchos, la educadora regresará la madeja hasta el lugar
donde ella comenzó. Durante todo el juego, alentamos la expectativa, el interés, la alegría y
profundizamos las nociones espaciales.
Cierre de la actividad
Colocamos las fichas producidas por cada niño y niña en el sector “Mis trabajos”. Establecemos
un momento de diálogo, en el que incidimos en la ruta que siguió la madeja y recordamos las
relaciones espaciales.
Antes de la actividad
Elaboramos con anticipación la plastilina casera de acuerdo con la receta presentada (ficha 5A,
pág. 69). Recordemos que si la vamos a guardar, debemos hacerlo en una bolsa plástica y en
la refrigeradora.
Desarrollo de la actividad
Jugamos al “abrazo colectivo”
Todos bailamos por el aula o el patio al ritmo de la música. Cuando esta se detiene, cada niño abraza
a otro. Se reinicia la música y volvemos a bailar (si lo desean, pueden bailar con el compañero
que abrazaron). La siguiente vez que la música se detiene, se abrazan tres niños; luego, cuatro y
así, sucesivamente, el abrazo se va haciendo cada vez mayor. En cada oportunidad en la que se
abrazan, ellos dicen: “¡Y ahora cuántos somos!”. Con nuestra ayuda, cuentan y forman grupos
hasta de nueve niños, relacionando el número y la cantidad en forma oral, hasta llegar al final, en
el cual todos nos abrazamos juntos. Nuevamente suena la música, bailamos y cuando se detiene,
nos juntamos con el compañero que está a nuestra derecha para trabajar.
Si algún niño no se siente cómodo al realizar este juego, no debemos obligarlo. Jugar es una
actividad libre y placentera para el niño. Es también una oportunidad para reducir tensiones
y evitar el desagrado.
Aprendemos a hacer plastilina
Les entregamos a los niños la ficha 5A (pág. 69), en la que hay un instructivo para hacer plastilina.
Asimismo, reciben los ingredientes por mesa. Ellos, junto con la profesora, nombran primero los
ingredientes y luego realizan, poco a poco, la preparación. Permitimos que el niño elija el color
de su plastilina y que la amase.
Modelamos juntos
Entregamos a cada niño una tabla de madera, de triplay o un cartón grueso y la plastilina que
elaboraron. Pueden compartir entre ellos pedazos de sus plastilinas para que tengan diversos
colores. Los motivamos para que piensen en algo que les guste y que quieran modelar. Indicamos
el tiempo que tenemos para realizar el trabajo y les decimos que vayan pensando en el nombre
que le pondrán a su obra. Los niños aprenden al jugar.
Nos desplazamos por las mesas para observar los trabajos y les vamos preguntando: “¿Cómo
van? ¿Qué harán primero? ¿Qué harán después?”. Podemos entregar a los niños otros materiales
Cierre de la actividad
Nos sentamos en círculo y compartimos los dibujos. Promovemos la conversación con preguntas
como las siguientes: “¿Cómo hicieron para hacer el modelado? ¿Qué pasos siguieron? ¿Por qué
creen que les salió bien o mal?”. Pegamos los dibujos en el mural y los comentamos.
ANEXO
Receta de plastilina
Ingredientes
1 taza de agua.
Preparación
Mezclar el colorante (refresco o témpera) con el agua.
Antes de la actividad
Elaboramos, anticipadamente, tarjetas con los nombres de los niños.
Desarrollo de la actividad
Jugamos a predecir los nombres de nuestros amigos
Jugamos con ellos a predecir los nombres a partir de algunas pistas que les damos.
Para esta actividad, se requiere que los niños conozcan los nombres de sus compañeros.
Elegimos al azar una tarjeta con el nombre de alguno de los niños. La tapamos con una tira de
papel y solo dejamos que vean la última letra. Entonces les preguntamos: “¿Qué nombre creen
que dice ahí? ¿Por qué creen que dice… (mencionar el nombre)? ¿Es el único nombre que
acaba con… (mencionar el nombre de la letra)? ¿Cuáles otros? ¿Qué podemos hacer para
descubrir si es… (mencionar los nombres que dijeron los niños)?
A
Mostramos la primera sílaba del nombre y preguntamos: “¿Qué creen que dice?”. Escuchamos
sus hipótesis y les planteamos otras preguntas que les ayuden a descartar posibilidades.
MA
Si no consiguen descubrirlo, les dejamos ver más letras y preguntamos: “¿Y ahora, podemos
saber?”.
MAR
Jugamos con los nombres utilizando nuestros pies
Colocamos tarjetas con los nombres de los niños en una fila al frente de nosotros. Les
preguntamos: “¿Cuál nombre tiene más letras? ¿Cuál tiene menos letras? ¿Cuál es más largo?
¿Cuál es más corto?”.
Cierre de la actividad
Nos sentamos en círculos y compartimos sobre cuál de los juegos les gustó más y cuál les
agradó menos. Escuchamos con atención a los niños.
Antes de la actividad
Preparamos, previamente, tarjetas con diferentes formas geométricas. Se las enseñamos a los
niños y luego las escondemos en el patio.
Desarrollo de la actividad
Encontramos las formas geométricas
Pedimos a los niños que se agrupen de acuerdo con la cantidad que mencionamos (de 2, 3, 4 y
5 niños). Cuando hemos formado grupos de cinco, les indicamos que deberán encontrar cinco
tarjetas (que previamente hemos escondido en diferentes lugares del patio).
Luego de que los niños encuentran las tarjetas, nos sentamos en círculo, comentamos sobre
cada una de ellas y preguntamos: “¿En qué se parecen? ¿Son iguales o diferentes? ¿Tienen la
misma forma?”. Acompañamos sus respuestas hasta llegar a encontrar un parecido con las
formas geométricas (cuadrado, rectángulo, círculo y triángulo).
Recuerda que para el aprendizaje debemos rescatar las experiencias de la vida cotidiana de los
niños. Estas tienen significados y son el punto de partida para construir nuevos aprendizajes.
Dibujamos y jugamos con las formas geométricas en espacio grande
Dibujamos en el piso las formas geométricas (círculo, cuadrado, rectángulo, triángulo, etc.) que
se parecen a las tarjetas encontradas, en tamaño grande para que puedan desplazarse dentro,
fuera y alrededor de ellas.
Jugamos a desplazarnos, entre las figuras, sobre sus líneas, etc., al ritmo de la música (o una
pandereta, tambor o lo que se tenga a mano), lento o más rápido. Si la música se detiene, nos
detenemos también y nos ubicamos dentro de la figura. Cada vez que paramos la música, les
preguntamos a los niños dentro de qué figura están (círculo, triángulo, etc.) y cuántos amigos
son los que están dentro; luego les pedimos que busquen libremente distintas maneras de
desplazarse entre las figuras (hacia adelante o retrocediendo, que salten a la figura de su
derecha o izquierda). Repetimos la actividad varias veces para permitir que los niños se ubiquen
en diferentes figuras. En cada oportunidad, les preguntamos en qué figura se ubicaron antes.
Jugamos con las formas geométricas en el aula
A continuación, entregamos a cada grupo una cantidad de bloques lógicos. Dejamos que
jueguen libremente por unos minutos y que luego los agrupen como quieran. Nos acercamos a
Cierre de la actividad
Nos sentamos en círculo y compartimos los resultados de cada uno. Si entre ellos hay diferencias,
las hacemos notar. Podemos pedirles que nos expliquen cómo llegaron a ese resultado y que
comparen con los procedimientos utilizados por sus compañeros.
Es importante que los niños tomen conciencia de las posibles equivocaciones y planteen
alternativas de solución.
Antes de la actividad
Dibujamos en el patio una estrella de seis puntas y pintamos las puntas de tres colores, como
se muestra en la ficha 8 (pág. 77).
Pintamos con los niños piedras pequeñas de diferentes colores que utilizaremos como fichas.
Desarrollo de la actividad
Nos organizamos para jugar
Recordamos con los niños las normas de convivencia para trabajar adecuadamente.
Les pedimos que formen tres grupos y que en cada uno elijan a un “jefe de grupo”. También
deben elegir, para que los represente, uno de los colores de las puntas de la estrella. Cada “jefe”
repartirá las piedras pequeñas entre sus compañeros.
Los niños tienen derecho a gozar de la oportunidad de escoger: con qué material desean
trabajar, qué colores van a utilizar y cómo podrían organizarse en grupos.
Jugamos con la estrella
Ubicamos un lugar de lanzamiento fuera de la estrella. Los niños deben lanzar las piedras a la
punta del color de su equipo. Una vez que todos los niños han lanzado, el “jefe” cuenta cuántas
cayeron en el color de su grupo. Al final del juego, gana el que acumuló más piedras de su
color, aunque hayan sido tiradas por otro equipo. Las que caen al medio son puntos para la
educadora. Aprovecha las situaciones de “equivocación” para reforzar que se aprende a partir
del error. Equivocarse es parte del proceso de aprender.
Pedimos a cada “jefe de grupo” anotar en un cuadro de doble entrada la cantidad de piedras de
cada color. Repetimos el juego varias veces. Luego preguntamos a los niños: “¿Dónde cayeron
más fichas? ¿Dónde cayeron menos? ¿Qué equipo obtuvo mayor o menor cantidad de piedras?
¿Cómo se sintieron al participar en un juego de equipo? ¿Les gustó tener un jefe o no?”.
Trabajamos con la ficha
En el salón observamos la ficha 8 (pág. 77): “¿Qué hay dentro de la estrella? ¿Qué hay en cada
una de las puntas?”. También les preguntamos si saben qué podemos hacer en el cuadro que
está al costado de la estrella.
Cada niño completa el cuadro de doble entrada colocando el número de carros y muñecas que
hay en cada color. Les decimos que, si no conocen el número, lo pueden “escribir” de la manera
Cierre de la actividad
Exponemos los trabajos en el panel y ponemos énfasis en las diferentes maneras de representar
una misma cantidad, así como en la correspondencia de la cantidad con el número a partir del
conteo.
Antes de la actividad
Conseguir pelotas suficientes para esta actividad; por lo menos, una por pareja. Podemos usar
también bolsas rellenas con semillas, arena, piedras pequeñas, etc.
Desarrollo de la actividad
Jugamos libremente
En el patio entregamos pelotas para que los niños jueguen libremente durante unos minutos
hasta que muestren disposición para empezar la actividad dirigida.
El niño tiene la necesidad de expresarse mediante el movimiento, el ruido, el contacto corporal;
también necesita momentos de calma y tranquilidad.
Jugamos en parejas
Pedimos a los niños que se agrupen de dos en dos, donde cada pareja tiene una pelota. Les
pedimos que ensayen diferentes formas de lanzarle la pelota a su compañero: hacia adelante,
hacia atrás, hacia abajo, hacia arriba, hacia un lado, hacia el otro, hacia la derecha, hacia la
izquierda, etc.
Una vez que hayan ensayado, pedimos a cada pareja que nos diga cómo lanzaron la pelota y
cómo la recibieron.
Trabajamos con la ficha
Entregamos a los niños la ficha 9 (pág. 79) y el anexo de autoadhesivos (pág. 285). Les pedimos
que observen la ficha 9, fila por fila. Describen la primera imagen y luego las siguientes: “¿Dónde
está la Luna?”. Los niños pegan los autoadhesivos en el lugar que corresponde; es decir, en la
misma posición del modelo. De igual forma, proceden con la pelota y la abeja.
Cierre de la actividad
Conversamos con los niños para que nos comenten la ubicación de las figuras que han pegado.
Les recordamos siempre utilizar el punto de referencia. Por ejemplo: “He pegado la pelota a la
izquierda del perro”.
Antes de la actividad
Elaboramos un tallímetro y tiras gruesas de papel.
Desarrollo de la actividad
Jugamos a medirnos
Les decimos que jugaremos a medirnos. Pedimos a los niños que se coloquen uno detrás de
otro, según el tamaño, por lo que forman una fila “del más pequeño al más grande”. Luego les
comentamos que si comenzáramos desde el último niño, podríamos decir que la fila es “del más
grande al más pequeño”, todo depende de dónde se inicie la cola. Es recomendable trabajar
con los niños en grupos pequeños.
Nos medimos con el tallímetro
Sorprendemos a los niños con nuestro tallímetro y les decimos que todos en el aula nos vamos
a medir. Luego de realizar la medición, a cada uno le entregamos una tira de papel equivalente
a su tamaño para que la pinte o decore como desee y coloque también su nombre.
Pegamos en un papelógrafo las tiras que ha hecho cada niño, a su misma altura, poniéndonos
de acuerdo sobre el criterio (de más alto a más bajo o de más bajo a más alto). Es necesario
que cada tira tenga el nombre para poder reconocer a quién corresponde.
Trabajamos con la ficha
Les entregamos la ficha 10 (pág. 81) y el anexo troquel (pág. 261). Desglosan las figuras
troqueladas de los niños y las pegan en la ficha 10 según el tamaño (del más grande al más
pequeño o viceversa, de acuerdo con su preferencia).
Cierre de la actividad
Los niños conversan acerca de la experiencia de medirse, comparando así los diferentes
tamaños de sus amigos.
Antes de la actividad
Preparamos una caja con aquellos objetos que les gustan a los niños de nuestra aula. Elaboramos
un papelógrafo con recuadros (ver modelo) para hacer un cuadro de doble entrada; pero no lo
llenamos, ya que lo haremos con los niños. Ponemos fichas o carteles con acciones: jugar con
témperas, jugar con bloques, jugar con pelotas, etc.
Desarrollo de la actividad
Las cosas que nos gustan
Proponemos un juego para conocer nuestros gustos. Sacamos de una caja diversos objetos y
formulamos preguntas como las siguientes: “¿A quién le gusta jugar con plastilina? ¿A quién le
gusta jugar con pelotas? ¿A quién le gusta leer cuentos? ¿A quién le gusta jugar con bloques?
¿A quién le gusta pintar con témpera?”.
Respetar al niño como sujeto es respetar sus derechos, aceptar y valorar su individualidad y
singularidad, es decir, su forma de ser.
Trabajamos con un cuadro de doble entrada
Colocamos el papelógrafo con un cuadro de doble entrada. Les pedimos a los niños que se
acerquen, coloquen un cartel con su nombre y marquen donde figuran acciones que reflejen lo
que les agrada hacer: pintar con témperas, jugar con bloques, etc. Pedimos a uno de ellos que
nos ayude y coloque un cartel con el número que corresponde en el casillero que indica el total.
Es necesario considerar que si algún niño propone otra actividad, esta puede colocarse en el
cuadro. Por ejemplo:
Con los resultados podemos crear también un gráfico de barras para ver las preferencias de los
niños en relación con las actividades, siempre y cuando lo trabajemos con ellos y analicemos
en grupos. Por ejemplo:
Pintar con Jugar con bloques Leer cuentos Jugar con pelota Jugar con plastilina
témperas
Cierre de la actividad
Los niños colocan sus productos en el sector “Mis trabajos”.
Antes de la actividad
Elaboramos un papelógrafo con la poesía que presentamos a continuación, la cual aparece con
el título original En mi pueblo. (Recuperada el 29 de agosto de 2012, de pacomova.eresmas.
net/paginas/poesias/en_mi_pueblo.htm). Para efectos de desarrollar la intención didáctica de la
presente actividad, empleamos la palabra comunidad en lugar del término pueblo.
En mi comunidad
En mi comunidad hay una plaza
con un árbol y una flor
y un campanario tan alto
que alguna vez tapa el Sol.
Por las calles pasan coches
que hacen rum... con su motor,
y como también pasan gallos
y los niños y el doctor.
Cuando todos hacen fila,
el tráfico va mejor.
Solicitamos permiso de los padres de familia para realizar un recorrido por las calles aledañas.
Desarrollo de la actividad
Gozamos con la poesía
Mostramos un papelógrafo con la poesía En mi comunidad. A los niños, les leemos señalando
de izquierda a derecha y de arriba abajo, mientras ellos van repitiendo cada frase. Luego les
preguntamos: “¿De qué trata la poesía? ¿Qué cosas tiene la comunidad de la que se habla en
la poesía? ¿Cómo se la imaginan? ¿Se parece a su comunidad?”. En caso de que los niños no
conozcan algunas palabras, se las explicamos con ejemplos.
Visitamos nuestra comunidad
Para ver mejor nuestra comunidad, ¿qué les parece si vamos a visitarla? Con los niños, realizamos
una visita a los alrededores de su programa o institución educativa para ver cómo son las calles.
Con todas las medidas de seguridad, salimos a recorrer las inmediaciones. Les permitimos
que observen y comenten lo que ven. Luego, en un lugar seguro del recorrido o en el aula, les
preguntamos: “¿Dónde está el municipio, la iglesia, la posta? ¿Quiénes trabajan allí? ¿Quisieran
servir a la comunidad? ¿Cómo son las calles? ¿Cómo es la pista? ¿Hay muchos carros? ¿Pocos?
Cierre de la actividad
Los niños que deseen pueden explicar a sus amigos lo que han dibujado. Todos comentan
luego lo que más les gustó de la actividad realizada.
A partir de los comentarios de los niños, podemos iniciar un proyecto denominado “Mi
comunidad”. Primero realizamos la preplanificación, en la que respondemos a lo siguiente:
“¿Qué nos gusta hacer en nuestra comunidad? ¿Qué haremos? ¿Cómo lo haremos? ¿Para qué
lo haremos?”. Luego analizamos las capacidades, las actitudes y los indicadores que se
podrían considerar para el proyecto. Aquí se planifican las actividades iniciales que motivarán
su ejecución. En este caso, se ha iniciado con la visita a la comunidad y con la observación y
lectura de imágenes de diversas comunidades.
A continuación, realizamos la planificación o negociación con los niños por medio de
preguntas para recoger sus saberes previos: “¿Qué sabemos de nuestra comunidad? ¿Qué
queremos saber de nuestra comunidad? ¿Cómo lo haremos? (Detallamos todas las actividades
propuestas, especificando los materiales y recursos que se usarán). ¿Qué necesitamos?
(Realizamos un listado de los materiales propuestos por los niños). ¿Cómo nos organizamos?
(En parejas, en grupos pequeños, de manera individual, etc.). Sus respuestas las anotamos
en la pizarra o en un papelote.
Seguidamente, programamos las actividades, que tienen su origen en las respuestas de los
niños a la pregunta: “¿Cómo lo haremos?”. Para el caso, en este cuaderno de trabajo se ofrecen
diversas actividades que, de acuerdo con la negociación realizada con los niños, se pueden
utilizar como parte de la planificación. Otra idea es proponer al grupo hacer una maqueta, luego
de la visita en la que ellos observaron cómo son las casas, los techos, las calles, las avenidas,
los campos, los árboles, etc. De ser así, prever diversos materiales reciclables para construir
“Mi comunidad”. Luego los niños pueden compartir lo elaborado. También podría pedirles que
hagan un plano simple de la comunidad.
Antes de la actividad
Elaboramos un papelógrafo con la poesía “Mi casa” (recuperada el 2 de setiembre de 2012, de
http://educacion2.com/etiquetas/ninos/.) y un dibujo al lado:
Desarrollo de la actividad
Aprendemos una poesía
Mostramos a los niños un papelógrafo con la poesía “Mi casa” y les comentamos que aprenderán
una rima. Mientras observan el texto, les preguntamos: “¿De qué creen que trata la poesía?”.
Después de escuchar sus hipótesis, les leemos señalando de izquierda a derecha y de arriba
abajo. Los niños van repitiendo cada frase. Seguidamente, les preguntamos: “¿De qué trata la
poesía? ¿Cómo creen que es la casa? ¿Por qué creen que es así? ¿Qué palabras riman entre sí?
¿Podemos encontrar algunas palabras que rimen con la palabra casa?”. (A esta última podrían
responder asa, pasa, etc.). Si los niños no conocen algunas de las palabras, se las explicamos
con ejemplos.
Conversamos sobre nuestras casas
Pedimos a los niños que comenten cómo son sus casas. Para ello, podemos realizar, entre otras,
las siguientes preguntas: “¿Es grande o pequeña? ¿De qué color? ¿Cómo son sus ventanas?
¿De qué forma es su techo? ¿De qué materiales está construida?”. Escuchamos sus respuestas
Cierre de la actividad
Los niños explican cómo son los ambientes que han construido y ven las semejanzas y
diferencias entre una y otra casa. Luego juegan con sus casas, para lo cual pueden utilizar
también los títeres de dedo del módulo del Ministerio de Educación.
Antes de la actividad
Investigamos sobre las características de la hembra del gallito de las rocas, el guacamayo, la
lora, el perico, el tucán, el pájaro carpintero y la shushupe.
Leemos el cuento La solución al problema. Elaboramos un dibujo con la idea central.
Adecuamos un espacio cómodo para los niños en el sector de la biblioteca.
Desarrollo de la actividad
Conocemos a los animales del cuento
Entregamos a los niños la ficha 3A (pág. 91). Les pedimos que observen las imágenes
y nos comenten si conocen a los animales que aparecen en ella: “¿Cómo se llaman? ¿Qué
características tienen? ¿Dónde viven?”. Escuchamos sus comentarios y, a partir de sus saberes
previos, les brindamos la información necesaria sobre cada uno de esos animales.
Disfrutamos un cuento
Los niños se ubican en forma de media luna. Pueden estar sentados en sus sillas o en el piso
sobre mantas, cojines, alfombras o pieles. Los motivamos a escuchar el cuento La solución al
problema (ficha 3B, pág. 93).
Mientras les leemos la narración, realizamos mímicas y empleamos una voz adecuada a los
momentos de la historia. Luego promovemos su comprensión lectora, mediante preguntas de
diversos niveles. Estas pueden ser de tipo literal: “¿Qué animales participaron en la historia?”;
inferencial: “¿Por qué creen que los animales estaban discutiendo? ¿Cuál era el problema que
los animales estaban enfrentando? ¿Cómo resolvieron el problema?”; crítico: “¿Les parece
bien la actitud de los animales? ¿Les parece que así se deben solucionar los problemas de
una comunidad? ¿Por qué? ¿Qué hubieran hecho ustedes?”. Escuchamos con atención sus
respuestas y absolvemos sus consultas. Si hay palabras que los niños no entienden, se las
explicamos con ejemplos. Finalmente, conversamos sobre la importancia de una comunidad de
vecinos que conversan y llegan a una solución frente un problema que afecta a todos.
Conversamos acerca de sus comunidades
Conversamos con los niños sobre sus experiencias en sus comunidades. Les preguntamos si
saben cómo solucionan sus vecinos los problemas de su comunidad (barrio) y cómo se ayudan.
Por ejemplo, un niño puede decir que sus vecinos estaban molestos porque una persona no
quería pagar el agua ni dar el dinero para pagar al vigilante o para pintar la fachada; otro, que
estaban molestos porque alguien no quería participar en la fiesta sorpresa de un vecino, etc.
Cierre de la actividad
Los niños juegan con sus amigos y pueden crear nuevas historias con la selva que han elaborado.
Pueden comentar, por ejemplo, dónde colocaron a los animales, quién está más cerca de unos
o más lejos, quiénes están abajo, quiénes están arriba. Finalmente, pueden doblar sus trabajos
y guardarlos como un cuento.
FICHA 3B
Antes de la actividad
Buscamos información sobre las comidas de cada región del país.
Desarrollo de la actividad
"Jugamos a ritmo a gogó"
Les decimos a los niños que recuerden las comidas de su comunidad. Les comentamos que
jugaremos “ritmo a gogó”. Este consiste en acompañarse con las palmas, mientras se dice:
“ritmo a gogó, diga, usted, nombres de… comidas, por ejemplo: patarashca”, y así siguen los
demás niños nombrando cada uno los platos que conocen.
Conversamos sobre las comidas que nos gustan
Preguntamos a los niños: “¿Qué comidas les gustan más? ¿Por qué? ¿Saben con qué ingredientes
se preparan los platos que les gustan?”. Les entregamos el anexo troquel (pág. 263) y les
preguntamos: “¿Qué ven en la ficha? ¿Han probado algunas de esas comidas? ¿Les gusta?
¿Saben cuáles son sus ingredientes? ¿Sabían que en las diversas regiones del país se comen
comidas muy ricas, diferentes e iguales?”. Escuchamos sus comentarios con mucha atención
y reforzamos la idea de que es importante alimentarse y comer toda la comida nutritiva que nos
dan en casa. Los sabores pueden ser diferentes; pero lo fundamental es que los alimentos nos
ayudan a crecer fuertes y sanos.
Trabajamos con la ficha
Los niños desprenden las tarjetas troqueladas del anexo (pág. 263), las pegan en una cartulina y
las recortan. Cada niño (según su nivel de escritura), detrás de cada tarjeta, escribirá su nombre.
Luego les preguntamos: “¿Qué creen que dice debajo de cada plato? ¿Cuál palabra tiene más
letras? ¿Cuál menos? ¿Cuáles tienen el mismo sonido? ¿Cuáles no?”. Escuchamos con atención
sus opiniones y absolvemos sus dudas. Seguidamente, les indicamos que se reúnan en parejas
y los invitamos a descubrir distintas formas de agrupar los platos de comida, en función de sus
nombres. Luego explican por qué los agruparon de esa manera (por ejemplo: porque se escriben
igual, porque tienen nombres cortos, porque tienen nombres largos, etc.). El tipo de agrupación
que hace cada niño dependerá de su nivel de reflexión sobre el código escrito.
En parejas juntan sus piezas y juegan a memoria.
Cierre de la actividad
Se llevan a su casa las tarjetas de los platos típicos del Perú para que conversen con sus
familiares sobre aquellos platos que los niños conocen.
Desarrollo de la actividad
Recordamos algunos platos peruanos
Preguntamos si recuerdan algunos platos de la comida peruana y les pedimos que nombren
qué platos conocen. En un papelote escribimos lo que dicen y resaltamos la causa: “¿Alguna
vez han comido la causa? ¿Saben qué sabor tiene? ¿Cómo se prepara? ¿Cómo se preparó la
primera vez? ¿Qué ingredientes tiene?”. Escuchamos sus comentarios con mucha atención.
Contamos la historia de la causa
Permitimos que los niños se sienten cómodamente en sus sillas, petates o cojines. Con las
pausas necesarias y la debida entonación, creando expectativa e interés en los niños, la
educadora cuenta la historia de la causa:
“Hace mucho, mucho tiempo hubo una guerra en el Perú. Los soldados luchaban mucho y no
tenían qué comer. Las señoras pensaban y pensaban qué podían hacer para ayudar a estos
soldados y se les ocurrió recolectar alimentos. Todos los vecinos dieron papas, choclos, alverjas,
zanahoria, limón, aceite. Recolectaron tanto que pensaron mejor en preparar una comida con
todos esos ingredientes para venderla por platos y así sacar más dinero con el cual comprar
más alimentos. Entonces cocinaron la papa y la aplastaron, le echaron ají, limón, aceite y la
rellenaron con verduras. Las señoras limeñas la vendían con éxito diciendo que era por la causa.
Desde entonces ese delicioso plato quedó con el nombre de causa”.
Les preguntamos a los niños: “¿Ustedes conocían esta historia?”.
Preparamos una rica receta
En un papelógrafo que observan todos los niños, presentamos el texto escrito de una receta,
acompañado de dibujos. Para que deduzcan de qué se trata por sus características globales,
Cierre de la actividad
Llevan a casa las fichas 5B (pág. 101) y 5C (pág. 103) para que puedan armar la secuencia de
la preparación de la causa. Conversan con sus familiares sobre cómo la prepararon.
La educadora puede organizar una feria gastronómica. Cada familia puede llevar un plato de su
región para compartir, de manera que los niños puedan degustar diferentes sabores.
Desarrollo de la actividad
Visitamos al artesano ceramista
Con los niños, visitamos a un artesano ceramista de la zona, quien les muestra cómo realiza
su trabajo. (Si la visita no es posible, buscamos información sobre este tipo de artesanos y,
con fotos o con los mismos ceramios, les explicamos a los niños cómo trabajan los artesanos
ceramistas). Motivamos a los niños para que pregunten acerca de lo que están observando. Si
es posible, que ellos también experimenten con el barro, la greda, etc.
Conversamos sobre lo observado
Comentamos a los niños que la artesanía es hacer lindas cosas propias de cada lugar con las manos.
Les decimos que, además de lo observado, existen otros tipos de ceramios que se elaboran en
diferentes partes de nuestro país. Pedimos a los niños que se ubiquen todos al lado de una mesa y les
preguntamos: “¿Qué creen que hay debajo de la tela?”. Escuchamos sus hipótesis. Luego levantamos
la tela y les comentamos que son ceramios de la zona hechos por diversas personas. Pedimos que
observen los dibujos que hay en cada uno de ellos. “¿Qué dibujos son? ¿Qué colores tienen? ¿Cuál
es su textura? ¿Son iguales o diferentes?”. Les comentamos que, en los ceramios, algunos peruanos
representaban las cosas que hacían (como cazar animales), el lugar donde vivían (sus casas, los
árboles, las plantas, etc.), o dibujaban figuras geométricas (círculos, cuadrados, rombos, etc.).
Elaboramos nuestros ceramios
Les damos arcilla (u otro material de la zona) para que moldeen el ceramio que deseen hacer. Las
vasijas más sencillas se hacen ahuecando el centro de una bola de arcilla y dándole forma entre
el pulgar y los dedos. Esta técnica se suele usar solo para hacer pequeñas vasijas redondeadas.
También se pueden hacer otros recipientes uniendo series de rollos como si fuesen anillos o
formando una espiral continua.
Con un palito o un lapicero que ya no sirva, hacen sus grafismos o dibujos encima de su ceramio.
Luego lo dejan secar.
Trabajamos con la ficha
Entregamos la ficha 6 (pág. 105) para que los niños dibujen lo que elaboraron con la arcilla. Luego
de este trabajo pueden dibujar o hacer sus grafismos en la ficha de acuerdo con su ceramio.
Cierre de la actividad
Los niños comentan acerca de lo trabajado y cuelgan sus fichas desarrolladas en el sector “Mis
trabajos”.
Antes de la actividad
Elaboramos carteles con las señales: ANIMALES EN LA VÍA, CARRETAS EN LA VÍA, MAQUINARIA
AGRÍCOLA, PARE. Investigamos acerca del signficado de cada una de ellas y buscamos más
información sobre otras señales propias de su zona.
Desarrollo de la actividad
Aprendemos a escuchar lecturas
Observamos imágenes de nuestra comunidad
Mostramos los carteles elaborados. Preguntamos a los niños si conocen esas señales y para
qué sirven en nuestra comunidad. Escuchamos sus comentarios, absolvemos sus dudas y, a
partir de los conocimientos previos de los niños, les brindamos mayor información.
ANIMALES EN LA VÍA
Se usa para alertar a los conductores de vehículos sobre la posible presencia de
animales en la vía, sean domésticos o de ganado.
CARRETAS EN LA VÍA
Es usada para prevenir a los conductores sobre la presencia de carretas de tracción
animal en la vía. Su lenta circulación y poca visibilidad nocturna pueden dar motivos
de peligro.
MAQUINARIA AGRÍCOLA
Es usada para advertir la probable presencia de maquinaria agrícola en la vía, cuya
lenta circulación o grandes dimensiones pueden ser motivo de peligro.
PARE
Señal de parar.
Cierre de la actividad
Los niños reciben también la ficha 7 (pliego, pág. 295) donde se encuentra un circuito vial. Les
pedimos que lo observen y absolvemos sus dudas o las preguntas que realicen.
Les indicamos que pueden jugar en parejas y que pongan las normas de juego. Ellos eligen el
elemento con el cual quieren jugar.
Desarrollo de la actividad
Conversamos sobre los productos que desaparecen
Comentamos a los niños que, cuando van por las calles, seguramente ven basura que hace daño
a la naturaleza. Al respecto, preguntamos: “¿Saben que hay tipos de basura que desaparecen?
¿Recuerdan el abono orgánico que hicimos con sus familiares? ¿Qué habrá pasado con las
plantas y las cáscaras que pusimos para el abono? ¿Habrán desaparecido?”. Escuchamos sus
respuestas atentamente.
Observamos
Entregamos a cada niño sus materiales: un envase pequeño de boca ancha lleno de tierra
húmeda. Les pedimos que busquen en el aula, en el patio, etc., algún pedazo de plástico y una
planta (puede ser solo una hoja o cáscara de fruta). Les pedimos que observen el material y nos
describan lo que han conseguido. “¿Cómo son?”. Escuchamos sus comentarios.
Formulamos hipótesis
A continuación, pedimos que cada uno, en su envase, entierre el trozo de plástico y, al lado,
una hoja de planta (o cáscara de fruta). Luego preguntamos: “¿Qué creen que pasará con la
hoja/cáscara? ¿Qué creen que pasará con el plástico?”. Escuchamos sus predicciones y las
anotamos en un papelógrafo que luego guardamos.
Experimentamos y verbalizamos
Los niños mantienen la tierra húmeda por dos semanas o más. Luego observan con la educadora
el contenido del vaso y tocan la tierra y el plástico. Entonces les preguntamos: “¿Qué sucedió con
la hoja/cáscara? ¿Qué sucedió con el plástico?”. Escuchamos sus hipótesis. En ese momento,
mostramos nuevamente el papelógrafo que hicimos con ellos y comparamos las respuestas.
Comentamos.
Elaboramos conclusiones
Los niños llegan a sus propias conclusiones a partir de que la hoja/cáscara se desintegró
(desapareció) y el plástico no. Lo relacionamos con el abono orgánico que elaboraron y
Cierre de la actividad
Recordamos con los niños el experimento realizado sobre cómo se desintegra la basura que
proviene de las plantas. La que no se desintegra surge de productos elaborados por el ser
humano (plásticos, vidrio, etc.). Reforzamos la idea de que es necesario separar la basura, tal
como ya lo aprendimos. Para que los residuos no se junten y podamos utilizarlos de la mejor
manera, es necesario utilizar diferentes basureros. A partir de esta actividad, podemos realizar
un proyecto para elaborar cajas o tachos recicladores de basura: uno para plástico, otro para
vidrio y otro para papel.
Desarrollo de la actividad
Lo que podemos hacer para cuidar nuestra comunidad
Conversamos con los niños sobre lo siguiente: “¿Qué hacemos para cuidar nuestra comunidad?”.
Escuchamos sus opiniones. Les recordamos que conocimos un tipo de basura que no
desaparecía y preguntamos: “¿Qué podemos hacer con esa basura? ¿Cómo podemos hacer
para que no haga daño al medioambiente de nuestra comunidad?”. Comentamos que, para
ayudar al medioambiente, utilizaremos las “3R”. “¿Qué creen que significan? ¿Son tres palabras
que empiezan con ese sonido?”. Anotamos en la pizarra o en el papelógrafo las palabras que
los niños nos digan.
Comentamos sobre las “3R”
A partir de lo que los niños dijeron, comentamos que “3R” significa tres palabras con las cuales
debemos cumplir y que tienen el mismo sonido inicial: REDUCIR (consumir menos), REUTILIZAR
(usar varias veces lo que tenemos) y RECICLAR (fabricar objetos nuevos con materiales de
otros productos). Se dan los ejemplos en cada caso.
Trabajamos con la ficha
Entregamos a los niños la ficha pliego 9A (pág. 297). Les pedimos que observen cada escena
y que nos comenten lo que ven. Les explicamos nuevamente con ejemplos las tres palabras
relacionándolas con cada una de las imágenes. Para ello, usamos también otros ejemplos
que surjan de los niños. Les decimos que reciclaremos con los materiales que han traído. Les
comentamos que pueden coger el material que deseen y que pueden crear lo que más les
guste. Al finalizar sus trabajos, les entregamos la ficha 9B (pág. 109) para que dibujen lo que
crearon. Luego les preguntamos sobre el nombre que le pusieron a su creación y los materiales
que utilizaron. Escribimos lo que el niño nos dice.
Cierre de la actividad
Llevan la ficha pliego 9A para que les comenten a sus familiares lo aprendido y para que también
los apoyen a reducir, reutilizar y reciclar. Este tema es también apropiado para desarrollar un
proyecto. Podemos seguir los pasos recomendados en la primera actividad de esta unidad para
trabajar con los niños a partir de sus necesidades.
Antes de la actividad
Planificamos un pequeño paseo alrededor del jardín o programa para observar la problemática de la
comunidad.
Desarrollo de la actividad
Conversamos sobre lo observado
Prevemos un lugar en un parque para conversar acerca de lo observado o conversamos en el aula
cuando regresamos a ella. Les preguntamos sobre lo que vieron en su comunidad: “¿Qué les gustó
más? ¿Qué no les gustó?”. Escuchamos sus opiniones y las anotamos en un papelote.
Planificamos
Luego de escuchar sus opiniones, preguntamos: “¿Cómo podríamos mejorar nuestra comunidad?”.
Les explicamos a los niños que existe alguien cuyo trabajo es arreglar lo que está mal en nuestra lo-
calidad. Esa persona es el “alcalde”, a quien debemos informarle lo que hemos visto para que pueda
actuar. ¿De qué manera el alcalde se podría enterar? Conversamos con los niños acerca de “la carta”.
Entonces, enfatizamos que se escribirá una carta (tipo de texto) para el alcalde (destinatario), con el
fin de darle ideas para que mejore nuestra ciudad (propósito).
Textualizamos o hacemos el texto
Pedimos a los niños que nos dicten las ideas tal como deben quedar escritas. En papelotes o en la
pizarra, las escribimos tal como las expresan, con letra clara, legible y de regular tamaño. Anunciamos
oralmente lo que vamos escribiendo. Colocamos los signos de puntuación necesarios en el texto, que
escribimos hasta que terminen de dictarnos.
Anotamos todas las soluciones que dan los niños (por ejemplo: colocar más tachos de basura, poner
luz en la cancha de fútbol, arreglar las pistas, plantar más árboles, pintar las paredes, tener más par-
ques para que los niños jueguen, etc.).
Revisamos y mejoramos el texto
Releemos el texto y preguntamos a los niños si dice lo que querían decir o si hay algo que no se
entiende. Escuchamos sus opiniones y dejamos que nos orienten en las mejoras que quieren hacer.
Con sus aportes, escribimos el texto mejorado en otro papelote.
Trabajamos con la ficha
Entregamos la ficha 10 (pág. 111) para que los niños escriban la carta al alcalde, de acuerdo con su
nivel de escritura (dibujos, grafismos, etc.). En el recuadro de la ficha, hacen un dibujo relacionado
con el tema de su carta. La educadora escribe lo que el niño le dicta acerca de sus dibujos.
Cierre de la actividad
La educadora le lee la carta a cada uno y la guarda en un sobre para enviarla al alcalde. Puede tam-
bién colocarlas en un lugar visible, a fin de que los familiares y la comunidad observen los pedidos de
los niños para mejorar su comunidad.
Antes de la actividad
Enviamos una nota a los familiares comunicando la realización de un paseo por un jardín
cercano o un parque y solicitando el permiso correspondiente. Debemos realizar previamente el
recorrido de la zona para cerciorarnos de que no ofrece peligro para los niños. Si hace mucho
calor en el lugar, prevemos que los niños vayan con sombrero que les cubra.
Desarrollo de la actividad
Elaboramos las normas de convivencia para nuestra visita
Conversamos con los niños para elaborar nuestras normas que ayudarán a mantener las
relaciones de convivencia democrática y de respeto al medioambiente (por ejemplo, mantenerse
siempre cerca del grupo, no arrancar las plantas, solo mirarlas, etc.).
Exploramos el entorno
Salimos del aula para observar un jardín o un parque dentro o fuera del programa o de la
institución educativa. Nos aseguramos de que los niños y las niñas, de manera individual, se
detengan a ver las flores, los árboles, los arbustos.
Conversamos sobre lo observado
De regreso al aula, compartimos las experiencias de cada uno de los niños y las niñas con
relación al paseo realizado. Conversamos con ellos acerca de la visita y las cosas que hemos
observado, así como de las diferencias y semejanzas en los colores y las formas.
Observamos el dibujo del jardín de Fátima
Mantenemos un ambiente de silencio para iniciar la observación de la lámina. Indicamos que
dicha observación se orienta de arriba abajo y de izquierda a derecha. Esto permite que los niños
tengan luego la misma organización espacial para la lectura de textos escritos. Entregamos a
los niños la ficha 1A (pág. 113) y les comentamos que el dibujo es de una niña llamada Fátima,
quien nos quiere mostrar su jardín. Además, ella le ha dictado a su educadora lo que ha dibujado.
Los motivamos para generar en ellos la observación y la reflexión, por medio de diversos tipos
de preguntas. Estas pueden ser textuales: “¿Qué observas en la lámina? ¿Qué plantas ves?
¿Cuántas flores hay? ¿Cuántos árboles? ¿Cuántas mariposas?”; inferenciales: “¿Dónde crees
que vive Fátima? ¿Por qué crees que están las mariposas y la abeja cerca de las flores? ¿Qué
crees que le ha dictado Fátima a su educadora?”; críticas: “¿Les gustaría tener un jardín como
el de Fátima?, ¿por qué? ¿Creen que el jardín está cuidado?, ¿por qué? ¿Se parece al jardín
Cierre de la actividad
Al finalizar el trabajo, los niños explican lo que realizaron a sus compañeros, ya sea en grupos
pequeños o en un grupo grande. Luego comentan sobre cómo se sintieron al realizar la
actividad, si les gustó o no y por qué.
Antes de la actividad
Traemos al aula flores blancas y un vaso de plástico por niño. Elaboramos un papelógrafo con la
ficha técnica del experimento (ficha 2A, pág. 117) para la lectura grupal. Prevemos que cada mesa
tenga una jarra con agua.
Desarrollo de la actividad
Creamos expectativa
Mostramos los materiales a utilizar para el experimento, comentándoles de dónde los hemos
conseguido. Preguntamos: “¿Qué experimento creen que haremos? ¿Por qué creen eso?”.
Escuchamos atentamente sus hipótesis o predicciones. Anotamos todas las respuestas en un
papelote.
Hacemos lectura de imágenes
Mostramos a los niños el papelógrafo con la ficha del experimento 2A (pág. 117): “¿Cómo se
alimentan las plantas?”. Realizamos con ellos la lectura para poder llevar a cabo, paso a paso, la
experiencia propuesta. Recordamos siempre tomar en cuenta los aportes e ideas de los niños y
las niñas en las actividades que proponemos en el aula.
Realizamos el experimento por grupos
Organizados en grupos, repartimos a los niños la ficha 2A (pág. 117) y los materiales que necesitan
para realizar el experimento, conforme se indica en esta ficha. Damos tiempo para que cada grupo
pueda observar los materiales, manipularlos y dialogar sobre lo que ocurre. Al finalizar el trabajo,
conversamos con los niños acerca de lo que acaban de realizar y preguntamos: “¿Qué creen
que pasará con la flor?”. Anotamos todas las hipótesis o predicciones de los niños. Finalmente,
ponemos nombre a cada uno de los vasos.
Trabajamos con la ficha
Entregamos la ficha 2C (pág. 121) para que los niños observen el procedimiento; recortan los
recuadros y los pegan en la ficha 2B (pág. 119), ordenándolos en la secuencia correcta: primero,
segundo, tercero y cuarto.
Luego distribuimos la ficha 2D (págs. 123-124) “Mi libreta de observaciones”. La recortan y pegan
de acuerdo con la numeración que está en la parte inferior de cada hoja. Proponemos que dibujen
o escriban con sus grafismos, según sus posibilidades, lo que van observando, a medida que ven
algún cambio en la flor. La primera observación la realizan poco antes de la salida; luego, al día
siguiente, cuando llegan al jardín o programa.
Cierre de la actividad
Compartimos las conclusiones mostrando los dibujos realizados. Consolidamos las ideas
principales de los niños y las niñas en un papelote; por ejemplo: la planta, a través de la raíz,
absorbe el agua que sube por el tallo hasta llegar a las flores. Con esta experiencia podemos
demostrar que el tallo es capaz de llevar el agua hasta la flor.
ANEXO
MATERIALES
- Vaso
- Flor blanca.
- Agua.
- Colorante vegetal.
PROCEDIMIENTO
1. Llenar el vaso con agua hasta la mitad.
Antes de la actividad
Traemos al aula distintas frutas. Investigamos sobre los frutos del lugar: plantas leñosas (árboles
frutales), plantas semileñosas (arbustos frutales) y plantas herbáceas (plantas pequeñas rastreras).
Elaboramos un papelógrafo con los dibujos de un árbol, arbusto y plantas rastreras (ficha 3, pág.
125). También, tarjetas con frutos de la zona.
Desarrollo de la actividad
Creamos expectativa
En una caja cubierta, llevamos diversas frutas. Preguntamos: “¿Qué creen que hay en la caja?”.
Damos pistas para la respuesta, a manera de adivinanza. Cuando los niños aciertan, mostramos
la fruta y la pasamos entre ellos para que la toquen y observen. Luego la ponemos en una mesa,
donde colocamos todas las frutas, al finalizar, para que nos digan cuáles son grandes o pequeñas,
de qué color son, etc. Escuchamos con atención sus respuestas.
Observamos y comentamos
Preguntamos si saben dónde crecen esas frutas. Les recordamos el paseo que realizaron al jardín
o al parque: “¿Recuerdan los árboles que observamos? ¿Los arbustos que vimos? ¿Cómo eran?
¿Tenían frutas?”. Luego les mostramos el papelógrafo con un árbol y un arbusto. Explicamos que las
frutas crecen en los árboles (manzana, naranja, etc.) y en los arbustos (frambuesa, aguaymanto).
Motivamos a los niños para que comenten y pregunten. En este caso, se formularán los ejemplos
con las frutas de la zona.
Trabajamos con la ficha
Proporcionamos la ficha 3 (pág. 125) y les preguntamos qué es lo que ven. Les comentamos que
hay un árbol (manzano) y un arbusto, un árbol de naranjas y una naranja, así como un arbusto y
un aguaymanto. Luego indicamos que completen la secuencia que falta. Les entregamos el anexo
troquelado (pág. 257), en el que hay árboles, arbustos y frutos, para que los peguen en la ficha 3,
de acuerdo con la secuencia correspondiente.
Preparamos una ensalada
Preparamos una ensalada de frutas que compartimos entre todos. Preguntamos a los niños:
“¿Cuál fruta les gustó más? ¿Algunas eran ácidas? ¿Otras eran dulces? ¿Qué sabor tenían?”.
Agradecemos a las plantas por brindarnos sus frutos.
Cierre de la actividad
Con los niños y las niñas, acordamos dar un regalo a las plantas por brindarnos tantos beneficios.
El regalo consiste en realizar una jornada para mejorar las condiciones de vida de las plantas que
se encuentran dentro de la institución o programa. Nos ponemos de acuerdo con los padres de
familia para esta actividad.
Antes de la actividad
Previamente, inventamos un conjuro para que los niños puedan jugar a ser árboles.
Desarrollo de la actividad
Liberamos nuestra imaginación
Proponemos cerrar los ojos y mencionar cómo son los árboles (chicos, grandes, con troncos
gruesos y delgados, con hojas grandes y pequeñas, con muchas y pocas ramas) e, incluso, si hay
pequeños animales cerca (como hormigas, pajaritos, escarabajos, etc.).
Jugamos a convertirnos en árboles
Los niños escogen un tipo de árbol que les guste, cierran nuevamente los ojos y, con un conjuro
mágico, se convierten imaginariamente en ese árbol. Les proponemos situaciones que los árboles
viven. Los niños deben reaccionar de acuerdo con cada situación: un pájaro está construyendo
su nido en una de sus ramas, unas hormigas están subiendo por su tronco en busca de comida,
viene un viento muy fuerte, comienza a llover, etc. A la voz del conjuro, vuelven a convertirse en
niños.
Compartimos sensaciones
Sentados en semicírculo, conversamos en función de lo siguiente: “¿Cómo se sintieron siendo
árboles? ¿Qué cosas se imaginaban cuando vivían las situaciones que les decíamos? ¿A quién
le gustan los árboles?, ¿por qué? ¿En qué nos ayudan los árboles? ¿Cómo nos benefician?”.
Escuchamos con atención sus experiencias.
Compartimos información
Explicamos a los niños que los árboles nos brindan oxígeno, lo que nos ayuda a respirar aire puro;
además, amortiguan el impacto de la lluvia protegiendo así al suelo, nos dan sombra, reducen
la velocidad del viento, nos dan frutos, son la casa de algunos animales, nos hacen la vida más
agradable porque nos dan la sensación de tranquilidad y nos regalan su belleza. Conversamos
sobre la importancia de cuidarlos para que sigan viviendo. Escuchamos las opiniones y sugerencias
de los niños.
Trabajamos con la ficha
Proporcionamos a los niños y las niñas la ficha 4 (pág. 127). Allí encuentran un organizador gráfico
donde pintan el árbol. En el resto de recuadros, pegan autoadhesivos (anexo, pág. 281) que eligen
para representar cómo nos protegen los árboles.
Cierre de la actividad
Colocamos las fichas de cada niño en el sector “Mis trabajos” para que todos las observen.
Antes de la actividad
Elaboramos carteles con el nombre de las flores y los escondemos en diferentes lugares del aula.
Desarrollo de la actividad
Elaboramos nuestras tarjetas de flores
Entregamos a los niños el anexo troquelado de la pág. 265 (tarjetas con nombres de flores) para
que peguen los autoadhesivos con flores (anexo de autoadhesivos, pág. 283). Los niños deben
fijarse el nombre escrito que está debajo de cada flor en el autoadhesivo y pegar la imagen en la
tarjeta que tenga la misma palabra. Por ejemplo: el autoadhesivo de la rosa deberá pegarla en el
espacio que dice “ROSA”. Les preguntamos: “¿Qué creen que dice debajo de esta flor? ¿Cómo
se llama?”. Escuchamos sus predicciones y comentarios, muy atentamente, y respondemos las
preguntas que surjan al ver las diferentes flores. Es importante que la educadora o cada niño
escriba su nombre (de acuerdo con sus posibilidades) en la parte posterior de la tarjeta (para
que luego sepamos a quién corresponde).
Buscamos iguales y diferentes
Organizamos a los niños en grupos que ubicamos en cada mesa. Les decimos que coloquen
sus tarjetas al centro y orientamos la observación de las figuras mediante el diálogo. Indicamos
que pueden jugar a agrupar por color, por tamaño, por el sonido inicial del nombre de la flor,
etcétera. Cuando cada grupo haga sus agrupaciones, preguntamos por qué las han agrupado
así. Escuchamos con atención sus respuestas.
Jugamos a buscar los nombres de las flores
Les recordamos que el nombre de cada flor está escrito debajo de ella. Les pedimos que las
observen. Luego, en la pizarra o en un papelógrafo, pegamos una imagen de cada flor y les
decimos que en el aula están escondidos los carteles que llevan solo los nombres de las flores.
Los animamos a buscarlos. Gana el grupo que más carteles haya encontrado y colocado debajo
de cada flor.
Trabajamos con la ficha
Al entregarles a los niños la ficha 5C (pág. 129), les indicamos que, de manera libre, pueden
dibujar todas las flores que deseen.
Cierre de la actividad
Exponemos lo producido por los niños en el sector “Mis trabajos”.
Antes de la actividad
Solicitamos la autorización de los familiares para una salida de estudio. Buscamos un jardín o
un parque cercano.
Desarrollo de la actividad
Elaboramos el gorro de “cuidador de los parques y jardines”
Comentamos a los niños que haremos una visita a un parque (o jardín), con el fin de observar
cómo podemos ayudar para que esté bien cuidado. Para tal caso, anunciamos que haremos un
gorro que necesitamos para identificarnos como cuidadores. Entregamos a cada uno la ficha 6A
(pág. 131) para que los niños observen los pasos, al mismo tiempo que, con un pliego de papel
de periódico, les mostramos cómo hacerlo. Cuando finalizan, cada niño pega la insignia que lo
hace un “cuidador de los parques o jardines”, la cual desprende del anexo troquel (pág. 261).
Visitamos nuestro parque o jardín
Cuando ya estamos listos, todos nos ponemos nuestros gorros y realizamos un recorrido por
los alrededores de la institución educativa o programa. Con mucha atención, observamos cómo
están los parques o jardines y preguntamos: “¿Están limpios? ¿Hay muchas plantas? ¿Les
echarán agua?”. Conversamos con los niños acerca de lo que ven, sobre lo positivo y lo negativo
que vamos encontrando en nuestro recorrido (si hay un espacio adecuado para sentarnos todos
en el parque o jardín, la conversación se realiza allí; de lo contrario, nos vamos al aula).
¿Qué podemos hacer como “cuidadores de los parques y jardines” para
ayudarlos?
Luego de haber conversado, preguntamos: “¿Qué necesita el parque o jardín que hemos
visitado?”. Escuchamos sus opiniones y dialogamos sobre las posibles soluciones. “¿Qué les
diríamos a nuestros vecinos para que colaboren en el cuidado del parque o jardín? (Por ejemplo:
evitar echar basura a las plantas, recoger las excretas de los animales, echar agua a las plantas,
regarlas cuando el Sol no quema mucho, echar abono, etc.). ¿Cómo podemos hacer para que
todos lean nuestros mensajes? ¿Cuál sería la mejor forma de darlos a conocer?”. Escuchamos
todas las propuestas y las anotamos en un papelote.
Trabajamos con la ficha
Entregamos la ficha 6C (pág. 133). Escribimos en la pizarra los mensajes (cortos) que quedaron
en coordinación con los niños. Ellos escogen uno, lo copian en su ficha 6C y hacen un dibujo.
Cierre de la actividad
Buscamos lugares estratégicos de la institución educativa o programa para ubicar los afiches y
así llamar la atención de los vecinos.
ANEXO
5. Doblar hacia arriba 6. Darle la vuelta y 7. Traer las esquinas izquierda 8. Doblar la esquina
la aleta (hoja superior repetir. y derecha al mismo inferior (una hoja
de papel solamente). tiempo y aplanarlas para solamente) a la
formar un cuadrado. esquina superior.
Antes de la actividad
Buscamos una canción apropiada para los alimentos. Elaboramos un papelógrafo con la letra
de la canción que acompañamos con dibujos.
Preparamos dibujos de alverjas, cebolla, tomate (y otras verduras) o llevamos esos productos al
aula. Investigamos sobre estas y otras verduras de la zona, cómo crecen y sus características.
Desarrollo de la actividad
Cantamos una canción a los alimentos
Mostramos el papelógrafo con la canción de los alimentos. Mientras la vamos cantando con los
niños, señalamos el texto de derecha a izquierda, de arriba abajo.
Conversamos sobre los diversos alimentos que comemos
Escuchamos a los niños decir qué verduras conocen, cuáles les gustan, cuáles no y por qué.
Ponemos énfasis en que la mayoría de alimentos que nacen de las plantas son nutritivos y,
por lo tanto, nos ayudan a crecer fuertes y sanos. Mostramos las verduras que hemos llevado
(o los dibujos) y explicamos sus características. Permitimos que los niños puedan tocarlas y
escuchamos con atención sus opiniones.
Trabajamos con la ficha
Entregamos las fichas 7A (pág. 135), 7B (pág. 137) y 7C (pág. 139) y el anexo troquel de la pág.
257 (alverjas, cebolla, tomate). Les leemos las pistas de cada adivinanza, mientras los niños
leen las imágenes que están al lado. Ellos deberán adivinar de qué verdura se trata y pegarla
donde corresponde.
A continuación, les pedimos que recorten las hojas del libro de adivinanzas y, luego, que las
ordenen según el número de cada página. Finalmente, las pegan como un libro.
Cierre de la actividad
Los niños se llevan su libro de adivinanzas para que sus familiares les ayuden a crear una nueva.
Al día siguiente, lo traen al aula y comparten con todos sus amigos la adivinanza que agregaron.
Antes de la actividad
Buscamos información sobre las características de los animales peruanos.
Ensayamos la canción Todos poseemos una especial forma de caminar.
Desarrollo de la actividad
Cantamos una canción
Cantamos la canción Todos poseemos una especial forma de caminar. Alentamos a los niños
para nombrar a diversos animales e imitar el movimiento que realizan al caminar. Luego les
pedimos que se sienten cómodamente en cojines, petates, alfombras u otros.
Observamos la lámina de animales
Mostramos a los niños la lámina “Los animales de mi Perú” (ficha 1, pág. 141), donde hay tres
escenas con animales de la Costa, la Sierra y la Selva. La observación de la lámina se orienta
de arriba abajo y de izquierda a derecha. Esto permite que luego tengan la misma organización
espacial para la lectura de textos escritos.
Creamos expectativa
Presentamos parte de la lámina. Lo que aún no mostramos se puede tapar con otro papel. La
vamos descubriendo poco a poco, a medida que anticipan lo que hay en ella. De este modo,
promovemos que, a partir de indicios (función simbólica), los niños puedan realizar predicciones
sobre el contenido de la lámina.
Observamos y comentamos
Entregamos la ficha 1 (pág. 141) que contiene la lámina “Los animales de mi Perú”. Permitimos
que los niños la describan y compartan el conocimiento que tienen sobre el tema. Motivamos su
participación mediante interrogantes que generen la observación y la reflexión. Las preguntas
pueden ser textuales: “¿Qué animales conocen? ¿Cuáles te gustaría conocer? ¿Cuántos animales
hay en la lámina? ¿De qué colores son los animales? ¿Son iguales o son diferentes? ¿En qué se
parecen? ¿En qué se diferencian?”; inferenciales: “¿Dónde creen que están los animales? ¿Qué
nombre le pondrían a la lámina?”; críticas: “¿Saben por qué algunos de estos animales están en
peligro de extinción?”. Escuchamos con atención sus respuestas y absolvemos sus consultas.
Trabajamos con la ficha
En la ficha 1B (pág. 143), los niños unen con una línea los animales peruanos que son semejantes
por algunas características: aves (colibrí, gallito de las rocas), insectos (mariposa, abeja), peces
Cierre de la actividad
Colgamos las fichas producidas por los niños en el sector “Mis trabajos” para que todos
puedan verlas.
ANEXO
http://www.conmishijos.com/ocio-en-casa/letras-de-canciones/canciones-forma-de-caminar.html
Antes de la actividad
Buscamos información sobre las aves de la Costa: potoyunco, pelícano y pingüino de Humboldt.
Elaboramos un papelógrafo con un dibujo en el que vemos mar, cielo, arena o rocas. En cartuli-
nas, dibujamos de perfil al potoyunco, al pelícano y al pingüino, de forma que se puedan hacer
comparaciones de sus picos.
Desarrollo de la actividad
Jugamos a medir
Les entregamos una regla (anexo troquel, pág. 249). Los niños pegan ambos lados. Luego les
pedimos que la observen y nos digan qué es lo que ven. Contamos con ellos del 1 al 9. Expli-
camos, mediante ejemplos, cómo pueden medir objetos con su regla. Les comentamos que,
además de objetos del aula, también podemos medir otras cosas.
Comentamos sobre las aves de la Costa
Mostramos el papelógrafo elaborado y preguntamos a los niños si conocen la playa o el mar.
Escuchamos con atención sus respuestas y absolvemos sus dudas. También mostramos los
dibujos del potoyunco, pelícano y pingüino que elaboramos de perfil, y comentamos cómo son
(características físicas, alimentación, etc.).
Mostramos los picos largos y cortos
Enfatizamos las semejanzas y las diferencias entre las aves mencionadas. Les decimos que
observen los picos de las tres y que se acerquen a medirlos con sus reglas. Permitimos que los
niños comprueben sus hipótesis: “¿Cuál de esas aves tiene el pico largo? ¿Cuál tiene el pico
corto?”.
Trabajamos con la ficha
Entregamos a los niños la ficha 2C (pliego, pág. 291). Les pedimos que observen los dibujos de
las aves y que encierren o marquen los picos largos con color rojo y los picos cortos con color
verde.
Cierre de la actividad
Los niños juegan con la regla (anexo troquel, pág. 249) en su casa para encontrar objetos lar-
gos y cortos.
Antes de la actividad
Solicitamos a los familiares que lleven una mascota al aula. Conversamos con ellos para que
expongan ante los niños cómo se llama la mascota, cómo la tratan, qué alimentos comen,
dónde hacen sus necesidades fisiológicas, dónde duermen, etc.
Se recomienda no más de dos mascotas para evitar que los animales peleen o se asusten. Si
es factible, se puede visitar una granja o ir de paseo al zoológico.
Desarrollo de la actividad
Establecemos normas para realizar la actividad
Comentamos que unos niños con sus familiares traerán a sus mascotas para contarnos sobre
ellas. Les preguntamos qué normas podemos establecer para que los animales se sientan bien
y no se asusten. Escuchamos sus aportes. Por ejemplo: no gritar, acariciarlos suavemente, no
apretarlos, no perseguirlos, etc. Escribimos las normas acordadas con los niños en un papelote.
Observamos y comentamos
Los niños se sientan en semicírculo. Presentamos al familiar y al niño dueño de la mascota.
Comienzan diciéndonos cómo se llama, qué sonido onomatopéyico realiza, qué le dan de
comer, dónde duerme, etc. Permitimos a los niños y niñas, en la medida de lo posible, que se
acerquen para observar y acariciar al animal.
Agradecemos al niño y a su familiar por traer a su mascota al aula y la despedimos con cariño.
Igualmente, si visitamos el zoológico o una granja, se explican los cuidados que deben recibir
los animales.
Cierre de la actividad
Los niños presentan los trabajos que realizaron. Los escuchamos y orientamos para que
comuniquen sus propias conclusiones, en relación con la importancia de los cuidados que
debemos tener con nuestras mascotas.
Antes de la actividad
Escribimos una nota a los familiares para que ayuden al niño a buscar información sobre un
animal salvaje del Perú que él elija. El objetivo es que luego pueda contar a sus compañeros lo
que ha podido conocer de ese animal.
Enviamos la ficha 4A (pág. 147) para que el niño la complete con apoyo de su familia. (Dibujo o
figura del animal elegido, dónde vive, lo que come, lo que más le gusta de él).
Desarrollo de la actividad
Conversamos con los niños
Les recordamos a los niños que ya conversamos acerca de que cada uno nos hablará de un
animal salvaje del Perú. Cada familia les ayudó a buscar información, por lo que ahora nos van
a contar en el aula lo que averiguaron del animal elegido. Exponen tres niños por día.
Conocemos a los animales salvajes
Nos ubicamos cerca del niño que expone. Si es necesario, agarramos su ficha 4A o la pegamos
en un lugar cercano a él, de manera que el niño la pueda ver mientras cuenta a sus compañeros
lo que ha podido averiguar del animal salvaje que eligió.
Luego de su exposición, pedimos aplausos a los amigos y felicitamos al niño porque gracias a
él hemos aprendido muchas cosas de un animal.
Trabajamos con la ficha
Entregamos la ficha 4B (pág. 149), en la que el niño puede dibujar el o los animales que más
le llamaron la atención de la exposición de sus compañeros. También reciben autoadhesivos
(anexo, pág. 277) con las figuras de animales salvajes para que las peguen en las siluetas
correspondientes de la ficha 4B, con lo cual adornan su dibujo.
Cierre de la actividad
Pegamos en un lugar visible las dos fichas de cada niño (4A y 4B) con sus exposiciones y
dibujos para que todos puedan observarlas.
Antes de la actividad
Buscamos información sobre las características de las aves, los peces y los reptiles.
Elaboramos diversas tarjetas o utilizamos los autoadhesivos (anexo, pág. 279) con figuras de
aves, peces y reptiles.
Hacemos un papelógrafo con un cuadro de doble entrada (ANEXO: Aves, peces y reptiles).
Desarrollo de la actividad
Observamos y comentamos
Reunidos en semicírculo, repartimos tarjetas con dibujos o fotos de diferentes aves, reptiles y
peces o distribuimos los autoadhesivos (anexo, pág. 279). Orientamos el diálogo con algunas
preguntas, tales como: “¿Qué animales son? ¿Cómo se llaman? ¿Algunos se parecen? ¿En
qué? ¿Qué los diferencia? ¿De qué están cubiertos sus cuerpos? ¿Cuántas patas creen que
tienen? ¿Cómo se desplazan? ¿Cómo respiran? ¿Qué comen?”. (Por ejemplo: las aves tienen
alas y ponen huevos, los peces viven en el agua y tienen escamas, los reptiles ponen huevos).
Para que los niños elaboren sus propias hipótesis, podemos formular también otras preguntas
que creamos convenientes.
Organizamos la información
Escuchamos atentamente las respuestas de los niños y las escribimos en el papelógrafo que tiene
el cuadro de doble entrada. Identificamos las semejanzas y diferencias entre las características.
En lo escrito, subrayamos con color azul las semejanzas, con rojo las diferencias y con verde las
características únicas. Luego cada niño pega la tarjeta o los autoadhesivos (anexo, pág. 279)
del animal que le tocó, en la columna que corresponde (aves, peces y reptiles).
Trabajamos con la ficha
Entregamos a los niños y niñas la ficha 5 (pág. 151). En ella pegan los autoadhesivos (anexo,
pág. 279) agrupándolos de acuerdo con un criterio. Los encierran con crayones de diversos
colores.
Cierre de la actividad
Colocamos las fichas producidas por los niños en el sector “Mis trabajos” para que todos las
puedan observar.
Antes de la actividad
Buscamos información acerca de la función de los insectos y qué son los caracoles y las arañas.
Reunimos frascos o cajitas, en cuyas tapas hacemos pequeños huecos.
Nos organizamos para recorrer los alrededores de la institución educativa o programa para
recolectar insectos.
Para nuestra caminata de “búsqueda”, prevemos llevar pinzas y algunos frascos o cajas
pequeñas que sirvan para atrapar insectos.
Desarrollo de la actividad
Exploramos nuestro entorno
Recordamos algunas normas para tener una búsqueda segura. Nos sentamos en el pasto y con
los ojos cerrados escuchamos los sonidos del entorno: pájaros, autos, grillos, perros, carneros,
entre otros. Comentamos sobre sus percepciones, gustos y rechazos al escuchar esos sonidos;
por ejemplo: me gusta el canto de los pájaros, no me gusta el ruido de los camiones, etc.
Proponemos convertirnos en investigadores de “bichitos del jardín”.
Recordamos que algunos insectos pueden ser venenosos, por lo que debemos tener cuidado
de no agarrarlos con la mano. Comentamos que son animales que no hacen ruido. Entonces,
para encontrarlos, tenemos que buscar diferentes maneras. Escuchamos las propuestas de
los niños para investigar debajo de las piedras, entre las hojas, en los troncos, en los charcos,
etcétera. Proporcionamos los materiales para realizar la búsqueda y proponemos la siguiente
idea: “¿Qué pasará si echamos agua a la tierra?”. Escuchamos sus predicciones y realizamos
la experimentación.
Comentamos sobre lo explorado
Terminada la etapa de recolección, llevamos en frascos los insectos al aula. Observamos
y comentamos sus características: cómo es la forma de su cuerpo, si tienen alas, si tienen
antenas, cómo se mueven; identificando el lugar donde los encontramos. Dialogamos sobre los
animales recolectados y explicamos que si tienen seis patas, son insectos; si tienen un número
distinto, no lo son. Con ayuda de una lupa, descubrimos la cantidad de patas de los animales
que tenemos en los frascos. A partir de su observación y comparación, discriminan cuál de
ellos es un insecto y cuál no lo es. Registramos todas las observaciones en un papelote, donde
anotamos el número de patas que tiene cada uno.
Cierre de la actividad
Dialogamos con los niños para recoger sus impresiones sobre la actividad realizada: “¿Qué
les pareció el paseo por el jardín, patio, etc.? ¿Qué cosas nuevas observaron y aprendieron?”.
Ampliamos la información sobre los insectos utilizando algún texto de la biblioteca.
Desarrollo de la actividad
Recibimos una visita
Recordamos que, días atrás, tuvimos la visita de unos familiares que nos presentaron a sus
mascotas. (Si en esa actividad logramos realizar la visita a una granja o al zoológico, la
recordamos también). Anunciamos que ahora nos visitará un especialista en animales (un
veterinario, un papá o persona que haya ayudado a algún animal a tener crías). Saludamos a
nuestro visitante, a quien le pedimos que nos comparta sus experiencias sobre cómo acompañó
el nacimiento de algún animal. Los niños podrían formularle diversas preguntas. Por ejemplo:
“¿Cómo nacen los animales? ¿De qué se alimentan al nacer? ¿Cómo son los cuidados de las
crías?”. Nosotras podemos agregar las interrogantes que creamos convenientes para orientar
la conversación. Despedimos a nuestro visitante de manera afectuosa agradeciendo su visita.
Consolidamos la información
Sentados en semicírculo, conversamos a partir de la siguiente pregunta: “¿Todos los animales
nacen de la misma manera? ¿Por qué?”. Concluimos que algunos animales nacen de la
“barriga” de mamá y otros nacen por medio de huevos. En este caso, ponemos énfasis en los
que nacen de la “barriga” de la mamá. Por ejemplo: las gatas se ponen muy gordas, ya que
tienen muchos gatitos en su “barriga”; luego de aproximadamente tres meses, los gatitos nacen.
Trabajamos con la ficha
Entregamos la ficha 7A (pág. 155), donde se observa a una gata preñada, sus gatos recién
nacidos y los mismos gatos ya más grandes. Los niños recortan estas imágenes y las pegan en
la ficha 7B (pág. 157), de acuerdo con la secuencia (primero, segundo y tercero).
Cierre de la actividad
Exhibimos sus trabajos en un lugar seleccionado, dentro o fuera del aula, para observarlos y
dialogar sobre ellos. Luego podemos ubicarlos en el sector de biblioteca.
Desarrollo de la actividad
Creamos expectativa
Sentados en semicírculo, observamos con los niños algunos de los trabajos sobre animales que ellos
realizaron en actividades anteriores. Estos se encuentran en los fólderes y en el sector de biblioteca.
Preguntamos imagen por imagen: “¿Cómo se llama este animal? ¿Saben cómo nacen sus crías?”.
Registramos sus respuestas en un cuadro de doble entrada y, luego, aclaramos sus dudas.
Conversamos sobre los animales
Conversamos sobre los animales que nacen por medio de huevos y sus características (si toman
leche de su mamá cuando nacen, si los huevos se deben cuidar y de qué manera para que el
animal que está dentro se encuentre bien y pueda nacer, etc.). Preguntamos si alguna vez han
visto nacer de un huevo. Quizá alguno quiera contarnos su experiencia o tal vez no haya ninguno
que lo vio. En todo caso, los animamos a saber más y les mostramos la secuencia de imágenes
que preparamos sobre el nacimiento de un pollo, con lo cual les contamos cómo algunos
animales nacen de huevos. Luego nos dirigimos al sector de biblioteca, donde buscamos libros
relacionados con el tema. Escuchamos todas las ideas, comentarios e hipótesis que formulen
los niños, ya que a partir de ello estarán construyendo su nuevo conocimiento, despertando así
curiosidad e interés por conocer y aprender.
Trabajamos con la ficha
Entregamos la ficha 8B (pág. 159) y preguntamos qué observan en ella. Les leemos los textos de
cada globo y les entregamos el anexo (pág. 273) con las figuras autoadhesivas de una tortuga,
un pez, un pato y una avestruz para que las peguen donde corresponda. Conversamos sobre las
semejanzas y las diferencias entre los animales que hemos investigado, cuyo nacimiento se realiza
mediante huevos. También observan los diferentes tamaños de los huevos de cada animal.
Cierre de la actividad
Realizamos pequeños trabajos de investigación sobre cómo nacen los animales que tienen en
casa (si no lo tienen, que elijan el que más les guste). Con esa información, elaboran una ficha
que luego presentan a sus compañeros. Finalmente, ubicamos esos trabajos en el sector de
biblioteca.
Antes de la actividad
Solicitamos el permiso de los familiares para visitar una feria, un mercado o una tienda cercana.
Desarrollo de la actividad
Observamos la lámina
Entregamos a los niños la ficha 1A (pág. 161). Luego de observarla, les preguntamos: “¿Qué
están haciendo las personas? ¿Qué están vendiendo? ¿Qué lugar será ese? ¿Ustedes algunas
veces han ido al mercado? ¿A la tienda? ¿A la feria? ¿Estos lugares de venta son iguales? ¿Hay
diferencias entre tienda, mercado y feria? ¿Cuáles? ¿Fue divertido? ¿Por qué? ¿Qué hicieron?
¿Con quiénes fueron? ¿Qué vendían?”. Escuchamos sus comentarios con atención.
Nos organizamos para visitar un lugar de venta de artículos diversos (mercado,
tienda, feria)
Antes de salir, conversamos con los niños para recordarles las normas convenidas con ellos
para andar en la calle: estar siempre cerca de las educadoras y del grupo, levantar la mano si
desean preguntar, escuchar a sus amigos cuando ellos preguntan, etc. Asimismo, les decimos
que veremos todos los productos que venden para saber qué cosas tienen en ese lugar de
venta. “¿Qué creen que debemos preguntar? ¿Qué creen que debemos mirar?”. Escuchamos
sus comentarios con atención, ya que las preguntas a los vendedores las formularemos en
función de los intereses de los niños.
Hacemos la visita
Visitamos el lugar elegido y observamos e indagamos: “¿Qué es lo que venden? ¿Dónde
consiguen los productos? (Si cosecharon en su chacra o los compraron). ¿Cuánto cuestan?
¿Cómo se venden los productos? (Por unidad, por peso, etc.)”. Los niños pueden realizar las
preguntas que estimen convenientes a los vendedores.
Compartimos en el aula lo observado
En el aula conversamos sobre lo observado. Les preguntamos: “¿Qué vendían? ¿Qué puestos de
venta había? ¿Todos los productos tenían precio? ¿Les gustó ir al lugar de venta?”. Escuchamos
sus respuestas y absolvemos sus consultas. A continuación, los niños opinan sobre qué tipo de
lugar de venta les gustaría implementar en el salón: “¿En el aula tenemos un lugar de venta para
Cierre de la actividad
Les proponemos a los niños desarrollar un proyecto para jugar a ser comerciantes. Para ello,
responden las siguientes preguntas:
Podrán surgir distintos tipos de actividades a partir de las propuestas de los niños. Estas se irán
desarrollando de manera gradual.
Se detallan todas las actividades Se realiza un listado de los ma- Se anotan todas las actividades
propuestas, especificando to- teriales propuestos por los niños propuestas para organizarse:
dos los materiales y recursos y las niñas. en parejas, en grupos peque-
que se necesitarán. ños, de manera individual, etc.
Antes de la actividad
Pedimos a los familiares que los niños traigan algún derivado de los animales. Por ejemplo: una
chompa o un chullo de lana, queso, una correa de cuero, salchicha, entre otros.
Desarrollo de la actividad
Presentamos nuestros productos
Cada niño presenta, por turnos, el producto que trajo al aula. Después de cada presentación,
les preguntamos a todos si alguien sabe qué animal nos da ese producto. Escuchamos sus
hipótesis. Si ninguno responde acertadamente, vamos dando pistas como adivinanzas para
que los niños lleguen al nombre del animal correcto. Por ejemplo, mostramos un embutido y les
decimos: es un animal que tiene una cola pequeña, que dice oink, oink.
Durante el proceso de construcción del aprendizaje de los animales, podemos dar pistas, pero
no adelantar información. Es importante que este sea el momento en el que los niños compartan
“su” información y conocimiento, planteen sus hipótesis, etc. Con ellos concluimos que existen
animales muy importantes que nos ayudan a vivir mejor.
Realizamos agrupaciones
A medida que los niños presentan sus productos, se agrupan según el animal del cual se
derivan. Escuchamos sus razones y comentarios sobre esta forma de agrupación.
Trabajamos con la ficha
Distribuimos las fichas 2A (pág. 165) y 2B (pág. 167). Los niños reconocen a los animales
que hay en ellas y predicen qué puede decir en la parte superior de cada figura. Luego les
entregamos el anexo de autoadhesivos (pág. 287) que contiene productos derivados de estos
animales. Los niños los pegan en los tres espacios que están debajo de cada figura. Después
recortan por las líneas punteadas para hacer un libro. Escriben su nombre en la carátula con
grafismos, según su nivel de escritura. Pueden decorar la carátula como deseen. Esto les servirá
para mostrar en “su tienda” los productos que venderán.
Cierre de la actividad
Sentados en semicírculo, conversamos sobre la actividad realizada. Concluimos con los niños
que los animales son importantes para nuestro bienestar.
Debemos recordar que nosotras somos facilitadoras en esta conversación y que las
conclusiones deben ser elaboradas por los niños con nuestra ayuda, pero sin nuestra
intervención directa.
Antes de la actividad
Elaboramos un papelógrafo con la poesía “¡A nadar!”, del libro de la biblioteca de aula
Sembrando poesía del Ministerio de Educación:
¡A nadar!
Tanto me dice Andrés
que nadará como un pez
y que contando hasta diez
se zambullirá como un pez.
Dime, dime otra vez.
(Nohemí Estrada Pérez)
Desarrollo de la actividad
Leemos una poesía
Proponemos a los niños y niñas leer la poesía “¡A nadar!”. Les mostramos el papelógrafo y les
leemos su contenido. Analizamos el texto con ellos mediante las siguientes preguntas: “¿Por qué
piensan que está escrito de esa manera? ¿Por qué son líneas cortas? ¿Las palabras riman entre
sí? ¿Cuáles?”. Les volvemos a leer el texto las veces que sean necesarias, poniendo énfasis en
la sílaba final de cada línea. Luego analizamos el contenido: “¿De qué trata la poesía? ¿Quién es
Andrés? ¿Qué hace? ¿Ustedes saben nadar? ¿Cómo aprendieron? ¿A quién le gusta bañarse
en el mar, en el río o la laguna? ¿Por qué? ¿Alguna vez se han encontrado con un pez en el
agua? ¿Qué les pareció esa experiencia? ¿Qué peces conocen?”. A estas podemos agregar las
preguntas que creamos convenientes.
Planteamos desafíos
Dialogamos con los niños planteándoles diferentes desafíos; por ejemplo: “¿Qué diferencia hay
entre un pez y un pescado?”. Escuchamos con atención sus respuestas y luego les contamos
que se llama pez cuando está vivo en el agua y pescado cuando lo pescan, ya sea con red,
anzuelo, caña, bolicheras, botes, etc. En seguida, preguntamos: “¿Cómo se llama la persona
que pesca?”, y les pedimos que nos cuenten si han ido alguna vez a pescar, si conocen a algún
pescador, si recuerdan qué otros productos se pueden obtener del mar o del río. Anotamos todas
sus respuestas en un papelote. Es importante que recojamos las experiencias de los niños y que
los incentivemos siempre a compartir con el grupo sus conocimientos, dudas e intereses.
Elaboramos peces de papel
Anunciamos a los niños que vamos a elaborar peces de papel. Para ello, les damos la ficha
3A (pág. 169) y papeles de diferentes colores claros de 15 x 15 cm cada uno. Les mostramos,
Cierre de la actividad
Cuando, más adelante, terminen de armar la tienda, los niños pueden llevar sus peces y su caña
para jugar en casa.
Desarrollo de la actividad
Creamos expectativa
Colocamos todos los productos sobre las mesas. Pedimos a los niños ordenar todo lo traído,
agrupando según sus propios criterios. Luego les preguntamos: “¿Cómo se llaman estos productos?
¿De dónde los traen? ¿Dónde los siembran?”. Escuchamos atentamente sus respuestas.
Clasificamos los alimentos
Luego de la conversación con los niños, concluimos que los productos se clasifican en verduras,
frutas, tubérculos o cereales. Proponemos dividirlos en 4 grupos. A cada mesa, proporcionamos
una cartulina de diferente color, donde agruparán cada producto según el criterio de clasificación.
Preguntamos a cada grupo: “¿Para qué sirven estos alimentos? ¿Para qué son buenos? ¿En qué
nos benefician? ¿Cuáles de estos productos consumimos más en casa y cuáles no? ¿Cuáles
nos gustan más y cuáles no? ¿Cuáles hemos probado? ¿Cuáles de estos productos siempre
están en sus casas y cuáles no? ¿Podríamos probar aquellos que no consumimos? ¿Saben
dónde se cultivan?”. Escuchamos sus respuestas y conversamos sobre la importancia de esos
productos para la buena alimentación y la salud.
Trabajamos con la ficha
Entregamos a los niños la ficha 4A (pág. 175). Les pedimos que la observen y nos describan lo
que ven en ella. Explicamos, de una manera muy sencilla, la secuencia desde que se siembran
hasta que se consumen los alimentos en casa. Luego los niños recortan las escenas de la ficha
4A y las pegan en los casilleros de la ficha 4B (pág. 177), según el orden que les corresponde.
Finalmente, con ayuda de la educadora, escriben el número de acuerdo con la secuencia.
Para compartir con los niños, podemos traer al aula un plato sencillo a base de productos que
se cultivan en su comunidad. Puede ser choclo con queso, quinua inflada, frutas, entre otros.
Cierre de la actividad
Los niños comparten los trabajos realizados y los cuelgan en el sector “Mis trabajos”. Resaltamos
con ellos la importancia de estas actividades productivas en nuestra comunidad, así como la
de consumir alimentos variados para una buena salud, pues cada uno aporta un beneficio
diferente. Por lo tanto, también son productos que podemos vender.
Antes de la actividad
Trazamos antes de que lleguen los niños: dos cuadrículas, cada una de cuatro por cuatro
cuadrados (parecidos a los de las fichas 5A y 5B). Tenemos a mano y organizados todos los
materiales.
Desarrollo de la actividad
Jugamos en la cuadrícula
Salimos al patio y pedimos a un grupo de 6 u 8 niños que se ubiquen dentro de una de las
cuadrículas, en el lugar que prefieran. Proponemos a otro grupo de niños de la misma cantidad
que se ubiquen en la otra cuadrícula, copiando la misma ubicación que los primeros. Los niños
restantes serán los jueces para observar y decir si se han colocado correctamente. Repetimos
el juego las veces que sean necesarias para que todos los niños participen en todos los roles.
Podemos realizar una variación del juego utilizando objetos, como pañuelos, octogonitos,
pelotas de tela u otros materiales de los módulos de aula del Ministerio de Educación, para que
el primer grupo de niños las ubiquen en la primera cuadrícula y el otro grupo lo haga igual en la
otra, mientras el último grupo se encarga de evaluar lo realizado por los dos anteriores. Cuando
sea necesario, utilizaremos las siguientes posiciones: arriba, abajo, dentro de, fuera de, delante
de, detrás de, lejos de, cerca de, al lado de, en medio de.
Diseñamos pequeñas mantas
Repartimos las almohadas del módulo de materiales del Ministerio de Educación y dejamos
que los niños jueguen libremente con ellas. Solicitamos que, en grupos, diseñen sus mantas
uniendo las pequeñas almohadas. Luego les pedimos que comparen sus diseños con los de
los otros grupos. A continuación, conversamos sobre los diseños que cada grupo utilizó y la
ubicación de cada almohada, contamos el número de almohadas que utilizaron en cada fila y
las dibujamos en un papelógrafo. Observamos las posibilidades de representación de los niños.
Trabajamos con la ficha
Presentamos la ficha 5A (pág. 179) y la observamos, describiendo las cuadrículas que se
presentan. Solicitamos que verbalicen los colores que observan en cada una de ellas, los
diseños y la ubicación que tienen. Les pedimos que dibujen los diseños en las cuadrículas
en blanco de la derecha, siguiendo el modelo de la izquierda. Con cada niño, revisamos los
diseños de las mantas.
Cierre de la actividad
Pegamos todos los diseños sobre una tela, cartón, cartulina u otro material de soporte y
confeccionamos una gran manta. Elegimos un lugar en el aula donde la colocamos. Podemos
echarle bondo o forrarla con cinta adhesiva para que se conserve mejor. Esta gran manta estará
a la venta.
Para concluir, nos sentamos en círculo y conversamos sobre lo divertido que ha sido elaborar
nuestra propia manta.
Desarrollo de la actividad
Creamos expectativa
Proponemos implementar la tienda con los productos que los niños han elaborado, con aquellos
alimentos que usamos en actividades anteriores y con los objetos y las cajas de productos que
todos han traído. Motivamos a los niños para que nos den ideas de cómo podría ser la tienda.
Nos organizamos para preparar la venta de nuestros productos
Antes de empezar a jugar, es importante elaborar con los niños un listado de normas para cuidar
nuestra tienda.
Luego les pedimos que organicen en grupos las cosas que tienen. Por ejemplo: peces, mantas,
alimentos, ropa, juguetes, víveres, etc. Debemos procurar que los propios niños identifiquen y
distribuyan las tareas necesarias para organizar el trabajo y lograr el objetivo.
De acuerdo con esta organización, ellos deciden quiénes serán los cajeros, los vendedores de
cada sección de productos, el vigilante y el público en general. Podemos pedirles que “escri-
ban” (dibujen o escriban grafismos según su nivel de escritura) su lista de compras en su libreta
de notas (ficha 6A, pág. 183).
Trabajamos con la ficha
Según la forma en que se han organizado, los niños escriben (o dibujan), con nuestra ayuda,
los carteles (ficha 6B, pág. 185) para sus tiendas (por ejemplo: pueden ponerle un nombre y un
dibujo para la tienda de ropa).
Ropa
110 GUÍA PARA DOCENTES
Jugamos a la tienda
Los niños ubican los productos en la tienda asignándole a cada uno la etiqueta elaborada. Luego
les entregamos las monedas para que puedan comprar (anexo troquel, pág. 253). Realizamos el
juego de roles según lo trabajado en las normas de convivencia. Es importante resaltar las estra-
tegias que los niños utilizan al momento de cobrar y sacar las cuentas, como contar uno a uno,
decir el total (cuidamos que las cantidades no sean mayores que 9), graficar con palotes, contar
las monedas, sacar las cuentas con los dedos, etc. Todo ello para resolver situaciones de juntar
o separar cantidades (operaciones aditivas) durante la actividad de compra y venta.
Cierre de la actividad
Conversamos sobre la experiencia vivida: “¿Qué fue lo que más les gustó? ¿Por qué? ¿Qué les
gustó menos y por qué? ¿Se parece a alguna tienda que conocen? ¿Estos productos también es-
tán en las tiendas reales o no? ¿Qué compran sus familias cuando van a la tienda o al mercado?
¿Conocían que había toda esta variedad de productos? ¿Alguna vez han ido a comprar ustedes
a la tienda o al mercado?”. Escuchamos los aportes y las experiencias de los niños.
Desarrollo de la actividad
Observamos la lámina
Entregamos a los niños la ficha 1A (pág. 189) que presenta el dibujo de una fiesta. Les pedimos
que la observen y nos digan lo que ven: “¿Cuántas personas hay? ¿Qué están haciendo? ¿Están
alegres? ¿Dónde están? ¿Agregarías algo al dibujo?”. Si los niños comentan que están en una
fiesta, les preguntamos: “¿Qué es una fiesta?”. Reforzamos la idea de que es una reunión de
personas para divertirse, que muchas veces está acompañada de música, baile y comida.
Conversamos sobre las fiestas que los niños conocen
Preguntamos a los niños si han ido a algunas fiestas. Escuchamos con atención lo que nos
comentan y absolvemos sus dudas. Pueden decirnos que fueron al cumpleaños de su amigo
o a la fiesta del pueblo. Entonces les preguntamos: “¿Qué cosas había? ¿Comida? ¿Música?
¿Ustedes bailaban? ¿Estaban contentos?”.
Dramatizamos una fiesta
Les proponemos hacer una fiesta parecida a las que conocen. Recogemos sus ideas y aportes
sobre cómo hacerla. Los ayudamos preguntando: “¿Qué cosas creen que no pueden faltar en
una fiesta?”. Quizá respondan: música, bailes, comida, motivo para celebrar, etc. Anotamos sus
expresiones y los animamos a buscar lo necesario para la actividad.
Cantan y bailan utilizando instrumentos musicales u otros elementos que produzcan sonidos,
como cajas, palitos, bateas, etc. También pueden ponerse vestimenta de la zona y recrear
libremente la celebración de una fiesta de su comunidad: carnavales, Navidad, aniversarios,
entre otras. Este momento debe ser agradable y divertido para todos; sin embargo, si algún niño
no desea participar, debemos respetar su decisión.
Trabajamos con la ficha
Entregamos a los niños la ficha 1B (pág. 191). En ella dibujan la fiesta que ellos recuerden
que más les gustó. Reciben también la ficha 1C (pág. 193) de listones de colores para que los
recorten, los unan y hagan una pequeña cadeneta que pegan luego en su dibujo de la fiesta.
Finalmente, los niños nos dictan lo que quieren que escribamos debajo de su dibujo.
Cierre de la actividad
Los niños que desean comentan lo que han dibujado a sus compañeros.
Desarrollo de la actividad
Observamos cómo bailan y el traje típico
Les comentamos que cuando se celebra alguna fiesta de la comunidad, hay personas que
danzan y utilizan vestimentas propias de la zona. Por eso, anunciamos que unos familiares de
los niños nos visitan para mostrarnos una danza con los trajes típicos. Durante la presentación,
los niños observan o participan bailando si así lo desean. Al finalizar, aplaudimos y agradecemos
la visita.
A continuación, conversamos en grupo sobre los bailes y los trajes típicos que conocen los niños.
Preguntamos: “¿Cuáles nos gustan más? ¿Por qué? ¿Cómo es la vestimenta de los varones y
las mujeres? ¿En qué se diferencian? ¿Cómo serán los trajes típicos en zonas donde hace
mucho calor? ¿Y cómo serán donde hace mucho frío? ¿Por qué?”. Escuchamos con atención
sus respuestas y absolvemos sus consultas.
Elaboramos nuestros propios trajes típicos
Proponemos a los niños crear alguna pieza del traje típico con material reciclable: periódicos,
bolsas y otros que se puedan disponer en el aula. Diseñamos con ellos chalecos, faldas, vinchas
o cinturones de papel de seda. Les preguntamos cómo podrán hacerlo.
Invitamos a los niños a pintar los trajes con témperas utilizando sus dedos. Pintar le permite
al niño expresar las preocupaciones que aún no puede comunicar con palabras, también
liberarse de la agresión y la ansiedad, así como desinhibirse.
Los niños se visten con sus trajes e inventan una coreografía de baile. Les entregamos el kit de
instrumentos musicales del Ministerio de Educación o les ponemos música que acompañe la
danza.
Trabajamos con la ficha
En la ficha 2 (pág. 195), los niños dibujan el baile que inventaron con los trajes típicos elaborados.
A continuación, comentan si les gustó o no la actividad.
Cierre de la actividad
Los niños cuelgan sus dibujos en el sector “Mis trabajos”.
Antes de la actividad
Invitamos a los familiares a celebrar el Día Mundial del Libro Infantil en el aula. Les solicitamos
que traigan el texto elaborado de un pequeño cuento para niños y algunas figuras de revistas
o periódicos relacionadas con su contenido. Ponemos énfasis en que el cuento debe estar de
acuerdo con los intereses y la edad de los niños.
Adecuamos el espacio del aula para que los niños se sienten cerca de sus familiares.
Desarrollo de la actividad
Recibimos a los familiares
Comentamos a los niños y sus familiares que estamos celebrando el Día Mundial del Libro
Infantil. Resaltamos la importancia de esta celebración, ya que por medio de los cuentos nos
imaginamos muchas cosas, aprendemos otras y nos divertimos de gran manera con sus
historias. Por ello, debemos buscar una manera de festejarlo: “¿Cuál podrá ser?”. Escuchamos
las opiniones de los niños y sus familiares.
Nos ponemos de acuerdo para hacer un cuento
Animamos a los niños y sus familiares a elaborar un cuento para nuestra biblioteca de aula. Para
ello, les damos diversos materiales: papeles de colores, figuras de revistas, goma, tijeras, lanas,
telas, etc.
Trabajamos con la ficha
Entregamos las fichas 3A (pág. 197) y 3B (pág. 199). Los niños y cada familiar deben adecuar
sus respectivos cuentos a tres escenas, las que dibujan y pintan o representan pegando figuras
de revistas. Asimismo, el familiar escribe debajo de cada escena el texto que corresponde. Luego
preparan la carátula con el título del cuento, una imagen alusiva y los nombres de los autores.
Finalmente, engrapan las hojas. Los que desean pueden contar sus cuentos a los niños.
¿Cómo sabemos dónde nos quedamos en la lectura?
Preguntamos a los niños y sus familiares: “¿Cómo sabemos en qué página del cuento nos
hemos quedado?”. Escuchamos con atención sus comentarios. Les explicamos que podemos
elaborar separadores de páginas para recordar dónde nos quedamos en nuestra lectura.
Cierre de la actividad
Colocamos el cuento en un lugar especial del aula o, por turnos, permitimos que lo lleven a
casa para disfrutarlo en familia, respetando las normas para su cuidado. Agradecemos a los
familiares por participar en esta actividad.
Antes de la actividad
Elaboramos una lámina con la historia del sueño de San Martín en tres escenas (San Martín,
recostado en la palmera, soñando con el pueblo que ayudaría a liberar, se despierta y ve a las
parihuanas que le inspiran los colores de la bandera). Ver ficha 4A (pág. 203).
Preparamos el ambiente con cojines, petates u otros, donde los niños se sientan cómodos para
escuchar la historia.
Desarrollo de la actividad
Observamos la lámina
Los niños y las niñas observan la ficha 4A (pág. 203) y comentan: “¿Qué dirá en la lámina?”. Les
leemos el título y, a partir de él, conversamos en torno a las siguientes preguntas: “¿Quiénes
aparecen en la lámina? ¿Qué están haciendo? ¿Quiénes son?”.
Debemos hacerles sentir que todas las respuestas de los niños son importantes y fomentar un
clima de confianza y seguridad para que se expresen con espontaneidad.
Contamos la historia del sueño de San Martín
Contamos la historia del sueño de San Martín, mientras los niños siguen observando la lámina.
A medida que vamos contando la historia, en el momento oportuno, realizamos preguntas de
tipo literal (¿Quién está durmiendo al pie de la palmera?), inferencial (¿Qué creen ustedes que
hubiera pasado si San Martín no hubiera tenido ese sueño?) y crítico (¿Les gusta los colores de
la bandera del Perú? ¿Por qué?). Escuchamos sus respuestas con atención y absolvemos sus
dudas.
Trabajamos con la ficha
Les entregamos la ficha 4B (págs. 205-206) para que los niños elaboren una tarjeta por Fiestas
Patrias. Ellos dibujan lo que más les gustó de la historia del sueño de San Martín. Luego
escribimos lo que nos dictan acerca de lo que han dibujado.
Cierre de la actividad
Los niños llevan a casa la tarjeta sobre el sueño de San Martín para compartir la historia con sus
familiares.
Antes de la actividad
Investigamos sobre la canción criolla y buscamos canciones de este tipo.
Coordinamos para tener en el aula una guitarra y un cajón.
Elaboramos papelógrafos con canciones criollas para cantar con los niños.
Desarrollo de la actividad
Celebramos el Día de la Canción Criolla
Comentamos a los niños que el Día de la Canción Criolla surge para celebrar con alegría esta
manifestación musical propia de nuestro país. Les hablamos del cajón y la guitarra, instrumentos
musicales que se utilizan mucho en este tipo de canciones.
Conocemos la guitarra y el cajón
Les mostramos la guitarra y el cajón que son muy importantes para cantar las canciones criollas.
Permitimos que los niños los toquen para que conozcan el sonido de estos instrumentos
musicales.
Cantamos canciones criollas
Presentamos los papelógrafos en los que hemos escrito las canciones. Las repasamos con los
niños para que las aprendan y entiendan. Vamos leyendo cada una y explicando lo que los niños
nos preguntan.
Cantamos canciones criollas o las escuchamos mediante un equipo de sonido. En ambos
casos, motivamos a los niños para bailar y armar la fiesta. Si alguno de ellos no desea participar,
no le obligamos a hacerlo.
Trabajamos con la ficha
Los niños reciben la ficha 5 (pág. 207). Ellos observan en la ficha las siete (7) diferencias que
existen entre los dos dibujos. Marcan donde corresponde.
Cierre de la actividad
Los niños comentan si les gustó o no bailar y qué les agradó más de la actividad.
Antes de la actividad
Invitamos a los familiares para que participen en la clase. A ellos les solicitamos el material
necesario para elaborar las cometas.
Revisamos información sobre la Semana Nacional de los Derechos del Niño, 24 de setiembre.
Escribimos en un papelote y ensayamos La canción de los derechos (Unicef), que podemos
escuchar en http://www.educared.org/global/calendario-civico-escolar/visor?EDUCARED_SHARED_
CONTENT_ID=486616.
Azul, verde o rojo,
no importa el color
ni el idioma, raza o religión.
Da igual de dónde vienes,
da igual a dónde vas,
Si vives en el campo
o en la gran ciudad.
Nacemos libres,
nacemos iguales.
Tenemos derechos
CORO universales.
Nacemos libres,
nacemos iguales.
Los mismos derechos,
somos responsables.
Derecho a la escuela,
a la educación.
Derecho a la salud,
a la protección.
Derecho a opinar
y a participar,
unos y otros con libertad.
Libres, iguales, derechos universales.
Libres, iguales, libres.
CORO
Cierre de la actividad
Planificamos un paseo al campo donde los niños puedan mostrar sus cometas y hacerlas volar
para que se conozcan los derechos del niño. Es importante realizar esta actividad en lugares
despejados, lejos de árboles o cables de electricidad.
Al momento de hacerla volar junto con un familiar: que uno de los dos sujete la cometa en
posición vertical y otro sujete el hilo a una distancia de 5 metros, aproximadamente. Quien tiene
el hilo que empiece a correr y el otro, antes de sentir el tirón del hilo, que suelte la cometa hacia
arriba. De esta manera, ella surcará el cielo. Soltando más hilo, volará más alto.
1 2
3
Ata las cañas Une los extremos
Engoma las cañas
por el centro. con el pabilo.
y pega el papel.
5 6
Tirante:
4 Recorta el borde Ahora dobla el
Ata un extremo del pabilo
dejando 1 cm de borde, engómalo y
a 15 cm de distancia del
distancia. pégalo.
centro como se ve en la
imagen, luego une los otros
extremos y ata.
7
Decora y
coloca
la cola (3 m).
Antes de la actividad
Leemos el cuento Los tres árboles y lo releemos para familiarizarnos con él, de manera que
podamos ensayar las pausas y la entonación, los gestos, los ademanes y las preguntas que
haremos antes y durante la narración (con solo una o dos interrogantes será suficiente para
mantener la atención y crear expectativa).
Elaboramos títeres con los personajes para presentar el cuento a los niños.
Colocamos en el aula, si es que no lo tenemos, un calendario grande. Llevamos otros de
diferentes formatos (grandes, pequeños, de bolsillo, de escritorio, etc.).
Planificamos las actividades posteriores al cuento y prevemos todo lo necesario para ellas.
Desarrollo de la actividad
Disfrutamos un cuento
Nos ponemos el gorro navideño y anunciamos a los niños, con alegría y entusiasmo, la hora del
cuento. De esta forma, ellos relacionarán el momento con el disfrute y la diversión.
Ubicamos a los niños y niñas en semicírculo, sentados sobre mantas. Les presentamos los títeres
para que los observen detenidamente, dándoles a conocer el título del cuento. Recogemos sus
expectativas e hipótesis sobre lo que pasará en él, anotándolas en un papelote o en la pizarra.
Les narramos el cuento Los tres árboles (ficha 7A, pág. 213) utilizando los títeres de los
personajes. Formulamos algunas preguntas para captar la atención de los niños en torno a la
historia; por ejemplo: “¿Qué habrá sido eso tan importante que sucedió en Belén?”.
Al finalizar el cuento, propiciamos el diálogo a partir de preguntas que los lleven a recordar:
“¿Quiénes se encontraban a la entrada del establo donde nació Jesús? ¿Qué se preguntaban?
¿Por qué estaba triste el pino? ¿Qué hizo la estrella al escuchar la conversación entre los
amigos?”; reflexionar y criticar: “¿Crees que la palmera y el olivo hicieron bien al hablarle así al
pino? ¿Qué hubieras hecho tú en su lugar?”, y opinar: “¿En tu comunidad también se alegran
cuando llega la Navidad? ¿Por qué? ¿Qué te gusta más de la Navidad? ¿Por qué?”.
Los niños comparan lo que sucedió en el cuento con sus anticipaciones que anotamos en el
papelote o en la pizarra.
Cierre de la actividad
Los niños acuerdan la forma en que recordarán los días que faltan para la llegada de Navidad:
pintando los recuadros de los días; marcando con una cruz, palote o el signo preferido;
formulando su deseo, petición o agradecimiento del día; etc.
Llevan a casa su calendario de adviento para esperar en familia la llegada de la Navidad.
Cuando el niño Jesús nació en Belén, el mundo se llenó de alegría y llegaban gen-
tes de todas partes para ofrecerle regalos.
Cerca del establo donde el niño Dios descansaba, se dice que había tres árboles:
una palmera, un olivo y un pino. Al ver a tanta gente que iba y venía con regalos,
ellos también sintieron deseos de ofrecer algo a Jesús.
–Yo –dijo la palmera– voy a separar una de mis ramas que colocaré cerca de la
cuna. Cuando el niño Jesús tenga calor, yo, suavemente, dulcemente, le abanica-
ré. No puedo hacer otra cosa.
–Pues yo –dijo el olivo– pienso hacer aceite de mis olivas y ofrecérselo a su madre,
la Virgen, para que haga comida y pueda ungir los piececitos del niño.
El pino estaba tristísimo. No sabía qué ofrecer. Además, la palmera y el olivo se
burlaban de él y le decían:
–No, tú no tienes nada que regalar. Con tus hojas, que parecen agujas, pincharías
al niño.
El pino tenía mucha pena. Pero un ángel que contemplaba la escena se compade-
ció de él y decidió ayudarlo.
–No tengas pena –le dijo– yo te voy a ayudar. Pediré a las estrellas que bajen del
cielo y se posen en tus ramas y con su luz alumbrarás al niño; además, servirás de
guía a todos los caminantes que acudan a la cueva.
Así lo hizo, y al tiempo el pino se vio todo lleno de luces de colores porque muchas
estrellas bajaron del cielo y se posaron en sus ramas.
Y hasta el niño Jesús desde su cunita se fijó en el pino. Sus ojitos brillaron al con-
templar luces tan bellas. El pino se llenó de alegría.
La gente que llegaba a la cueva vio aquel pino tan adornado, tan lleno de luces,
tan bonito, que todos, al llegar a sus casas, ponían uno así de bonito en recuerdo
de la cueva de Belén. Desde entonces, este árbol es elemento de adorno en todos
los hogares del mundo en la época de Navidad, como recuerdo del pino que un
día brilló ante la cuna del niño Jesús.
Tomado de: Sara Cone Bryant. Cómo contar cuentos a nuestros niños. http://www.bme.es/peques/
ELBUSINFANTIl/MATERIALES/constructivismo/Cuentos%20C/NAVIDAD/arboldenavidad.htm
Las siguientes preguntas ayudarán a reflexionar sobre algunas situaciones que se presentaron de manera
imprevista en el desarrollo de la actividad y la forma como le fue posible enfrentarlas. El consolidado de
las actividades más significativas podrá ser parte de un portafolio o carpeta que le permita ir replanteando
su práctica pedagógica periódicamente.
1. Los niños disfrutaron de la actividad: Mucho Poco Regular
2. Pienso que la actividad es: Innovadora Poco significativa para los niños
3. ¿Qué situaciones no previstas en la guía pudo implementar y le ayudaron a plantear mejor la actividad
para que los niños pudieran lograr lo planificado?
4. Aparte del propuesto, ¿empleó otro material para aplicar la ficha de trabajo? Sí No
¿Cuál? Especificar
¿Qué actividades propuestas en la guía resultaron ser más motivadoras y de interés para los niños?
(Seleccionar las más relevantes).
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¿Qué estrategias metodológicas resultaron ser las más favorables para desarrollar las capacidades y
actitudes previstas? ¿Por qué?
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Fortalezas Oportunidades
Debilidades Amenazas
Cada educadora toma en cuenta los resultados del trabajo grupal y los aplica en su práctica docente.
Pueden enviar la sistematización de algunas de estas reflexiones realizadas durante el año, por medio
de nuestra página web, al siguiente enlace: http://ebr.minedu.gob.pe/dei/deiindex.html. De esta manera
podremos considerar las estrategias más pertinentes y mejorar los cuadernos de trabajo.