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   Delitos de falsedades

DELITOS DE FALSEDADES (I)


Falsedades reales: documentos y moneda

Prof. Dr. Víctor Gómez Martín


Universitat de Barcelona

Programa

I. Teoría general. Falsedades documentales.


1. Bien jurídico-penal
2. Objeto material: concepto penal de documento y tipología
3. Tipos de falsedades
4. Modalidades comisivas
5. Iter criminis
6. Concursos
7. Principio acusatorio
II. Falsificación de monedas y de efectos timbrados: estructuras típicas

Bibliografía

Abreviaturas
ADPCP: Anuario de Derecho Penal y Ciencias Penales
AJA: Actualidad Jurídica Aranzadi
AP: Actualidad Penal
CPC: Cuadernos de Política Criminal
DJ: Documentación Jurídica
CDJ: Cuadernos de Derecho Judicial
EJMF: Estudios Jurídicos del Ministerio Fiscal
LH-: Libro Homenaje a..., Estudios en memoria de ...
LL: Revista Jurídica La Ley

 FALSEDAD DOCUMENTAL

ALONSO PÉREZ, “El delito de falsedad documental cometido por autoridad o


funcionario público”, LL 2000; BACIGALUPO ZAPATER, “La reforma de las falsedades
documentales”, LL 1996; el mismo, “Simulación de negocio jurídico y falsedad
documental”, LL 1998; el mismo, El delito de falsedad documental, Madrid 1999;
BOLDOVA PASAMAR, Estudio del bien jurídico potegido en las falsedades documentales,
Granada 2000; BONÉ PINA, “La falsedad y la infidelidad en la custodia de documentos”,
AP 1996; BONÉ PINA/SOTERAS ESCARTÍN, De las falsedades documentales: comentario
a los artículos 386 al 403 del Código Penal de 1995, Barcelona 2000; BRIOSO DÍAZ/DE
TORRES MARTÍNEZ, “El delito de falsedad en documento mercantil en el nuevo Código
Penal”, EJMF 1997; CABELLO MOHEDANO, “Fe de conocimiento y responsabilidad
penal del notario por falsedad por imprudencia del artículo 391 del Código Penal”, LL
2000; CALLE RODRÍGUEZ, “Teoría general sobre la falsedad documental y selección de
la jurisprudencia sobre falsedad documental, con especial referencia al documento

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mercantil”, CPC 1994; la misma, “La falsedad atípica”, Semana Jurídica (41) 1996; la
misma, Falsedades documentales no punibles, Madrid 1998; CASAS BARQUERO, El
delito de falsedad en documento privado, Barcelona 1984; el mismo, “Reflexiones
técnico-jurídicas sobre los delitos de falsedad del Título III, del Libro II del CP”, DJ
1983; COBO DEL ROSAL, “Esquema de una teoría general de los delitos de falsedad,
CPC (56) 1995; CONDE-PUMPIDO TOURÓN, “La falsedad en documento público”, EJMF
1998; CÓRDOBA RODA, “Fraude fiscal y falsedad documental”, Falsedad y
defraudaciones, CDJ XI 1995; el mismo, ”Documento oficial por destino y fotocopias
de documentos en los delitos de falsedad”, LL 1998; el mismo, “Las falsedades
documentales. Perspectiva jurisprudencial”, Problemas específicos de la aplicación del
Código Penal, Madrid 1999; DELGADO LÓPEZ, “Comentario a la STS 11 junio 1982
sobre falsificación de recetas médicas ordinarias”, ADPCP 1982; D ÍAZ Y GARCÍA
CONLLEDO, “¿Son punibles las falsedades imprudentes en documento público u
oficial?”, PJ (1) 1986; el mismo, “Falsedad imprudente en certificado médico de
defunción”, LL 1986; ECHANO BADALSÚA, “¿Falsedad ideológica de particular en
escritura pública? (Revisión de la doctrina jurisprudencial)", LH-Fernández Albor,
1989; el mismo, “Aproximación histórica al concepto de documento oficial”, AP 1994;
el mismo, “Falsedades documentales”, Delitos contra la administración pública (Asúa
Batarrita, ed), Bilbao 1997; ELÍAS BATURONES, “Algunas consideraciones en torno al
nuevo concepto de documento en el CP de 1995”, AP 1998; E SCOBAR JIMÉNEZ, “Las
falsedades documentales”, El nuevo CP y su aplicación a empresas y profesionales, vol.
IV, Madrid 1996; FERNÁNDEZ PANTOJA, El delito de falsedad en documento público,
oficial y mercantil, Madrid 1996; FERRER SAMA, “El dolo como elemento del delito de
falsedad”, Anales de la Academia Matritense del Notariado 1957; GARCÍA CANTIZANO,
Falsedades documentales, Valencia 1994; el mismo, “De la relación concursal entre los
delitos de estafa y falsedad documental (nuevas soluciones a un viejo problema)", CDJ
1995; el mismo, Falsedades documentales (en el Código Penal de 1995), Valencia 1997;
GARCÍA VARELA, “El truncamiento y la falsificación de cheques”, LL 1998; GONZÁLEZ
CUSSAC, “Falsedad documental e imprudencia”, PJ (22) 1991; GONZÁLEZ RUS,
“Cuestiones penales suscitadas por los papeles de Laos", AP 1995; el mismo,
“Falsificación de sellos y marcas y falsedades documentales”, LH-Casabó 1997;
GRANADOS PÉREZ, “Falsedad documental: nuevas perspectivas”, Anales de la Academia
Matritense del Notariado, 1996; el mismo, “La falsedad en documento mercantil”,
EJMF 1998; LLORIA GARCÍA, “El documento como objeto material de los delitos de
falsedad. Su concepto y naturaleza”, LH-Casabó, 1997; LÓPEZ BARJA DE QUIROGA, “La
falsedad ideológica”, AP 1998; MARCHENA GÓMEZ/MORENO VERDEJO, El delito de
falsedad documental en el Código Penal de 1995, Madrid 1999; MARTÍN GARCÍA,
“Falsedad y estafa”, CDJ 1995; MARTÍN LÓPEZ, “La sustitución de placas de matrícula
de vehículos de motor, ¿Delito de falsedad?", Rev. Peruana de Ciencias Penales (7-8)
1999; MARTÍN PALLÍN, “Falsedades documentales”, EJMF 1998; MARTÍNEZ-PEREDA
RODRÍGUEZ, “La falsedad documental en el ámbito de la función pública”, CDJ 1995;
MOLINA PÉREZ, “Las falsedades documentales. La falsedad ideológica en el nuevo
Código Penal. Facturas y demás documentos de contenido falso”, LL 2000; MÓNER
MUÑOZ, “Falsificación de documentos oficiales. Doctrina del Tribunal Supremo.
Cambio de orientación en la jurisprudencia reciente”, RGD 1995; MORENO-TORRES
HERRERA, “Las falsedades documentales en el Código Penal de 1995. A propósito de las
Sentencias del Tribunal Supremo de 28 de octubre de 1997 (caso Filesa) y 26 de febrero
de 1998 (caso Agencia Trust), AP 1999; MOYNA MÉNGUEZ, “Las falsedades
documentales”, LL 1996; MUÑOZ CONDE, “Falsedad y estafa mediante abuso de crédito
e instrumentos crediticios”, CDJ 1995; el mismo, “Falsedad documental y secreto

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profesional”, DS 1996; MUÑOZ CUESTA, “Estafa y pluralidad de personas y falsedad


documental”, LL 1991; PALMÁ CAMPÁ, “Los documentos oficiales por accesión en la
jurisprudencia del Tribunal Supremo”, LH-Enrique Casas 1995; PAREDES CASTAÑÓN,
“Tentativa imprudente de introducción de moneda falsa”, PJ (23) 1991; PUERTA Luís,
“Breves reflexiones en torno a las falsedades documentales”, LH-Ruíz Vadillo, Madrid
1999; QUERALT JIMÉNEZ, "La crisis jurisprudencial de la falsedad documental",
Derecho Penal de Empresa (Corcoy Bidasolo dir.), Pamplona 2002; el mismo, “El
concepto jurídico penal de documento”, Tapia, especial monográfico, 1997; QUINTERO
OLIVARES, “Las falsedades documentales y la evolución del derecho positivo español”,
CDJ 1995; RODRÍGUEZ RAMOS, “Reflexiones sobre el delito de falsedad en documento
mercantil”, PJ 1988; el mismo, “El documento mercantil como objeto material del delito
de falsedad”, LL 1998; el mismo, “Las falsedades documentales como actos
preparatorios o ejecutivos criminalizados. (Bienes jurídicos protegidos en estos
delitos)”, AJA (366) 1998; el mismo, “Falsedades documentales de particulares: dos
interpretaciones del Tribunal Supremo", LL 1999; el mismo, “Falsedades documentales:
interpretación actualizada”, LH-Torío López, Granada 1999; ROLDÁN BARBERO,
“Exposición y análisis de la jurisprudencia del Tribunal Supremo sobre las relaciones de
la estafa con la falsedad documental cometida por particular”, LL 1999; RUÍZ VADILLO,
“Falsedad y defraudación por abuso informático”, CDJ 1995; SALINAS CASADO, “La
imprudencia en las falsedades documentales”, EJMF 1998; SALVADOR CODERCH/SILVA
SÁNCHEZ, Simulación y deberes de veracidad. Derecho civil y Derecho Penal: dos
estudios de dogmática jurídica, Madrid 1999; SOTO NIETO, “Falsedad en documento
oficial por destino”, LL 1996; el mismo, “Falsedades documentales. Concepto de
documentos”, LL 1998; el mismo, “Falsificación de documento privado en el Código
Penal de 1995”, EJMF 1998; el mismo, “Presentación en juicio de documentos falsos.
Una incongruencia legislativa”, LL 1999; el mismo, “Relaciones concursales entre la
falsedad documental y la estafa”, LL 2000; STAMPA BRAUM, “Sobre la fe pública
extrajudicial de los corredores de comercio y la falsedad documental ideológica”, LL
1995; SUÁREZ GONZÁLEZ, “Falsedad ideológica y tipicidad penal”, CDJ 1998; VARONA
GÓMEZ, Estafa y falsedad en Títulos-Valores (Cheque, pagaré y letra de Cambio),
Madrid, 2002;DE VICENTE REMESAL, “Alzamiento de bienes, otorgamiento de contrato
simulado y falsedad en documento público: delimitación y cuestiones concursales", LL
1990; VIDAL CASERO, “La incidencia en sanidad de la falsedad en documento oficial.
Análisis doctrinal y jurisprudencial (1980-2003)”, AP 23/2003, p. 581-613;
VILLACAMPA ESTIARTE, “Sobre la tipificación de las falsedades documentales en el
Código Penal de 1995”, AP 1996; la misma, Falsedad Documental: análisis jurídico-
penal, Barcelona 1999.

 FALSEDAD DE MONEDA

ARÁNGUEZ SÁNCHEZ, La falsificación de moneda; BRAVO GARCÍA, “Falsificación de


moneda y tarjetas de pago: el art. 387 del Código Penal”, CDJ VI-2002; GONZÁLEZ
RUS, “Falsificación de sellos y marcas y falsedades documentales”, LH-Casabó 1997;
PAREDES CASTAÑÓN, “Tentativa imprudente de introducción de moneda falsa”, PJ (23)
1991; SANTOS ALONSO, “La falsedad de moneda”, EJMF 1998.

Metodología

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Antes del inicio de la asignatura se facilitará un dossier al alumno en el que se


contienen, desarrolladas y con referencias jurisprudenciales, las estructuras típicas y
cuestiones problemáticas del presente programa, así como diverso material para
profundizar en el estudio de todas estas cuestiones.

Las clases tendrán un planteamiento eminentemente práctico, valorándose la


intervención del alumno y la preparación del tema. En cada clase se profundizarán en
las cuestiones problemáticas a partir de diversos casos que se proponen en el dossier y
que el alumno deberá llevar a clase previamente estudiados.

Es imprescindible que el material bibliográfico y jurisprudencial que se facilitará al


alumno se haya trabajado antes de las sesiones conforme a las indicaciones que
debidamente se efectúen.

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DELITOS DE FALSEDADES (I)


Falsedades reales

Dossier

Prof. Dr. Víctor Gómez Martín


Universitat de Barcelona

Sumario
I. Teoría general. Falsedades documentales.
II. Falsificación de monedas
IV.Casos
V. Materiales jurisprudenciales

I. Teoría general. Falsedades documentales

A) Legislación
Arts. 386-400 CP. Vid. también. arts. 24, 26, 248, 250.1.2º y 3º, 261, 282, 284, 290,
305.4, 308.1 y 4, 309-310, 313.1, 320.1, 322.1, 326.c), 329, 372, 458-460, 461.2, 528,
584, 598, 603 y 629 CP. Vid. asimismo arts. 61, 63, 1216, 1218, 1220, 1221, 1228 y
1229 CC; art. 954.3 LECrim; arts. 317-327 LEC; Cánones 1057 y 1104 Código Derecho
Canónico; arts. 135.2, 140.1b) e i), 140.2 y 141.2 LOREG; arts. 23.3 e), 23.4.d) y
65.1.b) LOPJ; art. 7 Leyes 24, 25, 26/1992, Acuerdos de Cooperación del Estado
Español con la Federación de Comunidades Religiosas Evangélicas de España, con la
Federación de Comunidades Israelitas de España y con la Comisión Islámica de España;
Acuerdo sobre Asuntos Jurídicos entre el Estado español y la Santa Sede de 3-01-1979;
D 3477/1975, tabla de disposiciones vigentes sobre moneda metálica; D 196/1976,
regula el DNI; RD 3129/1977, Pasaportes; RD 142/1981 Registro de Entidades
Religiosas; RD 1417/1982, autoriza la emisión y acuñación de moneda metálica; O 4-
03-1974, autorización de reproducciones de sellos de correos; O. 12-07-1990, contenido
y formato del DNI; O. 21-01-1993, modelo de certificado de capacidad matrimonial y
de la celebración de matrimonio religioso; Convenio de Ginebra de 20-05-1929,
Represión de la Falsificación de Moneda; Reglamento 1338/2001 protección del euro
contra la falsificación; Decisión marco del Consejo 28-05-2001, lucha contra el fraude y
la falsificación de medios de pago distintos al efectivo; Circular DGRN 10-02-1993,
inscripción en el Registro Civil de determinados matrimonios realizados en forma
religiosa Consulta FGE 3/1997, falsificación, sustitución, alteración u omisión de la
matricula de un vehículo a motor; Consulta 15/1997, alcance de la conducta falsaria en
el delito societario del art. 290 CP; Instrucción 5/2001, efectos de la introducción del
euro en el ámbito penal.

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B) Bibliografía

ALONSO PÉREZ, “El delito de falsedad documental cometido por autoridad o


funcionario público”, LL 2000; ARÁNGUEZ SÁNCHEZ, La falsificación de moneda;
BACIGALUPO ZAPATER, “La reforma de las falsedades documentales”, LL 1996; el
mismo, “Simulación de negocio jurídico y falsedad documental”, LL 1998; el mismo, El
delito de falsedad documental, Madrid 1999; BOLDOVA PASAMAR, Estudio del bien
jurídico protegido en las falsedades documentales, Granada 2000; BONÉ PINA, “La
falsedad y la infidelidad en la custodia de documentos”, AP 1996; BONÉ PINA/SOTERAS
ESCARTÍN, De las falsedades documentales: comentario a los artículos 386 al 403 del
Código Penal de 1995, Barcelona 2000; BRIOSO DÍAZ/DE TORRES MARTÍNEZ, “El delito
de falsedad en documento mercantil en el nuevo Código Penal”, EJMF 1997; CABELLO
MOHEDANO, “Fe de conocimiento y responsabilidad penal del notario por falsedad por
imprudencia del artículo 391 del Código Penal”, LL 2000; CALLE RODRÍGUEZ, “Teoría
general sobre la falsedad documental y selección de la jurisprudencia sobre falsedad
documental, con especial referencia al documento mercantil”, CPC 1994; la misma, “La
falsedad atípica”, Semana Jurídica (41) 1996; la misma, Falsedades documentales no
punibles, Madrid 1998; CASAS BARQUERO, El delito de falsedad en documento privado,
Barcelona 1984; el mismo, “Reflexiones técnico-jurídicas sobre los delitos de falsedad
del Título III, del Libro II del CP”, DJ 1983; COBO DEL ROSAL, “Esquema de una teoría
general de los delitos de falsedad, CPC (56) 1995; CONDE-PUMPIDO TOURÓN, “La
falsedad en documento público”, EJMF 1998; C ÓRDOBA RODA, “Fraude fiscal y
falsedad documental”, Falsedad y defraudaciones, CDJ XI 1995; el mismo,
”Documento oficial por destino y fotocopias de documentos en los delitos de falsedad”,
LL 1998; el mismo, “Las falsedades documentales. Perspectiva jurisprudencial”,
Problemas específicos de la aplicación del Código Penal, Madrid 1999; D ELGADO
LÓPEZ, “Comentario a la STS 11 junio 1982 sobre falsificación de recetas médicas
ordinarias”, ADPCP 1982; DÍAZ Y GARCÍA CONLLEDO, “¿Son punibles las falsedades
imprudentes en documento público u oficial?”, PJ (1) 1986; el mismo, “Falsedad
imprudente en certificado médico de defunción”, LL 1986; ECHANO BADALSÚA,
“¿Falsedad ideológica de particular en escritura pública? (Revisión de la doctrina
jurisprudencial)", LH-Fernández Albor, 1989; el mismo, “Aproximación histórica al
concepto de documento oficial”, AP 1994; el mismo, “Falsedades documentales”,
Delitos contra la administración pública (Asúa Batarrita, ed), Bilbao 1997; E LÍAS
BATURONES, “Algunas consideraciones en torno al nuevo concepto de documento en el
CP de 1995”, AP 1998; ESCOBAR JIMÉNEZ, “Las falsedades documentales”, El nuevo
CP y su aplicación a empresas y profesionales, vol. IV, Madrid 1996; F ERNÁNDEZ
PANTOJA, El delito de falsedad en documento público, oficial y mercantil, Madrid 1996;
FERRER SAMA, “El dolo como elemento del delito de falsedad”, Anales de la Academia
Matritense del Notariado 1957; GARCÍA CANTIZANO, Falsedades documentales,
Valencia 1994; el mismo, “De la relación concursal entre los delitos de estafa y falsedad
documental (nuevas soluciones a un viejo problema)", CDJ 1995; el mismo, Falsedades
documentales (en el Código Penal de 1995), Valencia 1997; GARCÍA VARELA, “El
truncamiento y la falsificación de cheques”, LL 1998; GONZÁLEZ CUSSAC, “Falsedad
documental e imprudencia”, PJ (22) 1991; GONZÁLEZ RUS, “Cuestiones penales
suscitadas por los papeles de Laos", AP 1995; el mismo, “Falsificación de sellos y
marcas y falsedades documentales”, LH-Casabó 1997; GRANADOS PÉREZ, “Falsedad
documental: nuevas perspectivas”, Anales de la Academia Matritense del Notariado,
1996; el mismo, “La falsedad en documento mercantil”, EJMF 1998; LLORIA GARCÍA,

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“El documento como objeto material de los delitos de falsedad. Su concepto y


naturaleza”, LH-Casabó, 1997; LÓPEZ BARJA DE QUIROGA, “La falsedad ideológica”,
AP 1998; MARCHENA GÓMEZ/MORENO VERDEJO, El delito de falsedad documental en
el Código Penal de 1995, Madrid 1999; MARTÍN GARCÍA, “Falsedad y estafa”, CDJ
1995; MARTÍN LÓPEZ, “La sustitución de placas de matrícula de vehículos de motor,
¿Delito de falsedad?", Rev. Peruana de Ciencias Penales (7-8) 1999; MARTÍN PALLÍN,
“Falsedades documentales”, EJMF 1998; MARTÍNEZ-PEREDA RODRÍGUEZ, “La falsedad
documental en el ámbito de la función pública”, CDJ 1995; MAZA MARTÍN (Dir.),
Tarjetas bancarias y derecho penal, CDJ VI-2002; MOLINA PÉREZ, “Las falsedades
documentales. La falsedad ideológica en el nuevo Código Penal. Facturas y demás
documentos de contenido falso”, LL 2000; MÓNER MUÑOZ, “Falsificación de
documentos oficiales. Doctrina del Tribunal Supremo. Cambio de orientación en la
jurisprudencia reciente”, RGD 1995; MORENO-TORRES HERRERA, “Las falsedades
documentales en el Código Penal de 1995. A propósito de las Sentencias del Tribunal
Supremo de 28 de octubre de 1997 (caso Filesa) y 26 de febrero de 1998 (caso Agencia
Trust), AP 1999; MOYNA MÉNGUEZ, “Las falsedades documentales”, LL 1996; MUÑOZ
CONDE, “Falsedad y estafa mediante abuso de crédito e instrumentos crediticios”, CDJ
1995; el mismo, “Falsedad documental y secreto profesional”, DS 1996; MUÑOZ
CUESTA, “Estafa y pluralidad de personas y falsedad documental”, LL 1991; PALMÁ
CAMPÁ, “Los documentos oficiales por accesión en la jurisprudencia del Tribunal
Supremo”, LH-Enrique Casas 1995; PAREDES CASTAÑÓN, “Tentativa imprudente de
introducción de moneda falsa”, PJ (23) 1991; PUERTA Luís, “Breves reflexiones en
torno a las falsedades documentales”, LH-Ruíz Vadillo, Madrid 1999; QUERALT
JIMÉNEZ, "La crisis jurisprudencial de la falsedad documental", Derecho Penal de
Empresa (Corcoy Bidasolo dir.), Pamplona 2002; el mismo, “El concepto jurídico penal
de documento”, Tapia, especial monográfico, 1997; QUINTERO OLIVARES, “Las
falsedades documentales y la evolución del derecho positivo español”, CDJ 1995;
RODRÍGUEZ RAMOS, “Reflexiones sobre el delito de falsedad en documento mercantil”,
PJ 1988; el mismo, “El documento mercantil como objeto material del delito de
falsedad”, LL 1998; el mismo, “Las falsedades documentales como actos preparatorios o
ejecutivos criminalizados. (Bienes jurídicos protegidos en estos delitos)”, AJA (366)
1998; el mismo, “Falsedades documentales de particulares: dos interpretaciones del
Tribunal Supremo", LL 1999; el mismo, “Falsedades documentales: interpretación
actualizada”, LH-Torío López, Granada 1999; ROLDÁN BARBERO, “Exposición y
análisis de la jurisprudencia del Tribunal Supremo sobre las relaciones de la estafa con
la falsedad documental cometida por particular”, LL 1999; RUÍZ VADILLO, “Falsedad y
defraudación por abuso informático”, CDJ 1995; SALINAS CASADO, “La imprudencia en
las falsedades documentales”, EJMF 1998; SALVADOR CODERCH/SILVA SÁNCHEZ,
Simulación y deberes de veracidad. Derecho civil y Derecho Penal: dos estudios de
dogmática jurídica, Madrid 1999; SANTOS ALONSO, “La falsedad de moneda”, EJMF
1998; SOTO NIETO, “Falsedad en documento oficial por destino”, LL 1996; el mismo,
“Falsedades documentales. Concepto de documentos”, LL 1998; el mismo,
“Falsificación de documento privado en el Código Penal de 1995”, EJMF 1998; el
mismo, “Presentación en juicio de documentos falsos. Una incongruencia legislativa”,
LL 1999; el mismo, “Relaciones concursales entre la falsedad documental y la estafa”,
LL 2000; STAMPA BRAUM, “Sobre la fe pública extrajudicial de los corredores de
comercio y la falsedad documental ideológica”, LL 1995; SUÁREZ GONZÁLEZ,
“Falsedad ideológica y tipicidad penal”, CDJ 1998; DE VICENTE REMESAL, “Alzamiento
de bienes, otorgamiento de contrato simulado y falsedad en documento público:
delimitación y cuestiones concursales", LL 1990; VILLACAMPA ESTIARTE, “Sobre la

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tipificación de las falsedades documentales en el Código Penal de 1995”, AP 1996; la


misma, Falsedad Documental: análisis jurídico-penal, Barcelona 1999.

Bibliografía on-line:
- BACIGALUPO ZAPATER, “Documentos electrónicos y delitos de falsedad
documental”; en http://criminet.ugr.es/recpc/recpc_04-12.pdf
- BACIGALUPO ZAPATER, “Simulación de negocio jurídico y falsedad documental”; en
http://www.adi.uam.es/~jalonso/bacigalupo2.html
- JAÉN VALLEJO, “Estafa realizada mediante cheque”; en
http://criminet.ugr.es/recpc/jp04/recp_04-j06.pdf

C) Estructuras típicas y cuestiones problemáticas

1. Bien jurídico:
1.1. Fe pública (STS 4-02-1997): confianza colectiva que se tiene en determinados
documentos, en relación con lo que ellos expresan (¿derecho a la verdad?) (Tesis
extendida en Francia y mayoritaria en Italia: las falsedades se ubican entre los
delitos contra la fe pública: status psicológico de la colectividad, que atribuye
veracidad y autenticidad a determinados valores, documentos, símbolos y cualidades
relevantes para la vida social)
1.2. Funciones atribuidas a los documentos: perpetuación, garantía y prueba (SSTS
3-04-1996; 24-06-1997; 26-02-1998). Crítica: identificación elementos vinculados a
la protección penal del documento con bien jurídico-penal
1.3. Pluriofensividad: si son delitos instrumentales, se protege la fe pública y los
bienes singulares (patrimonio, honor…); Variante: falsedad es sólo un medio
comisivo de otro delito, por lo que no tiene autonomía y debería ser únicamente una
agravación del resto de delitos que se cometiesen de este modo
1.4. Derecho de los particulares a no ser engañados documentalmente: el autor
lesiona la obligación de no menoscabar la orientación de la víctima (cree que las
cosas son como parecen; Jakobs)
1.5. Confianza y seguridad del ciudadano en el tráfico jurídico (SSTS 19-09-2001; 3-
10-2001). Atipicidad de los denominadas falsedades burdas e inocuas por carecer de
potencialidad para perturbar el tráfico jurídico (STS 11-02-2000).
1.5.1. Antijuridicidad material (STS 28 enero 2002)
1.5.2. Necesidad de vincular el bien jurídico a las funciones que presenta el propio
concepto penal de documento como objeto de tutela penal (remisión)
1.5.3. Necesidad de que objeto material tenga vocación de introducción en el tráfico (≠
fe pública)
1.5.4. Necesidad de concretar el bien jurídico en función de la garantía de veracidad
que presente cada documento (Bacigalupo Zapater):

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- documentos públicos se protege la fe del público en las


constataciones documentadas por el oficial público (funcionario o
equiparado)
- documentos privados protegen la fe del público en la atribución de
una declaración a una determinada persona
¿Necesaria reconsideración de estas tesis a partir de la reforma de la LEC?
Esta concreción se corresponde con los deberes de veracidad:
- el del funcionario público protege la creencia en la veracidad de lo
declarado (delito requiere falsa documentación de hechos)
- el privado protege la fe en los soportes materiales de la declaración
(delito requiere intervención material en el objeto material)
En suma, es preciso diferenciar entre
- falsificación de documentos (alteración material del soporte
- documentación falsa de hechos

2. Objeto material: documento.


2.1. Concepto jurídico-penal de documento (art. 26): ¿realmente este precepto
contiene todos los elementos que deben concurrir en el objeto material? Identifica
el concepto de documento con el de soporte de la declaración (función de
perpetuación) y su función probatoria, pero nada dice de la función de garantía.
Validez indiciaria del art. 26 que sirve a todos los tipos penales relacionados con
algún aspecto de los documentos (Bacigalupo Zapater)
2.2. Su necesaria relación con las funciones asignadas al documento (doctrina
jurisprudencial ya consolidada antes 1995):
a) Función de perpetuación: documento como materialización de una declaración;
 ¿tienen dicha función “firmas puestas en documento en blanco”?
b) Función de garantía: atribuida a una persona (recognoscibilidad del autor como
elemento configurador);
 exclusión de anónimo
 ¿qué datos han de encontrarse en documento para “reconocer” a su autor?
(firma es la usual, huella digital, pero basta cualquier elemento en el documento que
lo identifique)
c) Función de prueba: destinada e idónea para probar una relación jurídica (prueba
que la declaración se ha realizado: veracidad vs. Documentación de una
declaración: el documento no prueba inicialmente la veracidad de su contenido
salvo cuando la ley así lo determine); Necesidad implícita por el propio
concepto normativo de documento (art. 26) de que posea trascendencia jurídica:
aptitud de la declaración para probar relaciones con trascendencia jurídica. El
alcance probatorio de un documento no se corresponde necesariamente con la
protección jurídica del documento como medio de prueba (¿no correspondencia
con concepto procesal de documento como medio de prueba?)

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2.3. Admisión como documentos de: cintas magnetofónicas, grabaciones de vídeo y


datos contenidos en disquettes y discos duros de ordenador (STS 2-12-2000).
Necesidad de diferenciar documento “a efectos (probatorios) procesales” (*) del
requisito de “percepción óptico-visual” como elemento esencial del “documento a
efectos penales”: art. 26 no parece referirse a ello, y sí a la idea de soporte material
2.4. Problemática que suscitan las fotocopias y copias no autenticadas.
Jurisprudencia mayoritaria: en todo caso es documento (privado): STS 10-05-1999;
podrá ser documento oficial si está compulsada. Tesis minoritaria: no tiene función
probatoria alguna, sólo la tiene el original y, en su caso, la copia autenticada
(compulsas, copias testimoniadas y análogos). BGHSt 24, 140 “La fotocopia
únicamente reproduce (como imagen) una declaración corporeizada en un escrito,
pero no certifica su emisor. Por tanto, no es posible reconocerle la función de
garantía de corrección del contenido”.
2.5. Matrículas de vehículos: STS 31 enero 1997 (son documentos): corporizan
declaración de la autoridad, permite reconocer a su emisor, prueba el registro del
vehículo y la autorización para circular. Doctrina aplicable al número de bastidor de
un vehículo.
2.6. La cuestión de los “documentos electrónicos” Bacigalupo Zapater
2.6.1. Art. 7 Convención Consejo de Europa sobre Cibernética (Budapest, 27-11-01):
incriminación de falsificación de documentos informáticos, tanto por alteración
de sus funciones como su destrucción. Directiva CEE 99/93, 13-12-99,
condiciones relativas a las firmas electrónicas y a los servicios de certificación.
RDL 14/1999
2.6.2. Necesidad de reforma del CP por sus límites
2.6.2.1. Tendría cabida en concepto de documento (admitida la autoría espiritual
de la firma porque la firma electrónica la puede poner cualquier persona que
conozca sus datos)
2.6.2.2. Se acepta la autenticidad: cuando el uso del conjunto de los datos
informáticos que se utilizan como medio para identificar al autor de la
declaración haya sido puesto por persona autorizada y no provenga de abuso del
secreto de las claves que lo garantizan
2.6.2.3. Existencia de arts. 278, 197.2 y 200
2.6.2.4. Firma electrónica y documento electrónico requieren siempre certificado
reconocido (prestador de servicios); éste se genera automáticamente, por lo que
si documento es “declaración de una persona”, falta este requisito (el programa
informático comprueba automáticamente el documento)
2.6.2.5. Es preciso que la falsedad en la comprobación electrónica de la
corrección de la firma necesaria para la certificación sea equiparada a la falsedad
documental
(*)
Art. 230 LOPJ: Podrán utilizarse en el proceso cualesquiera medios técnicos de documentación y
reproducción, siempre que ofrezcan las debidas garantías de autenticidad.
Art. 299.2 LEC: También se admitirán, conforme a lo dispuesto en esta Ley, los medios de reproducción
de la palabra, el sonido y la imagen, así como los instrumentos que permiten archivar y conocer o
reproducir palabras, datos, cifras y operaciones matemáticas llevadas a cabo con fines contables o de otra
clase, relevantes para el proceso.

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2.6.2.6. Consiguientemente, deberían introducirse deberes de veracidad para los


prestadores de servicios de certificación (choca con el actual sistema de libre
competencia)
2.6.2.7. Datos almacenados no son “visualmente perceptibles” ¿existe función
probatoria?

3. Clases de documentos:
3.1. Documento público: necesaria remisión a la normativa extrapenal
3.1.1. Art. 1217 CC: Son documentos públicos los autorizados por un Notario o
empleado público competente, con las solemnidades requeridas por la Ley.
3.1.2. Art. 317 LEC: A efectos de prueba en el proceso, se consideran documentos
públicos:
1º Las resoluciones y diligencias de actuaciones judiciales de toda especie y
los testimonios que de las mismas expiden los Secretarios Judiciales
2º Los autorizados por notario con arreglo a derecho
3º Los intervenidos por Corredores de Comercio Colegiados y las
certificaciones de las operaciones en que hubiesen intervenido, expedidas por
ellos con referencia al Libro Registro que deben llevar conforme a Derecho
4º Las certificaciones que expidan los Registradores de la Propiedad y
Mercantiles de los asientos registrales
5º Los expedidos por funcionarios públicos legalmente facultados para dar fe
en lo que se refiere al ejercicio de sus funciones
6º Los que, con referencia a archivos y registros de órganos del Estado, de
las Administraciones públicas o de otras entidades de Derecho público, sean
expedidos por funcionarios facultados para dar fe de disposiciones y actuaciones
de aquellos órganos, Administraciones o entidades

3.2. Documento oficial: subespecie de documento público. Concepción doctrinal:


documentos expedidos por los funcionarios públicos en el ejercicio de sus
funciones. Concepción jurisprudencial: documentos expedidos por las
Administraciones Públicos u organismos asimilados destinados al cumplimiento de
sus fines institucionales (STS 10-10-97). Ejemplos de documentos admitidos por la
jurisprudencia como documentos oficiales: DNI (STS 29-10-2001), placa de
matrícula y número de bastidor (STS 27-03-98), visado emitido por colegio
profesional (STS 22-09-93), recetas de la Seguridad Social (STS 20-03-2001), notas
exámenes (STS 8-06-98), impreso de solicitud en programa de metadona (STS 18-
11-98), carnet de conducir, partes de alta o de baja de la Seguridad Social...
3.3. La problemática de los denominados documentos públicos u oficiales por
destino. Líneas jurisprudenciales: a) Posición tradicional: documentos privados se
transformaban en oficiales o públicos una vez incorporados a un procedimiento
administrativo o judicial (SSTS 9-02-90; 16-03-90); b) Posición actual de un sector
del TS (SSTS 11-10-90; 28-05-93; 22-04-94; 10-09-97; STS 19-04-01): mantiene
dicha categoría pero restringiéndola a aquellos documentos privados creados ab
initio con el fin de ser incorporados a un expediente administrativo (SSTS 19-09-96;

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19-02-97): interpretación contraria al principio de legalidad (SAP Albacete 21-10-


99) (SAP Barcelona 8 mayo 2002, p. 58)
3.4. Documento mercantil: la trascendencia de los mismos en el tráfico jurídico como
fundamento de su equiparación a efectos punitivos a los documentos públicos y
oficiales: (CASO 1, p. 16) Gómez Benítez, p. 117
3.4.1. a) Posición jurisprudencial mayoritaria: concepto amplio o formal, incluyendo
todos aquellos documentos que recogen operaciones comerciales (SSTS 10-03-
99; 6-03-2001);
3.4.2. b) Posición minoritaria: interpretación más restrictiva incluyendo únicamente
aquellos documentos expresamente previstos en el CdC y demás leyes
mercantiles y que ostentan una eficacia jurídica equiparable a los documentos
públicos y oficiales (SSTS 3-02-89; 1-04-91; 31-05-91).
3.4.3. Problemática doctrinal que se suscita respecto a la inclusión de documentación
bancaria, facturas, albaranes y recibos en el concepto de documento mercantil
(STS 28-10-97, Caso Filesa): su consideración como meros documentos
privados; (STS 23-02-01, evolución del concepto de documento mercantil)
3.5. Documentos susceptibles de producir efectos en el estado de las personas o en el
orden civil (390.2): certificaciones de matrimonio expedidas por los ministros de las
confesiones con acuerdo con el Estado; testamento ante párroco reconocido por
algunos derechos civiles forales
3.6. Documento privado: residuales, aquellos que no son documentos públicos,
oficiales ni mercantiles (art. 324 LEC). No creo que pueda afirmarse que “todo”
documento otorgado por un particular, porque en ciertos ámbitos el particular tiene
ciertos deberes administrativos de colaboración (ej. Impreso de IRPF no es
documento privado, es público)

4. Tipos de falsedades:
4.1. Cuestión previa: irrelevancia jurídico-penal, a efectos prácticos, de la
diferenciación entre los conceptos “falsedad” y “falsificación”
4.2. Falsedades materiales: lesionan la autenticidad del documento. Ausencia de
correspondencia entre la declaración y su autor. Creación de una prueba documental
inauténtica (art. 390.1. 1º y 2º)
4.3. Falsedades ideológicas: atentan a la veracidad de los documentos (art. 390.1. 3º
y 4º): falta de correspondencia entre lo que se declara y lo que figura en el
documento. Creación de una prueba documental auténtica pero falsa. Modelo
francés tradicional: faltar a la verdad en la narración de los hechos hace alusión a la
acción de funcionario u oficial público que constata como verdaderos hechos falsos,

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por lo que las declaraciones mendaces escritas no pueden conceptualmente integrar


falsedad en documento privado o mercantil
4.4. Falsedades burdas o inocuas: aquellas que no resultan idóneas para lesionar el
bien jurídico-penalmente protegido: ausencia de antijuridicidad material (STS 11-
02-00; SSAP Cuenca 15-03-00; Sevilla 13-03-01). ¿Punibilidad por tentativa
inidónea?

5. Modalidades comisivas (art. 390):


5.1. Alterar un documento en alguno de sus elementos de carácter esencial (art.
390.1.1º).
5.1.1. Existencia previa del documento como diferencia fundamental con respecto a la
modalidad de simulación parcial (STS 22-03-92).
5.1.2. Afectación de la función probatoria asignada al documento como criterio sobre
el que determinar la esencialidad de la modificación realizada y, por
consiguiente, la relevancia jurídico-penal de la conducta.
5.1.3. Necesidad de concretar los elementos esenciales de cada clase de documentos.
Problema: relaciones CC y LEC
5.1.3.1. CC 1218 (Los documentos públicos hacen prueba, aun contra tercero,
del hecho que motiva su otorgamiento y de la fecha de éste. También harán
prueba contra los contratantes y sus causahabientes, en cuanto a las
declaraciones que en ellos hubiesen hecho los primeros), 1225 (El documento
privado, reconocido legalmente, tendrá el mismo valor que la escritura pública
entre los que lo hubieren suscrito y sus causahabientes); 1227 alude a los efectos
frente a terceros (La fecha de un documento privado no se contará respecto de
terceros sino desde el día en que hubiese sido incorporado o inscrito en un
registro público, desde la muerte de cualquiera de los que le firmaron, o desde el
día en que se entregase a un funcionario público por razón de su oficio)
5.1.3.2. La fuerza probatoria de los documentos privados y los documentos
públicos es, procesalmente, la misma, si no se cuestiona su autenticidad (cfr.
arts. 319 y 326 LEC): prueban plenamente el hecho, acto o estado de cosas que
documenten, la fecha en que se produce la documentación y la identidad de los
fedatarios y demás personas que, en su caso, intervengan.
5.1.4. ¿Inclusión de los supuestos de supresión o destrucción total del documento? (se
puede alterar documento dañándolo)
5.1.5. Problemática que plantea la sustitución de la placa de matrícula: a) Mayoritaria:
subsunción en el art. 390 1.1º por constituir la placa de matrícula con la
documentación del vehículo un documento conjunto (Acuerdo Pleno Sala 2ª TS
27-03-98; STS 14-04-00); b) Minoritaria: la incriminación de la conducta

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constituye una interpretación extensiva del tipo y, por consiguiente, contraria al


principio de legalidad (SSAP Sevilla 22-07-99; Barcelona 28-05-01)
5.2. Simular un documento en todo o en parte de manera que induzca a error sobre su
autenticidad (art. 390.1.2º).
5.2.1. Concepto jurídico-penal de simulación: elaboración de un documento
inauténtico.
5.2.2. Afectación principalmente de la función de garantía atribuida al documento.
5.2.3. ¿Necesidad de la existencia real de la persona a quien se atribuye el documento?
5.2.4. La inclusión en esta modalidad de los supuestos de falsedad consentida, abuso
de firma en blanco y obtención de firma auténtica por medio de violencia,
intimidación y engaño.
5.2.5. Atipicidad de aquellas conductas de simulación que resulten inidóneas para
afectar a la eficacia probatoria del documento en el tráfico jurídico
5.2.6. Problemas interpretativos se derivan de que algunas tesis equiparan cuasi
automáticamente falsear con engañar (lit. fallere) o con mutación de la realidad,
de tal modo que se pretende calificar como falsedad la documentación
documentada de un engaño, en mayor o menor medida.
5.3. Suponer en un acto personas que no han intervenido o bien atribuir a quienes
han intervenido declaraciones diferentes a las realmente realizadas (art. 390.1.3º):
sujeto activo ha de ser una persona con capacidad para documentar determinados
actos (notarios, corredores de comercio, secretarios ayuntamiento...).
5.3.1. El problema del “falso consentido: A firma con el nombre de B, extremo
conocido por éste: irrelevancia desde interpretaciones vinculadas con el bien
jurídico-penal (sólo se podría plantear la cuestión de la eficacia/ineficacia
jurídica de este documento)
5.3.2. ¿Es posible la suposición en un acto de personas que carecen de existencia real?
5.3.3. ¿Qué calificación jurídico-penal cabe asignar a la conducta del fedatario público
que conociendo la inveracidad de lo declarado la modifica adecuándola a la
realidad?
5.4. Faltar a la verdad en la narración de los hechos
5.4.1. Atipicidad en general de las declaraciones inveraces realizadas por particulares
ante los funcionarios públicos al carecer de un deber legal de decir la verdad
(STS 30-09-97). Excepciones a dicho principio: falseamiento de las cuentas
anuales (art. 290) y presentación de datos falsos en procedimientos concursales
(art. 261).
5.4.2. Especial consideración a la polémica jurisprudencial respecto a la
despenalización o no de la falsedad ideológica (faltar a la verdad de los hechos)
realizada por particular en el ámbito de la simulación de negocio jurídico.

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5.4.2.1. Línea jurisprudencial a favor de su inclusión en la modalidad prevista en


el art. 390.1.2º (simulación) de concurrir todos los elementos exigidos en el
misma (SSTS 28-10-97, Filesa; 28-02-99; 25-09-00; ATS 8-06-00; SSAP Burgos
22-03-00; Madrid 14-07-01).
5.4.2.2. Línea jurisprudencial que niega dicha interpretación por ser contraria al
principio de legalidad, al convertir una falsedad ideológica en material (SSTS
26-02-98, Argentia Trust; 14-04-00; 29-05-00; 17-06-00 SSAP Barcelona 20-03-
00 y 12-07-01; Zamora 10-07-01)
5.4.2.3. Cuestión a considerar: simular un negocio no es falsear un documento ni
simular el propio documento; la simulación ya tiene mecanismos civiles de
solución. Estamos siempre ante documentos privados que, según CC tienen
limitada eficacia probatoria y que, en ningún caso, se lesiona la autenticidad. Si
con ellos se instrumentaliza un delito patrimonial se castigará en su caso como
medio para el engaño. Aceptar lo contrario supone aceptar que existe un deber
de veracidad del particular con respecto a la causa de un negocio, lo que es
difícilmente sostenible en el ámbito civil

6. Modalidades de falsedad en documento, según el sujeto activo:


6.1. Autoridad o funcionario público: delito especial propio (art. 390-391).
6.1.1. Concepto normativo de autoridad y funcionario público (art. 24) Requisito
esencial: “en el ejercicio de sus funciones”: necesidad de que la conducta
falsaria se lleve a cabo en el marco de las competencias propias de su cargo.
6.1.2. Especial consideración a los supuestos de participación de sujetos no
cualificados (extraneus): mantenimiento de la unidad del título de imputación,
respondiendo el extraneus como partícipe (cooperador necesario, inductor o
cómplice) de un hecho ajeno (SSTS 12-07-99; 14-02-01).
6.1.3. Problemática que plantea la posible aplicación de la agravante genérica de
prevalimiento del cargo público: ¿vulneración del principio de ne bis in idem?
6.2. Particular y funcionario público o autoridad fuera del ejercicio de sus funciones
(art. 392): atipicidad de la falsedad ideológica (faltar a la verdad en la narración de
los hechos) y de la falsedad por imprudencia grave

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TIPO OBJETIVO TIPO SUBJETIVO


Objeto material Modalidades comisivas

Dolo: conocimiento acerca de la


Alterar elemento esencial idoneidad de la conducta falsaria para
lesionar la seguridad y confianza de
Simulación induzca error los ciudadanos en el tráfico jurídico.
sobre autenticidad
Documento público,
oficial o mercantil Suponer intervención
(art. 26) personas o atribuir
manifestaciones falsas

Faltar verdad narración Imprudencia grave: infracción


hechos relevante de los deberes legales
recogidos en la normativa extrapenal
(fedatarios públicos, corredores de
comercio...).
Sujeto activo Resultado típico
Autoridad o Idoneidad de la falsedad para
funcionario público afectar las funciones asignadas al
en el ejercicio de sus documento en tanto instrumento
funciones (art. 24) en el que se plasman las
operaciones en el tráfico jurídico:
atipicidad de las denominadas
falsedades burdas o inocuas.

7. Tipo subjetivo:
7.1. Modalidad dolosa: conocimiento de la idoneidad de la conducta falsaria para
lesionar la seguridad y confianza de los ciudadanos en el tráfico jurídico (si se
acepta que éste es el bien jurídico). Innecesariedad de concurrencia de elemento
subjetivo alguno adicional al dolo (STS 3-02-97)
7.2. Falsedad por imprudencia grave por autoridad o funcionario público (art. 391):
infracción de relevantes deberes de diligencia recogidos en la normativa extrapenal.
Atipicidad de los supuestos de falsedad cometidos por imprudencia leve (STS 18-
06-01). Extensión de la punición a aquellos casos en que como consecuencia de la
falta de diligencia de la autoridad o funcionario público otro comete la falsedad:
¿expresa incriminación de un supuesto de participación imprudente en delito
doloso?

Art. 23 Ley del Notariado 28 mayo 1862, reformado por Ley 18 diciembre 1946.
Los Notarios darán fe en las escrituras públicas y en aquellas actas que por su índole
especial lo requieran de que conocen a las partes o de haberse asegurado de su identidad
por los medios supletorios establecidos en las leyes y Reglamentos.

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Serán medios supletorios de identificación, en defecto del conocimiento personal del


Notario:
a. La afirmación de dos personas, con capacidad civil, que conozcan al otorgante y
sean conocidas del Notario, siendo responsables de la identificación.
b. La identificación de una de las partes contratantes por la otra, siempre que de
esta última dé fe de conocimiento el Notario.
c. La referencia a carnets o documentos de identidad con retrato y firma expedidos
por las autoridades públicas, cuyo objeto sea identificar a las personas.
El Notario en este caso responderá de la concordancia de los datos personales,
fotografía y firma estampados en el documento de identidad exhibido, con las
del compareciente.
d. El cotejo de firma con la indubitada de un instrumento público anterior en que se
hubiere dado por el Notario fe de conocimiento del firmante.
El Notario que diere fe de conocimiento de alguno de los otorgantes, inducido a error
sobre la personalidad de éstos por la actuación maliciosa de los mismos o de otras
personas, no incurrirá en responsabilidad criminal, la cual será exigida únicamente
cuando proceda con dolo; pero será inmediatamente sometido a expediente de
corrección disciplinaria con la obligación de indemnizar los daños y perjuicios que se
hayan producido por tal error a terceros interesados.

Artículo 146. Reglamento Notarial 1944, redactado conforme al RD 1209/1984.


El Notario responderá civilmente de los daños y perjuicios ocasionados con su
actuación cuando sean debidos a dolo, culpa o ignorancia inexcusable. Si pudieren
repararse, en todo o en parte, autorizando una nueva escritura el Notario lo hará a su
costa, y no vendrá éste obligado a indemnizar sino los demás daños y perjuicios
ocasionados.
A tales efectos, quien se crea perjudicado podrá dirigirse por escrito a la Junta Directiva
del Colegio Notarial, la cual, si considera evidentes los daños y perjuicios hará a las
partes una propuesta sobre la cantidad de la indemnización por si estiman procedente
aceptarla como resolución del conflicto.

8. Tipos de imperfecta realización:


8.1. Consumación: potencialidad del documento para entrar en el tráfico jurídico
8.2. Admisión de la tentativa acabada: entre la posibilidad dogmática y su limitada
aplicación práctica (Italia los configura como delito de peligro para otro interés,
económico o extraeconómico)
8.3. Incriminación expresa de los actos preparatorios, aunque presentan la estructura
de tipo consumado (art. 400): “delitos de sospecha”. ¿Legitimidad de la punición?
Problemas probatorios: objetos “específicamente destinados a la comisión de un
delito de falsificación”. El principal ámbito de aplicación de este precepto será el de
la falsedad de moneda

9. Otras modalidades de falsedades documentales:


9.1. Art. 140 LO 5/1985, Ley Electoral

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9.2. Falsificación de documentos privados (art. 395): exclusión de la falsedad


ideológica prevista en el art. 390.1.4º. Intención de perjudicar a otro: elemento
subjetivo del injusto (STS 29-10-01)
9.3. Falsificación de despachos telegráficos realizados por la autoridad o funcionario
público encargado del servicio de telecomunicación (art. 394.1): limitada eficacia
probatoria de los despachos como fundamento de su menor punición
9.4. Falsificación de certificados. Concepto jurídico-penal de certificado: principio
de legalidad e interpretación restrictiva:
9.4.1. Expedición de certificado falso por autoridad o funcionario público (art. 398).
No justificación de la no incriminación imprudente.
9.4.2. Expedición de certificado falso por facultativo (art. 397): remisión a los arts.
222.2º y 303.2º, como criterio de interpretación del concepto jurídico-penal de
“facultativo.
9.4.3. Falsificación de certificado por particular (art. 399.1)
9.5. Las denominadas falsedades de uso (arts. 393, 396 y 399.2): utilización o
presentación en juicio por persona distinta a la persona creadora del documento
falso o certificado (agotamiento). Necesario conocimiento de la falsedad por parte
del sujeto que lo utiliza (“a sabiendas”). Problema práctico: uso en España de
documento falsificado en el extranjero: no competencia (LOPJ): STS 14-05-99
9.6. Infidelidad en la custodia de documentos y de la violación de secretos (413-418)

10. Concursos. Carácter instrumental del delito como cuestión previa


10.1. Con la estafa agravada (art. 250.1.3º). Posiciones jurisprudenciales: a) concurso
de leyes (consunción) en favor del segundo (STS 20-06-01); b) concurso medial de
delitos entre falsedad y tipo básico de estafa (art. 248): aplicar el tipo agravado
infringiría el principio ne bis in idem (STS 15-03-01); c) concurso medial de delitos
entre falsedad y tipo cualificado de estafa: no se conculca el principio ne bis in idem
(SSTS 26-07-01; 3-10-01)
10.2. Con delitos de falseamiento de cuentas anuales (art. 290) y de presentación en
procedimientos concursales de datos falsos relativos al estado contable (art. 261):
concurso de leyes (especialidad) en favor de los segundos (SAP Madrid 6-06-01)
10.3. Con delito fiscal (art. 305) y delito de fraude de subvenciones (art. 308):
¿concurso de delitos o concurso de leyes a resolver en base al principio de
especialidad a favor de los segundos? Exención de responsabilidad penal respecto a
la falsedad instrumental cometida en el supuesto de regularización tributaria (art.
305.4 y 308.4). Especial consideración del delito contable (art. 310): concurso de
leyes.

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10.4. Uso de documento falso y delito de estafa: ¿concurso de leyes a resolver en base
al principio de consunción a favor del segundo (SSTS 29-10-99; 29-10-00) o
concurso de delitos al no requerir el primero la concurrencia de un perjuicio
efectivo? (STS 20-06-01)
10.5. Delito de presentación a juicio de documentos falsos (arts. 393 y 396) y delito de
falso testimonio (art. 461.2): concurso de leyes (alternatividad), a favor del segundo
10.6. Delito de presentación en juicio de documentos falsos y delito de estafa procesal
(SAP Barcelona 29-11-00): concurso de leyes

11. Principio acusatorio


11.1. En relación con las conductas típicas: no se vulnera acusatorio si, acusándose
por una conducta dolosa, se condena por otra conducta dolosa (STS 29-01-03)
11.2. En relación con los diferentes objetos materiales

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II. Falsificación de monedas

Legislación y bibliografía: vid. supra I.A y B.

Estructuras típicas y cuestiones problemáticas:

I. Falsificación de moneda y efectos timbrados (art. 386-389):


1. Bien jurídico: delito pluriofensivo:
a. Buen funcionamiento del sistema de pagos
b. Prerrogativa estatal en la creación de moneda y medios de pago
c. Función de garantía atribuida a la moneda
d. Patrimonio individual de los potenciales adquirentes de medios de pago
falsos
2. Objeto material:
a. Concepto jurídico-penal de moneda (art. 387): moneda métalica y papel
moneda de curso legal
b. Extensión a monedas extranjeras, tarjetas de crédito y/o débito (*) y
cheques de viaje (cambio de línea jurisprudencial anterior: falsedad
documental).
c. Especial consideración del euro como objeto material del delito de
falsificación de moneda: R 1338/2001, relativo a la protección del euro
contra la falsificación
d. Concepto jurídico-penal de “efectos timbrados”.
3. Cuestiones sustantivo-procesales:
a. Reincidencia internacional (art. 388)
b. Competencia de la AN y principio de extraterritorialidad de la ley penal
en materia de falsificación de moneda (arts. 23.3 e y 23.4 d LOPJ)
4. Conductas típicas:
a. Fabricación de moneda falsa(*)
i. Potencialidad de la moneda para inducir a error sobre su
autenticidad, atipicidad de las falsedades burdas por carecer de
antijuridicidad material (SAN 6-07-98).
(*)
El Proyecto de Reforma del CP también incluye a las demás tarjetas que puedan utilizarse como
medio de pago. Eso implicaría, por ejemplo, la tipicidad referida a las denominadas “tarjetas monedero”
que no tienen funciones de crédito ni de débito. Como algún autor había expuesto, no existe un marco
normativo de lo que deba entenderse por tarjeta de crédito o débito
(*)
El Proyecto de Reforma del CP también incluye en el art. 386.1º CP, junto a la fabricación, a la
alteración de moneda. Esta conducta se debe equiparar sistemáticamente con la “alteración” de la
falsedad documental (art. 390.1.1º CP). De particular importancia es destacar que la alteración de
tarjetas permitirá castigar los supuestos frecuentes de “recodificación” de la banda de una tarjeta que, en
puridad, no son de fabricar “íntegramente” una tarjeta falsa.

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ii. ¿La intención de poner en circulación la moneda falsa fabricada


como elemento subjetivo del injusto?
iii. Acuerdo del pleno no jurisdiccional de la Sala Segunda
(28.06.02): “Las tarjetas de crédito o débito son medios de pago
que tienen la consideración de “dinero de plástico”, que el
artículo 387 del código penal equipara a la moneda, por lo que la
incorporación a la “banda magnética” de uno de estos
instrumentos de pago, de unos datos obtenidos fraudulentamente,
constituye un proceso de fabricación o elaboración que debe ser
incardinado en el art.386 del código penal. en tales supuestos,
dada la imposibilidad de determinación del “valor aparente” de lo
falsificado, no procede la imposición de la pena de multa también
prevista en el referido precepto. asímismo, se pronuncia el
pleno favorablemente a la procedencia de que por el tribunal
competente para la resolución del recurso de casación, se acuda a
tenor de lo dispuesto en el artículo 4.3 del código penal, al
gobierno de la nación exponiendo la conveniencia de la
inclusión , en el código penal, de un precepto específico que
contemple los actos de falsificación de tarjetas, con
establecimiento de las penas adecuadas para cada supuesto, en
consonancia con lo previsto para esta materia por la decisión
marco del consejo de ministros de la unión europea sobre “la
lucha contra el fraude y la falsificación de medios de pago
distintos del efectivo”, de fecha 28 de mayo 2.001.”

b. Introducción de moneda falsa(*).


i. Alcance jurídico-penal del término “país”: su necesaria
identificación con el territorio aduanero.
ii. Impunidad de la introducción realizada por el autor de la
falsificación: acto de autoencubrimiento (acto posterior copenado
no punible).
iii. Atipicidad de aquellos supuestos en que el sujeto desconoce la
inautenticidad de la moneda (SAN 21-07-98)
c. Expendición o distribución de moneda falsa en connivencia con los
falsificadores o introductores (SAN 24-07-99)(*): equiparación a efectos
punitivos con la conducta de fabricación
d. Expendición o distribución de moneda falsa recibida de buena fe: el
valor aparente de lo falsificado como criterio delimitador entre el delito y
la falta (art. 629) (*)
(*)
El Proyecto de Reforma del CP también incluye la introducción de moneda alterada y la
exportación de moneda falsa o alterada.
(*)
El Proyecto de Reforma del CP también incluye el transporte como conducta típica. Del mismo modo
se alude a que se realice en connivencia con el falsificador, alterador, introductor o exportador, moneda
falsa o alterada.
(*)
El Proyecto de Reforma del CP alude al criterio delimitador de los 400 €.

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e. Tenencia de moneda falsa para expenderla o distribuirla (STS 5-02-00)


f. Adquisición de moneda falsa para ponerla en circulación (STS 29-06-
01)

II. Falsificación, expendición, introducción, adquisición de buena fe y utilización


de sellos de correos o efectos timbrados (art. 389)

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DELITOS DE FALSEDADES (II)


Falsedades personales

Prof. Dr. Víctor Gómez Martín


Universitat de Barcelona

I. USURPACIÓN DE ESTADO CIVIL (ART. 401 CP)

Bibliografía

BELLO LANDROVE, La familia y el Código Penal español, Madrid 1977; el mismo, Los
delitos contra la familia, Madrid 1978; BERISTÁIN IPIÑA, “Delitos contra la familia y la
moralidad sexual”, RGLJ 1964; BOIX REIG, El delito de usurpación de estado civil,
Valencia 1980; DÍAZ SANTOS, Los delitos contra la familia, Madrid 1974; FERRER
SAMA, “Noción y características del delito de bigamia”, ADPCP 1948; H IGUERA
GUIMERÁ, “La protección penal del estado civil de las personas”, LH- Casabó, 1997;
MIR PUIG, “Matrimonios ilegales en el Código Penal”, ADPCP 1974; el mismo, “Sobre
la irretroactividad de las normas procesales y el sujeto del delito de bigamia”, LL 1986;
MUÑOZ SÁNCHEZ, “Los delitos relativos a los matrimonios ilegales”, AP 2001;
TERRADILLOS BASOCO, “El delito de celebración de matrimonios ilegales y la reforma
del Código Penal en materia matrimonial”, RFDUM 1982; VEGA GUTIÉRREZ, La
unidad del matrimonio y su tutela penal: precedentes romanos y canónicos del delito de
bigamia, Granada 1997

Art. 401 CP: “El que usurpare el estado civil de otro será castigado con la pena de
prisión de seis meses a tres años”.

I. CUESTIONES DOGMÁTICAS FUNDAMENTALES

1. Bien jurídico

1.1. Individual: derechos y acciones civiles individuales inherentes al estado civil, la


personalidad y la identidad.

1.2. Supraindividual: Fe pública como protección de los medios legales y materiales


de identificación de la persona (el delito está incluido en el Título XVIII (“de las
falsedades”) del Libro II (“De los delitos y sus penas”) CP.

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2. Tipo objetivo (“usurpar el estado civil de otro”)

3.1. “Usurpar el estado civil (...)”:

3.1.1. “Usurpar (...)”

“Usurpar” significa quitar a alguien lo que es suyo de forma permanente. En el delito


de usurpación del estado civil no basta con un solo acto esporádico de suplantación, es
necesario que haya cierta permanencia y continuidad en la sustitución. Se trata de un
requisito de idoneidad objetiva de la conducta para lesionar el bien jurídico: se
considera que ello sólo ocurre (tanto como bien jurídico individual como
supraindividual) cuando los actos de suplantación se perpetúan en el tiempo.

3.1.2. “(...) el estado civil”

a) La jurisprudencia no asume, sin más, el concepto jurídico-civil de “estado civil” (por


ejemplo: los estados relativos a la situación conyugal, como soltero, casado, separado,
divorciado, viudo, etc.), sino que ha elaborado un concepto penal autónomo. Tres son
las acepciones que se defienden:

a.1) Estado civil como “todas las características o datos que integran la personalidad o
la identidad de la persona suplantada (no sólo su nombre)”: vid., por ejemplo, STS 23
mayo 1986 y SAP Cádiz 9 enero 2002. Según esta línea jurisprudencial, para que la
usurpación del estado civil sea típicamente relevante es necesario que se suplante todas
las facetas de la personalidad o identidad del individuo suplantado. Debe tratarse de una
suplantación a todos los efectos, no sólo a determinados efectos concretos (vid. SAP
Cádiz 9 enero 2002: absolución). No basta con arrogarse una personalidad ajena,
utilizando, por ejemplo, el nombre de otra persona, ni siquiera hacerlo de forma
permanente (vid. SSTS 6 diciembre 1985, 23 mayo 1986 y 20 enero 1993). Esta
conducta estaba tipificada en el CP 1973 como delito de uso público de nombre
supuesto (art. 322), pero en el CP 1995 es atípica. En el CP 1973, cuando se usaba
nombre supuesto, pero de forma ocasional, no permanente, se cometía la falta (contra el
orden público) de ocultación de nombre a autoridad pública (art. 571). Esta conducta
también es atípica en la actualidad. Es necesario suplantar a otra persona usando todas
las características o datos que integran la personalidad o la identidad de la persona
suplantada.

a.2) Estado civil como “derechos civiles o acciones inherentes al estado civil (por
ejemplo, el derecho de filiación, paternidad, o derechos conyugales). En los casos de
mera alteración de la filiación, la conducta no es constitutiva del delito de usurpación de
estado civil, sino del delito contra las relaciones familiares (título XII del libro II)
previsto en el art. 220.2 CP. En este delito no se lesionan los derechos civiles
dimanantes de la filiación, sino que sólo se altera ésta (el hijo pasa a ser hijo adoptivo de
otra persona), resultando afectada, en todo caso, la unidad familiar biológica, y,
particularmente, el derecho del padre biológico a la paternidad de su hijo y el del hijo a
la paternidad biológica (SAP Barcelona 20 febrero 2004). Por esta razón, la actual
ubicación sistemática de este delito entre los delitos contra las relaciones familiares se
presenta como ampliamente preferible al lugar, entre los delitos de falsedades y junto a
los delitos de usurpación del estado civil, que ocupaban en el CP 1995. Vid. STS 24
junio 1992.

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a.3) Estado civil como “cualesquiera derechos civiles o acciones de la persona


suplantada”, con independencia de si son, o no, inherentes a su estado civil. Algunos de
estos derechos civiles pueden ser, por ejemplo, el derecho de declarar en juicio
reconociendo hechos objeto de acusación (vid. SAP Madrid 5 diciembre 2000:
condenatoria), el de beneficiarse de las ventajas penitenciarias derivadas de una buena
conducta o la falta de antecedentes penales (vid. SAP 9 mayo 2002). Según esta línea
jurisprudencial, cuando la persona suplantada sigue conservando el derecho, no se le
priva del mismo, no se usurpa su estado civil, sino que la conducta sólo es constitutiva
de utilización de nombre supuesto (vid. STS 6 diciembre 1985: absolutoria de
usurpación de estado civil y condenatoria de utilización de nombre supuesto).

3.1.3. “(...) de otro”:

a) Se trata del sujeto cuyo estado civil es suplantado. A diferencia de lo que sucedía en
el antiguo delito de utilización de nombre supuesto, en el que la persona suplantada
podía ser ficticia, en el delito de usurpación de estado civil ésta debe existir
realmente, no puede ser ni imaginado ni haber fallecido, porque una persona
imaginaria o fallecida carece de estado civil, y no es posible usurpar el estado civil
de alguien que carece del mismo (STS 23 mayo 1986 y SAP Madrid 17 marzo
1999). En caso de que ello ocurriera sin que el autor conozca que la persona
suplantada no existe realmente o está muerta nos encontraríamos ante una tentativa
inidónea punible.

b) Cuando el suplantador y la persona suplantada están de acuerdo en la suplantación,


no puede haber delito de usurpación de estado civil, siempre que se entienda que lo
que se protege consiste en los derechos y acciones civiles individuales derivados del
estado civil: vid. SAP Sevilla 23 mayo 2000.

4. Tipo subjetivo

4.1. La jurisprudencia exige la concurrencia de un elemento subjetivo del tipo o del


injusto: que la usurpación del estado civil se haga “para usar sus derechos o
acciones” (SSTS 23 mayo 1986 y 26 marzo 1991, entre otras). No concurre el tipo
cuando la usurpación no se realiza para ejercer los derechos de la persona
suplantada, sino para enmascarar u ocultar su propia personalidad a fin de eludir la
acción de la justicia (vid. SSAP Cádiz 9 enero 2002 y Barcelona 21 mayo 2004).

4.2. Crítica:

4.2.1. Es dudoso que se trate de un elemento subjetivo del tipo adicional al dolo. Esta
categoría resulta cuestionable, máxime cuando el legislador no lo exige
expresamente, como ocurre en el caso del art. 401 CP.

4.2.2. En los supuestos en que la jurisprudencia absuelve por la no concurrencia del


elemento subjetivo del injusto “para usar sus derechos o acciones”,
probablemente lo que falta es ya el tipo objetivo del delito (vid., por ejemplo,
STS 26 marzo 1991 y SAP Cádiz 9 enero 2002: absolución). Tiene más sentido
exigir el ejercicio de derechos o acciones de la persona suplantada como un
elemento del tipo objetivo que debe ser abarcado por el dolo. En realidad, la

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“usurpación” del estado civil a la que se refiere el art. 401 CP exige el ejercicio
de derechos y acciones propias del estado civil de la persona suplantada. El tipo
subjetivo del delito sólo exige que el autor conozca y quiera esta circunstancia
(dolo típico).

5. Causas de justificación

STS 6 diciembre 1985: un sujeto acude a un hospital de SS con la tarjeta sanitaria de


otra persona, por la que se hace pasar. El TS no apreció estado de necesidad porque el
sujeto podría haber intentado ser atendido en el servicio de urgencias del hospital sin la
tarjeta, o bien en otros establecimientos de beneficencia.

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7. Prueba

SAP Soria 10 octubre 2001: una persona de origen gambiano va a Subdirección de


Gobierno en Soria para renovar Permiso de Residencia y de Trabajo para Extranjeros.
Existen dudas sobre su identidad, y lo llevan a la comisaría para identificarle. Allí se
descubre que las huellas dactilares que consta en el informe lofoscópico de la persona
que dice ser y las suyas son completamente distintas. En principio, según la ciencia
lofoscópica cuando entre huellas dubitadas e indubitadas se produce la coincidencia
entre varios puntos, dichas huellas pertenecen a la misma persona. En caso contrario, se
tratará de personas distintas (vid. SAP Zaragoza 5 junio 2002). Sin embargo, la SAP
Soria 10 octubre 2001 absuelve porque considera que esa falta de coincidencia no es
prueba suficiente para demostrar que el sujeto no es en realidad quien dice ser, ya que es
posible que en su momento se produjera una equivocación con la toma de huellas y la
asignación del nombre.

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II. USURPACIÓN DE FUNCIONES PÚBLICAS (Art. 402 CP)

Art. 402 CP: “El que ilegítimamente ejerciere actos propios de una autoridad o funcionario
público atribuyéndose carácter oficial, será castigado con la pena de prisión de uno a tres
años”.

CUESTIONES DOGMÁTICAS FUNDAMENTALES

1. Bien jurídico

1.1. Fe pública: veracidad y autenticidad en el contexto de la función pública (vid. SAP


La Coruña 22 noviembre 1999). No en vano, el delito está ubicado en el título XVIII
(“de las falsedades”) del Libro II CP.

1.2. Correcto ejercicio de la función pública: relación entre “status” y función pública,
de tal modo que sólo pueda realizar esta última quien se encuentre legalmente
autorizado para ello (vid. SAP Málaga 21 abril 2001).

2. Tipo objetivo (“el que ilegítimamente ejerciere actos propios de una autoridad o
funcionario público [...]”)

2.1. Ejercicio de “actos propios” de una autoridad o funcionario público:

2.1.1. Son aquellos actos cuya ejecución es competencia (no necesariamente exclusiva)
de la autoridad o funcionario público por el que el sujeto se hace pasar.

2.1.2. No basta con presentarse como autoridad (vid. SAP León 28 febrero 2003), o
presumir o alardear mediante simples actos de exhibición (por ejemplo, de una placa) de
la fingida condición de autoridad o funcionario, sino que es necesario que esta
atribución trascienda mediante la realización de actos propios de la función pública
suplantada (vid. AAP Las Palmas 28 julio 2000 y SAP Málaga 21 abril 2001:
absolución). Tampoco basta con utilizar el despacho de un funcionario (vid. STS 24
octubre 1996).

2.1.3. En los casos de simulación de miembro de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del


Estado, es necesaria la realización de algún acto de conminación, detención o
investigación. Aunque la jurisprudencia es oscilante en esta materia, suele afirmarse que
el simple requerimiento de identificación basta para entender que concurre este
elemento (vid., a favor, SSAP Murcia 20 enero 1999 y Málaga 28 septiembre 2000; y en
contra SAP Valencia 13 julio 1999). No es competencia de la Guardia Civil, por
ejemplo, mirar y hacer fotos de buzones (vid. SAP Barcelona 1 julio 1999: absolución).

2.1.4. En ocasiones, el TS ha exigido que los “actos propios” consistan en actos de


autoridad. Fuera de estos casos (por ejemplo, en un caso de usurpación de función
pública por un médico no funcionario) no resultará realizado el tipo de usurpación de
funciones públicas. En este sentido, vid., por ejemplo, las SSTS 28 junio 1993 y 16
marzo 1998.

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Crítica:

a) La relación entre estatus y función también es relevante en el caso de los


médicos funcionarios, porque la Administración también cumple mediante
las oposiciones una función de control de la cualificación de los médicos.

b) En el delito de usurpación de funciones públicas no sólo se protege el


correcto funcionamiento de la Administración, sino la seguridad del tráfico
jurídico en el contexto de la Administración (veracidad, autenticidad).

2.2. “Ilegítimamente”: inexistencia de título habilitador para la actuación, o de causa


que la justifique. ¿Atipicidad de los casos de autoridad o funcionario público que se
excede en el ejercicio de sus competencias? (en contra AAP Sevilla 10 marzo 2004).

2.3. “[...] atribuyéndose carácter oficial [...]”):

2.3.1. Se trata de un requisito de idoneidad objetiva de la conducta típica: la usurpación


de función pública debe ser objetivamente adecuada para hacer inducir a error al
hombre medio, haciéndole creer que está en presencia de una autoridad o funcionario
público (vid. STS 24 junio 1998; SSAP Valencia 10 marzo 1999, Valladolid 8 marzo
2000, Tarragona 23 abril 2002: engaño bastante; SAP Málaga 8 enero 2004; AAP León
27 julio 2004: absolución por falta de idoneidad objetiva para engañar). En los casos de
simulación de miembro de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, no es necesario
que el sujeto lleve puesto el uniforme correspondiente (vid. SAP Valencia 13 julio 1999:
absolución).

2.3.2. En los casos de menores, para que el engaño sea “bastante” puede bastar con una
atribución de carácter oficial menos inequívoca (vid. SAP Barcelona 5 julio 2000).

2.3.3. Un sector minoritario de la jurisprudencia exige que la atribución pública del


carácter oficial se haga para realizar los actos propios de la autoridad o funcionario
público, siendo atípica la atribución posterior a la realización del acto para justificar su
realización (vid. SAP Barcelona 1 julio 1999).

3. Tipo subjetivo

La jurisprudencia considera que la “atribución de carácter oficial” es un elemento


subjetivo del tipo (vid. SAP Barcelona 1 julio 1999). Sin embargo, es preferible
entender que se trata de un requisito de idoneidad objetiva de la conducta típica (vid.
supra) que también debe ser abarcado por el dolo típico.

4. Concursos

4.1. En los casos de detención ilegal con simulación de funciones públicas (art. 165 CP)
debe apreciarse un concurso de leyes entre este delito y el de usurpación de funciones
públicas (art. 402 CP) que debe ser resuelto a favor del primero en aplicación del
principio de consunción (art. 8.3ª CP). Vid. SAP Burgos 30 octubre 2000.

4.2. Cuando para la comisión del delito del art. 402 CP se utilice documentos (carnets o
placas de policía) falsos, se apreciará un concurso ideal (medial) de delitos, porque el

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delito de usurpación de funciones públicas no sólo atenta contra la fe pública, sino


también contra el correcto funcionamiento de la Administración (vid. SAP Madrid 2
julio 2001).

4.3. En algún caso en que se ha cometido hurto mediante usurpación de funciones


públicas se ha apreciado, de forma muy discutible, un concurso de leyes a resolver a
favor del delito de hurto de acuerdo con el principio de consunción (vid. SAP 19
febrero 1996).

Crítica:

a) Aunque para cometer “el” hurto del caso era necesaria la usurpación de
funciones públicas, para cometer “un” hurto en abstracto no lo es.

b) Por ello, si sólo se aprecia el delito de hurto se deja de tener en cuenta el


desvalor correspondiente al delito de usurpación de funciones públicas.

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III- INTRUSISMO PROFESIONAL (Art. 403 CP)

Bibliografía

ÁLVAREZ GARCÍA, “Del intrusismo”, LL 1983; DE LA ASUNCIÓN RODRÍGUEZ/ZARZUELO


DESCALZO, "Usurpación de funciones médicas", LL 1996; BELLO LANDROVE, La
familia y el Código Penal español, Madrid 1977; el mismo, Los delitos contra la familia,
Madrid 1978; BERISTÁIN IPIÑA, “Delitos contra la familia y la moralidad sexual”, RGLJ
1964; BOIX REIG, El delito de usurpación de estado civil, Valencia 1980; B OIX
REIG/ORTS BERENGUER, Intrusismo profesional, Valencia 1995; los mismos, “Sobre
algunos aspectos del intrusismo”, EPC XXI 1998; CERVELLÓ DONDERIS, “La presencia
de habitualidad en el delito de intrusismo”, RGD 1992; C HOCLÁN MONTALVO,
“Intrusismo con ánimo de lucro y estafa”, AP 1996; el mismo, El delito de intrusismo,
Barcelona 1998; DÍAZ SANTOS, Los delitos contra la familia, Madrid 1974; ESCOBAR
MARULANDA, “El delito de intrusismo y el principio de exclusiva protección”, ADPCP
1994; FERRER SAMA, “Noción y características del delito de bigamia”, ADPCP 1948;
DE LA FUENTE HONRUBIA, “Los delitos de intrusismo y atribución pública de cualidad
profesional (Comentario a la STS de 21 de diciembre de 1996”, RTSJAP (8) 1999;
GOYENA HUERTA, “El delito de intrusismo y las titulaciones profesionales obtenidas
fuera de España”, AJA (295) 1997; HERNÁNDEZ TRIVIÑO/ZUGALDÍA ESPINAR, “La
medicina popular y la medicina alternativa ante el Derecho penal: especial
consideración del delito de intrusismo, CPC (54) 1994; HIGUERA GUIMERÁ, “La
protección penal del estado civil de las personas”, LH-Casabó, 1997; LOZANO
ROMERAL, “El carácter exclusivo de la profesión de agente de la propiedad
inmobiliaria” LL 1996; LUZÓN PEÑA, “Problemas del intrusismo en el Derecho penal”,
ADPCP 1985; LLORIA GARCÍA, “El concepto de título oficial en el delito de
intrusismo”, CJ (23) 1994; la misma, El delito de intrusismo profesional: (bien jurídico
protegido y configuración del injusto), Valencia 2001; M ANZANARES SAMANIEGO, “El
delito de intrusismo”, AP 1995; MARTÍNEZ-PEREDA, “Intrusismo punible y conflictos en
las distintas especialidades médicas”, DS 1997; MIR PUIG, el mismo, “Intrusismo
profesional (comentario a las sentencias de la AP Barcelona 19 noviembre 1988 y del
TS 19 noviembre 1990)”, La Llei 1991; MORALES PRATS, “Contenido y límites del
delito de intrusismo en el CP/1995”, RDPP (4) 2000; MUÑOZ SÁNCHEZ, “Los delitos
relativos a los matrimonios ilegales”, AP 2001; ORTS GONZÁLEZ, El delito de
usurpación típica de funciones públicas, Córdoba 1987; PAVÍA CARDELL,
“Responsabilidad penal del particular por uso indebido de bienes públicos (a propósito
del “caso Juan Guerra” por la utilización de un despacho”, AP 1997; PÉREZ ROYO,
“Colegiación profesional e intermediación inmobiliaria: un análisis constitucional”, LL
1995; POZO/LOZANO, “El carácter exclusivo de la profesión de agente de la propiedad
inmobiliaria”, LL 1996; REQUERO IBAÑEZ, “Reconocimiento y homologación de
titulaciones extranjeras. Análisis jurisprudencial”, CDJ 1993; RODRÍGUEZ MOURULLO,
“El delito de intrusismo”, RGLJ 1969; DEL ROSAL, “Del intrusismo”, ADPCP 1962;
SALOM ESCRIBÁ, “El delito de intrusismo profesional", RJCat 1983; SÁNCHEZ
SAUDINÓS, Los colegios profesionales en el ordenamiento constitucional, Madrid 1996;
SERRANO GÓMEZ, “El intrusismo en la odontología”, AP 1988; el mismo, “Delito de
intrusismo y médicos no especialistas”, AP 1999; SERRANO TÁRRAGA, El delito de
intrusismo profesional, Madrid 1997; SOUVIRÓN MORENILLA, La configuración jurídica
de las profesiones tituladas, Madrid 1988; T ERRADILLOS BASOCO, “El delito de
celebración de matrimonios ilegales y la reforma del Código Penal en materia

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matrimonial”, RFDUM 1982; VEGA GUTIÉRREZ, La unidad del matrimonio y su tutela


penal: precedentes romanos y canónicos del delito de bigamia, Granada 1997

Art. 403 CP: El que ejerciere actos propios de una profesión sin poseer el
correspondiente título académico expedido o reconocido en España de acuerdo con la
legislación vigente, incurrirá en la pena de multa de seis a doce meses. Si la actividad
profesional desarrollada exigiere un título oficial que acredite la capacitación necesaria y
habilite legalmente para su ejercicio, y no se estuviere en posesión de dicho título, se
impondrá la pena de multa de tres a cinco meses.

Si el culpable, además, se atribuyese públicamente la cualidad de profesional amparada


por el título referido, se le impondrá la pena de prisión de seis meses a dos años.

CUESTIONES DOGMÁTICAS FUNDAMENTALES

1. Bien jurídico

1.1. Perspectiva “de lege lata”

1.1.1. Interés de la colectividad / sociedad en que determinadas profesiones


cualificadas o superiores (las que puedan afectar a bienes jurídicos relevantes,
como la vida, la integridad física, etc.) sean realizadas, exclusivamente, por
quienes posean la formación y aptitud necesarias para ello, acreditada mediante
la tenencia del título (académico u oficial no académico) habilitante
correspondiente.

1.1.2. ¿Interés de los Colegios Profesionales en el correcto funcionamiento de la


profesión? En la práctica, los Colegios Profesionales son, en la mayor parte de
las ocasiones, los que instan el procedimiento penal. Sin embargo, la
jurisprudencia del TC recuerda que este interés profesional no es, por sí solo, tan
esencial como para legitimar la intervención penal en esta materia (vid. por
ejemplo, STC 111/1993). En idéntico sentido en relación con la “Asociación
para la Defensa de los Licenciados en Derecho” en un caso de intrusismo en el
ámbito de la abogacía se ha pronunciado recientemente el AAP Girona 10 marzo
2004.

1.1.3. ¿Fe pública? Aunque el delito está incluido en el Título XVIII (“de las
falsedades”) del Libro II (“de los delitos y sus penas”) CP, sólo el tipo agravado
del art. 403, párrafo 2º CP tipifica un atentado contra la fe pública, porque sólo
en éste se exige como elemento del tipo la “atribución pública de la cualidad de
profesional amparada por el título referido” (LUZÓN PEÑA, MIR PUIG).

1.1.4. El delito también concurre aunque no se haya lesionado o puesto en peligro


ningún bien jurídico concreto (vida, salud individual, patrimonio, etc.) de los
clientes (potenciales) del intruso. No es un delito de lesión o de peligro contra

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los bienes jurídicos individuales de aquéllos. Es irrelevante, por ello, si el intruso


tiene mayor o menor experiencia, pericia o conocimientos en la actividad que
realiza. En caso de que como consecuencia de la falta de pericia del intruso se
produzca la lesión de algún bien jurídico individual, deberá apreciarse un
concurso de delitos entre el intrusismo y el correspondiente delito de lesión de
bien jurídico individual.

1.2. Perspectiva “de lege ferenda”: ¿es correcta la regulación prevista en el art. 403 CP
desde el punto de vista del principio de intervención mínima? En opinión de MIR
PUIG, sería preferible que para que el intrusismo profesional fuera constitutivo de
delito, el CP exigiera, en todo caso, la lesión de la fe pública mediante la falsa
atribución de la cualidad profesional (del mismo modo que se exige en los delitos
de usurpación del estado civil y de funciones públicas).

2. Tipo básico (art. 403, párr. 1º CP): tipo objetivo

2.1. Elemento positivo: “realización de actos propios de una profesión”

2.1.1. Concepto de “actos propios de una profesión”: “aquéllos cuya realización es


atribuida por el ordenamiento jurídico positivo única y exclusivamente a los
individuos de determinadas profesiones” (CÓRDOBA RODA).

a) Por lo general, la atribución legal de competencias de las profesiones se


encuentra en los correspondientes estatutos jurídicos de cada profesión.

b) Quedan excluidos del tipo los actos legalmente atribuibles a diversas


profesiones, no exclusivamente a una. Por ejemplo:

b.1) La administración e intermediación en negocios jurídicos con bienes


inmuebles no es competencia exclusiva de los API.

b.2) Los actos médicos de una determinadas especialidad no son


competencia exclusiva del médico especialista, porque cualquier licenciado
en medicina puede practicar cualquier acto médico.

2.1.2. “Actos propios” de diferentes grupos de profesiones

a) Medicina:

a.1) “Actos médicos”: en sentido estricto, son los actos de la Medicina “oficial”,
esto es, aquélla que consiste en la realización de actos de profilaxis, diagnóstico
y tratamiento de enfermedades por medio del método científico-experimental
propio del arte médico oficial, impartido en las facultades de Medicina
(HERNÁNDEZ TRIVIÑO / ZUGALDÍA ESPINAR).

a.2) Medicina “popular” y Medicina “alternativa / libre”

- Medicina “popular”: sanadores, curanderos, curadores espirituales, etc. que


practican tratamientos sintomáticos (del efecto, no de la causa) que persigue

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exclusivamente acabar con el dolor del paciente mediante la sugestión


psicológica (estímulos religiosos, morales, culturales, etc.) o prácticas
supersticiosas, oraciones, imposición de manos, vasos de agua magnetizada,
etc.

No son “actos médicos” en sentido estricto, por lo que, al no requerir para su


práctica del título de medicina, su realización sin éste no puede ser calificada
como intrusismo profesional.

- Medicina “alternativa / libre”: acupuntura, homeopatía, naturopatía,


quiropráctica, osteopatía, herboterapia, reflexoterapia, rayoterapia, etc.

¿Da lugar a intrusismo profesional? La jurisprudencia es vacilante: en


ocasiones considera que sí (SSTS 2 julio 1966; 19 junio 1989; 8 junio 1992;
SSAP Cantabria 16 abril 1998; Baleares 13 octubre 1999; en otras, en
cambio, que no (STS 5 julio 1992: los rayos láser sólo son “actos médicos”
cuando se utilizan en alguna especialidad médica quirúrgica, no cuando son
empleados por masajistas deportivos o en centros de estética).

a.3) Médicos generalistas y médicos especializados

Cualquier licenciado en Medicina puede realizar cualquier acto médico sin


cometer intrusismo profesional (STS 1 abril 2002); voto particular SAN 19
enero 1998). A pesar de que existe normativa administrativa en materia de
especialidades médicas, esta normativa ni tiene rango de ley, ni especifica cuáles
son las competencias de cada especialidad. Además, en Medicina, la única
profesión colegiada es la de “médico”, no la de “especialista” (SAP Almería 3
mayo 2004). Sólo hay una especialidad cuyas competencias sí están reguladas: la
Odontología-Estomatología (Ley 10/1986). No obstante, según la interpretación
que el TC viene haciendo del art. 1 RD 127/1984, los médicos no especialistas
pueden, ocasionalmente, actuar en circunstancias especiales que lo justifique, en
razón de la concreta situación que en cada caso se ofrezca. Esta interpretación
cobra aún más fuerza tras la entrada en vigor del RD 63/1995 de 20 de enero,
sobre Ordenación de las Prestaciones Sanitarias del Sistema Nacional de Salud.1

Sigue esta dirección el AAP Valladolid 1 julio 2004.

a.4) Odontólogos-estomatólogos y protésicos dentales

Los casos de intrusismo médico más frecuentes en la práctica son los de


protésicos dentales que se exceden en sus competencias e invaden algunas
propias de los odontólogos. Según abundante jurisprudencia del TS y las AP, los
protésicos sólo tienen competencias para manipular módulos o prótesis dentales,
no pueden manipular directamente la boca. Esto último es competencia
exclusiva del odontólogo. Pueden diseñar, construir, preparar o reparar prótesis
1
El Anexo I, apartado 2, de este RD contiene las prestaciones que con carácter general se incluyen en la
denominada «Asistencia Primaria», - a la que pertenece el denunciado-, y entre las que se contemplan en
el apartado 5º la atención buco dental y dentro de ésta, a su vez en el apartado c) el tratamiento de
procesos agudos odontológicos, incluida la extracción de piezas dentarias.

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dentales, pero no pueden colocarlas en la boca, ni tampoco realizar limpiezas


bucales, aplicar anestesia bucal o llevar a cabo extracciones o desvitalización de
dientes, al menos sin la dirección de un odontólogo (STS 29 septiembre 2000;
SAP Barcelona 2 febrero 2000; SAP Murcia 12 julio 2001; SAP Valladolid 2
junio 1998).

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a.5) ATS y Auxiliares de clínica

Según las Órdenes 26-4-73, 14-6-84 y 26-12-86, del Ministerio de Sanidad y


Consumo, las funciones de los Auxiliares de Clínica y ayudantes de laboratorio
se limitan a la limpieza de instrumentos y la colaboración en la extracción de
muestras de sangre, no la ejecución directa de su extracción. Ésta última es
competencia exclusiva del personal médico cualificado, esto es, titulados en
enfermería (ATS.-DUE) o licenciados en Medicina (AAP 7 enero 2004).

b) Abogados

La jurisprudencia dominante considera que son actos propios de un abogado


tanto los judiciales como los extrajudiciales (STS 28 marzo 2003; SAP Baleares
25 julio 2000). Según una línea jurisprudencial minoritaria, son actos propios de
abogado únicamente los que se realizan ante un Juez o Tribunal. Para que un
sujeto usurpe la profesión de abogado en el sentido del art. 403 CP no basta con
que se realicen funciones de abogado sin estar colegiado. Es necesario que se
trate de un no licenciado en Derecho. Pese a que un sector minoritario de la
jurisprudencia se opone a ello, cuando un licenciado en Derecho realiza
funciones de abogado sin estar colegiado no realiza el tipo.

b) Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API)

Tras la entrada en vigor del Real Decreto Ley 4/2000, de liberalización del
sector inmobiliario y transportes, los actos de administración de fincas y
mediación en compraventas de bienes inmuebles (art. 1 Reglamento de los
Colegios de API de 1969)2 no son competencia exclusiva de los API. Pueden ser
desarrollados por otros profesionales (por ejemplo, abogados, gestores, etc.) sin
necesidad de título oficial.3 El RDL 4/2000, que complementa el tipo penal, es
de aplicación retroactiva en lo que favorezca al reo (art. 2.2 del CP). Si un sujeto
lleva a cabo tales actos sin título de API sólo comete, a lo sumo, una infracción
administrativa, nunca un delito (vid., por ejemplo, SSTC 111/1993; 5/1996;
SSTS 31 enero 1990; 3 octubre 1995; SSAP Zaragoza 28 abril 1999; Barcelona
29 enero 2001; Málaga 27 julio 2004).

2.1.3. A pesar de que el tipo se refiere a “actos”, la jurisprudencia dominante no


considera necesaria para la consumación del delito una pluralidad de actos de
intrusismo (habitualidad), sino que se conforma con un único acto (en contra:
STC 24/1996; STS 13 junio 1990).
2
“(...) Compraventa y permuta de fincas rústicas y urbanas, los préstamos con garantía hipotecaria sobre
fincas rústicas y urbanas, los arrendamientos rústicos y urbanos y traspasos de estos últimos, así como la
evacuación de consultas y dictámenes que le sean solicitados sobre el valor de la venta, cesión o traspaso
de los bienes inmuebles enumerados (...)”.
3
El art. 3 de este RDL dispone expresamente que “las actividades enumeradas en el art. 1 del Decreto
3248/1969, de 4 de diciembre, por el que se aprueba el Reglamento de Colegios Oficiales de Agentes de
la Propiedad Inmobiliaria y de su Junta General, podrán ser ejercidas libremente sin necesidad de estar en
posesión de título alguno ni de pertenecer a ningún Colegio Oficial». En la E. de M. de la norma se
justifica esta disposición expresando que “el Real Decreto-ley pretende clarificar la situación actual del
ejercicio de la actividad de intermediación inmobiliaria que se encuentra afectada por la falta de una
jurisprudencia unánime que reconozca que dicha actividad no está reservada a ningún colectivo singular
de profesionales”.

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2.2. Elemento negativo: ausencia de “título académico / oficial”

2.2.1. Necesidad de realizar una interpretación material y no formal del tipo.


Atipicidad en aquellos supuestos en que si bien formalmente el sujeto no posee
el título ha superado todas las pruebas tendentes a su obtención. Homologación
de títulos extranjeros (SAP Cádiz 24 enero 2001: especial consideración a la
libertad de establecimiento y reconocimiento de títulos en la UE.

2.2.2. Concepto de “título académico” (art. 403, inciso 1º CP): interpretación


restrictiva: título expedido por un centro universitario (Universidad o Escuela
Universitaria). Por ejemplo: licenciado en Derecho (abogado) o en Medicina
(médico):

a) Abogado: hay intrusismo cuando un sujeto realiza actos propios de un


abogado sin el título de Licenciado en Derecho, no cuando, siendo
licenciado, no está colegiado (la colegiación no es un “título académico”).

b) Médico: hay intrusismo cuando un sujeto realiza actos propios de un médico


sin el título de Licenciado en Medicina (STS 3 marzo 1997: ATS que se hace
pasar por médico especialista en Ginecología]), no cuando, siendo
licenciado, no está especializado (la especialización no es un “título
académico”).

2.2.3. Concepto de “título oficial” (art. 403, inciso 2º CP): dos interpretaciones:

a) Dominante: título expedido por la Administración, no por centro


universitario (Instrucción FGE 2/96). Se trata de un tipo privilegiado de
intrusismo en profesiones menos cualificadas que las del art. 403, inciso 1º
CP, por no afectar a intereses de tanta importancia. De todos modos,
reiterada jurisprudencia del TS y las AP excluye la tipicidad de las
conductas de intrusismo de los API (título oficial no académico), por
entender que en ellas únicamente se lesionan los intereses de los Colegios
Profesionales de API, y no intereses de la máxima relevancia constitucional.
Por ello, calificar dichas conductas como delito supondría una vulneración
de los principios de proporcionalidad e intervención mínima del Derecho
penal. Esta circunstancia ha llevado a diversos órganos jurisdiccionales a
plantear ante el TC cuestión de inconstitucionalidad respecto del art. 403,
párr. 1º, inciso 2º CP, por posible contravención del principio de
proporcionalidad (art. 9.3 CE). Por Auto 12 diciembre 2000, el TC declaró
terminado el proceso constitucional derivado de la Cuestión 4162/98, por
desaparición sobrevenida de objeto, como consecuencia de la entrada en
vigor del art. 3 del RDL 4/2000, que suprimía la necesidad de título oficial
habilitante para ejercer las funciones propias de la profesión de los agentes
de la propiedad inmobiliaria. Sin embargo, hasta la fecha, el TC no se ha
pronunciado expresamente sobre la posible inconstitucionalidad del art. 403,
párr. 1º, inciso 2º CP.

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b) Minoritaria (SSAP Baleares 25 julio 2000; 7 septiembre 2000): requisitos


adicionales al título académico que se exige en ciertas profesiones para su
ejercicio. Por ejemplo:

b.1) Abogado: colegiación


b.2) Médico: especialización

3. Tipo agravado (art. 403, párr. 2º CP): “atribución pública de la cualidad de


profesional”

No basta con la mera atribución de la profesión, sino que ésta debe ser “pública”.
Para ello no basta con que se formule ante el cliente, paciente, etc., sino que debe
hacerse ante una pluralidad indiscriminada de personas mediante: prensa, radio,
televisión, rótulos, placas, hojas impresas u octavillas, tarjetas de visita, facturas u
otros medios parecidos (STS 28 octubre 1993; SAP Barcelona 2 febrero 2000). Es
necesario que la atribución pública de la cualidad se lleve a cabo mediante la
realización de actos, no basta con la mera omisión, por ejemplo, con la no
desautorización de quien cree falsamente que alguien es un profesional (MIR
PUIG). No es preciso que se trate de una publicidad absoluta, basta con la difusión
en el ámbito social en que el intruso desarrolla su actividad hasta que se consiga
una cierta notoriedad (RODRÍGUEZ MOURULLO).

4. Falta de falsa atribución pública de profesión (art. 637 CP)

Art. 637 CP: El que usare pública e indebidamente uniforme, traje, insignia o condecoración
oficiales, o se atribuyere públicamente la cualidad de profesional amparada por un título
académico que no posea, será castigado con la pena de arresto de uno a cinco fines de
semana o multa de diez a treinta días.

La jurisprudencia aplica esta falta en los casos de intrusismo profesional con atribución
pública de la profesión usurpada en que el intruso no realiza actos propios de la
profesión. Ello ocurre, por ejemplo, en las SSTS 28 marzo 2003, aunque finalmente no
se aplicó la falta por aplicación del principio acusatorio; 15 julio 2004 y la SAP
Zaragoza 20 marzo 2003: pasante licenciado en Derecho, aunque con título no
homologado en España, que se atribuye falsamente de forma pública la condición de
abogado en ejercicio no realizando, sin embargo, actos propios de abogado —simples
actuaciones extrajudiciales, sin comparecencia en Juzgados—).

5. Relación concursal con el delito de estafa

5.1. Jurisprudencia dominante: concurso de leyes en favor del delito de intrusismo por
aplicación del principio de consunción, al considerarse la percepción de
honorarios un acto propio de la profesión, siempre y cuando éstos no excedan con
mucho de los que habitualmente perciben los profesionales correspondientes (de
acuerdo SERRANO GÓMEZ, MANZANARES SAMANIEGO).
5.2. Jurisprudencia minoritaria

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5.2.1. Concurso ideal de delitos (STS 18 mayo 1991, ponente BACIGALUPO ZAPATER):
en el delito de intrusismo el interés general en que determinadas profesiones
sean ejercidas por aquellas personas que poseen la formación y aptitud necesaria
para ello, y no el patrimonio. El criterio de los honorarios normales es
irrelevante, porque en la estafa es preferible defender un concepto personal de
perjuicio (de acuerdo CHOCLÁN MONTALVO).

5.2.2. Concurso medial de delitos (STS 22 marzo 2004, ponente ABAD FERNÁNDEZ)

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6. Responsabilidad civil

En los casos de intrusismo profesional, la responsabilidad civil consistirá en la


devolución de la integridad de los honorarios cobrados por el intruso, no solo lo que
habría excedido de los que habría podido percibir el correspondiente profesional
titulado (STS 22 marzo 2004).

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