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AZORÍN.

Formación

José Martínez Ruiz nació en Monóvar (Alicante) en 1873. El carácter difícil del
padre y las disputas familiares marcaron su psicología, su infancia transcurre
dominada por el miedo al padre, las lágrimas y cariño de la madre y el tufo a tabaco
del maestro. Ingresa como interno en el Colegio que los padres escolapios poseían
en Yecla (Murcia).

Terminado su bachillerato, se matricula en la Facultad de Derecho de la


Universidad Literaria valenciana. Su vocación, sin embargo, era la de las letras.
Colabora en un periódico, La Educación Católica.

Alcanza cada vez mayores éxitos en sus trabajos periodísticos. Empezó


escribiendo en Las Provincias, aparece entre los articulistas de El Pueblo, en 1896
marchó a Madrid y entró en la redacción de El País.

También colabora en La Federación de Alicante, El Progreso, Vida Nueva, El


Globo y otros periódicos de la capital hasta que se incorpora a ABC en 1905.

Publica Charivari, crítica discordante y Bohemia, en forma de diario.

En El alma castellana (1900) reúne una serie de trabajos sobre la vida española
en los siglos XVII y XVIII que inician su gran labor en pro de la comprensión y
revalorización de nuestro Siglo de Oro.

Diario de un enfermo (1901), si por una parte continúa la forma de diario; por
otra, comienza una nueva faceta, la autobiografía. En 1902 empieza la publicación
de la trilogía de novelas autobiográficas: La Voluntad, Antonio Azorín y Las
confesiones de un pequeño filósofo. Bajo pseudónimos, aparecen el autor, la familia
y los amigos.

Con su ingreso en ABC, se hace más conservador.

En 1905 aparecen Los Pueblos y La ruta de Don Quijote, recopilación de


artículos aparecidos en España, El Imparcial y otros periódicos. Se trata de crónicas
o notas de un viajero que recorre los pueblos españoles.

Este mismo año publica El Político que pensó sería su espaldarazo en las lides
parlamentarias.

Continúa publicando libros que son recopilaciones de artículos políticos,


literarios, históricos y de costumbres, entre los cuales destaca Castilla (1912).

En 1913 se le tributa un homenaje en Aranjuez.

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Estalla la guerra mundial, Azorín toma el partido de los aliados y escribe
artículos francófilos. En 1924 ingresa en la Academia.

Vuelve a escribir novelas, Don Juan (1922) y Doña Inés (1925), en las que
actualiza la leyenda de don Juan. Tiene unos intentos de novela moderna en Félix
Vargas (1928) y Superrealismo (1929) y una pseudonovela social, Pueblo, Novela
de los que trabajan y sufren (1930).

Se dedica al teatro, la ilusión de toda su vida. Entre 1926 (Old Spain) y 1936
(La guerrilla) escribe un auto sacramental, cuatro comedias, una en colaboración
con Muñoz Seca (El clamor), y dos traducciones. Su teatro fue muy discutido.

En 1936, ante la guerra civil, huye a Francia, vive de colaboraciones para la


prensa hispanoamericana. Regresa en 1939.

Continúa escribiendo y recopilando artículos periodísticos. Poco después


empieza a recibir homenajes. Muere en 1967.

Publica libros retrospectivos y autobiográficos, novelas, teatro, colecciones de


artículos, e incluso, guiones cinematográficos.

b) Técnica

Fue ante todo un gran periodista y la estructura de sus obras narrativas se


resiente de esto. Lo que más resalta en él es el estilo: sobrio, conciso, como su
propia vida; sin embargo, bajo una aparente sencillez de lenguaje se esconde una
prosa de laboratorio que, antes de ver la luz pública, ha tenido que pasar por los
diversos alambiques: selección de palabras, colocación de las palabras, una vez
seleccionadas en la frase.

Otra característica es la falta de verdadera acción tanto en novelas como en


teatro.

Su falta de emotividad y el dominio "cerebral” hace que en la obra escaseen las


metáforas. Los adjetivos que más aparecen son los correspondientes a sensaciones
auditivas y visuales, propias de una técnica descriptiva.

Lo que más atrae al lector es este hablar en voz baja; la participación e


identificación del lector con el autor.

c) Las novelas

La producción novelística no es continua, aparece en unas determinadas


épocas de su vida. Las primeras que publica son las correspondientes a la trilogía
autobiográfica. Relata la vida de Antonio Azorín desde su infancia hasta su
establecimiento como periodista en Madrid.

La Voluntad (1902). Está sacada de personajes reales. En la primera parte nos


relata la estancia de Azorín en Yecla.

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Una anécdota que oyó contar, le da pie para crear unos amores entre Azorín y
Justina. Finalmente conoce a Inmaculada llena de vida y de voluntad.

La segunda parte se subdivide formalmente en dos: a) la actuación del joven


periodista en Madrid donde conoce a Olaiz (Pío Baroja) y a otros personajes
políticos; pero de donde fracasado, aplastado por la sociedad, tiene que huir; b) el
regreso a Yecla, donde se casa con Iluminada, quien absorbe por completo la
personalidad del escritor.

El epílogo lo constituyen unas cartas de Martínez Ruiz a Baroja, refiriéndole la


desintegración de la voluntad que Azorín poseía y la conversación de éste en poco
más que un autómata en manos de su mujer.

La acción es mínima; los personajes, aunque tipificados, están estudiados con


cierto detenimiento.

Antonio Azorín (1903). Lo descriptivo ahoga la narración.

La carga ideológica perdura en los elementos puramente descriptivos y


estéticos aumentan y lo narrativo disminuye.

Las confesiones de un pequeño filósofo (1904). Trata de la niñez del personaje-


autor. Llega a la perfección esteticista formal; pero a costa del contenido.

Como características más frecuentes en su novelística, podemos señalar:

falta de argumento

a) abundancia de descripciones del entorno físico de los personajes

c) descripciones de los protagonistas, hechas por personajes ajenos a la


trama.

d) una prosa selecta, cuidada hasta en el más mínimo detalle de su léxico y


de su musicalidad.

d) El Periodismo

Es la producción literaria más importante de Azorín. Podemos dividir en tres


grandes grupos su obra periodística: artículos de costumbres, artículos de
divulgación literaria y las crónicas políticas. Centraremos nuestro estudio en los de
crítica literaria, va ensanchando sus horizontes culturales.

No quiere la literatura "realista" que llega con la Restauración y busca en el


pasado ejemplos que le ayuden a derrocar a quienes estaban en la cumbre de la
fama.

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Dentro de la técnica impresionista de toda su obra, el estudio del Romanticismo
se limita prácticamente a dos autores, Rivas y Larra.

El Neoclasicismo contrapone la postración cultural de la sociedad a la labor


erudita o creadora de algunas personas aisladas, quienes mediante su crítica ponen
las bases de la nueva civilización.

El Siglo de Oro: Al principio lo rechaza; pero el ataque es debido a una falsa


intuición apriorística de joven revolucionario e iconoclasta, se da cuenta del valor
humano, social y revolucionario de los autores renacentistas y barrocos.

El grupo más importante de artículos y ensayos lo constituye el dedicado a


Cervantes.

La Ruta de Don Quijote (1905) son las impresiones de un viaje por la Mancha,
donde, haciéndose eco de las tradiciones locales sobre la identificación de los
diferentes lugares cervantinos, ubica necesariamente a Alonso Quijano en
Argamasilla.

Con Cervantes (1948) es un intento de mostrar a "Cervantes, irreducible”.

A Góngora y a Calderón los trata muy someramente intentando reivindicarlos.

Se siente atraído por la Edad Media, al principio por la simplicidad del idioma
que manejan sus escritores frente a la perfección barroca que rechaza porque todos
aceptan. Después le atrae la figura del monje encerrado.

Fue un divulgador de nuestros clásicos.

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PÍO BAROJA

a) Bibliografía
Nace en San Sebastián en1872. Su familia, por motivos de trabajo del padre se
trasladó a Madrid. Sus primeras impresiones fueron deprimentes haciéndose un
retraído social.

Volvió a Madrid donde terminó los estudios de bachillerato Y empezó la carrera


de medicina. Tampoco en Madrid su sociabilidad ganó, retrayéndose, sobre todo con
las mujeres.

Los estudios de medicina fueron un fracaso, porque descubrió su falta de


vocación, se doctoró en Madrid y marchó como médico titular a Guipúzcoa.

Regresa a Madrid para regentar una panadería propiedad de Juana Nessí, tía
de Pío, el negocio no tuvo éxito. Empezó a llevar una vida noctámbula y a frecuentar
tertulias literarias.

En 1899 viaja a París donde inicia una vida de bohemia.

Sus salidas a Europa, sobre todo a Francia, se suceden. Empieza a publicar


sus novelas que agrupa en trilogías. Los críticos le atacan hasta que en 1935
ingresa en la Real Academia.

La guerra civil le sorprende, pasa la frontera y regresó a España. Por motivos


económicos volvió a Francia.

Su atención se iba fijando en la infancia, la pérdida de memoria se acentuaba y


los momentos de ausencia se hacían más frecuentes. Murió en 1956.

Son muchas las obras en que ofrece rasgos anovelados de su personalidad.


Era un nervioso. Existe una abulia que contrasta con la vida interior. De la
contradicción entre deseo de acción y fastidio abúlico nace su tendencia
hipocondríaca o maníaco depresiva.

La timidez del yo, para defender la propia personalidad e identidad, afirma su


individualismo frente a lo que le rodea. Reflejo de esta lucha individuo-sociedad son
los personajes barojianos de cuyo fracaso se desprende la melancolía que
caracteriza su obra.

b) La obra literaria
Llega al mundo de la novela, cuando éste se encuentra acabado. Galdós cierra
el ciclo de la narrativa decimonónica y Baroja parte de él, procurando crear nuevas
formas. Lo consigue expresando su propia visión de las cosas mediante personajes,
reflejos de su misma personalidad, seleccionando los temas y desarrollando la
narración de sucesos por encima de los otros elementos. Rehúsa todo lo que sea
historia.

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Como constitutivo de su obra tenemos:

a) la acción: incontrolada, con el fin de mostrar diferentes ambientes y personas


que pasan rápidamente para dar lugar a otros.

Posee una finalidad estética: evitar el aburrimiento.

b) los personajes: su vitalidad depende de la identificación psicológica y


expresiva con el autor. Se clasifican en cuatro grupos:

 El espectador.

 El abúlico.

 El triunfador.

 El aventurero.

La fuente inspiradora es la vida misma.

el paisaje: como los personajes, resulta de la proyección anímica del autor sobre
escenarios reales.

d) el diálogo: llega a tener tal importancia que muchas obras están montadas
como teatro.

Sirve para expresar las dudas de Baroja sobre cada tema.

c) El estilo

Rehuye el aburrimiento; llegó a ser obsesivo en él. Evita toda filigrana estilística,
el estilo debe ser algo natural que el lector no llegue a percibirlo.

Por eso no lee antes de escribir para impregnarse de un estilo, no usa fórmulas
de composición, sino que lo que ve procura llevarlo a la novela. No vuelve sobre lo
escrito, y esto ocasiona las faltas gramaticales.

Pero no debemos olvidar el deseo de reflejar en el diálogo el habla callejera.

d) Las influencias

Nos habla de sus "admiraciones en literatura" destacando a Poe, Dostojevski y


Sthendhal.

Por encima de cualquier influencia literaria, se inspira en la realidad sobre la


que proyecta su propia psicología y también analiza y recrea todo lo que ve.

e) La primera época (1902-1912)

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Las obras de esta época constituyen lo mejor de su creación.

 Camino de Perfección (1902). Baroja alcanza la madurez como novelista.


Aventuras y mixtificaciones de Silvestre Paradox (1901) y Paradox, rey (1906)
forma la trilogía que designó como “La vida fantástica”.

La novela sigue una línea ascendente en la descomposición de la voluntad de


Fernando Ossorio. Esta anulación de la voluntad es coincidente con el surgimiento
de un estado semipatológico de sentimentalidad que le conduce a estados
pseudomísticos.

La novela ofrece una trama típicamente barojiana: el protagonista es el único


que da sentido y unidad a los personajes y situaciones, de los cuales se sirve el
autor para expresar sus ideas.

Mediante sus conversaciones con el narrador presenta la herencia y el


decadente mundo intelectual.

Los primeros capítulos de la obra están narrados en primera persona; el


narrador, incluso, dialoga con el protagonista.

 El árbol de la ciencia (1911). Junto con La dama errante (1908) y La ciudad de la


niebla (1909) constituye la trilogía denominada “La Raza”. Se puede considerar,
al igual que Camino de Perfección, como la representación de lo que se ha
llamado espíritu del 98.

La obra presenta una alternancia de partes acerca de la vida concreta del


protagonista, Andrés Hurtado, y partes que son disquisiciones ideológicas, en las
que el autor enfrenta al protagonista con otros interlocutores, a fin de manifestar sus
contradicciones y dudas.

Mezcladas con la biografía, tenemos las reflexiones ideológicas y la


presentación de tipos de la España contemporánea.

Estas actitudes se reflejan en dos tipos de hombres: el biófilo, optimista que se guía
por la fe (fruto del árbol de la vida) y el filósofo, pesimista que se guía por la razón
(fruto del árbol de la ciencia).

f) Otras obras: “La lucha por la vida” en la que pinta crudamente los bajos fondos
del Madrid de principios de siglo, llenos de miseria, de vagos y vividores.

También hemos de señalar las dos obras sobre Paradox de la trilogía “La vida
fantástica” y Zalacaín el aventurero (1909), pues sus protagonistas encarnan el ideal
barojiano de la acción.

b) La segunda época

Destacamos dos series: Memorias de un hombre de acción (22 volúmenes) y


Desde la última vuelta del camino (Memorias publicadas en la prensa periódica y

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después recopiladas. Nos detendremos en Los pilotos de altura. Su tesis es: todas
las religiones son iguales, todas las autoridades están corrompidas y todos los
pueblos cometen idénticos crímenes; ahora bien, los hipócritas son peores.

Se inspiró, para la figura de Chimista, en un manuscrito, el diario del capitán


Abaroa que le prestaron y que le impresionó. Debido a esta impresión creó la figura
de Embil como contraposición.

Se vale del recurso del manuscrito encontrado; pero aquí lo complica, pues no
se trata de unas memorias o autobiografía, sino de la biografía escrita por un erudito
local, basado en el Diario de navegación de Embil, en periódicos ingleses y en
anécdotas recortadas por un sobrino nieto de Embil. La narración se hace en
primera persona.

La novela tiene dos núcleos: la presentación de los personajes y la trata de


negros. El primero, muestra la historia del manuscrito, fuente y génesis y la infancia
de Chimista. Sirven de transición, la infancia de Embil y sus años de pilotaje.

La estrella del capitán Chimista, la acción tiene como fondo el Pacífico, entre
China y Filipinas.

La estructura es un recuerdo del montaje narrativo mediante una carta a éste de


un profesor germano, la cual sirve de prólogo; una exposición de la nueva situación
de Embil, comercialmente sin vocación y casado sin amor, por lo que abandona por
segunda vez su hogar; de transición se puede considerar la “segunda parte”: la
venganza de Chimista y la huida; finalmente la acción en el Pacífico.

Termina con un epílogo que sirve de cierre a la acción. A la introducción y a los


dos prólogos.

En las cuatro obras elige ambientes actuales en aquellas obras en las que la
ideología supera a la ficción, y ambientes decimonónicos en las de aventuras, en las
que la acción del héroe predomina.

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