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Desde que la personalidad está sujeta a cambio y duración esta debe nacer y
luego debe morir. Por lo tanto, usted debe buscar algo que sea eterno. Ese
algo en usted que es eterno es simplemente NOSOTROS, su Alma Divina e
Inmortal. Usted lo sabe, por nosotros se manifiesta y fluye nuestra consciencia
con la cegadora Luz, como es mostrado en la historia de San Pablo siendo
cegado por la Luz en el camino a Damasco. La personalidad entera fue
paralizada y la Voz dijo: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?”. Eso nunca
pudo haber sido en el hombre físico sino en la consciencia espiritual interior,
esa consciencia de Cristo que usted está siempre buscando. Cuando usted
toca realmente el borde de su vestimenta, entonces usted sabrá que usted es
en verdad un dios divino, que usted ha alcanzado el fin de su jornada espiritual.
Una vez habiendo alcanzado esa etapa usted sabrá sin ninguna duda que Dios
y usted mismo son UNO.
Ese es el mensaje que los Illuminati han enseñado siempre a través de las
edades a la humanidad, tratando de enseñarles a mirar hacia adentro y
siempre buscando dentro, para purificar sus almas inferiores de sus fallas
humanas de modo que la Divina Luz pueda siempre brillar en la radiación de
gloria y belleza, hasta que ellos se paren con sus manos extendidas
bendiciendo al mundo. “Venid a mí vosotros que estáis cargados y yo os daré
descanso”. Aquellos que son iluminados lo hacen, pues ellos no viven para
ellos mismos sino que ellos dan su vida por usted, sabiendo que al dar su vida
ellos están dando su vida a Dios. Como Dios siempre da Su Vida por nosotros,
debemos hacer siempre lo mismo.
Una vez que usted ha visto nuestra Luz entonces usted se da vuelta hacia su
Padre que está en el cielo, moviéndose a través de las experiencias del mundo
inferior etapa por etapa. Usted asciende la espiral de Vida hasta que llega más
y más cerca del borde de su propia vestimenta. Como ve a nuestro pródigo ser
retornando así corremos, porque sabemos que, aquello que pensamos que
hemos perdido en retornar ahora de nuevo nos une con Nosotros. Allí le damos
esa gloriosa capa de su experiencia. Se la damos a usted y lo rodeamos con
sus experiencias del pasado. Luego le damos el anillo de la boda final donde a
usted se le muestra el ser inferior como el novio y es finalmente casado con su
divinidad, nunca de nuevo para terminar sino para volverse un Pilar de Dios
dentro suyo.
Luego compartimos con usted y nos sacrificamos a nosotros mismos por todo
el tiempo que da nuestra vida, pues usted y yo no estamos más separados.
Pues usted y yo somos UNO para siempre en el último sacramento de Vida de
lo divino para lo inferior. Nosotros le damos de las aguas de vida, que es la
LUZ. Nosotros le damos de la carne de nuestra substancia para que usted
pueda vivir de NOSOTROS MISMOS, pues no hay separatividad entre
nosotros, USTED Y YO.
“Yo y mi Padre somos uno como ustedes son uno conmigo”. “Quien me ha
visto ha visto al Padre”. “Si yo soy elevado, elevaré a todos los hombres
conmigo”. Este es el mensaje de los Illuminati traído a través de las edades. El
hombre es un ser divino y su labor y trabajo es volverse reunido con su Divina
consciencia. Allí él manifestará el Poder de Dios y mostrará al mundo que ellos
pueden ser enseñados por los Hijos de la Luz, no la sabiduría de los príncipes
de este mundo sino el poder y la luz de Dios MANIFESTADO EN LA CARNE.