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Los Golpistas
La oligarquía dejó claro desde el primer momento que
lo que habían hecho era parte de un plan muy bien
trazado a juzgar por su rapidez en las acciones que
vinieron después de secuestrar a Manuel Zelaya.
El congreso se reunió con la excepción de los
parlamentarios de Unificación Democrática, que no
asistieron por miedo a represalias. En esa sesión
legislativa los congresistas golpistas intentaron
justificar el golpe de estado como una sucesión
constitucional. Para ello se basaron en que Zelaya
cometió el delito en base a una ley que aprobó el
congreso al momento de enterarse de que Zelaya
quería preguntar al pueblo sobre la constituyente,
aprobaron una ley que impedía la celebración de
plebiscitos 180 días antes de las elecciones generales.
Presentaron una carta de renuncia supuestamente
firmada por Zelaya el 25 de junio, tres días antes de la
celebración del referéndum. Zelaya negó
rotundamente que él hubiera renunciado. El congreso
dando por buenos esos hechos eligió a Roberto
Micheletti, del mismo Partido Liberal de Honduras al
que pertenece Zelaya, el mismo partido que votó sin
fisuras a favor de Micheletti. Hasta ese momento
Micheletti era el Presidente del Congreso de
Honduras.
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La dictadura que acababa de surgir en Honduras no
esperó tiempo para actuar contra el pueblo en busca
de un silencio que aparentase la normalidad necesaria
para su legitimación por parte de la comunidad
internacional. Para ello los golpistas mediante el
ejército tumbaron la señal del canal público de
Honduras, para dejar al pueblo cercado
comunicativamente y poder dividirlo con informaciones
en los diarios propiedad de los empresarios
hondureños que apoyan el golpe. Inmediatamente
después de tumbar esta señal comenzó la caza de
brujas contra los medios alternativos favorables a
Zelaya y a la “cuarta urna”. Radio Globo Honduras y
Canal 36 fueron desalojados por el ejército dejando al
pueblo en total oscuridad mediática. Sus locutores
están siendo amenazados de muerte para que se
callen.
Desorden en los predios de la UNAH, por el
golpe militar
Fuente: Luis Sánchez