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ue tal allt al (a fot we ala lu ue yee af EL REVOLVER* ‘A Juan José Sebreli «Bs formidable, Un pedazo de fierroy un pedazo de came y hueso. El revélver y mi mano. Es artificial pero resulta mas {aro decirlo asf. Sin nombres propios: una casita de metal ced abajo: el gatillo, Se aprietay se lecortael hiloaun ipo. A.un tipo ‘que esti lejos, engrandecida y desolado eon su earga de preaen- paciones y sus principios macizos. Pafy se le acaba ef mundo, Mejor, no lo mato a él; al revés. A €l lo dejo vivo y Te mato el mundo, lo que viene aresultar lo mismo. Le mato esa mano tn perfeccionadla, esos dientes duros y suaves: todo. Le mato el sexo también, Sin embargo no hay que entusiasmarse: es mejor que me quedc quicto y piense algo préctico y que me decidade tuna vez. Pero es grande, hay que aceptario, Ser duefo de todé la vida de ese tipo, de todo su pasado, de todos sus proyectos Cortarlo ahi y etemnizarlo para siempre, Cerrarle la llave en ese ‘momento; como si lo matara en el bafo. Se repetirfa hasta el cansancio: Muri6...Deplorable, Igual que Dios. Eshermosa esta, casa de acero azillado, limpia, brillante; se Hama revélver, Revélver, gquién le habrd puesto el nombre? Un nombre cu trabaja con la memoria, Hay un revélver y hay este eevalver. Revelver... cuando era chico miraba una eosa y le repetfa el ‘nombre hastaelcansancio. ¥ pasaba algo interesante, Lacosase alejaba cada vez mis, se me aguaba en la cabeza; després resultaba estGpido que un lépiz se Hamara Iipiz. Era una cosa larga, negra, que servia para... Este revélver sieve pars mata Matar: asusta, Sin embargoel viejo Dias nose asusta. Y étaera tuna diversién que ya preparaba desde la maitana en el Banco. PPensaba: cuando Ilegue a casa voy a sacar el revélver del cajin {demi ropero, debajo de las camisasv lo voy a llevar al bao para estudiarlo con tranquilidad, No pasé nada desde el Banco a ccsa ¥y yo tenia ese solo pensamiento en Ia cabeza. Pensaba: vor a ‘sacar el revélver y acabar de una vez por todas. No aguanto mis. Y reservaba el Fecuento de las porquerias para el final; para ahora, que estoy solo en el bano, sentado en el suelo y con la espalda en la pared, Ja puerta, Cerrada, Acd nadie me vi a preguntar qué estoy haciendo. Un rincén para maditar... La Vieja Hembra se ha acostado para su siesta, Tira suearne blarda fen el colchén y abre las piernas; 1o hace mecénicamente Descansa,floja, grasienta; noduerme, seabandona, se fundecon elcolchén. Esrepugnante. Gozs perdiéndose, Seda un mereckio descanso después del trabajo de fa mafiana: su tabajo. Y elm ‘ese Empleado cn un Banco. Los des tenemos nuestro trabajo. Rendimos provecho. Una buena pareja, El hijo tabaja errun Banco, tiene treinta y dos afios, Un hombre ya: vive con la madre. Parece que no se quiere casar todavia. La madre se conserva joven Bah, este reflejo de los chismes estf pasado de moda... Y lo aclata todo. EI hijo tiene treinta y dos afios yes sole, Vive con Ia madre y se llevan como dos amigos. Elieda parte de su sueldo; ella fo euida y levan In case adelante, Una piteja noble. Resulia digno, Mas atin, vigndolo de lejos 0 leyéndolo. Un hijo grande soltera que vive con la madre: poo novelesco.Es sospechoso. Salta que hay que leerentrelineassun hijo degenerado y una Vieja Hembra. Degenerado: algo que ive bueno y se corrompié lentamente. Que fue buen: act sf queno ime reconozco, Sin embargo yo soy bueno. Bueno... ora vez Por Carlos Correas repetitlo? Cansa ya. Esto viene dela manga que me ha agarrado ‘ahora de discutirlo todo, Al final de cuentas no queda nada ‘Aunque me ha favorecido: voy liquidando Viejas estorbos. Elde la miisica, por ejemplo. Antes Ilegaba a casa y escuchaba esa noble miisica seria que engrandoce el alma. Ahora no escucho, nada o sino las bandas de swing. Es mejor esto, Se escucha y se forma ima tranquila auseneia de las cosa. Por lo menos no hay {que pensar que detrs de los sonidos se mueven grandes bene factores de I humanidad que van por el dolor a la alegria, ni amorios frustrados, ni genios incomprendidos, ni testamenta- ris de dolor. Lo de ahora es mejor. Se agarra y no molesta. Es nuido aislado; suelto, simplemente. Se mastica, se digiere y se olvida, Eso, no engafia, Es duro pero auténtica, Uino sigue viviendo como siempre, para siempre. Se conserva. limpio. Limpio...como yo, osucio de pensamientos, Cubierto de viejos proyectos que se pegan a la piel y que huelen a eadsver. Tienen su tiempo. es natural. Me siento astutoeingenioso, Debes revélver y este momento trascendental en ueme he embs SE que es una comedia, juego la comedia de la duda y de las ‘grandes decisiones, Y esen verdad unacomedia, Y tengo miedo 4e llegat a jugaria en serio, Por Io pronto tengo miode de pensar ¥ discutir la actitud mia frente a ese pasado del domingo. Y hoy es martes y he decidido liguidar. “He decidido liguidar": qué estipido. Sé, lo sé en et fondo de mi corszén que no voy & liquidar nada... y deberfa hacerlo. Juego... no puedo tomar nada en serio, Juego que le llamo Vieja Hembraa mi madre y que me rasquen que se tire en la cama como una gata viseass. Y me asquea, Yo debo conservarme licido, despierto, agudo, Habe ‘que llegar aalgo més desnudo todavia. Me siento interesante, n> puedo evitarlo. Estoy proyectando un crimen. Es algo casi divino: y puedo clegir aquién matar. Tengo un pufiado de vidas ‘en mi mano. Soy Dios. Matarlos...antes enterarlos. Me imagino la cara que pondrian cuando se les acabase su preciosa vida Podria terminar ya: hoy me he agarrado con esto, parece. Es mejor que salga y que abandone el papel de aventurera, Dejarel revélveren su sitio y buscar algiin programade cine enel diatio. Me gustarfa ver alguna de esas peliculas argentinas donde toda J gente s feliz. Es bueno sentirse splastado cuando uno se da cuenta de que es mentita, Cusntos habrii que quisioran vivirasi, Inala pieza y charlar com Ia Vieja Hembra, sonrelt y serel hijo bueno y carifoso, Fsamujerme.cansa ya, Siempre habla bien de mf a todo el mundo. Prender un cigartillo con sencillez y sentarse a fumarlo. Jugar, nada mis, Y si jugando le pudiera meter una bala aese muchachita... Es hora de decidir, comedia, © no comedia. Habefa que empezar de un principio. Sacar a relucir mi caso. El caso que me ard distintoy siniestro, Hay que admitie ue lena; es una tortura inmensa que se le echa 8 uno encima que lo chupa sin asco. Empezar...supongamos que lo, contara’o que lo escribiera. Habria que enterarlo al otra de odo, Salvarie los pequefios detalles téenicos: "Se tratade mi sobrino, 1 hijo de esa hermana mis, casada; es un muchachito de iecisiete alos, se llama... Diecisiete sos, diecinueve aos, veintiin anios; no mas. No mis grandes. Tiernos y solitarios efebos que rumian su juventud, Se ignoran, eso; tienen un ‘cuerpo hermoso, un cuerpo sexusl; desde los cabellos hasta las ufias de los pies yno lo saben, se ignoran, Usan su euerpo como el ojo mocho XXVII- Dossier luna herramienta de momento, Hay que tacarlos para que se encarnen. No tengo nada, ni he hecho nunca nada, Antes yo queria fo grande pero ahora ni sé que es lo grande, El domingo, ‘cuandoe] muchachito y yoquedamossolasen lacasa:el sobrina ¥yelto viejo. Cuando yo me incliné sobre él me repetia: conesto liquido, con esto acabo, He esperado treinta y dos alos para Ponerle an sello mi vida y ahora termino. Luego de esto tenaceré en otra cosa, No hubo nada; ni siquiera repetir que fue una monstruosidad, el erimen temenco de un degenerado. Pero resull6 perfecto. Y ni siquiera puedo artepentizme, Hecho por los otros. Gracias ellos soy lo que soy. Se reconoceny mehacen surgira un lado, con elcarel pegado. tle clasfican. Yo estoy de! otro lado: como un judo un eanceroso 0 un comunista. ES ridfeulo; yoesperaba cambiar y no conseguinada. S6louna cosa que ya nacié muerta. Se me escapé de las manos y se incorpors discretamenteami pasado. Ahoraest# abf, iamutable, indtl por completo, fuera de mi. ¥ sin embargo es un acto mio y es mi pasado: qué estupidez. Casi no lo comprendo ya. Parece el pasado de otro, Eso, si, muchas coses son mas: los objetos, el mundo, este cuerpo que se alarga abajo de los peasamientos, ue lena un lugar y se surte a s{ mismo, Limpiarlo, euidarlo, para qué?... Quisiera creer que no pasé nada el domingo. Se tesco el efecto del érbol y eay6 en la tierra, Antes no era y ahora es. En 1910, en el Centenario la gente existéay yo no. ¥ luego no existiré. Qué podredumbre. Sabra por todos lados. No tengo sitio. Quisiera vomitarme, irme por la boca, Necesitaria ‘deseargarme todo por alguna parte. Aunque he sacado algo en limpio: miedo. £1 muchachito posee mi secreto y mi acto. Lo colvidar4 o Io incorporard a su archivo de las cosas negras © jinombrables. A estos pequellos machos les gusta tener un aspecto de bestia salvaje y sangrienta, Mis pequefos leones, Rugen y hacen el amor despedazando. Juegan al macho cabrio Posce mi seezeto y quiero inatarlo, Antes era ua grato juego el io. Un juego solitario, de todos ‘modos, Salfa del Banco y meibaa Japlaza, a verlosmuslos largos de ls frescos animalitos. Ahora he bbeeho algo: lo primera efective en treinta y dos aos, ¥ ahora quiero ‘matarlo, quiero serunasesino. Pero serlo, sero, Colgarme un crimen al peseuezo como si me colgara una piedra negra e inmensa para toda la vida, Vivir mi cximen, sa borearlo, ser mi crimen, Elplanes fc: una papa en ei cao como silenciador. Lo esperarfa cuando voiviese del colegio al atardecer, y entrarfa en la casa; no hay nadie ‘esa hora. No mas. El no tendria ‘miedo. Hasta gozariapensandaque el ojo mocho XXVIII eT Oar: VE Crea PMO RMO Tali {yo quervia repetir el experimento, Le hundirfa el revélver en la, Datriga y pat... Milagro! Yo seria un criminal, Una cosa dura, ‘efinitiva, Ser esa bala que entra en los intestinos del chiquillo, se queda llf quiet, silenciosa; bala para siempre, Un pedacito, de plomo que no necesita explicarse. Una cosa cerrada, paca por todos lados y ua rinconeita caliente para vegetar, un vientre hiémedo y bio, sintiendo el suave flujo dela sangre y Ia succion de las miucosas que se despegan. En medio de la vida de un muchachito. Pero habrfa que ser. La bala no sabe que es bata. Estoy sofiando. Lo del domingo deberia escarmentarme. Yo {queria una ndusea aplastante, demoledora y no consegui nada, Solo en el final... una cosa lejana, inalcanzable. Apenas una ititeza gris en Ia boca, Es mejor tetminar. Ni antes mi despuss Yo podria decir: algo iremediable. Me he consagrada como un por los dientes y por las encias. “Tu saliva es dulee ~dij. La tuya, en cambio, es salada—dijo el morochito. Emesto ie apretSelcuelloyel chico comenz6aponesse r0j> y aahogarse Somos dos hombres que se dicen el gusto de sus salivas —murmuré Emesto y lo sol, =O podrias trabajar Gnicamente vos. Yo te acompatiarts {ods los dis al trabajo, que es adoade uno siempre va tan sol, Latego te esperarfa en casa, te har la comida, te lavarf la ropa 10 burl6n-, Y nos acostarfamos sala- mente cuando vos quisieras; es decis, nunca. Porque yo t= sescarfa constantemente. Ademis, seriamos una pareja; com> hay tantas. ¥ una pareja es algo fuerte, amenazante, gue hace sentirse débiles a los que estén soins. Vos ponds tu natural ad, tu violencia y tu incons mi refinamiento, mi cultura y mi cinismo, Vos secfasel barbara conguistador que finalments termina vencido y conquistade, ‘como dice la historia, “2 yo, entonces, serfa tu... tu hombre, tu macho” Oh, ya nos entenderfamos. Pero, vercaderamente, vos setias mi chiquito, mi musieco, mi chongo, Emesto agach6 la cabeza y se froté las manos con fuerz. “No me respato a mf mismo -se dijo-; me acuesto con todos tos porque no respeto ni mi cuerpo ni mi sexo.” ‘Luego se despidieron. Eran las cuatro de la maftana. Queds- ron citados parae! otro dia enel mismo bardonde habfan estade. Emesto le dio cincuenta pesos y el chico dijo que iba a Quilmes, ‘casa de otro amigo. Hasta maviana ~iijo el morochito-. Yo te espero, Homenaje a Carlos Correas ~Adiés ~lijo Emesto~. ¥ no hagas nada que no pueda hacer yo. El chico Se ech6 a refr tra vez y se fue. Emesta valvi a su casa caminanda con paso vivo. Tenia un cigarrilloenlabocay sonrefa alairefrescode la macrugads. Con I morochite habfausado un lenguaje audaz, imperial, poderoso, Habja estado solemne y patético, Ese chico era una zevolueién para 61; era algo nuevo y querido. Elchico lo earabiaba, pera é Gabia dejarlo. Ysino eraasi, Emesto cafaenel fracssototal"No puedo, no debo desearlos~se dijo-, desearlos nellos.es como si también deseara ami padre, o ami hermano o amis compaiieros 4e Ja Facultad.” A dfa siguiente, insoportablemente asediado por el recver- do de la conversaci6n con el morochito, Emesta salié nueva- ‘mente de su eas; bajo el calor y un sol aplastante, Fue al eine a ver pelfcias policiales. Luego caminé lentamente por la calle Corrientes. Caminé hasta quedar rendido, hasta sent 4) reventaba. Tenia miedo de volver asu casa. Sabia todo lo que le esperaba en su habitacién. La noche anterior con el chico fue casi ireal e increfble, Ernesto parecia un suet. Se detuvo a mirar wna vidriera y entonces, repentinamente, \ecidisira Constituciin, en buseadel chico. Sedisponiaatomar el subterrineo y en ese instante se encontré con Enrique Vidal (h.) y un compatero de éste llamado Mario, segiin Ie dijo después Enrique Vidal. Los dos j6venes venfan de la escuela de baile del teatro Colén, Emesto ya se habia crvzado vatias veces en Ia calle eon ‘Mario. Se dijo que era aéste y no a Vidal a quien debis haber seguido, Mario era un machacho de boca gruesa, africana y anlar macizo y vibrante, Mas tarde, euando se qued6 solo, Emesta tuvo, por un momento, un vago suefio de estar con Marioen Miardel Plata o.en Chapadmalal, junto‘) mar, Convivit con él por unos meses, Una imagen que pass ante sus ojos. Ya Jo verfa. Tenfa la piel oscura y era éspero y sinuoso, Parecfa un cubano o un puertorriquefio. Ya Io encontrar, Emesto acompaié a Enrique Vidal hasta la estacién de Retiro y luego fueron a San Isidro: a casa de Vidal, donde pass Jo de costumbre. AEmesio e agrada mucho Enrique Vidal, que es muy joven ¥ysuspiray gimecuandolo aprietan y Ioabrazan, Podiacompren- “derse muy bien con esos muchachitos y siempre le diverta esa, ‘mezela deseonceriante de vanidad sexual y de complejo de ccastracién que tenian, Emesto era feliz al volver de San Isidro en el time tren de Is Ly 40dela madrugada. Haba esperado en la astaciGn desierta yy ahora vigjabaen un iren vacioy brillantemente iluminado, Iba, Sentado junto & una ventanillaabierta y le daba el viento en Ia cara, Tenfa puesta su remera blanca, Bajé en Retiro, tomd una Coca-Cola y volvis a su cas Estaba satisfecho. Sabfa que al dia siguiente ya nose acordaria, de nauia, Y adem se sentfa contenta y feliz, diferencia de su crispacién luego de las palabras con el chica de Constitucin, ‘Ahora era como si hublese estado con una mujer: tranquilo, liberado, de acuerdo consigo mismo, Luego, en su case, pudo dormir bastante por primera vez en mucha tiempo, Primera edicidn en Cero," 14, Buenos ites, 1959. Campilada en Las fleas, selecei6n y prologa de Riarco Pigli, ClainvAgailt, 1993 y reediciones, en Ia coleccin “La muerte y Ja brjula” drigide po Sorge Lafforgve. el ojo mocho XXXiIIl

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