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Cuadro histórico [a) Estructuras antropológicas; b) objeto del conocimiento; c) méritos y límites en una perspectiva realista
equilibrada]
Cuadro sistemático
1. Distinción cognoscente-conocido; conocimiento, sensitivo e intelectivo, afirmativo.
Explicación
2. Intencionalidad del conocimiento humano
Explicación
3. Estructura del conocimiento sensitivo y diferencia con la percepción interna
Explicación
4. Conocimiento sensitivo, material e intencional; compatibilidad de ambas dimensiones
Explicación
5. Relación entre las dimensiones sensitiva e intelectiva
La experiencia nos presenta una diversidad de seres, donde constatamos que no es lo mismo existir que vivir. La vida es un
movimiento y una transformación cualificada por tres elementos: la nutrición (asimilación de sustancias), el desarrollo
(unidad y continuidad de estructuras) y la reproducción (originar otros seres semejantes). La existencia presenta tres grados
en base a la acción: vida vegetativa (acción→ ejecución), sensitiva (acción→ ejecución y modo de hacerla) e intelectual
(acción→ ejecución, modo y fin). Además de la vida fisiológica, el hombre presenta una vida psíquica a dos niveles y tres
clases caracterizada por la conciencia (propiedad gracias a la cual el sujeto se da cuenta de la propia actividad) y la intencionalidad
(referencia al objeto como algo distinto del sujeto) El nivel inferior depende intrínsecamente del organismo: Con. sensible (sentidos);
Apetitos sensibles (tendencias e instintos); Estados de humor sensibles (afectividad sensible). El nivel superior es independiente del
organismo: Con. intelectual (inteligencia); Decisiones libres (voluntad); Sentimientos espirituales (afectividad).
La dimensión intelectual posee una triple fase de concepto, juicio y razonamiento, capaz de un conocimiento de lo
inmaterial, universal y abstracto. El objeto de la inteligencia es la esencia de las cosas materiales conocida por abstracción y
las realidades inmateriales conocidas sólo por analogía de las materiales. El hombre por medio de los sentidos externos tiene la
capacidad de poseer conceptos universales, es decir, conocer un objeto en cuanto tal, acto de entender la esencia y concebir en el
entendimiento una realidad. En base a dichos conceptos también puede formular juicios, realizando afirmaciones universales y
leyes. También posee un lenguaje conceptual, convencional y simbólico; los animales se comunican por medio de signos
inmutables, mientras que el hombre tiene significaciones, utiliza un término para expresar un concepto que representa la realidad.
Con. intelectivo-sensitivo: No se puede reducir el conocimiento intelectivo al sensitivo debido a la abstracción, que es el
proceso a través del cual se pasa de los sensible concreto a lo inteligible abstracto; los sentidos sólo perciben los datos externos,
mientras que la inteligencia llega a la esencia de las cosas y actualiza lo inteligible. Inteligencia-Cerebro: Si hablamos de la
facultad intelectiva como una facultad espiritual, no podemos reducir el pensamiento al cerebro, que es un órgano material. El
hombre no piensa con el cerebro sino con la inteligencia; el cerebro no es el órgano ni la causa del pensamiento, sino sólo la
condición instrumental necesaria. Aclarado esto, se afirma la unidad del conocimiento humano, pues propiamente hablando
no son los sentidos los que sienten, ni la inteligencia la que entiende, sino el hombre por ambos. Por tanto, entre el
conocimiento sensible e intelectual hay una distinción pero no separación; hay unidad, pero no identificación. Ambos
presentan tres características bajo diversos aspectos: del objeto o contenido (espacio/tiempo-inmaterial); de la sucesión de los contenidos
(automático-lógico); de la dependencia del conocimiento respecto al organismo.
6. Autonomía del intelecto respecto a la sensibilidad
Explicación
7. Intellectus agens en relación con el fantasma y el intellectus possibilis
Aquí comienza mi explicación
8. Habitus intelectivos, tipos y papel dentro del proceso del conocimiento
La persona, según Boecio, puede definirse como rationalis naturae individua substantia (sustancia individual de
naturaleza racional) o según Santo Tomás subsistens in rationali natura. El ente sustancial está formado por la esencia y el
ser; la esencia limita el ser a este modo concreto, lo determina y los individua dentro de un orden ontológico, mientras que el
ser es perfección. En el hombre la forma sustancial es el espíritu y la materia prima el cuerpo: esto fundamenta la unidad
intrínseca de todo el hombre, donde hay una unión de un elemento material y otro espiritual; se trata de una dualidad (no
dualismo), ya que lo que existe y obra es el hombre uno, un espíritu encarnado, lo cual no es desprecio de la corporeidad pues la
separación alma-cuerpo sería ontológicamente deficiente e innatural. Por otra parte, el alma no puede preexistir, pues al ser
forma sustancial limitada e individuada por la materia prima, no sería ni limitado ni individuado; esto demuestra también que
el alma no puede existir sin relación al cuerpo. La generación del alma supondría el recibir una parte del generante, pero el alma
no tiene partes; la emanación es imposible porque Dios no tiene partes que se separen y se conviertan en espíritu humano.
El ente sustancial humano en cuanto consciente de su actividad constituye el Yo o sujeto psíquico. El hombre tiene
conocimiento de sí mismo, lo que implica la reditio completa y se concibe a sí mismo como persona; es persona porque es una
unidad subsistente en sí y es intelectivo porque una de sus actividades es la actividad intelectiva. Esto explica la definición
subsistens in natura intellectiva
9. Objeto del conocimiento (cosa, representación, construcción lingüística); conocimiento del particular o del universal
Explicación
10. Explicación de Santo Tomás integrada con las novedades surgidas durante la historia
Explicación
Lecturas
PLATÓN, Menón, 80 d – 86 c.
Cuadro sistemático
1. Emociones: reacciones físicas o psicofísicas, objetos intencionales, pasiones del alma, tipos de pasiones, incidencia en el obrar voluntario
La afectividad es el conjunto de reacciones espontáneas ante los estímulos. Se suele dividir en sentimiento que es una
reacción tranquila y constante que no altera el ritmo ni la normalidad fisiológica; y la emoción que es un sentimiento intenso
que conlleva una conmoción somática que modifica el ritmo y activa la fuerza muscular y las secreciones internas.
Clasificación de sentimientos: se distinguen en dos niveles, inferiores (sensibles y orgánicas) y superiores (intelectuales o
espirituales). Los primeros llevan modificación del organismo, y los segundos se distinguen según la tendencia (hacia otros y
hacia sí) y los conocimientos (objeto bueno-moral, bello-estético, verdadero-intelectual). Emoción: se presentan cuatro fases,
ocasión (suceso cualquiera), disposición (estado de ánimo), causa (relación objeto presentado-felicidad propia), efectos
(hipotálamo); los efectos orgánicos pueden ser reacciones viscerales (respiración, circulación, digestión, hormonas), musculares o
expresivas. Temperamento-Carácter: el temperamento es el conjunto de tendencias y cualidades que cada uno tiene por
naturaleza y que constituye la base primaria de reacción a los estímulos; es innato y forma la individualidad fisiológica estable de
la persona. El carácter es el conjunto de cualidades que cada uno tiene en base al temperamento recibido de la naturaleza y
al desarrollo que con la educación ha perfeccionado o empeorado; lo constituyen elementos congénitos y adquiridos y forma
la individualidad psicológica dinámica de la persona. Las tres propiedades son: emotividad, actividad y resonancia.
EXPLICACIÓN: Los afectos no son pura irracionalidad incontrolable, sino que se encuentran entre lo sensible y lo
intelectual. El sentimiento reproduce la situación del sujeto, es un puro testimonio de sí, sin referencia a las cosas reales.
1ª dificultad: irreductibilidad a la objetivación intelectual.
2. Teorías determinísticas: obrar humano determinado, libre albedrío compatible.
Aquí comienza mi explicación
3. Análisis de la estructura del obrar humano
Aquí comienza mi explicación
4. Libre albedrío y existencia de Dios eterno y omnisciente
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Lecturas
TOMÁS DE AQUINO, Summa theologiae, I, qq. 80-83; I-II, qq. 6-17; 22-23; 25.
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SARTRE, J.-P., L’Être et le Néant [El Ser y la Nada, IV, Cap. I, I.].
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