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HISTORIA DE LAS INSTITUCIONES EN MÉXICO 2

Prólogo

Estimado estudiante:

Esta guía tiene por objeto proporcionarte conocimientos en tu aprendizaje


autónomo, relativos a la asignatura Historia de las Instituciones II. A través de ella,
conocerás el origen y desarrollo de las instituciones de nuestro país durante los
siglos XIX y XX, así como su relación con la documentación que éstas generan y
conservan. Asimismo, las lecturas de apoyo te permitirán, además de conocer los
procesos históricos de la formación de las instituciones mexicanas, incursionar en
el quehacer más reciente de los historiadores, con los cuales compartes el interés
en la conservación y mejoramiento archivístico.

Espero que te sean de utilidad los conocimientos aquí vertidos y que ellos te
motiven a adentrarte en la apasionante historia de México.

Edna Ovalle Rodríguez


Objetivo General de la Asignatura

Esta asignatura tiene por objeto que el estudiante conozca el origen y desarrollo
de las instituciones mexicanas desde el siglo XIX al XX y su relación con la
documentación que generan y conservan.

Como resultado de las actividades realizadas en el curso, el alumno será capaz


de:

-Ubicar los principales acontecimientos históricos de los siglos XIX y XX en México

- Conocer el surgimiento y transformación de las principales instituciones sociales


mexicanas y su relación con la producción documental.

-Reconocer la importancia del archivo histórico en el trabajo de investigación del


historiador

La asignatura está dividida en cinco grandes apartados:

I.- La Nación Independiente

II – La Reforma y la República Restaurada

III – El Porfiriato

IV.-La Revolución Mexicana y la Reorganización del Edo. Mexicano

V.- La Institucionalización de la Rev. Mexicana hasta el año 2000


Introducción.

La Historia de las Instituciones es un campo de conocimiento en permanente


construcción. De ello da cuenta la llamada Nueva Historia la cual plantea que a
Metodológicamente, como paso inicial debemos conocer qué entendemos por
instituciones. Al respecto, existen numerosas definiciones, algunas de ellas
señalan desde la sociología que las instituciones son las reglas del juego
establecidas en una sociedad que dan forma a la interacción humana 1 Otras
destacan desde la ciencia política que son las instituciones las que anudan la
sociedad civil con la sociedad política2; por su parte, algunos antropólogos
consideran a las instituciones como la respuesta cultural de una sociedad y de una
época particulares a necesidades universales3. Sin embargo, a pesar de las
diferencias que puedan existir entre las diversas definiciones, todas destacan la
gran importancia que las instituciones tienen en la vida en sociedad debido a que
rigen la convivencia humana y condensan la experiencia comunitaria

Así, desde diferentes ángulos y perspectivas teóricas, la mayoría de las


definiciones coinciden en señalar cinco aspectos inherentes a las instituciones: 1)
Son conjuntos normativos que regulan y prescriben las formas de comportamiento
y de conducta sociales 2) Estos comportamientos y conductas regulados se
refieren a problemas relevantes de la existencia social y en consecuencia, toda la
sociedad tiene interés en las instituciones, 3) Cada individuo, desde su nacimiento
se encuentra frente a las instituciones de su sociedad como una realidad
preconstituída totalmente independiente de su presencia y su voluntad que tiene la
fuerza constrictiva de una realidad material. 4) Las instituciones tienen una
duración, permanencia y estabilidad superiores a la duración de una vida
individual, de modo que una institución puede permanecer inmutable por siglos
aún cuando en ese tiempo sea “personificada por varias generaciones diferentes,
finalmente, 5) Las instituciones son objetos de valoraciones positivas y de fuertes
invenciones afectivas de manera que cuando éstas llegan a fallar, muy pronto se
habla de crisis de esa institución 4

En la abundante literatura sobre el tema se señalan varios tipos de instituciones


sociales, entre las que destacan5:

1) Las de la familia y el parentesco. Se centran en la regulación de las relaciones


procreativas y biológicas entre los individuos de una sociedad y en la socialización
inicial de los nuevos miembros de cada generación. El matrimonio es el ejemplo
clásico.

1
Noth, Douglass C. Instituciones, cambio institucional y desempeño económico. FCE, México, 1993, pag.13
2
Cerroni, Humberto. Reglas y valores en la democracia, Estado de derecho, Estado social, Estado de
cultura, México, CNCA y Alianza, Editorial, Col. Los Noventas, No. 80, México, 1991. pag.133
3
Malinowsky.....
4
Gallino, Luciano, Diccionario de Sociología, Siglo XXI, México, 1995 pag. 534.
5
Esta tipología fue tomada de Sills, David (Dir.). Enciclopedia Internacional de Ciencias Sociales. Vol. 6 ,
Ed. Aguilar, Bilbao, España, 1979.
2) Las instituciones educativas. Estas se extienden más allá de las relaciones
familiares y de parentesco y se ocupan de la socialización de los jóvenes hasta su
conversión en adultos y de la transmisión diferencial de la herencia cultural de una
sociedad de generación en generación.
3).Las instituciones económicas: Son aquellas que regulan la producción,
distribución y consumo de bienes y servicios dentro de una sociedad
4) Las instituciones políticas: Se ocupan del control de la fuerza en una sociedad y
del mantenimiento de la paz interna y externa así como del control de la
movilización de recursos para la realización de diversos objetivos y la articulación
y fijación de ciertas metas para la colectividad,
5). Las instituciones culturales Se ocupan de la provisión de las condiciones
propicias para la creación y conservación de artefactos culturales (religiosos,
científicos, artísticos) y de su distribución diferencial entre los distintos grupos
sociales
6) Instituciones de Estratificación. Regulan la distribución diferencial de posiciones,
recompensas y recursos y del acceso a ellos por parte de los individuos y grupos
dentro de la sociedad

La existencia y larga duración de las instituciones sociales han generado que


frecuentemente se asocien a las ideas de permanencia, equilibrio y estabilidad,
perdiéndose un poco de vista el hecho de que las instituciones también cambian,
se transforman, entran en crisis y son sustituidas por otras más adecuadas a su
contexto social. Para comprender esta dinámica, se requiere estudiarlas en su
historicidad, es decir en sus cambios y permanencias a lo largo de un tiempo y
espacio determinados. Las instituciones, como cualquier otro fenómeno histórico
solo pueden ser comprendidas y explicadas en el contexto en el que surgen y se
transforman. Este es precisamente el tema de esta materia.

Como se ha señalado, esta asignatura comprende dos siglos de la historia de


las instituciones mexicanas, se trata de dos siglos de profundos cambios que
transformaron la vida del país hasta convertirla en lo que es hoy. Sin embargo, es
necesario diferenciarlos. El siglo XIX es un siglo formativo en la historia del país.
En él destaca en primer plano el proceso de formación de México como una
nación independiente. En este siglo, inmersos en una constante lucha entre
modernidad y tradicionalismo 6se definirán las estructuras políticas, económicas y
sociales que regirán la vida de los mexicanos que les permitirán definir un perfil
propio y hacer frente a las constantes invasiones extranjeras.

El siglo XX en cambio, está signado por la Revolución Mexicana, un hecho


fundador y trascendente y el acontecimiento político que marcó este siglo. La
Revolución Mexicana, transformará en diversa medida las instituciones heredadas
del siglo XIX y creará otras nuevas. Este acontecimiento, -uno de los más
importantes del siglo XX al lado de la Revolución de Octubre de 1917 en la Rusia
Zarista y la Revolución China- es además de una serie de hechos históricos
acaecidos entre 1910 y 1940, un conjunto de proyectos, símbolos, evocaciones,

6
Florescano, enrique. El nuevo pasado mexicano. Cal y Arena, México, 1994., pag. 65
imágenes y mitos que sus actores, intérpretes y herederos forjaron y siguen
construyendo alrededor de este acontecimiento7

Está por demás aclarar que han sido numerosas, multifacéticas y originales las
instituciones que se han generado o adecuado a lo largo de dos siglos de rica
historia patria. Por ello este curso que tiene como eje la historia de las
instituciones, iniciará considerando a las Reformas Borbónicas como un
antecedente importante en la estructuración de las nuevas instituciones que
surgirán a partir de 1821 cuando se proclama formalmente la independencia del
país.

Asimismo, las lecturas de cada tema han sido cuidadosamente escogidas


privilegiando la producción histórica más reciente y los textos que han sido
elaborados utilizando fuentes primarias. A través de estos textos el estudiante
podrá dar cuenta del fenómeno histórico, pero también y sobre todo del material
documental utilizado en la elaboración del texto histórico.

7
Ibid, pag. 71
UNIDAD I

LA INDEPENDENCIA

Introducción

La Independencia Mexicana fue un proceso único en Hispanoamérica .En él se


unieron dos procesos: la independencia política de la Nueva España con respecto
a España y la revolución social al interior de la Nueva España. Si bien es cierto
que en todas las colonias hispanoamericanas soplaron vientos independentistas,
fue en la Nueva España donde el proceso se manifestó con mayor profundidad. El
sello distintivo se manifestó a través de la intensa participación de las masas
populares .

Este proceso de nacimiento de la nación mexicana fue largo y sangriento. Inició en


1810 y concluyó en 1821 después de recorrer varias fases. Muchos de los
objetivos que enarbolaron los insurgentes encabezados por Miguel Hidalgo, José
Ma. Morelos y Vicente Guerrero a partir del Grito de Dolores en septiembre de
1810 no fueron los mismos que pactaron los criollos encabezados por Agustín de
Iturbide al firmar el acta de Independencia 21 años después. Sin embargo, a pesar
de muchas diferencias, ambos representantes coincidían en lograr la
independencia política de España y el nacimiento de la nación mexicana.

Con una economía devastada por la guerra, en particular en la minería, eje de la


economía colonial, la nación mexicana inició así en 1821 una época de
inestabilidad en todos los órdenes. Sin embargo, a pesar de sus numerosas
contradicciones internas y externas pudo encontrar un camino propio y
reestructurarse económica, política y socialmente. Para ello fue preciso la
realización de múltiples ensayos sociales y un costo social elevado.

El periodo comprendido entre 1821 y 1854 es conocido como el de la anarquía.


Sin embargo, es precisamente de la anarquía donde emerge el orden. En este
periodo surgen nuevas instituciones, sobre todo en el campo político se adopta el
sistema republicano. Otras, permanecen sin cambios profundo como es el caso de
la familia y otras se mezclan de forma novedosa para dar lugar a nuevas
instituciones como es el caso de la hacienda mexicana. La herencia de tres siglos
de dominación española y de transferencia de instituciones de la metrópoli a la
colonia tuvo sus efectos en las instituciones de la nueva nación.
Para ilustrar con más detalle los procesos antes señalados abordaremos el
periodo en los siguientes apartados:

1.1 Las Reformas Borbónicas: Antecedentes de la independencia.

1.2- Hidalgo, Morelos y Guerrero. La Fase radical de la Independencia

1.3.- La Consumación de la Independencia. Iturbide y el Imperio Mexicano

1.4.- Federalismo y Centralismo . La lucha por estructurar la nueva nación

1.1 Las Reformas Borbónicas: Antecedentes de la Independencia.

Como en toda Europa, a principios del siglo XVIII con la instalación en el trono de
los Borbones se impone en España el absolutismo real. El crecimiento del Estado
desplaza cada vez más las funciones y las competencias de los cuerpos en los
que estaba organizada la sociedad y éste busca limitar sus privilegios. El estado
absolutista tiende a pensar su relación con la sociedad en términos de soberano-
súbdito8. Al mismo tiempo, en el mundo europeo se va gestando un nuevo sistema
de ideas conocido como la Ilustración: La victoria del individuo considerado como
valor supremo y criterio de referencia en el que deben medirse tanto las
instituciones como los comportamientos .

Estas ideas que reivindican al individuo, la igualdad, la libre asociación y voluntad


del ciudadano entrarán en contradicción con la existencia de cuerpos y
estamentos, jerarquías, comunidades políticas heterogéneas producto de la
historia, y poderes fundados en la tradición o en la providencia9. Poco a poco, se
va poniendo en duda el poder omnímodo del rey y sus ministros y empieza a ser
considerado como un poder arbitrario. Surge así, la necesidad de limitar los
poderes reales y de crear instancias representativas de la sociedad frente al
estado 10

Es en las postrimerías del siglo XVIII cundo sucedieron dos fenómenos que serían
transcendentales para la historia de México: El derrumbe de la monarquía
francesa en 1789 y la formación de la República de los Estados Unidos de
América en 1776: Con la caída de las monarquías absolutas, el ciudadano
emergía como el protagonista central de la vida social

En España, las ideas de la Ilustración se manifestaron con particular fuerza bajo el


dominio de los Borbones quienes promovieron la racionalización del Estado de

8
Guerra, Francois-Xavier. Modernidad e independencias. Ensayos sobre las revoluciones hispánicas.
MAPFRE-FCE, México, 1997, pag.23.
9
Ibid, pag.25
10
Ibid., pag.29
acuerdo a sistemas y planes generales formados mediante el discurso lógico y el
pensamiento teórico de la época, consecuencia de ello fue la racionalización de la
administración estatal y en una centralización político-administrativa 11

Estos cambios en la Administración metropolitana también se implementaron en la


Nueva. España. Se buscaba el reforzamiento de los vínculos coloniales. Estos
cambios se conocieron como Reformas Borbónicas. Ellos tuvieron varias etapas
pero fueron las implementadas entre 1776 y 1786 las que afectaron directamenta
a la colonia. Consistieron en la reestructuración de la hacienda pública, formación
de monopolios reales, establecimiento del sistema de intendencias, la separación
de la mayoría de las provincias norteñas (Texas, Coahuila, Nuevo México, Nueva
Vizcaya, Sonora, Sinaloa y las 2 californias) en la Comandancia de Provincias
Internas , así como la concesión del mercado libres y reforma de los
ayuntamientos 12.

La mayoría de los autores estudiosos de la época sostienen que la aplicación de


estas reformas, por la inconformidad y el desajuste que generaron crearon las
condiciones para el proceso de independencia. En la Nueva España era bastante
conocidas las ideas ilustradas y al ser aplicadas en el territorio las Reformas
rompieron las estructuras originales y debilitaron su funcionamiento interno
afectando a los sectores productivos y generando mayores pugnas entre las élites
estatales y centrales. De igual forma, estas reformas afectaron profundamente ala
iglesia católica que era la mayor institución de crédito de los sectores productivos
de la colonia13. Un panorama global de la situación de la Nueva España es el
siguiente:

“Antes de finalizar el siglo XVIII la orgullosa Nueva España reflejaba las presiones

que le imponían la bancarrota española, cuyos compromisos la agobiaban con

constantes aumentos de impuestos, préstamos voluntarios y forzosos que

afectaron a todas las clases. El descontento general se agravó durante la primera

década del siglo XIX por la escasez de alimentos. En vísperas de la

independencia, el viejo reino de la Nueva España estaba en crisis, endeudado,

descapitalizado, con una élite fragmentada y una población pauperizada. Con esa

11
Miranda, José. Las ideas y las instituciones políticas mexicanas. 1ª. Parte. 1520-1821. UNAM, México,
1978, pag. 145
12
Miranda José, op. cit. Pag. 190-209
13
Zoraida Vázquez Josefina (coord..) La fundación del Estado Mexicano. Nueva Imagen, México, 1994, pag.
13
situación iba a enfrentar el dilema de las abdicaciones de Bayona y de la

ocupación francesa a la península. Existían pues las condiciones para que se

diera un movimiento que uniera a todas las clases, a pesar de sus tradicionales

contrastes sociales.14 (pag. 14)

Lectura:

A continuación te recomiendo que leas el artículo “Cambios y continuidades entre


las Repúblicas Indias y los Ayuntamientos Constitucionales de Cholula (1768-
1865)” de la historiadora Norma Angélica Castillo. Este texto forma parte de una
obra mayor titulado Poder y Legitimidad en México en el Siglo XIX coordinado por
Brian F. Connaughton y editado por CONACYT-Porrúa y la UAM en la Cd. de
México en el 2003.
En el texto encontrarás un estudio de caso que ilustra los efectos que tuvieron las
reformas legales que se realizaron durante este periodo en los Ayuntamientos,
particularmente en el de Cholula, así como en otras instituciones. También, esta
lectura te proporcionará elementos para comprender porqué la población más
humilde de la Nueva España secundó el naciente movimiento de independencia y
se incorporó a esta causa.

También te ayudará a comprender las dificultades que tuvieron las instituciones de


la época para adecuarse a los cambios y la manera en que estos cambios
influyeron en la producción y conservación de documentos

CAMBIOS Y CONTINUIDADES ENTRE LAS REPÚBLICAS INDIAS Y LOS


AYUNTAMIENTOS CONSTITUCIONALES DE CHOLULA, 1768 – 1865

La experiencia colonial en lo referente a los gobiernos de los pueblos indígenas


tuvo su origen en la separación de la sociedad novohispana en “repúblicas de
indios” y “repúblicas de españoles”, mediante una legislación que otorgó derechos
y obligaciones, en lo tributario y en lo político a cada una de estas entidades
jurídicas. La imposición del modelo municipal español basado en la figura del
“gobernador”, otros “oficios de república” y el sistema de elecciones, caracterizan
la implantación del sistema municipal, bajo la forma de “república de indios”.

14
Zoraida Vázquez(coord.)op. cit. pag. 14
La política de separación de las “repúblicas” dio origen a una forma
particular de autogobierno dentro de las comunidades indígenas. La revisión
historiográfica y otros trabajos realizados por Francisco González-Hermosillo15, en
lo referente a los estudios sobre comunidad indígena, permiten periodizar las
diversas etapas y características de las formas de gobierno indígena durante el
período colonial con especial énfasis en el centro de México. El autor plantea que
en un primer período, el modelo municipal español fue impuesto y trasladado por
la Corona al mundo novohispano aplicándose bajo la forma de organización
política de cabildos indios, especialmente a partir de 1535.16 No obstante, se
permitió a las comunidades mantener a los “señores naturales” en sus gobiernos
hasta la generalización del sistema rotativo de gobierno municipal que comenzó
en 1535. Posteriormente, González-Hermosillo17 identifica un período de
“macehualización” de las autoridades étnicas, es decir una participación de
indígenas del común en oficios bajos de cabildo, proceso detectable a partir de
1553. Asimismo, en el estudio que el mismo autor presenta en este volumen,
aborda las contradicciones al interior del grupo de “principales”, y la consolidación
de los “nobles de oficio” de origen “macehual” a lo largo de los siguientes siglos de
dominación española. Esta situación surgida por estos conflictos intraétnicos
desembocaron en las pugnas por el poder entre “cabeceras y sujetos”, en este
caso, la república de indios de San Pedro Cholula, y sus pueblos sujetos. En el
texto incluido en este volumen, González-Hermosillo aborda esta problemática a
partir de los litigios de los pueblos sujetos para lograr la separación de la
cabecera con el objetivo, entre otros, de administrar los bienes del común y
particularmente, los tributos.18 Uno de ellos, el conflicto entre el ayuntamiento de
Santa Isabel Cholula y la cabecera de San Pedro Cholula, se continúa durante el
surgimiento de ayuntamientos constitucionales, gaditanos como el periodo
independiente, y se desarrollará en este trabajo.

La fragmentación de la república de indios de San Pedro Cholula analizada


por este autor a lo largo del periodo colonial hasta 1809, continuó durante el siglo

* Universidad Autónoma Metropolitana- Iztapalapa.


15
F. González Hermosillo Adams, “Indios en Cabildo: Historia de una historiografía sobre la Nueva España”,
en Historias, Revista de la Dirección de Estudios Históricos del INAH, núm.26, abril-septiembre de 1991,
pp. 25-63.
16
J. Lockhart,The Nahuas alter the Conquest.A Social and Cultural History of The Indians of Central Mexico,
Sixteenth Through Eighteenth Centuries, Stanford University Press, Stanford, “Governorship”, p.30.
17
F. Gozález Hermosillo Adams, “Macehuales contra señores naturales. Una mediación franciscana en el
cabildo indio de Cholula ante el conflicto por el servicio personal (1553-1594)”, en F. González-Hermosillo
Adams (coord.), Gobierno y economía de los pueblos indios en el México colonial,INAH, México, 2002, 113-
143.
18
Cfr. Al ensayo de F. González-Hermosillo, “El tributo a su majestad: una legítima prueba judicial en la
separación de los pueblos de indios en Nueva España” incluido en este volumen. Entre otros estudios que han
abordado la conflictividad entre cabeceras-sujetos y el consecuente divisionismo entre las repúblicas indias se
encuentran: B. García Martínez, Los pueblos de la sierra: el poder y el espacio entre los indios del norte de
Puebla hasta 1700, El Colegio de México, México, 1987 y D. Déhouve, “Las separaciones de los pueblos
indios en la región de Tlapa, siglo XVIII”, en Historia Mexicana, vol. 33, núm. 4, El Colegio de México,
1984, pp. 379-404.
XIX, e incluso podemos decir que se agudizó a partir de 1812 por la puesta en
práctica de las leyes de las Cortes de Cádiz.19

En el presente ensayo abordamos justamente el análisis de la continuación


de este proceso de fraccionamiento de la antigua república indígena de San Pedro
Cholula, el cual se aceleró, en virtud de ese nuevo marco legal, en medio de
graves pugnas entre los representantes de las cabeceras y los antiguos sujetos
que ya habían creado sus nuevos “ayuntamientos constitucionales” al amparo de
la nueva legitimidad política otorgada por las leyes gaditanas.

Uno de los cambios más importantes en el tránsito de las repúblicas indias


a los ayuntamientos constitucionales fue la pérdida de poder observada a partir de
la disminución de funciones como la hacendaria, la judicial, y de administración y
vigilancia del patrimonio de los pueblos.

Nuestro objetivo es mostrar que esta transición no se realizó sin conflictos,


analizaremos las tensas negociaciones entre los antiguos pueblos sujetos de
Cholula por mantenerse gobernados por sus nuevos ayuntamientos
constitucionales independientes.20 Su idea era ganar autonomía en la impartición
de justicia y en la administración de los antiguos bienes de comunidad.21
Asimismo, intentamos evidenciar algunos ejemplos de la pérdida del patrimonio de
los pueblos por el avance de la “privatización” ocurrida con los bienes de
comunidad. Así, los diferentes aspectos que analizamos a lo largo de este escrito
nos permitirán esbozar algunos rasgos de cambio y continuidad entre la
legitimidad existente en las antiguas repúblicas indias y los nuevos ayuntamientos
constitucionales.

Cambios y continuidades en las atribuciones de gobierno y gestión del


patrimonio en las comunidades indígenas a partir del último cuarto del siglo
XVIII. El caso de los bienes propios

19
Para un análisis del impacto de las leyes gaditanas en la creación de ayuntamientos en antiguos cabildos
indios, véase A. Escobar Ohmstede, “Del gobierno indígena al Ayuntamiento constitucional en las Huastecas
hidalguenses y veracruzana, 1780-1853”, en Mexican Studies/Estudios Mexicanos, vol. 12, núm. 1, 1996, pp.
1-26 y M. Guzmán Pérez, “La conformación del ayuntamiento constitucional en dos pueblos indígenas de
Michoacán 1820-1825”, en C. Paredes y M. Terán (coords.), Pueblos indios de Michoacán…, INAH-
CIESAS, México, en prensa.
20
La pérdida del poder político de los ayuntamientos indios ha sido estudiada por R. Ortiz, “Inexistentes por
decreto: disposiciones legislativas sobre los pueblos indios en el siglo XIX. El caso de Hidalgo”, en A.
Escobar Ohmstede,Indio, nación y comunidad en el México del siglo XIX, CEMCA-CIESAS, México, 1993.
21
Una variedad de preservación del parimonio comunal y una discusión sobre el problema de la disgregación
de los bienes de comunidad es abordada por A. Escobar, “Los condueñazgos indígenas en la Huasteca
hidalguense y veracruzana: ¿defensa del espacio comunal?”, pp. 172-173, en A. Escobar Omnstede,
Indio…,1993.
Según Annino,22las prácticas políticas y jurídicas propias de los gobiernos
indígenas eran percibidas como “legítimas”. Durante el antiguo régimen se
comenzaron a prestar cambios aun bajo ese esquema de legitimidad. Uno de los
más drásticos dentro de la legislación y legitimidad de las “repúblicas”, lo
observamos durante el periodo borbónico al eliminarse la autonomía financiera de
los pueblos indios y la administración de sus bienes y cajas de comunidad bajo la
supervisión de la “Contaduría General de Propios, Arbitrios y Bienes de
Comunidad” a partir de 1768. 23 Si bien esta nueva medida tardó un tiempo en
aplicarse, sus fines estaban dirigidos a controlar los egresos de las comunidades
evitando el “dispendio”, buscando convertirlas en un “horro forzado” y, finalmente,
a echar mano de sus caudales para otros fines distintos a los domésticos de los
pueblos.24

De acuerdo con Martha Terán, durante el período borbónico se operaron


cambios en las atribuciones de los gobiernos indios en el aspecto económico que
provocaron alteraciones económicas, ecológicas, etcétera. En primer lugar el
ahorro forzoso de sus recursos (por prohibición de gastar en fiestas religiosas o
civiles). La segunda, la capacidad otorgada a los alcaldes mayores primero, y a los
subdelegados después, sobre los bienes de comunidad para otorgarlos en
arrendamientos al mejor postor con el fin de profundizar en el objetivo del ahorro.25

En Cholula el secuestro de los bienes de comunidad por la intervención de


la Contaduría General de Propios no se observa antes de 1800. Hacia 177926 se
recibieron las recomendaciones sobre la forma de erogar los sobrantes de los
bienes. Sin embargo, no fue sino hasta 1790 que se ordenó al intendente elaborar
las visitas con los informes de los bienes de comunidad de los 42 pueblos de la
jurisdicción.

El los expedientes correspondientes a “Bienes de comunidad” que se han


analizado, se observa que los caudales de los “bienes de comunidad” de los
pueblos de la intendencia y los de Cholula en particular, fueron utilizados para
“aviar” a particulares con cantidades cifradas en miles de pesos. Del mismo modo,
algunos de los terrenos pertenecientes a bienes de comunidad que podían

22
A. Annino, “Cádiz y la revolución territorial de los pueblos mexicanos 1812-1821”, en Historia de las
elecciones en Iberoamérica siglo XIX, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 1995, p.177.
23
D. Tanck, Pueblos de indios y Educación en el México colonial, 1750-1821, El Colegio de México,
México, 1999, p. 19.
24
B. Hamnett, “Absolutismo ilustrado y crisis multidimensional en el período colonial tardío, 1760-1808” y
Pedro Pérez Herrero, “El México Borbónico, ¿un éxito fracasado?”, en Josefina Vázquez, Interpretaciones
del siglo XVIII mexicano. El impacto de las reformas borbónicas, Nueva Imagen, México, 1992, pp. 67-153.
John Coatsworth, “Los límites del absolutismo colonial: Estado y economía en el siglo XVIII”, en los
orígenes del atraso. Nueve ensayos de la historia económica de México, siglo XVIII_XIX,,3ª. Reimp.,
Alianza-Patria, México, 1997, pp. 21-80.
25
Martha Terán, “La relación de cajas de comunidad de los pueblos indígenas michoacanos con la Real
Hacienda entre 1779-1810”, en Bárbara Skinfill Nogal y Alberto Carrillo Cázares (coords.), Estudios
Michoacanos VII, El Colegio de Michoacán/Instituto Michoacano de Cultura, México, 1999. Agradezco a
Martha el haber llamado mi atención sobre el texto de Chávez Orozco.
26
AGN. Bienes de comunidad, vol. 4 exp. 94, fs. 177-201.
explorarse con algún “beneficio”, como el caso del salitre, también fueron
otorgados a españoles mediante la intervención de la Contaduría.27 Como en el
caso siguiente:

Juan José Monroy, en nombre de José Avendaño y Torre, el salitrero en las


jurisdicciones de Puebla y Tlaxcala pide, que de la caja de bienes de
comunidad de Puebla se le suministren diez mil pesos a rédito de 5 por
ciento anual, para la habilitación de sus instalaciones y seguir
proporcionando al salitre para la pólvora en Cholula, Puebla, Tlaxcala y
México.28

El Estado borbónico trató de controlar los gastos de los pueblos indios en


fiestas religiosas y en los autopréstamos para el pago de tributo, con el argumento
de que iba a destinar el producto de esos fondos al pago de funcionarios o
escuelas. Sin embargo, en la práctica, el destino al que encauzaron los caudales
de bienes de comunidad se orientaron al financiamiento de los empresarios
particulares, generalmente españoles, dejando desprotegidos a los pueblos indios,
depositarios de aquellos bienes. Los indios perdieron la capacidad de gestión de
sus bienes que pasaron a ser administrados por españoles al exterior de sus
pueblos, en las cajas de intendencias y contadurías. Los terrenos comunales
indígenas fueron destinados al alquiler al mejor postor por parte de los
subdelegados.29

Chávez Orozco declaraba que para 1955 se conocía poco acerca del:

Origen de los fondos de las cajas de comunidades de indios; sobre la


aplicación de esos fondos para satisfacer las necesidades materiales,
educativas, espirituales de la comunidad; sobre las cuantiosas sumas
extraídas de esas cajas para invertirse en la adquisición de acciones del
Banco de San Carlos: sobre todo ello teníamos ya noticia, pero nada
concreto sabíamos en relación con la imposición que de tales fondos se
hizo, a principios del siglo XIX, en préstamo a los agricultores
terratenientes.30

Este investigador se abocó a dar a conocer algunos de los documentos más


representativos correspondientes a la imposición a terratenientes de esos

27
AGN. Bienes de comunidad, vol. 4 exp. 45-46-47 y 48. fs. 161-171. Don José Avendaño arrienda terrenos
de bienes de comunidad y administra una fábrica de salitre situada en el pueblo de San Andrés Cholula
(1807).
28
AGN. Bienes de comunidad, vol. 4 exp. 45, fs. 161-167, 1803.
29
Martha Terán, “Reflexiones sobre las reformas borbónicas en los pueblos de indios y vecindarios
michoacanos 1780-1810”, en Carlos Paredes Martínez (coord.), Lengua y etnohistoria purépecha. Homenaje
a Benedict Warren, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo-Instituto de Investigaciones
Históricas, México, pp. 333-357 y “Los decretos insurgentes de abolición del arrendamiento de las tierras de
los indios (1810), en Memorias de la Academia Mexicana de la Historia, t. XL, México, pp. 87-111.
30
Luis Chávez Orozco, Losa fondos de comunidades indígenas como fuentes de crédito agrícola en la Nueva
España, siglo XIX, vol. XI, Publicaciones del Banco Nacional de Crédito Agrícola y Ganadero, México, 1995.
capitales provenientes de los bienes de comunidad. Más adelante insiste ñeque,
en aquellos préstamos de fondos de comunidad a particulares se cometieron
diversas arbitrariedades e irregularidades. Añade que en las intervenciones de las
cajas regionales y la Contaduría General de Propios respecto de las operaciones
de las cajas de comunidades indígenas y los hacendados, se tuvo un tal descuido
que dio como resultado un gigantesco despojo. Concluye que “tal despojo, que se
sepa, no fue sancionado, antes hay que considerarlo como el primero de una
cadena de abusos cuyo remedio sólo habría de intentarse más de un siglo
después”.31

En un informe de la Contaduría General de Propios editado por Chávez


Orozco32 se informa sobre la imposición de 50,000 pesos hecha de las cajas de
comunidad de la provincia de Puebla en favor don Vicente García y de 51,000
pesos a don Rafael Mangino, también de la misma ciudad en los años de 1804-
1805 con un interés del 5 por ciento. Asimismo se otorgaron otros 51,000 pesos a
don Juan José Urcullo comerciante de Veracruz cuya garantía fueron individuos
de caudal de la ciudad de Puebla y finalmente fue esa la única deuda que pudo
ser cobrada parcialmente. Hemos podido reconocer que don Vicente García había
sido un comerciante habilitador del reparto de ganado, en la intendencia y en
particular en la subdelegación de Cholula, aviando a repartidores de mercancía
como don Lorenzo Sánchez Mayorga, que fue llevado a juicio por los indios de
Cholula.33 Posteriormente concursó directamente por el puesto de subdelegado de
Cholula que ocupó por un corto tiempo al ser nuevamente denunciado por sus
negocios de repartimiento de ganado.

En este expediente los sujetos de crédito de los caudales de bienes de


comunidad ofrecieron como garantías de pago fincas rústicas y urbanas. No
obstante, en 1813 cuando después de casi 10 amos de no pagar réditos, se quiso
efectuar el cobro de intereses y capitales, se comprobó que sus inmuebles
estaban tan cargados de censos que en realidad no valían nada.

Los fiscales de la Contaduría General de Propios informaron que para la


Intendencia de Puebla se habían otorgado entre 1803 y 1805 más de 150,000
pesos sobre los bienes de las cajas de comunidades indígenas de esa jurisdicción
a sujetos sin garantías probadas. Por lo que juzgaron irrecuperables dichas
cantidades más sus réditos, salvo un cobro parcial a uno de aquellos individuos.
En aquel informe, les reconocen en esa situación un despilfarro de recursos:

No puede menos esta oficina que ver con la mayor lástima y compasión
cómo se impusieron estos caudales tan privilegiados y recomendados por
las leyes y por su Majestad en Ordenanza de Intendentes, pues con sólo

31
Ibidem, pp. I-II.
32
AGN. Sección de Bienes de comunidad, vol.12, exp. S. N citado en Chávez Orozco, Los fondos …,pp.5-44.
33
AGN, Hisatoria, vol. 132, exp. 41, fs. 1-4. Vicente García subdelegado hasta 1805 en que le solicita Manuel
de Flon su renuncia por corrupción. AGN. Subdelegados, vol. 11, f. 61. APJP-FCH. Proceso de Vicente
García contra Lorenzo Sánchez Mayorga.
para la consideración que a los dos años de su imposición ya no se
pagaron los réditos….34

Según los funcionarios de la Contaduría, los individuos favorecidos


utilizaron los empréstitos cuando comenzaban a estar fallidos y se valieron d estos
caudales tan sagrados para salir de las urgencias que en aquel entonces les
afligían, y poder pasar un poco de más tiempo sin pensar siquiera en sus
capacidades respecto al pago de réditos. También soslayaron que se presentaron
irregularidades en los avalúos, puesto que a su consideración, en ellos se inflaron
los valores de las propiedades inmuebles de los solicitantes de créditos.35
Podemos suponer que parte de la malversación de fondos puede entenderse
como un autopréstamo pues Vicente García era a la sazón subdelegado de
Cholula y don Manuel de Flon le solicitó su renuncia hasta 1805. Al mismo tiempo
los superiores de la Contaduría de Propios afirmaban que se ocultó a la Real
Audiencia el mal estado en que se hallaban de hacía tiempo esas imposiciones y
señalaban que los ministros de la Tesorería General de Puebla y de la Intendencia
eran los responsables de los malos resultados, puesto que como encargados de
los procedimientos desatendieron el cumplimiento de sus obligaciones tanto en
cuanto a las circunstancias en que se impusieron los capitales, como en lo
referente a la vigilancia de los valores de las fincas, así como el pago de réditos.36

Martha Terán, a partir de la experiencia de los pueblos michoacanos,


considera que el triste fin de esos fondos o sobrantes de comunidad revela el
desprecio con el que fueron tratados,37 bajo el argumento de que tales fondos no
fueran derrochados en festividades y campanas. Por otra parte considera que el
despojo de los bienes de comunidad de los pueblos fue el inicio de un proceso de
pauperización ocurrido durante el siglo XIX.

Un suceso ocurrido en los rublos indios de las antiguas parcialidades de la


ciudad de México, ilustra el abandono en que cayeron las comunidades al no
poder contar con sus fondos de comunidad en momentos de epidemias y hermana
el proceso ocurrido, tanto en el valle de México como en el de Puebla.

En los pueblos del curato de Iztapalapa en 1813 38 el procurador escribió a


la Contaduría de Propios para solicitar 300 pesos de sus bienes de comunidad. Su
solicitud obedecía a la necesidad de asistir las necesidades de los seis pueblos
del curato de Iztapalapa: Santa Ma. Aztahuacán, Iztapalapa, Santa Martha
(Acatitla), Santa Cruz (Meyehualco), Santiago(Acahualtepec) y Los Reyes, que
reportaban hasta el día del escrito 1,200 muertos, siendo aún más los

34
Idem.
35
Idem.
36
Idem. Martha Terán encontró también la imposición a préstamos de los sobrantes de bienes de comunidad
para fincar particulares en Michoacán, en Martha Terán, “La relación de las cajas de comunidad…”pp. 237-
247.
37
Martha Ter{an, “La relación de las cajas de comunidad…”,p.227.
38
AGN, Epidemias, vol. 9, exp. 7, f. 5,1813.
convalecientes. Algunos vecinos colaboraban con animales o trabajo para socorrer
a los enfermos y desahogar a los difuntos.

El procurador de naturales solicitó la cantidad que “fuera de su superior a


grado” de las arcas de comunidad para solventar “la miseria de la devoradora
epidemia”. Asimismo remitió la solicitud de esos pueblos al
Ayuntamiento constitucional de la ciudad de México, el cual por “falta total de
arbitrios no pudo proporcionarle ni medio real”. Dicho procurador, agregó en su
relación que el cura párroco del pueblo de Iztapalapa había proporcionado 1,400
pesos. En 1813 el sacerdote solicitó de nuevo socorrerlos con la cantidad que
tuviera de las arcas que depositaban con el licenciado Francisco Villanueva, como
tesorero de las parcialidades o “del que en las Arcas de Comunidad existiera en
cajas”. En otro expediente, el procurador recogía la declaración de los indios de
todo ese partido quienes alegaban que habían entregado 1,038 pesos como
depósito “de su fondo de comunidad a la tesorería”39 y solicitaron los 300 pesos a
cuenta de esos depósitos. Es interesante reflexionar en este caso la respuesta de
los tesoreros de la Contaduría de Bienes:

Todos los fondos de los ramos propios particulares y ajenos de la Hacienda


pública se distinguen únicamente por sus cuentas pero ninguno tiene
particular arca en que sus caudales se conserven con separación. Por eso
los sobrantes de bienes de comunidad de jurisdicción de Mexicalcingo no
existen materialmente, ni hay para pagar a la república de Ixtacalco los 300
pesos que previene la superior orden. (…) otros caudales que los que se
reciben de préstamos (se destinan) para gastos de tropa y sueldos….40

A partir de esta respuesta, que notificó “la falta de remanentes de los bienes
de comunidad”, la Junta Superior de Hacienda acordó auxiliar a esos pueblos
mediante la conformación de una “junta de caridad” presidida por el arzobispo, el
conde Bassoco (miembro del Ayuntamiento de la ciudad de México) y el tesorero
general de las cajas para establecer limosnas.41 Además de ello, se propuso a los
pueblos esperar y ayudarse mediante el arrendamiento de los potreros de esas
parcialidades.42

Tiempo después de esta solicitud el virrey encomió a la Contaduría de


Propios a efectuar los cobros sobre imposiciones a bienes de comunidad, para
sufragar las necesidades de los pueblos de las parcialidades de la ciudad de
México. La Contaduría llamó la atención sobre el caso de la Intendencia de Puebla
cuyos adeudos de terratenientes a los bienes de comunidad de los pueblos de la
Intendencia ascendieron a 150,000 pesos, de los cuales se juzgaron
irrecuperables 100,000.43 Según Dorothy Tanck también se encontraron desfalcos

39
AGN, Epidemias, vol. 8, exp.2, fs. 14-17, 1813.
40
AGN, Epidemias, vol. 8, exp.2, fs. 14-17, 1813.40
41
AGN, Epidemias, vol. 9, exp.7, f. 5, 1813.
42
AGN, Epidemias, vol. 8, exp.2, fs.14-17, 1813.
43
L. Chavez Orozco, op.cit.
en las parcialidades de la intendencia de México y las subdelegaciones de Apan,
Chalco, Lerma, Tulancingo, Yahualica, Azúcar, Tehuacan, Tecali, Tlapa,
Huayococotla, en Puebla, Huajuapan, en Oaxaca y Coroneo en Guanajuato.
Además se señalaban irregularidades en Puebla y Veracruz.44 Por otra parte, esta
autora calculó que la Intendencia de Puebla había entregado en calidad de
préstamo 148,445 pesos y 72,759 pesos en donativos, un total de 221,204 pesos
provenientes de los ingresos de los bienes de comunidad entre 1782 y 1809.45De
acuerdo con los datos de Tanck, se encuentra que en lo general del total de
ingreso captado hacia 1820 en las cajas de la Intendencia de Puebla como
sobrantes de los bienes de comunidad solo un 5 por ciento se destinaba al gasto
de los pueblos, mientras que se entregaba al gobierno un 42 por ciento, más un 21
por ciento que se utilizaba para grupos locales. Por su parte, en Cholula, 10,648
pesos se entregaron al gobierno, primero en un préstamo en 1793, después en un
donativo en 1799, y por último para la consolidación de vales en 1806. Así entre
1790 y 1806 se había entregado 54 por ciento de sus sobrantes de bienes, y sólo
habían obtenido permiso de gastar 197 pesos, menos del 1 por ciento en sus
propias necesidades.46

“Privatización de los bienes comunales y motines. La lucha entre la antigua


y la nueva legitimidad

Un quebranto más a la antigua legitimidad fue el referente al mantenimiento al


patrimonio comunal indígena con la expedición de la ley del 4 de enero de 1812.
Ésta ordenó que todos los terrenos baldíos o realengos y de propios y arbitrios
excepto los ejidos necesarios se redujeran a propiedad particular. A pesar de que
Fernando VII al regresar al poder en 1814 derogó la Constitución de Cádiz, decidió
no anular las compras efectuadas al amparo de aquella ley. La venta de tierras de
comunidad a particulares españoles la documentamos en Cholula a partir de un
reconocimiento a Nepomuceno de Aedo, secretario constitucional (del
Ayuntamiento de Cholula), como “marchante” (¿vendedor?) de los bienes propios
de la ciudad de Cholula, en 1822. La comunidad vendió una casa nombrada de los
Aguijares. El comprador que ofertó solicitando avalúo para estando libre de
gravamen pudiera aumentarle a su voluntad fue don Bartolomé García. Éste
recibió otorgamiento a nombre de los señores presidente y capitulares del
Ayuntamiento que componían el Ayuntamiento constitucional de la “Nobilísima
ciudad de Cholula” y recibieron por ello un pago de 250 pesos.47

La mengua de los bienes de comunidad fue la consecuencia de esta política


que se mantuvo a lo largo del siglo XIX. La venta indiscriminada de tierras de
comunidad incluso dentro del fundo legal condujo a motines cuando el pueblo

44
D. Tanck, Pueblos…,p. 73.
45
Ibidem,p. 131.
46
Ibidem, pp.133-138.
47
APJP-FCH, 1822. Reconocimiento a Nepomuceno de Aedo, secretario constitucional (del Ayuntamiento de
Cholula), como “marchante” (¿vendedor?) de los bienes propios de la ciudad de Cholula.
finalmente reaccionó frente a la merma de su territorio, pues tales ventas llegaron
al extremo de vender o permitir la explotación privada de algunas de sus calles.

El siguiente caso, acaecido en Cholula hacia 1823, nos muestra la


importancia que llegaron a adquirir los conflictos de forma que las autoridades
regionales se inquietaron por considerar que tal situación de descontento pudiera
generalizarse. Según el jefe político dos días antes del motín se presentó una
comisión del Ayuntamiento de Cholula y le manifestó que durante los últimos años
los dueños de la hacienda Santa Teresa que colinda con la ciudad “habían tomado
tierras propias de ella, comprándolas a los ayuntamientos o a los subdelegados,
que disponían de los bienes comunes como de los suyos propios”.48 Observamos
que los miembros del Ayuntamiento no precisaron fechas, situando la venta
contestada en los “tiempos de los gobiernos indios” o de los “subdelegados”.

Por su parte, los miembros de la comisión, delegaron parte de la


responsabilidad del exceso en la venta de los bienes de comunidad, en el
hacendado comprador de ellos, alegando “pues el actual poseedor de dicha finca
capitán don Francisco Caride, las ha tomado con mayor extensión, dada del modo
ilegal que queda dicho, siguió el ejemplo de sus predecesores, cerrando
sucesivamente, y reasumiendo en la finca, las calles públicas del pueblo”. Los
representantes del Ayuntamiento alegaron que el pueblo estaba “cansado de sufrir
(…) y resolvió hacerse justicia por sí mismo, reuniéndose en masa el día 14 del
actual con objeto de abrir las calles que hacían falta para el tránsito”.49 Las
autoridades de la provincia se justificaron argumentando que habían tratado de
restablecer el orden sin poder evitar los hechos de violencia.

El suceso en cuestión permite analizar, de manera coyuntural, las pugnas


de autoridad en los nuevos ayuntamientos constitucionales derivados de la
restricción de sus funciones en el aspecto judicial. Estas fricciones se presentaron
especialmente entre las autoridades (alcaldes) de ayuntamientos de los antiguos
pueblos sujetos frente a los ayuntamientos de las cabeceras de partido y, a su
vez, ambos frente a las nuevas figuras judiciales y gubernativas: el juez de primera
instancia y el jefe político frente a la situación de conflicto:

El Ayuntamiento informó a señor jefe político lo que la noche del día


anterior le había comunicado por medio de una comisión, á saber que un
europeo nombrado Caride había comprado ciertos terrenos, en los que
quedando comprendidas algunas calles del barrio de Jesús en aquel lugar,
las había sembrado y cerrado el paso de ellas a los vecinos: que ofendidos
estos porque se les imposibilitaba el tráfico común y antiguo precisándoles
a rodeos largos e incómodos, clamaron enérgicamente contra la vejación
que se les infería y después de multiplicadas diligencias lograron

48
AGN, Justicia, vol. 30, exp. 17, 28 de diciembre de 1822. Sobre reclamo del Ayuntamiento de Cholula
contra el nombramiento de juez de letras de aquel partido hecho en el licenciado d. José Manuel Zereyjo (f,
315 vuelta).
49
AGN, Justicia, vol. 30, exp. 17, 28 de diciembre de 1822, fs. 315.
compareciese Caride al auto de una conciliación ante el alcalde que este
ofreció a ambas partes dictar…50

Observamos en las locuciones, “el alcalde” informó al “jefe político”. Más


abajo encontramos la participación conflictiva del juez de primera instancia quien
adopta como interés de impartición de justicia los intereses del hacendado. Así
tenemos en este caso que el conflicto aparentemente inicia porque el pueblo
mediante el Ayuntamiento constitucional de Cholula manifestó ante la Suprema
Corte de Justicia su oposición a la ratificación del nombramiento de juez de letras
de aquel partido en la persona del licenciado José Manuel Zereijo. Sin embargo, lo
que se encuentra detrás de este grueso expediente, es no sólo un conflicto de
autoridades, sino también un pleito contra la apropiación de tierras de comunidad
por parte de un hacendado. Este personaje aprovechando la nueva normatividad
había comprado esas tierras de comunidad que incluían parte de la extensión
natural y continuación de calles del pueblo, como se desprende de los testimonios.

A pesar de haberse efectuado las compras al amparo de las nuevas leyes,


la legitimidad de las ventas fue puesta en entre dicho por el vecindario, quien con
el apoyo del Ayuntamiento local trató de negorciar el desconocimiento de la venta
e intentó llegar a un arreglo. Ante la negativa del hacendado para negociar y la
intervención parcial del juez de letras interino del partido (Zereijo), el vecindario
decidió amotinarse puesto que el juez, sin negociar ni condensar, se preparaba a
dar posesión nuevamente (de las calles privatizadas) al hacendado Caride,
apoyándose “con la fuerza de 60 hombres” (que había pedido para el efecto al
comandante general de la provincia). De tal modo que el pueblo irritado se levantó
“en masa” y decidió “repelar con furor el agravio que entendía inferírse(le)”51

… y no advirtiendo los vecinos del barrio que se satisficiese a sus


esperanzas, despechados por verlas contrariadas siempre, tomaron el
martes 21, el arrojado partido de convocar al toque de campaña al
vecindario del barrio, el qual luego que acudió, hubo de abrir las calles
cerradas antes, talando los sembrados de ellas: que en pocos minutos se
engrosó el números de los descontentos con los habitantes de otros
barrios, entre los cuales se contaban muchos de los soldados nacionales
que el destrozo pasó entonces de los límites de las antiguas calles y se
extendió a los demás del campo: que implorado entonces por el
administrador de la hacienda el auxilio del ayuntamiento acudió éste a
impartírselo presentándose los individuos que le componen, quienes
hicieron que los que se encontraban allí cargando para llevar a sus casa el
maíz que habían tomado, le dejasen y se retirasen quedando calmada la
efervescencia de los ánimos…52

50
AGN, Justicia, vol. 30, fs. 327.
51
AGN, Justicia, vol. 30, exp. 17, 28 de diciembre de 1822,f. 328.
52
Ibidem, f. 327 vuelta.
En este texto el pueblo se levanta contra las ventas que considera
ilegítimas, considerando así las nuevas prácticas como atentatorias a la integridad
territorial del pueblo y del libre tránsito. Es importante resaltar que en el motín los
habitantes se hicieron escuchar mediante las denuncias de los miembros del
Ayuntamiento. Así, los miembros de esta institución, quienes ya no eran
exclusivamente indígenas, enarbolaron la antigua legitimidad del gobierno étnico.

Finalmente, debemos señalar que la máxima autoridad del partido. El jefe


político, se trasladó a Cholula como el último intento de imponer autoridad, evitar
el linchamiento del juez de letras y el hacendado, así como negociar los intereses
del hacendado con los del pueblo que parecían irreconciliables. Con su
intervención directa, las autoridades regionales trataban de impedir un alzamiento
mayor. Analicemos las declaraciones del jefe político quien después de haber
escuchado la relación de hechos a través de los miembros del Ayuntamiento,
exhortó enérgicamente a todos los presentes a guardar el orden y respeto a las
autoridades, cuyas disposiciones:

Protestó que habría de sostener vigorosamente castigando cualquier


exceso al mismo tiempo que procuraría se administrase justicia a los
quejosos. Enseguida ofreció su señoría, al juez de letras Zereijo a la
hacienda de Santa Teresa propia de Caride en donde se hallaba con objeto
de darle posesión ofreciéndole que apoyaría sus providencias; mas para
que la ejecución de ellas no produjese las alteraciones que amagaban, le
invitaba comedidamente a una entrevista en la que acordasen las medidas
propias del caso…53

El jefe político actuó en su carácter de máxima autoridad; era ciertamente el


único que podía salvar al licenciado Zereijo y a Caride de los terribles efectos del
motín y evitar el la ciudad de Cholula un alboroto terrible por sus consecuencias.
En realidad esta autoridad regional no dio marcha atrás respecto a la legislación;
simplemente impuso su autoridad de forma coyuntural y negoció un tiempo de
espera con el hacendado para regresarle las tierras ocupadas por los amotinados,
sin causar por ello mayores alteraciones.

Fenómenos semejantes han sido estudiados por Rina Ortiz y Cynthia


Radding54 en especial las ventas de baldíos y casas pertenecientes a los bienes
de comunidad indígenas a los vecinos españoles. El trabajo de Radding analizas
las denuncias y remates de “terrenos baldíos” de las tierras indias de la comunidad
ópata. La autora observó que la aplicación de estas políticas desarrollaron
grandes, medianas o pequeñas propiedades de hispanomestizos y muestra los
conflictos por la tierra provocados por estas prácticas.55 En consecuencia, en un

53
AGN, Justicia, vol. 30, exp. 17, 28 de diciembre de 1822, f. 328 vuelta.
54
R. Ortiz, “Inexistentes por decreto: disposiciones legislativas sobre los pueblos de indios en el siglo XIX” y
C. Radding, “Etnias, tierra y Estado: la nación ópata de la sierra sonorense en la transición de la Colonia a la
República (1790-1840)”, en Escobar Ohmstede, indio..,pp. 153-170 y 267-292.
55
C. radding, “Etnias…”, p.281.
buen número de pueblos entre los ópatas no se logró un reparto de tierras
comunales, por el contrario, ellos sufrieron usurpaciones violentas. Para 1836 los
gobernadores ópatas expusieron al presidente y las cámaras que “la mayor parte
de los pueblos han sido despojados por medios violentos de una parte de sus
tierras…”56

En el caso de Cholula observamos también que al menos en los primeros


30 años de la existencia de ayuntamientos constitucionales, tampoco se desarrolló
una distribución de tierras a indios, sino más bien una anexión de las tierras
comunales por parte de haciendas o ranchos, en medio de fuertes conflictos con
los pueblos.

Los ayuntamientos constitucionales gaditanos y el clímax del


fraccionamiento del territorio de las antiguas repúblicas indias

La abolición del tributo por parte del virrey Venegas en 1810 y la puesta en
práctica de la legislación de las Cortes de Cádiz impulsaron la formación de
ayuntamientos en los pueblos indios con muchas menos exigencias que bajo el
sistema de repúblicas. Esto permitió a muchos de los antiguos pueblos sujetos
erigir sus propios ayuntamientos. No obstante, la abolición de las “repúblicas” que
acompañó a estas leyes no fue recibida sin conflictos. Muchas funciones de los
miembros de los ayuntamientos indios que bajo el antiguo sistema de cargos
estaban bien definidas quedaron en una situación ambigua. Se generó así una
situación de conflicto en los nuevos ayuntamientos constitucionales que derivó de
la restricción de sus funciones en el aspecto judicial, especialmente entre las
autoridades de los antiguos pueblos sujetos frente a los ayuntamientos de las
cabeceras de partido y a su vez frente a la nueva figura judicial, el juez de primera
instancia.

Annino recupera bien la idea de Lockhart57en el sentido de que en los


cabildos indios existía una tendencia de apropiación de la normatividad española
como un arma de lucha para el manejo de su autogestión política y de su territorio;
es el caso de la manipulación de la memoria en ciertos “títulos primordiales” o el
recurso al argumento a las costumbres inmemoriales en los tribunales
novohispanos. En el ámbito regional, el trabajo de los etnohistoriadores ha
contribuido a enriquecer nuestros conocimientos sobre la variedad de formas en
que las repúblicas ejercieron el poder, abriéndose a los macehuales o
manteniendo a las elites indias de caciques y principales, o a las maneras en que
conservaron su territorialidad original o en que sus sujetos se fraccionaron en
medio de pugnas intraétnicas.

56
Ibidem,p. 283.
57
Lockhart, The Nahuas…, 1992.
Al tiempo de la desintegración de las repúblicas indias detectamos al menos
dos situaciones de conflicto político y de rechazo de la nueva legitimidad política
decimonónica. Por una parte, una lucha de los cabildos indios por recuperar la
impartición de justicia y por otro, la pugna por parte de ayuntamientos surgidos a
instancias de la Constitución de Cádiz por lograr una situación “paritaria” frente a
las antiguas cabeceras. Estos son aspectos esenciales de las reivindicaciones de
los pueblos en la lucha por recuperar su autonomía. Trataremos de tocar en este
trabajo estos aspectos clave de la lucha política en los ayuntamientos
constitucionales en los pueblos indios a través del análisis de las variaciones en la
normatividad regional, es decir la Constitución del Estado Libre y Soberano de
Puebla, algunos expedientes judiciales, y los expedientes de las pugnas entre los
ayuntamientos y el Ministerio de Gobernación.

Entre los cambios más drásticos sobresale la abolición de las repúblicas


indias y su sustitución por ayuntamientos constitucionales al amparo de la
Constitución de las Cortes de Cádiz a partir de 1812. La abolición del sistema de
cargos y la aparente “homologación” de los pueblos que habían estado bajo una
relación de subordinación en el esquema “cabecera-sujetos”, se rompieron de
golpe. Se erigieron abruptamente una enorme cantidad de ayuntamientos sin
reunir las más de las veces condiciones mínimas de población ni respetando su
situación frente a su cabecera distrital.

La aplicación de las leyes gaditanas y la erección de ayuntamientos


constitucionales tuvieron, entre otras, dos consecuencias fundamentales que
fracturaban el antiguo orden y “legitimidad” del periodo preborbónico. En primer
término favorecieron la fragmentación de las antiguas repúblicas que mantenían
una tensa sujeción en el antiguo sistema “cabecera-sujeto” y en segundo lugar,
rompieron con el mantenimiento étnico y patrimonial que habían mantenido hasta
entonces las comunidades indias. Estas circunstancias permitieron la penetración
de españoles y mestizos en los cabildos y paulatinamente favorecieron que los no
indios llegaran a dominar los nuevos ayuntamientos constitucionales,
especialmente en las antiguas cabeceras que tenían población no india. Este
fenómeno ha sido observado igualmente por Pastor, Tanck, Guardino y Escobar.58

Así el fraccionamiento territorial de las repúblicas tuvo una ocasión de de


desbordar límites y crear tensiones intraétnicas y políticas. En las zonas donde se
encontraba asentada población no india, la facilidad de erección de ayuntamientos
y la desaparición de barreras legales respecto a la pertenencia étnica abrieron las
puertas a españoles y mestizos al control de aquellos nuevos ayuntamientos
constitucionales.

58
R. Pastor, Campesinos y reformas: la Mixteca 1700-1856, el Colegio de México, México, 1987, pp. 421-
425; P. Guardino Peasants, Politics, and the Formation of Mexico´s Nacional State, Guerrero, 1800-1857,
Stanford University Press, Stanford, 1996, pp. 86-88 y A. Escobar , “Del gobierno…”, pp. 1-26 (véase en
particular las pp. 14-15).
El 18 de diciembre de 1813, el intendente de la ciudad y provincia de
Puebla hace saber que por una superior orden expedida por el virrey conforme al
nuevo sistema de administración pública que establece la Ley de Tribunales y
Juzgados, quedaban suprimidos los gobernadores, alcaldes y demás oficios de la
república que había en los pueblos indios y, asimismo, que el encargado de
dominación y facultades de jefes políticos corresponden, “entretanto las cortes se
sirvan nombrar sujetos que deban desempeñar estos empleos…(A) los
intendentes y gobernadores de provincia quienes deberán presidir los
ayuntamientos dónde no hubiese dichos jefes, al alcalde o al primer nombrado de
éstos si hubiera dos”59.

En San Pedro Cholula el alcalde constitucional de primera elección, Antonio


Sarmiento, y los regidores, teniente Manuel Tello y Miguel de la Fuente, jueces
fieles ejecutores del Ayuntamiento, actuando por receptoría con testigos de
asistencia, certificaron que en el cabildo ordinario de Cholula celebrado el día
anterior, constaba la recepción del acta en que se notificaba de nueva cuenta la
extinción del sistema de repúblicas.60

Al observar el acta Constitutiva del Ayuntamiento, el 19 de febrero de 1814


en San Pedro Cholula, notamos que aparecen las rúbricas de Antonio Sarmiento,
Manuel Tello, Francisco Alvarado, Miguel de la Fuente, José Mariano de Meza,
Leandro Zacarías, José Sarmiento, Justo Rufino Teuctli y Simón Hernández como
miembro del nuevo cabildo. Esto quería decir que como resultado de este cambio
se presentó en el Ayuntamiento de la cabecera de San Pedro Cholula, un
desplazamiento de los macehuales, una menor presencia de los antiguos
principales y una rápida penetración de los “mestizos y españoles” en aquella
corporación. Recordemos que en los cabildos indios bajo el sistema de repúblicas,
únicamente participaban indígenas, principales y macehuales distinguidos por su
participación en los oficios de república.61 Gracias a la investigación realizada
sobre el mestizaje en Cholula62 sabemos que Miguel de la Fuente, Manuel Tello y
José Mariano de Meza no eran indígenas. Once años después, ya se encontraban
entre los oficiales del Ayuntamiento más personajes españoles.

En la toma de posesión que tuvo lugar en la sala capitular del Ayuntamiento


de San Pedro Cholula en 1823 se encontraron, el “serenísimo” señor Antonio
Díaz; José Mariano Barrios, segundo alcalde; Pedro Fernando Pagaza Urtundua;
Pedro Pérez; José Morgado; Antonio Chilaca; José Antonio Nieva; Francisco
Castelán; Manuel Antonio Vivero; Manuel Obando; Juan Nepomuceno Aedo;

59
AGN, Ayuntamientos, vol. 163, SESF.
60
AGN, Ayuntamientos, vol. 163, 1814. Expediente formado a consecuencia de la superior orden que la
principia, sobre ayuntamientos de partidos. Intendencia de Puebla. Año de 1814. Escribanos Ramires. Oficio
de Ignacio Salamanca al brigadier Ramón Díaz de Ortega, de 18 de febrero de 1814. Sin número de
expediente , ni fojas.
61
F. González-Hermosillo, El gobierno indio deCholula colonial, Gobierno del estado de Puebla, Puebla,
1992.
62
N. Castillo Palma, Cholula: Sociedad mestiza en ciudad india, UAM, México, 2001.
secretario.63 De hecho, Pedro Pagaza era descendiente de un antiguo alcalde
mayor de origen vasco. José Morgado, Francisco Castelán, Manuel Vivero y Juan
N. Aedo eran descendientes de vecinos españoles.64 Con el tiempo los españoles
y mestizos dominaron en los cargos importantes en el Ayuntamiento y sólo en los
pueblos alejados con un predominio de población indígena se mantenían los
apelativos nahuas.

Desde la Intendencia se había advertido que al amparo de las leyes


gaditanas se establecieron en la provincia de Puebla algunos ayuntamientos sin
haber constancia de ellos. Se buscaba tener conocimiento de aquellos que se
hubieran erigido sin dar noticia y sin distinguir las relaciones de subordinación con
los partidos a que correspondían. Asimismo, urgían los antiguos ayuntamientos
limítrofes con Cholula y a los subdelegados de Atlixco y Huexotzinco a que
dictaran providencias para evitar mayores abusos, pidiendo asesoría al intendente
de Puebla para determinar la legitimidad de las erecciones de ayuntamientos
constitucionales y que a partir de 1814 se deberían ratificar.

A continuación examinamos los conflictos ocurridos a raíz de la erección de


ayuntamientos constitucionales gaditanos en Cholula. A partir de una denuncia
interpuesta por el Ayuntamiento de San Pedro Cholula en 1814 contra el nuevo
Ayuntamiento erigido en su antiguo sujeto, Santa Isabel Cholula, se ventilan los
conflictos entre la antigua cabecera y su ex sujeto.

En dicho expediente, los miembros del cabildo de Santa Isabel informan a


la Intendencia de Puebla que recibieron sus oficios y que no se han erigido nuevos
ayuntamientos en dicho partido:

Que el de esa ciudad es antiguo y solo se ha arreglado en este año á la


sabia constitución que nos gobierna; y que en los pueblos de esta
jurisdicción para su arreglo y gobierno han nombrado un alcalde, dos
regidores, y un procurador sindico á virtud de lo prevenido en el real decreto
de 23 de mayo del año pasado de 1812, inserto en el bando publicado en
México a quinze de octubre del mismo; con atención á que el numero de
vecinos de vecinos de cada pueblo no llega á doscientas almas. 65

En el análisis del discurso de defensa enarbolado por las nuevas


autoridades de Santa Isabel resalta el manejo de lanuela legislación utilizada
como elemento de “legitimidad”. Tal retórica nos remite al uso que las
comunidades habían hecho siempre de la legislación española para la defensa de
sus intereses.

63
AGN, Justicia, vol. 30, fs. 304 vuelta y 305.
64
N. Castillo Palma, Cholula: sociedad mestiza…
65
AGN, Ayuntamientos, vol. 163, SESF.
El ayuntamiento de la cabecera de Santa Isabel Cholula solicitó que se
ratificara y reconociera la legitimidad de su establecimiento con el apoyo de sus
antiguos pueblos sujetos:

(con la presencia de) los señores alcaldes de los pueblos (de…) San
Andrés, Santa Ana Cacalotepeque, San Bernardino Tlaxcalantzinco. Santa
Clara Ocoyoacan. San Bernardino Chalchihuapan. San Bernabé
Tezmolocan. San Pablo Ahuatempan. Santa Anna Acozatlan. San Matín
Tlamapam. Santa Isabel. San Geronimo Tequanipan. Santa María
Acuescomac. San Miguel Papaxtlan. Santa María Malacatepec. San
Francisco Acatepec. Santa María Tonantzintla. San Gregorio Atzompam.
Los Reyes. San Gregorio Zacapexpan. San Luis Tehuiloyocan. San
Francisco Quapan… se suplica ande con la prontitud posible (el
reconocimiento de su Ayuntamiento constitucional).66

Santa Isabel y sus pueblos apoyaban la urgencia de la ratificación de la


existencia y defendían la legitimidad de su Ayuntamiento con tres
argumentos. Desarrollaremos el primero, el cual se refería a que la nueva
corporación trataría con la prontitud necesaria la exacción de la contribución
general directa extraordinaria prevenida en bando publicado de superior
orden del virrey de Nueva España con fecha de 15 de diciembre de 1814.
Utilizando la exacción fiscal como pretexto pretendían que no se les
impidiera ni disputara la autoridad conferida como Ayuntamiento para que
no “haya estorbos que interrumpa el giro de este negocio”. Consultaron al
gobernador intendente de la provincia las dudas que tenían, entre ellas
destaca la puesta en duda de su legitimidad por el nuevo intendente de
Puebla, con información del subdelegado de Cholula, quien consideró que
Santa Isabel erigió Ayuntamiento sin contar con el número de almas
suficientes.

El Ayuntamiento constitucional del pueblo de Santa Isabel Cholula


manifestó el deseo de sus habitantes de su doctrina por

disfrutar los muchos bienes, que son consiguientes al


establecimiento de los ayuntamientos; desde la publicación de la
constitución política de la monarquía, trataron de que en este pueblo
y los de su comarca, se erigiera el correspondiente á su numerosa
población, que seguramente pasa de tres mil almas.

Los miembros del Ayuntamiento reconstruyeron la historia reciente


de su erección, a partir de la publicación de las leyes de Cádiz. Alegaban
que luego de su aclamación realizaron sus elecciones y

aunque sus primeros esfuerzos fueron inútiles lograron al fin que el


antecesor de vuestra señoría librara orden al caballero subdelegado

66
Idem.
actual de Cholula para que por si, o por un enviado pasara á esta
cabecera á presidir las juntas que la constitución previene, para la
elección del ayuntamiento constitucional de ella, y de los pueblos de
su comprensión.

El emisario del subdelegado validó con su presencia la votación a la


cual concurrieron todos los ciudadanos de este pueblo, y de los ocho de su
doctrina para el nombramiento de los electores para la votación de los
miembros del Ayuntamiento constitucional y “el nombramiento de los que
actualmente los componen”. Los cabildantes defendían la legitimidad de su
cuerpo argumentando que:

A pesar de estos hechos, que no dejaban vacilar sobre la legitimidad


de este cuerpo, todavía aquel subdelegado dudaba aun, ó no quería
que lo fuese; y después de la elección tuvo la pretensión de que fuese
el cabildo a Cholula á tomar posesión de sus empleos, como antes la
hacían las repúblicas de indios. Pero esta corporación resistió dar un
paso tan indecoroso á su representación; y exponiéndolo así al
antecesor de vuestra señoría, consiguió se hiciera entender á aquel
magistrado, que no debiera ayudar al ayuntamiento á prestar el
juramento fuera de su pueblo; y que el mismo, ó un comisionado
viniesen á recibirlo.67

Sucedió esto último y aunque con el artículo 337 de la Constitución


pudo este Ayuntamiento resistirlo y lograron tener representantes reales
para prestar juramento en su pueblo. Sin embargo, el enviado de las
autoridades era el escribano de Cholula don Gerónimo Hidalgo
(descendiente de un obrajero español del siglo XVII). Después de unos
sucesos tan conocidos en los que el subdelegado don Ygnacio María de
Salamanca había participado y testificado, los cabildantes reclamaban que
ese solo hecho significaba una autorización , en la que el subdelegado
actuó por medio de su comisionado para darle legitimidad a su
Ayuntamiento. Ahora, no podían comprender los miembros de ese
Ayuntamiento, que el mismo subdelegado desconociera su legitimidad al
informarle al juez que no eran Ayuntamiento constitucional alegando el
improbable argumento “de que estos pueblos no tiene el número de almas
que la constitución asigna para que puedan tener Ayuntamiento”. Se
quejaban los cabildantes del

modo indecoroso con que se trata todavía a los habitantes de unos


pueblos, que por su fidelidad nunca interrumpida; por la ciudadanía
de que todos gozan y por su numero considerable debían de ser

67
Idem.
vistos con mas atención por el Ayuntamiento y subdelegados de
Cholula.68

Con base en padrones, los oficiales del nuevo Ayuntamiento de


Santa Isabel respondieron al documento ñeque se acusaba a los pueblos
de esa jurisdicción de carecer de número de almas necesarias para erigir
su Ayuntamiento. De acuerdo con los cabildantes, aquel informe no tuvo en
cuenta

que este pueblo con los de su comarca componen el numero de


nueve conforme á una real provisión que en caso necesario
presentará este ayuntamiento que todos ellos tienen mas de tres mil
almas, como se demostrará si vuestra señoría lo estima por
necesario; y que conforme al artículo 310 de la constitución de 1812
no pede dejar de haber ayuntamientos en el pueblo que por sí, o con
su comarca llegue a mil almas.

Señalaron con ironía, que persuadían más la poca exactitud con que
procedió el subdelegado en su informe y el silencio que guardó durante las
elecciones constitucionales de su Ayuntamiento, así como el disimulo que
guardó por espacio de tres meses después de ellas. Se preguntaban por
qué si el subdelegado había sospechado que en su pueblo no se llegaba a
las 1,000 almas necesarias para erigir un Ayuntamiento, ni aún con los de
su comarca:

¿por qué no lo expuso así desde el principio?¿por qué á pesar de


esa noticia envió un comisionado para presidir las juntas?¿y por qué dejó
que esas nombrasen un ayuntamiento con alcaldes, regidores y síndicos?Si
allí no se iba a erigir un ayuntamiento, sino (se acudía) a la elección de la
república de yndios ¿Cómo permite que se proceda á una votación
arreglada á la constitución? Admira, señor intendente como este
subdelegado ha podido incurrir en tales inconsecuencias; que solo ha
podido ser efecto, del disgusto con que muchos empleados de esta clase,
han visto la elevación de los naturales de este país á la dignidad de
ciudadanos españoles con que los ha distinguido la nación.

Según los isabelinos, el envío de un comisionado a las juntas


electorales y su participación en el nombramiento de las autoridades
municipales, a más del hecho de haberse efectuado las elecciones
conforme a la nueva Constitución, eran circunstancias bastantes para
considerar legítimamente constituido a su Ayuntamiento. En este texto
resalta no sólo la crítica al subdelegado sino también la reflexión de los
cabildantes respecto al cambio de estatus político de los “indios” inmerso en

68
Cita textual de la expresión utilizada por los querellantes en AGN Ayuntamientos, vol.163. Para los
cabildantes, el recurso principal para legitimarse era que tenían el número de lamas suficientes y habían sido
elegidos por votación, gracias a la ciudadanía de que ya gozaban.
la lógica de los derechos del hombre y del ciudadano. Sin embargo, lo
interesante de su discurso es el planteamiento según el cual sitúa que “los
naturales fueron elevados a la dignidad de ciudadanos españoles”. Vuelvo
sobre el particular pues no es el énfasis en su consideración sobre la
ciudadanía, sino entre la sinonimia entre “ciudadanía” y ser “españoles” lo
que resalta en su discurso.

Resulta fundamental que el alegato principal en la defensa de la


ratificación de sus ayuntamientos , aparte de las críticas al subdelegado,
sea la legitimidad surgida de las elecciones, las leyes y la validación de sus
acciones políticas que las autoridades habían concedido con su presencia.
Veamos sus argumentos:

Pero sea de eso lo que fuere, este ayuntamiento á experimentado


semejante desgracia, sin motivo que pueda justificarla; porque estos
pueblos se hallan en el caso del artic. 310 de la constitución; por que
esa razón legitima sus elecciones; por que á estas se procedió con
orden del antecesor de vuestra señoría; y por que ellas nombraron
los individuos de que se compone este ayuntamiento. En esa virtud,
espera esta corporación de la justificación de vuestra señoría se
sirva declarar, que es ayuntamiento verdaderamente constitucional,
erigido legalmente; haciéndolo así entender al subdelegado de la
ciudad de Cholula…

Hasta aquí el discurso basado en la legitimidad era el escudo de


defensa a ultranza de sus corporaciones. Sin embargo, en el trasfondo del
conflicto se encontraba también la antigua pugna con la relación de
subordinación cabecera-sujeto, en la que los cabildantes demandaban al
Ayuntamiento de la cabecera del partido del Cholula que cesara su
insistencia de sujetarlos a su yugo. Solicitaban al Ayuntamiento
constitucional de San Pedro Cholula que:

el primero (el intendente) tenga este otro dato más de la legitimidad


de este cuerpo, y el segundo sobresea en sus pretensiones de
jurisdicción sobre estos pueblos. Y por que importa á las urgencias
del estado el pronto cumplimiento de quanto se previene en el bando
de la contribución directa este ayuntamiento espera que vuestra
señoría con la eficacia que es propia, se servirá hacer la declaración
que solicita con la mayor preferencia que el caso exige; y con ella
remitirá un ejemplar del citado bando á este ayuntamiento, que se
apresurará á darle el debido lleno.

Es importante señalar que el énfasis de los cabildantes de Santa


Isabel está dado en la resistencia a las pretensiones de jurisdicción del
Ayuntamiento de San Pedro. Aquello que indicábamos más arriba sobre la
antigua rivalidad cabecera-sujeto. Otro aspecto interesante a resaltar es la
presencia indígena entre los cabildantes de Santa Isabel, aunque también
es de notarse entre las firmas de sus miembros la poca variedad de sus
apellidos, que parece indicar el predominio de sólo un par de familias de
muy probable raigambre indígena de origen noble.

El Ayuntamiento de Santa Isabel Cholula comunicó que se constituyó


en enero y que a partir de marzo el de San Pedro le empezó a cuestionar
su legitimidad y que el subdelegado también estaba en su contra y rindió un
informe parcial. El 13 de abril de 1814 se desconocía (temporalmente) la
erección del Ayuntamiento de Santa Isabel y quedó nuevamente sujeto al
de San Pedro. El asesor determinó que quien debía decidir era el
intendente de la provincia y, por ello, le volvían a solicitar que resolviese a
favor de los de Santa Isabel.

Se certificó con todas las formalidades que en los nueve pueblos de


esa comarca habían como 700 familias, ascendiendo el número de almas a
2,832 sin contar en este número a los que habían nacido desde el mes de
enero de ese año ni a los vecinos de las haciendas de esta doctrina.

Es probable que durante los intentos de reinstauración del régimen


de repúblicas indias entre 1815 y 1819, se hayan originado nuevamente
conflictos entre los antiguos pueblos “cabeceras” de repúblicas y sus
antiguos sujetos. No encontramos rastros de que se haya presentado una
restitución real del dominio étnico de los indios. Para entonces ya se había
gestado un cambio para sustituir el pago del tributo por el de una
“contribución”.

La nueva legitimidad: ¿de los estamentos a las clases?

En los artículos 8, 12 y 109 de la constitución del Estado Libre y Soberano


de Puebla de 1825 se desconocen los elementos esenciales del antiguo
sistema estamental, nobleza, privilegios, corporaciones y esclavitud:

En el Estado (Puebla) no se reconoce título distintivo de nobleza, ni


se admite para lo sucesivo fundación de vinculaciones laicales de
sangre, ni de empleo o privilegios hereditarios, ni más méritos que
los talentos y las virtudes (pp. Constitución 1825, art. 12, pp. 109)
(…) Ninguna corporación, ni individuo puede ejercer aun
parcialmente más de un poder.69

La Constitución local sostenía las bases legales de la nueva


legitimidad en lo referente al nuevo orden social. Sin embargo, cabe
preguntarse si en la práctica la sociedad respetaba esa nueva normatividad
o si se presentaron luchas o confusiones entre aquella y la antigua
reglamentación que había regido la legitimidad durante el periodo colonial.

69
AGEP. Colección de leyes y decretos libro 1827. Constitución del Estado Libre y Soberano de Puebla,
1825, p.15, núm. 157, art
A ello debe agregarse el hecho de que para entonces la normatividad
colonial había creado costumbres arraigadas y por ello formó parte de la
lucha cotidiana de los pueblos indios durante el siglo XIX por recuperar
algunos derechos o exenciones. Una serie de eufemismo reemplazaron el
trato a los pueblos que continuaban existiendo a pesar de ya no contar con
una personalidad jurídica. Expresiones tales como “los llamados indios”, se
utilizaron para esquilmar los antiguos derechos de los pueblos y lograr un
provecho a la nueva burocracia y a las elites políticas y económicas
regionales.

Comentaremos un caso del aumento de cargas impositivas a


consecuencia del fin de los “privilegios” privativos a la calidad de “indio”. En
este documento se ventilaron las confusiones existente frente a los cobros
de derechos en procesos jurídicos en una disputa entre el aún llamado
“común de naturales” y los herederos del arrendador de un potrero
acaecido hacia 1831.

Cabe hacer notar que en los volúmenes de leyes y decretos del


estado de Puebla, como en la compilación realizada por Dublán y Lozano,
se observa una fuerte tendencia a la reutilización o puesta en vigor de
normativas de cobro de derechos que eran tomadas del periodo colonial,
algunas de hecho eran copiadas de la Recopilación de las Leyes Indias de
Solórzano Pereida. La reutilización de las leyes para las tasas de cobro de
impuestos fortaleció la confusión en las primeras décadas del periodo
nacional respecto a cómo cobrar las “costas” por los procesos legales a los
pueblos de naturales. El caso sentó un precedente en la Suprema Corte al
evaluar comparativamente la situación y dictaminar un modo de cobranza
sin excepción para los indios, de allí en adelante. El documento se intituló
“Sobre el modo en que se debía cobrar derechos en los juicios á los que se
llamaban naturales”70

Se certificó en el texto que la segunda sala de esta Suprema Corte


de Justicia había fallado el 18 de julio de 1831 que debían determinar las
costas de la testamentaria de Ángel María Ordoñez, en los autos seguidos
contra éste por el común del pueblo de Santa Ana zacatlamanco para que
les desocupase los potreros que le tenían arreglados. Al finalizar el proceso
y ser calculadas por el tasador general las “costas” (derechos), les reclamó
la parte de la testamentaria al pueblo de Santa Anita. Se celebró una junta
a la que asistieron los interesados y sus representantes. El abogado de la
comunidad solicitó que se respetaran los privilegios que conservaban y
particularmente se respetara el arancel de abogados “que sólo previenen se
cobren medios derechos de un español á las comunidades de yndios se
regulasen en el caso las que tocaría satisfacer al pueblo por triplicado los
del juez y duplicados los del escribano”. Excitado por esta solicitud del

70
AGN. Suprema Corte de Justicia, caja 4, exp. 71. tribunal Pleno. Sobre el modo con que se han de cobrar
derechos á los que se llamaban naturales. 18 de julio de 1831.
“ministro semanero”, el tasador contestó que: “según las ley vigente no se
conocía ya la calidad de yndios, que como quiera que es en sus
ayuntamientos pueden entrar a fungir las cargas consejiles los demás
vecinos aunque sean de los llamados “españoles”.71

Para el tasador toda la comunidad “de esta clase” pagaba derechos


triples a los letrados y por duplicado a los escribanos. Sostenía que no
había dudado en considerarlo así, principalmente cuando las
municipalidades “aunque se compusiesen de los llamados indios”, tenían
asignados fondos. El tasador argumentaba que la legislación anterior
asimilaba “al indio como miserable” pero en aquel caso “no debían
estimarse miserables” y ése era el motivo por el que “el antiguo arancel les
asignaba medios derechos”.

La segunda sala mandó hacer consulta respecto a la duda que había


motivado la graduación de derechos (triplicados) por parte del tasador en
contra de los intereses de los naturales de Zacatlamanco. Verificado así,
dispuso el mismo tribunal que se le considerara al fallo sobre
Zacatlamanco, como elemento de precedente para otros casos que en lo
sucesivo aparecieran. Para apoyar esta conclusión agregaba el fiscal que:

deben considerarse dos calidades en los aborígenes mexicanos; la


de indios ó simplemente naturales antiguos del país; y la de
personas miserables, cuya cualidad siempre se les presuponía.
Ambas influían en las determinaciones que sobre ellos se dictaban,
por la primera no podían, según la Recopilación de Indias, celebrar
ciertas ventas. Por la segunda, se les tenía toda la consideración que
requiere esa calidad y en ese momento había desaparecido la
primera sólo podía tomarse en consideración la segunda. Quitada la
distinción de orígenes por el sistema, los indios entraron en igualdad
de goces en los derechos de que antes estaban excluidos y entraron
a llevar las cargas que van anexas al goce de esos derechos. Que
todos los nacidos en el territorio de la república son mexicanos y
nada más y el ayuntamiento deberá pagar y las antiguas leyes que
contradicen el sistema deben ser consideradas derogadas.72

Estimaron que eran argumentos bastantes y las leyes nuevas sólidas


y suficientes, por lo que consideraron que no era necesario llevar el caso al
pleno, sino sólo a la comisión de aranceles, para que fungiera en los futuro
en los casos particulares como un precedente legal para impedir que las
municipales de indios reclamasen privilegios ya inexistentes.

71
Idem.
72
Idem.
El marco legal de los ayuntamientos después de 1821. La negociación
con la nueva legislación

El liberalismo decimonónico estableció en la Constitución local las bases de


la nueva legitimidad en lo referente al nuevo orden social y a las formas de
participación en las elecciones locales. Estas leyes locales eran más o
menos acordes con las nacionales. Sin embargo, diversas particularidades
locales empujaron al desarrollo de excepciones que terminaron siendo
regla. Los artículos 34, 38 y 39 de la Constitución del estado de Puebla
establecieron que se erigieran diputados propietarios por cada 50,000
almas, o por una fracción que pasara de la mitad de esta base se eligiera
un diputado propietario. Por otra parte, se ordenó el establecimiento de
juntas electorales primarias, secundarias y la general del estado en
aquellos pueblos con más de 500 almas.

La nueva Constitución establecía algunos criterios para considerar


los derechos civiles, para poder ser considerado elector o elegible a los
cargos de representación pública como alcalde, prefecto, subprefecto,
diputado, etcétera. Cabe resaltar que a pesar de todos los nuevos
“derechos ciudadanos otorgados a los indios”, las cualidades económico-
culturales que conjuntamente se exigían de los candidatos fueron llevando
a una mayor participación de mestizos y españoles en los ayuntamientos
constitucionales de los pueblos antiguamente gobernados por cabildos
indios. En el aspecto socio-económico esto significó una apertura a los
miembros de las elites locales, como los hacendados.

Veamos con detenimiento. El artículo 132 propuso que: “ El gobierno


municipal de los pueblos estará a cargo de los ayuntamientos elegidos por
ciudadanos vecinos y residentes en el distrito respectivo”. El 133, que
establecía las nuevas condiciones para establecer número y funciones de
los ayuntamientos, se dejó al libre albedrío local, pues sólo se mencionó
que “ su número, organización y atribuciones será objeto de una nueva ley”,
Sólo la función judicial del Ayuntamiento se precisó de forma dispersa en
los artículos referentes a los tribunales inferiores.

La condición de renovación de los ayuntamientos eran las


“elecciones populares”, y el artículo 145 ordenó que “en todos los pueblos
del estado (habrá), alcaldes elegidos popularmente a cuyo cargo esté la
administración de la justicia según disponga la ley”. Por su parte el artículo
146 dispuso que: “En los lugares en que por circunstancias de la población
convenga auxiliar a las autoridades encargadas de los ramos gubernativo y
judicial, se establecerán jueces de paz nombrados anualmente en los
ayuntamientos respectivos”. Destaca el artículo 148 que establecía que
entre las funciones de los alcaldes de las capitales de partido, estaría la de
ser jueces de primera instancia bajo la dirección de asesores titulados en
negocios civiles o criminales.
A pesar del establecimiento de la nueva normatividad, la situación
real de pueblos de indios no permitía, en muchos casos, la posibilidad de
elegir a “vecinos y/o residentes que contaran con 300 pesos de rentas
anuales por sus propios negocios…”, y que supieran leer o escribir, entre
otros de los requisitos, para que éstos pudieran ser elegidos a los oficios de
alcaldes, síndicos y otros.

Todavía en 1855 la Ley de Municipalidades sufrió algunas


precisiones a raíz de la gestión del gobierno de Puebla, entre las que se
consideró el estado de excepción para elegir o mantener ayuntamientos
donde no hubiera personas útiles para los oficios públicos.73 La
consideración de la equivalencia entre “ser indio” y “ser inútil” es notable. El
jefe político manifestó al Ministerio de Gobernación, que había muchas
dificultades en el partido de Cholula para el nombramiento de consejos
municipales, y propuso que se establecieran esas corporaciones solamente
en las cabeceras de los distritos. El asusto fue enviado al Ministerio de
Gobernación (sección Municipalidades), las autoridades subalternas de
Cholula exageraban sobre la escasez de personas aptas para ejercer las
funciones municipales. Tal vez porque se procuraba “excluir aviesamente a
familias enteras de la administración municipal y perpetuarlas en unas solas
manos”.

Por otra parte, los magistrados afirmaban que muchos cabildantes


creían sin fundamento que los nuevos consejos municipales tenían que
desempeñar funciones tan extensas y difíciles como las que estaban
encomendadas a los antiguos ayuntamientos de las cabeceras. Insistiendo
en que los consejos estaban organizados, en la ley de 17 de marzo último,
para determinar los gastos, al tiempo de dar curso al presupuesto anual y
fiscalizar el manejo del intendente.

La sección de Gobernación por su parte, consideraba que a cualquier


vecino, por ignorante que fuera, le bastaba el conocimiento de las
necesidades locales y el buen sentido para averiguar si las autorizaciones
comedidas en el presupuesto habían sido traspasadas o no por el
intendente. Y para la glosa de cuentas, se podía recurrir a alguien externo
al seno del consejo, en caso de que hubiese desconocimiento de esta
tarea, y una vez hecha la cuenta, el consejo lo ratificaría o enmendaría.

Se indica que entre las atribuciones de los consejos, está la de


expedir tarifas y reglamentos para la percepción de los arbitrios y rentas
municipales, que podrían causar algún problema, pero generalmente existe
una persona que se encarga de esta función, cuando son poblaciones
considerables y ricas y no en el caso de las pobres y pequeñas.

73
AGN. Ayuntamientos, vol. 50, exp. 87, fs. 217-222, 1855. Ministerio de Gobernación. Sección de
Municipalidades.
Con esta actitud de persistencia el 11 de julio de 1855 el subprefecto
de Cholula comunica al prefecto de Puebla, general de brigada don José
María Gozález, “que no hay individuos para proponer para intendentes, sus
suplentes e individuos para los consejos municipales”. Alude que la
carencia se debe a que:

reducida esta población con la suma emigración que ha tenido, á


solo indígenas trabajadores del campo con muy pocas excepciones
no se encuentran individuos que proponer: de los poquísimos que
hay están ocupados cuatro, en jueces locales y suplentes, uno en la
comisaría municipal: exceptuando tres con los encargos de
administrador de correos, tabacos y papel sellado por lo que
trabajando con empeño en hallar sujetos, solo encuentro doce
individuos que absolutamente llenan las condiciones de la ley.74

El prefecto indica que la población pasa de 4,000 almas y entre


ellos “no hay su solo útil según la ley”. Se referían las autoridades locales a
la emigración de los hispanomestizos y al hecho de que sólo había indios,
por considerar a estos últimos inútiles para ejercer cargos políticos. Con
base en el argumento de “sólo hay indígenas y pocos individuos que
proponer” piden que se declare a esta municipalidad en excepción y que
quedara “reducido el cargo a intendentes por no haber quienes
desempeñen el cargo de consejeros”.

A la consulta de este punto se dijo que la mayor parte de las


prefecturas estaban comunicando lo mismo y “sólo habrá cinco
municipalidades que pueden cumplir con estas prevenciones”. Y que
aunque la ley previene que en las municipalidades de indígenas donde no
se encuentren personas capacitadas no haya consejos, son pocas las
municipalidades que califican. El prefecto insistió en su petición de que sólo
se establecieran ayuntamientos en las cabeceras de distrito, con excepción
de la capital, en donde puede cubrirse el número designado por la ley.75 No
obstante la insistencia de las autoridades cholultecas, el Ministerio de
Gobernación se negó a autorizar la restricción y permitió con ello la
permanencia de los pocos cabildos alejados dentro de la municipalidad de
Cholula que todavía quedaban en manos de indios.

Del tributo a la contribución

El nuevo impuesto debía ser pagado por los mayores de 18 años, de


cualquier sexo, clase o edad en tres partes al año. ¿En qué ganaron los
indios con el cambio? Aparentemente en la proposición de que el pago se

74
Ibidem, fs. 220 a 221 vuelta.
75
AGN. Ayuntamientos, vol. 50, exp. 87, fs. 220-221, 14 de julio de 1855.
haría según su percepción o ganancias, lo cual se realizó muy poco en la
práctica.76

Por otra parte, de forma benévola el Estado poblano rompió con la


práctica de los pueblos indios en que la colección del tributo y otras cargas
habían sido privativas de los funcionarios menores de las repúblicas indias
(toplies y tequitlatos). Para realizar la ruptura en la práctica se creaba una
nueva burocracia adscrita a la antigua receptoría de alcabalas:

Artículo 8. Para que los ayuntamientos no se distraigan de las


atenciones importantes que les señala la ley , cesarán de recaudar
esta contribución, cuyo encargo tendrán en lo sucesivo los
administradores y receptores de alcabalas de la capital del Estado
y de las cabeceras de partido en los pueblos de su distrito, tanto las
fianzas correspondientes a juicios del gobernador.77

Asimismo, se estableció en el artículo 10 que la formación del padrón


de contribuyentes quedaba a cargo de los receptores de impuestos y el
único papel de los ayuntamientos se restringía al consejo de algún alcalde
que participaría como asesor del receptor en la conformación de la
matricula. Otra de las tareas de estos nuevos funcionarios se estipuló en el
artículo 16.

Concluido el cobro de la contribución en cada tercio, los receptores


sólo debían enviar copias de las matrículas contribuyentes a los
ayuntamientos y los fijarían para satisfacción del público. Desde entonces
los cobradores recibirían 20 por ciento de cada contribución cobrada
efectivamente como salario y aliciente para maximizar la recaudación
fiscal.

Desde la abolición de las repúblicas indias y la creación de


ayuntamientos constitucionales (1812 a 1824), especialmente con la
Independencia y la adopción del sistema republicano y federal, el
Ayuntamiento de San Pedro, cabecera del partido de Cholula, se
encontraba dominado por hispanomestizos. En el cabildo de aquella
antigua ciudad india sólo algunos de los descendientes de principales y
caciques aún con nombres nahuas, participaban todavía en su
Ayuntamiento constitucional. No obstante se observa que los miembros del
cabildo sin distinción de etnias militaron activamente en la defensa del
patrimonio territorial de la ciudad a partir del conflicto con el dueño de la
hacienda de Santa Teresa y del rancho de Cristo Vivo, por haber invadido
parte las calles del barrio de Jesús y del camino que comunicaba a la
ciudad de Cholula con Momoxpan. La actitud de exclusión y parcialidad, se

76
AAHCP, Colección de Leyes y decretos,12 de agosto de 1824, p. 259.
77
AAHCP, Colección de Leyes y decretos, 1824.
observó más bien en las autoridades que ahoran existían por encima de los
ayuntamientos, particularmente los jueces de paz y los jefes políticos.

Los arbitrios

La lucha por disminuir las atribuciones de gobierno e impartición de justicia


por parte del Estado federal hacia los munici´pios se tratará mediante el
examen de la normatividad local. Analizaremos las variaciones en las
luchas por resistir funciones a los ayuntamientos mediante documentación
archivística. A este respecto, parece importante recuperar una idea de
Annino donde se afirma: “durante todo el siglo XIX los gobiernos
consideraron que los municipios debían ser órganos administrativos y (por
el contrario) los pueblos los vieron como el principal instrumento para lograr
el autogobierno local, donde el Estado no tenía legitimidad de entrar ni con
sus hombres ni con sus leyes”.78 Desde nuestra perspectiva la pugna por
arrebatar funciones de gobierno, particularmente las de impartición de
justicia a los ayuntamientos de los pueblos indios, caracteriza las tensas
negociaciones políticas entre ayuntamientos, cabeceras y gobiernos
regionales.

En Puebla, diversas leyes y decretos, como el de 1833, tuvieron que


autorizar a los alcaldes para que atendieran asuntos de justicia en primera
instancia cuando no había juez en cierta cantidad de kilómetros que se
encargara de los procesos judiciales en sus primeras etapas; es decir,
recibir testimonios y aprehender criminales.

Artículo 7: Se autoriza a alcaldes de pueblos en que hubiese


ayuntamiento no siendo cabecera de partido a practicar las primeras
diligencias y recibir testimonios y denuncias en un plazo de 6 días.

Artículo 8: Se autoriza a los alcaldes de partido que estén a 6 horas


del juez de 1ª. Instancia a realizar aprehensiones.79

A pesar de las nuevas condiciones establecidas por las


constituciones nacionales (1821), y regionales (1825), el Congreso local
debió hacer un sinnúmero de excepciones para autorizar a individuos que
no tuvieran las calidades exigidas por la ley (renta de 300 pesos anuales en
sus propios negocios o saber leer y escribir), para ocupar los cargos de
alcaldes y síndicos de los ayuntamientos de pueblos indios.80

78
A. Annino, Historia de las elecciones…, 1995, p. 179.
79
AHGAP. Colección de leyes y decretos…, t. 6, 1833, p. 190.
80
AGEP, Colección de leyes y decretos del Estado de Puebla, t. 7, 23 de marzo de 1834.
Del mismo modo, los nuevos ayuntamientos se vieron obligados a
ceder al establecimiento de ciertos arbitrios locales para solventar
problemas de mantenimiento o creación de infraestructura de los pueblos.
Éste fue el caso de los dos reales tasados sobre cada carga de harina y la
pensión sobre expendios de aguardiente a partir de 1825.81

Durante la primera mitad del siglo XIX el equipamiento urbano, es decir, las
calles, las plazas, fuentes, mercados, iglesias, la cárcel, etcétera, se
encontraban a menudo en ruinas después de guerras e impuestos
federales forzosos que se exigieron para costear las guerras internas
ocurridas en los primeros 30 años de vida independiente. Es por ello que
durante la segunda mitad del siglo XIX el Congreso local debió autorizar a
los pueblos de manera mucho más importante y consistente la imposición
de diversos arbitrios para lograr el mantenimiento mínimo del equipamiento
urbano que se encontraba destruido.82

La argumentación que presentaron los miembros del Ayuntamiento


de Cholula ante Maximiliano resulta particularmente interesante, pues
aluden a la tradición oral sobre los caciques a quienes se concedieron
mercedes para la fundación de la ciudad. Enseguida los cabildantes
abundaron sobre la grandeza de los monumentos de la ciudad, para
después describir que muchos de ellos se habían destruidos por falta de
recursos para su mantenimiento. Por medio de esta larga relación, con
alusión histórica, pedían rebajas a los impuestos cobrados desde el Estado
central y arbitrios para solucionar sus necesidades locales. Todo ello, sobre
la base del estado de su caja municipal que puede observarse en el
siguiente cuadro.

81
AGEP, Colección de leyes y decretos del Estado de Puebla, Libro 1824-1827, decreto núm. 37, 5 de julio
de 1824.
82
AGN, Ayuntamientos, vol. 85, exp. 41, f. 305. Ministerio de Gobernación, 1865. El ayuntamiento de
Cholula propone arbitrios para cubrir los gastos de la construcción de una presa y otras obras. 23 de enero de
1865. (Al margen) Villalobos comunica que se aprueban los arbitrios nuevamente propuestos. 26 de enero de
1865 “Presupuesto extraordinario de los arbitrios que propone el ylustre ayuntamiento de Cholula, para
subvenir á los gastos que demandan, la construcción de la presa de Atzacualoya, reposición de un calabozo de
cárcel, fuente pública y otras, en que se incluye la capilla real.
Contribución municipal sobre el ganado de cerdo á doce y medio centavos cada uno de los ciento
cincuenta que se consumen mensualmente, importa al año, 222.00.
Contribución al ganado vacuno, á veinticinco centavos por cabeza, de las veinticinco que se
consumen cada mes, importa al año, 75.00.
Contribución sobre maguey á un centavo cada uno de los seis mil que se podrán consumir
anualmente en el distrito, 93.62.
Contribución al pulque fino de un centavo por arroba, de las doscientas que se consumirán
samanariamente importa al año, 97.00.
PRESUPUESTO DE LOS INGRESOS Y EGRESOS
QUE DEBE TENER LA TESORERÍA MUNICIPAL
DE CHOLULA, 1864

Ingresos Egresos

Por réditos de capitales Sueldo de preceptor de niños


impuestos sobre fincas 387.06 á razón de 25 pesos 480.00
urbanas mensuales y un ayudante
con 19
Por réditos de capitales 284.05 240.00
impuestos sobre fincas Yden del alcalde de las
rústicas 384..00 cárceles á razón de 20 pesos
inclusos los gastos de 144.00
Por pensión de harinas 68.00 utensilio.

Por iden de aguardiente de 30.00 Yden de la preceptora de


caña niñas a razón de 12 pesos 192.00
40.00 mensuales.
Por multas de portadores 180.00
30.00 Yden del secretario del y
Producto de multas (luste) ayuntamiento a razón
445.00 de 16 pesos mensuales. 120.00
Producto de encarcelaciones
160.00 Para gas ó manteca del
Producto del mercado alumbrado público. 216.00
480.00
Producto de diversiones Sueldo del guarda luz á
razón de 10 pesos 24.00
Por arrendamiento de aguas mensuales.

Sueldo de dos peones que 100.00


cuidan la agua a razón de 9
pesos mensuales cada uno.

Gastos del mozo del hospital 200.00


á razón de dos pesos
mensuales.
12.00
Gastos para funciones
nacionales y del santo patrón
de la ciudad. 30.00

Gatos de reposición de 12.00


cañerías subterráneas,
atarjeas y demás desagües,
u otras obras. 20.00

Reposición de faroles e 96.00


instrumentos de zapa.

Para pago de contribuciones


del 3 al millar sin contar con 144.25
las extraordinarias.

Gastos para paga de


2,308.11 carpinteros y herreros. 2,210.25

Alumbrado para el hospital


de sangre y otros
menesteres para este
establecimiento.

Por renta de locales de niños


y niñas.

Premio del tesorero a razón


de un 61/4 por ciento
inclusos seis pesos de papel
para las cuentas
municipales.

COMPARACIÓN
Importan los ingresos 2,308.11

Importan los egresos 2,210.25

Sobrante que resulta 0,097.86

Fuente: AGN, ayuntamiento, vol. 85, exp.2, f. 305. El Ayuntamiento de Cholula


propone recursos para cubrir el presupuesto de los gastos del municipio. Cholula
del Imperio, 1º.de diciembre de 1864, fs. 24 y 24 vuelta.

En primer lugar observamos que los arbitrios eran pocos y apenas


subsanaban las necedades inmediatas en pago al personal, educación, alumbrado
para el hospital y algunos servicios en cañería; no había sobrantes para mayores
trabajos. Envista de que la relación entre la recaudación y los egresos el sobrante
era menor a 100 pesos, el jefe político, a nombre del Ayuntamiento, solicitó
arbitrios para ampliar y sostener las nuevas necesidades, como el alumbrado con
lámparas de gas, la policía, empedrado de calles, panteón, escuelas e incluso
“una guardia civil”, pues aluden a una banda que asolaba la región encabezada
por “El gallo pitagórico”. A la luz de este estado de cuentas cualquier rezago en el
pago de los pocos derechos que percibían la municipalidad generaba una
incapacidad para el pago de las múltiples tareas de mantenimiento de la
infraestructura y de los servicios como maestros de escuela, alumbrado y
mercados. Por otra parte, se encuentra en el expediente un documento sin fecha
ni firma en que se afirma que “la prefectura de Puebla cree que no sea equitativo
aumentar los gravámenes que pesan sobre los indígenas, y que se ocasionarían
continuas desavenencias y graves disturbios que siempre se deben evitar”.
Finalmente, el emperador autorizó al arbitrio pero propuso al Ayuntamiento otro
menos gravoso que el solicitado83 para no afectar a los pueblos.

En conclusión, durante el último tercio del siglo XVIII las reformas


borbónicas descorporativizaron los bienes comunales de los pueblos obligándolos
a un ahorro forzoso. Sus bienes y dinero sobrante se utilizaron para préstamos,
donativos al rey, para la consolidación de vales, así como para financiar a los
terratenientes españoles, dándoles en arrendamiento en muchas ocasiones las
tierras pertenecientes a los bienes de comunidad de los pueblos. La influencia
liberal de las Cortes de Cádiz puso fin a la autogestión india. La supuesta
incapacidad de los indios para gobernar sus pueblos abrió paso a la participación
de mestizos y españoles hasta conducir al dominio de los ayuntamientos por los
no indios. Después de la Independencia, el discurso sobre la igualdad borró la
personalidad jurídica de los pueblos, los indios dejaron de existir por decreto para
convertirse en ciudadanos con muy pocos derechos. Los bienes de los pueblos,
en particular sus tierras comunales, fueron privatizándose a lo largo del siglo XIX,

83
AGN. Ayuntamientos, vol. 85, exp. 2, f. 305. El Ayuntamiento de Cholula propone recursos para cubrir el
presupuesto de los gastos del municipio. Cholula del Imperio, 1º.de diciembre de 1864.
conllevando a un proceso de pauperización de los pueblos indios y una sujeción a
los arbitrios concedidos por los congresos estatales.

El estado decimonónico disminuyó en la legislación las posibilidades de


ejercicio judicial y hacendario de los ayuntamientos, especialmente en los pueblos
indios. En este sentido los ayuntamientos constitucionales se fueron distanciando
de las antiguas repúblicas indias que concentraban un sinnúmero de funciones, de
justicia, de Hacienda y de autogobierno, aunque sujetas a la supervisión del
alcalde mayor y después del subdelegado. La restricción de numerosas funciones
y la pérdida de la capacidad de generación de recursos propios, el secuestro de
los bienes de comunidad y su administración central, así como los préstamos
forzosos que extrajeron de los bienes de comunidades, todo ello, imposibilitó a los
ayuntamientos el mantenimiento mínimo de la infraestructura urbana, cárceles,
mercados, plazas, iglesias y otros servicios.

Así, los ayuntamientos constitucionales estuvieron sujetos a la buena


voluntad de los congresos regionales o nacionales para el establecimiento de
arbitrios, sin bienes ni caudales de comunidad, supeditados a la buena voluntad
de los miembros de la comunidad para realizar trabajos o “tequios” para la
conservación de sus cascos urbanos. Del mismo modo estas corporaciones,
disminuidos sus recursos, estuvieron cada vez más sujetas al control externo, a
través de la dependencia del juez de paz, de jefes políticos y gobernadores.

Sin embargo, en el caso de Puebla, frente a la política de restricción de


funciones a los ayuntamientos se observan numerosas enmiendas, en las
colecciones de leyes y decretos del Estado, así como en la documentación de la
Suprema Corte de Justicia y Gobernación, que los congresos locales y los
gobernadores elaboraron de manera coyuntural. Ellas testimonian que las
autoridades se vieron obligadas a dar marcha atrás, en múltiples casos, en su
determinación por disminuir las funciones de los ayuntamientos debido a falta de
cuadros burocráticos para atender la impartición de justicia o la recolección de
impuestos.

Siglas de archivos consultados

AGEP Archivo General del Estado de Puebla. Colección de Leyes y Decretos


(Proclamas) del Estado Libre y Soberano de Puebla. Libros revisados desde 1824
hasta 1855.

AGN Archivo General de la Nación, México. Suprema Corte de Justicia y


Gobernación, Bienes de Comunidad, Epidemias, indios.

AHGMP Archivo Histórico Municipal de Puebla. Colección de Leyes y Decretos del


Estado Libre y Soberano de Puebla. Libros revisados desde 1824 hasta 1844.

APJP-FCh –Archivo del Poder Judicial de Puebla, Fondo Cholula.


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de San Nicolás de Hidalgo/Instituto de Investigaciones Históricas, México, pp. 333-
357.

Actividades de Aprendizaje:

1.Después de leer cuidadosamente el texto, indica cuáles son las principales


instituciones que aparecen en él .

2. Explica cómo se modifican con las diversas reglamentaciones y cuáles son sus
efectos en estas instituciones, particularmente en el Ayuntamiento ..
3.- Señala cómo se reflejan estos cambios en la producción y conservación de
documentos relativos a los asuntos de estas instituciones y cuáles son los posibles
problemas de su conservación.
1.2 Hidalgo, Morelos y Guerrero . La Fase Radical de la Independencia

A partir de 1808 inicia en todo el mundo hispánico una época de profundas


transformaciones. En España en este año inicia la revolución liberal, en la Nueva
España estos acontecimientos va a llevar a los criollos ilustrados a reforzar un
proceso conspirativo para lograr la independencia. Este proyecto será público la
noche del 15 de septiembre de 1810 con el levantamiento del cura del pueblo de
Dolores :Miguel Hidalgo y Costilla

Si bien en España las Cortes (especie de parlamento) fueron convocadas,


predominaba en el ambiente una gran inestabilidad política. Para los habitantes de
la Nueva España se abrían dos caminos: El abierto en España con las cortes que
darían nacimiento a la Constitución de Cádiz y al cual fueron convocados
diputados americanos y por otro lado, el inicio de un trayecto americano
independiente de la metrópoli. Los insurgentes, encabezados por Miguel Hidalgo y
Costilla e Ignacio Allende, optaron por el segundo camino.84.

Hidalgo, después del levantamiento del 15 de Septiembre en Dolores, y en virtud


de los éxitos militares contra el ejército realista, decidió nombrar a Ignacio López
Rayón como Ministro de Estado y de Despacho e iniciar la tarea legislativa. En un
breve lapso de tiempo, Hidalgo dictó medidas de gran trascendencia social y
económica tales como: la abolición de la esclavitud, el goce exclusivo de las
tierras de la comunidad por los indios, la extinción del tributo, del estanco de
pólvora y del papel sellado. Hidalgo, dejó pendiente esa labor debido a las
circunstancias cuando fue tomado preso en Norias de Baján. en marzo de 1811 85
.
El movimiento de Independencia encabezado por Hidalgo tuvo una duración
breve, sin embargo, era claro su objetivo de terminar con muchas instituciones
oprobiosas implantadas en la sociedad novohispana y constituir organismos que
representaran al pueblo, como lo demuestra en el Plan de Gobierno Americano en
donde llama a los novohispanos a establecer un Congreso:

“Establezcamos un Congreso que se componga de representantes de todas las


ciudades, villas y lugares de este reino, que teniendo por objeto principal mantener
nuestra santa religión, dicte leyes suaves, benéficas y acomodadas a las
circunstancias de cada pueblo. Ellos gobernarán con la dulzura de padres, nos
tratarán como a sus hermanos, desterrarán la pobreza moderando la devastación
del reino y la extracción de su dinero, fomentarán las artes, se avivará la industria,
haremos uso libre de las riquísimas producciones de nuestros feraces países y, a
la vuelta de pocos años, disfrutarán los habitantes de todas las delicias que el
soberano autor de la naturaleza ha derramado sobre este vasto continente.86

84
Historia Sumaria del Poder Legislativo en México, pag. 71
85
Ibid., pag. 73 y González, Ma. De Refugio (coord..) La formación del Estado Mexicano. Porúa, México,
1984., pag. 63-64
86
Villegas Moreno, Gloria. Historia sumaria del poder legislativo. Vo.I, T.1, Inst. de Investigaciones
Legislativas-Cámara de Diputados , México, 1997, pag. 103-104
Al mismo tiempo que avanzaba la lucha de los insurgentes en la Nueva España,
en España también avanzaban las ideas liberales. El 19 de marzo de 1812 se
promulgó la constitución de Cádiz la que -ante el avance de las ideas
independentistas de las colonias- otorgaba representación e igualdad a los
nacidos en América y establecía los gérmenes de los principios republicanos. Esta
constitución postulaba que la soberanía reside en la nación que ésta tiene el
derechos de establecer sus leyes fundamentales con el fin de obtener la felicidad y
el bienestar de los individuos que la componen. La Constitución de Cádiz planteó
un patrón de elección indirecta: por cada 70 mil almas se elegiría un diputado a las
cortes, las que serían el órgano primordial del nuevo régimen de gobierno. Planteó
la disolución de los tribunales especiales entre ellos a la Inquisición y la libertad de
prensa. Sin embargo, a pesar de sus avances, esta normatividad también
preservaba la autoridad del monarca al establecer que él era el ejecutor de las
leyes y también garantizaba el dominio de España sobre sus posesiones del
ultramar87

Promulgada en plena lucha por la independencia de las Colonias Americanas, la


Constitución de Cádiz, al ser puesta en práctica impulsó un cambio radical en la
vida de las instituciones metropolitanas y coloniales. Su aplicación en la Nueva
España implicó la desaparición de instituciones políticas y religiosas tan
importantes como la inquisición y el propio cargo de virrey que según planteaba
sería sustituido por un Jefe Político. Al mismo tiempo, por sus postulados, otras
instituciones sufren modificaciones como es el caso de los ayuntamientos y las
jefaturas políticas que son reforzadas, al tiempo que surgen nuevas instituciones
como son las diputaciones provinciales. Los postulados liberales de esta
constitución fueron tan importantes que incluso después de la independencia este
documento político influirá en las posteriores constituciones mexicanas hasta la de
1917. 88

Después de la derrota militar de los primeros insurgentes y la ejecución de


Hidalgo, Allende, Aldama y Jiménez en 1811, el también cura José Ma. Morelos y
Pavón asume la dirección de la insurgencia apoyado por Ignacio López Rayón. A
esta segunda etapa se sumarán se sumarán rancheros de influencia como los
hermanos Galeana, los Bravo y Vicente Guerrero y destacados intelectuales como
Cos, Verduzco, Quintana Roo y Bustamante. Morelos estructuró un verdadero
ejército y sentó las bases de una nación independiente regulada por instituciones
democráticas. Esta fue la etapa de mayor influencia insurgente en la Nueva
España89.

Morelos convoca a la integración de un Congreso el 24 de octubre de 1813 en


Chilpancingo da a conocer el texto “Los Sentimientos de la Nación” donde plantea

87
Ibid, pag.76
88
Ibid, pag. 77
89
De la Torre Villar, Ernesto. Historia Documental de México. T.II, UNAM, México, 1974, pag. 9
los principios que deberían de estar incluidos en la Constitución. Con el Congreso
de Chilpancingo, culmina la primera fase del trayecto Americano.

En Chilpancingo los insurgentes formulan el 24 de octubre de 1814 la Constitución


de Apatzingán, la primera que se dio en México. Esta constitución fue la versión
americana de los principios revolucionarios iniciados por las franceses. Sus
planteamientos centrales fueron: el poder soberano del pueblo, su ejercicio se
realiza a través de una asamblea de representación popular, se establece el
derecho del sufragio, la igualdad ante la ley, se postula que la ley es la expresión
de la voluntad general y es la norma racional de conducta en las relaciones
sociales, se establecen las 3 divisiones de poderes, los cuales no podrán
ejercerse por una sola persona ni por una sola corporación.90

Morelos muere en 1815, debilitando con ello el movimiento insurgente. No


obstante, continúan al mando de los ejércitos insurgentes Pedro Moreno, Vicente
Guerrero, Nicolás Bravo y Guadalupe Victoria en el Sur. En 1817 se incorpora a la
lucha Francisco Javier Mina, proveniente de España

Mientras importantes cambios políticos se desarrollaban en España, en la Nueva


España declinaba la fuerza insurgente con la caída de Hidalgo y Morelos, en la
población aumentaba la certeza de la necesidad de la independencia. Sin
embargo, no todos los grupos sociales perseguían los mismos objetivos: para los
insurgentes, la meta era la independencia absoluta de España y fundación de la
república, mientras que para los grupos criollos de élite si bien buscaban la
emancipación política de España, también favorecían la creación de una
monarquía constitucional91.

Como se observará, esta es una etapa muy dinámica en la esfera política,


económica y social. Muchas de las instituciones coloniales permanecen, se
modifican o desaparecen. Una de las más importantes instituciones sociales de la
colonia tiene que ver con el color de la piel de las personas. Se trataba de una
sociedad de estamentos, más que de clases sociales. Las personas eran
valoradas y tratadas en función del color de su piel y de sus rasgos físicos tal era
la sociedad de castas en donde existía una discriminación profunda hacia los no
blancos y en la que incluso los propios blancos descendientes de españoles, pero
nacidos en la Nueva España no tenían las mismas oportunidades que los
peninsulares. Uno de los principales objetivos de los insurgentes era terminar con
esta sociedad de castas.

En el ámbito económico las instituciones más importantes sufren cambios, aunque


no todas con la misma intensidad. Un caso es el del Consulado cuya importancia
fue disminuida por la propia España a partir de las reformas borbónicas. El
Consulado era una institución corporativa fundada en 1598 que agrupaba a los

90
Villegas, Gloria, op, cit. pag. 89
91
Ibid. Pag. 90
grandes comerciantes de la colonia y decidía todo lo relacionado con las flotillas
comerciales que se enviaban a la metrópoli o a las otras colonias españolas. Se
ocupaba de la redistribución de las mercancías llegadas de Europa o Filipinas, de
la defensa militar de los puertos y recaudaba los impuestos por las mercancías
que llegaban del exterior. Su poder era enorme, sin embargo, como en el caso de
la Inquisición, su control fue minado primero por las Reformas Borbónicas y en su
caso, fue necesaria la independencia política de la Nueva España para sustituir
esta institución92.

Pero no todas las instituciones económicas coloniales desaparecieron o se


debilitaron. Tenemos el caso de la hacienda, una institución económica y social de
origen colonial que no solo permanece sin grandes cambios durante la época de la
independencia, sino que es precisamente a lo largo del XIX e inicios del XX
cuando alcanzará su máximo esplendor. La hacienda ha permanecido en la
historia de México a lo largo de 400 años y ha condicionado el modo de vida de la
población rural desde 1530 hasta 193093.

De acuerdo a Hebert, Nickel94, a fines de la colonia la hacienda se había


convertido en la institución universal del dominio español y de la subordinación del
indígena, sería la principal unidad de producción basada en un sistema
autosuficiente y en el sistema de retención de la mano de obra conocido como el
peonaje por deudas. Todo ello será posible gracias al debilitamiento de las
comunidades indígenas95

También en la esfera de lo económico y en un campo tan importante como lo fue


la minería, eje estructurante de la economía de la Nueva España, tenemos un
proceso de debilitamiento institucional debido a la grave situación en que quedó la
explotación minera al fin de la guerra de Independencia. Sin embargo, por su
importancia, la legislación colonial (Ordenanzas Reales de 1783) continuó rigiendo
la explotación de las minas. Esta legislación creó a su vez las Diputaciones
Mineras, que era un cuerpo electo democráticamente destinado a resguardar los
intereses de los dueños de las minas. Esta reglamentación resultaba funcional y
solo fue sustituida hasta 1883 cuando se elaboró la Ley Nacional Minera, mientras
que el Tribunal de Minería al cual estaban subordinadas las diputaciones fue
suprimido en 1827 96

En otro rubro, cabe señalar que también instituciones de carácter social


sobrevivieron a la independencia sin grandes cambios, tal es el caso de los
hospitales que iniciaron su labor en 1521-1524 con la instalación del Hospital de
San Nicolás de Bari. Estas instituciones no eran muy numerosos pero las que

92
Vázquez, Josefina Zoraida, op. cit. pag.47-49
93
Se concibe a la hacienda como una institución que tiene el dominio de los recursos naturales ( tierra,
agua,bosque) de los recursos humanos y de los mercados regionales o locales para la venta de sus productos.
94
Nickel, Hebert J. Morfología social de la Hacienda mexicana. FCE, México, 1988, p.58
95
Ibid., pag. 85.
96
Staples, Anne.”Las diputaciones territoriales de minería” en Hernández Chávez Alicia y Miño Grijalva,
Manuel. 50 Años de Historia de México. V. 1, COLMEX, Méx, 1993 p.274-291.
existían originalmente estaban a cargo de la iglesia, solo eran para españoles y
eran atendidos por clérigos97. También continuaron su labor el Hospicio de
Pobres, creado en 1774 y el Monte de Piedad fundado en 1775.98

La Iglesia, una institución fundamental en la Colonia, logró sobrevivir con enorme


poder aún a pesar de los ataques de las Reformas Borbónicas y de la crisis
interna que significó el hecho de que numerosos representantes del bajo clero
apoyaran abierta o veladamente la causa insurgente. La iglesia fue durante siglos
beneficiaria del diezmo (10% de la producción agrícola), manejaba la educación,
los hospitales y el adoctrinamiento de los indios, además de que era dueña de
numerosas propiedades rurales y urbanas y era junto con los grandes
comerciantes la principal institución de crédito en la colonia99.

Lecturas

A continuación te presentamos dos de los primeros decretos de Miguel Hidalgo y


Costilla y uno de los más importantes documentos emitidos por José María
Morelos. En ellos se plantean importantes medidas económicas, políticas y
sociales.Léelos con detenimiento y analiza su contenido.

El ideario del gran caudillo militar y político quedó expresado en estos puntos que
llamó “sentimientos de la Nación”. La importancia de este documento es
incuestionable.

DECRETO DE HIDALGO ORDENANDO LA DEVOLUCIÓN DE LAS TIERRAS A


LOS PUEBLOS INDÍGENAS (1810)100

Don Miguel Hidalgo y Costilla, Generalísimo de América:

Por el presente mando a los jueces y justicias del distrito de esta capital, que
inmediatamente procedan a la recaudación de las rentas vencidas hasta el día,
por los arrendatarios de las tierras pertenecientes a las comunidades de los
naturales, para que enterándolas en la Caja Nacional se entreguen a los referidos
naturales las tierras para su cultivo, sin que para lo sucesivo puedan arrendarse,
pues es mi voluntad que su goce sea únicamente de los naturales en sus
respectivos pueblos.

97
Fajardo Ortiz, Guillermo. Del Hospital de Jesús a Institutos, Centros Médicos y Albergues. Historia de los
Hospitales de la Cd. de México, 1521-2003.Glaxos Smith Kline, México, 2003.
98
Connaughton, Brian I. Poder y legitimidad en México, en el S. XIX, UAM, Méx. 2004
99
Cardoso, Ciro. México en el Siglo XIX (1821-1910). Nueva Imagen, México, 1980, pag. 28-29
100
De la Torre Villar, Ernesto, op. cit. pag. 48
Dado en mi cuartel general de Guadalajara a 5 de diciembre de 1810
Miguel Hidalgo y Costilla, Generalísimo de América
Por mandato de Su Alteza
Lic. Ignacio Rayón, Secretario

DECRETO DE HIDALGO CONTRA LA ESCLAVITUD, LAS GABELAS Y EL


PAPEL SELLADO (1810)101

Don Miguel Hidalgo y Costilla, Generalísimo de América

Desde el feliz momento en que la valerosa nación americana tomó las armas para
sacudir el pesado yugo que por espacio de tres siglos la tenía oprimida, uno de
sus principales objetos fue exterminar tantas gabelas con que no podía adelantar
su fortuna; mas como en las críticas circunstancias del día no se pueden dictar las
providencias adecuadas a aquel fin, por la necesidad de reales que tiene el reino
para los costos de la guerra, se atiende por ahora a poner el remedio en lo mas
urgente por las declaraciones siguientes:

1. Que todos los dueños de esclavos deberán darles la libertad dentro del
término de diez días, so pena de muerte, la que se les aplicará por
trasgresión de este artículo.
2. Que cese para lo sucesivo la contribución de tributos, respecto de las
castas que lo pagaban y toda exacción que a los indios se les exija.
3. Que en todos los negocios judiciales, documentos, escrituras y actuaciones,
se haga uso de papel común quedando abolido el del sellado.
4. Que todo aquel que tenga instrucción en el beneficio de la pólvora, pueda
labrarla sin más obligación que la de preferir al gobierno en las ventas para
el uso de sus ejércitos, quedando igualmente libres todos los simples de
que se compone.

Y para que llegue a noticia de todos y tenga su debido cumplimiento, mando se


publique por bando en esta capital y demás villas y lugares conquistados,
remiténdose el competente número de ejemplares a los tribunales, jueces y demás
personas a quienes corresponda su cumplimiento y observancia.

Dado en la Cd. de Guadalajara, a 6 de Diciembre de 1810


Miguel Hidalgo y Costilla, Generalísimo e América
Por mandato e Su Alteza, Lic. Ignacio Rayón, Secretario.

BANDO DE ABOLICIÓN DE LAS CASTAS Y LA ESCLAVITUD ENTRE LOS


MEXICANOS102

101
Ibid, pag. 49
102
Ibid., pag. 55
El Bachiller Don José María Morelos Cura y Juez Eclesiástico de Carácuaro,
Teniente del Excelentísimo Sr. Don Miguel Hidalgo, Capitán General de la América
(1810)

Por el presente y a nombre de Su Excelencia hago público y notorio a todos los


moradores de esta América el establecimiento del nuevo gobierno por el cual a
excepción de los europeos todos los demás avisamos no se nombran en calidades
de indios, mulatos, ni castas, sino todos generalmente americanos. Nadie pagará
tributo, ni habrá esclavos en lo sucesivo, y todos los que los tengan, sus amos
serán castigados. No hay cajas de comunidad, y los indios percibirán las rentas de
sus tierras como suyas propias en lo que son las tierras. Todo americano que
deba cualquier cantidad a los europeos no está obligado a pagársela; pero si al
contrario debe el europeo, pagará con todo rigor lo que deba al americano.

Todo reo se podrá en libertad con apercibimiento de que el que delinquiere en el


mismo delito, o en otro cualquiera que desdiga a la honradez de un hombre será
castigado.

La pólvora no es contrabando, y podrá labrarla el que quiera. El estanco del


tabaco y alcabalas seguirá por ahora para sostener tropas y otras muchas gracias
que considera su excelencia y conceda para descanso de los americanos. Que las
plazas y empleos están entre nosotros, y no los pueden obtener los ultramarinos
aunque estén indultados.

Cuartel General del Aguacatillo, 17 de Noviembre de 1810.


José María Morelos.

SENTIMIENTOS DE LA NACIÓN, DE JOSÉ MARÍA MORELOS*


Sentimientos de la Nación o puntos dados por Morelos para la Constitución
[1813]

1°. Que la América es libre e independiente de España y de toda otra Nación,

gobierno o Monarquía, y que así se sancione, dando al mundo las razones.

2°. Que la Religión Católica sea la única, sin tolerancia de otra.


3°. Que todos los ministros se sustente de todos y solo los diezmos y primicias, y
el pueblo no tenga que pagar más obvenciones que las de su devoción y ofrenda.

*
Fuente: Primer centenario de la constitución de 1824. Obra conmemorativa publicada por la H. Cámara de
Senadores de los Estados Unidos Mexicanos. Dirigida por Pedro de Alva y Nicolás Rangel, México, Talleres
Gráficos Soria, 1924, pp. 48-50
4°. Que el dogma sea sostenido por la jerarquía de la Iglesia, que son el Papa, los
Obispos y los Curas, porque se debe arrancar toda planta que Dios no plantó:
ominis plantatis quam non Celestis Cradicabitur. Mat. Cap. XV.
5°. La Soberanía dimana inmediatamente del Pueblo, que sólo quiere depositarla
en sus representantes dividiendo los poderes de ella el Legislativo, Ejecutivo y
Judiciario, eligiendo las Provincias sus vocales y éstos a los demás, que deben ser
sujetos sabios y de probidad.
6°. (En todas las reproducciones, no existe el artículo de es número).
7°. Que funcionarán cuatro años los vocales, turnándose, saliendo los más
antiguos para que ocupen el lugar los nuevos electos.
8°. La dotación de los vocales, será una congrúa suficiente y no superflua, y no
pasará por ahora de ocho mil pesos.
9°. Que los empleos los obtengan sólo los americanos.
10°. Que no se admitan extranjeros, si no son artesanos capaces de instruir y
libres de toda sospecha.
11°. Que la patria no será del todo libre y nuestra, mientras no se reforme el
gobierno, abatiendo al tiránico, substituyendo al liberal y echando fuera de
nuestro suelo al enemigo español que tanto se ha declarado contra esta Nación.
12°. Que como la buena ley es superior a todo hombre, las que dicte nuestro
Congreso deben ser tales que obliguen a constancia y patriotismo, moderen la
opulencia y la indigencia, y de tal suerte que se aumente el jornal del pobre, que
mejore sus costumbres, aleje la ignorancia y la rapiña y el hurto.
13°. Que las leyes generales comprendan a todos, sin excepción de cuerpos
privilegiados, y que éstos sólo lo sean en cuanto al uso de su ministerio.
14°. Que para dictar una ley se discuta en el Congreso, y decida a pluralidad de
votos.
15°. Que la esclavitud se prescriba para siempre, y lo mismo la distinción de
castas, quedando todos iguales, y sólo se distinguirá a un americano de otros, el
vicio y la virtud.
16°. Que nuestros puertos se franqueen a las naciones extranjeras amigas, pero
que éstas no se internen al reino por más amigas que sean, y sólo haya puertos
señalados para el efecto, prohibiendo el desembarco de todos los demás
señalando el 10% u otra gabela a sus mercancías.
17°. Que a cada uno se le guarden las propiedades y respetos en su casa como
un asilo sagrado señalando penas a los infractores.
18°. Que en la nueva legislación no se admitirá la tortura.
19°. Que en la misma se establezca por la ley Constitucional la celebración del día
12 de diciembre en todos los pueblos. Dedicado a la patrona de nuestra libertad,
María Santísima de Guadalupe, encargando a todos los pueblos, la devoción
mensual.
20°. Que las tropas extranjeras o de otro reino no pisen nuestro suelo, y si fuera
en ayuda, no estarán donde la Suprema Junta.
21°. Que no haya expediciones fuera de los límites del reino, especialmente
ultramarinas, pero que no son de esta clase, propagar la fe a nuestros hermanos
de tierra dentro.
22°. Que se quite la infinidad de tributos, pechos e imposiciones que más agobian,
y se señale a un individuo un cinco por ciento en sus ganancias, u otra carga igual
ligera, que no oprima tanto, como la alcabala, el estanco, el tributo y otros, pues
con esta corta contribución, y la buena administración de los bienes confiscados al
enemigo, podrá llevarse el peso de la guerra y honorarios de empleados.
23°. Que igualmente se solemnice el día 16 de septiembre de todos los años,
como el día aniversario en que se levantó la voz de la independencia y nuestra
santa libertad comenzó, pues en ese día fue en el que se abrieron los labios de la
Nación para reclamar sus derechos y empuño la espada para ser oída,
recordando siempre el mérito del gran héroe el señor don Miguel Hidalgo y Costilla
y su compañero, don Ignacio Allende.

Chilpancingo, 14 de septiembre de 1813.


José María Morelos.
Actividades de Aprendizaje:

1. Ubica las instituciones contra las que están luchando los principales jefes
insurgentes
2. Ennumera las nuevas instituciones que se proponen crear.
1.3 Iturbide y la Consumación de la Independencia

El 24 de febrero de 1821 Agustín de Iturbide, tras 11 años de guerra y después de


concertar acuerdos con el grupo insurgente que dirigía Vicente Guerrero proclamó
en Iguala el Plan de Independencia de la América Septentrional. Las bases de
este plan eran: el mantenimiento de la religión católica, apostólica y romana,, “sin
tolerancias de otra alguna”, la independencia y un gobierno monárquico “templado
por una constitución análoga al país”. Más adelante, mediante los Tratados de
Córdova , Agustín de Iturbide y el virrey Juan O’donojú convertido en Jefe Político
de la Nueva. España modificaron el Plan en el punto relativo a quien ocuparía el
trono del Imperio Mexicano introduciendo la posibilidad de que si no hubiese un
monarca europeo, el Congreso decidiría quién podría ser emperador.103

Días después se instaló la Junta Provisional Gubernativa orientada a “resolver los


asuntos públicos” inaplazables y organizar el primer Congreso que nombraría una
Regencia que se encargaría del poder ejecutivo y convocaría a los diputados que
dictarían las leyes del nuevo Imperio mexicano104. Este es el primer ensayo de una
nación que se mantuvo bajo la tutela de España durante tres siglos y que luego de
una cruenta guerra de once años aspiraba a formar parte del conjunto de naciones
civilizadas.

En este proceso destaca el hecho de que tanto en el establecimiento de la Junta


Provisional, el de la regencia, así como la decisión de convocar al Congreso se
imitó el procedimiento que se había seguido en España para enfrentar la invasión
napoleónica de 1808, sin embargo, lo que marcó la diferencia en la naciente
nación mexicana fue la gran discusión en torno a la forma de convocar al
Congreso.

El Primer Congreso Mexicano inició sus sesiones el 24 de febrero de 1822 con el


mandato de que había que constituir el Imperio bajo el principio de la división de
poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial105, sin embargo, se esperaba una
representación de España para la Regencia y al saber que allá no fue tomado en
cuenta el Plan de Iguala y los Tratados de Córdoba, se determinó el retiro de la
representación americana.

Tres meses después de instalado el Primer Congreso Mexicano, un tumulto,


encabezado por el Regimiento de Celaya, proclamó Emperador a Iturbide el 18 de
mayo de 1822. Poco después, 67 diputados votaron por su proclamación
inmediata como emperador. Tres días después es ratificada la elección de Agustín
de Iturbide como Emperador mismo que es coronado en la Catedral y se convierte
en Iturbide I.

103
Villegas, Gloria, Historia Sumaria del poder Legislativo Serie 1, Vol. 1, Tomo 1. pag.92
104
op. cit. pag.99
105
op. cit. pag. 105
Sin embargo, a pesar de estos acontecimientos el Imperio Mexicano no tenía
demasiados seguidores y los afanes por terminar el imperio e instaurar la
República eran muchos. Solo un ejemplo: Servando Teresa de Mier, Carlos María
Bustamante y José Joaquín Herrera formaron parte de los 19 diputados que
fueron aprendidos, junto con militares y civiles acusados de querer proclamar la
república. Ante este hecho el Congreso se inconformó por el trato a sus diputados
y en respuesta Iturbide ordenó su disolución luego de 8 meses de vida.

Menos de un año duró la etapa monárquica mexicana la cual hizo crisis el 1º de


febrero de 1823 cuando Antonio López de Santa Anna proclama el Plan de Casa
Mata para promover la constitución de un nuevo Congreso. El 19 de marzo de
1823 abdica Agustín, días después se restablece el Congreso el cual designa al
Supremo Poder Ejecutivo constituido por un triunvirato formado por Pedro
Celestino Negrete, Nicolás Bravo y Guadalupe Victoria, los cuales entraron en
funciones dos días después106.

Como señalamos en la parte introductoria de la unidad, los iniciadores de la


revolución de independencia no fueron los mismos que la firmaron, sin embargo a
pesar de las evidentes diferencias los planteamientos de ambos grupos tenían dos
aspectos comunes: en primer término, la intención de constituir un gobierno de
acuerdo a los principios jurídicos racionalistas, es decir, al reconocimiento de los
derechos del hombre, soberanía nacional, gobierno representativo basado en
elecciones populares, división de poderes con clara supremacía del legislativo,
creación del derecho por parte del Estado, fe absoluta en la ley como factor único
de la felicidad popular, supremacía de la ley con exclusión de cualquier otra fuente
de derecho, codificación de éste y limitación previa y organización impersonal de
gobierno. Todo, dentro de un marco de un documento concebido como superior a
cualquier persona o institución: La Constitución como expresión sintética del
propio Estado107.

A pesar de las diferencias, estos principios quedaron plasmados tanto en la


Constitución de Apatzingán impulsada por Morelos como en 1921 con las Bases
Fundamentales del Imperio Mexicano promulgadas bajo Iturbide I.

Otro aspecto tenían en común ambos proyectos políticos propuestos entre 1810 y
1821: la intención de afirmar la identidad del nuevo Estado sobre símbolos locales,
estrictamente mexicanos los cuales se encontraban en la tradición prehispánica :
México, Imperio Mexicano y la adopción del águila sobre el nopal como escudo
nacional y el catolicismo popular retomando el culto a la Virgen de Guadalupe108

Una nueva búsqueda de instituciones acordes a sus necesidades inicia la nación


mexicana cuando después de abdicar, Iturbide sale voluntariamente hacia el
extranjero, mientras en el país se convoca al Segundo Congreso Constituyente el

106
op. cit. pag. 117
107
Del Arenal Fenochio, Jaime. La formación del Estado Mexicano, Porrúa, pag. 46..
108
op. cit. pag.47
cual se instala el 7 de noviembre de 1823. Tan relevante fue este acontecimiento
que en su honor fue compuesta una marcha de la cual citamos algunas de sus
estrofas :

De ti, ¡ó sabio Congreso! Esperamos


De la ley ese libro divino,
Que felice ha de hacer al destino
Y a la Patria por siempre triunfar

Todos antes la vida daremos


Que tú Sacra Deidad se atentare
Y al infame que aquesto intentare
Nuestro brazo sabrá exterminar.

Tres centurias de opresión tirana,


Y dos años de luto y espanto,
De pesares, de ruina y quebranto
No han podido al pueblo humillar
Tras los males la dicha ha venido,
Y un congreso tan sabio y prudente
Restaurando el derecho de gente
Se prepara la Patria a salvar.

Somos libres, somos ciudadanos,


Ni opresión ni cadenas queremos,
Y mil muertes antes sufriremos,
Que a un tirano doblar la cerviz
Tiemble el mundo y la Liga altanera
Que aunque España ya gime en prisiones
De los libres agenos blasones,
Es sufrir un tan fiero desliz

........109

Lecturas:

A continuación transcribimos el Plan de Veracruz con el cual entra en la escena


política mexicana el controvertido Antonio López de Santa Anna. En este
documento se expresa el rechazo al acto despótico de Iturbide de eliminar al
Congreso. En este documento se expresa claramente el concepto y la función del

109
Marcha nacional dedicada a la instalación del Soberano Congreso Constituyente Mexicano cantada en el
Coliseo la noche del 10 de noviembre de 1823. Tomada de Villegas, Gloria, op. cit. pag. 119-120
Congreso Constituyente como una institución fundamental en la nueva nación,
pero también se manifiesta la continuidad de otras instituciones de origen colonial:.

Plan de Veracruz de 6 de Diciembre de 1822

Art. 1º. La Religión católica apostólica y romana será la única del Estado, sin
tolerancia de otra ninguna.
Art.2º. La América del Septentrión, es absolutamente independiente de cualquier
otra Potencia, sea cual fuere.
Art. 3º. Es soberana de sí misma y el ejercicio de esta soberanía reside
únicamente en su representación nacional que es el Soberano Congreso
Mejicano.
Art.4º.Es libre, y, además, con su actual emancipación, se halla, al presente, en un
estado natural,
Art.5º. Como independiente y soberana y libre, y en un estado natural, tiene plena
facultad para constituirse conforme le parezca que más conveniente a su felicidad,
por medio del Soberano Congreso Constituyente.
Art.6º. A este toca única y exclusivamente, examinar el voto de las provincias, oír
a los sabios y escritores públicos y, en fin, después de un maduro examen,
declarar la forma de su Gobierno, fijar los primeros funcionarios públicos, y dictar
sus leyes fundamentales sin que persona alguna, sea de la graduación que fuese,
pueda hacerlo, pues la voluntad de un individuo o de muchos sin estar
legítimamente autorizados al electo por los pueblos, jamás podrá llamarse la voz
de la Nación.
Art. 7º. Lo mismo es que el Congreso Constituyente nada haya declarado, que
haberlo hecho con violencia y sin libertad.
Art. 8º. Según lo expuesto, es evidente que, habiendo D. Agustín de Iturbide
atropellado con escándalo al Congreso de su mismo seno, la mañana del 12 de
mayo de 1822, faltando con perfidia a sus solemnes juramentos, y prevalídose de
la intriga y de la fuerza, como es público y notorio, para hacerse proclamar
Emperador, sin consultar tampoco con el voto general de los pueblos, la tal
proclamación es a todas luces nula, de ningún valor ni efecto, y mucho más
cuando para aquel acto de tanto peso, del que iba a depender la suerte de la
América, no hubo Congreso por haber faltado la mayor parte de los diputados.
Art.9 Por tanto, no debe reconocerse como tal Emperador, no obedecerse de
manera alguna sus órdenes; antes bien, por tales atentados cometidos desde el
26 de agosto hasta el día, sobre todo la escandalosa, criminal y temeraria
disolución del Congreso Soberano, y los posteriores que seguirá cometiendo,
tendrá que responder a la Nación, la que a su tiempo le hará los grandes cargos
correspondientes con arreglo a las leyes, que también alcanzarán a los que se
mancomunaron con él para continuar ocupando los derechos de los pueblos, que
gimen bajo un yugo más duro que el del anterior inicuo Gobierno.
Art.10. El cumplimiento del antecedente artículo, lo reclama vigorosamente la
justicia universal el honor y la vindicta pública de la América del Septentrión,
altamente ofendida por un hombre que so color de liberarla, la ha ultrajado de
todos modos, sin que valga de alegato la pretendida inviolabilidad, por suponer
ésta la formal, solemne y libre declaratoria de la forma de Gobierno por el
Soberano Congreso Constituyente, y, además, también, la formal, solemne y libre
declaración de la persona a quien pudiera corresponderle, y, la última porque
siendo base adoptada provisionalmente, aunque dicho congreso hubiera
sancionado lo primero y segundo, podría haber derogado o restringido el artículo
de la Constitución Española que la concede.
Art. 11 Tampoco podrá servir de alegato el que dicha proclamación, se ha
vigorizado por los hechos posteriores, por ejemplo, con la expedición de órdenes
que hasta la fecha han corrido con el nombre del pretendido Emperador; porque la
circulación de éstas no dan el suficiente baño de legitimidad a unos actos
intrínsecamente nulos, inválidos e insuficientes, así como no da ni puede darlo la
larga posesión, o llamémosle en su verdadero significado, la larga usurpación de
los derechos de los pueblos.
Art.12 En los países libres sin Congreso, que es la reunión de todos o, por lo
menos, de la mayor parte de los ciudadanos diputados, precisamente nombrados
por las Provincias en la forma legal, no hay representación nacional, ni Cuerpo
Legislativo; y, sin ambos, ni Constitución, ni leyes, que obliguen a su cumplimiento
por falta de la verdadera fuente de donde deben emanar
Art.13. Con la disolución del Congreso, se haya la nación en una tal orfandad y sin
una primera autoridad legítimamente constituida: porque la que de hecho se haya
al frente tiene los substanciales vicios de invalidación, anunciados en los
anteriores artículos, que la vuelven del todo nula, y sin más leyes que la ambición,
el capricho y las pasiones; en consecuencia, nos hayamos en una perfecta
anarquía
Art. 14. Para evitar la continuación de los funestos resultados de ellas, será
nuestro deber principal reunir por cuantos medios están al alcance humano, a
todos los diputados, hasta formar el Soberano Congreso Mexicano, que es el
órgano de la verdadera voz de la Nación, y, sostenido, únicamente podrá
salvarnos del actual naufragio.
Art.15 Reunido ya el número suficiente de diputados, en el punto que elijan para
formar el Congreso, y estando en absoluta libertad, lo harán entender así a las
Provincias, a fin de inspirarles la confianza que no tienen en el día, en el actual
Gobierno. Asimismo, les harán entender los vicios y nulidades de las resoluciones
dictadas en México, las que no teniendo otro origen que la arbitrariedad o la
fuerza, no obliguen a su cumplimiento, quedando igualmente a su cargo dictar las
medidas, instrucciones y providencias oportunas para continuar la empresa, hasta
dar el último golpe que dé mano a la grande obra de nuestra regeneración política
que le está encomendada.
Art.16 Libre el Congreso, y puesto en el punto que señale, procederá a nombrar
una junta o regencia, compuesta del número de individuos que tenga a bien , en la
que depositará el Poder Ejecutivo y el que como tal reconocerán provisionalmente
las Provincias, autoridades y habitantes todos de esta América, hasta que se
declare la Constitución Permanente del Estado; delegando igualmente el Supremo
Poder Judicial, con arreglo a las circunstancias, pues debe quedar también con
separación.
Art.17. Para que el Congreso pueda dar principio a sancionar las primeras bases
de la Constitución Permanente del Estado, es necesario que, además de no
perder de vista lo indicado en el artículo 6º. Que lo haga el Congreso pleno. Así lo
exigen la justicia, la política y la tranquilidad de la América; porque dependiendo
indefectiblemente de estos principios y primeros pasos nada menos que el que
seamos felices para siempre, o para siempre desgraciados, deben darse con toda
aquella solemnidad, circunspección, juicio y previsión que demanda asunto de
tanta gravedad, evitando así aún la más ligera sombra de queja de las Provincias.

A este plan se le hicieron varias aclaraciones importantes y son las siguientes:

Primera. Se conservará la unión con todos los europeos y extranjeros radicados


en este suelo, que no se opongan a nuestro a nuestro sistema de verdadera
libertad.
Segunda. Son ciudadanos, todos, sin distinción, los nacidos en este suelo, los
españoles y extranjeros radicados en él, y los extranjeros que obtuviesen del
Congreso carta de ciudadano, según la ley.
Tercera. Los ciudadanos gozaran de sus respectivos derechos, conforme a
nuestra peculiar Constitución, fundada en los principios de igualdad, propiedad y
libertad, conforme a nuestras leyes, que los explicarán en su extensión;
respetándose sobre todo sus personas y propiedades, que son las que corren más
peligro en tiempos de convulsiones políticas.
Cuarta. El clero secular y regular, será conservado en todos sus fueros.
Quinta. Los extranjeros transeúntes, tendrán una generosa acogida en el
gobierno, protegiéndose en sus personas y propiedades.
El Congreso señalará los requisitos necesarios, para que puedan radicarse ene el
país.
Sexta. Los ramos del Estado quedarán sin variación alguna, y todos los
empleados políticos, civiles y militares, se conservarán en sus empleos y destinos,
menos los que se opongan al actual sistema, pues a éstos con conocimientos de
causa se les suspenderán hasta la resolución del Congreso.
Séptima. Se permitirá el libre y franco comercio y demás tráfico de intereses en lo
interior, sin que nadie sea molestado en sus giros y tránsitos.
Octava. Los empleos, grados y honores de cualquier clase que sean, que desde el
presente grito de la verdadera libertad de la Patria en lo adelante, diese Iturbide,
no serán reconocidos, sino es que la Nación quiera aprobarlos, porque ellos
seguramente no van a tener por objeto la utilidad común, sino la de comprometer
a los individuos, a quienes se les confieran, para aumentar así su facción, como
en otro tiempo lo hizo Novella.
Novena. En los casos civiles y criminales procederán los jueces con arreglo a la
Constitución española, leyes y decretos vigentes expedidos hasta la temeraria
extinción del Congreso, en todo aquello que no se oponga a la verdadera libertad
de la Patria.
Décima. En las de la conspiración contra la verdadera libertad de la Patria, se
asegurarán las personas, quedando a disposición del Soberano Congreso, para
que dicta a su tiempo la pena que deba aplicárseles, como a uno de los mayores
delitos.
Undécima. Se hace especial encargo a las autoridades políticas, civiles y militares,
que están a la mira con los emisarios y clase de individuos, que con sus
maquinaciones, intentan corromper la opinión sana de los pueblos, acerca de la
verdadera libertad, asegurándolos en tal caso; lo que verificado, procederán los
jueces a la plena averiguación; y si de ella resultaren reos de lesa nación, se
obrará contra ellos conforme a lo explicado en la antecedente declaración.
Duodécima. Por consiguiente, no se podrá a pretexto de diversidad de opiniones,
ni distinción de partidos, quitar la vida a persona alguna. La autoridad o juez, sea
cual fuere el que lo hiciere, será tenido como reo de frío asesinato, y juzgado así
por las leyes; no sirviendo de pretexto o excusa el que la ejecución se mande por
autoridad superior, pues la que diese la orden y la que la ejecutase, serán tenidos
como tales, si no expresamente en acción de guerra.
Décimatercia. Cuando con obstinación se desprecian los fundados clamores de
los pueblos, y se les despoja de su más sagrado derecho por medio de la fuerza,
no teniendo otro fruto de sus justas reclamaciones que redoblar los arbitrios del
opresor para continuar oprimiéndolos, y sin las más remota esperanza de remedio,
no les queda más recurso que repeler la fuerza con la fuerza. Este es el doloroso
caso en que nos hallamos.
Décimacuarta. En consecuencia, se creará un ejército libertador, y se compondrá
de los cuerpos ya formados que se adhieran al sistema de libertad verdadera.
Estas tropas observarán la más exacta disciplina, y se considerarán de línea.
Todos los jefes y oficiales se conservarán en los grados y empleos que tenga a la
fecha, con opción a los de escala y a los demás a que se hagan acreedores por
sus nuevos servicios; y respecto de los neutrales, el Congreso determinará de sus
grados y ascensos; pero los que se oponga con conocimiento de causa, se les
suspenderá de sus empleos hasta que el mismo resuelva sobre este punto.
Décimaquinta. Las compañías de milicias nacionales y los paisanos que entrasen
a servir en ellas, uniéndose al ejército, serán reputados como provinciales, y
gozarán el fuero militar con arreglo a la ordenanza, sin prejuicio de las
declaraciones favorables que después haga el Congreso respecto de estos
cuerpos, como de algunos de sus individuos en lo particular, según los méritos
que puedan adquirir.
Décimasexta. Se atenderá a los contraídos desde el grito de Iguala hasta la fecha,
sin olvidarse de los buenos servicios de la primera revolución; teniéndose por muy
especiales los que hagan ahora nuevamente para reintegrar a la nación en sus
derechos, que actualmente se hallan vulnerados.
Décima séptima. Para la provisión de empleos de todas clases, se atenderá sobre
todo, a los méritos, talentos y virtudes públicas de los sujetos a quienes se haya
de conferírseles, fijando el Congreso las reglas necesarias al efecto; pero mientras
se reúne, sólo podrán darse provisionalmente aquellos que sean de absoluta
necesidad o conocida conveniencia.
Décimaoctava. En el caso de que algunos jefes con el resto de sus tropas,
despreciando su honra, y haciéndose sordos e insensibles a los clamores de su
propia conciencia, y del suelo en que recibieron el ser, tratasen de batir y destruir
a sus propios hermanos, que sostiene a sus más caros derechos, será forzoso
(aunque muy sensible), usar de las armas y que la guerra decida lo que no pueden
alcanzar, ni la justicia, ni los vínculos más sagrados, ni el dulce amor a la patria, ni
aún la misma naturaleza, portándonos por nuestra parte con la mayor moderación
y guardando siempre los derechos de la guerra y de gentes, con la firme protesta,
ante Dios y los hombres, de que economizaremos hasta donde nos sea posible, la
más leve gota de sangre; sangre que lloraría eternamente la América
Septentrional.
Décimanona. Las tropas del Ejército Libertador, se sostendrán por los Ramos
conocidos por de Hacienda Pública, y cuando los buenos patriotas hicieran
espontáneamente algunos prestamos con tal objeto, serán satisfechos a su tiempo
por la Nación, con toda puntualidad. Nada se dice la Deuda Pública, por estar este
punto ya declarado por el Congreso.
Vigésima. Los intendentes, Tesoreros y Administradores de dichos ramos, sin
orden expresa y visto bueno del Jefe respectivo en cada Provincia, declarado por
el sistema de la libertad, no suministrarán cantidad alguna, y sí sólo podrán
hacerlo en el caso de urgencia extraordinaria, para el preciso socorro de nuestras
tropas, pero aún en este caso, se recogerán a la mayor brevedad el documento o
constancia prescrita, sin cuyo requisito no se les pasará en data.
Vigésimaprima. Se observarán las disposiciones publicadas por don Antonio
López de Santa Ana, en nuestro glorioso grito de libertad, el día 2 de este mes, las
que fueron consultadas por la excelentísima Diputación Provincial y son a la letra
como sigue:
Que se observen inviolablemente las tres garantías publicadas en Iguala, que
sostendrán las tropas regionales con el mayor empeño y eficacia, haciéndose reo
de lesa nación cualquiera que atente contra cada una de ellas. Otra, será
establecer un armisticio con el general de Ulua, por manera que entre este y aquel
punto no se rompan las hostilidades y se conserve una prudente y honrosa
armonía, según lo acuerde con aquel Jefe la Comisión Municipal; tratándose
desde luego, de que, con anuencia del alto Gobierno se nombre también dos
comisionados que han de pasar a España a combinar su entrega y los tratados de
comercio recíprocos que hayan de establecerse con ventaja de ambos
hemisferios.
Por último, se restablecerá interna e inmediatamente la libertad de giro marítimo
de la Península, para la franca importación de efectos y la extracción de frutos y
caudales, sin más derecho que los que designa el Arancel sancionado por las
Cortes mexicanas, e igualmente particular de cada individuo, para entrar y salir sin
obstáculo con todos sus bienes, sean de la clase que fueren.
Vigésimasegunda. Por último, todo lo que proviene en el presente Plan, ha de
entenderse sin perjuicio de las altas facultades del Soberano Congreso, el que, ya
reconocido y libre, podrá hacer las variaciones convenientes, según lo pida la
naturaleza de los asuntos que en él se refieren, pues estamos muy lejos de imitar
la arbitrariedad y la conducta de aquellos que se han querido arrogar lo que sólo
es privativo a la soberanía nacional.
¡Viva la Nación! ¡Viva el Soberano Congreso libre! ¡Viva la verdadera libertad de
la patria! ¡sin admitir ni reconocer jamás las órdenes de don Agustín de Iturbide! –
Veracruz, 6 de diciembre de 1822, segundo de la independencia y primero de la
libertad.- Antonio López de Santa Anna, Guadalupe Victoria, Mariano Barbabosa,
secretario.
Actividades de Aprendizaje

Después de haber leído cuidadosamente el texto anterior podrás responder las


siguientes preguntas:

1. ¿Cuál es la concepción y las funciones que los liberales encabezados por Santa
Anna atribuyen al Congreso Constituyente?
2.- En el texto se hace mención de varias instituciones políticas y sociales, de ellas
podrías señalar ¿cuáles son innovadoras y cuáles muestran continuidad debido a
su origen colonial?
3.- Cuál es la posición de Santa Anna y sus seguidores respecto al clero regular y
secular?.
4.- El ejército será en lo adelante un elemento de control fundamental para Santa
Anna. Cuáles son las modificaciones que se proponen en este plan?
UNIDAD II
LA REFORMA Y LA REPÚBLICA RESTAURADA

Introducción

México nace a la vida independiente con gran entusiasmo de la población, sin


embargo, los 33 primeros años de la nación son de una gran inestabilidad política.
Este periodo se conoce como el de la anarquía debido a que se suceden diversos
choques entre los representantes de las diferentes fuerzas políticas que proponen
diferentes proyectos de organización económica, política y organización territorial.
En este agitado periodo subyace una gran depresión económica agravada por los
efectos de la Guerra de Independencia, lo cual impidió la recuperación financiera
del nuevo estado. En lo político los ensayos proliferaron: rigieron al país cuatro
constituciones, dos repúblicas centrales y dos federales, se generó la dictadura de
Antonio López de Santa Anna y fueron fusilados dos titulares del poder ejecutivo :
Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero.

En este lapso de tiempo se manifiestan numerosos antagonismos : centralistas


contra federalistas, liberales contra conservadores, simpatizantes de España
contra simpatizantes de Estados Unidos, entre otros. Se registran eventos tan
traumáticos para la memoria nacional como la pérdida de más de la mitad del
territorio nacional, las leyes de Reforma, la Intervención Francesa y la República
Restaurada . Todos estos procesos tuvieron un impacto en mayor o menor medida
en la historia de las instituciones. Se trata de momentos de crisis económica y
política que tienen efectos negativos pero que también abren nuevos cauces.
Mientras unas fuerzas tendieron a restaurar el viejo orden heredado de la colonia,
otras se dedicaron a generar procesos de cambio. En esta lucha interna se fue
definiendo el perfil del futuro Estado mexicano

En el periodo que abordaremos se entrecruzan procesos que marcan el fin de la


sociedad corporativa heredada del mundo colonial español y las transformaciones
que desembocaron en el Estado Liberal 110

En este capítulo reseñaremos los eventos más significativos relacionados con la


historia de las instituciones, para ello estudiaremos los siguientes temas:

1. Santa Anna. Federalistas y Centralistas (1824-19 )

2. La Segunda República Federal y la Pérdida de Texas

3. Leyes de Reforma e Intervención Francesa

4. La República Restaurada

110
Mayagoitia, Alejandro. Apuntes sobre las Bases orgánicas, en Galeana, Patricia. México y sus
Constituciones. FCE, México, 2003, pag. 150
2.1 Federalistas y Centralistas. Antonio López de Santa Anna

La Constitución de 1824, la primera de la nación mexicana constituyó un


documento político que reconoció el poder de los grupos regionales al conceder la
autonomía política de las regiones que integraban el país en un Estado Federal .
Este documento también reconoció los fueros de las altas jerarquías eclesiásticas
y del ejército. El clero conservaría sus bienes materiales, el cobro de los diezmos y
su poder ideológico y cultural de las masas y el ejército sus propios
procedimientos e instancias jurídicas.

Por las diversas leyes que la obligaban a repartir sus ingresos entre los estados, la
República Federal nació con una gran debilidad financiera. Este rasgo sería una
constante en la vida política a lo largo de todo el siglo XIX111, lo cual obligaría a los
diversos gobiernos a contraer deuda con otros países.

Entre 1824 y 1829 la naciente vida política nacional se polarizó en torno a las
disputas entre federalistas y centralistas. Los grupos de poder lucharon por sus
intereses y la intervención militar fue una forma de conquistar el poder. Al mismo
tiempo, fue en este contexto cuando se manifiestan las primeras formas de
agrupamiento político, las cuales pueden ser consideradas como embriones de los
modernos partidos políticos: las logias masónicas. 112

Las logias eran organizaciones que no tenían fines caritativos ni filantrópicos, eran
un foro y lugar de reunión de las personas que sostenían creencias políticas
comunes o pretendían satisfacer ambiciones políticas que creían serían
favorecidas por su filiación a esta sociedad. Tenían carácter secreto y
clandestino113.

Estas agrupaciones inicialmente se pronunciaron en la vida política nacional en


torno al papel que el gobierno debía desempeñaren la vida nacional Los
partidarios del rito yorkino, instalado en México en septiembre de 1825, eran
partidarios de la república federal y de la autonomía de las provincias, eran
proclives a que los estados fueran libres y soberanos y pudiesen desarrollarse
con sus recursos locales de acuerdo a sus necesidades. Los simpatizantes de
esta logia eran simpatizantes de los EU. Por su parte los agrupados en logias del
rito escocés, surgido en México en 1813 114 deseaban que el gobierno jugara un
papel más centralizador de la vida en los estados y no solo regulador, sino que
fuera el motor impulsor del desarrollo115. En estas logias se agrupaban los
comerciantes de México y Veracruz que defendían la República centralista .

111
Ciro Cardoso, México en el siglo XIX pag. 68
112
Costeloe, Michel P. La primera república federal de México. (1824-1835) FCE., México, 1983. pag.12
113
Ibid.,pag.49
114
Ibid.,
115
Ibid., pag. 19
La lucha entre los partidarios de una posición y otra fue intensa. Es a raíz de la
contienda presidencial entre Vicente Guerrero y Manuel Gómez Pedraza cuando
se sucede el derrumbe del gobierno constitucional en 1828 con el levantamiento
en armas de Antonio López de Santa Anna y poco después Vicente Guerrero
asume el poder presidencial el 1 de Abril de 1829 116

En esta intensa lucha política al interior de la vida nacional además de las


nacientes agrupaciones políticas destaca un hecho importante para la posteridad.
El papel del gobierno de Anastasio Bustamante con su ministro Lucas Alamán fue
destacan porque intentó dar el salto hacia la recuperación económica con la
creación del llamado Banco de Avío que funcionó como captador y asignador de
capital destinado a estimular la producción industrial -en particular de telas de
algodón, lana y lino-, convirtiéndose en un antecedente importante para la
industrialización del país.117

Durante estos años también se registra la lucha de las corporaciones, en particular


de la iglesia y los militares por conservar sus privilegios. Un primer intento por
legislar en este sentido lo hizo Valentín Gómez Farías a través de la legislación
que se oponía a la coacción civil para el pago del diezmo y el cumplimiento de los
votos religiosos y desplazaban a la institución del control de la educación118

La organización federal es substituida por una República Central se establece el


23 de octubre de 1835 cuando se promulgaron las llamadas Bases
Constitucionales Provisionales. Esta organización centralista duraría hasta 1846.
Estas bases introdujeron importantes cambios ya que convertían a los estados en
departamentos con un gobernador elegido por el Ejecutivo Nacional de quien
dependerían y era auxiliado por Juntas Departamentales de solo siete miembros
elegidos. La organización central de la república se estableció a partir de 7 Leyes
Constitucionales que respondían al temor de que Zacatecas, Coahuila y Texas
provocaran la fragmentación de la nación. Los congresistas además del poder
ejecutivo, legislativo y judicial instituyeron el cuarto poder: el Supremo Poder
Conservador, destinado a impedir los abusos de los otros tres. Las siete leyes,-
como también se conocen las Bases Constitucionales-, eliminaron las atribuciones
gubernamentales del poder legislativo. Se agregó un consejo de gobierno de 13
miembros a perpetuidad, se eliminó la vicepresidencia y se aumentó a 8 años el
periodo de gobierno. De igual forma se fortaleció la Suprema Corte de Justicia al
permitir su intervención en los negocios civiles de los militares.

Estas leyes limitaron la representación popular con un voto censitario que fijaba
diversas cantidades de renta mínima para ser elector y elegido, planteó la
reducción de los ayuntamientos a los lugares donde existían en 1808 y a pueblos

116
Costeloe, op. cit. pag.217
117
Ibid, pag. 75
118
Zoraida Vázquez, Josefina op.cit. pag 17-18
de más de 8 mil almas y en puertos de 4000 personas . El gobierno nacional
quedaba a cargo total de la hacienda nacional.119

Esta reorganización administrativa no logró integrar a Yucatán y las Californias las


que se mantuvieron separadas. En el terreno internacional la situación se
complicaba: Texas se acercaba más a los Estados Unidos y en 1838 cuando
Bustamante fuera favorecido por los electores, se declaró Francia en guerra contra
el país.

Los años cuarentas del siglo XIX también se caracterizan por la lucha por el poder
en donde una de las figuras centrales sigue siendo Santa Anna.120. En 1841 Gran
Bretaña reconoce la independencia de Texas ese año el ejército proclamó las
Bases de Tacubaya que suspendían el orden constitucional y autorizaban al jefe
del ejército a nombrar una junta de representantes de los departamentos para
elegir un presidente provisional, investido de facultades extraordinarias, en tanto
un congreso constituyente reorganizaba a la nación.

En 1843 se generó una nueva constitución política centralista promovida por los
militares y se llamó Bases Orgánicas de la República Mexicana. Esta constitución
destaca por el enorme poder que concede al poder ejecutivo quien en su dictadura
solo contará con la ayuda de 4 ministerios: El de Relaciones Exteriores,
Gobernación y Policía; el de Justicia, Negocios Eclesiásticos, Instrucción Pública e
Industria, el de Hacienda y el de Guerra y Marina121

La dictadura de Santa Anna fracasó. La constitución de 1843 prácticamente no


logró aplicarse por las tensiones internacionales y por el hecho de que las
corporaciones que favorecía la constitución correspondían a una realidad ya
superada. 122 en 1845 el Congreso de los Estados Unidos aprueban la anexión de
Texas.

Lectura:

A continuación te presento una lectura acerca de el Banco de Avío. Esta


institución fue una importante contribución en este agitado periodo. Con un ánimo
constructivo e independientemente de sus resultados inmediatos, esta institución
veía en la industrialización del país una alternativa de salida hacia el futuro.

119
Zoraida Vázquez, Josefina. Op. cit. pag-19-20
120
Galeana, Patricia. México y sus constituciones.FCE, México, 2003,pag.134
121
Ibid., pag.162
122
Ibid., pag.187
LA FUNDACIÓN DEL BANCO DE AVIO

Robert POTASH

LA EXTRAORDINARIA FORTUNA política que colocó al general Anastasio


Bustamante en el poder, en enero de 1830, acarreó un significativo cambio de
orientación en la política industrial del gobierno. Al general Guerrero le había
interesado más proteger de la competencia extranjera a las industrias artesanas
de México que mejorar sus anticuadas técnicas. Pero la nueva administración se
dedicó principalmente a impulsar el progreso tecnológico, de manera especial por
medio de la introducción de los métodos modernos de manufacturas en las
fábricas. Así, mientras la anterior administración había buscado sus fines
exclusivamente a través de las tarifas arancelarias, la siguiente pronto se empeñó
en un ambicioso programa de apoyar con los fondos públicos las primeras etapas
de la rehabilitación industrial.

La idea de dedicar fondos a tal fin no fue ciertamente original del gobierno
de Bustamante. Había sido propuesta más de una vez en la década anterior.i En
realidad, sólo un año antes, durante los debates de adopción de la ley prohibitiva,
Lorenzo de Zavala, entonces ministro de Hacienda, había sugerido a los artesanos
defensores de la ley que, “en lugar de eliminar las aduanas…, (pidieran) al
gobierno una parte de los impuestos para ayudarlos en el establecimiento de sus
manufacturas”.ii

Por entonces esta proposición fue desechada, pero la afirmación de Zavala


sobre los efectos fiscales potencialmente dañosos de la medida prohibitiva fue
heredada por sus sucesores en la Secretaría de Hacienda. En caso de ponerse en
práctica el decreto sobre textiles extranjeros adopta el 22 de mayo de 1829, esto
sólo podía significar una severa disminución de los ingresos públicos. La ley no se
había cumplido durante el año de su promulgación, pero el 1º. de enero de 1830
sus disposiciones entraron en vigor. A menos de que se tomaran otras medidas, la
nueva administración perdería cerca de un millón de pesos de sus ingresos
anuales. Tal pérdida debe de haber sido muy penosa en vista de los fondos
extraordinarios requeridos por el gobierno para pacificar al país y para hacer frente
a la terrible crisis que ahora surgía en Texas.

No es de sorprender, por lo tanto, que la primera sugestión de una nueva


política para tratar el problema industrial y al mismo tiempo socorrer a la
Tesorería, haya venido de la Secretaría de Hacienda. Su autor fue Ildefonso
Maniau, empleado de base de ese ministerio y jefe del departamento de Cuenta yiii
Razón. Capacitado desde 1825 con la preparación de las balanzas de comercio
de cada año, Maniau había estado en buena posición para observar la importancia
que los artículos de algodón representaban en el cuadro total de los ingresos.iv En
realidad, en la balanza comercial que preparó en septiembre de 1829, había
advertido las serias consecuencias que resultarían de la exclusión de las
manufacturas de algodón.v
Un mes después de que Bustamante tomó el poder, Maniau presentó un
informe especial dedicado a analizar los problemas de las necesidades
industriales y de la política arancelaria. Después de indicar que el poner en vigor la
ley prohibitiva significaría para la Tesorería un pérdida de cerca de un millón de
pesos, Maniau señaló los verdaderos supuestos en que debía basarse dicha ley.
La decadencia de las manufacturas domésticas, observa, es resultado, no sólo de
la competencia de artículos extranjeros, sino también de la serie de hechos que
han ocasionado la disminución de capital dentro del país. El decreto de
consolidación de 1804, las guerras napoleónicas y los once años de lucha por la
Independencia, todo esto ha contribuido a la destrucción o disminución del capital.
Por lo tanto, el derecho arancelario sobre artículos extranjeros baratos no puede,
por sí solo, fomentar la deseada expansión de la industria, pues los artesanos
carecen de fondos y, evidentemente, los capitalistas no se interesan en la
manufactura textil.

Pero, aun suponiendo el aprovechamiento del capital, sigue diciendo


Maniau, la ley no fomentaría eficazmente las industrias artesanas. El alto costo y
la mala calidad de los productos nacionales a los consumidores a preferir la
calidad superior de los artículos extranjeros que todavía podían entrar legalmente,
y aun a recibir con buenos ojos las mercancías que entraron de contrabando. La
única ocasión en que las prohibiciones podrían ser útiles, afirma, es cuando exista
una prohibición de facto, es decir, cuando el producto nacional es capaz de
competir con el importado.

Entonces, ¿cómo podrían desarrollarse las industrias nacionales? Aquí


estaba el plan de Maniau. Para mejorar las manufacturas de México, así como
para hacerlas competidoras de las importadas, era indispensable que el Estado
ayudara a los artesanos mexicanos con capital, con maquinaria moderna y con
enseñanza técnica. Para satisfacer el costo de tal programa y al mismo tiempo
resarcir a la Tesorería de las pérdidas en sus ingresos podía causar la reciente ley
prohibitiva, Maniau recomendaba la abrogación de esta ley en cuanto se refiera a
la importación de textiles de baja calidad, y en lugar de eso la adopción de un
impuesto especial de 10% sobre esos mismos artículos. Los ingresos del 40% ad
valorem, se dedicarían exclusivamente al fomento de la industria.vi

El informe que contenía las proposiciones de Maniau se transmitió a la


Cámara de Diputados el 23 de febrero, con el decidido apoyo del ministro de
Hacienda, Rafael Manguito.vii Pero al mismo tiempo prominente miembro del
gabinete estaba exponiendo sus puntos de vista sobre los problemas industriales.

Lucas Alamán, de nuevo ministro de Relaciones, fue la figura sobresaliente,


el “alma inspiradora” del gobierno de Bustamante.viii No hay exageración en
afirmar que cuando el jefe del Ejecutivo hablaba, eran las palabras de Alamán lo
que se escuchaba. Como formulador de la política de esa administración, las
opiniones económicas de Alamán, especialmente su actuar sobre el lugar propio
de la manufactura en la economía y sobre el papel que el gobierno debería
desempeñar en el fomento del desarrollo económico, llegaron a ser un asunto de
importancia vital.

Lo que primero llama la atención de la filosofía económica de Alamán es


que no fue estática. Sobre esto se han hecho gran número de generalizaciones
insostenibles. Durante su primer ministerio 1823-25), Alamán había defendido el
punto de vista de que la prosperidad nacional dependía directamente de la
actividad minera.ix Su entusiasmo de entonces por resucitar la industria minera ha
llevado a un reciente biógrafo suyo a afirma que actuó así porque “todavía creía
en la vieja concepción mercantilista que hacía del dinero la riqueza de las
naciones”.x Nada más lejos de la verdad. Aún después Alamán expresó su
inconformidad ante la exportación de metales preciosos, esto no fue porque
creyera que esos metales se identificaban con la riqueza: era más bien su
inquietud ante la escasez del medio circulante. Además, por ese tiempo, cuando
activamente impulsaba las inversiones extranjeras en la industria minera, apenas
le preocupaba la idea de que la creciente producción de plata se conservara en el
país. Su actitud de entonces fue descrita con más exactitud por un escritor
coetáneo que por su moderno biógrafo:

En resumen, los metales preciosos en México deben considerarse bajo el


mismo criterio que los grandes productos comerciales de otros países…Desde
este punto de vista lo consideran Alamán y otros ilustrados estadistas mexicanos,
después de vencer viejos prejuicios…Hemos puesto de relieve estos detalles de
los trabajos del señor Alamán porque creemos que ha sido el principal instrumento
para establecer entre sus conciudadanos (una) política correcta y liberal…xi

Alamán había expresado firmemente la convicción de que el fomento de la


minería por sí solo produciría la recuperación de la agricultura y de las artes y
llevaría simultáneamente a la prosperidad nacional. Pero su convicción se
transformó en 1830: aunque seguía considerando las minas como “nuestra
industria peculiar”,xii se convirtió en el más decidido defensor de la necesidad de
fomentar las manufacturas.

Su posición, sin embargo, se puede distinguir de quienes apoyaron la


aprobación de la ley prohibitiva de 1829. En febrero de 1830 Alamán escribió:

Es sistema puramente prohibitivo no es el que hace florecer a las fábricas


por sí solo; se necesitan otros elementos, tales como abundante población,
capitales y máquinas adecuadas. Por lo mismo que este género de industria exige
más laboriosidad, los hombres no se dedican a él sino cuando no pueden buscar
su subsistencia más fácilmente que quien puede extraer más fácilmente en otros:
así es que la agricultura y las minas los atraen de preferencia, y ciertamente que
quien puede extraer directamente plata, no se ocupa en hacer otras cosas por
cuyo intermedio procurársela. Nuestra población no es todavía tan abundante que
sobre un gran número de hombres para las fábricas…xiii
Estos argumentos contra la ley prohibitiva eran casi idénticos a los que por
esa misma época esgrimían liberales como José María Luis Mora.xiv Pero mientras
este último insistía en que la naturaleza hacía que México fuera esencialmente
agrícola y minero, y que de esas actividades dependiera su prosperidad, Alamán
adoptaba la posición de que la independencia nacional requería el desarrollo de la
industria manufacturera. “Un pueblo debe tener la mira tratar de no depender de
otro para nada en lo que le es indispensable para subsistir”, proclamaba en su
Memoria del 12 de febrero de 1830; y a continuación describía el tipo de industrias
que el gobierno debería impulsar:

Las fábricas…, que producen los artículos de un consumo más general, y


que son también las más fáciles de plantear…; los tejidos ordinarios de algodón,
lino y lana, precisos para cubrirse la parte más numerosa de la población, son los
que deben fomentarse, excitando a los capitalitas nacionales o extranjeros al
establecimiento de fábricas con las máquinas necesarias, para que los artefactos
resulten a un precio moderado, lo que nunca se conseguirá sin este auxilio…; otro
género de fábricas de artículos de mayor lujo deben quedar a tiempo, sin
pretender por ahora rivalizar en ellos con naciones que tienen medios industriales
con que nosotros no contamos todavía.xv

He allí la exposición de la filosofía de Alamán sobre la industrialización. La


meta a que debía aspirarse no era la restauración de la artesanía; ni siquiera el
desarrollo indiscriminado de la manufacturera. Alamán busca el establecimiento de
aquellas industrias, particularmente, la textil, que producen artículos consumidos
por las clases más pobres; quiere, además, que tales artículos se proporcionen a
precios moderados, cosa esencial para que el gobierno estimule a los particulares,
nacionales o extranjeros, a establecer fábricas con maquinaria moderna.

La Memoria de Alamán pronosticó el curso futuro de la política de la


administración. Pero la primera medida legislativa para ayudar a la manufactura no
estuvo total mente de acuerdo con este concepto. Fue la adopción por el
Congreso, a principios de abril, de una medida que creó un fondo de fomento
industrial, el primero en la historia de la República.

Esta medida no fue una ley aislada, sino más bien una de las disposiciones
de la famosa ley del 6 de abril sobre la colonización texana, ley destinada a
impedir la pérdida de esa provincia en favor de los Estados Unidos. xvi Alarmado
por la preponderancia de los ciudadanos norteamericanos en ese lugar, Alamán
había recomendado al Congreso, el 8 de febrero, varias proposiciones, entre ellas
la colonización de Texas por inmigrantes mexicanos. Aunque invitaba al gobierno
a ayudar a los colonos indigentes con préstamos e implementos agrícolas, no
especificó cómo se financiarían esta y otras medidas.xvii

La solución a este problema la preparó una comisión especial del Congreso


en cuyas manos había quedado la cuestión de Texas. La comisión recomendaba
que los fondos para la colonización y fortificación de Texas se buscaran mediante
la suspensión de la ley que prohibía la importación de textiles toscos de algodón,
utilizando los ingresos así obtenidos. Sin embargo, proponía concretamente que el
5% de esos ingresos se destinara a fomentar la industria textil algodonera de
México.xviii Finalmente, la comisión adopta la disposición siguiente:

La vigésima parte de los mencionados derechos se empleará en el fomento


de los tejidos de algodón, comparando máquinas y telares, asignando pequeños
fondos de habilitación y todo lo demás que crea oportuno el gobierno, quien
repartirá estos ausilios a los Estados que tengan esta clase de industria,
quedando dicha cantidad a disposición del Ministerio de Relaciones, para dar
cumplimiento a tan interesantes objetos.xix

Se ve que este artículo estaba más destinado a aplacar la anticipada


oposición a la suspensión de la ley prohibitiva que a lograr los objetivos
propuestos por Alamán en su Memoria. La mención específica de telares y
pequeños préstamos indica que los beneficiarios proyectados debían ser
artesanos más bien que posibles propietarios de fábricas; también lo indica el
hecho de que tal ayuda iría a los Estados que ya existía esta clase de industrias.
Estas consideraciones, más el hecho de que la suspensión de la ley prohibitiva iba
a durar sólo nueve meses, explican probablemente el que los representantes de
Puebla y otros centros de artesanía no presentaran fuerte oposición a esta
medida.xx

Al votar que los ingresos aduanales se destinaran a impulsar la industria


algodonera, el Congreso no se preocupó por calcular la suma total que llegaría a
recogerse.xxi Basándose en que la Tesorería había afirmado que los impuestos
anuales sobre la importación en cuestión serían cerca de un millón de pesos, los
legisladores pudieron anticipar la suma fluctuaría entre 50 y 100,000 pesos. Por
tanto esa fue la cantidad que se puso a disposición del Ministro de Relaciones con
la sola obligación de un informe anual al Congreso.xxii

A pesar de ser tan limitada la suma y del evidente esfuerzo de los


legisladores por ayudar al pequeño artesano, Alamán actuó como si se le hubiera
dado recursos mucho mayores y una orden específica para desarrollar el
programa de industrialización expuesto en su Memoria. Aú antes de que el
proyecto del Congreso se convirtiera en ley, él había enviado una circular a todos
los gobernadores de los Estados, encareciéndoles que impulsaran el
establecimiento de compañías por medio de acciones que apoyaran la
manufactura textil. Sin embargo, anunció que el gobierno federal ya casi había
contratado maquinaria y técnicos extranjeros, que el equipo se distribuiría al costo
a las compañías y que el gobierno ayudaría a esas empresas por todas las vías,
incluyendo el préstamo de capital. El propósito del programa, como anunció
Alamán a los gobernadores, era la producción de textiles de igual calidad y precio
a los importados.xxiii

Es evidente que la administración se embarcó en un programa mucho más


ambicioso que el estipulado por el artículo 16 de la ley de 6 de abril. Lo prueba el
hecho de que en los meses subsiguientes el gobierno intentara impulsar la
formación de compañías textiles.xxiv Por supuesto puede argumentarse que la
legislación de abril ofreció una base legal para tales actividades, pues no sólo
autorizaba la compra de telares o la concesión de pequeños préstamos, sino “todo
lo demás que crea oportuno el gobierno”. Sin embargo, Alamán se dio perfecta
cuenta de la disparidad existente entre la ley y su administración, y procedió a
hacerlas concordar, no reduciendo sus actividades, sino pidiendo al Congreso que
adoptara una medida nueva y más amplia.

Cuando el Congreso se reunió de nuevo en una sesión especial que tuvo


lugar en el verano de 1830, se encontró con un proyecto de administración en que
se pedía la creación de un banco que fomentara la industria nacional. El
establecimiento propuesto, que se conoce con el nombre de Banco de avío para
fomento de la industria nacional, debía tener un capital de $ 1.000,000 tomado de
una parte de los impuestos aduanales sobre los artículos de algodón. La
prohibición de tales artículos permanecería en suspenso hasta que se reuniera
este capital. La dirección del Banco se pondría en manos de una junta de tres
miembros permanentes bajo la presidencia del ministro de Relaciones. Sus
operaciones incluirían la garantía de préstamos con interés a compañías o
individuos y la compra y distribución de maquinaria destinada a varias ramas de la
industria, particularmente a la producción de textiles.xxv

Al transmitir sus recomendaciones al Congreso, Alamán audazmente llamó


la atención sobre la reciente administración de las actividades industriales, como si
hubiera concordado plenamente con la ley del 6 de abril. Los resultados
favorables de las medidas tomadas para dictar esa ley, explicó, habían inducido al
gobierno a proponer que se continuara asignando los impuestos aduanales al
fomento industrial. Sin embargo, la experiencia de los meses pasados había
servido para señalar ciertos obstáculos. Éstos eran, principalmente, la falta de
capital suficiente para apoyar las diversas ramas de la industria y las necesidades
de una dirección sabia y adecuada. La solución ofrecida para hacer aun lado esos
obstáculos era el establecimiento del Banco de Avío.xxvi

Generalmente se ha supuesto que laceración del Banco de Avío fue idea de


Alamán. A él se han atribuido los méritos o los defectos del plan. Sin embargo, el
novelista y estadista liberal Manuel Payno negó la paternidad de Alamán. Sin
mencionar nombres, Payno insinuó que su padre, empleado del Ministerio de
Hacienda, había planteado un proyecto para un banco industrial del gobierno y
que Alamán “vio el proyecto, se posesionó de él, lo modificó, lo varió y se
proclamó a sí mismo como dueño y autor”.xxvii

Como el joven Payno no precisó este cargo, no se sabe en qué consistió


exactamente la contribución de su padre al proyecto. Ciertamente el método de
financiamiento del Banco no fue original ni de él ni de Alamán. Desde 1823 se
habían hecho proposiciones para utilizar los ingresos aduanales para impulsar la
industria textil mexicana, en vez de efectuar prohibiciones; la más reciente fue el
informe de Maniau arriba mencionado. Existe la posibilidad de que este informe
reflejara las ideas del padre de Payno, tanto más cuanto que él era ayudante de
Maniau en el Departamento de Cuenta y Razón.xxviii Pero en este informe, así
como en la ley del 6 de abril, que por primera vez la idea en realidad, se insistía en
la ayuda que debía darse al artesano. El proyecto del Banco de Avío, en cambio,
fue el primero que estipuló que las compañías industriales recibieran préstamos y
maquinaria, el primero, en suma, destinado a fomentar el moderno sistema de
fábricas. Aún admitiendo que Payno haya propuesto la creación de un órgano
directivo especial de un banco, parece más que probable que Alamán fuera el
autor de la orientación particular dada al proyecto. Sus observaciones personales
de las fábricas europeas, su experiencia en los trabajos de las compañías mineras
por acciones, sus bien conocidas opiniones sobre la importancia de modernizar las
industrias de México, todo conduce a esa conclusión.

Además, en este caso, como en todo invento afortunado, lo esencial y más


difícil es lograr la aceptación. Si el viejo Payno concibió la idea del Banco de Avío,
se le debe un absoluto reconocimiento por ella; pero no se puede negarse que fue
Alamán, con su gran prestigio, quien lo adoptó como política de su administración
y quien, además, usó de su amplia influencia en el Congreso para hacer que se
convirtiera en ley.

Teniendo en cuenta que se trataba en esencia del mismo Congreso que un


año antes había adoptado la ley prohibitiva, es sorprendente que la ley que
estableció el Banco de Avío encontrara tan poca oposición. En la decisiva votación
sobre la importación de artículos de algodón destinados a financiar el Banco sólo
siete miembros de la Cámara de Diputados votaran en contra, y treinta y tres en
favor.xxix También en el Senado se aprobó fácilmente la creación del Banco. El 16
de octubre de 1830 el proyecto legislativo que autorizaba la creación del Banco de
Avío se convirtió en ley.

En vista de su importancia, creemos conveniente reproducir, con


comentarios sobre su significación, los artículos de la ley referentes a: 1) la
adquisición de capital, 2) la organización interna del Banco y 3) el empleo de sus
fondos.

1. La adquisición de capital.

Art. 2. Se establecerá un banco de avío para fomento de la industria


nacional.
Art. 2. Para la formación de este capital se prorroga por el tiempo necesario,
y no más, el permiso para la entrada en los puertos de la república de los géneros
de algodón, prohibidos por la ley de 22 de mayo del año anterior.
Art. 3. La quinta parte de la totalidad de los derechos devengados y que en
lo sucesivo causaren en su introducción los efectos mencionados en el artículo
anterior, se aplicarán al fondo del Banco.

Debe notarse que no se fijó la fecha en que debía entrar nuevamente en


vigor el decreto sobre textiles extranjeros; esto dependía totalmente de la situación
del comercio. Tal había sido la proposición original de Alamán, y el Congreso la
dejó intacta.xxx Pero al estipular que una quinta parte de los impuestos sobre los
artículos de algodón irían al Banco, el Congreso modificó las ideas del ministro.
Alamán había sugerido que el Banco recibera sólo una vigésima parte de las
rentas en cuestión hasta que se reunieran los $500,000 destinados a la
fortificación y colonización de Texas en la ley del 6 de abril; una vez reunida esa
suma, el Banco debía recibir la décima parte de los impuestos. El Congreso, sin
embargo, no hizo referencia alguna a la ley anterior y aumentó de una vez a una
quinta parte la participación del Banco en el total de los ingresos.xxxi Esto
apresuraría a la acumulación del capital del Banco, pero al mismo tiempo reduciría
la cantidad neta para la Tesorería. Según el plan de Alamán, la Tesorería debía
recibir cuando menos $9.000,000 antes de que volviera a entrar en vigor el
decreto sobre lo géneros de algodón; según el plan finalmente adoptado recibiría
sólo $4.000,000 en ese tiempo y el banco $1.000,000. Además, de acuerdo con
este plan, para reunir esa suma hacían falta muchas menos importaciones, cosa
que sin duda atrajo a los defensores de la protección en esa legislatura.

2. La organización interna

Art. 5. Para la dirección del Banco y fomento de sus fondos, se establecerá


una junta que presidirá el Secretario de Estado y del Despacho de Relaciones,
compuesta de un vicepresidente y de dos vocales, con un secretario y dos
escribientes, si fueren necesarios. Los individuos de esta junta no gozarán por
ahora de sueldo alguno, y se renovarán uno en cada año, comenzando por el
menos antiguo, pudiendo el gobierno reelegir al que salga, si le pareciere
conveniente; y para secretario y escribientes se emplearán cesantea útiles, que
servirán estos destinos por el sueldo que las corresponde por el empleo de que
son cesantes. El gobierno formará el reglamento a que debe sujetarse esta junta
para el desempeño de sus funciones, y en adelante, cuando haya productos del
fondo, se establecerá por el congreso el sueldo que han de disfrutar los individuos
de la junta y demás empleados en el Banco.

Art. 6. Los fondos del Banco se depositarán, por ahora, en la casa de


moneda de esta capital, a disposición del secretario del Despacho de Relaciones,
quien de conformidad con los acuerdos de la junta, librará las sumas que fueren
necesarias. Cuando por el aumento de los fondos se requiera una oficina para su
manejo, se establecerá con los empleados que parezca necesario, previa la
aprobación de su número y sueldos por el congreso.

Una lectura atenta de estos artículos revela la autoridad verdaderamente


extensa reservada al ministro de Relaciones. No sólo era el presidente de la junta
y controlaba sus fondos, sino que en cuanto a miembros del gabinete y consejeros
del presidente era en realidad el único que reglamentaría sus actividades. El éxito
futuro del Banco dependería en gran medida de los individuos que ejercieran el
cargo de ministro de Relaciones.

3. El empleo de los fondos.


Art. 7. La junta dispondrá la compra y distribución de las máquinas
conducentes para el fomento de los distintos ramos de industria, y franqueará los
capitales que necesitaren las diversas compañías que se formaren, o los
particulares que se dedicaren a la industria en los Estados, distrito y territorios, con
las formalidades y seguridades que los afiancen. Las máquinas se entregarán por
sus costos, y los capitales con un cinco por ciento de rédito anual, fijando un
término regular para su reintegro, y que continuando en giro, sirva de un fomento
continuo y permanente a la industria.

Art. 10. Aunque los ramos que de preferencia serán atendidos sean los
tejidos de algodón y lana, cría y elaboración de seda, la junta podrá igualmente
aplicar fondos al fomento de otros ramos de industria, y productos agrícolas de
interés para la nación.

En estos artículos se ve claramente que el Banco tenía una misión bien


definida. No era un banco comercial con funciones de depósito o emisión, ni
estaba dedicado directamente al trabajo de las empresas. Su función especial era
impulsar a los empresarios privados y al capital privado en el ramo industrial,
ofreciéndoles la oportunidad de obtener maquinaria, créditos y fondos
suplementarios, muy por debajo de los precios corrientes del mercado.xxxii

Aunque se estipuló que los préstamos deberían hacerse con garantías, la


ley no decía nada sobre la naturaleza de las demandas colaterales o de otra
especie. Se dio así a la junta amplios poderes para determinar la aceptabilidad de
las garantías y para fijar el monto de los préstamos.

Igualmente amplia fue la autoridad de la junta para determinar quiénes


recibirían los fondos y las máquinas. No hubo, como en la ley del 6 de abril,
ninguna disposición de que se favorecieran los Estados en que ya existieran
ciertas industrias; tampoco hubo ninguna explicación sobre el tipo de prestarios
que debía preferirse: si los individuos tendrían preferencia sobre las compañías o
viceversa. Tampoco se dispuso que a los empleados del Banco o a los miembros
del gobierno les estaría prohibido recibir préstamos. La junta gozó así de amplios
poderes discrecionales, que no siempre usó con sabiduría y sentido moral.

La importancia concebida al desarrollo de las industrias de algodón y de


lana no requiere comentario. En cambio, el hecho de que a la industria de seda se
les dieran los mismos privilegios dio un giro enteramente nuevo a los principios
establecidos por Alamán, según los cuales sólo deberían impulsarse las industrias
que produjeran artículos baratos, de amplio consumo. Esto, junto con el permiso
de promover cualquier empresa agrícola o industrial, dio a la junta la oportunidad
de experimentar en un amplio radio de actividades, pero a la vez constituyó una
tentación: la de dispersar los recursos del Banco y así reducir su eficacia.

El establecimiento del Banco de Avío puso de manifiesto que el gobierno


mexicano estaba superando la política de laissez-faire que había caracterizado la
administración de Victoria a mediados de la tercera década. Al conceder ayuda
financiera a los empresarios el gobierno contaba con un instrumento para dirigir el
desarrollo económico. El énfasis especial puesto en las industrias manufactureras
constituyó un esfuerzo deliberado para modificar la estructura de las actividades
económicas existentes.

Fue natural que los que criticaban la administración echaran mano de las
doctrinas del liberalismo económico. Los escritores de la oposición condenaron al
gobierno por haberse hecho negociante, “por erigirse en un inspector general de
las manufacturas”.xxxiii Se acusó al ministro Alamán de sostener opiniones
mercantilistas y de alimentar el deseo de hacer que México pudiese prescindir de
todas las manufacturas extranjeras.xxxiv

Las críticas hechas al proyecto del Banco no se fundaron todas en doctrinas


económicas; gran parte de ellas nació del odio profesado a un régimen que había
obtenido el poder por la fuerza y que había usado de medidas represivas para
silenciar a sus enemigos. El líder liberal Lorenzo de Zavala escribió desde el exilio
calificando el Banco como “mero instrumento creado para aumentar el poder del
gobierno en la república”.xxxv Muchos dijeron que la creación del Banco era una
medida política destinada a engañar al pueblo mexicano y distraerlo en la pérdida
de su libertad.xxxvi

Como ministro responsable de la seguridad interna, Alamán fue plenamente


conciente de las posibilidades políticas del Banco. El periódico oficial del gobierno
recibió con beneplácito su establecimiento, calificándolo de medida importante
para el logro de la prosperidad nacional y diciendo que daría a las clases
necesitadas la oportunidad de obtener un empleo firme. Después de organizado el
Banco, la prensa del gobierno divulgó sus actividades y las medidas tomadas por
el gobierno para establecer las fábricas. Por ese mismo tiempo acusó a sus
críticos de indiferencia ante las necesidades económicas de la nación. xxxvii Aunque
el gobierno tratara de derivar ventajas políticas de su programa de
industrialización, no existe ninguna prueba de que ése haya sido el propósito
principal en la fundación del Banco.

Con toda probabilidad la administración se guió por dos motivos principales.


Uno ya se ha explicado: la necesidad de crear un marco legal para el ambicioso
programa de fomento industrial, indicado después de adoptada la desacertada ley
del 6 de abril; el otro se relaciona con las necesidades de la Tesorería. El permiso
para la importación de algodones extranjeros concedido en esa ley debía expirar a
los seis meses, y con él cesarían una importante fuente de ingresos para la
Tesorería.xxxviii Al hacer que la reunión de fondos para el Banco dependiera de la
importación de esos artículos, pudo posponerse indefinidamente el cumplimiento
de la ley prohibitiva. Al adoptarse la proposición original de Alamán de conceder al
Banco como máximo un diez por ciento de los impuestos sobre el algodón, el
ingreso de tales rentas tenía que continuar hasta que se pagara $10.000,000, o
sea al ritmo normal de los impuestos durante seis años más.xxxix Según todas las
apariencias, la idea de esas rentas y de los impuestos aduanales que pagarían los
textiles importados por concepto de las contribuciones sobre las ventas internas,xl
pesó mucho en la decisión de la administración para decidir la creación del
Banco. Aunque la ley, tal como se adoptó finalmente, disminuyó la participación de
la Tesorería en los impuestos, tuvo la virtud salvadora, bajo el punto de vista fiscal,
de impedir la supresión de tales ingresos.

Al iniciar su programa de industrialización, la administración de Bustamante


tuvo que enfrentarse a acerbas críticas en más de una dirección. Ya se han
mencionado los partidarios del liberalismo económico que atacaban al gobierno
porque estaba tratando de establecer una industria mexicana que bastase a sí
misma. Paradójicamente, otros acusaron a la administración de estar haciendo lo
contrario, de subordinar la industria nacional al comercio exterior, de sacrificar el
trabajador mexicano al comerciante extranjero. Tales acusaciones venían, como
era de esperarse, de los centros tradicionales de la industrial manual, de los
artesanos para los que la importación de textiles de algodón era un enemigo
contra el cuál habían estado luchando durante casi diez años y que creyeron
haber vencido, por fin, en 1829.xli

El desacuerdo de los artesanos con las medidas arancelarias de la


administración de Bustamante condujo lógicamente a nuevo intentos de restaurar
el decreto anterior sobre textiles extranjeros. Muchos artesanos pudieron pensar
que ese objetivo sólo se lograría con una rebelión; en Guadalajara se hizo un
intento deliberado de aprovechar el problema de los aranceles para alistar
artesanos reclutas para la latente insurrección de Guerrero en el Sur.xlii Pero en
otros lugares los artesanos fincaron sus esperanzas en una nueva legislación; su
portavoz fue el diputado por Puebla, Pedro Azcue y Zalvide.

Electo miembro del nuevo Congreso que se reunió en 1831, Azcue


presentó un proyecto en el que pedía la derogación de la ley del 16 de octubre de
1830; y desde su asiento en la legislatura y por medio de la prensa siguió una
política decidida para lograr su propósito, la restauración del decreto sobre textiles
extranjeros.xliii Pero a pesar de su demagógica afirmación de que los intereses
extranjeros habían logrado mañosamente que promulgara la ley del Banco, y a
pesar de su descripción del perjuicio que la ley hacía a hacendados y artesanos, la
oposición contra Azcue en el Congreso fue muy fuerte. Azcue vio morir su
proyecto de una muerte silenciosa en el comité de la Cámara, y sus proposiciones
fueron atacadas en la prensa oficial y condenadas por varias legislaturas de los
Estados.xliv

Sin embargo, su oposición al Banco es importante porque a la superficie el


conflicto existente entre las necesidades de la industrial manual y las metas del
programa industrial de la administración e hizo cuanto pudo por reducir ese
conflicto. La prensa oficial describió la controversia con Azcue como la lucha
“entre los que quieren ayudar a la industria sólo por la prohibición de las
importaciones de textiles y los que quieren hacerlo por medio del Banco”.xlv Pero
en esta disputa había algo más que un desacuerdo sobre el método; había
también una diferencia fundamental de objetivos. El intento de Azcue por eliminar
el Banco refleja la determinación de los artesanos de mantener su sistema de
producción con todos sus costos y su ineficacia. La administración, en cambio, se
propuso reemplazar ese sistema por el de la fábrica moderna. Y en la búsqueda
de ese objetivo el Banco de Avío tuvo a su cargo la vital tarea de ofrecer capital,
maquinaria y ayuda técnica a los pioneros de la industrialización mexicana.

Notas

i
Véase ORTIZ DE LA TORRE, “Discurso de un diputado sobre la introducción de efectos extranjeros”, El
Trimestre Económico, XII, 1945, pp. 301 ss.; cf. también Él Águila, 30 de enero de 1828.
ii
Correo de la Federación, 13 de mayo de 1829.
iii
Balanza general del comercio marítimo por los puertos marítimos de la República Mexicana en los años de
1825-1828 (México, 1827- 1831).
iv
Balanza general, 1827, n. 14.
v
“Informe del Departamento de Cuenta y Razón2, 3 de febrero de1830, en el Registro oficial del gobierno de
los Estados Unidos Mexicanos, 3 de marzo de 1830. (En adelante esta publicación se citará con la sigla RO).
vi
-Ibid.
vii
RO, 3 de marzo de 1830
viii
Luis CHÁVEZ OROZCO, Historia de México, México, 1947, p. 267.
ix
Memoria presentada… por el Secretario de Relaciones Exteriores e Interiores, México, 1825, p. 37.
x
José C. VALADÉS, Alamán estadística e historiador, México, 1938, p. 280.
xi
Pared SPARKS, “Gold and silver in México”, North American Review, XXI, 1825, pp. 434-435.
xii
Memoria de la Secretaría de Estado del Despacho de Relaciones Interiores y Exteriores, 1830, México,
1830, p. 30.
xiii
Ibid., p. 29.
xiv
Cf. “Indicaciones económicas-políticas”, en El Observador, 10 de marzo de 1830, pp. 29-46; véase
también la afirmación posterior de su posición económicas liberal en El Indicador de la Federación
Mexicana, 5 de febrero de 1834.
xv
Memoria de…Relaciones, 1830, p. 29.
xvi
Ley de 6 de abril de 1830, en RO, 7 de abril de 1830.
xvii
El texto de las recomendaciones de Alamán puede verse en V. FILISOLA, Memoria para la historia de la
guerra de Tejas, México, 1848-49, vol. II, pp. 590-612.
xviii
“Dictamen de la comisión especial de la integridad del territorio de la República”, 25 de febrero de 1830,
en RO, 3 de marzo de 1830.
xix
Ley de 6 de abril de 1830, artículo 16. Las disposiciones de este artículo se extendieron incluso al fomento
de la industria de la lana (Ley de 16 de abril de 1830, apud Manuel DUBLÁN y José María LOZANO,
Legislación mexicana, México, 1876-1904, vol. II, p. 242.
xx
El artículo primero especificaba que la suspensión duraría hasta el primero de junio de 1831, excepto en lo
puertos de Pacífico, donde continuaría hasta el 30 de junio de 1831.
xxi
En cambio se especificó que $500,000 se destinarían a la seguridad y colonización de Texas, y que
$300,000 se reservarían como fondo especial por si llegara a ocurrir una nueva invasión española (Ley de 6 de
abril de 1830, artículos 14,17, loc. Cit.).
xxii
Ibid., art. 18.
xxiii
Circular de 3 de abril de 1830, en RO, 7 de abril de 1830.
xxiv
Circular de la Secretaría de Relaciones, 26 de abril de 1830, en DUBLÁN Y LOZANO, vol. II, p. 244; y
circular de la misma Secretaría, de 4 de mayo de 1830, en Basilio José ARRILLAGA, Recopilación de leyes,
decretos…circulares y providencias de los supremos poderes, México, 1834-1850, vol. III, pp. 199-203.
xxv
“Iniciativa de ley”, 5 de julio de 1830, en RO, 7 de abril de 1830.
xxvi
Ibid.
xxvii
M. PAYNO, “Un viaje a Veracruz en el invierno de 1843, carta 4ª. “, en El Museo Mexicano, vol.III,
1843. pp. 163-164. El contexto de la acusación es como sigue: “Por el año de 30 había un empleado
sumamente laborioso y dedicado, que trabajaba al lado de un excelente viejo, don Ildefonso Maniau. En los
ratos de ocio se ponía a resolver libros y a escribir muchos borradores que formaron en breve un cuaderno
voluminoso. Este cuaderno contenía nada menos que el proyecto de un colegio de artes y el establecimiento
de un banco nacional de industria. Varios magnates de gobierno, de esos que han recorrido la Europa, que
pasan por grandes talentos y por profundos políticos; en una palabra, uno de esos hombres funestamente
históricos vio el proyecto, se apoderó de él, lo modificó, lo varió y se proclamó su dueño y autor. La industria
entró por casa, y hétenos aquí en el apogeo a un hombre que a la vez que planteaba con los caudales del
Banco una fábrica, se pavoneaba con la gloria de un pensamiento filantrópico, humano, nacional. Entre tanto
el empleado que había sido autor de él, estaba en la oscuridad y la miseria, sin tener ni aún con que dar a sus
hijos los primeros elementos de educación. Este empleado es una persona que me toca muy de cerca, y por
quien tengo una afección tierna y respetable para mí”.
xxviii
José Manuel Payno y Bustamante estuvo registrado como empleado de la Primera Sección, Mesa Primera
de este departamento. Guía de Hacienda de la República mexicana, México, 1825, p. 15.
xxix
Cámara de Diputados, sesión de 14 de julio de 1830, en RO, 24 de julio de 1830. El 10 de febrero de 1829
la moción original para prohibir esos mismos textiles había sido aceptada por 47 votos contra 10. Un análisis
de los votos emitidos en las dos ocasiones revela que 21 de los 47 no se registraron como presentes el 14 de
julio; 7 votaron para impedir la entrada de los textiles; mientras que 19 modificaron su voto y la aprobaron. 10
diputados que no habían en contra también apoyaron el proyecto del Banco (Juan A. MATEOS, Historia
parlamentaria de los congresos mexicanos de 1821 a 1857, México, 1877-1886, vol. V, p. 364).
xxx
Cf. “Iniciativa de ley”, 5 de julio de 1830, arts, 1,2, loc. Cit.
xxxi
Ibid.,art. 3; Estracto de las sesiones de la cámara de senadores del congreso de la unión, México, 1830,
sesiones del 24 de septiembre y 14 de octubre de 1830.
xxxii
La plena significación de esta oportunidad puede colegirse del hecho de que el gobierno fue autorizado a
pagar el 3 por ciento por mes para un préstamo, a fin de lograr que el Banco actuara de inmediato. La
autorización nunca se usó. Véase el artículo cuarto de la ley de 16 de octubre de 1830.
xxxiii
Lorenzo de ZAVALA, Ensayo histórico de las revoluciones de México desde 1808 hasta 1830, París y
Nueva York, 1831-1832, vol. II, p. 305.Véase también El Faro, núm. 110 (citado en RO, 15 de noviembre de
1830) y El Fénix, 17 de febrero de 1834.
xxxiv
Dos años en Méjico o Memorias críticas sobre los principales sucesos de la república…desde la invasión
de Barradas hasta la declaración del puerto de Tampico contra el gobierno del general Bustamante,
Valencia, 1832, p. 74.
xxxv
ZAVALA, op. Cit.,vol. II, p. 327.
xxxvi
Ibid., vol. II, p. 325; Dos años en Méjico, p. 74; José María BOCANEGRA, Memorias para las historias
de México Independiente, México, 1837, vol. II, p. 163. Bocanegra y Zavala habían sido miembros del
gabinete de Guerrero.
xxxvii
RO, 23 y 24 de octubre de 1830, 12 de marzo de 1831.
xxxviii
Véase la nota 20.
xxxix
Los impuestos aduanales cobrados a los géneros de algodón en el año fiscal 1830-31 fueron $1.588,266.
Memorias que sobre el estado de la hacienda nacional presentó…el ministro de ramo en julio de 1845,
México, 1846, Tabla frente a la página 122.
xl
Se exigió que las mercancías extranjeras pagaran otro cinco por ciento como derecho de consumo (además
del pagado a los Estados) en un decreto promulgado mientras estaba en estudio la ley del Banco. Decreto de
24 de agosto de 1830, en DUBLÁN Y LOZANO, op. Cit., vol. II, p. 283.
xli
Regeneración política de la República Mexicana, México, 14 de agosto de 1830, véase también las obras
citadas en las notas 42 y 43.
xlii
Los males de la república y el modo de exterminarlos o sea plan de expulsión contra coyotes y extranjeros,
Guadalajara, 1831.
xliii
Cámara de Diputados, sesión del 27 de agosto de 1831, en RO, 1º.de septiembre de 1831. Pedro AZCUE Y
ZALVIDE, Contestación a los editores del Sol y del Registro o sea Observaciones sobre el Banco de Avío,
México, 1831.
xliv
Cámara de sesiones, 27 de agosto y 24 de septiembre de 1831, en RO, 3, 15, 23 de septiembre de 1831.
Las legislaturas de San Luis Potosí, Michoacán, Tamaulipas, Guanajuato y Querétaro aprobaron resoluciones
contrarias a los esfuerzos de Azcue por destruir el Banco.
xlv
RO,23 de septiembre de 1831.
Actividades para el Estudiante :

A continuación y después de leer detenidamente el texto anterior contesta las


siguientes preguntas

1.- En qué contexto político se genera el Banco de Avío


2.- Cuáles eran los objetivos de esta institución?
2.- Por qué se considera que fue un instrumento para dirigir el desarrollo
económico
3.- Qué tipo de documentos consideras que recabó y generó esta institución para
la posteridad?.
II.2 La Segunda República Federal y la Pérdida de Texas

La Segunda República Federal se inició con la presidencia provisional de José


Mariano Salas quien convocó a un Congreso que entregó el ejecutivo el 24 se
septiembre de 1846 a Santa Anna y Valentín Gómez Farías como vicepresidente.
Santa Anna se hizo cargo de la campaña militar contra Estados Unidos y Gómez
Farías de la Administración Pública. Las necesidades económicas derivadas de la
Guerra contra Estados Unidos obligaron al gobierno a enfrentarse nuevamente
contra el clero y el ejército para obtener recursos económicos y enfrentar la grave
situación .Sin embargo, los partidarios de estas corporaciones luchaban contra las
leyes liberales dictadas 11 de Enero y 4 de Febrero de 1847 llamadas de Manos
Muertas que despojaban al clero de sus propiedades, producto de esta lucha
contra estas dos poderosas corporaciones fue suprimida la figura de la presidencia
de la República que afectaba directamente a Gómez Farías. La legislación que
incluía éstas y otras reformas como la reorganización del senado, la fórmula de
control de la constitucionalidad que originó el juicio de amparo se denominó Actas
de Reforma de 18 de Mayo de 1847xlv.

Mientras tanto, el expansionismo norteamericano avanzaba. El país había sido


invadido por tres ejércitos: el de Taylor había tomado Monterrey y se estableció en
Saltillo. El de William Kearny que ocuparía Nuevo México y California y el del
general Worth que se dirigía a Chihuahua, al mismo tiempo, Winfield Scott se
preparaba en Veracruz para marchar hacia la Cd. de México mientras se iniciaba
el bloqueo y la ocupación de los principales puertos mexicanosxlv.

Los desastres bélicos se sucedieron uno tras otro. La capital estaba a merced del
enemigo y luego de una feroz defensa popular de la ciudad Scott declaró el estado
de sitio y la ocupó el 15 de septiembre de 1847xlv. Santa Anna renunció a la
presidencia el 16 de septiembre de 1847 y las autoridades de la ciudad se
establecen en Querétaro. El resultado de estas campañas fue la pérdida de más
de la mitad del territorio y la firma de un Tratado de Paz humillante. El 2 de febrero
de 1842 se firmaron los Tratados de Guadalupe Hidalgo. El panorama del país era
desolador por la anarquía política, la crisis económica y los disturbios sociales
motivados por insurrecciones indígenas en el noreste y sureste del país, así como
por las incursiones de apaches y comanches en la frontera norte xlv

Tras la guerra, la situación de las luchas internas no mejoró. Tomó posesión del
gobierno José Joaquín Herrera quien entre otras acciones, estableció las aduanas
fronterizas y creó un Banco Nacional. . El 15 de enero de 1851 tras terminar su
mandato entregó la presidencia a Mariano Arista quien al no poder controlar la
situación renunció en enero de 1853. Las presiones de los detractores del
federalismo y de los que pugnaban por un gobierno fuerte fueron intensas. Así, en
abril de 1853 Santa Anna nuevamente se convierte en presidente y desde ese
momento ejerció el poder de forma dictatorial sin límites. Entre otras disposiciones
se crearon numerosos impuestos al tiempo que se mejoraban las relaciones con la
iglesia y el ejército. Acciones como el establecimiento de la primera línea
telegráfica y la inauguración del primer tramo del ferrocarril de Veracruz iniciado
10 años antes, no lograron opacar el descontento que generaron acciones como la
venta del territorio de La Mesilla a Estados Unidos por 7 millones de pesos en
diciembre de 1853 xlv

Ante esta situación el 1º. de marzo de 1854 en Ayutla, Guerrero un grupo de


militares firma el plan del mismo nombre, entre los objetivos se plantean restaurar
la República y nombrar a un Congreso Extraordinario. Tras medio año de lucha
contra esta poderosa rebelión , Santa Anna renunció a la presidencia en agosto de
1855 y ocuparía su lugar Juan Alvarez, el último descendiente de los insurgentes.
xlv
.

Lectura:

A continuación, te presentamos un texto del historiador Enrique Florescano


tomada del texto Etnia Estado y Nación (Taurus, 1996). Se trata de un ensayo
acerca de la formación de las identidades colectivas en México. En ella aborda el
proceso a partir del cual se forma una institución tan importante como lo fue la
Guardia Nacional .Te recomendamos leerlo detenidamente.

INVASIONES EXTRANJERAS, CRISIS POLÍTICA


Y FORMACIÓN DE LA GUARDIA NACIONAL

Enrique Florescano

En el plano de la conciencia colectiva ocurrieron cambios profundos a lo largo del


siglo XIX. Después del entusiasmo delirante que suscitó la consumación de la
Independencia en 1821, la población sufrió el sorpresivo trauma del ascenso y
caída del imperio de Iturbide, y luego pasó a la postración con motivo de la guerra
con los Estados Unidos en 1847 y la pérdida de gran parte del territorio nacional1.
Mariano Otero, en un ensayo transido por el escepticismo sobre el futuro del país,
llegó a una conclusión amarga: “ “En México no hay ni ha podido haber eso que se
llama espíritu nacional, porque no hay nación”. Otro liberal de esa camada, Miguel
Lerdo de Tejada, advirtió en la diversidad de razas y culturas la causa de la
desintegración nacional. La multiplicidad de razas, decía, ha sido y es el mayor
obstáculo para el desarrollo del país. Lo acongojaba la observación de que la
sociedad estuviera dividida en múltiples partes, sea por el origen de sus
pobladores, por la educación, por el lenguaje o por las tradiciones, pues por eso
cada parte seguía caminos opuestos que impedían la persecución de metas
comunes2. Un editorial del periódico El Siglo se preguntaba, en el mismo tono
desencantado, si México era “realmente una sociedad o una simple reunión de
hombres sin los lazos, los derechos y los deberes que constituyen a aquélla”.3
La conmoción moral que provocó la derrota ante los ejércitos norteamericanos
produjo también un alud de publicaciones dedicadas al análisis autocrítico.
Richard Sinkin observa que después de la guerra, al menos cuatro diarios
importantes sostuvieron un intenso debate sobre los asuntos nacionales. En la
izquierda estaba el Monitor Republicano, un periódico liberal; en la derecha los
diarios conservadores El Universal y El Tiempo; y en el centro, aunque inclinado
hacia el ala liberal, El Siglo XIX. En esas páginas mexicanos notables
intercambiaron ideas polémicas acerca de las causas del fracaso y las opciones
que había que tomar en el futuro. Al final de la década de 1840, ese debate se
hizo más vivo y las posiciones se endurecieron, de modo que la discusión se
polarizó en propuestas irreductibles acerca de los problemas del país y sus
perspectivas.4
La aplastante derrota militar y la humillación moral que le siguió provocaron una
disputa acerba entre conservadores y liberales. En la búsqueda de culpables que
respondieran por el daño infligido a la nación, ambos grupos revivieron la imagen
negativa del indio que habían forjado los hispanistas más recalcitrantes.
En 1856, después de la derrota ante las tropas norteamericanas, Ignacio
Ramírez sequía preguntando cuáles eran las causas que había precipitado al país
en una crisis que parecía insondable. En una de las sesiones que los diputados
dedicaron a la tarea de elaborar una nueva constitución, hizo la siguiente reflexión:

Entre las muchas ilusiones de que nos alimentamos, una de las más
funestas es la de suponer en nuestra patria una población homogénea.
Levantemos el ligero velo de la raza mixta que se extiende por todas partes
y encontraremos cien naciones que en vano nos esforzamos hoy en
confundir en una sola [….]Muchos de estos pueblos conservan todavía las
tradiciones de un origen diverso y una nacionalidad independiente y
gloriosa (tlaxcaltecas, otomíes, yucatecos) […]5

A estas reflexiones pesimistas se agregaron las noticias sobre el peligro apache.


Las correrías de los apaches, navajos, comanches y otras tribus en las regiones
norteñas de Zacatecas, Coahuila, Chihuahua, Sonora y Durango desataron una
intensa campaña de prensa contra los indígenas, que se exacerbó con la
explosión de la llamada Guerra de Castas en Yucatán (1847). Mientras en el norte
del país se llegó a ponerle precio al cuero cabelludo de los indios, en el centro y
en el sur la prensa se llenó de escritos que denunciaban la introducción de las
ideas socialistas y comunistas, el aniquilamiento de la propiedad y el temor de un
“levantamiento universal de la raza indígena”6. Bernardo Couto escribió que las
guerras de Castas constituían u problema mayor que la invasión de los Estados
Unidos. “Luis de la Rosa, que era entonces ministro de Relaciones Exteriores, le
escribió a Mora acerca del ‘nuevo y terrible elemento de discordia’ […] Añadió que
si los levantamientos de Yucatán y de la sierra de Xichú se agravaban, el siguiente
congreso se vería en la necesidad de suprimir los derechos políticos de los indios”.
Mora respondió que una vez concertada la paz con los Estados Unidos, “la
necesidad más urgente es la de reprimir a las clases de color”. Convencido del
peligro indígena, Mora no dudó, cuando era embajador en Inglaterra, en solicitar al
gobierno Inglés su ayuda para reprimir a los indios de Yucatán, que según él se
habían propuesto “con inaudita barbarie el designio de exterminar a la raza
blanca”.7
Las medidas adoptadas para sofocar esas rebeliones agudizaron aún más las
tensiones. Las más extremas se aplicaron en las mismas zonas afectadas por la
guerra. En Yucatán, el gobernador del estado, Miguel Barbachano, decretó en
1848 la expulsión de los indígenas hechos prisioneros y más tarde autorizó que
fueran vendidos como esclavos en Cuba. Otro prócer yucateco, Justo Sierra
O’Reilly, justificó esa medidas con el argumento siguiente:

Aplaudimos semejante medida y ojalá hubiera podido realizarse de mucho


tiempo antes. Esto prueba que se comienza a conocer la necesidad de
dividir nuestros intereses de los intereses de los indios. La razón indígena
no quiere, no puede amalgamarse (permítasenos esta metáfora) con
ninguna de las otras. Esa raza debe ser juzgada severamente y aun
lanzada del país, si eso fuera posible. No cabe más indulgencia con ella:
sus instintos, descubiertos en mala hora, debían ser reprimidos con mano
fuerte. La humanidad, la civilización lo demanda así.8

En Yucatán, los grupos dirigentes que antes encomiaban el valor de los


descendientes del linaje de Tutul Xiu y Cocon, ahora se disputaban los calificativos
para denigrar a los indígenas. Casi todos los gobernadores yucatecos participaron
en la venta de esclavos mayas a los propietarios cubanos. Los políticos
peninsulares traficaron abiertamente con las concesiones para la venta de
esclavos9. El gobierno del estado suplicó al de los Estados Unidos de América el
envío de tropas y dinero para combatir a los indígenas, y ofreció a cambio anexar
el territorio yucateco a la bandera de las barras y las estrellas. En fin, la mayoría
de la élite yucateca suscribió los coléricos sentimientos expresados por Justo
Sierra O’Reilly contra los indios:

La guerra de los bárbaros, la salvaje y atroz guerra en que ni el sexo ni la


edad son separados por aquellas furias, reviste al presente para Yucatán un
carácter verdaderamente formidable. Los bárbaros han destruido por medio
de las llamas cuatro pueblos y más de cincuenta aldeas; han arrasado
como doscientas haciendas y muchas otras plantaciones de algodón y de
azúcar; han saqueado inmensos campos de cereales; han matado cientos
de familias blancas y, por último, son dueños de toda la parte oriental y casi
toda la occidental de Yucatán. Obras que la civilización de trescientos años
y los esfuerzos de nuestros abuelos levantaron, han desaparecido
dondequiera que ha posado su sacrílego pie la raza maldita, que hoy paga
con fuego y sangre los inmensos beneficios, que ha recibido del pueblo de
Yucatán […] Yo quisiera que hoy que desapareciera esa raza maldita y
jamás volviera a aparecer entre nosotros.10
En el conjunto del país la idea más socorrida fue la de disminuir el peso de la
población indígena por el procedimiento de favorecer el asentamiento de colonos
europeos. Para José María Luis Mora se volvió apremiante la “fusión de todas las
razas y colores mediante la colonización de la parte ya poblada de la República”.
En estos años corroídos por el pesimismo, liberales y conservadores reconocieron
que “toda la actividad, casi diríamos toda la inteligencia, reside en la raza
española”. De suerte que la raza indígena, cuando no fue denostada con los
peores calificativos, apenas se consideró “una especie de masa auxiliar cuya
importancia es inapreciable si sabe con acierto dirigírsela”.11
A pesar de que los historiadores se han ocupado poco del asunto, hay pruebas
que los efectos de la guerra de 1847 fueron aprovechados por los indígenas para
fortalecer sus reivindicaciones. Sabemos que en el mismo colegio indígena de San
Gregorio, “bajo el largo rectorado de Una de Dios Rodríguez Puebla, indígena de
raza y de clase humilde en sus orígenes, se construyó lo que bien podríamos
considerar ahora el primer monumento a la raza: una pirámide edificada en el
patio y en cuyos taludes figuraban los nombres de héroes tlaxcaltecas, mexicas y
texcocanos y los héroes insurgentes de color más o menos cobrizo.”12
Los campesinos rebeldes de la Huasteca, al mismo tiempo que se levantaron en
defensa de sus tierras en 1847-1848, se manifestaron en contra de la invasión
norteamericana. Asimismo, los campesinos de la Sierra Gorda iniciaron su
rebelión con el lema “Libertad y guerra contra el invasor”13. El plan de Tentoyuca,
firmado por el líder Juan Nepomuceno Llorente, declaraba: “En atención de que el
gobierno de los Estados Unidos Americanos aspira a la conquista de nuestro
territorio, se invita a todos los mexicanos a la defensa de la patria.”
Otro ejemplo muestra la rapidez de algunos grupos indígenas para reaccionar
ante los acontecimientos nacionales y proponer a sus propios héroes como un
modelo de patriotas. Frente al fracaso de los oficiales del ejército mexicano ante
los ejércitos extranjeros, aparecieron exaltaciones indígenas de sus héroes, a
quienes propusieron como los verdaderos defensores de la patria:
El inquieto “abogado del pueblo”, defensor de las “clases ínfimas” de la
sociedad, José Guadalupe Pedigón Garay, exaltó al héroe indígena de
Chapultepec, el coronel Santiago Xicontécatl, recalcando su raza y las virtudes
republicanas, que contrastaban notoriamente con las de los jefes criollos del
ejército que abandonó la capital en manos del invasor. Sobre todo, surgió por ese
entonces la figura de Cuauhtémoc como héroe nacional.14
Frente a un ejército dirigido por oficiales pertenecientes a la “gente de razón”,
que había abandonado el campo al invasor, los indígenas de la parcialidad de
Santiago Tlatelolco se atrevieron a decir:

¿Quiénes han defendido mejor su país y su capital? Los indígenas.


¿Quiénes como otro Cuatimoc u otro Chimalpopoca han afrontado los
peligros, las hogueras y la muerte misma por defender su patria y su
independencia? ¿Qué general de nuestros tiempos ha dicho al conquistador
lo que aquél dijo a Cortés: “¿Qué aguardas valeroso capitán que no me
atraviesas el pecho con ese puñal que traes al lado? Muera yo a tus manos
ya que no tuve la dicha de morir por mi patria. Prisioneros como yo son
embarazosos al vencedor”.15

Otro efecto de la invasión norteamericana fue la creación de pactos, antes


imposibles de pensar, entre el gobierno nacional, los caudillos regionales y los
pueblos indígenas. Menos aún se había considerado la idea de una ciudadanía
armada, como sostén del gobierno y del patriotismo nacional. Cuando Francisco
García, el gobernador de Zacatecas, organizó unas milicias populares en la
década de 1820, fue criticado por todos los bandos políticos. Sin embargo, las
extraordinarias circunstancias de la invasión norteamericana y la prioridad de
defender la integridad de la patria convirtieron esa propuesta en un programa
nacional. Como advierte Alicia Hernández, la creación de la Guardia Nacional en
1847 fue un intento desesperado del gobierno para remediar las catastróficas
fallas del ejército regular, una idea que se basó más en la experiencia de la
Revolución francesa que en las antiguas milicias españolas, pues estaba centrada
en el concepto de una “ciudadanía armada”.16
La Guardia Nacional propuso por primera vez el servicio militar general y
obligatorio, superando el miedo al pueblo armado, que siempre había sido
calificado de ignorante y peligroso. Según sus ordenanzas, el propósito de ese
cuerpo era crear un sistema militar basado en el concepto de ciudadano. Todos
los ciudadanos entre los 18 y 55 años debían registrarse en la Guardia Nacional.
Los únicos exceptuados eran las mujeres, los representantes electos, los
empleados públicos indispensables, los médicos, los miembros de las órdenes
mendicantes (no los sacerdotes) y los empleados domésticos.
Quien no se inscribiera en los registros de la Guardia Nacional corría el riesgo
de perder sus derechos constitucionales y no tendría acceso al empleo. Las
ordenanzas cuidaban asimismo de armonizar los deberes del soldado con los
derechos del ciudadano. Por ejemplo, los guardias debían jurar ante un sacerdote
que defenderían la independencia de la república, el sistema de gobierno,
conservarían el orden interno y respetarían las leyes y las autoridades. Cuando
estaban en servicio activo, los miembros de la Guardia Nacional no podía votar y
estaba prohibido usar el uniforme y las insignias militares fuera del servicio. Las
ordenanzas favorecían asimismo el orden civil sobre el militar. En tiempos de paz
ningún cuerpo de la Guardia podía moverse en el territorio sin el permiso de la
autoridad civil. Como observa Thomson, la Guardia Nacional procuraba armonizar
los derechos individuales con la obligación de obedecer a las autoridades
democráticamente constituidas.17
La Guardia nacional le prestó especial atención a la organización democrática
de sus cuerpos. Los oficiales de la Guardia debían ser elegidos y estaban
obligados a buscar su reelección cada dos años. Cada compañía manejaba su
propia organización democrática y aplicaba la justicia. La disciplina militar
imperaba sobre cualquier otro principio, pero se recordaba a los comandantes no
olvidar “que mandan a ciudadanos”. Estaban prohibidos los castigos corporales y
ningún oficial podía imponer servicios personales a los guardias. Es decir, las
ordenanzas buscaban proteger el sentido de dignidad de cada ciudadano, y
combatían los vicios del ejército regular.18
La llamada Guerra de Tres Años o Guerra de Reforma terminó con la victoria de
los liberales sobre las fuerzas conservadoras. Fue interpretada por unos como una
victoria de la Guardia Nacional contra el ejército regular, y por otros como una
victoria del federalismo contra el centralismo o de las regiones contra la capital.
Gracias a esa triple victoria la Guardia Nacional se convirtió en un símbolo del
patriotismo liberal. Entre 1847 y 1884 ninguna otra institución tuvo un papel tan
relevante en la representación del poder local, regional y estatal. Fue también la
institución clave de los liberales para crear una nueva relación con las
comunidades indígenas. En condiciones de guerra civil, resultó imposible aplicar el
servicio militar obligatorio general, de manera que a las ordenanzas de la Guardia
Nacional se agregó el servicio voluntario. De este modo, los miembros de las
comunidades indígenas que formaron parte de ella fueron exceptuados del pago
de impuestos.
En algunos estados, como el de Puebla, se puso especial interés en atraer la
participación indígena con la oferta de tierras a quienes carecían de ellas. Esta y
otras prerrogativas hicieron que os soldados de la Guardia Nacional tuvieran
mejores condiciones que los del ejército regular: estaban liberados de la
experiencia arbitraria de la leva; podía hacer su servicio en áreas cercanas a su
hogar; no pagaban impuestos; tenían el derecho de elegir a sus propios mandos; y
se les habría la perspectiva de recibir tierras a cambio del servicio militar. En
Puebla, una región en donde los políticos liberales le prestaron especial atención a
la Guardia Nacional, los indígenas respondieron con interés inusitado y le dieron
un apoyo extraordinario, convirtiéndose ellos mismos en ejemplo de la unidad
nacional.19 Como advierte Francois-Xavier Guerra, al reunirse estas condiciones
los mismos guardias se vieron así mismos como parte de la “nación en armas”,
especialmente durante la Guerra de Tres Años y la intervención francesa, y
consideraron los derechos que les otorgaba la Guardia Nacional como una
recompensa a sus méritos ciudadanos, liberales y patrióticos.20
Otro resultado del ambiente bélico de la época fue el florecimiento de las bandas
militares de música, que se convirtieron en aliciente del espíritu patriótico. La
participación de la música en la formación del patriotismo mexicano se inició en
1851, cuando el general Antonio López de Santa Anna, entonces exiliado en
Cuba, quedó maravillado al escuchar un concierto en un parque de La Habana
dirigido por el músico catalán Jaime Nunó. Al regresar a México para reasumir la
presidencia, Santa Anna convenció a Nunó de que lo acompañara, y en 1853 el
catalán compuso la música del himno nacional y tuvo a su cargo la organización
de una red de bandas militares. Durante el imperio de Maximiliano, las bandas
militares austríacas causaron furor en el público y desde entonces se comenzó a
imitarlas. Cuando se crearon las Guardias Nacionales proliferaron los “cuerpos
filarmónicos” y las bandas musicales, que se convirtieron en un elemento distintivo
del ejército y de los municipios. Desde entonces, los acontecimientos públicos y
particularmente las fiestas y aniversarios patrióticos fueron animados por la
música de las bandas. La imagen típica de la banda musical tocando en la plaza
principal del pueblo procede de esa época.21
La creación del himno nacional y de otros cantos dedicados a suscitar el amor a
la patria fue seguida por el establecimiento de las juntas patrióticas, una institución
que se desarrollo en la mayoría de los municipios en la década de 1860. Su
propósito era organizar los festivales que organizaban los aniversarios del
calendario patriótico: el Grito de Dolores el 15 de septiembre, la victoria de las
fuerzas nacionales contra el ejército francés el 5 de mayo de 1862, y el 2 de abril
de 1867. Una característica de estas celebraciones fue la participación de los
niños de las escuelas primarias y de estudiantes de los niveles medios, actores
destacados en el concurso patriótico de esa fiesta, de su desfile cívico y los
cantos, danzas y representaciones y juegos que los acompañaban. Guy P.
Thomson advierte que desde 1850 la expansión de la escuela pública laica fue
vista por los liberales como un aspecto central para consolidar las Leyes de
Reforma y debilitar el monopolio ideológico de la Iglesia. Como observa Alan
Knigth,

En todo el país, liberalismo y patriotismo fueron una misma cosa para el


grupo de los instruidos […] [una impresión] que se conservó […] en la memoria
familiar y comunal, en las canciones, en la retórica y en los aniversarios […]22
UNIDAD III
El Porfiriato

Este es un periodo muy importante de la Historia de México, caracterizado por la


modernización económica, pero al mismo tiempo por la agudización de las
contradicciones entre los diferentes grupos de poder por un lado y entre el
gobierno y la población. Si bien el crecimiento y desarrollo económico del país
avanzó a pasos acelerados, los cambios políticos no marcharon al mismo ritmo.
Estas contradicciones crearán precisamente el clima fértil para la Revolución
Mexicana, la primera revolución social del siglo XX.

Fue precisamente durante la administración de Porfirio Díaz cuando se abrió paso


una nueva concepción del mundo y la vida: el positivismo. Hijo legítimo del
liberalismo y del capitalismo, ésta doctrina impulsó como doctrina social el
individualismo y reclamó una libertad total y absoluta para el individuo. Impulsó el
saber humano, la ciencia positiva y el rechazo a cualquier metafísica, idealismo o
trascendencia. El positivismo fue introducido en México por el doctor Gabino
barreda fundador de la Escuela Nacional Preparatoria. Más adelante, en la
segunda administración de Porfirio Días fue cuando se constituyeron los llamados
“Científicos” por su filiación positivistas, encabezados por Don Justo Sierra.

En esta etapa, la idea central del positivismo consiste en desarrollar un programa


para abatir la anarquía y lograr la reconstrucción social, para lo cual se
consideraba necesario sacrificar las libertades políticas para asegurar la paz y el
orden y ejecutar los planes de desarrollo económico y de fomento a la industria. xlv

Esta doctrina nutrió lo que se llamó el liberalismo positivo mexicano y al mismo


tiempo abrió la puerta al liberalismo económico que iría de la mano con la
industrialización y el progreso económico general del país como el gran objetivo a
lograr. Sin embargo, el desarrollo económico que alcanzó el país no marchó a la
par que el desarrollo social. Y a pesar del crecimiento económico, la política de
Díaz y los científicos generó enormes desigualdades sociales

Para comprender mejor este proceso dividiremos la Unidad en dos secciones:

III. 1 Ascenso del Gobierno de Díaz


III. 2. Declive del Régimen de Díaz
III.1 El Ascenso de Porfirio Díaz

Porfirio Díaz asumió la presidencia en 1877. En su gestión, la administración


estuvo en primer lugar al mismo tiempo que se continuó la labor de centralización
del poder en el Ejecutivo con la idea de “transformar la libertad en orden” xlv para
ello, se promovió el alargamiento del periodo presidencial y se armó al Ejecutivo
con el veto suspensivo de la legislación. También en el marco de este proceso, el
presidente de la Corte dejó de ser vicepresidente de la República,

Para Díaz y su gobierno era importante que el Estado no interviniera en los


asuntos económicos, había que conceder primacía a la libertad económica sobre
la libertad política. El primer periodo presidencial de Díaz no fue del todo exitoso,
hubo constantes alzamientos y los Estados Unidos tardaron 2 años en reconocer
su gobierno. Su gabinete fue cambiado con frecuencia: En las 6 secretarías de
Estado hubo 30 cambios en menos de 4 años . La Secretaría de Relaciones
cambió de titular 12 veces, la de Gobernación 4, Fomento solo uno, Guerra, tres,
Hacienda 6 y Justicia e Instrucción Pública, 4xlv.

Sin embargo, durante este periodo también se impulsó la construcción de vías


férreas, se inició la reorganización del ejército y la hacienda, se creó el Banco del
Monte de Piedad y se estableció la carrera de empleados en la escuela de
Comercio y Administración que deberían cursas los aspirantes a empleados
públicos. El general Manuel González que fue electo presidente a partir del 1º. de
diciembre de 1880, continuaría con esta tarea al abolir las alcabalas que
constituían un obstáculo para la libre circulación de mercancías en el paísxlv.

La Reelección de Díaz
Díaz retorna a la presidencia el 1º.de Diciembre de 1884 . Con más experiencia,
su gestión se centró en consolidar su poder personal mediante la utilización de la
fuerza pública para eliminar a gavilleros, ladrones, opositores y enemigos políticos.
Una vez lograda la pacificación a sangre y fuego, reformó la hacienda pública,
diversificó las relaciones internacionales, puso en marcha un plan general de
organización administrativa de la Secretaría de Hacienda, modificó la Ordenanza
General de Aduanas y estableció una Comisión Consultiva de Crédito, la Dirección
de la Deuda Pública en la capital, mediante estas acciones logró cumplir las
obligaciones presupuestales del gobierno, restableció el crédito y sentó las bases
para buscar crédito del exterior debido a la ausencia de capitales mexicanos
dispuestos a invertir en la industriaxlv
El régimen presidencial se afianzó gracias al establecimiento del control del centro
sobre las regiones. Díaz y su equipo controlaron a los gobernadores y a los jefes
políticos del territorio nacional ..”ellos formaron una pirámide a la cabeza de la cual
estaba el Ejecutivo Federal, que se convirtió en una formidable maquinaria política
de información y dominación, para lo cual contó con la ayuda de particular eficacia
de las comunicaciones, principalmente del ferrocarril y el telégrafo”xlv

Díaz fue un gran promotor de la inversión extranjera, la cual se aplicó a las


comunicaciones y transporte, la minería, las finanzas y la agricultura de
exportación. Particularmente en el campo ferroviario, se aumentó de 640
kilómetros a más de 20 mil kilómetros de vías férreas construidos por 44
compañías en su mayoría norteamericanas. Por su parte, la red telegráfica llegó a
70 mil kilómetros, logrando un auge en las comunicaciones y con ello el desarrollo
de obras públicas , por ello durante este periodo se creó la Secretaría de
Comunicaciones y Obras Públicasxlv, aumentando a siete las Secretarías de
Estado.

También la industria minera tuvo un gran desarrollo al establecerse más de 50


compañías norteamericanas, inglesas y francesas en el norte y oeste del país.
Nuevamente México se convirtió en el principal productor y exportador de plata
Para ello se promulgó la Ley Minera de 1892.También se empezó a explotar el
petróleo

La tenencia de la tierra se vio afectada con la ejecución arbitraria de la Ley de


Desamortización de 1854 y con las modificaciones de 1878 y 1883 que exigían el
deslinde de terrenos con el objeto de promover la colonización y propiciar la
inmigración. Para ello, el gobierno autorizó la creación de compañías
deslindadoras para incorporar baldíos a la producción y recibir en pago de sus
servicios una tercera parte del deslinde. Esta Ley sobre Deslinde y Colonización
de Terrenos Baldíos y Nacionales del 15 de diciembre de 1883 y la Ley de Cesión
Gratuita de Terrenos Baldíos y Nacionales del 27 de noviembre de 1896xlv
propiciaron la especulación de tierras sin precedente lo cual afectó principalmente
a los pueblosxlv.

El desarrollo de las vías generales de comunicación se intentó reglamentar a


través de la Ley de Bases para la Reglamentación del Servicio de Ferrocarriles,
Telégrafo y Teléfono decretada el 16 de diciembre de 1881 de la cual se
desprendieron los reglamentos de cada uno de estos servicios. También, el 5 de
junio de 1888 se expidió una Ley sobre el Aprovechamiento de Aguas ,
considerada como vía de comunicación y el 1º.de octubre de 1883 se decretó el
Código Postal que después sustituido por otro en octubre de 1894xlv.

Numerosos fueron los cambios experimentados en el país en ese periodo. En lo


económico con el desarrollo de las vías de comunicación, se eliminaron las
aduanas internas, aumentó la circulación de mercancías y se fortaleció el
mercado interno, al mismo tiempo con la apertura al capital extranjero y con la
construcción de grandes infraestructuras se expandió la economía y se estableció
un sistema exportaciones primarias, fundamentalmente de productos minerosxlv.

En lo social, se reestructuraron las clases dominantes al fusionarse la antigua


aristocracia criolla con la nueva burguesía mercantil e intermediaria y con los
inversionistas extranjeros. Surgió una clase media apoyada en los servicios y en
las pequeñas y medianas empresas productivas urbanas y rurales en las que
figuraban los nuevos profesionistas e intelectuales cuya influencia era importante.
En el campo, se redujeron las comunidades libres y aumentó el peonaje. En las
ciudades se redujo la importancia del artesanado ante la expansión de las fábricas
y el aumento del proletariado industrialxlv.

Muchos fueron las novedades que se presentaron en materia de instituciones: una


de ellas fue el surgimiento del sistema bancario primero con el Banco Nacional
Mexicano que después se transformó en el Banco de México, se fundó también el
Banco Hipotecario y el Banco de Londres y México y una serie de bancos locales
en casi todos los estadosxlv.

Para administrar la prosperidad, los porfiristas usaron el lema “menos política y


más administración” el cual se materializó en la creación de las siguientes
instituciones en el campo de la salud : el Instituto Médico Nacional, los Institutos
Bacteriológicos y Antirrábicos, el Instituto Médico Nacional, el Código Sanitarioxlv

La educación también fue una preocupación del régimen para lo cual se crearon :
El Consejo Superior de Instrucción Primaria, la Universidad Nacional de México, la
Escuela Normal de Profesores, la Dirección General de Instrucción Primaria y las
Leyes de Enseñanza Primaria obligatoria y Reglamentaria de Instrucción Pública,
la Dirección General de Enseñanza Normal, la Capacitación del Magisterio,, la
Escuela Nacional de Altos Estudios, así como la Secretaría de Instrucción Pública
y Bellas Artes. xlv

Asimismo se ocuparon también de crear la Ley de Extranjería y Naturalización del


28 de mayo de 1886, las Ordenanzas Generales del Ejército y la Armada el 15 de
junio de 1897, la Ley Orgánica del Cuerpo Diplomático, la Junta de Beneficencia
Privada, Junta de Vigilancia de las Cárceles, Junta Exploradora de la Fauna y la
Flora Nacionales, Cámaras Agrícolas Nacionales, Cámaras Nacionales de
Gobierno, el Observatorio Meteorológico Central, la Penitenciaría para el Distrito
Federal, la Lotería Única, la Oficina Liquidadora, la Oficina General de Aduanas, la
Comisión de Estudio para el Crédito Público, entre otras reglamentaciones o
instituciones.

Sin embargo, si bien Díaz logró cambiar la imagen del país y lograr un importante
crecimiento económico, la distribución de los beneficios solo eran para unos
cuantos. En la crisis final del periodo confluyen una gran desigualdad en la
distribución de la riqueza, la concentración del poder político, la enorme corrupción
prevaleciente y la exclusión de la participación política de las nuevas
generaciones, la pobreza extrema en las masas rurales y los primeros síntomas
de malestar entre el proletariado.xlv

Las primeras protestas contra el régimen se registraron en vísperas de la elección


de 1892 y se centraron en: el extranjerismo de Díaz, el acaparamiento de la
riqueza por unos cuantos y la esencia patriarcal y personal del régimen que era
incapaz de renovarse, impidiendo la movilidad política y socialxlv.

A continuación, te presentamos un documento de la época que legisla los terrenos baldíos y

que dio pié a numerosos despojos de tierras de los pueblos por parte de las compañías

deslindadoras y al enriquecimiento de una pequeña élite. Todo ello, en un país en donde la

mayoría de la población vivía de la agricultura.

LA LEY SOBRE TERRENOS BALDÍOS 1883*

La situación que propició los alcances sociales del movimiento iniciado por
Francisco I. Madero en 1910 tenía origen, parcialmente, en la legislación
porfiariana acerca de los terrenos baldíos la ley que se incluye abajo se debe, al
ministro de Fomento Carlos Pacheco.

I.

Art. I. Con el fin de obtener los terrenos necesarios para el establecimiento de colonos, el ejecutivo
mandará deslindar, medir, fraccionar y valuar los terrenos baldíos o de propiedad nacional que
hubiere en la República, nombrando al efecto las comisiones de ingenieros que considere
necesarias, y determinado el sistema de operaciones que hubiere de seguirse.
2. Las fracciones no excederán en ningún caso a dos mil quinientas hectáreas, siendo ésta la
mayor extensión que podrá adjudicarse a un solo individuo mayor de edad, y con capacidad legal
para contratar.
3. Los terrenos deslindados, medidos, fraccionados y valuados, serán cedidos a los inmigrantes
extranjeros y a los habitantes de la República que desearen establecerse en ellos como colonos, con
las condiciones siguientes:
I. En venta el precio del avalúo, hecho por los ingenieros y aprobado, por la secretaría de
Fomento, en abonos pagaderos en diez años, comenzando desde el segundo año de
establecido el colono.
II. En venta, haciéndose la exhibición del precio al contado, o en plazos menores que los de
la fracción anterior.
III. A título gratuito, cuando lo solicitare el colono; pero en este caso la extensión no podrá
exceder a cien hectáreas, ni obtendrá el título de propiedad sino cuando justifique que lo
ha conservado en su poder y lo ha cultivado en todo o en una extensión que no baje de la
décima parte durante cinco años consecutivos.
4. Luego que hubiere terrenos propios para las colonizaciones que establece el artículo 1º el
ejecutivo determinará cuáles deben colonizarse desde luego, publicando el plano de ellos y los
precios a que hubieren de venderse, procurándose en todo caso que la venta o cesión de que
habla el artículo anterior se haga en lotes alternados. El resto de los terrenos se reservará para
irse vendiendo con las condiciones que establece esa ley, cuando fueren solicitados o cuando lo
determine el ejecutivo, quien podrá hipotecarlos con el fin de obtener fondos que, reunidos al
producto de la venta de los terrenos, han de ser destinados exclusivamente para llevar al cabo la
colonización.
5. Para ser considerado como colono, y tener derecho a las franquicias que otorga la presente
ley, se necesita que, siendo el inmigrante extranjero, venga a la República con certificado del
agente consular o de inmigración, extendido a solicitud del mismo inmigrante, o de compañía o
empresa autorizada por el ejecutivo para traer colonos a la República.
6. En todos los casos los solicitantes han de presentar certificados de las autoridades
respectivas, que acrediten sus buenas costumbres, y la ocupación que han tenido antes de hacer
su solicitud para ser admitidos como colonos.
7. Los colonos que se establezcan en la República gozarán por diez años, contados desde la
fecha de su establecimiento, de las siguientes exenciones:
I. Exención del servicio militar.
II. Exención de toda clase de contribuciones, excepto las municipales.
III. Exención de los derechos de importación e interiores a los víveres, donde no los
hubiere, instrumentos de labranza, herramientas, máquinas, enseres, materiales de
construcción para habitaciones, muebles de uso y animales de cría o de raza, con
destino a las colonias.
IV. Exención personal e intransmisible de los derechos de exportación a los frutos que
cosechen.
V. Premios por trabajos notables, y primas de protección especial para la introducción de
un nuevo o industria.
VI. Exención de los derechos de legalización de firmas y expedición de pasaportes que los
agentes consulares otorguen a los individuos que vengan a la República con destino a
la colonización, en virtud de contratos celebrados por el gobierno con alguna empresa
o empresas.
18. El ejecutivo podrá utilizar a compañías para la habilitación de terrenos baldíos con las
condiciones de medición, deslinde fraccionamiento de lotes, avalúo y descripción, y para el
transporte de colonos y su establecimiento en los mismos terrenos...
...21. En compensación de los gastos que hagan las compañías en la habilitación de terrenos
baldíos, el ejecutivo podrá concederles hasta la tercera parte de los terrenos que habiliten, o de su
valor, pero con las condiciones precisas de que no han de enajenar los terrenos que se les
concedan, a extranjeros no autorizados para adquirirlos, ni extensiones mayores de dos mil
quinientas hectáreas; bajo la pena de perder en los dos casos las fracciones que hubiesen
enajenado, contraviniendo a estas condiciones, y cuyas fracciones pasarán a ser desde luego
propiedades de la nación.
...23. Las autorizaciones que otorgue el ejecutivo para la habilitación de terrenos baldíos,
quedarán sin efecto y sin derecho a prórroga, cuando no se hubiere dado principio a las operaciones
respectivas, dentro del término improrrogable de tres meses.
24. El ejecutivo podrá celebrar contratos con empresas o compañías, para la introducción a la
República y el establecimiento en ella de colonos e inmigrantes extranjeros, con las siguientes
condiciones:
I. Las compañías han de fijar el tiempo preciso dentro del cual han de introducir un
número determinado de colonos.
II. Los colonos e inmigrantes han de llenar las condiciones establecidas en los arts. 5º
y 6º de la presente ley.
III. Las bases de los contratos que han de celebrar las compañías con los colonos, se
han de ajustar a las prescripciones de esta ley y se han de someter a la aprobación
de la secretaría de fomento.
IV. Las compañías han de garantizar a satisfacción del ejecutivo, el cumplimiento de las
obligaciones que contraigan en sus contratos, en los que se han de consignar los
casos de caducidad y multa respectiva.
25. Las compañías que contraten con el ejecutivo el transporte a la República y el establecimiento
en ella de colonos extranjeros, disfrutarán por un término que no ha de exceder de veinte años, de
las siguientes franquicias y excepciones:
I. Venta a largo plazo y módico precio de terrenos baldíos o de propiedad nacional, con el
exclusivo objeto de colonizarlos.
II. Exención de contribuciones, excepto la del timbre, a los capitales destinados a la
empresa.
III. Exención de derechos de puerto, excepto los establecidos para mejoras en los mismos
puertos a los buques que por cuenta de las compañías conduzcan diez familias, por lo
menos, de colonos a la República.
IV. Exención de derechos de importación a las herramientas, máquinas, materiales de
construcción y animales de trabajo y de cría, destinado todo exclusivamente para una
colonia agrícola, minera o industrial, cuya formación haya autorizado el ejecutivo.
V. Prima por familia establecida y otra menor por familia desembarcada; prima por familia
mexicana establecida en colonia de extranjeros.
VI. Transporte de los colonos, por cuenta del gobierno, en las líneas de vapores y de
ferrocarriles subvencionadas.
26. Las compañías extranjeras de colonización se considerarán siempre como mexicanas,
debiendo tener domicilio en alguna de las ciudades de la República, sin perjuicio de las que puedan
establecer en el exterior, y estando obligados a construir en el país una parte de su junta directiva y
a tener uno o más apoderados en la misma República, ampliamente facultados para entenderse con
el ejecutivo.
Actividades para el estudiante:

Después de haber leído con detenimiento tanto el texto como el documento


podrás explicar de acuerdo a tu criterio:

1.- Cuál es la idea de progreso que tenía el gobierno de Porfirio Díaz?.


2.- Cuál es el lugar que ocupa el gobierno de Díaz por su acción administrativa?
3.- Qué papel jugó Díaz en la creación de instituciones?
III.2 Declive del Gobierno de Porfirio Díaz

Las primeras protestas contra el gobierno de Porfirio Díaz se dieron en vísperas


de la elección de 1892 y fueron subiendo de tono a medida que concluía el siglo
XIX e iniciaba el XX. Las críticas se centraban en varios aspectos: su
extranjerismo, las enormes diferencias sociales que había generado el crecimiento
económico, la perpetuación en el poder y la esencia personalista y patriarca del
régimenxlv.

A Díaz se le criticaba que el desarrollo económico beneficiase a la elite mexicana


y sobre todo a los extranjeros, por ejemplo, en los ferrocarriles los extranjeros
ocupaban los mejores puestos y sus salarios no se comparaban a los de los
mexicanos. Hasta las normas de colonización daban preferencia a los extranjeros
de raza blanca. También una fuente de descontento social fue la enorme brecha
que existía entre las masas cada vez más pobres y una élite cada vez más
reducida y cada vez más rica. El sistema patriarcal de control impuesto por Díaz
era otra razón de descontento social. Este sistema era incapaz de renovarse y era
evidente con las constantes reelecciones del ejecutivoxlv.

Con la modernización del aparato de estado y de la sociedad también llegaron las


nuevas ideas. Proliferaron las asociaciones literarias, los clubes
antireeleccionistas, las mutualidades de trabajadores, los sindicatos de oficio y los
nuevos cultos religiosos. Estos espacios se convirtieron en vehículos del
descontento social y caldo de cultivo para que se estructurara el deseo de
democracia, la necesidad de las libertades políticas y la elección presidencial
mediante el sufragio universal.

A continuación te presentamos una interesante lectura acerca de la manera en


que se fue estructurando la oposición al gobierno de Porfirio Díaz y cómo se
fueron creando las condiciones para la Revolución Mexicana

Las primeras protestas contra el gobierno de Porfirio Díaz se dieron en vísperas


de la elección de 1892 y fueron subiendo de tono a medida que concluía el siglo
XIX e iniciaba el XX. Las críticas se centraban en varios aspectos: su
extranjerismo, las enormes diferencias sociales que había generado el crecimiento
económico, la perpetuación en el poder y la esencia personalista y patriarca del
régimenxlv.

A Díaz se le criticaba que el desarrollo económico hubiese sido casi en totalidad


por parte de extranjeros, sin una ley de inversiones y sin haber incorporado a
mexicanos, pero no solo los posibles empresarios se quejaban, en los ferrocarriles
por ejemplo, los extranjeros ocupaban los mejores puestos y sus salarios no se
comparaban a los de los mexicanos. Hasta las normas de colonización daban
preferencia a los extranjeros de raza blanca. También una fuente de descontento
social fue la enorme brecha que existía entre las masas cada vez más pobres y
una élite cada vez más reducida y cada vez más rica. El sistema patriarcal de
control impuesto por Díaz era otra razón de descontento social. Este sistema era
incapaz de renovarse y era evidente con las constantes reelecciones del
ejecutivoxlv.

Con la modernización del aparato de estado y de la sociedad también llegaron las


nuevas ideas. Proliferaron las asociaciones literarias, los clubes
antireeleccionistas, las mutualidades de trabajadores, los sindicatos de oficio y los
nuevos cultos religiosos, lo cual fue un caldo de cultivo para que se enarbolara el
deseo de democracia, la vigencia de las libertades políticas y la elección
presidencial mediante el sufragio universal.

A continuación te presentamos una interesante lectura acerca de la manera en


que se fue estructurando la oposición al gobierno de Porfirio Díaz y cómo se
fueron creando las condiciones para la Revolución Mexicana

UNA GEOGRAFÍA P0LÍTICA DE LA OPOSICIÓN


AL PORFIRISMO. DE LAS SOCIEDADES DE IDEAS
AL ORIGEN DE LA REVOLUCIÓN DE 1910

JEAN-PIERRE BASTIAN
Universidad Autónoma Metropolitana
Iztapalapa

En 1871, Ignacio M. Altamirano publicó dos obras ejemplares para analizar la cultura
política liberal. La primera era una novela titulada La navidad en las montañas y la segunda
un relato llamado El maestro de la escuela. En ambas actúan los mismos personajes: el
cura. El alcalde, el maestro y un liberal. El actor principal en torno en el cual se desarrolla
la trama de los dos ensayos es el cura. En la novela aparece tal cual lo soñaban los liberales:
misionero del evangelio, procurador de la justicia y fraternidad, amigo del maestro,
ferviente liberal y desprovisto de apetitos. En el relato el cura está descrito tal como era
según los mismos liberales: un promotor de desdichas, un perseguidor implacable del
maestro, un conservador partidario del Imperio, obediente al afán de dominio de la Iglesia,
un ser lleno de lujuria.xlv Altamirano expresaba así el deseo liberal de ver a la Iglesia
aceptar la modernidad liberal y de restringir su acción a la esfera privada y, por otro lado, la
realidad del rechazo de la misma Iglesia al proyecto liberal. Frente a la resistencia del clero,
pero también de los demás actores sociales colectivos, por abandonar el modelo
corporativista del control social quedaba para los liberales un estrecho camino para imponer
una modernidad política que pudiese acompañar el desarrollo económico y social que se
esperaba. Esta vía consistía en fomentar nuevos modelos asociativos cuya finalidad fuera
propiciar el desplazamiento de lo político desde los actores colectivos de la sociedad
corporativista hacia el individuo-ciudadano de la modernidad liberal. Este proceso debía
operarse a través de la proliferación de asociaciones modernas, de sociedades de ideasxlv
que reforzarían en la sociedad civil el espíritu de asociación, democrático e igualitario,
contra el antiguo espíritu de cuerpo, autoritario y defensor de los privilegios
consuetudinarios, ¿Cómo se produjo este fenómeno asociativo nuevo, en cuál contexto
político y social, cual fue la geografía de las asociaciones modernas, en qué sentido
correspondió a una red pre-política y en que medida en esta red se encuentra el origen del
estallido revolucionario de 1910? Estos son los interrogantes a los cuales este ensayo
pretende ofrecer respuestas.
Un observador agudo de la Revolución mexicana como José C. Valadés había
adelantado ya que “más que manifestaciones ideológicas escritas, lo que hacía aletear un
nuevo pensamiento político eran las conversaciones, siempre en voz baja, a la hora de las
serenatas en las plazas públicas o la discusión medida en las sociedades masónicas y
espiritistas; pues aunque éstas no tenían dirección ni confabulación en los negocios
públicos, sí mantenían el espíritu del debate sobre lo que llamaban ‘libre albedrío’ político
y social”.xlv
También llaman la atención las menciones que a menudo aparecen en la
historiografía de la Revolución en torno a sus actores en cuanto a masones, protestantes o
espiritistas, términos que remiten siempre a una nebulosa de heterodoxia religiosa o
filosófica, componente nunca aclarado de la personalidad de muchos revolucionarios. Esas
connotaciones han pasado inadvertidas por la historiografía porque nunca se les ha
considerado a partir de la comprensión del desempeño específico de las sociedades de
ideas, a las que pertenecieron estos personajes durante los años anteriores al movimiento
insurreccional.
Por lo tanto, en este ensayo pretendo tomar en serio la aserción de Francisco Bulnes,
para quien la Revolución fue el fruto del apostolado anarquista desempeñado “por maestros
de escuelas normalistas, por pastores protestantes mexicanos, por periodistas pauperos, por
abogados de villorrio recién paridos por infectas aulas, por masones grasientos y
machucados”.xlv No se trata solamente de tomar en serios el papel del intelectual pueblerino
como forjador y transmisor de una nueva visión del mundo. Ante todo conviene considerar
la generalización acelerada del fenómeno asociativo, su expansión en diversas regiones del
país y la constitución de un universo liberal radical en la cual os “hermanos” (tal como se
llamaban) de las asociaciones modernas se encontraron ligados de manera personal como
también partícipes de una comunión espiritual, moral y política. Percibir estas afinidades y
relaciones entre el liberalismo radical y ciertos grupos sociales, ciertos tipos de población,
ciertas áreas regionales, nos pueden permitir abrir pistas nuevas de comprensión sobre el
origen del estallido revolucionario de 1910.xlv

LA PROLIFERACIÓN DE LAS SOCIEDADES DE IDEAS

A partir del regreso de Benito Juárez a México en agosto de 1867 y a lo largo de la década
de 1870, una verdadera fiebre asociativa animó a la sociedad civil. Si bien, desde la
Independencia, las logias masónicas habían reunido a los liberales en sociedades de tipo
igualitario, fueron la Constitución de 1857 y, aún más, las Leyes de Reforma las que
facilitaron desde el punto de vista jurídico la libertad de asociación, de creencia y de culto.
Incluso, después de 1860 los primeros intentos de asociación fueron frenados por la
inestabilidad política y luego por la guerra en contra de la intervención francesa, de tal
modo que el triunfo liberal sobre Maximiliano y, después, la política anticatólica del
régimen de Sebastián Lerdo de Tejada ofrecieron por primera vez un contexto político e
ideológico que facilitó la formación de nuevas asociaciones. Mientras las logias se
encontraban bajo el control estrecho de las minorías liberales en el poder y les servían de
canales hacia la sociedad civil, las nuevas asociaciones tuvieron la característica de
extender la posibilidad de participación para sectores liberales surgidos de sectores sociales
en transición, no sólo en las sociedades sino principalmente en regiones rurales de tradición
liberal. El movimiento asociativo interesó en primer lugar a la clase obrera naciente. Entre
1867 y 1884, como lo notaron Lea y Woldenberg, se observó “una intensa efervescencia
organizativa del artesanado urbano libre, que tomó cuerpo en el surgimiento y la
proliferación de asociaciones de ayuda mutua”.xlv El socialista y El Hijo del Trabajo fueron
expresión de la emergencia de una opinión pública asociativa en el seno de las sociedades
mutualistas vinculadas al Gran Círculo de Obreros de México entre 1872 y 1876 nos
remiten no solamente a fábricas textiles, minas y centros ferrocarrileros; aparecieron
también asociaciones en regiones rurales pioneras, como por ejemplo San Juan Bautista, en
Tabasco; en Jitla, en la Huasteca hidalguense, o en distritos rurales de lucha entre pequeños
propietarios y haciendas, como fue el caso de Tizayuca, Hidalgo. Al mismo tiempo se
difundieron los círculos espiritistas influidos por la doctrina de Allan Kardeck. Los
primeros brotes se dieron en 1868 en Guadalajara, y en 1872 se creó el Centro coordinador
en la ciudad de México, a la vez que se publicaba un periódico propio. La Ilustración
Espirita, bajo la conducción del general Refugio I. González. Este “cristianismo sin
iglesia” atraía a jóvenes intelectuales tales como Justo Sierra y su hermano Santiago, e
incluso a miembros de las logias masónicas y a “gente pobre” de ciudades como Tampico,
Veracruz o Mérida, difundiéndose también en Tabasco muy rápidamente.xlv También
surgieron entonces intentos de cismas católicos, los cuales al fracasar en su proyecto de
fundar una iglesia católica mexicana no romana, desembocaron en la propagación de
congregaciones protestantes (metodistas, presbiterianas, congregacionalistas y bautistas,
entre otras) tanto en el centro del país como también en Zacatecas, Monterrey y
Guadalajara.xlv Estas asociaciones religiosas disidentes tuvieron su propia prensa, cuyos
títulos (La Luz, El Faro, El abogado Cristiano, etc.) evocaban su deseo de ilustrar al
pueblo.
Estas asociaciones mutualistas, espiritistas y protestantes se caracterizaban por el
anticatolicismo militante, por la práctica del igualitarismo y de la democracia directa en sus
organizaciones, marcadas por asambleas y elecciones regulares, y por el interés por
propagar la educación entre las masas. Al ingresar a ellas, el individuo se despojaba de su
pasado corporativo y en particular de su identidad de casta, para convertirse en sujeto de
una sociedad abstracta de individuos iguales: en un pueblo de electores. Así, por ejemplo,
según uno de sus adeptos, el espiritismo “no admitía diferencias de razas, ni de países, ni de
condición social; para él no había favoritos ni predestinados: papas, reyes, presidentes,
magistrados, ricos, grandes y fuertes de la tierra […]. Solamente todos, absolutamente
todos y debemos ser iguales”.xlv Este igualitarismo absolutizado implicaba el rechazo de las
metáforas orgánicas y de las tradiciones religiosas corporativas que permeaban a la
sociedad civil mexicana. La búsqueda de la transformación del México profundo, católico y
tradicional, se expresaba por el uso de un registro propio de la Ilustración, de la luz contra
las tinieblas, de la verdad contra el error y de la educación contra el fanatismo, que aparecía
en el título mismo de su prensa. Su anticatolicismo no era una negación de la religión sino
más bien la promoción de un humanismo cristiano, presente incluso cuando llevaban la cara
de sociedades librepensadoras, como la fundada por el propio Altamirano en 1870.xlv De
hecho, estas asociaciones constituyeron rápidamente un frente de minorías liberales
intransigentes; sus miembros pasaban a menudo de unas a otras o pertenecían a varias,
según sus intereses del momento. Este frente experimentó una mayor cohesión con la
rápida réplica de la Iglesia católica en el país, que tanto en sus cartas pastorales como en su
práctica intentó organizar la presión popular en contra de las minorías liberales radicales.xlv
Es importante señalar que las nuevas asociaciones nacieron ligadas desde sus inicios
con los problemas sociales, tanto fabriles como rurales, ofreciendo redes informales de
presión. Ejemplar fue la actuación del socialista cristiano y protestante, de origen griego,
Plotino R. Rhodakanaty, quien llegó a México en 1861, poco después del triunfo liberal, y
fundó escuelas y en particular la Sociedad Mutualista La Social, cuyo lema estaba inspirado
en los principios del 1789 francés. Promotor incansable de sociedades mutualistas,
Rhodakanaty había sido el autor intelectual de la rebelión antihacendaria dirigida por Julio
Chávez López en Chalco, Estado de México, para quienes escribía artículos
defendiéndolas, y enseñaba el griego y la filosofía en uno de sus seminarios; participó
también en la prensa obrera y liberal con textos donde rescataba un socialismo de corte
anarquista muy cercano del cristianismo primitivo, para quien “Jesús era el primero de los
socialistas”. La revolución social, que a juicio de Rodhakanaty era la consecuencia de la
revolución política liberal de la Reforma, debía desembocar en una “perfección social que
sólo alcanza por la práctica razonada del Evangelio”.xlv La denuncia de la colusión de los
intereses de los hacendados y el clero, así como el anticatolicismo, fueron una constante en
varias rebeliones agrarias que agitaron el centro de México al final de la década de 1860 y
durante los años de 1870; otros rasgos estuvieron presentes tanto en la proclama de Julio
Chávez López como en el movimiento del Coronel Alberto Santa Fe, espiritista notorio, de
Puebla (1879), y en la protesta agraria de Tizayuca, Hidalgo (1870-1878), cuyo portavoz
era el abogado Francisco Islas, fundador de sociedades metodistas.xlv
El anticatolicismo y el rechazo a las estructuras corporativas de las nuevas
asociaciones obreras aparecen en sus periódicos, órganos del Gran Círculo de Obreros y en
los discursos de sus agentes fundadores, como Juan de Dios Plaza, masón y protestante,
quien al fundar la sociedad de artesanos de Tepic denunciaba al clero como el “cáncer” de
la sociedad mexicana.xlv El anticatolicismo de los miembros de las sociedades de ideas no
era una oposición al cristianismo, sino un rechazo al uso del catolicismo en las fábricas para
controlar a los obreros y en el campo para imponer faenas y tributos so pretexto de celebrar
fiestas religiosas. Por lo tanto, este catolicismo era sobre todo una oposición al
corporativismo, denunciado como “la horripilante y tenebrosa figura del odioso
feudalismo”.xlv José María González, uno de los dirigentes obreros del Gran Círculo,
resumía así el frente constituido por las sociedades de ideas y el socialismo cristiano que las
animaba: “Para nosotros los desheredados, los verdaderos hijos del trabajo, cristianismo
evangélico, democracia, libertad, igualdad, fraternidad, derechos, socialismo, todo es igual,
porque todo está basado en el sublime precepto de Jesús: ‘amaos los unos a los otros’”.xlv
Para Santiago Sierra, que asociaba espiritismo y socialismo racional, el mismo lema
xlv
bíblico citado por González era el “precepto más santo y socialista” para lograr la
fraternidad universal; esa visión social, fundamentalmente moral, aparecía en los escritos
de Juan Amador, editor del periódico presbiteriano La Antorcha Evangélica en Zacatecas,
para quien “nuestras leyes sobre la propiedad son inflexibles y resultan de la lucha del
fuerte sobre el débil”, por lo cual el socialismo era sublime pensamiento de la
transformación de la sociedad por la paz, la justicia, la igualdad y la fraternidad
universal”.xlv Amador, imbuido de las ideas de la Revolución francesa, autor de Apocalipsis
o revelación de un sans culotte (1856), fundador de sociedades protestantes y colaborador
del periódico obrero El Artesano de Aguascalientes, estaba animado, como Rhodakanaty,
Alberto Santa Fe y Santiago Sierra, por una crítica social cuyo sustrato moral debía
iniciarse en la regeneración del individuo desde el interior de las sociedades de ideas para
extenderse, luego, al conjunto de la sociedad civil.xlv Aunque la adhesión a tales sociedades
coincidía con movimientos agraristas antihacendarios y con demandas de autonomía obrera
frente a los dueños y capataces “españoles” de las fábricas, se pensaba que democracia y
transformación de la sociedad tradicional provendrían de la difusión de asociaciones
nuevas, donde se practicara la democracia en el sentido consensual del socialismo cristiano
utópico. José María Vigil, espiritista, resumía con claridad el intento de las sociedades de
ideas y aplaudía su propagación, porque era “el único medio para ser retrógrada y
monárquica en la Iglesia, progresista y liberal en la plaza pública”.xlv Quería decir que la
sociedad mexicana no podía seguir siendo corporativa y vertical en sus mentalidades y
pautas políticas consuetudinarias, y moderna en las leyes sólo ejercidas por las minorías
liberales que conformaban este “pueblo republicano”.
Durante la república restaurada el movimiento asociativo provocó un
desbordamiento de las logias masónicas, que ampliaban el frente anticatólico y
anticorporativo, hasta entonces reducido. La implantación de las sociedades de ideas
correspondía también a una mutación de los sectores sociales vinculados a las fábricas y al
campo. En el caso de los primeros, nacía un movimiento obrero que abandonaba la
organización de los gremios patronales católicos para organizarse en un Gran Círculo de
Obreros que, secularizado y todo, aún estaba imbuido de humanismo cristiano. Para los
segundos, en el campo, como lo ha apuntado Jhon Hart, la propagación de las asociaciones
nuevas correspondía a la mutación de las luchas agrarias. Según este autor, el movimiento
de Julio López en Chalco fue “el punto final de los saqueos y disturbios típicos de sus
predecesores” y el principio de la formulación de “metas inmediatas que provenían de una
crítica ideológica al gobierno”.xlv Hace falta estudiar el desarrollo de las logias masónicas
que servían de espacio de formación de clientelas políticas durante este mismo periodo de
tensiones intraliberales. Sin embargo, una posible hipótesis es que las nuevas asociaciones
surgidas con un arraigo tanto en los sectores “modernos” del campo como entre los obreros,
ofrecían una mayor autonomía frente al gobierno liberal, cuya clientela directa se
encontraba en las logias.

UNA DIFUSIÓN PECULIAR

Las sociedades de ideas observaron una propagación rápida hasta la década de 1890, para
luego mantenerse estables en una geografía que conformaba un espacio liberal bien
definido, ultraminoritario, que se oponía por lo general a la alianza con el Estado porfirista
con la Iglesia católica romana y a las reelecciones de los liberales en el poder. Sin embargo,
no todas las soledades de ideas fueron centros de oposición al gobierno. En particular, las
logias cumplieron un papel ambiguo, por ser tanto un instrumento de los liberales en el
poder para hacer llegar el consenso porfirista hacia la sociedad civil, como un espacio de
resistencia hacia esta política. Díaz se dio cuenta de la necesidad de controlarlas y por eso
promovió la creación de la Gran Dieta masónica en febrero de 1890, con el fin de reagrupar
todas las logias bajo su control. Pero ese intento fracaso, en gran parte debido al principio
de autonomía constitutivo de la masonería. Por lo tanto, la masonería mexicana siguió
dividida. Al principio de 1896 existían unas 196 logias y 15 grandes logias vinculadas al
Gran Valle de México; una cantidad menor pertenecía al Rito Nacional dirigido por Benito
Juárez Maza; otras pocas pertenecían al cisma masónico realizado en 1881, ligadas a la
Gran Logia de Libres y Aceptados Masones, cuyo dirigente era Ignacio A. de la Peña, y un
número también reducido formaba el Rito Mexicano Reformado, que era una disidencia
contra la tentativa de control de Díaz, surgida en 1890 y encabezada por Jesús Medina.xlv
El número de sociedades espiritistas oscilaba en un centenar; las protestantes eran
566 y se desconoce el número de sociedades mutualistas, que muy probablemente
alcanzaban una cifra similar a las protestantes.xlv A ese conjunto de sociedades habría que
añadir las sociedades patrióticas y los clubes liberales, que a menudo reclutaban miembros
de las primeras. Así, en Puebla, la logia Melchor Ocampo, la Sociedad Patriótica Liberal y
luego el club liberal del mismo nombre, el liceo Melchor Ocampo del Instituto Metodista
Mexicano y la sociedad Miguel Hidalgo conformaron un frente común entre 1890 y 1910;
las asociaciones servían de repliegue cuando el club era perseguido.xlv Por lo general, si se
toma en cuenta que las sociedades de ideas reclutaban en promedio de 50 a 100 miembros,
se puede constatar que los sectores que adherían eran minorías, pero, como lo anota Furet,
“implicaban la disponibilidad de un cuerpo social que había perdido sus principios
tradicionales” y que sustituía al catolicismo y las jerarquías consuetudinarias por la
ideología igualitaria y la democracia directa.xlv
Al inicio del movimiento asociativo se encontraron muchos ex militares de los
ejércitos juaristas triunfantes sobre la intervención francesa. Los círculos espiritistas fueron
promovidos por el general Refugio I. González, conocido por sus cartas anticatólicas en
Guadalajara; el coronel Alberto Santa Fe, en Puebla, y el coronel Manuel Salamanca en la
ciudad de México. Entre los primeros dirigentes de las sociedades protestantes en el distrito
de Chalco, México, se encontraban los coroneles Silvestre López y Lauro González.xlv En
Tabasco el propagador de tales asociaciones fue el coronel Gregorio Méndez Magaña, jefe
de la lucha antifrancesa en la región; en la sierra norte de Puebla, donde convivían logias,
círculos espiritistas y sociedades protestantes, fueron los generales Juan N. Méndez y Juan
Crisóstomo Bonilla quienes las promovieron; en Chihuahua, el coronel Ignacio Orozco
ofrecía su casa para que se celebraran los primeros cultos protestantes en la ciudad. Las
logias también fueron a menudo encabezadas por los mismos militares.xlv Los miembros de
las sociedades de ideas provenían de estos mismos sectores sociales en transición, ni peones
ni indígenas, sino más bien obreros, mineros, ferrocarrileros, jornaleros, rancheros,
empleados, comerciantes y maestros de escuela. Las logias fueron, según Chism, pobladas
por empleados del gobierno cuando eran urbanas y pertenecían al rito escocés controlado
por Díaz, y empleados del correo cuando eran del rito nacional, mientras muchos tenían una
membresía más variada.xlv Las sociedades mutualistas, si bien fueron obreras en un
principio, no fueron luego integradas sólo por ellos sino por una membresía heterogénea
compuesta también de empleados y maestros de escuelas, entre otros. Los círculos
espiritistas atrajeron desde “gente pobre” hasta gente culta urbana; en sus actividades
participaron Justo y Santiago Sierra, José María Vigil, el biólogo Alfonso Herrera y
Francisco I. Madero, por ejemplo.xlv En fin, en las sociedades protestantes se encontraban
tanto ex sacerdotes católicos, maestros de escuelas y pastores que conformaban el
liderazgo, como jornaleros, aparceros, rancheros, obreros, empleados y maestros.xlv
Por lo tanto, estas sociedades de ideas agrupaban una membresía a menudo
ecléctica, en ruptura con las pautas tradicionales de asociación y con el catolicismo romano,
y experimentaban relaciones que ponían de lado el origen social y racial y hacían del
simpatizante un socio igualado. Este conjunto de sociedades corresponde al fenómeno
jacobino entendido por Furet como “una forma acabada de un tipo de organización política
y social”.xlv Al difundirse las sociedades de ideas, se constituían también en redes
informales con concentraciones específicas que dibujaron una geografía liberal que se
oponía al México profundamente católico del centro-oeste.
Para comprobar esta geografía intenté comparar cinco series de datos de
concentración estatal de cinco redes asociativas entre 1893 y 1910. Se trata de las logias
ligadas al Gran Valle de México para un total de 207 en 1893;xlv los Grupos Reformistas y
Constitucionales para un total de 113 en 1895-1896; los clubes liberales vinculados al
Congreso liberal de San Luis Potosí para un total de 74 en 1900-1901; los círculos
espiritistas reunidos en congresos de 1906 a 1908 con un total de 69, y, en fin los clubes
antirreeleccionistas de 1910 para un total de 137. Añadí aquellos actos asociativos una lista
de 517 suscriptores del periódico de la oposición liberal Regeneración conocidos por los
años 1905 y 1906. Al considerare el cuadro (anexo 1), se pueden constatar algunas
constantes. En primer lugar, el alto grado de concentración asociativa en los estados del
centro-sureste (capital, Puebla, Oaxaca, Veracruz), del noreste (Coahuila, San Luis Potosí,
Nuevo León, Tamaulipas) y luego, a partir de principios del siglo XX, en los estados del
noreste (Chihuahua, Sonora y Sinaloa). A estas altas tasas de concentración asociativa
parecen corresponder altas tasas de lectores de Regeneración en todos los estados
mencionados, lo que deja entender una correlación entre la oposición política a Díaz y las
sociedades de ideas. Al contrario, los estados del centro-oeste (Morelos, Michoacán,
Querétaro, Aguascalientes, Guanajuato, Jalisco, Colima, Nayarit y Durango) manifiestan
tanto las más bajas tasas de lectores de Regeneración como de vida asociativa con la
excepción de Jalisco, donde tanto los círculos espiritistas (influidos por Madero) como el
movimiento antirreeleccionista muestran su interrelación posible en la conformación de un
frente opositor a Díaz.xlv De igual manera, las sociedades protestantes se concentraban en
los estados del norte y en las regiones periféricas del centro, de antigua pedagogía liberal,
como el distrito de Zitácuaro, Michoacán; las Hustecas potosinas e hidalguense; la sierra
norte de Puebla; la Chontalpa Tabasqueña; el distrito de Chalco, en el Estado de México; el
oeste de Chihuahua, el este de Sonora y la Laguna.xlv Tanto para los círculos espiritistas
como para las sociedades protestantes, era notable su ausencia en el eje centro-oeste del
país.
Se puede constatar que este “pueblo liberal” ligado a las redes informales
asociativas era tan rural como urbano. Es en esta geografía específica que se inculcaban las
prácticas y los valores nuevos, modernos, en el seno de una sociedad global profundamente
marcada por los actores colectivos y las prácticas corporativas.

UN DISCURSO INDEPENDIENTE

Las sociedades de ideas durante el porfiariato se caracterizaron por un conjunto de


prácticas democráticas donde se forjaba un pueblo nuevo de electores. Su organización con
mesas directivas, asambleas anuales, congresos y convenciones era muestra de esta
voluntad democrática. En regímenes de asambleas sometían a los dirigentes nacionales a
elecciones regulares y tanto las directivas locales como nacionales cambiaban con
regularidad, lo que contrastaba con a ausencia de cambios y de prácticas democráticas en la
vida política del país, marcada más bien por las constantes reelecciones tanto del presidente
como de la mayoría de los gobernadores, diputados y senadores. También la Iglesia católica
romana seguía pautas consuetudinarias de control político vertical, de las cuales se
distinguían las sociedades protestantes, donde “no mandaba el obispo sino el pueblo”. Así,
en la Iglesia mexicana de Jesús, según su reglamento, ”toda congregación formalmente
organizada elige su junta parroquial, que debe renovarse cada primer miércoles de cada
año”; dos miembros de cada junta, también democráticamente elegidos, representaban a la
congregación en el sínodo, que a su vez elegía al obispo.xlv
Esta inculcación democrática se aliaba a la esperanza de lograr una igualdad nueva
por medio de la educación, único modo de “ilustrar” a un pueblo sometido, según los
miembros de las sociedades de ideas, al yugo de la Iglesia católica, causa del fanatismo, del
analfabetismo y del atraso general de las mayorías. Por lo tanto las escuelas primarias,
secundarias y a veces superiores que estas asociaciones sostenían, buscaban educar a las
minorías liberales alejadas de la pedagogía católica, además de mantenerlas fuera del
control del Estado. Para los pedagogos de las sociedades de ideas, esta distancia con la
pedagogía oficial existía porque no solo se trataba de instruir sino ante todo de educar al
pueblo para que conociera sus derechos democráticos.xlv La importancia dada a la
educación portadora de los valores modernos, ligados a la enseñanza de los derechos
cívicos y de una historia liberal que exaltaba a los héroes de la Independencia, de la
Reforma y de la lucha contra la Intervención francesa y sus aliados “clericales”,
desembocaba en una “fe” liberal-radical. Esta visión de la historia nacional, entretejida en
estas sociedades, era tachada de “metafísica” por los liberales en el poder y en particular
por los científicos y positivistas, que la consideraban “leyendas”. Para las sociedades de
ideas, esta relectura constante de la historia tenía como meta la movilización constante de
los socios para conformar el “verdadero partido liberal”.xlv Por supuesto que no existía
ningún partido liberal en el sentido moderno de la palabra. Cuando los liberales en el poder
aludían al partido liberal, se referían al conjunto de logias que les habían servido de base
política para la lucha contra la coalición de conservadores y de la Iglesia católica. Por lo
tanto, la referencia a un “verdadero partido liberal” de parte de las minorías liberales
inconformes con el statu quo de conciliación, remitía a una situación similar ligada al
surgimiento de las sociedades de ideas independientes y no controladas por el gobierno de
Díaz, que querían conformar un frente anticatólico y opuesto a la alianza del Estado liberal
conservador, tal como se llamaba a sí mismo, con la Iglesia.
En este sentido, la pedagogía liberal exaltada por esas asociaciones correspondía a
una diferenciación progresiva del liberalismo a lo largo del porfiariato, desde un
liberalismo conservador, conciliador con el clero, definido por el proyecto de los jóvenes
científicos y expuesto en el periódico La Libertad desde 1878, hasta el liberalismo radical,
llamado por sus miembros con los términos de “puro”, “jacobino” y “rojo”, y definido por
una práctica cívica y un lenguaje revolucionario similar al empleado en los años previos a
1789 en Francia por sociedades semejantes.xlv
La emergencia del lenguaje democrático, opuesto al lenguaje burocrático y
tecnocrático del régimen porfirista, estuvo directamente ligada a la propagación de las
sociedades de ideas y a la construcción de redes informales asociativas. Una de las
principales actividades promovidas fueron las fiestas cívicas, en particular la del 5 de
febrero (Constitución), 18 de julio (muerte de Juárez), 5 de mayo (batalla de Puebla) y 16
de septiembre (Independencia). Estas fiesta también eran celebradas por los liberales en el
poder, pero muy rápidamente operó una yuxtaposición de celebraciones oficiales y de actos
independientes, de oposición, en los cuales actuaban los miembros de las sociedades de
ideas.xlv. La actividad cívica exacerbada estaba directamente ligada al intento de construir
un espacio liberal independiente y de oposición a lo largo del porfiariato. Charles A. Weeks
ha mostrado muy bien como se tejió el mito de Juárez, en particular a partir de 1887,
cuando frente a las modificaciones constitucionales que aseguraban las reelecciones, el
anticatolicismo se volvió un pretexto para releer a Juárez y desarrollar manifestaciones
cívicas que permitieran definir los campos en pugna, a pesar de la represión del régimen.xlv
Mientras el régimen porfirista toleraba un catolicismo dinámico que le aseguraba la paz y el
progreso, los liberales radicales desarrollaban un anticatolicismo militante en sus
sociedades y en sus actos cívicos, donde se operaba un doble movimiento: por un lado la
denegación del México profundamente católico y por el otro la exaltación de la democracia,
fundada sobre el individualismo y la igualdad abstracta. Fue en el seno de las sociedades de
ideas donde se realizó el trabajo de elaboración del lenguaje liberal-radical, propio del
“liberalismo constitucional” de la vieja guardia, desplazada por los porfiristas, que Alan
Knight opone en su tipología al liberalismo desarrollista y centralizador porfirista.xlv Era un
lenguaje abstracto, genérico, religioso, que pretendía suscitar una fe liberal y que tenía
como primera característica la de elaborar y fomentar el consenso democrático en el seno
mismo de las sociedades de ideas, delimitando el campo ideológico al señalar lo nefasto, la
Iglesia católica y la sociedad corporativa.
Así aparece una función específica y típica de las sociedades de ideas: la de elaborar
“representaciones cristalizadas en algunas simples figuras del lenguaje, destinadas a
unificar y a movilizar los espíritus y as voluntades”.xlv Este lenguaje impregnará todo el
movimiento liberal de oposición a Díaz, desde los miembros de las sociedades de ideas
hasta los militantes del Partido Liberal Mexicano. En Puebla, Aquiles Serdán y los
miembros de su club consideraban que “la Constitución era la Biblia y bastaba conocerla
para gozar de indulgencias”.xlv Para los masones y los metodistas de la sierra norte de
Puebla, en una expresión similar, “los principios constitucionales eran tan sagrados como
ara los católicos el Santísimo Sacramento […]; como secretarios, tenemos nuestras
deidades en Hidalgo, Morelos, Juárez, Ocampo, Ramírez y en nuestros hogares se venera a
Méndez, Bonilla, Bravo y otros, así como los católicos reaccionarios de Zacapoaxtla y de
todas las parte tienen las suyas en el Papa, Iturbide, Maximiliano; Miramón, Márquez,
Mejía, Labastida, Alarcón, en su párroco desenterrado”.xlv
Las bases mexicanas del liberalismo magonista estaban también influidas por esta
visión genérica, ya rebasada por el movimiento de los jóvenes intelectuales urbanos, que
habían tenido el privilegio de tener acceso a otras lecturas y a otra cultura política. Las
cartas recibidas por los hermanos Flores Magón están llenas de ese lenguaje liberal-radical,
para el que la Reforma se volvía un tiempo arcaico, fundador.xlv Por supuesto, Francisco I.
Madero lo usó también en La sucesión presidencial en 1910, pero a la vez intentó superarlo
al sustituir la oposición Iglesia-liberalismo por la de militarismo-democracia.
El México porfirista fue invadido por un lenguaje genérico y consensual elaborado en las
sociedades de ideas, que buscaban crear la opinión pública, condición necesaria para hacer
surgir la soberanía del pueblo, denegada por el Estado porfirista pero ya presente en las
asociaciones.

DEL DISCURSO A LA PRÁCTICA

Las prácticas cívicas en torno a los símbolos liberales alcanzaron auge poco a poco entre
minorías liberales y fueron el instrumento para impulsar su causa y sus críticas al gobierno
de Díaz. Por ejemplo, el Gran Círculo de Obreros inició una primer ceremonia de
conmemoración de la muerte de Juárez en julio de 1876; ésta consistió en una marcha
patriótica hacia su tumba por la mañana y en una parte literaria en que se expresaron
exigencias de garantías a la libertad de asociación. El acto, como otros similares celebrados
por primera vez por logias y sociedades protestantes, fue el principio de una larga tradición
de protesta por medio de las prácticas cívicas a lo largo del porfiriato; Gastón García Cantú,
como también Charles A. Weeks, entre otros, han destacado el carácter impugnador de
estas prácticas en contra de la política porfirista.xlv El otro espacio de impugnación fue, por
supuesto, la misma prensa liberal de oposición, en la cual escribían masones disidentes,
espiritistas y protestantes, prensa reprimida y perseguida desde los primeros años del
régimen porfirista y aún más a partir de la primera reelección de Díaz (1884). La estrecha
alianza entre la prensa de oposición liberal y las redes informales constituidas por las
sociedades de ideas revela la dinámica lenta que se ponía en marcha y que consistía en
intentar pasar poco a poco de las redes de asociaciones privadas a una organización política
nacional, cohesionada y estructurada.
La modificación de los artículos constitucionales para permitir la reelección de
Díaz, en marzo de 1887, provocó el primer movimiento oposicionista en su contra,
convocado por la prensa liberal el 18 de julio siguiente, bajo el pretexto de una doble
actividad: la conmemoración de la muerte de Juárez y la condena de la política de
conciliación del ayuntamiento de la ciudad de México con la Iglesia católica, que intentaba
coronar a la virgen de Guadalupe. Este primero intento fracasó porque Díaz, muy
hábilmente, logró recuperar el acontecimiento en su favor, defendiendo y reafirmando el
compromiso liberal.xlv Pero por primera vez ocurría una ruptura política en el liberalismo
porfirista, debida a la iniciativa liberal de la prensa y de las sociedades de ideas. A partir de
entonces las manifestaciones patrióticas liberales estarían divididas en dos: la oficial,
descrita como fría y sin fervor de liberal por los liberales radicales, y la independiente,
donde se exaltara el anticatolicismo y se formulará una crítica solapada o directa al
gobierno.
La represión violenta a toda tentativa de organizar una oposición democrática al
régimen de Díaz será permanente y se manifestará en particular en febrero de 1892, en
víspera de la tercera reelección de Díaz, cuando los estudiantes y dirigentes obreros de los
clubes opuestos fueron apresados en la ciudad de México. Por lo tanto, a partir de 1887 se
vivió un lento aprendizaje político por parte de la oposición liberal, cuya influencia
progresó por la expansión de las sociedades de ideas, conformando un pueblo
ultraminoritario pero movilizado por los liberales jacobinos. El aprendizaje político
consistió en elaborar estrategias para pasar de las redes de asociaciones privadas a un frente
político abierto, capaz de escapar de la represión. Fue en julio de 1895, un año antes de la
cuarta reelección de Díaz, cuando la oposición liberal obtuvo la posibilidad de identificarse
como le verdadero partido liberal, crítico del régimen, y así delimitar los campos. En
aquella fecha la prensa liberal de oposición fundó el Grupo Reformista y Constitucional,
con metas políticas a dos niveles.xlv
La primera meta, directa, consistió en movilizar a los liberales radicales contra la
Iglesia católica, que “amenazaba al liberalismo” por sus violaciones redobladas a las Leyes
de Reforma, por la coronación de la virgen de Guadalupe prevista para diciembre de es
mismo año, por la preparación del Quinto Concilio Mexicano y por la perspectiva de la
presencia de un visitador apostólico (monseñor Averardi), por primer vez desde el Imperio.
La segunda, indirecta, era demostrar la existencia de un pueblo liberal de oposición y
prepararlo para impugnar la reelección de Díaz, de los gobernadores y de los diputados,
fomentando la educación democrática y el antirreeleccionismo.xlv Las cartas aparecidas en
la prensa liberal de oposición en apoyo al Grupo Reformista y Constitucional enviadas por
las bases radicales de todo el país, son una rica fuente de información sobre la geografía de
la ruptura revolucionaria que tejían progresivamente las sociedades de ideas. El análisis
detallado de las firmas al pie de las cartas de adhesión demuestra la pertinencia de estas
bases liberales radicales a las sociedades de ideas.
Así, sobre el total de cartas, 14 de ellas contenían firmas de individuos que habían
sido dos años antes (y probablemente lo eran todavía) autoridades de logias masónicas
vinculadas al Gran Valle de México, lo que demuestra lo relativo del control ejercido por la
Gran Dieta, y por lo tanto por Díaz, sobre la masonería, cinco años después de haber
intentado cooptarla.xlv En 25 cartas e identificado a miembros de congregaciones
protestantes, y en algunos otros casos a socios de sociedades espiritistas.xlv Si bien esta
participación activa de miembros de sociedades de ideas en la movilización intentada por el
Grupo Reformista y Constitucional es significativa, lo es aún más la geografía que revela.
La localización de los grupos firmantes de las cartas de apoyo anticipa la geografía de los
clubes liberales de 1901 quienes firman varias de las cartas de 1895. Son regiones de
antigua pedagogía liberal reforzada por la presencia de las sociedades de ideas, que parecen
como espacios de movilización: la sierra norte de Puebla; las Huastecas hidalguenses y
potosina; el distrito de Chalco, México; el distrito de Zitácuaro, Michoacán; el estado de
Veracruz, como tambie´n el de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, y poblaciones
dispersas, sedes de sociedades de ideas, en Tabasco y Oaxaca.xlv
Este intento de pasar de las redes privadas a un centro coordinador nacional ligado a
la prensa liberal de oposición fracasó con la desmovilización posterior al fraude electoral,
que aseguró una vez más el poder de Díaz, pero reveló la potencialidad de las sociedades de
ideas como laboratorio de la revolución en gestión. El congreso Liberal de San Luis Potosí,
que reunió a delegados de unos cincuenta clubes liberales en febrero de 1901, se dio en
continuidad con el movimiento de 1895, pero representó un salto cualitativo al crear el
instrumento político de cohesión de las redes asociativas privadas transformadas en clubes
liberales. Si bien el programa no difería fundamentalmente de las plataformas liberales
radicales anteriores –que consistían en defender la Constitución y las Leyes de Reforma y
promover la práctica democrática, para preparar al pueblo liberal a expresarse por el voto -,
la creación de un centro coordinado de los clubes liberales reunidos en una confederación
daba al movimiento un carácter de frente político organizado por primera vez.xlv Por lo
tanto, la represión no tardó en desatarse contra los intelectuales urbanos del movimiento,
cuestión que provocó de hecho, a partir de 1903, dos corrientes en el liberalismo de
oposición: una influida por el pensamiento anarquista, que buscaría una ruptura violenta del
régimen porfirista por medio de la revolución armada, y otra que seguiría la perspectiva de
fomentar una oposición democrática, no vio0lenta, en la legalidad. Pero las bases de ambos
movimientos en la sociedad civil serían las sociedades de ideas, que habrán de servir de
repliegue al cerrarse los clubes, o incluso de base, para el activismo anarcosindicalista, en
particular en el sur de Veracruz y Río Blanco, como lo he mostrado recientemente.xlv
También las listas de suscriptores de Regeneración en los años de 1905 y 1906 nos refieren
a la misma geografía liberal radical ligada a las sociedades de ideas, pero esta vez con claro
desplazamiento hacia el noreste del país, a la par con una influencia constante en la
geografía liberal de los clubes de 1901 en el centro del país.xlv Esteban Baca Calderón,
Ignacio Gutiérrez Gómez, José Rumbia Guzmán y muchos de los colaboradores directos de
las acciones del Partido Liberal Mexicano surgían de esta tradición liberal fomentada por
las sociedades de ideas; muchos de estos miembros de origen pueblerino carecerían de la
firmeza ideológica anarquista de los intelectuales urbanos exiliados, y por lo tanto oscilaron
constantemente entre el magonismo y el maderismo, precisamente por el consenso
fundador común, ligado a la tradición liberal radical propia de la cultura política difundida
por las sociedades de ideas.xlv El antirreeleccionismo también tuvo sus raíces en el
liberalismo radical, aun cuando Madero entendió la necesidad de corregir su
anticatolicismo primario con el fin de rescatar el catolicismo democrático en la lucha contra
Díaz. Hasta ahora no se ha estudiado el lazo privilegiado que cultivó el propio Madero con
las redes de sociedades de ideas, en particular con los círculos espiritistas. El igualitarismo
abstracto y el humanismo cristiano característico de estas sociedades aparecen claramente
en las respuestas de Madero a uno de sus amigos espiritistas, a quien alentaba para “seguir
siendo fiel a sus ideales de libertad, en Jesús que sembró la semilla del amor para que ésta
germinara en bien de la humanidad, en los principios de libertad, igualdad y fraternidad”.xlv
Sin duda, el renacimiento del movimiento espiritista a partir de 1904 fue directamente
provocado por Madero, quien lo financió con la meta probable de constituirse en una base
política nacional.
La participación activa de Madero tanto en la preparación como en la organización
y conducción de los congresos espiritistas de 1906 y 1908 en la ciudad de México,
corresponde a este esfuerzo lento para alcanzar un respaldo nacional.xlv Por lo tanto, no
sorprende encontrar como base del antirreeleccionismo maderista en 1909 y 1910 a actores
sociales que surgen de las mismas sociedades de ideas, vale decir las redes espiritistas, pero
también protestantes, mutualistas y masónicas disidentes.xlv
Un buen ejemplo es el caso de la ciudad de Chihuahua, donde se conoce la lista de
miembros de 12 sociedades mutualistas y de varias otras sociedades patrióticas y literarias.
Como lo ha anotado Wasserman, fueron los artesanos y pequeños comerciantes que
participaban en las sociedades mutualistas quienes se convirtieron en líderes del Partido
antirreeeleccionista de Chihuahua. Cuando Madero visitó la ciudad de Chihuahua en enero
de 1910, uno de los principales oradores fue Braulio Hernández, maestro de la escuela,
protestante y presidente del círculo patriótico guanajuatense de Chihuahua, a la vez
secretario del club antirreeleccionista de Chihuahua. Entre los oradores destacados de las
giras antirreeleccionistas se encontraban en San Luis Potosí otros maestros, miembros de
sociedades protestantes, los hermanos Antonio y Adrián Gutiérrez quien habló y quien en
julio de 1911 presidiría el Centro Antirreeleccionista.xlv Para la prensa, Madero también
reclutó entre sus correligionarios, confiando por ejemplo la dirección de El Constitucional
al maestro de escuela y espiritista Moisés A. Sanz.
Así, entre 1900 y 1910 discurrió un constante vaivén de las sociedades de ideas
hacia los clubes liberales y luego hacia los antirreeeleccionistas y viceversa, cuando la
represión los cerraba. Por lo tanto se puede afirmar que las sociedades de ideas
constituyeron el terreno privilegiado que servía de repliegue, resistencia y recomposición
de fuerza en medio de la represión. Por supuesto que muchas logias en particular, como lo
ha subrayado Cockroft, fueron nidos de agentes de Díaz. Pero es revelador encontrar
muchas de aquellas logias como focos antirreeeleccionistas en varios estados, como por
ejemplo en Hidalgo, tal como lo ha subrayado Rublúo.xlv

LAS SOCIEDADES DE IDEAS EN EL ORIGEN DE LA REVOLUCIÓN MADERISTA

El movimiento revolucionario que respondió al llamado de Francisco I. Madero a tomar las


armas para derrotar la dictadura de Díaz confirma el papel asumido por las sociedades de
ideas en los años anteriores. El 20 de noviembre de 1910 Porfirio Díaz había logrado
neutralizar a la oposición urbana, mediante el arresto preventivo de la mayoría de los
opositores en Puebla, San Luis Potosí y la ciudad de México, entre otros. Por lo tanto, la
ruptura revolucionaria ocurrió más bien en regiones frágiles, que se caracterizaban por
haber sido el espacio privilegiado de la expansión de las sociedades de ideas y de sus redes
informales. Las familias Orozco, Frías y Caraveo de San Isidro, distrito de Guerrero,
Chihuahua, que encabezaron el movimiento armado en la región, habían pertenecido desde
1885 a las redes de sociedades protestantes congregacionalistas que habían reforzado sus
lazos regionales liberales radicales. Pascual Orozco, hijo, era además espiritista, y José de
la Luz Blanco en Santo Tomás, como Luis A. García en Bachiniva y decenas de otros
miembros del movimiento, habían participado en estos mismos círculos.xlv Otro de los
primeros sublevados en Cuchillo Parado, Chihuahua, Cástulo Herrera, era presidente de la
Sociedad Mutualista de Hermanos Calderos de la ciudad de Chihuahua, y decenas de
dirigentes de sociedades mutualistas entraron a la lucha. Una segunda región en donde la
Revolución se propagó y duró entre diciembre de 1910 y abril de 1911, fue la Chontalpa
tabasqueña, donde el general Ignacio Gutiérrez Gómez era presbiteriano como muchos de
sus seguidores, mientras los simpatizantes del movimiento armado provenían de las logias
de Paraíso, Comalcalco y Cárdenas o de círculos espiritistas en Huimanguillo.xlv Se podrían
enumerar muchos otros actores revolucionarios como Cándido Navarro en Guanajuato y
Fidencio González en la Huasteca hidalguense, quienes eran miembros de sociedades
metodistas y de logias, y por supuesto muchos espiritistas que fueron activos colaboradores
de Madero, como lo anotó Gastón García Cantú.xlv
Por lo tanto, en cuanto cultura política y modelo asociativo el jacobinismo fue un
elemento motor en el estallido del movimiento en el México que se revelo frágil, que
correspondió a la geografía de las sociedades de ideas, mientras el centro-oeste, donde eran
escasas, fue mucho más estable y difícil de movilizar.xlv Es éste un hecho que hasta la fecha
no ha sido realmente tomado en cuenta por la historiografía de la Revolución mexicana.
Hace unos años, Guerra se preguntaba si no hablar de una revolución minera que
correspondió al México moderno del norte. A esa interpretación Knight adelantó la idea de
una revolución más bien agraria y “serrana”, buscando explicar así la participación de
actores revolucionarios que provenían de zonas retiradas del país e intentando ir más allá de
la interpretación “clásica”. Guerra por su lado, en su obra que aborda la Revolución desde
su génesis durante el porfiriato, prestó atención a factores múltiples desde lo económico
hasta lo político e intuyó el rol de las asociaciones. A mi parecer las sociedades de ideas
fueron decisivas y por lo tanto cabe hablar de una revolución “societaria” tanto en las
regiones de frontera entre minas y ranchos como en los límites estatales “serranos”. La
emergencia de estos actores minoritarios en 1910 se explica por el lento trabajo político que
se realizó en las sociedades de ideas y explica también el carácter político del movimiento,
que sólo poco a poco se articuló con reivindicaciones agrarias y sociales, esencialmente
después, una vez desencadenado el proceso revolucionario. En este sentido, el movimiento
armado de 1910-1911 no fue una epopeya popular fundamentalmente agraria. Fue, más
bien, un movimiento político en donde los actores fueron cuadros de asociaciones
modernas en cuanto movimiento político organizado surgido de la sociedad civil durante el
porfiriato. A estos actores políticos nuevos, pueblerinos, se sumaban los sectores
tradicionales desplazados por los porfiristas. La alianza entre Abraham González y los
Orozco fue típica la respecto, como también su rivalidad política apenas concluida la pelea,
en junio de 1911, por la gubernatura del estado de Chihuahua. Esta tensión entre las élites
tradicionales antiporfiristas, cuyo símbolo fue Madero, y los dirigentes militares de la
revolución surgidos de las asociaciones modernas, afectó al régimen maderista desde el
verano de 1911 hasta su caída en febrero de 1913.si los actores políticos surgidos de las
sociedades de ideas fueron aliados tácticos de las elites maderistas, no eran aliados
estratégicos. Con la excepción de algunos que optaron por aliarse con Huerta, alianza que
habrá que explicar por el peso de los intereses regionales en el caso de los Orozco por
ejemplo, la mayoría de estos actores societarios encontró su camino de predilección en el
carrancismo, con su doble reserva hacia el zapatismo como hacia el movimiento obrero.
Queda por seguir la pista de estos actores y sus asociaciones entre 1911 y 1920, reconstruir
su influencia durante el carrancismo y explicar su marginación por Obregón. En esa línea
puede surgir una pista interpretativa que permita entender el carrancismo como la
desembocadura del modelo liberal radical centrado sobre la pequeña propiedad agraria, el
mutualismo obrero y la iniciativa del individuo en cuanto actor social y político. Al
contrario, la línea “progresista” que tomó la Revolución insistió sobre la propiedad
colectiva de la tierra, recuperando así al zapatismo y a un sindicalismo integrado al Estado,
en una línea corporativista autoritaria y a fin de cuentas antidemocrática. Releer la
revolución a partir de la geografía política del liberalismo radical es descubrir la
arqueología de un acontecimiento que intentó modelar a México en el sentido de la
modernidad liberal y según otra lógica política que la dominante desde entonces.

ANEXO I

Densidad de la presencia por estado de sociedades de


Ideas en México
Entre 1893 y 1916
Año 1893 1895 1901 1906 1905-1906 1910
Aguascalientes 2.4 - 1.3 - 0.6 2.1
Baja 0.4 - - - 0.4 0.7
California
Campeche 0.4 0.8 - 2.9 1.0 -
Coahuila 10.1 4.4 2.7 5.8 7.7 4.4
Colima 0.4 - - - 0.2 0.7
Chiapas 4.3 2.6 1.3 - 0.4 2.1
Chihuahua 2.9 0.8 5.4 4.3 11.8 11.7
D.F. 2.4 9.7 5.4 26.0 2.9 13.1
Durango 0.4 3.5 1.3 5.8 7.3 0.7
Guanajuato 1.9 3.5 2.7 1.4 2.0 2.1
Guerrero 3.4 5.3 - - 2.1 2.1
Hidalgo 2.9 8.8 17.5 1.4 2.7 2.9
Jalisco 1.9 2.6 2.7 4.3 2.1 5.8
México 3.8 8.8 - 1.4 1.7 0.7
Michoacán 0.8 3.5 8.1 - 3.1 2.1
Morelos 0.4 1.7 - 2.9 1.2 2.9
Nayarit - 0.8 - - 0.2 1.1
Nuevo León 4.3 4.4 2.7 7.3 6.7 -
Oaxaca 6.3 0.8 2.7 - 9.9 1.4
Puebla 7.7 7.0 8.1 2.9 7.1 12.4
Querétaro - 0.8 - - 0.2 0.7
San Luis 4.3 2.6 12.2 - 5.2 1.4
Potosí
Sinaloa 0.8 - 2.7 - 4.2 4.4
Sonora - - 1.3 - 3.1 10.2
Tabasco 2.9 2.6 1.3 - 0.2 0.7
Tamaulipas 11.1 7.0 6.7 5.8 1.2 1.4
Tlaxcala - 0.8 - - 0.4 3.6
Veracruz 16.9 13.3 8.1 24.7 8.3 4.3
Yucatán 2.4 0.8 1.3 1.4 1.5 0.7
Zacatecas 3.4 0.8 4.0 - 4.6 3.6

ANEXO (conclusión)
Año 1893 1895 1901 1906 1905-1906 1910
Número
total de
sociedades
y lectores 211 113 74 69 517 137
1893 = logias masónicas vinculadas al Gran Valle de México
1895 = grupos reformistas y constitucionales
1901 = clubes liberales
1906 = círculos espiritistas
1905-1906 = suscriptores de Regeneración
1910 = clubes antirreeleccionistas.
Fuentes: El Boletín Masónico, 1893; El diario del Hogar, 1895; La Patria, 1900-1901; El
Siglo Espirita, 1904-1908; ASRE, Flores Magón, 1905-1906; El Constitucional, 1910.

SIGLAS Y REFERENCIAS

ASRE Archivo de la Secretaría de Relaciones exteriores, México.


CONDUMEX Centro de Estudios de Historia de México de Condumex.
ACI El Abogado Cristiano Ilustrado, México, 1878-1911.
AE La Antorcha Evangélica, Zacatecas, 1873-1878.
AV El Amigo de la Verdad, Puebla, 1880-1900.
BM El boletín Masónico, México, 1893.
DH El Diario del Hogar, México, 1887-1909.
EC El Combate, México, 1877.
ECC El Correo de Chihuahua, Chihuahua, 1909-1910.
ECO El Constitucional, México, 1909-1910.
EF El Faro, México, 1885.
EN El Nigromante, México, 1903.
ES El Socialista, México, 1875, 1877.
IE La Ilustración Espirita, México, 1869-1893.
HA El Hijo del Ahuizote, México, 1887-1904.
HT El Hijo del Trabajo, México, 1876-1878.
LLA La Ley del Amor, Mérida, 1876-1878.
LLM La Luz de México, México, 1872-1873.
LV La Verdad, México, 1878-1880.
MR El Monitor Republicano, México, 1870-1896
SE El Siglo Espirita, México, 1910.

Álbum

1910 Álbum del Centenario; Chihuahua en 1910. Chihuahua, Gobierno del


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1956 Juicio sobre la guerra del yaqui y génesis de la huelga de Cananea. México,
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1989 Los disidentes. Sociedades protestantes y revolución en México, 1872-1911.
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1911. México, Editorial Grijalbo.

Actividades para el estudiante:

Después de haber leído con detenimiento el texto anterior contesta la siguiente


pregunta:

1.- Si se descubriese o rescatase un archivo del periodo previo a la Revolución


Mexicana y se te solicitara rescatar la documentación relativa a la difusión de las
ideas revolucionarias, qué tipo de documentos escogerías y de qué tipo de
organizaciones?
UNIDAD IV
La Revolución Mexicana

México es un país en el que han tenido lugar cambios sociales de gran


importancia. Fenómenos como la Independencia de España, no sólo conformaron
un movimiento político como en casi todos los países de Latinoamérica, sino
también involucraron demandas de tipo social como la lucha contra la esclavitud,
por ello se habla frecuentemente de una Revolución de Independencia iniciada en
1810. Cien años después tendrá lugar también en México la primer revolución
social del siglo XX, la cual fue iniciada formalmente por Francisco I. Madero.

Las revoluciones sociales son fenómenos complejos y únicos en la vida social, se


trata de cambios radicales que suceden en un tiempo relativamente corto y que
modifican la estructura de una sociedad, siempre implican la acción política de las
masas populares. Son movimientos frecuentemente violentos en los que se unen
la espontaneidad, el estallido y la dirección consciente de los líderes. La revolución
implica ciertos objetivos y el paso del poder del Estado de manos de una clase a la
de otra, o a la de un grupo de clases y por ello implica también transformaciones
económicas, políticas, sociales y culturales muy profundasxlv

Aún hoy, la Revolución Mexicana iniciada en 1910 es un tema de discusión y


análisis histórico inagotable, es un tema de estudio inacabado y muchos de sus
aspectos aún no han sido valorados del todo. Para efectos de el actual curso, solo
nos ocuparemos de dejar claro que a partir de la Revolución Mexicana (1910-
1940) se construye un nuevo Estado por parte de algunas de las fuerzas que
sobrevivieron a la revolución y que hegemonizaron el proceso impulsando nuevas
estructuras e instituciones que desde su punto de vista daban respuesta a las
demandas populares por las cuales se llevó a cabo la Revolución que costó al
país la vida de cerca de un millón de sus habitantes. Por la Revolución México
pasó de ser un país dominado por una oligarquía terrateniente a ser uno cuyo
poder pasó a manos de la clase media la cual, para triunfar, estableció pactos
profundos con los grupos obreros y campesinos xlv

Para efectos del curso, nos centraremos en las nuevas instituciones surgidas de la
Revolución, con tal fin, estructuramos este capítulo en los siguientes apartados:

I.- El gobierno de Francisco I. Madero y Venustiano Carranza (1910-1920)

II.- El gobierno de Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles (1920-1934)


1. El gobierno de Francisco I. Madero y Venustiano Carranza

Con gran apoyo popular, Francisco I. Madero después de haber triunfado en las
elecciones, se hizo cargo de la Presidencia de la República el 6 de noviembre de
1911. Entretanto Porfirio Díaz sale al exilio, Madero tratará de resolver los
numerosos problemas políticos y económicos que heredó, para los cuales se
requería conciliar los intereses de los diferentes grupos políticos. Estos grupos
habían planteado sus reivindicaciones a través de numerosos planes entre los que
destacan los de Ayala, San Luis, Tacubaya, el Pacto de la Empacadora, entre
otros.

Madero al actuar de buena fé, dejó en pié la estructura gubernamental y militar del
porfiriato que obstaculizaron al máximo su gestión y generaron un clima caótico en
lo político y lo económico. Al mismo tiempo y por otro lado, Madero recibió también
numerosos reclamos de sus seguidores por el incumplimiento de sus promesas.

No obstante la difícil situación, Madero logró instrumentar algunos cambios a nivel


de la administración, entre los que destacan la creación de la Comisión Nacional
Agraria que permitió recuperar millones de hectáreas de terrenos nacionales y la
Oficina del Trabajo a cargo de la Secretaría de Fomento, la cual ya se perfilaba
desde el porfiriato y con Madero se instituye como Departamento del Trabajo
iniciando así la intervención estatal en los conflictos entre obreros y empresarios,
además de numerosas acciones de carácter menorxlv.

Los partidarios del antiguo régimen permanecieron activos y es en este complejo


contexto cuando Madero fue asesinado en la Decena Trágica por Victoriano
Huerta. Acto seguido, toma el poder mediante un golpe de Estado que generó la
repulsa pública y la ruptura con la cámara de diputados que fue disuelta por el
golpista. A partir de esta acciones la lucha armada contra este gobierno se
extiende en todo el país, surgiendo el Plan de Guadalupe por parte de las fuerzas
de Venustiano Carranza y las adiciones al Plan de Ayala por parte de las fuerzas
Emiliano Zapata.

El éxito del movimiento constitucionalista comandado por Carranza obligó a


Huerta a dejar el poder y a huír de México. Venustiano Carranza se convierte así,
en el Primer Jefe del Ejército Constitucionalista hasta asumir el poder ejecutivo y
convocar a elecciones. A fines de 1913 Carranza se estableció en la Cd. de
México donde inició la gestión administrativa y formó su gabinete de acuerdo a la
administración maderista desconociendo los cambios realizados por Huertaxlv.

La gestión de Carranza se apoyó sobre todo en las Secretarías de Guerra,


Gobernación y Hacienda. Reorganizó la Secretaría de Fomento y creó la Oficialía
Mayor. El aspecto agrario del Plan de Guadalupe fue fortalecido con la
promulgación de la Ley Agraria del 6 de enero de 1915. lo cual generó la
reorganización de la Dirección de la Dirección General de Agricultura, la creación
de las Estaciones Agrícolas Experimentales y la creación del Departamento de
Irrigaciónxlv

También las reivindicaciones obreras fueron añadidas al Plan de Guadalupe y la


política del carrancismo hacia los trabajadores se reflejó en la transformación del
Departamento del Trabajo en Dirección General. También reorganizó el
Departamento del Petróleo e instituyó la Comisión Técnica del Petróleo. Carranza
también creó la Dirección General de Bellas Artes adscrita a la Escuela de
Bibliotecarios y Archiveros, el Departamento Editorial de Bellas Artes, el Museo de
Arte Colonial, creó la Escuela Nacional Veterinaria, la Nacional de Química y la
Superior de Comercio, asimismo, para resolver la crisis cambiaria creó una
Comisión Monetaria y el Fondo Regulador de la Moneda Fiduciariaxlv

Uno de los acuerdos de Carranza fue convocar a una Convención, la cual se


realizó en Aguascalientes el 10 de octubre de 1914 que reunió a representantes
de todos los grupos que participaron en la Revolución. Esta asamblea se erigió
soberana y en Poder Legislativo nombrando a Eulalio Gutiérrez como responsable
del poder ejecutivo, este presidente en su breve permanencia en el poder agregó
a la Secretaría de Fomento las áreas de Industria y Comercioxlv

Nuevamente Carranza en el poder convocó el 22 de septiembre de 1916 a


elecciones para la integración del Congreso Constituyente. Las sesiones de este
congreso se iniciaron el 1º de diciembre de 1916 en Querétaro. Ante él, Carranza
presentó su proyecto de reformas a la carta básica de 1857 que quedó rebasado
por la acción legislativa de los constituyentes y dio pié al nacimiento de la primer
constitución en el mundo que dio cabida a las garantías sociales al lado de las
individuales que reafirmóxlv

La Constitución de 1917 ratifica la estructura del Estado Mexicano como República


representativa y federal cuyo poder dimana del pueblo, en el que reside la
soberanía que ejerce a través de los poderes de la Unión y que se componen de
estados libres y soberanos. Los poderes son Legislativo, Ejecutivo y Judicial. El
primer se deposita en el Congreso de la Unión compuesto por las Cámaras de
Diputados y Senadores. Se aprobó la eliminación de la vicepresidencia, se
consolidó la no reelección como principio y se admitió la votación directa para la
elección de presidentexlv

La Constitución de 1917 no fue una simple enmienda de la de 1857, sino que es


una nueva constitución que planteó trascendentales novedades en el mundo en
materia obrera, agraria y educativa los cuales quedaron plasmados en la carta
constitucional gracias a la presión de los representantes de las masas populares y
no quedaron relegados en leyes reglamentarias. La constitución incorpora la idea
de un Estado fuerte e intervencionista que eliminará los privilegios de los
monopolios extranjeros y las élites nacionales, que afirmaría el control nacional
sobre el territorio y los recursos mexicanos y defendería los intereses de los
grupos y clase subordinados

El artículo 3º garantiza la educación laica y nacionalista de los mexicanos, el 130


la libertad de cultos y reglamenta a acción religiosa. El articulo 27 asegura a la
nación la propiedad originaria de las tierras y aguas y se otorga el derecho de
imponer a la propiedad privada las medidas que dicte el interés público, el dominio
de los recursos del subsuelo y se eleva a rango constitucional la ley del 6 de enero
de 1915 Al mismo tiempo, se expidió un artículo específico para la defensa de los
derechos de los trabajadores, el 123 que regula la jornada de trabajo, establece
prestaciones, garantiza los derechos de asociación y de huelga y se vuelven
irrenunciables los derechos obreros y otros que preservan el derecho y la dignidad
del trabajo.

Fue el 31 de enero de 1917 cuando concluyó el Congreso Constituyente para dar


paso a la consecuente reorganización del aparato administrativoxlv por ello al
reasumir la presidencia Carranza reasume el 14 de abril de 1917 de inmediato
expide una nueva Ley Orgánica de la Administración Pública seguida de una Ley
de Secretarías de Estado en donde se asentaba la existencia de la secretarías de
Gobernación, Relaciones Exteriores, Hacienda y Crédito Público, Guerra y Marina,
Agricultura y Fomento, Comunicaciones y Obras Públicas y por último Industria,
Comercio y Trabajo. Además de estas secretarías existían cinco departamentos:
Universitario y de Bellas Artes, Salubridad Pública Aprovisionamientos Generales
y Establecimientos Fabriles y Aprovisionamientos militares y una controlaría xlv.

A continuación, presentamos los textos originales, así como fragmentos de varios


artículos fundamentales en la Constitución de 1917, te sugerimos que los leas con
detenimiento ya que en ellos se esbozan algunas de las instituciones del nuevo
estado surgido de la Revolución Mexicana:

ARTÍCULO 3° *

El artículo fue aprobado por 99 votos contra 58.El texto del artículo aprobado fue el
siguiente:
Artículo 3º - La enseñanza es libre, pero será laica la que se dé en los establecimientos
oficiales de educación, lo mismo que la enseñanza primaria, elemental y superior que se
imparta en los establecimientos particulares.
Ninguna corporación religiosa, ni ministro de algún culto, podrá establecer o dirigir
escuelas de instrucción primaria.
Las escuelas primarias particulares sólo podrán establecerse sujetándose a la
vigilancia oficial.
En los establecimientos oficiales se impartirá gratuitamente la enseñanza primaria.

*
ARTÍCULO 27
(Fragmento)

Aprobado por unanimidad de 150 votos. El texto del artículo aprobado es el siguiente:

La propiedad de las tierras y aguas comprendidas dentro de los límites del


territorio nacional, corresponde originalmente a la nación la cual ha tenido y tiene el
derecho de transmitir el dominio de ellas a los particulares constituyendo la propiedad
privada.
La nación tendrá en todo tiempo el derecho de imponer a la propiedad privada las
modalidades que dicte el interés público, así como el de regular el aprovechamiento de
los elementos naturales susceptibles de apropiación, para hacer una distribución
equitativa de la riqueza pública y para cuidar de su conservación. Con este objeto se
dictarán las medidas necesarias para el fraccionamiento de los latifundios; para el
desarrollo de la pequeña propiedad; para la creación de nuevos centros de población
agrícola con las tierras y aguas que les sean indispensables; para el fomento de la
agriculturas y para evitar la destrucción de los elementos naturales y los daños que la
propiedad pueda sufrir en perjuicio de la sociedad. Los pueblos, rancherías y
comunidades que carezcan de tierras y aguas, o no las tengan en cantidad suficientes
para las necesidades de su población, tendrán derecho a que se les dote de ellas,
tomándolas de las propiedades inmediatas, respetando siempre la pequeña propiedad.
Por tanto, se confirman las dotaciones de terrenos que se hayan hecho hasta ahora de
conformidad con el decreto de 6 de enero de 1915. La adquisición de las propiedades
particulares necesarias para conseguir los objetivos expresados se considerarán de
utilidad pública.
Corresponde a la nación el dominio directo de todos los minerales o substancias
en vetas, mantos, masas o yacimientos constituyan depósitos cuya naturaleza sea distinta
de los componentes de los terrenos, tales como los minerales de los que se extraigan
metales y metaloides utilizados en la industria; los yacimientos de piedras preciosas, de
sal de gema y las salinas formadas directamente por las aguas marinas; los productos
derivados de la descomposición de las rocas, cuando su explotación necesite trabajos
subterráneos; los fosfatos susceptibles de ser utilizados como fertilizantes; los
combustibles minerales sólidos; el petróleo y todos los carburos de hidrógeno sólidos,
líquidos o gaseosos.
Son también propiedad de la nación las aguas de los mares territoriales en la
extensión y términos que fije el Derecho Internacional; las lagunas y esteros de las playas;
las de los lagos interiores de formación natural que estén ligados directamente a
corrientes constantes; las de los ríos principales o arroyos afluentes desde el punto en
que brota la primera agua permanente hasta su desembocadura, ya sea que corten al mar
o que crucen dos o más Estados; las de las corrientes intermitentes que atraviesen dos o
más Estados en su rama principal; las aguas de los ríos, arroyos o barrancas, cuando
sirvan de límite al territorio nacional o al de los Estados; las aguas que se extraigan de las
minas; y los cauces, lechos o riberas de los lagos y corrientes interiores en la extensión
que fije la ley. Cualquiera otra corriente de agua no incluida en la enumeración anterior, se
considerará como parte integrante de la propiedad privada que atraviese; pero el
aprovechamiento de las aguas, cuando su curso pase por una finca a otra, se considerará
como de utilidad pública y quedará sujeta a las disposiciones que dicten los Estados.

...............

ARTÍCULO 28
(Fragmento)

El resultado de la votación ha sido el siguiente: por la afirmativa 120 ciudadanos


diputados, y por la negativa 52 ciudadanos diputados.

Texto :

En los Estados Unidos Mexicanos no habrá monopolios ni estancos de ninguna clase; ni


exención de impuestos; ni prohibiciones a títulos de protección a la industria;
exceptuándose únicamente los relativos a la acuñación de moneda, a los correos,
telégrafos y radiotelegrafía, a la emisión de billetes por medio de un solo Banco, que
controlará el Gobierno Federal, y a los privilegios que por determinado tiempo se
concedan a los autores y artistas para la reproducción de sus obras, y a los que, para el
uso exclusivo de sus inventos, se otorguen a inventores y perfeccionadores de alguna
mejora.
En consecuencia, la ley castigará severamente, y las autoridades perseguirán con
eficacia, toda concentración o acaparamiento en una o pocas manos de artículos de
consumo necesario y que tenga por objeto obtener el alza de los precios; todo acto o
procedimiento que evite o tienda a evitar la libre concurrencia en la producción, industria o
comercio, o servicios al público; todo acuerdo o combinación, de cualquier manera que se
haga de productores, industriales, comerciantes y empresarios de transportes o de algún
otro servicio, para evitar la competencia entre sí y obligar a los consumidores a pagar
precios exagerados; y, en general, todo lo que constituya una ventaja exclusiva indebida a
favor de una o varias personas determinadas y con perjuicio del público en general o de
alguna clase social.

.........
ARTÍCULO 123 *
(Fragmento)

El artículo 123 fue aprobado por 163 votos. El texto del artículo fue el siguiente:
El congreso de la Unión y las Legislaturas de los Estados deberán expedir leyes sobre el
trabajo, fundadas en las necesidades de cada región, sin contravenir a las bases
siguientes, las cuales regirán el trabajo de los obreros, jornaleros, empleados, domésticos
y artesanos, y de una manera general todo contrato de trabajo:
I. La duración de la jornada máxima será de ocho horas
II. La jornada máxima de trabajo nocturno será de siete horas. Quedan
prohibidas las labores insalubres o peligrosas para las mujeres en general y
para los jóvenes menores de diez y seis años. Queda también prohibido a
unos y otros el trabajo nocturno industrial; y en los establecimientos
comerciales no podrán trabajar después de las diez de la noche;
III. Los jóvenes mayores de doce años y menores de diez y seis, tendrán,
como jornada máxima, la de seis horas. El trabajo de los niños menores de
doce años no podrá ser objeto de contrato;
IV. Por cada seis días de trabajo deberá disfrutar el operario de un día de
descanso, cuando menos;
V. Las mujeres, durante los tres meses anteriores al parto, no desempeñarán
trabajos físicos que exijan esfuerzo material considerable. En el mes
siguiente al parto, disfrutarán forzosamente de descanso, debiendo percibir
su salario íntegro y conservar su empelo y los derechos que hubieren
adquirido por su contrato. En el período de la lactancia tendrán dos
descansos extraordinarios por día, de media hora cada uno, para
amamantar a sus hijos;
VI. El salario mínimo que deberá disfrutar el trabajador será el que se
considere suficiente, atendiendo a las condiciones de cada región, para
satisfacer las necesidades normales de la vida del obrero, su educación y
sus placeres honestos, considerándolo como jefe de familia. En toda
empresa agrícola, comercial, fabril o minera, los trabajadores tendrán
derecho a una participación en las utilidades, que será regulada como
indica la fracción IX;
VII. Para trabajo igual, deberá corresponder salario igual, sin tener en cuenta
sexo ni nacionalidad;
VIII. El salario mínimo, quedará exceptuado de embargo, compensación o
descuento;
IX. La fijación del salario mínimo y de la participación en las utilidades a que se
refiere la fracción VI, se hará por comisiones especiales que se formarán
en cada municipio, subordinadas a la Junta Central de Conciliación que se
establecerá en cada Estado;
X. El salario deberá pagarse precisamente en moneda de curso legal, no
siendo permitido hacerlo efectiva con mercancías, ni con vales, fichas o
cualquier otro signo representativo con que se pretenda substituir la
moneda;
XI. Cuando, por circunstancias extraordinarias, deban aumentarse las horas de
jornada, se abonará como salario por el tiempo excedente, un ciento por
ciento más de lo fijado para las horas normales. En ningún caso el trabajo
extraordinario podrá exceder de tres horas diarias, ni de tres veces
consecutivas. Los hombres menores de diez y seis años y las mujeres de
cualquier edad, no serán admitidas en esta clase de trabajo;
XII. En toda negociación agrícola, industrial, minera o cualquier otra clase de
trabajo, los patrones estarán obligados a proporcionar a los trabajadores
habitaciones cómodas e higiénicas, por las que podrán cobrar rentas que
no excederán del medio por ciento mensual del valor catastral de las fincas.
Igualmente deberán establecer escuelas, enfermerías y demás servicios
necesarios a la comunidad. Si las negociaciones estuvieren situadas dentro
de las poblaciones y ocuparen un número de trabajadores mayor de cien,
tendrán la primera de las obligaciones mencionadas;
XIII. Además en estos mismos centros e trabajo, cuando su población exceda
de doscientos habitantes, deberá reservarse un espacio de terreno que no
será menor de cinco mil metros cuadrados para el establecimiento de
mercados públicos, instalación de edificios destinados a los servicios
municipales y centros recreativos. Queda prohibido en todo centro de
trabajo el establecimiento de expendios de bebidas embriagantes y de
casas de juego de azar;
XIV. Los empresarios serán responsables de los accidentes de trabajo y de las
enfermedades profesionales de los trabajadores, sufridas con motivo o en
ejercicio de la profesión o trabajo que ejecuten; por lo tanto, los patrones
deberán pagar la indemnización correspondiente, según que haya traído
como consecuencia la muerte o simplemente incapacidad temporal o
permanente para trabajar, de acuerdo con lo que las leyes determinen.
Esta responsabilidad subsistirá aun en el caso de que el patrono contrate el
trabajo por un intermediario;
XV. El patrón estará obligado a observar en la instalación de sus
establecimientos, los preceptos legales sobre higiene y salubridad y
adoptar las medidas adecuadas para prevenir accidentes en el uso de las
máquinas, instrumentos y materiales de trabajo, así como a organizar de tal
manera éste, que resulte para la salud y la vida de los trabajadores la
mayor garantía compatible con la naturaleza de la negociación, bajo las
penas que al efecto establezcan las leyes;
XVI. Tanto los obreros como los empresarios tendrán derecho para coligarse en
defensa de sus respectivos intereses, formando sindicatos, asociaciones
profesionales, etc.;
XVII. Las leyes reconocerán como un derecho de los obreros y de los patrones,
las huelgas y los paros;
XVIII. Las huelgas serán licitas cuando tengan por objeto conseguir el equilibrio
entre los diversos factores de la producción; armonizando los derechos del
trabajo con los del capital. En los servicios públicos será obligatorio para los
trabajadores dar aviso, con diez días de anticipación, a la Junta de
Conciliación y Arbitraje, de la fecha señalada para la suspensión del
trabajo. Las huelgas serán consideradas como ilícitas, únicamente cuando
la mayoría de los huelguistas ejerciere actos violentos contra las personas
o las propiedades, o en caso de guerra, cuando aquéllos pertenezcan a los
establecimientos y servicios que dependan del gobierno. Los obreros de los
Establecimientos Fabriles Militares del Gobierno de la República, no
estarán comprendidos en las disposiciones de esta fracción, por ser
asimilados al Ejército Nacional;
XIX. Los paros serán lícitos únicamente cuando el exceso de producción haga
necesario suspender el trabajo para mantener los precios en un límite
costeable, previa aprobación de la Junta de Conciliación y Arbitraje;
XX. Las diferencias o los conflictos entre el capital y el trabajo, se sujetarán a la
decisión de una Junta de Conciliación y Arbitraje, formada por igual número
de representantes de los obreros y de los patrones, y uno del Gobierno;
XXI. .....
XXII. .....
XXIII. ....
XXIV. ....
XXV. ....
XXVI. todo contrato de trabajo celebrado entre un mexicano y un empresario
extranjero, deberá ser legalizado por la autoridad municipal competente y
visado por el cónsul de la nación a donde el trabajador tenga que ir, en el
concepto de que, además de las cláusulas ordinarias, se especificará
claramente que los gastos de repatriación quedan a cargo del empresario
contratante;
XXVII. Serán condiciones nulas y no obligarán a los contrayentes, aunque se
expresen en el contrato;
a) Las que estipulen una jornada inhumana por lo notoriamente excesiva,
dada la índole del trabajo:
b) Las que fijen un salario que no sea remunerador, a juicio de las Juntas
de Conciliación y Arbitraje.
c) Las que estipulen un plazo mayor de una semana para la percepción
del jornal.
d) Las que señalen un lugar de recreo, fonda, café, taberna, cantina o
tienda para efectuar el pago del salario, cuando no se trate de
empleados en esos establecimientos.
e) Las que entrañen obligación directa o indirecta de adquirir los artículos
de consumo en tiendas o lugares determinados.
f) Las que permitan retener el salario en concepto de multa.
g) Las que constituyan renuncia hecha por el obrero de las
indemnizaciones a que tenga derecho por accidente del trabajo y
enfermedades profesionales, perjuicios ocasionados por el
incumplimiento del contrato o despedírsele de la obra.
h) Todas las demás estipulaciones que impliquen renuncia de algún
derecho consagrado a favor del obrero en las leyes de protección y
auxilio a los trabajadores;
XXVIII. Las leyes determinarán los bienes que constituyan el patrimonio de la
familia, bienes que serán inalienables, no podrán sujetarse a gravámenes
reales ni embargos y serán trasmisibles a título de herencia con
simplificación de las formalidades de los juicios sucesorios;
XXIX. Se considerarán de utilidad social: el establecimiento de cajas de seguros
populares; de invalidez, de vida, de cesación involuntaria de trabajo, de
accidentes y otros, con fines análogos, por lo cual, tanto el Gobierno
Federal como en cada Estado, deberán fomentar la organización de
instituciones de esta índole, para infundir e inculcar la previsión popular;
XXX. Asimismo, serán consideradas de utilidad social las cooperativas para la
construcción de casas baratas e higiénicas, destinadas a ser adquiridas en
propiedad por los trabajadores en plazos determinados.

ARTÍCULO 130 *
El artículo fue aprobado por unanimidad de votos. Texto del artículo 130:

Corresponde a los poderes federales ejercer en materia de culto religioso y disciplina


externa la intervención que designen las leyes. Las demás autoridades obrarán como
auxiliares de la Federación.
El congreso no puede dictar leyes estableciendo o prohibiendo religión cualquiera.
El matrimonio es un contrato civil. Este y los demás actos del estado civil de las
personas son de exclusiva competencia de los funcionarios y autoridades del orden civil,
en los términos prevenidos por las leyes, y tendrán la fuerza y validez que las mismas les
atribuyan.
La simple promesa de decir verdad y de cumplir las obligaciones que se contraen,
sujeta al que la hace, en el caso de que faltare a ella, a las penas que con tal motivo
establece la ley.
La ley no reconoce personalidad alguna a las agrupaciones religiosas
denominadas iglesias.
Los ministros de los cultos serán considerados como personas que ejercen una
profesión y estarán directamente sujetos a las leyes que sobre la materia dicten.
Las legislaturas de los Estados únicamente tendrán facultad de determinar, según
las necesidades locales, el número máximo de los cultos.
Para ejercer en los Estados Unidos Mexicanos el ministerio de cualquier culto se
necesita ser mexicano por nacimiento.
Los ministros de los cultos nunca podrán, en reunión pública o privada constituida
en junta, ni en actos del culto o de propaganda religiosa, hacer crítica a las leyes
fundamentales del país, de las autoridades en particular, o en General del Gobierno; no
tendrán voto activo, ni pasivo, ni derecho para asociarse con fines políticos.
........

Los artículos fueron tomados de Mario Contreras y Jesús Tamayo Antología Méxio en el
siglo 1913-1920. Tomo 2. UNAM, México 1983.

Actividades para el Estudiante:

Después de haber leído con detenimiento estos artículos originales de la Constitución de


1917. Te solicitamos que menciones por lo menos 5 instituciones nuevas que se deriven
de los citados artículos.
II- El Gobierno de Álvaro Obregón y Plutarco
Elías Calles

Los años veintes y treintas del siglo XX el país estuvo dominado por un gran
caudillo: Álvaro Obregón quien distribuyó el poder de forma vertical. El ejército era
más fuerte que nunca ya que las armas habían sido el medio para lograr los
cambios sociales. Sin embargo, para gobernar era necesario la reducción de
efectivos del ejército, la pacificación del país, el saneamiento de la economía y la
civilización de las contiendas políticasxlv.

El nuevo gobierno centró sus esfuerzos en tres aspectos: En primer lugar, se


buscó obtener el reconocimiento de Estados Unidos para poder negociar la deuda
externa y poder obtener empréstitos para la reestructuración económica, en
segundo lugar, se requerían acciones para restablecer el sistema financiero y la
reorganización del aparato administrativo en particular de la Secretaría de
Hacienda y Crédito Público y en tercer lugar, era necesario lograr la pacificación
del país a través del control de los movimientos de oposición y mediante la
disminución de los elementos del ejércitoxlv

Para lograr el primer objetivo se reestructuró la Secretaría de Relaciones


Exteriores en 1922 y para ello se decretó en ese año la Ley Orgánica del Cuerpo
Diplomático Mexicano y en 1923 se dictó la Ley Orgánica del Cuerpo Consular
Mexicano. Para mejorar la situación económica, a fines de 1921 se inició la
reestructuración económica del país, en particular de la Secretaría de Hacienda,
para ello se dictó la Ley de Instituciones de Crédito; en febrero de 1924 se celebró
la Primera Convención Bancaria y se estableció la Comisión Permanente de la
Convención para estudiar la legislación referente a instituciones de crédito, bancos
hipotecarios y refaccionarios y se modificaron los impuestos creándose el
impuesto sobre la renta , de igual forma, la Beneficencia Pública del Distrito
Federal pasó a la Secretaría de Haciendaxlv

Un momento importante en la reconstrucción posrevolucionaria lo fue el aspecto


educativo. En julio de 1921 se reformaron los artículos 14 y 73 para impulsar la
educación urbana y rural en el país y en septiembre del mismo año se creó la
Secretaría de Educación Pública teniendo como Secretario de José Vasconcelos,
seguida por fuertes aumentos en el presupuesto dedicado a la educaciónxlv

El campo y la Reforma Agraria también fueron importantes en este gobierno. Sus


acciones no solo se limitaron a la expedición de decretos para el reparto y
obtención de tierras, sino también se orientaron a la creación y descentralización
de órganos de la Secretaría de Agricultura y Fomento. Una de las primeras
medidas fue la creación del Departamento de Irrigación, en marzo de 1921, al año
siguiente se creó la Dirección de Cooperación Agrícola. En 1923 se creó la
Dirección de Pesquerías dentro de la Secretaría de Agricultura y Fomento, se
fomentaron las cooperativas agrícolas, entre otras muchas accionesxlv

La Secretaría de Industria, Comercio y Trabajo se reorganizó debido al


crecimiento de la industria petrolera, el Departamento de Minas, dependiente de
esta secretaría se desconcentró, se elaboró un directorio industrial y se impulsó la
creación de Cámaras de Comercio. En 1923 se fundó la Comisión de Fomento y
Control de la Industria de Generación de Fuerza y el Instituto Geológicoxlv

El gobierno obregonista puso especial énfasis en la transformación del ejército. En


abril de 1921 expidió el Reglamento para la Comisión Revisora de Hojas de
Servicio del Ejército, se depuró el ejército , se dieron de baja a generales, jefes y
oficiales y se creó la reservaxlv Esta Reforma del Ejército estuvo a cargo de
Joaquín Amaro y esta fue uno de los elementos que junto con la firma de la paz
con los cristeros y la derrota de la Rebelión Escobarista generaron cierta
estabilidad al país.

La sucesión presidencial a fines de 1923 generó contradicciones entre el


candidato designado Plutarco Elías Calles y Adolfo de la Huerta. Al ocupar la
presidencia Calles se preocupó por realizar la reforma agraria intensiva y por
reorganizar la política financiera y bancaria. Bajo estos objetivos reorganizó los
métodos de recaudación fiscal, estableció la Convención Nacional Bancaria y
reorganizó la Secretaría de Hacienda.

Se estableció la Ley de Ingresos, el Impuesto sobre la Renta , las Comisiones de


Eficiencia en las Secretarías de Agricultura, Gobernación, Eduación Pública e
Industria. En 1927 se expidió la Ley de Agentes Aduanales y la Ley de Aduanas.
Uno de los primeros frutos de la reestructuración financiera fue la creación del
Banco de México, también se fundó el Banco Nacional de Crédito Agrícola y se
promulgaron las Leyes del Patrimonio del Ejido, la Comisión Nacional de Caminos
y la Ley de Caminos y Puentes, la Ley de migración, se creó la Junta de
Conciliación y Arbitraje con dependencias en todos los estados xlv

Calles en su informe de gobierno de 1928 planteó que México debería pasar de


una vez por todas, de la condición histórica de un país de un hombre a la de
nación de instituciones y leyes”, es a partir de este pronunciamiento que se creó
en 1929 el Partido Nacional Revolucionario, un partido que repartió porciones de
poder entre sus miembros mediante la asignación de las candidaturas a puestos
de elección popular y que impuso la disciplina necesaria para que se acataran sus
disposiciones. El surgimiento del PNR significó el paso de del periodo caudillista al
de las instituciones e inició la derrota de los militares frente a los políticos civiles,
de igual forma el proceso de institucionalización de la Revolución continuó bajo la
presidencia de Emilio Portes Gil en cuya gestión se expidió la Ley Orgánica de la
Universidad Nacional de México que otorgaba la autonomía a esta casa de
estudios xlv

A continuación te presentamos un breve texto con el que el General Álvaro


Obregón inicia el proceso de institucionalización del Ejército tan necesario para la
estabilización de la sociedad mexicana después de la Revolución.

Llamamiento al Ejército Nacional (3-XII-1919)*

Considerando la misión tan elevada que le está encomendada al ejército, de


salvaguardar nuestra dignidad nacional y el sostenimiento de nuestras
instituciones, se hace indispensable que al ejército, en el que está comprendido,
naturalmente, la marina de guerra, se le dé la atención necesaria para que su
organización descanse sobre una base de absoluta moralidad y de la más
estricta disciplina, a fin de que cada uno de sus miembros se convierta en el
más celoso guardián del buen nombre de dicha institución. Para conseguirlo,
paso a proponer las siguientes bases:

1ª La reducción del ejército, de modo que no pueda exceder de 50, 000


hombres, en tiempo de paz.
2ª La separación absoluta de la función administrativa del mando militar.
3ª Establecer iguales prerrogativas para todos los miembros de dicho
Ejército, inclusive la clase de tropa, en lo referente a jubilaciones y pensiones.
4ª No admitir en el Ejército, en ningún caso, a delincuentes, a título de
castigo.
5ª Procurar la instrucción del soldado, desarrollando tanto sus facultades
intelectuales como físicas.
6ª Establecimiento de un cuerpo idóneo y competente de inspección
sanitaria y reglas severas sobre la higiene de la corporación.
7ª Modificar el sistema de pensiones para viudas, huérfanos, madres viudas
y mutilados, sobre la base de que la pensión sea igual al sueldo de que disfrutaba
el miembro del ejército por quien corresponda dicha pensión, y fijar una pensión
proporcional a los mutilados, según la imposibilidad de trabajo que la mutilación
determine y estableciendo de una manera precisa que los mutilados del ejército,
comprendidos entre las clases de tropa y la oficialidad, no prestarán ningún
servicio, sino que quedarán en absoluta libertad para radicarse en cualquier lugar
de la República y dedicarse al trabajo que mejor les acomode, debiendo recibir
sus pensiones en la oficina federal más inmediata a su domicilio.
8ª Mejorar y aumentar tan pronto como la situación económica lo permita,
las unidades de guerra de nuestra marina, ya que en la actualidad, dada la
extensión de nuestras costas, está incapacitada por su reducido contingente para
cumplir en forma satisfactoria su verdadera misión.
9ª Establecer de una manera concisa la condición militar, respecto a la
política, adicionando a las disposiciones establecidas en la Constitución, la
referente a capacitar a los militares que gocen de licencia ilimitada o que estén en
disponibilidad para ejercitar libremente todas sus actividades políticas, sin más
condición que la de no usar en ningún caso el uniforme.

Actividades para el estudiante:

Después de leer detenidamente el texto, señala por lo menos tres instituciones


que se derivan de estas acciones gubernamentales.
IV.- El Cardenismo 1934
Como se señaló anteriormente, el Estado Mexicano surgió como una entidad
poderosa debido a la fuerza social que hereda de la Revolución Mexicana. La
movilización de las masas organizadas en torno a la figura del Estado tiene su
punto nodal en la administración cardenista. De 1934 a 1940 la sociedad se
organiza y fortalece para encontrar en la unidad del Estado un proyecto coherente
de desarrollo nacional. Ese es el gran objetivo en estos años aunado al proyecto
de industrialización del país. El instrumento principal de la acción estatal en la
economía será a través de la expansión del sector paraestatalxlv

La constitución de 1917 daba amplias facultades al Estado para intervenir en la


economía al mismo tiempo que garantizaba la imagen del presidente como un
triunfo sobre el caudillismo ya que el poder deriva del cargo, no de la persona que
lo ocupa, pues es un presidencialismo constitucional cuyo poder arbitral es muy
importante, es decir, que el Estado mexicano posrevolucionario tuvo la capacidad
para congeniar intereses contrapuestos. xlv

La identificación entre intereses del Estado e intereses de las masas es un logro


neto de la política cardenista que utilizó las reformas sociales como instrumento de
poder en varios sentidos: para frenar cualquier explosión revolucionaria, aparentar
que el Estado era un ente revolucionario, usar el poder contra las nacientes o
viejas clases poseedoras y para movilizar a las masas con diversos fines. Esto
sólo fue posible gracias a la transformación del antiguo Partido Nacional
Revolucionario(1929) en el Partido de la Revolución Mexicana (1938) como un
partido de masas constituido por diversos sectores sociales. El sujeto político
fueron las organizacionesxlv

Al derrotar a los viejos esquemas de la economía porfirista, el régimen de la


revolución y en particular la política populista de régimen cardenista aceleró la
penetración capitalista industrial en los más diversos campos en los cuales se
asociaron las inversiones nacionales con el capital externo. Previo al arribo al
poder de Cárdenas ya se encontraban operando algunos organismos y empresas
del sector paraestatal como la Comisión Nacional de Caminos, la Comisión
Nacional Bancaria, Banco de México y Comisión Nacional de Irrigación. El signo
dominante fue el cambio en todos los órdenes: tan solo en seis años se dieron tres
diferentes leyes que reformaron la administración pública: 1934,1935 y 1939xlv

Bajo esta lógica, en el plan sexenal las funciones prioritarias del Estado fueron:
acelerar al máximo el reparto y la reforma agraria promoviendo la colectivización a
través de los ejidos; impulso a la industrialización, en la cual tendrían especial
importancia las cooperativas obreras; y educación socialista, explotación de
recursos nacionales, entre los más importantes. Es así que con la ley de 1934
surge el Departamento Agrario que retomó las funciones de la Comisión Nacional
Agraria y que junto con la Secretaría de Agricultura y Fomento tendría el objetivo
de propiciar no solo el reparto agrario, sino el desarrollo agrícola nacional. A partir
de 1935 se desprenderá de esta Secretaría el Departamento Forestal de Caza y
Pescaxlv.

Respecto a los asuntos laborales, en 1932 se creó el Departamento del Trabajo


que contó con una oficina dedicada a la Inspección del Trabajo y otra orientada a
los temas de Seguridad social . De igual forma, la salud pública fue atendida
creándose el Departamento de Salubridad Pública,xlv

Para consolidar el apoyo al Ejecutivo y para incorporar a la política a las grandes


mayorías, Cárdenas cambió la estructura del partido hasta convertirlo en el Partido
de la Revolución Mexicana (PNR), con esta reforma el partido adopta una
organización sectorial en la que se incluyen obreros, campesinos, militares y el
sector popular, todo ello con el apoyo de la Federación de Sindicatos de
Trabajadores al Servicio del Estado (FTSE)xlv

Cárdenas impulsó la creación de la Confederación de Trabajadores Mexicanos en


sustitución de la CROM y en 1937 impulsó la Ley para el establecimiento de la
Comisión Federal de Electricidad bajo la coordinación de la Secretaría de
Economía y en 1938 la Ley General de Sociedades Cooperativas y el Estatuto de
los Trabajadores al Servicio de los Poderes de la Unión que establecía la
naturaleza de la función pública. Asimismo creó el Banco Nacional de Comercio
Exterior y la Nacional Financiera para impulsar la industrialización del paísxlv

Es importante destacar la promulgación de la Ley de Expropiación en la que se


concedía al presidente amplias facultades para expropiar bienes privados “por
causa de utilidad pública y del bienestar social de la nación”xlvgracias a ella,
Cárdenas pudo realizar la expropiación petrolera de 1938 apoyándose en los
artículos 27 y 123 constitucionales y en el desacato por parte de las compañías
petroleras extranjeras, de un fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a
partir de esta fecha, el estado asumió la responsabilidad de su administración y de
las labores de exploración, comercialización y distribución.

En el ámbito educativo sobresalen la creación de dos instituciones: la Universidad


Obrera y el Instituto Politécnico Nacional. Asimismo, en 1939 se crea el Instituto
Nacional de Antropología e Historia y la Casa de España en México. En el ámbito
militar Cárdenas modernizó el ejército y reorganizó la Secretaría de Defensa
Nacionalxlv

El sector empresarial también creció durante este periodo y se organizó en las


diferentes cámaras como la CANACINTRA, CONCANACO, CONCAMIN y poco
después nacería el Consejo Nacional Patronal que firmaría junto con el Pacto de
Unidad Obrera, la llamada Unidad Nacional.
En 1940 le sucedió a Cárdenas en la presidencia Manuel Ávila Camacho en este
año el Departamento del Trabajo se elevó a rango de Secretaría y se modificó la
Ley Federal del Trabajo. Si bien se manifestaron múltiples modificaciones en las
instituciones surgidas de la Revolución Mexicana éstas no cambiaron su esencia,
sino que permitieron su adaptación a los nuevos tiempos. La política de fomento
económico del gobierno tuvo un fuerte incremento en la inversión pública y a
finales de este sexenio, el país presentaba características de una sociedad
moderna, urbana e industrial mientras que el régimen de Miguel Alemán
continuaba en 1946 con los intentos de modernización que impulsarían los
gobiernos en turno. Para 1947 la independencia económica del país se basaba en
el sector de las empresas del Estado que cubrían las áreas básicas del desarrollo
industrial. En lo político, en 1946 se consideró conveniente transformar el Partido
de la Revolución Mexicana en Partido Revolucionario Institucionalxlv.

En 1950 el país gozaba de bonanza económica y de cierta estabilidad política la


cual a pesar de las fluctuaciones en la paridad del peso, mantuvo hasta cierto
punto controlada la situación y sin grandes cambios institucionales, salvo la
Reforma Política desarrollada a finales de los años setentas que estableció la
posibilidad de contienda política entre partidos políticos mientras que en lo
económico, una nueva situación se vivirá el a partir de 1982 cuando la crisis hará
dudar en lo adelante a los mexicanos de la solidez de las instituciones surgidas de
la Revolución Mexicana de 1910

Lectura para el estudiante

A continuación te presentamos el Decreto de Expropiación del Petróleo con el cual


el entonces presidente General Lázaro Cárdenas devolvió al país lo que le
pertenece por derecho propio
LÁZARO CÁRDENAS, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, en uso de las
facultades que al Ejecutivo Federal concede la Ley de Expropiación vigente; y

CONSIDERANDO que es dominio público que las empresas petroleras que operan en el país y
que fueron condenadas a implantar nuevas condiciones de trabajo por el Grupo número 7 de la
Junta Federal de Conciliación y Arbitraje el 18 de diciembre último, expresaron su negativa a
aceptar el laudo pronunciado, no obstante de haber sido reconocida su constitucionalidad por
ejecutoria de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, sin aducir como razones de dicha
negativa otra que la de una supuesta incapacidad económica, lo que trajo como consecuencia
necesaria la aplicación de la fracción XXI del artículo 123 de la Constitución General de la
República en el sentido de que la autoridad respectiva declara rotos los contratos de trabajo
derivados del mencionado laudo.

CONSIDERANDO que este hecho trae como consecuencia inevitable la suspensión total de
actividades de la industria petrolera y en tales condiciones es urgente que el poder público
intervenga con medidas adecuadas para impedir que se produzcan graves trastornos interiores
que harían imposible la satisfacción de necesidades colectivas y el abastecimiento de artículos de
consumo necesario a todos los centros de población, debido a la consecuente paralización de los
medios de transporte y de las industrias; así como para proveer a la defensa, conservación,
desarrollo y aprovechamiento de la riqueza que contienen los yacimientos petrolíferos, y para
adoptar las medidas tendientes a impedir la consumación de daños que pudieran causarse a las
propiedades en perjuicio de la colectividad, circunstancias todas éstas determinadas como
suficientes para decretar la expropiación de los bienes destinados a la producción petrolera.

Por lo expuesto, y con fundamentos en el párrafo segundo de la fracción VI del artículo 27


Constitucional y en los artículos 1º., fracciones V, VII, y X, 4,8,10 y 20 de la Ley de Expropiación de
23 de noviembre de 1936, he tenido a bien expedir el siguiente:

DECRETO

Artículo 1º. Se declaran expropiados por causa de utilidad pública y a favor de la nación, la
maquinaria, instalaciones, edificios, oleoductos, refinerías, tanques de almacenamiento, vías de
comunicación, carros-tanque, estaciones de distribución, embarcaciones y todos los demás bienes
muebles e inmuebles de propiedad de la Compañía Mexicana de Petróleo El Águila, S.A.,
Compañía Naviera de San Cristóbal, S.A., Compañía Naviera San Ricardo, S.A., Huasteca
Petroleum Company, Sinclair Pierce Oil Company, Mexican Sinclair Petroleum Corporation,
Stanford y Compañía, S. en C. Peen Mex Fuel Company, Richmond Petroleum Company de
México, California Standard Oil Company of México, Compañía Mexicana el Agwi, S.A., Compañía
de Gas y Combustible Imperio, Consolidated Oil Company of México, Compañía Mexicana de
Vapores San Antonio, S.A., Sabalo Transportation Company, Clarita, S.A., y Cacalilao, S.A., en
cuanto sean necesarios, a juicio de la Secretaría de Economía Nacional para el descubrimiento,
captación, conducción, almacenamiento, refinación y distribución de los productos de la industria
petrolera.

Artículo 2º. La Secretaría de la Economía Nacional, con intervención de la Secretaría de Hacienda


como administradora de los bienes de la Nación, procederá a la inmediata ocupación de los bienes
materia de la expropiación y a tramitar el expediente respectivo.

Artículo 3º. La Secretaría de Hacienda pagará la indemnización correspondiente a las compañías


expropiadas, de conformidad con lo que disponen los artículos 27 de la Constitución y 10 y 20 de la
Ley de Expropiación, en efectivo y a un plazo que no excederá de diez años. Los fondos para
hacer el pago los tomará la propia Secretaría de Hacienda del tanto por ciento que se determinará
posteriormente de la producción del petróleo y sus derivados, que provengan de los bienes
Actividades para el Estudiante:

A partir de la lectura del tema y de la lectura asignada queda en evidencia el


surgimiento e implementación de instituciones estatales nuevas producto de la
institucionalización de la lucha revolucionaria , a continuación ennumera por lo
menos cinco de ellas.

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