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Mol Psychiatry.

2011 Jul

La exposición a largo plazo a la contaminación del aire puede ocasionar cambios físicos en el cerebro,
así como problemas de aprendizaje, de memoria e incluso, depresión.
[7/07/2011]

Resumen[texto completo en inglés] [traducir]Mientras otros estudios han demostrado los efectos dañinos de
la contaminación del aire en el corazón y los pulmones, la revista 'Molecular Psychiatry' publica uno de los
primeros a largo plazo que muestra el impacto negativo en el cerebro, dice Laura Froken, investigadora
principal del proyecto y estudiante de doctorado en neurociencia en la Universidad Estatal de Ohio.

"Los resultados sugieren que una exposición prolongada al aire contaminado puede tener efectos negativos
visibles en el cerebro, lo cual podría ocasionar varios problemas de salud" apunta Fonken. "Esto podría tener
implicaciones importantes y problemáticas para aquellas personas que viven y trabajan en áreas urbanas
contaminadas".

Para este estudio, Fonken y sus colaboradores del departamento de neurociencia de la Universidad Estatal de
Ohio trabajaron con investigadores de la universidad del Davis Heart e Institudo de Investigación del Pulmón.

En estudios previos con ratones, el grupo de investigación Davis observó que el material particulado del aire
causa inflamación generalizada en el cuerpo y se lo relaciona con hipertensión, diabetes y obesidad. Este
nuevo estudio pretendía aplicar los resultados al efecto de la contaminación del aire en el cerebro.

"Cuanto más sabemos sobre los efectos en la salud de una prolongada exposición al aire contaminado, más
razones tenemos para preocuparnos --dice Randy Nelson, coautor del estudio y profesor de neurociencia y
psicología en la universidad estatal de Ohio--. Este estudio añade evidencia de los efectos negativos del aire
contaminado en la salud".

En el nuevo estudio, los ratones estuvieron expuestos, unos a aire filtrado, otros a aire contaminado, durante
seis horas diarias, cinco días a la semana, durante diez meses - casi la mitad del período de vida del ratón. Tras
diez meses de exposición al aire contaminado o al filtrado, los investigadores llevaron a cabo una variedad de
pruebas conductuales con los animales.

Para estudiar el aprendizaje y realizar pruebas de memoria, colocaron a los ratones en el centro de una pista
iluminada y se les dio dos minutos para intentar escapar a través de un agujero que llevaba a una caja oscura
en la que se sentirían más cómodos. Tras cinco días de entrenamiento para localizar el agujero de escape, los
ratones que respiraron el aire contaminado tuvieron más dificultad para aprender dónde se encontraba el
agujero. A los ratones expuestos al aire contaminado también les costaba más recordar dónde estaba el
agujero cuando se les ponía a prueba posteriormente.

En otro experimento, los ratones expuestos al aire contaminado mostraron más comportamientos depresivos
que los ratones que respiraron aire filtrado. Los ratones del aire contaminado mostraron signos de niveles de
ansiedad conductuales más altos en una de las pruebas, pero no en otra de ellas. ¿Pero cómo afecta el aire
contaminado a estos cambios en el aprendizaje, la memoria y el estado de ánimo? Los investigadores
realizaron pruebas en el área del hipocampo del cerebro de los ratones para buscar respuestas.

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Los resultados mostraron diferencias físicas claras entre el hipocampo de los ratones que fueron expuestos al
aire contaminado y el de los que no lo fueron. Los investigadores buscaron específicamente las ramificaciones
que crecen desde las células nerviosas (o neuronas) llamadas dendritas. Las dendritas poseen pequeños
salientes llamados espinas dendríticas que transmiten señales de una neurona a otra.

Los ratones expuestos al aire contaminado tenían menos espinas dendríticas en algunas partes del hipocampo,
dendritas más cortas y una complejidad celular general reducida."Estudios previos han mostrado que este tipo
de cambios está relacionado con una disminución del aprendizaje y la memoria" dice Nelson.

En otros estudios, varios de los coautores de esta investigación del centro de investigación Davis encontraron
que la exposición crónica al aire contaminado ocasiona inflamación corporal generalizada, relacionada con
varios problemas de salud en humanos, incluida la depresión. Este nuevo estudio demostró que esta
inflamación de baja intensidad es evidente en el hipocampo.

En los ratones que respiraron el aire contaminado, los transmisores químicos que causan inflamación
-llamados cytokines inflamatorios - se mostraban más activos en el hipocampo de estos que en el de los que
respiraron aire filtrado.

"El hipocampo es particularmente sensible a los daños causados por la inflamación" dice Fonken.
"Sospechamos que la inflamación sistémica causada por respirar aire contaminado se extiende al sistema
nervioso central".

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