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de esta I6gica del significante que fa relaciones hegemdnicas como tales pueden ser concebidas. Pero, en tal caso, las categorias de negatividad y ‘opacidad, que hemos presentado como caracterfsticas de estas primera crisis de la modemidad, constituida por el momento hegeliano/marxista, no son reabsorbidas como momento pareial por ninguna transparencia racionalista, Ellas son constitutivas. No hay, por ende, ninguna Aufhebung. Este es precisamente el punto en que la I6gica del inconsciente, como logica del significante, se muestra como una l6gicaesencialmente politica (en la medida ‘en que Ia politica, a partirde Maquiaveto, es primariamente un pensamicnio acerca de la dislocacién), y en que lo social, ireductible en witima instancia alestatus de una presencia plena, se revela también como politico, Lo politico, adquiese asf el estatus de una ontologia de lo social. La “de-struccién” de Ia historia del marxismo no es, por lo tanto, una, operacién especulativa—una operacidn cpistemol6gica, sise quiere—dado {que ella no presupone ninguna dualidad sujeto/objeto, sino, porel contrario, 1a generalizacion de ta l6gica del significante al conjunto de las categortas te6ricas. Como consecueneia, estas categorias 1 son dejadas de lado ni reabsorbidas por una racionalidad masala, sino mostradasen su contingen- cine historicidad, Por la misma raz6n, esta generalizacién no cs un proceso especulativo/abstracto, sino préctico/discursivo. Es la generalizacién de los fendmenos del “desarrollo desigual y comibinado” a toda identidad social en lacra imperialista a que, como en la imagen heideggeriana del instremento roto, transforma la disfocacién en un horizonte a partir del cual toda identidad puede ser pensada y constituida (estos dos dltimos téminos son cexactamente sinénimos). Esto indica la direcciGn y la formaen que una posible confluencia entre el (p0s)marxismo y el psicoanalisis es concebible. Ni como la adiciGn de un su- plemento al primero por parte del segundo, ni como la introduccién de un ‘Auevo elemento causal—elinconsciente en lugarde lacconomfa—sino como Jacoincidencia entre los dos en tomo de la l6gica del significante como Kégica del desnivel estructural y de la dislocacién, una coincidencia que se fundaen el hecho de que esta diltima es la l6gica que preside la posit Tidad de la constitucién de roda identidad. no 4 POSMARXISMO SIN PEDIDO DE DISCULPAS (con Chantal Mouffe) {Por qué debemos hoy repensar el proyecto socialista? En Hegemonia y éstrate gia socialista sehalamos algunas de las razones. Siqueremos interve- nir en Ia historia de nuestro tiempo y no hacerlo ciegamente, debemos csclarecer en la medida de 10 posible el sentido de las luchas en las que participamos y devs cambios que estén teniendo lugar ante nuestros ojos. Es ecesario, por consiguiente, templarnuevamentelas""amas detaertica’™. La reatidad hist rica a partir de ta cual cl proyecto socialista es hoy refontulado es muy diferente de aquella de hace tan s6to unas pocas décadas, y s6lo cumpliremos connuestras obligaciones de socialistas y de intclectuales si so- ‘mos plenamente conscientes de es0s cambios y persistimos en cl esfuerz0 de extraertodas sus consecuencias al nivel de la teorfa, El “obstinado rigor””que Leonardo proponfa como regla para el trabajo intelectual debe ser nuestra nica gufaenestatarea,y eta nadejaespacio para stratagemas complacien- les, estratagemas que buscan tan sélo salvaguantar una onodoxia perimida. Dado que en nuestro libro nos hemos referido a las mas importantes de estas transformaciones hist6ricas, necesitamos aqui tan s6lo enumerarlas: transfomiaciones estructurales del capitalismo que han conducido a 1a declinacién de la clase obrera clisica en los pases posindustriales: penetra cidn crecientemente profunda de las relaciones capitalistas de produccién en. vastas 4reas de la vida social, cuyos efectos dislocatorios —conjuntamente con aquctlos derivados de tas formas burncriticas que han caracterizado al Estado de bienestar—han generado nuevas formas de protesta social. \a crisis y et deserédito del modelo de sociedad implementado en los pafses del Hamado “sociatismo aetualmente existente”, lo que ineluye Ia denuncia de Jas nuevas formas de dominacién establecidas en nombre de a dictadura del protetariado. [No hay motivos, en todo esto, para lamentarse: El hecho de que cualquier refarmulacién del socialismo deba boy partirde unhorizonte de experiencias mas diversificado, complejo y contradictoria que el de hace cincuenta atios nm —ai que hablar del de 1914, 1871 0 1848— os un desafio a la imaginacién yalacreatividad politica, La desesperanza en estas cuestiones es s6lo proy ‘de aquellos que, por usar una frase de J.B. Priestley. han vivido par afios cn un parafsa dle tontos y ahora, SGbitamente, nevesitan crearse un infiemo de tontos. Estamos viviendo, por el conirario, une de los momtenios mids excitantes del siglo 20%: el momento en que nucvas generaciones, sin los projuicios del pasado, sin teorfas que se presentan a sf mismas como “verdades absolutas” de ta historia, estin consirayendo nuevas discursis cemareipatacios, mds humanos, diversiticados y democraticas. Las ambicio~ nes escalaldgicasy cpistemokigicas son mas meagestas. pera las aspiraciones de fiberacidin son mas amplias y pratunctas Repensar e! saciaisme en estas nuevas condiciones requicre. cn nuest opinion, dos pasos sucesivos. El primero es aceptar, en toda su radical novedad, las transfaraciones del mundo en que vivinos —es decir ni ignorarlas ni distorsionarlas a los efectos de hacerlas compatibles. con esquemas perimidas que Nos pemnitan seguir abitanda fonmas de pens mienko que tepitan las Viejas frmulas, EI sceundo es partir de esta lena inservidin en el presente —en sus tuchas, sus esas, sus peligros— para interrogar el pasado: buscar en el la genealogia de la situacién presente, reconocer en él la presencist —al principio marginal y borrosa— de proble~ masque son fos nuests ¥, como consecuencia, estabiecercan eve pasado un dialogo que se organi en tome de continuidades.y discontinuidades, identificaciones y rupturas. Ex de este modo, haciendo del pasado una realidad pasajera y contingente, y na un origen absoluia, que una trdicidn se constituye. En nuestto libro hemos intentado comebuira eskatarea, que hoy dia tiene lugar partir de diferentes tradiciones y en dierentes taitudes. En casi lodos los casos hemos recibido un estimuio intelectual importante de nuestros comentaristas. Slava) Zi2ck, porcjemplo, hacnriquecide nuestra teoriade los antagonismios sociales sefialando su relevancia pari varios aspects de la {eoria lacaniana,' Andrew Ross ha indicadk ta especificidad de nuestra linea de argumentacién cn relacidn con varios intentos, en los Estados Unidos, ke albordar peahtemas similares, y 1a ha ubieado centro del marco general det delle en tome de la pasmodemidad? Alastair Davidson ha caracterizadocl ‘nuevo clima inteleetval marxista del que nuestro libro forma parte," Stanley Aronowitz ha hecho algunas eritieas amistosas e interesamtes deste ta Perspectiva de ht tradiciGn intelectual de laizquierda norteamericana.* Philip Derbyshire ha subrayacko correctamente el lugar tedrica de nuestro texto cn 'Slavoj Zizek. "La sovité neste pas" Ane Pris, Octtr/Decemre 19K, FAandrew Rens mf. C12, LRG ‘Alistair Davison, Thesis Eleven, NO. 16, Melbourne, 7987, ‘Stanley Aronowitz. “Theory and Soca Stray Serial Text, Winter 1986/87, ua ladisoluciéndel esencialisino, tanto politico como filosético.* David Forgacs hha planteado un serie de cuestiones importantes acerca tle las implicaciones, politicas de nuestro libro, que esperamos responder en Futuros trabajos.” Sin embargo, han habido también waques procedenles -—eomo era de esperarse— de los epfgonns marchitos. de Ja omod0xi, En esie, articulo responderemis a las eriticas de un micmiro de esta tradicidn: Noman Geras." La ra7én de nuestra eleccidn es que Geras —en un gesto cextremadamente inusual en este tipo de literatura— hia hecho sus “deberes’ lefclo nuesti@ texto detenidamente y ha presentado un argumento exhaus- tivo como respuesta, Sus méritos, sin embargo, terminan ahi, El ensayo de Goras esta bien enraizado en el género tterario al cual pentenece: el panfleto de denuncia, Su opinign sobre nueskee libro no presenta a menor ambigiic- dad: 61 es “Tibertino”, “disoute in alencidn @ consideracitmes pnonnalles de l6gica, deevidencia ode la proporciéin debida”:esun “idealistmo. vergonzante”, un “vacio injelectual”, “oscurantismo”, “privado de todo ‘privado de un sentido adecuad de wiesurao modestia 1 se embarea en" Glaboradas so isierias teGricgy’.cn “manipular conceplos ‘yenitas tendenciosas” Después deesio.dedicacuarenta paginas (un iercio dol niimeso de Mayo/Junio de 1987 ke New Left Review) a un anilisis dctenidode unaobradeianpreosator, demas, y peseal hecho de que Gerss 1no nos canoce personalmente. ét esta absolulamente SegUrO de los Modivos, psicoldgicos que nas han conducido a eseribir cl libro: —"la preside edad y del estatus profesional”; “las presiones poliicits de los tiempos... no muy adecuaclas, al menos en Occidente, para cl ntantenimiento de ideas revoluci mocla intelectual”: “el ast Hamad realismo. ta resignacién oel puro y sinuple intcrés personal”, ete. — acopta do, sin embargo, que estas motivaciones perversts NO cstén “calculadas conscientemente para obtenes ventajas”.(Grackas, Gras.) Le corresponde al lector. por supuesto. decidir qué pensar de un autor que abre una diseusi6 intelectual usando un lengua semejante, y una semejante avalancha de argumentos ad hominem, Por Nuestra parte, diremos solamente que 0 siamo dispuestos a entrar en un jucgo de inveetivas y contrainvectivas declaramos, por consiguiente, desde el comicnizo que 1 subemos cuales son las mativaciones psicoldgicas que mueven a Geta # escribir lo que excribe ‘y que, dado queno somossus psiquiatras, nocsiamos.en absoluto interesados en ellas, Sin embargo, Geras también hace una Serie de © —si bien no sustanciales—de nuestro libro y es itestos aspectosde su ensayo a fos que nos referiremos. Consideraremos en printer tEnnino su entica & wnarias”: “Ia atra “Phillip Dethysire, City Limits, % Apsil 1985, i “David Forges, "Detheoning the wetking Class?” Marcia Fed, May 1985. Nonna Geeas, “Post Mursison?”. New Left Review. 163, May/June 1987. nuestro enfoque tedrieo y luego pasaremos a sus puntos referentes a a historia del marxismo y a los problentas politicos que nuestro libro aborda. ‘Comencemes con la categoria central de nuestro andlisis: el concepto de discurso. Discurso La cantidad de absurdos ¢ incoherencias que el ensayo de Gers presenta acerca de este temaestal, que es simplemente imposible usar su presentacion ceftica como mareo paranuestra respuesta. Describiremos, por consiguiente, en forma breve nuestra conccpcién del espacio social como diseursivo, y Tuego a confromaremes. con las erfticas de Geras, ‘Supongamios que estoy construyendo un mare con otro albatil. En un ‘cierto momento le pido ami compafiero que me pase un ladrillo luego pongo este tltimo en el muro. El primer acto — pedir el ladrillo—es lingiiistico; el segundo —poner el ladrille en ta pared —esextralingUfstico." Alestablecer la distincién entre los dos actos en términos de la oposicién linguistico/ extralinguistico, ,agoto Ia realidad de1 ambos? Evidententente no, porque a pesarde su diferenciaci6n en esos términos, ambas acciones comparten algo que permite compararlas, y es el hecho de que ambas son parte de una operacién total que es la construccién de la pared, {Cémo caracterizamos. entonces a esta totalidad, de la cual pedirelladrillo y ponerio en la pared son momentos parciales? Obviamente, si esta totalidad incluye dentro de sf clementos lingUfsticos y no Lingiisticos, ella debe ser anterior a esta distin- cin. Esta totalidad que incluye dentro de.si a lo hngiisties y a lo extra- lingutstico, eso que llamamos discurso. En un momento justificaremos esta decisién; pero lo que debe estar claro desde el comienzo es que por discurso rho entendemos una combinacién de habla y de eseritura, sino que, por el Ccontrario, el habla y la eseritura son tan solo componentes intemos de las totalidades discursivas. ‘Volviendo ahora al término “discurso”, 1o usamtos para subrayare! hecho de que toda configuracién social es una configuracién significativa. Si patco ‘un objeto esférico en la calle o si pateo una pelota en un partido de ftbol, el hecho fisico es el mismo, pero su significado es diferente. El objeto es una pelota de férbe! sSlo en la mediidaen que él establece un sistemade relaciones, on o170s objel0s, y estas relaciones no estén dadas por la mera referencia ‘material de los objelos sino queson, pore! contrario, socialmente constrvigas. "Como el leetor advertng, este ejemplo estd en parte inspirado por Wittgenstein. na Este conjunto sistemstico de relaciones es lo que llamamos discurso.Ellector advertird, sinduda, que como lo hemos mostrado en nuestro libro, el cardcter discursivo de un objeto no implica en absoluto poner su existencéa en ‘euestiGn. El hecho de que una pelota de fltbol séto es tal cn lamedida en que est@integrada a un sistema de reglas socialmente construidas no significa que ella deja se existie como objete fisico. Una piedra existe independientemente de todo sistema de relaciones sociales. pera es, por ejemplo, o bien un royectil, 0 bien un objeto de contemplacién estética, s6lo dentro de wna, configuraciéndiscursiva spectfica. Un diamante en el mereadooenel fondo de una mina es el mismo objeto fisico: pero. nucvamente, cs s6lo una mercancfa dentro de un sistema determinado de relaciones sociales. Es porla misma razén que es el discurso el que constituye la posicidn del sujeto como agente social, y no, por el contrario, el agente social el que es el origen del discurso —cl mismo sistema de reglas que hace de un objeto estérico una pelota de ftbol, hace de mi un jugador. La existencia de los objetos es tan independiente de su articulacién discursiva, que podemos hacer de esta mera existencia—esdecir, de una existencia extrafa atodo significado—el punto de partida del anaiisis social, Esto es precisamente lo qucel conductismo, que sla antipoda de nuestro enfoque, hace. De todos modes, es al lectora quien corresponde deeidir de qué modo podemos describirmejorla construccin de ‘un muro: bien particndo de la totalidad discursiva de la que cada una de sus operaciones parciales es un momento provisto de sentido, o bien usando descripciones tales como: X emitié una serie de sonidos: ¥ dio un objeto eubico a X; X incorpors este objeto edbico a un conjunto de otros objetos caibicos, etastera, Esto, sin embargo, deja dos problemas irresueltos. El primero es este: ,n0 esnecesarioestablecer aqut unadistinciénentre significado yaceién? Incluso si aceptamios que el significado de una accién depende de una configuracién discursive, {no es la accién como tal algo diferente de ese significado? Consideremos cl problema desde dos éngutos diferentes. Aqut la distincién eldsica es entre sem Antica —que trata con cl significado de las patabras—: sintaxis—que trata conel orden de las palabras y sus consecuencias para el significado: y pragmética —que se ocupa del modo en que una palabra es uusada en diferentes contextos de habla. El punto clave es determinar en qué ‘medida puede establecerse una separacion rigida entre sem ntica y pragma- tica—es decir, entre significado y uso. A partir de Wittgenstein es precisa- mente esta separacién la que se hia tomado crecientemente borrosa. Se ha pasado a aceptar, de mds en mds, que el significado de wna palabra es ‘enteramente dependiente de un contexto. Como lo sefiala Hanna Fenichel Pitkin: wi senstein sostiene que significado Y uso estén ‘ovima, inextrieablemente ionados, porque el uso ayuda a determinar el sentido, El sentido es ns prendlide y conformado por lasinstancias de uso: por consigu aprendizaje como su configuracivn dependen de ta a partir de eases del uso de ineluye los muchos y variados juegos de lenguaje en que caqucl CConsiguiente, el significado ¢s en bucda medida & producto de ka pragin- fica EL uso de un (émino es un aclo y en este sentido forma parte de a pragmatics: por otro Sado. ct significado séto se constituye en los contextos de uso elective del témntino: en tal sentido su semtntica depende enteramente de su pragmidtica, de ta que puede ser separacka —si esto cs cn absoiUlo posible— slo de un modo analitico. Es decir que, en nuestra teminologta, tedta idenuida u objeto discursivo se constituye ene! contexto de una acci6n, -amosel problema desde cLotro angulo, toda aeciénne fingiiistien iC un significado y, cn consecuencia, encumtramies en ell misma imbricaci6n cnise pragnidtica y semiintica que encontramos.cn ct uso ide las palabras. Esto nos conduce nuevamente a fa conelusin de que fa dlistincidn entre clomentios Fmgiisives y nolingdisticos io se superpone con ladistinei6n cutre“signiticativo™ y "Ho significative”, sino que la printer es ue ticne lugar en el interior de las tot Eloise problema consideraresel: iguionte: incluso siaceplamos que hay ‘ccuuciGn estricta entre lo social ¥ fo discursivo, qué podemos dccit acerca del mundo natural. acerca de 10s Rechos de Ia fisica, ce fa hivlogét oO aastronoméa. qluc no estan aparcnicmente integrados en totalidades signifi- calivasconstruidas porloshombres? Larespuestaesquc los hecbosnaturales, son también hechos discursivos. ¥ 10 son por fa sivyple eardn de que la idea de naturaleza no es algo que este allf simplemente dak, part ser Leach It superficie de las cosas. Sino que es ella misma cl resutfaco dle un lenlit y comploja construccién histérica y social. Denominar a algo como objet matural cs una fommade concebirlo que depende de un sistem clasificatorio. Una ver, nsés, esto no pone en cuestidn el hecho de que esta entiddad que Hamamos “piedra” cxista. en el sentido de que esté presenle au’ y abvira, Wdependicntemente de mi voluntad: no obstante, el hecho de que sea una picclra" depende de un modo de clasificar los objetos que es hist6rieo y contingente. Si no hubicra seres humanos sobre ta ‘Fierra, estos objeto qu amamos picdras estarfan pese a todo all pero no serfan “piedras” porque ‘no habrfa ni mincratogia ni un Tenguaje capa de casificarlas y de distingl los de otros abjetos, No necesitamos dletenemias Largamente cn este punto. ‘Todo et desarrotio deta epistemokogsa coxtemiporanea ha establecido que no “Hanna Fenichel Pitkin, Wittgenstein amd Justice, Betkeley, 1972. Véase tambien Stanley Cavell. Must We Mean What We Sav?, New York, 1969, p.9. tay ningin hecho euya sentida pueda ser lefdo transpareniemente. Lacritica de Popper al verificacionismo ha mastrado que no hay ningin heche que pueda probaruna teorf. dado que no hay garanfasdequcese hecho na pucds ser explicacto de un modo mas aulecuado —cs decir, determinade en su sentido par una fcorfa posterior y més comprensiva. (Esta linea de Pensamienlo ha ido mucho més all’ de Tos Hfmites el popperisme, se ‘mencionar el avanee representatlo por los paradigmas de Kuhn y par cl anaryuismo epistemot6gico de Feyerabend). Y 10 que es vlido part t tcorfas cfentilicas también se aplicla los lenguaies cotidianas que cla Yy organiza tos vbjeI0s. Las cuatro tesis de Poems pasar ahora it las eriticas de Geras. Ellas se estructuran en tomo de cuatro tesis basicas: (1) que la distinciGn entre lo discursivo y Io extra- dliscursivo coincide c0m Ta distinciGn enire tos campos de lo bahlado. escrito (© pensado, por un lacks, y cf campo de una realidad extema, por of otro: (2) que alirmar cl caricter diseursivo de un objeto significa mogar la cexistencia de laentidad designada par ese objeto discursive: (3) que negate la ‘existencit de puntas de referencia exlradiscursivas es caer en el abisnio sin fondo cel relativism: (4) que afinmarel caraetcr discursive de todo objeto es incurrir en una de las formas ins tpicas de idealism, Veamos. Podems tratar conjuntamente las dos primeras tesis, Geras everibe: Que todo objeto es constituide como objeto de discarso signi losaibjetos reciben suser.asanlo que son decir noes verdad?) que no hay objet los objetos aceret de los cuales no se habl aque todas s0: logue equtivale id prediscursiva. que escribe o piensa no existen."” ‘A la cuesti6n planteada entre paréntesis “(ano es verdad)”. respoesta 8, simplemente “na, no es verdal” El lectar que ha seguida nuestra texto \slaeste punta no tend dificultadlen entender porque. Porque —volviena ‘nuestro ejemplo anterior— que una piedra seat un proyecil, oun martilto, (0 un objeto de contemplacion esiética Wepenite ce sus eelaciones conmigo —dlepende, en cansceueneia, de Formasprecisas de articulacién discursiva— pera la mera existencia de la piedra como eniidal, el mero susirato material © existencial no est cn una tal dependenciat. Es decir. que Geras esta incurricnsta cn una cunfusidn elemental entre él ser (esse) de un abjeta. que "Gera. P66, un eshisiSrico y cambiante, y 1a entidad (ens) de tal objeto, que no lo es. Ahora bien, en nuestro intercambio con e} mrundo 10s abjelos nunca nos son dados ‘como entidades meramente existenciales, ellos se nos dan siempre dentro de articulaciones discursivas, La madera seré materia prima o parte de un producto manufacturadou objeto de contemplaciénenun bosque u obstéculd que nos impida avanzar, la montafia seré proteccién contra un ataque cnemigo o lugar de una excursién turistica 0 fuente para la extraccién de minerales, etoétera, La montafia no serfa ninguna de estas cosas si yo n0 estuviera aquf; pero esto no significa que la montarta nocxista, Es porque ella existe que puede scr todas estas cosas; pero ninguna de ellas se sigue necesariamente de su mera existencia, Y como miembro de una cicrta comunidad, nunca me entcontraré con el objeto en su nuda existencia —tal nocién es una mera abstraccién; esa existencia se dard siempre, por cl contrario, articulada dentro de totalidades discursivas. El segundo error en el que Geras incurre es el de reducir lo discursivo @ una cuestién de habla, escritura 0 pensamiento, mientras que nuestro texto afirma explicitamente que, en la medida en que toda accién extralinguistica es significativa, ella es, también discursiva, La critica, por lo tanto, es totalmente absurda: ella implica cambiar nuestro concepto de discus en mitad del arguntento establecer una identificacion arbitraria entre el ser de un objeto y su existencia, Con todas estas tergiversaciones es evidenfemente muy facil atribuir imaginarias incoherencias a nuestro texto. Laterceracritica—el relativisnio—no ¢s mucho mejor. En primerlugar, 1 “relativismo” es, en buena niedida, una invenciGn de los fundamentalistas. ‘Como Richard Rorty lo ha sefialado, “Relativism” es ta concepcién segain la cual toda ercencia acerea de un tema, o quizés acerca de Jodo tema estan bucna como cualquier otra. Nadie efiende esta concepcian... Los filésofs que son llamados “retativistas” son aquellos que sostienen que los fundaméntos para clegirenire tales opiniones son menos algoriimicosde loque se habia pensado...Porotantocl verdadero diferendo no es entre gente que piersa que un punto de visia es fan bueno como otro y gente que piensa lo opuesto. Es entre gente que picnsa que ‘nuestra cultura, u objetivos.o intuiciones no pueden ser sosicnidos ms que ‘deun modoconversacional,y gente que ain buscaalgin otrotipode sostén, El relativismo es, en fos hechos, un falso problema, Serfa relativista una posicién que afirmara que es lo mismo pensar que “A es B” 0 que “A no es, 5 decir, que se trata de una discusiGn relativa al ser de los objetos. Sin ‘embargo, como hemos visto, tuera de t0d0 contexto discursive los objetos no Henen ser: tienen solo existencia, En consecuencia, la acusacién del anti- “Richard Rorty, Consequences of Pragmatism, Minneapolis, 1982, pp. 166-7. ne relativista carecede sentido, ya queella presupone quchay un serde lascosas ‘como tales respecto del cual el relativista prociama o bien su indiferencia o biensu inaccesibilidad. Pero, segdin bemos sostenido, lascosassoto tienen ser dentro de una cierta configuracién discursiva 0 “juego de lenguaje”, como Wittgenstein la lamara. Serfa absurdo, desde luego, preguntarse hoy si “ser un proyectil” es parte del verdadero ser de la piedra (aunque la cuesticn {endrfacierta legitinsidad dentro dela metafisica platonica); la respuestaser4, obviamente: depende de cémo usemos las piedras. Por la misma raz6n serfa absurdo preguntarse si, fuera de toda tcorfa cientifica, la estructura atGmiica esel “verdadero ser” de la materia —la respuesta serd que la teorfa atsmica es un modo que tenemos de clasificar ciertos objetos, pero que estos estin abiertas a diferentes Formas de conceptualizacién que pucdan surgir en el futuro, En otras palabras, la “verdad”, factual 0 de ofr tipo, acerca del ser de los objetos se constituye dentro de un contexto tedrico y discursivo, y la idea de una verdad fuera de todo contexto carece simplemente de sentido. Concluyamos este punto identificando el estatus del concepto de discurso, Siel ser—a diferencia de la existencia— de todo objeto se constituye en el interior de un discurso, no es posible diferenciar en términos de ser lo discursivo de ninguna otra rea de 1a realidad. Lo discursivo no es, por consiguiente, un objeto entre otros objetos (aunque, por supuesto, los discursos concretos to son) sino un horizonte te6rico. Ciestas cuestiones referentes alanoci6n dediscurso carecen, porlo tanto,desentido porque clas slo pueden formularse acerca de objetos en el interior de un horizonte, no acerca del horizonte como tal, La siguiente observacién de Geras puede ser incluida en esta categorfa: Uno puede seflatar nuevamente, por ejemplo, e6mo absolutamente todo, —sujetos, experiencia, idemtidades, luchas, movimientos—tiene “condicio- vwex discursivas de posibitidad”, mientras que cu‘les son las condiciones de osibilidaddel discurso como tl wopacocupaalosautoreslosuficientecomo para dedicarle alguna consideracién,!® Esto es absurdo, Si lo discursivo es equivalente al ser de los objetos —el horizonte. por consiguiente, de constitucién del ser de todo objeto— Ia ‘cuesti6n acerca dc las condiciones de posiilidad del ser del discurso carece de sentido. Seria lo mismo que preguntar a un miateralista por las condicio- nes de posibilidad de la materia, 0 un teista por las condiciones de posibi lidad de Dies. 2Geras, p. 6. 9 Idealismo y materialismo La evanta critica de Geras se refiere al problema del idealismo y debemos considerarla de modo mas detallado. La primera condicién para tener una discusidn racional es, desde luego, que el significado de los términos que uno usa sea claro. La clucidacidn conceptual de ta oposieién idealismo/materia- lismo es particularmente importante no s6to a causa de la amplia variedad de coniextosen qucha sido usada sino también del hecho de que estosconiextos se han superpuesto a menudo, lo que ba conducido a innumerables confusio- ries. La oposicién ideatismo/materialismo ha sido usada en el intento de relerirse, en iénninos generales. a tres tipos diferentes de problem. 1. El problema de la existencia o no existencia de un mundo de objetos extemiosal pensamiento. Esteesunerrormuy popularen el que Gerasincurre alo largo de toda su discusi6n, Porque la distincion aquino esentre klealisino Yy malcrialismo sino entre idealismo y realismo. Una filosotia como la de Arist6teles, porejemplo, que ciertamente no esmaterialistaen ningdn sentido posible del témmino, ex claramente realisia. Le mismo puede decirse de 1a filosoffa de Platén, dado que paract las ldeas existen en un lugar ultraterren0, donde la mente las contempla como algo exiemo asimisma, Eneste sentido, el conjunto de la filosofia antigua fue realist. ya que no puso en ci existencia de un mundo extemal pensamicnto tia a este Gltime por supuesto, Tenemos que Hlegaral a Edacl Modena, a un: como Kade Berkeley. pars encontrar una total subordinacin dle la realidad exenta a pensamicnto. Sin embargo. es importante advertir que cn este senticko cl idcalismo absoluto de Hegel. lejos de negara realidad de un mundo extemo. es su afimnacién més inequivoea, Como Charles Taylor to ha afirmado: Siestacs kn cuestidn de la que se trata nuestra posicidn es. por consiguien- {e. inequ’vocamente realisa, pero esto tiene poco que ver con la cuestiOn del materialism. 2. Lo que en verttad distingue al idealismo del materialisme es su afirmacién del cardetereniiltimainstancia conceptual delo real: porejemplo, cen Hegel, laafimaciéin de que todo loreal es racional. Idealismo, porio tanto, cn cl sentido en que ét se opone a matcrialismo y no a realismo, no es a afimaciéin de que no existan objelos extemos a la mente, sino la airmacion ‘muy distinta de que la naturale més profunda de estos objetos es iéntica ala de Ja mente —es decir, que cs en dltima instancia pensamiiento. (No pensamicnto de las mentes individuales, por supuesto ni siquicra de un Dios {rascendente, sino penstmienta ahjerivn), Ahora bien. sibien cl ideatismo este segundo sentido s6lo se da cn una forma flenamiente coherenie y desarrollada cn Hegel, Ios filésolos de la antigiedsdl son también predomi ranlemente idealistas. Tanto Platén como Aristétcles identificaron fa rei dad tiltima de un objeto con su forma —es decir, conalgo “universal”. y por ‘onde conceptual. Si digo que cste objeto que esta Irente a mi es rectangular, marrén, una mesa, un objeto. cte., cada una de estas letemninaciones puccle ser también aplicada a otros objetos —ellas son parconsiguiente “universa- les".es decir, forma. Pero, qué poclemos decir acerca del “esto” individual ‘que recibe todas estas delenninciones? Obviarente ¢1 os irracional © incognosciblc, puesto que conoverla seria subsumirlo bajo una categoria universal. Este Gltimo residuo, que cs irreductible al pensamtienta, es lo que Jos filésolos antiguos Hamaron materia. ¥ fue precisamente este residue ot due fue climinado por una filosolia idealista coherent come ta de Hegel: ella afirm6 la racionalidad completa de loreal y se constituyé asi como idealismo absoluto. Es decir, quc la forma es, al mismo tiempo, cl principio organizadar de la mente y 1a realidad dltima det objeto. Como se ha sefiaado, fa forma fa y de ontologia, dado que el ser amvente de acuerdo con ios son defin de lo particular es ¢ requerimicntos del conocimiento... Pensmien(0.ps das en relacién con ka forma ineligible, y la form: in de definicidin reciproca con el concepto de enti La ventadera linea divisoria entre idealismo y malerialismo es, por consiguionic. ta afimmacién 0 negacién de la reductibilidad en ka dtinwa instancia de lo real al concepto. (Por ejemplo, una filosolia como ka del ‘Witigensicin temprano, que presentaba una tcor‘a pict6rica del lenguaje en a que este dltimo compartia la misma “forma logica” de Ia cosa, se ubiea cmicramentc en el campo idealist.) Es importante advertir que, desde este punto de vista, lo que tradicionalmente ha sido denominado “matcrialismo” cs también en buena parte idealista, Hegel sabya esto tan bien que en su Gran "Henry Staten, Wittgenstein and Derrida, Oxford, IKE. p. 6 6gica.cl materialismo es presentado como una de las primeras y més crudas formas de idealismo. ya que supone la identidad entre conocimiento y ser. (Véase Gran légica, Primera seceién, Capitulo dos, “observacién” final). ‘Comentando este pasaje, W. T. Stace seftala Elatomismo alega que esta cosa, el itomo,es larealidad final. Aceptémoslo.. {Pero qué es esta cosa? No es nada sino’ fo de universales. tales ‘como, por ejemplo, “indestructible”, “indivisible”, “pequeio”, “redondo”. etcétera. todos estos son universales, 0 pensamientos. El mismo “ ‘un concepto, De modo que incluso d¢este materiatismastirge el idealismo.” {Dénde encaja Marx en todo esto? La respuesta no puede ser sin ambigtledades. Enun sentido, Marx pemanece claramente dentro del campo ideatista—es decir, dentro de la afirmacin final de la racionalidad delo real. La bien conocida inversiGn de ta dialéctica no puede dejar de reproducir ta estructura de esta iltima. A firmar que laley de movimiento dea historia esté dada no por el cambio de las ideas cn la mente de los hombres sino por kt contradiccién, en cada ctapa, entreel desarrollo de las fuerza productivas ¥ las relaciones de produccién existentes, no cambia en nada las cosas. Porque loqueesidealistanoes aafirmaciondequela ey demovimicnto dela historia sea una en lugar de Ia otra, sino ta misma idea de que hay una ley final de movimiento que puede serconceptualmente aprehendida. A firmarlatranspa- rencia de lo real al concepto es equivalente a afirmar que lo real es"“forma’. Por esta razén las tendencias mas deterministas dentro del marxismo son también las mas idealistas, ya que basan sus andlisis y prediccionesen leyes, inexorable que no son inmediatamente legibles en la superficie de la vida hist6rica; ellas deben basarse en {a Kégica intema de un modelo conceptual cerrado y transformar a ese modelo en Ia esencia (conceptual) de 10 real 3. Esta no es, sin embargo, toda la historia, En un sentido que debenios

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