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Ensayo

El hombre, como ser social, está conformado por su ser individual que se
refiere a sus estados mentales y a su experiencia personal, y también por un
sistema de ideas, sentimientos y hábitos del grupo al que pertenece, tales
como ideas religiosas, creencias, prácticas morales, tradiciones, que se
traducen en la forma de voluntad del sujeto, y en las nociones de las que se
conforma la inteligencia. La constitución de este ser social es la finalidad de
la educación, sin soslayar al hombre como individuo, pues los atributos del
hombre se transmiten por vía social y se configuran históricamente por los
avatares de la civilización.

La educación es la acción ejercida por las generaciones adultas sobre las


que todavía no están maduras para la vida social. Tiene por objeto suscitar y
desarrollar en el niño cierto número de estados físicos, intelectuales y
morales, que exigen de él la sociedad política en su conjunto y el medio
especial, al que está particularmente destinado

Toda educación trata de formar al hombre de acuerdo al tipo ideal de hombre


que sobreentiende la civilización, lo que éste debe ser desde el punto de
vista intelectual, como físico y moral. Este tipo se fija en las conciencias, y
aunque la educación asegura la diversidad, también se ocupa de perpetuar
la homogeneidad de sus discípulos.

Al ser naciente (niño) se le agrega otro (educador) para llevarlo a la vida


moral y social para hacer de él un ser nuevo, que responderá antes que
nada, a necesidades sociales. La educación desenvolverá sus cualidades de
la inteligencia y las físicas, para ir al encuentro de un estado de perfección
gracias al concurso de la sociedad. El hombre, en efecto, no es hombre más
que porque vive en Sociedad. La sociedad es quien nos insta a pensar en los
intereses de los demás, a dominar las pasiones y los instintos, a subordinar
los propios fines a otros más altos. Todo el sistema de representación que
mantiene en nosotros la idea u el sentimiento de la regla, de la disciplina, lo
mismo interna que externa, es la sociedad quien lo instituyó en nuestras
conciencias. La sociedad domina todas nuestras nociones, puesto que si el
hombre fuese despojado de todo lo que le viene de la sociedad quedaría en
el rango del animal, la sociedad es la personalidad moral que perdura más
allá de las generaciones y las une, sin disociar al individuo de ésta, pues se
implican mutuamente. La acción que ésta [la sociedad] ejerce sobre él,
señaladamente por medio de la educación, no tiene, de ningún modo, como
objeto y como efecto, comprimirle, disminuirle, desnaturalizarle; sino, por el
contrario, engrandecerle y hacer de él un ser verdaderamente humano.

En la medida que evitemos sembrar en las personas creencias limitantes


entonces estamos contribuyendo a tener un futuro muchos mejor, los países
que han logrado grandes avances tecnológicos se han dado cuenta de ello y
están comenzando a explotar el potencial del recurso humano.

Es necesario comenzar a grabar en los niños ideas de poder. Porque en


realidad somos poderosos interiormente, usemos frases como las siguientes:
¡claro que es posible lograrlo!, ¡todo se puede cuando hay deseo y trabajo
organizado!, ¡la vida es abundante!, ¡este mundo está repleto de
oportunidades!, ¡tu misión es enorme!, ¡eres inteligente!, ¡tienes enormes
capacidades!, entre otras. Todas estas ideas irán tomando un gran poder y
harán que este niño tenga pocas ideas limitantes en el futuro y sea una
persona de éxito.

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