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El uno: Soy perfecto

Siente la ira por dentro. Se enoja al darse cuenta que algo no va bien. No puede evitarlo. El uno no se da
permiso para enojarse porque el enojo es una imperfección, y el uno es perfecto. Está insatisfecho y quiere
modificar las cosas a su alrededor. Tiene una gran sensibilidad para ver lo imperfecto. Piensa que siempre
tiene la razón. Analiza la realidad desde su punto de vista. Es muy exigente consigo mismo. Tiene un crítico
interno, es un juez déspota, muy duro, implacable. Desde niño fue un adulto chiquito. Sus voces internas le
van diciendo lo que está bien o mal, correcto o incorrecto, separando todo en dicotomías. Busca ser amado
siendo perfecto. Se pone tenso hacia dentro. Sólo se enoja frente a quien está seguro de su amor. Se enoja
sólo ante quienes lo conocen. Puede moralizar bastante y vive enjuiciando. Se preocupan de trabajar en pos
de un ideal que haga que las cosas progresen como "debieran". Ordenados, pulcros, metódicos, bien
organizados, lógicos, detallistas. Puede producir posturas fundamentalistas, integristas. Es intolerante con las
fallas de los demás, pero no se percata de sus propias deficiencias porque equivaldría a aceptar que es
imperfecto. Cuando siente que el mundo que le rodea es armónico, puede abandonar su actitud rígida,
mostrándose alegre y trata de disfrutar de las cosas que estén bien hechas, pero de lo contrario se vuelve
quejumbroso y cree que nadie lo comprende. Esta forma de ser está estructurada por las fijaciones
siguientes…

El dos: Yo ayudo

Siente más lo que necesitan los demás que lo suyo propio. El "amor" es su valor supremo. Se siente
indispensable, desea que se le agradezca y honre por su bondad. Desea que las personas dependan de ellos,
lo mantengan informado acerca de todo, acudan a pedirle permiso y consejo. Piensa que dando es superior y
es amado. Se dice a sí mismo "yo ayudo siempre a todos en todo". Se pregunta constantemente ¿Quién
necesita algo? Sobreestima lo que hace por los demás. Piensa que los demás le deben algo en compensación
por lo que han recibido de él. Es el ayudador compulsivo. Difícilmente pide, siempre da, crea dependencia,
da piropos y necesita que se los den. Es manipulador, actúa de manera orgullosa, con aires de superioridad.
Puede llegar a ser arrogante, imperioso, despótico. Lo más importante para él es cubrir las apariencias.
Normalmente es efusivo, demasiado amistoso, lleno de "buenas intenciones" respecto a todo. Llega a
inmiscuirse e interferir en la vida de los demás justificándose con la apariencia de "amigo cariñoso". Avanza
en línea recta hacia los celos, los deseos de posesión y control. Se puede convertir en un enemigo terrible
cuando siente que su ayuda no es apreciada. Esta forma de ser está estructurada por las fijaciones
siguientes…

El tres: Soy eficaz

El tres es muy emocional pero no demuestra sus sentimientos. Pragmático, enfocado eficientemente a sus
objetivos, muestra una fachada fría, pulida, calculadora. Desea ser el centro de atención de todo mundo y
por eso se promueve a sí mismo como "el mejor". Cuando crece el desprecio y la hostilidad hacia los demás,
se llena de amor propio y se siente "especial". Si se torna malsano, recurre al engaño. Tiene problemas con
la intimidad, no te deja pasar a su interior y a veces no sabes lo que hay detrás. Siente miedo al fracaso y al
rechazo. Tiene expectativas grandiosas respecto a sí mismo y su potencial. Se dice a sí mismo "soy eficaz,
tengo éxito". Se preocupa excesivamente por proyectar la imagen adecuada, decir lo correcto, complacer a
su "público". Piensa continuamente ¿Qué dicen de mí? ¿Qué piensan de mí? Necesita hacer, actuar. Trata de
hacer bien lo que se propone y hace sólo lo que sabe que va hacer bien. Es trabajador, se identifica con su rol
y se relaciona desde él. Habla mucho de lo que hace, vive en el escaparate, se acomoda a lo que los demás
piensan de él. Hiperactivo. No puede perder el tiempo, busca la eficacia. Es competitivo, se muestra superior
a los demás, se compara con otros en busca de éxito, estatus y prestigio. Busca el ascenso en la escala social.
Esta forma de ser está estructurada por las fijaciones siguientes…

El cuatro: Soy especial

Siente hacia adentro, sólo le importa lo que él siente. Tiene altibajos emocionales. Le parece que
experimenta sentimientos distintos del resto de la humanidad. Siente más que nadie. Respecto al eneagrama
se plantea: ¿Cómo van a tener un número las personas? Eso es muy vulgar. El cuatro se siente solo porque
en el fondo nadie le puede comprender. Es emocionalmente vulnerable y fácil de herir. Se cree especial y le
gusta dar la impresión de que no puede ser comprendido. Puede dudar de su propia capacidad, encerrarse en
su malhumor, tomar todas las cosas que suceden como dirigidas en contra de él. Se encierra en sí mismo
mostrándose cohibido. Es intenso, altamente creativo y diestro en las bellas artes, maravillosamente bello.
Disfruta y sufre como el que más. Puede ser muy divertido, pasar del éxtasis a la tragedia. En todas sus
facetas da una gran importancia a los sentimientos. Muy sensible y sentimental, puede ser exageradamente
exigente con su pareja. Puede ser que pierda su trabajo, pero si está enamorado… está estupendamente. Vive
en un mundo de apariencias, sueños, ilusiones, y expectativas poco realistas. Puede desarrollar actitudes
poco prácticas, improductivas. Es experto en el chantaje sentimental, hipocondríaco por excelencia. Se
muestra voluntarioso, altivo, incapaz. Suele adoptar con facilidad actitudes pesimistas ante la vida. Esta
forma de ser está estructurada por las fijaciones siguientes…

El cinco: Yo lo sé todo

Los sentimientos son complicados para el cinco, por eso los ahorra al máximo. Le resulta difícil decir lo que
siente. Le da miedo el grupo humano. Quisiera ver a los demás sin que le vean. Le gusta hacer todo a fondo.
Le causa dolor la sensación de vacío y la llena con conocimientos. Puede manifestarse tenso, agresivo, con
el cinismo que le provoca la certeza que tiene de que los demás son estúpidos. Piensa que lo sabe todo. Para
él son muy importantes las ideas, los conocimientos, los libros. Orienta su mente hacia fuera para
comprender el mundo. Se dice a sí mismo: entiendo, conozco, leo. Especialista en su área, analítico,
investigador. Preocupado por la interpretación más que por los hechos en sí. Es muy observador, mira con la
cabeza. Tiene necesidad de ahorrar y acumular, si puede, guarda los apuntes desde primaria. Toma distancia,
investiga, sigue el método científico buscando siempre ampliar la comprensión intelectual del mundo. A
veces son los últimos en hablar, pero cuando hablan aciertan en la idea más apropiada, dan en el clavo.
Elabora teorías que pueden ser muy complejas y abstractas, y en ocasiones poco reales. Pero el cinco se
aferra a sus ideas, pues se trata de un tema relacionado con la conciencia de sí mismo y, en el fondo, de su
falta de identidad. Esta forma de ser está estructurada por las fijaciones siguientes…

El seis: Soy fiel

Se siente inseguro. Anticipa el futuro con gran miedo, por eso es exageradamente precavido. Al tener miedo
tiene que demostrarse a sí mismo que es capaz de aceptar los riesgos, los retos. Su actitud se convierte
entonces en una mezcla de desafío y valentía. Puede sentirse muy culpable. Si el miedo le domina, toma
partido, ataca y convierte a los demás en chivos expiatorios. Tiene verdadero pánico a quedarse solo, a no
tener apoyo, es por eso que su motivación más profunda es la lealtad, la fidelidad; pero también, cuando se
siente inseguro, puede dejar de ser leal y traicionar (cambia de partido, busca a alguien más a quien serle
fiel). Cuando se siente protegido, puede volverse extraordinariamente trabajador, eficaz y activo. De lo
contrario puede adoptar una actitud de desidia y abandono de si mismo. Durante el día, en sus acciones se
repite a sí mismo: soy fiel, soy leal. Se pregunta ¿lo estaré haciendo bien? Es decir, de acuerdo a las normas,
a lo establecido. Busca siempre alguien más fuerte, en quién apoyarse. Antes de tomar una decisión consulta
a quien tiene la autoridad. Pregunta mucho, aunque luego no hace caso a lo que le responden o aconsejan. Su
comportamiento en general tiende a ser sumamente egoísta y desconsiderado. Puede volverse absurdamente
rebelde y desafiar a esa misma autoridad o a la misma persona que antes consideraba su protector y a cuya
sombra se había acogido. Esta forma de ser está estructurada por las fijaciones siguientes…

El siete: Soy feliz


Quiere evitar el sufrimiento, ve el sufrimiento y si puede se escapa. Huye del dolor. Se decepciona
fácilmente con la realidad. Busca nuevas sensaciones. Teme aburrirse. Su lema es "Hoy estoy bien y mañana
estaré mejor". Anticipa el futuro siempre con gran entusiasmo. Sus expectativas son que de todo habrá más,
mejor y maravilloso. No acepta lo negativo suyo ni de los demás. Habla mucho, cuenta chistes, pero no
acepta que le cuenten una pena. Es la glotonería de la felicidad y la diversión; le cuesta moderar sus deseos e
impulsos. Aprecia todo lo positivo, pone su vida al servicio de los sueños. Los siete pueden volverse
superficiales, hiperactivos, consumidores compulsivos, hedonistas, derrochadores. Esconden sus
sentimientos tras de una cortina de felicidad. Es difícil saber lo que hay verdaderamente detrás de la risa.
“Ríe payaso, ríe, aunque por dentro tu corazón esté desgarrado”, es como se puede describir a un siete
tratando de ser feliz a toda costa. Estar junto a un siete puede ser maravilloso porque contagia con su alegría
a todos los que le rodean, pero también puede ser terrible cuando se torna dispendioso y busca el placer sin
importar el daño que cause a los demás. Se vuelve egoísta y no percibe los sentimientos, angustias ni
necesidades de los que están cerca de él. Cuando se le niega el placer se puede volver agresivo e insensible.
Esta forma de ser está estructurada por las fijaciones siguientes…

El ocho: Yo lo puedo todo

Su sentimiento más característico es la ira. Se enojan mucho cuando ven que algo es injusto y exteriorizan
ese enojo, los demás lo saben. Son muy sensibles y vulnerables aunque no lo parecen. Viven defendiéndose,
a veces sin darse cuenta que esa defensa les impide recibir el cariño de los demás. Son dadivosos y
magnánimos con los demás cuando están contentos, pero se pueden volver retraídos y huraños cuando se
sienten agredidos o incomprendidos. Son autoritarios e intransigentes. No sienten que tienen que pedir
perdón porque la culpa la tienen los demás, no obstante, desean ser amados y queridos. Es la ternura
acorazada. Su lema es "la mejor defensa es un buen ataque", desconfían de los demás. Le gustan los retos y
las metas difíciles de alcanzar. Es jefe, líder, le interesa el poder, quién tiene el control. Quiere mucho de
todo. Puede tener un archivo de las ofensas que ha recibido y busca “cobrárselas” tarde o temprano. Impone
su voluntad y visión en todo. Es un ego mandón, jefe, represor, devuelve lo que se le ha hecho, bueno o
malo. Alto nivel de exigencia, mucha energía, son personas agresivas y atacan. Su característica es la
intensidad en todo. Les gusta confrontar, quieren y gozan relaciones antagónicas. Siempre buscan ganar sus
discusiones verbales. Esta forma de ser está estructurada por las fijaciones siguientes…

El nueve: Estoy en paz

Adormece la cólera, da la impresión de que “le corre atole por las venas”. Su sentimiento preferido es la
tranquilidad, su cólera está dormida porque enojarse es un trabajo muy grande. Le cuesta mirarse en su
interior, porque se cree que vale muy poco. Le desagradan los problemas y los evita tanto como le sea
posible. Le gusta huir del conflicto para tener contentos a todos. Tiene capacidad de unirse y relacionarse
con las personas. Con los que ven una cosa de color blanco, la ven blanca y con los que ven la misma cosa,
pero de color negro, la ven negra. Su lema es ahorrar energía. Si algo lo puedo hacer mañana, ¿para qué lo
voy a hacer hoy? Una de sus características es posponer. El 9 piensa que el problema y la solución están
fuera de él porque pensar puede volverse confuso, poco claro, nebuloso. Cuando alguien tiene prisa o le urge
a hacer algo, suele contestar: ¿Por qué tienes prisa si todavía tenemos tiempo? Pueden estar siempre
cansados, son propensos a la pereza, indolencia y abandono si no tienen el estímulo adecuado. Tienen una
gran riqueza de amor y comunicación, pero no se dan importancia a sí mismos. Pueden llegar a subordinarse
al otro, idealizándolo y viviendo a través de la otra persona. Esta forma de ser está estructurada por las
fijaciones siguientes…

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