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Thomas Müntzer (El Reformador Apocalíptico)

El Occidente Cristiano está de fiesta. Hoy se cumplen 500 años de la Reforma Protestante. La corriente
Reformada del mundo evangélico festeja las famosas cinco solas de la Reforma y con ella a Martin
Lutero, el gran heroe de la Reforma. Tal vez uno de los lemas que más me gustan de la Reforma es
“Ecclesia Reformata, Semper Reformanda Est”. Pero es inquietante el hecho de saber si la Iglesia
Cristiana Protestante sigue reformandose. Hoy día nuestras iglesias de tradición Reformada siguen
predicando las mismas “solas” de hace 500 años, siguen predicando los cinco puntos puntos del
Calvinismo (aunque estos fueron un desarrollo posterior), siguen empeñados en la pureza doctrinal, la
inmortalidad del alma, la moralidad absoluta del creyente como elemento necesario para su aceptación
como hijo de Dios, etc.

No podemos negar la enorme contribución que Lutero, Calvino y Zwinglio tuvieron en la Reforma,
pero la Reforma no empezó con ellos, probablemente comenzo dos o tres siglos antes. Asi entonces la
Reforma fue tan sólo un proceso de los cambios sociales y económicos que se dierón en el siglo XVI y
Lutero tuvo la posibilidad de ser quien concluyo el proceso. Incluso existen otros reformadores que no
figuran con tanta frecuencia como quisieramos en la historia de nuestra Reforma eclesiástica. Hoy la
lectura de la Institución de la fe Cristiana de Calvino, los Comentarios de Lutero, las 95 tesis, y otros
escritos de aquella época, se han elevado a categoría de dogma, sin detenernos a pensar que fueron
escritos con un propósito especifico para un período de la iglesia en particular. Creo que la lectura
actual de Lutero debería de llevarnos a etiquetarlo como un conservador. Hoy Lutero al igual que
muchos de su tradición estaría luchando contra las supuestas “herejias” que han entrado en la Iglesia.

Una de estas corrientes supuestamente “heretica” como la llaman los Reformados es la N. P. P. (La
nueva perspectiva de Pablo). No entraré en detalles sobre la NPP porque mi intencíón más bien es
relacionar al reformador rebelde Thomas Müntzer con está. ¿En dónde encuentro el cruce de caminos
entre Müntzer, la Reforma y la NPP? En el carácter del pensamiento apocaliptico, eclesiológico y
social de Thomas Müntzer. Si bien el debate entre la nueva perspectiva y la Reforma se encuentra en el
concepto de “justificación,” no tiene por qué haber un motivo de división, por el contrario la teología
debe encontrar un camino entre estas dos perspectivas para que la iglesia pueda seguir reformandose.
Para Lutero y la Reforma “la justificación” tenía un carácter puramente soteriológico, es decir, Dios
justifica al hombre por medio de la fe que es un don, pero es Dios quien imputa esta justicia en el
hombre. Para la nueva perspectiva, “la justificación” tiene un carácter eclesiológico y “apocaliptico”,
pero no por eso deja de ser soterilógico. Quiero aclarar que cuándo digo “apocaliptico” no me refiero a
la forma en qué la escatología ficción ha enseñado la teología del rapto, sino en la expectativa que
tenían los Judíos sobre la consumación de la promesa de Dios. En la nueva perspectiva de Pablo, “la
justificación” sucede cuando Dios pone todo en el lugar correcto. Cuando Dios reconcilie el mundo y
Jesús habite con su pueblo, cuándo no haya injusticia, ni llanto, ni maldad.

El Reformador Rebelde.

Thomas Müntzer fue un predicador de carácter rebelde y decidido. Carecemos de datos históricos para
hablar de su niñez y de su juventud. Sabemos que se matriculó en la Universidad de Leipzing en 1506.
A partir de este dato podemos inducir que probablemente nació hacia 1490. Estudió artes liberales en la
facultad de arte y concluyó con un grado de maestría. En su juventud estuvo en Frankfurt dónde estudió
teología y trabajó como sacerdote. Hacia 1519 obtuvo el puesto de pastor en la Iglesia Luterana. Por
aquellos años estudió a conciencia la traducción de la Vulgata, historia de la Iglesia, la enseñanza de los
Padres apostólicos, a Jerónimo y a Agustín principalmente, así como a Johann Tauler (1300-1361) y
Henry Seuse (1295-1366) que fueron misticos. Con frecuencia se opuso a los monjes y críticó
duramente la superficialidad de los parroquianos. Fue influidó enormemente por los profetas de
Zwickau y los Taboritas; los primeros enseñaban un Cristianismo espiritualista, creían que si el Espíritu
revelaba fallas en las autoridades los cristianos podrían revelarse contra ellas, los segundos eran
apocalipcistas radicales. Podríamos resumir la vida de Thomas Müntzer en dos palabras
“apocalipcista espiritual”.

Exiliado en la ciudad de Praga por motivos politicos pronunció su famoso sermón “Manifiesto”
(1521). Junto a Heinrich Pfeiffer inició una reforma liturgica y eclesiástica. Aunque al inicio de la
Reforma comulgó con algunos principios luteranos estos no le parecieron lo suficientemente profuntos
para cambiar el estado de las cosas. Lo de Müntzer fue una Reforma dentro de la Reforma,
principilamente en cuestiones liturgicas y eclesiásticas. El hecho de mantener las estructuras del
catolicismo Romano no le convenció lo suficiente para apartarse de Roma. Además la lucha contra los
principes y el clero fue una constante de su teología. Su apoyo incondicional a los campesinos que se
rebelaron es una muestra de la congruencia de su pensamiento. Nunca se identificó con los poderosos
sino con los débiles. Fue tomado prisionero, interrogado bajo tortura y ejecutado el 27 de Mayo de
1525.

Contra la Reforma Burguesa de Lutero.

Thomas Müntzer siempre pensó que la Reforma de Lutero no fue lo suficientemente profunda para
cambiar no sólo las estructuras eclesiásticas sino también las sociales. En 1522 deja ver a través de sus
escritos un profundo anti-clericalismo, pensaba que el clero tenía demasiadas prerrogativas, que estaba
subordinado a los intereses de la nobleza y que no defendía a las clases pobres. Además tampoco estaba
de acuerdo con la piedad Luterana, con su exceso de intelectualismo y la falta de experiencia. En el
Manifiesto de Praga acusa a Lutero de “haberle robado la Sola Scriptura a la Biblia”, pensaba el
reformador que la esencia de la fe se encontraba en la relación entre letra y Espíritu; la Reforma de
Lutero al hacer demasiado enfasis en que solo la Escritura podía sacar al hombre de su ignorancia lo
hacía participe al mismo tiempo de una trampa, ya que hasta ese momento todavía el clero y los
ministros eran quienes explicaban la Palabra al pueblo y tenían control sobre él.

“Para Lutero, la fe viene por escuchar la palabra de la Escritura por medio de la proclamación.
Para Müntzer, quien en este punto parece seguir los impulsos del misticismo, la fe se hace
presente a través de la inspiración inmediata del Espíritu en el interior del corazón. En este
contexto, Müntzer apunta a la “razón,” que es dada primeramente por el Espíritu y habilita al
elegido para entender la Escritura. Esto no es, por su puesto, el concepto de razón como fue
desarrollado por vez primera en la Ilustración, sino una parafrasis libre de la capacidad de
entender el camino espiritual”.1

A diferencia de Lutero, Müntzer se consideraba un profeta. Como tal, tenía la autoridad de denunciar
desde dentro lo que pasaba con el pueblo de Dios. El hecho mismo de considerarse profeta hace
entender a Thomas como un hombre que creía que la experiencia espiritual es necesaria para entender
la fe. En aquella época la mayoría de los teólogos usaban la Escritura de una forma tal que los pasajes
tomados en conjunto apoyaban la idea del interprete. Müntzer al concebir la idea de una radicalidad y
de que la palabra de Dios actuaba en el alma del creyente al recibirla, ayudaba en la tarea de traer el
reino de Dios a la tierra o ser participes de él.

“En el lenguaje actual, uno podría decir que para él la fe es existencial en carácter y no se
1 Henning Graf Reventlow, History of the Biblical Interpretaction III (Renaissance, Reformation, Humanism). SBL 2010.
p.142
actualiza excepto en la imitación de Cristo junto con su sufrimiento”2

En todo el Manifiesto de Praga podemos notar la radicalidad de Müntzer. El Manifiesto es una apologia
o mejor dicho una teología del sufrimiento. La fe al tomar vuelcos existenciales solo podía traer gozo al
creyente por medio de la experimentación, en este caso, la experimentación del sufrimiento. El
sufrimiento para Müntzer era la base de la vida del creyente porque a partir de ahi se podía entender la
Cruz de Cristo y la verdadera vida Cristiana. Este era una de las diferencia más marcadas entre Müntzer
y Lutero ya que sentia un rechazo al misticismo medieval y a la teología de la imitación de Cristo de la
que Lutero fue heredero.

Müntzer pensaba:

“Aunque sus ideas están saturadas de reminicencias bíblicas, la Escritura ocupa solamente el
segundo lugar en la vida de ellas.”3

La Reforma de Müntzer.

Para Müntzer la vida práctica de la Iglesia debería estar basada en la teología del sufrimiento, que era la
misma teología de la Cruz. Su mistica lo llevo a creer que “la palabra se escucha en el interior del
abismo del alma por la revelación de Dios” También creyó que la época en que vivió tenía que hacer la
diferencia. Su llamado como predicador y profeta invitaba a una Reforma radical, de transformación
interior; esa transformación tenía que estar acompañada de las manifestaciones del Espíritu,
especialmente de visiones.

“Pero cuando uno ha percibido la claridad por la palabra de Dios en el alma, entonces uno debería
esperar tener visiones.”4

Su Reforma teológica fue así, sufrida en la esperanza, rebelde en el Espíritu y mistica en su revelación.
Sin embargo, está Reforma no estaría completa, ni fuera radical sino estuviera acompañada de la
expectación apocaliptica de su entrorno social. Ya al inicio de este articulo mencióné la relación que
veo entre la Reforma y la Nueva Perspectiva de Pablo. La NPP no niega que la justificación sea por fe,
sino niega que sea un sistema de salvación para que el individuo pueda ir al cielo. La NPP es
eclesiológica con respecto a la justificación porque busca liberar de la esclavitud a la humanidad, busca
la igualdad de los hombres ante Dios y promete restaurar al final de la era el equilibrio entre el mundo
y Dios. Su esperanza está puesta en la llegada del gobierno de Dios a la tierra, a una tierra renovada por
el poder divino. Dios al final del traslape entre las dos eras pondrá todo en el lugar correcto, esto es
“justificación” en terminos de la NPP y del Judaísmo del primer siglo; y Münzter creía en eso.

Pero también pensaba que el creyente debía ser participe de la llega del gobierno de Dios. Al interpretar
la literatura apocaliptica se mira como a un Daniel moderno que va delante del ejercito de Dios y que
tiene la obligación de participar en las luchas de clase, principalmente al lado de los campesinos. Está
idea es la que lo hace apartarse de la Reforma Magisterial porque mira con recelo y desconfianza el
apoyo que los nobles tienen para con los ministros reformados. Que la espada deba confiarse solo a las
autoridades seculares para el mantenimiento del orden en una sociedad no era su idea de un
Reformador, porque no son los ricos quienes favoreceran a las clases más desprotejidas, antes bien
serán ellos quienes utilizaran la religión como medio de opresión.
2 Ibid. p. 144
3 Ibid. p. 147
4 Ibid. p. 148
¿Cómo miro a Thomas Müntzer desde mi época?

El juicio por parte de los que siguieron la Reforma Magisterial es que Müntzer fue un desestabilizador
de las estructuras que la Reforma construyó. Justo L. González dice que “el mismo Lutero no creía que
su predicación debía ser aplicada en términos políticos, pero hubo muchos que no estuvieron de
acuerdo con él” (Historia de la Reforma, 2003). Por supuesto Müntzer fue uno de ellos. La importancia
de la Revelación fue patente a lo largo de su vida, la comunidad de creyentes como una sociedad
teocratica fue el motor impulsor de su teología.

Las controversias con Martín Lutero lo convirtieron en un Reformador social y eclesiástico. Muntzer se
opusó vehemente a las estructuras del poder, su anticlericalismo lo llevo a mirarse como un profeta que
denunciaba las injusticias de sacerdotes y ministros. El hecho de ver a Lutero poniendo sus esperanzas
en la nobleza lo convirtio en un luchador social. Dussell lo explica de la siguiente manera:

“Lutero estaba muy preocupado por mantener la unidad orgánica forjada por el catolicismo medieval
entre la Iglesia y Estado. Sin embargo, con el propósito de defender lo adquirido, terminará sometiendo
la Iglesia al Estado de los principes alemanes. Éstos tendrán en la mano numerosas prerrogativas
eclesiásticas tales como el control de la doctrina, la nominación de los pastores, el mantener el buen
orden de los oficios y de la litugia. La teología de los dos reinos llevó al luteranismo a una sumisión al
Estado y a la aceptación de las desigualdades sociales en un orden social fundado sobre la propiedad
privada”5

Hoy sigue existendiendo un ala Reformada que está comodamente mirando las injusticias politicas y
sociales. Un ala Reformada que no acepta nuevas propuestas, un ala que sigue pensando que la
salvación por fe es la única doctrina de la Iglesia. Tal parece que nuestra expectación apolocaliptica ya
no se funda en la esperanza de un reino en donde todos seremos iguales sino en una destrucción
sistemática del planeta, en dónde sólo algunos serán merecedores de la vida eterna. La Reforma no
necesita de otros 500 años para alcanzar los sueños y aspiraciones contenidos en la Biblia. La Reforma
necesita despertar de su largo sueño y empezar a trabajar en la construcción del Reino.

Para mi, Thomas Muntzer fue el Reformador y él teólogo que miró y leyó a Pablo desde una
Nueva Perspectiva. Pero por desgracia su nombre no tiene el brillo que merece.

5 Enrique Dussell, Historia General de la Iglesia en América latina I. CEHILA. Ed. Sigueme. 1983 p.652

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