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En contraste con la necrosis, la apoptosis no es un proceso pasivo que se realice sin una activa participación de la célula, sino que se
desencadena como un proceso individual en cada célula, como una respuesta fisiológica a la influencia del entorno, mediada por una
cascada de transducción de señales desde la superficie celular hasta el núcleo, para poner en marcha un nuevo programa genético.
La célula no sufre cambios osmóticos, sino que atraviesa distintos estadios morfológicos que pueden seguirse con microscopía y
tinciones especificas.
Pueden distinguirse tres fases:
a) En una fase inicial, la célula individual, embebida en el tejido, pierde el contacto con las células que la rodean, la cromatina
nuclear se condensa y fragmenta, permaneciendo la envoltura nuclear. El volumen citoplasmático disminuye por perdida de agua y
condensación de las proteínas, pero la mayoría de los orgánulos celulares permanecen intactos.
b) La segunda etapa del proceso se caracteriza por la deformación de la membrana plasmática, que acaba fragmentándose y
englobando material nuclear y/o citoplasmático morfológicamente intacto, son los llamados cuerpos apoptóticos. Análisis
bioquímicos de estos cuerpos ponen de manifiesto su alto contenido en proteínas, muy empaquetadas y resistentes a acciones
proteolíticas.
c) En la fase final, in vivo, los cuerpos apoptóticos son rápidamente reconocidos y fagocitados por las células circundantes y
macrófagos presentes en el tejido; debido a este eficaz mecanismo para eliminar las células apoptóticas no se produce respuesta
inflamatoria. A diferencia de la necrosis, no hay ruptura de la célula que muere, ni sus restos se vierten al exterior. El reconocimiento
para la fagocitosis puede estar mediado por la interacción de glucoproteínas alteradas expuestas en la membrana plasmática que
rodea los cuerpos apoptóticos y los receptores de membrana de las células fagocíticas. In vitro, los cuerpos apoptótico y los
fragmentos celulares remanentes sufren una dilatación extrema y finalmente se lisan. Esta etapa de muerte celular in vitro a sido
denominada necrosis secundaria.
Todo este proceso es muy rápido, puede completarse en unas horas y ocurre sin pérdidas de material intracelular, daño secundario
a células adyacentes o reacción inflamatoria del tejido.
2. Como consecuencia de ello se establece un flujo anormal de iones hacia el interior celular que va acompañado de la entrada
pasiva de agua.
3. La entrada de agua provoca que tanto la célula como algunos de sus orgánulos membranosos (mitocondria, retículo
endoplásmico, etc) se hinchen.
4. Y finalmente estallen.
5. Después la membrana plasmática se rompe y se liberan constituyentes citoplásmicos, incluyendo enzimas proteolíticas
(Majno G, Wyllie AH ). En la cromatina nuclear aparecen áreas de condensación desigual y en núcleo sufre una lenta
disolución (cariolisis).
6. La necrosis desencadena una reacción inflamatoria en el tejido que a menudo produce formación de cicatriz.
7. La degradación del DNA no es tan excesiva durante la necrosis como en la apoptosis, y los productos de degradación son de
tamaño variable que forman bandas discretas en los geles de electroforesis.
Las mitocondrias tienen las tiene la habilidad de promover la apoptosis, dejando salir el citocromo C que junto con Apf-
1(apoptotic proteases activating factor-1) y el ATP forman un complejo (apoptosoma8) que lleva la activación de la
caspasa 9 de la cascada de las caspasas.Se ha sugerido que el Bax forma un poro a través de la membrana que lleva a
la salida del citocromo C del AIF (apoptosis inducing factor)
Evidencias recientes sugieren que variaciones en la apoptosis pueden estar implicadas en diferentes patologías. Así, un
aumento de la apoptosis puede contribuir al desarrollo de enfermedades neurodegenerativas como Parkinson o
Alzheimer, mientras que su descenso puede contribuir al desarrollo de tumores.
La apoptosis está reducida por el efecto de ciertas drogas que inhiben las topoisomerasas, por la exposición o acción de
diversos inhibidores de las cinasas, por la interferencia en la homeostasis del calcio, por el efecto de un shock térmico
breve, en algunas infecciones virales o la exposición a linfocitos T citotóxicos.
En algunos casos, la muerte celular programada está controlada genéticamente o por la acción de diversas moléculas
anti-apoptóticas:
Las proteínas de la familia Bc1-2 y Bc1-XL. La sensibilidad de las células a la apoptosis depende del balance entre estas
proteínas. Derivadas del proto-oncogén blc-2, intervienen en la regulación de la apoptosis. Aquellas células que expresan
Bcl-2, fácilmente demostrable mediante inmunohistoquímica, son resistentes a la apoptosis promoviendo de esta manera
la supervivencia celular, pero también facilitando con esa supervivencia la adquisición de mutaciones y la transformación
maligna.
La proteína Myc. Derivada del proto-oncogén myc, promueve, según las circunstancias, la muerte celular o su
proliferación.
La proteína p53, producida por el gen supresor de tumores p53, estabiliza a la célula en la fase G1 del ciclo como
respuesta a los agentes que dañen el ADN. Se ha demostrado que la p53 requiere del concurso de las proteínas p63 y
p73 para realizar su acción. Estas proteínas actuarían en forma paralela o en conjunto a la proteína p53 para inducir la
apoptosis.
Perforina y las granzimas. Lisis por linfocitos T citotóxicos. Las dos más importantes son la granzima A y la granzima
B. La perforina interacciona con las membranas celulares y permite el acceso de las granzimas al interior de la célula
diana, que inducen muerte celular por apoptosis.
El sistema perforina/granzima B induce apoptosis a través de la activación de caspasas, implicando a la vía mitocondrial;
mientras que el sistema perforina/granzima A induce apoptosis a través de la generación de radicales libres, también por
la vía mitocondrial, pero en ausencia de activación de caspasas; además, las granzimas A y B activan mecanismos
alternativos de muerte celular que no dependen de las vías descritas hasta el momento.
Citocinas (TNF, Factor de necrosis tumoral). Es liberada por células del sistema inmune que estimulan la fase aguda de
la reacción inflamatoria. Son receptores de la superficie celular que transmiten señales de apoptosis iniciada por lingados
específicos.
El TNF puede tener varios efectos, en algunas células lleva a la activación del factor nueclear que induce genes
proinflamatorios e inmunomoduladores, induciendo apoptosis. Se asocia dentro de la célula con moléculas adaptadoras,
lo que lleva a la recolección y división de la procaspasa 8.
TRAIL-TRAIL(TNF-related apoptosis inducing ligand) es similar al CD95. Sus receptores son el DR4 y el DR5. Dado que
estos receptores son constitutivos en muchos tejidos, se ha sugerido que hay mecanismos de protección en las células
contra la apoptosis, uno de los posibles mecanismos en la presencia de receptores falsos (decoy) que compiten con el
DR4 y DR5 por ligarse al TRAIL.
La proteína p35, la ejecución descubierta en los bacuolavirus pero presente también en los vertebrados superiores,
inhibe la apoptosis. Los virus mutantes que no poseen el gen p35 provocarían la muerte de las células huésped por
apoptosis, pero las formas salvajes inhibirían ésta.
Los mamíferos (aunque también se ha demostrado en Drosophyla), poseen una familia de genes que codifican potentes
inhibidores de las caspasas, cuyos productos de expresión se conocen como proteínas inhibidoras de la apoptosis (IAP).
A propósito de éstos inhibidores, también se conocen sus correspondientes neutralizadores de la actividad anti-apoptótica
como serían las proteínas Smac (second mitochondrial-derived activator of caspases) o DIABLO (direct IAP-binding
Protein with low pI)
Se han descrito también moléculas bajo el nombre de "receptores cebo" como el DcR3 (decoy receptor 3) que se sobre-
expresan en algunas neoplasias como las de pulmón o las de colon y que actuarían uniéndose al FasL, bloqueando con
ello su unión con el receptor Fas, con la consiguiente inhibición de la apoptosis.
5. La apoptosis y necrosis son procesos fisiológicos, patológicos o ambos?. Fundamente su respuesta.
Son diferentes la apoptosis cumple un papel más de fisiológico, pues esta interviene en las diferentes funciones del cuerpo humano.
Dentro de la fisiología de los organismos multicelulares, la apoptosis juega un rol muy importante en la homeostasis de los tejidos
durante el programa de desarrollo desde las etapas embrionarias hasta el recambio celular en el individuo adulto. En humanos la
apoptosis funciona desde la remodelación de tejidos embrionarios hasta la diaria remoción de células cutáneas, la regresión de la
próstata o timo a partir de cierta edad, cambios celulares que provocan la menstruación o el fin de la lactación.
Este equilibrio o homeostasis celular se da entre dos acontecimientos importantes de la vida celular: su proliferación y su muerte, de
tal manera que se mantiene un número adecuado de células, en cada linaje o estirpe celular. Recordemos que un ser humano adulto
tiene alrededor de 1014 células y se calcula que en 60 años hemos recambiado alrededor de 10 17 células. Un exceso de proliferación
celular o falta de muerte programada provocaría una hiperplasia y a veces una neoplasia, por el contrario un exceso de apoptosis
está asociada con enfermedades degenerativas
Por otro lado la necrosis, cumple su papel cuando una condición patológica está presente en el cuerpo humano. La necrosis
presenta alteración en la integridad celular, tumefacción celular, se vacuoliza, libera sustancias líticas, forma ampollas exofíticas,
libera material intracitoplasmático con citoquinas y luego las ampollas exofíticas son fagocitadas por macrófagos de la inflamación.
Su desencadenante es la injuria celular y es un proceso pasivo sin consumo de energía.
También comprende un estado irreversible de la célula, con incapacidad de mantenimiento de la integridad de la membrana
plasmática y escapatoria de elementos citoplasmáticos, desnaturalización de las proteínas por autolisis o proveniente de enzimas
líticas de leucocitos vecinos; ya que la necrosis atrae los componentes de la inflamación. Todos estos cambios condenan a la célula a
perder su función específica, y solamente forma parte de restos celulares que serán fagocitados por los macrófagos.