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EN VIVO DESDE JERUSALÉN

ESCENOGRAFÍA

Este drama, basado en el arresto y juicio de Jesús, vistos a través del lente
de un noticiero de televisión, puede desarrollarse en un escenario casi
vacío, iluminado por una sola luz. Limitar el número de actores en la
escena, también va encaminado a presentar la realidad que Jesús fue
abandonado por todos en este momento crucial de su vida. Que sufrió,
sangró y, finalmente, murió solo. El vestuario debe ser típico de los
tiempos de Jesús, excepto los reporteros, que vestirán ropas modernas.

PERSONAJES

JORGE MOLINA
LAURA COLLINS (Reportera)
CAMARÓGRAFO 1
MARÍA TERESA RAMOS (Reportera)
CAMARÓGRAFO 2
JESÚS
PEDRO
SANTIAGO
JUAN
GUARDIA 1
GUARDIA 2
GUARDIA 3
GUARDIA 4
JUDAS
CAIFÁS
PILATO
LADRÓN 1
LADRÓN 2
MARÍA
MARÍA MAGDALENA
VOCES
SINOPSIS:

Se acerca la primavera del año 30 a.C. Roma procura mantener la precaria


paz en la provincia de Judea. A su vez, una facción de la jerarquía judía
está alerta, para prevenir cualquier incidente iniciado por sus
conciudadanos que comprometa la situación política en la región,
impuesta por los conquistadores romanos. Este grupo está convencido,
precisamente, que un humilde galileo, hijo de un carpintero de Nazaret,
constituye una amenaza terrible al proceso de paz. Estos hombres han
logrado reclutar a uno de los seguidores del nazareno, quien los ayudará a
removerlo permanentemente de la escena política judía y mundial. Como
era de esperarse, esta bomba de tiempo política ha atraído la atención y la
presencia de la prensa internacional a Jerusalén.

De la Escena I hasta la Escena III se desarrolla la condena, Crucifixión, y


muerte de Jesús. La Escena IV presenta la Resurrección.

ESCENA I

(El arresto)

(El escenario está oscuro, de repente se escucha la voz de Jorge Molina)

JORGE MOLINA. Interrumpimos este programa para presentarles un


reportaje especial del Canal 31. Ahora, desde nuestro estudio en
Washington, Laura Collins.

(Luces sobre Laura Collins, que está sentada en una mesa a la derecha del
escenario; ella tiene la vista fija en una cámara de televisión.)

LAURA. Buenas noches. El Noticiero 31 ha conocido que esfuerzos


recientes para obtener algo de autonomía en Judea, a expensas de Roma,
pueden estar en peligro. Con nosotros, en vivo, desde Jerusalén, nuestra
corresponsal del Medio Oriente, María Teresa Ramos.

(Se apagan las luces sobre Laura Collins. Se ilumina la parte izquierda del
escenario, donde María Teresa Ramos está de pie, en frente a una cámara
de televisión, con un micrófono en la mano.)

LAURA. María, hemos recibido información acerca de ciertos incidentes


ocurridos recientemente en la capital judía que pudieran... (Alarmada.)
¿Descarrilar la paz con Roma?

MARÍA TERESA. Así es, Laura. Me encuentro cerca del centro de


Jerusalén, en un huerto de olivos, que los vecinos aquí llaman Getsemaní.
Hace unos momentos esta fue la escena de un alboroto cuando
representantes del Sanedrín, capturaron a un Hombre que, ellos dicen, es
una amenaza más grande para los diálogos de paz, que el movimiento
independentista de los Zelotas. Canal 31 ha obtenido esta grabación
exclusiva del arresto.

(Se apagan las luces sobre María Teresa Ramos y se encienden sobre el
centro del escenario. Pedro, Juan y Santiago están acostados en el suelo
durmiendo; Jesús se acerca y se agacha entre ellos.)

JESÚS. ¿Por qué están durmiendo? Levántense y oren para que no caigan
en tentación. (Sonidos de gente acercándose por el lado derecho del
escenario, el ruido aumenta gradualmente; se escuchan gritos individuales
muy airados. Jesús y sus discípulos miran en la dirección del ruido y los
gritos.)

VOCES. ¡Sabemos que estás ahí! ¡Te tenemos rodeado! ¡Ríndete! ¡Sal
ahora! ¡No tienes escape! ¡Sal pacíficamente!

JESÚS. ¡Levántense, vamos! (Los discípulos se incorporan.) ¡El que me


traiciona se acerca!
(El ruido de la muchedumbre acercándose ha llegado a su cénit y comienza
a decrecer. Los discípulos rodean a Jesús, todos continúan mirando a la
derecha del escenario, mientras la muchedumbre se acerca y Jesús les dice
a la distancia.)
¿A quién buscan?

VOCES. ¡Jesús! ¡Jesús de Nazaret!

JESÚS. (Firmemente.) ¡Yo soy! ¿A quién buscan?

VOCES. ¡A Jesús!, ¡a Jesús de Nazaret!

JESÚS. ¡Les dije que Yo soy! Si me buscan a Mí, dejen a éstos irse. (Señala
a sus discípulos.)

JUDAS. (Sale de la oscuridad, a la derecha del escenario, camina hasta la


luz.) ¡Maestro! (Abraza a Jesús y le besa ambas mejillas)

JESÚS. Judas, ¿entregas al Hijo del Hombre con un beso? (Judas no


responde, baja la cabeza avergonzado y retrocede lentamente) Amigo, haz
lo que viniste a hacer.

(Judas le da la espalda y huye corriendo por la derecha del escenario. Dos


guardias romanos entran por la derecha del escenario, se acercan a Jesús y
tratan de prenderle.
Pedro saca su espada y golpea al Guardia 1 cortándole una oreja; éste da
un grito de dolor, deja caer su arma al suelo y aprieta su herida con ambas
manos, arrodillándose en el suelo. El Guardia 2 abandona a Jesús y va a
socorrer al Guardia 1.)

JESÚS. ¡Pedro, guarda tu espada! Todos los que viven por la espada, por
la espada morirán ¿Tú no crees que Yo puedo clamar a mi Padre y Él me
enviaría más de doce legiones de ángeles? (El Guardia 1 sigue arrodillado,
mostrando dolor. Jesús se acerca, pone la mano sobre la herida y lo sana.
Ambos guardias quedan sorprendidos y el Guardia 1 no sabe cómo
agradecerle su curación, mira a Jesús con reverencia y respeto.)

(Aparece el Guardia 3, que se abre paso hasta los otros guardias,


empujando y golpeando a los discípulos, tiene una espada en su mano, y
discute con los otros guardias, visiblemente airado, sin prestar atención a
Jesús que les habla.)

JESÚS. Como contra un ladrón han salido, con espadas y palos a


detenerme. (El Guardia 3 empuja violentamente a Guardia 1 que cae de
espaldas completamente al suelo y obliga al Guardia 2 a sujetar a Jesús.
Los discípulos tratan de intervenir, pero el Guardia 3 les acomete con su
espada y ellos retroceden. El Guardia 3 toma el brazo libre de Jesús y
continúa gesticulando e injuriando contra el Guardia 1 mientras sacude a
Jesús. Jesús continúa hablando mientras estas acciones ocurren, no se
resiste.) Cada día estaba con ustedes, enseñando en el templo y no me
prendieron. Pero ésta es su hora... cuando reinan las tinieblas...

GUARDIA 3. (Interrumpiendo a Jesús, hay odio e ira en su voz.) ¡Basta ya!,


¡perro! (El Guardia 2 y 3 empujan y jalan a Jesús brutalmente,
llevándoselo por la izquierda del escenario.) Tendrás tu día en la corte. ¡te
llevaremos con Anás!

(Jesús tropieza mientras los tres salen por la izquierda del escenario. El
ruido de fondo de la multitud que se ha escuchado durante todo el arresto,
se desvanece mientras Jesús y sus capturadores salen de la escena. Se
escucha el canto de las aves, simbolizando el alba. Los tres discípulos
contemplan a Jesús salir desde la derecha del escenario y el Guardia 1
está de rodillas otra vez. Los discípulos notan al Guardia 1, le ayudan a
ponerse de pie y los cuatro huyen corriendo por la derecha del escenario.
Los sonidos cesan y las luces al centro del escenario se apagan. Se
enciende una luz sobre María Teresa Ramos, a la izquierda del escenario.)

MARÍA TERESA. Acaban de ver nuestro video exclusivo del arresto del
galileo llamado Jesús. Aparentemente ha sido llevado por los guardias del
Sanedrín a la casa de Anás, quien fuera antes el Sumo Sacerdote, a fin de
determinar si hay suficiente evidencia para ser juzgado por Caifás, el
Sumo Sacerdote actual. Si el Sanedrín encuentra a este hombre culpable,
es casi seguro que tendrá que enfrentar una corte romana.
Les habla María Teresa Ramos, Canal 31, en vivo, desde Jerusalén.

JORGE. Este ha sido un reportaje especial del Canal 31, gracias por su
sintonía. El Noticiero 31 seguirá de cerca esta situación y estará
informándole con reportajes en vivo y en exclusivo del juicio “Jesús ante el
Sanedrín”; mañana a las 9:00 a.m. tiempo oriental, 8:00 a.m. tiempo de
México, así que no le cambie vamos a comerciales.

(Al terminar se pone rápido música, demostrando cierre de noticias y


cambio a otro programa, mientras se cierran las cortinas)

ESCENA II
(El juicio ante el Sanedrín)

JORGE. Esta es una nota exclusiva del Canal 31, sobre el juicio “Jesús
ante el Sanedrín”. Escuchemos a nuestra corresponsal en el Medio
Oriente, María Teresa Ramos, directamente desde el lugar de los hechos...
María Teresa Ramos...

(Aparece María Teresa Ramos, parada a la izquierda del escenario)

MARÍA TERESA. Estoy reportando en vivo desde el atrio en casa de Caifás,


el Sumo Sacerdote. Jesús de Galilea, ha sido trasladado aquí para
enfrentar a sus acusadores. El Canal 31 ha logrado introducir una cámara
dentro de la sala y les trae este reportaje del juicio.

(Se apaga la luz sobre ella y continúa hablando, se ilumina el centro del
escenario, a la vez se escuchan conversaciones simulando el ruido de una
sala de juicio.)

MARÍA TERESA. Mientras nuestra cámara escudriña el salón, pueden ver


a los maestros de la ley, los ancianos, los miembros del concilio religioso y
al Sumo Sacerdote. Caifás los convocó a una sesión urgente y... (Jesús
aparece llevado por el Guardia 2 y 3 en la penumbra, a la derecha del
escenario. María Teresa Ramos se toca el oído como escuchando y habla en
voz baja.) Me acaban de decir que Jesús ha entrado a la sala, conducido
por los guardias. Esta sesión está para empezar. (El ruido de la multitud
decrece. Los guardias llevan a Jesús al borde de la luz iluminando el centro
del escenario y lo arrojan violentamente al suelo. Jesús cae en el centro de
la luz. El ruido de la gente sube de tono rápidamente. Se escuchan gritos
acusatorios desde el público, detrás y a los costados del escenario.)

VOCES. ¡Traidor, criminal, agitador! ¡Mírate ahora (despectivamente, con


desprecio) Rey Jesús! ¡Oye rebelde, vuelve a Belén! ¡Canalla, revoltoso,
blasfemo, loco, renegado!

(Los guardias gritan también pero se mantienen fuera de la luz,


moviéndose, hablando entre ellos y señalando a Jesús. Caifás aparece de
pie en una tribuna, en la penumbra a la izquierda del escenario. Aparece el
Guardia 4 y se une a los otros dos).

CAIFÁS. (En voz alta, sobre el ruido de la gente y los gritos.) ¡Silencio!
¡Vengan a orden! ¡Silencio! (Los ruidos de la multitud se vuelven susurros.)
El prisionero se pondrá de pie. (Jesús se esfuerza para levantarse, pero cae
otra vez; los guardias se burlan de Él.) ¡Ponte de pie prisionero, para que
oigas tus cargos!, ¡levántate!

(Jesús logra pararse lentamente, respirando entrecortadamente, una vez de


pie, frente al público, baja la cabeza; el ruido de la multitud se intensifica.)

GUARDIA 3. (Sin que nadie lo mande, mirando al público, señala a Jesús y


habla despectivamente.) Este es el Hombre que podría destruir el templo y
reconstruirlo en tres días.

CAIFÁS. (Amonestando al Guardia 3 y sobre el ruido de la gente.)


¡Silencio! ¡Yo examinaré al prisionero! (Hacia el público.) ¡No toleraré otra
interferencia como esa, aunque tenga que sacarlos a todos de aquí! (La
multitud se calma.) Te pregunto, Jesús, lo mismo que Anás te preguntó
anoche: ¿Qué es lo que Tú y tu banda de fanáticos están planeando?
¿Piensas destruir la ciudad de David? (Sube la voz.) ¿Piensas destruir este
templo? ¿La ley enviada por Moisés? ¡Por Yahvé mismo!

JESÚS. (Calmadamente.) Y te daré la misma respuesta que le di a Anás:


Yo he hablado al mundo públicamente. Siempre he enseñado en las
sinagogas y en este templo, donde se reúnen todos los judíos y nada he
hablado en oculto ¿Por qué me preguntas a mí? Pregunta a los que han
oído, aquellos a los que les he hablado. Ellos saben lo que he dicho.

GUARDIA 3. (Sale de las sombras, se para delante de Jesús y le da una


bofetada. Jesús vira la cara con el golpe que resuena por la sala.) ¡¿Así
respondes al Sumo Sacerdote?!

JESÚS. (Con calma y firmemente.) Si he hablado mal, testifica del mal (el
Guardia 3 le da la espalda haciendo un gesto de desprecio con la mano y
vuelve a la oscuridad en la derecha del escenario) y si bien, ¿por qué me
golpeas? (Jesús baja otra vez la mirada.)

CAIFÁS. ¿No respondes a los cargos contra ti? ¡¿A lo que testifican estos
contra ti?! (Jesús mantiene la mirada baja y no responde.) Te conjuro por
el Dios viviente, que nos digas si eres Tú el Cristo, el Hijo de Dios.

JESÚS. (Levanta la vista, pero mira a la derecha del escenario, no a


Caifás.) Si les digo, no me creerán. También, si les pregunto, no me
responderán ni me soltarán; pero desde ahora el Hijo del Hombre se
sentará a la diestra del poder de Dios.

CAIFÁS. (Intrigado y con ansias de mal.) Entonces, ¿eres Tú el Hijo de


Dios?

JESÚS. (Mirando al público.) Tú lo has dicho. (Sonido de paño o tela


desgarrándose. El bullicio de la gente se vuelve ensordecedor.)

CAIFÁS. (Se para enérgicamente y con ira grita a voz en cuello, apuntando
a Jesús y mirando a la multitud.) ¡Ha blasfemado! ¡¿Qué necesidad
tenemos de testigos?! ¡Han oído su blasfemia! ¿Qué les parece? ¿Cuál es
su veredicto?

VOCES. ¡Culpable!, ¡culpable!, ¡culpable!, ¡culpable!

(El Guardia 2 y 3 se acercan a Jesús. El Guardia 3 le escupe el rostro,


Jesús se cubre la cara con las manos. El Guardia 2 le da un puñetazo en
el estómago, Jesús se dobla de dolor. El Guardia 3 le golpea en la cabeza,
Jesús cae de rodillas al suelo. Los guardias lo patean.)

GUARDIA 2. ¡Profetízanos, Cristo!

GUARDIA 3. ¡Sí! ¿Dinos quién te golpeó?

CAIFÁS. Hemos oído suficiente. (El Guardia 2 y 3 levantan a Jesús


violentamente y lo ponen delante de Caifás; un guardia le agarra la
barbilla, levantándole la cabeza para obligarle a mirar a Caifás.) ¡Guardias!
Amarren al prisionero. (El Guardia 3 hace señas al Guardia 4, quien sale
de las sombras con una cuerda o cadena y los guardias amarran o
encadenan a Jesús.) Jesús, te voy a enviar a Pilato, donde serás juzgado
por sedición y traición ¡Esta sesión ha terminado!

(Los guardias sacan a Jesús por el lado izquierdo del escenario,


maltratándole y burlándose. Se apaga la luz sobre el centro del escenario y
se ilumina el lado izquierdo, donde aparece María Teresa Ramos de pie,
con un micrófono en la mano.)
MARÍA TERESA. Pues, como han visto, el Sanedrín ha entregado a Jesús
al gobierno romano local, para que sea juzgado por sedición y traición. El
patio de la corte ha quedado vacío, todos se han ido a sus casas.

(Pedro sale de la derecha del escenario, deja ver que tiene mucha prisa y
quiere pasar desapercibido. La Reportera se da cuenta de su presencia y lo
confronta, cortándole el paso. Pedro trata de evitarla, sin conseguirlo.)

MARÍA TERESA. ¡Oiga usted!, señor, ¿tiene un minuto? ¡Señor!, ¿puedo


hacerle una pregunta? Por favor… ¿Cuál es su impresión acerca de lo que
aquí hemos visto? (La reportera le pone el micrófono delante, esperando su
respuesta.)

PEDRO. (Casi huyendo y tratando de no salir en cámara.) No tengo


comentarios.

MARÍA TERESA. (Insiste preguntando.) ¿Es culpable?

PEDRO. No tengo comentarios.

MARÍA TERESA. ¡Seguro que usted tiene una opinión! ¿Piensa que Él es
culpable?

PEDRO. Otra vez le digo que no tengo comentarios. Por favor... con su
permiso. (Pedro trata de alejarse y sale de la luz dirigiéndose hacia la
izquierda del escenario, pero la Reportera lo jala por un hombro hacia la
luz, obligándolo a voltearse y mirarla.)

MARÍA TERESA. (Con cierta duda.) ¡Espere un momento! ¿No le vi yo


anoche en el Huerto de los Olivos? ¿No era usted uno de los que andaba
con Jesús?

PEDRO. (Decidido.) ¡Yo no sé de qué me habla! (Retrocede otra vez fuera de


la luz.)

MARÍA TERESA. (Recordando y con firmeza.) ¡Pero usted sí estaba con


Jesús!

PEDRO. ¡No sé de qué habla! (Empieza a caminar rápidamente hacia la


izquierda, alejándose de la luz.)

MARÍA TERESA. ¡Yo lo vi!

PEDRO. (Casi fuera del escenario, gritando desesperado.) ¡Yo no conozco a


ese Hombre! ¡Le digo que no lo conozco!, ¡no conozco al tal Jesús!, ¡no lo
conozco! (Se escucha un gallo cantar en la distancia.)
MARÍA TERESA. (Vuelve a mirar a la cámara, meneando la cabeza con
incredulidad.) Aquí vieron al hombre que ayer mismo estaba dispuesto a
dar su vida por Jesús y ahora que su líder va a juicio, niega hasta haber
conocido su nombre. Les habló María Teresa Ramos, en vivo, desde
Jerusalén. Volvemos contigo al estudio Jorge.

JORGE. Gracias María Teresa. Le estaremos informando en vivo antes que


nadie, “Jesús ante Pilato” ¿Es traición o trampa? María Teresa Ramos
reportará en vivo, desde la capital judía. Recuerde, esta noche, a las 10:00
p.m., sólo en el Canal 31, le esperamos.

(Al terminar se pone música rápido, demostrando cierre de noticias y


cambio a otro programa, mientras se cierran las cortinas.)

ESCENA III
(El juicio ante Pilato)

(El escenario está oscuro, de repente se escucha la voz de Jorge Molina.)

JORGE. Interrumpimos este programa para traerles noticias de último


momento, sobre lo ocurrido con Jesús el Nazareno. Nos enlazamos en vivo
con nuestra corresponsal, adelante.

(María Teresa Ramos, de pie a la izquierda del escenario, micrófono en


mano.)

MARÍA TERESA. Buenas noches. Hemos recibido noticias que Jesús ha


sido entrevistado por Herodes y devuelto a Pilato. El hijo de un carpintero
de Nazaret, Jesús, ha sido traído aquí por segunda vez, después que el
Gobernador romano examinó los siguientes cargos contra Él: revoltoso,
oponerse a pagar impuestos al César y por sus reclamaciones de ser el
Mesías.

Personas cercanas al Gobernador, nos han dicho que los cargos contra el
nazareno fueron hallados válidos. El gobernante descubrió que Jesús era
galileo y estaba bajo la jurisdicción de Herodes, así es que lo envió a éste.
Hemos sabido que Herodes no recibió respuesta alguna de Jesús, por
tanto, humilló al líder carismático, vistiéndolo como un rey, con un manto
regio, antes de devolverlo a Pilato... (Mano en el oído...)

Me dicen que Pilato va a reexaminar al galileo. Vamos ahora a nuestra


cámara, que está cubriendo el palacio del gobernador romano.
(Se apaga la luz sobre María Teresa Ramos. Se escucha el sonido de una
multitud como en una plaza, algo similar al ruido de la gente en el juicio en
el Sanedrín. El centro del escenario se ilumina, Pilato está de pie, de
espaldas a la audiencia. Los Guardias 2 y 3 traen a Jesús amarrado o
encadenado por la izquierda del escenario. Jesús camina mansamente, los
tres se detienen ante Pilato, quien mira a Jesús y Jesús sostiene su mirada,
inocentemente, esperando a que Pilato diga o haga algo. El Guardia 3 hace
una seña al Guardia 2 y éste golpea las piernas de Jesús con su lanza.
Jesús cae de rodillas a los pies de Pilato, los guardias retroceden unos
pasos y se paran enérgicamente en el borde de la luz.)

PILATO. Pues nos encontramos otra vez, Jesús. (Pilato se inclina y ayuda a
Jesús a levantarse. Jesús se queda de frente a la audiencia. Pilato
comienza a caminar alrededor de Jesús sin quitarle la vista.) Jesús, Jesús,
Jesús… ¿Qué voy a hacer contigo? Dime, ahora que estamos solos... sólo
entre Tú y yo... (Pilato se detiene brevemente.) ¿Eres Tú el Rey de los
judíos?

JESÚS. ¿Tú dices esto por ti mismo, o te lo han dicho otros de mí?

PILATO. (Comienza a pasearse alrededor de Jesús nuevamente y le


responde algo irritado.) ¿Soy yo acaso judío? Tu nación y sus principales
sacerdotes te han entregado a mí… (curiosamente) ¿Qué has hecho? (Se
detiene detrás, al lado derecho de Jesús y acerca el oído hacia Él.)

JESÚS. Mi reino no es de este mundo. Si lo fuese, mis servidores pelearían


para que Yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí.
(Pilato camina detrás de Jesús y se detiene al lado izquierdo, detrás de
Jesús, escuchando. Jesús habla pausadamente.) Todo el que es de la
verdad oye mi voz.

PILATO. (Intrigado, como buscando en la mente el significado de sus


palabras.) Verdad, verdad... ¿Qué es la verdad? (Jesús baja la cabeza.
Pilato camina fuera de la luz y se dirige al público en alta voz, sobre el
ruido de la multitud.) ¡Yo no hallo ningún delito en Él!... Ustedes tienen la
costumbre de que les suelte un prisionero en la Pascua, ¿quieren que les
suelte al Rey de los judíos?

VOCES. ¡No!, ¡no!, ¡no a éste! ¡No, danos a Barrabás!

PILATO. (Alarmado.) ¿Por qué? ¿Qué crimen ha cometido este Hombre?

VOCES. ¡Fuera con éste! ¡No, suelta a Barrabás!

PILATO. (Asombrado por la elección, se acerca a Jesús, que mantiene la


cabeza baja y camina detrás de Él, pensativo.) ¿De dónde eres Tú? (Pilato
llega al lado derecho de Jesús y se da la vuelta. Jesús no le contesta ni se
mueve. Pilato se detiene al lado izquierdo de Jesús.) ¿No me hablas a mí?
(Pilato vuelve rápidamente al lado derecho de Jesús.) ¿No sabes que tengo
autoridad para soltarte o crucificarte?

JESÚS. (Levanta la cabeza y mira a Pilato a los ojos, Pilato le sostiene la


mirada.) Ninguna autoridad tuvieras sobre mí, si no te fuera dada de
arriba. Por lo tanto, el que a ti me ha entregado, mayor pecado tiene.
(Vuelve a bajar la cabeza.)

PILATO. (Dirigiéndose al público.) ¡¿Qué hago entonces con éste, que


ustedes llaman el Rey de los judíos?!

VOCES. (Desde el público, inmediatamente después de Pilato.)


¡Crucifícalo!, ¡crucifícalo!

PILATO. (Habla por encima de los gritos de la multitud, convencido de la


inocencia de Jesús.) ¡Ningún delito de muerte he hallado en Él!

VOCES. (Gritan más fuerte que antes, con convicción.) ¡Crucifícalo!,


¡crucifícalo!, ¡crucifícalo!

PILATO. (Trata de hacerse escuchar por la multitud.) Lo castigaré y luego


lo soltaré.

VOZ. (Se destaca sobre los otros gritos.) ¡Si lo sueltas, no eres amigo del
César! ¡Todo el que se proclama rey, a César se opone!

VOCES. ¡Fuera con Él!, ¡fuera!

PILATO. (Hace un ademán pidiendo silencio, la gritería decrece


considerablemente.) ¿Crucifico a su Rey?

CAIFÁS. (Se adelanta de entre la multitud.) ¡No tenemos más rey que
César! ¡Crucifícalo! (La gritería sube de tono una vez más. Pilato se acerca
a uno de los guardias y le habla en voz baja. El Guardia 2 sale y regresa
trayendo una vasija con agua y un paño. Pilato se sube las mangas de su
toga. La gritería se convierte en murmullo curioso.)

PILATO. (Señalando la vasija.) ¡¿Ven esto?! (Señala entonces a Jesús.)


¡Esto es su responsabilidad! (Mete las manos en la vasija y se lava las
manos.) Me estoy lavando las manos... (Se las seca con el paño y encara a
la multitud.) ¡Soy inocente de la sangre de este hombre!
VOCES. ¡Su sangre sea sobre nosotros y nuestros hijos!

PILATO. (Camina hasta donde está Jesús y le pone la mano en el hombro.


Jesús levanta la cabeza y sus miradas se encuentran.) Es tiempo…

(Los actores se inmovilizan en sus posiciones, se apagan las luces sobre el


escenario, mientras se cierra la cortina. Se ilumina la parte izquierda del
escenario, donde está María Teresa Ramos de pie, micrófono en mano.)

MARÍA TERESA. La ejecución del predicador de Galilea, sin más discusión,


será llevada a cabo a las 9:00 a.m. del día de mañana. Un pequeño detalle
interesante entre todo esto: las autoridades israelitas han identificado el
cuerpo del hombre que los llevó a Jesús... Judas Iscariote fue encontrado
ahorcado. Este hombre fue del grupo íntimo de seguidores de Jesús. Hasta
aquí las noticias Jorge, soy María Teresa Ramos, Canal 31, reportando en
vivo, desde Jerusalén. Buenas noches.

(Se apaga la luz, el escenario queda completamente a oscuras. Se escucha


una música de fondo o grabación de un programa de televisión que es
interrumpido abruptamente.)

JORGE. No se pierda esta noche, la edición de “La noticia al rojo vivo”.


También mañana, a las 9:00 a.m. hora oriental y a las 8:00 a.m. centro de
México, “La hora de la ejecución”, manténgase con nosotros para que
conozca los últimos detalles de estos acontecimientos; «porque usted
necesita estar informado». Yo soy Jorge Molina, desde_________, y los
espero, a esta misma hora, buenas noches.

(Se apaga la luz, el escenario queda completamente oscuro. Se escucha


una música de fondo o grabación de un programa de televisión que es
interrumpido abruptamente.)

ESCENA IV
(La ejecución de Jesús)

(El escenario está oscuro, de repente se escucha la voz de Jorge Molina.)

JORGE. Buenos días tengan todos, les habla Jorge Molina, desde el Canal
31, llevándoles a ustedes las últimas noticias ocurridas en el Medio
Oriente, escenario actual de grandes revueltas relacionadas con el líder
judío Jesús, quien en el día de ayer fue llevado a juicio y condenado a
crucifixión por la multitud y los principales líderes religiosos. Ahora, tal y
como lo habíamos anunciado en el día de ayer, tenemos un contacto en
vivo, desde Jerusalén, con nuestra corresponsal María Teresa Ramos.
(Luz sobre María Teresa Ramos, de pie a la izquierda del escenario,
micrófono en mano.)

MARÍA TERESA. Buenas días. A diferencia de los reportajes anteriores, en


esta ocasión nuestras cámaras y micrófonos no han podido acercarse
como queríamos al lugar de los hechos, ya que ha sido prohibido, por los
guardias y demás líderes religiosos. Este tipo de ejecución es algo
impactante lo que hasta aquí hemos presenciado y que no nos fue
permitido grabar.

El mismo reo es obligado a cargar su cruz, es golpeado, abofeteado,


escupido y comienza a sufrir los agravios de su muerte, desde que sale
rumbo al lugar de la misma. No tenemos referencia de otros prisioneros
que hayan pasado por esto, pero ha sido una gran multitud la que ha
acompañado a Jesús, a lo largo de su trayecto hasta el monte conocido por
Calvario, en el que ha sido crucificado.

El dolor de su madre, de sus seguidores y algunas mujeres que le


acompañaron, ha sido palpable con facilidad, pero aun a ellos se les ha
impedido acercarse a Él. Nuestro paso fue obstruido en la ladera de este
monte Calvario, pero desde aquí oímos los gritos de los dos crucificados,
de los cuales nos han informado, son dos ladrones que yacían con
antelación en ese lugar. Los que están al pie de la cruz de Jesús,
acompañándolo y viéndolo pagar como un ladrón más, sufren su pena y
dolor.

Desde aquí nuestra cámara ha logrado captar esta imagen, en lo más alto
del Calvario, que muestra la escena más impactante que jamás se haya
visto, donde este hombre, al parecer inocente y condenado injustamente
según muchos entrevistados, y cuyo rostro no inspira maldad alguna,
sufre las terribles consecuencias de esta muerte tenebrosa. Pero a pesar de
ello, en el tiempo que hemos estado observando desde acá abajo, no hemos
notado que se ha alterado ni que ha pronunciado palabra alguna de
venganza a sus torturadores; por el contrario, algo le ha dicho a los
ladrones que los rodean, que ha servido de bálsamo para ellos, pues hace
un rato estaban muy desesperados y ahora los vemos serenos y a uno de
ellos, como si albergara una esperanza más allá de su muerte.

No sabemos cuánto tiempo pueda soportar con vida el galileo en esa cruz,
luchando contra la misma muerte, pero cuando ésta lo venza, de seguro
habrán acabado estos disturbio en Jerusalén, que han ocupado las
noticias en la última semana. Seguimos reportando y trataremos de
llevarle toda la información, soy María Teresa Ramos, y esto ha sido un
reporte en vivo, desde Jerusalén, para el Canal 31, volvemos contigo Jorge.
JORGE. Gracias por tu reporte María Teresa, pues es impactante ver
alguna de las pocas imágenes que nos pudieron mostrar de la muerte en
una cruz del quien dijo ser el “Rey de los judíos”. Recuerde, esta noche, a
las 11:00 p.m. nuestro programa de participación “100 Mexicanos dijeron”
y mañana sábado, a la misma hora “Sábado Gigante”, con Don Francisco,
que lo espera para hacerle pasar un fin de semana estupendo, los
esperamos, por este, el Canal 31, yo soy Jorge Molina, quien ha tenido el
gusto de compartir estas horas con ustedes. Tengan buenas tardes.

(Al terminar se pone música rápido, demostrando cierre de noticias y


cambio a otro programa, mientras se cierran las cortinas.)

ESCENA V
(La gran noticia)

(Esto que continúa, se desarrolla el domingo, día de Resurrección, donde


se abren las cortinas con un supuesto programa de TV, que de repente es
interrumpido por Jorge Molina, quien trae una noticia de última hora
desde Jerusalén; pero ha perdido la comunicación con su Reportera, María
Teresa Ramos y decide retransmitir lo relacionado con los hechos que ella
trae, acontecidos durante la semana.)

JORGE. Buenos días tenga todos, estimados televidentes, ante todo


pedimos disculpas por la interrupción del programa que disfrutaban, pero
algo alarmante, de última hora, ha llegado a nuestros medios y queremos
que nuestros televidentes sean los primeros en conocer lo que acontece en
el Medio Oriente, específicamente en Jerusalén, lugar del cual creímos
había sido historia, refiriéndonos al arresto, juicio y muerte del personaje
que ha ocupado la atención de muchos en esta recién terminada semana,
Jesús.

Estamos tratando de establecer contacto con nuestra Reportera en ese


lugar, María Teresa Ramos, desde la capital judía… Buenos días, María
Teresa, adelante… (Tras darse cuenta que no responde, insiste) ¿Me
escuchas, María Teresa? ¿Estás con nosotros? (Tras unos segundos, se da
por vencido y se dirige al público nuevamente.) Parece ser que hemos
perdido la comunicación con Jerusalén, rogamos disculpas, pero
seguiremos intentando, apenas tengamos a nuestra corresponsal lista,
haremos el pase en vivo. Mientras tanto, retransmitiremos los reportajes
anteriores hechos por esta periodista, desde ese mismo lugar, para que
nuestros televidentes recuerden y los que no tuvieron la oportunidad de
verlo en vivo, estén al tanto de lo acontecido en las últimas horas en el
ámbito internacional.

(Al terminar comienza a repetirse el guión desde el principio.)

ESCENA VI

(La resurrección de Jesús)

JORGE. Interrumpimos estas imágenes diferidas, para conocer en vivo los


detalles de último momento de lo que parece ser la gran noticia del año en
el mundo entero. Sin más, ya tenemos en vivo, desde el lugar de los
hechos, a María Teresa Ramos ¿Me escuchas ahora, María Teresa?

(Ella afirma y él hace el pase)

MARÍA TERESA. (Aparece con otro vestuario distinto al que ha portado


hasta el momento, representando que es otro día. Su voz es de alarma,
habla rápido y asombrada de lo que va a decir.) Sí, te escucho, Jorge;
buenos días para ti y el resto de los amigos que están con nosotros en esta
hora. Algo verdaderamente grandioso e inesperado ha acontecido en esta
región de nuestro planeta, algo que no esperábamos cuando nos
despedíamos el pasado viernes, creyendo que los sucesos de la última
semana habían llegado a su fin con la muerte del, por muchos llamado
“Rey de los judíos” y por otros considerado como un farsante y blasfemo.

Pero lo cierto es que en esta mañana, desde bien temprano, reina la


algarabía y el asombro en esta ciudad, pues un grupo de seguidores de
Jesús afirman, nada más y nada menos, que su líder ha RESUCITADO.
Imaginen cómo está la ciudad de convulsa. Los miembros del Sanedrín
están que arden de ira con tal noticia y niegan tal suceso. Sin embargo, los
conocidos como discípulos de Jesús, afirman que esto es el cumplimiento
de lo profetizado por su Maestro antes de morir ¿Será acaso que ese Jesús
que fue crucificado, era realmente el Mesías esperado, el Hijo de Dios?
Nuestras cámaras se encuentran en estos momentos cerca de los que
declaran ser los primeros en oír la noticia.

(Se acerca a Juan, quien está rodeado por otros discípulos y las Marías; la
Reportera le extiende el micrófono y pregunta.) ¿Su nombre por favor?

JUAN. Me llamo Juan.

MARÍA TERESA. Lo vi a usted al pie de la cruz, abrazaba a la madre del


galileo, ¿es de la familia?

JUAN. Realmente no, pero soy uno de los discípulos que anduvo con Jesús
a los largo de Sus tres años de ministerio. Aprendí mucho del Maestro, es
alguien sin comparación y por nuestra relación, encomendó a mi cuidado
a su madre.

MARÍA TERESA. Dice usted “es”… ¿acaso es de los que piensa que ha
resucitado?

JUAN. No, no lo pienso, lo creo firmemente.

MARÍA TERESA. Si habla con tanta seguridad, es porque debe tener un


argumento sólido al respecto, ¿pudiera dar detalles para este reportaje?

JUAN. Esta mañana, al enterarnos Pedro y yo de la gran noticia que nos


trajeron atónitas María y María Magdalena, corrimos al sepulcro donde el
viernes, antes de caer el sol, pusieron el cuerpo del Maestro. Y al llegar allí,
todas nuestras dudas fueron disipadas, pues contemplamos que la piedra
del sepulcro había sido removida y los lienzos estaban en su lugar.
Nuestro Maestro no estaba, ¡había resucitado!

MARÍA TERESA. ¿No cree que pudiera ser causa de su pasión desmedida
por… su “Maestro”, como le llaman, lo que haga que imaginen tal
acontecimiento irreal? (Es interrumpida por María Magdalena.)

MARÍA MAGDALENA. Se equivoca usted, señora, entiendo que pueda ser


asombroso para usted quizás, como lo fue par nosotros de primer
momento; pero irreal no es, pues a mí misma se me apareció cerca del
sepulcro, cuando lloraba por lo que me habían dicho los ángeles, y me
llamó por mi nombre. Pude contemplar al Maestro frente a mí…
(Admirada.) Era Jesús y me dio la encomienda de contarles a sus
discípulos lo que había visto.

MARÍA TERESA. ¿Usted es de las que fueron al amanecer a llevarle


ungüentos y especias aromáticas al sepulcro?

MARÍA MAGDALENA. Sí, mi nombre es María Magdalena, fui con mis otras
amigas y al llegar allí y ver la piedra removida, nos asustamos, pero el
ángel nos dijo: “¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está
aquí, sino que ha resucitado”.

MARÍA TERESA. ¿Un ángel, ha dicho?

PEDRO. Sí, ella lo vio y nos contó, fue cuando comprendimos que era
cierto lo que Él nos había dicho, que al tercer día resucitaría y las tantas
formas en que nos lo dijo.

MARÍA TERESA. ¿Y no es usted el que negó haberlo conocido y haber


estado con Él, cuando Jesús fue arrestado? ¿Cómo puede ahora estar de
su lado y estar tan seguro de eso que afirma?

PEDRO. Primeramente, porque me arrepentí de haberlo negado y rumbo al


Calvario, cuando me miró y me vio llorando, sentí que con Su mirada me
perdonaba... Si usted hubiera conocido a Jesús, entendería lo que digo.
Después, cuando nos apareció, estando todos reunidos, me preguntó en
varias ocasiones: “¿Pedro, me amas?” Y yo le respondí, “Sí, Señor, tú sabes
que te amo”, me perdonó y ahora es mi deber decir a todos que Jesús ha
resucitado y que vive en nuestros corazones.

JUAN. Nosotros estábamos tristes, atemorizados por haber quedado solos;


nos sentíamos turbados, sin esperanza… pero cuando Jesús apareció
frente a nosotros y nos preguntó porqué estábamos así, nos dijo que
debíamos haber creído en Él… y más que eso, nos mostró Sus heridas en
las manos y Su costado, comprendimos que realmente no estábamos
derrotados, como los del Sanedrín y demás que lo odiaban nos quisieron
hacer creer. Por el contrario, Él llenó nuestras vidas de esperanza una vez
más, nos reunificó e hizo que creyéramos lo mismo, que nos uniéramos en
un mismo sentir y lleváramos a otros las buenas nuevas de su
resurrección. Nos ha encomendado que como buenos discípulos sigamos
la obra que Él comenzó y que nos extendamos al mundo entero,
proclamando que Él vive y reina, y que nuestra fe y sacrificio no ha sido en
vano, porque nuestro Maestro no está muerto, sino que ha resucitado y
nosotros también, un día, resucitaremos con Él.

MARÍA TERESA. Es conmovedor lo que nos cuenta, y creo que quien


escucha las palabras que han dicho y contempla la firmeza con que lo
expresan, no le cabe duda que dicen la verdad, aunque es mucha la
oposición que tienen, pero si se unen, creo que podrán sobreponer la
verdad que defienden por encima de todo y sin saberlo, han comenzado la
obra que su Maestro les legó, haciéndoles conocer a los amigos
televidentes que están con nosotros en estos momentos, que su líder,
Jesús, ha resucitado.

Muchas a gracias a ustedes por sus palabras y tiempo y a ustedes,


queridos amigos televidentes, por acompañarnos en esta última hora.
Hemos escuchado de primera mano esta gran noticia que ha hecho
estremecer en este primer día de la semana, domingo, al mudo entero.
Deben ser millones en todo el planeta, los que hayan escuchado en esta
mañana la inesperada, impactante y esperanzadora noticia, que el Jesús
que creíamos que estaba muerto aún, ha resucitado. Muchas gracias por
la sintonía, yo soy María Teresa Ramos, para el Canal 31, en vivo, desde
Jerusalén.

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